El Iberium (T.K-Davis / Tai-Matt) FINALIZADO

T.K y sus amigos van a un viaje escolar que jamas olvidaran. Aveces a los sentimientos les cuesta salir por si solos y necesitan un "empujoncito" para darles energia. Este viaje será eso, y

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  1. Hadou
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    -Inserte grito de mujer- :D Al fin se dio!!!! Soy feliz, me encantó mucho el cap :3
    Espero que tengan una noche "hot", y también TK y Davis jajaja.
    Y la canción es genial, la conozco completa, lo escuchaba cuando era chico XD
    Es la primera vez que te comento, pero ya hace 1 mes te sigo, me encanta la historia :3
    Espero que subas el capítulo pronto, lo esperaré con ansias :D
    Saludos ;)
     
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    OMG!!!! Eso fue increíble, la elegante experiencia en el auto, aunque en lo personal, siento que el Mercedes-Benz S class 2015 es poca cosa, yo hubiera puesto un Rolls Royce Phantom 2014, un Maserati Quattroporte 2015, un Acura TLX 2016 o ya por muy triste el caso, un Chrysler 300C 2015. Ahora, a parte de eso, lo que le dijo Ken a Ray fue... Conmovedor, sabes, gracias, tu ya sabes en que me diste un plus de actitud para seguir, me sentí reconfortado, gracias Exe :)
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Oh si ! dulce nectar !! jajajaja finalmente ha cedido el amor entre estos dos !!! jajaja nos leemos en el próximo cap. que estés bien vos también ! =D
     
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  4. Zelig Kaios‚ Evan
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    He de decir que aún no he terminado, me tengo que poner al día con el fic... soy nuevo y acabo de saber de éste gran fic!! Sobretodo el hecho de que está genial escrito, los capítulos son extensos como a mí me gustan, y las relaciones tienen roces que te dejan ahí con ansiedad, quiero más!!!

    Continúa porque pronto me lo leo todo ;)


    A por cierto, yo he empezado un fic también, si alguien quiere pasarse y ver que tal y comentar si está bien o mal, lo agradecería mucho!!!


    Ya sabes, a continuar el fic ;D
     
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  5. Taiyama
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    Ufffff no había podido comentar pero wow :=ummse: sacas mi lado nena, fue genial!!!!!! aunque tuve que esperar muchísimo al fin se dio esto :=arribarriba: en serio fue genial y la noche puff destrozaran la cama, como siempre la redacción fue perfecta (hasta sentí el beso de Matt xD ya sé estoy loco) jajaja en serio espero con ansias el próximo capítulo como siempre.

    Me quito el sombrero ante usted :=DANCING: lo dije desde los primeros capítulos y lo sigo diciendo eres genial bueno ya fue mucha formalidad te mando un abrazo como siempre :D
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  6. Zelig Kaios‚ Evan
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    Me gusta mucho como escribes, claro, detallado y muy bien organizado :)
    Aún voy por la página 3, intentando ponerme al día! Por supuesto, espero que continúes porque sé que voy a querer más.

    PD: Adoro la personalidad que le has otorgado a cada personaje :D
     
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    Yaoizando
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    :=deeaaah: Holas!!! perdón por la tardanza antes que nada!! ni me fijé que había pasado tanto tiempo desde la ultima actualización. Para colmo este capitulo ya lo tenia el 85% terminado hace como una semana y media :=ummse: solo que bueno, numerosos factores personales (bastante buenos :) ) me llevaron a postergar y postergar tanto la finalizacion como la publicación de este capitulo XD, pero aqui está, y me encanta estar de vuelta!! Creo q estoy demasiado alegre jaja por eso tanta boludes junta :wacko: Bueno basta!, les dejo el penúltimo cap de la historia. ADVERTENCIA!!!! :=WTFf: Escenas con alto contenido erótico (nadie hace caso a estas advertencias, pero bueno)


    *Hadou: Holaa!!! primero que nada, gracias por leer la historia! Habrá una noche muitu quenchi, pero no quiero spoilear D: jaja que bueno que te guste esa cancion, a mi me trae muchos recuerdos. Gracias por el comentario! ojala este cap tambien te guste! chau!!

    *Kouichi_RedSun: Que bueno que te haya gustado!! ya sabia que me dirias algo sobre el auto! asi pero hubiera apostado lo que sea jaja Me alegra mucho que te haya gustado! me alegra mucho!!!

    *Sasarai-san: Jajaja finalmente!! que bueno que hayas bancado 19 capitulos hasta llegar aqui, pero bue jaja. Suerte!!!

    *Zelig Kaios‚ Evan: Hola!! muchas gracias por el comentario pero más por leer la historia!!! Te doy la bienvenida al foro! :=NEWWWA: Me alegra que mi historia sea de tu agrado!! compartimos gustos al parecer :D Gracias por los cumplido de como escribo, siempre estuve inseguro sobre eso :=duouou: Desde el principio me gustó tu historia! soy fan ya jaja. Hasta la proxima!!

    *Taiyama: Jajaja me alegra haberte sacado el lado nena :=yeahyie: jajaja sep, se tuvo q esperar y esperar jaja pero ya llegó. Gracias por l o de la redaccion, simpre me da miedo que no se entienda nada de lo que escribo ja. Me mató la imagen :=ahjahajhaja: Usted tambien es genial! pero ya, muchas gracias. Que andes bien!!!



    Capitulo 21: Las dos caras

    Punto de vista de Davis

    Jamás en mi vida había comido cosas tan deliciosas como las de esa noche, un plato mejor que otro. La cocina del hotel había dejado una muy buena imagen en mi mente, cerrando con una noche a puro manjar.

    Igual, estaba consciente que lo más importante de esa noche no era la comida, ni la elegante ropa prestada. Tampoco la cena/baile por ser la última noche allí. Lo más importante era que le demostraría a T.K lo que sentía por él.

    Todavía no sabía cómo ni tampoco qué diría, pero esa sería la noche. Esa era la única razón por la cual había dejado que Mimí me maquillara ocultando mis golpes y heridas. A pesar de que todos se me burlaron no me arrepentía, todo fuese para ayudar a que las cosas se me facilitaran con el rubio.

    Me serví un vaso de jugo, para después volver a donde estaba T.K esperándome. Con el blondo estábamos sentados juntos en los sillones a un costado de la pista de baile, cansados de haber bailado un buen tiempo.

    -Aquí estas- me dijo el rubio con una sonrisa desde el sillón al acercarme- ¿Por qué tardaste tanto?- preguntó mientras agarraba el vaso de jugo que había traído para él.

    -Ah pues… me puse a conversar con uno de los chicos del curso, nada más- mentí mientras me sentaba a su lado.

    En realidad, había aprovechado el estar solo en la mesa, sirviéndome el jugo, para pensar que decirle al rubio una vez volviera con él al sillón. A pesar de que estuve un tiempo hablando conmigo mismo, simulando hablar con T.K en frente, nada de lo que salió de mi boca terminó convenciéndome, así que estaba igual de inseguro que antes.

    Pasaban los minutos, las canciones. Pasaba la noche, y yo ahí junto con T.K a un costado de la pista de baile, sentados en los sillones. Conversábamos, reíamos, bromeábamos como si no lo hubiéramos hecho hace mucho tiempo. El verlo reír me idiotizaba. Era como si el lugar se iluminase para mí cada vez que lo hacía. Simplemente era tan bello. A veces me costaba disimular que lo observaba casi hipnotizado. Para colmo, el que estuviera vestido de esa forma solo lograba que fuese más hermoso todavía, si es que eso era posible.

    Hubo varios momentos que parecieron ser oportunos para declarármele. Momentos en los que nuestros ojos se encontraban y nos entendiéramos tan solo con la mirada. Momentos en los que las palabras querían salir directamente desde mi pecho, decirle todo lo que sentía. Pero antes de abrir la boca, la duda detenía mi impulso de valentía.

    "¡Dios! ¡No me amino!" Rabié mentalmente, mientras veía como el rubio tomaba de su vaso con jugo.

    Quise poder ser descarado como había sido siempre y poder soltarlo todo de una vez sin que me importase las consecuencias, pero simplemente no podía. Nunca me había sentido así de esta forma. Deseaba estar con T.K, lo deseaba más que a nada, pero al mismo tiempo el miedo me paralizaba.

    -Davis…- dijo el rubio en voz baja, viendo hacia la pista de baile- quiero pedirte disculpas.

    -¿Disculpas?

    -Sí, te tengo que pedir disculpas porque eres mi mejor amigo y te oculté lo que me pasaba con Ken en los últimos días- me dijo con pena, hipnotizándome con sus ojazos- lamento haberte ocultado eso, pero era que sentía miedo de que pudieras pensar de mí si descubrías lo que pasaba.

    - No tienes que pedir disculpas tonto, yo jamás pensaría mal de ti T.K- le sonreí y apoyé mi mano en su pierna. El sonrió bajando la mirada.

    Al darme cuenta donde tenía la mano, rápidamente la aparté. Me tenía que controlar, aunque me costase.

    - Y dime ¿Cómo…cómo va eso con Ken?- pregunté, intentando disimular que no me afectaba que estuviera en una relación con el pelinegro.

    - Y… no se dio, por así decirlo- me contestó mirando a un lado- no sé si estoy listo para una relación así, pero por lo menos seguimos siendo amigos- volvió a sonreír.

    Esa sonrisa… simplemente no pude evitar quedármele observando, totalmente idiotizado ante su belleza. Tenía que decírselo, o explotaría…

    Era el momento. Me decidí y tomé aire.

    -T.K… yo…- las palabras salían con mucho esfuerzo, casi a cuenta gotas- …yo… necesito deci…

    La música se detuvo y la voz del señor Z sonó por los parlantes

    -Chicos, su atención por favor, como les habrán dicho sortearemos 3 “tabletas”- dijo el dueño del hotel por el micrófono, al lado de lo que era el Dj y el iluminador de la velada.

    A su lado, había una gran urna abierta llena con los papeles en los cuales habíamos anotado nuestros nombres.

    - Así que atentos- culminó el rubio para empezar a revolver los papeles de la urna.

    "¿¡Justo ahora tenía que ser el sorteo!?" pensé lleno de rabia al ver como el blondo apartaba su mirada de mí y la enfocaba en el Señor Z. No podía creer mi mala suerte.

    El hombresote rubio revolvió en la urna la gran cantidad de papeles, para luego sacar uno y leer el nombre del ganador o ganadora. La primera afortunada fue una chica de 4° de nuestra escuela, compañera de Mimí e Izzy. Los profesores de las escuelas les indicaban al iluminador y al camarógrafo quienes eran el ganador o ganadora para así iluminarlos y filmarlos al momento de ser nombrados.

    La risueña ganadora dio un grito de emoción y se acercó al señor Z, para recibir, primero, un beso en la mejilla por parte del bigotón y luego la tablet. Todo lo podíamos ver por la pantalla gigante donde era proyectado lo que el camarógrafo filmaba.

    El segundo ganador fue un chico de 1° año de la otra escuela, bastante obeso. Al momento de ser nombrado, fue iluminado por las potentes luces y apuntado por la lente de la cámara. El regordete niño se acercó al señor Z, quien le entregó el premio y luego una palmada en la espalda que casi lo tumba.

    -Ahora el último ganador/ganadora de la noche…- dijo el dueño del hotel, revolviendo con energía los papeles en la urna.

    Sinceramente a mi me importaba poco o nada el sorteo. Lo único que llamaba mi atención en ese momento era el rubio sentado a mi lado en el sillón. El ojiazul estaba expectante a quien se llevaría el último premio, con su mirada y atención puesta en el hombresote con el micrófono. Me le quedé viendo como lo había hecho buena parte de la noche. No sabía porque se me hacía irresistible en ese momento ¿Era esa ropa que lo hacía ver como un galán de cine? ¿O quizás el hecho de que ser la última noche? No sabía la razón por la que el rubio me tenía así, ni me interesaba saberla. Era como si me hubiera hechizado. Era verdad que últimamente me había sentido raro cuando estaba junto a él, pero ahora simplemente me tenía a su merced.

    Mientras más lo observaba, más sentía que perdía el control sobre mi cuerpo. Lentamente fui inclinándome hacia él sin que se diera cuenta, ya que seguía atento al sorteo. No sabía lo que hacía, mi mente ya no controlaba nada en mí.
    Aunque hubiese querido no podía detenerme, mi cuerpo ya no me respondía, lo único que podía hacer era dejarme llevar…

    -El nombre del tercer ganador es…

    Punto de vista de T.K

    Tan solo quedaba una chance para ganar en el sorteo. Quizás Izzy había tenido razón, teníamos las posibilidades muy en nuestra contra, pero bueno, soñar no costaba nada. Esperé ansioso el nombre del tercer ganador.

    -El nombre del tercer ganador es…- dijo el hombre rubio mientras intentaba leer con cierta dificultad el papel que había sacado de la urna, al parecer le costaba entender la letra-… ¡Daisuke Motomiya!

    ¡Davis había ganado! No lo podía creer, al menos la suerte le había sonreído a uno de nosotros. Sentí una gran felicidad por mi amigo. Vi como rápidamente el sujeto de la cámara apuntó hacia nosotros.

    -¡Davis ganas…- giré mi cabeza hacia la derecha para felicitar a Davis, pero no pude terminar la frase porque mis labios fueron sellados por los suyos, mientras éramos iluminados por la luz blanca de un potente reflector.

    La repentina luz que nos iluminó sorprendió al castaño e hizo que se separara de mi rápidamente, al mismo tiempo que se escuchó una exclamación de sorpresa general entre la multitud. El moreno miró a su alrededor y notó que todos lo observaban sorprendidos. Todos habían visto por la pantalla gigante lo que hizo, donde ahora era proyectada la cara de sorpresa del oji-café. Un silencio sepulcral se apoderó del salón, incluso el dueño del hotel se había quedado sin palabras mientras sostenía el papel con el nombre de Davis en una mano y el micrófono en la otra.

    -¡Davis besó a T.K!- rompió el silencio una voz entre la multitud

    -¡Así que todas esas bromas al final eran verdad!- exclamó una de las chicas del grupo que siempre se andaba peleando con el castaño- ¿Ya saliste del closet Davis?- se burló haciendo que se generaran risas burlonas entre la gente.

    Rápidamente el silencio que reinaba en el salón se convirtió en murmullos, risas, burlas y cosas hirientes sobre Davis. El castaño vio a su alrededor con una expresión que demostraba que no podía creer lo que pasaba. Las burlas y las
    ofensas de todo el salón no paraban de llegar a sus oídos. El moreno giró hacia mí, mirándome a los ojos. El dolor y la tristeza de su mirada me sacudió internamente. Sus ojos estaban bastantes rojos y una lágrima empezaba a recorrer su mejilla. Su mirada parecía pedirme una respuesta, una acción, una palabra, cualquier cosa, pero no pude dársela por mucho que quisiera. Ese beso me había dejado totalmente tieso. Petrificado, así estaba, sin poder creer todavía lo que había pasado. Todo fue tan inesperado, todo fue tan rápido.

    Yo solo miré a Davis sin cambiar mi posición ni mi cara de sorpresa desde que me besó. Sentí como si se hubiese desconectado mi mente de mi cuerpo, no pude moverme ni decir nada. Era incapaz de percibir el entorno que me rodeaba, era como si estuviera completamente solo en el salón con él.

    El castaño, al ver que yo no reaccionaba, cerró los ojos, se levantó del sillón y corrió hacia la salida del salón, sin dejar de recibir burlas y risas de todos los demás. Una vez que salió del lugar, Mimí fue tras de él, corriendo lo más rápido que su vestido rojo y sus zapatos lo permitían.

    -Ehh bueno, le guardaremos el premio- reaccionó finalmente el señor Z guardándose el papel con el nombre de Davis en el bolsillo e indicándole al DJ que siguiera con la música.

    En tan solo unos segundos, la fiesta continuó su curso, cesando abruptamente con el murmullo y las burlas. En tan solo un minuto todo volvió a la normalidad, como si nada hubiera pasado. Yo solo me quedé en el mismo lugar sentado, con la misma expresión de sorpresa, todavía sin poder moverme. Lo único que podía hacer era repetir en mi cabeza una y otra vez lo que acababa de pasar, todavía sin poder creerlo

    "¿Esto acaba de pasar?"

    Punto de vista de Matt

    -¡Que ira que siento!- rabió Tai dándole un golpe a una pared mientras volvíamos a nuestra habitación, solos en la oscuridad de los pasillos del hotel- no puedo creer que hayamos estado en el baño en el momento que pasó eso- murmuró haciendo referencia a lo que pasó con Davis- si tan solo hubiera estado allí, hubiese podido hacer algo para callar a todos los idiotas que se burlaron de él y tratar de ayudarlo- dijo con rabia a la vez que seguíamos caminando.

    -Ya Tai, yo también estoy triste por lo que pasó, pero no te tienes que culpar, no vale la pena- le dije tratando de calmarlo, caminando a su lado en el oscuro y deshabitado pasillo.

    Eran como las 2:30 AM, no estaba seguro. A pesar de que la fiesta todavía no había terminado, volvíamos a nuestra habitación. No teníamos ganas de seguir allí después de saber lo que le había sucedido nuestro amigo de 14 años. Compartía con Tai esa sensación de impotencia al no haber estado allí para ayudar. Con el moreno estábamos en el baño de hombres del salón al momento del hecho. Una vez vaciamos nuestra vejiga, un compañero de clases nuestro nos contó lo sucedido.

    No sabíamos que había sido de Davis después. Suponíamos (y deseábamos) que estaría con Mimí, ya que ella había ido tras él. Tampoco habíamos visto de nuevo a T.K; él y Ken también se fueron del baile después de lo que ocurrió.

    Izzy también se había ido a su habitación. Ya sin motivos para seguir en el salón, decidimos volvernos.
    Una vez llegamos a nuestro piso, caminamos por el pasillo hasta llegar a la habitación de Mimí y sus compañeras. Nos paramos al frente de la puerta y tocamos suavemente para evitar que se escuchara el eco por todo el pasillo. Una Mimí ya en pijamas y sin maquillaje nos abrió la puerta, con una mirada inusualmente triste.

    -Nos enteramos de lo que pasó ¿Davis está contigo?- le pregunté viéndola a los ojos, ella solo asentó con la cabeza.

    -¿Cómo está?- intervino Tai- ¿podemos verlo?

    -No creo que sea buena idea ahora, chicos- contestó la castaña en voz baja, saliendo un poco más hacia el pasillo y entrecerrando la puerta tras de sí- está muy triste, entiéndanlo, mis compañeras y yo estamos cuidando de él ahora, tratando de hacerlo sentir mejor. Le ofrecí quedarse con nosotras esta noche.

    -Entendemos, esperemos que se pueda mejorar pronto- le dijo el castaño para después despedirnos y seguir caminando por el pasillo.

    Me sentí muy mal por Davis, y eso que él era un chico fuerte. Al oír lo que pasó, admito que me sorprendí bastante. Es decir… era Davis… el Davis de siempre. Nunca había imaginado que pudiera sentir algo por mi hermano que fuese algo más que amistad. Estábamos mal por lo que sucedido, como se dio. Me dolía de una forma particular, ya que me hacía pensar en mi propio caso y me ponía en su lugar.

    No me podía imaginar que hubiese pasado si en el momento privado que habíamos tenido en el mirador, una o más personas nos hubieran visto. Nosotros dos fuimos afortunados, pudo haber salido mal también, aunque afortunadamente no fue así. Supuse que fue una coincidencia del destino que esa noche saliera tanta verdad a la luz, lástima que con desenlaces bastante diferentes. Era como si la noche hubiera tenido dos caras, una buena y una mala.

    La próxima puerta era la que compartían los 3 chicos de 3°, donde en ese momento se suponía había 2 de ellos.

    -Tai, deberíamos hablar con T.K, él también se vio involucrado en esto- le dije al moreno tomándolo del brazo y haciendo que se detuviera. Al oír lo que le dije solo me dio la razón.

    Me acerqué y golpeé la puerta tratando de no hacer mucho ruido. No tuvimos que esperar mucho para que un chico de pelo negro y ojos azules nos abriera.

    -Ken ¿Cómo está Takeru? Necesito hablar con él- le pedí al chico de 14 años.

    -Ahora está durmiendo Matt, creo que sería mejor dejarlo descansar- dijo apartándose y dejándonos ver que el blondo estaba acostado en la cama de arriba de la litera, dándonos la espalda, al parecer profundamente dormido.

    -¿Cómo tomó esto que pasó?- preguntó Tai detrás de mí.

    -Estaba bastante sorprendido, casi shockeado diría yo, le ofrecí venir aquí de inmediato y el aceptó, pero sin decir ni una palabra en todo el trayecto del salón hacia aquí- dijo el pelinegro bastante preocupado- era como si estuviese pero a la vez no. Le pregunté si quería hablar del tema pero me dijo que no, me agradeció y después se cambió rápidamente para acostarse y dormirse casi al instante- Ken hizo una pausa- ¿Dónde está Davis? Estaba a punto de salir a buscarlo antes de que tocasen la puerta.

    -Está en la habitación de Mimí, pasará allí la noche- le contestó Tai.

    -Dudo que puedas verlo ahora, pero sería útil que le lleves ropa cómoda así le sea más fácil dormir- le aconsejé a Ken. Pensé que debía ser muy incomodo para Davis estar acostado con el traje.

    -Tienes razón…a ver…esto servirá- dijo el menor mientras recogía de la desordenada cama del moreno un pantalón corto y una remera sin mangas.

    Sin perder tiempo fue hacia la habitación de Mimí, donde esta vez fue una de sus compañeras la que salió a recibir lo que el peli-azabache le había llevado a Davis.

    -Espero que esto se solucione de alguna forma, no soporto verlos así a ambos- dijo Ken mientras volvía a su habitación- que tengan buenas noches chicos, hasta mañana- nos deseó para luego cerrar la puerta con llave, dejándonos solos en el oscuro pasillo de nuevo.

    Solo nos quedaba caminar unos pasos hacia nuestra habitación.

    -Vaya, que noche …- comenté mientras buscaba la llave de la habitación en mis bolsillos.

    -Por un lado estoy mal por Davis y T.K, que las cosas se hayan dado así…-el moreno hizo una pausa que me llamó la atención-… pero por el otro, fue una de las mejores noches de mi vida- dijo mientras me agarraba de la corbata y me acercaba a él lentamente con una sonrisa en su rostro-… y puede volverse mejor todavía- agregó tomándome por la cintura con ambas manos.

    Unió su frente con la mía, uniendo también nuestras caderas.

    Me le quedé viendo esos ojos marrones con deseo, nuestras bocas estaban muy cerca una de la otra. Tuve ganas de repetir lo que habíamos hecho en el auto…y más aun, pero un ruido lejano, seguramente del piso de abajo ya que en ese piso no había nadie más que nosotros, me hizo recordar que seguíamos en el pasillo.

    -Aquí no, Tai- dije para luego liberarme de sus mano y sacar la llave de mi bolsillo.

    Mientras la introducía en la cerradura, sentí como el moreno me agarraba por detrás con delicadeza, uniendo sus manos en mi estomago.

    -Nunca estuve tan ansioso de entrar a una habitación- me dijo de forma risueña en el oído, mientras me abraza con más fuerza.

    Yo solo sonreí y me concentré en abrir la puerta. Le di una vuelta a la cerradura, pero antes de darle la otra y abrir por completo, algo me detuvo. A pesar que lo deseaba, se me vino a la mente mi relación con Sora, como así que estaba a punto de hacer algo que nunca había hecho antes, y nada más y nada menos que con Tai en un viaje escolar.

    -¿Pasa algo?- me preguntó el castaño al ver que me detuve en seco.

    -Nada, solo es que…¿Estás consiente que después de esto, no hay vuelta atrás?- le pregunté mirándolo a los ojos.

    Una ligera expresión de sorpresa se hizo presente en su rostro, como si él también tomara conciencia de lo que le había dicho.

    -Y… ¿acaso tu quieres volver atrás con esto?- me preguntó preocupado, su cara me lo dijo todo, era como si tuviera miedo de oír la respuesta.

    Me quedé observando fijamente la expresión del moreno, que sinceramente me provocaba gracia. Era como la de un niño cuando pregunta algo que sabe que su respuesta le causará miedo. Con solo ver el rostro de Tai se me vino una sola respuesta a su pregunta:

    -No, claro que no- le contesté decidido para después unir mis labios con los suyos.

    El moreno no tardó ni un instante en corresponder mi beso con ansias. Sin separar nuestros labios, con mi mano derecha le di la última vuelta a la llave y abrí la puerta. Rápidamente ingresamos al cuarto y sin cortar el beso, cerré con llave para evitar así cualquier sorpresa. Estábamos los dos solos en nuestra habitación, sin nadie que nos molestase. La única luz que permitía ver el interior era la que entraba por la ventana, proveniente de la luna.



    Los labios de Tai arremeten contra los míos alocadamente. Mientras lo beso, recorro mis manos por todo su cuerpo: sus hombros, su cuello, su pecho, su cabello; la necesidad de sentir todo su ser me invade. Él tampoco se queda atrás. Sus manos pasean por mi cuerpo con la misma libertad de las mías sobre el suyo. Me tomo el atrevimiento de bajar una de mis manos por su espalda, hasta llegar a su trasero y agarrarle un glúteo con fuerza. El castaño corta el beso y me ve a los ojos con sorpresa, como si no me creyera capaz de hacer eso. Le sonrío mirándolo a los ojos con algo de pudor. Él sonríe y vuelve a acercarse a mí para besarme de nuevo. La sensación de tenerlo tan cerca de mí es de éxtasis, necesito más. Como con desesperación empezamos a liberarnos de nuestras ropas.

    Mi chaleco negro es lo primero que el oji-café me saca. A la vez, yo me encargo de quitarle la chaqueta de su esmoquin. A pesar de haber intentando cuidar esas prendas durante toda la noche, puesto que no eran nuestras, en este momento no nos importa para nada tirarlas en el suelo. Luego de liberarnos de esas dos prendas, nos desplazarnos por la habitación besándonos, sumergidos en un torbellino de lujuria y ganas. Sin medir la fuerza del impacto, nos dejamos caer sobre la cómoda a un lado de la cama, mientras continuamos probando los labios del otro con placer. Fue tal el choque, que el mueble se mueve con violencia; todo lo que estaba apoyado arriba se cae al piso: la corona que le habían dado a Tai en el desfile, el oso de peluche que le compré a Sora y también el florero ya habían repuesto antes pero que, otra vez, se rompe en mil pedazos.

    No hace falta decir no le damos importancia, somos como locos a quienes no les importa que pasa a su alrededor. La cómoda es el sostén de nuestros cuerpos donde continuamos nuestro beso desenfrenado. Jamás había sentido esto, ni con Sora ni con nadie, es increíble. El castaño desbarata el nudo de mi corbata con rapidez y la tira hacia un costado sin fijarse adonde. Mientras tanto yo desbrocho botón por botón la camisa del moreno, dejando ver ese cuerpo atlético que ya es conocido para mí, pero que en esta ocasión lo veo de forma diferente, excitante. Tai se encarga de deshacerse de mi camisa negra con agilidad y tirarla en el piso alfombrado, dejándonos en igualdad de condiciones.

    El moreno dirige sus manos a su nuca para de intentar sacarse el moño negro que todavía adorna su cuello, pero yo lo detengo para que no lo haga. No sé porque, pero me gusta cómo se ve el oji-café con ese detalle en su cuello desnudo. Tai solo sonríe y aleja sus manos de su cuello, dándome a entender que cumplirá con mi particular deseo. El castaño se abalanza sobre mí contra la cómoda para volver a besarme con desenfreno mientras sus manos desordenan sin piedad mi cabello. Puedo sentir su lengua entrando en mi boca con prepotencia, chocando y jugando con la mía. El placer es demasiado como para ser descripto, Tai me está haciendo sentir cosas que nunca imaginé. Todo se intensifica al sentir su mano izquierda soltar mi pelo y empezar a bajar por mi cuello, luego mi pecho, estomago, acariciando todo con la yema de sus dedos suavemente mientras baja.

    A medida que su mano desciende, mi respiración más se desordena. De repente, con la mano que recorrió mi cuerpo, el moreno empieza a manosear mi miembro por encima del pantalón de vestir. Mi sistema nervioso casi colapsa.
    Tardo varios segundos en volver a reaccionar, mientras Tai sigue acariciando mi hombría. Yo hago lo mismo con mi mano sobre su entrepierna, sintiendo con mucho detalle todo lo que la palma de mi mano y mis dedos pueden tocar, mientras nos seguimos besando. Puedo sentir la dureza de su miembro a través de la suave y delgada tela del pantalón. La velocidad de los “masajes” acelera de manera exponencial a medida que nuestra excitación aumenta más y más.

    De repente, Tai detiene el beso y aleja su mano de mi entrepierna, haciendo que yo haga lo mismo. Con una sonrisa tímida dirige sus manos a mi cintura y empieza a desabrochar mi cinturón para luego desprender el botón y bajar el cierre con lentitud. Yo me quedo estático mientras él me baja en pantalón lentamente, sacándomelo por completo, al mismo tiempo que me saca las medias, dejándome solo con un bóxer blanco. Incontables veces había estado en ropa interior e incluso desnudo ante Tai, pero esta vez es muy diferente. Él es el que me desnuda, él es el que me quita la ropa. Una vez que mi pantalón pasó a ser parte de la decoración de la habitación, ya que el moreno lo revoleó sin miramientos a cualquier lugar, empiezo a sacarle el suyo, dejándolo solo con un ajustado calzoncillo celeste.

    El moreno vuelve a besarme lentamente, haciendo que nuestras pelvis queden unidas. Es demasiado excitante tener el cuerpo del castaño pegado al mío. Está de más decir que esas delgadas prendas que nos cubren no pueden
    disimular la excitación. Nos separamos del mueble que nos servía de sostén y nos acercamos, todavía saboreándonos el uno al otro, a la cama matrimonial. Nos arrodillamos en el suave y movedizo colchón de agua, frente a frente.

    Hay un detalle que no puedo dejar de notar. El miembro del oji-café parece que en cualquier momento romperá el calzoncillo celeste que lo cubre, es evidente que ya no debe seguir encerrado allí.

    Lentamente muevo mis manos a su cintura, pero antes de tocarlo, levanto la mirada para ver el rostro del moreno. El solo me mira a los ojos de manera fija. Aunque no hace ningún gesto, eso me da a entender que ya me había dado permiso de antemano. Vuelvo mi mirada hacia su pelvis. Con timidez, inserto ambos dedos pulgares por adentro de su calzoncillo a cada lado de su cintura y bajo la única prenda que viste al castaño, dejando ver su pene erecto a más no poder. Me quedo sorprendido observando su hombría con los ojos bien abiertos. Ya había visto el miembro de Tai en el pasado, pero nunca lo había visto… así, de esa manera. Al darme cuenta que había quedado hipnotizado viendo el pene del moreno, levanto mi mirada hacía sus ojos marrones, avergonzado. Tai solo me sonríe. Toma mi mano derecha y lentamente hace que agarre su pene.

    Otra vez mi sistema nervioso se sobrecalienta al sentir el tacto del miembro viril de Tai. El castaño hace lo mismo con el mío, después de haber bajado de un solo tirón mi bóxer blanco. Mientras nos tocamos mutuamente, nuestros labios se vuelven a unir y nos dejamos caer sobre el colchón, esta vez yo arriba del moreno. Mientras nos besamos, nuestros miembros se rozan entre sí con frenesí, haciendo que un placer inimaginable para mí hasta ese momento me invada. Nuestras manos recorren nuestros cuerpos desnudos, sintiendo con intensidad cada centímetro de piel.

    -Espera Matt, falta algo para seguir- dice Tai cortando la ausencia de palabras que hubo desde que entramos a la habitación.

    El castaño me saca de encima haciendo que me acueste a su lado, mientras se estira para poder agarrar un pantalón de él que está doblado en la mesa de luz, al lado de la cama. Después de buscar uno por uno en los bolsillos, saca un condón y lo sostiene en frente mío con una sonrisa. No hace falta decir que el momento ha llegado. Yo lo miro sonriente, pero a mi mente llega una duda que no se me había ocurrido antes de llegar a esta instancia.

    -Ehh, Tai…- digo con algo de vergüenza- ¿Quién será… quien será el que…bueno…- me cuesta concluir la pregunta, jamás había estado en una situación parecida a esta- ¿Cuál de los dos será el que… lo use?

    El moreno mueve su cabeza para atrás, sorprendido, abriendo sus ojos marrones de par en par.

    -Ehhh, yo-yo pensaba que…- dice notablemente nervioso, desviando su mirada de la mía-…no sé porque pensé que eso ya estaba… pero úsalo tu si quieres…- dice ofreciéndome el pequeño sobrecito.

    -...no, no, si tu ya lo tenias pensado no voy a… -

    -...no, no- vuelve a insistir a que lo tome- no quiero obligarte a hacer eso… no es justo.

    -No, en serio, está bien…es solo que…- no sé como terminar la oración.

    A pesar de la poca luz, puedo ver que el rostro de Tai había tomado color rápidamente durante la conversación. Nos quedamos observándonos mutuamente, sin saber cómo seguir en esta experiencia. Después de unos segundos, el moreno sonríe y baja la mirada, para después aventarme el condón en mi pecho.

    -¿Tai estás seguro?

    -Matt- me dice sonriendo, volviendo a posicionar sus ojos marrones sobre los míos. Su mano derecha me acaricia mejilla suavemente- hace mucho tiempo que deseo ser el único que te haga feliz, aunque no lo sabía en ese momento, y esta noche es mi oportunidad para hacerlo finalmente, no podría estar más seguro, vamos póntelo- me pide guiñándome un ojo.

    Le sonrío algo avergonzado. Abro cuidadosamente el sobre del preservativo para luego sacarlo y mirarlo fijamente. Nunca había siquiera agarrado uno, así que lo observo con curiosidad.

    -No sabes cómo ponértelo ¿verdad?- me pregunta el castaño con una sonrisa picara.

    -Eh bueno…yo….- balbuceo completamente rojo mientras sigo viendo fijamente el condón. No tengo ni idea.

    -Déjame ayudarte- dice mientras toma el profiláctico de mis mano y me da un beso en la frente- solo recuéstate.

    Me acuesto apoyando mi nuca en las muchas almohadas que hay en el respaldar de la cama, dejando que el oji-café se encargue. El moreno agarra mi pene y empieza a cubrirlo con el preservativo, de la punta hasta la base. Nuestras miradas a cada momento se cruzan, provocando sonrisas risueñas en ambos. Cuando ya estoy listo, el moreno se arrodilla en la cama, abriendo sus piernas para que yo quede debajo de él. Lentamente empieza a bajar utilizando la fuerza de sus piernas, acercando su trasero hacia mi pene. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el moreno toma mi miembro erecto con una mano para guiarlo hacia su entrada.

    Yo lo miro a los ojos, con el corazón retumbando en mi pecho a más no poder. Puedo notar cierta inseguridad en su rostro, pero al ver cómo le observaba, él solo me sonríe y continua con su descenso.

    Mi miembro erecto se introduce lentamente en el apretado interior del moreno, a medida que él baja lentamente con todo su cuerpo. Tai no intenta esconder su cara de dolor al sentir como entro de a poco en él. Sigue bajando lenta pero constantemente. Desciende hasta llegar a un punto donde emite un corto pero audible gemido y se detiene en seco. El moreno se echa hacia delante, apoyando sus manos mi pecho para sostenerse. Respira profunda y rápidamente, sus ojos abiertos de par en par, pero igual continua bajando, haciendo que mi pene se introduzca más y más en su ser. Le tomo de las manos, él me las agarra con fuerza. Siento como mi miembro, centímetro a centímetro, es rodeado por el interior tibio del castaño. El oji-café de vez en cuando emite leves alaridos, mientras cierra sus ojos y ciñe su mandíbula con fuerza. Sin embargo, parece estar decidido a llegar hasta el fondo.

    El castaño hace un último esfuerzo y baja repentinamente de un solo golpe, logrando que todo mi miembro este adentro de él, acompañado de un fuerte grito que intenta ahogar rápidamente. A pesar de la oscuridad parcial del cuarto, noto lo rojo que está el rostro de Tai. Él solo me mira a los ojos fijamente, con una respiración profunda pero agitada.

    Intento asimilar la increíble sensación, aun sin poder creer lo que estamos haciendo.

    Después de uno momento en el que Tai pareció acostumbrarse a que esa parte de mí estuviese adentro de él, el castaño sube y baja ayudándose de la fuerza de sus piernas. Ambos nos miramos con nuestros ojos bien abiertos mientras respiramos desordenadamente.

    El moreno vuelve a hacerlo, primero lenta y pausadamente, pero luego con un ritmo constante. Yo solo me dejo llevar por la exquisita sensación. Decido que no todo lo tiene que hacer él, así que empiezo a mover mi pelvis al compas de los movimientos de Tai, intentado llegar a fondo dentro de él. Puedo notar que el oji-café lucha con todas sus fuerzas para no gemir, pero a veces no puede evitarlo y de vez en cuando un fuerte gemido, casi un grito, sale de su boca. Al oír esos gemidos me excito todavía más. Lo envisto con más fuerza, logrando que el moreno gima más y más fuerte.

    Para aumentar todavía más el placer en Tai, lo masturbo al mismo tiempo que lo penetro. AL hacerlo, el moreno deja de controlarse y empieza a gemir sin parar, dejándose llevar. La velocidad en la que nos movemos aumenta de forma descontrolada.

    En este momento no nos importa si nuestros gemidos y gritos se escuchan hasta el 3° piso del hotel, no podemos parar ni controlarnos de ninguna forma. Siento que voy en una locomotora sin frenos a la que nadie puede detener.
    Ambos nos mirábamos fijamente a los ojos, el deseo de sentir más y más se deja ver en nuestros rostros. Así como él no para de subir y bajar sobre mi miembro erecto, yo no paro de subir y bajar mi mano sobre el suyo.

    El placer crece de manera incontrolable. Cada vez es más y más fuerte. Es tanto el éxtasis, que apoyo mi cabeza en las almohadas y cierro mis ojos con fuerzas. Un grito de lujuria sale de mi garganta casi de manera involuntaria. Siento como una explosión de semen sale de la punta de miembro adentro del oji-café. A pesar de eso, no dejo de moverme y continúo penetrando al moreno con decisión y energía. El moreno arquea su cuerpo y mira hacia arriba dando una exclamación final de placer. De su pene al rojo vivo sale disparado una gran cantidad de liquido blanco que llega a mojar sus abdominales y pecho. Ese líquido caliente también cae sobre mi vientre y mi pecho, a la vez que detengo de a poco el movimiento de mi cadera.

    Después de quedarnos inmóviles un minuto, tratando de recuperarnos de ese exceso de placer, el moreno lentamente se levanta, liberándose de mi ya mucho más flácido miembro. El castaño retira el condón que cubría mi virilidad para después hacerle un nudo en el extremo abierto y lanzarlo al cesto de basura de la habitación. Después de hacer eso, Tai se deja caer a mi lado en la cama, rebotando varias veces por las características del colchón. Su cabello como el mío está mojado por la transpiración.

    -Al fin…al fin este colchón… es usado para lo que… para lo que se inventó- dice sonriendo de manera entrecortada, totalmente exhausto, con la respiración igual de agitada que la mía.

    Yo solo sonrío y lo abrazo, uniendo nuestros labios en un largo y profundo beso. Todavía no puedo creer que esto acaba de suceder. No solo tuve sexo por primera vez, sino que hice el amor justamente con la persona que amo.

    Con el castaño nos quedamos abrazados, desnudos, por un largo rato, hasta que se quedó dormido entre mis brazos. Yo le observo por varios minutos, con una sonrisa involuntaria en mi rostro mientras acaricio su sedoso cabello marrón. No puedo dejar de observar a este joven de piel morena que conozco desde la niñez y que nunca se separó de mí, a pesar de las muchas peleas que tuvimos en el pasado. Estoy muy feliz de poder estar así con él, jamás olvidaré esta noche, quisiera que dure para siempre.

    Punto de vista de Ray

    Refunfuñé enojado mientras caminaba por el deshabitado hotel por culpa del molesto de mi padre. Por un capricho de él, tenía que ir hasta nuestro hogar para buscar un sacacorchos antiguo que él había traído de Europa del este hace más de 35 años. Siempre le gustaba presumir de ese extraño y antiguo objeto frente a sus invitados, y esa ocasión no era la excepción.

    -Tiene como 3 sacacorchos en la mesa para destapar botellas de vino, incluso él sabe hacerlo con una cuchara si es necesario, pero no, él quiere “su sacacorchos”- me quejé ante nadie caminando por uno de los pasillos.

    No había podido negarme o demostrar mi descontento por tener que ir a buscar ese tonto y viejo objeto, ya que iba a quedar mal al frente de todos los adultos invitados, sumando al hecho de que mi papá ya estaba algo ebrio. Decidí solo acatar la orden.

    Mi familia y yo llamábamos nuestro “hogar”, nuestra “casa”, a un piso común y corriente del hotel, que estaba restringido a los visitantes. Nuestras habitaciones originalmente eran habitaciones como las que usaban los huéspedes del hotel, solo que en los cuartos y los pasillos se hicieron varias modificaciones, logrando que pareciera el interior de una casa cualquiera. Mis hermanos y yo fuimos criados toda nuestra vida en ese lugar, así que era lo más común para nosotros vivir en un hotel.

    En el trayecto desde el salón hasta mi casa, mi mente no podía liberarse de lo que había pasado.

    Lo que hacía trabajar a mi cabeza, mientras abría la puerta que separaba el resto del hotel con mi “casa”, era la charla con ese chico de pelo negro y ojos claros, Ken.
    Lo que me había dicho… sus respuestas a mi preguntas, la forma y la seguridad con la me dijo esas cosas me dejó sin palabras al momento de nuestra charla. Jamás había visto las cosas desde ese punto de vista el cual él me explayó en el salón. Al final de la conversación, intenté defender mis creencias, pero simplemente no se me ocurrió nada para decir, solo me quedé viendo el suelo incapaz de responder nada.

    "¿Será que él tiene razón? ¿Yo estuve pensando y actuando de manera equivocada estos dos últimos años?" me cuestioné aun más molesto por siquiera reconocer la posibilidad de que mi postura pudiera estar equivocada.

    Ya no estaba seguro de nada, y eso no me gustaba en lo absoluto. Me repetía por lo bajo que lo que Ken dijo debía tener un fallo, solo que en ese momento no lo podía ver. Decidí que sería mejor que buscara ese maldito sacacorchos y dejar esos pensamientos para otro día. Empecé a buscar en la sala de estar. Sala de estar dueña de un gigante ventanal por donde se podía ver una de las mejores vistas del lago del hotel. La luz de la luna iluminaba todo desde la ventana.

    -A ver… aquí no está, aquí tampoco- me dije a mi mismo mientras buscaba cajón por cajón de un viejo mueble de la sala de estar de nuestra “casa”- ¿Adónde estará esa porquería?- pregunté al aire.

    -Creo que la última vez que lo vi estaba en la cocina.

    Quedé helado al escuchar esa voz, ya que no me la esperaba, pero inmediatamente fruncí el seño. Vi a mi hermana aparecer por el pasillo, quedándose parada en un rincón mirándome fijamente. Al parecer me había seguido sin que me diera cuenta. Estaba vestida con un vestido blanco con brillos, y su pelo todo recogido

    -Ray, quiero hablar contigo.

    Yo solo desvié mí mirada de ella haciendo una mueca de desagrado, para luego seguir buscando en los cajones de otro mueble. Más que buscar el sacacorchos, me concentré en ignorarla como siempre.

    - Ray, no me ignores por favor- me pidió sin moverse de donde estaba, yo simplemente seguí concentrado en mi “búsqueda”.

    -Ray mírame siquiera cuando te hablo- me pidió elevando la voz.

    Me provocaba ira que me dirigiera la palabra, y mucho más si me intentaba dar una orden, pero preferí no confrontarla y seguí ignorándola.

    -¡Raymundo!

    Ese grito hizo que quedara completamente quieto. Solo una persona me solía llamar así.

    -No me vuelvas a hablar como si fueras mamá- le dije de manera seria, viéndola de reojo.

    -Ray, necesito aclarar las cosas contigo de una vez, no puedes seguir peleado conmigo durante tanto tiempo- me dijo con energía, yo sabía muy bien que estaba actuando- necesito saber porque estas enojado conmigo, que puedo hacer para que vuelvas a ser el chico de siempre.

    -¿Para qué quieres saber? Si ya en una semana te iras de nuevo y desaparecerás por algunos meses de nuestras vidas como haces siempre- le contesté dándole la espalda.

    Busqué en otros cajones, sabiendo que el sacacorchos no estaría allí. Solo no quería verla.

    -Vamos Ray, por favor, me preocupas que tengas tanto rencor guardado en tu ser- mi hermana hizo una pausa- a veces siento que tengo 3 hermanos, Oleg, el Ray que siempre está sonriente, simpático, amable, carismático, con sus ojos llenos de vida, y después está el Ray serio, callado, agresivo, con una mirada fría y distante, es una persona totalmente diferente a lo que solía ser mi hermano menor. Es como si tuvieras dos caras complemente diferentes, últimamente solo usas la sombría conmigo.

    -Sería mejor que te acostumbres, no mereces otra cosa- le contesté de manera cortante, mientras continuaba dándole la espalda.

    -Por favor, ábrete conmigo, déjame ayudarte- me pidió acercándose.

    -No hay nada en lo que puedas ayudar- dije elevando la vos- abrirme contigo fue un gran error que no pienso repetir, no soy tan tonto- miré el paisaje nocturno iluminado por la luna por el ventanal.

    -Por lo menos dime que hice mal para que me tengas tanto odio- sentí su mano sobre mi hombro.
    Inmediatamente me sacudí y me alejé rápidamente, trasladándome a la otra punta de la sala, dándole la espalda.

    -Ya te lo dije antes, no te conté todo lo que me pasó con ese chico para que después vayas a su ciudad y te hagas amiga de él- dije con odio, recordando todo lo que me hizo sentir cuando descubrí esa foto en internet- de seguro se habrán burlado y reído de mí juntos, no los culpo, fue culpa mía haber confiado en ambos.

    -¡Ya te dije que no sabía que él era el chico el cual me habías hablado, Ray! ¡En serio! – se defendió como ya había hecho en otras ocasiones, de seguro pensaba que era tan tonto como para creerle- además, no tiene caso que te pongas mal por ese chico, no vale la pena Ray.

    -¿Qué pasó? ¿Ya no son “amiguchis”? ¿O ya se “divirtió” contigo y te dejó, como hizo conmigo?- le pregunté con una sonrisa burlona, viéndola de reojo.
    Su reacción mostró enojó, pero rápidamente se contuvo de responderme, respirando profundamente y calmándose. Siempre haciéndose la correcta, me enfermaba.

    -¿Pero qué tonterías dices? Si debía tener tu edad o un poco más cuando lo conocí- dijo haciéndose la desentendida, su capacidad para hacerse la tonta era increíble- te digo que no vale la pena que te pongas mal por ese chico porque…- hizo una pausa mientras acariciaba el respaldar de uno de los sillones de la sala- …lo que pasó con él fue tan…- dijo mirando hacia un costado, como con dolor- todos los integrantes del taller de música, que fue donde nos conocimos, quedamos muy conmocionados.

    -¿Qué pasó?

    Me quedé estático al darme cuenta lo automática que fue mi pregunta. Me enojé conmigo mismo por haber reaccionado así. Intenté volver a una actitud desinteresada, tratando de remendar mi error de seguirle la conversación.

    -Ray, no sabía si decírtelo o no, además de que nunca me diste la oportunidad de conversar tanto tiempo contigo como ahora, pero creo es el momento.

    Yo escuchaba atentamente, mirando el suelo, dándole la espalda. Intentaba demostrar que lo que podría salir de su boca no me interesaba en lo más mínimo.

    - Poco menos de un mes después de habernos sacado la foto que tanto te hizo enojar, a ese chico…- su voz se entrecortó, parecía costarle seguir hablando-... a ese chico lo atropelló un colectivo cuando venia al taller de música, falleció en el acto.

    -Estás mintiendo- dije automáticamente.

    -¿Ray, tú crees que soy capaz de mentir algo así?

    Lentamente levanté mi mirada y giré mi cuerpo, fijando mi desorientada mirada hacia ella, sin poder creer lo que había escuchado. Me le quedé mirando totalmente inmóvil, incapaz de reaccionar de ninguna forma ante esa noticia. Mi mente se había puesto en blanco.

    -Ray ¿estás bien?- preguntó Helen dando unos pasos hacia mí.

    No entendía mi estado. Si yo lo aborrecía, lo detestaba. Hasta en un momento había deseado que se muriera, que no me importaba. Simplemente no caía. Un dolor en el pecho me hizo inclinarme hacía delante, al mismo tiempo que mis ojos se humedecían rápidamente. No lo entendía.

    "¿Por qué me pongo así? Si estos dos años no hice nada más que aborrecer su persona." Me pregunté a los gritos en mi cabeza, sin poder controlar mis emociones como estaba acostumbrado hacerlo.

    Su imagen vino a mi desorientada cabeza. Su sonrisa, sus caricias, su voz. Aquello hizo que mi tristeza aumentara. Era como si escuchara la noticia una y otra vez en mi cabeza. Y el impacto y el pesar no disminuían cada vez que la escuchaba, sino que al contrario, eran cada vez más tristes, más desgarradores.

    -¿Ahora te das cuenta Ray por que debes perdonar y olvidar el pasado? Todo este tiempo estuviste odiando a alguien que ya ni siquiera sigue en este mundo, y no solo eso, transferiste ese dolor a todo lo que te rodea, te hizo frio, calculador, jugaste con los sentimientos de los demás- en ese momento dirigí mis ya vidriosos ojos hacia los suyos- así es, sé que haces con las chicas que caen ante tus encantos, también me enteré que esas marcas que tienes en el rostro no es producto del futbol como le hiciste creer a papá- me dijo mientras se acercaba a mí lentamente-, pero no te culpo de nada, averigüé todas esas cosas porque te quiero, quiero que estés bien, estos dos años que ni me hablaste no disminuyó ni un poco mi cariño hacia ti- culminó tomándome de los hombros y mirándome de frente, agachándose un poco para estar a mi misma altura.

    No la pude seguir mirando a los ojos. Me sentí culpable, estúpido. Un idiota. Miré hacia un costado, haciendo lo imposible por no llorar al frente de ella

    -Ray, mírame por favor- me pidió, tomándome del mentón para que me volviera a encontrar con sus ojos claros- sé que estos últimos años fueron muy duros para ti, lo de mamá, lo que pasó con este chico, y te diré que no es justo, no es justo que un chico tan noble como tu tenga que pasar por todo eso, pero tienes que dejar todo atrás, por tu bien Ray.

    Yo solo la miré a los ojos, esos ojos que eran del mismo color que los míos. Me di cuenta que hace mucho que no la veía a los ojos. Volví a encontrarme con la mirada comprensiva y tierna que me había brindado en el pasado. No pude contener mis lágrimas al volver a toparme con esa mirada que me traía recuerdos. Sin decir nada, me abalancé sobre ella, abrazándola, a la vez que mis lágrimas empezaban a fluir sin control. Ella inmediatamente me rodeó con sus brazos.

    Mi hermana tenía razón, no había sido capaz de dejar mi pasado atrás, oscureciendo mi alma con el rencor y sentimiento de injusticia que venía sembrando desde la muerte de nuestra madre.
    Acabé de comprender que mi comportamiento durante esos dos años era guiado por esos sentimientos negativos. Hice daño a muchas personas inocentes que no merecían que las tratara como las traté, incluida mi hermana.

    -Déjalo salir hermanito, déjalo salir- me dijo acariciando mi cabello mientras yo seguía llorando en su hombro- hace mucho tiempo que te haces daño a ti mismo, pero ya pasó, la vida recién empieza, Ray. Tu familia siempre estará contigo.

    -¡Ray! ¿Dónde te metiste niño? ¿Y el sacacorchos?- escuchamos la voz de nuestro padre que se acercaba a la sala por el pasillo- ¿y esto?- preguntó desorientado al vernos abrazados- acaso… ¿Se amigaron de nuevo?- preguntó con una voz cortada. Yo seguía con mi cabeza apoyada en el hombro de Helen, con mi ojos cerrados.

    De repente, sentí como mi hermana y yo éramos rodeados por los brazos de mi papá y levantados ambos en el aire, presos de un fuerte abrazo.

    -Que alegría que todo esté bien entre ustedes de nuevo- dijo con un tono alegre, mientras nos apretujaba aun más entre sus brazos, para después empezar a darnos besos como si fuéramos niños pequeño.

    Aparte de la vergüenza que nos daba que hiciera eso, nunca nos había gustado porque siempre nos pinchaba con los pelos largos de su bigote.

    -Ya papá ¡Papá basta!- empezamos a pedir riéndonos, en vano ya que él no tenía intención de dejarnos ir al perecer.

    Sinceramente, me sentía mucho mejor, mis risas en ese momento eran verdaderas, de verdad estaba feliz. Sentí que esa noche me quité un gran peso de mis hombros.

    Me pregunté si sería muy tarde para tratar de remendar mis errores.


    -----------------------------------*------------------------------------





    Bueno hasta alli el penultimo capitulo de la historia. Esta vez di uno largo para compensar un poco mi desaparecida. Los fans de Davis me deben estar queriendo asesinar y tirar mi cuerpo al rio, pero bueno, asi se da las cosas por el momento :=ummse: Espero acutalizar y traer ya el ultimo capitulo pronto, veré si cumplo esa meta. Ojala les haya gustado este cap, hasta la proxima!!!

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 20:54
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Ouch! ha sido un gran colapso jajajajaja siiii finalmente todo comienza a salir a la luz ! wiiiiiii \(^_^)/
     
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  9. Hadou
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    "Los fans de Davis me deben estar queriendo asesinar y tirar mi cuerpo al rio" - Por supuesto que si, te tengo que matar (? jajajaja me encantó ese gran giro, me quedé O.O!!
    El lemon... espectacular, te quedó demasiado bueno, te felicito :3 (Aunque pensaba que Tai iba a ser el... bueno, ya sabes XD)
    Y lo de Ray estuvo buenísimo, recordé varias cosas por eso jeje.

    Entonces... Nos vemos en tu último capítulo, espero que sea pronto. Sigue así :D .
     
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  10. Greldon
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    :=DFSDFSD:
     
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    Holaa! como les va? espero que bien! Estoy muy feliz de poder traer el capitulo final de la historia. No puedo creer que me tomó 10 meses en terminar la historia, al principio pensaba que seria una cosita así pasajera, que no duraría mucho pero veo que me equivoqué. Publiqué el primer capitulo con la esperanza de que por lo menos llegar a las 100 visitas y recibir por lo menos 5 comentarios, asi que no puedo decir lo agradecido que estoy por todos los que comentaron y leyeron este humilde aporte. Se sintió raro publicar el primer capitulo y ahora se siente raro publicar el ultimo jaja, ya me habia acostumbrado a publicar. Muchas gracias a Sasarai-san y Taiyama por haber seguido la historia y comentado desde el principio, tipo que nunca me falto su apoyo :´); Tambien muchas gracias a los que comentaron criticando o dandome consejos al principio, sirvieron mucho para intentar mejorar en la forma de escribir, eternamente agradecido...ya, basta de sentimentalismo jaja Bueno espero que les guste el capitulo, es algo largo, asi que léanlo tranquilos, con la luz apagada, musica de fondo, petalos de rosas al rededor....bue tampoco para tanto jaja. Ahi va...

    *Sasarai-san: Muchas gracias por haber seguido la historia desde prácticamente el principio de la historia, espero que te guste el final! gracias por haber leido la historia y me alegra que te haya gustado! Chau!

    *Hadou: Jajaja esa era la idea del giro :shifty: que bueno te gustó el Lemon, aunque no soy de escribir ese tipo de cosas. Si ya se jajaja es que en todos los fics Tai es el chulo digamos y Matt el sometido jaja, quise hacer algo diferente como para variar. Bueno Gracias por comentar pero sobre todo leer la historia! un abrazo!

    *Greldon: Jaja gracias por :=DFSDFSD: gracias por comentar!!!




    Capitulo 22: La vuelta a casa


    Punto de vista de Matt

    Lentamente abrí los ojos con mucha pereza, mientras un gran bostezo se abría paso por mi boca. La habitación ya era iluminada por los rayos del sol mañanero que entraban por el gran ventanal abierto, indicándome que el día de abandonar el hotel, había llegado. Inmediatamente se me dibujó una sonrisa al sentir unos brazos que me abrazaban por detrás. Con delicadeza, me di vuelta sobre el colchón, quedando de frente con un hermoso castaño, que dormía plácidamente rodeándome con sus brazos. No pude despegar mis ojos del bello rostro de ese chico que durante tanto tiempo había sido mi mejor amigo, y ahora era más que eso. Con una sonrisa, comparé al Tai de hace unos años, ese niño moreno, impulsivo, arrogante y despreocupado, con la imagen de ese adolecente con el que estaba acostado…moreno, impulsivo, arrogante y despreocupado.

    Durante mucho tiempo me había preguntado cómo sería la persona que me llegase a enamorar. Pensaba que la había encontrado en Sora, o por lo menos pensé que podría transformar esa amistad a algo más profundo si me esforzaba lo suficiente. Durante tanto tiempo me pregunté donde estaría esa persona especial, para darme cuenta durante este viaje que siempre estuvo a la par mía. Siempre ofreciéndome su apoyo y amistad en los bueno y malos momentos, a pesar de nuestras diferencias y muchas peleas en el pasado.

    No pude evitar preguntarme

    "¿Qué hubiera sucedido si Sora venia con nosotros al viaje? ¿Qué hubiera sucedido si nunca veníamos a este lugar en primer lugar?"

    Observé el exterior por la ventana desde la cama. Otro hermoso día.

    "¿Esto se hubiera dado en otras circunstancias? ¿O hubiera quedado oculto en lo más profundo de nuestros seres, sin la oportunidad de salir?"

    Supuse que no tenía necesidad de pensar en eso en ese momento, no tenía sentido. Estaba muy feliz de que aquello hubiera pasado, de poder estar de esa forma con Tai, rodeado por sus brazos en nuestra cama.

    Sonreí aun más al notar que el castaño empezaba a mover los parpados de a poco, despertándose lentamente. Todavía llevaba el moño negro en su cuello.

    -Buenos días- le dije con una sonrisa, mientras observaba sus ojos marrones- ¿Cómo dormiste?

    -Mejor que nunca- me contestó son su sonrisa perfecta, para luego acercarse y darme un beso en los labios.

    Lentamente correspondí con gusto, saboreando sus labios con placer. Cada vez que lo besaba, era como si el entorno desapareciera y solo estuviéramos nosotros dos en el mundo. Cuando me intenté separar de él, me di cuenta que no podía, ya que el moreno me mordía el labio inferior con una sonrisa, logrando que vuelva a acercarme a él y seguir con lo que estábamos haciendo, gustoso.

    -¡Ishida! ¡Yagami!- nos petrificamos al escuchar la voz de nuestro preceptor del otro lado de la puerta, tocando repetidas veces- espero que ya tengan listos sus bolsos.
    Con el castaño nos quedamos inmóviles, tomándonos de los brazos con fuerza, mirando la puerta con los ojos bien abiertos y conteniendo la respiración. Mi corazón latía rápidamente por el susto. Por un momento pensé que Kevin entraría y nos vería así, abrazados y desnudos en la misma cama, bajo una sábana blanca. Por suerte anoche me había encargado de cerrar la puerta con llave.

    -En 20 minutos bajen a desayunar y saquen sus cosas de la habitación. En la recepción deben dejar los trajes de anoche ¿Sí? 11 en punto partimos.

    -¡Bueno!- le contestó Tai mirando la puerta, sin cambiar su postura ni su expresión de susto que compartía conmigo- ¡En 20 estamos abajo!

    A pesar de que sabía qué Kevin no podía entrar si lo quisiese, sentí un gran alivio al escuchar sus pisadas alejándose. Inmediatamente el oji-café empezó a reír entre dientes, mientras yo lo miraba extrañado.

    -Tuviste... tuviste que ver tu-tu cara- dijo como podía ya que su ataque de risa le impedía hablar con fluidez.

    -No te burles, tu tenias la misma cara- le recriminé intentando no reír, pero fue inútil.

    Me reía, no porque me haya hecho gracia la interrupción de Kevin, sino porque la risa de Tai era muy contagiosa. Era como si el solo hecho de verlo feliz y riéndose, era suficiente motivo para estar igual de alegre y risueño que él. Era algo que solo ese tonto podía lograr en mí.

    -Tai, necesito decirte algo- le dije poniéndome serio, una vez que la risa pasó- y por favor, no lo tomes a mal- le pedí mirando hacia un costado, no estaba seguro de como tomaría el castaño lo que le iba a decir.

    -¿Qué es? ¿No estuve bien anoche?- me preguntó con preocupación- puedo mejorar Matt, recuerda que es la primera vez que dejo que me…

    -¡¿Qué?! ¡No!, no es eso- le interrumpí volviendo mi mirada hacia él. Sentía que mi rostro completamente encendido.

    -Ah… me quedo tranquilo entonces- sonrío mientras me tomaba de la mano- dime lo que quieras Matt, con confianza, no podría pensar mal de ti- me dijo mirándome a los ojos de una manera tierna.

    -Mira, me encanta esto que sucedió, pero…- pensé bien que palabras usar antes de hablar, mientras empezaba a jugar con nuestros dedos entrelazados-…te quisiera pedir si podemos mantener lo nuestro en secreto, por lo menos por un tiempo, hasta que me organice y tome valor para decirle a los demás, empezando con Sora… los chicos de la banda… mi madre…. mi padre- con solo pensar en estar frente a ellos y contarles me puse nervioso, y al parecer Tai se dio cuenta, ya que me sujetó la mano con firmeza- a lo sumo se lo contemos a nuestro grupo de amigos.

    -No te preocupes Matt, te entiendo- me dijo con su mano en mi mejilla, haciendo que volviera mi mirada a sus ojos marrones- te esperaré el tiempo que necesites, yo también quisiera decirle a mi familia antes de hacerlo público, y no te preocupes, nadie lo sabe… solo Mimí.

    -¿Mimí? Estamos perdidos- contesté, tapándome hasta la cabeza con la sabana- al mediodía toda la escuela lo sabrá.

    -Jajajaja no digas eso, confío en ella, no dirá nada sin nuestro consentimiento- me dijo destapándome rápidamente.

    -Por lo menos nos chantajeará por su silencio- resoplé mirándolo de reojo.

    Conocía a Mimí tanto como él, sabía que a veces tiene unas ideas algo…raras.

    -Mmm eso quizás que si- dijo mirando hacia un costado, recordando lo caprichosa que podía llegar a ser nuestra amiga- oye, deberíamos tomar una ducha antes de bajar a desayunar ¿No crees? – me preguntó con una sonrisa picara, que ya me dio a entender sus verdades intenciones.

    -Me parece una buena idea- contesté devolviéndole la sonrisa, para después terminar la conversación con un beso.

    Ambos entramos juntos a la ducha. Está demás decir que la higiene de nuestros cuerpos pasó a ser un tema secundario. No nos importaba si nos excedíamos de los 20 minutos que el preceptor nos había indicado, o si en persona nos venía a buscar por nuestra tardanza, se sentía muy bien estar con Tai en la misma ducha. No sé hasta qué punto hubiésemos llegado con nuestras acciones, si no fuera porque la ducha empezó a fallar y el agua salió helada de repente, haciendo que ambos saliéramos corriendo del baño. Sin embargo nada podía cambiar nuestro humor. Solo nos reímos.

    Una vez vestidos, levantamos toda la ropa de gala que habíamos desparramado por toda la habitación. Me sorprendí bastante al ver donde habían acabado algunas prendas, como mi pantalón por ejemplo, que colgaba sobre el candelabro. Lo arrugadas que estaban todas las prendas era prueba de la poca importancia que le dimos al sacárnoslas anoche, cegados por el momento. Con el castaño le dimos unas sacudidas a los trajes, disimulando un poco el maltrato, y los guardamos en sus fundas para devolverlos cuando bajáramos. Así, la habitación volvió un poco a la normalidad. No sé Tai, pero a mí me daba algo de pena dejar que la gente de limpieza se encargase de limpiar nuestro desastre. Lo único que faltaba era enderezar el pobre mueble en el cual nos apoyamos cuando nos besábamos.

    -Tai, te olvidas de esto- le dije al moreno recogiendo la corona que se había caído al suelo durante ese torbellino de pasión que de la noche anterior- ¡El rey de la primavera!- exclamé con voz bufonesca mientras se le colocaba la corona sobre los mechones marrones.

    -Jaja esto es tuyo, yo gané solo por el hecho de que no desfilaste tu, estoy seguro que hubieras ganado por unanimidad si no hubieras estado con la espalda quemada por el sol - dijo sonriendo, sacándose la corona y colocándola en mi cabeza, pare después tomarme de la cintura, viéndonos de frente.

    Tuve ganas de regalarle algo a él también y justo en ese momento visualicé el oso de peluche que le había comprado a Sora en la tienda de regalos, tirado en el suelo. Me agaché para tomarlo y lo sacudí un poco.

    -Esto es para ti Tai, quisiera que lo conserves- dije ofreciéndoselo.

    -No Matt, eso lo compraste para Sora, no puedo quedarme con su regalo- me dijo como si se preocupase que me quedara sin nada que regalarle a Sora cuando nos reencontráramos.

    -Este oso lo compré para regalárselo a la persona que amo…- le contesté, ofreciéndole nuevamente agarrar el peluche, dándole a entender que mi amor era solo para él.

    -Mu-muchas gracias- dijo tartamudeando y con un leve sonrojo en sus mejillas, agarrando el oso de mis manos, mirándolo fijamente con una sonrisa dibujada en su boca.

    Me encantaba verlo así. Era un Tai que no veía muy a menudo, y el saber que era por mí que se ponía así me llenaba de felicidad. El moreno volvió a rodearme con sus brazos, haciendo que quedáramos pegados uno al otro, frente a
    frente. Yo lo observo a los ojos, mientras acercábamos lentamente nuestros rostros entre sí. Cerré los ojos y me preparé para recibir un beso de parte de él, pero en vez de eso sentí como su lengua recorría el dorso de mi nariz.

    -¡Tai! ¡¿Qué haces?!- le reté mientras me secaba la nariz con la manga de mi camiseta rápidamente- ¡Eso se asqueroso!

    -Te estoy probando, eres mi helado de vainilla- contestó sonriendo, mirándome a los ojos- quiero saber a qué sabe esas chispas azules que tienes- me dijo para después sacar la lengua y acercarla lentamente a mi rostro de nuevo.

    -¡Sal de aquí, eres un enfermo!- grité intentando zafarme de su abrazo, pero no había forma, me tenia bien agarrado- Tai, te lo advierto… en serio… atrás…- le amenacé sin éxito, estirando el cuello hacia atrás.

    Por estar forcejeando, ambos perdimos el equilibrio y caímos sobre el alfombrado suelo. Ya desparramados sobre el piso, el moreno empezó a reírse, y otra vez, su risa provocó en mí la misma reacción, haciendo que me empiece a reír de nuestra tontería. Mientras me levantaba del suelo, pude notar los pedazos del florero roto a un lado de la cama. Me había olvidado por completo que en la noche se había roto por nuestra culpa.

    -¿Qué sucede?- me preguntó el oji-café al notar que había dejado de reírme.

    -Tai, rompimos el florero de nuevo- le dije preocupado, señalando lo que antes era el adorno.

    -Ah no te preocupes por eso- me dijo de manera tranquila sentado en el suelo, cruzando sus piernas como indio, sacudiéndole el polvo cuidadosamente a su nuevo oso de peluche- el señor Z tiene un armario lleno de esos floreros, Ray
    me lo dijo esa vez que yo lo rompí cuando volvimos de la fiee…

    En ese momento el castaño se quedó inmóvil y se puso la mano en la boca, se dio cuenta que había hablado de más.

    -¿Qué dijiste?- le pregunté inmediatamente.

    -¿Qué?- me preguntó con sus ojos bien abiertos, sin dejar de mirar su peluche.

    -¿Tú lo rompiste? me dijiste que yo lo había roto esa noche- dije mientras lo veía fijamente, esperando que me diera una respuesta.

    -¿Qué cosa?- otra vez me contestó con una pregunta.

    -¡El florero! Tú me dijiste…oh no, no lo harás otra vez Tai- dije al darme cuenta que estaba repitiendo lo que había hecho en aquella ocasión que hablamos por primera vez de lo que había pasado esa noche en la que me emborraché y de la cual no recordaba nada.

    -¿Hacer qué?

    "Lo está haciendo otra vez" pensé suspirando.

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    A pesar de insistirle al castaño que me dijera la verdad sobre lo que había pasado esa noche, solo me encontré ante negativas de él… de nuevo. No era por ser molesto, tenía curiosidad, no me gustaba no poder recordar nada de esa ocasión culpa de la borrachera. Lo único que logré sacar fue una promesa de que me contaría todo cuando yo le dijera sobre lo nuestro a mi papá. Aunque ese trato no me pareció muy justo al principio, decidí aceptar. Ya estaba viendo que no le podría sacar ni una palabra al respecto a mi nuevo novio.

    “Novio” me dije mentalmente "tendré que acostumbrarme a llamar a Tai de esa forma" Sin embargo, estaba dispuesto a hacer el esfuerzo.

    Ambos bajamos a desayunar, justo antes de que cerrasen el comedor. Luego de eso, nos dirigimos hacia la recepción del hotel donde dejamos nuestros trajes y salimos al exterior, donde se encontraba todo el mundo. El colectivo ya se había estacionado en frente del hotel, con su compartimento para el equipaje abierto. Se podía ver una pila de bolsos a un costado de la puerta del hotel. Sin pensarlo mucho, dejamos nuestros bolsos con los de los demás para estar libres hasta que fuese el momento de irnos.

    Después de hacer eso el moreno me tomó del brazo y me susurró al oído:

    -Matt, mira hacia arriba- me dijo, señalando disimuladamente hacia uno de los arboles que rodeaban el edificio.

    Al fijarme bien donde me señalaba el oji-café, logré ver la corbata gris que había usado a la noche, enredada en las ramas del árbol que estaba cerca de la ventana de nuestro ahora ex dormitorio. Inmediatamente se me vino a la mente el recuerdo donde Tai desbarataba el nudo de mi corbata y la tiraba a cualquier lado sin fijarse. Jamás me había dado cuenta que faltaba esa prenda cuando guardé el traje en su funda.

    Con el castaño nos empezamos a reír de ese detalle, que nos recordaba lo que habíamos hecho a la noche.

    -¿De qué se ríen?- Mimí que nos preguntó por detrás, a la vez que se posicionaba entre nosotros y nos tomaba a cada uno del brazo- ¿Se puede saber?- preguntó mientras empezamos a caminar los tres juntos por medio de la muchedumbre dispersada en la cercanía del hotel.

    -De nada importante- dije disimulando, para evitar que viera la corbata colgada en el árbol.

    -¿Ah sí? Bueno… y… ¿Qué hicieron anoche al llegar a su habitación?- preguntó la muy maldita.

    Fijé mis ojos en los suyos, mientras seguíamos caminando. La miré como alguien que reta a un niño que acaba de hacer algo incorrecto. Ella sonreía. Su mirada me molestaba, al igual que su sonrisa. Sabía que no preguntaba eso solo por preguntar.

    -Nada, dormir- le contesté de forma seca.

    Tai solo se limitaba a mirar hacia el frente en silencio, como si supiese que era mejor para él no hablar para así no soltar nada que nuestra amiga pudiese usar para alimentar su imaginación.

    -¿Nada? Mmm los gritos y gemidos que se escucharon hasta mi habitación me indican lo contrario- dijo tranquilamente mirando el piso.

    Tanto el moreno como yo nos detuvimos en seco al mismo tiempo. Mimí hubiera pasado de largo si no nos hubiese tenido agarrando del brazo a cada uno. Sentí que mi rostro ardía sin control. Con una leve mirada hacia el castaño me di cuenta que él también estaba totalmente rojo

    "¿Cómo que se escuchó hasta la habitación de Mimí? Es decir, es verdad que nos dejamos llevar, pero… ¿Será posible?" Pensé completamente atónito "¡Eso significa que también se escuchó en la habitación de mi hermano seguro!
    Quizás… quizás que se escuchó en otros pisos también"


    Sentía como la vergüenza se apoderaba de todo mí ser.

    -No, mentira, no se escuchó nada… ¡Ah pero los atrapé! ¡Miren sus caras! Eso significa que si pasó algo- cantó victoriosa la castaña mientras nos obligaba a retomar el paso.

    Admití con enfado en mi mente que habíamos caímos redondos Tai y yo. Más evidentes no pudimos haber sido.

    - Ahora pregunto nuevamente… ¿Pasó algo?

    La castaña nos miró atentamente a ambos, girando su cabeza de lado a lado, esperando que alguno de los dos contestara. Tai miró hacia abajo, con un sonrojo muy evidente en su rostro, pero con una gran sonrisa. Movió su cabeza lentamente de manera afirmativa mientras continuamos nuestro “paseo”.

    -¡Aaahh lo sabia!- gritó Mimí sin control, saltando como chiquilina y sacudiéndonos a ambos.

    El alarido de Mimí hizo que más de uno de los estudiantes que nos rodeaban fijasen la mirada en nosotros.

    -¡Mimí! - le gruñí entre dientes, acercándola a mí viéndola a los ojos -¿Acaso quieres que se entere todo el hotel?

    -Perdón, perdón, me dejé llevar por la emoción, es que me alegro mucho por ustedes- dijo sonriendo bajando la cabeza- me calmo, me calmo… solo una preguntita más… ¿Cuál de los dos fue el que…

    -¡Mimí!- los dos le gritamos para que se callase, completamente rojos.

    Ella solo empezó a reír ante nuestra reacción.

    -Ah, justo con ustedes dos quería hablar- oímos la voz del director al frente nuestro- disculpe que interfiera con su paseíto, pero ustedes dos vienen conmigo- dijo señalándonos a Tai y a mí, para darse media vuelta y dirigirse a la entrada del hotel- usted por favor no se meta señorita, necesitamos hablar a solas los 3- le pidió a Mimí al ver que nuestra amiga se disponía a acompañarnos.

    La castaña se quedó en su lugar al oír el pedido del director, con una cara de cierta preocupación mientras nos alejábamos de ella. El tono de voz del director y su cara nos indicó que estaba molesto, más de lo de costumbre

    "¿Qué querrá decirnos?"

    Punto de vista de Tai

    Con Matt seguimos al director hacia el interior del hotel como nos había pedido. El adulto caminaba en silencio por delante nuestro, sin decir ni una sola palabra de porque nos había pedido que lo acompañáramos. Evidentemente no era algo bueno.

    Aquel sujeto nunca había sido amable, pero se notaba cuando estaba enojado y cuando estaba “enojado normal”

    Mientras caminábamos detrás del no muy alto director, empecé a creer que sabía porque nos había llamado a hablar con él. Pensé que seguramente él era una de esas personas que no aprobaban nuestro tipo de relación. No sabía cómo se había enterado, pero tuve la seguridad que tomaría alguna medida contra nosotros. Expulsarnos de la escuela posiblemente. Sin embargo, estaba dispuesto a aceptar cualquier castigo, estar con Matt lo valía.

    El director nos guió hasta una de las salas del hotel que había cerca de la entrada, apartada del resto.

    -Supongo que saben que es lo que quiero hablar con ustedes dos… -dijo el director posicionándose al frente de nosotros en la sala vacía.

    No respondimos, solo nos miramos mutuamente con el rubio, haciéndonos los desentendidos.

    -Quiero que me expliquen quien les autorizó a usar el auto del dueño del hotel anoche- nos dijo de manera seria mirándonos con mucho enojo en sus ojos. Ya había visto esos ojos antes, pero esa vez fue la primera vez que sentí miedo en serio.

    Por un lado me tranquilicé que no era por nuestra relación por lo que nos había traído allí, pero inmediatamente me di cuenta que la teníamos complicada.

    -Anoche fumaba fuera del salón por unos minutos y vi al auto llegar, no pude ver quién iba en el interior del vehículo porque estaba muy oscuro, pero casi me caigo de espaldas al ver que ustedes dos se bajaron e ingresaron al salón como si nada.

    ¿Él nos había visto cuando volvimos del mirador? A pesar de intentarlo con todas mis ganas, no lograba inventar ninguna mentira que nos pudiera salvar, y se notaba que al rubio tampoco. Solo mirábamos fijos al director, sin saber que decir.

    -Le deben, primero que nada, una disculpa al dueño del hotel que tan amable nos recibió para que ustedes se comportaran así, aparte les espera una durísima sanción cuando lleguemos a la escuela por su irresponsabilidad – nos dijo el adulto. Se notaba que esa vez sí estaba furioso con nosotros.

    Vi al ojiazul mientras el director nos sermoneaba. Se notaba la preocupación en su rostro. Él tenía, al igual que yo, varias amonestaciones en su expediente. Justamente el blondo había estado tratando de no meterse en problemas ese año. Esto tiraría todo por la borda. Pensé que no era justo para él, el usar el auto había sido idea mía, él no tenía porque pagar por mi culpa.

    -Señor todo fue idea mi…

    -...todo fue idea mía- fui interrumpido por Ray, que justo en ese momento entraba en la sala, sorprendiéndonos a los 3, sobre a todo a Matt y a mí- ellos estaban conmigo porque yo les pedí que me enseñasen a manejar ¿Acaso no me vio salir del auto con ellos, señor director?- le preguntó el de ojos claros al viejo, descolocándolo tanto a él como a nosotros.

    -Ehh no, la verdad que no…- contestó extrañado el anciano director ya en un tono menos alterado- que raro, lo hubiese visto… aunque estaba muy oscuro…- agregó como si empezara a dudar de lo que había visto.

    -claro, debe ser por eso que no me vio- sonrió el castaño.

    -Puede ser… la verdad que necesito anteojos… pero ¿No te parece una locura salir a conducir solos sin la presencia de un adulto, niño?- le reclamó el director a Ray- y sobre todo con estos dos como acompañantes- nos señaló al blondo
    y a mí como si fuésemos la peor opción en el mundo.

    -Para nada, me ayudaron mucho, mi papá no tiene mucho tiempo para salir a conducir conmigo y mi hermano no quiere saber nada con enseñarme, así que fue un buen gesto de ellos el acompañarme- le contestó el castaño sonriéndole, poniendo una mano sobre mi hombro.

    -Bueno, no me parece correcto que 3 menores se suban a un auto y conduzcan, pero sí estuvieron contigo significa que no tomaron el auto sin permiso… ¿Tu padre sabe que sacas su auto para practicar conducir?- le preguntó el viejo al oji-turquesa, como si ese detalle no le cerrara.

    -Claro que si, si quiere pregúntele- Ray demostraba muchísima seguridad y naturalidad, hasta a mí ya me estaba haciendo dudar sobre si no había estado con nosotros.

    -No, no será necesario… bueno, no hay nada más que hablar…- dijo el director empezando a caminar lentamente- a ustedes dos, en 5 minutos partimos, así que los quiero afuera- nos dijo antes de salir de la sala, dejándonos a los 3 solos.

    Una vez el director estuvo lo suficientemente lejos, Ray sacó su mano de mi hombro, pero no con desprecio, sino con timidez, haciéndose a un lado con la cabeza gacha. Yo lo miraba totalmente atónito ¿Por qué nos ayudó mintiendo de esa manera? Pensé que algo estaría tramando, no podía creer que ese sujeto hiciera algo bueno sin pensar en obtener algo a cambio. Lo conocía hace solo una semana, pero sabía que no se puede confiar en él.

    -Vaya, muchas gracias Ray, nos salvaste de un gran lio- le dijo el rubio al moreno, igual de sorprendido que yo por haber intercedido ante el director por nosotros.

    -No por favor, no me agradezcan- dijo mirando hacia un costado molesto- es lo menos que puedo hacer por cómo me comporté con ustedes, escuchen… lamento mucho haberme comportado como lo hice con ustedes- aquello me sorprendió, no me lo esperaba- actué como el más grande de los idiotas, sobre todo contigo Taichi, pero juro que lo que pasó durante estos días me hizo cambiar y nunca más intentaré hacerle el mal a nadie como intenté contigo.

    "¿Acaso Ray se está disculpando conmigo?" pregunté en mi cabeza sin poder creerlo.

    -Sé que es difícil que me perdones, pero… ¿Por lo menos podríamos terminar sin resentimientos entre nosotros?- preguntó sonriendo, extendiendo su mano.

    Quedé sorprendido ante esa “tregua” que Ray me estaba planteando. La mirada del hijo del dueño era muy diferente a la que había usado para mirarme todos esos días. Era como si su mirada hubiese cambiado, podía notar sinceridad en sus ojos. El sentimiento de odio que tenía hacia su persona lentamente se fue desvaneciendo.

    Rápidamente pensé: todas esas provocaciones e insinuaciones de ese chico, despertaron en mí celos, que en parte me ayudaron a comprender lo que en verdad sentía por el blondo ¿Qué hubiera pasado si eso no ocurría? ¿Hubiéramos Matt y yo terminado juntos sin que Ray me hubiese puesto celoso varias veces, sin que me hiciera enojar y haberme expuesto como lo hizo cuando me peleé con él? Quizás fue un mal necesario, y como el rubio y yo terminamos juntos, valió infinitamente la pena. Viéndolo desde ese punto de vista, supuse que debía estar agradecido con aquel muchacho, a pesar que me había sacado varias veces de mis casillas cuando se acercaba a Matt

    Después de pensarlo por unos segundos, estreché la mano de Ray, mirándonos a los ojos, pero no con desconfianza, como lo habíamos hecho en el partido de hacía algunos días atrás, sino todo lo contrario.

    -Me alegro que todo termine bien entre nosotros… tienes mucha suerte Tai, Matt es muy lindo- dijo sonriendo, posicionando su mirada en el rubio que observaba nuestro gesto de amistad con una mueca de satisfacción.

    Algo no me gustó de ese comentario. No saqué mi sonrisa de mi rostro, pero empecé a presionar su mano con cada vez más fuerza. La sonrisa de Ray se borró lentamente.

    -Ah era broma jeje era broma- dijo el de ojos claros, empezando a retorcerse por el dolor e intentando librar su mano de la mía.

    -¡Tai suéltalo! No seas tan bruto- dijo Matt intentando separarme de él, logrando que lo soltara.

    -Vaya jeje, se ve que no hay que meterse contigo- dijo el moreno tomándose su mano adolorida, y mirándome con una sonrisa- enserio chicos, espero que sean felices por mucho tiempo, se nota que hay algo muy especial entre
    ustedes dos.

    A pesar de que no necesitábamos que nadie nos dijera eso, porque lo sentíamos directamente, fue lindo escuchar algo así de otra persona. Con el rubio nos míranos y nos perdimos en los ojos del otro, seguros que lo nuestro era especial.

    -Bueno, será mejor que estén atentos afuera, parece que los choferes ya pusieron en marcha el colectivo- nos dijo el hijo del dueño, observando el exterior por las grandes ventanas de la sala.

    Nos despedimos del castaño y nos dirigimos hacia donde estaban los otros. Aunque el colectivo ya estaba en marcha, no parecía que estuviéramos por partir, ya que no se lo veían ni a Kevin ni a los profesores cerca del vehículo, solo al director. Además, faltaba buena parte de los alumnos de la escuela, incluyendo Ken, Davis y T.K. Matt también notó la ausencia de los menores. Me miró con preocupación al darse cuenta que su hermano no estaba entre la gente allí fuera del hotel. De alguna manera, supimos que ambos estábamos pensando en el rubio y en el moreno menor, en lo que había pasado anoche. No habíamos tenido oportunidad de hablar con ellos desde entonces.

    -Tai, deberías hablar con Davis, él te estima mucho- me dijo el ojiazul poniendo su mano en mi hombro, como si me hubiese leído la mente- yo hablaré con T.K.

    Tenía razón, tenía que buscarlo y hablar con él, seguramente necesitaba de alguien lo escuchara y le comprenda. No era el mejor haciendo eso, pero en esa ocasión es especial, ya que podía comprender lo que Davis seguramente sentía en ese momento. No era fácil afrontar solo ese tipo de experiencias totalmente nuevas para uno.

    Justo cuando estábamos por separarnos para buscar a nuestros amigos, escuchamos la ronca voz del director desde la entrada del colectivo.

    -Bueno, como Kevin no me trajo todavía la lista de los de 3° ni 4°, empezaran a entrar los de 5°, cuando los nombre le dan el bolso al chofer así los guarde y pasan adentro- gritó el director con la lista de mi curso en su mano.

    Punto de vista de Matt

    Justo cuando estaba por entrar al hotel a buscar mi hermano, el director empezó a nombrar por orden alfabético a los chicos de nuestro curso. Mi turno llegó rápido, ya que había pocos apellidos en mi curso antes de la “I”

    -¡Ishida!- gritó el director al aire como si estuviese perdido en el mar pidiendo ayuda.

    Como todos los demás, primero guardé el equipaje en el compartimento con ayuda del chofer. Mientras caminaba esos pocos metros que me quedaban hasta la puerta donde estaba parado el director, recordé lo que me había dicho Kevin sobre lo difícil que fue para la escuela asistir a este viaje, y de los sacrificios que el director hizo por nosotros. Nunca hubiese podido imaginar que detrás de todo ese mal humor y seriedad, existiera un hombre tan noble y que se preocupara para que sus alumnos pudieran tener una experiencia así. Necesitaba hacerle notar que lo importante que había sido el viaje para mí.

    -Señor…- le dije deteniéndome a su lado antes de subir la escalinata hacia el segundo piso del colectivo.

    -¿Qué pasa Ishida?- me gruñó como si ya de antemano me hubiese dicho un “No” a cualquier cosa que le pudiera pedir.

    -Nada, solo quería decirle que sé todo lo que tuvo que hacer para estemos aquí y bueno… quería decirle que este viaje fue muy importante para mí- sentí algo de vergüenza decirle eso al director, pero era necesario-….y que gracias,
    muchas gracias, jamás olvidaré esto- culminé sonriéndole.

    La cara gruñona del directivo cambió a la de una total sorpresa. Me miró extrañado, como si no supiera que decir o cómo reaccionar, como si nunca un alumno le hubiera dado las gracias por algo. Después de tantos años de conocerle,
    fue la primera vez que vi al director dejar de fruncir el ceño y esbozar una sonrisa, muy leve, pero sonrisa al fin.

    -De nada hijo, me alegra que te haya gustado el viaje- dijo mirándome a los ojos.

    Yo solo sonreí y subí la escalinata para llegar al segundo piso, esperando que los asientos del fondo siguieran libres.

    Punto de vista de Ray

    Era la primera vez en mucho tiempo que me sentía de esa manera. Era como si ya no necesitase concentrarme en que podía sacar provecho de los demás, ya no necesitaba manipular a las personas para sentirme bien conmigo mismo. La charla con mi hermana de la noche anterior me había hecho recapacitar. Ella tenía razón, uno no podía vivir del pasado, aunque eso nos marque como personas, lo que verdaderamente importaba eran las acciones del momento, en el presente. Ahora llevaba mucha energía dentro, tenía muchas cosas por hacer, por reparar. Me había comportado tan cruel con algunas personas, que me costaba creer que fui capaz de todo eso.

    No creí poder reivindicarme de todo lo que había hecho, pero por algún lado tenía que empezar.

    Acababa de ayudar a Matt y Tai a salir de lo que parecía un gran problema. Era algo mínimo, pero algo era algo, además había podido lograr las paces con el moreno.
    Ahora buscaba a otra persona a la cual le debía una disculpa, un muchacho de 14 años, de mi estatura, castaño y ojos marrones. No podía encontrar a Davis por ningún lado. Fui preguntando a sus compañeros de curso, pero ninguno me supo decir nada útil, solo chistes ofensivos sobre el pobre chico por lo que había pasado durante el baile. De tener tiempo, les hubiese hecho arrepentirse de esos dichos, pero no lo tenía. Faltaba muy poco para que su colectivo se fuera, debía apresurarme a encontrar a Davis.

    Ya había en su habitación, la sala de entretenimientos, el salón-cine: no había rastros de él.

    Troté por el camino del bosque detrás del hotel, en un último intento de dar con el moreno. Al llegar al punto donde el camino se dividía en tres, pensé:

    “Le gusta el futbol, de seguro estará en las canchas”

    Inmediatamente tomé el camino que llevaba a las canchas de futbol, pero no había nadie. Volví al camino principal. Como en el centro de spa estaba cerrado, la única opción que me quedaba tomar era el camino hacia el lago. Ya sin muchas esperanzas de encontrarlo, troté hacía la playa. Al llegar al lago, me sorprendí al verlo sentado el extremo de uno de los muelles de madera, junto a su bolso, en la más completa y tranquila soledad. El castaño veía el lago tan concentrado, que no se percató de mi presencia hasta que estuve a solo unos cuantos metros de él.

    -ah Ray, eres tu- dijo sin mucho ánimo, mirándome sobre su hombro al darse cuenta de mi presencia- ¿Qué haces aquí?- preguntó volviendo su vista al lago.

    -Hola Davis ¿Cómo estás?

    -Y… ¿Cómo voy a estar? Fastidiado- contestó con una sonrisa irónica sin sacar sus ojos del tranquilo lago- Soy el hazme-reír de la escuela, es por eso que prefiero estar aquí solo… aunque supongo que me lo gané por ser tan estúpido.

    -No Davis, lo que pasó no fue tu culpa- intenté levantarle el ánimo, pero la forma en la que me observó me heló la sangre.

    -Claro que fue mi culpa, si te hubiese hecho caso desde el principio, si no me hubiese dejado engañar por esos sentimientos traicioneros como me indicaste, nada de esto hubiera pasado- sentí mucha ira en sus palabras, pero la tranquilidad y la serenidad con la cual hablaba me asustaba- pero no te preocupes, ya aprendí, de mala manera, pero aprendí al fin- dijo con esa extraña tranquilidad mientras se paraba y levantaba su bolso del muelle- de ahora en más seguiré tu consejo, nada de sentimientos tontos- sonrió, intranquilizándome aun más.

    Su mirada, era tan… extraña, no parecía el mismo chico que había conocido todos esos días, además la seguridad con la que dijo esas cosas me inquietaba mucho

    "¿Será que así me veía yo cuando la tristeza y el resentimiento me invadían?" Pensé asustado y asombrado a la vez.

    -No digas esas cosas Davis, yo estaba equivocado, no dejes que esos sentimientos negativos te sieguen como lo hicieron conmigo- le dije alzando la voz, tratando de hacerle reaccionar.

    -jaja ¿Qué cosas dices Ray?- me miró con esa sonrisa extrañado- tu sabes que las cosas son así, al principio no quería creerte, pero ahora entiendo porque no hay que aferrarse a esas creencias tontas, ahora tiene sentido.

    Unos bocinazos provenientes de la dirección del hotel rompieron el silencio del lugar, seguramente el colectivo ya estaba listo para partir.

    -Disculpa Ray, me tengo que ir, te agradezco lo que me enseñaste, jamás te olvidaré- me dijo el oji-café sonriendo, agarrando su bolso y perfilándose hacia el camino del bosque.

    Yo me quedé parado en el mismo lugar, observando cómo se alejaba. Me sentí horrible conmigo mismo

    ¿En serio había corrompido de esa manera a ese chico que siempre estaba sonriendo y que derrochaba felicidad?

    "¿Pero qué he hecho?" Me cuestioné con asco en mi cabeza. Me arrodillé y le pegué un puñetazo al suelo maldiciéndome a mí mismo por haber sido tan idiota. Lo había transformado en una copia mía. Tenía que hacer algo, eso no podía quedar así.

    Punto de vista de T.K

    -¡Pero Kevin, falta Davis!- le grité al preceptor que no me dejaba ir al bosque a buscarlo- ¡Tengo que encontrarlo!

    Era la primera vez que le levantaba la voz a algún adulto de la escuela, pero no me importaba.

    -No Takeru, tu curso está entrando al colectivo, déjanos a mí y a los profesores buscarlo en todo caso, tu entra cuando te nombren y siéntate- me dijo Kevin atajándome.

    Mientras discutía con el preceptor, como si no estuviera nada fuera de su lugar, como si no importase su propia ausencia en todo lo que iba del día, Davis se acercó lentamente con su bolso desde uno de los costados del hotel. Se veía mucha seriedad en su rostro.

    -Davis ¿Dónde te habías metido? Ya es hora de irnos- se me anticipó Kevin en preguntarle al moreno.

    -Estaba en el lago, pero ya estoy aquí y es lo que cuenta ¿No?- le contestó el castaño al preceptor con un tono bastante agresivo, como si estuviese enojado con él por algún motivo.

    Kevin lo miró como si quisiera reprocharle algo, pero solo se dio media vuelta y empezó a controlar a lo demás chicos que se iban sumando a la muchedumbre que esperaba entrar al colectivo. Aunque el tumulto de alumnos de 3° y 4° nos separaba del rodado, podíamos escuchar perfectamente los gritos del director llamando a los chicos de mi curso en orden alfabético.

    -Davis ¿Por qué te desapareciste así? estábamos muy preocupados- le pregunté al oji-café, pero este evitó mi mirada- Ken, Mimí, Izzy y yo te buscamos por todos lados.

    -No quería molestarlos, así que me levanté bien temprano, le pedí a Ken que me dejara pasar al cuarto mientras tu dormías, preparé mi bolso y me fui para estar solo- me dijo con un tono monótono viendo para un costado.

    -¿Pero por que nos molestarías?

    -T.K, lamento lo que pasó anoche, perdona si te hice pasar vergüenza, fue un error mío, pero descuida… no volverá a pasar- me dijo mirándome a los ojos, sonriendo.

    Sus ojos… eran tan diferentes, no reflejan lo que siempre había sido el espíritu de Davis, sino todo lo contrario. Solo transferían tristeza y pena.

    -Si quieres alejarte de mí y no volver a hablarme está bien, lo entiendo- dijo desviando su mirada de la mía nuevamente.

    -Davis, no quiero alejarme de ti- dije tomándolo del hombro y girándolo con agresividad hacía mí de nuevo.

    -¡Motomiya!- escuchamos el grito del director, indicando era el turno del castaño de subir al colectivo.

    -Está bien T.K, no te preocupes por mí, en serio- me dijo con esa mirada tan extraña en él, dándose media vuelta mientras levantaba su bolso del suelo y empezó a caminar entre los alumnos para llegar al colectivo.

    A medida que el moreno avanzaba entre nuestros compañeros, estos se iban abriendo y apartándose de su camino, como si ahora Davis fuera alguien desconocido o hasta indeseable para la mayoría. A algunos le era indiferente, pero eran unos pocos. Yo me quedé en el mismo lugar, viendo como el castaño se alejaba lentamente, siendo observado por todos.

    -Davis…- suspiré viendo al moreno alejarse, sin saber qué hacer.

    -Si no actúas pronto, lo perderás- escuché la voz de Ray, sorprendiéndome.

    Al mirar detrás de mí, vi al oji-turquesa saliendo del hotel, viéndome fijamente mientras se acercaba.

    -Ese chico está necesitando una acción, una respuesta de parte tuya ¿Qué esperas para dársela?- me preguntó enérgico.

    -Es que yo… no se… no sé qué es lo que siento por él… no sé distinguir el amor de algún otro sentimiento, soy un inútil para eso- le contesté dejando ver mis dudas sobre lo que era el amor, que se habían hecho más fuertes que nunca.

    Siempre había sido mi amigo, siempre le había tenido un aprecio especial por sobre los demás. Pero... ¿Era amor? Estaba confundido. Era cierto que solo él me despertaba una clase especial de sentimientos. Sentimientos que nadie más lograba provocar en mi ser. Pero... ¿Cómo saber si eso era lo que sentía una persona enamorada? ¿Cómo saberlo si nunca lo había estado?

    -Takeru- Ray clavó sus ojos claros en mí- en la vida no te aparecerá un Cupido a decirte “Esto es el amor, disfrútalo y se feliz” es algo que se siente, algo por lo que se juega. En todo juego se deben tomar decisiones y realizar acciones- me dijo con firmeza- sé que uno puede tener miedo, si no lo sabré yo, sobre todo en este tipo de relaciones que para la gran mayoría son tabú, pero si no estás dispuesto a correr ese riesgo jamás podrás alcanzar ese premio. Ese chico te necesita ¿Qué harás?

    Las palabras de Ray y el modo en cómo me lo dijo, me despertó cierto valor y motivación, pero todavía no estaba del todo seguro.

    -Pero ¿Cómo sé si no estoy confundiendo el cariño que le tengo con amor?

    -Eso solo tú puedes saberlo, pero recuerda una cosa- me dijo poniéndome su mano en mi hombro y viéndome a los ojos- ese chico no te quiere, él te ama, de eso no tengas duda.

    Mientras esas últimas palabras del oji-turquesa hacían eco en mi cabeza, observé la pulsera que adornaba mi muñeca izquierda, con el “T.K” bordado en azul y rojo. En ese momento pasó al frente de mis ojos una especie flashback de todos los momentos que había pasado con Davis en tan solo los últimos 7 días. Los celos que sentí cuando bailaba con esa chica en la fiesta de bienvenida, esa ocasión en la que estuve entre sus brazos cuando me caí del árbol, cuando nos bañamos juntos, cuando lo tuve yo entre mis brazos cuando se peleó contra ese grandote, los celos que sentí cuando lo encontré precisamente con Ray, cuando dormimos juntos y al otro día desperté entre sus brazos, esa vez en la que casi nos besamos cuando jugamos a la botella. En todos esos momentos, mi corazón había latido como nunca antes en mi vida.

    Ante la mirada turquesa de Ray, sentí como si mis dudas se empezaban a disipar de a poco, haciéndome entender lo importante que era ese castaño para mí. Era extraño, pero de repente me daba cuenta que todas las respuestas venían de adentro mío, siempre habían estado allí. El solo hecho de pensar estar a su lado ya no me provocaba miedo o duda, sino mucha alegría e ilusión. Sentí a mi corazón latir de manera descontrolada, tal como lo había hecho en aquellas ocasiones donde estuve cerca de él.

    Una energía descontrolada se hizo fuerte en mí. Por un momento me pregunté cómo había podido ser tan ciego, tan cobarde, tan obtuso. Lo que sentía por Davis no era un sentimiento de amistad, era amor, y aunque no lo fuese estaba decidido en jugármela por él. Me di cuenta que ese beso en el baile había sido el llamado de atención que necesitaba para darme cuenta de todo lo que representaba él para mí. La energía me dominó por completo.

    -Yo me encargaré de guardar tu equipaje en el colectivo- me dijo Ray tomando la correa de mi bolso, sacándomelo del hombro- ve y haz lo que tengas que hacer- me alentó con una sonrisa.

    ¡Tenía razón! Tenía que dejar de esperar que las cosas sucedieran y hacerme cargo de lo que quería, de lo que deseaba. Era verdad que nuestro “primer beso” no había terminado de la mejor manera, pero podía arreglarlo.

    Ya libre de mi pesado bolso, corrí entre la multitud que me separaba del colectivo, esquivando con agilidad al que se me cruzara en el camino.

    - Takaishi espere su turno, todavía no lo he nombra…-el director no terminó de hablar porque tuvo que hacerse hacia un costado y dejar la puerta del colectivo libre para evitar que lo chocara.

    A pesar las rabietas del viejo atrás mío, no me detuve y seguí decidido. Salté de dos en dos los escalones de la escalera para llegar al piso de arriba del colectivo, donde lo primero que hice fue visualizar donde se encontraba Davis. El castaño caminaba hacia el fondo del colectivo, cargando su típico bolso de futbol, dándome la espalda. Recibía algunas burlas de parte de nuestros compañeros que ya estaban sentados, a la vez que una que otra bola de papel impactaba contra él.

    Sin perder tiempo, corrí para llegar hasta él, que todavía no se había percatado de mi presencia.

    Sin ninguna sutileza, le tomé del hombro y le hice dar media vuelta para tenerlo de frente. Ante su cara de sorprendido y sin mediar palabra alguna, me abalancé sobre sus labios para unirlos con los míos en lo que era el beso más apasionado de mi vida, agarrándolo de la cara con ambas manos. Sentí como inmediatamente Davis soltó su bolso dejándolo caer al suelo y puso una de sus manos en la parte baja de mi espalda y otra en mi cabello, despeinándolo sin cuidado, correspondiendo mi beso. No me importaba que todos nos estuviesen viendo, no podía despegarme de sus labios, no quería despegarme de sus labios. Oía como algunos de los compañeros que nos rodeaban nos vitoreaban, otros nos abucheaban. Loa oí pero no los escuchaba, no me importaba escucharlos. De seguro, varios estaban atónitos al vernos. Pero ¿A quién le importaba?. Lo único que me importaba era sentir esos labios besando los míos.

    Mi corazón latía incontrolable. Lo pude sentir bien, más claro que nunca. Eso era amor ¡Lo amaba más que a nadie en este mundo!

    Con el castaño nos separamos por un momento y nos miramos frente a frente. La mirada de Davis había vuelto a ser la de siempre, llena de vida, además llevaba una sonrisa en su rostro, típica de él. El moreno observó a su alrededor, para después mostrarle su dedo medio a cada uno de nuestros compañeros que nos veían fijamente, con su gran sonrisa dibujada en su cara. Después de hacer eso, él me tomó de las manos, uniendo su frente con la mía, cerrando los ojos, riendo. Para sellar lo que era el momento más feliz de mis 14 años de vida, volvimos a besarnos nuevamente, parados en medio del pasillo del piso de arriba del colectivo, a la vista de todos.

    Punto de vista de Tai

    Conversaba de nuestras cosas con Matt, sentados en los asientos del último al fondo del colectivo, cuando de repente escuchamos un gran alboroto más adelante. Curiosos, con el blondo levantamos la cabezas por sobre la altura de los asiento para ver de qué se trataba. Casi nos caímos de trasero al ver a Davis y T.K besándose con desenfreno en el medio del colectivo. Si bien estaba sorprendido, rápidamente me alegré por esos dos. El que no podía salir de su asombro era Matt jaja, debía ser extraño ver a tu “hermanito” besarse con su mejor amigo en público, de esa manera tan fogosa.

    Las figuras del director y de Kevin se asomaron desde la escalinata para ver él porque de tanto alboroto allí arriba. Al ver a esos dos besarse, el director vio con una cara de sorpresa a Kevin, como buscando una explicación. El joven preceptor solo sonrió y se encogió de hombros, para luego invitar al viejo a bajar nuevamente al primer piso.

    Yo me senté de manera pesada y tiré de la camiseta al rubio para que hiciera lo mismo. Sabía que él quería mantener lo nuestro en secreto por un tiempo, pero no pude evitar tomarle de la mano durante ese momento tan importante para los menores. Él solo me miró con esos ojos azules y me sonrió. Aprovechando que todas las miradas estaban en el castaño y el rubio de 3°, nos dimos un rápido pero sentido beso en los labios, para después vitorear el acto de valentía de esos dos, junto a los demás.


    -----------------------------------------------*-------------------------------------------------




    Ya todo estaba listo para partir, o por lo menos eso parecía. Todos estábamos ya adentro del colectivo y sentados en nuestros asientos. Matt y yo habíamos tomado los asientos del último, adelante nuestro iban sentados Izzy y Mimí, y delante de ellos la nueva parejita. Ken estaba en los asientos al lado de los nuestros, sentado con la misma compañera con la que había viajado en la ida.

    El ver un asiento vacío adelante de Ken, me hizo recordar que Sora no había venido al viaje. Inmediatamente recordé que Sora era una de las personas a las que primero teníamos que contar lo sucedido entre nosotros. Sinceramente sentí nervios de solo pensarlo. ¿Cómo explicarle que le había "robado el novio"? Fuese como fuese, sabía que no sería fácil. Lo único que me tranquilizaba era saber que iba a tener el apoyo de Matt en ese momento. Que nos apoyaríamos mutuamente. De todas formas, era positivo. Afrontar esa situación sería difícil, pero tenía esperanza de que todo terminaría bien.

    -¡No puedo dejarlos irse sin despedirme y darles un obsequio- escuchamos la estruendosa voz del Señor Z en el interior del colectivo.

    Al asomar la cabeza de nuevo, pudimos ver al dueño del hotel yendo asiento por asiento con una gran bolsa que cargaba sobre su hombro, entregándole un obsequio cada uno de los alumnos. Nos dio gracia que aquel sujeto tenía que caminar agachando la cabeza para evitar chocar con el techo. El regalo que entregaba era una de esas bolas de vidrio que se dan como suvenir, de esas que uno la agita y en el interior flotan muchas cositas sueltas. Adentro había una miniatura del hotel bastante realista, con arboles alrededor y todo. Si uno lo agitaba, algo que parecía nieve caía sobre el hotel.

    Aparte de agradecerle por el regalo, aproveché para preguntarle a ese hombre algo que tenía ganas de saber desde que lo había conocido en la estación de servicio cuando nos encontró.

    - Disculpe ¿puedo hacerle una pregunta?- le pregunté al grandulón una vez que ya había repartido todos los presentes, ya que nuestro grupo era el ultimo.

    -Claro hijo- contestó animado como siempre.

    - A usted le dicen Z porque es la primera letra de su apellido ¿verdad?- deduje, a lo cual recibí una contestación en ese idioma raro, que hizo entender que era un "si"- ¿Cuál es su primer nombre?

    -Es que mi apellido es más fácil de pronunciar que mi nombre ¿Quieren que se lo diga?- preguntó con una sonrisa.

    -No, no jeje, no hace falta- le dije sonriendo. No me quise imaginar lo impronunciable que sería su nombre, ya su apellido era raro de por sí.

    Después que el dueño del hotel se bajara, se encendió el motor del colectivo.

    -¿Qué estás leyendo Izzy?- le pregunté al pelirrojo, parándome y apoyando mis brazos y mi cabeza sobre el cabezal de su asiento. Mi amigo leía una especie de folleto muy grande, con imágenes y todo del hotel.

    -Ah nada, es uno de los folletos que estaban el recepción del hotel, dice información sobre el hotel, su historia y algunas curiosidades… - dijo sin sacar la mirada del papel

    Empezó a leer:

    - “El hotel fue construido sobre lo que se cree que era el lugar donde los antiguos habitantes del valle celebraban y veneraban a su diosa del amor. Además se cuenta que realizaban diferentes tipos de ceremonias para celebrar las relaciones amorosas entre los miembros de la comunidad, mucho antes de que los colonizadores pisaran estas tierras. Esa debe ser la razón por la cual nuestros huéspedes dicen sentir como un ambiente mágico que los envuelve, más allá de lo que el hermoso paisaje pueda despertar en uno, haciendo que sus sentimientos fluyan de una manera que en otro lugar no sucede, acercándolos aun más a esas personas que aman. Por eso nuestro hotel es el mejor lugar para las parejas que vienen a celebrar su amor, para los casados, novios, o ¿Por qué no? Para las personas solteras que quieren encontrar al amor de su vida”

    Yo me quedé estático, procesando lo que acaba de escuchar de la voz de Izzy

    - “Una de las creencias de los antiguos habitantes del valle, era que la diosa del amor a la cual veneraban tenía la capacidad de tomar forma de animal y aparecerse a las personas que sufrían por amor en los momentos más duros. Dependiendo si la persona trataba bien o mal a la diosa bajo su forma de animal, triunfaba o fracasaba en sus asuntos amorosos”- continuó leyendo el pelirrojo.

    - Qué locura la de estos nativos ¿No Tai? – preguntó con una sonrisa sin sacar su mirada del papel.

    Yo no le respondí. Me había quedado totalmente tieso al escuchar esa última parte.

    "Será que ese siervo que se me apareció ayer a la mañana… o sino esa luciérnaga que se acercó tanto a mí anoche… tal vez sean coincidencias pero…" pensé completamente atónito, sin creer que en realidad estuviera abriendo siquiera la posibilidad de que aquello fuese real.

    -Tai ¿Qué te pasa?- escuché la voz de Matt que me trajo de vuelta a la realidad- ¿Qué piensas tanto?

    -Ah, en nada- le contesté rápidamente, sentándome nuevamente a su lado, admirando su belleza- solo pensaba en lo bien que lo podemos pasar en la ciudad- dije con una sonrisa picara y arqueando mis cejas, dándole a entender a lo que me refería. El blondo solo me sonrió, sonrojándose rápidamente- pero recuerda una cosa…- le dije acercándome a su oído-… la próxima vez… será mi turno- le susurré, asegurándome que nadie más nos escuchara.

    El rubio al oír eso solo abrió sus ojos de par en par, con su cara completamente roja. No pude evitar reírme al ver esa reacción del oji-azul. Sabía que disfrutaría mucho de hacerlo poner nervioso. De allí en más, era mi rubio. Habían pasado muchas cosas y bastante tiempo para que ocurriera, pero valió la pena. Estaba seguro que disfrutaríamos de nuestra relación al máximo, juntos.

    Punto de vista de T.K

    El colectivo lentamente se empezó a mover, así que todos nos movimos hacia la ventana para ver por última vez y saludar al dueño del hotel y su familia. Estaban todos, Oleg, Helen, Ray y detrás de ellos el señor Z, todos saludándonos sonrientes desde la entrada del edificio. Estaba seguro que nunca olvidaría a esa singular familia, ya que habían tenido mucho que ver para que las cosas se dieran como se dieron en el viaje. Una vez que el colectivo recorrió varios metros y ya no los podíamos ver, cada uno de nosotros volvió a su lugar.

    -¡A ver Mimí! ¡Suelta! Es mi tablet, déjala que la use, no seas molesta- gruñó Davis sentado a mi lado, alejando el artefacto que había ganado en la noche de las manos de Mimí, que trataba de quitarle su premio desde el asiento de atrás.

    -¿Qué no te das cuenta que no sabes usarla?- le replicó la castaña sonriendo, siguiendo con su intento de arrebatarle la tablet al moreno- déjame que vea cómo funciona y te la devuelvo, yo tengo una parecida.

    -Te estoy diciendo que si sé- le contestó el castaño, tocando uno de los comandos que le figuraba en la pantalla.

    Esta inmediatamente se apagó, dejando a Davis mirando la pantalla oscura, serio.

    - Bueno… fíjate…- dijo el castaño rendido con su cabeza gacha, levantando el dispositivo para que Mimí lo agarrara- …tengo cosas más importantes que hacer- dijo mientras me tomaba y hacía que me acostara sobre su cuerpo, posicionando su rostro muy cerca del mío, para luego acercarse lentamente con una sonrisa y besarme en los labios.

    Luego, me acosté sobre su pecho, mientras él me rodeaba con sus brazos. No nos importaba que algunos compañeros, todavía incapaces de creer que estábamos juntos de esa manera, se levantaran de sus asientos únicamente para mirarnos con curiosidad. Algunos solo nos veían raro, como si no pudieran darle crédito a sus ojos, otros en cambio se acercaban y nos felicitaban. Incluso ese grupo de chicas con el que Davis siempre se peleaba se acercó para ver que hacíamos, como si les diera curiosidad.

    -Les dije que sería solo mío… brujas… sigan participando nomás- les dijo el moreno con un tono burlisto, mientras pasaba su mano por mi cabello, despeinándolo a propósito- bueno, ya vieron suficiente, fuera, fueeeera bichos, fueeeeera- empezó a correrlas como quien corría a un perro.

    Las chicas hicieron una mueca de odio hacia el oji-café y se fueron de nuevo hacia sus asientos.

    -Davis no les digas así- le dije intentando no reírme, dándole un golpe en su pecho no muy fuerte.

    -Se lo merecían, tienen que entender bien como son las cosas- me dijo mirándome a los ojos mientras acariciaba mi mejilla.

    -Te amo- esas palabras salieron de lo más profundo de mi ser, cargadas de todo el sentimiento que tenía y sentía por él. Nunca había estado más seguro de lo que decía.

    -Yo más- me dijo para luego besarme en la frente y volver a posicionarse como estábamos, dejando que yo descansara en su pecho, rodeado por sus brazos.

    Si fuese por mí, hubiese viajado de esa manera todo el trecho hasta nuestra ciudad, no quería despegarme nunca de él. Por la ventana pude ver que nos acercábamos al puente de madera que habíamos cruzado cuando llegamos por primera vez en la camioneta del señor Z.

    Pude observar el cartel de madera a un lado del puente que decía “Bienvenidos a El Iberium” con letras grandes y la leyenda debajo “Donde tu verdadera naturaleza interior florecerá”

    Cuando llegamos no le di importancia a ese cartel, pero ahora que lo veía de nuevo comprendí a que se refería. Ese lugar sacó mi verdadera naturaleza a flor de piel. Nunca me arrepentiría de haber asistido al viaje, sentía como si fuera un antes y un después para mí. Jamás olvidaría ese hotel, el paisaje, ni las cosas que pasaron esa semana. Había ido a ese lugar siendo una persona, y volvía siendo otra, o por lo menos eso era lo que sentía. Sin lugar a dudas, ese sería un viaje que no olvidaría jamás.



    FIN




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    Bueno, hasta aqui mi humilde aporte al foro. Hubo varias personas que me preguntaron si habría una continuacion y la verdad es que ya decidí que no, que esta seria una sola historia. También me preguntaron si haría otra historia y la verdad que no sé jaja. Muy posiblemente si, pero en un futuro algo lejano ya que escrbir me quita mucho tiempo y no puedo atender otros intereses que tengo abandonados desde que empecé a escribir, la guitarra, leer....estudiar no jaja A veces pasaba dos horas frente a la PC y solo escribia medio parrafo :O Gracias por aguantar a veces capitulos kilometricos, no me salen de otra forma jaja Perdon si algunas frases estan muy argentinizadas pero no me puedo sacar ese chip de mi cabeza je, igual traté de escribir lo mas neutral posible. Otra vez muchas gracias por haber leido, criticado, comentado, leido en silencio. Diran "ah que dramatico, solo es un fic" jaja es q puse mucho tiempo y empeño en esta historia y es como no se... un hijo que ya creció y lo dejas irse, bue capaz que muy exagerada la comparacion jajaja pero bue.... Hasta la proxima! :=WIJIS:

    Edited by exerodri - 20/11/2016, 21:09
     
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    Muy hermoso final, una mística explicación a los sucesos de amor que acontecieron en El Iberium, bastante coqueta la idea, me gusta mucho, me conmovió el final y... Querido amado, aunque me duela, Querido amado, ya se acabo... C: pero me gusto mucho, Querido amado
     
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    En este mundo te encuentras con muchas personas, y a veces de varias personas te tienes que despedir.... Por eso disfruta cada momento que puedas con cada una de esas personas,,,, porque nada dura para siempre......
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    Amé este fic de principio a fin.. !! Me encantó el final, tan natural, tan hermoso, es algo que sinceramente nunca había leído en otros fics.
    Acá tenes el 10 final de mi parte !! jajajaja te felicito la verdad, me encantó seguir y leer cada capitulo que subiste.
    Un abrazo y que estés bien =D
     
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  14. Taiyama
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    Ok OK OK!!!! deja me repongo y respiro otzea WOW!!! (si lo sé estoy triste porque terminó pero es que wow) bueno comenzaré por el capítulo anterior pobre Dai si fue muchisima mala suerte :=@.@: y me sentí muy mal por el :C pero aaaaaah que tal con el lemon no se por qué dices que no sabes escribir lemon si es de los mejores que he leído (y no solo de Digimon :=ummse: ) se dieron con todo fue genial y que Tai fuera uke nunca me lo esperé xD, ahora con el último capítulo wow aun lo estoy viviendo porque me acabo de leer los dos seguidos :=EEEE: sabes ame la parte donde Tai le pasó la lengua xD (es que es divertido hacer eso :=DANCING: y si parece un helado de vainilla xD) y la forma en que terminó fue lo mejor.
    Debo decir que en serio amé tu historia de principio a fin y también te digo que no solamente me entretuvo y me mantuvo pegado gritándole a la computadora xD (ya sabes contra Ken y Ray jajaja) si no que me ayudó a distraerme cuando me sentía mal :), y no seas tan modesto :=NOIP: "hasta aqui mi humilde aporte al foro" en mi opinión esta ha sido una de las mejores historias que el foro ha tenido y en serio te felicito por eso y te agradezco por regalarnos esta maravillosa historia :=WIJIS:
    Pd 1: Gracias por mencionarme :3 y perdón por no comentar antes pero he estado envuelto en problemas xD
    Pd 2: Fue un comentario extra-largo pero es que ya es el último del ff :=SHOROO:
    Pd 3: Yo sé lo difícil que es escribir un ff :v y tienes razón es como un hijo entonces tengo un poco de esperanza de que tengas otro hijo en el foro :=ahjahajhaja: jajaja como siempre te mando un abrazo y espero que estés bien ;)

    ¡¡¡Y finalmente!!! ellos también te lo agradecen :3 (yo lo sé xD)
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  15. karen kisaka
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    Lo lei hace tiempo, pero se me olvido comentar, me encanto leer cuando Daisuke salvo a Takeru del malo ese, y la noche de pasion de Taichi y Yamato aunque me hubiera gustado mas de que Yamato fuera el uke y Taichi el seme pero asi estuvo bien, y al final como se volvieron novios Takeru y Daisuke, fue mega original.
     
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95 replies since 22/9/2014, 02:50   9181 views
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