InGo:A París [FudouxKidou][KxS] -Cap 06-

Fudou miró con aburrimiento fingido como el gran aparato aéreo aparecía en el cielo con un ruido estruendoso y maniobra hasta aterrizar y parar finalmente.
Él sí que había viajado más veces en avión, pero la vista de esas enormes bestias voladoras siempre le animaba, no por nada estaba haciendo una tesis sobre Ingeniería Aeroespacial.
Kidou se recostó cruzado de brazos en la pared haciendo caso omiso a los tres acompañantes que no quitaban ojo del exterior.
En cuanto les dejaron pasar se desperezó un poco y se colocó el abrigo, al igual que Kirino y Shindou, puesto que iban a salir al exterior y hacía frío.
-¡Que cobardicas sois! – se rio Fudou con el abrigo brazo el brazo, pero su sonrisa se congelo en cuando puso un pie fuera, lo mismo hizo el moquillo que colgó de su nariz y que limpió rápidamente.
Sin embargo, era un chico orgulloso y no podía mostrar debilidad frente a sus acompañantes, frente a ninguno de ellos, a cual era peor…
Salió corriendo hacia el avión sin poder contener más su emoción y para calentarse, ganándose una mirada desaprobatoria del resto de viajeros.
Al subir al exterior soltó un silbido, aquello sí que era lujo concentrado, una razón más para amar a Kidou, puesto que el dinero nunca hacía daño. Se paseó entre los pasillos mirando las butacas sin saber exactamente cual era la suya.
-Eh, pirado. Es aquí –llamó Kidou burlón haciéndole una mueca para que se acercara.
El castaño se acercó con un par de zancadas y le dio un empujón para pasar primero al asiento con ventana.
-¡Tú puedes volar cuando quieras! –se excusó guiñándole un ojo y pegándose al cristal inmediatamente como si fueran hermanos separados al nacer y se encontraran tras años de distancia.
Kidou gruñó y se sentó en su asiento sacando un libro para tener algo en que pensar que no fuera Fudou, aunque era difícil cuando el joven estaba de rodillas y el culo en pompa mirando por la ventana. Miró de reojo el trasero de su compañero y se puso rojo mientras se recolocaba las gafas, por suerte para él, nadie lo miraba.
Varias azafatas se colocaron en el pasillo y explicaron las medidas de emergencia en caso de que fueran necesarias, luego les rogaron que se abrocharan los cinturones porque iban a despegar.
Fudou no pudo evitar gritar de alegría al ver como el suelo bajo el comenzaba a pasar a gran velocidad y Kidou tuvo que jalarlo y abrocharle el cinturón a regañadientes para que estuviera sentado y lo más tranquilamente posible.
Pero el castaño no podía tranquilizarse y comenzó a zarandear a Kidou con un brazo mientras con el otro señalaba cosas y miraba por la ventana.
La pista de aterrizaje quedó abajo y pudieron ver todo el aeropuerto y sus alrededores.
Fudou se quitó el cinturón y volvió a ponerse de rodillas y Kidou no pudo aguantarse y le dio un golpe en el culo para llamarle la atención, como el que se le da a los niños pequeños.
-Haz el favor de sentarte, Fudou –reprendió.
Fudou se sobó el culo incrédulo y dolorido.
-No sabía que podía doler tanto el culo.
-Oh, y más que puede doler –sonrió Kidou de forma siniestra y una carcajada divertida.
Fudou se sonrojó y optó por reírse también para no darle a entender que para él aquello sonaba a violación.
Pero Kidou si se percató de su pensamiento y le pegó un golpe en la cabeza con el libro que leía, sonó a algo hueco.
Fudou soltó una sonrisa maléfica y le pegó un puñetazo en el hombro. Luego los dos se echaron a reír y se acomodaron para pasar las 12 horas de vuelo. Kidou sacó su libro de nuevo y Fudou se recostó en el asiento de forma poco elegante y pasó las piernas por encima del regazo de Kidou mirando por la ventana. El pardo soltó un gruñido sin dejar de leer pero no hizo mención de apartarle las piernas, en realidad, no le incomodaban en absoluto.