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~Akemi~+2
.Hola.
Bien, este capítulo esta insiprado en mi profesor de Físicaqueesundesgraciado,esperoquesepudraenelinfierno, esto paso hace un par de semanas-meses no lo recuerdo, pero creo que tenía que sacarlo, así que los dejo con esto agradeciéndoles por sus comendatarios que de verdad me animan muchísimo, sobre todo ahora que es diciembre, no sé creo que siempre me pongo un poco triste en diciembre, y de hecho me había dicho a mi misma que no volvería aquí por un tiempo, pero de verdad amo este sitio y tenía un deber con ustedes al traerles este nuevo capítulo.
Así que las dejo.
Bye byeBueno
Odiaba al maestro de Matemáticas.
Jamás pensó que odiaría tanto a una persona, de hecho, nunca se imaginó odiando a una persona, pero ahora lo hacía.
Odiaba como trataba a sus compañeras de acuerdo al largo de su falda, y odiaba esa estúpida sonrisa que ponía cuando les vendía algún material innecesario “que no era obligatorio que comparan, pero si no lo hacía no podían realizar las actividades y por lo tanto estaba reprobados”, además hacía los exámenes para que todos reprobaran sin importar cuanto se habían esforzado por estudiar, para así poderles vender boletos para horribles funciones que daban puntos extras, que era claro que todos necesitaban si querían pasar, ya que los exámenes equivalían al 60% de su calificación final, odiaba como abusaba de su autoridad, y no podía creer que la escuela hubiera aceptado como profesor a una persona con tan poca ética.
Lo único que le gustaba de esa clase es que se sentaba con Alejandro, debido a que tenía que estar juntos para los ejercicios en equipo, y es que a pesar de que Alejandro no le hablaba a casi nadie, todos lo querían en su equipo ya que era bastante aplicado (a pesar de que esa fuera la materia más pesada de ese semestre).
Además, las veces que el profesor llegaba tarde Alejandro dejaba que Ángel descargara su frustración (y sus dotes de poeta) y le dejaba escribir algunas cosas, ya sea en su brazo o en su mano.
Lo que no sabía Ángel, es que Alejandro, a pesar de su fachada tranquila, tenía un alma de revolucionario.
—¿Qué planeas hacer?
—No es nada grave, así que no seas cobarde.
—Jamás pensé que pudieras hacer algo así.
—Nadie lo creería —Alejandro se encogió de hombros y guio a Ángel por el estacionamiento, justamente por los puntos ciegos que dejaban las cámara de seguridad.
—¿Y por qué has decidido traerme?
—Porque si me atrapan, te echaré la culpa— Ángel sabía que en realidad Alejandro estaba jugando. Aun así, no pudo evitar estremecerse por la idea de ser atrapado. Aunque ahora no había mucho que perder, estaban a una semana de salir de vacaciones de invierno, y en verdad eso lo llenaba de coraje. Además, Alejandro no podía hacer una cosa demasiado mala ¿verdad?
Llegaron al auto del profesor y se detuvieron.
—Vigila mientras yo me encargo de su auto.
—¿Qué piensas hacer?
—Ya lo veras— Se limitó a responderle. Ángel no veía ninguna clase de abejas supermutantes, ni ardillas con rabia que pudiera arrojar dentro del auto del profesor, en cambio sólo vio el resplandor de las llaves de Alejandro y como estas sonaban cuando rayo con ellas el auto del profesor. Ángel tuvo que llevarse las manos a las oreas mientras Alejandro terminaba.
—¿Esto es todo lo que querías hacer? — Ángel parecía preocupado y miraba a todos lados, aunque a lo lejos observó como cerraban las puertas del acceso al estacionamiento.
—La verdad sí— Alejandro parecía demasiado concentrado para notar como se cerraban las puertas, así que Ángel tuvo que tocarle el hombro.
—¿Te acabas de dar cuenta que nos quedamos encerrados en el estacionamiento?
—¿Puedes tranquilizarte? —Alejandro quito la mano de su hombro y siguió arrodillado frente al auto — Esta todo planeado. Cierran el estacionamiento a las siete en punto, y apagan las cámaras a las siete con cinco minutos, el profesor entra por una puerta más pequeña a las siete y diez, lo que nos da cinco minutos para correr al otro extremo y escalar la cerca —Alejandro parecía muy calmado mientras hacía su trabajo, sin embargo, frunció el ceño y miro por un momento a Ángel— ¿Crees que te metería en esto si no tuviera un plan?
Ambos se levantaron, viendo como una a una las cámaras se iban apagando y entonces Alejandro tomó la mano de Ángel.
—Solo tenemos cinco minutos, es mejor que no nos retrasemos. —Ángel miro por un momento lo que Alejandro había hecho en el auto del profesor, y sonrió.
—Ojalá pudiéramos ver su cara cuando vea esto.
Ambos corrieron hasta el otro lado del estacionamiento y escalaron la cerca que daba a la calle y esa noche Ángel durmió con una sonrisa, recordando lo que Alejandro había escrito en el auto.“Si los profesores enseñaran bien no existirían los exámenes, ya que no habría dudas de que aprendimos lo que nos enseñaron”
Edited by ~Akemi~ - 15/1/2017, 22:25
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