MI PASION TU CONDENA (MISAKI X USAGI) (Terminado 18/07/14)

]hola primero muchas gracias y mil disculpas por la demora en la actualizacion

Tsuki Matta - No te preocupez (si full tarde) no planeo hacer nada co Kisa, esta asalvo, pero de yukina no se que decir... tal vez pueda ir a hacer compañia a los hombres ¿quien sabe?

princesstobivampire _ Sii mate a ritsu, aunque falta revelar como escapo, eso podra ayudar tal vez a Hoyo y a Shinobu que se encuentran en grandes aprietos.

lic82 - en parte si y en parte no, porque Zen confia en Yoko solo que ... su hija desaparecio por mucho que lo quiera él estaba al cuidado de Hiyp y eso crea un conflicto entre ellos, porque claro en estos casos siemrpe se busca un culpable

payola-chely tambien estoy en eso, porque no tienen idea de donde pueda estar y no sospechan de nadie en exclusivo, y esto claro porque fue un accidente si Hiyo o hubiese tratado de ayudar a los chicos nada le habría pasado

BlackLady713 Lo siento mate ritsu sin darle creditos jijiji pero tal vez su experiencia ayude a los otros a escapar.

bueno muchas gracias y perdonen pero aun tardare un poquito en poner al dia el fic, denme una semanita por fich

btalkrajo

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MI PASION TU CONDENA


La Otra Luz

Sentados codo a codo se rosaban ligeramente en el taxi, él tenía la intención de acostarse con la mujer rubia que lo acompañaba, la llevaría a su casa para dejar sus maletas, pues había insistido en dejarlas ahí y luego ir a cenar, claro que aquella intención disfrazaba la verdadera: llevarla a su casa y de paso a su cama, casi se relamía por el desprecio que le haría una hora después cuando ella quisiera dormir a su lado y él la corriera; luego iría a la casa de Hatori y sacaría a Misaki para usarlo y contarle acerca de la chica con quien había estado antes.


Para Akihiko había algo en Misaki que siempre era delicioso, el chico detestaba al resto. De hecho Misaki hasta le había pedido que golpeara a Shinobu y a Chiaki


<< ¿Por qué los tratas mejor que a mí? Lo que deberías hacer es arrancarles la piel a palos, eso me haría feliz, si te viera matar a uno de ellos te juro que jamás trataría de huir>>


Pero de eso hacía un año, antes de que Chiaki muriese bajo el cuerpo de algún ebrio o de tres eso no lo sabían, solo les habían devuelto dos -ninguno en condiciones- y el cuerpo frío de Chiaki, que para burlarse de Hatori, Miyagi había arrojado el cuero del chico al río con la esperanza de que alguien lo encontrara. La bahía de Tokio era un sinfín de mafias y delincuencia y él no era más que otro cuerpo tirado en la orilla, Miyagi decía que en quince años jamás lo habían atrapado y que de seguro jamás lo harían.


Sin embargo, el hermano de Akihiko aún estaba en la cárcel por mucho menos que secuestrar, violar y matar a un niño; Haruhiko había atropellado sin intención a una mujer y la había matado, gracias a eso Akihiko tenía el control de todos los bienes y propiedades de la familia Usami.


<<pero Haruhiko jamás calentó la cama de mi asqueroso padre>> pensó con rabia mientras extendía la mano para que la rubia bajase del coche. Hace un mes que no veía a Misaki, lo había dejado con Hatori y Shinobu en una casa alquilada, llamaba para enterarse de él pero Hatori decía que se limitaba a darle de comer a los chicos. Akihiko Usami no tenía idea de cuando habían cambiado las cosas desde su partida, ni mucho menos podría creer que Misaki iba y venía por la ciudad libre. Y que había cambiado el sótano por habitaciones mucho más cómodas, dormía cada día en un lugar diferente, ahora estaba instalado en un sofá, le parecía mucho más cómodo.


—Tu casa es preciosa – con la boca casi abierta la rubia observo el dúplex de Akihiko, no había que ser un genio para notar que todo era costoso y además finísimo —y decías que era humilde – soltó una risa nerviosa



—Es humilde, si conocieras la casa de mi padre dirías que la mía es simple y austera


—Si conocieras mi apartamento pensarías que es una pocilga


—Y eso que no has visto la terraza, tiene un jacuzzi delicioso – la voz venía del segundo piso, y Akihiko sintió un retortijón agudo en el estómago al ver a Misaki descalzo riendo, sus ojos verdes brillaban y su aspecto era limpio y suave. Aun así el temblor lo recorrió, buscó con los ojos alguna explicación o a guardias que estuvieran esperando para arrestarlo y pero no había nada



— ¿quieres algo de beber? – bajó las gradas animado, era más pequeño que ella, pero se veía diferente a lo que recordaba, mas guapo, incluso más alto que la última vez y con más cuerpo


—Gracias, estoy bien – sonriente la rubia miró a Misaki y después a Akihiko, no se parecían en nada, así como el verano es distante al invierno… verde y café contra un lila blanco. —Yo soy…


—No me importa quien seas, a Usagi le gusta traer putas a casa… —respondió mordaz – así que no me interesa aprender el nombre de todas


La sonrisa desaparecía tras el insulto, Akihiko vio a Misaki con una luz diferente, estaba ahí, ahí donde cuatro años atrás había llorado y gritado cuando por primera vez fue suyo, incluso era el miso sillón y el muchacho reía mientras ella ofendida se mantenía rígida


—No soy ninguna…


—Sí que lo eres – respondió Misaki – me da igual quien seas o cuanto cobres solo apúrate en hacerlo terminar y sal de aquí… ¿Por qué no le pides que se marche ahora mismo?


Atragantado Akihiko tosió las palabras, nunca había visto a Misaki tan libre y tan odioso como en ese momento


— ¿Q-qué… Qué haces aquí? – soltó al fin, tratando de no ahogarse con la palabras


—Tori me dijo que llegabas hoy, estuvo de acuerdo en que viniera aquí, últimamente prefiere estar a solas con ella… si prefieres que regrese después, será en vano… no pienso ir a ninguna parte


— ¡Pero quién es él! – la rubia parecía molesta de que no la defendieran


—Soy su hermano, perra – respondió Misaki antes de que Usagi abriera la boca – así que ni sueñes que me eche fuera, nuestro amado padre lo golpearía si lo hiciera y además uno siempre prefiere a la familia sobre las golfas


— ¡Cállate…! – gruñó ella y la mano de Akihiko detuvo el golpe


—Por favor no lo escuches, tiene dieciséis y es un mal educado… ven te acompaño a la puerta, ignóralo solo es un mocoso malcriado, recuerdas lo que dije de la casa de mi padre, es lo que pasa con los niños mimados, ven te acompaño – no tuvo que esforzarse en que ella se marchara y supo que no habría manera de volver a contactarla.


La acompaño hasta el ascensor y regresó aun temblando, Misaki estaba en su casa tan libre y relajado como si fuera la suya propia, <<¿Cómo logró escapar de Hatori?>>, pero al abrir la puerta tropezó con los brazos del castaño que se lanzaba a abrazarlo y a besarlo.


“Te extrañe tanto, tanto, tanto” Misaki tenía un olor dulce y estaba completamente limpio, pálido como siempre y además deseoso, buscó con sus manos el cuerpo del novelista, enredó sus dedos en el cabello plateado y se dejó caer sobre el suelo mientras rían.


Era como Hatori describía a Chiaki, para Akihiko Chiaki solo era un niño llorón que sonreía y se entregaba con los labios apretados y los ojos en blanco, mejor que Shinobu que no emitía sonido alguno y cerraba los ojos como tratando de perderse y mejor que Misaki que lo maldecía mil veces y que siempre lo mordía, esta vez notó que los mordiscos eran suaves y que el chico estaba más duro que el acero, también le temblaba de ganas, pero quería ampliar esto, antes de que le clavaran un cuchillo en la espalda, quería saborear a Misaki.


Siempre deseo tener así a Misaki, por voluntad y deseo, ahora eso parecía falso y un triste sueño, pero era Misaki, con sus ojos verdes brillando y las cicatrices entre su espalda y sus brazos.


— ¡Hazlo! – rugió el castaño saboreando la sal de la boca de Akihiko, estaban desnudos, y el chico giró para entregarse; Akihiko acarició la virilidad de Misaki apretándola dulcemente entre sus dedos, besó la espalda desnuda del chico y de rodillas lo penetró… era suyo, por primera vez Misaki era suyo y el calor que emanaba su cuerpo era fuego intenso.


—¡Misaki! – sintió apretado el cuerpo que lo recibía y se movió con deseo mucho más brutal de lo que hubiera querido, mucho más corto de lo que había planeado y mil veces más satisfactorio de lo que recordaba, ¿era eso hacer el amor?


Se quedaron despiertos hasta el amanecer, mirándose a los ojos en la penumbra besándose a veces con dulzura, riendo de chistes sin gracias gastadas y viejas. Cuando la noche se hizo más oscura también el frío se hizo más crudo, Misaki se aferró al cuerpo cálido del hombre que odiaba, porque de ser amor, la vida de su hermano quedaría en el olvido… era odio, había leído el diario de Ritsu, tal vez Hiyori leería el de Chiaki; Misaki nunca escribió uno, ni dibujó nunca nada, trato de huir pero al final, cuando estuvo afuera el mundo se le hacía mucho más aterrador que el sótano donde dormían, extrañaría a sus hermanos pero su hermano era Usagi, era su hermano, su amate y su protector, de no ser por él, Miyagi lo habría matado a golpes y Hatori habría apagado todos sus cigarrillos en su espalda; Akihiko había tomado el control de su vida, era cierto que lo odiaba, pero también le estaba agradecido por haberle dejado vivir para conocer a los dos chicos, y por haber regresado a buscarlo… pues de haberse quedado con “Los niños de Hiroki” ya estaría muerto o al menos agonizando. Y lo peor era su cuerpo traicionero, aunque Misaki había luchado para impedirse quererlo, su cuerpo vibraba bajo el cuerpo de Akihiko, su boca se abría en cada beso para devorarlo y no podía negarse que no había mejor verga que la verga de Akihiko rompiéndole las caderas.


Y por primera vez él dormía en la cama mientras Shinobu y Hiyori estaban sucios y hambrientos en un sótano húmedo y sin luz, <<también se hizo dueño de eso, antes, hace mil años no habría querido verlos en el suelo>> Misaki había sufrido y había visto a los otros sobre él, mejor ropa, mejor comida, menos palizas… extendió las manos duras, hasta le habría gustado tener las manos como Hiyori, se notaba que la niña era una mimada, a su edad Misaki debía lavar la ropa de su hermano y preparar la comida, el último día que lo vio, Takahiro le había dado una bofetada porque faltaba sal en el arroz, aun así le quería, era huérfano y Takahiro trabajaba para que ellos tuvieran algo que comer y un techo donde vivir, ahora eso lo hacia Akihiko, y al final, si peleaba otra vez moriría sin haber disfrutado de nada, como el chico del diario, Misaki no quería morir, si se cansaban de él y veían que no era ningún peligro tal vez lo dejarían irse, entonces Misaki debería conseguir el dinero y buscar a su propio niño… pero no lo tiraría a un sótano, trataría de hacerlo feliz.


—No iba irme, cuando llegamos a la calle les dije que corrieran y yo regresaría a casa, en verdad se los dije pero esa chica en la calle lloraba y se asustaron por eso volvimos… ¿Quién ordeno que lo mataran? – Con los verdes ojos fijos en el escritor, Misaki hizo la pregunta que más daño le hacía— ¿Tu pediste que mataran a Chiaki?


—Nadie lo pidió, una violación a cada uno de ustedes y una paliza para que sintieran el miedo, no eso, no lo que les hicieron – acarició la piel de Misaki; cuando lo trajo hace años era limpia y suave, ahora era firme, dura y llena de cicatrices – Hiroki detestaba a Hatori pero no imaginamos que encontraría el modo de vengarse usando a Chiaki, ¿Cómo esta Hatori? ¿Por qué no estás en la casa donde te dejamos?


—Hatori trajo a un nuevo Chiaki, pero llora mucho más - sorprendido Usagi tenso los labios mientras maldecía a Hatori por su estupidez, escucho la historia de labios de Misaki, la rabia crecía pero no se apodero de él, ya mañana hablaría con Tori — yo no te delatare, ahora puedes verlo ¿verdad? Ahora ya puedes creerme Usagi-san, no iba a irme, yo… yo ya no puedo dejarte, no quiero dejarte, no quiero perderte a ti también…


*-*-*-*


Cuando terminó de bañarse, encontró la ropa sobre la cama, la mirada de Hatori la seguía, Shinobu practicaba con ella lo de cerrar los ojos y escapar, hubiera querido que fuera fácil pero en verdad huir del dolor era algo que nunca podía hacer, ya no pedía ayuda, si nadie la había escuchado antes no la escucharían ahora, y él no había venido por ella.


<<pero vendrá, vendrá y los matara a los dos, a Misaki y a Hatori>>


Hiyo se miró en el espejo, aún tenía la mejilla hinchada y algo verdosa por las bofetadas de Hatori y su cabello estaba mal cortado, mientras sus pies tenían las costras de rasmilladuras que se hacía en el sótano; Shinobu había tratado de hacerla escapar, pero Misaki los atrapó y la obligo a volver.


—Vas a conocer a alguien y debes ser buena con él… — Hatori la miró con un deje de pena en los ojos – después de esto Misaki no te perdonará, quiere mucho a Shinobu pero aún lo odia por haber dormido con él, a ti también te odiara…


—Noooo – lloró pues ya sabía lo que venía, y el hombre entró, con su cabello plateado y su traje elegante, casi como un príncipe, pero un príncipe la hubiera rescatado ese hombre se le limito a violarla en aquella habitación —¡NOOOO!! —Hiyori despertó, Shinobu la abrazó para calmarla, — ¿Cuánto tiempo ha pasado?


—Tal vez tres semanas, tal vez un mes – respondió Shinobu


—Ellos vendrán, me encontrarán – Hiyori dejo que las lágrimas cubrieran su rostro, no era una niña, nunca más lo sería y lloraba de vergüenza… su padre lo sabría cuando la viera, todas las cosas que habían hecho con ella, y él, también lo sabría él — le pediré que no te mate… te lo prometo, les pediré que a ti no te hagan daño, aunque tú me pediste que te sacara, les diré que no fue culpa tuya, pero el vendrá…


¿Hablas de tu padre? —Shinobu no comprendía cual era en verdad el tono que ella usaba al hablar de es “él” al que tanto quería y en quien depositaba su fe, y tras días y noches al fin ella se lo diría


— Yokozawa es un oso, los matara a todos.


—Ojalá te encuentre, ojalá los mate, también a Miyagi – Shinobu la abrazó otra vez para dormir… mientras en una casa dos amigos hablaban de como despellejarían vivos a los hombres si los encontraban y otro salía a buscar la ayuda que no quería pedir


—Los osos huelen la sangre, el olerá la mía, la que me obligaron a derramar…— aunque no lo comprendía, el suelo quedo manchado de sangre cuando Hatori terminó la primera vez. Ella sabía sobre la regla de las mujeres, pero la regla duraba más, lo de ella fue algo que se rompió dentro, <<tal vez aún no sabes lo que te hice>> ahora lo sabía.


—Mi padre dejo morir a mi madre, pero él no me dejara morir a mí.


Continuará…