Lo que nos une (SasuNaru) +16 - ¡CAPITULO FINAL!

Tras volver a Japón, Sasuke de ahora 15 años se reencuentra con el antiguo amor de su niñez, Naruto, quien desata antiguos sentimientos en él y así comienza el camino de descubrir su propia sexualidad

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  1. Celes†ica
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    ¡Hola a todas y todos! Volví muajajaj e.e
    Gracias por sus comentarios, son muy importantes para mi :)
    Y bueno.. les traigo el final de la historia aunque... lean al final del capítulo... les traigo información importante jaja :3

    Bueno... ¡espero les agrade! n.n

    __________________________________________________________________________


    ANTERIORMENTE:




    – ¡¡Sasuke!! ¡¡Deja de caminar!! ¡¡Soy yo!!


    ¿Quién más que él podía ser? Naruto estaba ahí, justo tras él y cada vez más cerca. Luego de unos segundos ya estaban cara a cara.


    – Te dije que vendría por ti, dattebayo. —dijo el rubio mientras sonreía.
    – ¿Qué? ¿Acaso te has vuelto loco? ¡Ya lo sé todo! —gritó Sasuke con desenfreno.
    – ¡¿De qué hablas?! ¡Tuve que seguirte por cuadras mientras corrías como un loco! Además después de eso entraste a este bosque... ¡Dame un respiro! ¿quieres?
    – ¡Sé lo de mi hermano y tú Naruto! ¡¡Ya sé que todo era un plan desde el comienzo!! ¡¡No te hagas el desentendido!!
    – ¿Q... Qué? ¿Lo sabes? —dijo el rubio impresionado.
    – ¡Hijo de puta! ¡¡¡Eres el puerco más malnacido que se ha cruzado en mi vida!!! —gritó Sasuke notoriamente herido.






    CAPITULO TRECE:

    "Amanecer"























    "El eco de tu voz resuena en la completa oscuridad,
    incluso en lo profundo del bosque"



















    – ¡No sé que decirte! —replicó Naruto—. Yo... yo...
    – ¡Cállate!... Creo que no hay nada más que decir... Naruto.
    – No... Sasuk-
    – Creo que deberías marcharte ahora mismo. Y no quiero volver a verte. Espero sonar lo bastante claro. —recalcó con dureza el Uchiha.
    – ¿Estás seguro de que quieres eso? Porque si es así me iré y no volverás a verme —dijo Naruto, su mirada inspiraba seguridad en las palabras que acababa de decir.
    – ¡¡Sí!! ¡¡Sal de mi vista maldito mentiroso!!

    Sasuke se mantuvo firme en sus palabras. Caminó dos pasos y quedó frente a frente con Naruto, cerca... tan cerca que sus narices estaban a punto de rozar. Lo miró a los ojos.

    – ¡Mientes! Lo puedo ver en tus ojos... —susurró Naruto—. A pesar de todo... Soy la única persona que te conoce de verdad, Sasuke. Sé que odias las multitudes, sé que no soportas que te contradigan... Tu comida favorita son las bolas de arroz, el atún y los tomates. ¡Tu día favorito es el lunes ya que odias quedarte en casa sin nada que hacer! Sé que miras a los ojos cuando estás mintiendo para parecer sincero... Y también sé... Sé que me amas Sasuke.
    – Estás... Estás totalmente chiflado , no pienso quedarme a oír un montón de estupideces.


    Al momento de decir aquello, Sasuke giró sobre sus pies y dio media vuelta. Estuvo de acuerdo en dormir en medio de aquel bosque con tal de no tener esa conversación con Naruto. Aunque odiaba admitirlo, esta vez decidió huir.


    – ¡No dejaré que escapes de mi! —dijo Naruto tomándolo de la cintura.
    – ¡Suéltame imbécil!

    Sasuke se zafó de Naruto y dio dos largos pasos al frente. Entonces se dio cuenta que escapar era una posibilidad casi nula. Naruto no se alejaría tan fácilmente. Debía enfrentarlo.

    – ¡Para empezar estás loco! Yo... Yo leí aquella carta y... realmente era la letra de Itachi, así que no me vengas con estupideces sobre que la letra no es suya, o cosas por el estilo, porque no-
    – ¡¡Todo es verdad Sasuke!! Todo... No tengo intención de mentirte. —mencionó con la voz quebrada.
    – ¿Entonces qué? ¡Sólo has estado jugando conmigo! Ahora entiendo lo de Hinata... te acostabas conmigo y seguías con ella... me ignorabas... me dejabas sólo. ¡¡¡Tú sólo estabas jugando conmigo idiota de mierda!!!
    – ¡¡¡NO!!! —gritó Naruto—. ¿¡Acaso no entiendes que... —Naruto guardó silencio por algunos segundos, como si intentara escojer bien sus palabras—. Yo... yo te amo Sasuke.


    En aquel preciso momento un silencio profundo reinó entre los dos. Estaban a menos de un metro uno del otro pero para Sasuke parecían diez kilómetros de distancia. Quedó petrificado. ¿Qué significaba eso de que "lo amaba"? Un caos se armó en su cabeza. Cuando estuvo a punto de emitir palabra (un insulto a Naruto, por lo demás) Pudo oír como las hojas que cubrían el suelo de todo el bosque crujían. Posiblemente alguien estaba en los alrededores. Sasuke se aterró. ¿Podría ser Madara? ¿Pero con qué motivo? Sasuke podía... ¿Demandarlo? Claro que sí, ahora tenía las pruebas suficientes para hacerlo. Pero tampoco sería un cuento tan fácil, Madara evitaría aquello a toda costa.
    De todos modos, Sasuke no halló respuesta a ninguna de sus preguntas. Sólo atinó a pronunciar algunas palabras apelando a todo su valor, pero aquellas palabras resultaron titubeantes y llenas de temor:


    – ¿Quién está ahí?


    No hubo respuesta.


    – Ehhh, vamos. ¡Sal de ahí seas quien seas! No es gracioso, ttebayo —gritó Naruto mientras fruncía el ceño.


    Una sombra se movió lentamente hacia ellos. Antes de poder ver su rostro musitó algunas palabras:


    – Así que... ¿Lo amas realmente?


    Aquella voz era sumamente familiar. Hinata Hyuga se encontraba justo ahí. Llevaba un vara de madera de al menos un metro de largo en sus manos. Su voz se notaba temblorosa, sus ojos estaban hinchados. Posiblemente había estado llorando.


    – Hi...Hinata, ¿qué te pasa? ¿estás bien? —dijo el rubio tratando de apaciguar los ánimos.—Pi... pienso que no es para tanto, ttebayo.
    – Hinata, no seas ridícula. —exclamó Sasuke—. No hagas alguna estupidez de la que te puedas arrepentir.


    Todos callaron. Un silencio vacío, confuso y aterrador. Hinata los observó fijamente, a cada uno por separado; se mantuvo así por un largo rato, sin desviar aquellos ojos color perla de las figuras de los dos muchachos. Sasuke creyó que en cualquier momento Hinata se abalanzaría sobre él y lo golpearía hasta matarlo (o al menos lo intentaría). Su teoría era bastante descabellada pero con todo lo que había sucedido durante ese tiempo no le habría extrañado para nada.
    Hinata dio un paso al frente con la misma expresión seria de antes. Hizo un ruido extraño, luego de eso puso uno de sus dedos junto a sus labios como si intentara acallarse a sí misma y después... sonrió. Una sonrisa sin malicia, una sonrisa más bien tranquila.

    – ¿Por quien me estás tomando, Naruto-kun? —dijo—. ¿Qué creíste que te haría?
    – ¿Así que no quieres matarnos Hinata? ¿Y entonces qué quieres? No lo pillo —musitó el rubio mientras gesticulaba una mueca—. Creí que vendrías a descuartizar a Sasuke o algo por el est-
    – Cállate Naruto. —dijo el pelinegro.
    – Quiero que me confieses todo Naruto-kun. Siento que lo merezco. —dijo Hinata mientras su sonrisa se transformó de golpe en una expresión de suma seriedad.
    – ¡No es un buen momento Hinata! ¿¡Acaso no ves que estamos en crisis!?
    – Creo que podrías tener algo de tiempo para mi. Si es por lo de Madara, no te preocupes, él no está aquí. Y... y yo sé que es posible que te alejes de m- de aquí, y no nos volvamos a ver, así que necesito que... que me aclares un par de cosas, necesito estar segura de... de dejarte ir... mi Naruto-kun.

    Sasuke no se sintió confiado con el argumento de Hinata. ¿Ella realmente quería saber aquellas cosas? Era posible que estuviera aliada con Madara. Eso sería un cuento totalmente disparatado, pero Sasuke no podía confiar sólo en las palabras de la pelinegra. Así que le preguntó con la seriedad que lo caracteriza:

    – Espera Hinata. ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Acaso Madara te mandó?
    – Madara ha ido a mi casa en busca de Naruto-kun, creía que él tenía la clave para encontrarte. Dijo que posiblemente estaban juntos. Pero Sasuke-kun, ¿cómo podrían estar los dos en mi casa? ¿no crees que sería algo humillante para mi?

    Aquello convenció mucho más al Uchiha. Realmente se sintió aliviado con la respuesta que acababa de escuchar. Por otra parte, no le importaba en lo más mínimo que aquella mujercita se sintiera humillada.

    – No me interesan tus sentimientos Hinata. Tan solo habla pronto con Naruto, sino, me iré. No tengo tiempo que perder.

    Hinata calló por un momento. Su rostro se volvió pálido y en su mirada se reflejó un profundo odio. Odio hacia Sasuke. Y era lógico.

    – Tú... ¡Tú no te mereces a Naruto! ¡Tú solo te preocupas de ti mismo! O... o acaso dime... ¿Qué has hecho por él? Yo... ¡Yo no entiendo por qué estás enamorado de este tipo tan arrogante, Naruto-kun! —dijo apuntando con el dedo al azabache.

    Sasuke sonrió. Se sintió satisfecho con lo que acababa de lograr.

    – Eres una completa idiota.Tú no sabes nada. De todas formas, deja de darme ese discursillo moralista. ¿No es que venías a hablar con Naruto?
    – Sasuke... no te pases... Además ¡En cualquier momento Hinata podría buscar a Madara y decirle lo que sucede, ttebayo!
    – Yo no haría tal cosa. —dijo la ojiperla—. Aunque admito que me muero de ganas de hacerlo.
    – No me interesa. —contestó el azabache—. No tengo tiempo para ridiculeces, Hinata. Has lo que quieras. Y te diré algo: esto es entre Naruto y yo, ¿o es que acaso no lo entiendes mujerzuela barata?
    – Naruto-kun... Te lo suplico, no te vayas con Sasuke... Te aseguro que sufrirás si lo prefieres a él... Quédate conmigo, yo puedo hacerte feliz... Yo haría cualquier cosa por ti, incluso vine aquí a salvarte...
    – Hinata... Sasuke no es como parece. El es una persona diferente, pasa que... tú no lo conoces realmente, eso es todo. Y tenías razón en lo que dijiste hace un rato —Naruto sonrió levemente—. No volverás a verme nunca más, porque yo quiero irme de aquí con Sas-
    – ¡¡NARUTO-KUN!!... ¡Abre los ojos! Sasuke jamás ha mostrado interés en ti, lo puedo notar incluso al mirarlo ¿Y ahora dices que se irán juntos? Si ese es el amor que él siente por ti, entonces desearía no amar jamás... ni que me amen.


    Los tres callaron nuevamente. Naruto observaba con lástima a Hinata, y viceversa. Pero Sasuke ya estaba cabreado, de Hinata y de la situación de su vida en general, ya no necesitaba más problemas. Además, Hinata no sabía nada de su vida, y aún así se dignaba a aparecer frente a él en un momento sumamente crítico, ejerciendo juicios en su contra. Pero Sasuke no tenía tiempo ni ganas de escuchar estupideces, menos de aquella mujer. ¿Qué se cree? ¿Acaso se volvió loca? Finalmente, el azabache explotó. Era demasiado para él.


    – ¡¿QUE TE CREES PARA JUZGARME?! ¡¡TÚ NO ME CONOCES!! ¡SIEMPRE HAS TENIDO TODO LO QUE HAS QUERIDO! ¡YO NO TENGO NADA! ¡ESTOY COMPLETAMENTE SOLO! —gritó Sasuke como nunca antes había gritado en toda su vida; pero luego comenzó a susurrar, como si se revelase un secreto a sí mismo—. Lo único... lo único que tengo en mi vida... es...


    Y no pudo evitar estremecerse. Cayó de rodillas en la hierba ya mojada por el sereno. Su mirada quedó fija en un punto ciego frente a él, al darse cuenta de lo que estaba diciendo, de lo que estaba casi confesando. Hinata y Naruto lo miraban desconcertados, ambos inmóviles frente al Uchiha.


    – ¡¡¡LO ÚNICO QUE TENGO EN MI VIDA ES NARUTO Y TÚ ME LO QUIERES ARREBATAR!!! ¡¡ERES UNA EGOÍSTA!!—dijo el ojinegro sin quitar la vista del suelo.


    Al pronunciar aquellas palabras se sintió desprotegido y frágil, al igual que cuando era un niño y su padre lo regañaba y amenazaba, en especial cuando no sacaba buenas calificaciones. Entonces Itachi acudía en su ayuda y lo abrazaba, a veces le contaba un cuento hasta que se quedara dormido. Lo hacía sentir tan bien, tan cálido, tan sereno, como si nada en el mundo lo fuese a lastimar: incluso los puños de su padre.
    Pero en ese momento se sentía muy solo, en medio de la noche, temblando de frío y confesando los sentimientos que solían apuñalar su pecho. Estaba cansado de sentirse tan vacío, de sentir aquella soledad, aquel sentimiento de que ninguna persona sintiera amor por él. Necesitaba a Naruto, a pesar de cualquier cosa que hubiese hecho. Y en ese momento se le pasó algo por la mente: lo perdonaría de todas formas, aunque el rubio lo hubiese engañado en un pasado diciendo que lo amaba, e incluso si todavía lo siguiera engañando. Sasuke estaba dispuesto a vivir de esa manera. Sólo por sentirse protegido nuevamente.
    La fachada de chico rudo y orgulloso se estaba yendo a la basura. Y hasta Hinata estaba ahí para verlo.


    – ¿Ahora estás feliz? —susurró Sasuke.
    – ...
    – Vamos Hinata... Contéstame... ¿Quieres a Naruto para ti sola verdad? Te dignas a venir aquí después de tanto tiempo para intentar llevártelo contigo nuevamente... ¿No es así?
    – Sasu-
    – De todos modos, él siempre te ha preferido a ti. El sólo estuvo conmigo por un acuerdo con Itachi, así que puedes sentirte satisfecha. —al decir aquella frase, Sasuke no pudo evitar alzar la vista hacia los ojos de Hinata y sonreír—. El siempre te ha preferido... siempre.

    Hinata guardó silencio y lo observó con mucha tranquilidad. Tal vez al darse cuenta de que quien estaba fuera de sus cabales era Sasuke y no ella.

    – Yo... yo sólo quiero lo mejor para Naruto-kun. ¿Sabes por qué? Pues porque yo sé... yo sé que es un chico de un corazón puro... por lo mismo yo... yo sé que él te ama a ti, Sasuke-kun. Y bueno, —Hinata hizo una pausa, como si intentara escoger con mucho cuidado la frase que iba a pronunciar—. Sólo quería asegurarme de que tu... de que lo amaras tanto como él te ama a ti... y como yo lo amo a él...

    – Hinata... —susurró Naruto, sus ojos se abrieron como platillos.
    – Hmm. —Sasuke sonrió y se levantó, mientras lo hacía apoyaba sus manos en sus rodillas—. De todas formas, eres un fastidio Hinata.
    – Hinata... tú... —dijo Naruto.
    – Creo que es momento de que se larguen de aquí. —Hinata hizo una mueca de impresión e instintivamente se tapó el rostro con ambas manos—. Oh, lo había olvidado.

    Al momento de decir aquella frase, la ojiperla dio unos cuantos pasos hacia atrás de un enorme árbol. Regresó con un bolso en una de sus manos, y el trozo de madera en el otro.

    Extendió su mano hacia Naruto.


    – Hice esto para ti Na-Naruto-kun... Hay algunas ropas tuyas que quedaron en mi casa, y meriendas para ti y para Sasuke. Tu Sándwich tiene triple queso como a ti te g-gus... —antes de terminar la frase la ojiperla no pudo evitar llorar.


    Naruto la abrazó.


    – Vamos... ya lárguense. —susurró la ojiperla entre sollozos.


    Naruto besó su frente en señal de afecto y después la soltó. El rubio caminó y se quedó junto a Sasuke, quien miraba la escena sin expresión alguna en su rostro.


    — Gracias, Hinata. —musitó Sasuke.


    Ambos comenzaron a caminar. Sabían que debían recorrer un largo trayecto para llegar a una autopista casi intransitable. Luego de aquello tendrían que esperar a un automovil que los llevara a la ciudad sólo de buena voluntad, pues ambos no tenían dinero para pagarle al conductor, mucho menos a un autobús. Pero Sasuke se sentía aliviado, se había quitado un peso de encima y fue gracias a Hinata, la persona de la que menos se esperaba tal cosa. Ni siquiera tuvo que entablar una conversación dolorosa, indirectamente sabía que Naruto lo amaba realmente, y nada del pasado importaba ahora. Lo difícil era el futuro, no tenía idea de a dónde iban a ir, ni de donde se hospedarían, ni con qué dinero. ¿Cómo sobrevivirían? No lo sabía. Pero no le importaba en lo absoluto, no mientras tuviera a Naruto a su lado.

    Le hubiese gustado quedarse: sí. En realidad no tenía deseos de partir, pues en aquel lugar estaban todos los recuerdos de su niñez: de sus padres, de su amado hermano, de su casa, de su colegio de primaria, incluso los recuerdos de la infancia con Naruto se quedarían ahí. Pero no podía ser egoísta. No después de todo.


    – ¿En qué piensas? ¿Uh...? —le preguntó el rubio ingenuamente.


    Sasuke sonrió. Sólo Naruto lograba hacerlo sonreír instintivamente y no porque se sintiera forzado a hacerlo.


    – Mmmm. —el rubio esbozó una expresión de enojo—. ¿¡Por qué te ríes de mi?!

    – Te... te amo. Sólo es eso. —susurró Sasuke.


    Naruto observaba a sus alrededores cuando Sasuke confesaba su amor por él. Y lo siguió haciendo, parecía muy concentrado mirando una roca.


    – ¡¿Eh?! ¿Qué dijiste? ¡No logré escucharte!
    – Ah... nada de lo que te debas preocupar. —dijo Sasuke.


    Al Uchiha le preocuban otras cosas. Su vida desde ahora no era sólo suya, sino también de Naruto. Aunque este fuera un idiota despistado, se la confiaba por todo el tiempo que le quedara en este mundo. Pues estaban destinados. Desde que nacieron, un hilo rojo en sus dedos selló sus destinos, para siempre. A pesar de eso, lo que pasaría de ahora en adelante era incierto: la nueva vida que les esperaba en una nueva ciudad, con nuevas personas y nuevos retos. Aunque de una cosa estaba seguro. Finalmente estarían los dos completamente solos, separados de las mentiras y el dolor... y del pasado. Vivirían su amor en una ciudad lejana, de ensueño. Podrían caminar de la mano por el parque sin problemas, podrían ser libres sin temor. Podrían finalmente vivir. Ya no tendrían ningún deseo de regresar.


















    FIN.-


    _______________________________________________________________



    Sasuke corrió de la mano de su amado hasta una camioneta que se había estacionado a algunos metros de ellos. Al llegar hasta ella, el conductor (un hombre con aspecto familiar y muy agradable) bajó el vidrio para ver sus rostros.


    – Se ven cansados. Me imagino cuanto han esperado. —dijo él—. ¿A dónde v-

    – ¿A dónde va usted? —preguntó Sasuke anticipándose.

    – Al centro de la ciudad de Tokio... ¡La capital! —contestó sonriente—. A unos cuantos kilómetros de aquí.

    – ¡Qué coincidencia! ¡Vamos al mismo lugar! —dijo Naruto sonriente.


    Ambos subieron a la camioneta y se sentaron uno al lado del otro. En el ambiente había olor a fresas y se quedaron dormidos, acurrucados quince minutos después. Aquello era inolvidable... podían recordarlo incluso tres años más tarde, mientras estaban mirando las estrellas en el balcón de su apartamento... Aunque sólo podían ver las luces de la ciudad reflejadas en el cielo.



    ___________________________________________________________________



    Como vieron, este es el capítulo final aunque aún quedan muchas cosas que escribir sobre esta historia...

    A ver, aclaro: Aquí acaba una etapa en la vida de mi prota, Sasuke: su adolescencia.

    En algunos días comenzaré una "segunda temporada" o como quieran llamarle, con un Sasuke algo más maduro, aunque ni tanto jaja (no quiero hacer Spoiler u.u) Bueno, con el tiempo se revelará todo eso jajaj... Pero se viene algo muy interesante porque Sasuke y Naruto pasarán por muchas cosas (recuerden que ahora viven juntos y todo eso). En fin, Sasuke tendrá 18 años y de acuerdo al final de este cap comenzará el próximo y como ya dije, ahí pasaron tres años.

    Por último: Muchas gracias a todos y todas por seguir esta historia, me han dado mucha alegría durante estos meses♡♡ (soy una sentimental, lo sé)

    Sin más que decir, nos vemos pronto :'3

    Edited by Celes†ica - 27/4/2015, 04:06
     
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