CADENA DE MENTIRAS [SASUNARU] capítulo VI "SENJU MENMA" actualizado 08/07/2015

Naruto es un ninja moderno con una misión: enamorar a Sasuke y así poder atrapar al asesino de su padre, el problema es que el enamorado resulta ser él mismo.

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  1. 691396
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    NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!
    ¿Por qué tan pocos capitulos?
    Este fic esta excelente, por favor continua pronto, estoy con ansias de continuación.
     
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  2. Mg Ca
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    D: quiero más! !!!
    Naruto se ve a leguas q tiene unos gustos muy buenos para vestir XD, lastima que su madre no lo deja
     
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    A ver a ver... Apenas me entero! Voy a lleermelo que me muero! Goumensay por la desaparecida pero es que ahhhh tantas cosas que me han pasado lo bueno es que tengo inspiración gracias a estas jijiji Adry-black espero estés bien. Y....






    Feliz cumple Kira !!!!! Felicidades
     
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    Aprendiendo Yaoi
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    Ya acabeeeee!!!" me encanto!!! Vieras Adry cuanto me carcajee con este cap. Tengo un corredor en mi casa que se oye hueco imsginate mis risas se duplican! Me encantó por demás la reacción de Sasuke y este kiba ya me intrigó..... Jajá espero no señores mucho y felicidades por un muy buen cap.
     
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  5. Adry_black
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    png

    ESTE SE SUPONE QUE ES UN MAPA DE LA ZONA SURESTE DE KONOHAGAKURE SEGÚN LO PLANTEO EN ESTA HISTORIA.

    LAMENTO SI CREYERON QUE ERA EL CAPÍTULO PERO ESE NO VA A ESTAR HASTA LA OTRA SEMANA

    GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y POR SU ESPERA

    MATTA NE
     
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  6. Adry_black
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    hola
    pues qué creen... me eché más de media hora arreglando los detalles del nuevo capi que les iba a subir pero se me calló la red de datos y perdí todo... así que resumiré lo que les quería contar.
    1- gracias chicas y a 691396 que es el único de quien sé que es chico, les agradezco por comentar
    2- decidí dividir el capítulo porque además de raro iba a quedar muy largo y ya ni leerlo iban a querer así que aquí hablo de cosas astrales y en la segunda parte narraré la alocada semana de castigo que pasaran mis amores.
    3- el supuesto "croquis" que está arriba lo hice dis que pa orientarlos geograficamente de como se vé Konoha en este fic y resalta una descripción que hay en este capi, es pa que entiendan más o menos la cosa.
    4- a mi pequeña curiosa que le intriga Kiba le adelanto que el capítulo VI es un especial retorno al pasado de Inuzuka-Naruto y si gustan después de eso preguntan lo que quieran del tema y responderé públicamente.
    5- solo pretendía hacer especial retorno al pasado de Inuzuka-Naruto pero si desean algun otro especial retorno al pasado solo pongan el Nombre que usaba Naruto en ese entonces y yo escribiré un capítulo sobre ese personaje. porque les aclaro que en la historia van a aparecer muchos personajes del pasado de Naruto, tal es el caso de Hinata y de Kiba, así que ya saben, tienen esta opción.

    siendo eso todo por hoy... ya los dejo leer la historia en paz.


    CAPÍTULO V “QUE INICIÉ EL JUEGO”. PARTE 1




    Su madre lo abrazaba, se sentía culpable por obligar a su hijo a hacer semejante atrocidad y, a pesar de que su hijo había accedido a hacerlo, no dejaba de sentir que era por culpa de ella lo cual estrujaba su corazón. No quería ver a su hijo a la cara y por eso lo mantenía sujeto entre sus brazos, tenía ganas de llorar y sin duda alguna lo habría hecho de no ser porque el timbre de la casa sonó.

    Eran las ocho de la noche, madre e hijo estaban allí, la abuela había regresado unas horas atrás, Karin estaba sentada a la par de su tío Nagato, Kakashi reposaba su cabeza en el regazo de Iruka y éste último le acariciaba los cabellos platinos, Shizune estaba sentada sobre sus piernas en el suelo organizando el papeleo sobre una mesita, Yamato ayudaba a Deidara con los ejercicios contables de la empresa así que… ¿Quién podía estar tras la puerta? No esperaban visitas, todos los que vivían en la mansión estaban allí en el “salón familiar” por lo que les extraño que a esas horas de la noche alguien estuviera tocando su timbre.

    Preocupados de que pudiera ser algún extraño o más bien, de que fuera algún conocido, Tsunade, Kakashi, Iruka, Deidara y Shizune corrieron al salón privado, donde sabían que nadie los descubriría, mientras tanto, Yamato se encargó de abrir la puerta. Dos adultos entraron seguidos de una joven y fueron anunciados por Yamato como la familia Yamanaka. Todos los que se habían ido a esconder salieron a saludar con gran emoción.

    -Inoichi al fin te veo – saludó nostálgica la rubia mayor abrazando al mencionado

    -Buenas noches tía – saludo el rubio mayor correspondiendo el abrazo – lamento no haberme comunicado con ustedes pero perdí mis contactos porque tuve un pequeño accidente jeje – rió nervioso recordando su incidente en aquel lago – y justo me logré comunicar con Jiraya-san y me informó que por fin se habían instalado en la mansión, no pudimos resistir – miró a la joven rubia tras de sí – así que nos vinimos inmediatamente.

    -Ya veo… eso ¿significa que se quedaran permanentemente? – cuestionó Tsunade con una pisca de esperanza.

    -Por supuesto – contestó Inoichi sonriendo – por cierto ¿recuerdas a la pequeña Ino? Ha crecido mucho desde la última vez que nos vimos, Ino hija mía, saluda a la abuela – pidió a su hija pero al girarse notó que su hija no se encontraba tras de sí y al buscarla solo pudo ver como ella se abalanzaba sobre un rubio de su misma estatura.

    La joven rubia abrazaba y se restregaba al joven rubio una y otra vez, frotaba su mejilla con la del chico mientras ronroneaba y mantenía sus ojos cerrados. Antes de que su padre pudiera reprenderla por tan atrevido comportamiento, una joven peli-roja mínimamente más alta que ellos y con lentes haló del brazo al joven rubio alejándolo inmediatamente de la rubia y abrazándole posesivamente le dirigió una mirada asesina a la chica.

    -Veo que no has cambiado mucho Ino-chan – habló Naruto con una sonrisa – solo que hoy te vez más hermosa: alta y dotada – la rubia menor se sonrojó y todos los presentes empezaron a reír – lamento si Karin-chan es un poco grosera pero es así con cualquier “desconocido” que se atreva a tocarme - se disculpó y la peli-roja menor se sonrojó y soltó al rubio de su posesivo abrazo.

    -Estoy muy avergonzada – confeso Karin – es solo que no he logrado reconocerte, como dijo Naru-chan, te vez más madura que la última vez – excusó su comportamiento anterior.

    -No soy la única que ha cambiado, mírate – dijo emocionada – eres más alta que yo y tu figura tan esbelta, eres hermosa – confesó avergonzada y luego miró a Naruto – y más tú que ni te había reconocido en lo absoluto, la última vez que nos vimos llevabas el cabello blanco y un poquito más largo “Shiro-san” – resaltó el nombre haciendo las comillas con sus dedos.

    -Ni me lo recuerdes, han pasado ya casi dos años – recordó avergonzado – el último día que nos vimos fue en Yukigakure, a penas y tenía una semana de haberme teñido el cabello y nos despedimos en menos de un mes, durante ese tiempo mi vida fue un infierno – quejó con lágrimas de cocodrilo.

    -Si jajaja recuerdo que la primera vez que te vi así me asusté – confesó Ino – jamás pensé que aceptaras ser esa persona aunque ciertamente fue divertido jajaja – burlo recordando el mes que estuvo junto a su primo – pero me alegra verte lucir ese hermoso cabello rubio… ¡Aaah te extrañé tanto! – Suspiró abrazándose a su primo - te quiero tantooo…

    -Todos en esta sala – dijo Karin sujetando a Naruto – entiendo que eras su mejor amiga y compañera de juegos hasta los seis años de Naru… y además le has visto en más de una ocasión cuando anduvimos de viajeros jeje me sorprende que aún después de todo eso no entiendas que Naru odia que violen su espacio personal – recriminó con sonrisa burlesca.

    -No eres santa para que me sermonees que tú tampoco lo respetas – dijo ofendida – además yo no fui su mejor amiga ¡YO SOY SU MEJOR AMIGA!

    Ante ese grito todos notaron la tensión en el ambiente, estaba claro que Ino y Karin no tenían mucho en común excepto el hecho de que son posesivas hasta la… bueno, posesivas y especialmente cuando de Naruto se trata. Sus miradas llenas de ira podrían intimidar a cualquiera y de hecho lo hacían, todos dudaban si entrometerse o no hasta que…

    -Escuchen niñas – habló jalando al rubio menor y alzándolo entre sus brazos modo princesa – será mejor que dejen de armar tanto escándalo, no es como si Naruto fuera un objeto al que puedan poseer ya que, en tal caso, ¡él es mío! – sentenció y ambas chicas dirigieron sus asesinas miradas al mayor ante ellas – y cuidadito con desafiarme o no dudaré en hacerlas explotar – amenazó frío y muy a pesar de que la amenaza sonara ridícula, las chicas retrocedieron pues conocían a su tío, el rubio hablaba muy enserio.

    -Tío bájame – pidió Naruto – gracias por sacarme de ese lío pero… ¡yo no soy propiedad de nadie! – gritó golpeando a su tío y por ende cayendo de sentón al piso.

    -Naru-chan ten más cuidado – pidió su tío sobándose la mejilla afectada – si te rompes cómo jugaré contigo.

    -¡No soy un juguete! – volvió a gritar - ¿por qué eres así tío Dei?

    -Porque eres tan mono – confesó aferrándose a él y haciendo lo que hacía Ino minutos antes.

    -Vaya Deidara, tan infantil como siempre – habló su primo mayor

    - cállate… si no fuera porque estás viejo de seguro harías lo mismo con mi Naru-chan, es más hasta donde recuerdo, de no ser por Minato nii-chan que te reprendió, tú todavía me apapacharías – eso hizo sonrojar a la esposa de Inoichi – y discúlpame cuñada – refiriéndose a ella – pero tu marido es un pervertido – eso hizo sonrojar aún más a la mujer pues conocía a su marido y sabía que eso era cierto.

    -No es cierto – se defendió el mencionado – cuando eras niño eran un terrón de azúcar pero hoy ni loco me acercaría a ti – dijo serio – mi esposa es mucho mejor.

    La pelea que se avecinaba a consecuencia de un Deidara ofendido, una castaña confundida y un burlesco rubio fue detenida por el sonido del timbre. Todos se congelaron ante la insistencia del que tocaba, otra vez esa situación ¿conocido o desconocido? Los Yamanaka, Tsunade, Deidara, Shizune, Kakashi e Iruka fueron a esconderse nuevamente y esta vez fue uno de los pocos sirvientes el que fue a abrir.

    Un peli-rojo entró hasta el salón principal y tras brindarle una cálida sonrisa al menor de los rubios, hizo una reverencia frente a los demás adultos. Unos minutos después aparecieron tras el peli-rojo, otro peli-rojo de mayor edad, un castaño y una rubia que miraban a todos como queriendo identificar a alguien en específico.

    -Mi familia ha vuelto – habló Gaara – y están ansiosos por verte Naruto-kun.

    Naruto se sorprendió al tener a toda su familia reunida y el mismo día, se acerco a la puerta junto a su madre y a Karin para poder saludar cortésmente a su tío y primos recién llegados.

    -Es un placer volver a verlo – dijo haciendo una reverencia.

    -Te hemos extrañado mucho primo – hablo el castaño abrazando al rubio.

    -Kankuro no seas abusivo – regañó el peli-rojo mayor.

    -Lo lamento – se disculpó el castaño separándose de Naruto – pero padre, con el tiempo que tenía de no verlo, es normal que quiera abrazarlo.

    -Yo también quiero – habló la rubia recién llegada – has crecido Naru-chan – elogió abrazándolo.

    -Chicos vayan por el equipaje – pidió su padre a sus dos primeros hijos.

    -Bien – dijeron con desanimo ambos jóvenes saliendo junto a un par de sirvientes.

    -Ahora si Naruto-kun… - habló el hombre viendo al rubio a su al frente – cada día te pareces más a tu padre – comentó con una sonrisa al tiempo que revolvía los cabellos de su sobrino – y mira nada más, Karin se ha convertido en toda una señorita – sonrió luego de besar la mano de la sonrojada chica.

    -Tus hijos también han crecido mucho Rasa-san – habló Nagato sonriendo dulcemente acercándose a su primo y extendiendo su mano para saludar.

    -Es un placer volver a verte Nagato-san – habló coqueto a punto de darle un beso en la mano al mencionado que, percibiendo la acción retiró su mano rápidamente y se sonrojo. El silencio se hizo y los menores lo notaron.

    -Pero dime primo – habló Kushina rompiendo ese incómodo ambiente que se estaba formando – ¿ya han decidido instalarse en la casa?

    -Así es, ya es momento de que nos reunamos todos, especialmente porque pronto habrá luna llena – explicó el adulto y tanto Naruto como su madre se estremecieron ante la noticia.

    -Eso significa… ¿también vendrán los demás? – cuestionó el menor y su tío asintió – Gaa-chan debiste decírmelo.

    -Es culpa tuya haberlo olvidado, yo no estoy en la obligación de decirte nada – respondió con tono neutro. El rubio suspiró cansino de la actitud de su querido primo.

    -Falta menos de un mes y como el rito ceremonial será aquí, debemos preparar muchas cosas, especialmente tú Nagato – dijo el peli-rojo caminando hacia el patio seguido de la peli-roja y el mencionado hasta perderse de la vista de todos.

    Después de eso la familia se dividió en varios grupos, mientras que Kakashi e Iruka se fueron a la habitación de alguno de los dos; Tsunade, Deidara, Inoichi y su esposa se pusieron a hablar de quién sabe qué cosa en la oficina de la mayor; Yamato y Shizune se dispusieron a terminar con el papeleo restante de la enfermería de la escuela yéndose a la biblioteca de la casa; los sirviente se movían como locomotoras limpiando y habilitando las habitaciones desocupadas que pasarían a ser los dormitorios de los recién llegados y los jóvenes se quedaron a platicar en la sala, donde se incorporaron Temari y Kankuro.

    - será justo viernes trece – aclaró Gaara – hoy es sábado 23, eso significa que será dentro de tres semanas, en febrero – siguió explicando.

    -Oye no me trates como a un idiota ¿quieres? – dijo ofendido el rubio – si es cierto que olvidé lo de la luna llena pero sé hacer cálculos de calendarización.

    -No lo decía para ti – dijo señalando con la palma de su mano a las chicas en modo de presentación – Además tú solo te haces quedar mal.

    El rubio sintió algo clavarse en su corazón, había olvidado lo frío y pesado que podía ser el peli-rojo, le pareció muy extraño pues durante las dos semanas que llevaban ya de clases, Gaara había sido muy gentil con él, y hoy así de la nada le trataba mal.

    -Gaara eres insufrible y grosero– escuchó a Temari regañar al momento en que era abrazado por la misma. Ese momento cayó en cuenta de que estaba mostrando sus sentimientos frente a todos, por lo que se reprendió mentalmente y sonrió.

    -No importa Tema-chan – dijo cariñosamente correspondiendo el abrazo – ya estoy bien acostumbrado a eso, es solo que a veces lo olvido un poquitín.

    Lo dicho hizo reír a las féminas y al castaño más no al peli-rojo que internamente quería matar a su hermana ¿Por qué? Porque osaba abrazar por tanto rato al rubio. Estaba molesto consigo mismo por tratar así al rubio pero no podía evitar actuar así frente a tanta gente que bien sabía él querían robarle la atención de Naruto que por ley le pertenecía.

    -Como sea – llamó la atención de todos logrando de Temari soltara a Naruto – ese día, el heredero del tercer clan ancestral cumplirá sus 13 años, edad requerida para recibir la llave, haremos el ritual y por fin habremos formalizado los lazos con “ellas”.

    Todos parecían entender muy bien de qué iba la cosa, excepto una persona, Ino no sabía absolutamente nada del tema ¿La razón? Ella era familia de Naruto por descendencia paterna, mientras que todo ese rollo de los clanes pertenecía a la familia materna del rubio. Una larga historia estaba a punto de ser contada de no ser porque el timbre volvió a sonar por tercera vez en esa noche.

    -¿Y ahora qué? Ya son las diez de la noche ¿quién podrá ser? – cuestionó Yamato que recién ingresaba al salón principal. Sacó un radio transmisor de su chaqueta y habló – atención familia, tenemos más visitas, por favor mantengan la calma y no salgan hasta que se les dé la seguridad de hacerlo, los Sabaku sí pueden permanecer donde quieran, los demás por favor dirigirse al salón privado, gracias – con ese tono de voz parecía el capitán de un avión avisando a su tripulación sobre las futuras turbulencias.

    Tras haber recibido la orden, un empleado abrió la puerta de la casa y suspiró rendido ante la sola idea de lo que le esperaba, silbó en tonos agudos y dos sirvientas llegaron a su lado lanzando un resignado suspiro, ambas salieron de la casa y el empleado entró seguido de los recién llegados.

    A Naruto se le cristalizaron los ojos igual que a Karin, ambos inmóviles frente a esas personas. Los tres peli-rojos que estaban en el jardín entraron a la casa y quedaron igual que los menores.

    -¡Vaya forma de recibir a este viejo sabio! – expresó el mayor de los recién llegados. Gracias al radio transmisor de Yamato, la voz del viejo resonó en cada cuarto de la mansión – De haber sabido que ésta sería su reacción mejor me regresaba al tiempo que los otros, tal vez así muestran un poco más de hospitalidad.

    Nada más terminó de decir eso cuando el rubio doncel se le abalanzó en un abrazo. No importaba su vieja apariencia, la fuerza le sobraba y pudo cargar con su pequeño nieto.

    -Es tu culpa – dijo Tsunade acercándose – has dicho que vendrías mañana con suerte y si no hasta el lunes, no esperes buenos recibimientos si sabes que no te esperábamos – regañó abrazándolo, dejando a Naruto en medio de ambos.

    Karin jaló tímidamente del saco del anciano esperando un poco de atención, misma que recibió inmediatamente. Solo por él y solo frente a él, Karin se mostraba como la niña de siete años que perdió a sus padres porque solo con él podía sentirlos a su lado, por mucho que quisiera a sus tíos, era solo con ese viejo que sentía el resguardo que sentía al estar junto a sus padres.

    -Bienvenido a casa, Otō-san – pronunció lo último a modo de sollozo.

    -Ya estoy en casa – dijo melancólicamente el anciano bajando al rubio y abrazando a su peli-roja nieta.

    -¡Padre! – dijeron al unísono Nagato y Kushina abrazando al viejo. Soltando risas que parecían llanto, llorando alegrías.

    -Jiraya-sensei, bienvenido – saludo el peli-plata haciendo una reverencia frente al anciano. Iruka, que estaba al lado de Kakashi, también hizo la reverencia.

    -Y nosotros… ¿estamos pintados o qué? – llamó la atención un peli-naranja sosteniendo su chaqueta con su mano izquierda sobre su hombro y sosteniendo el brazo de su peli-azul esposa con su brazo derecho.

    -¡Nii-san, Onee-chan! – dijeron ambos peli-rojos rompiendo el abrazo con su padre para formar otro con su hermano y cuñada. El rubio y la peli-roja menor también se unieron al abrazo.

    Luego de que cada familiar se saludara el uno al otro (porque aunque no compartieran sangre, hasta los Yamanaka veían como un tío a Jiraya y como primos a sus hijos, de la misma manera los Sabaku veían a la familia de Tsunade) pasaron horas hablando sobre los detalles de instalación de cada uno en las de pronto muy limitadas habitaciones…

    -Creo que lo mejor será que los Yamanaka y nosotros nos quedemos en la Mansión Sur para que ustedes se queden aquí – sugirió Tsunade.

    -Al contrario – habló Kushina – la ceremonia se realizará en la Mansión Central, por ende la Mansión Sur, ésta y las del Este y Oeste quedarán solas, lo mejor será que los representantes de los clanes nos hospedemos en la Mansión Central y ustedes permanezcan aquí.

    -Ya me confundí – Expresó Deidara, el resto le apoyó asintiendo – explíquense.

    -Este complejo residencial tiene cinco mansiones, una central y cuatro ubicadas a 1km de distancia alrededor de la primera formando los puntos cardinales– comenzó a explicar Kushina – y nosotros en este momento estamos en la Mansión Norte – continuo asegurándose de que todos prestaran atención – el rito ceremonial se realizara en el salón sagrado que se encuentra al centro de la más grande mansión: la Central. Mi propuesta es que la familia Yamanaka y la Namikaze-Senjū se queden en esta mansión junto a Kakashi, Iruka, Shizune y Yamato. En la Mansión Central nos quedaremos únicamente las personas que participaremos en el ritual, en las Mansiones Este y Oeste se quedarán las familias de los involucrados, es decir, allí se quedarán los Sabaku no y el resto de la familia Uzumaki y también los familiares de los siete clanes faltantes. Por último, En la Mansión Sur las hospedaremos a “ellas” y a su séquito, pues la entrada principal de esa Mansión no conecta directamente con el pueblo sino que con el bosque prohibido, eso les será de mucho agrado en su estadía y le brindará seguridad y clandestinidad al proceso – terminó de explicar.

    -Eso significa que no viviremos juntos – dijo Karin un poco triste.

    -Es temporal – apaciguó Nagato – cuando los clanes invitados regresen a sus respectivos hogares, nosotros regresaremos a vivir todos bajo el mismo techo.

    -¿Les ha quedado claro a todos? – Preguntó Rasa.

    -Yo no entiendo algo – alzó la mano Naruto – ¿Quién le entregará la “llave” a Gaara?

    -Debido a la muerte de mi esposa Karura – habló Rasa - a quien le corresponde eso es a su hermano Yashamaru, él vendrá dentro de una semana junto a los acianos ¿eso es todo?

    -Sí gracias – dijo un poco apenado.

    -No es por ser aguafiestas ni nada pero ya es más de media noche y tenemos que instalarnos este domingo para iniciar el lunes con normalidad – explicó Inoichi - si bien entendí tanto Ino como Kankuro y Temari ingresarán a la Academia Konoha, así que ¿por qué no acampamos aquí en la sala y mañana ordenamos todos los detalles? – sugirió.

    -Sí por favor – se atrevió a decir una de las sirvientas y luego se cubrió la boca avergonzada de que se haya escuchado tan fuerte lo que debió ser un susurro. Todos empezaron a reír avergonzándola aún más.

    Dicho y hecho, cada uno de los habitantes de esa mansión durmió allí en el salón principal y al amanecer, luego de desayunar, en conjunto se ayudaron a instalarse en las respectivas mansiones para ahorrar tiempo ya que la siguiente semana comenzarían a llegar los miembros de los otros clanes.



    Ya les había dicho antes ¿no? Pertenezco a un poderoso y antiguo clan shinobi, pero no soy el único, Gaara también pertenece a su propio clan shinobi y justo este año recibiremos la “llave” que retiene nuestro sello. ¿Quieren saber qué pasa? Hay nueve clanes en total, representados por una criatura mitológica cada uno, con técnicas particulares de cada clan que en el principio – o eso dice mi mamá – fueron creadas para servir a las diosas de la creación y protegerlas del peligro que implicaban sus poderes.

    “Cuenta la leyenda que en el inicio tres poderosas diosas se unieron para crear la Tierra, la construyeron con principios naturales físicos y espirituales que la convirtieron en un paraíso, pero una de ellas predijo la destrucción de su creación por el mismo poder que la había creado, así que solicitó al primer hijo de la Tierra que separara los cuerpos y espíritus de las dos mayores y él así lo hizo: encerró el cuerpo de ambas en la Luna y dividió su espíritu en nueve fuerzas integradas por dos polos conocidos como Ying y Yang a los que se les llamó Bijū, entregó uno a nueve familias dejándoles el mensaje de que con esa fuerza debían proteger a la tercera diosa, a quién él le quitó su inmortalidad para forjar una llave que ocultó en sus ojos. También les dijo que ese poder estaba sellado y solo podrían ocuparlo cuando el hijo elegido de cada clan estuviera en edad ante la luna llena y las tres diosas se presentaran, entonces la llave aparecería en los ojos de un hijo propio, dándoles por una noche el cuerpo original y las nueve divisiones de se volverían dos y esas dos se harían nueve, y cada hijo recibiría en su cuerpo la propia: espíritu, sello y llave. Y así cada uno disfrutaría siendo el Jinchuriki del poder que de las dos resulta y la tercera miraría al futuro infinito de la Tierra siendo protegida por el poder de la primera y la segunda”.

    El día que cumplí trece años había luna llena, llegaron “ellas” y la ceremonia se realizó pero nada de lo que en la leyenda dice pasó, no recibí en mi cuerpo el poder de ningún ser sobrenatural ni la llave de nada, lo único que hicieron fue tatuarme el abdomen con unos extraños símbolos y cuando Gaara cumplió sus trece, también había luna llena y tampoco pasó nada de lo que cuenta esa leyenda, solo le hicieron un tatuaje en el lado izquierdo de su frente, creo que usaron tinta especial porque a veces puedo sentir los grabados en mi piel pero no se notan, igual pasa con Gaara.

    Como sea creo que todas estas ceremonias son para mantener buenas relaciones de solidaridad y cooperación con los otros clanes y con esas tres chicas raras y su séquito de raros, para mantener las costumbres que se iniciaron siglos atrás. Quizás esa fuerza espiritual a la que se refiere es en realidad el sentimiento de compañerismo además del poder económico-social que obtienes al establecer este tipo de relaciones. Sea lo que sea… no sería posible que esa leyenda fuera cierta.



    gracias por darse el tiempo de leer mis locuras

    Matta ne :)
     
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    Aprendiendo Yaoi
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    Diooosssss!!!!! Pero que leo!!!???? Jamas había visto tanta familia reunida mas que en mi casa jaja menos mal que tienen donde aventarla por que yo ni de chiste mi casa explota y bien... No EH tenido tiempo de leer tus otros fics además que... Mi sharinflan se puso nena y mis ojos lloraban sangre de tanto usar el susana jajaja esa susana que me pica los ojos! En fin gracias a ese mapa entendí la geografía muy bueno muy bueno estoy realmente emocionada por saber que pasara Adry ya estoy mejor de mi sharinflan pero aun no estoy del todo bien tendré que operarme los ojos para eso jajaja y pues excelente capitulaso! Grite cuando le vi que morí! Y bien ahora... Muero por saber si lo que dice Naruto es verdad.... Esa tradición al parecer fantástica es solo un mito o realidad mmmmm me encanto la explicación hasta me sentí en ella. Pobre de la familia hasta han de subirse le el azúcar a todos con tantos sibidones de adrenalina jaja y Naruto parece un osito querido por todos y...
    Excelente control de personajes y kyyyaaaa!!!! Esperó la conty y pues ahhh mis ojossss!!! Jiji un leve sacrificioo.
     
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  8. Adry_black
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    Ah gracias por el comentario mi linda Mati-chan.

    solo quería decirte que la segunda parte ya está a medio camino :)

    También quería preguntarte si querías algún capítulo especial, así voy viendo donde lo meto jeje, por el pasado de kiba y ”Menma" ya tengo la trama, solo debo de trascribirla y editar algunas cosas.

    por cierto gracias por el cumplido, fue difícil integrar a todos los personajes pero lo logré y menos mal entendiste el croquis que hice jeje.

    Ya quisiera una mansión así yo. cuando mi familia viene es todo un caos, la idea de acampar en la sala no creas que salió de la nada, mis tíos se adueñan de mi cuarto y toca dormir en el piso, sin almohada y con frío. mi familia es aún mas grande que la de Naru por eso no me costó acomodarlos en la casa. Mi papá tiene 4 hermanos (dos y dos) cada cual con cuatro hijos, excepto la menor que solo tiene uno. mi mamá tiene 5 hermano@s cada uno con al menos tres hijos y ellos (solo los hombres) que tienen otros hijos a parte. así que es en estos casos que agradezco que mi vecino sea mi tío paterno y el del fondo del pasaje sea mi tio materno porque si no... no podría soportarlos a todos en mi humilde casita.

    trabajaré duro para que la segunda parte esté rápido y espero que también te guste.




    regresando al tema de los capítulos especiales...

    si alguien quiere saber sobre el pasado de Naruto, solo tienen que pedirlo usando el nombre que tiene Naruto en ese tiempo y yo lo escribiré.

    gracias


    Matta ne

    :)
     
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  9. Adry_black
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    hola

    Yo por aquí por primera vez en mucho tiempo publicando conty´s tan seguido.

    La verdad es que estaré completamente ausente estas dos semanas y no me quería ir sin antes terminar este capítulo. no recuerdo haberme emocionado tanto a la hora de escribir un capi asi que con lo largo que quedó tuve que dividirlo en dos partes... así que esta es la segunda parte, espero que la disfruten.

    y recuerden que lo de los capítulos especiales de retorno al pasado sigue en pie, solo digan el nombre que usaba Naruto en ese entonces y les contaré las gloriosas aventuras que vivió mientras.

    ahora sí... a leer


    CAPÍTULO V “QUE INICIE EL JUEGO”


    PARTE 2 ♠♠UNA PARTIDA SANGRIENTA♠♠




    LUNES



    -Entonces… ¿dejarás de ser nuestro compañero? – preguntó Shino anteriormente dada por el rubio.

    -Así es, a partir de la otra semana estaré en la sección 2B con Kakashi-sensei y mi prima Karin – aclaró con desgano – no quiero dejarlos – confesó triste.

    -No nos estás dejando – contradijo Gaara – solo te cambias de salón no de escuela, ni de país… menos de mundo – su tono neutro lo hacía sonar como un insensible – nos reuniremos en cada recreo…

    -Si Naruto-kun aún seremos amigos – motivo Hinata – hablaremos en los recreos, durante la hora del almuerzo, de camino a casa y también saldremos juntos los fines de semana – esa explicación parecía que buscaba convencerse a sí misma y no al rubio.

    -Gracias chicos, son geniales – agradeció más convencido y con una leve sonrisa.

    Mientras que para Naruto el día se le había pasado de largo, para el azabache había sido lo contrario, tenía más de una hora desde que salió de su última clase y ese multifacético no llegaba, y lo peor del caso es que sabía que tenía que esperar media hora más antes de que ese dobe saliera de clases.

    A paso lento se encaminó hacia el área de las piscinas, donde previamente acordó con el azabache que se reunirían pero su camino se vio interrumpido por lo que estaba considerando la peor piedra jamás atorada al interior de su zapato, realmente se estaba hartando de él.

    -¡Vaya vaya! Pero mira nada más a quien tenemos aquí, si es nada más que Uzumaki Naruto – dijo Kiba – ¿No puedes mantener la boca cerrada eh? Por tu culpa la directora me puso a lavar los baños.

    -Y a mí también – intervino Chōji – y lo peor es que nos amenazó con expulsarnos permanentemente si seguíamos golpeándote dentro de la escuela.

    -Pero no te confíes – advirtió el castaño – esta me las pagarás así que será mejor que te cuides la espalda, no vaya ser el diablo – dicho esto ambos jóvenes se fueron.

    -Naruto aquí estás – dijo Karin llegando a la par del rubio – ¿Nos vamos?

    -Lo siento Karin, recuerda que tengo que ir a cumplir el castigo con el Uchiha ese – dijo molesto y algo despectivo.

    -¡Ah claro! Entonces te esperaré en la cafetería, le llamaré a mi tía para informarle – dijo caminando en dirección a la cafetería.

    -Nos vemos más tarde – gritó a modo de despedida.

    Maldijo una y otra vez el día que lo conoció, arruinó todos los planes que tenía para el ciclo y por si fuera poco tendría que estarle viendo la cara a cada rato y cuidando que no se metiera en problemas. Ya había notado lo difícil que serían esos cinco meses junto a ese dobe, lo único bueno que saldría de todo eso es ue mejoraría, o eso esperaba, sus notas en biología.

    -Perdón por la demora – esa voz lo alejó de sus pensamientos – ya podemos comenzar sugirió.

    -Dividamos el trabajo – ordenó prepotente.

    --¿Qué? Pero la directora dijo que teníamos que trabajar juntos – no le estaba gustando la idea del azabache, eso retrasaría sus planes.

    -No me importa, tú limpias por un lado y yo por el otro.

    -¡Ni hablar teme! No dejaré que vayas a limpiar los espacios fáciles como la biblioteca y me dejes a mí en el asqueroso salón de deportes – no podía dejar que Sasuke le ordenara, primero por la misión y segundo por orgullo.

    -Assh pero que fastidio – quejó entrando al área de las piscinas. El rubio sonrió complacido.

    -¿Cómo organizaremos el trabajo? – se aventuró a preguntar.

    -Primero aquí, luego el salón de deportes y después la biblioteca – respondió autoritario.

    Comenzaron el trabajo en un profundo silencio pero ante el aburrimiento Naruto comenzó a tararear una canción una canción bastante conocida por el azabache que lejos de callarlo empezó a imitarlo tarareando la canción.

    -Tides of Time de Épica – nombró el azabache – debo de admitir que tienes buenos gustos dobe.

    -¿Qué esperabas teme? – lanzó una pregunta retórica.

    Terminaron de limpiar el área de las piscinas y le pusieron la cubierta para que no se ensuciara el agua, aunque primero le dejaron caer una capsula de cloro y asearon las regaderas.
    Salieron de allí y fueron al salón de deportes y estuvieron ordenando los balones de los diferentes deportes que los involucraran, asearon las regaderas que allí había y luego fueron a limpiar el gimnasio donde estaba la cancha de básquet.

    – Teme estoy aburrido – dijo desganado – y si hacemos algo divertido – sus ánimos se alzaron de improvisto.

    -¿Cómo qué? – preguntó interesado pues él también estaba aburrido.

    -Como echar mucha cera a la cancha de básquet – dijo sonriendo por su malévolo plan – te imaginas a todos resbalando de aquí para allá – y luego soltó una carcajada.
    -Nos meteremos en problemas – dijo molesto cruzando los brazos.

    -¿Y qué? De todos modos ya estamos castigados – además, no te gustaría ver la cara de Gai-sensei jajaja – rió imaginando todas sus facciones.

    El azabache cogió la botella de cera líquida y roció mucha de ella en el piso.

    -Adelante – le dio el trapeador – espárcela por toda la cancha entonces.

    El rubio obedeció si reproches y se dispuso a trapear toda la cancha él solo.

    -Veamos si funciona – dijo el azabache empujando al rubio y éste último se deslizó gran tramo antes de caer de sentón – vaya debiste verte – agregó sonriendo.

    -¡Teme! – gritó con un puchero el rubio – duele – susurro.

    Salieron del salón de deportes y se dirigieron a la biblioteca. Al llegar se sentaron un rato, no habían parado ni un segundo a descansar y ya se merecían uno.

    -Haremos una distribución del lugar o no terminaremos hoy – dijo el azabache – no pretendo quitarle el polvo a cada bendito libro de este lugar, así que solo hay que cerciorarnos de que todos los libros estén donde corresponden y hay que limpiar las mesas de estudio.

    -Me parece bien – dijo un poco cansado – tú de ese lado – señaló los pasillos de la izquierda – y yo de este otro – señaló la derecha.

    Sin mediar otra palabra ambos se fueron al lugar acordado, mientras Sasuke hacía una revisión algo rápida de los códigos de los libros para asegurar su debida correlatividad, Naruto recogía los libros que los desordenados dejaban en las mesas y los seccionaba de una vez para saber dónde ir a meterlos, luego Sasuke también hizo lo mismo que Naru. Así comenzaron a invadir el pasillo de otro una y otra vez.

    -Trabaja más rápido dobe – ordenó el azabache al ver lo lento que el rubio hacía su trabajo.

    -Disculpe usted jefe – dijo sarcásticamente y siguió con su trabajo – maldito suéter – quejó soplando al interior de este – mejor me lo quito – se dijo eso a sí mismo, no sabía que era escuchado y observado. Se quitó los lentes y los puso en la mesa, luego se sacó el suéter y casi se arrancó la corbata, desabrochó algunos botones de su camisa abanicándose con la mano – mucho mejor – suspiró y cogió los demás libros para ubicarlos donde correspondía – ¡Mierda! – vociferó al notar que uno de los libros correspondía al último nivel de la repisa - odio ser tan pequeño ¡Maldita sea! - se puso de puntitas y estiró su brazo pero no pudo poner el libro donde iba – Estúpidas libreras altas, estúpido libro, estúpida biblioteca ¡Maldita sea mi suerte! ¡Maldita sea mi estatura! – sus ojos brillaban de rebosante odio.

    -¡Hmp! Aparte de hablar solo también eres muy malcriado – dijo el azabache quitándole el libro para fácilmente ponerlo donde correspondía.

    -¡Estúpido teme de mierda y tus 10cm de más! – quejó cruzándose de brazos, el azabache sonrió molesto.

    -¡Tsk! Yo no tengo la culpa de que seas un enano dobe – renegó ofendido pero no pudo decir nada más pues se perdió en ese intenso color azul. Su peculiar brillo cargado de ira, su tamaño, esas pestañas curvadas y un tanto largas… era como si hubiese dos zafiros reemplazando los ojos de aquel chico. Unas gracias pronunciadas por el rubio lo sacaron de su ensoñación y al darse cuenta de eso se sonrojo y se fue sin decir nada más.

    -¡Qué tipo este! – murmuró sobándose las sienes - ¡Maldición soy un idiota! – se insultó al notar que no se había puesto los lentes.

    Terminaron el trabajo y cada uno se fue por caminos distintos. Naruto llegó donde Karin y allí se encontraba Gaara e Ino también.

    -Naru tardaste mucho, Kushina oka-san nos quiere en media hora en la casa – dijo preocupada.

    -Bien vayamos entonces – dijo y salieron a paso estilo maratón.

    Un pequeño inconveniente los detuvo en la salida, era Kiba y su grupo que lo estaban esperando.

    -Hazte a un lado o te patearé el trasero – advirtió Gaara monótonamente.

    Kiba lo miró molesto y se hizo a un lado pero le gritó al rubio.

    -Cuídate Naruto – fue con tono burlesco – no tendrás suerte a la próxima.

    Abordaron un bus de transporte colectivo para llegar más rápido, se bajaron una cuadra antes de llegar a su casa y corrieron como almas que lleva el diablo para llegar a tiempo. Como Naruto explicó a su madre que había que limpiar mucho ella decidió dejarle pasar esta llegada tarde y le autorizó a llegar más tarde durante la semana.



    MARTES




    -¡Naruto baja en este instante! – gritó Kushina por las escaleras – si no bajas ya te irás sin comer y sin dinero – sentenció.

    -Ya estoy aquí – anunció y su madre frunció su entrecejo.

    -¿Dónde está tu suéter? – preguntó molesta – sabes que no debes enfermarte.

    -Mamá si me pongo ese suéter me dará insolación – exageró haciendo un puchero – me imaginas en el hospital desmayado a causa del terrible calor que hace – la peli-roja desistió.
    -Ruega porque no llueva hoy – confirmó el permiso y el rubio sonrió.

    Comió de prisa pues Karin y Gaara ya habían terminado y amenazaron con irse sin él, la única que le estaba esperando era Ino. Se lavó los dientes y logró salir con sus tres primos.

    -Hoy no te esperaré Naru – habló Karin sentándose a la par del rubio en el colectivo – no tendremos práctica de porristas y quiero adelantar un proyecto escolar que tengo.

    -Está bien – dijo el rubio.

    -Yo te puedo esperar – sugirió Ino desde atrás de los chicos.

    -No – dijo cortante el rubio – será mejor que regreses con Karin, no sea el diablo y te pase algo.

    -Naruto tiene razón – opinó Gaara que estaba sentado en el asiento de a la par del de Naruto – nadie sabe que tú y Naruto son familia y es mejor que así se quede.

    -Está bien – habló resignada.

    Bajaron del bus y mientras Karin e Ino se iban para un lado, Gaara y Naruto se fueron por otro. No solo estaban en secciones diferentes si no que las secciones estaban en niveles diferentes, que de hecho los pasillos tenían una enorme letra a los costados “A” o “B” de acuerdo a la sección. Eso era así tanto en los edificios de educación básica como en intermedia. El edificio para las especializaciones técnicas (ingeniería, contaduría o economía, promoción social, hostelería y turismo, mecanografía y computación) tenía la letra “C” en la parte exterior. Los edificios administrativos tenían la letra “D” en sus costados exteriores y los edificios compartidos (donde estaba la biblioteca, el salón de música el cine-teatro, los auditorios, salones de usos múltiples, las canchas, el área de las piscinas y el salón de deportes, el edificio destinado a los diversos clubs, etc.) tenían la letra “E” a sus costados. Todo esto pensado para relajar las tensiones existentes entre las secciones.

    -Llegas tarde teme – recriminó el rubio ya por la tarde luego de esperar a Sasuke por casi media hora.

    -Ah claro! Tú si puedes llegar tarde pero yo no – le dijo ofendido – mejor apresúrate tú que no soportaré pasar tanto tiempo a tu lado.

    ¬-¡Jódete! – dijo entre dientes el rubio solo para sus oídos – muy bien – le sonrió – trataré de no estorbarte mucho.

    Esa actitud lo dejó perplejo, desde la primera vez que se vieron se la habían pasado ofendiéndose y hoy el rubio parecía no estar afectado, hasta le había sonreído de manera coqueta… Claro allí estaba la respuesta, ese rubio había caído igual que todas las chicas, o eso pensó el azabache y la imagen de esos ojos azul profundo invadió su mente.

    -No te quedes ahí parado teme y mueve tu trasero – le gritó el rubio desde la puerta del edificio – yo tampoco pretendo estar contigo toda la tarde.

    La biblioteca se había vuelto un zona de peligro para Sasuke, durante habían limpiado las piscinas y el salón de deportes todo había estado tranquilo pero en la biblioteca esa tranquilidad se fue por la borda.

    Un libro se había estrellado en su rostro luego de haberse burlado del rubio por usar las escaleras para alcanzar los estantes más altos. Más tarde, no se fijó y chocó contra esas escaleras donde estaba el rubio y a consecuencia sirvió de colchón para Naruto.

    -No digas nada que es tu culpa – quejó poniéndose de pie y ofreciéndole su mano al azabache el cual la aceptó adolorido.

    -¿Ya vas a terminar? – cuestionó.

    -Sí ya casi – respondió cogiendo más libros para ir a otro estante a acomodarlos y siendo observado por el azabache.

    Como no quería usar las escaleras decidió pegar un saltito apoyado en el estante y meter el libro pero no le funcionó y atrajo el estante sobre él que había caído de sentón al piso, la librera le habría aplastado de no ser porque Sasuke uso su cuerpo para detenerla, pero los libros sí cayeron casi todos al piso.

    -¿Por qué no piensas en lo que haces dobe? – preguntó aún sosteniendo la librera con su cuerpo.

    -¡Ups! – fue lo único que pudo pronunciar por demás avergonzado y recogiendo los libros.

    -¡Deja eso dobe y ayúdame! – gritó el azabache.

    -¡Perdón! – pidió avergonzado mientras ayudaba a enderezar la librera.

    -Eres una zona de desastres – expresó molesto.

    -Yo de verdad lo lamento – dijo triste – gracias por salvarme – acto seguido le dio un beso en la mejilla al azabache de manera inconsciente.

    -¡¿Qué carajos crees que estás haciendo dobe?! – gritó incómodo ante la situación.

    -Relájate, ni que hubiera sido en la boca – trato de mostrarse tranquilo pero por dentro se estaba maldiciendo a sí mismo por ese acto tan bochornoso y por lo dicho antes, es como si le dijera que pudo haber sido en la boca, o sea, sí estaba dispuesto a besarlo en la boca… se sonrojó.

    -¡Ni lo sueñes! No dejaría que alguien tan feo como tú me bese – ofendió al rubio.

    -¡AAh! O sea que si yo fuera un chico guapo si te dejarías besar por mi – afirmó burlesco - ¿Sasuke… no será que eres gay?

    -Mu…e…re…te – pidió – no soy gay así que pierde las esperanzas dobe, jamás me fijaría en ti, no importa que cómo te veas.

    -Qué será que no te creo teme – acusó – además no es como si yo tuviera algún interés amoroso en ti.

    -Jajaja claro – dijo sarcástico – mejor date prisa que yo no pienso ayudarte con todos esos libros, fue tu culpa por distraído.

    -Recuerda lo que dijo la directora – le sugirió – tú pagarás por mis errores – rió complacido al ver la cara de molestia del azabache, más al momento en que éste se puso a recoger los libros.

    Terminaron pasadas las 7:00 pm estaba claro que la madre del rubio le mataría si llegaría una hora más tarde de lo acordado y para colmo… llueve. Una tormenta los retenía en la salida del edifico donde estaba la biblioteca, un estornudo producido por los labios de Naruto llamó la atención de Sasuke que empezó a reírse.

    -¡Cuéntame el chiste teme! – gritó molesto a sabiendas de eso que causaba las risas del más alto.

    -Toma – le arrojó su chamarra al rostro – deberías dejar uno de esos “lindos” abrigos que usas aquí – se burló – y adivino… no andas ni paraguas ni capa – el rubio negó avergonzado - ¿Qué no sabes que cuanto más calor hace más probabilidades hay de que llueva?

    -Esa condición no aplica en todos lados teme, así que no trates de achicarme con eso – replicó molesto, pero aún así se puso la chamarra y sin querer estornudó de nuevo.

    -Toma – le dio el paraguas – no me malinterpretes, es solo que si enfermas tendré que hacer todo el trabajo yo solo – aclaró frío.

    -Yo creo que realmente te preocupas por mi – dijo tomando el paraguas y extendiéndolo – gracias, eres muy tierno – rápidamente se acercó a él y beso su mejilla – nos vemos mañana – gritó al momento de salir corriendo con el paraguas sobre él.

    El azabache se quedó inmóvil por un momento, la venita en su frente palpitaba tanto que parecía que iba a explotar, rió como desquiciado y sus ojos reflejaban ira pura y comprimida.

    -Ese dobe es más atrevido que las chicas – murmuró molesto – no permitiré que piense que tiene oportunidad conmigo, preferiría que me cayera un…

    Se quedó callado al escuchar el estruendoso sonido de un rayo que había impactado bastante cerca. En ese momento sudó frío y mejor se fue de allí.

    Al llegar Naruto a su casa su madre lo esperaba con una cara de espanto, su labio superior temblaba al igual que se percibía el tic en su ojo. Naruto se dejó caer al suelo e hizo la más significativa de las reverencias, por poco y le besa los pies a su madre.

    -Cuenta… ¿qué ha sido tan importante como para romper una simple regla eh? – preguntó para nada comprensiva, el rubio sabía que de su respuesta dependía su integridad física.

    -Sasuke – susurró no ocurriéndosele más nada. El semblante de Kushina cambio a uno de intriga que obviamente no supo disimular y sin necesidad de preguntar Naruto le dio la respuesta – estuvimos juntos toda la tarde y hubo un pequeño accidente en la biblioteca y todos los libros de un estante se cayeron y luego llovía y yo no andaba ni suéter ni paraguas ni capa y tenía frío y el teme se burlaba de mi y… y luego me despedí de él con un beso y… y luego cayó un rayo y me asuste mucho – lo dijo de corrido casi sin hacer una pausa para respirar.

    -¿Accidente?... ¿Teme?... ¿Beso?... ¿Rayo? – Kushina no podía procesar la información – beso – susurró perpleja - ¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?!

    Todos habían escuchado, hasta los sirvientes, eso era una verdadera telenovela, Kushina estaba a punto de explotar y Naruto había confesado que besó a un chico, no importaba que tan inmiscuidos en sus asuntos estuvieran todos, cundo Naruto soltó toda esa información y sumado el grito de Kushina, todos dejaron sus cosas por oír la explicación que tenía el rubio por tal acto.

    -Lo besé – susurró sabiendo que estaba firmando su sentencia de muerte – ¡Pero no es lo que crees! – gritó tratando de convencer a su madre – es que Sasuke me dio su chamarra y su paraguas así que en agradecimiento le besé la mejilla… ¡pero fue solo para fastidiarlo! ¡LO JURO! – gritó lo último.

    -¡A ver Naruto! Cuéntame todo desde el principio o voy a colapsar – pidió su madre tirándose en el sillón, el rubio hizo lo mismo.

    -Cuando estábamos en la biblioteca una librera iba a caer sobre mí y Sasuke la detuvo, entonces, inconscientemente le besé la mejilla ¡Le hubieras visto la cara! – dijo sonriente – el dijo que un niño feo como yo no tiene oportunidad con él… así que cuestioné su sexualidad y todo rojo me negó ser gay… ¡pero a mí me late que cuando menos bisexual sí es da'ttebayō! – tan emocionado estaba que ni notó cuando uso su muletilla así que siguió contando – no tardamos mucho recogiendo y reordenando todos los libros y cuando salimos estaba lloviendo – dijo bajándole a sus ánimos - sabía que estaba en problemas y para colmo estornudé – su madre lo vio con reproche – entonces Sasuke me dio su chamarra y también su paraguas… se veía tan mono en ese momento que quise fastidiarlo un poco… así que lo besé en la mejilla y salí corriendo… al ratito de eso un rayo cayó y sentí un escalofrío, ¡fue horrible! – confesó abrazándose a sí mismo.

    -¿No crees que fuiste un tanto grosero con él? – preguntó Nagato sumándose a la conversación.

    -¡NO nada que ver! El teme se merece eso y más – contestó sonriente.

    -¿Por qué lo dices y… por qué le dices teme? – cuestiono de nuevo el peli-rojo.

    -Es que es tan insoportable, siempre con su semblante frío, me recuerda un poco a alguien – contestó mirando de reojo a su peli-rojo primo – pero es más arrogante y altanero, se cree la octava maravilla, tan irresistible… incluso se atrevió a asegurar que este chico – se auto señaló – quiere con él, aaaasssh me enojé tanto con él… pero cuando discutimos parece disfrutarlo, es como si no lo hiciera con nadie más, es como si todo el mundo temiera desafiar su autoridad… pero como yo no me quedo callado, él es tan fácil de irritar que me fascina – declaró sin considerar lo que decía.

    Todos quedaron en shock, Gaara gruñó ante ese comentario y la quijada de todos estaba por los suelos.

    -Naruto… ¿Estás seguro de lo que acabas de decir? – preguntó nerviosa Karin.

    -¡Por supuesto que sí! – declaró sin comprender la pregunta – el teme es una persona interesante y pensándolo bien creo que me voy a divertir mucho en esta misión – concluyo con una sonrisa decidida.

    -Bien… solo no te enamores – sugirió su madre.

    -¡jamás! – Gritó ofendido – ese teme si al caso puede llegar a merecer mi amistad pero mi amor… prefiero que me caiga un rayo – declaró y en ese instante cayó uno que cortó la electricidad de la mansión por unos minutos.



    MIÉRCOLES




    Sin duda el día más tranquilo para ambos, los miércoles tocaba literatura con Kakashi en el salón de Naruto leyendo a “Pedro Paramo” y también en el salón de Sasuke, la diferencia estaba en un par de horas según el horario, también tocaba sociología con Iruka para Naruto, hablando sobre el concepto de anomia según Durkheim, Sasuke por el contrario tenía matemáticas siempre con Kakashi (o sea que pasó casi todo el día con Kakashi) antes de la clase de literatura Sasuke tenía clases de biología con Anko-sensei. El bendito almuerzo fue placentero para ambos, cada quien por su lado con sus amigos. Por la tarde Naruto tenía clases de Historia General con Asuma-sensei y Sasuke llevaba artística con Kurenai-sensei, luego Naruto tenía química con Kabuto-sensei (el más nuevo y más joven sensei) mientras Sasuke veía sociología con Iruka.

    Eran las 4:00 pm, hora en que las dos secciones terminaron sus clases, ese era el único día en que ambos grupos salían al mismo tiempo, fue allí donde las cosas se volvieron complicadas, Sasuke no tenía tanto problema porque su imponente figura alejaba a cualquiera pero Naruto, él si pasó toda una odisea antes de ponerse a salvo lejos de todos esos salvajes que peleaban entre sí, hasta las chicas peleaban sección contra sección. Había varios que trataban de evitar la pelea pero siempre era un caos a nivel general, unas chicas hablaban tranquilamente hasta que una de ellas fue golpeada por accidente.

    -¡Fíjate idiota! – insultó molesta la chica azabache.

    -¡¿Acaso quieres pelea estúpida?! – habló burlesca la peli-roja siempre molesta por el insulto recibido.

    -Como presidenta del equipo femenino de natación sería una completa estúpida si te llegase a aceptar el reto… pero más te vale que tengas más cuidado conmigo – sentenció cruzada de brazos.

    -¡Mira lo mucho que me importa! – soltó con sarcasmo y la abofeteo.

    En ese momento todos las miraron, era normal uno que otro golpe entre los chicos pero las chicas casi nunca pasaban de insultos, ante la posibilidad de una verdadera pelea, todos se hicieron a un lado formando un círculo dejando en medio a las dos chicas, atrás de la peli-roja se encontraba Kiba y su grupo, animándola mientras que en el lado de la azabache estaba el equipo de natación… curiosamente estaban allí Karin, Hinata e Ino.

    Sasuke se acercó haciendo notar su presencia, eso era una clara advertencia a la sección contraria que si decidían intervenir en la pelea de las chicas, él mismo les patearía el trasero.

    Naruto por su parte trataba de llamar la atención de sus primas, era peligroso que permanecieran allí porque donde las viera Tsunade y podían darse por muertas. El rubio tuvo que acercarse para hablar con Karin pero Sasuke le interceptó.

    -No te metas dobe, o terminarás lastimado – advirtió y Gaara se acercó a ellos.

    -Te recuerdo que el Inuzuka tiene bronca contigo Naruto – dijo inmutable el peli-rojo – si te llega a ver de seguro hay pelea doble.

    -Pero Karin… - trato de justificar.

    -Karin nada – dijo el azabache – ella es de mi salón, cualquier cosa yo seré el que dé la cara por ella – Naruto se sorprendió por lo dicho pero su expresión pasó a una de duda.

    -¿Por qué…

    -Porque como “jefe” estoy en la obligación de proteger a los míos de el ataque de otras secciones – explicó el azabache – si Isa decide no pelear seré yo quien responda al reto.

    -Ya veo… ¡Oh pero si es Isaribi-san! – expresó sorprendido – pero… yo quería saber por qué el miércoles pasado no se armó este alboroto.

    -Porque el miércoles pasado mi salón tuvo que salir más tarde por unos compromisos – respondió el azabache sin dejar de mirar a su al frente por si acaso fuera necesaria su intervención.

    -¿Y dónde están los profesores? – cuestionó intrigado y preocupado el rubio.

    -Normalmente ellos no interfieren a menos que haya complicaciones – respondió esta vez Gaara – no les interesa el bullicio que se arma, pero están atentos en caso de que alguien salga herido.

    -Sasuke… – llamó el rubio.

    -¡Qué no me llames por mi nombre te he dicho dobe! – gritó distrayéndose de su objetivo.

    -¡Ay disculpa teme! – Naruto también se molestó – pero… quería saber en que momento vamos a ir a cumplir con el castigo.

    Naruto no obtuvo respuesta pues justo en ese momento se escucho un bullicio, Isaribi había golpeado a la peli-roja con una patada a la rodilla.

    -¡Vamos Tayuya! – gritó Kiba – ¡no me digas que eso es todo!

    La nombrada alzó sus puños a la altura de su pecho adoptando posición de pelea. Los golpes fueron repartidos casi uniformemente, algunos eran esquivados y otros no. La pelea parecía perdida para Tayuya hasta que Kidomaru, un moreno de la pandilla de Kiba, intervino deteniendo un golpe de Isaribi. En ese momento Gaara se encontraba cerca de ellos pues quería sacar a sus primas y a Hinata de allí. Un peculiar peli-negro de camiseta roja con rayas verdes y un short comando verde se molestó por la intervención y trató de golpear a Kidomaru pero este último lo esquivó y le puso zancadillas, como resultado, aquel golpe fue recibido por Gaara.


    {¡YA SE LA ARTÓ!}
    Pensaron dos rubios y una peli-roja.

    Gaara miró maquiavélicamente al responsable de su dolor, obviamente no había visto nada más que el puño de ese extraño chico chocar contra su mejilla. La verdad es que Gaara no es de los que piden explicación sobre las acciones de los demás pero Karin lo detuvo.

    -No ha sido intencional – defendió a su compañero de clases temiendo por su vida – fue culpa de ese otro – señaló a Kidomaru. Sabía que Gaara golpearía a Kidomaru pero muy en el fondo eso era lo que ella quería pues por culpa de ese chico Isaribi había quedado mal parada.

    -Karin, apártense, llévate a Ino y a Hinata, si quieres también a tu amiga – le sugirió – pero no intervengas en mis peleas – ordenó frívolo. La peli-roja se apartó como se lo pidió Gaara.
    El peli-rojo entró al círculo y miró a ambos chicos.

    -La verdad es que les recomiendo trabajar en equipo – dijo en tono neutro – porque en este momento van a pelear por su vida – sonrió sádicamente, esa sonrisa tan poco conocida de Gaara pero que no simbolizaba otra cosa más que sed de sangre.

    No importaba que tan fuertes se supieran los dos chicos, sabían que si no trabajaban juntos… su vida terminaría allí. Kiba sonrió, sabía que su compañero no tenía oportunidad alguna si se enfrentaba al Sabaku no. Sasuke miro un poco lastimero a su compañero, Rock Lee, ese era su nombre, sabía que el chico era muy fuerte pero aún no tenía el poder suficiente para ser rival de Gaara. Sabiéndose las reglas que él mismo había impuesto, Sasuke se acercó a Lee y colocó su mano en el hombro del chico.

    -Descuida, yo arreglaré esto – trató de tranquilizar al pobre – solicito que me dejes ocupar su lugar – pidió Sasuke a Gaara.

    El peli-rojo lo miró molesto, obviamente no iba a aceptar si la persona que le golpeó fue el de verde, no él.


    *inconscientemente le besé la mejilla…*

    *y luego me despedí de él con un beso…*

    *Lo besé*

    * él es tan fácil de irritar que me fascina*…. * él…me fascina*


    -Acepto – dijo sin más el peli-rojo.

    -Yo también quiero entrar – habló Kiba – solicito cambio con mi compañero – Gaara sonrió, esa era la oportunidad perfecta para patear el trasero de Kiba y desquitarse por robarle la atención de “Menma” años atrás.

    -Está bien… pero a cambio quiero algo que me pertenece – chantajeó y Kiba entendió perfectamente a lo que se refería.

    -No son tuyos – quejó Kiba – pero si en serio logras ganarme entonces te los daré.

    -Trato hecho – Gaara sonrió y adoptó posición de combate estilo Kung Fu. La postura de Sasuke fue más al estilo Muay Thai y Kiba como de Karate.

    -Esto va a ser largo – quejó el rubio – aunque ciertamente me interesa saber que tanto ha mejorado Kiba – susurró - y también quiero ver al teme, debe ser bueno si le tienen tanto miedo – pensó en vos alta.

    -¡Cállate Naruto! – gritaron al mismo tiempo el azabache y el peli-rojo avergonzando al mencionado.

    -¿Quién va primero? – cuestionó impaciente.

    -Has dicho que hiciéramos equipo – le recordó Kiba.

    -No es por nada pero… prefiero perder antes de juntarme contigo – confesó el azabache y el peli-rojo soltó una carcajada. Todos le miraron asustados, ciertamente él era más simpático cuando andaba serio de lo que era cuando reía.

    Gaara corrió rápidamente hasta quedar frente a Kiba y darle una patada de giro lateral media alta que el Inuzuka a penas pudo retener con la defensa de sus brazos. Sin perder tiempo Gaara siguió pateando tratando de romper la defensa del otro. Sasuke se sintió olvidado y con un golpe alto de rodilla que servía de ataque y a la vez de defensa, trató de golpear la retaguardia de Gaara, pero el golpe no surtió mayor efecto pues con una patada de giro vertical en reversa logró quitarse a Sasuke de “encima”, Kiba aprovechó eso y con golpes de palma golpeó el abdomen de Gaara, luego combinó fuerza y rapidez y uso su cuerpo para derribar al peli-rojo.

    Estando a punto de caer, Gaara apoyó sus manos en el suelo y giró en reversa aprovechando el mismo giro para patear a Kiba, cosa que funcionó, rápidamente avanzó y lo sujetó del cabello y le golpeó la cara con su rodilla. Iba a dar el golpe final cuando una patada a la altura de su nuca lo derribó a él. Sasuke inmediatamente continuó lanzando patadas que difícilmente eran contenidas por el peli-rojo que yacía sentado en el suelo. Arto de la situación, Gaara se puso de cuclillas y esperó a que el azabache lanzara una patada para el lanzar una pero baja a modo de zancadillas. Sasuke perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer pero realizó la misma técnica que Gaara uso contra Kiba, incluso golpeo al peli-rojo en el proceso.
    El público enloquecía de emoción, ver al heredero de la dinastía en combate libre Ranma… eh Sabaku no Gaara ser golpeado por el “rayo azul de la escuela Furinkan” kuno… este… Uchiha Sasuke… Bueno, la cosa es que el combate se ponía cada vez más ardiente y P-chan, que diga, Kiba se estaba reincorporando para atacar él también.

    Kiba golpeo uno de los costados de Gaara y Sasuke le golpeó el rostro con una patada giratoria horizontal, sin tiempo de caer, el peli-rojo fue golpeado por el castaño a puño cerrado directo en su nariz, al tiempo que Sasuke se agachaba para meterle zancadillas de la misma forma en que lo hizo Gaara antes. Tanto el castaño como el azabache se posicionaron frente al peli-rojo de manera defensiva. Sangre empezó a correr de la nariz de Gaara y al notarlo empezó a reír de manera aún más macabra que la vez anterior.

    -Así que por fin se ponen serios – habló poniéndose de pie y sacudiendo el polvo de sus prendas – ya era hora.

    Dicho eso corrió hacia Sasuke dispuesto a darle un puñetazo pero el azabache puso sus manos como escudo, Gaara sonrió y sujetó el brazo izquierdo de Sasuke, se giró sobre él llevándoselo al hombro y con su pie se ayudo a alzar al azabache derribándolo con esa simple técnica. No esperó a que Sasuke terminara de caer cuando atacó al castaño, intercambiaba defensa y ataque de una mano a la otra, golpeando con palmas al castaño y desviando sus golpes a la vez, logró sujetar una de las muñecas del castaño y girando su cuerpo bajo ella le aplicó una llave de presión, torciendo su mano estaba cuando el azabache atacó con patada triple la improvisada defensa. El peli-rojo tomó por los hombros a l castaño y lo utilizó como escudo de las terribles patadas del azabache.

    Primer noqueado.

    Nada más faltaban 10 minutos para que el reloj marcara las 5:30 pm. Naruto estaba frustrado porque tendría que limpiar, saldría más tarde y le castigarían además, por todo lo que Sasuke estaba haciendo. Antes de que Gaara pudiera tacar a Sasuke, Kakashi-sensei se colocó en medio de ambos y con una mano a cada costado detuvo el pie en el aire de ambos chicos, jaló de ellos dando un giro lateral de 180° y soltando a los dos, los mandó a volar.

    -Ya fue suficiente, a la oficina de la directora, los ocho – sentenció.

    ¿Ocho? Todos se preguntaban eso, técnicamente los involucrados habían sido siete: Tayuya, Isaribi, Kidomaru, Rock Lee, Kiba, Sasuke y Gaara. ¿quién más además de ellos?

    Los ocho emprendieron su camino hacia la dirección, todos quedaron perplejos ante la imagen de ese rubio caminando cabizbajo justo detrás de Sasuke, en el último lugar. Nadie entendía que tenía que ver el rubio en todo eso y ciertamente tampoco lo supieron.

    -¡¿CASTIGADO?! – Gritó Kushina ya por la noche, Naruto no había cumplido con el castigo habitual pero tuvo que asumir el castigo de Sasuke - ¿y por una pelea? Eres todos un masoquista ¿Cierto? – preguntó con una sonrisa - Tanto te gusta que te castigue que te las arreglas siempre para romper mis reglas.

    -Pero no ha sido mi culpa – se defendió – Gaara enloqueció después de que lo golpearan y contra quien peleo fue Sasuke, y como él y yo estamos encadenados, he tenido que ser castigado yo también… además, es por cumplir la misión - recordó y su madre relajó sus facciones.

    -¿Cuenta, qué castigo es? – preguntó con desgano.

    -Pues la abuela dijo que si el teme no aceptaba el castigo del que hablaron antes, entonces le mandaría una nota a los padres Uchiha y la vida de éste terminaría allí, así que Sasuke aceptó el trato, luego nos dejó salir… pero ninguno de los dos me quiso explicar de qué iba el castigo – explicó – así que yo tampoco sé, la abuela dijo “pronto lo sabrás” y me cerró la puerta en la cara – hizo un puchero.


    JUEVES




    -Teme exijo que me digas de qué trata el otro castigo – pedía el rubio detrás del azabache mientras limpiaban en el salón de deportes – si tengo que compartir eso contigo al menos dime de qué se trata.

    -¡Cállate Naruto! – gritó desesperado el azabache, tenía una jaqueca de los mil demonios por los certeros golpes de Gaara.

    -Pues no me callo hasta que no me digas qué es – sentenció.

    -¡ES UN PUTO CONCURSO MIERDA! ¿YA PUEDES CERRAR LA PUTA BOCA DE UNA PUTA VEZ PEDAZO DE MIERDA? – gritó molesto, Naruto abrió los ojos sorprendido por el grito, se ofendió y se sintió un poco ultrajado.

    -¡Jódete pendejo! – le devolvió Naruto – el que debería estar molesto sería yo por tu culpa… y resulta ser que vienes y todavía me gritas… ¡El pedazo de mierda eres tú! – contra atacó.

    -Para ya por favor – suplicó molesto - ¿Qué no entiendes que en este momento me eres más insoportable de lo habitual? Calla antes que te golpee – advirtió y rubio sintió unos inexplicables deseos de llorar.

    -¡Al diablo contigo! – pronunció débilmente dejando una píldora de ibuprofeno sobre un archivero, siendo completamente captado por Sasuke.

    Salió casi corriendo del lugar en dirección a la biblioteca y se dispuso a ordenar los libros como alma que lleva el diablo, su vista se empañaba y esos estúpidos lentes no le servían en lo absoluto, se los quitó bruscamente y los apretó tanto que acabó por romperlos, se percató de eso al sentir el dolor provocado por un pequeño cristal incrustado en la palma de su mano. No le importó y siguió ordenando su parte, quería terminar antes que el azabache llegara y así lo hizo. Sacó de su maletín una bolsa con la chamarra del azabache en ella, la puso sobre la mesa unto al paraguas y justo en ese momento entró el azabache.

    -Lo… lamento dobe – pronunció con dificultad, y cómo no si un Uchiha no se disculpa todos los días.

    -Olvídelo Uchiha-san – habló monótono sin darle la cara – le pido que terminemos nuestro castigo por separado, yo me encargaré del salón de deportes mañana y usted lo hace de las piscinas y la biblioteca… y él sábado lo hacemos a la inversa – aclaró pasando a su lado – El lunes que me pase a su salón hablaremos sobre las asesorías de biología… con su permiso – hizo una pequeña reverencia y estuvo a punto de salir cuando el azabache lo sujetó del brazo y lo estrelló contra una librera poniendo sus brazos como barrera anti-escapes.

    -¡Óyeme, ya te pedí disculpas! – le dijo molesto por actitud que tenía – no sabes lo difícil que es para alguien como yo pedir disculpas… así que deja el melodrama y espérame dobe – le ordenó - ¡te comportas peor que una colegiala caprichosa! – agregó molestando al rubio que a pesar de todo no le daba la cara.

    -¡No es capricho idiota, se llama dignidad! – le gritó aún ofendido – no tenías porqué disculparte, no es como si tu y yo tuviéramos una relación, así que no te preocupes – se zafó de la “prisión” en la que estaba y comenzó a caminar a la salida.

    -Así que es eso… estás molesto porque rechacé tus sentimientos – concluyó y el rubio paró en seco – pero lo siento, ya te dije que yo no podría salir con alguien tan feo como tú.

    Al rubio se le aguaron los ojos, aún no se explicaba por qué se sentía así, quería llorar y a la vez partirle la cara a ese estúpido… quería hacer tantas cosas y a la vez ninguna.

    -¡¿Y quién putas dijo que yo quería una relación de esas contigo imbécil?! – gritó sin retener sus lágrimas – lo único que quería es que fuéramos amigos… pero tú no vales la pena ¡Maldito arrogante con complejo de adonis!

    En ese momento se vio envuelto en un abrazo cortesía del azabache, por alguna razón Sasuke sintió empatía por el pobre rubio que lloraba frente a él, un sentimiento completamente nuevo para el azabache: jamás le había importado que tanto lloraran a su enfrente, simplemente le valía. Pero algo en esos ojos azules que por segunda vez en la semana le cautivaban le hizo abrazar al rubio.

    -¡Suéltame teme! – gritó el rubio rompiendo el abrazo – pareciera que el enamorado fueras tú, no tienes ni idea de lo repulsivo que me resulta eso – le dijo frío y despectivo.

    Sasuke se ofendió ante eso, la azulina mirada del rubio era gélida y denotaba su desprecio. De igual forma el cambió su semblante al mismo de siempre, ese arrogante y autosuficiente chico que no se inmuta ante las desgracias ajenas.

    -Bien – le respondió tosco – quédate limpiando el salón de deportes y yo en las piscinas y aquí… y el sábado cambiamos lugares – Dicho eso Naruto se fue.



    VIERNES




    Tan rápido, tan de prisa, tan violento, tal brutal… el día se fue de corrido, Naruto parecía tranquilo, decidió no comentar nada en su casa sobre su pelea con el Uchiha, y es que por alguna razón inexplicable según él, no pudo controlarse y olvidando su misión prefirió defender su dignidad. Obviamente no le podía decir eso a su madre porque lo castigaría a él y mandaría a matar al Uchiha, y hoy más que nunca estaba decidido a jugárselas, independientemente si dañaba o no los sentimientos del azabache {¿Cuáles? Si no tiene} pensó para sus adentros. Lo utilizaría a su antojo con tal de destruir al tipo que le quitó a su padre y los condenó a su madre y a él a vivir tan deplorablemente.

    -¡Rápido Naruto! – exigió su peli-roja prima – sabes que a oka-san no le gusta que lleguemos tarde sin darle una previa justificación – por su parte Gaara e Ino ya tenía su rato de haberse ido.

    -Peso sí tengo justificación – se excusó – me demoré más porque nos dividimos los espacios con el teme y me ha tocado limpiar a mi solo – a todo eso ya habían corrido hasta el área perimetral de la escuela, es decir, ya estaban afuera.

    Justo cuando salieron Naruto recibió un golpe en la mejilla y Karin fue inmovilizada. Era la banda de Kiba. Los gemelos del salón: Ukon y Sakon, mantenían sujeta a Karin a pesar de su forcejeo. Naruto se reincorporó de su caída por tan fuerte golpe, había sido Kiba, a su lado se encontraba Kidomaru y un tipo más robusto que Chōji, se hacía llamar Jirōbō, él no era de la escuela, junto a los gemelos estaba otro tipo que tampoco era de la escuela llamado Dosu y el otro llamado Zaku, y tras Naruto estaba Chōji.

    -Te advertí que te cuidaras idiota, no importa lo que te pase aquí, estamos fuera de la escuela y no me pueden expulsar – rió con sorna ante la cara aterrada del rubio – nos vamos a divertir mucho con ustedes.

    -Déjala ir – pidió el rubio – ella no tiene nada que ver, el asunto es entre tú y yo.

    -No, pero es muy bonita - expresó Ukon tocándole uno de sus senos.

    Naruto abrió sus ojos a más no poder por la acción de ese idiota y las risas de sus compañeros, se golpeó la frente con la palma de su mano y la arrastró por su cara, suspiró y negó con la cabeza, sintió lástima por él. Karin movió su mano e invirtió el agarre sobre el brazo de Ukon, lo jaló hacia atrás y lo torció en la espalda del susodicho hasta dislocarlo sacándole un grito de dolor, su gemelo Sakon reaccionó ante eso y trató de sujetarla por los hombros pero ella se giró rápidamente al momento en que pateaba su estomago y creaba una cortina con su cabello que la distanció del ataque de los otros dos (entiéndase: Dosu y Zaku) pero que la acercó a Kidomaru, el último la sujetó del brazo y le quiso hacer una llave pero ella reaccionó a tiempo y con rapidez llevó la mano del tipo a su boca mordiéndola brutalmente. Ante la mordida Kidomaru le dio un puñetazo en el rostro que la hizo caer de espaldas.

    Ni bien terminó de tocar el suelo la peli-roja cuando Naruto ya se encontraba encima del recién tumbado Kidomaru y le propinaba puñetazos infinidad de veces, le habría deformado el rostro de no ser porque Chōji lo atrapó en un “abrazo de oso”. Sakon tomó a Karin del pelo y la obligaba a levantarse tirando del mismo. Naruto forcejeaba furioso e impotente. Kidomaru se repuso de los golpes y enojado intentó golpear a la peli-roja… golpe que nunca llegó a ella, más bien fue el susodicho el que recibió un golpe, y no uno cualquiera, con una patada hacia arriba en la zona de la mandíbula lo mandaron lejos de la chica. Otra patada al estómago fue dirigida a Sakon y una patada lateral alta se impactó contra la mejilla de Ukon que cayó de cara al piso.

    -¡Uchiha! – vociferó Kiba - ¿Qué mierda quieres?

    -¡TSK! – chasqueó su lengua molesto al momento de cargar a la chica estilo princesa y se volteaba en dirección de la escuela – no me interesan tus asuntos con los gusanos de tu salón pero… - hizo una pausa y dirigió su gélida mirada al castaño – nadie toca a los miembros de mi salón, recuerda nuestra filosofía – sugirió – “lo que yo haga con los míos es mi decisión, pero lo que los demás hagan con los míos es mi problema, quien los toca me toca a mí, y eso es declararme la guerra”.

    -¿Y tú si puedes tocar a los míos? – preguntó irónico.

    -El dobe te lo dijo ¿no? Ella no tiene nada que ver y aún así esos bastardos se atrevieron a ponerles las manos encima… eso es de cobardes, ella es de mi salón pero no es mi compañera de pandilla, en cambio esos inútiles – señalando a los golpeados que estaban tumbados en el suelo – sí son de tu pandilla y algunos ni siquiera estudian en esta escuela, no hay razón por la cual no pueda o deba golpearlos.

    -Sasuke – llamó el rubio.

    -¿Cuántas veces debo decirte que no estás a mi nivel como para llamarme por mi nombre? Dobe – dijo con desprecio pero al rubio poco le importó.

    -Llévatela por favor, ve a la enfermería de la escuela para que le atiendan la herida de su cabeza ¡Rápido! – el azabache se sorprendió, fue hasta ese momento que se percató que la chica estaba sangrando de su parietal inferir izquierdo, casi llegando a la zona occipital.

    -¿Y qué hay de ti dobe? Pronto serás parte de los míos – eso tomó por sorpresa a todos los chicos – y si te metes en problemas seré yo quien asuma las consecuencias – se refería al cambio de salón y al castigo pero nadie sabía eso y creyeron que se trataba de otra cosa.

    -No digas tonterías teme, vete por favor – dijo moviendo su cabeza hacia atrás con una fuerza brutal que golpeo la nariz de Chōji y bastó para que éste lo liberara – yo me encargo de solucionar mis propios problemas, tú solo hazme el favor de ponerla a ella a salvo.

    -No creo que puedas hacerlo tú solo – dijo dándose la vuelta – solo resiste hasta que regrese – le pidió – y no me contradigas dobe – sonrió al ver el puchero que tenía Naruto y se fue a paso presuroso.

    -Ya te dije que no lo necesito – gritó confiado provocando enojo en sus agresores – regla n° 1 – enumeró con sus dedos – jamás llegar tarde sin dar una previa justificación, eso implica también el hecho de que esa justificación valga la pena… rota, regla n° 2 – levantó un segundo dedo – No involucrarte en peleas callejeras… rota, regla n° 3 – siguió – proteger a mis primas de agresores sin que ellas ni yo resultemos heridos… rota y regla n°4 – levantó los cuatro dedos – no perder el juicio ni tratar de matar a nadie… a punto de romperse – explicó – ustedes me acaban de hacer romper cuatro de las cinco reglas para salir que mi madre me enseñó – rió furioso – se arrepentirán… yo no quería hacer esto porque ciertamente le tengo más pánico a lo ella me pueda hacer que a cualquier de ustedes… oka-san no es alguien muy comprensible y seguramente me castigará por culpa de ustedes – quejó – y es que muy a pesar de todo lo que me han hecho yo no pretendía defenderme… pero ustedes PEDAZOS DE MIERDA CRUZARON LA RAYA – gritó lo último – porque nadie le pone la mano encima a mi Nee-chan y pretender que se librarán así como así… así que no me culpen – dijo casi llorando – no me culpen si alguno de ustedes pierde la vida – sonrió sádicamente, una sonrisa mucho peor que la Gaara.

    -¡Basta de hablar incoherencias! No harás tiempo suficiente para que el Uchiha venga a rescatarte – dicho eso les ordenó a sus subordinados mediante gestos que atacaran al rubio.

    Ukon y Sakon fueron los primeros en atacar y con una sola patada Naruto derribó a los dos. Chōji trató de golpearlo para desquitarse el golpe de recién pero el Uzumaki le esquivó sin dificultad y le golpeó la garganta, el golpe fue limpio, Chōji tosió un poco antes de caer inconsciente.

    -Van tres – dijo el rubio sonriendo inocentemente.

    Se dirigió a Jirōbō y con sus palmas lo golpeó rápidamente en varios partes del cuerpo, a los pocos segundo Jirōbō ya no podía moverse y Naruto le dio un golpe en el cuello que lo hizo caer inconsciente.

    -Van cuatro – comentó.

    A paso lento Naruto se acercó a Kidomaru y cuando estuvo a punto de golpearlo Kiba intervino.

    -Ya déjalo – le dijo a modo de orden.

    -¡¿Bromeas?! Él es a quien más quiero destrozar – confesó con una dulce sonrisa.

    Adoptó una posición de kung fu con un pie alzado y rápidamente giró sobre su propio eje con el pie que tenía alzado estirado (bien al estilo valed) formando algo parecido a las astas de los molinos y le dio una patada tan fuerte que uno de los dientes del chico salió con todo y sangre de la boca del mismo. Lo levantó sujetándolo del pelo y le golpeó el estómago varias veces a puño cerrado. En ese momento Dosu defendió a su compañero golpeando rubio en la cabeza con un palo.

    Un hilo de sangre bajó por la frente del rubio pero lejos de asustarse, Naruto rió maquiavélicamente y le soltó un muy fuerte puñetazo en la cara a su agresor y antes de que cayera le dio una patada en el estómago que se escuchó claramente como el aire abandonada al chico.

    -Van seis – gritó sonriéndole a Kiba.

    Corrió hasta donde estaba Zaku y le pisó un pie al tiempo que le daba un codazo en la mandíbula, cosa que incrementó la fuerza del impacto, luego lo sujetó del cabello y estampó la cara del chico en su rodilla, justo como había hecho Gaara días atrás con Kiba.

    -Listo… era necesario que todos estuvieran inconscientes para no presenciar tu muerte – le sonrió más sádico que nunca.

    -jajaja vaya… parece que el cachorro si muerde – expresó con sorna.

    -Ya no soy un cachorro Kiba y sinceramente me tienes arto, quería llevar la fiesta en paz por honor a los viejos tiempos pero la abuela tenía razón, debí pararte el carro desde el principio.
    -¿La abuela? – preguntó confundido.

    -Pues sí, me refiero a la vieja… a la directora – aclaró.

    -¡Ah claro! Te refieres a la vieja – entendió – y dices que la vieja te dijo eso jajaja como si realmente tú pudieras hacerme algo jajaja a ver, demuéstrame que tan filosos son tus colmillos – retó.

    -Ya no vales la pena – expresó tomando su maletín que en algún momento salió volando lejos.

    -¡Jódete! – gritó pateándole por la espalda - ¿Crees que puedes darme la espalda así como así, que después de todo ese parloteo te puedes echar para atrás? ¡te mataré! – vociferó molesto.

    -¡Ya estuvo! No tengo porqué soportarte, si lo que quieres es que patee tu trasero pues lo haré no te preocupes pero luego luego me dejas en paz – pidió molesto él también – y no creo que estés consciente de lo que dices… yo jamás dije que me echaba para atrás… pero el que morirá hoy serás tú.

    En ese momento sacó un kunai de su mochila, el castaño se sorprendió, no había visto un kunai en otro lado que no fuera en los museos o en manos de Gaara y de… Menma.

    -Tú cómo es que… - estaba atorándose con su propia saliva.

    -Ven aquí y te mataré – pidió el rubio.

    -jajaja – comenzó a reír – seguro fue Gaara, ustedes dos son muy amigos, seguro ya te folló – volvió a reír – y capaz él te enseñó a pelear… y te dio ese kunai jajaja pero no importa – le restó importancia a las habilidades del más chico – yo soy mejor que él pues aprendí del mejor – presumió – así que deja eso que no es juguete para ni…

    No terminó de hablar porque sintió algo filoso rozar su mejilla, la tocó y efectivamente estaba sangrando, tenía un corte horizontal a la altura de su mejilla izquierda.

    -Quédate quieto y déjame hacerte un par de lindos bigotitos – volvió a sonreír dulcemente – solo no te muevas y quedarán perfectas… así podré decir que “creo que vi un lindo gatito” ¿el lindo gatito tiene miedo? – esa dulce sonrisa se había transformado nuevamente en una muy sádica.

    Kiba se asustó cuando vio a Naruto sacar cinco kunai más de su maletín.

    -Solo faltan cinco – expresó contento.

    -¡No te atreverí…– Otra vez no terminó, el rubio había lanzado otros dos kunai y había dibujado dos líneas horizontales en su mejilla derecha que de a poco empezaron a sangrar.

    -Faltan tres – comentó lanzando los otros tres kunai.

    Lamentablemente para Kiba no siguió el consejo del rubio y se movió, a consecuencia de eso uno de los kunai se enterró en su brazo, quejándose del dolor y reuniendo valor sacó el kunai de su brazo que inmediatamente se baño de su propia sangre.

    -¿Aún estás dispuesto a continuar con esto? - preguntó el rubio guardando las esperanzas de que Kiba se rindiera.

    Grande fue su sorpresa al ver al castaño tan cerca de él con el kunai en mano tratando de cortarle, lo esquivaba como podía pero debía admitir que Kiba se había vuelto más rápido y fuerte. Un ardor en su rostro le advirtió lo imaginable, el castaño había logrado herirle.

    -¿Estás loco? ¿Cómo pretendes que le explique esto a mi madre? – Gritó tapando su herida con la mano - ¿Por qué no lo entiendes cara de perro? – cuestionó hastiado – al final la abuela sí tenía razón… todo el tiempo la tuvo, no debí enseñarte a pelear -confesó pasando sus manos por sus mejillas y frotándolas fuertemente hasta que cierta sustancia quedó en ellas dejando ver tres marquitas en cada una de sus mejillas que parecían bigotes – creo que lo mejor es acabar con lo que yo mismo inicié.

    Dicho eso corrió hasta donde estaba Kiba y le golpeó con el puño la mandíbula a modo de levantón. Le dio una patada en la rodilla obligándolo a arrodillarse y finalmente le propinó una patada con giró lateral en la cara lanzándolo completamente al suelo con gran fuerza. Se posicionó sobre él inmovilizándole los brazos con sus rodillas y le dio dos puñetazos, uno en cada mejilla.

    Kiba se impresionó al ver pequeñas lágrimas bajando de los azulinos ojos del rubio. Vaya idiota, había estado tan concentrado en darle una paliza al rubio desde el día en que le conoció que no notó la relación que éste tenía con Gaara, no le dio importancia a lo paciente y a la vez explosivo que era, ignoró completamente esa fina cara y esa mirada nostálgica que se ocultaba detrás de esos ridículos lentes, desestimó la determinación de ese chico… le miró a los ojos y aún así no dio con él hasta este momento… ni con el chico mostrándole esas peculiares marcas en su rostro, ni diciéndole lo preocupado que estaba por el miedo a la reprimenda de su madre, ni diciéndole “abuela” a la vieja rubia esa… pudo ser tan estúpido de no percatarse de nada hasta ese momento en el que el rubio que estaba sobre él le miraba con tristeza… decepción y enojo.


    -¡TE ODIO IDIOTA! – le gritó aún llorando.



    -Menma… - susurró al viento mientras unas lágrimas se escapaban de sus castaños ojos.


    fin del capítulo cinco.


    espero que lo hayan dsifrutado

    y otra cosa, este capítulo fue inspirado gracias a un repertorio musical patrocinado por mis grupos favoritos: Metallica, Therion, Epica, Haggar, Maximun the Hormone, Rythem, Aoi Teshima, los songtrack´s de Naruto, un poco de The Beatles... en fin, me la pasé muy bien escribiendolo.

    nos leemos luego


    matta ne

    :)
     
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    Aprendiendo Yaoi
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    Ohhhhhhh no puede serrrrr!!!! Estoy según yo esperando y resulta que llevo 14 días sin disfrutar de mi cadena !!!!! Waaahhhh bueno entonces a seguir leyendo que este capítulo lo veo largooooo aquí sacamos 3 de los mios jajaja bueno a leer
     
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    Ohhhhhh diiiiioooossss!!!! Excelente trabajoooo!!! Eres la mejorrrr!!!! Me encantó me encanto hasta el punto y a parte fue épicooooooo!!!! Y pues debo decirte que quiero saber buen de menma gaara y kiba jijiji y pues que ke aviséis por MP por que luego no me llega mi notificación y ahhghh quiero estar feliz!!! Me encanto esa semana! Ese lunes ese martes!!!.... Jahaja Naruto me recordó mi forma de ser con mi amor empecé a darle besitos de esos y Jiji Jiji Jiji espero esos dos acaben como yo jijiji y pues me encanto lo del rayo lo de la familia asta la sevidumvre bien atenta a lo de Naruto la venganza de gaara al recordar lo quel rubio dijo Jiji Jiji me encantó!!!! Esas peleas!!! Fue para mi el mejor capitulo hasta ahora que EH leído y estoy realmente fascinada... Todo me encantó en verdad y lo disfrute como tu con las canciones las de épica me encantannn!!! Y pues que decir sobre la hermosa escena de la lluvia la chamarra el paraguas y ese hermoso besoooo!!! Kyyyyaaaa!!!!! Estoy muy emotiva!!!!y
    Y....

    Ese Naruto ya se clavo siii!!! Por que no pudo contenerse en llantito por lo que el uchiha le dijo si! Pues el wapo esta todo enlelado por esos preciosos ojos ahhhh!!!! Y que decir de kiba!!! Me intriga su historia!!! Y esa ultima pelea me tubo al borde del asiento !!!! Kyyyaaa ese Naruto me enamoró!!!! En serio esta fascinante todo!!! Incluso ksrin en tal forma su papel me encantó el papel de todos!!!! Kyyyaaaa!!!! Estoy muy contenta!!!
     
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  12. sukisasunaru
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    me fascino todo el capitulo :=uuhuhuhus: :=uuhuhuhus: :=DFSDFSD: ya no puedo esperar mas por favor continua con tu historia que no puedo dormir y me dejas pensando en que continuara ya quiero seguir leyendo :=duouou: :=duouou: :=duouou: :=duouou: :=duouou: .
    estoy enamorada de tus personajes sus personalidades son como a mi me gustan, espero que n tardes en subir el siguiente capitulo. :=uuum: :=uuhuhuhus:
     
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  13. MIKO RANGER
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    Holissss soy new me encanto tu fic esperó que lo actualizas pronto neee


    XD Zayonara bye
     
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  14. Adry_black
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    HOLA

    Nada más pasaba para decirles que me jodí la mano... nee no es eso jeje

    Adry_White: o sea, si tiene chueca la mado izquierda por no habers ecuidado de una antigua lesión pero el mensaje era porque...

    ¡No me interrumpas!

    Etto... ya estoy trabajando el siguiente capítulo, tengo escrita la mitad en un cuaderno pero por mi mano me está costando así que seguramente me tardearé un tiempo pero ya pronto lo continuaré.

    Les agradezco que se tomen el tiempo de leer esta historia... muy a pesar de que me cuesta tanto actualizar jeje pero en este mes trataré de avanzar por lo menos unos ¿qué? siete capítulos... así no me matan por tardarme tanto.

    las leo luego

    Matta ne
     
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  15. Adry_black
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    Buenos días queridas personitas que leen este fic.

    Me disculpo por la tardanza, especialmente porque el mensaje anterior dice que iba apublicar más seguido pero debo aclarar que este retrazo fue completamente involuntario.
    La semana pasada se murió mi abuelo materno así que creo que se imaginan lo difícil que ha sido la semana para mí... y por si fuera poco creí que me ayudaría a dsitraerme participar en una feria gastronómica que hubo aquí en mi pueblo: Mala idea, me la pasé parada todo el día y eso solo me estresó aún más. En fin, no he tenido mucha inspiración ni muchos animos así que pido disculpas.
    El capítulo tiene el largo que me gusta que un capítulo tenga... espero que lo disfruten


    CAPÍTULO VI ĦĦ ESPECIAL RETORNO: SENJŪ MENMA ĦĦ




    -Senjū Menma, tengo 10 años, por favor cuiden de mi – se presentó con una reverencia el chico nuevo. De cabello negro, ojos azules unas marquitas en sus cachetes que parecían bigotes de felino y su sonrisa, claro, su inexistente sonrisa.

    –Puede sentarse – avisó el sensei – hágalo donde mejor le parezca.

    El nuevo miro todo el salón con desinterés y fue a sentarse junto a una castaña y la clase continuó tranquilamente.

    -Mi nombre es Maki, un placer conocerte – se presentó con una sonrisa la niña que estaba sentada a la par del peli-negro.

    -El placer es mío Maki-san – respondió educadamente más no le devolvió la sonrisa.

    De a poco todos los niños del salón fueron acercándose al chico nuevo, se presentaban formalmente y luego se iban, ciertamente no es como si los niños estuvieran interesados en hablar con un niño tan serio como lo era el peli-negro pero era una de las normativas de la escuela que los alumnos se presentaran ante el chico nuevo de su salón.


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    Lentamente avanzaba por las avenidas de la ciudad mientras el sol descendía para darle paso finalmente al anochecer, Sunagakure era una de las ciudades más grandes en las que había estado… no recordaba Konohagakure así que no sabía qué tan grande era, en ese momento le pareció que solo Amegakure y Kumogakure podían igualar el tamaño de esta ciudad. Caminaba con las manos dentro de los bolsillos de su short, su cuerpo emanaba un aura de fastidio que, a pesar de sus lindo rostro, era lo suficientemente perceptible para mantener alejados a todos, su mente divagaba en viejos recuerdos sobre su vida en las otras ciudades, tan distraído iba que no se percató en qué momento llegó a una zona no muy confortable de la cuidad, fue en eco de un quejido lo que lo sacó de sus cavilaciones, miró a su alrededor y escuchó nuevamente un quejido provenir de un callejón oscuro.

    El lugar le advertía que no era seguro y fue precisamente por eso que no pudo evitar entrar al callejón, su sentido de justicia le obligaba a caminar en dirección al lugar de donde provenían los quejidos. Mientras más se acercaba podía escuchar también las burlas de un grupo de hombres. Al asomar finalmente al otro lado del callejón, pudo ver con cierto horror y coraje como cinco hombres pateaban cruelmente a un niño, y no cualquier niño, ese chiquillo castaño que yacía en el piso era su compañero de clases.

    Aquel castaño estaba acurrucado en el suelo con la cabeza apoyada en el sucio pavimento, tenía los brazos en el abdomen, parecía estar protegiendo algo con mucho empeño aún a costa de la mutilación de su propio cuerpo. Los hombres cuyos rostros reflejaban su reciente adultez zarandeaban el cuerpo del niño y lo golpeaban como si de un objeto se tratara.

    -¿Qué creen que hacen malditos cobardes? – preguntó con enfado el peli-negro. Tal vez su rostro no lo reflejaba pero realmente estaba muy molesto.

    -¡Pero mira nada más! ¿Qué tenemos aquí? ¡Si es una linda niña! ¿Acaso es tu novia? – preguntó un castaño de ojos verdes.

    -Oye, debes irte, por favor – habló con dificultad el niño.

    -¡Cállate idiota! – dijo otro de los hombres. De cabellos platinos y ojos negros. En ese momento el sujeto golpeó al pequeño castaño.

    -¡No se te ocurra volver a golpearlo! – expresó aún más molesto.

    -No te metas niña, a menos que quieras ocupar su lugar – dijo el tercer hombre. De cabellos y ojos negros – mira que ese cuerpecito tuyo está bien bonito, quizás deba estrenarlo – su tono lujurioso le provocó el más terrible asco al menor.

    -Jamás permitiría que tus sucias y vulgares manos tocasen siquiera uno solo de mis cabellos – comentó bastante serio y despectivo el menor de los peli-negros – Además idiota, soy un chico.

    -Jajaja vaya error – comentó el cuarto hombre entre risas siendo acompañado por el quinto. Ambos de cabellos anaranjados, el que recién hablo tenía los ojos verdes y el otro los tenía azules, bastante parecidos los dos.

    -¡Hah! ¿y crees que me importa? Jajaja – el peli-negro volvió a hablar – con tal de ver su carita llena de frustración, dolor y humillación… mm solo de pensarlo me excita.

    El menor peli-negro suspiró cansinamente y refregó su cara con una mano. Miró a los cinco hombre como inspeccionando cada parte de su ser.

    -¿Cuántos años tienes? – le preguntó al otro peli-negro – él y yo no pasamos de los doce años… ¿Cuántos años tienes?

    -Pues tengo 25 – respondió simplista el interrogado.

    -Tú – señalando al peli-plata – hazle un favor a tu amigo y a 25 quítale 11.

    -¿Por qué debería hacerlo? Vamos chiquillo… ¿es que acaso todavía no les enseñan en la escuela a restar? – burló el peli-plata.

    -Muy bien, tú – señalando al peli-negro – recibirás 14 golpes y tú – señalando al peli-plata – recibirás los 25 golpes, no me importa si sigues consciente o no para cuando termine – sentenció el pequeño peli-negro.

    Los cinco hombres empezaron a reírse, se les hacía tan gracioso el recibir semejante amenaza de un pequeño con apariencia tan delicada e inocente. Pero claro está, la diversión no les duró mucho. Tal como el niño había dicho, se acercó al peli-negro y le golpeó con mucha fuerza en 14 lugares diferentes del cuerpo.

    -Te toca – dijo señalando al peli-plata.

    Ni bien terminado de decir eso y el niño ya se encontraba golpeando al susodicho. Una patada de giro lateral terminó por noquear al hombre y como el niño advirtió, no detuvo sus golpes hasta que le dio los 25 aún con el pobre peli-plata inconsciente. Los otros cinco espectadores quedaron atónitos ante la brutalidad con la que el niño golpeaba a aquel hombre.

    -¡Lárguense antes de que venga la policía! – aconsejó acomodando sus prendas luego de haber concluido la golpiza del todavía inconsciente peli-plata – Yo la llamé antes de confrontarlos así que seguramente no tarda en venir – mintió – Y no quisiera imaginarme las represalias de mi madre si se llegara a enterar que me metí en una pelea callejera – en ese momento se escuchó el sonido de la sirena de una patrulla - ¡oh! Ya están aquí – sonrió – creo que no se salvarán.

    Los agresores se fueron nada más oyeron el sonido, el oji-verde se llevó al inconsciente cual costal de papas fuera y uno de los peli-naranja ayudó al otro golpeado. El pequeño peli-negro miraba complacido la huída de aquellos hombres, tanto así que casi olvidaba la razón por la cual seguía ahí.

    -¿Te encuentras bien? – preguntó al pequeño castaño y éste asintió – menos mal – suspiró aliviado.

    -Gracias – dijo el castaño en un tono apenas audible – Por favor… Aka…maru – ni bien terminó de decir eso se desmayó cayendo completamente de costado y liberando aquello que se había empeñado en resguardar. Un pequeño cachorro blanco se levanto de debajo del castaño, el pobre perrito también estaba golpeado.



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    -Al fin despiertas – habló el peli-negro que yacía sentado junto a la camilla donde el castaño estaba recostado.

    -¿Dónde estoy? – preguntó confundido viendo el lugar.

    -Estamos en el Hospital General Senjū – informó en tono neutro.

    El castaño se sorprendió a más no poder, el HGS era privado por lo que se asustó al imaginar el tipo de asesinato que experimentaría por parte de su madre debido a los gastos de hospitalización, su preocupación por su vida pasó a segundo plano al recordar lo que él consideraba más importante.

    -¿Dónde está Akamaru?

    -¿Quién? – preguntó confundido.

    -¡El cachorro que estaba conmigo! – dijo un tanto preocupado.

    -¡Ah claro! Él está bien, lo están atendiendo en veterinaria – explicó – pero… dejando eso a un lado ¿Podrías llenar este formulario? – le extendió la hoja – Necesito tus datos generales ya que no he podido darles tu apellido y mucho menos contactar a tu familia – le confesó un poco apenado pues el castaño se presentó en clases ese mismo día y a penas recordaba su nombre – tampoco sabía el nombre de los otros dos así que les he nombrado yo – sonrió levemente.

    -Pero… ¿Cómo fue que me atendieron? – preguntó atónito - este sitio es privado y que yo sepa no atienden a nadie que no sea asociado y menos sin tener datos generales.

    -Es que este hospital es de mi familia y yo pedí que te internaran aquí junto a los cachorros – dijo de lo más desinteresado.

    -¡wow! ¿Es en serio? – el peli-negro asintió – yo… no sé qué decir… gracias por salvar a Akamaru y a mí.

    -No hay de qué – dijo con modestia – dime ¿los tres cachorros son tuyos?

    -¿Qué? No, Akamaru es un cachorro al que algún idiota dejó abandonado, yo solo le llevo comida, me gustaría llevármelo pero mi madre no quiere animales en la casa… pero ¿A qué te refieres con “tres”?

    -Así que realmente no habías notado que son tres cachorros – confirmó el peli-negro pues ya ratos que el castaño solo se refería a un cachorro y no a los cachorros.

    -Yo… no – confesó apenado.

    -Buueee… no importa – sonrió levemente – estuve en veterinaria y me dijeron que los cachorros están bien, Akamaru está un poco lastimado pero nada grave, los otros dos solo están un poco desnutridos – aclaró – la cosa es que como no sabía sus nombres y debíamos ponerles uno para el cuadro de control… decidí nombrarlos por mi cuenta – en ese momento su rostro se iluminó dejando estupefacto al castaño – el más grande se llama Sesshōmaru y el más pequeño es Inuyasha, los tres son muy lindos – sonrió verdaderamente.

    -¿Sesshōmaru e Inuyasha? Por alguna razón siento que ya he oído esos nombres antes… bueno, no importa ¿Piensas quedarte con los cachorros?

    ¡¿Eh?! No… yo no puedo – negó – Mi madre es alérgica al polvo y los pelos de los perros o gatos la ponen muy mal – explicó – pero tú si puedes, estoy seguro que serás un buen amo y no creo que tu madre se niegue con unos cachorros tan lindos como esos.

    -No lo creo, mi madre es muy quisquillosa para estas cosas, es tan estricta y explosiva que… - se detuvo al escuchar las risillas del otro - ¿Qué te parece tan gracioso?

    -Tu madre y la mía se parecen mucho – comentó – mi madre incluso me ha puesto cinco reglas para poder salir de casa y si llego a romper alguna ella me mata – su cara denotó temor y un escalofrío recorrió su cuerpo pues recordó que de hecho ese mismo día había roto dos de las cinco reglas.

    -jajaja ya veo – respondió riéndose - ¿qué te puedo decir? Estar aquí no es bueno para la cartera familiar y tampoco lo será para mi espalda – él también sintió un escalofrío – dudo mucho que mi madre me permita quedarme siquiera con alguno de ellos, menos con los tres – y su cara reflejó su tristeza.

    -Menma – llamó un hombre de cabellos castaños oscuros y ojos negros – ¿Ya tienen lista el formulario?

    -¿Eh? ¡Sí padre! – respondió bastante formal el peli-negro – Padre, él es mi compañero de clases Inuzuka Kiba – presentó al castaño luego de revisar el apellido del mismo.

    -Es un gusto Inuzuka-san, yo soy Senjū Hashirama – respondió el hombre haciendo una pequeña reverencia.

    -El gusto es mío Senjū-sama – dijo el castaño haciendo una reverencia aún estando acostado en la camilla.

    -Hijo no te quedes mucho tiempo, recuerda que tu madre te quiere temprano en casa – más que recordatorio parecía advertencia – y no olvides pasar a saludar a tu abuelo antes de irte – dicho eso salió con el formulario en mano.

    -¿Tu abuelo?

    -Sí, el abuelo Nawaki, siempre se queja de que no paso mucho tiempo con él – dijo de lo más tranquilo.

    -¡Tú eres el nieto del director de este hospital! – expresó por demás sorprendido.

    -Así es – respondió sin inmutarse – bueno, yo me voy, mi madre me matará si no regreso a casa temprano, por cierto vendré a visitarte… al parecer pasarás aquí toda la semana – dicho eso se fue dejando solo a un confundido castaño.



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    -¿Es en serio? Mamá – preguntó el pequeño castaño realmente emocionado.

    -Si con eso evito que te vayas a meter a callejones de mala muerte sí, puedes quedártelos – respondió la señora castaña – Además ese niño raro dijo que sería un favor a su familia y que vendría a casa a visitarte a ti y a los cachorros, no sé pero creo que es un chico extraño.

    Ya había pasado una semana desde que el pequeño Kiba fue golpeado y se encontraba en su casa junto a su familia acariciando a los tres cachorros blancos. El pequeño peli-negro lo había visitado un día después del incidente y estuvo un rato hablando a solas con la señora Inuzuka, luego de eso ya no le visitó en los tres días que estuvo demás allí.

    -Él es mi compañero mamá – aclaró el castaño teniendo en brazos al más pequeño de los cachorros – él es extraño pero gracias a él Akamaru y sus hermanos serán muy felices aquí… ¡les haré una enorme casa! – sonrió autosuficiente.

    -Déjalo así, Hana y yo les construiremos una – dijo la señora refiriéndose a la hermana mayor del niño – tú ve a hacer tus tareas que mañana inicias clases nuevamente – le ordenó.

    -Si mamá – atendió la orden felizmente yéndose a su cuarto.

    -¿Realmente piensas involucrarme? Madre – preguntó una joven castaña de unos 21 años aproximados.

    -No será la gran cosa, total no creo que crezcan mucho – trató de apaciguar los ánimos de su hija.

    -Pues yo aún no logro dar con la raza de estos cachorros – dijo insegura la chica – y por si no lo sabes, yo también tengo mucha tarea que hacer – le dijo cruzándose de brazos – Además, a mi nunca me dejaste tener un perrito – hizo un tierno puchero.

    -Pues ahora tienes tres – le respondió sin más – Hana solo tienes que ayudarme un rato, ese chico, Senjū-san, le salvó la vida a Kiba y además pagó los gastos de hospitalización y veterinaria, lo menos que podía hacer era cumplirle el deseo de darles un hogar a los cachorros.

    -Cierto, debo agradecerle a ese chico por salvarle la vida a mi hermanito y por haber pagado los gastos de hospitalización, así yo podré estudiar este ciclo – dijo tomando consciencia.
    -¡Exacto! Dentro de poco serás una gran médico veterinaria.



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    -Kiba-kun ¿podemos hablar? – habló el peli-negro frente al castaño. Su cara inexpresiva ponía tensos a los chicos que acompañaban al mencionado.

    -Menma-kun, por supuesto – respondió de la misma forma el castaño agregándole tensión al ambiente.

    -A solas… - aclaró el peli-negro con un tono autoritario que venía usando desde su primer día en la escuela. Kiba asintió y los demás niños tuvieron que irse.

    -Estaremos en el jardín – dijo un niño señalando la ventana como dando señales de apoyo.

    -¿Cómo están los cachorros? – preguntó el peli-negro una vez que estuvieron solos.

    -Están muy bien – respondió y sonrió al notar la emoción en el rostro del supuesto chico serio que tenía por compañero – pero lo sabrías si hubieses ido a visitarlos como dijiste que harías – le reprochó burlándose internamente.

    -Lo lamento – dijo – pero al final no pude escapar al castigo de mi madre – explicó rascándose la nuca y con cara de fastidio – Kiba ¿puedo preguntarte algo?

    -¿De qué se trata?

    -¿Podemos ser amigos? – preguntó tímidamente como temiendo la respuesta.

    -Supongo que sí… pero con una condición – sentenció.

    -¿Condición? ¿Cuál condición? – preguntó un poco molesto. La idea de una amistad cargada de condiciones le desagradaba.

    -Quiero que me enseñes a pelear – respondió seguro de lo que quería – así podre defenderme por mi mismo y no seré un estorbo para ti. El Senjū se conmovió.

    -No podría ser un estorbo, seríamos amigos y los amigos están para protegerse – habló con un tono dulce.

    -Sí, por eso mismo, si voy a ser tu amigo debo ser por lo menos la mitad de fuerte que tú y así poder ayudarte y cuidar de ti – hizo una pausa pero antes de que el peli-negro pudiera hablar, él retomó la palabra – Además quiero ser igual que tú – ambos se sonrojaron por lo dicho – quiero poder proteger a aquellas personas que son maltratadas.

    -¡Muy bien! – expresó enérgico – acompáñame – lo tomó del brazo y se lo llevó corriendo.

    -¿A dónde vamos? - el peli-negro no respondía a las preguntas del castaño.

    Corrieron escaleras arriba hasta llegar a la azotea. Allí había un especie de vivero, de entre las plantas el peli-negro sacó una pequeña caja color blanca con un listón café. Menma se acercó al castaño y le entregó la caja, Kiba la abrió y pudo contemplar en su interior tres collares en su interior, cada uno tenía una placa ovalada con un nombre escrito: el primero con la correa gris decía Sesshōmaru, el de la correa roja decía Inuyasha y el de la correa café decía Akamaru.

    -Y bien ¿Qué te parecen? – preguntó el Senjū tratando de disimular su ansiedad.

    -No… no debiste, son muy bonitos – declaró humildemente el Inuzuka – sería bueno que me acompañaras hoy, así le ponemos juntos los collares.

    -Está bien, solo tengo que llamarle a mi madre para informarle – respondió tratando que su voz no reflejara sus sentimientos.

    -Menma-kun ¿Puedo preguntarte algo?

    -Sí claro, pero no uses honoríficos conmigo, somos amigos Kiba – resaltó la ausencia del “kun”.

    -¿Por qué te comportas así? Es decir, eres muy frío a la hora de hablar con los demás niños menos conmigo.

    -Es que no soporto estar rodeado de tanta gente {Debo mantener alejados a todos} y no me interesa ser amigo de los otros niños, {Tengo miedo} ¡Kiba es el único amigo que quiero! – explicó indiferente.

    -Si tú lo dices – al castaño no le quedó más opción que aceptar aquella respuesta.


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    -¡Son tan pequeñitos! – expresó muy feliz el peli-negro mientras acariciaba a Inuyasha – Pero no entiendo por qué Sesshōmaru es tan agresivo, trata de morder a Inu-chan cada vez que lo acaricio.

    -Eso es porque Sesshōmaru es un poco celoso y al parecer cree que tú le perteneces – explicó en tono de burla Hana – lo extraño es que Sesshōmaru solo es así contigo porque a nosotras ni pedos nos tira – dijo refiriéndose a ella y a su madre – y a Kiba le gruñe jajaja – acabó molestando a su hermanito.

    -Hana-san es muy simpática – elogió el peli-negro.

    -Y tú eres muy lindo Menma-kun – dijo la chica un poco sonrojada y provocándole el mismo efecto al niño.

    -No es que te esté corriendo ni nada por el estilo – dijo la señora – pero ya llevas más de dos horas aquí Menma-kun, y por lo que entiendo tu madre te da un límite de tiempo.

    -Es cierto, ¡Gracias Tsume-sama! – dijo el peli-negro haciendo una reverencia – nos vemos mañana en la escuela Kiba – se despidió informalmente y se fue.


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    -¿Quién es él? – Preguntó un peli-rojo de 11 años viendo al castaño que acompañaba a su primo – Menma sabes que a Bee no le gusta que hayan terceros – expresó de la forma más fría posible.

    -Gaa-chan él es mi amigo y compañero de clases – defendió el peli-negro – será mi discípulo – agregó con aires de grandeza.

    -Donde me vuelvas a llamar así y te patearé el trasero – le dijo sin más.

    -Kiba el es Sabaku no Gaara – presentó – Gaa-chan… Gaara – se corrigió un poco nervioso – Él es Inuzuka Kiba.

    -Es un placer – dijo el castaño haciendo una reverencia.

    -Sí como sea – pero el peli-rojo no pareció querer ser cortés.

    -Gaara por favor – pidió serio el peli-negro, una seriedad observada únicamente por el peli-rojo quien resopló molesto.

    -¿Qué significa esto Menma? – Preguntó un recién llegado hombre de más o menos 30 años de cabello rubio decolorado con barba en candado y unas gafas oscuras.

    -Bee-san llegaste – dijo el peli-negro a modo de saludo – Él es Inuzuka Kiba, mi amigo, compañero de clases y futuro discípulo – explicó.

    -Así que te conseguiste un chico lo suficientemente torpe como para querer ser tu aprendiz – mofó el adulto.

    -Yo creo que Menma es un gran luchador – defendió el castaño sorprendiendo a los tres presentes – Él logró noquear a unos delincuentes sin mayor esfuerzo – siguió – me salvó, por eso quiero aprender de él y así poder defender a aquellos que no puedan hacerlo por sí mismo – explicó muy seguro de lo que decía.

    -Vaya pero mira qué lindo perrito te conseguiste – mofó Gaara con desdén.

    -Gaara no seas pésimo – regañó el adulto – Si este chico cree que Menma será un buen sensei hay que dejarlo ser – declaró – En mi opinión, Menma es un excelente artista marcial más no estoy seguro de su capacidad pedagógica – confesó – ya veremos si Inuzuka logra aprender algo jeje.

    -Gracias por el apoyo – Menma usó todo el sarcasmo posible – pero creo que podré enseñarle – su seguridad desbordaba en su mirar.

    -¡Qué más da! – habló el peli-rojo – mejor hay que empezar el entrenamiento de una vez por todas.


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    -¿Cómo conociste a Gaara-kun? – preguntó el Inuzuka a la hora del receso.

    -Pues… el señor Sabaku no Rasa es un accionista de nuestro hospital y bueno, al final Gaa-chan y yo nos hicimos amigos pues somos de la misma edad, además, los dos entrenamos en el dojo de Bee-san – terminó de explicar.

    -Entonces ¿Por qué él no viene a la escuela?

    -Es que tiene maestros particulares, a su padre no le agradó la idea de mandarlo a la escuela y él feliz prefirió tener maestros en casa.

    -Ya veo… ¿Y él es así de insípido todo el tiempo?

    -jeje pues creo que sí – rió por lo acertado de la pregunta – ya es hora de entrar – dijo poniéndose de pie al escuchar la campana. Kiba le imitó y ambos entraron a clases.



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    -Tienes que usar toda tu fuerza – exigió el peli-negro – no se trata de ataque bruscos y descoordinados, debes concentrar toda tu fuerza en movimientos precisos y certeros – explicó soltando el pie del Inuzuka.

    -Sí, Menma-sensei – respondió el castaño.

    -bien, hazlo de nuevo.

    El Inuzuka trataba de acertar sus golpes en el cuerpo ajeno más no tenía mucho éxito, eso muchas veces le desesperaba, ya llevaban entrenando un año y aún así le era imposible concretar un golpe.

    -No exasperes – aconsejó al ver la frustración en el rostro del castaño – es normal que no logres golpearme, a fin de cuentas estoy usando mi máximo potencial – mintió – no te será fácil igualarme con tan solo un año de entrenamiento.

    -Lo sé pero incluso soy más alto que tú, no me gusta que un niño más pequeño en tamaño y complexión sea más fuerte que yo – dijo haciendo un tierno puchero.

    -Jajaja lo lamento pero no puedo cambiar eso – comentó riéndose.

    -Menma tu madre quiere que te vayas ya - interrumpió el entrenamiento el peli-rojo mientras tomaba una katana.

    -Está bien – resopló resignado.

    -Pero antes… juguemos un ratito – le dijo con una sonrisa pícara dejando sorprendidos a los otros dos.

    -Solo me tardaré un minuto – expresó autosuficiente tomando una katana. Kiba se sentó en los límites de la “arena” a observar.

    Con katana en mano los dos adolescentes se atacaron como si el otro fuera su máximo enemigo. El filo de la hoja chocar una contra otra, la velocidad de sus movimientos, todo como si fuera una danza, una peligrosa danza. Tal como dijo el peli-negro, el minuto pasó y alguien había perdido, tristemente el perdedor fue el Senjū.

    -Mejor suerte a la próxima – mofó Gaara.

    -Me distraje por el sonido de mi celular – se excusó el peli-negro.

    -¡Eso fue fantástico! – expresó el Inuzuka con estrellas en los ojos.

    -Menma ¿por qué sigues trayendo a este chico? – preguntó molesto el peli-rojo-

    -Ya deja de preguntar siempre lo mismo Gaa-chan – pidió el peli-negro jalando los mofletes del mencionado. Gaara se puso rojo.

    -No me llames así – dijo retirando bruscamente la mano del más pequeño.

    -¡Oh pero mira nada más! Estás todo rojito – burló Menma provocando un mayor sonrojo en Gaara – con ese color te pareces a una cereza… eso es, serás “Cerecita-kun” – dijo victorioso de haber encontrado el seudónimo perfecto para su Gaara.

    -TE MATO – dijo entre dientes pero aún así a modo de grito.

    -Será mañana, hoy tengo que bajarle los santos a mi madre – mofó yéndose muy a la carrera.

    -Ya vete – le dijo sin más el peli-rojo al castaño

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    -¡Vaya! Es la primera vez que Sesshōmaru es tan cariñoso con otra persona que no sea Menma – comentó sorprendida Hana al ver como el perro se dejaba hacer por el peli-rojo.

    -Lo vez cerecita, te dije que te gustarían los cachorros – recalcó notando aquel brillo en los ojos de su primo.

    -No me llames así – pidió frívolo – y no me gustan.

    -Hah claro lo que digas – respondió sarcástico.

    -Si quieres puedes quedártelo Gaara-kun – sugirió Tsume.

    -¡Mamá! – el menor de los Inuzuka se quejó con un puchero – no regalarás a ninguno.

    -Muchas gracias – dijo Gaara tratando de fastidiar al castaño - ¿cuándo puedo llevármelo?

    -Déjame traer su tarjeta médica y te lo llevas hoy mismo – dijo feliz la mujer.

    -Mamá se supone que Sesshōmaru es mío – quejó la más joven de las mujeres.

    -Hana ¿No ves que el niño quiere tener un perrito? – Recriminó la mayor.

    -Te reto – dijo desesperado Kiba – si tú ganas podrás llevártelo pero si yo gano tendrás que desistir – explicó.

    -Acepto – dijo autosuficiente.

    -Gaara – regañó el peli-negro.

    -Él empezó – se defendió – Además, quiero el cachorro.

    -Pues lo vienes a visitar y ya – solucionó Menma – sabes que a tu padre no le gustan los animales – recordó.

    -Está bien – soltó resignado – pero no lo olvides Kiba, este reto solo será pospuesto.

    -Estaré listo cuando quieras – respondió el castaño.



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    -Vamos a almorzar a la azotea – sugirió el peli-negro y el castaño asintió.

    Caminaron en silencio y de igual forma almorzaron en silencio, era extraño pues normalmente Kiba hacía platica, Menma trataba de mantener esa actitud indiferente y fría por lo que no era propio de él iniciar la plática pero al ver ese misterio en el rostro del castaño temió haber adivinado la razón.

    -¿Qué ocurre Kiba? Estás muy callado – preguntó Menma.

    -Sabes, ya hace un tiempo que he querido preguntarte algo.

    -Pues pregunta, baka – le dijo en son de broma para ver si relajaba el ambiente.

    -¿Por qué tanto misterio en tu familia? Es decir, tu madre te tiene tan controlado, y tu padre a penas y he notado su existencia.

    -¿Cuál es el punto? – preguntó serio al notar la actitud del castaño.

    -Tienes derecho a guardarte tus secretos pero se supone que deberías confiar en mí, somos amigos a fin de cuentas – le reprochó – y sé que me escondes algo.

    -Quisiera no tener que decírtelo – confesó cabizbajo – la cosa es que… mi familia no es como la mayoría y por eso aprendí artes marciales, debido a uno de los negocios de mi familia, nos vemos amenazados constantemente – le explicó con tono nostálgico – es por eso que muy pocos saben que soy nieto del dueño del HGS… por esa simple razón mi familia tiene tantos problemas.

    -Ya veo… lo siento.

    -Descuida, me hace bien poder confiar en ti – respondió con una pequeña sonrisa.



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    -Realmente enloqueciste – comentó el peli-rojo tratando de golpear al peli-negro.

    -Eso parece… pero él estaba sospechando – aclaró defendiéndose y atacando al mismo tiempo – así que mejor le dije una verdad a medias para que se tranquilizara, no me siento cómodo mintiéndole – condesó.

    -Espera – ambos detuvieron el entrenamiento – Acaso… ¿Él te gusta?

    -¡No! Él no me gusta {El que me gusta eres tú} – dijo sonrojándose – pero es mi amigo y yo odio mentir.

    -Sí, pero es necesario – recalcó un poco molesto Gaara debido al sonrojo del más pequeño – debes tener cuidado, recuerda que el maldito aquel te sigue los pasos.

    -Claro – respondió con desgano.



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    -Muy bien, has mejorado mucho – felicitó el peli-negro al esquivar a duras penas la patada del castaño. Había pasado otro medio año de arduo entrenamiento.

    -Aún no es suficiente – replicó continuando su ataque – no es lo mismo cuando te defiendes que cuando atacas.

    En ese momento el celular del peli-negro empezó a sonar y ambos chicos se detuvieron, sabían quién era, ella siempre llamaba a las cinco de la tarde, era hora de terminar el entrenamiento e irse.

    Caminaban por la plaza central de la ciudad, todos los días pasaban por allí para al final de la misma tomar caminos separados, pero ese día fue diferente, un ruido proveniente del otro lado de la plaza los alertó, había sido un disparo. La gente corría despavorida en su intento de supervivencia. Dos tipos tenían acorralada a una mujer, uno de ellos sostenía su pistola a la altura de la cabeza de la mujer, el otro se dedicaba a revisar sus ropas en busca de algo.

    -Vaya cobardes – expresó Menma situándose junto a los hombres.

    -¿Qué dijiste niño? – preguntó molesto el de la pistola.

    -Digo que es de cobardes amenazar a alguien con una pistola, si fueras lo suficientemente fuerte no recurrirías a ellas – explicó – y lo peor del caso es que ni siquiera sabes usarla.

    -Ya veremos – respondió el hombre apuntando a la cabeza del pequeño – a ver si puedo o no usarla.

    Ni bien dicho eso el hombre cayó inconsciente, Kiba se había acercado desapercibido y golpeó en la cabeza al hombre. Menma se giró rápidamente y golpeó varias veces al otro hombre hasta que este pudo escapar dejando a su compañero tirado.

    -Gra…gracias – expresó la mujer colapsando en llanto.



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    -¡En las noticias Naruto! – gritó Kushina al ver a su hijo en el canal de noticias - ¿Cómo puedes exponerte así? – regaño.

    -Lo lamento madre, te prometo que no se volverá a repetir.

    -No, lo más seguro es que no – dijo un peli-blanco incorporándose a la plática.

    -¡Abuelo! – gritó eufórico el peli-negro abrazando al adulto.

    -Tenemos que irnos Naruto – dijo el adulto.

    -Pero… ¿Por qué? – preguntó afligido.

    -Pronto cumplirás los trece y…

    -Falta casi un año para eso – protestó – por favor, me gusta aquí, quiero quedarme un poco más de tiempo – rogó poniendo cara de cachorro.
    Los adultos no hallaban qué decir o hacer.



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    -Así que tú eres el chiquillo de aquella vez – afirmó un peli-plata - ¿Dónde está tu amiguito?

    -No lo necesito para patearles el trasero – dijo seguro el castaño – hoy me las cobraré todas.

    -Jajaja no podrías siquiera rasguñarme la mejilla – dijo un peli-negro.

    -Probemos entonces – dijo el castaño atacando a los hombres.

    La pelea duró bastante tiempo, el castaño estaba exhausto y aún no terminaba de derribar a los dos peli-naranja que había en aquel grupo.

    -¿Para esto querías que Menma te entrenara? – preguntó un peli-rojo saliendo de quién sabe dónde – le hiciste pasar los últimos dos años entrenándote cuando lo único que quería era venganza – acusó fríamente – y lo peor es que ni siquiera has logrado tu objetivo.

    En ese momento uno de los peli-naranja atacó a Gaara pero este último lo esquivó y en su rostro se dibujó una sonrisa maniaca. El peli-rojo sujetó a su atacante por el cuello y con su mano libre le encestó un fuerte golpe en el costillar derecho.

    -No creíste que podrías tocarme ¿o sí? – preguntó juguetón al tipo que trató de golpearle – Yo no soy como ese inútil, si vuelves a tratar de golpearme… te mataré – y la sonrisa sádica volvió a dibujarse en su rostro - ¿Entendido?

    El peli-naranja asintió y a duras penas los cinco hombres que se encontraban en aquel callejón se fueron dejando solos a los dos niños.

    -¿Cómo me encontraste? – Preguntó molesto el castaño.

    -Eres un cínico – acusó el peli-rojo – debería golpearte hasta que te desmayes… pero Menma me odiaría si hago eso así que te lo dejaré pasar pero quiero que entiendas algo: Menma odia a las personas como tú – lo señaló – Si no quieres perder su amistad será mejor que vayas cambiando esa actitud.

    -¿Y tú que sabes? – recriminó – tú no conoces a Menma, a penas y son compañeros, él y yo somos amigos.

    -Engañaste a Menma con ese tu discurso de “proteger a los que no pueden hacerlo” pero no me engañaste a mí – aclaró – Menma te enseñó lo que sabe para que protejas no para que lastimes y si no eres capaz de comprender eso, entonces el que no conoce a Menma eres tú – volvió a señalarle – Te advierto que si vuelvo a descubrirte siendo el abusivo… no seré benévolo contigo – dicho eso el peli-rojo se fue.


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    -Creo que han crecido un poco – señaló el peli-negro midiendo a los tres perros.

    -Yo no noto la diferencia – dijo el castaño.

    -Eso es porque tú los ves todos los días – respondió Menma – Nee cerecita ¿verdad que han crecido? – preguntó al peli-rojo que lo miraba fastidiado.

    -Es de suponer, el único que no crece eres tú – mofó Gaara. Todos empezaron a reír.

    -Eres cruel – expresó realmente dolido.

    -¡Uy quiere llorar! – siguió burlándose.

    -Ya déjalo en paz – defendió molesto Kiba – no permitiré que trates mal a Menma en mi presencia, menos en mi casa – su tono indicaba la seriedad del asunto.

    -Como sea – dijo sacudiendo sus ropas – Menma, Bee quiere vernos… solo a nosotros dos – remarcó para evitar que el castaño los acompañara.

    -¡Qué más da! – soltó con desgano – hasta mañana Kiba – ambos se despidieron informalmente y se fueron.



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    -Tu cumpleaños será en tres meses – habló Gaara caminado junto al peli-negro luego de charlar un poco con Bee.

    -Así es – respondió Menma restándole importancia.

    -Tendrás que irte este mes – le recordó – debes estar allá por lo menos un mes antes de la ceremonia.

    -Lo sé – soltó un suspiro resignado – No me quiero ir – su tono reflejaba la enorme tristeza que sentía.

    -Debes afrontarlo – dijo sin dejar ese monótono tono de voz.

    -Lo haces parecer tan fácil.



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    -Mejoras con cada semana – felicitó el peli-negro – un poco más y podrás hacerme frente.

    -¡Hah claro! – soltó con sarcasmo – como si eso fuera posible.

    -Jajaja ya verás que sí podrás – trató de animar.

    -Menma, hay algo importante que he querido decirte – confesó serio el castaño pero antes de que pudiera hablar el celular del peli-negro comenzó a sonar – contesta {¡Y ahora qué! Todavía no son las cinco} tu madre se enojará.

    -Gracias – dijo antes de atender la llamada – hola – dijo y tras un pequeño tiempo el rostro de Menma palideció, se le notaba afligido – Entiendo, estaré en casa en media hora madre – dicho eso colgó la llamada – Lo lamento Kiba pero debo irme, mi madre está molesta y no puedo hacerla esperar – tomó sus cosas y se fue.




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    -Naruto, nos vamos este viernes – informó su madre.

    -Pero dijeron que nos iríamos a final de mes – protestó – aún faltan dos semanas.

    -Él nos encontró – dijo el abuelo.

    Eso fue suficiente para que nadie dijera nada, sabían lo delicado de la situación. Naruto agachó la cabeza y se dejó caer en aquel sillón de esa casa que de pronto se le volvió tan ajena, quería llorar, estaba arto de salir corriendo cada vez que el bastardo que arruinó su familia daba señales de humo. No era la primera vez que había llamado a la policía pero según ellos, Kushina estaba confabulando en contra del otro socio de la compañía… por eso jamás mencionó la existencia de su hijo.

    -Debemos hablar sobre Kiba, hijo – dijo su madre sacándolo de su mundo.



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    -Veo que esta vez vinieron juntos – dijo con cinismo el peli-plata.

    -¿Esta vez? – preguntó confundido.

    -Sí, la otra vez vino él solo y luego apareció el otro, el maldito peli-rojo – dijo uno de los peli-naranja.

    -¿De qué hablan Kiba? – preguntó molesto el peli-negro.

    -¡Oh qué pena! – burlo el peli-plata – parece que tu amiguito hace cosas si decirte nada.

    -Es claro que su relación es puramente utilitaria ¿no? – Preguntó el castaño de ojos verdes – él te uso para hacerse más fuerte y tú lo usaste a él para encubrirte.

    -¡Eso no es cierto! – protestó molesto el Inuzuka.

    -Tienes razón – expresó el Senjū – jamás lo consideré como un amigo, solo necesitaba la fachada para no levantar sospechas – explicó – Pero al final cometí un error, no creí que el idiota fuera a buscarlos – su tono reflejaba un gran cinismo que dejó impactado al Inuzuka.

    -Jajaja eres tal como lo dijo él – dijo el peli-negro – Tú y tu familia no tienen escrúpulos.

    -En la guerra todo se vale – justificó.

    -¡Maldito! – gritó un dolido Kiba golpeando al peli-negro.

    -No vuelvas a golpearme idiota… o te mataré – amenazó con una sonrisa bastante tenebrosa.

    -Jajaja parece que tu sirviente ya no pretende seguir en tu juego – dijo el oji-verde.

    -No es como si me importara – restó importancia el Senjū – Ya no lo necesito.

    -Ven acá muchacho – llamó el peli-plata al Inuzuka – si quieres podemos ayudarte a darle una lección al mocoso este – dijo despectivamente.

    -Vamos Kiba – dijo Menma – sabes que ni con otros veinte hombres más podrían ganarme – se jactó – piensa que todo esto comenzó porque esos insensibles estaban lastimando a tu estúpida mascota – le señaló el hecho – Yo ya había escogido a alguien más pero tú te me pusiste en bandeja de plata – se burló – es culpa de ellos que estés en esta situación así que si quieres desquitarte con alguien hazlo con ellos que conmigo no podrás.

    -Eres un bastardo – recriminó con odio el Inuzuka – pero tienes razón, mi odio es hacia ellos… no sé quién carajos eres y ya no me importa, yo solo quiero darles una paliza a ellos.

    -Pues que te aproveche – le sonrió descaradamente y se fue.



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    -Suéltenme por favor – pedía entre sollozos una joven de 16 años más o menos.

    Estaba rodeada, cinco hombres y un adolescente la tenían acorralada y la poca gente que pasaba por allí parecía estar ciega y sorda. Uno de ellos comenzó a toquetearle los muslos sin importar las suplicas de la chica.

    -¿Qué creen que hacen malditos cerdos? – preguntó un recién llegado.

    -Otra vez tú – dijo el peli-plata – Largo, no te incumbe lo que hagamos.

    -Kiba ¿Has enloquecido? - preguntó molesto.

    -No es algo que deba responderte así que piérdete – le dijo serio el pequeño castaño.

    -Ya oíste, largo – dijo un peli-naranja.

    -Suéltenla – ordenó y los hombres empezaron a reírse.

    -Oye cerecita, ellos están armados así que lo mejor es que te vayas – sugirió el Inuzuka.

    -¿Cerecita? – Preguntó de la manera más tétrica que pudo – solo Menma puede llamarme así imbécil – declaró - ¿Armas? – dijo con sorna y desenvainó su katana – yo también estoy armado así que donde no la dejen ir y les cortaré su paquetito – amenazó burlesco.

    -Te lo advertí – dijo Kiba quitando el seguro de la pistola que había mantenido oculta y alzándola.

    La cara de Gaara pareció deformarse por la rabia. Hizo un rápido movimiento y por increíble que pueda parecer, cortó la pistola con su katana. Miró con furia a los hombres y les apuntó con la katana.

    -Contaré hasta tres y si no se han ido iré por ustedes y los mataré – sentenció – uno… dos… tres – como nadie se movió el peli-rojo avanzó rápidamente hasta encontrarse de frente con el oji-verde y con un ágil movimiento le hizo una cortadura en el abdomen – ¿Creen que estoy bromeando?

    Los hombres palidecieron, ese chiquillo tenía un aura asesina peor que la de su jefe, no dudaron un segundo antes de emprender carrera. El Inuzuka también pretendía irse pero un grito lo detuvo.

    -¡NO TE ATREVAS! – advirtió Gaara – te advertí que si te atrapaba haciendo algo como esto te daría la paliza de tu vida… eres la mayor decepción que pudo llegar a la vida de Menma –recriminó.

    -Ese maldito me usó todo el tiempo – se defendió – y no finjas con que no estás involucrado, desde el principio los dos se burlaron de mí.

    -Realmente eres un idiota – le insultó – tú – señaló a la chica que seguía ahí – ¿Estás bien? ¿Puedes caminar? – preguntó y ella asintió – pues entonces lárgate o te mataré.

    Ni bien dijo eso y la chica salió como alma que lleva el diablo, Kiba no pudo evitar sorprenderse por el trato tan inhumano que el Sabaku le dio a la chica, aunque el tampoco se sentía muy moralista luego de haber sido él quien la puso en esa situación.

    -Si vas a golpearme hazlo ya – eso casi parecía una orden de no ser porque se notaba el miedo en el chico.

    -¿No tienes ni la menor idea cierto? – el castaño le miró con extrañez – Él te contó los problemas de su familia y aún así no lo entiendes… en serio que eres un troglodita – insultó.

    -Si vas a seguir hablando de él, al menos explica lo que estás diciendo – dijo con desgano.

    -¡Imbécil! Menma dijo todo eso para protegerte – confesó – su madre lo obligó pues era la única forma de protegerte de los enemigos de la familia de Menma, pero ¡Mierda! Eres un completo idiota – le restregó – el trata de alejarte de los problemas y vienes tú y te metes en la boca del lobo.

    -¿Le ha pasado algo a él? – preguntó tratando de encubrir su preocupación.

    -Debería preocuparte más por ti mismo – aconsejó – Menma se irá este viernes y estará a salvo… tú por otro lado, te has metido en un lío del que no se te será fácil salir.

    -¿Por qué me dices eso? – preguntó consternado - ¿Por qué tratas de ayudarme?

    -Porque Menma te quiere y yo lo quiero lo suficiente como para que me duela verle sufrir por un idiota como tú.

    -Él me quiere – susurró - ¿Dónde está? ¡No puede ser, hoy es miércoles! – se exaltó.

    -Podrás verlo mañana – dijo el peli-rojo y el castaño se tranquilizó – irá al dojo a sacar sus cosas a eso de las 10 am.

    -Gracias – dijo un poco avergonzado.

    -No lo agradezcas – le dijo seriamente – esto que te he dicho solo te asegura la muerte.

    -Gracias de todos modos - le dedicó una sonrisa.

    - lo que sea – respondió indiferente – pero no olvides que me debes a los perros.

    -¿Disculpa? – preguntó confundido.

    -Quiero a los perros – explicó – me desafiaste y es claro que yo he de ganar así que quiero que me des mis perros.

    -Lo resolveremos otro día – evadió – tendremos que posponerlo porque hoy tengo otras cosas que hacer.

    -Muy buen, pero no lo arruines – advirtió de nuevo – O te mataré.



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    -Menma espera – pedía el castaño siguiendo al peli-negro – debemos hablar.

    -Aléjate de mi idiota – le insultó y siguió su camino pero el castaño lo tomo del brazo y le hizo detenerse.

    -Ya lo sé todo, sé porque te comportas así conmigo – dijo tratando de persuadirlo para que le escuchara.

    -¡HE DICHO QUE ME DEJES EN PAZ! – Gritó - ¿Qué no entiendes? Ya no te necesito – Recalcó de forma grosera.

    -Escúchame – pidió.

    -No quiero tener nada que ver con un cobarde que engaña a un achica para que un grupo de imbéciles puedan abusar de ella – le restregó y el castaño agachó la cabeza.

    En ese momento el peli-negro siguió su camino. Para cuando el castaño vino a reaccionar ya no había nadie a su lado, buscó con la mirada al peli-negro y lo encontró parado frente a un alto de semáforo.

    Y el tiempo se detuvo, desde donde estaba, Kiba observó lo que fue la escena más cruel en su corta existencia. Vio como aquella chica que venía del otro lado de la calle se cruzó ignorando el alto, Un carro se acercaba a una velocidad suicida. Más que el tiempo, lo que se detuvo en ese momento fue el corazón del castaño. Menma había corrido hacia la chica para sacarla del camino. El impacto hizo eco por toda la plaza, las llantas derrapando en un intento por frenarse, el sonido del acelerador a los pocos segundos… el conductor se dio a la fuga.
    Corrió tan rápido como su cuerpo se lo permitió, se dejó caer de rodillas ante el inerte cuerpo de quien en algún momento fue su mejor amigo, el charco de sangre crecía alrededor de aquel mutilado cuerpo. La chica se acercó horrorizada tras reaccionar y cuando quiso hablar el castaño la fulminó con la mirada.

    -¡Maldita idiota! ¿En qué mierdas estabas pensando? – y toda la ira, la frustración… la impotencia se descargó en aquellas palabras.

    El sonido de una ambulancia se hizo presente, alguien había llamado a la policía, los doctores se acercaban… y aún así… no estaba seguro de que eso sirviera de algo. Lo hicieron a un lado, recogieron el cuerpo y la ambulancia partió inmediatamente al hospital más cercano, era una emergencia después de todo.



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    -¿Cómo está? – preguntó Kiba al peli-rojo cuando lo vio salir del hospital… no se había atrevido a entrar y Gaara podría resolverle las dudas.

    -Él… murió – susurró conteniendo el llanto – su condición era terminal… apenas duró unas horas allí adentro – dijo sin poder detener las lágrimas entrando al coche de su familia y bajó el vidrio – te aconsejo que te vayas, yo te avisaré cuando será el sepelio – luego de subir el vidrio el vehículo emprendió marcha.

    -Kiba, hijo, es mejor hacerle caso – aconsejó la mujer.

    -Yo… pude haber evitado su muerte – dijo entre lágrimas – si tan solo lo hubiese retenido… el no habría saltado a la calle – se culpó.

    -Ya hermanito, no es tu culpa – habló en tono comprensivo la joven.

    -Ven, vamos a descansar – su madre lo tomos de los brazos y se lo llevó del estacionamiento… porque hasta allí fue capaz de entrar el pequeño.



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    El ataúd descendía lentamente para tortura de todos, la familia lloraba desconsolada. Kiba estaba allí junto a su familia, Gaara parecía ausente, su cuerpo estaba allí pero se veía como un cascarón vacío, la señora peli-roja que muy pocas veces vio, junto al castaño que conoció en el hospital permanecían distantes el uno del otro, cada quien llorando por su cuenta sin darse consuelo. Aquella señora rubia con la que nunca habló pero que sabía que era como una abuela para Menma, esa señora lo veía de la misma forma de siempre: con desaprobación. Había mucha gente allí que no conocía pero ciertamente poco le importaba querer conocerlos en ese momento.

    Y su corazón se detuvo nuevamente al ver como la tierra comenzaba a caer sobre aquella frívola caja de madera… sabiendo que sin importar lo que hiciera, la persona que había adentro jamás despertaría. Y un sentimiento muevo surgió… ¿Por qué había sido tan estúpido de sacrificar su vida por una idiota que se merecía ser atropellada?
    0DIO

    sentía odio por las personas…sentía odio por ella, sentía odio a sí mismo…

    estaba vacío.







    -¿Por qué? – Preguntó sin contener el llanto.

    -Yo no quería – confesó soltando el agarre para secarse las lágrimas – pero era necesario para protegerte.

    En ese momento el castaño se sentó dejando al rubio sentado sobre sus piernas y le abrazó protectoramente.

    -Pero estabas muerto – susurró en el oído contrario – yo mismo te vi… ¿o es que fingiste eso?

    -No – susurró de igual manera – cuando desperté ya no estábamos en Suna, dijeron que Senjū Menma había muerto una semana atrás… así que solo pude resignarme – confesó correspondiendo el abrazo.

    -Te extrañe – profundizó el abrazó y enterró su cabeza en el cuello del rubio – Lamento ser la mayor decepción de tu vida – y los sollozos se volvieron lamentos.




    Y en la entrada cierto azabache presenciaba aquella escena que sin saber como ni por qué le estaba dejando amarga la boca.




    Aquí termina el capítulo, espero que lo hayan dsifrutado... a partir de aquí la historia se vuelve un poco más complicada... espero poder manejarlo jeje

    Matta ne

    :)
     
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37 replies since 6/10/2014, 07:28   1204 views
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