🌟🌈 Rainbows & lights 🌈🌟 || Akihiko x Hiroki

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  1. ~Akemi~
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    Don't you know I ain't fucking with them good boys?
    Know you love me like ain't nobody here, boy
    If you want it, boy, you got it
    Ain’t you ever seen a princess be a bad bitch?


    Akihiko acababa de llegar al país.

    Tanaka ya lo esperaba en el aeropuerto, tan formal como siempre. Sin embargo, cuando lo vio acercarse le sonrió con afecto y Akihiko le devolvió la sonrisa.

    No hablaron mucho en su camino a casa, pero Akihiko lo prefería así. Se concentró más en admirar la ciudad y notar lo mucho que había cambiado a lo largo de esos años. Sonrió con nostalgia cuando se fueron perdiendo los grandes edificios y se adentraron en una de las zonas residenciales más lujosas de Tokio.

    —Su padre estará feliz de verlo después de tantos años. — Akihiko no estaba tan seguro de eso. No había regresado a su casa después de que su padre se enterara que había abandonado la universidad en Londres, para perseguir su sueño de ser escritor, y la única razón por la que lo recibían ahora era porque se había convertido a lo largo de los años en un escritor reconocido y exitoso.

    No se parecía en nada al joven de dieciocho años que había partido hacía cinco años. Aun así, no debatió con Tanaka y asintió a todo lo que decía. Su mayordomo hablaba de como su padre trabajaba arduamente a pesar de su edad y de cómo su medio hermano había estado ayudándolo en la empresa.

    Cundo cruzaron las puertas de la mansión Akihiko notó que algo era diferente. No sólo el color blanco que había remplazado al azul en las paredes, o la alfombra nueva y blanca que adornaba el suelo o el aroma a roble en lugar a lavandas en el aire, era algo más. De pronto lo sintió faltaba alguien entre sus brazos.

    —Tanaka ¿dónde está Hiroki? ¿Sigue trabajando en el jardín? — Tanaka se quedó en su lugar quieto como una piedra y Akihiko al ver que no obtendría una respuesta de su mayordomo se encaminó al lugar donde creía que obtendría respuestas.

    Cruzo la sala principal y la cocina hasta la puerta trasera. De espaldas estaba un joven de cabello castaño regando las rosas que crecían en largas enredaderas por la pared. Akihiko se acercó a través del pasto húmedo y verde, pero cuando estaba por llegar hasta el joven este se dio la vuelta, Akihiko notó entonces que no se trataba de su amigo.

    Retrocedió sobre sus pasos, confundido.

    Cuando regreso al salón sus maletas ya no estaban, en su lugar su padre y su hermano lo esperaban. Compartieron un saludo seco y Akihiko suspiró decepcionado, nada había cambiado en esa casa.

    —¿Te quedaras aquí? —Preguntó su padre, con esa voz tranquila que siempre lo sacaba de quicio.
    —Sólo por hoy, he conseguido un departamento en la ciudad —. La verdad es que no le emocionaba la idea de estar mucho tiempo en lo que alguna vez había sido su hogar, y que ahora por alguna extraña razón se sentía más frío y solo de lo que recordaba.
    —Perfecto. Muchos de nuestros conocidos se han enterado de que regresabas al país— Mencionó su medio hermano. A Akihiko a veces le asustaba lo mucho que se parecía a su padre incluso en el tono de voz —Y nuestro padre ha organizado una fiesta esta noche en la mansión.

    Akihiko casi puso los ojos en blanco como cuando era niño, pero decidió que era mejor no decir nada. No tenía ni una hora en el país y no tenía la intención de iniciar una discusión con su familia tan pronto, así que no tuvo otra opción más que asentir sin objetar por nada. Cuando su padre y su hermano estaban por retirarse Akihiko tomó por una muñeca a Haruhiko.

    —¿Dónde está Hiroki? No lo he visto en la mansión ¿y la señora Kamijou?
    —Ellos ya no trabajan aquí Akihiko ¿no te habías enterado? — Su hermano se desprendió suavemente de su agarre sin darle tiempo de preguntar por qué.

    Se retiró a la habitación que había sido suya cuando era pequeño y notó que nada había cambiado, ni siquiera el cuadro de corcho lleno de fotografías y dibujos. Encontró su foto favorita rota se las esquinas y ligeramente aburrida, eran Hiroki y él cubiertos de pasto y bañados por los rayos del sol.

    Akihiko pocas veces había conocido el arrepentimiento, no lo había sentido cuando abandonó su hogar o su carrera, ahora lo sentía al darse cuenta de que había abandonado a su amigo.

    —❤—


    La fiesta estaba siendo terriblemente aburrida.

    Había personas que lo felicitaban ahora que era un escritor reconocido en Japón, pero que se habían mofado de él cundo dejó su carrera truncada en el extranjero. A Akihiko le asqueaban esas personas.

    Sin embargo, algo bueno debía de salir de todo ese circo. Se encontró con viejos amigos con los que había mantenido en contacto y cuando los invitados de sus padres se habían retirado y él estaba demasiado borracho para pensar con claridad se dejó guiar por aquellos a los que llamaba amigos y se alejó de la mansión.

    Manejó su auto a través de las calles de Tokio, dejando la exclusiva zona de la ciudad donde había vivido para internarse en los barrios más bajos que conocía. Llegaron sin saber a donde dirigirse, guiados por las luces de neón que los cegaban, hasta que dieron con lo que parecía el lugar indicado.

    El letrero de neón con un intenso color rojo indicaba el nombre del lugar; Bad Habits.

    Sus compañeros y el mismo ya están bastante ebrios para quejarse por la música tan alta, o el olor a tabaco y alcohol, al contario los disfrutan y los anima. Se sentaron cerca de lo que parecía un escenario principal, que en esos momentos estaba vacío a excepción del tubo servía para las bailarinas y los bailarines. Pero muy pronto eso cambió. La música se volvió baja y lenta, las luces neón y brillantes se cambiaron por unas luces pasteles y suaves, el escenario era lo único que se veía con claridad, se ilumina, como si un milagro estuviera a punto de pasar en ese lugar.

    Escuchó a los hombres murmurar a su alrededor. Akihiko casi no los entendía, sus voces parecían lejanas y estaban en un idioma que Akihiko no podía identificar, pero una palabra era repetida por todas aquellas bocas, ansiosas de una criatura, una que respondía al nombre de Petit.

    Akihiko centró su atención en el escenario y lo vio aparecer, no era una bailarina, pero era mejor que una. Tenía las piernas largas, envueltas en medias de red unidas a un liguero, con la piel llena de pequeños diamantes y se movía al ritmo de la música.

    Akihiko se encontró a si mismo siguiendo con la mirada las delgadas caderas y la manera en que la delicada espalda se curveaba conforme la música avanzaba. Pero entre más rápido iba la música Akihiko podía reparar en los delicados dedos de los pies que estaban al desnudo sobre el escenario, también admiraba la forma en la que el cabello del bailarín cambiaba de castaño a rojo de acuerdo con la iluminación que lo hacían parecer un ángel rodeado de un aura roja. Un ángel en llamas; se encontró pensando.

    Se perdió en su piel satinada y en sus delicados dedos alrededor del tubo. Pudo notar sus labios, moviéndose de acuerdo a la letra de la canción y curvándose en una sonrisa, sus piernas separándose mientras los hombres a su alrededor suspiraban y gruñían. Todo es tan caliente y delicado que Akihiko no cree que sea real.

    El pequeño ángel desciende de la tarima, acercándose a los hombres que estiran sus billetes a cambio de una caricia y él acude a todos, dándoles un pequeño pedazo de paraíso.

    Akihiko sacó su billetera y extendió un billete, esperando que el pequeño ángel escuche su llamado y acepte su ofrenda. Lo hace.

    Lo ve acercándose, con pasos tortuosamente lentos. Sube a su mesa quedando arrodillado frente a Akihiko, sus piernas cerca de su rostro y Akihiko mete el billete entre las aberturas de red. Cuando el pequeño ángel se inclina Akihiko exhala su aliento contenido y cierra los ojos.

    —Petit—Murmura como muchos hombres han hecho esa noche. Pero la voz que escuchó después lo deja inquiero y lo aleja del Edén para arrastrarlo cruelmente de nuevo a la realidad.
    —Akihiko.


    QUOTE
    Hola~
    Perdón por la demora, pero quería que este capítulo fuera lo más perfecto posible y aun tenía algunos espacios que no sabía muy bien como llenar, creo que está bien, la verdad me gusta mucho y espero que a ustedes también les guste.

    Muchas gracias a Mely y a Anne por sus comentarios, ustedes siempre me están siguiendo en mis locas historias sin importar cuanto tiempo las deje sin actualizar y por eso las amo. Este capítulo lo hice con especial cariño para ustedes, espero que lo disfruten y que crean que la espera ha valido la pena.

    Eso es todo lo que tenía que decir, nos estaremos leyendo en el próximo capítulo.

    PD: Respecto a la historia la verdad es que quiero seguir un poco el color del arcoíris, así que los nombres y la imagen son por eso, algunas veces se repetirán los colores, pero esperó que eso no pase mucho.
     
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15 replies since 28/1/2018, 07:51   341 views
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