Un Día de Tormenta ("minis" One-Shot, varias parejas) ¡FINALIZADO! ¡SI! ¡TODAS!

-V-vale... estoy e-esperando un hijo d-de este elemento q-que se hace llamar m-mi novio... - el mayor no pudo evitar reír bajo, su uke nunca dejaría de insultarlo ni en esas condiciones - ¿e-enserio lo q-quieres...?
-Por supuesto Jinichirou, y quiero rogarte si hace falta que no te deshagas de él - lo miró serio - yo me encargaré de manteneros, os quiero a mi lado - le tomó las manos y cuando regresen del viaje, quiero pedirle a tus padres tu mano.
-Ka-Kazuto... ¡te amo idiota! - abrazó fuerte al peli-naranja y lo besó.
-Yo también os amo Jini-chan - le acarició el vientre - se ve que estás más sensible.
-B-baka...

En casa de Matatagi estaba el castaño en su habitación, tumbado en la cama y leyendo una revista, la puerta se abrió y levantó la mirada con una sonrisa al ver a su novio Ibuki entrar jadeando de cansancio.
-¡Por fin! ¡Logré que tus hermanos se durmieran! ¡ha sido una pesadilla!
-Ni que fuera para tanto - el menor le restó importancia y pasó página
-Para mí si lo fue - el peli-blanco lanzó de una patada los zapatos y se subió encima del menor - y ahora quiero mi recompensa.

-E-espera Ibuki, no quiero que luego estés enojado…
-Tranquilo Matatagi, prometo que ya tendremos tiempo – el peli-blanco sonrió y le dio un dulce beso en los labios – venga, venid – los pequeños subieron y se abrazaron a los dos.
-Gracias Ibuki, no eres tan malo – Yuuta lo abrazó y se durmió como Shun.
-Buenas noches chicos, buenas noches Hayato – besó a Matatagi quien sonrió apegándose a él – te amo.
-Yo también te amo Ibuki…

-Me encanta que te resistas~ - adelantó una mano hasta el miembro de su uke tsundere y lo masajeó logrando que Kurama se tumbase un poco sobre el escritorio - se ve que lo disfrutas, venga Norihito, solo una vez, llevamos más de cuatro meses sin hacerlo~ nocesito una recompensa~
-...s-sólo esta v-vez ngh... y-y hazlo r-rápido ah... maldito b-baka... depravadamente calenturiento...
-te amo Nori-chan~
-te o-odio Atsushi baka...

El de coleta suspiró resignado y se tapó en el sofá, a pesar de que cualquier otro de habría tomado a mal esas palabras él no se ofendió, ya estaba acostumbrado a las palabras hirientes de su pareja, no era nada nuevo aunque le gustaría que le mostrase un poco de amor de vez en cuando. Por otro lado, en la habitación, el de trenzas daba vueltas en la cama sin poder dormir, ahora se sentía culpable por haberle hablado así al mayor y haberlo dejado en el sofá, se paró de la cama y bajó las escaleras, vio a su novio tumbado en el sofá mirando el techo y se aceró a él.