Azótame, por favor, azótame. YA DISPONIBLE EN WATTPAD -TERMINADA-

El destino es caprichoso. Un accidente marcara el inicio de una historia llena de amor, pasión y sobretodo, sexo. ¿Te atreves?

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    Yaoizando
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    Wow. Primero que nada me perdí de tres actualizaciones TnT. Oh respondo tu pregunta, pues claro que si (hablo de la pregunta de si tu historia es de las tres mejores de hace como mil años xd) y tu te preguntaras ¿Por qué? Pues porque tiene una temática súper original osea existe la típica historia de que Misaku pierde la memoria pero no que le den duro contra el muro para recuperarla, ademas tu sabes desarrollarla muy bien casi perfectamente diria yo, y siempre todos tus capítulos tienen lemon ewe, y otras cosas como ortografía, color, puntuación etc.
    Y perdón por ni han comentado antes pero me pierdo por muchos dias o luego me da flojera leer xD xd. Bueno y pues este misaki es un pinchi uke mas violable que nada hasta provoca a usagi, como me encanta eso, pero que no se insinúe con kyo que me cae mal pero bueno ya escarmentó, y el ama mas a usagi-san
     
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    A secret makes a woman woman

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    Haru Airisu: ¡¡Amo esa serie!! Aunque tengo que leerme el manga, pero mi lindo Kurogane es el mejor =3. Bueno mi amor, siento que haya tanto drama, es que me gusta el drama XD aunque no lo admita. Espero que este capitulo te guste. (; Nos vemos, mi amor.
    Sakura Yoshino: Hola, amor. ¡Cuánto tiempo! Me alegro de ver que te acordaste de este Fic. Espero que por ahora te vaya gustando. Y en cuanto a lo del lemon… ¡Es que soy una adicta! Me cuesta escribirlo, la verdad pero me encanta. Coincido contigo. Misaki es el uke más uke de todos los ukes. (LOL) Pues si no te gusta que Misaki coqueteé con Kyo, en este capítulo vas ha querer matarlo. Bueno, mi amor… Nos vemos (;
    PD: A Misaki_chan13 ya la respondí, por eso no aparace aquí. Pero nunca te olvido mi amor.


    Capítulo 9:

    La mañana llega y mi cuerpo se siente terriblemente pesado. Usagi sigue abrazándome y me besa el pelo suavemente.
    -Buenos días…
    Me doy la vuelta y le veo. Su pecho desnudo, su pelo revuelto… Le sonrío con sueño. Siento todo mi cuerpo pesado. Le miro más detenidamente y los recuerdos de la noche anterior regresan… Kyo, alcohol, mensajes y una habitación oscura. Bajo la vista. Lo siento, Usagi. Te he fallado.
    -Hey…
    Me coge del mentón y me obliga a verle. Sonríe y me pasa el pulgar por los labios.
    -¿Te encuentras bien?
    -Si… Usagi, lo siento… Yo…
    -No pasa nada. Tú no has hecho nada malo, fue…
    Agacha la cabeza y durante unos segundos noto como su aura cambia. Vuelve a levantar la cabeza y se apoya en su mano mientras me mira.
    -Pero, tú me estuviste advirtiendo desde que te dije que me lo encontré. Tú sabías el peligro que corría y yo no te hice caso.
    -No te culpo. Como tú bien has dicho, yo lo sabía. Debería haberme dado cuenta. Te juro que no voy permitir que nadie más te toque. No soportaría verte llorar, Misaki. Me matas cuando lo haces.
    Su voz es tan suave y cautivadora. Solo me hace querer llorar de nuevo. Le abrazo y se sorprende. Me sonrojo y escondo mi cabeza en su pecho. Me abraza muy fuerte.
    -Sé que esto suena demasiado posesivo, pero no quiero que nadie te mire como yo lo hago, que nadie te toque, que nadie te tenga como yo te tengo. Te amo, Misaki. Te deseo, te necesito y espero que jamás me dejes.
    Me toma la mano y me besa los dedos.
    -¿Anoche me dijiste que me querías…?
    Trago saliva. Es verdad, se lo dije… ¡Se lo dije! Oh, vaya. Le abrazo más fuerte mientras mi rostro se vuelve del color de una manzana. Asiento lentamente y le escucho reírse. Me besa el pelo y luego me dice:
    -Te amo, Misaki. Con locura.
    Oh, no dios, no. Las lágrimas amenazan con salir y acariciar mis mejillas como suaves perlas. ¿Usagi sabe que le engaño? ¿Sabe qué me acuesto con Kyo? La verdad ni yo mismo lo sé. Pero Kyo parecía tan convencido cuando me lo dijo que…
    -¿Misaki?
    Trago saliva para eliminar el nudo que se me ha formado en la garganta.
    -¿Si?
    -Te decía que hoy no tienes porqué ir a trabajar. Prefiero que te quedes en casa.
    -Si, yo también lo prefiero.
    Me aferro más a él. Perdóname, por favor. Yo, él… Jamás pensé que yo sería capaz de hacerte algo así… Cierro los ojos y me dejo llevar, de nuevo por el sueño.
    relatalia-separador-01
    Estoy sentado en una silla muy elegante y en un lugar muy lujoso y muy bien decorado. Es el restaurante de un hotel. Llevo un traje muy elegante, pero me he quitado la corbata gris. Miro a un lado y a otro. Escucho la voz de alguien y me giro. Sonrío al ver que es Kyo.
    -¡Hola, Kyo!
    Me levanto y le abrazo. Kyo, me mira y me da un suave beso en la mejilla.
    -Me alegro de volver a verte, Misaki. Estás muy guapo.
    -Gracias…
    Pongo mi mano sobre un sobre marrón y lo deslizo sobre la mesa hasta que llega a él. Kyo toma asiento y abre el sobre. ¿Qué contiene?
    -Esto es…
    -Si, así es.
    -No me lo esperaba de él.
    -Ni yo, pero ya ves.
    Me echo hacia delante y Kyo se me acerca.
    -Quiero que hagas algo por mí.
    -Dime.
    -Quiero saber quien es esa mujer, la que sale en la foto con él.
    -Descuida, lo sabrás.
    Sonrío y me levanto muy despacio.
    -¿Qué tal si nos vamos a nuestra habitación?
    -Desde luego. Estaba deseando que me lo propusieras.
    Se levanta y camina hacia mí. Me pone la mano en la cintura y caminamos hasta el ascensor. Entramos y las puertas se cierran cuando nos miramos.
    relatalia-separador-01
    Abro los ojos sobre-saltado. No, dios, no. Esperaba que todo fuera una maldita mentira de ese idiota de Kyo, pero están real como el cuarto de VHS… ¿Por qué demonios lo hice? ¿Por qué? Soy realmente idiota… Muy idiota…
    -Te despertaste.
    Absorbo el aire del susto y lo suelto todo cuando le digo:
    -Si…
    -Vamos, te he hecho el desayuno.
    Frunzo el ceño. Tengo un mal presentimiento…
    Bajo las escaleras con pesadez. Me he puesto una de sus camisetas blancas de dormir. Miro la mesa y hay un un montón de fruta y tostadas. Sonrío. ¡Sabe cocinar! Bueno, cortar fruta.
    -Tiene buena pinta…
    Me siento y me pica la cabeza. Un mechón rebelde se pone delante de mi cara y me lo coloco detrás de la oreja. Levanto la vista y le sonrío con pesadez. Él me mira y sonríe con mucho amor. Empiezo a comer.

    Son las diez y estoy muy cansado. Solo quiero dormir. Usagi se sienta conmigo en el sillón y me da un beso en la cabeza.
    -¿No te vas a duchar?
    Me río. ¡La ducha!
    -Si, ahora mismo.
    -Ve
    Me levanto y camino hacia el cuarto de baño. ¡Alto! La ropa. Media vuelta… Camino por el pasillo y giro para entrar en el salón y Usagi me sonríe y me dice:
    -Ya te llevo yo la ropa.
    -Gracias…
    Me giro y me encamino al baño. Abro la llave y dejo que el agua recorra cada centímetro de mi cuerpo. Levanto la cabeza y el agua me cae en los ojos. Miro al frente y la imagen de Kyo encima de mí me vuelve a la mente. No, por favor, no… Las lágrimas empiezan a salir ayudadas por el agua. Me siento en la bañera y me acurruco debajo del agua y empiezo a llorar desconsoladamente. No, yo no quería que esto pasara. Yo… Yo amo a Usagi. Solo puedo amarle a él, pero… La escena del ascensor me vuelve a la mente. ¿Por qué he hecho algo así? ¡Me odio! ¡Solo quiero morir!
    -¿Misaki? ¿Estás bien?
    Me llevo la mano a la boca. Él es tan bueno, se sigue preocupando por mí después de todo lo que yo le he hecho…
    -Si, solo…
    Mi voz suena despreocupada pero algo agitada. Tranquilo…
    -Ahora mismo salgo.
    -Bien…
    Detengo el flujo del agua y salgo de la bañera. Me seco rápidamente y miro la encimera. Un pantalón gris, una camiseta verde y ropa interior limpia. Las lágrimas se vuelven a centrar en mis ojos. ¿Por qué eres tan bueno conmigo? Me visto y salgo secándome las lagrimas. Mi pelo esta húmedo.
    -Misaki… - me mira y su sonrisa se transforma en una cara de susto.- ¿Pasa algo?
    -No, es solo que…
    Retiro la mirada y me fijo en el suelo. Solo, no me mires así. No digas mi nombre con esa voz. No me toques con esa suavidad. Todo eso solo hace que tenga ganas de llorar.
    -Misaki…
    Me abraza. Siento que mis lágrimas no aguantan más y empiezo a llorar. Escondo mi cara en el pecho de Usagi, y empiezo a llorar. Duele y mucho. Él… ¿Cómo pude hacerle esto a Usagi? ¿Cómo? Me odio a mi mismo.
    -Tranquilo, Misaki. Te prometo que todo va ha salir bien.
    Me abraza aun más fuerte y esconde su rostro en mi cuello. No, necesito pensar. Necesito olvidarme de todo esto, aunque solo sea por un momento.
    -Creo que voy a limpiar…
    Le empujo suavemente. Le sonrío y retiro la mirada enseguida.
    -Claro…
    Me suelta y recoge sus hojas y se encamina hacia el estudio. Antes de subir las escaleras se gira y me dice:
    -No te olvides de secarte bien el pelo. No quiero que te enfermes.
    Sonríe y sube las escaleras. En cuanto la puerta del estudio se cierra, caigo al suelo y empiezo a llorar. ¡Perdóname, por favor! Me llevo las manos a la boca para callar mis gemidos de dolor. Esta más que claro; Usagi no sabe nada. Escucho el teléfono de la casa sonar y me levanto. Me seco las lágrimas y respiro.
    -¿Si?
    -¿Misaki?
    -Hermano…
    -Hola, ¿qué tal estás?
    Me muerdo el labio. Mal, muy mal.
    -Bien, estoy… Muy cansado. Hoy no he ido ha trabajar.
    -¿Por qué?
    -No sé. Creo que ha sido las emociones de esta semana. Me han dejado agotado.
    -Pero eso quiere decir que estas recuperando la memoria, ¿no?
    -Si, así es.
    -¡Qué buena noticia!
    No tan buena. ¿Por qué he tenido que recuperar la memoria?
    -Si, buenísima.
    No puedo evitar que el sarcasmo en mis palabras.
    -¿Es que pasa algo? ¿Usagi y tú habéis peleado?
    Meneo la cabeza.
    -No, todavía.
    -¿Todavía?
    -Lo siento, hermano. Me tengo que ir.
    -Pero, Misaki…
    -Adiós, hermano.
    Y cuelgo. Odio hacerle esto a mi hermano pero no puedo contárselo. No, Misaki. Me golpeo la cara. Nada de llorar. Ya he llorado bastante. Camino hacia mi cuarto y me recojo el poco pelo que tengo en una mini-coleta. Cojo mi teléfono y los auriculares y bajo. Me pongo los auriculares y al ritmo de Popular, empiezo a limpiar.

    Me tiro en el sillón. Son casi las dos de la tarde. Esta casa es inmensa. Me recuesto en el sillón y la potente voz de Beyonce en Drunk in Love, me hacen caer en un sueño profundo.

    Hace calor… Abro los ojos y me fijo en que tengo al peluche Suzuki a mi lado y los dos estamos tapados con una manta muy calentita beis. Busco mi teléfono y esta colocado en la mesita de centro. Tengo un mensaje de Usagi. Lo abro y lo que me encuentro me deja de piedra. Me ha sacado una foto junto a Suzuki, mientras dormía. Sera… Hay un texto adjunto. Dice así:
    No pude resistirme. La verdad hubiera preferido ocupar el sitio privilegiado de Suzuki, pero no pudo ser. He tenido que salir. Volveré para la comida. (; Te amo.
    Este mensajito me saca los colores. Cómo puede ser tan pervertido y tan tierno, a la vez. Me levanto y doblo la manta. Miro la hora. Las dos y media… ¡Las dos y media! Me froto los ojos. No me lo creo… Me tengo que poner a cocinar, pero ya. Me encamino a la cocina y me dispongo ha preparar pollo frito, tortilla, arroz y ensalada. Con eso será más que suficiente. Cuando termino me dan las tres en punto. Me siento en la mesa del comedor, donde esta todo servido. Y ahora, esperar. Espero media hora y ya me he comido casi toda la ensalada. Dejo el tenedor y miro frustrado el reloj. Me levanto y cojo mi teléfono y marco su número, pero me salta el buzón de voz. ¿Qué estará haciendo? Vuelvo a intentarlo unas diez veces más y nada. Me paso a los mensajes y le dejo una docena, pero nada. Me siento en el sillón y espero.
    relatalia-separador-01
    Miro el reloj por centésima vez. Las cuatro y todavía no llega. ¿Y si ya lo sabe? ¿Y si ya sabe que yo le he puesto los cuernos y me ha dejado? No, si lo hubiera hecho no me hubiera dejado esa foto. Entonces, dónde está… Me muerdo la uña y miro ensimismado el teléfono. Rezo por que me llame pero no lo hace. Escucho la puerta abrirse y me levanto de golpe. Corro y le veo tambalearse. Corro hacia él y antes de que se caiga le sujeto.
    -¡Usagi! ¿Qué te ha pasado?
    Levanta la cara y veo que tiene unos cuantos arañazos y la ropa arrugada y destrozada.
    -Pero… ¿¡Qué te ha pasado!?
    -Nada solo… ¡Ay! Duele…
    Le he tocado uno de los arañazos de su mejilla. Espera. Me acerco y le huelo el aliento. Apesta a alcohol.
    -Vamos, te voy a desinfectar.
    Le ayudo a levantarse y le siento en el sillón al lado de Suzuki. Le quito la gabardina negra. Traigo alcohol, algodón y unas tiritas. Me siento a su lado y le obligo a mirarme. Mojo un poco del algodón con el alcohol y desinfecto las heridas de su cara.
    -¿Por qué tienes arañazos?
    Le escucho reírse amargamente.
    -Porque me he pegado con alguien, ¿no es obvio?
    -¿¡Qué!?
    Dejo lo que estoy haciendo y le miro estupefacto. ¿Cómo que se ha pegado con alguien? ¿Con quién? Y encima bebido...
    -Pero… ¿Por qué?
    -Porque se lo merecía después de lo que te hizo.
    No, Usagi, tu no.
    -Te has pegado con Kyo…
    No sé si abrazarle o echarle la bronca.
    -Usagi…
    -No, Misaki. Tenía que hacerlo. Llevas llorando toda la mañana y no soporto verte llorar.
    Vuelo a desinfectarlo y me doy cuenta de que su labio inferior esta sangrando. Paso mi dedo índice y le retiro la sangre.
    -Yo no quiero que te hagas daño por mi culpa, Usagi…
    Agacho la mirada y dejo caer en algodón. Sus manos me envuelven la cara y no puedo evitar mirarlo con tristeza.
    -Misaki, te amo. Y si he hecho esto ha sido por que ese monstruo no merecía vivir; merecía un castigo mayor al que le he dado, pero no he querido meter a la policía en esto.
    La policía… Es verdad en estos casos hay que llamar a la policía…
    -Usagi… Tu…
    Frunzo el ceño.
    -Has bebido.
    Se ríe.
    -En realidad iba a comprar tabacos, me sirvieron una copa y cuando me quise dar cuenta ya estaba en la casa de… Misaki…
    Se me acerca peligrosamente cuando escuchamos la puerta de la entrada abrirse.
    -¡Sensei! ¡Soy yo, Aikawa!
    Me separo rápidamente pero Usagi me coge de la cabeza y me obliga a besarle cuando Aikawa entra. Nos separamos y mi sonrojo no puede ser más notorio. Mi cabeza parece la nariz de Rudolf.
    -¿Qué quieres Aikawa?
    Aikawa tarda en reaccionar pero por fin aterriza en este mundo.
    -Yo…- traga saliva.- Tenemos que hablar, Sensei.
    Se pone seria y Usagi se levanta.
    -Tengo que comer. Aun no he comido. Cuando termine, hablamos, si eso.
    -¡No de eso nada! ¡Ahora!
    Me levanto del sillón y camino hacia mi cuarto.
    -Yo os voy a dejar solos para que podáis hablar tranquilamente.
    -No hace falta Misaki. Ya nos vamos nosotros al estudio, ¿verdad, sensei?
    Usagi esta comiendo y no le hace ni caso.
    -¡Se acabo!
    Aikawa agarra a Usagi del brazo y lo arrastra al estudio. Pero qué demonios acaba de pasar… Da igual. Mi barriga gruñe y miro la mesa. Mientras hablan, voy a calentar la comida. No tardo mucho y en cuanto sirvo el último plato ya calentito Usagi baja las escaleras detrás de Aikawa.
    -Lo siento sensei, pero ya no puedo retrasarlo más.
    -Pero tiene que ser pasado mañana… Lo preferiría si fuera dentro de una semana…
    -No sensei. No podemos esperar más. Ahora ya no tiene excusas.
    Aikawa se gira hacia mí y me sonríe. Se acerca corriendo y me abraza.
    -Nos vemos, Misaki.
    -Adiós, Aikawa.
    Le sonrío. Aikawa se despide de Usagi y se marcha. Cuando me percato de que Aikawa se ha ido de verdad, me acerco a Usagi que esta pensativo.
    -¿Usagi?
    No me contesta.
    -¿Usagi?
    Le digo más alto y le rozo el hombro.
    -¿Qué?
    Por fin su nave nodriza aterriza en el salón de casa. ¡Ya iba siendo hora!
    -La comida…
    Le señalo la mesa.
    -¿Eh? Ah, si, si. Vamos.
    Caminamos y me siento en mi sitio. No aguanto más, debo saber de que hablaban esos dos.
    -¿Qué te ha dicho, Aikawa?
    Empiezo a comer. Usagi no toca la comida.
    -Me voy pasado mañana a Francia. Me quedaría allí una semana, tal vez dos.
    Me quedo de piedra. ¿Te vas? ¿Ahora? Tomo un poco de agua para pasar la comida… y la noticia. Abro la boca y la cierro.
    -No quiero dejarte solo, pero tampoco puedo llevarte. Takahiro no me lo permitiría, así que…
    -No me quiero quedar en esta casa tan grande. Puedo pedir la baja en la editorial e irme a casa de mi hermano. Seguro que le hace ilusión.
    No quiero quedarme aquí, porque hay riesgo de encontrarme con Kyo, y yo no quiero. Levanta la cabeza y me sonríe.
    -Esa idea me gusta. Pero, aun así no quiero dejarte solo.
    -No pasa nada. Lo que me sorprende es que te lo digan con tan poca anticipación.
    -No. Este viaje estaba previsto desde antes que sufrieras el accidente pero lo retrase hasta que te recuperaras.
    Y escucho como mi corazón se rompe en mil pedazos. No podré aguantar mucho más. Él es tan bueno; y yo un estúpido que le engaño.
    -¿Misaki?
    Levanto la vista y mis lágrimas ya han empezado a dibujar el contorno de mi cara.
    -Misaki…
    Se levanta corriendo y me levanto antes de que llegue y me abraza. Me besa desesperadamente y me vuelve a abrazar. No me dejes, por favor… Yo… Yo, te…
    -Te amo.
    Pienso en alto.
    -¿Qué?
    Los dolorosos recuerdos de cuando Usagi me decía que me amaba me vuelven a la mente.
    -Te amo…
    Mi voz suena cada vez más bajo. Duele… Se separa y me mira directamente a los ojos. Me seca las lágrimas con su dedo índice y me vuelve a abrazar.

    Ya hemos terminado de comer y la noche ha caído rápidamente. Le he llamado a mi hermano y le hace mucha ilusión tenerme allí. Sera una delicia estar con mi hermano y su familia. También he llamado al trabajo. Todo esta arreglado. Hemos cenado hace unos minutos. La comida estaba muy rica.
    -Toma.
    Usagi me tiende una copa de vino blanco. Sonrío. Recuerdo que solo puedo beber si estoy delante de él.
    -Esta vez no me castigaras, ¿verdad?
    Sonríe y le veo los dientes perfectos y blancos.
    -Bueno, eso ya lo veremos…
    -Suena a amenaza, Señor…
    Le sonrío y doy un sorbo a mi copa. Me la retira y deja, también, su copa. Tranquilamente, se toma su tiempo. Me mira y frunzo el ceño. ¿Qué pasa? Dos segundos. Dos segundos son los que tarda en tirarse encima de mí y besar hasta dejarme sin respiración.
    -Es una amenaza.
    Sonrío y me río de él. Le abrazo y se acuesta encima de mí.
    -Me encanta.
    Me dice.
    -¿El qué?
    -Tu risa.
    Me acaricia con el dorso de la mano y me sonrojo. Me muerdo el labio. Ya esta, se acabo. Tengo que decírselo.
    -Usagi, yo…
    No, no puedo. ¡Misaki, ponte de acuerdo!
    -¿Qué ocurre?
    -Yo… Tengo que contarte una cosa y… Puede que después no me quieras volver a ver nunca más…
    ¿Puede? No, de eso nada. Seguro que me dejas.
    -Misaki, me estás asustando…
    -Es que… Veras… Kyo y yo…
    Me muerdo el labio. Mi voz se ha convertido en un susurro.
    -Tranquilízate, Misaki. ¿Qué pasa con Kyo?
    Se pone serio y me pone las manos en los hombros y baja lentamente para tranquilizarme.
    -Kyo y yo…
    Tengo que decírselo, pero… No quiero que me deje… No sé que debo hacer. En un intento nefasto de cambiar de tema me lanzo sobre él y le beso. Usagi, al principio no sabe como reaccionar, pero después me sigue la corriente.
    -Misaki…
    Traga saliva.
    -¿Qué ocurre?
    -Es que no puedo… Si te lo digo me vas ha odiar y no querrás estar conmigo nunca más.
    -Eso nunca va a pasar.
    -Pasara. Si te lo cuento, pasara.
    -¿Por qué crees eso?
    -Porque…
    Y vuelta a empezar… Nada que no se lo puedo decir. No me obligues.
    -¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí?
    Agacho la cabeza. No lo sé. Me envuelve la cara con sus manos y me besa suavemente.
    -Ven…
    Me lleva hasta el cuarto blanco. Abre la puerta y entramos. La cierra con llave y se quita la camiseta blanca.
    -Dame la mano…
    Se la doy y me acerca a su cuerpo. Me da la vuelta y me agarra de la base de la camiseta y me la quita y hace lo mismo con los pantalones. Despacio, con cuidado. Me da la vuelta y me mira a los ojos.
    -Te amo.
    Me besa. Le abrazo y me levanta. Engancho mis piernas a sus caderas y caminamos hacia la cama. Me tumba con mucho cuidado.
    -Usagi…
    Me besa y agarra mi mano y la lleva a su pecho. Su corazón late igual de deprisa que el mío. Me mira fijamente a los ojos. Y en ese momento me quedo claro, que ocurriese lo que ocurriese nuestros corazones siempre latirían al unisonó.
    -Te amo, Usagi.
    Pone sus manos a los lados de mi cara y me besa. No me toca nada más que con los labios. Pongo mis manos en su cara para que no se aleje. Deja mis labios y baja lentamente, y dejando castos besos y en línea recta, hasta llegar a mi ombligo. Se detiene y me quita con los dientes el bóxer. Madre de dios… Este hombre es demasiado sexy… Debería ser pecado…
    -Dime, Misaki… ¿Quieres que te lo haga?
    Puesto que me has puesto como una moto, si quiero, por favor.
    -Si…
    Susurro con cierto recelo. Su cara queda al mismo nivel que la mía y sus manos están otra vez a los lados de mi cara.
    -¿Entonces confías en mí?
    Lo sabía. Sabía que algo pretendía. Me muerdo el labio.
    -Si.
    Sonríe. ¿Sonríe?
    -Bésame…
    Me susurra y me acerco a su boca. Le doy un casto beso.
    -Otro…
    Y le vuelvo a besar, solo que esta vez dura un poco más.
    -Otro…
    Y los besos se vuelen cada vez más y más apasionados. No se como pero estoy encima de Usagi besándolo. Dejamos de besarnos y le miro a los ojos.
    -Por qué no me quitas el pantalón, ¿eh?
    Sonreímos, y con cuidado se lo quito. Vuelvo a ponerme encima. Sus frías manos pasan por mi pecho y se detienen en mi erección. Echo la cabeza hacia atrás y sus frías manos me masturban. No reprimo mis gemidos. Usagi crea un `respaldo´ con sus rodillas y me apoya en el. Cuando estoy apunto de correrme, Usagi, pone su dedo en la punta de mi pene, impidiéndome eyacular.
    -No juegas limpio…
    Le miro y en sus ojos baila el brillo juguetón.
    -Ni tu tampoco. Cuando me digas qué pasa con Kyo y contigo, te dejo correrte.
    ¿Qué? Chantajista…
    -Usagi, eso es muy cruel.
    -Para mi también lo es.
    Me muerdo el labio y Usagi me echa hacia atrás. Se baja el bóxer lo justo para que salga su erección y me levanta.
    -Siéntate.
    -No.
    -Tu mismo.
    Y me sienta él, metiéndome su erección a la fuerza.
    -¡Aaah!
    -Cuéntamelo.
    Niego con la cabeza. Pone sus manos en mis caderas y me hace subir y bajar muy rápido. Sus roncos gemidos me hacen entender que está perdiendo la razón. Pero para.
    -Aaah… Usagi, ¿por qué paras?
    -Te lo dije… No voy a dejar que te corras hasta que me lo cuentes.
    Bien, a este juego podemos jugar dos.
    -No te lo voy a contar, si no me dejas correrme.
    -No acepto. En mis manos esta que te corras.
    -Siempre puedo hacerlo solo.
    Sonríe. ¡Qué coño acabo de decir! Reprimo mi sonrojo.
    -¿Puedes salir de aquí?
    -Claro que…
    No puedo. Esta cerrada con llave. ¡Por eso la cerro con llave! Hijo de… Me vuelve a penetrar. Pongo mis manos en su pecho y me mira con desconfianza.
    -Como ya he dicho, siempre puedo hacerlo solo.
    Me auto-penetro y Usagi cierra los ojos. Lo hago rápido y sin darle tiempo a rechistar.
    -Para, Misaki…
    No le hago caso y me echo hacia atrás. No tardo en correrme y caigo sobre su pecho.
    -No juegas limpio…
    Me susurra Usagi mientras me acaricia la espalda… Me río. Espera, ahora que lo pienso, Usagi no se ha corrido. Oh, si, nene. Ahora todo depende de mí. Me levanto y busco en los bolsillos de su pantalón las llaves del cuarto y bingo.
    -¿Usagi?
    Le llamo con voz coqueta.
    -¿Mmmm?
    Me acerco y pongo mi mano en su pene. Usagi abre los ojos y me mira.
    -Ahora me toca a mi tortúrate un poco.
    Le masaje y Usagi no se lo cree todavía. Paro y se sienta en la cama. Me pongo entre sus piernas y le hago una felación. Usagi se apoya en sus manos y se echa hacia atrás. Respira y vuelvo a para. Le hago esto unas tres veces y luego dejo que se corra en mi boca. Me levanto y me lo trago. Usagi me tiende su mano y me acuesto a su lado. Me acaricia y me besa.
    -Te amo. No sé si es posible amar a alguien como lo hago yo.
    -Yo…
    Usagi me vuelve a besar. Tengo que decírselo. Tengo que decirle que…
    -Te he estado engañado con Kyo.
    Me llevo las manos a la boca y los ojos de Usagi se abren mucho. Se queda estático.

    Bueno mis amores, esto ha sido todo por hoy. Espero que les haya gustado y si es así, comenten(solo si quieren). Díganle a sus amigos/as para que lo lean, eso me ayudaría muchísimo. Las/Los quiero mucho mis amores, Nos vemos <3
     
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  3. misaki_chan13
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    No se preocupe sensei no la odio n.n
    Pero porque la corto en la mejor parte??!!!? T^T
    necesito conty!!! Por favor!
    Pobre misaki esta todo confundido u.u
    Sera que si engaña a usami? O.O oh tal vez solo son sus recuerdos lo que lo revuelven?
    Nooo! Misaki no puede hacerle eso a usami-san!!

    Espero conty TuT
     
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  4. Karen Carnero
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    :=NEWWWA:
    AMO!!! tu fic, pero porque lo cortaste en la mejor parte!! :=SHOROO:
    Espero la conty !!!! Gracias!!!!
    :=hurrahrr: :=hurrahrr: :=hurrahrr:
     
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    Yaoizando
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    En mi casa con Natsu Funabashi (aunque el no quiera estar ahi)

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    Ahhh que capitulo £Akemi£-sama estubo muy bueno e intenso 8(>¬<)8
    Me dolio ver a Misaki llorar..pobrecito, sufre mucho (sera verdad que si lo engaño con el P*to de Kyo T^T)
    Me gusto ese lemon de "torturarse" mutuamente *o*
    Ya se lo dijo (y dejaste ahi en lo mas interesante igual que un capitulo de novela Mexicana Dx)
    Ahora a esperar la respuesta de Usami-san
    Conty..Conty onegai
    Cuidate y Agradecimientos y Bendiciones
    Ya nee! £Akemi£-sama
    Haru
     
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  6. usami_takahashi
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    hola, nunca había comentado pero he seguid tu fic y me encanta, aunque, por que es tan cruel senseiiii :=SHOROO: , si antes odiaba a kyo ahora mas :=angrys: creo que lo voy a matar -saca un cuchillo- pobre de usagiiii :=SHOROO: el ama tanto a misaki y el sale con esto :=SHOROO: espero todo sea un error o yo los castro a ambos :=SHOROO: espero su conti con ansias, cuidese, saludos, besos y abrazos :=amors:
    pd: usagi cuentas conmigo para asesinar a quien quieras, yo te apoyo -prepara las armas- :=MUAHAHA: :=MUAHAHA: :=MUAHAHA: :=MUAHAHA: :=MUAHAHA:
     
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    Misaki_chan13: Jajaja. Lo siento. Es que me encanta el suspense. Soy bien mala, lo sé. No ahora, en serio. Alégrense de que al menos suba continuación. Pero como las quiero mucho, les doy lo que me pide. Sé que cuando termine de leer este capitulo todas van a querer matar nuevamente por dejarlo en la mejor parte. Y yo como escritora voy a reírme. Pero con cariño <3 Gracias por comentar, mi amor.
    Karen Carnero: ¡Cuánto tiempo, mi amor! Gracias por comentar, lindura. Aquí tienes tu continuación.
    Haru Airisu: Lo intenso es lo mío. De hecho intenso es mi segundo nombre- mentira, de hecho es macarena :V- Si a mi también me duele hacer llorar a mi niño precioso, pero yo lo haría si estuviera así… Soy una llorona.- ¡Por qué moriste MUFASA!- ¿Por qué todos me riñen por lo mismo? Creo que ya deje claro que me gusta el suspense. ¿A qué la próxima ni subo continuación?- mentira subiré de todos modos =3= Soy bien rebelde…- Gracias por comentar mi amor.
    Usami_Takahashi: ¡Hola y gracias por comentar! Siento ser cruel. Jajaja no los castres que los necesito para algo que va a suceder más adelante. Me ha gustado muchísimo tu comentario. Espero verte más por aquí. (;


    Capítulo 10:

    La casa está muy vacía sin él. Después de que le dije aquello, se levanto y salió de la habitación. Pensé que no volvería, pero, en sumo silencio, regreso con una camisa blanca. Me la puso y en sus brazos me llevo a nuestra cama. Me acostó y a pesar de que le rogaba que me dijera algo, no lo hizo. Está mañana me desperté y no estaba a mi lado. Encontré una nota en la cocina, que decía que había salido a desayunar con Aikawa y que no regresaría hasta la noche. No pude evitar sentirme muy mal. No ha querido hablar conmigo. Ahora soy yo el que teme que le abandonen. Me he puesto unos vaqueros negros y una camiseta azul y he bajado a desayunar. Bueno en realidad no he podido ni desayunar porque no tenía apetito. Miro por la ventana desde mi sitio en la mesa del comedor. El cielo es tan azul, pero mi interior es una tormenta. Cojo mi teléfono y la tentación de hablar con él me invade. ¡No! No debo entrometerme en su trabajo. Miro, de paso, la hora. La una de la tarde. Me he pasado más de medio día sentando esperando algún mensaje o algo. Parezco una colegiala enamorada. Sonrío. Estoy enamorado. No puedo seguir así. Voy a explotar como no se lo cuente a alguien. Busco entre los contactos de mi teléfono. Que desorden tengo aquí. Tengo miles de números de teléfono del trabajo y otros tanto de conocidos, como los chicos del trabajo. De un tipo que se llama Isaka y del hermano de Usagi. ¿Cuando llamé yo ha este tipo? Ah, es de antes del accidente. Y, como no, de la doctora. Busco el de mi hermano y lo encuentro rápidamente. La última vez que hablamos fue bien. No me pregunto por qué le había colgado de esa manera tan poco fina. Miro hacia el frente. ¿Por qué no? Le doy dos veces a un botón, ¿o a dos diferentes? Cuando regreso mi mirada a la pantalla del móvil estoy llamando a la doctora Smith. ¿Qué? ¡No, no, no! Miro atontado la pantalla. Tarda un poco pero al final me lo coge.
    -¿Si? ¿Misaki?
    -Ho…Hola Dra. Smith, yo…
    -¿Pasa algo?
    -No, bueno… He marcado sin querer.
    -No… No pasa nada.
    Su dulce voz me llama la atención. Arrastra las palabras y parece que le falta el aliento.
    -Parece algo agitada. ¿Está bien?
    -… No. Es decir, si, estoy bien… Es que me has pillado algo… ocupada.
    Ella no parece de las personas que titubean. Que raro.
    -De nuevo, lo siento. No quería marcar es que…
    -No pasa nada. Además, así aprovecho. He sabido por Akihiko que te vas mañana a Osaka con tu hermano, una semana. Durante este período espero que te tomes tu medicina y que me llames el jueves para saber que tal te va.
    Y el modo doctora de psiquiatra regresa. Espera… ¡Las pastillas!
    -¿Misaki…? Te has vuelto ha olvidar tomártelas…
    Me dice con un tono severo de acusación.
    -¡Ayer no! Me obligo Usagi, pero hoy no las he tomado.
    Ayer… Maldito sea mi cerebro y yo. Tu y yo tenemos una conversación pendiente, cerebro.
    -¡Pues tómatelas!
    Me levanto de mi sitio con el teléfono en la mano y me tomo las pastillas, que están en la encimera de la cocina, y me siento otra vez.
    -Bien, creo que mejor te llamo yo y así me aseguro de que te las tomas.
    Escucho su sonrisa. Sonrío.
    -No, no hace falta. Yo sabré apañármelas.
    Se ríe.
    -Tengo que colgar.
    -Adiós, doctora.
    -Adiós, Misaki.
    Y colgamos a la vez. Dejo el teléfono en la mesa y me levanto. Cocinar me entretendrá.

    Después de comer, haber terminado mi trabajo y recibir las confirmaciones me siento, agotado, en el sillón del salón principal. No sé como pero me han dado las once de la noche. Y Usagi todavía no llega… Bueno la verdad es que también he hecho otras cosas, como hacer mi maleta para ir donde mi hermano. Me levanto para coger mi móvil cuando escucho la puerta abrirse. Me quedo de pierda. Ya ha llegado. Abre la puerta y me encuentro de lleno con sus ojos amatistas. Trago saliva. Los segundos se convierten en interminables minutos. Se pone recto y cierra la puerta. Se afloja la corbata y al fin me sonríe. ¿Me sonríe?
    -Hola…
    Su voz es seductora.
    -Usagi…
    Mi voz es un simple susurro. ¿Estás enfadado?
    -No voy a dejarte, Misaki. Ni siquiera es verdad que me estés engañando con él.
    Me responde a una pregunta que aun no le he formulado. Siempre me sorprende.
    -¿Cómo lo sabes?
    -Lo sabrás cuando lo recuerdes.
    -Pero lo recordé.
    Se ríe de una broma que yo veo.
    -No, te has engaño. Créeme.
    -Entonces si lo sabías por qué no me dijiste nada anoche.
    -Porque me pillo de sorpresa. No sabía a que te referías, pero hoy me he calmado y me he dado cuenta a que te referías.
    No lo entiendo. ¿A que se refiere? ¿A que me refiero? Esto de no recordar nada me esta sacando de quicio. Camino con rapidez hacia él.
    -¿Entonces no me vas ha dejar?
    Se ríe, me coge de las manos y las besa.
    -Jamás se me ocurriría.
    Me sonrojo. La triste realidad me trae el recuerdo de que mañana se marcha.
    -¿Qué pasa?
    Me agarra del mentón y me obliga a verle a los ojos.
    -Mañana te marchas a Francia.
    -Lo sé. A mí tampoco me gusta la idea, pero…
    Me besa. Pone sus manos en mis mejillas y me obliga a profundizar el beso.
    -Hagamos que esta noche sea inolvidable para los dos, ¿si?
    Sonrío.
    -Hagámoslo.
    Me sorprende. Solo este hombre es capaz de hacerme sentir así de confundido. Hace unos minutos solo quería morirme de la incertidumbre. Y ahora, ahora quiero besarle a más no poder.
    Me ha traído a su habitación. No ha la habitación blanca, no. A nuestra cuarto. Me quita el pantalón con suavidad. Sube dándome dulces besos por la extensión de mis piernas. Me muerde sobre la tela de mis bóxers.
    -Aaaah…
    No lo puedo evitar. Mis gemidos son suaves y muy calmados. Creo que poco a poco me acostumbro a su manera tan delicada y, a la vez, fuerte de hacerme el amor. Sigue subiendo y me muerde en el vientre. Gimo suavemente y me mira a los ojos. Me vuelve a besar y me quita la camiseta. El se ha quitado la chaqueta de su traje y la corbata. Se desabrocha los botones de la camisa y yo le ayudo. La boca se me vuelve a secar cuando miro sus marcados músculos. Le rozo con los dedos y le escucho suspira. Los retiro enseguida. No se si le gusta. Me agarra la mano cuando la retiro y levanto la vista para encontrarme con sus ojos.
    -¿Quién te ha dicho que pares?
    Me suelta la mano y me sonríe. Amo esa sonrisa juguetona y pervertida. Bajo mi mano por su pecho y respiro entrecortadamente. Sinceramente, no quiero que se vaya. Me arrodillo y beso su pecho y bajo hasta su vientre. Me pone una mano en la cabeza y sigo bajando. Me dan ganas de gritarle: ` ¡Quédate! ´ Pero se que nada de lo que ahora diga va a funcionar.
    -Ponte de pie.
    Su voz es tan firme como siempre. Lo hago y me acuesta en la cama. Me pone las manos en el cabecero de la cama.
    -Misaki, si te hago daño, no te olvides de decírmelo.
    Asiento repetidas veces con la cabeza. Me besa y baja, rozándome con la nariz, por todo mi torso. Cuando llega a mis caderas, engancha las manos al bóxer y me los quita igual de despacio que los pantalones.
    -Aaaah… Usagi…
    -Misaki…
    Me besa en el ombligo. Dios mío… ¡Qué hombre! Es la tentación echa hombre. Respiro entrecortadamente. Me agarro con fuerza del cabecero de la cama. Usagi me besa. Le rodeo con los brazos. Lo siento, pero necesitaba asegurarme que nunca te vas a marchar de mi lado. No por lo menos está noche. Hago el beso más profundo y me roza, con la pierna, la entrepierna. Gimo en su boca suavemente. Le muerdo el labio.
    -Estas juguetón…
    Sonríe.
    -Igual que tu…
    Hunde su cabeza en mi pecho y yo le abrazo como puedo. No te vayas… Mi corazón se siente solo ahora mismo.
    -Te amo, Misaki…
    Siento la punta de su miembro entrar suavemente. Me da una estocada profunda.
    -Usagi…
    Gimo su nombre. Se empieza a mover con rapidez y rozando esa parte de mí que me vuelve loco.
    -¡Aaah! Usagi… ¡Dios, aaaah!
    Le clavo las uñas y le escucho gruñir. Arqueo la espalda y echo la cabeza hacia atrás. No sé en que momento se ha puesto a mi altura, pero me besa. Me roba todo el aliento y gimo entre besos. No puedo dejar de arrasar con mis uñas, su espalda. Me deja de besar. Me mira a los ojos y me da una estoca muy profunda.
    -¡Aaah!
    Otra.
    -Usagi…
    Mis lágrimas se agolpan en mis ojos. No quiero que te vayas, quédate y ama hasta el final de nuestros días… Usagi me muerde el cuello y me deja marcas dulces y amargas. Curiosa combinación.
    -¡Aaah! ¡Usagi!
    Me quejo de la mordida.
    -¿Te duele?
    -No…
    Le beso y me vuelve a embestir suavemente. Mantengo mis manos firmes en su espalda. Dejamos de besarnos y me mira a los ojos.
    -Muérdeme.
    Me da un suave beso y se hunde en mi cuello. Me marca en un lado y en otro del cuello. Pone sus manos a costados de mi cara, agarrando con fuerza las sabanas grises. Me empieza a embestir con fuerza.
    -¡Avaha, Usagi! No, no aguanto…
    Me corro y el también. Permanecemos unos minutos en silencio, para que nuestras respiraciones se regulen. Sale de mi interior y me abraza.
    -Misaki… ¿Es que te duele algo?
    Niego con la cabeza. Me doy cuenta de que estoy llorando. ¿Acostumbro a llorar por nada? No quiero que te vayas. Ahora mismo me siento solo. Me siento desprotegido y ha merced de todos. Solo a tu lado puedo sentirme en paz.
    -Te voy a extrañar mucho…
    Me escondo en su pecho y él me abraza.

    relatalia-separador-01

    Abro los ojos. Todo ha sido un sueño. Menudo sueñecito. Mañana mi novio se marcha a Francia. Miro a mi derecha y esta totalmente dormido. Me siento muy triste. No quiero que se marche. Te necesito a mi lado. Por otro lado, mi hermano. La verdad me apetece muchísimo estar con él. Hace tanto que no le veo. Sonrío. Irme de aquí y poner mis ideas en orden. Es lo que debo hacer. Solo yendo donde mi hermano podre. Me acurruco aun más cerca de Usagi. Dentro de unas horas, se marcha por tiempo indefinido. Ojala vuelvas pronto Usagi. Le doy un beso en la mejilla. Parece un ángel cuando duerme.

    La mañana llega y con ella la cruda realidad.
    -Vamos, Misaki. Si no te levantas no podrás acompañarme al aeropuerto.
    Usagi me mece suavemente.
    -Cinco minutitos más…
    Le respondo con voz adormilada.
    -Nada. Levántate.
    Abro los ojos y le veo con su traje gris y corbata negra. Que guapo y elegante.
    -Es que anoche no pude dormir. ¿No sabrás tú por qué, verdad?
    Sonrío. Usagi se acomoda el nudo de la corbata. Sonríe y me da un beso en la frente.
    -La verdad, no. Pero espero que te lo haya pasado bien.
    Me río.
    -Mucho, gracias.
    Miro la hora. Las seis de la mañana… Qué ganas… Me levanto con pereza y me ducho. Me visto con la misma ropa de ayer y me peino. Las seis y media.
    -Venga, Usagi. Yo me he levantado más tarde y ya estoy listo.
    -Tú no tienes que llevar una maleta.
    -Ni lo voy ha hacer.
    Sonrío y meneo las caderas. Me doy la vuelta y cojo mi chaqueta negra y mis botas marrones y abro la puerta para que Usagi salga.
    -¿Cuánto tiempo vas a estar en Francia?
    -Solo una semana.
    -¡Qué bien!
    Sonríe.
    -No creo poder aguantar una semana sin ti…
    Me besa en el umbral de la puerta.
    -Vale, pero eso no te libra de llevar mi maleta, también.
    Se ríe y caminos hasta el ascensor. Entramos y apoyo mi cabeza en su hombro.
    -Dímelo, Misaki.
    -¿El qué?
    -Que me amas.
    Me quedo en silencio.
    -¿Misaki?
    -Te amo, Akihiko.
    Usagi me mira y me besa. Es un beso dulce y muy suave. Me acaricia suavemente.
    -Si te sientes solo me llamas y vuelvo corriendo, ¿entendido?
    Nos reímos. Las puertas se abren y llegamos al sótano. Caminamos hasta su flamante deportivo rojo.
    -¿Y tus maletas?
    -Están en el maletero.
    -¿Cuándo las has bajado?
    -Mientras dormías.
    Me sonrojo y me subo en el coche. Conduce y a mitad del camino me quedo dormido. Cuando vuelvo ha abrirlos estamos a unos metros del aeropuerto.
    -Buenos días bello durmiente.
    -Hola… ¿Cuánta falta?
    -Unos minutos.
    -¿Qué vas ha hacer con el coche?
    -Aikawa se va ha llevar el coche de vuelta. Solo podría confiárselo a ella.
    -Los niños y sus juguetes…
    Susurro y me mira con el ceño fruncido. El color del semáforo cambia y empieza a conducir. Tardamos unos minutos. Bajamos del coche y un tipo muy elegante coge las maletas y las lleva. ¿Hay tipos así en los aeropuertos?
    -Usagi…
    Le susurro a Usagi.
    -¿Quién es ese tipo?
    -Lleva las maletas.
    -Pero normalmente las lleva uno.
    -Cuando vas en VIP, no.
    Me callo. Claro cuando vas en VIP, no. Como se nota que le sobra el dinero. Hay algo de esta historia que no me cuadra.
    -Otra cosa.
    -Dime.
    -Si Aikawa se queda para cuidar de tu coche, ella no se va contigo.
    -Viene, pero mañana.
    -Ah.
    Y ahora me fijo en este aeropuerto. Es grande. La gente viene y va. Las paredes son blancas y el suelo es de mármol beis. Unas columnas de color celeste dan vida a este soso aeropuerto. Las puertas mecánicas se abren y nos dejan entrar en otra sala. Ya no queda nada para dejar a Usagi embarcar. Me muerdo el labio.
    -¡Hey!
    Una voz conocida me llama la atención. Usagi y yo no giramos y vemos a mi hermano y a su familia. También esta Aikawa. Manami tiene a Mahiro en brazos y mi hermano esta a su izquierda.
    -Hola a todos.
    Susurro, casi solo para mí.
    -¡Misaki, cuanto tiempo!
    -Si, mucho.
    Abrazo a mi hermano y a su esposa. Aikawa me da un beso en la mejilla y luego me abraza.
    -Sensei, ¿y sus maletas?
    -Se las han llevado.
    -Bien, vamos que tenemos que irnos.
    Caminamos todos juntos. Aikawa y Usagi hablan de trabajo y yo mi hermano, de lo que vamos ha hacer cuando estemos en Osaka. Manami quiere que cocinemos juntos. Esa idea me gusta. No puedo evitar sentirme feliz. La verdad, ha sido buena idea ir a pasar un tiempo con mi familia. Cuando miro hacia delante, me doy cuenta de que ya hemos llegado. Usagi tiene que pasar el detector de metales y listo. Suspiro.
    -Bueno, sensei, espero que le vaya bien en su vuelo.
    -Gracias, por cierto toma.
    Le da las llaves de su flamante deportivo tojo.
    -Ten cuidado.
    -Tranquilo, sensei. No creo que me accidente.
    -No lo digo por ti. Lo digo por el coche.
    -Sera…
    Nos reímos. Mi hermano se acerca y le desea buen viaje. Manami hace lo mismo y por último yo.
    -Bueno, al final te vas de verdad.
    -¡Mahiro, vamos por un helado!
    Me doy la vuelta y veo que mi hermano se escabulle con su hijo en brazos.
    -Tenéis que disculparle. Todavía no se acostumbra a vuestra relación.
    -No te preocupes, Manami. Lo entendemos.
    Usagi usa su voz de presentador de televisión. Esta claro que ser famoso implica saber actuar, seas o no actor.
    -Manami, acompañamos a tu esposo en su busca de un helado.
    -Claro.
    Aikawa se lleva a Manami. Me fijo en que Aikawa esta muy guapa. Lleva un vestido negro con una gabardina blanca. Tacones de aguja, también negros. Manami, una blusa rosa chicle, un pantalón de vestir gris y unos zapatos bajos de color negro. El pelo suelto. Me giro y miro a Usagi a los ojos.
    -Nos han dejado solos.
    Le digo.
    -Me da miedo que Aikawa corrompa a Manami. Ella es tan buena.
    Me río. Estamos en público y no podemos besarnos. Eso lo sé. Nadie sabe que estamos saliendo.
    -Bueno, espero que te vaya bien.
    -Gracias, y si te pasa algo o no aguantas sin mi, me llamas.
    -Egocéntrico.
    Se ríe. ¿Qué pasa? Es verdad.
    -Seguro que tú no aguantas sin mí.
    Le digo y me cruzo de brazos. Se ríe.
    -Adiós, Misaki.
    Le tiendo la mano.
    -Adiós, Usagi.
    Me da un apretón de manos. Me muerdo el labio y le veo a los ojos. En realidad se muere, nos miramos, por besarnos y quedarnos sin aliento. Por abrazarnos y no soltarnos nunca. Pero… En este mundo de homofóbicos, nos tenemos que limitar a hacer esto. Cuanto lo odio.
    Usagi me suelta y se da la vuelta. Meto las manos en los bolsillos de la parte trasera de mi pantalón y me muerdo el labio para evitar que las lágrimas salgan. Solo puedo observar como se marcha. Cruza el detector de metales y cierro los ojos. No pienso llorar, de eso nada. Y cuando vuelvo a abrirlos ya no está. Esta es la peor pesadilla del mundo. Suelto el aire y me doy la vuelta, dispuesto a encontrar a mi hermano y a su esposa, y como a Aikawa.
    Tras caminar por aquí, los encuentro sentados felizmente en un restaurante.
    -Hola…
    -¿Y bien?
    Me siento al lado de Mahiro, que esta al lado de mi hermano. Manami y Aikawa se han sentado juntas. Parece que se llevan bien. Sonrío.
    -Bueno, se acaba de ir.
    Le respondo a Manami. Mahiro se pone a jugar conmigo y me pone de buen humor. Los niños son tan lindos y están tan llenos de energía. Comemos y damos vueltas por el aeropuerto. Mahiro y yo vamos juntos mientras, `los adultos´, hablan entre ellos. Nunca pensé que un aeropuerto pudiese ser tan divertido. Al final salgo con Mahiro en mis hombros. El coche de Usagi resalta. Todos los demás coches son oscuros o blancos. En verdad Usagi tiene unos gustos, que para que. Que si su obsesión con los osos, con los juguetes, con las salchichas, con el derrochar el dinero en cualquier cosa… ¡Niño! ¿Sera por eso que no se lleva bien con Mahiro? ¿Por qué los dos son niños? ¡He resuelto el misterio del siglo!
    -La verdad Aikawa nunca pensé que tu condujeras, y menos el coche de Usagi.
    Le medio pregunto a Aikawa.
    -Bueno, como editora, tengo que saber conducir. ¿Cómo sino iba a llegar a casa? ¿Quién te crees que le tare a casa cuando le obligamos a beber en las fiestas?
    Abre la puerta del copiloto y entra. Todos la imitamos. Yo me siento en el asiento del copiloto y mi hermano, Mahiro y Manami, atrás y en ese orden.
    -¿Entonces os dejo en la estación?
    -Si, por favor.
    Le responde mi hermano. Me fijo en que son las ocho y media. Bueno, aun puedo dormir aunque sea un poco. Me acomodo en mi sitio y me duermo. Cuando vuelvo a abrirlos, ya hemos llegado a la estación.
    -Hey, Misaki. Te has dormido.
    -Si…
    Me estiro y me desperezo. Este coche es muy como. Todos bajamos y yo cojo mi maleta. Venga, Misaki. Es solo una semana… ¿A quién quiero engañar? Va a ser la peor semana de mi vida. Caminamos hasta el andén y nos detenemos.
    -Bueno, aquí nos despedimos.
    Aikawa nos da a todos un beso y un abrazo.
    -Bueno, Manami, me encantaría tomar un café contigo.
    -Si, a mi también. Ya tienes mi número. Llámame.
    Se dan un abrazo y nos despedimos de ella. Usagi tenía razón. Aikawa va a corromper a la buena de Manami. El tren llega y me siento en uno de los tanto asientos. El viajecito de tres horas me va ha dejar el culo tieso. Mahiro por fin se ha dormido y Manami también. Pobres. Los deben de estar agotados.
    -Misaki, yo… Siento lo de antes.
    -Oh, hermano no pasa nada. Lo entiendo perfectamente. No debe ser fácil.
    -No, la verdad. Me quede en shock cuando me lo conto Usagi.
    Me río.
    -¿Qué te dijo exactamente?
    -Veamos, yo estaba muy preocupado por ti y por él. Ya habían pasado dos días y tú no despertabas y Usagi no dormía. Le rogamos hasta el cansancio que durmiera, que no hacia falta que se quedara allí. Pero él se cerró en banda y dijo que hasta que tú no despertaras él no se iría de allí. Me pareció extraño y le pedí explicaciones. Me dijo y cito textualmente: Misaki, me importa mucho más de lo que tú puedes imaginar. Él y yo estamos enamorados. Llevamos mucho tiempo juntos. Si Misaki no despierta, nada me importa. Después de aquello nos sentamos y lo hablamos calmadamente.
    -Vaya…
    ¡Yo también te amo, Usagi!
    -Si, así que perdóname. Aun me cuesta… admitirlo.
    -Tomate tu tiempo. Cuando lleguemos, ¿podemos desayunar? Salimos corriendo de casa porque me quede dormido y no desayune.
    -¡Claro! Preparáremos el desayuno.
    -¡Genial!
    Me apoyo en su hombro y me duermo. El recuerdo de aquella vez que vine de vista a Osaka me hace sonreír. Usagi vino por mí. Que tierno. Cuando vuelvo a abrir los ojos ya estamos llegando a Osaka. Cojo mi mochila de deporte negra y me preparo. Mi hermano y su familia, todos, se han quedado dormidos. Los despierto a todos y nos preparamos para bajar. Cuando el tren para, nos bajamos. Tras caminar como diez minutos llegamos al bloque de pisos. A un tiro de piedra hay un parque muy bonito, en donde sin duda juega Mahiro. Subimos y me preparan el desayuno. Comemos y después bajo con Mahiro al parque. Mi hermano se marcha a trabajar. Por suerte para todos no me he olvidado las pastillas y me las he tomado en la hora del desayuno. Tras jugar con él hasta las dos, subimos. Ayudo a Manami con la comida y me lo paso muy bien. Manami es la esposa perfecta. Lo servimos todo y comemos. El día sin duda es agotador y caigo rendido sobre mi futon. Me he duchado y me he puesto mi pijama verde. Después de todo la ducha ha sido muy relajante. Incluso si Mahiro se ha puesto a dar vueltas como un helicóptero estropeado por el baño. Mi hermano y Manami están descansando. Apago la luz y enciendo la luz de la lámpara. Miro mi móvil. Hay un mensaje Usagi de hace unas horas. Dice así:
    De: Usami, Akihiko
    Para: Takahashi, Misaki
    Acabo de aterrizar. Estoy deseando subirme a este avión otra vez para poder ir a verte. Solo una semana… Se me va hacer eterna. Te quiero.

    Sonrío y como no, me sonrojo. Vemos, en Francia hay siete horas menos que aquí, eso significa que si aquí son las diez y veinte pasadas, allí son las tres y veinte pasadas. Puedo permitirme el lujo de molestarle un poco. Le mando un mensaje.
    De: Takahashi, Misaki
    Para: Usami, Akihiko
    A mi también se me va ha hacer eterna. Lo ves. Sabía que tú ibas a extrañarme. Egocéntrico. Me siento genial sabiendo que me necesitas.

    Lo envió. Muerdo la almohada. Usagi… En realidad te extraño mucho. El móvil vibra y miro. Un mensaje. ¡Usagi!
    De: Usami, Akihiko
    Para: Takahashi, Misaki
    No puedo evitarlo. Lo he intentado, pero te necesito aquí. Si no eres tú… ¿a quién voy a poder sacarle los colores ahora?
    PD: ¿Creía que los niños tenían que estar en su cama antes de las ocho?

    Me escandalizo. ¡¿Niño?! ¿Yo? Pedazo de… Me muerdo el labio.
    De: Takahashi, Misaki
    Para: Usami, Akihiko
    Si tienes razón. Pero como yo no soy un niño, no importa. Si te referías a Mahiro esta dormidito. Yo por mi parte pensaba irme a dormir ahora. Pero ahora me apetece calentarte un poco, por arrogante.

    Pulso <<enviar>>. Me río. Esto me gusta. Estoy muy cansado. Apago la luz de la lamparita y me acuesto. La verdad, es que extraño los fuertes brazos de Usagi. Los extraño y mucho… El móvil vuelve a vibrar. Pero no es un mensaje, sino una llamada. Y no una llamada cualquiera es de Usagi. Dios mío. Trago saliva.
    -¿Si?
    -¿Calentarme? Me gustaría saber más sobre eso…
    Me río.
    -Yo también me alegro de escuchar tu voz Usagi.
    -Ídem, Misaki.
    -Espera.
    Me levanto y salgo del cuarto. Atravieso en silencio el pasillo y salgo al balcón.
    -Bien, ahora si.
    -¿Qué querías decir con eso de `calentarme´?
    -Bueno ya sabes a lo que me refiero. Solo que no esperaba que me llamaras.
    -Como no hacerlo. Lo pedías ha gritos.
    Río y me siento en el suelo. La verdad, es que se esta muy bien.
    -Solo era broma…
    Me excuso.
    -¿Usagi?
    -¿Nunca has oído hablar del sexo telefónico?

    Bueno mis amores, esto ha sido todo por hoy. Espero que les haya gustado y si es así, comenten(solo si quieren). Díganle a sus amigos/as para que lo lean, eso me ayudaría muchísimo. Las/Los quiero mucho mis amores, Nos vemos <3
    PD: Gracias por las más de 2.200 visitas. ¡Son los/las mejores mis amores!


    Edited by £Akemi£ - 8/5/2015, 22:37
     
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  8. Rosanegra
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    :=ahjahajhaja: Waa!! Es la primera vezque te comento x) y perdón por no hacerlo antes >.< ..dejame decirte que tu fic me a atrapado tanto y lo espero con ansias cada semana, estoy muy contenta concada continuación y se q no soy la única , q emoción !! Cuidate mucho y espero seguir leyendo !! Arigatou! :=arribarriba:
     
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  9. misaki_chan13
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    Misaki no engaña a usami?
    Lo sabia!! El es demasiado bueno como para hacer algo así TuT
    Asdfghjkl *¬* sigo insistiendo, misaki quiere que le den >.> xD
    Okey no, espero conty! Ya se está poniendo caliente la cosa 7w7
     
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  10. Su Nightray
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    a2720a4c80f566c823e53ac395426260


    Ya decía yo que Misaki no podía engañar a Usagi ;-; se quedo en la mejor parte xD

    Esperare la continuación
     
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    Yaoizando
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    Primero que nada me perdí un cap pero vengo de regreso ;) asi como muero resucito xD.
    Asi que te dejare dos comentarios.
    Capitulo anterior: Estaba odiando a Misaki por coquetear con Kyo pero el ver llorar a un une me conmueve el corazón (vuelo leer en este caso) asi que la juez declara a Misaki perdonado temporalmente xD.
    Capitulo de ahora xD (No recuerdo números): O Misaki mi amor ya te iba a torturar y hacer cachitos pero me arrepiento de todo lo que pensé, gomen Misaki, pero lo primero que pensé cuando Usagi le dijo que era mentira fue esta autora es una hija de su...Misaki xP.
    Tenias todo fríamente calculado y una aquí sufriendo xc. Bueno pero el final me mato d risa tuve que literalmente abofetearme para calmar mis reacciones fujoshis.

    Amors mío espero la hermosísima y sensual conty, que te prometo que leeré cuando la subas :)
     
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    Yaoizando
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    Waaaiiii!!! Yo lo sabia...Misaki nunca engañaria a Usagi ;u;
    Que buen cap y que hermosa forma de hacer el amor un dia antes de que Usami se fuera...
    Luego de que Usagi dijera que Aikawa le cuidaria el automovil...me imagine a Aikawa chan asi toda SWAG en el carro manejandolo descapotado y con lentes B|
    Aww hubiera querido un beso de despedida (ahhh malditos homofobicos!! LOS ODIO!!! -lo dice la que tiene un padre y hermana mayor homofobicos u_u)- )
    El final...OMFG EL FINAL!!!
    Kyaaa ya quiero leerlo
    £Akemi£-sama!!! daisuki!!!...
    Siempre habia querido un sexphone de UsaMisaki -nosebleed *//¡¡//*)-
    CONTYYYYYY!!!!
    Agradecimientos y Bendiciones
    Haru
    Posdata: a te pedi conty porque deseo leer ese sexo telefonico?
    Posdata2: tienes facebook? Si es asi me lo pasas quiero ser tu amiga y regalarte dibujitos de Usami y Misaki (serias a la.primera a la que le haria un dibujo BDSM de Misaki ;) )
     
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  13. Himeko -san
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    Sigue la por favor :=DFSDFSD: coooooontyyy :=DFSDFSD: :=hurrahrr:
     
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  14. Askka Kou
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    Dioh santo *0* <3.<3 está muy genial!!! amo tu fic <3 es tan zukulemtho... ( ͡° ͜ʖ ͡° )
    Definitivamente necesito una continuación ( ͡° ͜ʖ ͡ ° ) <3
     
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    Rosanegra: ¡Gracias mi amor! Se bienvenida a mi Fic del amor y las pasiones ocultas. (Ok mas vale que me deis con un mazo si no queréis que siga diciendo burradas) ¡Me alegra de que guste! Siempre que escribo me tiro tres días enteros para revisar y borrar. Es agotador pero me ayuda que ha ustedes les guste y eso me da fuerzas. ¡Gracias por comentar mi amor! Espero verte más por aquí, nos vemos (;

    Misaki_chan13: ¡Todos sabíamos que Misaki no engaña a Usagi! Es incapaz de hacerlo. Si y yo también. Misaki es como yo. Quiere un buen Seme que le de duro contra el muro (Hoy intentaron darme duro contra el muro o3o) Gracias por comentar mi cielo hermoso y apachcuchable (un cielo que se puede abrazar, ¿curioso?)

    Su Nightray: ¡Hola mi amor y bienvenid@! Me encanta dejarles con la gana. Es soy bien mala (lo dicho, como no me deis con bate de metal no me callo) ¡Aquí tienes tu continuación! Gracias por comentar mi amor, nos vemos.

    Sakura Yoshino: Jajaja yo soy igual. Me alegro de que hayas declarado a Misaki inocente (aunque de inocente no tiene nada, pero bueno. Cada loco con su locura) Jajaja gracias por los insultos no dichos. Yo también me mande a la mierda cuando lo escribí pero todo se va a solucionar en capítulos próximos. Creo que en el trece. Me declaro culpable de los cargos señora Jueza. Espero la leas por que sino, no volveré a subir más continuaciones. :V Te quiero mi amor, nos vemos y gracias por comentar.

    Haru Airisu: Si, Misaki es muy…-no puedo decir inocente- fiel. Jajajaja XD No fuiste la única. No pare de reírme. Mi mamá me dios un capón en la cabeza porque ni dormida paraba. Y yo también hubiera querido un beso apasionado, pero… no puedo ser. (Malditos homofóbicos. No te preocupes toda mi familia son homofóbicos. Yo soy la oveja negra XD) Jajaja si esperaban sexphone entonces me van a linchar. Bueno, te quiero mi amor. Nos vemos y gracias por comentar.

    Himeko -san: Bienvenid@ mi amor. Aquí tienes tu continuación y espero te guste. Le puse mucho amor. (Mentira escribí la primera mierda que se me paso por la cabeza) Gracias por comentar mi amor, nos vemos (;

    Askka Kou: ¡Bienvenid@ mi amor! Gracias ya sé que soy suculenta (Mi subconsciente- No tu boba, tu Fic…. Yo- Pues eso, lo que yo digo. :)) Aquí tienes tu tan necesitada Continuación. Espero te guste y gracias por comentar mi amor. Nos vemos (;

    -Tengo muchos comentarios, me encanta ;)-


    Capítulo 11:
    -¿Nunca has oído hablar del sexo telefónico?
    Contengo el aire. ¿Sexo… telefónico? Yo…
    -He oído hablar de ello, pero… Nunca… Nunca lo he… practicado…
    Como puedo formo la frase. Cerebro, no me falles ahora. Se ríe y creo que cierra una puerta.
    -Pues entonces habrá que instruirte en el hermoso arte del erotismo telefónico.
    -¿Hermoso arte del erotismo telefónico?
    Me río. Si, claro. Ahora resulta que te dan clases sobre esto.
    -Vamos, Misaki. Tú eres capaz de hacerlo. Seguro.
    Suelto el aire.
    -Te digo que sé lo que es, pero jamás se me ha ocurrido intentarlo. ¿Tú lo has hecho?
    -Me lo han hecho. Es diferente.
    ¿Se lo han hecho? ¿Quién?
    -¿En serio?
    -Si. Antes de conocerte, salí con unas cuantas mujeres. Cuando viajaba, me llamaban y… Bueno, te lo podrás imaginar.
    Nos reímos. Paramos y reímos más alto.
    -Bueno, sensei, enséñeme.
    Del fondo de mi garganta nace una voz de colegial.
    -Lo primero, ¿estás en un lugar relajado y aparatado del cuarto de Takahiro? No creo que quieras que te pillen…
    -De acuerdo, espera un momento.
    Entro en el salón. ¿Un lugar apartado…? ¡Claro! Atravieso el pasillo y abro la puerta más alejada del cuarto de mi hermano. Lo usan como cuarto de la plancha, pero todo esta muy ordenado. Hay una cama que no sé muy bien que pinta aquí, pero… Me siento como un indio y enciendo la luz de la lámpara. Cierro la puerta y echo el seguro. Respiro profundamente… ¿Lo voy ha hacer de verdad?
    -Ya.
    -Has tardado mucho.
    -Lo siento. No sabía donde ir.
    Se ríe.
    -Me haces tanta falta…
    Su voz es ronca y me hace estremecerme.
    -Solo hemos estado separado unas horas…
    Me muerdo el labio.
    -Para mi ha sido un año entero…
    -Usagi…
    Ahora es mi voz la que suena ronca. De pronto, escucho un golpe. Como si alguien estuviera llamando a la puerta. ¡La puerta! Levanto la vista y… no, aquí no es. Vuelvo a centrarme en Usagi y vuelvo a escuchar el golpe seguido de una voz suave, diciendo:
    -Monsieur Usami?
    ¡Es Frances! Es una mujer francesa. Oh, dios, Usagi.
    -Mierda… Oui?
    La puerta del cuarto de Usagi se abre, o por lo menos eso oigo.
    -Monsieur, l´entrevue commence dans cinq minutes.
    -Très bien. Merci.
    Y la puerta se vuelve a cerrar. Suelto el aire. Esto le afloja el libido a cualquiera.
    -¿Qué ha pasado?
    -No, nada. Tengo una reunión. Perdóname, yo fui quien…
    -No, no pasa nada. Hablamos mañana.
    -Bien, adiós. Te quiero, Misaki.
    -Cállate.
    Y cuelgo. Me muerdo el labio y me tiro sobre la cama.

    Abro los ojos y la luz del día me golpea en toda la cara. No sé como hice ayer por la noche pero llegue, de algún modo, a mi cuarto sin pegármela con ningún mueble por el camino. Escucho los nudillos de alguien en mi puerta y la voz de Manami.
    -¿Misaki? ¿Estás despierto?
    -Bueno, si, podríamos llamarlo así…
    Le respondo con una voz adormilada. Me pongo el brazo sobre los ojos y lo levanto cuando la puerta del cuarto se abre. Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz natural.
    -¡Buenos días!
    Siento unos brazos pequeñitos abrazarme y caer encima de mi vientre.
    -Mi barriga…
    Toso y miro. Mahiro esta con su pija azul del espacio.
    -Buenos días…
    Le sonrío y Manami nos advierte que el desayuno ya está listo. Mahiro, sin darse cuenta, me hace cosquillas intentado quitarme la manta. Me río y le empiezo ha hacer cosquillas a él.
    -¿Qué tal está?
    -Está muy rico. Manami eres muy buena cocinera, no me canso de decirlo.
    -¿Verdad? Se lo digo siempre y ella no me hace caso.
    Mi hermano termina de comer y le da un beso a Manami y Mahiro. Le acompañamos todos hasta la puerta y me da un abrazo.
    -Que te vaya bien…
    Le susurro. Se marcha y cierra la puerta tras de si. Mahiro tira de los pantalones de mi pijama y me dice con voz animada:
    -¡Venga tío, vamos a jugar!
    Sonrío. Eso mismo me dijo aquella vez. En el hospital… ¿Por qué tuve que soñar con todo lo que ha ocurrido desde ese nefasto día? Hay algo que todavía no me gusta de aquello que dijo Usagi en el hospital. ¿Por qué dijo aquello?
    -¿Tío?
    -¿Eh?
    -No, Mahiro. Tienes que cambiarte. Tienes que ir a la guardería, ¿recuerdas?
    -Jo… Pero, ¡yo quiero estar con mi tío!
    -Venga, Mahiro. Después jugaremos en el parque, pero solo después de tus clases.
    Mahiro sopesa las posibilidades, pero al final asiente con resignación. Mahiro corre hasta su cuarto. Manami me sonríe.
    -Gracias.
    -No hay de que. ¿Te ayudo a limpiar?
    -… Si, si claro.
    Caminos hasta la mesa del comedor y lo recogemos todo.
    -Gracias, Misaki. Ya limpio yo.
    -Bien, ¿te puedo ayudar en algo?
    -Si… ¿Vigilas a Mahiro?
    Asiento y me voy hasta el cuarto de Mahiro. Mahiro está terminando. Entro sin que se de cuenta y le asusto.
    -¡Buu!
    -¡Tío!
    Me río y le ayudo a terminar de vestirse. Unos diez minutos después, ya estamos listos. Yo me he puesto un vaquero azul, una camiseta de mangas largas negra y una chaqueta negra, también. Hoy hace mucho frío. Extraño el precioso sol veraniego. Manami acompaña a Mahiro a la guardería, así que yo me he quedado solo en casa. No se que hacer… Bueno, ya que estoy aquí voy a aprovechar para ponerme el día con el trabajo.

    -¿Misaki?
    Levanto la vista. Me he sentado en la mesa del comedor.
    -Manami…
    Miro la mesa. Tengo un montón de papeles.
    -¿Qué haces?
    Manami deja las llaves sobre la mesa y se quita la chaqueta. Manami se ha puesto una falda larga y marrón. Una camisa de mangas largas y cuello alto beis. Se suelta el pelo y sonríe.
    -Trabajo. Con todo esto del accidente, se me ha acumulado el trabajo.
    -Pues deberías intentar relajarte. Akihiko nos ha dicho que te has sumergido de lleno en tu trabajo.
    -¿Cuándo os lo dijo?
    -Takahiro llamaba constantemente a casa, pero siempre se lo cogía Akihiko.
    -Lo siento… El trabajo me ayuda a olvidarme de todo esto.
    -Bueno, pero no te estrés mucho.
    -No… ¿Vas a preparar la comida?
    -Si, ¿quieres ayudarme?
    Recojo un poco los papeles de la mesa. Que desastre, por dios… Manami me pide que vaya a comprar mientas ella limpia.
    -Me alegro de tener a alguien en casa para ayudarme.
    -Es un placer.
    -Por cierto, ¿qué te han dicho en el trabajo?
    ¿A qué se refiere? Ah, ya sé.
    -No pasa nada. Me he tomando la semana libre alegando que me siento mal por mi accidente.
    Manami se ríe y cojo la lista de todo lo que necesita. Me pongo las deportivas blancas y me voy. La tienda está muy cerca. El lugar está muy vivo y lleno de gente que viene y va. La gran mayoría mujeres con sus bebes, que van ha hacer la compra. Entro y me pongo a buscar. Tras una búsqueda exhaustiva de todo lo que necesitaba, me pongo en la cola para pagar. Todo ha sido tranquilo, si omitimos el hecho de casi nos pegamos una señora y yo por la coliflor. ¡Era la última! ¡Vamos a comer macarrones con queso y rebozado de pollo con verduras! Ya me gruñe la barriga…
    -¿Siguiente?
    La voz de una mujer joven me hace salir de mis ensoñaciones. Llego y dejo todo en la cinta transportadora. Levanto la vista y me encuentro con unos ojos marrones llenos de vida. El pelo recogido en un moño muy sexy. Algunos cabellos castaños se caen por su frente.
    -Serán 990 yens.
    La compra me ha salido relativamente barata. En cualquier cafetería me cobrarían mucho más. Salgo con las bolsas y camino con tranquilidad. El bloque de pisos está a un tiro de piedra.
    -¿Misaki?
    Me giro y en un mercedes clase A Compacto añil, lo veo. ¿Qué hace ÉL aquí?
    -¿Haruhiko…?
    -Misaki… ¿Qué haces aquí?
    -Mi hermano vive cerca de aquí.
    Además, ¿por qué tengo que darle explicaciones? Ni siquiera lo conozco. Bueno, estaba conmigo cuando me desperté, y se veía bastante mal.
    -¿Te llevo?
    -No, ya estoy llegando.
    Mis padres me decían que no subiera al coche de ningún extraño…
    -Vamos, la verdad es que me gustaría hablar contigo.
    No quiero subir, pero… Es el hermano de Usagi, no puedo hacerle le feo.
    -Ah, bien.
    Haruhiko sale del coche y me ayuda con las bolsas. Las pones en los asientos de atrás y me siento en el asiento del copiloto. Dios, que cómodos son estos asiento. Y no me sorprende la verdad, siendo de cuero marrón… Unos minutos más tarde, nos encontramos en una cafetería muy bonita. Las mesas son cuadradas y los manteles grises y blancos. Hay un pequeño florero con lirios blancos en todas las mesas. Al fondo, la barra de mármol blanco y las sillas de metal y los asiento, en donde estoy sentado ahora mismo, de cuero negro. Hay grandes ventanas y al fondo los baños. Camareros viene y van. Las mujeres llevan faldas negras y camisas blancas. Los chicos pantalones negros y camisas blancas. Todos llevan un delantal negro donde están bordadas las palabras Lilium en blanco. Una camarera rubia, con un moño perfecto y la manicura más elaborada que haya visto nunca, nos sirve un café y un zumo de naranja, respectivamente.
    -Bueno, ¿de qué querías hablar?
    -Solo quería saber qué tal estabas.
    -Estoy muy bien, gracias por preguntar.
    El silencio vuelve a reinar. Jugueteo con la pajita y por fin me la llevo a la boca. Absorbo un poco del zumo y baja lentamente por mi garganta. Está riquísimo.
    -¿Qué tal está Akihiko?
    Su voz me saca de mis estúpidos pensamientos. No sé por qué, pero su voz suena con dejadez.
    -Está bien. Se ha marchado ha Francia.
    -¿A Francia?
    Frunce el ceño.
    -Si, por trabajo.
    -Ah, claro.
    -Si…
    Me muerdo el labio y vuelvo a mirar hacia el suelo. Son baldosas blancas. Levanto la vista. Pegan con las paredes. Son de algún tipo de azul grisáceo que no llego a identificar. ¿Por qué me fijo en estás tonterías? La verdad es que no tenemos mucho de que hablar este hombre y yo.
    -Pensé que estaba con ella…
    -¿Perdón?
    Ha susurrado algo que no he alcanzado ha oír bien.
    -No, nada. Pensaba en alto. Dime…
    Se hacha hacia delante y me mira con sumo cuidado.
    -¿No has recordado algo sobre Akihiko y una mujer?
    Frunzo el ceño. ¿Qué debo recordar?
    -No… ¿Por qué?
    -No, por nada.
    Sonríe maliciosamente y da un sorbo a su café. En serio, que tipo más raro… Y no sé porque en ese momento se me pasa la voz de Manami. ¡Ostras, Manami! ¡La comida!
    -Bueno, yo tengo que irme ya.
    -Claro, te llevo.
    Paga y nos marchamos. Subo en el coche y me pongo el cinturón de seguridad. Tras un paseo de diez minutos en un tortuoso silencio que me hace morirme de la vergüenza y retorcerme en mi asiento, llegamos. Me ayuda a sacar las bolsas y las dejamos en la acera, en frente del bloque de pisos.
    -Gracias…
    Alcanzo a susurrar, cuando baja la última bolsa.
    -De nada.
    Se coloca las gafas y me mira. Bueno, ahora vete.
    -Gracias por todo.
    Me sonrojo. ¿Por qué me sonrojo? Este hombre me pone nervioso, muy nervioso.
    -De nada, y si recuerdas algo sobre eso y necesitas hablar, me llamas.
    Frunzo el ceño. En serio, ¿qué tengo que recordar?
    -De acuerdo.
    -Adiós.
    -Adiós.
    Pues nada, me quedo con la duda. Cojo las bolsas y doy gracias de que haya ascensor. No me hace ninguna gracia subir ocho pisos con bolsas de la compra. Manami me abre la puerta y lo primero que hace es abrazarme. ¿Qué pasa? ¿Me he perdido algo?
    -Manami, no respiro…
    -¡Perdón! Es que, estaba tan preocupada… Pensé que te había pasado algo.
    Su voz suena muy afectada. Pobrecita… Pero la entiendo.
    -Estaba a punto de llamar a Takahiro.
    -Lo siento. Me encontré con alguien y se nos fue el tiempo.
    -No pasa nada. ¿Lo tienes todo?
    -¡Si!
    Saco la coliflor y sonrío triunfante. No sabes lo que me ha costado…

    -¡Tío!
    Mahiro entra corriendo y veo que tiene las manos manchadas de pintura azul.
    -¡Mahiro, no!
    Manami le grita desde el umbral de la puerta. Tarde, Manami… Para cuando ella grita eso, Mahiro ya me ha abrazo y ha puesto sus manos en mi espalda.
    -No pasa nada, Manami…
    -No, si que pasa. Mahiro a limpiarte, ya.
    -Perdón…
    -¡Ha limpiarte!
    Mahiro corre al baño y se encierra en el.
    -No has sido un poco dura…
    -Se como te sientes. Pero si no lo hago, nunca aprenderá.
    Me encojo de hombros. Termino de poner la mesa y Mahiro viene con las manos muy limpias.
    -Ves, ahora mucho mejor.
    Manami sonríe y coge a Mahiro en brazos.
    -Ahora, ha comer.
    -¡Puag, verduras!
    Me río.
    -Pero están muy ricas.
    -No, están muy feas.
    -¿Feas?
    Me vuelvo a reír. Se nota que es un niño.
    -Venga, chicos, a comer.
    -¡Si!
    Comemos y Mahiro nos cuenta todo lo que ha estado haciendo. A las tres terminamos de comer y me lanzo de lleno ha recoger la mesa y dispuesto a ganar a Manami. Esta vez seré yo quien limpie todo. A las cuatro me pongo a ordenar mis papeles, mientras Mahiro hace su tarea. Si ha eso se le puede llamar tarea. Y a partir de aquí, la semana empieza a correr muy rápido. Usagi y yo no hablamos por teléfono. Esta tan ocupado que solo me puede mandar mensajes y por culpa de la diferencia horaria, no son muchos, ni seguidos. Y antes de darme cuenta ya estamos en la víspera de la llegada de Usagi. Mi hermano, Manami, Mahiro y yo hemos venido a Tokio a pasar la noche en casa de Usagi. Como esta más cerca del aeropuerto.
    -Buenas noches, Misaki.
    Manami me da un beso en la mejilla. Mi hermano ya se ha ido a dormir. Ellos duermen en la cama de Usagi que es más grande, Mahiro en mi cama y yo les he dicho que me voy a dormir en una habitación de invitados, cosa que no existe, así que me voy al cuarto blanco. Uff, en ese cuarto voy ha hacer de todo menos dormir. Es imposible, todos esos recuerdos… ¡Ya me he puesto rojo! Tengo que distraerme. Subo las escaleras y entro en el estudio de Usagi. ¡Su portátil! Lo enciendo. Mierda, no tiene batería. Busco el cargador. Abro los cajones y lo encuentro encima de un sobre marrón que pone su nombre en letras grandes y emborronadas. Sonrío. ¿Esto es algún otro juego nuestro? Dejo el cargador a un lado y miro el sobre. Lo abro. En realidad, ya estaba abierto. Meto la mano y me sorprendo. ¡Son fotos! Tiro las fotos al suelo y las observo. La sonrisa desaparece mis labios. La voz de Haruhiko regresa a mi mente.
    -¿No has recordado algo sobre Akihiko y una mujer?
    No puede ser… La voz de Usagi.
    - Pues soy… Soy…- se aclaró la garganta.- Soy tu casero, nada más.
    Imposible… La doctora Locura.
    Miro al anillo blanco con un diamante blanco que descansa en el dedo anular de la doctora.
    -Parece algo agitada. ¿Está bien?
    -… No. Es decir, si, estoy bien… Es que me has pillado algo… ocupada.

    Empiezo a sollozar. Me levanto y salgo corriendo. ¿Por qué Usagi? ¿Por qué tu? ¿Por qué vosotros dos? No lo entiendo. Creía… He corrido por un buen rato. Olivia y Usagi… Y yo me he estado torturando todo este tiempo por haber engañado a Usagi. ¡El también me ha engañado! Me paro en un semáforo. Levanto la vista. Mi vista esta nublada por mis lágrimas. Pero a pesar de eso, me doy cuenta… Este lugar es… Aquí tuve el accidente. Empiezo a caminar y todos mis recuerdos vuelven. Me duele… Me llevo las manos a la cabeza. Miro al cielo y las nubes se disipan dejando ver a la luna plateada y redonda…
    -¡Cuidado!
    Oigo una voz y miro al frente. Un coche intenta esquivarme, pero creo que no va ha conseguir. Para mí, el tiempo se detiene…
    -Usagi…
    Cierro los ojos y… Todo se vuelve oscuro. Oscuro, frío, y luego cálido…


    Bueno mis amores, esto ha sido todo por hoy. Espero que les haya gustado y si es así, comenten(solo si quieren). Díganle a sus amigos/as para que lo lean, eso me ayudaría muchísimo. Las/Los quiero mucho mis amores, Nos vemos <3
    PD: Gracias por las más de 2.900 visitas. ¡Son los/las mejores mis amores!
     
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