Lo que nos une (SasuNaru) +16 - ¡CAPITULO FINAL!

Tras volver a Japón, Sasuke de ahora 15 años se reencuentra con el antiguo amor de su niñez, Naruto, quien desata antiguos sentimientos en él y así comienza el camino de descubrir su propia sexualidad

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  1. Celes†ica
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    Hola mis queridos lectores y lectoras :) Hoy les traje un nuevo capítulo, algo atrasada ya que siempre subía mucho antes, pero tengo mis motivos... Sucede que escribí este mismo capítulo casi completo en la notepad, inclusive otro capítulo de otro fic que escribo y al guardar y cerrar la pagina y volver a abrirla más tarde, me di cuenta que se había borrado todo, no sé por qué :( y quedé en la nada, tuve que empezar de cero y reescribir el capítulo, lo que me dio mucho coraje u_u

    Pero aquí esta, basta de explicaciones y les pido que me perdonen TuT
    _____________________________________________________________________________


    ANTERIORMENTE:


    Esta vez Sasuke no estaba equivocado, era imposible. Sólo necesitaba una mísera prueba de preocupación por parte de Naruto, siempre necesitó eso, pero a sus ojos el rubio jamás lo tomó en serio... Aquel amor que creyó sentir, se vio opacado por la falta demostrativa de Naruto, cuando creía que lo tenía, él desaparecía, pero por una extraña razón que jamás pudo explicarse, se volvían a reencontrar de una u otra forma.

    El pelinegro sí estaba seguro de algo, de su confusión.






    CAPITULO ONCE:

    "Encuentros y desencuentros"















    Aquellos pasos tras él sólo podían ser de una persona. Lo más extraño fue que era día sábado, ¿qué podía estar haciendo él ahí? Aún así, presintió quien era hasta el punto de estar seguro de aquello y se detuvo de inmediato. Aquel día Sasuke se dirigía de vuelta a casa luego de comprar algunos víveres, ya que la despensa del hogar Uchiha se estaba quedando vacía, la verdad era que a Madara poco le importaba la seguridad de su sobrino y los motivos de su estadía eran desconocidos.


    – ¡Sasuke-kuuuun!
    – ¿Qué pasa Sai? —dijo Sasuke sin siquiera voltearse, mientras Sai corría hacia él, podía sentir sus pasos.
    – Yo... —respiró con agitación—. Discúlpame, corrí mucho.
    – Ya veo —acotó Sasuke mientras comía con lentitud un helado de paleta.
    – ¿Quieres... quieres ir a mi casa esta tarde? —dijo Sai mientras sus mejillas se tornaban rosadas.
    – Eh... Sai no lo sé, esto e-
    – Tranquilo, no es lo que piensas Sasuke, no soy esa clase de chico.
    – ¡No es eso Sai! —Sasuke bajó la vista debido a aquel vergonzoso comentario.
    – E... ¿Es un sí? Esto es importante para mi, créeme por favor.
    – Bueno, sí. Iré. Pero sólo por un rato.


    La casa de Sai era totalmente diferente a cualquier otra, estaba plagada de cuadros en cada metro cuadrado de pare, muchos de ellos no eran para nada entendibles; constelaciones junto a puertas de varios colores y tamaños, atardeceres junto a libros, personas distorsionadas, seres extraños plagados de sombras.
    Sasuke quedó maravillado, observó a su alrededor admirando cada espacio, cada detalle, sus ojos brillaban al observar tales piezas incomprensibles, al admirar lo desconocido, intentando comprenderlo sin éxito.


    – ¿Te gustó alguno Sasuke?


    No hubo respuesta de parte del Uchiha pequeño, estaba demasiado concentrado en lo que estaba frente a sus ojos.


    – ¿Sasuke?
    – Eh... ¿Sí?
    – Olvídalo — sonrió.
    – Estos cuadros son asombrosos. ¿Los pintaste tú?
    – Si, no son la gran cosa.
    – Lo son... la verdad son impresionantes. —dijo Sasuke con seriedad.
    – No... claro que no.

    En ese momento la expresión en el rostro de Sai se tornó oscura, como si algo en las palabras que pronunció Sasuke le causaran algún estrago. El Uchiha, al darse de lo que había causado, reaccionó.

    – ¿Dije algo malo? —preguntó.
    – Ven.


    Sai caminó por en frente de Sasuke hacia el corredor del apartamento. Sasuke lo siguió en silencio y vio a Sai entrar a una pequeña habitación casi al fondo del estrecho corredor. El Uchiha se quedó parado mientras apoyaba su cuerpo en la puerta, observando el interior del cuarto, notando cada detalle. Era una habitación pequeña y blanca, casi al centro de la misma había un extraña pieza de madera a los ojos del pelinegro, al costado del cuarto había un pequeño sofá rojo con varios cojines sobre él, una pequeña ventana se situaba justamente al margen de este mismo, habían varias hojas blancas tiradas sobre el piso, algunas con trazos sobre ellas, otras completamente en blanco. Sai se situó junto al caballete y observó a Sasuke mientras sonreía.


    (Chicas/os, los que no saben lo que es un caballete, es el objeto de madera en donde dibujan los artistas)


    – Sasuke... Quiero que poses para mi —dijo Sai con seriedad.


    Sasuke no supo como reaccionar ante esa propuesta, estaba completamente anonadado. ¿Acaso dijo posar? Quizás pudo oír mal aquella frase, aunque era muy poco probable. Simplemente se quedó paralizado junto a la puerta sin decir palabra alguna, ¿qué podía hacer bajo esas circunstancias? Aquella palabra le parecía ambigua y parecía que Sai iba en serio pues su rostro estaba serio, como pocas veces antes, sumándole los numerosos cuadros esparcidos por cada rincón de su hogar, intuyó que aquella propuesta iba en serio. Posar para Sasuke significaba muchas cosas, pero lo que se le venía a la cabeza con esa palabra era un montón de imágenes que hallaba sumamente ridículas; todas ellas de modelos de revistas haciendo poses bastante extrañas a su parecer, ¡el Uchiha no podía hacer tal cosa! Luciría absurdo viniendo de él. Su cuerpo comenzó a sudar y a sentir un tibio calor en sus mejillas.

    Al parecer Sai se percató de la engorrosa situación y fue al rescate del Uchiha, soltando una pequeña carcajada, que por cierto no pudo evitar.


    – Ja ja ja, ¡No es nada de lo que crees Sasuke!
    – Ehhh... ¿de lo que creo? Yo... yo no creía nada.
    – Tranquilo, no es nada de eso —sonrió— Sólo siéntate por ahí —apuntó al sofá para luego quitar un montón de hojas blancas sobre él.
    – No creo que sea buena idea Sai. Será mejor que me vaya.
    – ¡Vamos Sasuke-kun! Por favor, sólo siéntate y quédate quieto, es muy fácil. Todo es por motivos artísticos...
    – Mmmm. Está bien, creo que lo soportaré, pero sólo... sólo será un rato, ¿vale?
    – Sí —dijo un Sai más sonriente que de costumbre.


    El Uchiha menor se posicionó sobre el sofá tal y como dijo Sai. Se quedó completamente quieto observando un punto ciego en la pared, pensando en lo extraño de aquel encuentro, estaba erguido a modo de que Sai podía visualizar su deslumbrante y bello perfil. Así pasaron al menos veinte minutos en los que Sasuke no se movió en lo absoluto mientras Sai repasaba una y otra vez la hoja en blanco frente a sus ojos, claro está sin despegar la vista del Uchiha, quien pensaba en el posible calambre que sufriría su cuerpo al levantarse de ahí, intentó mover su cuello y sintió un pequeño dolor en la parte trasera de este, que hacía conexión con su cabeza. Miró a Sai quien permanecía serio y concentradísimo en terminar su boceto.


    – ¿Cuanto falta? Me duele el cuello —se quejó Sasuke.
    – Cinco minutos —respondió Sai sin despegar la vista del papel.

    (...)

    – Sai. Debo preguntarte una cosa.
    – ¿Sí?
    – Es sobre Hinata, me gustaría... saber como está.
    – ¿Hinata? Pues... creí que ella ya no significaba nada para ti.
    – ... Así es. Sólo quiero saber un par de cosas. Es eso.
    – Ya sabes lo que le ocurrió, perdió a su hija y a su novio, pero se encuentra bien.
    – ¿A... A su novio?
    – Hinata es una mujer muy noble y buena, no merecía pasar por esto, ¿sabes?. Cuando le conté mis sentimientos hacia ti, Sasuke-kun, ella me animó a que te contara y luchara por eso.
    – Claro, que noble de ella —el Uchiha dio una semi-sonrisa.

    Sai dio un suspiró de satisfacción y dio por finalizado su cometido.

    – ¿Ya está?
    – Sí, está listo —volvió su sonrisa habitual.
    – ¿Puedo verlo? —dijo Sasuke casi en tono de orden.
    – No... no, aún no está terminado.
    – Bien, pues será la primera y última vez que haré algo así, estas cosas no son lo mío, definitivamente. —Sasuke apoyó su cuerpo contra la pared.
    – ¡Pero la práctica te ayudará Sasuke-kun!
    – No... no lo creo Sai.
    – Sí... Me gustaría que volviéramos a hacerlo.
    – No habrá una próxima vez. No sirvo para esto.
    – No encontraré un mejor modelo, aunque... eres el primero. Por favor Sasuke-kun... es por el bien del Arte.
    – Mmmm. Ya veremos, ahora debo irme, se me hizo tarde.
    – Sí.


    Sai se aproximó poco a poco hacia donde estaba el Uchiha, con su mano quitó uno de los mechones de cabello frente a los peligrosos ojos negros de Sasuke y lo volvió a su lugar con delicadeza. Por su parte, Sasuke no pudo evitar mirar hacia los ojos de Sai, creando una extraña conexión entre ellos, —"¿Qué estoy sintiendo?, ¿Acaso estoy en..."— Sólo eso llegó a pensar el Uchiha cuando sintió los cálidos labios de Sai sobre los suyos, atinó a cerrar sus ojos y dejarse llevar por las innumerables sensaciones que sentía. Fue un beso lento y lujurioso como jamás se hubiera pensado. Sasuke se atrevió a ir mucho más allá y adentró su lengua en la pequeña boca que permanecía abierta, casi como dándole invitación. Sintió el esperado acaloramiento y revirtió su posición dejando esta vez a Sai contra la pared, intentando acorralarlo mientras este último no se opuso a su emplazamiento. Sus manos se volvieron inquietas y repasó el cuerpo de Sai, específicamente bajo sus ropas en la zona de su abdomen que subía y bajaba rápidamente debido a sus jadeos.
    Aquel deseo repentino de sentir a Sai, besarlo y tocarlo como si no hubiera un mañana, la pasión que pudo experimentar, ¡era insoportable! Supo lo que tenía que hacer al sentir como su pene se endurecía con tal prontitud, con su diestra repasó el miembro de su compañero confirmando que este sentía lo mismo que él. Sasuke agarró ambas piernas de Sai, abriéndolas y cruzándolas por entre su parte baja, comenzó a moverse frenéticamente simulando penetraciones y sintiendo el miembro de Sai contra el suyo. ¡No podía evitarlo aunque lo hubiera querido! Quería adueñarse de su cuerpo y esa era la oportunidad, aquellas respiraciones ajetreadas, suspiros y jadeos lo excitaban de sobremanera. Con ambas manos y sin dejar de mover su pelvis intentó quitar la camiseta de Sai, sintió bajo esta misma el sudoroso abdomen del antes nombrado quien no dejaba de morder su labio inferior.


    Entonces... en ese mismo instante al ver los ojos negros de Sai, pudo ver reflejado en ellos a alguien ¿Acaso esos ojos azules lo atormentarían por siempre?


    – ¡Sai! Hermano... ¡llegué!

    (...)

    – Hermano, ¿Dónde estás?

    – Mierda —susurró Sasuke separándose bruscamente de Sai.
    – Eh.... ¡Estoy en el cuarto de dibujo nii-san! —gritó Sai.
    – Vaya... ¡Tú nunca sales de ahí, eh!

    Sasuke se apresuró en tomar una de las hojas blancas del suelo y ponerla sobre su miembro que permanecía erecto; pudo fijarse que en ella estaba dibujada una extraña mariposa —parece extraterrestre— pensó Sasuke para luego darse cuenta de que no había tiempo para pensar en aquella situación, y que estaba actuando como un idiota.

    De pronto un chico de cabello gris blanquecino apareció posicionándose junto a la puerta; los observó con una amable sonrisa en el rostro mientras movía de un lado a otro una bolsa en su mano izquierda.


    – Vaya, veo que trajiste a un amigo. Soy Shin, el hermano mayor de Sai. —dijo extendiéndole la mano.
    – Sasuke... Uchiha Sasuke. —respondió al gesto.
    – Es un gusto Sasuke... ¡Oh, veo que te gustan las mariposas! —dijo riendo mientras observaba aquella extraña situación.
    – Oh... esto... bueno, yo... pasa qu-
    – ¡No importa! ¡¿A quien no le gustan las mariposas?! —sonrió— Sai, traje Sushi... ¿por qué no invitas a tu amigo a cenar?
    – Eh... claro, Sasuke, ¿por qué no te qued-
    – Lo siento, imposible. Debo irme a casa ahora mismo.
    – ¡Qué lástima! Pero bueno, será para una próxima vez —dijo sonriente Shin.
    – Sí —acotó Sai.
    – Claro... adiós, nos vemos.


    El pelinegro se apresuró y caminó rápidamente hacia la salida, casi corriendo, ¡eso fue demasiado vergonzoso! Ya estando fuera del apartamento dio un suspiró de alivio y quitó la bendita hoja de papel de entre sus piernas.


    – ¡¡Sasuke olvidaste tus compras!! —gritó Sai desde dentro, el ruido se extendió hacia la salida pero Sasuke decidió que hacerse el desentendido era sin duda la mejor solución.


    Era desolador pensar que nadie lo esperaba en casa, que su existencia se volvió efímera cuando a nadie le importaba su vida en sí, ¿qué era él?... Cuando Naruto se alejó, sintió que lo perdió todo, ¿ahora quien era su hogar? Madre... Padre... Itachi... y ahora Naruto... Le abarcó una extraña sensación, tal vez era vacío. Cuando vio a Shin y Sai le recordaron sus días felices junto a Itachi y su antigua vida, cuando adoraba a su hermano mayor y era su ejemplo a seguir, no había un día en que no lo recordara. No podía sentir vacío, el era un Uchiha, era fuerte y echarse a morir no era una opción.



    ******* SEMANAS DESPUÉS ********




    – Dime Sai, ¿qué haremos hoy? Pues me siento de buen humor, si quieres puedo posar como en las revistas. O si quieres puede ser algo más artístico, como esas cosas que a ti te gustan, puedo posar como la mona lisa... aunque, sería extraño viniendo de mi, soy muy genial para eso.
    – Hey Sasuke, yo...
    – Mmm, creo que debería encontrar una pose que sea solo mía, puedo ponerle hasta nombre.
    – Sasuk-
    – Sí, Sasuke provo-k, eso suena bien. —dijo mientras se acomodaba en el sofá.
    – ¡Sasuke!
    – Qu... ¿Que pasa?
    – Quiero que hagamos algo diferente hoy.
    – ¿A que te refieres con eso de diferente?
    – Quiero que poses desnudo para mi. —dijo Sai con expresión seria.
    – ¿Te volviste loco? Claro que no.
    – Pero eres perfecto para eso y sólo serán unos cuantos minutos.
    – ¡Olvídalo! —gritó el Uchiha.
    – Muy bien... entonces.

    Sai se acercó lo suficiente e intentó arrebatar la camisa de Sasuke, este por su parte lo empujó al ver tal acción.

    – ¡¿Qué te pasa maldita sea?! —dijo el Uchiha completamente alterado.
    – Vamos Sasuke-kun, tienes un cuerpo muy bonito, por favor... Di que si.
    – ... Está bien, pero no te acerques a mi. Yo mismo lo haré. —Sasuke quitó sus ropas con tranquilidad hasta quedar desnudo.
    – Bien, ahora recuéstate en el sofá.

    El Uchiha acató y optó por tomar una pose casual. Sai se acercó al caballete y tomó un carboncillo de entre sus utensilios, con una expresión de concentración comenzó a dar múltiples trazos al papel pero pasados unos pocos minutos dio un suspiro y se detuvo. Caminó hacia el corredor sin dar palabra alguna, Sasuke creyó que probablemente iba hacia otra habitación y tan pronto como lo pensó Sai apareció nuevamente, con una cajetilla de cigarros en la mano. Se acercó lo suficiente al rostro del Uchiha quien permanecía en la misma posición, Sasuke creyó que iba a besarlo pero no, Sai abrió la cajetilla de una de sus manos y sacó un cigarrillo, con lentitud lo colocó en los labios entre-abiertos de Sasuke quien lo observaba incrédulo, movió su mano hacia uno de los bolsillos de su pantalón y sacó de ellos un encendedor, con este encendió el cigarrillo y volvió a su posición.


    – Opta por la posición que más gustes —dijo— Sasuke situó uno de sus brazos por encima de su cabeza mientras su mano tocaba su cabello, su otra extremidad permanecía intacta sobre su liso abdomen; el cigarrillo se consumía lentamente y el humo lo obligaba a entrecerrar sus penetrantes ojos, los cuales observaban directamente a los de Sai, quien no cambió su rostro de concentración, observando cada detalle de aquel cuerpo frente a sus ojos.


    Pasó tal vez una hora, Sasuke no tenía percepción del tiempo que había transcurrido, pero sabía que era bastante; al menos ambos tenían la seguridad de que Shin no llegaría a tales horas, puesto que ese día Miércoles trabajaba hasta tarde y si llegara y viera la situación que acontecía, poco le importaría. El hermano de Sai era tan liberal como él y a decir verdad, no tenían ningún parentesco ni lazo sanguíneo, se conocieron en un orfanato y puesto que Shin tenía cinco años más que él, al momento de cumplir los 18 lo sacó de ahí y se mantuvieron unidos hasta ahora.


    – He terminado. —Sai alarmó a Sasuke, quien había permanecido inverso en pensamientos vagos.
    – Oh, que bien. —dijo el Uchiha quien sacó el cigarrillo de sus labios, el cual ya se había apagado por la falta de succión hace mucho.
    – Puedes vestirte.
    – No me des ordenes, pareces mi... Hm, nada.


    Sasuke tenía claro lo que ocasionaba en Sai, cada vez que lo miraba a los ojos —cuando no estuviera dibujándolo, claro— este corría la vista al instante. A decir verdad, no tenía idea de lo que significaba el Arte del que tanto hablaba Sai, pero sabía que era una mera excusa para que estuviesen juntos y la idea le agradaba. Sai solía decirle que era la persona más bella que había dibujado alguna vez, que su rostro de niño irradiaba inocencia —aunque fuese sólo su rostro—. No perdía el tiempo para darle cientos de halagos, a su cara, su cuerpo, su intensa voz, su forma de ser... lo que fuera. Como todos los Uchihas, Sasuke era una persona extremadamente vanidosa y muchas veces egoísta así que le satisfacía oír todas las adulaciones que Sai tenía para decirle.
    Tenía claro que no era amor, no, imposible. En algún momento pareció confundido pero aquel sentimiento era diferente, aún no sabía lo que era ni lo que implicaba, pero estaba dispuesto a seguir de la misma forma que hasta ahora.


    – ¿Y bien Sasuke-kun?
    – Me voy.
    – ¿No quieres quedarte esta noche? A mi hermano no le moles-
    – No, nos vemos mañana.



    La noche se había hecho presente y Sasuke estaba a pasos de casa, sin motivo o tal vez por instinto miró su muñeca como muchas veces lo hacía al día sin darse cuenta. Imágenes confusas vinieron a su mente, casi como en acuarela; esos ojos, esa nariz, esa boca, sus sombras lo perseguían incluso en sueños. Con un notable resentimiento quitó la pulsera roja de su muñeca y la arrojó al suelo... ¡Ahora nada los unía!


    – Te lo preguntaré aunque en realidad no me interesa en lo más mínimo, ¿por qué no vuelves a casa y llegas a estas horas de la noche todos los días?
    – No me molestes Madara, ni siquiera deberías estar aqu-
    – Ten cuidado de como me hablas muchacho, ¿no recuerdas lo que pasó la última vez?
    – ¡¡Estoy cansado de esta mierda!!
    – Ja... ¿Crees que me importa? —respondió Madara, con una sonrisa en los labios.
    – Me voy a mi cuarto. No me molestes. —dijo Sasuke para subir lentamente por la escalera.
    – Ahhh —Madara dio un largo suspiro— ¿Quieres que nos divirtamos un rato?
    – ¿A qué te refieres? —se detuvo.
    – A lo que tú imagines, está claro.
    – ¡!
    – ¿Qué me dices? —preguntó Madara.
    – No. Todo lo que venga de ti me suena extraño. —Sasuke continuó ascendiendo.


    ¿Qué quiere Madara realmente?


    ****** AL OTRO DÍA*******




    Luego de clases, como todos los días Sasuke se dirigió a casa de Sai; hizo lo de todos los días, sentarse a hablar de las cosas que le molestaban y afligían, mientras Sai con croquera en mano lo dibujaba. Luego de eso Sai intentaba aproximarse y Sasuke se despedía si no tenía ganas de tales insinuaciones. Hoy era la primera alternativa, no tenía ganas.


    – Debo-
    – Sí —dijo pacientemente Sai.

    A cambio de Naruto —quien aún no aparecía luego de la última conversación, hace casi dos meses— Sai era sumiso y sosegado, siempre estaba ahí para Sasuke, sin exigir nada, sin esperar mucho.

    Ambos bajaron la escalera calladamente hasta llegar a la calle, aún era de día.

    – Te veo mañana.
    – Está bien. —respondió sonriente Sai.

    Sasuke sintió lástima... ¿Lástima? Nunca antes lo había sentido a no ser de sí mismo, era un sentimiento extraño de querer hacer sentir mejor a alguien que no era precisamente él, como si esa persona pidiera misericordia a gritos. ¿Por qué no podía sentir cariño por Sai, como la gente normal? Sasuke se sentía definitivamente fuera de este mundo, lejos de la normalidad. ¿Por qué era tan raro?, sólo una persona en el mundo lograba ocasionar algo cercano al sentimiento de "Amor".

    Lo miró a los ojos y con compasión besó su frente, así sin más. Sai lo miró como si notara todo lo que sentía, como si lo aceptara y se conformara con eso.


    – ¡¡Sasuke!! ¡¿eres tú?!. Por Dios, ¡Si estás más guapo que antes!

    Cabello rojizo, anteojos, ropa provocativa y cara de pervertida.

    – Sin duda eres tú Karin —dijo desanimado, Sasuke.
    – Ehhhh, ¿qué haces con este "rarito"?
    – Tú eres la "rarita", leí en un libro que las tipas exaltadas como tú son una cosa extraña para ver —contestó tranquilo Sai.
    – ¿U... ustedes se conocen?
    – Sí, por desgracia... ¡¡Este espécimen vive en el apartamento de en frente!! Jm —dijo exaltada Karin— Pero Sasuke... tú no cambias, estás aún más guapo, más maduro... ¡Pero oye!, ¿por qué estás aquí?
    – Porque Sai es un conocido.
    – No me refiero a eso. Tu tío, el de la melena y cara asesina les dijo a Suigetsu y Jugo que te irías a Rusia, ¿ya volviste? —Karin acomoda sus lentes.
    – ¿A Rusia? No entiendo de qué hablas... Espera... ¿Suigetsu y Jugo?, ¿están vivos?
    – Eh... ojalá no lo estuvieran, pero sí. Sasuke... no entiendo nada.
    – ¡¿Dónde están?! —preguntó Sasuke.
    – Viven conmigo...
    – ¡¡Llévame con ellos!! ¡Necesito preguntarles algo importante!
    – Hmmm... está bien, pero vamos sin este —apunta a Sai— estemos los dos solos, ¿sí, Sasuke... kun?
    – Cállate Karin, sólo llévame hacia ellos —dijo Sasuke para luego seguir a Karin.

    – ¿Y a esta qué le pasa? —dijo en voz baja Sai.


    Ambos caminaron rápidamente hacia un apartamento en un segundo piso, por fuera se veía idéntico al de Sai. Al girar las llaves y entrar, Sasuke notó de inmediato la melena blanca de Suigetsu, quien parecía estar lavando los platos con el ridículo uniforme que acostumbraba a usar cuando hacía los quehaceres del hogar.


    – ¡¿Ya llegaste maldita zorra?!, ¿trajiste la bebida energética que te pedí?
    – Suigetsu —dijo en voz baja Sasuke.
    – Esa voz... ¡Sasuke! —giró su cabeza y observó de pies a cabeza al Uchiha—. ¡Parece que Rusia te hizo bien!
    – No no, luego te explico eso. Necesito saber todo sobre Madara, todo lo que sepas.
    – ¿Ma... Madara? El nos-
    – Yo te contaré toda la verdad sobre Madara, Sasuke. Es un alivio que estés aquí. —respondió Jugo quien se encontraba en un pequeño sofá en una esquina.






























    CONTINUARÁ.


    __________________________________________________________________________


    Chicas/os como bonus les digo que en el próximo capítulo se descubrirán las verdaderas intenciones de Madara... Y Sasuke se reencontrará con un antiguo amor (quien podrá ser xD) luego de sufrir un percance con Madara Uchiha...

    ¡Nos vemos!


    Edited by Celes†ica - 20/2/2015, 20:53
     
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  2. Sayuri99 SasuNaru love
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    Que buen capi :=DANCING:

    Espero conti

    Matta nee!!! :=deeaaah:
     
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    Yo ya quiero que aparezca Naruto XD
    espero conty
     
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  5. Paulina Gonzalez
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    QE EMOCIONANTE *-*
    tu capitulo me recordo a esto shghfh https://s13.postimg.cc/ym5gtw37r/1211507173_f.jpg

    espero la conti ansiosa :=uuum: espero aparezca Naru :=amors:
     
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  6. coni chan
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    gran capi!!! espero el proxmo :=DANCIND: slds!!! muack :=amors:
     
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  7. Celes†ica
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    ¡Hola queridas/os! ¡Les traigo la conti! Siento el atraso, pero hace varios días entré a la universidad y la verdad no he tenido tiempo para nada, y como ya es fin de semana (happy viernes/sábado) aproveché de escribir... :=ewriting:

    La historia ya está en su desenlace, aunque en el próximo capítulo les traeré nuevas noticias que seguramente les gustarán... No las hago esperar más, aquí la conti ¡Espero les guste! :rolleyes:

    ******Otra info: Chicas, las invito a leer mi otro fic, que en estos momentos tiene mucho más drama que romanticismo, de todas maneras, cambiará prontamente y será drama/"romanticismo" juntos jaja, para quien le guste este tipo de fics (que de hecho sólo he leído de una sola autora u_u) aquí va: https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=70182227 ¡GRACIAS! *******
    ___________________________________________________________________________________


    ANTERIORMENTE:



    Ambos caminaron rápidamente hacia un apartamento en un segundo piso, por fuera se veía idéntico al de Sai. Al girar las llaves y entrar, Sasuke notó de inmediato la melena blanca de Suigetsu, quien parecía estar lavando los platos con el ridículo uniforme que acostumbraba a usar cuando hacía los quehaceres del hogar.


    – ¡¿Ya llegaste maldita zorra?!, ¿trajiste la bebida energética que te pedí?
    – Suigetsu —dijo en voz baja Sasuke.
    – Esa voz... ¡Sasuke! —giró su cabeza y observó de pies a cabeza al Uchiha—. ¡Parece que Rusia te hizo bien!
    – No no, luego te explico eso. Necesito saber todo sobre Madara, todo lo que sepas.
    – ¿Ma... Madara? El nos-
    – Yo te contaré toda la verdad sobre Madara, Sasuke. Es un alivio que estés aquí. —respondió Jugo quien se encontraba en un pequeño sofá en una esquina.







    CAPITULO DOCE:

    "El paso del tiempo sólo deja vidas vacías"
















    – Ahhh Jugo, ¿para qué tan misterioso? .... Espera, espera... ¿Qué acabaste de decir Suigetsu? —preguntó Karin.
    – Tan lerda como siempre Karin... ¡Pues dije que eres una zorra! Je je.
    – ¡Cabrón! ¡No te soporto! ¡Eres un desgraciado! ¿Acaso no sabes como tratar a una mujer? —refunfuñó la pelirroja—. Tú nunca seras como Sasuke... él es sin duda alguna un caballero, él sí que respeta a las mujeres... Además es guapo, y también... tiene un cuerpo perfecto... y ¡Oh! Es tan guapo... quisiera lamerlo entero, hmmm.
    – Ya cállate Karin. —dijo Sasuke secamente—. Jugo, dime. ¿Qué es lo que ibas a decir sobre Madara?
    – Madara nos echó de tu casa, en un momento donde tú no te encontrabas Sasuke. Dijo que tenían asuntos importantes que resolver en Rusia y que debíamos irnos de inmediato.
    – Además, el muy maldito nos quitó todo nuestro dinero. Según él fue por los días que nos quedamos en tu casa, pero tiene pinta de vagabundo, así que no sé. —dijo Suigetsu.
    – ¿Qué? ... Que extraño. No creí que Madara tuviera problemas económicos. Esto... Esto me tiene confundido. —dijo Sasuke.
    – Sasuke, la verdad no conozco que intenciones tiene Madara, pero déjame decirte que sospecho que no es nada bueno. No sé si leíste algo de parte de Itachi, algo que te diera alguna pista.
    – ¿Leer algo de Itachi? ¿Qué quieres decir con eso?
    – Itachi te dejó una carta, ¿acaso Madara no te la pasó?
    – ¿Una carta? ¿De Itachi para mi? —preguntó Sasuke, inquieto.
    – Así es, me la quitó de las manos y dijo que él mismo te la entregaría. —dijo el pelinaranja.


    FLASHBACK DE SASUKE.-


    (En el apartamento de Deidara, meses atrás)


    – ¿Mi hermano nunca te habló de alguien llamado Madara? —preguntó Sasuke.
    – Hmmmm, no... no que recuerde, ¿por qué? —dijo el rubio.
    – Es mi tío.
    – ¿Y qué? Idiota, confía en tu tío... Es tu familia, ¿no?
    – Creo que Itachi no quería que confiara en él.
    – Itachi siempre intentó protegerte, en cambio tú... —susurró el rubio.
    – ¡Ya basta!... Eso no viene al caso.
    – Bueno —dijo Deidara en tono relajado mientras comía un palillo de dango—. Itachi no hacía nada sin una razón, ¿no te dejó alguna carta?



    FIN DEL FLASHBACK.-


    – Una carta... Maldito Deidara, tenías razón. Creo que conocías mucho mejor a mi nii-san que yo. —susurró Sasuke apretando los dientes con un notorio enojo.
    – Eh... pues sí, una carta. En todo caso, ese tipo no me da buena espina. Muy tío tuyo será pero es de esos tipos que no quisieras encontrarte mientras caminas por la calle de noche, en un callejón oscuro por ejemplo.
    – Eso es todo lo que sabemos, Sasuke. Tu tío nos expulsó argumentando que te ibas a Rusia pero ni siquiera tenía dinero para él mismo.
    – E... Está bien. Debo irme.

    Sasuke corrió rápidamente hacia la puerta, mientras Jugo y Suigetsu lo miraban desconcertados.

    – ¡Sasuke, por dios despídete de mi! ¡Yo te... te...-
    – ¿Lo amas? Todos lo sabemos Karin, ya para con ese cuento de ser la fangirl de Sasuke. El no siente ni una pizca de afecto por ti y cada vez nos estresas más con tu amor enfermizo, je je —dijo Suigetsu en tono de burla.
    – ¿Nos? A mí no me importa. —dijo Jugo con cierta indiferencia.
    – Algún día me amará, ya verás maldito. —refunfuñó Karin.
    – BAHHH, qué tal. Aquí todos son fans de Sasuke. ¿Qué queda para mi?


    El Uchiha corrió lo más rápido que pudo hacia su casa, debía encontrar la dichosa carta. Seguramente estaba escondida en algún lugar de las cinco habitaciones y debía obtenerla a como de lugar. Cuando estaba a una cuadra de llegar a su hogar, alguien se impuso frente a él, negándole el paso.


    – ¡Aléjate de mi! ¡Estoy apresurado! —gritó el Uchiha.
    – ¿Qué te pasa? ¡Tenemos que hablar Sasuke!... ¡¡Definitivamente no dejaré que te vayas!! ¡¡Dattebayo!!

    Era nada más y nada menos que Naruto Uzumaki, parado frente a él con ambos brazos elevados, impidiéndole caminar.

    – ¿No ves que estoy corriendo pedazo de idiota? ¡Ya déjame pasar!
    – No... no seas así conmigo, si es por lo que pasó... yo ya lo decidí, ¡lucharé por ti Sasuke! ¡por nosotros! Siento haberme alejado, pero tengo mis buenas razones... ¡acéptame de nuevo en tu vida! ¡ya no tengo orgullo y es por ti Sasuke!
    – Ok, ok. ¿Puede ser después? ¡Necesito ir a casa ahora mismo!
    – ¡¿ME ESTÁS RECHAZANDO?! ¿Después de todo lo que pasó entre nosotros? —dijo el rubio notoriamente molesto.
    – No es eso Naruto, debo irme ahora, adiós.

    Sasuke caminó dos pasos y Naruto lo detuvo, tomó su brazo con tanta fuerza que hasta sintió un dolor agudo emergiendo.

    – ¡No te vayas! ¡Te lo suplico!
    – ¿?
    – No me dejes... prometo cambiar mis actitudes... sé que soy un idiota a veces pero... pero ¡puedo cambiar! —dijo el rubio entre sollozos.
    – Tú no entiendes nada Naruto... Comprende que no es por ti, tengo asuntos importantes que hacer adentro ¿Entiendes?
    – ¿Eh? —Naruto dejó de sollozar y limpió sus lágrimas con su antebrazo— Ahhh ya veo... ¡Ahora entiendo! Está bien... ¡Te vendré a ver mañana mismo si es que quieres! —dijo Naruto mientras mostraba una amplia sonrisa.
    – Eh, sí. Nos vem-

    – ¿Qué haces ahí fuera y con ese muchacho? ¿No recuerdas lo que hablamos?


    Madara Uchiha se asomaba por una de las ventanas del segundo piso, alertando a Sasuke.


    – ¿Qué haces en casa? Tú nunca te encuentras...
    – ¿Acaso no puedo estar en MI casa? —gruñó Madara.
    – Ah, claro.


    Tal vez Madara sospechaba algo. Sasuke estaba más confundido que antes. No tuvo más remedio que subir a su habitación y cerrarla con llave por la noche, no quería encontrarse con una sorpresa durante el transcurso de las horas. Debía esperar el momento preciso e infiltrarse de lleno en su propia casa, buscar la carta y descubrir la verdad. Todo eso en el plazo de 48 horas como máximo (el Uchiha adoraba ponerse retos).

    A la mañana siguiente creyó que era su oportunidad. Madara partía temprano, antes de que el pelinegro se fuera a la escuela y luego volvía muy tarde a casa. Espero su momento en silencio, cautelosamente. Planeó faltar a la escuela y comenzar a investigar en cuanto Madara partiera. Pero no pasó nada.

    "¿No te vas a la escuela?" —escuchó decir a Madara quien parecía inmóvil, sentado en el sofá y viendo televisión.

    No tuvo más remedio que marcharse.


    ***


    – Mmm, pues no creo que sea nada grave, Sasuke-kun. —levantó su cabeza y sonrió.
    – Tengo un mal presentimiento.
    – Oh, pues tal vez unas horas posando para mi quiten esos malos presentimientos. —dijo seriamente Sai, mientras permanecía cabizbajo, concentrado dibujando a quien pasara por el patio de la escuela.
    – Hoy no puedo.
    – ¿Por qué no? —Sai se ergio y lo miró a los ojos— Siempre vienes a mi casa después de clases, mi hermano Shin preparará Oyakodon para ti...
    – No me gusta el Oyakodon. —dijo cortante Sasuke.
    – ¿No? Pero si siempre comes... ¿Acaso te pasa algo? ¿Hice algo malo?
    – No me preguntes estupideces Sai, como si fuésemos... pareja. Sabes que no somos nada.
    – No es eso... sólo quería saber que te pasa, Sasuke-kun.
    – Pues no te incumbe.
    – ... ¿Acaso hay alguien más en tu vida?

    Aquella pregunta le hizo hervir la sangre. ¿Qué le importa a Sai si existe alguien más en su vida? De cualquier modo ellos no eran nada, en ningún momento Sasuke le había hecho alguna proposición y ahora Sai lo bombardeaba con preguntas acerca de su vida personal. Preguntas incómodas y de algún modo posesivas. Tal vez lo estaba tomando de mala manera, pero esos días no habían sido nada buenos para el Uchiha, se sentía irritable. No podía soportar además la estupidez de Sai.

    – ¡¡Me enfermas!! Estúpido... ¡¡¡Sabes que no somos nada!!! —gritó Sasuke a viva voz.


    Absolutamente todos los que se encontraban deambulando por el patio de la escuela, ya sea por chismosos u ociosos, se detuvieron a observarlos. Al parecer el Uchiha dio un grito demasiado enérgico que alertó a toda la escuela.
    Sai se quedó inmóvil, sus mejillas ardieron debido a la vergüenza. Seguramente ahora todos sabrían que él era homosexual y Sasuke también, además de que eran "pareja". El ojinegro (Sai) sabía que tenía serios problemas de actitud, tenía claro que su aspecto era más afeminado que el del resto y que tal vez uno que otro estudiante tenía sus dudas respecto a la sexualidad de él, pero prefería eso a que todo el mundo se enterara de golpe y de tan engorrosa manera acerca de su homosexualidad.

    Los espectadores de aquella situación se quedaron mirándolos, completamente confundidos al haber escuchado esa frase emitida por el Uchiha.


    – ¡¡Y ustedes qué miran pelmazos!! —gritó Sasuke—. ¡¿No tienen nada mejor que hacer?!


    Todos callaron. Cada vez más muchachos/as se unían a observar aquella escena. Sus miradas eran cada vez más intensas y susurraban cosas incomprensibles al oído de la "pareja".


    – ¡¡Chismosos de mierda!! ¡¡Sí, soy gay. Y no tiene por qué importarles!! —gritó el Uchiha, completamente fuera de sus cabales.


    "¡¡SASUKE-KUN!! ¡¡No puede ser posible!!" —decían una tras otra las féminas del público en cuestión, todas se lamentaban y muchas de ellas lloriqueaban al confirmar sus sospechas.

    "No lo puedo creer, es el hermano de Itachi-san" "¿Del chico del extremo superior del cuadro de honor?" "Sí, sí" —cuchicheaban los muchachos—. "¿Y su pareja es Sai?" "¡Quien lo hubiera imaginado!"


    – Ja ja ja... ¿Qué les pasa? ¿Creen que este paliducho escuálido es mi pareja? Pues se equivocan... Sai es sólo un mero conocido, si tuviera novio, sería uno mucho más guapo, de preferencia un modelo. Este idiota no me llega ni a los talones. —dijo Sasuke dándose aires de grandeza—. Y tengo cosas mucho más importantes que hacer que estar aquí con ustedes, tropa de retrasados mentales.


    Cuando el azabache caminó hacia el pasillo, no volteó ni por un segundo. Se sintió satisfecho por su pequeña actuación e incluso sonrió. Se prometió a sí mismo jamás volver a aquella escuela, eso sería un infierno. Si hubiese volteado en aquel preciso instante, habría visto el rostro de Sai impresionado —como nunca antes— con sus ojos llenos de gratitud hacia el Uchiha, sin duda lo había salvado del desprecio público por parte de los estudiantes del instituto. Muchos de ellos eran homosexuales pero se lo guardaban e intentaban molestar e injuriar al de al lado por la más mínima cosa. Era la ley de la vida, menoscabar al más débil.
    Sasuke no se dio cuenta de que esa sería la última vez que vería a Sai, en años.

    A pesar de que todo lo ocurrido había sido sin duda escandaloso, le sirvió de algo, sí. Pudo escaparse de la escuela sin ser percibido, eso le daría tiempo de buscar la carta de Itachi. Cuando llegó a casa no había nadie. Madara no estaba por ningún lugar así que Sasuke puso manos a la obra. Partió por la habitación más pequeña hasta la más grande, pero no pudo encontrar nada, incluso buscó en el sótano y el desván de la casa, pero no halló nada más que fotos viejas de él junto a Itachi cuando eran apenas unos niños. Cogió la que le llamó más la atención y la colocó en su bolsillo. El único cuarto que le faltaba por revisar era el de Madara, que permanecía constantemente cerrado con llave. La carta debía estar ahí sí o sí.


    "No puedo creer que Madara sea tan evidente" —pensó el ojinegro para sí.


    Ahora debía abrir el cerrojo del dichoso cuarto, pero no sabía cómo. Además, ya se le había hecho algo tarde. Aunque faltaban unas dos horas para que Madara llegara, como todos los días.
    No se le ocurrió nada en el transcurso de cinco minutos así que simplemente salió al jardín y subió trepando hacia la habitación de Madara, estando ya frente a él, hizo lo más sencillo, rompió el vidrio con su puño cerrado y entró. Su mano no paraba de sangrar pero no le importó en absoluto. Dio vuelta en el piso el contenido de montones de cajas buscando aquel papel tan preciado, pero no halló más que trapos viejos y cajetillas de cigarrillos esparcidas por el lugar. Abrió cajones, buscó bajo la cama y sobre/bajo los muebles, incluso golpeó las paredes buscando un hueco tras ellas en donde pudo haberla escondido, pero nada. ¡Ah, pero no todo estaba perdido! Le quedaba una opción. Bajo la alfombra, definitivamente debía estar ahí, era el único lugar en el que seguramente Madara jamás imaginaría que buscarían. Sin duda era una idea estupenda. Sasuke la agarró por el extremo y la levantó, escurrió de ahí muchísimo polvo, el azabache tuvo la seguridad de que su madre Mikoto fue la última en limpiar aquella habitación, hace varios años. Pudo divisar un papel blanquecino casi al otro extremo de la alfombra que cubría todo el cuarto, sin duda era la carta de Itachi... Sólo debía inclinarse un poco más en el piso... sólo un poco más...


    – ¿Buscas algo... sobrino?


    Sasuke intentó incorporarse de inmediato al escuchar aquella horrible voz, pero al instante sintió la mano fría de Madara apretando su garganta. Sin duda era muy rápido. Giró unos centímetros su cabeza y vio la carta que tanto anhelaba entre los largos dedos de la otra mano del Uchiha mayor.


    – ¿Pensabas que soy tan estúpido de dejarla en casa?
    – Ma...dara... suél... tame —intentó pronunciar Sasuke mientras aquella mano lo apretaba cada vez más.
    – Oh, sí. Claro.

    El mayor lo soltó sin más reparo y Sasuke cayó de espaldas al suelo mientras intentaba inhalar aire a sus pulmones.

    – Ah... ah... ah ah —respiraba agitado—. Si... si no eres estúpido... entonces ¿por qué... no destruiste esa carta?
    – Ah, sí. Es que sólo quería mostrártela, quería dañar tu autoestima... básicamente por eso. Pero debo admitir que también no lo hice por Itachi... bueno, Itachi era importante para mi, tal vez más de lo que fue para ti y esta carta es lo único que queda de él.
    – ¿De qué hablas? ¡Eres un enfermo! ¡Estás totalmente trastornado! ¡Itachi nunca te conoció!
    – Ya cállate de una vez sobrinito, eres bastante molesto y chillón cuando te lo propones. Y eres el menos indicado para llamarme trastornado... Estaba feliz de la vida en mi bar favorito y me llamaron de tu escuela diciendo que decidiste darle un discurso de moralidad a todo el instituto y luego te fugaste del lugar. Eres un desequilibrado, necesitas ayuda profesion-
    – Entonces es de familia... Ya veo. ¿Podrías darme la carta e irte de aquí? Es simple, Madara. Si te resistes iré a la policía, te lo aseguro.
    – ¿Y qué les dirás? ¿Acaso les dirás que tengo una carta que no te quiero pasar? ¿Qué pruebas tienes de eso? En cambio yo, puedo decir que te fugaste de la escuela, que no llegas a casa hasta altas horas de las noche, entre varias cosas más. ¿A quién le van a creer?
    – ...
    – ¿Lo ves? Estás perdido Sasuke. Además, no tienes ninguna prueba contra mi. Yo no te he hecho nada, nada que sepas al menos.
    – ¡Estás chiflado! ¡No soporto este lugar! ¡¡Por mi me iría ahora mismo!!
    – ¡¡Cállate!! No puedes irte a ningún lugar, yo soy tu tutor. ¿Entendido?
    – ¡¡Pues si puedo irme!! ¡¡Ahora mismo me voy... A mi cuarto!!


    Las dudas inundaban la cabeza del ojinegro, que no paraba de pensar en un montón de cosas mientras estaba tendido en su cama. No podía dormir. No podía pensar con claridad. Si Madara no tenía dinero (por lo que dijeron Suigetsu y Jugo), ¿entonces por qué le dieron su cuidado personal tan fácilmente... a un tío que jamás había visto? Podía irse cuando quisiera de casa, fugarse, pero esa era la solución más fácil y Sasuke jamás fue de esa forma. Necesitaba resolver el misterio. Sus ojos se fueron cerrando lentamente y sin darse cuenta sintió como sucumbía hacia el mundo de los sueños.


    – ¿Podemos hablar un poco, sobrinito?


    Sasuke se despertó de golpe. Madara estaba frente a él con aquellos grandes ojos fijos y expresión salvaje. Intentó levantarse de la cama y correr... correr lo más lejos posible, y si fuera así necesario saltar, saltar por la ventana aunque se quebrara todos los huesos. Sentía, ¿miedo, temor? él nunca fue así, pero sólo aquel hombre, sangre de su sangre le inspiraba aquella terrible sensación.
    Madara lo retuvo, sostuvo ambos brazos del Uchiha menor antes de que pudiera escapar, Sasuke se giró para observar la puerta, la cual estaba evidentemente forzada y abierta.


    – ¿Cómo abriste la-
    – No me subestimes. —susurró Madara.
    – ¡Ya suéltame! ¡Pareces un psicópata!
    – Sólo quiero que hablemos un poco... Quiero que arreglemos las cosas de la mejor manera posible...
    – ¿Cómo? ¿Arreglar las cosas? —preguntó incrédulo el Uchiha menor.
    – Será una manera que te gustará... lo sé. —dijo Madara acercándose cada vez más a Sasuke.
    – ¡Aléjate de mí! ¿Qué mierda te pasa?
    – ¿Qué? Creí que te gustaban este tipo de cosas... Como con tu "amigo" Naruto... y el otro muchacho...
    – ¿El otro? ¿Me has estado siguiendo? —preguntó Sasuke.
    – Bah, ni te has dado cuenta. En fin, sólo juguemos un poco, sobrino. Esto me recuerda a muchas cosas, qué nostálgico. —dijo el mayor.
    – ¿A qué te refieres con eso? ¿Acaso te has vuelto loco? ¿Qué es lo que quieres realmente? —preguntó Sasuke muy a la defensiva.
    – Mmm, ya que soy una persona sincera, lo diré. Sexo... sí, sexo. Y si no es posible, me conformo con una buena chupada o una paja.
    – ¡¿Qué?! ¡¡Ni lo sueñes!! ¡¡Jamás haría algo como eso!!
    – ¿Y cómo es que lo haces con Naruto? ¿Por qué conmigo sería diferente?
    – ¡Eres mi tío!
    – ¿Y eso qué importa? Jajaja... ¿Te acuestas con él pero no conmigo? No hagas diferencias sobrino, eso es algo muy feo.
    – Es totalmente diferente... ¡Tú eres un psicópata y un mentiroso! Pero Naruto es-
    – ¿Dices que soy un mentiroso comparado con él? Hay muchas cosas que no sabes, en realidad, Naruto y yo somos iguales, pero tú jamás lo comprenderías. El te ha escondido muchas más cosas de las que yo.
    – ¡Deja de decir tonterías! Jamás te creeré algo como eso. —dijo firmemente Sasuke.
    – Tus ojos sólo ven la realidad que deseas. Ahora, vamos a lo que importa.


    Sin tapujos Madara se abalanzó sobre Sasuke, intentando alcanzar sus labios para besarlo. Su fuerza era evidentemente mayor y no dudó en apretar cada vez más fuerte las muñecas del menor. ¿Acaso quería violarlo? ¿No le bastó con todo lo acontecido anteriormente? ¿Era en serio?
    Finalmente el mayor logró besar a Sasuke, hizo tanta presión en los labios de este que sangraron. Sasuke se estaba quedando sin alternativas, de ninguna manera podía quedarse ahí sin hacer nada para que Madara se satisfaciera con su pobre cuerpo. El Uchiha mayor se movió frenéticamente intentando desvestir a Sasuke, jaló con tanta fuerza su camisa que todos los botones salieron disparados por el lugar, también quitó sus pantalones y a la vez, el mayor quitó los de él mismo, también su ropa interior. Su miembro ya estaba erecto y dispuesto a penetrar a Sasuke. ¿Acaso ya no había escapatoria? Debía encontrar una forma antes de que fuese demasiado tarde.
    Luego de unos segundos el Uchiha menor atrajo a Madara hacia sí en señal de besarlo, Madara creyó que ese era un indicio de que Sasuke no se resistiría y se acostaría con él así que aceptó el ofrecimiento del menor, se acercó hacia los suaves labios de Sasuke y este a su vez abrió su boca, pero en aquel mismo instante, el azabache lo mordió con tanta fuerza que pudo sentir el sabor a la sangre de Madara dentro de su boca.


    – ¡¡Niñato de mierda!! ¡¡Mira lo que me hiciste!! ¡¡Casi me sacas un pedazo de carne!! ¡¡Juro que te mataré!!


    Madara estaba parado junto a la puerta en la oscura habitación, con una de sus manos sobre su boca intentando detener la hemorragia y a la vez gritando como un demente. De inmediato Sasuke se levantó rápidamente de la cama, tomó los pantalones de Madara y una chaqueta tirada en el suelo y se lanzó por la ventana del segundo piso. Sintió como el hueso de su hombro se dislocaba, pero no le importó el dolor y corrió sin dirección aparente, en aquella fría noche donde sólo llevaba puesta su ropa interior.

    Cuando llegó a una calle desconocida, buscó frenéticamente en los tantos bolsillos del pantalón de Madara. Ahí se encontraba la carta. Era un gran dilema que el egocentrismo y vanidad de Madara (por querer mostrarle la carta) hubieran acabado con él.

    Al fin la tenía en sus manos, de ella aún emanaba el olor del perfume de su nii-san, aunque hubiera muerto hace meses. Ahora era el momento de la verdad, la cruda verdad.


    ***


    "Querido hermano: Mi tiempo se está acabando, aún tengo los ojos abiertos para notarlo. Pero no puedo morir de esta manera, necesito que sepas cuál es la verdad, necesito que te cuides y sobrevivas a como de lugar.
    Todo partió hace diez años, cuando eras apenas un bebé y yo estaba a las puertas de cumplir seis años de edad. No recordarás mis largas ausencias de casa pero yo, por mi parte jamás pude olvidarlas.

    Siempre respeté a nuestro padre, a pesar de todo aún lo sigo haciendo y tú mejor que nadie sabes cómo fue de duro con nosotros. A mi corta edad, Padre me enviaba constantemente a casa de nuestro tío, del que estás prontamente a conocer... Madara.
    Estaba asustado pero feliz de conocerlo, en aquella edad no era capaz de cumplir las altas expectativas de Padre, así que según él, era para que me enseñara algunas cosas. Recuerdo que en el primer día todo fue bien, Madara, nuestro tío, me enseñó algo acerca de logaritmos; por mi parte, me encontraba sumamente feliz de aprender nuevas cosas. Pero aquella noche, todo cambió. Sólo sentí el frío aliento de Madara en mi cuello y aquella sonrisa mientras me violaba.

    Así fue por años, cuando temporalmente nuestro padre me enviaba a ese lugar. Ahora te preguntarás, ¿por qué nunca le dije nada a padre? Y la respuesta es simple: sólo era un niño asustado. No era fácil vivir aquella situación, Madara me amenazaba con hacerles daño a Padre, a Madre y en especial: a ti. Entonces decidí ponerme a prueba, estudié como nunca antes alguien lo ha hecho hasta que llegué a ser el primero de la clase, y esa fue la solución. Cuando cumplí los ocho años de edad Padre jamás me volvió a enviar a casa de nuestro tío debido a mis excelentes notas, naturalmente, él pensó que mis estadías en ese lugar habían dado frutos. Pero aún así, callé por todos estos años, hasta ahora.

    Siempre te he amado, Sasuke. Eres la luz de mi vida. Por lo mismo, no me importa el camino que elijas, pero... existe un secreto mucho más terrible, y espero me perdones, porque sólo lo hice por tu bien, puedo jurarlo.

    Sé que recuerdas las veces en que te prohibí estar con Naruto. Bueno, existe una razón para eso. Naruto y yo nos conocimos desde mucho antes. Yo fui quien le dijo que te hablara, todo estaba planeado Sasuke, todo. Desde el momento en que cruzaron palabras la primera vez, hasta el momento en que te fuiste de Japón. Debes recordar que de pequeño no eras lo que Padre esperaba, por lo mismo él planeó enviarte donde nuestro tío y yo no podía permitirlo. Así que ideé un plan lo mejor que pude. Busqué entre los niños que estarían en tu clase de primer año, investigué a cada uno de ellos y di con Naruto, él era diferente a los demás, era un niño muy solitario y creí que era perfecto; a pesar de parecer un completo idiota, era bastante perspicaz y entendió el plan a la perfección. Recuerdo que luego argumentó que yo era un excelente hermano y desearía tener uno igual: le dije que ahora tú serías como su hermano y debía cuidarte hasta que salieras del país. Y así lo hizo. Hizo todo lo que le pedí hasta el momento en que nuestro padre los descubrió a ti y a él. En realidad yo provoqué que él despertara y los descubriera, y Naruto lo sabía. Lo demás es historia, yo mismo recomendé el internado al que asististe, después de que estabas lejos, me sentí tranquilo. Pero sólo por un tiempo, sólo hasta que nuestros padres murieron, aún me pregunto si fue el Karma quien provocó aquel accidente.

    Sólo hay una cosa que no estuvo planeada. Naruto y tú volvieron a estar juntos después de que volviste, eso jamás estuvo en el plan, no debía haber sido de aquella forma. En esos momentos sólo deberían haberse olvidado el uno al otro. Aún no entiendo por qué Naruto actuó así, desobedeciendo al plan.

    Debes alejarte de Madara, él deseaba que tú fueses de pequeño a su casa, y hacerte las mismas cosas horribles que me hizo a mi padecer de pequeño. Ninguna de sus intenciones es buena. Sólo quiero protegerte, aún después de muerto."



    ***


    Sasuke quedó paralizado después de leer la carta que su hermano le dejó. Por una parte sintió que toda su vida se había basado en una mentira, incluso lo más importante para él: Naruto. Todo era una farsa, todo era parte de un plan, Naruto nunca lo quiso en serio, por eso huía constantemente de él, lo dejaba sólo por semanas y desaparecía. Lo entendió todo. Pero, por otra parte comprendió a Itachi. ¿Quién no podría hacerlo? Todo lo que hizo fue por él. Sintió que lo amaba aún más que antes.
    Pero ahora. ¿Qué debía hacer? Su vida había perdido todo sentido aparente, ¿Acaso debía huir de la cuidad? Pero ni siquiera tenía el dinero suficiente para eso, estaba totalmente perdido y no podía volver con Madara por ningún motivo, tampoco tenía a Sai y ni pensar en Karin, Suigetsu y Jugo: ese sería el primer lugar en donde lo buscaría Madara. ¿Y si se quedaba estático en aquella fría calle?

    Finalmente se decidió por caminar sin dirección, había perdido toda esperanza. Sus ojos se nublaron y las lágrimas no tardaron en correr por sus mejillas: no tenía a nadie, esta vez estaba completamente sólo en el mundo. Ni siquiera podía sentir algo, el dolor en su pecho era tan grande que se hizo insensible a él, sólo podía sentir la calidez de las las lágrimas corriendo una tras otra por su rostro.

    El Uchiha menor decidió adentrarse en el bosque, esa era la mejor opción para pasar la noche y pensar en algo mañana por la mañana. Caminó por lo oscuro del lugar, procurando memorizar el camino para no perderse. Era más tenebroso de lo que había imaginado: podía sentir el sonido que emitían los búhos y lechuzas, también animales que hacían sonar la hierba, además del ruido de las hojas de los árboles debido al fuerte viento. Tampoco podía ver casi nada, todo era terrible para él. Quizás el mismísimo Dios se había encargado de hacer su vida tan miserable. Pero no todo estaba perdido: Madara estaba lejos de él.

    De pronto el azabache sintió el eco de una voz muy peculiar tras él.


    – ¡¡Sasuke!! ¡¡Deja de caminar!! ¡¡Soy yo!!


    ¿Quién más que él podía ser? Naruto estaba aquí, justo tras él y cada vez más cerca de Sasuke. Luego de unos segundos ya estaban cara a cara.


    – Te dije que vendría por ti, dattebayo. —dijo el rubio mientras sonreía.
    – ¿Qué? ¿Acaso te has vuelto loco? ¡Ya lo sé todo! —gritó Sasuke con desenfreno.
    – ¡¿De qué hablas?! ¡Tuve que seguirte por cuadras mientras corrías como un loco! Además después de eso entraste a este bosque... ¡Dame un respiro! ¿quieres?
    – ¡Sé lo de mi hermano y tú Naruto! ¡¡Ya sé que todo era un plan desde el comienzo!! ¡¡No te hagas el desentendido!!
    – ¿Q... Qué? ¿Lo sabes? —dijo el rubio impresionado.
    – ¡Hijo de puta! ¡¡¡Eres el puerco más malnacido que se ha cruzado en mi vida!!! —gritó Sasuke notoriamente herido.





















    CONTINUARÁ.-

    _______________________________________________________________________

    INFORMACIÓN DEL PRÓXIMO CAPÍTULO: Mis queridas/os lectores, les informo que el próximo capítulo será el gran final de esta historia, espero traérselos pronto. También vendrá una información adicional que espero les guste.

    Gracias por leerme durante estos meses y por todos sus lindos comentarios, nos vemos pronto... :=WORKIN:
     
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  8. Niia28
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    Wow! Todo era una farsa! Este fic me sorprende mas cada día! Me encanta! :=ahjahajhaja:
    !!!

    Enviado por ForumFree Mobile

     
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    ¡¿Cómo?! Nooo!!

    Ya se va a acabar?!! :=SHOROO:
    Bueno, cambiando de tema, me encanto el capítulo... Sigo pensando en que Sasuke está muuy enojado y por eso no está pensando bien(?)
    Es que Itachi le escribió que ideó un plan y Naruto le ayudó, pero que luego desobedeció y decidió seguir hablando con Sasuke. Eso significa que de verdad le ama, ¿no? Es una suposición...

    Gracias a ti sensei, por traernos está maravillosa historia.
    Espero con ansias la conty :=KITTIYN:
     
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  10. KisuKi-ttebayo
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    Terminar? YA? OH MY FUCKING GOD NO PUEDE SER! :=duouou: :=NOIP: >n<!!

    Dime que es una broma, y yo que pensaba que sería más largo unu.

    Ahh bueno, espero el gran final de una de mis historias favoritas de este foro uwu.

    A ver si Sasu y Naru terminan juntos, deveras que me da tristeza la situación de Sasuke.. que todo haya sido planeado y en especial que deje así a Naru.. ¡Justo cuando el muy pendejo se decide a luchar por él! :=NOIP: :=SHOROO: !!

    Bueno.. en resumen, me dejaste con el corazón en la boca x n x.

    Sin duda espero el sagrado final uwu.

    Matta ne! :=amors:

    KisuKi ♥
     
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  11. coni chan
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    EL FINAL????????????????? REALLY? T-T

    ya leo tu otro fanfic asi qeee :=KITTIYN:
    este capitulo me dejo cada vez mas impactada..... :=omgdf: cada cosa qe pasaba era peor qe la otra!!!!
    y el plan..... osea itachi lo hizo por el bien de sasu no?? pero tengo la duda de si naru lo ama de verdad :=nuse:

    ESPERARE CON ANSIAS EL FINAL DE TU FIC Y ESPERO SE QUEDEN JUNTOS

    y gracias a ti x la historia qe tanto me gusta. :=DANCIND:
     
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  12. Lian M. Crosszeria
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    el capituloya lo habia leido pero no, no habia leido lo de que el proximo era el final..... quede de piedra jajajaja por favor haz uno con un lindo final! si Naruto desobedecio el plan espor si lo quiso de verdad!!!!. Espero el capitulo, Saludos! :=DANCING: :=DANCING:
     
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  13. Paulina Gonzalez
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    EL FINAL??? ES ENSERIO?? :=BUABUA:
    casi llore con lo de sasu. que vida tan terrible ...

    danos un final de cuentos si?? *u* quiero ke esos dos se queden juntos :=PAMDAXX:
    arigato <3

    ESPERO CONTY :=EEEE:
     
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  14. Jesús Hernández2
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    Y el final?:c
     
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  15. Celes†ica
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    ¡Hola a todas y todos! Volví muajajaj e.e
    Gracias por sus comentarios, son muy importantes para mi :)
    Y bueno.. les traigo el final de la historia aunque... lean al final del capítulo... les traigo información importante jaja :3

    Bueno... ¡espero les agrade! n.n

    __________________________________________________________________________


    ANTERIORMENTE:




    – ¡¡Sasuke!! ¡¡Deja de caminar!! ¡¡Soy yo!!


    ¿Quién más que él podía ser? Naruto estaba ahí, justo tras él y cada vez más cerca. Luego de unos segundos ya estaban cara a cara.


    – Te dije que vendría por ti, dattebayo. —dijo el rubio mientras sonreía.
    – ¿Qué? ¿Acaso te has vuelto loco? ¡Ya lo sé todo! —gritó Sasuke con desenfreno.
    – ¡¿De qué hablas?! ¡Tuve que seguirte por cuadras mientras corrías como un loco! Además después de eso entraste a este bosque... ¡Dame un respiro! ¿quieres?
    – ¡Sé lo de mi hermano y tú Naruto! ¡¡Ya sé que todo era un plan desde el comienzo!! ¡¡No te hagas el desentendido!!
    – ¿Q... Qué? ¿Lo sabes? —dijo el rubio impresionado.
    – ¡Hijo de puta! ¡¡¡Eres el puerco más malnacido que se ha cruzado en mi vida!!! —gritó Sasuke notoriamente herido.






    CAPITULO TRECE:

    "Amanecer"























    "El eco de tu voz resuena en la completa oscuridad,
    incluso en lo profundo del bosque"



















    – ¡No sé que decirte! —replicó Naruto—. Yo... yo...
    – ¡Cállate!... Creo que no hay nada más que decir... Naruto.
    – No... Sasuk-
    – Creo que deberías marcharte ahora mismo. Y no quiero volver a verte. Espero sonar lo bastante claro. —recalcó con dureza el Uchiha.
    – ¿Estás seguro de que quieres eso? Porque si es así me iré y no volverás a verme —dijo Naruto, su mirada inspiraba seguridad en las palabras que acababa de decir.
    – ¡¡Sí!! ¡¡Sal de mi vista maldito mentiroso!!

    Sasuke se mantuvo firme en sus palabras. Caminó dos pasos y quedó frente a frente con Naruto, cerca... tan cerca que sus narices estaban a punto de rozar. Lo miró a los ojos.

    – ¡Mientes! Lo puedo ver en tus ojos... —susurró Naruto—. A pesar de todo... Soy la única persona que te conoce de verdad, Sasuke. Sé que odias las multitudes, sé que no soportas que te contradigan... Tu comida favorita son las bolas de arroz, el atún y los tomates. ¡Tu día favorito es el lunes ya que odias quedarte en casa sin nada que hacer! Sé que miras a los ojos cuando estás mintiendo para parecer sincero... Y también sé... Sé que me amas Sasuke.
    – Estás... Estás totalmente chiflado , no pienso quedarme a oír un montón de estupideces.


    Al momento de decir aquello, Sasuke giró sobre sus pies y dio media vuelta. Estuvo de acuerdo en dormir en medio de aquel bosque con tal de no tener esa conversación con Naruto. Aunque odiaba admitirlo, esta vez decidió huir.


    – ¡No dejaré que escapes de mi! —dijo Naruto tomándolo de la cintura.
    – ¡Suéltame imbécil!

    Sasuke se zafó de Naruto y dio dos largos pasos al frente. Entonces se dio cuenta que escapar era una posibilidad casi nula. Naruto no se alejaría tan fácilmente. Debía enfrentarlo.

    – ¡Para empezar estás loco! Yo... Yo leí aquella carta y... realmente era la letra de Itachi, así que no me vengas con estupideces sobre que la letra no es suya, o cosas por el estilo, porque no-
    – ¡¡Todo es verdad Sasuke!! Todo... No tengo intención de mentirte. —mencionó con la voz quebrada.
    – ¿Entonces qué? ¡Sólo has estado jugando conmigo! Ahora entiendo lo de Hinata... te acostabas conmigo y seguías con ella... me ignorabas... me dejabas sólo. ¡¡¡Tú sólo estabas jugando conmigo idiota de mierda!!!
    – ¡¡¡NO!!! —gritó Naruto—. ¿¡Acaso no entiendes que... —Naruto guardó silencio por algunos segundos, como si intentara escojer bien sus palabras—. Yo... yo te amo Sasuke.


    En aquel preciso momento un silencio profundo reinó entre los dos. Estaban a menos de un metro uno del otro pero para Sasuke parecían diez kilómetros de distancia. Quedó petrificado. ¿Qué significaba eso de que "lo amaba"? Un caos se armó en su cabeza. Cuando estuvo a punto de emitir palabra (un insulto a Naruto, por lo demás) Pudo oír como las hojas que cubrían el suelo de todo el bosque crujían. Posiblemente alguien estaba en los alrededores. Sasuke se aterró. ¿Podría ser Madara? ¿Pero con qué motivo? Sasuke podía... ¿Demandarlo? Claro que sí, ahora tenía las pruebas suficientes para hacerlo. Pero tampoco sería un cuento tan fácil, Madara evitaría aquello a toda costa.
    De todos modos, Sasuke no halló respuesta a ninguna de sus preguntas. Sólo atinó a pronunciar algunas palabras apelando a todo su valor, pero aquellas palabras resultaron titubeantes y llenas de temor:


    – ¿Quién está ahí?


    No hubo respuesta.


    – Ehhh, vamos. ¡Sal de ahí seas quien seas! No es gracioso, ttebayo —gritó Naruto mientras fruncía el ceño.


    Una sombra se movió lentamente hacia ellos. Antes de poder ver su rostro musitó algunas palabras:


    – Así que... ¿Lo amas realmente?


    Aquella voz era sumamente familiar. Hinata Hyuga se encontraba justo ahí. Llevaba un vara de madera de al menos un metro de largo en sus manos. Su voz se notaba temblorosa, sus ojos estaban hinchados. Posiblemente había estado llorando.


    – Hi...Hinata, ¿qué te pasa? ¿estás bien? —dijo el rubio tratando de apaciguar los ánimos.—Pi... pienso que no es para tanto, ttebayo.
    – Hinata, no seas ridícula. —exclamó Sasuke—. No hagas alguna estupidez de la que te puedas arrepentir.


    Todos callaron. Un silencio vacío, confuso y aterrador. Hinata los observó fijamente, a cada uno por separado; se mantuvo así por un largo rato, sin desviar aquellos ojos color perla de las figuras de los dos muchachos. Sasuke creyó que en cualquier momento Hinata se abalanzaría sobre él y lo golpearía hasta matarlo (o al menos lo intentaría). Su teoría era bastante descabellada pero con todo lo que había sucedido durante ese tiempo no le habría extrañado para nada.
    Hinata dio un paso al frente con la misma expresión seria de antes. Hizo un ruido extraño, luego de eso puso uno de sus dedos junto a sus labios como si intentara acallarse a sí misma y después... sonrió. Una sonrisa sin malicia, una sonrisa más bien tranquila.

    – ¿Por quien me estás tomando, Naruto-kun? —dijo—. ¿Qué creíste que te haría?
    – ¿Así que no quieres matarnos Hinata? ¿Y entonces qué quieres? No lo pillo —musitó el rubio mientras gesticulaba una mueca—. Creí que vendrías a descuartizar a Sasuke o algo por el est-
    – Cállate Naruto. —dijo el pelinegro.
    – Quiero que me confieses todo Naruto-kun. Siento que lo merezco. —dijo Hinata mientras su sonrisa se transformó de golpe en una expresión de suma seriedad.
    – ¡No es un buen momento Hinata! ¿¡Acaso no ves que estamos en crisis!?
    – Creo que podrías tener algo de tiempo para mi. Si es por lo de Madara, no te preocupes, él no está aquí. Y... y yo sé que es posible que te alejes de m- de aquí, y no nos volvamos a ver, así que necesito que... que me aclares un par de cosas, necesito estar segura de... de dejarte ir... mi Naruto-kun.

    Sasuke no se sintió confiado con el argumento de Hinata. ¿Ella realmente quería saber aquellas cosas? Era posible que estuviera aliada con Madara. Eso sería un cuento totalmente disparatado, pero Sasuke no podía confiar sólo en las palabras de la pelinegra. Así que le preguntó con la seriedad que lo caracteriza:

    – Espera Hinata. ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Acaso Madara te mandó?
    – Madara ha ido a mi casa en busca de Naruto-kun, creía que él tenía la clave para encontrarte. Dijo que posiblemente estaban juntos. Pero Sasuke-kun, ¿cómo podrían estar los dos en mi casa? ¿no crees que sería algo humillante para mi?

    Aquello convenció mucho más al Uchiha. Realmente se sintió aliviado con la respuesta que acababa de escuchar. Por otra parte, no le importaba en lo más mínimo que aquella mujercita se sintiera humillada.

    – No me interesan tus sentimientos Hinata. Tan solo habla pronto con Naruto, sino, me iré. No tengo tiempo que perder.

    Hinata calló por un momento. Su rostro se volvió pálido y en su mirada se reflejó un profundo odio. Odio hacia Sasuke. Y era lógico.

    – Tú... ¡Tú no te mereces a Naruto! ¡Tú solo te preocupas de ti mismo! O... o acaso dime... ¿Qué has hecho por él? Yo... ¡Yo no entiendo por qué estás enamorado de este tipo tan arrogante, Naruto-kun! —dijo apuntando con el dedo al azabache.

    Sasuke sonrió. Se sintió satisfecho con lo que acababa de lograr.

    – Eres una completa idiota.Tú no sabes nada. De todas formas, deja de darme ese discursillo moralista. ¿No es que venías a hablar con Naruto?
    – Sasuke... no te pases... Además ¡En cualquier momento Hinata podría buscar a Madara y decirle lo que sucede, ttebayo!
    – Yo no haría tal cosa. —dijo la ojiperla—. Aunque admito que me muero de ganas de hacerlo.
    – No me interesa. —contestó el azabache—. No tengo tiempo para ridiculeces, Hinata. Has lo que quieras. Y te diré algo: esto es entre Naruto y yo, ¿o es que acaso no lo entiendes mujerzuela barata?
    – Naruto-kun... Te lo suplico, no te vayas con Sasuke... Te aseguro que sufrirás si lo prefieres a él... Quédate conmigo, yo puedo hacerte feliz... Yo haría cualquier cosa por ti, incluso vine aquí a salvarte...
    – Hinata... Sasuke no es como parece. El es una persona diferente, pasa que... tú no lo conoces realmente, eso es todo. Y tenías razón en lo que dijiste hace un rato —Naruto sonrió levemente—. No volverás a verme nunca más, porque yo quiero irme de aquí con Sas-
    – ¡¡NARUTO-KUN!!... ¡Abre los ojos! Sasuke jamás ha mostrado interés en ti, lo puedo notar incluso al mirarlo ¿Y ahora dices que se irán juntos? Si ese es el amor que él siente por ti, entonces desearía no amar jamás... ni que me amen.


    Los tres callaron nuevamente. Naruto observaba con lástima a Hinata, y viceversa. Pero Sasuke ya estaba cabreado, de Hinata y de la situación de su vida en general, ya no necesitaba más problemas. Además, Hinata no sabía nada de su vida, y aún así se dignaba a aparecer frente a él en un momento sumamente crítico, ejerciendo juicios en su contra. Pero Sasuke no tenía tiempo ni ganas de escuchar estupideces, menos de aquella mujer. ¿Qué se cree? ¿Acaso se volvió loca? Finalmente, el azabache explotó. Era demasiado para él.


    – ¡¿QUE TE CREES PARA JUZGARME?! ¡¡TÚ NO ME CONOCES!! ¡SIEMPRE HAS TENIDO TODO LO QUE HAS QUERIDO! ¡YO NO TENGO NADA! ¡ESTOY COMPLETAMENTE SOLO! —gritó Sasuke como nunca antes había gritado en toda su vida; pero luego comenzó a susurrar, como si se revelase un secreto a sí mismo—. Lo único... lo único que tengo en mi vida... es...


    Y no pudo evitar estremecerse. Cayó de rodillas en la hierba ya mojada por el sereno. Su mirada quedó fija en un punto ciego frente a él, al darse cuenta de lo que estaba diciendo, de lo que estaba casi confesando. Hinata y Naruto lo miraban desconcertados, ambos inmóviles frente al Uchiha.


    – ¡¡¡LO ÚNICO QUE TENGO EN MI VIDA ES NARUTO Y TÚ ME LO QUIERES ARREBATAR!!! ¡¡ERES UNA EGOÍSTA!!—dijo el ojinegro sin quitar la vista del suelo.


    Al pronunciar aquellas palabras se sintió desprotegido y frágil, al igual que cuando era un niño y su padre lo regañaba y amenazaba, en especial cuando no sacaba buenas calificaciones. Entonces Itachi acudía en su ayuda y lo abrazaba, a veces le contaba un cuento hasta que se quedara dormido. Lo hacía sentir tan bien, tan cálido, tan sereno, como si nada en el mundo lo fuese a lastimar: incluso los puños de su padre.
    Pero en ese momento se sentía muy solo, en medio de la noche, temblando de frío y confesando los sentimientos que solían apuñalar su pecho. Estaba cansado de sentirse tan vacío, de sentir aquella soledad, aquel sentimiento de que ninguna persona sintiera amor por él. Necesitaba a Naruto, a pesar de cualquier cosa que hubiese hecho. Y en ese momento se le pasó algo por la mente: lo perdonaría de todas formas, aunque el rubio lo hubiese engañado en un pasado diciendo que lo amaba, e incluso si todavía lo siguiera engañando. Sasuke estaba dispuesto a vivir de esa manera. Sólo por sentirse protegido nuevamente.
    La fachada de chico rudo y orgulloso se estaba yendo a la basura. Y hasta Hinata estaba ahí para verlo.


    – ¿Ahora estás feliz? —susurró Sasuke.
    – ...
    – Vamos Hinata... Contéstame... ¿Quieres a Naruto para ti sola verdad? Te dignas a venir aquí después de tanto tiempo para intentar llevártelo contigo nuevamente... ¿No es así?
    – Sasu-
    – De todos modos, él siempre te ha preferido a ti. El sólo estuvo conmigo por un acuerdo con Itachi, así que puedes sentirte satisfecha. —al decir aquella frase, Sasuke no pudo evitar alzar la vista hacia los ojos de Hinata y sonreír—. El siempre te ha preferido... siempre.

    Hinata guardó silencio y lo observó con mucha tranquilidad. Tal vez al darse cuenta de que quien estaba fuera de sus cabales era Sasuke y no ella.

    – Yo... yo sólo quiero lo mejor para Naruto-kun. ¿Sabes por qué? Pues porque yo sé... yo sé que es un chico de un corazón puro... por lo mismo yo... yo sé que él te ama a ti, Sasuke-kun. Y bueno, —Hinata hizo una pausa, como si intentara escoger con mucho cuidado la frase que iba a pronunciar—. Sólo quería asegurarme de que tu... de que lo amaras tanto como él te ama a ti... y como yo lo amo a él...

    – Hinata... —susurró Naruto, sus ojos se abrieron como platillos.
    – Hmm. —Sasuke sonrió y se levantó, mientras lo hacía apoyaba sus manos en sus rodillas—. De todas formas, eres un fastidio Hinata.
    – Hinata... tú... —dijo Naruto.
    – Creo que es momento de que se larguen de aquí. —Hinata hizo una mueca de impresión e instintivamente se tapó el rostro con ambas manos—. Oh, lo había olvidado.

    Al momento de decir aquella frase, la ojiperla dio unos cuantos pasos hacia atrás de un enorme árbol. Regresó con un bolso en una de sus manos, y el trozo de madera en el otro.

    Extendió su mano hacia Naruto.


    – Hice esto para ti Na-Naruto-kun... Hay algunas ropas tuyas que quedaron en mi casa, y meriendas para ti y para Sasuke. Tu Sándwich tiene triple queso como a ti te g-gus... —antes de terminar la frase la ojiperla no pudo evitar llorar.


    Naruto la abrazó.


    – Vamos... ya lárguense. —susurró la ojiperla entre sollozos.


    Naruto besó su frente en señal de afecto y después la soltó. El rubio caminó y se quedó junto a Sasuke, quien miraba la escena sin expresión alguna en su rostro.


    — Gracias, Hinata. —musitó Sasuke.


    Ambos comenzaron a caminar. Sabían que debían recorrer un largo trayecto para llegar a una autopista casi intransitable. Luego de aquello tendrían que esperar a un automovil que los llevara a la ciudad sólo de buena voluntad, pues ambos no tenían dinero para pagarle al conductor, mucho menos a un autobús. Pero Sasuke se sentía aliviado, se había quitado un peso de encima y fue gracias a Hinata, la persona de la que menos se esperaba tal cosa. Ni siquiera tuvo que entablar una conversación dolorosa, indirectamente sabía que Naruto lo amaba realmente, y nada del pasado importaba ahora. Lo difícil era el futuro, no tenía idea de a dónde iban a ir, ni de donde se hospedarían, ni con qué dinero. ¿Cómo sobrevivirían? No lo sabía. Pero no le importaba en lo absoluto, no mientras tuviera a Naruto a su lado.

    Le hubiese gustado quedarse: sí. En realidad no tenía deseos de partir, pues en aquel lugar estaban todos los recuerdos de su niñez: de sus padres, de su amado hermano, de su casa, de su colegio de primaria, incluso los recuerdos de la infancia con Naruto se quedarían ahí. Pero no podía ser egoísta. No después de todo.


    – ¿En qué piensas? ¿Uh...? —le preguntó el rubio ingenuamente.


    Sasuke sonrió. Sólo Naruto lograba hacerlo sonreír instintivamente y no porque se sintiera forzado a hacerlo.


    – Mmmm. —el rubio esbozó una expresión de enojo—. ¿¡Por qué te ríes de mi?!

    – Te... te amo. Sólo es eso. —susurró Sasuke.


    Naruto observaba a sus alrededores cuando Sasuke confesaba su amor por él. Y lo siguió haciendo, parecía muy concentrado mirando una roca.


    – ¡¿Eh?! ¿Qué dijiste? ¡No logré escucharte!
    – Ah... nada de lo que te debas preocupar. —dijo Sasuke.


    Al Uchiha le preocuban otras cosas. Su vida desde ahora no era sólo suya, sino también de Naruto. Aunque este fuera un idiota despistado, se la confiaba por todo el tiempo que le quedara en este mundo. Pues estaban destinados. Desde que nacieron, un hilo rojo en sus dedos selló sus destinos, para siempre. A pesar de eso, lo que pasaría de ahora en adelante era incierto: la nueva vida que les esperaba en una nueva ciudad, con nuevas personas y nuevos retos. Aunque de una cosa estaba seguro. Finalmente estarían los dos completamente solos, separados de las mentiras y el dolor... y del pasado. Vivirían su amor en una ciudad lejana, de ensueño. Podrían caminar de la mano por el parque sin problemas, podrían ser libres sin temor. Podrían finalmente vivir. Ya no tendrían ningún deseo de regresar.


















    FIN.-


    _______________________________________________________________



    Sasuke corrió de la mano de su amado hasta una camioneta que se había estacionado a algunos metros de ellos. Al llegar hasta ella, el conductor (un hombre con aspecto familiar y muy agradable) bajó el vidrio para ver sus rostros.


    – Se ven cansados. Me imagino cuanto han esperado. —dijo él—. ¿A dónde v-

    – ¿A dónde va usted? —preguntó Sasuke anticipándose.

    – Al centro de la ciudad de Tokio... ¡La capital! —contestó sonriente—. A unos cuantos kilómetros de aquí.

    – ¡Qué coincidencia! ¡Vamos al mismo lugar! —dijo Naruto sonriente.


    Ambos subieron a la camioneta y se sentaron uno al lado del otro. En el ambiente había olor a fresas y se quedaron dormidos, acurrucados quince minutos después. Aquello era inolvidable... podían recordarlo incluso tres años más tarde, mientras estaban mirando las estrellas en el balcón de su apartamento... Aunque sólo podían ver las luces de la ciudad reflejadas en el cielo.



    ___________________________________________________________________



    Como vieron, este es el capítulo final aunque aún quedan muchas cosas que escribir sobre esta historia...

    A ver, aclaro: Aquí acaba una etapa en la vida de mi prota, Sasuke: su adolescencia.

    En algunos días comenzaré una "segunda temporada" o como quieran llamarle, con un Sasuke algo más maduro, aunque ni tanto jaja (no quiero hacer Spoiler u.u) Bueno, con el tiempo se revelará todo eso jajaj... Pero se viene algo muy interesante porque Sasuke y Naruto pasarán por muchas cosas (recuerden que ahora viven juntos y todo eso). En fin, Sasuke tendrá 18 años y de acuerdo al final de este cap comenzará el próximo y como ya dije, ahí pasaron tres años.

    Por último: Muchas gracias a todos y todas por seguir esta historia, me han dado mucha alegría durante estos meses♡♡ (soy una sentimental, lo sé)

    Sin más que decir, nos vemos pronto :'3

    Edited by Celes†ica - 27/4/2015, 04:06
     
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