🌟🌈 Rainbows & lights 🌈🌟 || Akihiko x Hiroki

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  1. ~Akemi~
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    Yeah, she loves when everybody's watching
    She knows the way her body moves
    She loves the way they all crawl back when she says
    That she loves nobody else but you.
    She's on the loose



    Despertó en su nuevo y bonito departamento en el centro de la ciudad, donde los autos eran más ruidosos y las luces no se apagaban nunca, una combinación muy mala tomando en cuenta el dolor de cabeza que no parecía querer irse y las nauseas que lo atacaron cunado intentó ponerse de pie.

    Las paredes blancas y carentes de vida junto a los mueves que olían a cuero nuevo lo rodeaban, además su amigo Isaka estaba ahí en su cocina que aún olía a desinfectante y por las cosas a su alrededor podía adivinar que se encontraba cocinando.

    —Por fin despiertas, pensé que tendría que llamar a emergencias— Isaka le apuntaba con su espátula cubierta de huevo a medio cocer.
    —No es para tanto, y no deberías de estar en mi cocina harás que algo se estropee o me envenenaras con lo que estas haciendo — Akihiko se sentó en la mesa con movimientos torpes y dejó que Ryu dejara el plato medio cocinado frente a él.
    —No seas exagerado Akihiko, además tú no podrías hacerlo mejor—Akihiko tuvo que aceptar que era cierto, aun cuando se encontró varios trozos de cascaron en su desayuno.

    —¿Por qué me trajiste aquí? Mi equipaje todavía se encuentra en la casa de mi padre
    Ryu lo miró mal y Akihiko supo que no tuvo que haber preguntado
    —Lo hice porque ustedes, malditos alcohólicos no podían ni sostenerse ayer por la noche y tuve que conducir por toda la maldita ciudad para dejarlos es sus casas, la casa de tu padre se encuentra al otro lado de la ciudad no iba a conducir hasta allá.

    Después de eso el desayuno siguió en silencio. A Akihiko secretamente le avergonzaba su comportamiento, pero entre recuerdos confusos hubo un pequeño momento de claridad en su mente. Soltó una pequeña sonrisa se lado y miró a Isaka frente a él que no dejaba de hacer pequeñas muecas que delataban que a él tampoco le agradaba del todo el sabor del desayuno que había preparado.
    —Sabes, tuve un sueño bastante extraño—Bebió la taza de café que su amigo había puesto frente a él, por lo menos eso estaba bien; amargo y cálido—Íbamos al barrio rojo y entrabamos a un club nocturno con luces de neón.
    —Y enloquecías de amor por un bailarín exótico ¿cómo se llamaba?

    La gravedad se encargó de que tanto los palillos como la mandíbula de Akihiko cayeran.

    —❤—



    Sus sueños estaban plagados de luces de neón tan resplandecientes que lo cegaba, conversaciones a todo volumen y olores que lo asfixiaban y lo dejaban mareado e indefenso, pero cuando cerraba los ojos el ruido era remplazado por un sonido blanco que lo aterraba y al mismo tiempo lo llenaba de paz, ya no había luces radiantes ni manos tocando su cuerpo. Estaba sólo, y eso lo ponía terriblemente triste.

    El usual pajarito que se encargaba de llamar a su ventana pasado del medio día lo hizo despertar. Estaba demasiado cansado y pensaba seriamente en dormir otro poco, pero ante la insistencia de ese extraño bicho se levantó del diván que utilizaba como cama y abrió la ventana de golpe haciendo que el pajarillo saliera volando.

    Se estiró pese al sueño y al verse en el espejo notó que era más cabello despeinado y ojeras que persona, sonrió ligeramente ante tan tonto pensamiento y salió de su habitación, apenas un cuarto donde cabía su minúsculo diván y un pequeño baúl donde guardaba sus pocas pertenencias. El pasillo estaba sólo cuando se dirigió al baño para lavar su rostro. Al fijarse en el espejo notó que las ojeras que cargaba desde hacía unos días atrás aún no desaparecían y Hiroki sabía por qué. Aquellos ojos violetas y perspicaces no salían de su cabeza por más que quería borrarlos.

    Todavía tenía la imagen de Akihiko fresca en su cabeza. Años atrás siempre había admirado la expresión sobria que tenía a pesar de ser un adolescente y ahora que era un hombre podría haber hecho juego con el traje clásico y elegante que portaba, pero aquella noche tenía el cabello despeinado y sus rasgos faciales eran salvajes; las luces brillantes no hacían más que acentuarlos. Sus labios estaban enrojecidos y Hiroki pensaba que en algún punto de su visita al barrio rojo su corbata tendría que haber desaparecido, su cabello plateado parecía flotar por el aire. Él no pudo quedarse tanto tiempo, apenas sintió las heladas manos de Akihiko poner un billete entre sus medias bajó de su mesa para ocultarse detrás del escenario.

    —¡Hiroki! —La voz lo golpeó como un látigo y lo obligó a dejar de pensar en Akihiko —El agua se está escurriendo, no ganaras los suficiente para cubrir el recibo este mes— Hiroki es bruscamente empujado, no comprende el enojo de Asahina hasta que siente el agua en sus pies descalzos y el sonido de la llave siendo cerrada llega hasta sus oídos.

    —Lo siento, no me di cuenta— Es una disculpa inútil, pero sabía que eso aplacaría a Kaoru. Kaoru suspira y estira su cabello hacía atrás. Hiroki lo ve de pies a cabeza, planteándose que se ve terriblemente apuesto en su uniforme.
    —Como sea, recuerda que hoy viene el cobrador no quiero que nos atrasemos con la renta— Kaoru camina alejándose del baño, tal vez demasiado cansado por la guardia nocturna que acaba de cubrir, además de la suya propia. —Tan solo deja el dinero sobre la mesa. No quiero que ese viejo esté llamando a la puerta a horas inapropiadas…

    Kaoru no continua con el discurso que está teniendo, no cuando Hiroki se aferra a su espalda y desliza sus manos a través de su camisa. Kaoru es cálido, siempre lo ha sido y siempre ha sabido como contener a Hiroki, como evitar que se rompa en miles de pequeñas piezas. Siente el aliento helado de Hiroki en su mejilla y sus mansos cálidas en el borde de su pantalón, se dice a si mismo que no debería sucumbir ante los encantos de Hiroki, ante sus labios suaves o ante las estrellas sobre su piel.

    Pero lo hace.


    —❤—



    Han pasado días desde su visita a Bad Habits y la ansiedad lo está consumiendo. Se pasa horas pensando en que tal vez todo es una mala jugada de su mente, tal vez aquel rostro provocativo y cautivador que contemplo aquella noche detrás del velo del humo de cigarrillos no es el mismo que él recuerda, muchas personas tienen el cabello castaño y ojos grandes y expresivos, muchas personas tienen aquellas curvas y ángulos donde debe haber curvas y ángulos, muchas personas tienen esa piel de terciopelo y esa aura que las invita a no dejar de mirarlas nunca ni por un segundo, ni aunque la vida se les vaya en ello.

    Pero muy dentro de sí, Akihiko sabe que se está engañando, pues la voz dulce y confusa sigue sonando en su cabeza.

    Isaka lo encuentra perdido en sus pensamientos cuando entra a la oficina de su editorial. Aún no han encontrado ningún editor para tan terrible y desorganizado escritor, así que él personalmente se estaba haciendo cargo de la odisea que era que Akihiko escribiera, aunque fuera solo unos cuantos párrafos, pero la mente del escritor parecía estar en blanco; totalmente vacía.

    —¿Qué es lo que pasa contigo? Desde hace varios días estás más idiota de lo acostumbrado—Isaka no se caracterizaba por su paciencia o su tacto y el ver afectado a su amigo no sacaba su mejor lado como persona.

    —Creo que conozco al bailarín de la otra noche —Las palabras saben extrañas en su boca una vez que las dice, en su garganta estaban espesas y livianas como la niebla en una mañana soleada pero una vez fuera parecían reales.

    —¿El de Bad Habits? ¿Estas seguro? —No sabe por qué Isaka parece tan despreocupado cuando él casi se está muriendo por dentro —¿Eso es lo que no te deja pensar? Que tontería.

    —Tengo que volver a verlo y estar seguro de que no es él. Así tal vez estaré más tranquilo— Es mentira; se repite y no deja de hacerlo ni siquiera cuando escucha las risas y los comentarios inapropiados de Isaka, pero al final cuando su amigo accede a llevarlo de nuevo a aquel lugar Akihiko teme por lo que se le pueda revelar

    —❤—



    Había dejado a Kaoru dormido en su cama. Asahina tenía el cuarto más grande de su departamento, donde por lo menos cabía una cama matrimonial, un ropero y algunos muebles pequeños. Kaoru había insistido en que lo compartieran, pero Hiroki se había negado, después de todo la mayor era quién más aportaba a su pequeño y roto hogar.

    Después de sacar un poco de dinero de su escondite secreto —que en realidad no era más que un ladrillo suelto en una de sus paredes— y de dejarlo sobre la mesa en la sala se despidió de Asahina con un beso en la coronilla de su cabeza, donde se hacía un pequeño remolino que a Hiroki le parecía adorable y que sólo podía disfrutar cuando Kaoru dormía escondiendo su rostro en la almohada justo como en ese momento lo hacía.

    Lo único que iluminada las calles era la precaria y amarillenta luz del alumbrado público. Por lo general Hiroki prefería tomar el autobús a su trabajo, pero esa noche quería respirar el contaminado aire de la ciudad y dejarse envolver poco a poco por los anuncios llamativos y la música a todo volumen que empezaba a escaparse de algunos locales vecinos. Para su sorpresa llegó sorprendentemente temprano y se dirigió a su camerino, que compartía con otro de los bailarines, una marcada diferencia con respecto a los novatos que se amontonaban todos frente a un solo espejo y luchaban por las secadoras de cabello y las sombras cromadas del tocador.

    El se desvistió sin prisa y se puso el conjunto que usaría esa noche. Usaba unos shorts demasiado cortos a los que ya se había acostumbrado y por su cabello y alrededor de la única prenda que luciría esa noche caían en cadenas pequeños y refinados diamantes.

    Se aplicó brillos sobre los hombros y el vientre, así como en sus mejillas y en el contorno de su rostro, se aplicó apenas un poco de hidratante sobre los labios y entonces ya estaba listo para ser corrompido esa noche. Ensayó su sonrisa frente al espejo, era la parte más difícil y la que más tiempo le tomaba, tanto que cuando se dio por satisfecho con el resultado de incesantes prácticas e intentos fallidos por parecer provocativo y cautivador sus demás compañeros ya estaban en el club, listos para salir en cualquier momento al escenario.

    Uno a uno fue saliendo y mientras más avanzaba la noche más confianza adquiría Hiroki, en algún punto de la madrugada dejó de ser el pequeño e indefenso niño para convertirse en el rey del lugar. Se dejó envolver por las risas de los chicos en sus diminutos trajes y un aura mítica se dejó caer sobre ellos. Cuando estuvo en el escenario ya no era Hiroki, era Petit por quién todos suplicaban, incluso el mismo Hiroki.

    Se entregó a los deseos de sus amantes, bailando y dejando que la pedrería sobre él brillara en contacto de las luces artificiales, formando iris de todos los colores imaginables e inimaginables.


    QUOTE
    Hola ¿Cómo están? ¿Me extrañaron?

    La verdad es que he me he retrasado en mis proyectos porque este es mi último año escolar y creo que me estoy emocionando demasiado, he tenido tantas cosas que hacer que la verdad mi escritura ha pasado a segundo plano, además creo que no tenía ninguna idea clara para este capítulo pero por fin esta tarde me senté en mi escritorio y no me he movido hasta que lo he tenido listo.

    Otra cosa por la que me he tardado es porque no he encontrado imágenes que me gusten lo suficiente. Verán las letras de las canciones y las imágenes quiero que sean perfectas y que avancen conforme a los capítulos, de hecho no estoy de todo convencida de la imagen que he elegido para este capítulo por eso no se sorprendan si encuentras una diferente en unos días c:

    Veo que a todas les ha gustado mi Hiroki bailarín(? espero que también les guste en este capítulo c; Muchas gracias por sus comentarios hoy los estuve leyendo y me han hecho el día.

    Nos leemos~

    PD: Casi se me pasa mencionarles que espero que compartan el mismo gusto musical que yo para que disfruten su lectura. La canción de la semana pasada fue Bad Decisions de Ariana Grande y la de este es on the loose de Niall Horan


    Edited by ~Akemi~ - 31/3/2018, 01:46
     
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