Solo por ser tu

A veces las personas menos compatibles pueden encajar como dos perfectas piezas de un rompecabezas. dos chicos que luchan por estar juntos en donde el destino no existe, es un verdadero reto.

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  1. Meyy
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    CAPITULO 1

    Desde niño había sabido claramente el tipo de curso que llevaría mi vida, en realidad, nunca tuve que preocuparme por ir por el mal camino, mi vida desde que nací estaba completa y firmemente dirigida, el hecho es… cuando todo va bien, uno siempre espera que algo en un momento determinado salga mal, pero a decir verdad mis padres desde tarde o temprano me habían enseñado a ser natural y completamente optimista, lo que había provocado un extraño sentimiento de inmortalidad en mi espíritu, o quizá un tremendo vacio que me hacia percibir la vida como un monótono acorde, sin subidas ni bajadas bastante peligrosas. De cualquier modo, nacer y morir son dos cosas que aunque parezcan completamente opuestas, tienen ciertos aspectos de similitud, ambos pueden llegar a significar paz, ambos son una metamorfosis de energía o una evolución natural. El problema esta, cuando la muerte significa pérdida y no paz o metamorfosis, cuando este terrible y desafortunado acontecimiento se mezcla con los sentimientos o emociones y se vuelve una situación realmente subjetiva, ha de hacer tal cantidad de daño, que puede significar otro tipo de muerte mucho más dolorosa; la muerte que sufre un individuo cuando su cuerpo aun sigue respirando, cuando aun sigue andando y recorriendo las calles de la ciudad sin un motivo suficiente para “vivir”.

    De cualquier modo la muerte que en su mayoría provoca grandes ríos de lágrimas y desemboca tormentas familiares más grandes que el Huracán Galveston, había de ser para mi hasta entonces uno de los hechos más naturales y representativos de la vida, que aunque no deja de ser desafortunada siempre y cuando sea natural, termina por ser un proceso de auto reconstrucción que te hace ser una persona un poco más fuerte.
    A lo que voy con todo este texto aburrido filosofando acerca de la vida es… ¿hasta qué punto se puede ser fuerte ante la muerte de un individuo? o ¿Cuánto es necesario sufrir para que una persona vuelva a la vida? De todas las cosas del mundo yo creo y solo ahora, me atrevo a decir, que es la muerte del ser amado el que puede romperte en mil pedazos sin derramar una sola gata de sangre, que te puede arrancar con furia las alas y dejarte tendido sobre el frio pavimento.

    --Me odia , el verdaderamente me odia. –le dije a Mey en el almuerzo, yo le veía a él platicando sentado bajo la confortante sobra de un sauce llorón, riendo naturalmente.

    --¿Ahora qué sucedió Andrew? –rodo los ojos mientras removía con un tenedor plástico el puré de papa sobre su plato. Di un gran suspiro que pareció más un gruñido de irritación.

    --¿puedes ver ese sujeto... el que está sentado… el de cabello castaño obscuro… lo ves?—señale con la mirada intentado no ser indiscreto. Ella alargo el cuello con el tenedor en la boca.

    --oh si… lo veo. —dijo cuando lo había divisado.

    --es un chico de mi salón, siempre esta reclamándome una lista interminable de “defectos” que según el llevo a cabo siempre, sobre todo con las chicas. —explique resoplando, ella me miro soltando una risa burlona y tragando el bocado. Lo miro durante unos minutos y luego me vio.

    --el chico es muy lindo y tierno… no parece la clase de persona que anda echando pleito a quien se le aparezca, de hecho luce muy dulce. —dijo y se metí otro bocado encogiendo los hombros.

    --¡exacto¡ por eso creo que me odia. –explique y bebí de mi café un poco divertido.

    --¿Cuándo comenzó todo? No lo habías mencionado antes. —pregunto.

    --no mucho, lleva apenas dos semana… --dije mirándole. Se ahogo unos segundos con el alimento y luego soltó una estruendosa carcajada. Luego me miro sonriente.

    --¿apenas? ¿Eso es posible? ¿Por qué no me habías dicho nada?—pregunto. Y resople.

    --quieres dejar de reír, esto es molesto, intento ser razonable, créeme soy tolerante, cuando me dice alguna cosa intento ignorarle, pero el solo se empeña en sacarme de quicio, ayer casi lo golpeo, estaba a punto de explotar cuando el profesor apareció, vaya salvación. —espete molesto, ella bufo.

    --bueno tiene motivos, tratas a las chicas como basura y juegas con sus sentimientos… además eres demasiado serio y frio, el ha de interpretarte como engreído, niño rico con caprichos muy sofisticados. —dijo. Eso me tomo por sorpresa y me reí irónico.

    --no trato a las chicas como basura, tu sabes bien que no tengo tiempo de relaciones y situaciones amorosas, no es mi culpa que las chicas interpreten mi amabilidad como una muestra de afecto. ¿Qué propones? ¿Qué acepte todas las proposiciones solo para satisfacer sus caprichos? Prefiero ser torturado por un chico 10cm más pequeño que yo, gracias. –dije y me levante del comedor de la cafetería. Ella rio un poco.

    --deberías darte un tiempo, se bien que te preocupa la universidad y todas esas cosas, pero no lo sé… tiene mucho tiempo desde que saliste con una chica, deberías intentar relajarte un poco. – se levanto lentamente. Sonreí levemente en forma de agradecimiento y asentí.
    Narra Milo: conocí a Andrew en las practicas de pre inscripción, recuerdo que me hablo él primero porque me había tocado recrear una situación de psicología en parejas, y en ese momento recuerdo haber creído que era sin dudar una de las personas más admirables que había conocido, es increíble como la percepción puede cambiar en instantes y que la decepción suele ser casi siempre un golpe profundo. Recuerdo el día que entre al colegio, había sido transferido de mi antigua ciudad natal, por lo que había entrado a principios de marzo, y aunque no fue relevante aquel día, tengo la capacidad de recordarlo por un hecho: Estaba Andrew hablando con una linda chica de cabello largo y ondulado, muy hermosa para mi gusto, yo no tenía intenciones de interrumpir con su plática, pero sin querer escuche el momento culmine de la plática. >> ¿Entiendes lo que significa verdad? >> Le decía él. >> ¿No entiendo… acaso todo fue... un juego?>> pregunto con voz temblorosa la chica, él emitió un chasquido con la lengua >>tsk...>> sonó >>tu lo mal entendiste. Por favor jamás vuelvas a hablarme>> dijo, entonces la dejo ahí, yo me escondí detrás del pasillo. Escuche ese día como la pobre chica rompía en llanto inconsolable, yo me intente acercar pero la chica salió corriendo. Desde ese momento por alguna extraña creciente decepción no toleraba la presencia de Andrew, un patán, que no aprecia el valor de las personas, engreído, siempre hablándoles a las personas con desatino e indiferencia, creció de mi un desprecio que jamás pensé llegar a sentir por él.

    --otra vez Andy…. –oí murmurar a Casecabe, un compañero de las bancas aledañas a la mía, me gire, un poco extrañado y le pregunte que ocurría.

    –este día es Miuno de segundo año, Manu los escucho en el jardín trasero, la chica salió tranquila todos nos sorprendimos, pero al llegar al salón comenzó a llorar. – la irritación y enfado comenzó a subir por mis puños hasta mi cabeza, un calor creciente.

    --Mi, por favor cálmate. —escuche la voz suave de Yata, me gire y lo vi escribiendo sobre su cuaderno unos apuntes. --¿esperas que me quede sentado? Ese patán necesita enterarse de…

    --Milo lo has estado atormentado las últimas dos semanas, todos tienen sus propios motivos, lo sabes, ¿Qué pasaría si una chica por la cual no tienes interés te suplicara por más de una semana que salieran? ¿O si tuvieras una novia en otro lugar y cada día una chica nueva se te declarara? ¿Dime? ¿Aceptarías cada una de las ofertas amorosas? –me pregunto levantando la mirada sobre sus lentes de armazón negro. Me quede sin palabras recapacitando renuentemente a sus preguntas.

    --¡de cualquier modo, eso no le impide hacerlo de una manera aceptable, amable o lo que sea¡ --espete con enfado. Me senté en el pupitre de un golpe cruzando los brazos. –además… no solo es eso, su forma de tratar a las personas me irrita…. ¿debería levantarle un reporte?–dije mirando al frente.

    --conozco a Andrew, fuimos amigos durante la primaria y parte de la secundaria, es una persona completamente diferente a como lo pinta la gente, el precio de personas como él es el de la crítica. Además, no por ser el presidente del concejo estudiantil puedes actuar con tanta impulsividad, aunque si llegaras a hacerlo yo no te lo permitiría, claro. –me dijo incorporándose un poco, poniendo una mano sobre la mesilla de mi banca. Sonó un tanto severo, así que solo desvié la mirada molesto.

    --vamos ay ¡por favor!…. ¿Por qué lo defiendes tanto? Aun peor ¿Por qué dejo de ser tu amigo? –primero dije con molestia, pero luego me gire para esperar su interesante respuesta, me miro seriamente y luego rodo los ojos y volvió a escribir los apuntes.

    --eso no fue como seguramente te imaginas, ambos íbamos a clases de lenguaje a un colegio aparte, por eso lo éramos, además aun hablamos y salimos de vez en cuando, aunque contigo parece que prefiere alejarse. –dijo enfatizando la parte donde hacia acto de presencia. –deberías darle una oportunidad, habla con el algún día y si no es posible entonces calma tu odio inexpugnable. –me dijo de modo refunfuños. En ese momento se abrió la puerta del salón y entro él con Sato, odiaba el hecho de que fuera más alto que yo, si de lo contrario se tratara, me habría aventado a él y partido la cara. Se sentó sobre la mesilla de su banca y un grupo acostumbrado de amigos suyos se acercaron a su alrededor, bufe. Cuando la clase acabo me quede sentado hasta que poco apoco solo se quedo él y yo, el siempre permanecía hasta las 3:30 para tomar orientación profesiografica, algo que ningún alumno toleraba, pero al parecer a él no le importaba. Pese en gritarle de modo severo, pero cuando estaba por hacerlo las palabras de Yata se atravesaron por mi cabeza. ¿Y si de verdad tenía otra chica? ¿Cuál serian sus motivos?

    -- ¿vas a quedarte ahí quieto o vas a reclamarme? La profesora pronto llegara y ¿sabes? Necesito tomar esta clase. –dijo. Me sorprendí ya que había asumido que no me había visto, (mi banca estaba 4 asientos detrás de la suya en la contra esquina) me daba la espalda mientras leía un libro, al ver que no respondía se levanto del pupitre se acerco a el escritorio y se recargo sentándose mediamente, luego levanto la mirada y cerro el libro, clavo sus fijos ojos en los míos y sentí un extraño escalofrió en la nuca y espalda, me levante de inmediato, la molestia comenzó a surgir.

    --Miuno es amiga mía—dije.

    --vaya…. –dijo sin más. Eso me provoco una furia increíble.

    --¿vaya? ¿Es todo lo que tienes que decir? ¿No te importan los sentimientos de los demás? ¿Por qué no puedes ser un poco mas…

    --¿Qué? ¿Amable, atinado, sonriente, sociable, relajado, dulce, cariñoso, valorativo? ¿Por qué te importa tanto como me comporte con los demás? No me conoces, jamás has intentado hablarme o ser amigable, conocerme, así que, deja de fastidiarme, yo nunca te he hecho nada, no conoces mis motivos y no tengo por qué dar explicaciones, si me vas a atacar que sea con fundamentos y si no es así, discúlpame pero no te permitiré continuar molestándome. —dijo de forma severa. Me quede paralizado puesto que nunca había hecho algo como eso, siempre me ignoraba o se iba dejándome hablando. Trague saliva un poco nerviosa. Las palabras no salían de mi boca, abría y cerraba indeciso.

    --Andy ya estoy…. –entro descuidadamente Sato por la puerta y se cayó al vernos, nos miro a ambos y luego se dirigió a Andrew. --¿interrumpo algo? –pregunto, Andrew lo miro y negó con la cabeza, luego hizo una seña con la cabeza para señalarme. Sato dirigió su mirada a mí.

    --ah... Entiendo, ¿Milo verdad? Soy Sato, nos hemos visto un par de veces en el transporte. –me sonrió de forma amigable y se acerco para tenderme la mano. Andrew solo nos contemplaba sin hacer una mueca de expresión. , le tendí la mano y sonreí levemente.

    --te recuerdo. –dije y asentí.

    --¿Este idiota te dijo alfo? Discúlpalo a veces puede ser un verdadero bruto y….

    --¿quieres dejar de ser un imbécil? –lo interrumpió Andrew, pero Sato lo ignoro.

    --como te decía, créeme, este tipo rudo de aquí solo es un conejito asustado. —Dijo burlón a lo que no pude evitar sonreír – se que ha causado algunos problemas, me encargare de él. –me giño un ojo. –creo que eres un buen chico, ¿eres el presidente del concejo estudiantil cierto? –pregunto. Andrew con las manos metidas en el pantalón del uniforme nos observaba fijamente, algo de lo que Sato no se percataba porque lo tenía a sus espaldas, de vez en vez sus ojos negros se clavaban en los míos dejándome un poco distraído, no entendía el motivo de ese extraño acontecimiento.

    -si…

    --ahora mismo pensándolo mejor ¿te gustaría acompañarnos a una fiesta? Andrew ha estado un poco estresado estas semanas y Mey piensa hacerla en su casa, sería una buena oportunidad de arreglar las cosas ¿no Andrew?-- se giro para verle, su mirada salto de mi a Sato y se encogió de hombros.


    Narra Andrew:

    ----ahora mismo pensándolo mejor ¿te gustaría acompañarnos a una fiesta? Andrew ha estado un poco estresado estas semanas y Mey piensa hacerla en su casa, sería una buena oportunidad de arreglar las cosas ¿no Andrew?—se giro a verme, con esas miradas inquisitivas, me encogí de hombros y desvié la mirada, en realidad estaba irritado de toda esa escena, no había dormido nada y tenía que entregar un examen ese día.

    --gracias por la invitación Sato—sonrió Milo amigablemente, una sonrisa que a mí nunca me había dedicado, bonita, peo al verme se desvaneció a nada. –pero no creo que sea la mejor idea, no estoy aquí para eso. –dijo, tomo sus cosas y se dio la vuelta para marcharse, Sato se giro de inmediato y me hizo una señal de que hiciera algo, insistió con la mirada.

    --Milo… --le llame sin pensar, el se detuvo y se volvió a mí....

    continuara...

    Gracias por leer. Es mi primer capitulo, así que espero que realmente les agrade.
    una disculpa por no poner prologo ni algún previa descripción detallada como se acostumbra, realmente solo quería dejar fluir la historia.

    :=WIJIS: :=FOXXIN: :=amors:

    Edited by Meyy - 8/1/2017, 08:03
     
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  2. Cleyn
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    Hola, me he puesto a curiosear y se lee bastante interesante, aunque no se si es mi problema o qué, pero me he perdido un poco con los nombres, cabe recalcar que siempre me pierdo con los nombres así que no creo que sea tu problema.
    Sin más que decir, espero continuación. (*v*)Г
     
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  3. itziritha
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    conty suena interesante
     
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  4. Meyy
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    Narra Andrew:

    --Milo… --le llame sin pensar, el se detuvo y se volvió a mí. –ven… creo que sería bueno que habláramos. –dije pero Sato abrió los ojos como si algo faltara, estaba un poco confundido, por lo que solo hable por hablar. –creo que aún estamos a tiempo de solucionar este mal entendido ¿no te parece?—pregunte de una forma extrañamente amable, su semblante se torno menos serio y un tanto cálido. Me rasque la nuca de modo automático, sin pensarlo, más bien. Eche una mirada a Sato quien sonreía satisfecho. Milo se quedo un momento sin decir nada, se dio la vuelta y camino hacia la entrada.

    --lo pensare…--dejo las palabras en el viento y se fue cerrando la puerta detrás de él. Sato se giro para verme con una gran sonrisa.

    --buen trabajo conejito…--dijo burlón mientras guiñaba un ojo, rodé los ojos y me senté en mi pupitre, mas tarde llego un profesor para impartirnos la materia.

    Cuando al fin llego al fiesta, Mey llego muy temprano esa vez, y comenzó con una par de amigos a organizarlo todo, y cuando el firmamento se disipo a su metamorfosis obscura, llegaron un montón de compañeros con los que había convivido desde la primaria, ella sabía qué tipo de personas eran las que me agradaban, amigos de muchos años de amistad, no cualquier chico que salude en la escuela o con el que mantuve una charla, no, personas importantes, de gran significado sentimental.
    Estaba en la cocina bebiendo, cuando entro Sato y se puso a un lado mío.

    --el chico llego, me sorprendió no creí que vendría… --dijo y le dio un trago a su bebida, me incorpore un poco también asombrado.

    --¿ese chico acosador que solo vive para mi sufrimiento? --pregunte en tono burlón y soltó una risa mientras asentía, me asome al lumbral de la puerta mirando a los invitados que estaban en toda la casa.

    --¡allá ¡El chico que viene con esa dulzura—señalo, era Milo, tenía el cabello un poco desordenado, una playera lisa azul marino, y pantalones de mezclilla, la chica que estaba a un lado una chica unos 2 cm más pequeña que él, de piel apiñonada, un vestid muy femenino que dejaba ver sus delgados brazos, la clavícula, y sus piernas, el cabello lo tenía un poco por debajo de la cadera. Cuando me miro no expreso ningún gesto, solo hizo un ademan con la cabeza y yo asentí. La noche transcurrió tranquilamente, hablaba con las personas mientras se llevaban a cabo diferentes juegos. Y cuando dieron las 2 de la madrugada se escucho a un chico entrar del jardín.

    --Chicos alguien está en problemas, dijo apresurado a Mey Sato y a mí.

    Todos salieron descuidadamente por puertas y ventanas llamadas por la curiosidad. Cuando Salí y pude abrirme paso entre la gente que se interponía al problema, vi a Milo el suelo, parecía que apenas había caído por que la multitud se inmuto, acto seguido Milo se levanto furioso, lo sabía por su expresión y lo rojo que se habían puesto sus mejillas, el otro sujeto era un tipo de la manzana, un imbécil que había atropellado hacia ya más de dos años a mi perra Mini y que por ello siempre había tenido problemas con él. Mirando entre ambos, obviamente apoyaba a Milo, aunque no nos lleváramos bien. Así que me apresure acercándome a Milo y poniéndole una mano en el pecho segundos antes de que se le fuera encima, que era lo más imprudente, puesto que Milo era…. Pequeño a comparación del otro sujeto. Mire al tipo, quien parecía divertido.
    Estábamos a mitad del jardín frontal.

    --¿Quién mierda te invito? –pregunte y el soltó una risa socarrona.

    --ese imbécil, el renacuajo de allá, ha querido llevarse a la cama a mi novia. Bueno no me sorprende pertenece a tu club de idiotas. –dijo burlonamente mientras señalaba a Milo que pronto se puso a mi lado con intensiones de golpearlo, lo cual claramente impedí.

    --¡no fue así¡ yo estaba…

    --no tienes por qué dar explicaciones—le dije a Milo, quien me miro sorprendido. --¡lárgate antes de que llame a la policía! –dije con severidad, el sujeto bufo, tomo de la mano a su chica y se marcho con un grupo pequeño de chicos. Cuando me gire vi a Milo un tanto sorprendido y avergonzado. – ¿Estás bien?—pregunte.

    --s...si, gracias…este…. yo no estaba coque…

    Narra Milo:

    --se volteo y me miro de arriba abajo rápidamente. – ¿Estás bien?—pregunto poniendo una mano en mi hombro.

    --s...si, gracias… este... Yo no estaba coque…

    --lo se… te creo. No tienes que explicar nada. –me interrumpió haciendo una leve sonrisa en sus labios. Me quede un poco pasmado, era estúpido, porque no me había dejado golpearle y de algún modo eso me irritaba, incluso luego de que me “ayudara” el se.

    --¿estas bien?—preguntó Yata llegando por delante, a lo que asentí. – ¿lo ves? No puedes juzgar a la gente si saber sus motivos. –me dijo y rodé los ojos, eso no significaba gran cosa.

    --que tonto. —me limite a decir y continuamos platicando por largo rato, Fer había desaparecido durante un tiempo hasta que volvió.

    Narra Andrew:

    durante la fiesta un extraño comportamiento se apiado de mi, todo el tiempo intentaba buscar a Milo si se me perdía de vista, algo que me tomo por sorpresa, claro que intente justificarlo con mi alto consumo de bebidas alcohólicas que Mey se había encargado de proporcionarme.

    Al otro día al despertar me encontré en el sillón de mi casa, cubierto por una cobija, había basura por todas partes. Milo estaba dormido sobre un fotón en el centro de la sala, el sol le pegaba sobre todo el rostro, el cual le brillaba de modo muy particular, en realidad era lindo, tenía una pequeña nariz respingada, ojos relativamente grandes, sus labios pequeños pero carnosos, sobre la ceja derecha se aparecía un lunar muy simpático, y sobre la parte de la nariz y debajo de sus largas pestañas salpicadas como pinturas había unas pequeñas pecas, sonreí como idiota por alguna razón… “¿Qué estoy pensando? ¿Es enserio? De cualquier modo solo es un punto de vista” me dije, sacudí la cabeza para despertar un poco.

    --no es tan molesto como parece ¿verdad?—dijo Yata por detrás, haciendo que diera un fugaz salto, se sentó a un lado mío y miro a Milo que se removió un poco.

    --no lo sé, el parece odiarme. — solté las palabras al viento, el dejo salir una risa que pareció más la expiración de aire.

    --el solo tiene una mala perspectiva de tu persona, deberías hablar más con él, se que se llevaran muy bien, tienen muchas cosas en común. —dijo, me sentía vulnerable, como si mis anteriores pensamientos fuera a salir de mi boca antes de poder impedir que escaparan. Solté una risa socarrona y me removí en el sillón.

    --no, en realidad somos muy diferentes. Ni siquiera lo conozco. –dije intentado sonar lo mas indiferente posible. El me miro entonces

    --yo creo que él te agrada…

    --¿acaso puedes leer mi mente? –dije de modo burlón. Él miro a Milo.

    --yo creo que tú piensas que él es my tierno, hasta cierto punto adorable, crees que es insistente pero eso no te molesta, porque por un momento te resulta entretenido y divertido, sabes que Milo es la clase de persona que hace las cosas de corazón, además con amabilidad y sutileza, si, es verdad que a veces puede salirse de sus cabales, pero habitualmente es un chico sonriente, algo que no puedes ignorar…

    --deja de inventar todas esa estúpidas cosas…--dije secamente y me levante del sillón, dirigiéndome a la cocina que estaba a unos 4 metros de distancia.

    --¿le atine verdad?—dijo, era verdad, hasta cierto punto daba miedo, pero era tal como lo había descrito segundos antes. Continúe hasta llegar dentro de la cocina.

    --apenas lo conozco, no te hagas ideas equivocadas. —dije con indiferencia y un poco de molestia, entro posteriormente y se recargo en el marco de la entrada.

    --siempre intentas aparentar indiferencia cuando algo te importa… Andy, te conozco desde hace ya un buen tiempo. Deberías considerar arreglar las cosas, los conozco a ambos, y son dos de las personas más admirables que conozco. –dijo, deje de hacer mi emparedado de crema de maní y lo mire. Estaba un poco avergonzado, claro que, demostrarlo fue lo último que hice. Antes de que pudiera hablar entro Milo con un bostezo largo que hizo que sus ojos lagrimearan, Yata me miro inquisitivamente y sonrió levemente.

    --iré al baño. —fue lo último que dijo antes de salir de la cocina. Milo lo miro un poco aproblemado pero no dijo nada. Luego dirigió la mirada a mí.

    -- ¿buenos días?—dijo en voz baja y un poco ronca. Continúe con lo que anteriormente había suspendido y asentí.

    --¿quieres que te prepare algo de desayunar?—pregunte, el sonrió un poco.

    --puedo preparármelo yo mismo si me das algunos ingredientes. –sonrió levemente. Lo mire durante unos breves segundos y luego negué.

    -¿Qué necesitas?—pregunte abriendo la alacena superior, Milo se acerco a un lado mío y miro dentro de ella. Comenzó a tomar algunas cosas, harina de hot cakes, chispas de chocolate amargo, miel y otras cosas, cuando ya no hubo lugar en sus manos, se giro en la isla de la cocina y puso todo.

    --¿tienes un recipiente y una batidor de globo? –pregunto, me agache a las puertillas inferiores y los saque para dárselos, comenzó mesclando ingredientes y poniendo otros, yo me que recargado en la barra observando cada cosas que hacía. Lo que provoco que me mirara un poco nervioso y sus mejillas se sonrojaran levemente. Sorprendido garraspee y me incorpore de inmediato desviando la mirada. Tome el plato de mi emparedado y le di un mordisco, luego me dirigí a la salida.

    --¿por qué siempre actúas del modo en que lo haces…?--.Dijo en voz indecisa y temblorosa a mis espaldas, me detuve en seco me gire lentamente a verlo, el me daba la espalda sin dejar de hacer lo que hacía, así que camine hasta quedar del otro lado de la isla enfrente de él. Me miro fugazmente pero agacho la mirada a continuación un tanto nervioso quizá.

    --¿a qué te refieres?—pregunte tranquilamente. El negó con la cabeza. Mientras continuaba con su batido.

    --tratas a las personas como si no te interesaran, o como ignorándolas, a veces pienso que odias a todo el mundo, o que piensas que eres mejor en todos los aspectos a comparación de todas las demás personas, siempre rechazas a las chicas de modos desagradables haciendo que lloren y siempre…

    --¿acaso me has tratado? –Pregunte, --todo este tiempo me has juzgado si siquiera demostrar que es verdad tu percepción de mi. – dije un tanto seco.

    --como decir lo contrario si todo el tiempo cometes acciones y comportamientos que resultan inadecuados e indiferentes, lastimas a la gente y no te importa hacerlo. —espeto dejando de hacer lo que hacía.

    --no es así… --deje las palabras al viento, el me miro fijamente esperando algo mas, yo solo di un suspiro que resulto parecer más un gruñido. –hay personas en la escuela que actúan peor que yo, ¿Por qué tanto empeño en mi? –pregunte el desvió la mirada de inmediato y note un ligero sonrojo sobre sus mejillas y una expresión tirando a entristecida. Tenía una mala sensación en mí, no se dé que tipo, un sentimiento que reflejaba un creciente enfado conmigo mismo, su expresión ligeramente afectada me había hecho reprenderme espontáneamente, por lo que las palabras que salieron a continuación creí jamás llegar a decirlas.

    --oye… yo, no llego a comprender porque tienes esa tan mal reputación de mi, se que tienes tus motivo, así que…… yo… lo siento. ¿Quieres comenzar de nuevo? –me quede atónito unos segundos después de decir esas palabras, pero nunca pensé la posibilidad de retractarme, por otro lado Milo me miro sorprendido, dejando de hacer lo que hacía, desvió la mirada nerviosamente a diferentes lugares del suelo y la cocina para después volverme a mirar.

    --¿ha…hablas enserio? Es decir, bueno es que… --estaba balbuceando, sacudió la cabeza y luego me miro con una leve sonrisa. –claro. –dijo y me tendió la mano, esboce una leve sonrisa y estreche su mano con fuerza...

    continua.

    ________________________________________________________________________________________________________

    He aquí la continuación.

    ¡¡espero que también les guste!! no saben como agradezco sus comentarios, de verdad me hacen sentir muy bien.

    (también espero afinar eso de la identificación de los diálogos y los personajes :) )

    :=amors:
     
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  5. itziritha
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    Conty conty
     
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  6. Cleyn
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    Se me pasó tan cortito, eso quiere decir que está interesante.
    Un consejo y es un paso que yo siempre me salto. (`^´) Cuando termines de escribir léalo nuevamente como si no conocieras la historia, puede que la historia este clara pero,con ese paso arregladas errores y harás una historia mucho más clara y fácil de leer.
    No es que tu historia este enredada, es sólo un consejo para mejorar nuestra escritura.
    Muy buen capítulo, espero la continuación.
     
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  7. Meyy
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    Narra Andrew:

    --así que… ¿ahora son buenos amigos? –irrumpió Sato en la cocina con el cabello hecho un desastre. Milo soltó mi mano de inmediato en un acto de reflejo a lo que surgió de nuevo un sonrojo y un aparente nerviosismo, termino de batir y deposito la mezcla en el sartén que anteriormente había puesto sobre el fuego.

    --no exactamente. ¿Cuánto bebiste ayer? Luces… --intenten cambiar el tema incómodamente.

    --oye conejito, no creo que luzcas mejor que yo, así que cállate. –espeto y dio un largo bostezo, a lo que yo solté una sonora carcajada que al parecer hizo saltar a Milo fugazmente, a lo que sonreí. --tengo un hambre increíble. –dijo Sato husmeando sobre la barra de la cocina.


    Narra Milo:


    Andrew me tenía un tanto sorprendido por su inesperada amabilidad.

    --oye conejito, no creo que luzcas mejor que yo, así que cállate. –espeto Sato dando un bostezo, a lo que Andrew soltó una carcajada inesperada que me sorprendió, jamás le había visto reír como en ese momento, lo que me provoco un extraño sentimiento de comodidad y avergonzamiento a la vez. –tengo un hambre increíble. – dijo Sato escudriñando las cosas de la barra y olfateando.

    Cuando termine de hacer los hot cakes todos desayunamos, y me pareció casi increíble como Andrew, reía y socializaba de manera sumamente cálida entre sus amigos siendo divertido y ocurrente, un poco más serio que el promedio pero completamente diferente a la cara que solía aparentar en la escuela. De algún modo inaceptable, en esos momentos, me había quedado conmovido por su calidez.


    --¿Has cambiado tu percepción? –dijo Yata una tarde en mi casa. Solté una carcajada forzada.

    --no creo que sea tan diferente…. —dije indiferente. Yata sonrió.

    --¿Por qué a él?—pregunto de pronto, lo mire.

    --no es obvio, ya te lo he dicho muchas…

    --no me refiero a eso, ¿por qué él de todos los otros patanes? ¿Por qué te muestras tan renuente solo con él? …Me lo he pregunto muchas veces y no te preguntaría si no hubiera ya analizado todo—me quede paralizado un momento, me sentí vulnerable,>> ¿Qué sabia él?>> Pensé de inmediato.

    --¿Qué esperas que te diga? –dije frunciendo el seño, tome una papa del recipiente y mastique con irritación. Lo mire entonces, el aun esperaba que soltara la sopa, así que di un suspiro pesado. –cuando estaba por pasarme a la escuela, un mes antes se impartió un curso que se aplica a los estudiantes que desean repasar los primeros años, ahí fue donde lo conocí, el curso duro mes y medio, la impresión de Andrew fue la mejor que alguien puede dar, pero entonces…. –me quede callado sin pensar.

    --te decepciono…--afirmo mientras buscaba mi mirada que estaba perdida en algún punto inexacto de la sala. Era decepcionante, sí que lo era, pero por alguna razón esta ocasión había sido más significativa que cualquier otra, de algún modo algo era diferente.

    Lo mire de modo pesado pero evidente, sin querer di un suspiro pesado y me recargue lentamente en el sillón.

    --no se porque tenemos esta conversación…--dije y me levante del sillón. No sé que me pasaba, tampoco entendía a fondo por que actuaba de ese modo, yo mismo tenía una disyuntiva mental que me hacía dudar de mis propios sentimientos.

    Narra Andrew.

    Después de esa vez, optamos Milo y yo por comenzar a vernos más seguido, hablar con más frecuencia y relacionarnos en clase, tanto fuera de la escuela como en ella, de algún modo poco a poco fuimos coincidiendo en las formas de percibir ciertas cosas, en las ideas que teníamos o en algunos asuntos personales, cosa que me pareció ciertamente agradable.

    --¿te quedaras hoy a orientación profesiografica? –pregunto Sato en taller de fotografía.
    Enfoque un insecto muerto sobre una tablilla de azulejo y tome la foto>>clic>>sonó.

    --no. —respondí y me moví un poco para conseguir una nueva perspectiva, dispare una nueva captura.

    --¿Por qué? –pregunto moviendo delicadamente el insecto con unas pinzas.

    --tengo planes con Milo…--deje las palabras al aire y Sato se paro mirándome fijamente a un lado, me incorpore de mi posición inclinada y lo mire. --¿Qué?—pregunte y el sonrió.

    --pensar que hace algunos meses no se aguantaban ni uno ni otro... Bueno… yo sabía que no eran tan diferentes. –dijo dejando salir una leve risa. Yo también esboce una leve sonrisa, era verdad que no nos llevábamos tan bien, pero de algún modo, poco a poco conociéndolo mejor, termine por darme cuenta la gran persona que era Milo, siempre atinado, amable y sonriente, muy dulce hasta cierto punto.

    Al salir de la escuela me encontré con Milo quien me saludo a lo lejos cerca de la entrada.

    --¡es tarde, hay que apresurarnos si queremos ver la parte especial! –dijo entusiasmado metiendo apresuradamente algunas cosas en su mochila, me sonrió ampliamente y luego la cerro. No entendía como un acto como ese, proveniente de él, podía provocarme tal cantidad de bienestar.

    Llegamos a la exposición y terminamos admirando un sinfín de estatuillas, algunas pinturas, grabados y repujados sobre aluminio, madera y otros materiales diversos. De momento, bromeábamos sobre algunos, y en otros reflexionábamos profundamente el sin fin de posibilidades que aquello representaba.

    --es tarde, muy noche… –dije rascándome la nuca. Me sentía de algún modo nervioso, por algún motivo, siempre estar con Milo, desde hacía ya unas semanas me provocaba un extraño sentimiento de ser precavido y gentil.

    El me miro también y se sonrojo de modo muy lindo, carraspeo un poco y comenzó a jugar con el filo de su suéter, algo que me hizo sentir realmente satisfecho, cosa que sucedía desde hace ya un tiempo, pasamientos absurdos y hasta cierto punto penosos atravesaban mi mente, querer rosar sus labios carnosos, o mirarle por debajo del filo del cuello de la playera, hacerle sonrojar o ponerse nervioso, cosas que al principio me perturbaban, pero que al volverse frecuentes aprendí a superar. – tu… ¿quieres quedarte a dormir? –le pregunte de forma cautelosa. Me miro de inmediato un poco sorprendido, para posteriormente desviar la mirada a diferentes lugares a la vez, mientras que su ya anterior sonrojo se acentuó.

    --b…bueno, mañana no hay cursos así que… ¿Por qué no? –dijo de manera nerviosa. Algo ocurría entre ambos, una simplicidad que dadas diferentes situaciones parecía ser más evidente ¿me gustaba?

    Entro a mi departamento dejando su mochila sobre una mesillas de madera, entro y se hecho sobre el sillón con un poco mas de confianza; no era la primera vez que iba.

    --¿quieres cenar algo? Yo tengo hambre así que de todos modos hare algo de cenar. –dije entrando en la cocina.

    --vale. —me grito desde la sala. – ¿Me prestas algo para dormir?—pregunto y sonreí silenciosamente. Salí de la cocina y me dirigí a mi habitación, tome la ropa que acostumbraba prestarle y se la avente, el soltó una risita y se la quito de la cabeza donde había quedado.

    --¿Cómo es que me odiabas tanto?—pregunte de pronto desde la cocina. Escuche algunos movimientos que indicaban que estaba cambiándose, pensaba espiarle pero me resistí, pronto entro por la puerta de la cocina con el pijama que evidentemente le quedaba muy grande.

    --no era odio, era un sentimiento diferente. —se limito a decir. Se interno en la cocina y se sentó sobre la barra. –yo te conocía desde los pre- cursos. ¿Recuerdas? –dijo, me quede un momento intentado recordar pero no fui capaz de hacerlo.

    --bueno…

    --no importa, sé que es difícil recordar hace tanto, además solo fue un mes –se apresuro a decir.

    --tu siempre me pareciste…--deje las palabras al viento ¿Qué iba a decir? Pensé. Carraspeé un poco.

    --¿te parecí….? –repitió, un poco asombrado y curioso.

    --lindo. –dije al fin, el se sonrojo de forma inmediata lo que me hizo soltar una carcajada. A lo que él se vio molesto de momento a otro.

    --¡¡ ¿crees que es un cumplido decirle a un chico que es lindo?!! --dijo furioso, lo que me provoco mas risa y diversión, luego sentí un golpe en la cabeza.

    --vale, vale, tranquilo, solo estoy bromeando. –dije intentando cubrirme de sus golpes hasta que sostuve sus muñecas de forma suave y el mismo paro poco a poco, cuando termino de golpearme de algún modo la cercanía de nuestras caras fue poca, lo mire sin decir nada, sin querer saltando de sus ojos a su boca, de manera inconsciente. Así que sin siquiera llegar a pensarlo, me acerque lentamente hasta sus labios, chocando mi nariz con la suya, su respiración era entre cortada y un poco descontrolada, tenía las mejillas finamente rojizas y las manos que yo sostenía con delicadeza le temblaban de forma esporádica, su respiración chocaba contra mis labios y su boca estaba ligeramente abierta. Me acerque lo más lento posible temiendo que cualquier movimiento fallido arruinara todo y rose mis labios contra los suyos suavemente, apenas un toque delicado, escuche en el silencio abismal como trago saliva y remojo sus labios temblorosamente. Me volví a acerca de modo más seguro y lo bese con solo un poco mas de intensidad, sentí sus manos aferrarse ligeramente a mi playera y tambalearse unos centímetros hacia atrás, mientras se dejo llevar por mis labios. Pero antes de que me diera cuenta, me empujo inmediatamente y se cubrió la boca con el ante brazo, estaba rojo de la cara y me miro un poco confundido del acontecimiento y consigo mismo, tenía la respiración un tanto agitada.

    --M… --no termine la palabra por que puso un dedo sobre sus labios para denotar silencio.

    --e…es….es tarde yo…. –me miro fugazmente. –yo…. Debería ir a dormir-- Esa noche algo sucedió, estaba seguro de que él sentía algo, fuera lo que fuera, y de algún modo lo avergonzaba sobre manera el hecho de haberse dejado llevar de eso modo, por mi lado, me sentía sumamente enternecido por sus reacciones y además consumido por el deseo de besarle.

    --creo que… lo que ocurrió anoche fue, solo un impulso, yo tenía bastante sueño y no estaba consciente de lo que pasaba, solo te pido que jamás se vuelva a repetir. –me dijo a la mañana siguiente de modo muy frio, intentando ser lo más cortante posible.

    --Milo…

    --está decidido Andrew, fue una broma de muy mal gusto, no está bien. –me interrumpió y se fue sin más.

    Para empeorar las cosas a la mañana siguiente a primera hora en la escuela llego Fer, una amiga de Milo con la que se le veía acostumbradas veces.

    --¿Adrew? –me llamo sobre un corredor del primer piso, me gire a ella con una ligera sonrisa. --¿podemos hablar?—pregunto de forma tímida, tenía las manos nerviosas jugado por delante. Me Gire a ver a Sato quien enseguida capto mi mensaje. Mi mirada denotaba preocupación, de algún modo en el transcurso en que había comenzado a llevarme bien con Milo intente se mas amable y dejarle a las chicas en claro amablemente que no me interesaba, excepto que con Fer había sido distinto, ella era una chica muy dulce, bonita y agradable, y antes de que me diera cuenta de los extraños sentimientos que tenia hacia Milo, había mostrado un verdadero interés en ella, un error que había de cavar mi propia tumba. En ese momento me sentía presionado y acomplejado. Fer camino lentamente hasta llegar al último pasillo de cursos por área donde casi nunca pasaban alumnos. Primero me miro por unos segundos sin poder mantenerme la mirada.

    --¿ocurre algo Fer?—pregunte recargándome en la columna con las manos metidas en los bolsillos.

    --b...bueno…. —sus mejillas pálidas se tornaron rojizas y se mordió el labio inferior. –yo, he estado pensando algunas cosas, me he fijado en ti y
    tu forma de ser en realidad, así que creo que llegue a la conclusión de que…. –se detuvo para acercarse a mí un poco. –creo Andrew que yo,… yo…. estoy enamorada de ti. –soltó, me quede mirándola unos segundos, ella se torno sumamente avergonzada pero de cualquier modo, se acerco y poniéndose de puntillas logro plántame un beso en los labios, cosa que me tomo por sorpresa haciendo que sacara las manos de los bolsillos y la tomara de los hombros con suavidad, por un breve momento me deje llevar, pero no tardo mucho en cuanto mi mente me presento una imagen irresistible de Milo, la aleje de manera sutil y lenta par que todo pareciera sumamente amable.

    Narra Milo:

    Estaba cruzando los pasillos de cursos, para entregar un álbum de bocetos a la profesora de artes cuando sin siquiera esperar, vi a Andrew y Fernanda a metros del jardín último, besándose, me quede pasmado de momento, y de inmediato sentí un nudo inexplicable apretarse en mi garganta, haciendo que mi respiración se tornara torpe y jadeante, antes de que pudiera siquiera emitir algún sonido, me escondí detrás de la pared y apreté el álbum contra mi pecho. Horas después Andrew me encontró en el salón, yo no sabía cómo actuar por lo que intente las primeras veces de evitarlo, cosa que a él le pareció muy extraño, me pregunto varias veces que si todo andaba bien, y como podía intentaba no levantar mas sospechas. No entendía lo que sucedía, ¿por qué motivo me sentía tan traicionado y por qué no conseguía tranquilizar mi molestia?.

    --¿te has enterado?—pregunto Yata, me gire a verle de forma irritada, tenia dolor de cabeza y parecía que el calor no cesaba. –oye amigo ¿estás bien? –pregunto, buscando mirar más de cerca mi rostro.

    --deja de molestar y suelta la sopa. –exigí con el ceño fruncido. El se encogió de hombros y enseño las palmas de las manos en forma de rendición.

    --vaya que estas de un pésimo animo. –dijo y dio un suspiro. –al parecer estar contigo ha hecho efecto en Andrew. –dijo y me incorpore de inmediato, tenía que saber todo lo que había ocurrido. --¿no te ha dicho algo? –pregunto inclinándose un poco. Negué rápidamente teniendo en mi mente un fugaz recuerdo de lo que había visto. –bueno… Fernanda se le ha declarado hoy, hay rumores de que ambos están saliendo, otros dicen que Andrew le ha pedido tiempo para pensar, hay otros rumores, pero nadie sabe, lo único que se con certeza es que Fernanda es la primera chica que Andrew no hace llorar, de hecho se veía muy entusiasmada hace unos minutos. –afirmo, trague saliva de modo dificultoso, me sentía enfermo, me dolía la cabeza con más fuerza y me hormigueaban las manos. Solo me levante de mi pupitre decidido a ir a la enfermería a tomar un descanso. – ¿Milo? …--dijo Yata tras de mí, pero no me detuve, solo camine y camine intentado no soltar un solo sonido, temiendo que cualquier emisión de mi boca me provocara algún tipo de llanto, un hecho que me parecía inexplicable y hasta cierto punto irritante. Cuando al fin llegue a la cama y me recosté comenzó un debate interminable en mi mente. >> ¿Y si hubieran decidido salir? Bueno... de cualquier modo no es que me incumba. Lo que paso aquella noche solo fue un acontecimiento derivado del cansancio extremo, yo le había dicho ya que todo había sido un mal entendido>> pensaba y aunque intentaba darle motivo y razón a todo, algo no me dejaba en paz, el hecho de que la hubiera elegido a ella, a Fernanda y nadie más que ella. >> ¿Por qué ella? ¿Qué tiene ella? >> me preguntaba y el simple hecho de recordarla me provocaba una terrible dolor en las sienes y un creciente enfado. >>¿Acaso era solo porque era bonita? ¿Por qué era agradable y dulce? >> al final no pude conciliar un solo segundo el sueño, revolviendo y mezclando cientos de pensamientos. Cuando pensaba salir de la enfermería me tope de mala suerte en el pasillo a Andrew.

    --dios, Milo te he buscado casi toda la tarde ¿Dónde habías estado? –pregunto un poco agitado, tenía el uniforme de educación física y estaba empapado de agua, al parecer me lo quede mirando porque dijo: --lo siento, los chicos me han rociado con la manguera del jardín –rio un poco despegando su camiseta de su torso perfectamente marcado, cosa que me hizo sentir la cara sumamente caliente, el me miro y dejo salir una risita. –¿os gusta lo que veis tío?—bromeo con acento español castellano, yo solo desvié la mirada de inmediato sumamente avergonzado, algo que no podía evitar demostrar.

    --Me han dicho que Fer y tu… --dije sin pensar dejando las palabras al viento.

    --ella es…--de algún modo evitando que dijera lo inminente lo interrumpí.

    --muy hermosa ¿verdad?—afirme, me sentía molesto, irritado, con él y conmigo, con Fernanada, pero mas con él, y no sabía por qué. Lo mire y el solo fijo sus ojos en los míos. Luego desvió la mirada irónico y se rasco la nuca.

    --Bueno… --me miro y volvió a desviar la mirada, así continuo.

    --Fer y tu…. Bueno... yo pienso que… >>¿que estas diciendo?>>pensaba mientras las palabras solo salían, quizá disparadas por mi molestia creciente. –ustedes harían una bonita pareja. –no sabía lo que decía, no era lo que quería decir pero no podía detener mis impulsos. El me miro y frunció el seño, apretando la mandíbula algo que hacia cuando se encontraba molesto o irritado.

    --Milo… ¿Cómo puedes decirme esto? –pregunto y se giro irritado, mirando al jardín, apoyándose en el filo de la ventana.

    --yo los apoyo, creo que…

    --¡¿Qué no entiendes?! –me interrumpió de forma severa, me tomo de los hombros y me empujo hacia la pared, haciendo que me sorprendiera.
    –Milo tu… tu… ¡mierda!—dijo y me soltó, se paso las manos por el cabello y me dio la espalda resoplando, yo sospechaba de que se trataba y en el fondo deseaba que lo admitiera, que me dijera sus sentimientos, lo deseaba tanto que por un momento creí que yo mismo los iba a gritar.

    Estaba tan inmerso en mi disyuntiva interna que solo pude sentir los labios de Andrew chocando contra los míos, postrando sus manos con fuerza a cada lado de mi cabeza, la sensación de sus labios contra los míos al igual que la anterior noche me provoco un escalofrió en la espalda, sus mano se bajaron poco a poco y tomaron mis hombros, yo solo podía recibir el beso con cierto sentido de desesperación, una sensación adictiva que no podía resistir, era un beso profundo, apasionado, probablemente desesperado, por lo que me aferre a su playera. Andrew dejo mi boca para besar el filo de mi mandíbula y sucesivamente mi cuello y el lóbulo de mi oreja. Sin pensarlo la sensación me hizo dejar salir un >>¿gemido?>> Pensé y sentí mis mejillas teñirse de rojo. El continuo, entonces interviniendo con sus manos, las bajo hasta mi cintura y metió una debajo. Di un salto y me separe cayendo en cuenta en donde nos encontrábamos.

    --e…espe…ra. –dije con la respiración entre cortada, el volvió a poner ambas manos a cada lado de mi cabeza en la pared y espero.

    --¿quieres ir a otra parte? –pregunto y se relamió los labios, algo que me resulto irresistible de ignorar junto con su mirada inquisitiva y seductora, sentía las mejillas arder. Trague saliva de modo dificultoso, sabía lo que su propuesta significaba y no sabía bien si estaba listo. Antes de decir más, me tomo de la mano y me jalo a uno de los cuartos de la enfermería, donde anteriormente la encargada había ido a comer, entramos y Andrew cerro por detrás con seguro, los nervios que me producía me hacia tener temblores en el cuerpo, el dolor de cabeza y los otros malestares habían desaparecido. Apenas volteo un deseo insaciable e incontenible muy raro en mí se apodero de mi cuerpo, cosa que intente reprimir como mejo pude. Él se acerco a mí y beso mi cuello con delicadeza, lo tome de los brazos y retrocedí con mucho esfuerzo de voluntad hacia atrás, no me borraba el beso entre Fer y Andy.

    --A…Andrew, esto no está bien, tu y yo sabemos que…

    --¿Qué? ¿Qué sabemos? –pregunto mirándome fijamente, no podía sostener su mirada fija, ojos negros que penetras mas allá de las partes anatómicas del ojo. >> ¿Qué dirán de él si nos ven juntos? Somos dos chicos, además yo soy el presidente estudiantil, en primer lugar… ¿lo quiero? >> pensé y agache la mirada siendo consciente de la respuesta, no sabía si lo quería, peor estaba seguro de que había algo, algo lo suficientemente fuerte como para descontrolarme. >>esto no debe ser, no es correcto, es un error. El seguramente está jugando conmigo, si, una broma de muy mal gusto, además los había visto besarse, era obvio que no era real, el debía estar con chicas lindas y bonitas como Fernanda, Mizuno >> un pensamiento que se apodero de mi mente, aunque en el fondo deseaba que no fuera así.

    --a mi no me gustas…-- dije sin querer decir esas palabras, palabras que dese no haber dicho, era como un poder fuera de mi conciencia que me hacia decir esas cosas. >>no, eso no es lo que quiero decir>> pensé – no quiero estar contigo ¿entiendes? Solo… aléjate. –dije, Andrew se quedo quieto y luego soltó una risa socarrona con un grado de ironía.

    --¿de verdad crees que te voy a creer todo lo que estás diciendo? –Pregunto, de algún modo eso me hizo alegrar bastante. —cuando te beso pareciera como si te desvanecieras, tiemblas, te pierdes y… ¿quieres que creas esto? –dijo con molestia, trague saliva y retrocedí dos pasos, desviando la mirada. –Milo… mírame y dime que no sientes nada, que te desagrada que te bese, que no disfrutas sobre manera estar conmigo, dime que no te gusto. ¡Dímelo! Dímelo pero veme a los ojos. –se acerco a mí y yo retrocedí hasta topar con la pared, aproblemado, confundido, solo quería salir y pensar, pensar y pensar, que era lo mejor que podía hacer, que debía hacer, que quería hacer… me tomo de la barbilla y la elevo para que lo mirara, sus ojos en los míos casi dolían.

    --no… --deje salir con dificultad.

    --¿no qué?—pregunto. Mi garganta dolía por el nudo en ella...

    _________________________________________________________________________

    Creí que la historia era algo lenta, larga y que iba ha aburrir hasta cierto punto (por que no hay lemon muy rápido y eso), pero quería crear un sentido de mayor empatía entre los personajes. sin mas, espero guste mucho.

    (tome en cuneta el consejo, gracias, espero que este mejor. :) )


    :=amors:
     
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  8. Cleyn
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    ¡¡Noo!! ¡Yo quería mas! No es justo...
    Bueno, está muy buena la historia y ya me enchufé con los personajes así puedo leer tranquila (/°^°)/
    ¡Espero pronta actualización!


    Saludos❤
     
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  9. itziritha
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    Waaaa se quedó en la mejor parte no puedo esperar a saber que le dirá mi lo
    Conty
     
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  10. Meyy
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    ADVERTENCIA: lemon, ¡¡mucho lemon!! :3 :3


    Narra Milo:

    --¿no qué?—pregunto. Mi garganta dolía.

    --no… yo no… no me gustas, no te quiero, ¡no me gustas, no me gustas! –dije rápidamente y me solté de su agarre, sin siquiera voltear salí del cuarto y corrí sin detenerme un momento. Llegue hasta mi departamento esa tarde y no me atreví a salir, ni siquiera fui al colegio al día siguiente. Son momentos donde tu cabeza no puede dejar de pensar en todas las posibilidades, todas las cosas que ocurrieron, como si fuera una grabadora averiada que repite una y otra vez las cosas en tu cabeza, aun si eso no arregla nada.

    Cuando al fin me digne a ir a la escuela, me encontré con Andrew en la entrada, él estaba recargado en un pilar de la entrada leyendo un libro, con la mano desocupada en el bolsillo. Yo solo camine sin mirarlo intentando solo pasar desapercibido.

    --Milo. –me llamo, me detuve en la entrada y dudosamente me volví a él. – ¿Podemos…

    --no. —lo interrumpí agachando la mirada un poco, no podía mirarle a los ojos por mucho tiempo. –Por favor,…. Solo… --me marche, el no me volvió a llamar ni me detuvo, algo que de momento me resulto muy cómodo.

    Después de eso, algo ocurrió, Andrew actuaba diferente, casi no me miraba y eran pocas las veces que hablábamos, de algún modo el tiempo paso muy rápido. Y cundo menos me di cuenta, no hablábamos nunca y Fernanda siempre estaba con él. Varias veces intente acercarme, hablarle por algún motivo o mejor dicho pretexto, pero ocurría que él era indiferente e intentaba no permanecer mucho tiempo conmigo. El era precisamente el tipo de chico con el que no puedes tener mucho tiempo de si, ya que siempre estaba rodeado de personas, era verdaderamente apuesto, era poco decir que todas las chicas de la escuela habían soñado con estar con él o incluso solo hablarle, tenía el aspecto de un tipo serio pero interesante, un cuerpo perfectamente marcado y torneado. En nuestra escuela se realizaba una encuesta anual en el que se preguntaban diferentes cosas con respecto a los alumnos de la escuela con motivo de promediar y relacionar las características de los alumnos con sus calificaciones bimestrales, dentro del cuestionario había unas preguntas que decían. “Si pudiera juzgar por su propio criterio, al chico mas apuesto de la escuela, incluyendo todos los elementos físicos en un solo factor ¿A quién elegiría?” en primer año el 70% de la sociedad de alumnos votaron por él, en segundo año cuando yo me integre como presidente, el 81.5% voto por él y el tercer año casi el 95% voto por él; las otras preguntas en las que aparecía con un porcentaje alto eran en “alumnos dedicado, responsables y cumplidos. Alumnos con un desempeño extraordinario en los deportes.”etc. Incluyendo docentes, e integrantes del comité de alumnos y otros grupos especiales.

    --¿aun no lo solucionan? –pregunto Yata una tarde, antes de salir de la escuela. Me gire para verle, negué y comencé a guardar mis cosas. –aun no termino de entender cómo es que se dejaron de hablar, todo iba tan bien, hasta tuve miedo de que me quitara a mi amigo. –dijo soltando una risita que para nada me provoco gracias.

    --no se…. Supongo que después de todo no nos llevábamos tan bien. –dije y Yata soltó una carcajada que sonó en todo el salón.

    --Milo no trates de engañarme, todos nos dimos cuenta lo bien que se llevaban.-- Esa tarde me quede de nuevo hasta tarde en el salón, como la primera vez que hicimos contacto Andrew y yo de forma amigable, hasta que todos se fueran.

    --si lo sé, son lindos juntos…--murmuraban un grupo de amigos que se levantaba apenas frente mío, uno de los chicos con el que me llevaba medianamente bien se giro y me vio, entonces se acerco junto con los demás sonrientes. –Mil, ¿ya te enteraste de la sorprendente noticia? –dijeron casi en un susurro, yo negué rápidamente. –Andrew y Fernanda están saliendo, bueno… eso es lo más seguro. —dijo, algo dentro de mi hacia desde hace tiempo se había roto, una especie de esperanza que me había mantenido enfocado en que en algún momento Andrew y yo podríamos continuar juntos o algo por el estilo.

    Los chicos tomaron sus cosas y se marcharon. Yo solo me quedes estático, sentado en el pupitre, intentando procesar lo que estaba pasando.

    Metí mis cosas de pura inercia en mi mochila y me fui de allí. Al salir de la escuela caminando por un pasillo vi por la ventana a Andrew y Fer hablando, ella sonreirá y se tomaba las manos por delante mientras se mecía con niña pequeña >>que tonta>> pensé y resople, algo que causaba molestia desmedida, cosa que también me confundía.
    Algo ocurrió ese día, fui a tomar en un bar cercano al centro y cuando dieron las 12 de la noche como si tuviera la peor suerte, Andrew entro en el bar, se sentó en la barra a unos metros de mí, yo solo me tome la bebida que en ese momento tenia y deje el billete sobre la barra, solo quería salir de allí pronto, cuando me pare me sentí mareado y tambalee un poco y coche inminentemente contra una silla que rechino las patas, gire de inmediato hacia Andrew solo para asegurarme de que no había llamado su atención, cuando me fije que estaba por voltear me apresure a salir por la puerta que sonó una campanita. Camine por la banqueta no muy rápido temiendo que me tropezara. >>es muy guapo, ¿me habrá visto? >> pensaba, en ese momento a lo mejor por efectos del alcohol veía más claramente el hecho de que él en verdad me gustaba. tenía la mente en otro lugar y de pronto escuche la voz de Andrew.

    --¡Milo! –me llamo, yo me quede paralizado, y continúe caminando poco a poco ignorando sus palabras, aparentando el no haberle escuchado. –Milo…--entonces escuche más cerca a medida que sus pisadas se escuchaban más. Cuando al fin no pude evitarlo, me gire y me lo encontré justo frente a mí. –hola. —dijo, yo solo esboce una sonrisa forzada en un gesto de amabilidad.

    --Hola Andrew…-- dije con los labios entumecidos, tenía un poco de sueño y no podía mantenerme inmóvil sin sentir que perdía el equilibrio. Se veía tan bien en ese momento que por un momento creí que lo besaría, estaba tan desinhibido que habría podido hacerlo con facilidad. El me miro y soltó una risita.

    --vaya… Milo nunca tuve la oportunidad de verte en tal posición. –dijo mientras se pasaba el dedo pulgar por los labios y miraba alrededor. --¿te sientes bien? –dijo acercándose un poco a mi rostro para verme mejor, me puso la parte superior de su mano en mi mejilla y luego en mi frente.

    –estas rojísimo, y además caliente. Manotee su mano y fruncí el seño.

    --¿quieres dejar de tratarme como un niño? No tienes que preocuparte por mí. –me di vuelta y camine unos pasos antes de girarme de nuevo. --¿¡ya no somos amigos lo recuerdas!?—le grite, estaba enfadado, por todo, con él, por dejarme, por cambiarme por esa zorra maldita, por besarme y luego huir (aunque yo lo hiciera literalmente) sentí las manos de Andrew en mis brazos haciéndome caminar a otro lado. --¿Qué demonios estás haciendo?—dije tratando de zafarme, pero en ese momento mis fuerzas no eran ni mínimas, sentía mi cuerpo como de trapo, dispuesto a ir a donde me dirigieran.

    --te llevare a mi departamento, no creo que puedas llegar a tu casa en este estado, además está lejos de aquí. —me dijo.

    --¿no estará esa zorra… ¿Cómo se llama? Ah Fernanda. –dije, la boca la tenia atrofiada por lo que hablaba como un típico ebrio. solté una risita al ofenderla, todo me causaba una serie de centimitos muy intensos, saltaba del enfado a la tristeza y la diversión a la vez, el también soltó una risita. >> ¿Acaso no iba a besarme? El me quería, lo sabía, pero de todos modos me ha dejado solo todo este tiempo, aunque yo también lo quiera >>pasaba por mi mente un tren cargado de cosas que no dudaba en decir.

    --oye, ella es tu amiga más que mía. –dijo después cuando llegamos a su auto. Lo mire y rodé los ojos.

    --no seas estúpido, dime ¿Cuántas beses te las has cogido? –pregunte y el soltó una carcajada. Todo me parecía tan natura que si de mi hubiera dependido, no habría parado de decir todo lo que pensaba con facilidad, aun fuera lo más descarado y vergonzoso del mundo, cosas que, de haber estado sobrio y cuerdo no hubiera dicho aunque me apuntaran con un arma.

    --Milo estas tan ebrio…. ¿no temes que me aproveche de ti? –pregunto mientras se lamia los labios, me recargue y sonreí irónicamente.

    --no puedes propasarte, tienes novia ya ¿verdad? –le dije y frunció el seño levemente confundido, que tonto.

    --¿quién? ¿Fernanda?—pregunto con una sonrisa. Bufe., su nombre me hacia irritar.

    --si esa maldita, imbécil. –dije y el rio, probablemente por lo gracioso que hablaba o me veía.

    --¿por qué la ofendes así?—pregunto, >>que no es obvio>> pensé y rodé los ojos nuevamente.

    --la has elegido a ella sobre mi… pero bueno es que tu eres un idiota, siempre haces esas cosas. --Solté y mire su rostro esbozar una sonrisa
    enternecida.

    --¿crees que tan pronto podría olvidarte? Milo… no he elegido a nadie sobre ti, tu eres ya lo mas dulce y adorable que conozco…… Ahora sube, es mejor que si te lleve a tu apartamento, anquen quede un poco lejos. –dijo, me separo del auto para que me metiera y condujo hasta mi apartamento.

    --gracias… --dije intentando abrir con las llaves, cosa que no pude hacer gracias al alcohol y mi falta de coordinación psicomotriz. Tomo las llaves del suelo y abrió. Me tendió las llaves que tome y me recargue en el marco de la puerta mientras me veía. Se quedo un segundo así con una leve sonrisa de complicidad. Era tan sexy que no podía con el alcohol evitar mi deseo. --¿te quedas? –pregunte de pronto y el soltó el aire antes de soltar una risa, metió las manos en las bolsas.

    --estas muy ebrio Milo, es mejor que vuelva, no quiero que mañana cuando estés cuerdo me mates a golpes… pero agradezco tu Invitación, no sabes cuándo desearía poder aceptarla. –dijo, bufe molesto y cerré la puerta de un golpe, estaba mareado, sentía el cuerpo insensible, mis labios también entumecidos estaban helados, síntomas comunes de una embriagamiento alto pero no completo. >> ¿Es idiota? ¿Que no me desea?>> pensé en aquel momento. Después de eso escuche un toque en la puerta y abrí una pequeña rendija.

    Narra Andrew:

    Se asomo con el seño levemente fruncido, tenía la cara roja y su voz se escuchaba tropezada. Empuje la puerta con lentitud hasta que se abrió totalmente, el se quedo inmóvil mirándome, tambaleándose ligeramente, era muy divertido, y a la vez tentador. Todavía nos quedamos unos minutos mirando.

    --yo pensé que querías… --dejo las palabras al viento y se relamió el labio superior. Jamás había actuado tan provocativo y descarado, cosa que me incitaba de manera irresistible, tenía la camisa desabotonada de los 3 primeros botones y se le caía levemente por uno de los hombros, de modo que se podía ver su pezón si me inclinaba solo un poco.

    --tentándome de este modo tan desvergonzado… --dije desviando la mirada y pasándome la lengua por los colmillos superiores. -- ¿no me tienes miedo? –pregunte metiendo la manos en los bolsillos y recargándome en el marco de la puerta. Milo trago saliva, aparto la mirada avergonzado probablemente por lo que su mente lo había llevado a imaginar y sufrió un pequeño temblor que también provoco que los poros de su piel se abrieran a modo de piel de gallina. >> ¡Mierda!>> pensé. >>Venga Andrew concéntrate, no puedes perder los estribos de este modo>> dije sacudiendo un poco la cabeza.

    --es solo que pensé que tú…. me deseabas…--dijo molesto, como un niño pequeño que hace un berrinche. Cosa muy adorable.

    --¿eso importa? Tú fuiste el que me rechazo, ¿lo recuerdas? –dije soltando una risita, quería molestarle, avergonzarlo. Me miro fijamente con el ceño fruncido y se cruzo de brazos.

    --Solo mentí… --dijo, eso me hizo tan feliz que por un momento creí no contenerme y abrazarle. Después de eso dejo caer sus brazos a cada lado y su ceño fruncido se desvaneció. --¿te quedas?—volvió a preguntar mirándome. A lo que negué. Desabrocho el pantalón de mezclilla y lo bajo hasta dejarlo caer en el suelo, la camisa que tenia le cubría por debajo de las caderas. >> ¿Qué no es consciente de lo que puedo hacerle?>> pensé. –ahora... ¿te quedas? –dijo, sonreí levemente y negué con la cabeza, me parecía tan sexy que pensé en ver hasta dónde podía hacerlo llegar. Desabrocho los botones que le quedaban y deslizo la camisa por detrás de sus hombros hasta dejarla caer al suelo, me miro de nuevo. --¿ahora? –pregunto y solté una risita. Me sobe el puente de la nariz y cerré los ojos >>puedes resistir más que esto Andrew… >>me dije.

    --¿acaso no te das cuenta lo que podría sufrir tu cuerpo si me provocas de este modo? –pregunte y sonrió. Tenía solo los calzoncillos.

    --bueno, si tanto te preocupara ya te hubieras ido. –dijo. Estaba en mi límite, casi a punto de echarme encima. -- ¿te quedas?—pregunto de nuevo, respire profundo. –Anda… --dijo y se mordió el labio inferior, gota que derramo el vaso. >>¡¡Mierda!!>> dije en mi mente antes de correr hasta el y plantar mis labios sobre los suyos, cerrándose la puerta de un golpe detrás mío. El gimió en el choque y se tambaleo hasta chocar contra la pared. Sus labios eran suaves, tan exquisitos que solo quería quedarme ahí. Baje mis manos deslizándolas por su piel que estaba erizada hasta llegar a sus caderas que atraje a mi cuerpo. Era un beso apasionado, intenso. Hice que diera un salto impulsando sus caderas hacia arriba y enredo sus piernas en mí.

    --n… no puedo respirar…--dijo en un jadeo alejándose un poco de mi boca, respiraba agitadamente, para darle un respiro bese su cuello, parte de su mandíbula y clavículas, y el lóbulo de su oreja derecha. El se sostenía de las piernas y de mis hombros que apretaba y desapretaba según donde le besara. Echaba la cabeza hacia atrás y dejaba salir suspiros. >>lento… Andrew tienes que ir lento. >>repetía en mi mente, pero era casi imposible dadas las circunstancias, tome a Milo con fuerza y lo lleve hasta la cocina, donde había una mesa de madera larga, lo senté ahí mientras me deshice de mi playera. Me incline a él y volví a besarlo.

    --los… p… pantalones. –dijo. Y señalo los míos. –Quítatelos… --exigió y sonreí.

    --¿te gusta la vista?—pregunte mientras me desabrochaba. Milo se sonrojo de pronto.

    --si… --dijo y se tapo la cara con el ante brazo. Me acerque de nuevo y bese sus pezones esta vez. –ow aaa….—dejo salir cuando los lamí y se retorció un poco. –D…duelen…--gimoteo en un jadeo.

    --es por qué están muy duros, eso sucede por la excitación y la liberación combinada de endorfinas, noradrenalina, serotonina y estrógenos que reaccionan a los estímulos, entre más los estimule menor será el dolor y mas será el sentido de placer. –explique y continúe lamiendo. Haciendo que Milo, gimiera un par de veces.

    --¿C...Como sabes... todo eso? –pregunto, levantando la cabeza para verme con dificultad. Sonreí y baje con pequeños besos hasta el filo de sus calzoncillos. Los baje y el miembro de Milo salió. –Tengo que estudiar si quiero entrar a la carrera de medicina Milo. –dije.

    --¡espera¡ …esp… ¡Aaaahh¡, An..drew. — gimió cuando lamí su miembro, me tomo de la cabeza y apretó intentando vanamente quitarme de la acción. --¡dios An…Andy… ¡ ¡p...Para! ya no… ya no puedo… --decía entrecortadamente, así que me detuve, a lo que dio un profundo respiro. Saque mi miembro que ya se encontraba sumamente erecto, mire a Milo quien lo observo por un breve segundo antes de que sus mejillas se tiñeran de rojo y se pusiera sumamente nervioso.

    -- tranquilo… no tienes que preocuparte, créeme soy bueno en esto. Además… jamás te haría daño. –dije y me incline para besarlo, cosa que respondió tembloroso.

    --es… --tragó saliva. –muy... grande. —dijo y solté una risita. Me lamí los dedos y los deslice por su vientre hasta su entrada. Cosa que hizo que se tensara. Así que intente distraerlo un poco, bese sus pezones y parte de su clavícula. Introduje ambos y dio un saltito, seguido de un pequeño gemido.

    --¡¡oowww!!… eso duele… --gimoteo de nuevo frunciendo el seño y tomándome el brazo con el que lo dilataba. – ¿Lo…lo has hecho antes? Se siente tan…. Raro. —pregunto.

    --con un chico… nunca…--dije y abrió un poco los ojos.

    --¿entonces…como sabes que eres bueno idiota? ¡--reclamo y sonreí, moviendo solo un poco por dentro, cosa que hizo que Milo cerrara los ojos.

    --he estudiado, de algún modo sabía que tenía que hacerlo de uno u otro modo… Tranquilo. –dije, moví un poco los dedos, tenía que haber un lugar, apenas eran dos dedos y estaban siendo estrangulados. Pero entonces sentí entre las paredes de Milo un pequeño lugar que se sentía más duro que el resto >> ¿será aquí la terminación nerviosa más cercana de la próstata? >>pregunte en mi mente, así que frote en ese lugar.

    --¡¡AAAAAHH!! Noo…. Esper…esp ¡¡aaaoowww!!—gimió Milo luego de frotarlo, tensando el cuerpo y cerrando las rodillas. >>es aquí>> pensé y sonreí. Mire a Milo jadeando.

    --¿Aquí se siente bien? –pregunte y se sonrojo demasiado. Después de ese pequeño placer su entrada se había dilatado considerablemente, por lo que creí que era suficiente. Lo tome de las caderas y lo jale hasta que sus pompas chocaron contra mis muslos. El me miro un poco confundido, tome mi miembro y lo sobe solo un par de veces, tenía la cara roja y se veía un tanto asustado, coloque la punta en su entrada. --¿confías en mi verdad? –pregunte, el asintió, me incline para besarlo, tomando sus rodillas y empujándolas hacia los costados de su torso. Tome con otra mano el tronco de mi miembro y empuje un poco.

    --¡¡And…. ¡¡AAAAAAH!—soltó Milo un grito cuando la punta entro y su cuerpo se tenso de inmediato, tome su miembro y lo frote para que se concentrara en su propio placer. –D…D…due…le. —dijo apenas con voz audible. Se sentía tan bien que tenía que contener mi deseo con una fuerza impresionante.

    --¿mucho?—pregunte, jadeando trago saliva y asintió. Sin moverme bese su cuello, sus pezones, los lamí y succione, frote su miembro y acaricie la uretra, continúe así hasta que su cuerpo poco a poco fue relajándose, y me fue aceptando. Cuando creí que era suficiente continúe entrando, hasta que llegue al tope. –Listo… --dije, Milo se quito el antebrazo de los ojos y miro abajo.

    --¿es todo? –pregunto un poco sorprendido. Sonreí y asentí, tenía unas pequeñas lágrimas en los ojos.

    --eso fue lo más complicado, ahora me moveré. –dije, y me miro aproblemado.

    --¿m…moverte? – pregunto asustadizo y solté una risita, me acerque a sus labios y rosándolos dije: --no te preocupes, te hare sentir muy bien…

    --dije y lamí sus labios con mi lengua. Empecé con un movimiento lento, saliendo y entrando, primero acariciando el de él para que se relajara, cuando al fin el ritmo tomo rapidez y fuerza deje de acariciarlo, no encontraba el punto que había tocado anteriormente, pero supuse que podría estar más profundo, lugar que llegaría a medida que aumentara la fuerza. Milo estaba tan estrecho que no perder el control me tomaba mucho esfuerzo, apretaba los dientes y las orillas de la mesa para guardar la cordura. Milo solo gemía y me tomaba de los brazos.

    --p..puedes… pod..rías… hacerlo más… fuerte?—dijo entre jadeos, >>Andrew, contrólate>> pensé agachando la cabeza. >>lo puedes lastimar si
    pierdes el control, tranquilízate>> me decía una y otra vez en la cabeza. – Andy…. Mas... Fuerte.---dijo de nuevo moviéndose el mismo contra mi miembro, en ese momento perdí el estribo, deje salir un gruñido, subí una de sus rodillas hasta su pecho y di mi primera estocada fuerte.

    --¡!aaah¡¡ -- gimo muy fuerte Milo, así continúe con la misma fuerza, rápidas, hasta que encontré su punto, el punto de Milo. Lo que le hizo echar la cabeza hacia atrás y perderse un poco. –And… ahí ¡ahí! Dale…. Dale mas… ¡Más duro ahí¡ --grito abrazándose a mí. Yo solo atendí, embestía lo más fuerte que podía, de modo que la mesa rechinaba y poco a poco se fue arrimando hacia atrás hasta llegar a la pared, no podía hacerlo bien, así que lo cargue sin dejar de hacerlo y lo estrelle contra el refrigerador.

    Narra Milo:


    Me cargo mientras continuaba embistiendo y me hizo chocar con la espalda contra el refrigerador que rechino, yo no podía casi ni respirar por la brutalidad de su energía, cientos de contriciones musculares que sufrían mis músculos me fueron dejando sin fuerzas. Andrew tocaba con cada estocada el puno que me hacia derivar en escalofríos, y sensaciones que no podía describir, era perturbante el modo en que yo caía en un estado de inconsciencia, solo sentía el miembro de Andrew entrar y salir con una fuerza impresionante. El hundía la cara en mi cuello y gruñía, jadeaba, los músculos de su espalda eran fuertes y los golpes que me daba también.

    --ya…ya no… no puedo… mas—dije sintiendo una sensación de extremo placer ondear mi cuerpo. Andrew mordió ligeramente mi cuello y me
    acostó sobre la barra, haciendo que se cayeran algunos trastes al suelo. Apenas dio una embestida mas, me vine de inmediato, dejando salir un gemido involuntario. Andrew, aun continuo embistiendo tres estocadas mas soltó un gruñido y sentí su semen caliente escurrirse dentro mío, se sostuvo con los brazos sobre la barra mientras yo quede rendido sobre la barra de granito, ambos con la respiración agitadísima. Permanecimos recuperando el aliento por algunos largos minutos.

    --¡Dios! Eso fue increíble. –dijo Andrew con la respiración agitada. Yo solo tenía los ojos cerrados intentando tomar aliento.
    Después de un tiempo Andrew tomo una toalla que estaba doblada en los cajones de servilletas limpias, se inclino hasta el grifo y la remojo con agua caliente.

    --¿q…que haces? –pregunte, y me miro. Luego tomo un brazo y lo limpio.

    --solo te limpio un poco. —dijo y continuo así, poco a poco por todo mi cuerpo, me sentía tan avergonzado que no podía ni hablar, en ocasiones solo negaba con la cabeza y lo detenía, pero el solo continuaba. Entonces me senté sobre la barra y lo contemple mientras continuaba.

    --solo podríamos bañarnos. ..—dije y el sonrió de lado a lado sin mirarme a los ojos.

    --ya es muy tarde, te ves cansado, y yo también quiero dormir. Ya mañana será, --dijo y beso mi hombro, intente bajarme de la barra pero apenas mis piernas tuvieron que sostenerse por sí mismas, se doblaron sin fuerza alguna, y una punzada de dolor de disperso de mi trasero hasta mi cadera y parte de la espalda lumbar. Andrew me sostuvo antes de que cayera.

    --¿estas bien? –pregunto un poco asustado, yo solo asentí y me sostuve de él y la barra. --¿duele? –pregunto buscando mi mirada que me asegure de desviar, me sentía completamente avergonzado y con las mejillas calientes, ya que el efecto del alcohol se había perdido casi por completo. Andrew me sostuvo y luego me cargo.

    --esp…espera ¡bájame no necesito que me lleves de este modo.—repele durante unos segundos antes de que me dejar acostado en mi cama.
    Él desnudo se recostó a un lado, envolvió mi cuerpo con sus brazos y me arrimo más cerca de él, de manera que mi espalda choco contra su pecho, nos tapamos y luego solo recuerdo que el sueño se apodero de mi cuerpo.

    A la mañana siguiente me desperté. Cuando abrí los ojos, el sol que iluminaba la mayor parte de la habitación me segó, por lo que me gire un poco. Frente a mi estaba Andrew, estaba boca arriba profundamente dormido. Me incorpore enseguida un poco sorprendido y confundido. >> ¡Dios! No es posible que…>> pensé y mire a Andrew, después de eso recuerdos salpicados pasaron por mi mente de esa noche, me levante y respire profundo. Me acordaba de todo, de todas las cosas que dije y lo que hicimos, me sentía tan avergonzado que no sabía qué hacer, si se despertaba seria mi fin, así que lo primero que hice fue ponerme de pie, un acto que fue dificultoso a causa de una punzada de dolor en las caderas. Al final me metí en la regadera, un baño caliente me ayudaría a pensar y analizar bien las cosas...


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    !!muchas gracias por leer¡¡ de verdad que es muy reconfortante ver sus lindos mensajes. :=WIJIS:

    Bueno este cap fue el ultimo que ya tenia adelantado y por ello subía "relativamente rápido" creo yo, a partir de aquí a lo mejor me tarde mas en actualizar, pero intentare ser lo mas rápida para que no se pierda el hilo.

    Ah¡¡ espero que les haya gustado el lemon e.e :=EEEE: :=arribarriba: Lo hice con amor para ustedes :3 :v

    Bueno sin mas por el momento. :=amors:
     
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  11. Cleyn
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    Que suculento (¬v¬)
    Me a encantado el capítulo, sólo espero la continuación, te mando fuerza e inspiración para tener un nuevo capítulo muy pronto.
    ¡Saludos!
     
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  12. itziritha
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    Hay por dios que genial cap espero muy pronto la conty
    Juju me encanto el lemon
     
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11 replies since 8/1/2017, 07:38   125 views
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