El Colegio Mixto (varias parejas)

había pateado a Hamano temprano esa mañana para despertarlo porque él no sería el único que madrugaría

-Vuelve a hablar o tan siquiera a mirar a mi prometido y estás muerto

-Sempai, huele tan bien -suspiró Chet dulcemente restregando su mejilla sobre el pecho del alfa como si tratara de impregnarse de su olor. Eso no era nada común en Chet y entonces al fin la cabeza de Yuchi hiso click y entendió lo que sucedía, esto era… el pre-celo de Chet. Sólo eso podía explicar la actitud agresiva de pronto, y la forma descarada y dulce en que se pegaba a él con lo tímido que era ahora.

El alfa se sonrojó sin saber que decir o que hacer, una parte de él le decía que se aprovechara, que lo besara, que Chet no se negaría a su beso, pero otra, la que era un caballero, le decía que no fuera un bastardo y respetara al de cabellos rubios.

Ayúdame, yo… yo quiero tomarlo, profesor Rune -dijo el alfa desesperado quería tanto tomarlo, hacerlo suyo ahí mismo y le importaba poco que el peliverde viera, pero una parte de si le decía que Chet no le perdonaría nunca que lo hiciera.

-Está bien, Yuchi-kun, todo está bien, has hecho bien en venir aquí -le aseguró Fey acercándose con pasos suaves a ellos, aunque sabía que el alfa no lo sentía como una amenaza por ser un omega, si se acercaba demasiado rápido Chet sí lo podía tomar como una amenaza, otro omega que trataba de quitarle al alfa que había elegido para su celo y atacarlo, porque a Fey no le cabía duda que Chet había elegido a Yuchi para su celo.

-¡Sal de aquí, ve por Nagumo y dile que traiga los sedantes más fuertes que tenga los vamos a necesitar! -le gritó empujándolo fuera y cerrándole la puerta en las narices. Una vez fuera el cerebro de Saru volvió a trabajar y dándose cuenta realmente de lo que pasaba fue por el enfermero, mientras ahora que el otro alfa había salido Yuchi se volvía a relajar. Volteándose hacia el omega y lamiendo un lado de su cuello, el omega expuso su cuello. Fey palideció, no, si Yuchi lo mordía… sería un desastre, un desastre- ¡Yuchi! -gritó con fuerza haciendo al alfa sobresaltarse y mirarlo deteniéndolo. Pasó lo que Irie temía, Chet le gruñó sintiendo amenazado, el reclamo que quería que el alfa le hiciera por el oji-verde. Fey no quería luchar, en realidad no quería, menos con el dulce Chet, pero no había forma en que fuera a dejar que el chico le atacara, si lo hacía patearía su trasero, pero en ese momento, como si hubiese invocado la salvación con sus plegarias, la puerta se abrió bruscamente y entró Nagumo con pintas de agente del FBI, llevaba una pistola de dardos tranquilizantes en la mano y le disparó a ambos chicos que cayeron al suelo inconscientes, luego tranquilamente sacó una inyección de su bata de doctor y acercándose a Chet lo inyesto, el olor caliente desapareció, Fey supo que Nagumo había usado un supresor del celo, no duraban mucho, apenas podían suprimirlo una o dos horas y sólo en casos en que aún no había comenzado del todo, como este, se usaba para cuando un omega se encontraba en una emergencia que lo obligaba a salir en esas terribles 8 horas antes del celo cuando su olor a celo comenzaba a extenderse por todos lados.

-Sí, la compre en realidad para usarla un día contra ti si te seguías resistiendo a mí y secuestrarte-le conto descaradamente-pero luego me distes el sí y no la necesite mas-sonrió- pero luego cuando esto se volvió un colegio mixto pensé que me podía servir si algún alfa se quería pasar de listillo, no pensé que tendría que usarla también contra un omega -comento mirando su juguetito pensativo.

-Eres un aguafiestas -se quejó Hamano-. Venga, venga, Shindou, dime como fue esta semana ¿Fue el paraíso? ¿Cómo es pasar un celo? -preguntó Hamano con entusiasmo.

El capitan le miró con sus ojos carmesí llenos de un brillo asesino.

¿Eh, Ranmaru, qué tal este celo? -preguntó un arriesgado beta.

Un gruñido fue la respuesta de Ranmaru mirándolo mal y no fue el único, varios omegas también miraron mal al tipo. Preguntarle a un omega por su celo era una total falta de respeto, esa era una pregunta íntima.

Venga todos sabemos que capitán alfa del club de futbol desapareció a la misma vez que tú. ¿Pasaste tu celo con él? –Ranmaru apretó sus puños cabreado, a punto de levantarse y darle a ese estúpido-. Bueno, yo no soy un sempai ni un alfa, pero seguro puedo hacer un buen trabajo si me eliges a mí para tu próximo celo -se ofreció. Ranmaru pegó con su mano abierta en su escritorio, levantándose molesto, pero no tuvo tiempo a hacer nada cuando el beta fue levantando por la solapa de la camisa y estrellado contra la pared. Todos miraban impresionados a Shindou Takuto, el siempre amable y correcto capitán de futbol y músico mientras sostenía al beta contra la pared con fuerza y un aura asesina le rodeaba.

-Vuelve a hablar o tan siquiera a mirar a mi prometido y estás muerto -le aseguró. Uno de los omegas que se había sentido ofendido por la primera pregunta que le había hecho el beta a Ranmaru había ido a buscar a Shindou pensando que estos eran novios y así había llegado Shindou al salón y no sólo el, Hamano, Wolfein y Kita lo habían seguido por curiosidad. Por otro lado el anuncio que Shindou acababa de hacer les había caído como una bomba a todos.

No es justo -se quejó-¿Por qué tú tienes novio y yo no? -se quejó haciendo reaccionar a Ranmaru.

-Idiota -se quejó el pelirrosa entornando los ojos, por supuesto que Yoichi saldría con algo como eso, era Yoichi después de todo.

-Yo le voy a responder a Ranmaru, este o no en estado -dijo Takuto serio-. Si él me acepta me gustaría… pretenderlo -aseguró. El señor Shindou sonrió orgulloso de su hijo, así se comportaba un hombre. La señora Shindou también sonrió. Si Takuto se casaba con Ranmaru entonces de verdad Ranmaru sería su hijo.

-Yo… no tiene que hacerlo Takuto-sam -susurró Ranmaru-, no debe sentirse obligado.

Antes de que sus padres pudieran decir algo, el Shindou más joven caminó hacia Ranmaru arrodillándose a su lado y acomodándole un mechón de cabello rosa detrás de la oreja.

-No me siento obligado para nada, cualquier alfa tendría suerte de tenerte, Ranmaru -le aseguró-, pero eres tú quien no te tienes que sentir obligado, si como alfa no te soy agradable no tienes que sentirte forzado -le aseguró. Ranmaru le miró de inmediato.

-No me resulta desagradable -dijo con el molesto sonrojo que no le abandonada, pero con firmeza.

-Entonces… ¿Me aceptaras como pretendiente?-le preguntó el de ojos rojos serio. Ranmaru le miró y al fin sonrió tenuemente mientras asentía en silencio.

-Aunque quisiera no puedo irme

pero Kita no era un acosador… ni un chismoso

-¿Es que estúpido? ¿Cómo se le ocurre quedarse a dormir en un sitio como este?-se pregunto el sub-capitán alfa en shock, cuando proceso el hecho salió a zancadas de su lugar acercándose al chico sin que este lo notara y tomándolo a la fuerza, Yoichi grito y forcejeo tratando de escapar sorprendido, pero Kita no lo dejo demostrándole lo estúpido que era, al tomarlo a la fuerza, acostándolo en el suelo y el quedándose sobre el chico con absoluta facilidad.-Y así mismo cualquier otro alfa o incluso cualquier estúpido beta podía llegar y tomarte a la fuerza sin que pudieras hacer nada-le dijo con voz dura mientras Yoichi lo miraba con sus dos manos atrapadas en una sola del alfa sobre su cabeza y sus ojos abiertos de espanto mientras respiraba agitadamente.

-Que yo sepa no eres huérfano así que explícame porque demonios no vuelves a tu casa-le ordeno.

-Yo… no pienso volver a mi casa hasta que mis padres olviden esa idiotez de buscarme un prometido

-Bebe-salió su pelirrojo papa omega a saludarle asiendo a Ichiban sonrojarse un poco su papi siempre le llamaba bebe pero que lo hiciera frente a Yoichi era mortificante, vio la sonrisa que pugnaba por salir de los labios del omega rubio y lo miro serio asiéndolo callar.

Yoichi dudo pero extrañaba su casa y a sus papas y eso que no llevaba ni 24 horas fuera

-Creo que tienes algo que contarme-dijo sin poder evitar una sonrisa ladina.

-No es lo que crees

Yoichi Nishinosora-el tono de advertencia de Kita Ichiban fue bastante claro congelando en su lugar al chico de cabellos rubios y lentes, deteniendo su huida. Yoichi se dio la vuelta con las manos en la espalda y poniendo su mejor sonrisa angelical.

-Sempai-saludo. Kita no se trago ni por un momento esa sonrisa “inocente”.

-¿Ibas a algún lado?-pregunto el sub-capitan irónicamente.

se apresuro a darle alcance al descarado chico rubio, deteniéndose a una distancia prudencial y siguiéndolo. Para algunos se podía considerar acoso, pero Kita no era un acosador… ni un chismoso solo seguía su instinto alfa.

Pero cuando el sol empezó a bajar entendió que Yoichi no iría a ningún lado. Ese estúpido planeaba quedarse a dormir ahí.

-Bebe-salió su pelirrojo papa omega a saludarle

-Oh-el omega mayor beso a su hijo y miro con curiosidad a Yoichi.-¿es tu novio?-pregunto directamente asiendo ahogarse a su hijo y sonrojar a Yoichi-es muy lindo-aprobó.

-Creo que tienes algo que contarme-dijo sin poder evitar una sonrisa ladina.

-No es lo que crees-dijo Kita sonrojándose incómodamente arrancándole el paquete y metiéndolo en su mochila.

-Yo te conté lo de Ranmaru así que cuéntame, si seré el padrino de lo tuyo con Nishinosora-le molesto sonriente.

-No tenemos nada-se defendió Kita.

-Jajajaja estas enamorado-se rio de el Takuto que lo conocía bien mientras Kita trataba de negarlo inútilmente por que en el fondo sabia que desde el principio se preocupaba por Yoichi como no lo hacía por nadie desde esa vez que jugaron volyboll callejero ese extraño chico de carácter descarado se había vuelto… alguien interesante para él.