Mi Director y Yo (+18) NaruSasu-- Capítulo Vii: Cita Actualizado el 17/11/2014

Lemon, Romance, AU, shota y BDSM. Resumen adentro.

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Amante de todo el Yaoi en el Mundo
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    114
    Location
    En mi propio mundo

    Status
    Offline

    Yeeeiii !!!, por fin lo leo y es que me habían castigado el cel y con la escuela bueno, no me dejaban y aaaah, pero por fin lo leí y estuvo genial la conty me encanto, pobre de sasu-chan lo que paso esa jornada de clases y bueno lo ame y espero el nuevo cap muy ansiosa como siempre, bueno me despido y como dije antes lo ame! Sayonaraaa! (^^ゞ



    Edited by kurai-chan - 27/9/2014, 16:16
     
    Top
    .
  2. liho1993
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    he estado leyendo su fic por mi cel entre clases y esta padrisimo me encanto y me facina la manera de ser de naru-chan casi muero de una hemorrajia ....jeje espero la conty con muchas ancias y le felicito por su trabajo. :=FOXXIN: :=WIJIS:

    le mando muchos animos y que siga adelante en todos sus proyectos
    :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=NOIP: :=NOIP:
     
    Top
    .
  3. HaYuMy
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Te quedo genial....Naru es todo un pervertido me encanta!!!!!xfa la conty no nos dejes asi xfa
     
    Top
    .
  4. kawai13
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Hola a tudu mundu >u< Ju ju ju. XD En fin, lamento no haberme presentado el día 27 uwu Estaba en Chozica, y el 28 celebrando el cumpleaños de una abuelita XD El punto es que el fin de semana fue ful reu familiar XD. Ya hoy lunes me doy un tiempiito para ustedes nwn. Pero como siempre, respondiendo comentarios lindos nwn.

    Tsuki-Day x'3 Lo siento por la espera extra x'3. Cosas familiares no premeditadas. nwn Me alegra verte de nuevo y que me dediques tan lindas palabritas >w<. Espero y este cap te guste >w> Es bien Grrrr... tiene más lemon *0* Nos leemos pronto.

    kurai-chan >O< Hola de nuevo, Me alegra leerte XD Y no te preocupes, aveces el castigo no se puede evitar uwu... Bueno, si se puede XD Pero tu me entiendes. Espero y este cap te guste *w* Es LEMON super HOY >w> No te olvides de dejarme comentario nwn)/ Nos leemos pronto

    liho1993 Holuuuu XD Leerlo en clases, eso es peligroso XD pero >w> La sensación de que te miran es genialosa <w< NO? XD Ha, ha, ha, ha. En fin. Me alegra que te guste y espero leerte también en el siguiente cap nwn)/ Nos leemos pronto.

    HaYuMy Muchas gracias por el apoyo y lamento la demora uou. Espero leerte de nuevo en el siguiente cap. Nos leemos pronto nwn)/

    Ahora aclaro:

    ESTE FIC SOLO ESTá PUBLICADO EN ESTA CUENTA Y EN AMOR YAOI CON EL MISMO NICK NAME. SI LO VEN EN OTRO LADO, es PLAGIO. Avísenme.



    SIN MAS QUE DECIR. Las advertencias y LUEGO A LEER

    Número de palabras del capítulo: 9,094 palabras.

    Disclamer: Los personajes de Naruto Manga/Anime no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo los uso para darle vida a mis historias SIN FINES DE LUCRO.

    Advertencias del cap: Sasu un poco Twinki, Chan, Au, Pocas palabras vulgares,Lemon BDSM, uso de implementos sexuales como fustas o mordazas, S/M sadismo y masoquismo. LENGUAJE EXPLíCITO Y OBSCENO.


    Capítulo VI: Sesión No 1

    Besando los labios rojizos del menor, sus manos paseaban por su torso, sintiendo la cintura y ascendiendo para delinear cada pequeña costilla por sobre su pecho. Sus manos llegaron hasta la unión de sus brazos con su torso. Y volvió a descender pero ahora pasando por sus hombros, brazos y antebrazos. Lo cogió de ambas muñecas, y mientras el menor seguía inmerso en el beso y como le mordía y chupaba, tanto labios como lengua, le empezó a alzar los brazos; hasta el punto de ponerlos sobre su cabeza.

    Mordiendo su lengua y lamiendo su labio inferior se separó de él, con una macabra sonrisa, fue ahí el menor se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Justo cuando sintió algo acolchado rodear su muñeca derecha. Exacto, era una correa de cuero con interior acolchado, y esa muñequera, se juntaba a la cama, por una cadena. Estaba empotrada para impedir cualquier escape. El blondo lo había encadenado.

    Volteó su mirada nuevamente a los ojos del menor y se le antojó decirle algo — No me voy a escapar — Susurró con un toque coqueto. Pero no, eso estaba mal. Muy mal. Él no podía hablar. Él no debía hablar en plena sesión. Y los ojos, llenos de enojo y un atisbo de pequeña decepción fueron los que borraron la traviesa sonrisa del menor.

    La mano de Naruto se descendió desde la cadena hasta el pezón horadado del menor y en vez de solo estimularlo con cuidado por su reciente perforación. Se lo jaló hasta sacar un lastimero quejido — No vuelvas a hablar sin mi consentimiento — El menor se sentía mal y un tanto miserable, no por el punto mismo de no poder hablar o decir algo, sino por haber fallado, por haberse equivocado. Su mirada se oscureció. Y percibiendo eso, el blondo suavizó su voz para empezar a besar su oído — No lo vuelvas a hacer ¿Entendido? — Le susurró en tono juguetón.

    Una pregunta, eso es lo que le había hecho y cuando él le preguntaba algo, podía hablar. No, DEBÍA responder — Sí, amo — Dijo recuperando ese pequeño brillo.

    El vibrador bala había sido apagado, justo después de ser echado a la cama; y ahora se encontraba quieto y tranquilo junto a su próstata. Lo único que enloquecía al efebo eran las manos traviesas del rubio, que volvían a pasear por su torso; y esos labios besando el contorno de su ombligo.
    — Cuando terminemos esto — Le decía siguiendo con los besos — De todas maneras vas a recibir tu castigo. Te voy a dar cinco nalgadas precioso — Susurraba lleno de lujuria — Te voy a poner tus nalgas enteramente rojizas por los azotes con mis manos.

    El menor empezaba a enloquecer con esa vocecita, sintiendo los besos y lamidas por la zona de su ombligo. Su mano izquierda seguía libre, pero no se atrevía a moverla y solo apretaba la almohada fuertemente mientras sus gemidos aumentaban de volumen.

    — ¡Ahh…! Mmm….

    — Por cada error que cometas, te voy a dar diez azotes con la palma de mi mano. Y créeme, no van a ser suaves, no voy a ser gentil, todos mis dedos van a quedar marcados en tus glúteos. Ca-da u-no de e-llos — Deletreó desbordante de deseo — ¿Entendido?

    — Ahhgg… S-sí, amo.

    La otra mano de color canela, descendió hasta el pene del menor. Erecto, goteante y deseoso por ser atendido. El menor lanzó un gemido y las cadenas de su mano derecha, tintinaron. Empezó a ascender y descender. La otra mano se encargó de encadenar la extremidad superior libre.

    — Me encanta cuando gimes, me encanta cuando gritas de placer — Le decía justo en la punta de su falo — Quiero que digas mi nombre, que gimas cuanto te gusta.

    Eso era, simplemente el paso libre para decir cuánto le encantaba estar a manos del director, gritar y decir que le encantaba como lo tocara.

    — ¿Qué es lo que quieres que haga Sasu? — Le preguntaba dando besos al glande — Dímelo.

    Las caderas del menor se alzaban deseosas de lograr su objetivo. El joven Uchiha quería que el rubio se lo metiera a la boca, que le chupara el pene erecto, pues esos besos lo estaban volviendo más loco de placer de lo que creía capas. Del meato gotitas de pre-semen seguían descendiendo y el sentir su lengua húmeda, era tan frustrante como saber que no pasaría de besos. Pero esa orden “Dímelo”, le había dicho el blondo. Dímelo resonaba ahora en sus oídos. Una orden que estaba ansiando y le encantó escucharla

    — Chúpeme la polla, Amo —

    Voz agonizante cual susurro. Pero era lo único que necesitaba. Una sonrisa brotó de sus labios y sin meditar o esperar segundo alguno. Se metió la polla entera del menor; y la cabeza de cabellera negra, se impulsó hacia atrás lo más que pudo, mandíbula abierta y un hilillo de saliva descendiendo por su mejilla. El gemido que había lanzado el efebo fue tan fuerte, que luego sintió rasposa su garganta, pero… ¿Cómo es que el rubio director se podía meter el falo entero en la boca? No pudo pensar en la condenada respuesta por el inicio de la felación. Nada fue suave, ni lento; el blondo se estaba devorando la polla y chupando desde ese capullo lagrimeaste hasta llegar a la base donde los escasos bellos púbicos rosaban su nariz.

    La saliva iba descendiendo por el falo entero que iba siendo devorado por esa boca hambrienta y golosa, la técnica era simple. Forzar la garganta y hacerla salivar, así el falo del menor ingresaba por la mayor cantidad de saliva, que las arcadas iniciales causaban. El erecto pene cual estaca podía ser rodeado de esa cavidad húmeda y cálida.

    Una de esas grandes manos empezó a jugar con los testículos a su disposición, jalando suavemente esa delicada piel o moviendo ambas bolas y frotándolas entre sí. En el cuarto solo resonaban los gritos agónicos del alumno; el como se esforzaba por que sus impulsos no le hicieran cerrar sus piernas en la cabeza de su dueño, como apretaba fuertemente la almohada en la que sus negros cabellos caían dispersos, con sus encadenadas manos a los costados.

    Oh, que delicia era escucharlo gemir, sentir los espasmos y temblores del menor, y que placer era para el de blanca piel sentirse devorado por esa húmeda y cálida boca.

    — Córrete pequeño gatito — Le dijo separándose apenas unos segundos del miembro erecto para volverlo a engullir rosando sus dientes con la punta.

    El menor no se iba a negar a esa orden, así que solo gimió más fuerte, cerrando los dedos de sus pies en las sábanas blancas, y deleitándose con las sensaciones. Una corriente eléctrica atravesó toda su columna vertebral y terminó en su bajo vientre para al fin eyacular. Que exquisito, fue el pensamiento que inundaba la mente del menor. Su borrosa visión, por lágrimas de placer no le hizo notar que ahora la boca del blondo se dirigía a la suya; y no lo notó hasta que sintió como esa lengua le pasaba restos de su propio semen a su boca. Viscoso, un poco espeso y raramente de un sabor un poco dulzón y amargo.

    Dicen que el semen mejora su sabor según lo que comes, ese toque amargo no se había ido, pero tal vez ese dulzor era por las frutas y gran cantidad de tomate que ingería. ¿O será otra cosa?

    Sentía besos en sus mejillas, limpiando esas lagrimas traicionera que se escaparon debido al placer, mientras que sus gemidos y suspiros escapaban en una baja frecuencia. El rubio solo seguía acariciando su torso y jugando con sus pezones mientras le daba pequeños ósculos.

    — Antes de empezar con la verdadera acción — Le susurró mientras veía como el menor empezaba a prestarle atención y como trataba de controlar su respiración — Debemos acordar una palabra de seguridad Sasu — Le acaricia la mejilla y el menor se da cuenta de que su tono de voz no es demandante, sino dulce — Vas a poder hablar por un momento, pero no te voy a desatar.

    — ¿Qué es una palabra de seguridad?— Preguntó una vez entendió que el hablar no sería desacatar las ordenes de su amo.

    — En las relaciones BDSM, se busca infringir dolor, pero solo para el placer mismo. Aun así, como el sumiso o sumisa no tiene permitido el hablar, no podría avisar de que está excediendo los límites de su resistencia y podría causarle daño — Estaba arrodillado entre las piernas del menor mientras acariciaba las rodillas — Por lo que decir, “Basta ” o “Detente” no serviría, sería solo desobedecer al amo, o puede que se confunda con algún juego de rol — Sus manos iban descendiendo por los muslos internos del menor — Por lo que se tiene que acordar una palabra fuera del contexto sexual para que, si me estoy excediendo o no, puedas detenerme. Si ya llegaste a tu límite, y si esa palabra se dice, se para la sesión de inmediato.

    — ¿Una palabra fuera del contexto sexual? Mmm… pero, ¿cuáles ha utilizado hasta ahora, amo? — Preguntó como si no siguiera encadenado a la cama y atento a toda respuesta del de ojos azules.

    — En sesiones anteriores, en los clubes, pues lo clásico el Verde-Amarillo-Rojo. Pero era más que nada si el amo preguntaba constantemente a su sumiso como se siente. Un par de veces usé esa, pero no soy de las personas que se paran a cada minuto a preguntar sobre qué tal va manejando el dolor; para mí, así se pierde el encanto. Un sumiso utilizó la palabra, estrella. Una sumisa, lapicero. Son raras, pero como solo eran sumisos de paso, no me gustaba otorgarles algo que ya implicaba una relación más profunda. La palabra que más me ha gustado, fue de una sumisa, Lirios; pero realmente nunca llegamos a necesitarla y fue ella quien la escogió. Pero esta vez quiero que ambos escojamos una mi neko, quiero saber tu opinión.

    El menor pensaba, y analizaba cada una de sus palabras. Se sentía dichoso de saber que Naruto quería compartir con él, que esta, era una relación diferente a las demás. Sutilmente sonrió y se dio al trabajo de pensar en una palabra, le gustaba la última “Lirios” era una flor muy bella y su interés por la botánica le hacía buscar una como esa. ¿Azucena? No era la misma flor que los lirios ¿Girasol? Aunque tenía cierta semejanza con el rubio no le convencía ¿Hibiscos? No, ¿Jazmines? Tampoco, dejó de pensar en las flores. El otro era colores, pero que color sería. Volvió su mirada hasta los ojos expectantes del Director y supo cuál sería su palabra. Movió un poco su mano derecha, haciendo resonar las cadenas y pronunció su palabra escogida.

    — Azul.

    — ¿Azul? — Le parecía una elección simple.

    — Sí, amo. Azul como sus ojos, tan cambiantes y enigmáticos como su dueño —

    Era algo que realmente pensaba, esos ojos podían estar llenos de ternura en un momento, desbordantes de lujuria al otro, y sabía, que aun ocultaba muchas cosas. Por eso la descripción era perfecta; por eso esa simple palabra, tenía un complejo significado. El rubio sonrió ante esa respuesta. Sus manos en los muslos del menor solo siguieron su camino hasta llegar a los glúteos y luego agarrar al efebo de la cintura.

    — Azul será, mi bello neko — Alzó la cadera hasta dejar parte de su espalda en las rodillas del mayor — Ahora te callas o al final te vuelvo a castigar.

    Los ojos ya no eran tranquilos y serenos, y su voz volvió a sonar ruda. El menor simplemente cayó y sintió como es que su pene semi erecto por las caricias era nuevamente estimulado. Los gemidos estaban permitidos, las palabras de éxtasis junto con los gritos de placer, también. Mientras no diera una opinión, o se negara a algo, no habría problema de gritar. Más, si era como el nekito en celo que aparentaba.

    — Te voy a hacer delirar más de lo que piensas y más de lo que puedas resistir —

    Su mano izquierda empezaba a masturbarlo, subiendo y bajando la piel que rodeaba el falo del menor, tapando y destapando ese bello y rojizo glande. Su otra mano llegó a la pequeña mesa de noche, al costado de la cama. Era de color negro y con dos cajones. Abrió el primero, sin ningún tipo de seguridad excesiva como en su oficina y sacó algo parecido a un anillo, pero su diámetro era mucho más grande. Y seguía siendo un poco pequeña para ser una pulsera.

    El rubio esperó a que el miembro del menor se irguiera y amarró ese pequeño aro, justo en la base de su pene. Al principio no pasó dolor alguno, pero la continua masturbación empezó a serle un poco de molestia. Nuevamente estiró la mano derecha y alcanzó el pequeño control del vibrador bala; y lo puso en la tercera potencia. EL menor se retorcía con mayor fervor, sintiendo como es que esa posición, hacía que el vibrado bala se introdujera más al fondo de sus entrañas. El sudor remarcaba los músculos de su abdomen y ayudaba a ver lo tensos que se encontraban en sus piernas temblorosas.

    La restricción. Era algo que Naruto sabía que tenía que llevarlo con calma. El dar un paso erróneo o apurarse, haría que el menor se alterara y asustara, algo no deseado en plena sesión sexual. Por ello en esta sesión solo había restringido el alcance de sus brazos, mas no los había inmovilizado por completo y solo le agregó ese anillo a la base del pene para evitar la eyaculación. Más adelante, mucho más adelante. Cuando ya haya una entera conexión entre amo y sumiso, cuando ya haya la completa confianza y conocimiento por parte de ambos hacia su pareja y sepan leer el lenguaje del cuerpo ajeno, solo en ese momento. Podría tener a Sasuke, vendado amarrado de pies y manos con un anillo a la base del pene, y con una mordaza. Solo cuando ya estén listos, uno con el otro es que podría enseñarle lo que es sentir solo placer y lo manipulación de su cuerpo por un ente ajeno. En ese momento controlará hasta sus respiraciones y pensamientos. Pero para eso. Faltaba mucho.

    — A… Amo — Gemía empezando a sentir un dolor que se iba extendiendo — ¡Ahhh! — Pero seguían siendo gemidos.

    El dolor le aumentaba placer y el placer incrementaba su dolor. Los gemidos iban creciendo y la frustración tenía un ascenso en proporción directa.

    — ¿Quieres correrte precioso? — Le susurra al agacharse hasta su oído, alzando en el proceso las blancas caderas.

    Un asentimiento y un agónico “Sí amo” fue lo que recibió, pero no se lo permitió. No lo haría, y sentiría el placer del dolor, en su máximo esplendor. Buscó nuevamente en ese cajoncito que ya había llenado de las cosas que utilizaría en la primera sesión con el menor y sacó una mordaza. Pero, no era una mordaza que le impidiera hablar o expulsar sonido alguno. Acá aplicaría otra restricción a medias. Era una mordaza que le impedía cerrar la boca.

    — No te vas a correr tan pronto precioso — Le dijo, dejando de masturbarlo y colocando ambas manos detrás de la cabeza para enganchar la correíta de cuero y ponerle ese aro de metal hueco en la boca — Di la palabra “Azul”— aun así, necesitaba estar seguro.

    — Azzzul.

    Salía con un poco de dificultad pero era entendible. De todas maneras, no había mucho riesgo, lo que tenía planeado sabía que no le haría mal alguno. Le acarició las mejillas sudorosas y le removió el cabello pegado a sus pómulos, apreciando por completo ese enorme sonrojo en sus pálidas mejillas.

    Se alejó de nuevo, viendo cómo es que las caderas bajaban a la par de sus movimientos y como es que el falo del menor se iba tornando cada vez un poco más rojo por la retención forzosa de la sangre. Tenía que apurarse en hacer todo lo que deseaba, pues era la primera vez que le impedían eyacular de esa manera, todo tenía que ser poco a poco, debido a que el sumiso del blondo era nuevo en todo lo que experimentaba.

    Ayudado de las caderas alzadas, empieza a jalar esa pitita, esa pequeña soguita que seguía atada a su muslo. Las vibraciones viajaron desde el inicio de su próstata, pasando descaradamente en todo su largo y bajando por su recto hasta salir del trasero con un pequeño pop; junto con un poco de lubricante que se había permanecido junto al vibrador. Vio como el ano se abría y cerraba, libre de intruso. Como buscaba algo que lo llevara por fin al orgasmo y encontró un poco más de ese placer que pedía en los tres dedos del mayor. Ya desatada la cuerdita, fue dejada en la mesa un poco antes de atender el ese bello trasero. Porque para el de negros cabellos, la estimulación en su ano era vital para eyacular, pero más importante, el toque de su dueño.

    Los tres dedos rotaban y se expandían intentando sentir esa grumosa cavidad. Tan húmeda y caliente, mientras los gemidos del joven cada vez se hacían más rápidos y el ruido de su respiración más sonoro.

    — Ahhh… Gmmm… Aooo (Amooo) — Gemía con fuerza — Hossshi (Hoishi)… Mmmm… — y su ascendencia japonesa reinaba nuevamente, sin importar la incomodidad de tener la boca abierta.

    Dejó de atender por un momento a esas entrañas que lo absorbían para cambiar su posición. Bajó las caderas del menor hasta que chocaron nuevamente con el colchón. El tener la boca abierta le impedía pasar la saliva, por lo que ya hilillos de esta misma descendía por ambos lados de sus labios, por arriba y por abajo; y mojaban, aumentándole el morbo, ese aro de acero en su boca. Por un momento bajó de la cama y empezó a quitarse zapatos y medias, mientras veía como con deleite el cuerpo del menor. Luego siguieron los pantalones y el bóxer, dejando por fin libre, su erecto pene. Ese que también había sufrido por falta de atención, pero que dentro de poco sería recompensado. Gratamente recompensado. Le acarició los cabellos, le dio un suave beso en la nariz respingada y lamió un poco de esa escurridiza saliva, a aquel que lo miraba con ojos lagrimeates y brillosos por el deseo.

    — Te voy a hacer delirar de placer, mi bello sumiso.

    Dejando toda su ropa encima de la mesilla y sacó del cajón un pote de lubricante y llenó su mano con el líquido, como se dijo antes, El de ojos cual cielo estaba preparado para todo. Se colocó nuevamente encima del menor, pero esta vez algo era diferente. La cara del rubio miraba hacia la llorosa entrepierna de menor, que estaba solo un poco más roja que antes, pero solo le daba besos y lamidas. La acanelada mano, fue a coger su propia entrepierna y dirigirla a la boca abierta del menor. Era algo de esperarse, pero aun así sorpresivo. Y una vez dentro su glande entero y parte de su falo, botó un suspiro de satisfacción y luego puso atención a lo que tenía frente suyo.

    Sus dedos jugaban, entraban y salía, y con el lubricante mismo, esa tarea era mucho más simple. El pene erecto del menor era rotundamente ignorado, para que de un momento a otro, fuera engullido por la boca del menor. Pero tan de improviso como aparecía la sensación de esa cálida boca, también desaparecía y sentía esa traviesa lengua en su trasero junto con los dígitos enterrados en tu interior. A veces chupando y otras escupiendo más saliva con lubricante que absorbía el blondo.

    — Vamos Sasu — Le susurró el mayor cayendo su aliento en el falo contrario — Tienes que hacer sentir bien a tu amo — Dijo moviendo un poco más fuerte sus caderas — No puedo hacerlo yo solo.

    El menor, sentía como el falo era enterrado en su boca, más de lo que podía, pero aun así le exigían una cooperación que el mismo debió haber ofrecido desde el principio. Empezó a alzar su boca justo en el momento que las caderas del otro descendían y aun sintiendo su garganta invadida y sintiendo sus ojos, no solo lagrimear de placer, como hace rato estaba haciendo, lagrimas que habían aumentado céleremente, sino que también por esas arcadas que le daba la profundidad que alcanzaba. El seguía engullendo todo lo que podía de ese majestuoso miembro, tan duro, tieso, sintiendo y saboreando las gotitas de pre-semen, apreciando cada una de las venas remarcadas, chupando cuando llegaba a tener solo el glande en su boca. Sasuke quería ser un buen sumiso, quería demostrarle, que como Uchiha, aprendía rápido y sacaría una nota superior o hasta un excelente si era posible. Pero aun así, seguía sintiendo una pequeña duda e incertidumbre. ¿Por qué el dolor le causaba tanto placer? ¿Por qué, mientras más fuerte era la sensación de frustración y que su pene aclamara con mayor fervor su liberación, se excitaba más? No lo sabía y aunque solo haya pasado un mísero día era algo que empezaba a frustrarlo.

    El rubio sintió como era chupado su falo con vehemencia, dándole un premio al menor, con sus dedos rosó esa protuberancia que había estado evitando. Su falo sintió las vibraciones de la garganta cuando intentó gritar. Se metió el falo rojizo a su boca y solo después de tres viajes hasta la base, lo sacó de su boca. Otro pop resonó en la habitación. Y se alejó del de piel nívea. Tanto de su trasero como de su boca, para desgracia de su polla.

    Fue hasta el armario, y abrió una de las puertas de acero que le daba a muchos tipos de fustas. Sacó una de varilla de metal, mango de jebe y en la punta un cuero medio doblado. Cerró la puerta y sacándose el saco y corbata, se acercó nuevamente al menor. Terminó de sacarse también la camisa y la colocó junto con la otra ropa. Su rostro, con los cabellos más desordenados, enmarcando más sus facciones, solo desprendía deseo por el cuerpo en su cama. En SU lecho; y alzó la fustas para pasearla por sus pies, delinear todo el largo de su estilizada pierna. Le dio unos suaves golpecitos a la entrepierna y recibió la reacción esperada, una espalda arqueada y los dedos, tanto del pie como de las manos, apretados, tratando de urdirse y desaparecer. Vio a los ojos del menor mientras con la fusta misma jugaba con sus testículos. Apreciando un poco de miedo.

    — No tienes que preocuparte mi lindo neko — Le responde a esa pregunta tácita — Solo hago las cosas para darte placer, y cualquier cosa pase, sabes que puedes decir “Azul”.

    Tenía confianza de que la palabra no sería utilizada y sabía que no por miedo el azabache la usaría. La fusta fue ascendiendo nuevamente, y con golpecitos repetitivos y suaves, iba chocando en los pezones del menor, alternando el derecho, con el izquierdo. A veces los aritos saltaban con los golpecitos, a veces se pegaban más a la piel cada vez más sudorosa. Los pezones, se endurecieron todavía más y se erguían orgullosos de portar la insignia de su dueño. Alrededor de cada botoncito el rojo empezaba a aumentar e intensificarse. Pero no era dolor lo único que causaba. Es más, casi nulo era el dolor, Solo sentía placer. Solo eso era lo que hacía retorcer al efebo. Moviendo con más fuerza las cadenas. Y retrayendo y estirando las piernas. La fusta empezó a descender nuevamente; bajó hasta el obligo y le dio una vueltecita, para luego empezar a golpear muy cerca del pene. Para empezar nuevamente con los golpecitos, chocando intencionalmente con su pene, de vez en cuando.

    — Tienes tan poco vello púbico, y nada de vello en tu pecho o axilas — Analizaba mientras seguía dando golpecitos y haciendo que el menor se retuerza y las lágrimas desciendan — ¿Acaso te depilas o afeitas? — Una negativa de parte del menor, que lo único que podía hacer era gemir y gritar cual poseso — Puede que seas casi lampiño, pues en tus piernas tampoco veo vellos y en esos rizos azabaches solo bordean un poco tu pene — Dándole un toquecito en la punta chorreante — Cualquier mujer envidiaría eso Sasu.

    Pasa la fusta a su otra mano y dirige los tres dedos que antes estaban en su ano a la boca. La saliva escurre por todas partes, se veía por el orificio como es que la lengua paseaba y jugueteaba a la par con los largos dígitos. Saboreando el lubricante en la mano del rubio. Mientras el amo se divierte viendo como el color de la entrepierna se vuelve más intenso. Pero tanto su falo como su lengua ansían profanar al de ojos negros. Dejó la fusta a un costado y le abrió las piernas para colocarse entre ella. Su abdomen descubierto rozaba el falo del menor, y solo eso era necesario para que le ardiera y doliera. Sin preocuparse de eso. Le sacó la mordaza de la boca y masajeó su mandíbula para poder besarlo luego.

    — ¡¡Mggghh!! — Fue el grito del menor al sentir su miembro apresado por ambos abdómenes

    Grito de dolor ignorado. Su pene se veía más hinchado pero ya faltaba poco para que sea liberado, su boca devoraba a la otra, sus dientes chocaban con los opuestos y las lenguas danzaban compartiendo saliva. Las manos siempre inquietas y traviesas, empezaron a descender por el torso y los besos siguieron su camino, por mandíbula cuello hasta llegar a los pezones.

    — Si no tuvieran tan poco tiempo. Mi lindo Sasu. Te aseguro que te los habría jalado y mordido, prensado y puestos hasta el punto de que se tornen morados — Le dio un leve beso a cada uno — Pero tiene que curarse, para que podamos jugar con ellos.

    — Sí, amo — Decía al borde del delirio.

    Las manos descendieron hasta agarrar las piernas por las rodillas y las alza hasta sus caderas; sonriéndole al menor, coloca su glande en el ano y mientras lo mete lentamente, le quita el anillo de la base del pene. Una vez liberado lo termina de penetrar. Todo su chorreante semen se escapa de su falo rojo he hinchado.

    — ¡¡¡Ahhh!!! — El menor grita sin importarle el dolor de su garganta — ¡AMO!

    Y sintiendo como es que mientras eyaculaba era penetrado rudamente, su próstata era estimulada y el orgasmo era más placentero. Hasta que los puños alrededor de las cadenas por fin se soltaron y los tensos músculos, se relajaron. Pero el blondo seguía penetrándolo incitando a que rodee su cintura con sus piernas.

    Lo hace sintiendo como es que no para de penetrarlo y empezando a sentir cierta incomodidad. Cierto dolor. Cierto malestar. La empapada cara de sudor y lágrimas se contrae del dolor. Quejidos empiezan a salir y la mano que se acaba de dirigir a su pene sobando el pulgar con el glande le hace gritar. Dolor. Mucho dolor es lo que siente.

    — ¿Te duele verdad mi neko? — Cuestiona con la sonrisa de lado — Felicidades, mi precioso —Suelta el pene y baja todo su torso para que quede aprisionado entre ambos abdómenes — Lo que sientes se llama Tortura post-orgásmica (1). Ya no tienes afrodisiaco que te estimule y tampoco te he dejado descansar por un par de minutos. — Lo penetra con más fuerza viendo la cara contraída — Luego del orgasmo la persona común llega a tener híper sensibilidad en las zonas estimuladas, en este caso tu pene y tu rico anito. A tal punto de que cualquier roce te causará molestia o ardor. Pero esto se puede remediar.

    Para sus arremetidas, pues no quiere que el menor sufra hasta que el eyacule. Y empieza un vaivén sumamente lento, mientras se mete en su boca la punta del falo flácido. Juega con sus testículos de forma suave y ligera, y el dolor se va alejando poco a poco por la nueva estimulación. Porque el falo se estaba alzando nuevamente y sentiría únicamente placer. El dolor abandona el rostro del menor, y los gemidos vuelven a escapar de su boca. El rubio le ve las manos un tanto rojizas por la falta de circulación y le suelta ambas extremidades. Le pone los brazos en su cuello y el menor de manera instintiva lo rodea y apega más su cuerpo.

    — ¿Quieres que te dé más fuerte precioso? — Le dice lleno de placer — Vamos precioso solo tienes que decirme que deseas —

    — ¡¡Ah!! Amo, Fólleme más fuerte — Deliraba de placer.

    — Tus deseos son ordenes mi neko —

    Arremete con más fuerza y de forma más profunda. El lubricante chorreaba de su ano y Sasuke no paraba de gritar o ser besado y besar. De su boca la saliva escapaba y como siempre el rubio lo limpiaba y lamía.

    — Motto Amo. Pártame en dos.

    La entrega del menor al placer era perfecta y sentía como en su espalda los dedos apretaban su piel. No le dejaría marcas y le impresionaba que el menor aun así pudiera controlarse para no desobedecer. Pero es que como Uchiha, siempre sacaría un excelente.

    Los minutos pasaban, y las penetraciones hacían vibrar más el cuerpo del joven. Aquel que solo podía gritar, gemir y pedir por más. Lo único que tenía permitido. Se quería masturbar, pero no lo hacía; quería rasguñar esa espalda, pero se contenía; quería chupar y lamer el sudor que en la frente del rubio se acumulaba, pero solo lo miraba absorto y deseoso. Su próstata era enteramente estimulada con agresividad innata y sentía como esos testículos llenos de esperma chocaban contra sus glúteos.

    — Ya casi mi neko — Le dice mientras siente como chupa su lóbulo derecho.

    El menor también siente nuevamente esa corriente invadirlo de la cabeza a los pies. Que aunque se demore un segundo en pasar por todo su cuerpo, el siente como cada célula es transportada al paraíso y luego se acumulan la fuerte corriente en su abdomen bajo. Finalmente su entrepierna explota apretando su recto fuertemente. El rubio no necesita más que eso para llenarlo de esperma.

    Las respiraciones son agitadas, y Sasuke siente como ese cálido chorro inunda y pasea por todos sus pliegues. El rubio le saca lentamente su falo, pero se da cuenta de algo. Sigue erecto, cual mástil, duro e hinchado.

    — Necesito más de ti Sasu — Le susurra mientras esas grandes manos lo agarran de la cintura y le dan vuelta.

    Su cintura es alzada y sus piernas y manos inconscientemente buscan la cama, las rodillas chocan con el colchón y las palmas de sus manos le dan la estabilidad deseada. Sabe que está sensible nuevamente y se pregunta si nuevamente será penetrado causándole ese fuerte dolor. Sus piernas tiemblan de la debilidad por el ejercicio y la incertidumbre de lo que está por acontecer.

    — Pero primero… — Le dice sacándolo de su estupor — Aprovechemos esta posición para darte el castigo de tu primera imprudencia. Así, tu error será enmendado. No voy a ser suave, ni reducir la cantidad, porque mi deber como tu amo es premiarte o castigarte. ¿Entendido?

    — Sí, amo.

    Casi en toda la sesión sus respuestas han sido las mismas, pero le excitaba que alguien tuviera tal poder en sus decisiones y control en su cuerpo. Las palabras enmendar su error, en vez de hacerlo sentir mal, le gustaba de una forma gratificante. Enmendar su error implicaba una forma de rectificar ese garrafal equivocación que había cometido al inicio. Y volver a la perfección. Porque un error en este tipo de relación, implicaba un delicioso castigo, y ese castigo era como ser purificado.

    El anhelo y deseo del menor hace que su ano se contraiga dejando a la vista esa rosada entrada y luego cerrándose ante los ojos azules. Le provocó cambiar su castigo. Estando tan dilatado un fisting (2) no causaría problema alguno, más que un poco de dolor al inicio, pero vamos, soportando su miembro, ¿que no podría recibir? Su mano tendría los problemas en la parte más ancha, justo donde el pulgar se conecta, pero luego entraría fácilmente, abriéndose paso por esos aros de músculos, sintiéndolo con cada dígito los contornos grumosos, para hundir también gran parte de su brazo. Oh, sería una vista digna de apreciar. Pero más que dolor, sería una emoción fuerte, muy fuerte para ser el inicio de esta relación.

    Dejó de pensar en ello se sentó de tal forma que su cara daba con una vista de perfil de las nalgas. Su brazo derecho sería el que usaría para esta tarea y no se apiadaría del dolor del menor.

    — Necesito que cuentes cada nalgada — Dijo mientras empezaba a masajear con su diestra las carnosas nalgas — Si no la cuentas, no vale. Tienes que estar sumamente concentrado ¿Entendido?

    — Sí, amo. —

    Ya parecía el mantra del placer. Sí amo; sí, amo. Sí, amo. Siempre eran las mismas palabras, pero nunca han sido un error. Le gusta esa sensación. Percibe nuevamente esa voz, mientras siente como traza círculos en todo su trasero y un “Empezamos” fue lo que escuchó antes de que resonara en todo el cuarto tremendo choque. Las manos le temblaron y calló en sus codos. Su boca estaba abierta y sentía como la zona donde estaba anteriormente la mano, ahora se empezaba a calentar y arder.

    — Cuenta Sasuke, no me hagas aumentar tu castigo — Le susurró con voz ronca al viendo el rojo intenso que empezaba a adornar justo en el centro, con su mano impresa entrecortadamente, entre ambos glúteos.

    La respiración le faltaba, y pensaba que tal vez sus brazos no serían los únicos que fallarían si recibía otra de esas. ¿Aumentar castigo? Ni loco, esperaba nunca más equivocarse, pero aun así ese ardor contrajo su ano por menos de un segundo. Respiró, todo ese aire que se había ido, lo trajo de vuelta a sus pulmones.

    — Uno — Dijo lo más audible posible.

    La mano se separó de su trasero caliente y ahora sintió esa corriente de aire que implicaba el momento descendiente del brazo y trató de prepararse para el choque, aun sabiendo lo que venía, no pudo aguantar que un grito escapara de sus labios y que ahora solo parte de su aire saliera por su boca.

    — Dos — Se demoró un poco menos, pero el tono fue un poco dubitativo.

    Fue como un rictus. Sasuke aguantaba la respiración hasta que llegaba la palmada a su irritado trasero y luego expulsaba todo el aire. Para luego decir que azote era. Y recién en la octava se dio cuenta de que su pene estaba nuevamente erecto. El dolor lo deleitaba y ese masaje luego de un azote, era, simplemente la cerecilla del pastel. El ardor comenzaba a incrementar y esas caricias no eran tan calmantes como parecía.

    El pelinegro no sabía que era un masoquista (3). Pero su amo, si estaba enterado de ser un sádico (4) de primera. Y le encantaba que su pareja tuviera ese lado. Veía su pene tan blanco como su piel, pues él lo había estrenado en todo sentido. Y apreció su propia erección antes de bajar su mano por novena vez. EL menor lo hacía muy bien, de forma perfecta si se podría decir. Había encontrado su ritmo y manipulado su respiración. Eso lo ponía más erecto, más deseoso, tenía un sumiso ejemplar, y deseaba poder devorárselo pronto. Y para contener sus ansias, decidió darle clases al menor.

    — Supongo que ya has de haberte dado cuenta del porque te he mandado a contar cada una de las nalgas — Dijo mientras el Uchiha recuperaba la respiración — Si mi fuerza es demasiada, puedo exceder tu limite, y llegarte a hacer un daño real, por lo que cada vez que cuentas, es como una forma de confirmar que sigues bien, fuerte, y puedes continuar soportando tu castigo — Susurró un “Nueve” al terminar la explicación — ¿Me entiendes Sasu?

    Sería mentira si dijera que no había pensado en eso, pero fue una idea tan vaga, que realmente no profundizo a tal manera, más concentrado se encontraba en respirar y contar. Un leve asentimiento, fue la respuesta única respuesta que iba a darle, pero se forzó a sí mismo para repetir esas mismas palabras. Pues aun inmerso en el dolor, no dejó de prestarle atención.

    — Sí, amo.

    — La ultima mi neko. — Le dijo mientras besaba una de sus rojas nalgas — Y dilo rápido que ya quiero follarte.

    Si delicadeza y con mayor velocidad por las ganas, bajó la mano sacando un grito más agudo de lo normal y una pequeña lagrima bajó por su ojo izquierdo. De todas maneras, él también estaba ansioso y sin recuperarse o adquirir más aire se esforzó a responder.

    — Mmmgh… Diez.

    Agudo. Más agudo de lo normal. Pero eso bastaba para ambos, el rubio se había parado apenas le terminó de azotar y al escuchar ese casi chillido como respuesta. Lo penetró fuertemente. Las nalgas resentidas chocaron con las caderas y al arremeter tan furiosamente, los testículos ingresaron junto a su enorme falo. Puso sus manos en las caderas pálidas y nuevamente embistió con mayor fuerza.

    Dolor, eso sentía en sus glúteos, pero él amaba la combinación de ser profanado y que su próstata rosada fuera estimulada, mientras sentía ese mismo dolor. Los movimientos no son lentos, no son acompasados; son rápidos, fuertes, furiosos hasta llegar al punto de ser salvajes. Y algo que habían pasado del largo se hizo presenten con ese grácil tintineo. Tal vez la voz del menor había opacado el poco movimiento de los aros, o el simple hecho de ser dijes y no cascabeles implicaba poco sonido; pero en esta ocasión los céleres movimientos, tan bruscos, los hacían resonar a la par de los gemidos de ambos.

    De un rápido momento, pasa sus manos a su abdomen y pecho y lo acerca hacia él. No baja la velocidad y siente como ese ano sigue lubricado por su anterior eyaculación. Los dijes siguen sonando al chocar con los respectivos aros, ahora saltan de arriba abajo y el rubio podía verlos en su mayor esplendor; ya que la blanca y sudorosa espalda, pegada a su pecho. Sube su mano del abdomen hasta un pezón y lo empieza a mover jugando con esa puntita erecta, pero no presionándolo. Las manos del menor se agarraban de lo que podían, brazos, cuello, muñecas; para no caer y seguir en esa posición.

    — Amo… Motto… ¡Motto!

    Gritos de placer, mientras sentía esa erección profanando su agujero, llena de venas, palpitante y tan gruesa y húmeda. Como buscaba hundirse más y como era jalada por su ano hacia adentro, queriendo absorberla y que se quedara enterrada dentro, en lo más profundo de sus entrañas, y su erección propia saltando y chocando con sus propios testículos. No necesitaba más, ese corazón palpitante en su espalda, sincronizado con los bombeos del suyo, ese sudor en su cuerpo. Las embestidas y pequeños golpes en su entrepierna, aquella que nadie tocaba; fue lo único que se necesitó para que el menor volviera llegar al clímax, tocando el cielo con sus dedos, e inundado de una lluvia de placeres inimaginables.

    No necesitaban decir nada, el rubio sentía como se apretaba cada vez más alrededor de su falo y el mismo sabía que llegaría rápido al orgasmo. El alumno eyaculó a la vez que su director. Y mientras lo llenaban nuevamente de esperma, seguía sintiendo como lo seguía perforando y su seme se desparramaba desde su pecho hasta las sábanas.

    Las manos del rubio dejan de sostenerlo tan solo por un segundo y el pequeño cae en la cama. Sacando su pene en el proceso, viendo como su semilla chorreaba desde el ano. El rubio tan solo se acuesta a su costado y lo atrae a su cuerpo para apartar el cabello negro y mojado, de su cara.

    — La sesión terminó mi precioso — Le susurra en tono calmado — Puedes decir lo que quieras.

    Sonriendo escuchó las palabras de Naruto con el fondo del palpitar de su corazón.

    — Quiero un relajante baño y tal vez algo para que no me duela al sentarme — Dijo en tono juguetón, mientras le devolvía la mirada al rubio.

    Las carcajadas salen de lo más profundo de su garganta, haciendo vibrar su pecho. Le besa la cabeza y la nariz, para luego mirarlo a los ojos

    — Realmente eres un mandón, ¿no, teme? —

    El azabache se había ganado el insulto. Pero no por eso el otro se quedaría callado.

    — No preguntes lo que se sobre entiende, DO-BE.

    Luego le roba otro beso al rubio, y el mayor se va a preparar la tina de agua tibia, eso relajaría sus músculos tensos y adoloridos, y disminuiría la irritación de sus glúteos, aparte de echarle un líquido relajante. Habiendo terminado de preparar la tina, regresó con su neko y se sentó a su costado, viéndolo echado y desnudo. Le volvió a acariciar las mejillas rojas quitándole otro mechón pegado por el sudor.

    — ¿Te puedes parar, o te ayudo mi neko?

    El ceño fruncido implicaba indignación y por mostrarle lo contrario, alzó la parte superior de su cuerpo; con un resultado doloroso, tanto en sus nalgas como en la parte inferior de su espalda.

    — Aghh… Me dejaste inválido — Dijo en tono de reproche

    —No seas exagerado teme — El insulto se había quedado —lo de antes no lo decía para molestarte o para herir tu orgullo Uchiha. Era porque siento tu primera sesión, sabía que tus músculos se iban a resentir fuertemente una vez acabado el ejercicio — Dijo conciliadoramente mientras cargaba a un azabache con el ceño fruncido.

    Fueron hasta la tina y empezó a descender el cuerpo del menor, lentamente. Sintió un respingón, cuando sus nalgas chocaron con el agua, pero luego fue algo relajante. EL agua estaba tibia teniendo un poco más de agua fría que de caliente. Esa era la temperatura para relajar a sus músculos y a la vez quitarles el ardor y quemazón a los otros. Sostuvo la espalda del menor y se metió detrás de el para luego recostarlo en su pecho. Y empezar a jugar distraídamente con esos aritos.

    — Cuéntame Sasu, ¿Qué te pareció tu primera sesión?

    Un poco sonrojado apartó la mirada del índice que movía el dije de acero con la palabra Kyubi.

    — Si quieres saber, si realmente me gustó o no. — Exacto, eso mismo quería — La respuesta es sí. Me encantó.

    Le alegraba, y mucho. Porque no importa lo que el rubio haya dicho antes, si al menor no le gustaba ese tipo de actividad sexual, la relación no podría desarrollarse. Él no lo obligaría a hacer algo que no le gusta y sabía que el menor tampoco resistiría. Pero le gustó. Corrección. Le encantó.

    Lo apresó más hacia su pecho y le llenó de besos el cuello, causándole cosquillas al de ojos negros

    — Para ser un amo, eres demasiado alegre —

    Trataba de contener su risa, pero siendo su punto sensible en el sexo, era la parte del cuerpo que le causaba más cosquillas. El rubio no paró hasta que lo hizo lagrimear un poco, le encantó oír esa risa tan fresca. Ojalá y luego se la pudiera sacar sin hacerle cosquillas. Algo que parecía casi imposible, junto a esas sonrisas llenas de prepotencia, costumbre del menor.

    — No confundas Sasu. Que sea un amo estricto, no me hace una mala persona. Como te dije antes. Lo raro o distinto en mí, son mis tendencias sexuales.

    Le respondió mientras volvía a jugar, pero con su otro pezón. El azabache, solo recostó su cabeza en ese bronceado hombro y ambos se quedaron callados un par de minutos, disfrutando y dejando que los músculos descansen de tanto ejercicio. Luego una pregunta invadió la cabeza del menor. Abrió sus ojos dispuesto a absolver esa duda. Quería estar lo más informado posible del terreno en el que se iba adentrando.

    — Sensei — Llamó su atención con un sutil susurro.

    — Cuando estamos en sesiones o en una práctica sexual me vas a decir amo, cuando estemos los dos solos como ahora me vas a llamar por mi nombre y solo frente a los demás dime sensei o director. No es que no quiera o algo. Pero me excita que me llames de esa forma si estamos solos. — Terminó de explicar — Naru o Naruto, me gustan más.

    — De acuerdo, Naruto —

    Se sentía raro tanta familiaridad, pero no iba a negar que también sentía ese toque de morbo al llamarlo amo o sensei cuando ambos estaban desnudos y tan juntos.

    — Así me gusta precioso. Dime lo que desees.

    — Quisiera preguntar algo — Un leve “Hm” Mientras seguía jugando con su pezón fue la señal de que lo escuchaba — Cuando… — Aun así era un poco vergonzoso — Cuando uno siente placer por… por el dolor. ¿Es algo normal?

    El rubio había parado de jugar, alzando el dijecito y sosteniéndolo en la caída apenas escuchó la pregunta del menor. Placer mediante el dolor. Una sonrisa surcó sus labios al confirmar sus sospechas de lo que vio en pleno acto sexual. Le jaló el pezón formando una mueca de sorpresa y un atisbo de dolor en el otro, para reforzar lo que iba a decir.

    — No es que sea normal o anormal mi bello neko. — El pezón del menor se irguió y el rubio lo apresó entre sus dedos, pulgar e índice — Es más que nada un gusto. A las personas que sienten placer por el dolor, se les llama masoquistas. Pues aunque les duela quieren más y eso me encanta, es más ¡Es perfecto!

    Lo abrazó y empezó a repartirle nuevamente besitos en el cuello y tratando de contener a un azabache que se removía en sus brazos por las cosquillas que lo atacaban de nuevo.

    — Con un amo sádico como yo. Es bueno que tú seas masoquista. Sino, tal vez no hubiéramos durado mucho.

    Dejó de hacerle cosquillas y empezó a echarle shampoo a la cabeza del menor para lavarlo. Mientras el otro meditaba sus palabras. Naruto era un Sádico y el un Masoquista. Eso era algo interesante, y se alegraba mucho de serlo, pues no le hubiera gustado para nada que esta “relación” que recién inicia, no tuviera un futuro muy duradero. Sintió como el rubio le echaba agua para enjuagar sus cabellos y simplemente cerró los ojos. Al parar de enjuagarlo alzó sus parpadas y vio su pezón con el aro volviendo a su estado normal.

    — Tienes que investigar en casa, Sasu.

    — ¿Cómo? No entiendo.

    — Si bien, yo te he dicho algunas cosas. Eso es solo lo básico. Te he explicado lo genérico de la relación que deseo, pero quiero que tú aprendas y entiendas por ti mismo.

    — Planeaba buscar lo del dolor, pero creo que no se me ocurrió buscar más del tema — Desviando la mirada.

    Un Uchiha no es curioso, pero debe saber de todo. Por lo que, el no haber pensado en ello, lo hizo sentir un poco mal.

    — Es tu tarea, precioso. Recuerda que lo que yo te ofrezco es una relación por sesiones. No 24/7. Mira las diferencias, averigua todo lo que puedas. Que Luego te voy a preguntar.

    Le da un besito en la cabeza y se separa de su espalda. Se levanta y sale desnudo a buscar una toalla. El menor solo maldecía al rubio por tener tal cuerpo y tentarlo con tremendo, firme y bien formado trasero. Salió de sus fantasías, para pensar en algo que sería un pequeñísimo problema. El rubio se ha ido dejándolo solo, este no se podía parar antes. Pedir ayuda no era una opción y caerse cual nenita tampoco. Pero, aunque pareciera un tonto; Naruto realmente hace todas las cosas pensando, teniendo un trasfondo. ¿Tal vez sabía que lo podría hacer solo? Puso sus manos en un borde de la tina caliente y se alzó con más facilidad de la que pensaba. El dobe no hacía nada sin haberlo meditado y si lo dejaba solo era por algo. Se levantó y cogió otra de las toallas que se encontraban en el mostrador para enrollársela en la cintura. Y finalmente una más pequeña para su cabello. Salió de la habitación despreocupadamente para no verlo por ningún lado. Se sentó en la cama y vio el reloj en la pared.

    MIERDA.

    Era mucho más tarde de lo que había pensado, esa sesión y baño no tomó el par de horas normales. Ya eran cerca de las nueve treinta y si iba caminando se iba a demorar media hora más. Generalmente llegaba antes de las ocho, pero aun así su hora de llegada era un poco mayor. De todas maneras, estaba en serios problemas si no se apuraba. Los pasos de alguien descendiendo las escaleras lo hizo que espabilara un momento. Era Naruto con su mochila y ropa.

    Le agradece y se empieza a vestirse velozmente. El rubio mira el reloj también. Con exactitud, dice las “21:23” Las sesiones son largas y encima no le pudo echar loción a su trasero, mañana tal vez esté más rojo de lo normal y hasta un poco resentido.

    — Sasu.

    — Tengo que irme, me van a matar si llego después de las diez sin avisar. Tengo que irme ya.

    Oh claro. Era libre de “hacer lo que quisiera” Pero si no llegaba a la hora ya establecida, lo castigaban e insultaban, diciéndole lo deshonroso que era tener un hijo que ni ver el reloj sabía.

    — Yo te llevo, mi neko. En mi carro llegamos en menos de quince minutos. Pero estas sesiones no pueden seguir como habíamos planeado.

    El menor se paró en abrupto. ¿Lo estaba botando? ¿Solo una maldita sesión y ya no le importaba? ¿Solo lo quería para una vez igual que todas sus putitas anteriores? Su ceño se acentuó y estaba por lanzarle improperios, cuando el otro se acercó aun solo vestido con un bóxer y lo abrazó.

    — No seas idiota de pensar cosas que no son.

    — No me llames idiota, maldito. Tú, tú me…

    — Te digo que te calmes. No te he utilizado ni nada. Te he dicho que no mal interpretes mis palabras — Su voz adquirió ese tono de mandamás — A lo que me refiero es que estas sesiones serían un suicidio para ti, si las hacemos toda la semana. Solo las haremos una por semana, los viernes, como ahora. Y le avisarás a tu padre que siempre vas a llegar tarde por hacer un proyecto. Cosa que tendremos que convertir en verdad tarde o temprano.

    Las cejas juntas, se vuelven a relajar; los músculos tensos, pueden deslizarse nuevamente a sus sitios de origen y la mirada de furia, puede irse, pues no la necesita. Botó un suspiro. Le parecía sensato, necesitaba tiempo para dedicarlo a sus estudios y eso no impedía que se siguieran viendo a la salida, aunque sea para conversar o hacer cosas más sutiles.

    — De acuerdo. Pero necesitamos buscar algún concurso internacional de informes, para meterme. Tal vez y hasta gane el primer puesto y le aumente prestigio a tu escuela.— De sus labios salieron una sonrisa de lado, llena de prepotencia y burla.

    La sonrisa del rubio se convirtió en una mueca de disgusto y enojo. Un enojo nada peligroso, y ocasionado por su huraño gatito.

    — Teme tenías que ser. Termina de alistarte y nos vamos — Dijo dirigiéndose a sus ropas — De todas maneras te vas a quedar las dos horas acordadas luego de clases, se pueden hacer muchas cosas que no sean solo sesiones. Y la hora antes de clases, tampoco se cancela.

    — No pensaba dejar de venir.

    Una sutil sonrisa de parte del rubio y se siguió vistiendo.


    ****Mi Director y yo ****



    Ya en la esquina de la casa, el reloj marcaba las 9:41. El corto viaje había sido tranquilamente silencioso. Uno un tanto cansado y otro radiante de poder hacer lo que desee con su nueva parejita y hasta pensando que es lo que haría el siguiente viernes. Zarandeó un poco al seminconsciente menor y este parpadeó.

    — Bello durmiente, ya llegamos.

    — Soy bello, pero no necesitas decirlo a cada rato.

    Sí que era un condenado Uchiha, Itachi también era igual de presumido. Pero tenía que haberse fijado en él. Aguantando las ganas de discutir por tonterías, acalló al otro con un suave beso.

    — Eres bello y por eso me encantas. Vaya a su casa, que lo están esperando.

    Esquivando la mirada y con un leve tono rosa en sus pómulos asintió a lo que dijo el rubio.

    — Nos vemos… Sensei — Retó provocándolo, con esos ojos brillosos y sonrisa altanera.

    EL rubio lo agarró de la muñeca cuando este se dispuso a abrir la puerta con la otra mano. Y besó esos labios hasta dejarlo sin aliento. Acariciando con su lengua y toda su cavidad.

    — Te dije que no me provocaras, precioso— El otro solo trataba de recuperar la respiración — Y antes de que te vayas — Sacó el celular del bolsillo del menor y empezó a teclear. Guardó su número y se llamó a su propio celular — Ahora si estaremos en contacto precioso. Y No te olvides de hacer tu tareíta e investigar.

    Otro piquito y un escueto adiós fueron la respuesta acelerada de Sasuke. Para ir hasta la entrada principal. Obviamente habían evitado ponerse al alcance de las cámaras de seguridad, para que no fuera interrogado luego.

    Va a la cocina por una pequeña merienda, un sándwich de queso y jamón, con un vaso de jugo de tomate fresco y sube a su cuarto.

    Pone el vaso y plato en la parte larga de su escritorio en forma de “L” y abre su laptop ubicada en la parte pequeña, iniciando sesión. Deja su mochila a un costado de su escritorio, como siempre y antes de sentarse va hacia la puerta, para poner seguro. Esa tarea necesitaba más privacidad de la normal y no sabría que decir si Itachi entrara. Volvió a la silla rotatoria y encendió el aparatito de internet. Mientras esperaba, le dio un sorbo a su jugo y una mordida al pan. Luego de un par de minutos pudo ingresar a la red y fue al conocido buscador de “Google” tecleó BDSM. El primer enlace era de Wikipedia, por lo que hizo clic, e ingresó.

    La primera imagen que vio, era un collar, lo que le había dicho el blondo, recordó la poca decepción que apareció en sus ojos al no poder ponerle un collar. Según esto era un símbolo, y por lo que creía de gran importancia. Eso lo leería más abajo.

    Otra mordida a su pan y empezó a leer el significado de esas siglas. Se olvidó de tragar lo masticado y casi se atora el mismo. Abría nuevas ventanillas con cada una de esas palabras y cada vez sus ojos se abrían más. ¿En que se estaba metiendo? Tratando de calmarse siguió leyendo. Siguió y siguió sabiendo la complejidad de este mundo al que se estaba adentrado.

    Continuará…

    PAGINA PARA SEGUIR ACTUALIZACIONES
    www.facebook.com/groups/168180026717513/
    PAGINA PARA SEGUIR ACTUALIZACIONES

    Si les gusta la lectura >.0 Les recomiendo MUUUUCHO MUCHO esta que recién ha empezado. Pero tiene muy buen material
    www.facebook.com/Read.More13

    Acá les dejo la imagen de LA FUSTA.
    http://mco-s2-p.mlstatic.com/fusta-cuero-s...42_112013-O.jpg
    LA MORDAZA
    http://mco-s2-p.mlstatic.com/ball-gag-boza...28_072013-F.jpg



    Siguiente publicación será el sábado 11 Pero NO será de este fic nwn. Será un capítulo EXTRA de Dulce Aniversario, Dulces Recuerdos. Es un buen Fic NaruSasu, les gustará mucho.

    (1)Tortura Post Orgásmica: No es tan feo como suena. Suele suceder tanto en la mujer como el hombre, y como dice el nombre, es luego de llegar al orgasmo que las partes estimuladas, como el pene (especialmente el glande) y el clítoris. Si en el ano sucede, solo me lo puedo imaginar porque también es estimulado y sería mas en la zona de la próstata, pero no estoy segura. Investigué pero no hay sobre el tema (me refiero a la sensibilidad en el ano) He leído algunas historias, que confirmarían mi hipótesis, pero sigo sin estar segura. Por lo que les digo que en ese tema, no soy confiable al 100%. X’3 ¿Un 95% Tal vez?

    (2)Fisting: Trata sobre meter la mano entera y parte del antebrazo en el ano o vagina, para esto se tiene que tener al receptor/a bien dilatado para que no sufra un desgarre.

    (3)Masoquista: Persona que siente placer mediante estimulaciones que le causen dolor.

    (4)Sádico: Persona que siente placer, infringiendo dolor a otra ser.

    XD De cuando escribí el fic, conversación antigua.



    Alex-chan: *Cae desparramada en el piso* Por fin lo acabé cocorocos locos >o<!!!!

    Sasu: 0.0…

    Alex-chan: Vamos Sasu, no es tan malo.

    Sasu: *Sigue leyendo* 0///0 Ca-callate maldita.

    Alex-chan: uwu. Les invito que se metan a leer e investigar, es mucho mas interesante de lo que aparenta. No se olviden de dejarme un Review dinciendo sus opiniones constructivas sobre el cap >.0.

    Nos leemos pronto.
     
    Top
    .
  5. Humpnie Humbert
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Maldicion!!!

    Me conecto y luego luego me sale tu fic que espero siempre con ansias
    Haces que mi imaginacion vuele

    Gracias por escribir tan bien!!!!

    En espera ardua de la contyy

    Matta nee y descansa un poquito para que sigas pensando tan bien jejeje
     
    Top
    .
  6. liho1993
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    cada capi te keda genial me facina esta historia y estoy como sasu investigando un poco para entender mejor ....
    y adoro leer tu fic
    y sigo diciendo felicidades por su trabajo....
    me facina la actitud de naru-chan ....
    es pero contyyyy con ansias.
     
    Top
    .
  7.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Amante de todo el Yaoi en el Mundo
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    114
    Location
    En mi propio mundo

    Status
    Offline

    Hikari: hola primera ves que me presento en este fic y tengo que decir que me gusto-alguien la jala por detras
    Kurai: que te pasa sabes que yo siempre empiezo- dice con una aura asesina
    Hikari: bueno..esta bien comienza....-
    Kurai: konichiwua :D nos encanto el cap.. estuvo genial ame la primera sesión KYYYYA!!!! ya quiero conty-
    Hikari: si yo también....bueno perdón por no comentar...-
    kurai: es que siempre que quiero comentar algo no me deja y siempre me pasa y aparte de la escuela con los exámenes uufff...-
    Hikari: no acabamos y bueno ya comente y vuelvo a decir que lo amamos, amamos la conty-
    Kirai: NOS VEMOS...esperamos ansiosas la conty...-
    Hikari & Kurai: Sayonara nos leeemos luego...- :=duouou: :=BIENODOE: :=BIENODOE: :=BIENODOE: :=WIJIS: :=WIJIS:


    :=PAMDAXX: :=PAMDAXX: :=PAMDAXX: :=BIENODOE: :=BIENODOE: :=BIENODOE: :=FOXXIN: :=WIJIS:
     
    Top
    .
  8. gavyvan
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    .......... :=ummse: :=ummse: hola....que barbara apenas me repongo de una hemorragia y tu vuelves a mandarme al coma :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: pero no importa aun me quede sin gota de sangre aqui estoy al pie del cañon con tigo :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=amors: :=amors: :=amors: :=amors: sigue te apoyamos asta la próxima .......que reaccione del coma...................piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii :=deeaaah: :=deeaaah:
     
    Top
    .
  9. itziritha
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    juju
    espero muy pronto la conty
     
    Top
    .
  10.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    mmmm quiero ♥
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    358
    Location
    Acosando A Maya Hideyuki \(^V^)/ <3

    Status
    Offline
    KYYYYAAAAA! MMM... perdon por no comentar antes ¬¬ mmm ando ocupada, xD jeje me encanta como escribes *O* es genial :3 jeje xD me encanta Alex xD!
     
    Top
    .
  11. kawai13
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Holuu lamento un poco la demora... ewe era el sábado o domingo que tenía que subirlo XD pero espero lo disfruten

    Disclamer: Los personajes de Naruto Manga/Anime no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo los uso para darle vida a mis historias SIN FINES DE LUCRO.

    Capítulo VII: Cita

    El sol brillaba y caía a los parpados cerrados de aquel que yacía en su lecho. Aun siendo sábado, empezó a removerse, no para cerrar la cortina, sino para iniciar un nuevo día. Desemperezándose y tallándose los ojos, se sentó y apreció la hora marcada en su despertador de la mesa de noche derecha. Cinco para las ocho de la mañana. Se había levantado antes de que suene su alarma, pero antes de alzar su mano para alcanzar el aparatito y quitar la alarma, sintió un leve ardor en sus nalgas. Sus labios se apretaron un poco, tratando de no demostrar la molestia que sentía por seguir sentado; luego se ordenó a sí mismo a que su brazo siguiera el recorrido hasta su reloj.

    Ya con la alarma desactivada, se acercó al borde de la cama y se dispuso a pararse; al parecer sus piernas y brazos estaban también un poco cansados, sus músculos un poco resentidos, pero de manera casi imperceptible. Tal vez esa ducha si lo calmó, aunque no mencionó ese pequeño olor cítrico que había sentido. Lo más probable es que el rubio hubiera puesto algo en ella.

    Metió sus pies en las serias pantuflas que combinaban con su ropa de dormir, camisa y pantalones de seda negra, holgado para su mayor comodidad al dormir y se dirigió al baño. Se lavó la cara y los dientes, aparte de usar el excusado; luego se bañaría, tal vez después del desayuno, una hora después, por la digestión o a medio día para relajarse; esa era la ventaja de los fines de semana, todo se hacía con más calma.


    Bajó las escaleras y en la mesa ve a Itachi sentado solo, tomaba un café y leía las noticias financieras del periódico. Un empleado se encontraba detrás de él, por si el joven necesitaba algo más. Fue el primero que vio a Sasuke, notando su presencia en el ambiente, entonces se dispuso a poner un tapete, un par de platos, uno para la taza y otro para que se sirviera lo que deseara de la mesa, acercarle el azucarero y volver a su sitio por si alguno necesitaba de sus servicios. Mientras hacía eso, el menor se sentó y el de cabellos largos bajó el periódico para apreciar a su hermanito menor.

    — Buenos días, ototo — Le saluda gentilmente.

    Deja el periódico a un lado, para poder compartir un corto tiempo con su hermano y acerca su taza de café para tomar un sorbo.

    — Buenos días Ita-nii.

    — Me enteré de que ayer llegaste un poco tarde. ¿Pasó algo?

    Ya el joven sirviente había terminado de colocar las cosas y Sasuke empezaba a untarle mermelada a una tostada que se encontraba en uno de los platos. Pero al escuchar la pregunta, una gotita de mermelada llegó a escapársele y gracias al cielo calló en el plato, no manchó el tapete ni el mantel. El tapete era solo para las migas del pan o la tostada; según palabras de su padre, no era ningún niño de cinco años que no podía comer bien, o botar líquido de sus bebidas. Tratando de disimular ese descuido ante la perfección que la casa exigía y que siempre era cumplida por sus dueños. Se enfocó en pensar en la pregunta de su hermano.

    — Ningún problema. — Dijo aparentando calma e ignorando la mirada del mayor en la gotita roja de su plato — Solo había más tarea de lo normal, aun así calculé bien el tiempo para llegar antes de las diez a la casa.

    Su hermano era muy perspicaz, pero al parecer, solo pensó que esa gotita de mermelada era un tanto escurridiza y movió la cabeza de un lado al otro mientras sonreía.

    — Me agrada que seas el mejor en el colegio Sasu, pero no te sobre esfuerces ¿Entendido? — Un asentimiento era lo que podía recibir, mientras el otro masticaba su tostada. Hablar con la boca llena era de mala educación — Y hablando de otras cosas Sasu, quiero contarte algo.

    La sonrisa en el rostro de Itachi había crecido un poco, mientras Sasuke cómplice, terminaba de pedirle al joven sirviente jugo de naranja recién exprimido. Esto por dos motivos, que deseaba tomar algo acorde a su tostada dulce; y la más importante, darle la privacidad que su hermano le había comunicado con su vista y leve inclinación hacia adelante, demostrando así, que era un tema que no debía ser conocido por nadie más.

    — ¿Qué es lo que me deseas contar?

    Su expresión era relajada y solo con Itachi dejaba que sutiles sonrisas se escaparan de sus labios, bueno, ahora también estaba un rubio revoltoso en la lista.

    — Tengo pareja Sasu.

    Se había inclinado un poco más hacia adelante y con su mano izquierda cubrió un poco su boca, para darle mayor énfasis al secreto. Los ojos del de cabello corto se habían abierto. Mucho. No sabía que su hermano estaba saliendo con alguien y menos que esa información se la ocultara a su padre. Si así era, ha de ser por algo. Ahora notaba porqué el tema era delicado. El menor termina de darle el sorbo a su café recién preparado y deja la tacita nuevamente en el plato. Todo de forma lenta y pausada para que no se notara que estuvo a punto de atorarse al escuchar la noticia. No tenían mucho tiempo, pues su jugo estaba por llegar, por lo que se aclaró la garganta y miró a su hermano de manera fija, pero de forma conciliadora para que supiera que contaba con él.

    — ¿Desde hace cuánto?

    — La verdad es que vengo intentándolo desde hace cerca de un año, pero recién se hizo formal hace un par de meses.

    El menor veía la felicidad que desbordaba su Itachi al hablar de esa persona, tal vez la chica si se mereciera a su hermano, y para que su este trabajara para conquistarla por casi un año, significaba que valía la pena. Se alegró por él y no le acarrearía problemas a su Aniki al no darle su apoyo. Itachi fue su único soporte por muchos años y lo seguía siendo; por lo que demostrar un poco de alegría por él, no era nada malo.

    — Me alegro mucho por ti — Dijo mientras volvía a acercarse la tostada a la boca.

    — Gracias Sasu, de verdad que al que más quería contarle sobre esto, era a ti. Pero el trabajo o tú colegio no me permitía poder decírtelo. Solo… no le digas a padre. Ya sabes lo delicado que es con este tipo de temas, y no quiero que porque a él no le parezca una pareja adecuada yo tenga que terminar mi relación.

    — ¿Acaso es alguien de mala familia o sin prestigio?

    A él no le molestaría que así fuera, pero esos eran los requisitos de su padre para la pareja de sus hijos, si era un “pobretón” como le decía Fugaku, sabía que no había posibilidad alguna de que los dejara en paz con su relación.

    — No, Sasu; aunque sabes que no me importaría. Pero padre toma estos temas con mayor complejidad de la necesaria.

    — Entiendo, no le diré a padre ni una sola palabra — Le sonrió de manera arrogante — Pero de todas maneras quisiera conocer a la persona que le hizo rogar a mi hermano mayor por cerca de un año.

    — Ja, Ja, Ja, — Risa llena de sarcasmo — Que amable ototo. Veré como concretar una salida sin que padre se entere lo más pronto posible.

    El sirviente llegó con el vaso lleno de jugo de Naranja recién exprimido. Ambos hermanos, escondieron esas pequeñas sonrisas, para mostrar unas más sutiles o serias. Itachi se enderezó y prosiguió a tomar el último sorbo de su café.

    El tiempo pasa, no más de veinte minutos, donde Itachi conversa con su hermanito de la empresa, su colegio, nuevos contratos, proyectos escolares. Sasuke aparentando más seriedad que Itachi, pero aun así disfrutando el momento. Justo cuando el reloj marcó diez para las nueve, Fugaku bajó las escaleras y se dirigió al comedor. Viendo a sus hijos sentados.

    Ahí, fue donde Sasuke se percató que Itachi también iba vestido de traje al igual que su padre.

    — Buenos días padre — Dijeron ambos hermanos a la vez.

    — Buenos días — Respondió escuetamente — Itachi, tenemos que irnos pronto, quiero llegar antes para arreglar la presentación de la junta.

    — Claro padre — Cogió su maletín que estuvo fuera de la visión del menor, a su lado derecho y se alzó arreglándose un poco la corbata. Pasó su maleta a la otra mano y al caminar detrás de la silla del menor, le alborotó los cabellos — Nos vemos en la noche ototo.

    — Buen día a ambos.

    Frente a su padre tenía que actuar lo más serio posible. Itachi llegó al costado de su padre, que miraba el plato del Uchiha menor. Esa pequeña mancha roja. Sasuke bajó la mirada hasta su plato, y trató de bajar su mano para ocultarlo de la vista de su padre, mientras el de cabellos largos miraba la escena con preocupación. El mayor simplemente lo ignoró y se volteó hacia Itachi, sonriendo mientras que ambos caminaban a la puerta

    — Como siempre quiero que los sorprendas Itachi…

    No siguió escuchando pues ya estaban lejos; con una servilleta, limpió la gotita del plato y se reprendió mentalmente mientras lo hacía. Terminó de comer su segunda tostada con mermelada y de tomar el último sorbo del jugo. Simplemente lanza un suspiro y se dispone a salir del comedor.

    — Limpia todo. — Fue la orden que le dio al sirviente, de forma firme pero no malcriada; eso le daba a entender al empleado que ya había terminado de desayunar y no iba a volver a la mesa.

    ****Mi Director y Yo ****



    Ya habiendo tomado una ducha de agua tibia, y con ropa limpia puesta, que constaba de un polo de manga larga delgado azul marino, un jean plomo y zapatillas cómodas, se encontraba haciendo los deberes pendientes que tenía.

    Ya había terminado los ejercicios de aritmética. La investigación en Geografía. Y se encontraba concluyendo los ejercicios de geometría. Después de eso, solo le quedaba leer “Macbeth” de William Shakespeare, que era para el viernes y concluiría; tal vez lo leería esa tarde o el domingo.

    Poniendo la respuesta del problema numero veinticinco y dejando caer el lapicero al costado, pudo dar por finalizada esa materia. Mirando su reloj apenas iban a ser la una de la tarde. Por lo que seguro tendría que almorzar solo en ese amplio comedor. Un suspiro brotó de sus labios y se dispuso a guardar el compás y escuadras que había utilizado para resolver los problemas de geometría; hasta que sintió como el celular que estaba a su lado izquierdo vibró contra el vidrio del escritorio.

    Extrañado acercó su mano a su aparatito infernal, como lo llamaba su madre, y vio con sorpresa que era un mensaje, pero no un mensaje de cualquier persona. En el contacto aparecía el nombre de Naruto N., así que el rubio había logrado hasta guardar su contacto en el celular. Una sonrisa ladina apareció en sus labios y se dispuso a abrirlo.

    Mensaje
    Te invito a una inolvidable cita con tu adonis persona, mi bello Sasuke.
    Namikaze, Naruto.



    El mensaje era agradable, galante y con un toque de gracia para no infundir presión alguna en su remitente. El menor no tuvo que pensar mucho en su respuesta. Y con una pequeña sonrisita un tanto prepotente empezó a escribir el mensaje. Pero antes de enviarlo dudó un poco, tal vez, ¿estaba siendo un tanto atrevido? Armándose de valor, apretó el botoncito de “enviar”.

    Mensaje:
    Acepto gustosamente salir contigo. Recógeme donde me dejaste la otra vez
    Sumiso del Adonis



    Un mensaje educado, coqueto y atrevido. Todo lo que se podía esperar de un Uchiha, ¿verdad? Aparte de que tuvo que insinuarle que no se estacionara en la entrada o cerca del alcance de las cámaras; sabía que el rubio tonto no era, pero de más no estaba recordárselo. Guardando su celular en el bolsillo de su jean, bajó hasta el comedor donde un empleado ya estaba acomodando la mesa con el plato de entrada. Eso implicaba que dentro de poco ya lo iban a llamar para almorzar. Ya frente a la entrada, se encontró con un suculento plato de crema de champiñones con espárragos. Una entrada caliente perfecta para el clima frío que rodeaba el lugar.

    Comería solo nuevamente, pero aunque sea la sensación que le había dejado el mensajito, lo reconfortaba de encontrarse solo en esa inmensa mesa.

    Su celular vibró antes de empezar a degustar su cremosa entrada. Lo sacó y no pudo evitar sentirse un poco abochornado por la respuesta que leía. Pero debía disimular indiferencia lo mejor que pudiera. El sirviente se encontraba a sus espaldas cerca de la pared esperando alguna indicación o para quitar el plato vacío y poner el siguiente. Era alguien callado y tranquilo, pero los rumores pueden correr como el agua en esa casa.

    Mensaje
    Deseoso me encuentro de verte. Paso por ti a las 2:00
    Amo del bello sumiso.



    Apreció la hora en su celular, la una con cinco minutos. Tenía tiempo para alistarse.

    ****Mi Director y Yo ****



    A las dos y media en punto, un mensaje avisando de su llegada hizo al azabache pararse de la silla y cerrar su laptop. Estaba cambiado, traía un polo negro manga corta y para protegerse un poco del frío un suéter gris con un par de líneas negras en las mangas y en el cuello en “V”. Su pantalón era de un gris mucho más oscuro y las converse del mismo tono que el suéter. Solo que con los cordones de color negro. Un poco sobrio, pero a él le gustaba de esa forma. Cogió su maleta, porque si de escusa ponía que se iba a hacer un trabajo, era necesaria, sus llaves y se dispuso a bajar por las escalera. Limpiando la sala se encontraba un sirviente. Le avisó que iba a salir a hacer un trabajo y que llegaría como siempre, antes de las diez. Que le dijera a su padre o a su hermano. Un “Entendido” junto con una leve reverencia, fue lo único que necesitó para salir de la casa.

    Salió por la puerta despidiéndose de un guardia con una inclinación de cabeza y caminó tranquilamente hasta donde se encontraba el carro, volteando la esquina y fuera de la vista de las cámaras.

    Abriendo la puerta del copiloto, se introdujo en el auto ante la atenta mirada del rubio. Dejó su maleta en los asientos traseros y finalmente alzó su vista viendo esa traviesa sonrisa marcada en esos labios que tanto empezaban a gustarle.

    — ¿Mi saludo, hermoso sumiso? — Preguntó coqueto, recordándole el mensaje.

    Sasuke solo sonrió recordando el saludo tan candente que a él también le empezaba a agradar tomarlo como una costumbre. Su cuerpo mismo se direccionó hasta el del rubio y pasando sus manos por su nuca empezó a besarlo, lento tranquilo. Sintió como su acompañante se sacó el cinturón de seguridad y pasó ambos brazos por su espalda atrayéndolo y alzándolo de su asiento. Ahora sentado en sus piernas, el beso seguía lleno de pasión. Con las lenguas saboreándose una a la otra y el rubio chupando y lamiendo de vez en cuando esos carnosos labios.

    Lentamente, el beso se iba concluyendo, mientras Sasuke le acariciaba esos rubios cabellos y el mayor aprovechaba para pasear sus manos por el delgado cuerpo que tenía a su merced.

    — Me encantan tus besos— Dijo finalmente separándose y dándole un piquito.

    El menor seguía masajeando el cuero cabelludo rítmicamente, como si eso le brindara la misma calma que el rubio sentía. Las piernas delgadas del azabache estaban sobre la palanca de cambios y el freno de manos de forma despreocupada.

    — Y a mí me encantan los tuyos, Naru.

    El rubio le dio un besito más en la punta de su nariz y lo colocó nuevamente en el asiento respectivo con su cooperación, para finalmente arrancar el auto; llevaba una camisa manga larga de color vino, se notaba que era de una alta calidad, sin corbata, un jean azul oscuro y zapatos de vestir. Casual, pero elegante. Aparte de ser una persona calurosa, por lo que no llevaba abrigo puesto, de todas maneras tiene uno en la maletera para poder prestarle al pequeño en caso de que le dé frio en la noche.

    — Vamos a un centro comercial lejano — Le dijo mientras arrancaba el auto.

    El menor entendía, ninguno de los dos quería ser visto por gente conocida. Uno era el Director y otro un alumno. No estaría para nada bien visto. Y la diferencia de edad era otro punto. Pero Sasuke con ropa casual parecía un poco mayor a los dieciséis y Naruto sin terno, aparentaba menos de veintitrés. La gente que no los conociera, no sabrían de ese pequeño inconveniente.

    — ¿Y qué has planeado para esta salida? — Preguntó viendo como el rubio no despegaba la vista de la carretera

    — Pues, lo que a ti se te antoje bello nekito — Tenía una sonrisa pegada en su boca, era pervertida pero a la vez alegre y relajada.

    Sasuke frunció un poco el ceño, seguía sin gustarle, pero ya se iría acostumbrando a esos apodos. Por otro lado la respuesta tampoco era muy alentadora. ¿Será que el rubio realmente no había planeado nada? ¿Y la maravillosa velada que había prometido por mensaje?

    — No has pensado en nada, ¿cierto?

    — ¡Hey! ¿Qué confianzas son esas Sasu?

    — Las confianzas que se le tienen a un dobe. Esas son.

    Ya más alegre por haber aprovechado la situación e insultarlo, se relajó y arrogantemente sonrió. El rubio no lo veía, era un conductor intachable. No cometería ninguna estupidez de despegar la vista en una carretera donde llegaba a los ochenta kilómetro por hora. Aunque esté casi despejada, un carro podría frenar de la nada y el estaría atento ante esas circunstancias. Como se dice, más vale prevenir que lamentar. Pero aún sin verlo, sabía que tenía esa sonrisita, tan prepotente, tan malditamente familiar, y que para su desgracia, amaba y odiaba a la vez.

    — ¡Eh!, que Yo quise ser caballeroso y darte a escoger lo que quieras. TE-ME. — Si el menor insultaba en japonés, él también lo haría — Pero si sigues cansado de lo que te hice ayer, y tu cerebro está de huelga, ya tenía pensado que hacer a lo largo de la tarde. Hablando de ayer… — El rubio recordó algo que le preocupaba. — ¿Cómo está tu trasero? ¿Te duele? Por falta de tiempo no pude darte un masaje con loción especial, y puede que hayas quedado un poco resentido ¿Cómo estás?

    Miró con el ceño fruncido al rubio cuando le dijo teme. Pero no pudo responderle nada. El hacerle recordar la sesión del día de ayer era la estrategia indicada para que él se demorara un poco en su respuesta prepotente, cosa que le sirvió y lanzó la pregunta que le estaba acongojando desde ayer, dejándolo aún más avergonzado. ¡Era un condenado pervertido por hablar y decir esas cosas de forma tan abiertamente! ¡Eso era! Pero aun así se preocupaba por él, lo que era más vergonzoso y bochornoso, aparte de hablar tan tranquilamente de esas… zonas de su cuerpo. Tratando de calmarse y recuperar la compostura, le respondió a sus preguntas.

    — Al despertarme… — Pero no dejaba de ser vergonzoso — Si me dolía un poco el trasero — Su mirada estaba dirigida a la ventana — Pero ya no se siente tanto. Casi no duele.

    El rubio se sintió un poco mal, si hubiera previsto o acomodado mejor su tiempo en la sesión, si le hubiera podido echar loción a la zona afectada, ese innecesario dolor no estaría molestando al menor. Un semáforo lo agarró en rojo, pues ya había salido de la carretera y ahora se encontraba en las calles cercanas a su destino. Aprovechando que tenía que frenar el carro, cogió la mano del menor para llamar su atención.

    — Lamento haberte causado esas molestias Sasu — Alzó la blanca mano y le dio un beso en el dorso — Prometo ordenar mejor mis tiempo para que no pase nada así la próxima vez. Esto era algo que se pudo evitar, y aun así estás pagando mi descuido en el tiempo.

    El menor lo miraba asombrado, realmente el dolor era una molestia casi nula; él le había dicho eso, que casi ya no lo sentía. Pero el rubio se veía afligido y un tanto culpable. Acercándose lo que pudo por el cinturón le dio un besito en los labios al rubio. No era de mostrar acciones de cariño tan seguido, pero el estar solos le ayudaba a que se suelte un poco.

    — Descuida, ya te dije que casi no se siente — El semáforo se puso en verde y el rubio se vio obligado a arrancar de nuevo — Además el baño de agua tibia sirvió bastante.

    — Aun así yo…

    — Ya dije que no me molesta, dobe — trataba de animarlo, ver a un pervertido que pasaba casi todo el día sonriendo, fuera de sesiones, claro; con una expresión triste, no le agradaba. — Soy más fuerte de lo que crees.

    La sonrisa volvió un poco a sus labios; e ingresó al estacionamiento subterráneo del enorme centro comercial y dejándolo en un aparcamiento cualquiera. Todo antes de responderle a su acompañante. Desabrochándose el cinturón y apagando el motor lo miró a los ojos.

    — Lo sé. Sé que eres fuerte Sasuke. Eso nunca lo dudaría.

    Una sonrisa orgullosa salió de los labios del Uchiha y vio como el rubio se acercaba para darle un beso que gustoso correspondió. Solo un juego de labios, tranquilo. Pero así sintió como el rubio se calmó por completo y empezaba a volver a tener esa sonrisa juguetona y traviesa.

    Ambos abrieron sus puertas y salieron del carro, el rubio solo hizo un imperceptible puchero al no poder abrirle la puerta a su nekito, pero tal vez el azabache le hubiera salido con cosas como que no era una mujer o chiquilla para que la traten de esa forma. Dejando esos pensamientos de lado, le puso la alarma al carro y subieron los dos pisos de profundidad del estacionamiento subterráneo, llegaron a la superficie. Era un enorme y moderno centro comercial, tenía un parque interno en el piso más alto, era como un invernadero por la enorme cantidad de vegetación que había, muy amplio. Hasta había una parte donde la gente podía hacer picnics. Varias bancas y una fuente. Siendo más específicos, era la unión de dos grandes edificaciones que se separaban en el primer segundo y tercer piso y los siguientes cuatro, incluido el parque interno, estaban unidos. Por el medio de ellas, pasaban los carros, algunos buscaban un lugar en el estacionamiento externo y otros, como Naruto, iban al interno.

    Ahora se encontraban en el edificio A, donde todo el primer piso era un lugar de encuentro, con mesas, y pequeños establecimientos como cafés, habían también unas cuantas tiendas, un par de librerías y otras cuantas que vendían revistas para la espera, aparte de los baños, claro está. Subieron por las escaleras hasta el segundo piso. El reloj marcaba las dos y cuarenta. Tanto el segundo como la mitad del tercer piso, era perteneciente a un cine. Sasuke entendió eso y ambos fueron a ver las carteleras que mostraban.

    — Te dije que ya tenía las cosas planeadas, Sasu. No desconfíes de tu adonis — No dejaba de ser juguetón — Escoge la película que desees, o… ¿quieres hacer otra cosa?

    También estaba la posibilidad de que el menor no quisiera o no le gustara el cine, pero era todo lo contrario. Hace tiempo que no salía simplemente para divertirse, hace más de dos años que su Aniki no lo podía llevar a un cine y ciertamente estaba emocionado, aunque no lo mostrara, como siempre.

    — El cine está bien, pero la película hay que escogerla ambos.

    Sus ojos estaban un poco más abiertos, mostrando el interés que trataba de ocultar por la idea de entrar al cine prontamente. Poco a poco ambos fueron descartando ideas, no querían nada romántico ni empalagoso. La acción, esas películas policiales, no le gustaban a Sasuke; mientras que Naruto no le gustaba una de terror tipo “actividad paranormal” No era por miedo, simplemente no le agradaba la idea de que toda la película fuera grabada por una cámara en constante movimiento y muchas veces desenfocada, simplemente no le agradaba la idea. A él le gustaban las películas por la buena calidad de la visión, no quería entrar para salir con dolor de cabeza y medio mareado. Ya quedando pocas alternativas y descartando un par de películas más por verse aburridas, quedaba una de comedia y un par de fantasía. Cualquiera de las tres era aceptada. Aun siendo una de las de fantasía de terror, y ahí dejó en claro Naruto, que mientras la película tenga buena calidad, el terror le era indiferente.

    Fueron a la taquilla con la intención de comprar entradas para cualquiera de las películas que tenga el horario más cercano. Siendo específicamente esa película de terror y ciencia ficción la que iniciaba a las tres. Naruto pagó las entradas y Sasuke no podía hacer nada ni quejarse, porque había dejado su billetera en la mochila.

    — Otro día me invitas tú al cine, precioso — Le dijo adivinando los pensamientos del menor.

    Ya más relajado, fueron a la confitería y pidieron unas cuantas cosas, un combo con cancha y dos bebidas y para el comelón de Naruto, un hot dog Jumbo con papas al hilo y una porción de nachos. El menor solo veía las cosas que pedía votando un suspirito de resignación al conocer el lado glotón de su pareja. No solo en el sexo, sino también en la comida.

    — No sé cómo puedes comer tanta porquería.

    — ¿Porquería? A mí me encantan-ttebayo.

    Le entregó su tarjetita de crédito negra al joven que atendía y pagó todas las chucherías, agregándole al final un par de dulces y un paquete de barquillos para Sasu. Casi se niega diciendo que no le agradaba lo dulce, pero el mayor le calma diciendo que son suaves, de poco dulzor y que si él no los quería su estómago estaba dispuesto a sacrificarse. Ya faltando poco menos de cinco minutos se disponen a entrar a la sala y ver la película.

    ****Mi Director y Yo ****



    La película fue buena. Entretenida, y con ese toque irreal que agradaba a la gente. Naruto no era un ente aburrido y aunque este fuese un director, no dejaba de tener gusto por cosas juveniles. Y Sasuke, simplemente le alegraba el haber podido ir al cine después de varios años.

    — La película estuvo buena, pero el final fue predecible — Ese fue el comentario del menor, que caminaba al costado del rubio.

    — ¿Siempre tan exigente no teme?

    — ¡Eh! Que he dicho que ha estado buena. Pero lo que no me puedo creer es que te hayas podido terminar toda esa comida chatarra, casi tú solo.

    — Mo, ni que fuera realmente mucha.

    El rubio se notaba más juguetón y Sasuke ya había entrado en mayor confianza; tal vez, el que el rubio hubiera aprovechado la poca cantidad de gente en la sala, para robarle un par de besos en plena película, haya servido.

    Ambos llegaron al ascensor y ya dentro y solos Naruto presionó el número siete. Luego se puso detrás de Sasuke y lo abrazó mientras le daba besitos en el cuello. Sobre unas marcas que el suéter o polo no cubrían

    — Me gusta ver tu piel así — Le da otro beso, sacando risas por las cosquillas y suspiros por la sensación — Saber que yo te hice esas marcas.

    Las puertas se abrieron del ascensor, y tranquilamente el rubio se separó y cogió de la mano a su acompañante. El lugar era tan grande, que difícilmente se encontrarían con gente una vez se adentraran a la zona más tupida de árboles y arbustos. La zona para hacer picnics estaba para el otro lado y en la que se encontraban se parecía a un laberinto que el rubio conocía muy bien.

    Llevando más de cinco minutos adentrándose por varias partes, habían pasado una fuente, un par de bancas y ahora se encontraban viendo a una de las paredes de vidrio que separaba el borde del enorme parque interno del precipicio o salida. Se acercó a la base de un enorme árbol y sentándose bajo su sombra puso al menor en su regazo.

    Sasuke en ningún momento se quejó, miraba embelesado, el entorno que lo rodeaba, cada planta, árbol, cada lugar que pasaba, como las enredaderas a veces atacaban el techo o las paredes de vidrio, formado gráciles y curiosas formas. Al llegar a ese enorme árbol, pudo notar, que aun siendo el centro comercial reciente el árbol había sido trasladado, su gran tamaño denotaba un mínimo de cincuenta años, y era… reconfortante.

    Sentado en las piernas del mayor, pudo apreciar la vista y el cálido ambiente que el lugar brindaba. Gracias al efecto invernadero, el lugar obtenía el poco sol del invierno y el vidrio lo asimilaba y retenía para las frías noches. Tras las ventanas, la altura le daba a apreciar un bosque cercano, de donde supuso o dedujo habían traído unos cuantos árboles. También vio edificios, pero que no pasaban de los tres a cuatro pisos, algunos residenciales y pocos de comercio, al no ser de gran competencia con el Centro comercial. Era una vista tranquila y apacible, y el masaje que el rubio le daba en su abdomen era relajante y cálido

    — ¿Te gusta la segunda parada de nuestra cita? — Preguntó mientras seguía con el jueguito de besos en su cuello, como en el ascensor.

    Sasuke solo se relajaba, con las caricias del menor, y el rítmico palpitar del rubio. Asentó con la cabeza y cerró los ojos, recostando su cabeza en el amplio hombro que le brindaban.

    — Me gusta, aunque no sé realmente como llegamos — Respondió un par de minutos después.

    Lo que decía era verdad. Sintió que volteó a la derecha un par de veces, luego a la izquierda, otra vez a la derecha y realmente ya después de eso no se acordaba, y es que tampoco había cosas en específico a los cuales tomar como referencia después de que se salieron del camino. No era como si dijera da vuelta a la derecha en el árbol que mide siete metros y que está al costado del acebo con bayas rojizas. La verdad es que no tenía idea de cuando era que se daba cada vuelta, cada cuantos pasos o en que arbusto. Para el eso era un laberinto y tampoco se equivocaba mucho. Si el rubio sabía cómo llegar tan tranquilamente, significaba que ya había venido varias veces a ese lugar. No lo imaginaba con una persona, por lo que le había dicho, sobre sus anteriores relaciones, no pensaba en ello.

    — La verdad es este lugar es como mi santuario, solo el jardinero podría llegar a este lugar a parte de mí, y el no viene más que en las mañanas — Le susurra mientras su mano, antes haciendo círculos en el abdomen del menor ahora va a jugar con uno de sus pezones — Aparte de que eres a la primera persona que traigo a este lugar.

    El corazón del efebo palpitó con un poco más de fuerza, tanto por las palabras dichas, como por esas caricias más íntimas.

    — Me alegro de eso Naru. — Le susurra con una minúscula sonrisa.

    — Yo también Sasu — Correspondió la sonrisa del menor, pero la de él era más evidente, más grande mostrando sus dientes incluyendo esos colmillos un tanto más sobresalientes a lo normal. — Pero también quiero aprovechar la intimidad de este lugar, para preguntarte si hiciste tú tarea.

    ¿Tarea? ¿Le preguntaba sobre lo del proyecto que tenían que buscar juntos? El cerebro del alumno tardó un minuto en dar con la idea correcta, pensó en el proyecto, luego en sus tareas normales, y estaba a punto de decirle que solo le faltaba leer un libro, cuando se dio cuenta de las verdaderas intenciones y la dirección de esa pregunta. Sus mejillas se sonrojaron al recordar todo lo que había leído. Lo que había encontrado. También había cumplido con esa tarea.

    — Sí, la hice — Ahora el pequeño jugueteo con el piercing en su pezón era más notorio para él.

    — Pues me gustaría oír lo que sabes y si es que tienes alguna duda — Su sonrisa era traviesa.

    Esperaba a que el menor empezara a comentarle, que impresiones habría tenido sobre ello y más. No lo apuraría, no tenía necesidad de ello. Y tranquilamente veía el atardecer de ese frío día por las ventanas de vidrio. Ya eran poco más de las cinco, y los días en invierno, se acababan más pronto.

    — Pues, bueno… — Aun así él no tenía mucha confianza para hablar de esos temas tan vergonzosos de forma abierta — Encontré información sobre las siglas, B: Bondage, que era la implementación de amarres en… en pleno acto sexual — Sus pómulos empezaban a colorearse en su contra — Podía ser con sogas, esposas, cuerdas, correas y… con eso me preguntaba… — La vergüenza era mucha. ¡No estaba acostumbrado a hablar del sexo como si fuera el clima del día! — Si la primera vez que… que tú y yo... lo hicimos, en tu oficina, con tu corbata… bueno, ¿Eso fue bondage?

    El rubio estaba en su mayor felicidad, ya le quitaría al menor la vergüenza poco a poco, el pudor era algo que no tendría pronto en sus manos, pero le encantaba que el orgulloso Uchiha pueda tener esas facetitas tan tiernas, claro que si le decía eso recibiría un golpe en plena cara, por lo que solo lo guardaba en sus pensamientos.
    — Si Sasu, fue bondage, la definición misma lo dice. Pero como te habrás dado cuenta, no algo serio — Era verdad el atar a tu pareja con una corbata, era algo que muchos morbosos pensaban o con lo que fantaseaban. Pero el, la había usado como una mordaza también, digamos que sus conocimientos le ayudaban en ciertas ocasiones.

    — Y lo de las muñequeras también, ¿verdad? — Poco a poco trataba de acostumbrarse a hablar del tema.

    — Exacto, Sasu. El de la oficina era algo que cualquier persona podría hacer sin tener la necesidad de decir, pensar o saber que lo que hacía era bondage, o estando metido en el mundo del BDSM. Pero lo de las cadenas ya es más directo, más preciso y se tiene que saber cómo usar. La definición de bondage tiene muchas connotaciones, y variedades, con las cadenas es una, cuerdas y diferentes tipos de nudo es otra, aparte la de los nudos tienen diversas formas, si hasta te digo que en algunos casos es considerado arte. Fotógrafos buscan el balance perfecto de un bello cuerpo atado, a veces, elevado del suelo, para encontrar la foto que desean. El bondage es algo que puede usarse de miles maneras y para varios cometidos — El menor lo escuchaba atento, a veces corroborando su información y otras aprendiendo más —Buscar una imagen perfecta, negar el movimiento, la restricción misma como algo sublime, dar o hasta negar el placer mismo. Más adelante lo practicaremos con mayor fuerza precioso, pero no puedo hacerlo todo de frente, te podría lastimar, asustar o hasta llegar a traumarte. Debes aprender poco a poco mi cielo, no quiero hacerte entrar en estado de histeria en plena sesión. Eso es lo que más evito.

    ¿Traumas? ¿Cómo podría llegar a traumarlo? Aun con esas preguntas en su cabeza, el confiaba en el rubio, había notado lo capaz y preciso que era con todas las cosas, como cada uno de sus movimientos era planeado y tenía un porqué. Le gustaba eso de él, no había cabo que dejara suelto y por eso no dudaba en ese entero mundo que apenas conocía, sabía que el mayor le mostraría todo a su tiempo.

    — Poco a poco — repitió las palabras como en un trance — La letra D: Disciplina y Dominación. — Continuó con lo que sabía — Pues la disciplina, supongo es está ligado con la dominación misma que infringes en… pues en mí. Para algo que haga bien, un premio, por algo que haga mal,…un castigo — Recordaba las fuertes nalgadas que llegaron a sacarle el aire por la impresión y fuerza. — E-entiendo que tú eres el dominante de esta relación —

    Escuchaba atento, el pequeño en sus brazos no dejaba muchos huecos en su investigación, entendía los papeles de cada uno y como es que los utilizaban, o se implementaban. Veía también como trataba de tragarse la vergüenza y mejoraba céleremente. Eso le gustaba, ya en un futuro, no le costaría hablar de sexo con el rubio.

    — Lo que nos da continuidad con la otra letra – Siguió con su explicación el menor, o más bien el decirle al rubio lo que sabía del tema, porque explicarle algo a él, que no conozca, sabía que era casi imposible — S: Sumisión, que va conjunta con la Dominación que tu ejerces en mí, yo soy… yo soy tu sumiso —Las palabras veces se le atoraban en la garganta — Tal como lo dice el nombre tengo que tener sumisión ante mi… amo.

    — No entiendo porque te trabas en decir la palabra amo, si ayer la gemías constantemente — Le susurró socarrón, pero luego recibió un golpe en la nuca — ¡Auch!

    — No estamos en una sesión como para que me contenga. Dobe.

    Sus mejillas estaban rojas por las palabras del rubio y su rostro un tanto volteado mostrando su enojo e indignación, la mano del rubio seguía sobre su pecho y ese erecto pezoncito por sus masajes, pero estaba quieta, mientras con la otra se sobaba la cabeza. El pequeño era de armas tomar cuando se lo proponía.

    — Ya, ya; lo siento, Sasu. Por favor, continua — Dejó de refregar sus rubios cabellos y cogió el rostro del otro para darle un besito — No te vuelvo a interrumpir de esa manera.

    Más que enojo, era vergüenza, el en verdad había gemido cual poseso gritando “Amo” la noche anterior, lo recordaba tan nítidamente, que podía sentir como de su garganta escapaba esas palabras. Botó un suspiro, no iba a decirle algo al pervertido sobre eso. No lo haría.

    — Bueno… el otro significado de S: Sadismo. El placer que se siente al infringir dolor y sufrimiento a otra persona. Eso es lo que eres… tú. Y su contraparte sería el significado de la M: Masoquismo, alguien que siente placer mediante el dolor. Lo que… lo que yo soy.

    El rubio estaba feliz, el chiquito si había investigado y decía abiertamente, con un poco de vergüenza, que él era un masoquista.

    — Bien hecho mi Sasu. Has investigado.

    Le daba besitos en el cuello nuevamente, para que entienda, que hablar de esos temas con él, no era nada vergonzoso, su mano había vuelto a juguetear en toda la explicación con su pezón y el arito mismo, a veces moviendo el dije, aun sobre su ropa y otras apretando y jugueteando con el mismo pezón. El rubio se siente a gusto con el menor, se siente en calma y piensa que estar con él es un deleite inimaginable, pero en toda su larga vida, no se ha llegado a enamorar, y no cree que esto lo sea. Tal vez le sienta cariño, tal vez solo sea atracción física. No, lo último no, sabía que era más que eso, y aunque no creyera estar enamorado, no descartaba la idea.

    Sasuke no lo sabía. Pero antes de haberlo conocido a él, se había divertido con unos cuantos de sus alumnos, con tal vez cuatro o cinco que le llamaron la atención. Un par era sumamente regalado y mucho esfuerzo no le costó, pero con los otros si tuvo que usar sus mañas. Al final, siempre se las arreglaba para que los pequeños pensaran que solo se habían desmayado y todo lo que pasaba era algo que habían soñado húmedo con su director. Su pomada especial en el chico o chica, les quitaba dolor alguno. Y siempre despertaban bien cambiados. Limpios y sin ni un cabello movido. Otro punto diferente es que con Sasuke, no solo fue una vez, no pudo detenerse a la primera, siguió por muchas horas más, profanando ese cuerpecito que lo volvía loco. Y cuando lo vio dormido en su regazo, cuando era momento de que el no recordara nada. Simplemente, no pudo. Quería más de él, y eso que sentía al verlo, él quería averiguar que era.

    El caso del menor, no era muy diferente. La verdad es que si bien, supo que al verse por primera vez ambos sintieron algo, había aceptado el trato solo por esa sensación tan cálida que le daba el ser querido. Pero eso, simplemente eso, no fue por lo que continuó. Al estar junto a Naruto su corazón se aceleraba por las bobas y cursis cosas que le decía. Y a él le agradaba su compañía. Ahora no era solo el desear ser querido por alguien, entiende que la relación que tiene, siempre debe de estar basada en la confianza, en el ámbito sexual encontró una gran atracción física, y en pleno sexo no desconfiaba para nada de las habilidosas manos de su rubio amo. Pero en la emoción, era diferente. No lo amaba, pero sabía que estaba en camino. Un Uchiha tiene su orgullo y nunca debe de temer ante nada, pero el si le temía a que ese amor en un futuro no fuera correspondido. Aun no podía confiar en ese punto sobre los sentimientos de Naruto. El rubio no ha amado nunca. Sus parejas han sido meramente sexuales, y las que no, simplemente no han durado, él era el primero en muchas cosas pero todo era incierto.

    Después de haber hablado un buen tiempo sobre su investigación, ahora Cada uno se encontraba inmerso en sus pensamientos, cada uno viendo los ojos del otro. Pero el de pupilas azules es el que rompe la distancia y le da un beso. Pausado, tranquilo, tal vez ambos se están adentrando a mundos diferentes y desconocidos, a su forma y esperaban que en el proceso eso no cambiara. Pero no todo es fácil. El rubio también fue el que terminó el beso y como ya se hacía costumbre le daba un piquito al final y le sonríe para tratar de calmar todas las dudas que veía en los ojos del menor.

    — ¿Quieres ir a cenar algo o te llevo a casa mi bello príncipe?

    No dejaría de ser galante por nada del mundo. El efebo se percató que por las ventanas ya no entraba luz y era la artificial colocada en partes estratégicas de la estructura de metal del techo lo que los alumbraba, también de algunos faroles que venían de las zonas de fácil acceso como la fuente o bancas en el centro del laberinto. Vio su reloj de muñeca, marcando cerca de las siete de la noche. Había pasado mucho tiempo en abrazos y conversaciones con el rubio, y eso que aun quería conversar unos puntos más sobre el tema.

    — Claro, podemos cenar y luego me llevas a casa — Dijo mientras se paraba del regazo del menor — Pero sigo sin entender, como es que tienes hambre después de todo lo que comiste en el cine.

    El rubio solo sonríe por ese reproche en juego y le da un beso en la nuca mientras lo vuelve a dirigir por los arbustos hasta los ascensores, no importaba si fuese del edificio A o B, se dirigían al cuarto piso y ese era entero, ahí se encontraban un par de bares, restaurantes de alta calidad, como también una zona común de las conocidas cadenas de comida rápida. Ingresaron a uno de los restaurantes y se dispusieron a comer.

    ****Mi Director y Yo ****



    Las ocho eran cuando ya estaban en camino a la casa del menor, en la cena conversaron un poco más de lo que el menor había encontrado, como los juguetes, las mordazas. Todo en voz baja y en una mesa apartada para que nadie se entrometiera. Le sacó varios sonrojos a las pálidas mejillas y también muchos ceños fruncidos. Pero los golpes que el menor quiso darle tuvieron que esperar. Un Uchiha no podía mostrar tal conducta en un lugar público. En el carro a Sasuke le asaltó una duda, estaban ya terminando de salir de la carretera.

    — Amm… también investigué y leí algo de un contrato. Que ahí se ponen los límites, y peticiones del Amo al Sumiso o restricciones del sumiso al amo. —

    Al menor no le gustaba la idea de un contrato, por lo que había leído del contrato mismo, hacía que el mandato del amo, saliera simplemente de las sesiones, pero se preguntaba porque el rubio no lo hacía, si era algo tan usado o importante en ese mundo. ¿Acaso no veía realmente un futuro en la relación?

    — La verdad… — El ceño del rubio se frunció — No me gusta un contrato, más que una relación por sesiones parecería una 24/7, ¿controlar tus ejercicios? ¿Obligarte a aceptar regalos aunque no quieras? Pues te regalos cosas, y si no te gustan me dices, no tienes que tener algo que te haga sentir incómodo, tampoco me gusta el punto de poner límite de fecha. Que es la principal tarea del contrato. — Veía que él no era el único al pensar en los pros y contras — No lo niego, es útil en muchos términos y ocasiones. Pero sabes que a mí en particular no me gusta. Aunque… si tú lo quieres… si lo que te molesta es que en un futuro no quieras seguir con esto y tener una fecha determinada pues…

    No, azabache no quería eso, y se alegrada de que el director tampoco lo quisiera. Sentía como si un peso menos apretara su corazón. Al menos esa parte de la relación si sería un tanto normal.

    — No es eso… solo, me preguntaba porque no lo habías hecho o mencionado. Pues parecía ser algo importante.

    — Aunque el contrato mismo también se podría romper si tú no quieres seguir con la relación, el obligarte a cumplir el plazo límite también es algo injusto. Eso es para personas que cambian constantemente de parejas. Aunque tiene otro uso, y eso si debemos de hablarlo con más calma. Como los limites inquebrantables de cada uno. Qué puntos no desearías tocar nunca, pero como no conoces este mundo, muchas cosas te pueden parecer locas o impensables, por lo que me gustaría estar presente cuando ambos decidamos esos términos. Tal vez algunos los podamos probar antes de descartarlos y si luego, realmente no te gustan, no se hacen. — Ya salieron de la carretera hace un rato y están a un par de minutos de la casa del pelinegro — Recuerda, y siempre te lo repetiré, como sumiso tienes el poder en decidir qué hacer y qué no. Aunque el amo, sea el que domine, sin el consentimiento del sumiso a todo ello, no habría una relación segura y más sería abuso.

    Estacionó el auto ahora en la otra esquina de la mansión para no estar siempre en el mismo lugar y crear alguna sospecha. Sasuke ya no necesita que le digan como despedirse. El mismo se desabrocha el cinturón y ágilmente se sienta en el regazo del rubio con las piernas a cada lado y viéndolo a la cara. El beso empieza profundo y apasionado. Aun con las dudas que emergían de cada uno, las sensaciones que compartían eran deliciosas y los pasos que daban, en esta relación los empezaba a unir poco a poco.

    Las lenguas jugueteaban una con la otra, y el rubio tocaba el paladar del menor, haciéndolo vibrar de vez en cuando. Sus manos apresaban su delgado torso acariciando su espalada; chupó sus labios y los mordió suavemente un par de veces antes de separarse. No podía ocultar esa sonrisa marcada en su rostro.

    — Me encantan tus besos Sasu, no me cansaré de repetírtelo — Le da un beso en la nariz y una nalgada juguetona.

    — ¡Ah! Dobe! — Mordió un poco fuerte el cuello del rubio y se volvió a su asiento rápido — ¡No hagas eso! — Pero a él también le divertía la situación.

    La vergüenza se iba yendo poco a poco con su pervertido personal, solo que aún lo agarraba desprevenido. Agarró su mochila de los asientos de atrás y cuando estaba por salir lo cogieron de la muñeca. Y le dio un piquito

    — Me encantó nuestra primera cita Sasu — Susurró aun cerca de sus labios — Me encantó pasar un día contigo.

    Nuevamente sonrojado el menor sonrió y se alejó con dirección a su casa. Cada uno sentía cosas nuevas, y se adentraba más en este tipo de relación. Una cita acababa de terminar, pero la aventura de esta pareja acaba de empezar. El rubio arranca el carro y como un susurro se aleja de la mansión de la persona que lo cautivó con una simple mirada. Nuevos sentimientos, y con el nuevas amenazas. Muchas cosas que vivir y que averiguar uno junto al otro. Obstáculos, malos entendidos, alegrías y más.

    Continuará…


    PAGINA PARA SEGUIR ACTUALIZACIONES
    www.facebook.com/groups/168180026717513/
    PAGINA PARA SEGUIR ACTUALIZACIONES



    Si les gusta la lectura >.0 Les recomiendo MUUUUCHO MUCHO esta que recién ha empezado. Pero tiene muy buen material

    www.facebook.com/Read.More13


    Alex: Este cap. Me salió un tanto amoroso >o< ¿No creen? ¿XD? No tengo idea de que discusión poner acá con los “bakas” Pero les diré el título del siguiente cap. nwn.

    Capítulo VIII: Ino

     
    Top
    .
  12. Asunaaa
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    waaa me ha encantado, si es como dices, bastante amoroso pero estuvo todo muy lindo, lo ame lo ame lo ame lo ame, y espero la contiiiii!!!!



    yana
     
    Top
    .
  13.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Amante de todo el Yaoi en el Mundo
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    114
    Location
    En mi propio mundo

    Status
    Offline

    Konichiwua aqui Kurai-chan & Hikari-chan reportándose
    Kurai: ame el capitulo estuvo genial y tan Kawaii
    Hikari:amo que tus capítulos los hagas tan largos amo eso
    Kurai:por dios una de las tantas cosas que amo de tu fic es que sonrojado a Sasuke-kun y eso me mata
    Hikari:wooow Itachi-san rogando, que genial !!!
    Kurai:ame el ecenario de la cita
    Hikari:todo estuvo súper y bueno el nombre del capitulo me deja intrigada "Ino"
    Kurai &Hikari:Sayonara nos vemos después esperamos continuación
    P.d: Amo tu fic ^_^ ^_^ :D

     
    Top
    .
  14.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    mmmm quiero ♥
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    358
    Location
    Acosando A Maya Hideyuki \(^V^)/ <3

    Status
    Offline
    KYAAAA! Esta muy lindo ^^ pero... pero... falto lemon... cof, cof xD espero el proximo \( 'V' )/
     
    Top
    .
  15. itziritha
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    waaaa
    me fascino su primera cita
    espero que tengan mas citas ese par
    espero muy pronto la conty
     
    Top
    .
105 replies since 3/7/2012, 21:36   32467 views
  Share  
.