El internado (AkihikoXMisaki) (NowakiXHiroki) (MiyagiXShinobu)

Akihiko es contratado como profesor en el internado en que trabaja Hiroki. Allí estudian Misaki y Shinobu, quien está enamorado de su profesor y cuñado, Miyagi.

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    Me ha gustado el capítulo, me gustan los capítulos larguitos.
    Ese Akihiko pervertido, no lo detiene nadie ni aunque haya gente en la otra cama. Me gusta que sea tan pervertito y que Misaki no le importe y se deje hacer. Lo malo fue para Nowaki que al escuchar los gemidos de ambos se excitó y no pudo hacer nada con Hiroki, ni esa noche ni ninguna de todo el viaje.
    Jajajaja ese Kane al final consiguió que el tal Valentino le diera bien duro con su pepino.
    A Hiroki le espera una decisión muy difícil de tomar, por un lado el trabajo de su vida y por el otro ir con su amor para que él estudie la especialidad que ama. Pero seguro que la que elija lo hará conjuntamente con Nowaki y entre los dos encontrarán la mejor solución.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Aprendiendo Yaoi
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    Aviso de que este capítulo es larguito y más intenso de lo normal. Espero que os guste.

    Capítulo 16


    Supuso que se debía al cansancio del viaje, pero ya habían pasado dos días y la actitud de Hiroki no cambiaba. Nowaki comenzaba a preocuparse, no era normal que Hiroki estuviera tan callado y pensativo. Comenzó a pensar en si había dicho o hecho algo para enfadarle pero no se le ocurría nada.

    - Hiro-san, ¿está todo bien?- Era consciente de la cantidad de veces que le había hecho aquella pregunta, pero necesitaba saber qué le pasaba.

    - Ya te he dicho que sí.- Se limitó a responder sin apartar la vista del libro que estaba leyendo.

    - De acuerdo, Hiro-san.- Hiroki le miró de reojo sin poder evitar sentirse culpable.- Creo que hoy dormiré en mi casa.

    - No te vayas, Nowaki.- Le pidió el profesor deteniéndolo con la mano.- Me gusta que durmamos juntos.

    - A mí también me gusta, pero estás ido y lo último que quiero es molestarte.

    - Tú nunca molestas.

    - Hiro-san, tengo la sensación de que en Italia no pudimos disfrutar del todo.- Comenzó a decir Nowaki pero Hiroki lo interrumpió.

    - La culpa fue del imbécil de Kane y el Paolo ese.

    - Exactamente.- Asintió Nowaki.- Me da la impresión de que siempre anteponemos a los demás a nosotros y sí, es algo que he hecho desde pequeñito y que nunca me ha importado, pero cuando se trata de nosotros…no quiero dar prioridad a nadie más.

    - Nowaki, no te sigo.

    - Digo que seamos más egoístas.- Dijo el menor decidido.- Que nuestra relación sea lo primero, ¿entiendes?

    - Sé que el viaje no fue nada romántico pero…

    - No es sólo por el viaje, Hiro-san.- Hiroki puso el libro a un lado suspirando.

    - El trabajo me absorbe, soy consciente de ello y lo siento, pero…

    - No te preocupes, en EEUU todo será distinto.- Le sonrió Nowaki.- Ya no tendrás que ir detrás de los alumnos, viviremos por nuestra cuenta y tendremos más tiempo para nosotros.

    - Supongo.- Murmuró Hiroki nada convencido.

    - No dejo de pensar en lo felices que vamos a ser allá.- Nowaki le atrajo hacia él y Hiroki se dejó abrazar, sin poder quitarse de la cabeza aquel maravilloso trabajo que estaba considerando rechazar.



    Akihiko acarició su pierna y, con la mano que le quedaba libre, le agarró suavemente su pie para posarlo sobre su regazo. Misaki le miró con cariño mientras el escritor continuaba acariciando su pierna y su pie, provocándole pequeñas cosquillas que trató de disimular.

    - Has sonreído.

    - Imposible.- Dijo el estudiante intentando aparentar seguridad.- No tengo cosquillas.

    - ¿De verdad?- Akihiko cogió su pie y lo elevó para lamer la planta muy lentamente. Misaki trató de reprimir una carcajada pero no pudo.- Pues tenía razón.

    - Idiota.- Le dijo el menor entre risas.

    - Tu idiota.

    - Sí, mi idiota.- Misaki se incorporó un poco y le dio un beso en la mejilla.- ¿Eres de los que le van los pies?

    - A mí me va todo lo que tenga que ver contigo, incluidos tus pies.

    - Usagi-san.

    - Dime.- Akihiko le sonrió sin soltar tu pie.

    - He estado pensando y...- Comenzó a decir algo avergonzado.

    - ¿Y?

    - Hay muchas cosas que no sé de ti.

    - Cierto, al igual que yo de ti.

    - No, tú lo sabes todo sobre mi.- Dijo Misaki.- Siempre estoy hablando y hablando.

    - ¿Tú crees? Yo creo que hay cosas que no sé y estoy deseando descubrirlas.

    - Pues a mí me pasa lo mismo contigo, quiero saberlo todo.- Misaki apartó su pierna de encima del escritor y se puso justo enfrente de él, sonriéndole.- ¿Jugamos a un juego? Yo te hago una pregunta y tú me haces otra.

    - ¿Qué clase de juego es ese?- Preguntó Akihiko enternecido por la actitud del menor, deseó poder ver siempre aquella carita de ilusión que le estaba regalando.

    - Uno que me acabo de inventar.

    - ¿Y quién gana?

    - No gana nadie.

    - Como juego deja un poco que desear…

    - ¡Venga, Usagi-san!

    - Está bien.- Asintió Akihiko entrelazando sus dedos con los de Misaki, sentía la necesidad de estar constantemente tocándolo.

    - ¡Empiezo yo!- Misaki se quedó un momento pensativo.- Vale, ya sé. ¿Tienes hermanos?

    - Uno. Ahora me toca a mí.

    - ¡No! Tienes que desarrollar más la respuesta.

    - ¿Qué es esto? ¿Un examen?

    - Venga, Usagi-san, quiero saberlo todo de ti.- Misaki le miró con ojos suplicantes y Akihiko no fue capaz de negarle nada.

    - Es mi medio hermano. Crecimos juntos pero nunca nos hemos llevado bien.

    - Vaya, lo siento.

    - No lo sientas, no es algo que me moleste.- Dijo Akihiko.- De hecho hace casi cinco años que no le veo y te aseguro que no le echo de menos.

    - ¿Y tus padres?

    - No es tu turno de preguntar.- Misaki hizo un pequeño puchero pero asintió.- ¿Tienes ganas de vivir conmigo?

    - ¿Qué clase de pregunta es esa?

    - Una cualquiera.

    - Sí, tengo ganas.- Respondió Misaki rodando los ojos.

    - Tienes que desarrollar más la respuesta.- Misaki le miró frunciendo el ceño y Akihiko no pudo ocultar su sonrisa.

    - Tengo ganas de vivir contigo porque me gusta pasar tiempo contigo y porque...te quiero.- Akihiko se abalanzó sobre él y atrapó los labios de Misaki con los suyos.- ¡Usagi-san, para! ¡Me toca preguntar!

    - Se acabó este juego, vamos a pasar a uno de adultos.

    - Noooooo.- Dijo Misaki apartándolo un poco.- Quiero conocerte mejor, Usagi-san.

    - Está bien. Pregunta.

    - ¿Y tus padres?

    - Tampoco me llevo bien con ellos. Mi madre pasa de mí y yo de ella.- Dijo el escritor.- Mi padre sí que me llama de vez en cuando pero solemos acabar discutiendo. Sinceramente, para mí los Kamijou son mi auténtica familia.

    - ¿Tan dura fue tu infancia, Usagi-san?

    - Me toca preguntar a mí. ¿Cómo nos ves en el futuro?

    - Pues no sé, Usagi-san, juntos.- Respondió Misaki pensativo.- Supongo que como ahora.

    - ¿No te gustaría algo más?

    - ¿Cómo qué?

    - En verdad no lo sé.- Negó Akihiko.- Estoy preguntando por preguntar.

    - Pues mal hecho porque es mi turno.- Dijo Misaki.- A ver qué te puedo preguntar… ¿Te gustan los niños, Usagi-san?

    - ¿Esos pequeños diablos? No, no me gustan nada.- Misaki le miró con sorpresa pero no hizo ningún comentario y Akihiko siguió con aquel juego.- ¿Te tocas pensando en mí?

    - ¿QUÉ CLASE DE PREGUNTA ES ESA?- Dijo un muy avergonzado Misaki y el escritor rió por aquella reacción.- ¡No puedes preguntar eso!

    - ¿Por qué no?

    - Porque tienen que ser preguntas decentes.

    - Está bien. Misaki, ¿qué opinas de mi poll…

    - ¡Se acabó!- Exclamó el estudiante.- ¡Te has cargado el juego!


    Al día siguiente Akihiko amaneció de muy buen humor. Quedaban sólo cinco días para que acabara el curso y en dos semanas se le terminaría el contrato y no tendría que volver nunca más por aquel lugar. No odiaba el internado, más bien al contrario, gracias a aquel trabajo había conocido al amor de su vida, pero sí que era cierto que odiaba impartir clase y tener que relacionarse con los alumnos.
    Salió de su despacho para ir al de Hiroki, sabía que también tenía aquella hora libre y le apetecía hablar con su amigo, quien había estado actuando de forma extraña desde que volvieron de Italia.
    Iba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia de una persona hasta que tropezó con algo. Alzó la vista para encontrarse cara a cara con Yamaguchi, quien seguía con la pierna mala.

    - ¿Me acabas de hacer tropezar con tu muleta?- Akihiko le miró con cara de pocos amigos.

    - No es justo que te vayas de rositas.- Le dijo Yamaguchi con rabia.- Misaki no es sólo tuyo.

    - Creo que ya va siendo hora de que dejes en paz a Misaki.- El escritor se fue acercando hacia él para arrinconarlo contra la pared.- Lo peor es que piensas que Misaki no está contigo porque está conmigo. Misaki no está contigo porque eres un mierda que se merece morir solo.- Yamaguchi intentó darle un golpe en las costillas con la muleta, pero Akihiko consiguió parar el golpe y le cogió del cuello.

    - Usami, Yamaguchi.- Dijo una voz a espaldas del escritor. Akihiko giró levemente la cabeza para ver al director, quien traía cara de enfado.- A mi despacho. Ya.



    Nowaki se encontraba en el dormitorio de su pareja, quien debía de estar dando una de sus últimas clases como profesor de ese centro. Nowaki se sentía inmensamente feliz, no podía creerse la suerte que había tenido al ser correspondido por Hiroki. Se enamoró de él hacía años y desde entonces no había dejado de pensar en el castaño. Todo lo que tenía que ver con el profesor le fascinaba.
    Nowaki sabía que Hiroki y él estaban predestinados, cada día lo tenía más claro y el hecho de que estuviera dispuesto a cruzar medio mundo sólo para estar a su lado, le hacía ver que su relación sería para siempre. Nowaki iba a envejecer junto a Hiro-san.
    Contempló una foto que tenía el profesor en la mesita de noche. Se la habían tomado aquellas navidades un día en que habían salido a comprar los regalos para la familia y aprovecharon la decoración del centro comercial para hacerse un par de fotos. A Nowaki le encantaba esa sólo porque Hiroki salía a su lado sonriendo, algo poco habitual en el mayor.
    El sonido de un teléfono llamó su atención. No era el móvil de Nowaki por lo que tenía que ser el de Hiroki, quien debía de habérselo dejado olvidado. Dudó en si responder o no, pero decidió contestar por si era algo importante.

    - ¿Si?

    - Buenos días, Kamijou-San. Le llamo de la universidad con respecto a...

    - No soy Kamijou, en este momento no se encuentra disponible. ¿Quiere que le deje un recado?

    - Sí, dígale que es sobre su puesto de trabajo. Se adelantará una hora la firma del contrato. Dígale que es a las 9 en el mismo lugar.

    - ¿Contrato? ¿Qué contrato?- Preguntó Nowaki muy extrañado.- ¿Es con Hiroki Kamijou con quien quiere hablar?

    - Claro. Lo lamento pero sólo puedo decirle que es sobre el puesto de profesor adjunto. Todo lo demás es información confidencial.

    - ¿Profesor adjunto? - Nowaki se quedó con la palabra en la boca pues aquella mujer ya había colgado. Algo no cuadraba, ¿por qué Hiro-san iba a firmar un contrato si los dos se iban a EEUU? No tenía sentido. A no ser que Hiroki no estuviera seguro de irse con él, tal vez ya no sentía lo mismo por él, quizá ya no le quería.

    Todos esos pensamientos comenzaron a agobiar a Nowaki, quien estaba viviendo una auténtica pesadilla. Quería que aquello no fuera real, Hiroki no podía haberle mentido y haber jugado con sus sentimientos de esa manera. Debía de ser todo un malentendido, debía de haber una explicación. Decidió esperar a Hiroki en su dormitorio, seguro que él le podía aclarar la situación.


    Misaki quiso morirse cuando entró en el despacho del director y vio a Akihiko y a Yamaguchi. Cuando el director le llamó por megafonía supuso que algo no andaba bien, pero no esperaba que la cosa fuera tan mal. Misaki supo en ese instante que les habían pillado.

    - Takahashi, lamento haberle hecho salir de clase.- Comenzó a decir el director bajo la atenta mirada de los presentes.- Han llegado rumores a mis oídos sobre su relación con Usami-sensei. Al principio no quise creerlos pero después de presenciar una escena hoy… Se lo preguntaré una vez, ¿qué tipo de relación mantiene con su profesor de historia?- A Misaki le temblaban las piernas, ¿qué se suponía que debía hacer? ¿Mentir? Eso sólo empeoraría la situación, habían sido pillados y ya no había vuelta atrás. Con un nudo en la garganta y reteniendo las lágrimas respondió.

    - Somos pareja.- Se hizo un silencio en la estancia y el director le miró con seriedad.

    - No puedo permitir esa clase de relación entre un alumno y un profesor.- Dijo aquel hombre con fingida calma.- Haremos esto de la forma más discreta posible, no quiero causar un escándalo a pocos días de las vacaciones.- El director suspiró y miró a Akihiko.- Supongo que no le sorprenderá oír que está usted despedido. Y en cuanto a usted, Takahashi, no me queda más remedio que expulsarle.

    - Señor, Misaki no es el responsa...- Comenzó a decir Akihiko pero fue interrumpido.

    - Los dos sois responsables de lo ocurrido y asumiréis las consecuencias.- Dijo el director tajante.- Recoged vuestras cosas, tenéis media hora para marcharos del internado.

    Misaki salió de aquel despacho sin poder parar de llorar. Akihiko no paraba de decirle palabras de consuelo que él no llegaba a escuchar. No podía parar de pensar en que le habían expulsado, ya no le admitirían en ninguna universidad y su hermano se enteraría de todo.

    - Misaki, ¿por qué lloras?- La voz de Shinobu llamó su atención.

    - Tu padre… tu padre lo sabe…- Dijo Misaki entre hipidos.- Me ha… expulsado.

    - Intenta tranquilizarte.- Shinobu no le dijo nada más y se metió en el despacho de su padre, quien se encontraba con cara de mosqueo.- Papá, no puedes expulsar a Misaki.

    - Shinobu, cállate que no estoy de humor.

    - ¡Queda menos de una semana para que se gradúe!- Gritó Shinobu indignado.- ¿Vas a joderle su futuro sólo porque se ha enamorado de un viejo?

    - No tienes idea.

    - ¡Sí que la tengo, papá! ¡Misaki se ha matado a estudiar para poder entrar en una buena universidad!- Su padre se pasó una mano por la cara y suspiró.- ¡No se merece ser expulsado!

    - Se ha liado con un profesor…

    - ¡Nadie es perfecto!

    - Shinobu, no estamos hablando de una travesura.- Su padre le miró con seriedad.- Esto es grave.

    - Papá, por favor, Misaki es una de las mejores personas que conozco.- Le dijo Shinobu intentando sonar calmado.- Me ha ayudado un montón este curso. Me sentía triste y solo y él me acogió. Es uno de mis mejores amigos, papá, no puedes hacerle eso.

    - No puedo darle un trato especial, lo siento.- Shinobu frunció el ceño y se puso de rodillas.

    - Papá, te lo suplico, no le expulses.- El director se le quedó mirando durante unos segundos y asintió.

    - Su expediente continuará impecable, pero llamaré a sus familiares para contarles lo ocurrido. Deben saberlo.

    - ¡Gracias, papá!- Shinobu le abrazó sonriendo.

    - De nada. Será mejor que vayas a decirle a tu amigo que no haga las maletas.

    - Una cosa más, papá.- Su padre asintió dándole pie para seguir hablando.- ¿Qué vas a hacer con Yamaguchi?

    - Nada.

    - Pero ha estado acosando a Misaki.

    - No me consta.

    - ¡Te juro que…

    - Shinobu, estás resentido porque fue él quien me contó que Usami y Takahashi tenían una relación.

    - ¡No! ¡Intentó abusar de él!

    - Esa es una acusación muy grave, Shinobu, será mejor que lo dejes estar.- El rubio supo que su padre no iba a entrar en razón y salió del despacho dando un portazo. Al menos había conseguido que no expulsaran a Misaki.


    Hiroki entró en su dormitorio con ganas de echarse un rato a descansar, sonrió al ver que Nowaki se encontraba sentado en su cama, pero se le borró la sonrisa al observar la expresión del menor.

    - Nowaki, ¿qué ocurre?

    - Te han llamado de la universidad, tienes que ir una hora antes a firmar el contrato.- Hiroki le miró sorprendido y se reprochó mentalmente el haberse dejado olvidado el teléfono. Aún no tenía claro si iba a firmar aquel contrato, quería mucho a Nowaki pero siempre había soñado con ese trabajo.

    - Nowaki...

    - ¿Cuándo pensabas contármelo? ¿El día antes de marcharnos? ¿O es que no pensabas decirme nada? - Nowaki le miró con enfado. No alzaba la voz pero Hiroki sabía que iban a tener una buena pelea. El profesor suspiró intentando mantener la calma.

    - No es eso, Nowaki. Te lo puedo explicar.

    - Adelante.- El menor se cruzó de brazos sin dejar de mirarle con aquella dureza.

    - Hace años, justo después de acabar la carrera, solicité ese puesto de trabajo y nunca obtuve respuesta. Fui contratado aquí y decidí olvidarme de trabajar en la universidad, al menos hasta que me llamaron el otro día. El último día del viaje me ofrecieron el trabajo y es por eso que he estado tan ausente últimamente. Estoy hecho un lío, Nowaki, y no soy capaz de dejar de pensar en ello. Te amo pero es el trabajo de mis sueños y no sé qué hacer.

    - Vamos, que no sabes si quieres venir conmigo.- Comentó Nowaki con una sonrisa amarga.

    - No es eso...

    - No, sí que lo es, porque si de verdad quisieras estar conmigo lo tendrías claro.

    - Nowaki, no quiero elegir entre el trabajo y tú.- Le dijo Hiroki.- Es demasiado...

    - No te preocupes que te lo pondré fácil.- El profesor le miró con los ojos bien abiertos, sabiendo a donde quería llegar el menor.- No tendrás que elegir. Te quedarás aquí con ese trabajo tan maravilloso. Fin del problema.

    - No digas tonterías, Nowaki.

    - ¿Tonterías? Eso es lo que es para ti nuestra relación, ¿no?

    - ¿Pero qué demonios estás diciendo?- Hiroki comenzaba a perder la poca paciencia que tenía y lo último que quería era enfadarse. Le importaba mucho Nowaki como para perderlo por su estúpido carácter.

    - Que no entiendo como puedes decir que me quieres, que estás dispuesto a mudarte conmigo a otro país para luego estar organizando tu vida aquí a mis espaldas.- Nowaki se veía dolido y comenzaba a alzar la voz.- ¡No entiendo cómo has sido capaz de jugar conmigo de esa manera!

    - No, Nowaki, yo no...

    - ¿No has jugado conmigo?

    - Te juro que iba a contártelo.

    - ¿Cuándo, Hiro-san?- Le preguntó Nowaki apretando con fuerza los puños.

    - No lo sé...- Respondió Hiroki y el menor negó con la cabeza.

    - Esto no tiene sentido. Yo creía que me querías...- A Nowaki se le escaparon un par de lágrimas y Hiroki se acercó para consolarle pero el menor le apartó.- No quiero que me toques, Hiro-san.- Jamás unas palabras le habían dolido tanto a Hiroki. Sentía que ya no le importaba aquel trabajo, sólo quería arreglar las cosas con él.

    - Lo siento mucho, Nowaki, he sido un idiota.- Le dijo Hiroki también con lágrimas en los ojos.- Claro que iré contigo a EEUU...

    - Tarde, Hiro-san. Ahora soy yo quien no quiere ir contigo.- Hiroki quería creer que estaba hablando desde la rabia, sin pensar pero las siguientes palabras que dijo el menor le dejaron en shock.- Lo nuestro no va a ninguna parte y yo no estoy dispuesto a seguir perdiendo el tiempo. Se acabó.- Nowaki salió del dormitorio y Hiroki se quedó allí plantado mirando el hueco de la puerta. Se sentía muy confundido y dolido.
    Hiroki se sentía fatal no podía creer que Nowaki acabara de romper con él, no podía ser real, debía de ser una pesadilla. Hiroki se limpió las lágrimas y salió corriendo detrás de Nowaki. No podía dejar las cosas así.

    - ¡Nowaki! ¡Por favor, espera!- Le alcanzó al final del pasillo, el menor paró pero no se giró a mirarle.- No te vayas así...no lo has dicho en serio.

    - Hiro-san, hubiera hecho cualquier cosa por ti, confiaba en ti.

    - Puedes seguir confiando.- Le dijo Hiroki y Nowaki dio media vuelta y negó con la cabeza.- Por favor, intenta comprenderme. Era el trabajo de mis sueños, es normal que haya dudado, ¿no?

    - Yo no hubiera dudado.

    - ¡Pues lo siento! ¡Siento no ser tan perfecto como tú!- Exclamó Hiroki sin poder evitar que las lágrimas se le escaparan.

    - Yo no soy perfecto.- Le dijo Nowaki y la calma con la que lo hizo comenzó a exasperar al profesor.- Y tampoco pretendo que tú lo seas, sólo te pido que tengas claros tus sentimientos hacia mí.

    - ¡Los tengo claros!

    - No los tienes, sino no hubieras preferido ese trabajo.

    - ¡No me creo que seas tan egoísta de hacerme elegir entre un trabajo y tú!- Nowaki le miró dolido.

    - Fuiste tú quien dijo que una relación a distancia no funcionaría. Y sí, sería tan egoísta de hacerte elegirme a mí porque nuestra relación para mí lo era todo. Pero eso ya da igual, porque me has demostrado que para ti esta relación no significa nada. Y como no significa nada para ti ya no tiene sentido seguir juntos.- La poca paciencia de Hiroki se agotó al escuchar esas palabras. ¿Por qué Nowaki no era capaz de entenderle? Estaba siendo
    muy infantil. El profesor se limpió las lágrimas y le miró entre cabreado y disgustado.

    - Pues sí, a lo mejor tienes razón y no tiene sentido seguir con esto.- Hiroki no supo por qué lo dijo pero lo dijo y Nowaki le miró decepcionado. El menor asintió y, sin decir nada más, se fue dejando a Hiroki llorando en aquel pasillo.

    - Kamijou, ¿has visto a Misa...- Kane no acabó aquella frase. Al ver a su profesor llorando no dudó un momento en abrazarle, la sorpresa fue muy grande cuando Hiroki correspondió el abrazo. Kane supo inmediatamente que la cosa era grave.- ¿Qué ha pasado?

    - Nowaki...hemos roto.- Respondió Hiroki sin parar de llorar y Kane le abrazó más fuerte.

    - Lo siento mucho, sensei. Sé que siempre le estoy molestando pero cualquier cosa que necesite...

    - Muchas gracias, Kane.

    - Es la primera vez que me llama por mi nombre.- Comentó el estudiante sonriendo y el profesor resopló rompiendo aquel abrazo.

    - Que no se te suba a la cabeza.

    - Sensei, ¿y si vamos a un sitio más apartado?- Propuso Kane.- Será mejor que nadie le vea así.

    - Iré a ver a Akihiko.

    - ¿No lo sabe?- Preguntó el estudiante y Hiroki negó.- El director se ha enterado de lo de Misaki y Usami. Ha despedido a Usami, por suerte Shinobu le ha convencido de que no expulse a Misaki.

    - Joder, vaya día. ¿Entonces Akihiko se ha ido?

    - Sí, pero no se preocupe que yo seré su hombro en el que llorar.

    - Si es que no me sale nada bien en la vida...- Murmuró Hiroki limpiándose las lágrimas.- Vamos a mi dormitorio.

    Entraron en la habitación del profesor y Kane tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no ponerse a cotillear por toda la estancia. Hiroki se desplomó sobre su cama y Kane se sentó en una silla de cara a él.

    - ¿Quiere hablar de lo ocurrido?- Preguntó Kane rompiendo el silencio que se había formado.

    - Quiero emborracharme.- Respondió Hiroki rompiendo a llorar de nuevo.- Nowaki…

    - Venga, no, no llore que se me está cayendo un mito.- Le dijo Kane acercándose a él. Se sentó junto a Hiroki en la cama y le pasó un brazo por los hombros, el profesor suspiró y apoyó su cabeza en el hombro del menor.- Lo que usted necesita es distraerse.

    - Imposible, no paro de pensar en Nowaki.- Hiroki sacó un pañuelo del bolsillo y se sonó la nariz.

    - Le voy a dar trabajo, necesito que me ayude a acabar de escribir un poema.

    - ¿De qué demonios me estás hablando?- Le preguntó el profesor extrañado.

    - Quiero escribirle un poema a Valentino.

    - Es una idea terrible.

    - De momento solo tengo esto:

    Oh, mi Valentino
    me la pones como un pino.
    Me dejaste el culo fino
    y desde entonces sueño con tu pepino.




    - Es lo peor que he escuchado jamás.- Comentó Hiroki sin poder ocultar una pequeña sonrisa.- Gracias, Kane, lo necesitaba.

    - Todavía no he acabado.- Dijo Kane y se aclaró la garganta para continuar recitando.

    Tu glande contra mi campanilla
    me pareció una maravilla.




    - Ya he tenido suficiente, un verso más y me tiro por la ventana.

    - Sensei, no sea cruel. Imagínese que a Shakespeare le hubieran cortado las alas de esa manera.

    - Kane, te agradezco que me hayas animado un poco con tu...creación, pero me apetece estar solo un rato.- Le dijo Hiroki.

    - Si le dejo solo se echará a llorar de nuevo.

    - De verdad que necesito estar solo.

    - De acuerdo.- Suspiró Kane poniéndose de pie.- Sólo quiero que sepa que usted vale mucho y que cualquiera querría ser su pareja.

    - Gracias, Kane.

    - Sé que siempre hablo de lo bueno que está Nowaki pero le voy a confesar una cosa.

    - Por favor, no digas nada, te había quedado muy bien lo anterior.

    - Usted tiene un culazo y siempre que se gira para apuntar algo en la pizarra se lo miro.- Dijo Kane ignorando lo que le decía.- Lo mueve al escribir, es precioso. Alguna vez me he empalmado un poco en clase por su culpa.

    - Vete ya.

    - Sobre todo con esos pantalones beige que tiene, le hacen un culo…

    - Kane, me acaban de dejar, necesito llorar a gusto.- Le dijo el profesor.- Necesito que te vayas.

    - ¿Entonces le ha dejado Nowaki a usted?

    - Adiós.



    El director le había contado a Miyagi todo lo ocurrido, se encontraba indignado con que uno de sus profesores se hubiera liado con un alumno. Miyagi se sintió muy mal consigo mismo, él estaba haciendo lo mismo que había hecho Usami. Bueno, lo mismo no, peor porque se trataba del hijo del director. Sentía que estaba traicionando la confianza de aquel hombre.
    Shinobu fue a verle como hacía todas las noches y cuando intentó besarle, Miyagi se apartó.

    - Te has enterado, ¿no?- Dijo Shinobu cruzándose de brazos.

    - Sí.

    - ¿Y por eso estás tan frío?

    - Si tu padre se entera de lo nuestro…

    - ¿Tanto miedo le tienes?- Preguntó Shinobu y Miyagi negó.

    - Él confía mucho en mí y yo… yo le estoy traicionando.

    - Eres demasiado viejo para ser tan dramático.- Le dijo Shinobu.

    - Creo que deberíamos romper.

    - Voy a hacer como que no he escuchado eso.

    - Lo digo en serio.- Dijo Miyagi decidido y Shinobu le miró cabreado.

    - ¡He tenido un día de mierda y lo último que necesito es esto!

    - No podemos estar juntos.

    - ¡Tú a mí no me dejas!

    - Shinobu, lo nuestro es…

    - Es lo mejor que te va a pasar en la vida.- Le interrumpió Shinobu.- Así que deja de decir gilipolleces.

    - Yo me siento muy mal.- Confesó Miyagi con cara de angustia. Shinobu suspiró y le acarició la mejilla.

    - ¿Tú me quieres?- Miyagi le miró extrañado.

    - Mucho.

    - ¿Entonces por qué quieres dejarme?

    - Porque no quiero que sufras, no quiero que pases por lo que está pasando Misaki.

    - Si me dejas sí que sufriré.- Le dijo Shinobu y le dio un pequeño beso en los labios.- Nos queremos, ¿no?

    - Sí.

    - Pues entonces que le den por culo a mi padre y a todos.

    - Admiro lo seguro que puedes llegar a ser.- Le dijo Miyagi sonriendo de lado.

    - Yo sólo quiero estar contigo y haría cualquier cosa para conseguirlo.- Miyagi se inclinó para besarle pero Shinobu se apartó.- Me has hecho pasar un mal rato, así que te dejo reflexionando sobre lo que acabas de hacer, yo me voy con mis amigos.

    - Pero si ya lo hemos arreglado…

    - A la otra te lo pensarás dos veces antes de intentar dejarme.- Le soltó el rubio para luego marcharse.



    Misaki se había acostado pronto pero no conseguía dormirse. Usagi-san había sido despedido y él se había salvado de la expulsión por los pelos, pero no se había salvado de que llamaran a su hermano, por suerte fue Manami quien respondió al teléfono. Su cuñada le había prometido que no le diría nada a Takahiro, Misaki agradecía que Manami se lo hubiera tomado tan bien aunque le había dicho que ya hablarían ese verano.
    El sonido de la puerta abriéndose le hizo abrir los ojos, pero al pensar que sería Shinobu los volvió a cerrar. La sorpresa fue muy grande cuando escuchó la voz de Yamaguchi resonar por toda la habitación.

    - Ya no tienes a Usami para protegerte.- Todo sucedió muy rápido. Yamaguchi soltó las muletas y se abalanzó sobre él, impidiéndole moverse. El profesor le recordó a un pulpo, no paraba de tocarle por todas partes intentando quitarle la ropa. Aquel contacto le asqueó y le revolvió el estómago. Misaki comenzó a gritar pero Yamaguchi le calló poniéndole una mano en la boca. La resistencia del estudiante le dificultaba el desnudarle e intentó inmovilizarlo con su pierna buena, pero no fue suficiente. Misaki no desistía y consiguió liberar su boca para volver a gritar. Yamaguchi aquella vez le calló con un beso, el beso más desagradable de la vida de Misaki, mientras que con una mano le sujetaba de las muñecas y con la otra intentaba desabrocharle el pantalón. Y como si de un milagro se tratara, la puerta del dormitorio se abrió de par en par.

    - ¡Adivina quién me ha abrazado!- Exclamó Kane entrando en la habitación seguido por Shinobu y Satoru. Se quedó paralizado durante un segundo al ver aquella escena y cuando reaccionó cogió una de las muletas y comenzó a darle a Yamaguchi con ella.
    Satoru cargó a Misaki y se encerró en el baño con él, allí intentó tranquilizarle diciéndole que todo estaba bien, mientras que Shinobu salió corriendo en busca de su padre.

    El director quedó impactado ante el relato, no dudó en ningún instante que los chicos decían la verdad, sólo había que ver el estado en que se encontraba Misaki. Yamaguchi finalmente fue despedido, cosa que consiguió tranquilizar un poco a Misaki. El director le propuso denunciar al profesor pero Misaki sólo quería borrar todo aquel asunto de su cabeza y tampoco quería que Akihiko se enterara.
    Aquella noche los cuatro amigos se quedaron despiertos hablando de cualquier cosa con tal de distraer a Misaki, quien se sentía muy agradecido con ellos y a la vez le daba mucha pena pensar que aquella sería una de las últimas noches que pasarían los cuatro juntos en el internado. Aquella etapa de sus vidas llegaba a su fin pero lo bueno era que comenzaban otra y sería como empezar de cero.


    Hola ^^
    Espero que os haya gustado el capítulo. ¿Os gustaría algo de mpreg en el fic?
    Muchas gracias por leer.

    ¡Un abrazo! :)
     
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    Me ha gustado el capítulo. Y para nada largo, a mí me gustan así.
    Muy intenso, pobre Hiroki, Nowaki se ha comportado un poco infantil, pero creo que cuando se calme recapacitará y hablará con Hiroki y arreglarán las cosas.
    Maldito Yamaguchi, pero al fin han descubierto como es en realidad y lo han despedido.
    Menos mal que Shinobu ha conseguido que no expulsen a Misaki.
    Sobre tú pregunta a mí si me gustaría mpreg y si es de todas las parejas mejor.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Capítulo 17 - Vacaciones de verano


    Aterrizaron en Nueva York por la tarde y cogieron un taxi que les dejó en casa de Takahiro. Misaki se quedaría con su hermano mientras que Akihiko pasaría aquellos dos meses en un hotel a dos calles de allí. Misaki le había insistido en que no gastara ese dineral en un hotel, pero el escritor no le había hecho caso.

    Misaki se despidió de Akihiko, ya que hasta el día siguiente no se verían, y bajó del taxi. Llamó al timbre y no tuvo que esperar mucho rato, pues su hermano le abrió rápidamente y se abalanzó sobre él.

    - ¡Misaki! ¡Te he echado mucho de menos!- Exclamó su hermano sin soltarle.- Mi pequeño hermanito bonito, luz de mi vida y de mis días, mi razón de ser, mi…

    - Ya vale, nii-chan.- Le dijo Misaki avergonzado.

    - Misaki, no te imaginas las ganas que teníamos de verte.- Dijo Manami sonriendo. Misaki consiguió apartarse de su hermano y fue a abrazar a su cuñada.

    - Yo también os he echado de menos. Por cierto, ¿y mi sobrino?

    - Ven, está jugando en la sala.- Los tres entraron en la vivienda y caminaron hacia donde estaba el pequeño, quien al ver a su tío comenzó a reír.

    - ¡Mahiro!- Misaki se agachó para cogerle en brazos.- ¿Te acuerdas de mí? Soy el tío. ¡Qué mayor estás!

    - Tío.- Dijo el niño con una voz muy infantil.

    - ¡Ha hablado!- Exclamó Misaki ilusionado.

    - Tiene ya año y medio, dice algunas palabras aunque se comunica por gestos la mayoría de las veces.- Explicó Manami.

    - No me puedo creer que mi hermanito esté aquí.- Comentó Takahiro mirando a Misaki embobado.

    - Venga, no te pongas tontorrón.- Le dijo Manami.- Vigila a Mahiro que yo voy a ayudar a Misaki a instalarse.

    - No te preocupes, nee-chan.

    - Sí, Misaki, que debes de estar cansado.- Insistió su cuñada y el estudiante le entregó el niño a su hermano. Ambos fueron a la habitación donde solía dormir el castaño.- Bueno, tú y yo tenemos que hablar, ¿no crees?

    - Nee-chan…

    - Tuviste suerte de que fui yo quien respondió la llamada del director, tu hermano hubiera muerto de un infarto…

    - Lo siento mucho, no quería que te enteraras de esa forma. ¿Estás enfadada?- Preguntó Misaki temeroso y la mujer negó sonriendo.

    - Cuando estuviste aquí en navidad te vi feliz y supe que habías conocido a alguien. Es cierto que no esperaba que fuera tu profesor, pero si él te hace feliz…

    - Sí, él es maravilloso, nee-chan.- Dijo Misaki algo avergonzado por estar hablando de ese tema con ella.- Desde el primer momento me ha tratado como si fuera…no sé, como si fuera alguien especial. Al principio me dejé llevar porque, sinceramente, aunque tenga a mis amigos a veces me siento un poco solo y con él eso no me pasaba. No me malinterpretes, este curso también os he echado de menos pero no me he sentido tan solo. Yo…

    - ¿Le quieres?

    - Le amo.- Respondió Misaki y Manami le sonrió.

    - ¿Y él te ama?

    - Sí. ¿Recuerdas el amigo con el que voy a vivir?- Preguntó el estudiante y su cuñada asintió.- No hay tal amigo, me voy a vivir con él.

    - ¿De verdad? Sí que vais en serio…- Comentó Manami muy sorprendida.

    - Mucho. De hecho, está aquí.

    - ¿Qué?

    - No quería estar tanto tiempo separado de mí y ha venido conmigo. Se está quedando en un hotel.

    - No te creo…

    - Quiero que lo conozcas.

    - Por supuesto, tengo muchas ganas.- Asintió Manami.- ¿Se lo vas a contar a Takahiro?

    - Creo que aún no, siempre ha sido un poco celoso conmigo…

    - Tarde o temprano se lo vas a tener que contar.

    - Ya lo sé, pero todavía no.

    - Está bien.- Sonrió Manami.- ¿Me lo vas a presentar mañana?

    - Sí.

    - Tu hermano trabaja, podemos ir con Mahiro al parque a hacer un pícnic.

    - ¡Sí!- Exclamó Misaki ilusionado.- Te ayudaré a preparar la comida. Voy a avisar a Usagi-san.

    - ¿Usagi-san?

    - Yo le llamo así. En verdad se llama Akihiko, Akihiko Usami.

    - ¿Como el escritor?

    - Sí, bueno, es que es él.

    - ¿QUÉ? ¡Tengo todos sus libros!- Dijo Manami muy sorprendida.- Bueno, hasta que dejó de escribir.

    - Ha vuelto a escribir.- Comentó Misaki.- Aunque ya no novela histórica, dice que va a probar con una romántica.

    - Seguro que se inspira en ti.



    Trece días. Habían pasado trece días desde la última vez que vio a Nowaki, trece días desde aquella estúpida discusión que acabó con su relación. Hiroki finalmente firmó el contrato y en septiembre comenzaría a dar clase en la universidad. Tenía mucho trabajo por hacer, debía prepararse las clases y el curso pero le estaba costando más de lo normal.

    Instalarse en aquel piso le había servido para despejarse un poco, pero nada más acabar la mudanza volvió a pensar en Nowaki. Lo peor fue cuando se dio cuenta de que había perdido una foto de ellos dos que tenía enmarcada. Se la hicieron aquellas navidades y desde entonces la había tenido en su mesita de noche pero la perdió durante la mudanza. Estuvo dos días llorando y buscando aquella foto, pero al final desistió. Tal vez era mejor haber perdido una foto en la que salía Nowaki, así no estaría tentado a pasarse el día mirando aquella foto.

    El trabajo le ayudaba a evadirse algunos días pero no siempre, a veces el dolor de haber perdido a Nowaki era demasiado y no se sentía capaz de hacer nada que no fuera llorar a moco tendido.

    Llevaba casi cinco días sin salir de casa y no podría retrasarlo mucho más ya que la comida comenzaba a escasear. Decidió que bajaría en un momento al supermercado más cercano y luego volvería a encerrarse en su casa. Se puso el pantalón de un chándal, una camiseta vieja y una gorra para disimular lo sucio que llevaba el pelo. Sabía que llevaba unas pintas horrorosas, pero iba a ser sólo un momento y nadie iba a verle.

    Metió en el carrito lo necesario; leche, cereales, chocolate y helado. Con eso iba a poder tirar otra semana más. Se encontraba en la caja pagando cuando alguien le llamó, no necesitaba girarse para saber quién era, reconocería aquella voz en cualquier parte del mundo.

    - ¿Kamijou?

    - Kane, si algún día desaparezco espero que mi búsqueda la lideres tú.- Dijo Hiroki secamente.- No sé cómo lo haces pero siempre me encuentras.

    - Estás hecho mierda.

    - Gracias.

    - ¿Por qué llevas esa gorra? ¿Estás teniendo la crisis de los cuarenta?

    - Tengo veintiocho, imbécil.- Le dijo Hiroki cabreado.- Y si llevo la dichosa gorra es porque tengo el pelo sucio.

    - ¿Y por qué no lo lavas?- Quiso saber Kane mientras el profesor pagaba al cajero.- ¿Cuánto hace que no te duchas?

    - Pues no sé, poco. Me duché el lunes.

    - Hoy es sábado.

    - Bueno, pues ahora me ducharé.- Hiroki sólo quería volver a su piso y olvidar aquel encuentro.

    - Ya lo creo, porque con esas pintas no quiero que te vean conmigo, que me das vergüenza ajena.

    - ¿Que yo te doy vergüenza ajena a ti? ¿A ti?

    - Sí.- Asintió Kane.- Venga, vamos a tu casa, te arreglas un poco y salimos a tomar algo.

    - No, tengo muchas cosas que hacer.

    - Sí, comer helado y autocompadecerte.- Hiroki salió de aquella tienda mientras el otro le seguía.

    - No me vas a dejar en paz, ¿verdad?- Suspiró el profesor.

    - ¿Te puedo llamar Hiroki?

    - No.

    - Pero si ya no me das clase.

    - Da igual.

    - Bueno, Hiroki, te explico…

    - No, no me expliques nada.

    -…le envié el poema a Valentino junto a una fotopolla y me ha dejado en visto.

    - Normal.

    - Así que yo también he sufrido un desengaño amoroso, estamos unidos en esto, Hiroki. Deberíamos salir tú y yo de fiesta esta noche, ¿qué me dices?

    - Pues que no.

    - Venga, seguro que conseguimos comernos alguna polla.- Dijo Kane y Hiroki estuvo tentado a darle con la bolsa de la compra, pero apreciaba demasiado aquel helado.- Y si no tenemos éxito podemos liarnos entre nosotros.

    - Yo he debido de ser muy mala gente en otra vida, porque el tener que aguantarte a ti es de tener acumulado muy mal karma.

    - Hiroki.

    - Que no me llames así.- Le dijo justo cuando llegaron a su edificio.

    - ¿Sabes que hablo con Nowaki todos los días?- Hiroki paró en seco y se giró para mirarle seriamente.- Si te duchas te contaré de qué hablamos ayer.

    - Está bien. Te dejaré pasar a mi casa, pero no toques nada.- Dijo Hiroki y los dos entraron en el edificio.



    Shinobu estaba harto de la situación en su casa. Su hermana ya de por sí era un ser insufrible pero con el tema de la boda la cosa había ido a peor. Quedaba mes y medio para el dicho evento y Shinobu jamás había deseado tanto que se inundara un salón de bodas o que al menos quebrara la compañía. Cualquier cosa con tal de que se anulara aquella boda.

    Miyagi tampoco estaba entusiasmado con aquello, solía decirle que preferiría hacerse una colonoscopia a asistir a otra boda de Risako.

    Miyagi no había ido a verle desde que comenzaron las vacaciones, lo cual ponía de peor humor a Shinobu. De sus amigos el único que estaba en Tokio era Kane y solamente se habían visto un par de veces. Se encontraba aburrido de estar en casa y encima soportando a su hermana y a su futuro cuñado, a quien su padre y él llamaban "el caprichos", pues era de las personas más mimadas que habían conocido.

    Shinobu le pedía poco a la vida, simplemente que la boda no tuviera lugar o que, en el caso de que finalmente se casaran, que no le dieran ningún sobrino, porque conociendo a su hermana seguro que le hacía padrino de aquella criatura y eso era lo último que él quería.

    Se pasó toda la mañana encerrado en su habitación intentando llamar a Miyagi, quien no daba señales de vida. Finalmente, ya después de comer, Miyagi se dignó a responder sus llamadas.

    - ¿Ha muerto alguien?- Dijo Miyagi a modo de saludo.

    - No.

    - ¿Entonces por qué tengo veinticuatro llamadas tuyas?

    - Porque mi existencia es un asco sin ti.

    - ¿Qué ha hecho tu hermana ahora?- Preguntó el profesor suspirando

    - Lo de siempre, no para de hablar de su estúpida boda.

    - Joder, a ver si pasa ya de una vez...

    - He estado pensando y ya sé cómo podemos escaquearnos.

    - ¿Cómo?

    - Fingiendo un infarto.- Respondió Shinobu.- Tú ya tienes una edad, por lo que será muy creíble.

    - Eso me libra de ir a mí pero no a ti.

    - ¿Cómo que no? Alguien tendrá que cuidar de ti.

    - Si no vas a esa boda, tu hermana me mata y sirve mis restos como canapé en el banquete.

    - Miyagi.

    - ¿Qué?

    - Te echo de menos.- Miyagi sonrió.

    - Yo a ti también, mocoso.

    - ¿Entonces por qué no vienes a verme?

    - Porque no quiero ver a tu hermana y a su novio.

    - Te debería dar igual, a no ser que aún sientas cosas por ella...

    - No siento nada por ella, Shinobu-chin.

    - Entonces ven.

    - Es mejor que no, es incómodo.

    - ¿Puedo ir yo a tu casa? Quiero quedarme unos días.

    - Shinobu-chin, no quiero levantar sospechas.

    - Nadie sospecha nada, ni siquiera mis amigos

    - Cuando seas mayor de edad te prometo que se lo contaremos a todo el mundo.

    - Quiero eso por escrito. Quedan cinco meses.- Dijo Shinobu suspirando.- También quiero que pongas por escrito que en cinco meses me vas a follar.

    - Qué salido estás, ¿es que no sabes pensar en otra cosa?

    - No. Además, seguro que tú también tienes ganas.

    - Claro que tengo ganas.

    - ¿Y por qué esperar tanto? Ven y empótrame.

    - Bueno, Shinobu-chin, tengo que colgar.

    - Cobarde.

    - Ya hablamos esta noche.

    - Esta noche saldré a cenar con Kane.- Dijo Shinobu.

    - De acuerdo. No vuelvas muy tarde y mándame un mensaje cuando vayas a dormir.

    - Está bien. Hasta luego, Miyagi.- Shinobu colgó sin saber que aquella noche no dormiría en su cama.



    Hiroki se duchó y aseó en tiempo récord, quería saber cómo estaba Nowaki y de qué había hablado con Kane. Lo cierto era que le mosqueaba un poco que esos dos hablaran, no estaba celoso pero Kane era un saco de hormonas que siempre había tenido cierta fascinación por Nowaki.

    Salió del baño y se encontró con Kane tumbado en el sofá viendo la tele.

    - Te has tomado al pie de la letra lo de como si estuvieras en tu casa.- Comentó Hiroki mientras se secaba el pelo con una toalla.

    - Tienes que ver esto, es un programa de citas. Va gente desesperada y sola.- Dijo Kane sonriendo para cambiar repentinamente de expresión y ponerse serio.- Oye, ¿por qué no te presentas?

    - Porque tengo dignidad, dudo mucho que ese término te suene.- Le dijo el profesor.- Ya me he duchado, cuéntame lo de Nowaki.

    - ¿El qué?

    - Me habías dicho que hablas con Nowaki.

    - Ah, sí, claro. Vamos a comer algo por ahí y te lo cuento.

    - Como al final sea mentira...

    - Que no, Hiroki, te prometo que tengo cosas que contarte de Nowaki.- Dijo Kane levantándose del sofá.- Venga, salgamos. Invitas tú, ¿no?

    - ¿Pero cómo puedes tener tanta cara?- Preguntó Hiroki mientras cogía la cartera y las llaves.

    - Hiroki.

    - Deja de llamarme así.

    - Quiero exprimir nuestra relación...

    - Pues cuidado no te la acabes cargando.

    -...que seamos como hermanos y, ¿por qué no decirlo? Hermanos que de vez en cuando mantienen relaciones sexuales.

    - Va a ser que no.

    - Bueno, pues hermanos normales. Quiero que sepas que me tienes para lo que necesites, para cualquier cosa, no importa el día ni la hora, Hiroki, yo siempre voy a estar para ti.

    - Gracias, Kane, pero yo ya tengo amigos de mi edad.

    - Usami está en EEUU, así que ahora mismo estás solísimo. Bueno, lo estabas porque ahora me tienes a mí.

    - Oh, qué dichoso me siento.- Dijo Hiroki rodando los ojos.

    - Y lo que te he dicho de que me tienes para cualquier cosa es cierto.- Le dijo Kane seriamente y cogiéndole por los hombros.- Si algún día matas a alguien y necesitas deshacerte del cadáver, yo soy tu hombre.

    - Vayamos a comer antes de que me arrepienta de salir contigo.

    Fueron a una cafetería cercana a su apartamento y se sentaron algo apartados, pues a Hiroki le daba vergüenza que Kane dijera algo poco apropiado.

    - Así que profesor universitario, tu mami estará orgullosa.- Comentó Kane cuando iban por el postre.

    - Pues sí, se puso contenta. Aunque lo que en verdad quiere es que le dé nietos.

    - Pues lo tiene jodido.- Rió Kane haciendo sonreír al mayor.- ¿Sabes que me han admitido en tu universidad?

    - ¿De verdad? ¿Qué vas a estudiar?

    - Derecho.

    - Eso es genial, así no te veré.

    - Bueno, iré a verte al despacho.

    - Ni se te ocurra.- Le dijo Hiroki tajante.- Comparto despacho con mi jefe y lo último que quiero es que me relacione contigo.

    - Lo dices como si te avergonzaras de mí.

    - Pues mira, ahora que sacas el tema...

    - Misaki también irá a esa universidad.- Le interrumpió Kane.- Estudiará economía, así que supongo que le veré casi todos los días.

    - ¿Y Fujimoto?

    - Satoru irá a otra universidad a estuadiar biología, pero si se cree que se va a librar de mí la lleva clara.

    - Eso seguro, librarse de ti es una tarea ardua.- Dijo Hiroki y, sin poder aguantar más, le hizo la pregunta.- Bueno, ¿de qué has hablado con Nowaki?

    - No te enfades pero no he hablado con él.- Hiroki le miró muy cabreado y Kane se apresuró a hablar.- Pero ahora mismo le hablaré, ¿de acuerdo? Tengo su número así que no hay problema.

    - Da igual, no es necesario que le hables.

    - Sí, he visto la decepción en tus ojos y no lo pienso permitir.- Kane sacó su móvil y comenzó a escribir.- Dime qué te parece y si te gusta se lo envío.

    - De acuerdo.

    - "Ye, Nowaki, ¿cómo te va la vida? Yo estoy bien, como siempre. Me he enterado de lo de Kamijou, lo siento, si quieres hablar ya sabes, tú siempre me has molado pero no va con segundas".

    - Quita esa parte.

    - ¿Cuál? ¿Lo de que no va con segundas?

    - No, lo de que siempre te ha molado. No quiero que le confundas.- Dijo Hiroki.

    - Madre mía, qué sensible estás.- Resopló Kane.- Voy a añadir más cosas.

    - No añadas, tú quita.

    - "No va con segundas porque me aprecio la vida. Sé que habéis roto pero como me acerque a ti, Kamijou me abrirá en canal".

    - Ni se te ocurra enviarle eso.- Le amenazó Hiroki.

    - "Podríamos quedar algún día antes de que te marches a EEUU, en plan despedida. P.D: tu ex está muy deprimido, equis de".

    - ¡Como le envíes eso...

    - Ups, le he dado a enviar.

    - ¡YO A TI TE MATO!- Hiroki cogió el servilletero para lanzárselo pero paró en seco cuando vibró el móvil del menor.- ¿Es él?

    - Sí. Sigue escribiendo.

    - ¿Pero qué te ha dicho? Ni se te ocurra decirle que estás conmigo, no quiero que piense que soy como una quinceañera a la que han plantado.

    - Te leo.

    - Sí.- Asintió Hiroki mientras su corazón palpitaba con fuerza.

    - "Hola, Kane, me alegra que me hayas hablado. Me parece genial lo de vernos antes de irme. No estoy en mi mejor momento pero sé que tú conseguirás animarme y esto tampoco va con segundas".

    - Como te acerques a él...

    - Jamás te haría eso, Hiroki, eres mi más mejor amigo.

    - ¿No eramos hermanos?

    - Somos de todo. Bueno, que no he acabado de leer lo que me ha puesto.- Dijo Kane y continuó leyendo.- "¿Lo que has dicho de Hiro-san es cierto? ¿Le has visto? Si es así, por favor, cuéntame cómo está, qué te ha dicho, qué habéis hecho… Puede parecer una tontería pero necesito saberlo. No te imaginas cuánto le echo de menos, aunque en verdad es mejor así. Él debe perseguir su sueño y yo el mío, aunque eso signifique no poder estar juntos".- Kane acabó de leer aquello en voz alta y levantó la vista para encontrarse con Hiroki llorando.- Pero no te deprimas, que esto estaba pensado para animarte.

    - Pues no ha funcionado. Por favor, pide la cuenta que quiero irme a casa.- Kane quiso discutirle, pero al verle en ese estado decidió callarse. Le acompañaría hasta su casa y, si el mayor le dejaba, se quedaría un rato con él pero después se marcharía, entendía que Hiroki necesitara sus momentos a solas.



    Era un día soleado en Nueva York, perfecto para pasarlo al aire libre. Tenían pensado hacer un pícnic en Central Park y pasar allí toda la mañana. Akihiko llegó puntual al apartamento de los Takahashi. En la puerta le esperaban Misaki y su cuñada, quien llevaba en brazos al pequeño.

    - Nee-chan, él es Akihiko, mi novio.- Le presentó Misaki algo sonrojado.- Usagi-san, ella es Manami, mi cuñada.

    - Es un placer.- Sonrió el escritor.

    - El placer es mío, me he leído todos tus libros.- Dijo Manami.- Son muy buenos.

    - Muchas gracias.

    - Y este chiquitín es mi sobrino Mahiro.- Su cuñada le entregó al pequeño y él le cogió en brazos mientras le ponía caras graciosas, haciendo reír al bebé.- ¿Quieres cogerlo, Usagi-san?

    - No, gracias, desde aquí puedo ver que es mono.- Dijo Akihiko algo incómodo. Misaki no quiso insistir y juntos fueron paseando hacia el parque, que estaba relativamente cerca de allí.

    - Me ha dicho Misaki que vais a vivir juntos.- Comentó Manami una vez estuvieron sentados en el césped.- Es un gran paso, ¿no crees?

    - Sí que lo es, pero ahora mismo no me imagino viviendo de otra forma que no sea con Misaki.- Respondió el escritor.- Me muero de ganas de volver a Tokio y empezar nuestra vida juntos.

    - Yo también tengo muchas ganas.- Asintió Misaki cogiendo la mano de su pareja. Manami les miró con ternura.

    - Me alegra oír eso. Misaki es un muchacho muy especial y se merece estar con alguien que le quiera, es genial que os hayáis conocido.

    - Quiero contárselo a Takahiro, pero he decidido que voy a hacerlo poco a poco.- Le dijo Misaki a su cuñada.- Primero le diré que me gustan los hombres, luego que tengo pareja y ya más adelante, cuando haya asimilado toda esa información, le contaré que mi novio es un famoso escritor de su edad que solía ser mi profesor.

    - Sí, mejor por dosis.- Coincidió la mujer.- Tu hermano puede llegar a ser muy posesivo contigo.

    - Me da miedo su reacción.

    - No te preocupes por eso, estoy segura de que no montará ningún drama.- Sonrió Manami.

    Pasaron el día charlando y conociéndose. Akihiko consiguió no acercarse a Mahiro, Misaki pensó que era como si el escritor le tuviera alergia al pequeño. Ya le dijo no hacía mucho que no le gustaban los niños, ¿pero llegaba hasta el punto de no querer mirar a su sobrino? Por lo visto los chiquillos no le gustaban nada de nada al escritor. Menos mal que Misaki ya había asumido que jamás tendría hijos.



    El móvil le vibró y se levantó corriendo de la cama pensando que sería Miyagi, suspiró al ver que el mensaje era de su amigo.

    "Ponte un poco putón que después de la cena salimos. Se acabaron nuestros días de solteros.

    P.D: Le he dicho a Kamijou que venga con nosotros pero me ha enviado a la mierda. Seremos tú y yo".

    Shinobu frunció el ceño, ¿tenía ropa de putón? ¿Qué clase de ropa era la de putón? De verdad que a veces era incapaz de entender a su amigo. Se duchó y se puso unos pantalones pitillo y un polo fucsia. Se despidió de sus padres y salió al encuentro de su amigo.

    Kane le estaba esperando apoyado a una farola. Llevaba un top sin mangas que dejaba ver su vientre y unos pantalones de cuero demasiado ajustados, tanto que Shinobu pensó que le tendrían que amputar las piernas.

    - ¿Por qué coño vas de niño pijo si te dije putón?- Dijo Kane cruzándose de brazos.

    - ¿Y por qué vas tú de la de Grease?

    - Según Kamijou parezco el de los Village People.- Rió Kane.- Le he enviado una foto del outfit, no esperaba que me respondiera pero lo ha hecho. El pobre sí que está jodido. Bueno, ¿vamos?

    - ¿Dónde vamos a cenar?

    - Cualquier sitio nos vale. Lo importante es, ¿dónde vamos a ir a cazar hombres?

    - Yo no quiero cazar hombres.

    - Shinobu, sé que aún eres joven, por lo que no espero que puedas seguir mi ritmo, ya que yo tengo bastante experiencia.

    - Lo has hecho sólo una vez.

    - Sí, pero ya es una más que tú.

    - ¡Y tú qué sabrás!- Exclamó Shinobu ofendido.

    - Pero no te enfades, que yo quiero ayudarte.- Le dijo Kane.- Hoy me he propuesto que comience tu despertar sexual.

    - Algo me dice que esta noche va a ser horrible.- Murmuró Shinobu.

    Cenaron en un bar del centro y de allí se fueron a la zona de discotecas. A Shinobu le preocupaba que no le dejaran entrar por ser menor de edad, pero por suerte no tuvo ningún problema. Kane le instó a beber, cosa que el más joven jamás había hecho. No bebió mucho pero comenzó a notar los efectos del alcohol.

    Comenzó a bailar con Kane, su amigo se arrimaba mucho a él ya que decía que eso ponía cachondos a los demás y que era una buena táctica para ligar. Su amigo no se equivocó, varios hombres, algunos bastante mayores, empezaron a acercarse a ellos. Kane estaba encantado con la atención, pero Shinobu se sentía mareado a causa del alcohol e incómodo con la situación.

    No supo muy bien cómo pero acabó sentado en la calle junto a la puerta del local. Kane, al no encontrarle por ninguna parte, salió para ver si estaba fuera.

    - ¿Te encuentras bien?- Le preguntó Kane arrodillándose para estar a su altura.

    - Sí, sólo necesitaba tomar el aire.- Dijo Shinobu apoyando la cabeza contra la pared y cerrando los ojos.

    - No te duermas.- Kane le dio unos golpes suaves en la mejilla.- La noche acaba de empezar.

    - Yo ya estoy cansado.

    - Venga, que ya le estaba comiendo la boca a un tío y se la he notado dura, lo tengo a huevo.- Le dijo Kane tirando de él para que se moviera.

    - Pues adelante.

    - No, no te voy a dejar solo.

    - Estoy bien.

    - Estás borracho.- Suspiró Kane.- Llamaré a un taxi y te acompañaré a tu casa. Se acabó la noche.

    - No…sigue sin mí.

    - No te preocupes, le he dado mi número.- Consiguió que se levantara y Shinobu apoyó todo su peso en su amigo.- Si no me lo follo hoy me lo follaré mañana.

    Entraron en el taxi que les llevó a la dirección que había dicho Shinobu. Kane le ayudó a bajar y a subir hasta la tercera planta, donde le había dicho que vivía.

    - Venga, abre.

    - No tengo llave.- Dijo Shinobu riendo suavemente. Kane resopló y rió también.

    - Bueno, que se joda el director.- Kane llamó repetidas veces al timbre. Se escucharon unos pasos acelerados y se abrió la puerta bruscamente. Kane se sorprendió al ver a Miyagi.- Coño, que esta no es tu casa, Shinobu.

    - Me he equivocado.- El rubio no pudo evitar reír al ver la cara del más mayor.

    - ¿Está borracho?- Miyagi miró a Kane con seriedad.

    - No, le ha sentado mal la Coca-Cola, debía de estar caducada.- Respondió.- Pero no se preocupe, que ahora mismo me lo llevo.

    - No, se quedará esta noche en mi casa.- Le dijo Miyagi.- Tú también deberías ir a la tuya, ya es muy tarde.

    - Sí, sensei.- Asintió Kane y, sin previo aviso, Shinobu se lanzó sobre Miyagi y comenzó a besarle. Kane miró la escena sorprendido.- Vaya relación más bonita tenéis, está claro que eres como un hermano para Shinobu. Lo de que te coma la boca no lo acabo de pillar, pero cada familia es un mundo.

    - Buenas noches, Kane.- Miyagi metió a Shinobu en su casa y después cerró la puerta. El rubio continuó besándolo mientras acariciaba su pecho.

    - Te deseo tanto...- Murmuró Shinobu sobre sus labios.- Fóllame.

    - Has bebido.

    - Y me han sobado otros hombres.- Miyagi le miró con el ceño fruncido.- Desconocidos me han tocado en sitios que tú no te atreves a tocar… y me he puesto cachondo pensando que eran tus manos.

    - Jamás vuelvas a dejar que nadie te toque.- Le dijo Miyagi.- Jamás.

    - ¿Por qué? Ya que tú no lo haces…

    - Shinobu-chin, no me hagas sufrir.

    - Eres tú quien me hace sufrir.- Le dijo Shinobu.

    - Estás siendo un inmaduro, será mejor que te vayas a la cama.

    - Oblígame.- Le susurró Shinobu al oído.- Átame al cabecero de la cama y hazme tuyo.

    - Estás cachondo porque estás borracho, a veces pasa.- Le dijo Miyagi suspirando.- Anda, acuéstate en la cama, yo dormiré en el sofá.

    Aquella noche Shinobu tampoco consiguió hacer nada con Miyagi y a la mañana siguiente, con una resaca que esperaba no volver a experimentar, le confesó a su pareja que nadie le había metido mano, que simplemente lo dijo para ver si se ponía celoso y le hacía suyo de una vez. Shinobu se sentía muy frustrado, lo que no sabía era que Miyagi estaba llegando a su límite y empezaba a sentir que no aguantaría mucho más sin tocarlo.



    Su padre le miraba con lástima pero no decía nada, desde que Hiroki y él rompieron habían sido así las cosas. Nowaki no sabía si había hecho bien, tal vez las cosas podían haber acabado de otra manera pero ya era tarde. La decisión había sido tomada, habían roto y él se iría a EEUU. Se sentía miserable, estar sin Hiroki era demasiado doloroso, se sentía muerto en vida. ¿De verdad valía la pena aquella beca? ¿Debería quedarse con su Hiro-san? No, debía irse. Era lo mejor. Él tenía unos objetivos que cumplir al igual que Hiroki tenía los suyos.

    Finalmente su padre decidió acabar con aquel silencio.

    - Ya ha pasado más de un mes y te vas en dos días, ¿piensas seguir mucho tiempo con esa cara de amargado?

    - No soy capaz de poner otra cara. La persona que más amo…

    - Sí, la persona que más amas ha elegido un camino y tú otro.- Asintió Tadao.- Duele pero te prometo que se pasará.

    - Yo no quiero que se pase. Para mí todo lo que venga de Hiro-san es un regalo, incluso el dolor.- Dijo Nowaki mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.- Si lo único que me queda de Hiro-san es sufrimiento pues bienvenido sea.

    - Hijo…

    - No voy a olvidarle jamás.

    - Eso dices ahora pero cuando conozcas a…

    - No, papá.- Negó Nowaki.- No pienso olvidarle jamás, seré siempre suyo y espero...- Le falló la voz y tuvo que reprimir el llanto.-…espero que sea feliz, muy feliz, aunque no sea conmigo.

    - ¿Por qué no vas a verle? Si tanto le quieres…

    - Es porque le quiero tanto que no voy a verle. Él debe quedarse y trabajar en la universidad, es lo que siempre ha deseado y, aunque me enfadé porque me lo ocultó, yo no soy quien para quitarle eso. No puede venir conmigo.

    - ¿Y por qué no te quedas tú?

    - Hiro-san jamás lo aceptaría… nuestra relación está destinada al fracaso.- Su padre le besó la frente mientras él se secaba las lágrimas.- Es como si me hubieran aspirado toda la felicidad.

    - No soporto oírte decir esas cosas, hijo.

    - Pues así es como me siento.- Nowaki se retiró a su habitación para acabar de recoger sus cosas y seguir llorando mientras contemplaba aquella foto que robó de la mesita de noche de Hiroki, la foto que se hicieron aquellas navidades y que tanto le gustaba.



    No supo muy bien por qué acudió al aeropuerto, tal vez era porque sentía la necesidad de despedirse de Nowaki. Quizás quería estar a buenas con él antes de que se marchara. No lo sabía con exactitud pero allí estaba, buscándole por todas partes. Divisó a Tadao y corrió hacia él.

    - Hiroki.- Exclamó el hombre sorprendido.

    - ¿Dónde está?- Consiguió preguntar ignorando el nudo que tenía en su garganta.

    - Ya ha pasado el control.- Respondió el conserje. Hiroki miró hacia el otro lado y divisó a Nowaki. El corazón de Hiroki se aceleró, había estado más de un mes sin verle. Quería abrazarle, besarle, pasar con él el resto de su vida, lo quería todo.

    El profesor se acercó lo máximo posible y, sin poder evitar llorar, comenzó a llamarle. Nowaki se giró y vio a Hiroki llorando, fue como si le apuñalaran en el corazón. Nowaki se le quedó mirando durante unos segundos también con lágrimas en los ojos, pero rápidamente le dio la espalda mientras negaba con la cabeza.

    El llanto de Hiroki se intensificó, Tadao se acercó para rodearle con sus brazos y Hiroki dio media vuelta para corresponder el abrazo. Al estar girado, Hiroki no pudo ver como Nowaki volvía la cabeza para mirarle una vez más. Lo último que vio antes de subir al avión fue a su padre consolar a su Hiro-san, una imagen con la que soñaría durante meses.


    Hola ^^
    Capítulo larguito. Espero que os guste :)
    Muchas gracias por leer.

    ¡Un abrazo!
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Que bien que Misaki haya decidido contarle a su hermano poco a poco que tiene una relación con Akihiko y van a vivir juntos, de seguro lo aceptará como Manami.
    Pobre Hiroki como está sufriendo al igual que Nowaki, espero que pronto se reconcilien.
    Kane es todo un personaje, me encanta, me divierto mucho leyendo sus ocurrencias.
    Shinobu el pobre sin conseguir por más inténtenlos que haga que Miyagi lo haga suyo.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    QUOTE (Anne onodera takano @ 20/7/2019, 10:10) 
    Me ha gustado el capítulo.
    Que bien que Misaki haya decidido contarle a su hermano poco a poco que tiene una relación con Akihiko y van a vivir juntos, de seguro lo aceptará como Manami.
    Pobre Hiroki como está sufriendo al igual que Nowaki, espero que pronto se reconcilien.
    Kane es todo un personaje, me encanta, me divierto mucho leyendo sus ocurrencias.
    Shinobu el pobre sin conseguir por más inténtenlos que haga que Miyagi lo haga suyo.
    Esperaré con ansias la conti.

    Hola ^^
    Me alegra que te haya gustado el capítulo.
    Sí, pobres egoístas, esperemos que vuelvan a estar juntos pronto...
    Kane es demasiado, pobrecito Hiroki que le toca aguantarle a todas horas jajaja
    Muchas gracias por leer y comentar :)

    ¡Un abrazo!
     
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    Capítulo 18 - Nuevo curso

    Se estaba asando de calor por culpa del traje. No solo le obligaban a asistir a aquella boda, sino que debía llevar una dichosa corbata. Shinobu quería que la tierra se le tragara. Miyagi se encontraba a su lado, también de traje y con cara de pocos amigos. Muchos de los invitados conocían al profesor y sabían que era el ex-marido de la novia, por lo que algunos le miraban con cierta lástima y otros simplemente cuchicheaban.

    La ceremonia fue eterna pero el banquete fue peor. Shinobu y Miyagi se sentaron en una mesa bastante alejada de la nupcial, a petición del estudiante, junto con unas tías lejanas del rubio y dos parejas mayores que Shinobu no conocía. Desde el momento en que se sentaron aquellas tías no pararon de hablar del valor que le había echado Miyagi al asistir. El profesor, quien estaba harto de la situación, había empezado a beber al ver que aquellas mujeres no callaban.

    - Joder, con las viejas estas.- Murmuró Shinobu.- No se atragantarán con el marisco...

    - Pues son familia tuya.- Se limitó a decir Miyagi, a quien ya empezaba a afectarle el alcohol.

    - Te aseguro que a nuestra boda no vendrán.- Dijo el rubio. Miyagi se puso en pie, tambaleándose un poco.- ¿A dónde vas?

    - Al baño.- El mayor hizo un gran esfuerzo y consiguió caminar recto. Shinobu no quería quedarse solo con aquellas mujeres, así que siguió a su novio hasta el baño.

    Cuando entró en el baño, unos brazos le cogieron y le metieron en un cubículo, dejándole contra la pared.- Shinobu-chin, qué bonito eres.

    - Madre mía, viejo, qué borracho estás.- Resopló el estudiante mientras Miyagi le repartía pequeños besos por toda la cara.

    - Te quiero, Shinobu-chin.

    - Que si, pesado, que yo a ti también.- Dijo Shinobu intentando apartar al mayor de encima de él, pero éste se acercó más a él y comenzó a besar y morderle el cuello.- ¿Qué haces? ¿Tú no ibas a mear?

    - No.- Respondió Miyagi regalándole una sonrisa que Shinobu calificaría de imbécil. El mayor continuó torturando su cuellos mientras le acariciaba el cuerpo.

    - ¿Qué te pasa? Nunca eres tan cariñoso...- Murmuró Shinobu.

    - Shinobu-chin, me gustaría que te arrodillaras.- Le susurró en la oreja.

    - ¿Que me arrodille? ¿Para qué?- Preguntó Shinobu extrañado por tal petición. Miyagi rió suavemente.

    - ¿Para qué va a ser?- Shinobu abrió los ojos como platos cuando entendió a qué se refería y no pudo evitar ponerse nervioso ya que jamás había hecho algo así.

    - ¿Estás seguro?

    - Claro, te tengo muchas ganas.- Dijo Miyagi y le besó. Shinobu enredó sus dedos en el cabello del mayor profundizando aquel beso. El profesor se apartó un poco rompiendo el beso, pero le arrimó la cintura para que notara su entrepierna.- Mira lo que has hecho, Shinobu-chin.

    - Miyagi...- Gimió suavemente al sentir la erección de su novio.

    - Dime, ¿quieres arrodillarte?- Shinobu le miró fijamente y vio en los ojos de Miyagi algo que muy pocas veces había sentido que despertaba en él; deseo. Aquella relación le frustraba porque en ocasiones sentía que el mayor no le deseaba pero al ver la manera en que lo estaba mirando, Shinobu no pudo evitar excitarse, nada le ponía más que sentir que Miyagi le deseaba.

    Sin meditarlo mucho, Shinobu se arrodilló y le desató el cinturón y desabrochó la bragueta sin perder contacto visual. Liberó la erección del mayor y comenzó a masturbarlo.- ¿Te gusta, Shinobu-chin? ¿Te gusta mi polla?- Shinobu se sonrojó ante la actitud del mayor, jamás le había dicho algo así y la verdad era que al estudiante le encantaba. Acababa de descubrir que le volvía loco que Miyagi dijera guarradas.

    - Sí que me gusta.- Respondió Shinobu y se atrevió a lamer aquel miembro, desde la base hasta la punta.

    - Shinobu-chin.- Dijo Miyagi cerrando los ojos.- Métela en la boca sin miedo.- Shinobu obedeció y atrapó el pene con su boca, metiéndolo y sacando, jugando en el glande con su lengua.- Así, así...muy bien...sí, sí...los dientes, cuidado con los dientes... así, sigue así, perfecto...- Shinobu cogió confianza al escuchar los gemidos roncos de su novio y fue metiendo el pene más hondo en su boca.- Joder, qué bien se te da...nadie diría que es tu primera vez.- El menor se sintió muy feliz al escuchar aquello, lo que más ansiaba era satisfacer a Miyagi.- Lo haces muy bien...incluso mejor que tu hermana...- Shinobu paró en seco y con lágrimas en los ojos se levantó. Miyagi le miró sorprendido sin entender qué le ocurría a su novio, quien salió del cubículo del baño sin decirle nada más.

    Shinobu se dirigió con paso firme hacia la salida, cruzándose con su padre por el camino.

    - Shinobu, ¿dónde vas?- El rubio no respondió la pregunta de su padre, continuó caminando y cuando llegó a la recepción pidió un taxi.

    Se encontraba en la calle esperando al taxi cuando sintió una presencia a su espalda, se trataba de Miyagi. El profesor llevaba la corbata aflojada, la camisa por fuera y la bragueta bajada. Shinobu intentó ignorarlo.

    -¿Nos vamos ya?- Preguntó el mayor intentando disimular la borrachera.

    -Yo sí.

    -Perfecto.- Llegó el taxi y Shinobu se subió en él. Miyagi intentó meterse también en aquel taxi pero el rubio se lo impidió.

    - Búscate otro.

    - Pero Shinobu-chin...¿qué ocurre?

    - ¡Que eres un puto insensible!- Le gritó intentando no echarse a llorar. Cerró la puerta del taxi y el conductor arrancó, dejando a un muy confundido y borracho Miyagi.



    Había pasado un mes desde que Nowaki se marchó a EEUU y Hiroki todavía no había conseguido pasar página. Seguía igual de miserable que el primer día aunque debía admitir que no se había sentido solo. Las visitas de Kane habían sido muy frecuentes, había días que incluso se quedaba a dormir. Hiroki había tenido que despejar la habitación de invitados, que era donde había dejado todos sus libros durante la mudanza, para que Kane tuviera donde dormir.

    Hiroki ya estaba yendo a la universidad a trabajar, aunque todavía faltaban dos días para que comenzaran las clases. Su rutina consistía en ir a la universidad para comenzar a prepararse las clases, volver a casa y aguantar las tonterías de Kane. Así día tras otro y sin poder quitarse de la cabeza a Nowaki.

    Se encontraba en el salón de su casa viendo la tele cuando llamaron al timbre. Se levantó suspirando y fue a abrir. Sonrió al ver que se trataba de Akihiko.

    - Veo que ya has vuelto.- Dijo Hiroki dejándole pasar.

    - Hemos llegado hace nada.- El escritor entró en la estancia y ambos se dirigieron al salón.- Misaki está en casa deshaciendo el equipaje.

    - ¿Y cómo ha ido? ¿El viaje bien?

    - Sí.- Asintió Akihiko sentándose en el sofá.- Misaki me presentó a su cuñada y a su sobrino. Ella es bastante agradable.

    - ¿Y el niño?

    - Pues un mocoso.- Respondió haciendo reír a su amigo.- ¿Tú cómo estás?

    - Bien.

    - ¿De verdad?- Preguntó Akihiko pero no dejó que respondiera ya que escuchó ruido en el baño.- ¿Y eso? ¿Estás con alguien?

    - No.- Respondió rápidamente Hiroki.- Bueno, sí, pero no es lo que tú piensas.

    - ¿Entonces quién...- Akihiko no terminó de preguntar aquello pues Kane salió del baño.

    - ¡Usami! - Exclamó el menor sonriendo.

    - No esperaba verte aquí.- Comentó el escritor.

    - Estoy ayudando a Hiroki a superar la ruptura, pero no te confundas, no follamos.

    - Lo suponía.- Sonrió el escritor.

    - Además, estoy algo nervioso por lo de empezar la universidad y estar con Hiroki me relaja, es como una pelota antiestrés.- Dijo Kane.

    - Y que eso sea de lo menos insultante que me hayas dicho...- Murmuró Hiroki.

    - Llevo ya dos noches aquí y me quedaré otras dos como mínimo.

    - ¿Y tú estás bien con eso, Hiroki?

    - ¿Por qué no iba a estarlo? Este verano he pasado más tiempo aquí que en mi casa.- Comentó Kane orgulloso.- Ahora Hiroki y yo somos mejores amigos, es como Sexo en Nueva York pero en versión masculina.

    - Y sin sexo.- Dijo Hiroki.

    - Veo que estás bien, al menos dentro de lo que cabe.- Dijo Akihiko.- No sabía si contarte esto...

    - ¿El qué?- Quiso saber Hiroki.

    - Quedé un día con Nowaki en Nueva York.

    - ¡Ese nombre en esta casa no se pronuncia!- Dijo Kane de forma dramática.- Es como Voldemort.

    - Calla.- Le dijo Hiroki.- ¿Y eso?

    - Quería hablar con él sobre ti.

    - Akihiko, no deberías meterte en mi vida amorosa.- Dijo Hiroki frunciendo el ceño.

    - Totalmente, eso no está nada bien.- Le dijo Kane.

    - Está bien, de todas formas es mejor que no lo sepas.- Dijo Akihiko poniéndose en pie.- Será mejor que me marche, no me gusta que Misaki esté solo.

    - ¡Espera!- Exclamó Hiroki.- ¿Cómo fue? ¿Qué te dijo?

    - Hiroki, no quiero darte detalles pero si yo fuera tú cogería un avión e iría a por Nowaki.

    - Fui al aeropuerto y ni se dignó a mirarme.

    - Lo sé, me lo contó.- Asintió Akihiko.- Pero él te quiere y...

    - No me interesa, Akihiko. Se ha ido y me ha dejado aquí, eso es lo único que me importa.- Dijo Hiroki tajante.

    - Entiendo como te sientes pero te aseguro que no eres el único que está sufriendo y...

    - ¿Sufriendo?- Interrumpió Kane.- Hiroki ya lo ha superado, ya hace casi tres días que no vemos ninguna comedia romántica. Y menos mal, porque como me trague alguna más de Bridget Jones me pego un tiro.

    - Kane, ¿por qué no empiezas a hacer la cena?- Propuso Hiroki y el estudiante obedeció.- Akihiko, no tengo ganas de hablar de Nowaki, de verdad. No está siendo fácil pero lo único que quiero ahora mismo es centrarme en mi carrera.

    - Muy bien, Hiroki, tú verás.- Dijo Akihiko.- Cualquier cosa que necesites ya sabes.

    - Gracias.- Hiroki le acompañó hasta la puerta y luego volvió a la cocina donde estaba Kane cocinando.- Eso huele genial.

    - Me he puesto un tutorial en Youtube.- Dijo el menor sin apartar la vista de la sarten.- Por cierto, yo también he estado hablando con Nowaki.

    - De acuerdo.

    - ¿Y ya está? ¿No vas a decir nada más?

    - ¿Qué quieres que te diga?- Le preguntó Hiroki cruzándose de brazos.

    - No sé, que no confraternice con el enemigo.

    - Nowaki no es ni el enemigo ni una mala persona.- Dijo Hiroki.- Y tenéis todo el derecho del mundo a que forme parte de vuestra vida, pero yo no quiero saber nada de él, ¿entendido?

    - Completamente.- Asintió Kane.- Me alegra oír eso, es un paso más. En nada estarás siendo empotrado por cualquier tío.

    - Cocina y calla.



    Akihiko llegó a su apartamento de mal humor, estaba preocupado por su amigo. Hiroki era una persona orgullosa y el escritor sabía que con esa actitud Nowaki y él jamás volverían a estar juntos. Nowaki tampoco ponía de su parte, estaba deprimido y completamente convencido de que estar separados era lo mejor para Hiroki. Según Akihiko esos dos eran un par de imbéciles.

    El mal humor se le esfumó nada más entrar en su casa, lo que vio le alegró el día. Misaki se encontraba con un delantal cocinando mientras escuchaba música y movía el culo siguiendo el ritmo.

    Akihiko sonrió y cual depredador se acercó a Misaki, quien estaba de espaldas a él, y rodeó su cintura con sus brazos.

    - ¡Usagi-san! - Exclamó Misaki riendo.- Me has asustado, no te he oído entrar.

    - Vamos a estrenar nuestro nidito de amor.- Le susurró Akihiko al oído.- Concretamente nuestra cocina.

    - ¿Estrenar? ¿Qué dices, Usagi-san?- Akihiko no respondió y llevó sus manos al culo de Misaki, dándole un fuerte apretón.- ¡Usagi-san, que estoy preparando la cena!

    - Eso puede esperar.- Akihiko bajó los pantalones y la ropa interior del menor de un tirón, exponiendo sus nalgas.- Baila como lo estabas haciendo, Misaki.- Dijo el escritor y le dio una palmadita en el culo.

    - No digas tonterías...- Murmuró Misaki avergonzado.

    - Quítate la camiseta pero déjate el delantal puesto.- Le dijo Akihiko mirándole con lujuria. Misaki dio media vuelta para quedar cara a cara al escritor, le miró dudoso pero obedeció, quedando completamente desnudo a excepción de aquel delantal fucsia.- Ya puedes seguir cocinando.- El escritor le sonrió y Misaki le miró confundido, creía que iban a hacerlo. Akihiko fue hasta el reproductor de música y le subió el volumen. Misaki le siguió con la mirada sin moverse.- ¿No mueves el culito?

    - Creía que...

    - ¿Qué?

    - Creía que íbamos a hacerlo.- Dijo Misaki sonrojado. Akihiko sonrió y caminó hasta él.

    - ¿Quieres hacerlo?- El menor se mordió el labio desviando la mirada, pero asintió. Akihiko puso una mano en su cuello y le acercó hasta él para besarle. Mientras se besaban, la otra mano del escritor se metió por debajo del delantal, agarrando la hombría de Misaki que empezaba a ponerse erecta.

    Las manos de Misaki se posaron en el pecho de Akihiko para quitarle lentamente la camisa, sin romper aquel beso que cada vez se hacía más intenso. El escritor masturbó sin piedad al menor, arrancándole gemidos. Rompieron aquel besó y Akihiko se lanzó a morder y lamer aquel cuello que tanto le gustaba, paró cuando algo sobre la encimera llamó su atención.

    - ¿Qué es eso?

    - ¿Eh?- Misaki tenía los ojos cerrados debido al placer que le estaba dando la mano de su amado.

    - El bote rosa.

    - Sirope de fresa… - Respondió Misaki entre jadeos.- …voy a hacer un pastel.

    - No soy muy fan de lo dulce pero hoy haré una excepción.- Comentó el escritor con una sonrisa de lado. Paró de masturbar al menor, quien soltó un gruñido como protesta y alargó la mano para coger aquel sirope.- Vaya, está fresquito. Misaki, amor mío, inclinate posando las manos sobre la encimera.

    - ¿Qué?

    - Hazme caso.- Misaki asintió nervioso y se giró dándole la espalda a su novio e hizo lo que él le había dicho.- Perfecto, pero baja un poco más.- Akihiko presionó suavemente su espalda para que Misaki se inclinara más sobre la encimera, regalándole al mayor una visión perfecta de su culo.

    Akihiko se quitó rápidamente el pantalón y los calzoncillos, dejándolos tirados por el suelo de la cocina, y abrió el bote del sirope. Vertió un poco de aquel líquido rosa sobre la espalda de Misaki, quien se movió un poco al notar lo frío que estaba. El frío no duró mucho pues la lengua de Akihiko recorrió la espalda del menor, limpiándola lentamente. El contraste entre el frío del sirope y el aliento caliente del escritor, estaba volviendo loco a Misaki y sentía que simplemente con aquel contacto se correría en cualquier momento.

    Akihiko volvió a repetir la jugada y echó de nuevo sirope por la espalda de Misaki, aunque esta vez también ensució un poco su nalga derecha. El escritor lamió todo de nuevo y, cuando llegó a su nalga, aprovechó para morderle suavemente, haciéndole gemir.

    - Cielo, abre un poco las piernas.- Le dijo Akihiko y Misaki no dudó un segundo en hacerlo. Separó las piernas dejando ver algo más su entrada. El escritor llevó su pene a la entrada humedeciéndola con su líquido preseminal. Misaki inconscientemente separó todavía más las piernas con la intención de profundizar aquel contacto, haciendo sonreír a Akihiko.- Aún no, mi amor.- El escritor se apartó un poco y con una mano, sin darle tiempo a Misaki para protestar por haber alejado su erección, separó sus nalgas y vertió una gran cantidad de sirope sobre su ano. Misaki se estremeció ante aquel contacto, iba a quejarse por el frío cuando Akihiko se arrodilló y llevó su boca a su entrada, lamiendo cualquier rastro de sirope. Metió y sacó su lengua de la entrada del menor, quien sentía que no aguantaría mucho más aquella tortura, necesitaba que se la metiera.

    - Usagi-san, ya… por favor.- Suplicó Misaki. Akihiko se puso de pie y, sin dudarlo dos veces, penetró a su novio de una sola estocada. El menor sintió una punzada de dolor que se fue rápidamente, por lo que comenzó a mover la cadera. Akihiko entendió que Misaki ya estaba listo y comenzó a embestirlo salvajemente.

    - Qué fácil ha entrado hoy.- Murmuró Akihiko sin dejar de penetrarlo. Le agarró de las caderas para hacer las estocadas más intensas. Misaki no escuchó lo que dijo, estaba demasiado ocupado gimiendo y dejándose llevar por el placer.

    Estuvieron unos minutos así y cuando finalmente terminaron, Akihiko no salió inmediatamente de él, sino que se apoyó un momento sobre su espalda agotado.

    - Pues ya está, queda inaugurada la casa.- Comentó el escritor haciendo resoplar a Misaki, quien se sentía muy pegajoso por culpa del dichoso sirope.



    El primer día del curso llegó y Hiroki ya estaba listo para su primera clase que sería con un grupo de primero. No eran alumnos de literatura, sino que era una especie de optativa que se ofrecía a diferentes grados de aquella universidad. Hiroki entró en el aula decidido, debía causar una buena impresión y al mismo tiempo hacerse respetar.

    Sin a penas mirar a sus alumnos, hizo una breve introducción de lo que sería la asignatura durante aquel curso y comenzó a dar temario. Estaba tan tranquilo explicando cuando llamaron su atención dos personas. Hiroki frunció el ceño al distinguir a esas dos personas. No se lo podía creer, no entendía qué demonios hacían esos dos ahí.

    La clase finalizó y absolutamente todos los estudiantes salieron de allí corriendo, a excepción de dos. Hiroki les esperaba junto a su mesa de brazos cruzados.

    - Esto debe de ser una broma, ¿verdad?

    - Buenos días, sensei.- Saludó Misaki.

    - Decidme que no estáis matriculados en mi asignatura…

    - Fue en la primera que me matriculé.- Dijo Kane orgulloso, Hiroki le miró con el ceño fruncido.

    - Vamos, que lo has sabido durante todo el verano.

    - Hombre, pues claro.- Asintió Kane haciendo cabrear todavía más a su profesor.

    - ¿Me estás diciendo que te has pasado todo el verano conmigo, me has contado toda tu vida pero que se te ha olvidado comentarme que estás en mi clase? ¿Es eso lo que ha ocurrido?

    - No se me ha olvidado, quería ver tu cara al vernos.

    - ¡Serás imbécil!- Exclamó Hiroki.

    - Sensei, yo quería contárselo pero Kane insistió en que se llevaría usted más alegría si era una sorpresa.- Dijo Misaki nervioso.

    - Hiroki, ¿no te alegras?

    - ¡Por supuesto que no!- Gritó el profesor.- ¡Haz el favor de cambiarte a otra asignatura!

    - ¿Eh? ¿Por qué?

    - ¡Porque eres insufrible!

    - Eso me ha ofendido, Hiroki.- Le dijo Kane.

    - ¡No me llames así!

    - Llevo todo el verano llamándote así.- Dijo Kane.- Los amigos se llaman por su nombre.

    - ¡Tú y yo no somos amigos!

    - Sé que no piensas eso de verdad, simplemente te estás dejando llevar por el enfado.

    - Kane, creo que será mejor que dejemos a Kamijou-sensei…- Comenzó a decir Misaki incómodo con la situación.

    - Hoy no vengas a mi casa, no pienso tener a un alumno viviendo conmigo.- Dijo Hiroki y sin esperar respuesta se marchó.

    - Sabía que no se lo iba a tomar bien.- Murmuró Misaki mirando por donde se había ido el profesor.

    - Nuestra primera pelea.- Suspiró Kane sonriendo.- Esta noche le propondré algo de sexo salvaje para reconciliarnos.

    - Mira que eres burro...- Dijo Misaki.- Además, no quiere que vayas más.

    - No es cierto.

    - No te va a abrir.

    - Tengo una copia de la llave.- Misaki le miró sorprendido.

    - ¿Kamijou te ha dado una copia de la llave de su piso?

    - Claro que no, se la he cogido prestada.

    - A veces me das miedo.



    Habían pasado tres días desde la boda y Miyagi todavía no había conseguido hablar con Shinobu, pues éste lo único que hacía era ignorar sus llamadas. No recordaba mucho de aquella noche, sabía que Shinobu y él habían hecho algo más de lo que deberían pero no conseguía recordar hasta donde llegaron. Lo único que sí que recordaba era a aquellas tías con las que los habían sentado. A la mañana siguiente se despertó en el suelo de la entrada de su casa, sin saber cómo había llegado hasta ahí.

    Por suerte para él, el curso acababa de empezar y Shinobu no podría alejarse mucho de él. Aquel día fue la presentación y el director hizo su anual charla en el salón de actos. Miyagi divisó entre la multitud al rubio, quien traía cara de pocos amigos.

    Al acabar el discurso del director, Miyagi consiguió abordar a Shinobu.

    - Déjame, viejo.

    - ¿Qué te pasa? Te he llamado varias veces.

    - ¿No lo sabes? ¿No recuerdas que te comí la polla?- Le preguntó Shinobu con tono cabreado.

    - No grites, no estamos solos.- Susurró Miyagi mirando a su alrededor.- Y sí que lo recuerdo, vagamente pero lo recuerdo.

    - ¿Y también recuerdas que me comparaste con mi hermana?

    - ¿Qué? No, yo no…¿eso hice?- Miyagi le miró con una mezcla de lástima y angustia.

    - Se suponía que debía ser un momento importante para nosotros y lo jodiste. Enhorabuena, imbécil.- Shinobu intentó marcharse pero Miyagi le frenó.

    - No te imaginas cuanto lo siento.- Dijo el profesor.- ¿Qué puedo hacer para solucionarlo?

    - ¿Sabes lo duro que es para mí saber que te acostabas con mi hermana?- Le dijo Shinobu y Miyagi asintió.- Era lo último que quería oír en ese momento, Miyagi.

    - Ya lo sé, Shinobu-chin, fui un idiota. Lo siento muchísimo.

    - Sentirlo no cambia el daño que me has hecho.- Shinobu le miró con enfado y se alejó de allí. Miyagi se propuso que haría cualquier cosa con tal de solucionar las cosas con su pequeño.



    La experiencia en el extranjero estaba siendo dura para Nowaki. Se sentía solo, echaba mucho de menos a Hiroki y tampoco tenía ganas de salir a relacionarse con gente. Al poco tiempo de empezar las clases descubrió que era posible hacer aquel curso de dos años en tan solo uno y se propuso lograrlo. Eso significaba tener el doble de asignaturas y muy poca gente conseguía aprobar el curso pero él no pensaba fracasar. Nowaki estaba decidido a acabar en un año para así volver a Japón antes, nada le aseguraba que Hiroki estuviera esperando por él pero debía intentarlo. Si se daba prisa tal vez las cosas con Hiroki se podían solucionar.

    Por suerte tanto Kane como Akihiko le mantenían informado de cómo le iban las cosas a Hiroki. Aquel día había dado su primera clase como profesor de universidad y se había enfadado con Kane porque éste no le había contado que estaba matriculado en su asignatura. Kane le contaba absolutamente todo y él jamás podría agradecérselo. El único consuelo que le quedaba en aquel momento era tener noticias de su Hiro-san.

    Acababa de salir de una clase cuando le vibró el teléfono, era Kane.

    "Me ha echado dos veces de su apartamento pero aquí sigo, no te preocupes que de aquí no me voy ni con agua caliente. Por cierto, me ha tirado un libro a la cabeza. Hoy no ha sido su día pero ya lleva un rato babeando el sofá. Te echa de menos."

    Junto al mensaje le había enviado una foto de Hiroki durmiendo en el sofá con la boca entreabierta. Nowaki sonrió al ver aquella fotografía. Él también le echaba de menos.

    - Hiro-san, ya queda menos para vernos.- Murmuró Nowaki llevándose el móvil a los labios para besar la foto, sin saber que faltaba mucho menos de lo que pensaba para volver a ver a su Hiro-san.

    Hola ^^
    ¿Qué tal? Espero que os haya gustado el capítulo.
    Muchas gracias por leer.

    ¡Un abrazo!
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Pobre Shinobu ser comparado con su hermana en un momento tan intimo como ese, idiota Miyagi, ahora tendrá que esforzarse mucho para conseguir el perdón de Shinobu.
    Que bueno que Misaki y Kane tienen una asignatura con Hiroki, aunque al pobre no le ha gustado mucho la idea de seguro terminará gustándole la idea.
    Jajajaja ese Kane es de verdad unico, lo adoro.
    Con ganas de leer más y más al dejarlo así con que Nowaki se encontrará muchas antes con Hiroki de lo que él creía.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Capítulo 19 - Errores

    Miyagi ya no podía más, la situación con Shinobu le estaba comenzando a afectar a la salud y debía arreglar las cosas cuanto antes. Estaba loco por aquel mocoso y no pensaba perderlo. El profesor le pidió que acudiera aquella tarde a su despacho, no tenía muchas esperanzas en que Shinobu se presentara, pero si no lo hacía iría él a buscarle a su dormitorio. Por suerte para el mayor, el rubio entró sin llamar cuando ya era casi la hora de cenar.

    - ¿Qué quieres, viejo?- Preguntó Shinobu cruzándose de brazos.

    - Aclarar las cosas, no podemos seguir así, Shinobu-chin. Sé que te hice daño pero debe de haber alguna forma…

    - Claro que la hay.

    - ¿Si? Haré lo que sea con tal de que me perdones.- Le dijo Miyagi mirándole seriamente.

    - Quiero que llames a mi hermana.- El profesor le miró extrañado.

    - ¿A tu hermana? ¿Para qué?

    - Quiero que la llames y le digas que es una zorra que te ha hecho gay.- Miyagi cerró los ojos y respiró hondo, armándose de paciencia.

    - Shinobu-chin, pídeme algo que no sea una rabieta de niño pequeño.

    - Has dicho que harías cualquier cosa.- Dijo el rubio frunciendo el ceño.- Igual es que no tienes tantas ganas de que te perdone…

    - Preferiría llevarme bien con mi cuñada.- Comentó Miyagi y el menor le miró con una sonrisa de lado.

    - ¿Tu cuñada? ¿Ya no es tu ex-mujer?

    - No, para mí ya no es nada más que tu hermana, vamos, mi cuñada.- El profesor se acercó poco a poco hacia él.- No te imaginas cuanto me odio por lo que te dije.

    - ¿Tú me quieres?- Le preguntó Shinobu.

    - Claro que te quiero.

    - Pues entonces ya está todo olvidado.- Dijo el estudiante y Miyagi le sonrió.- Eso sí, como vuelvas a hacer un comentario de ese tipo te juro que te muerdo la polla.

    - Te aseguro que no lo haré.- Miyagi puso sus manos en la cintura del menor y lo atrajo hacia él.- Me volviste loco en la boda, la chupas muy bien.

    - Me sorprende que lo recuerdes.- Murmuró Shinobu algo avergonzado.

    - Jamás olvidaría eso.- Miyagi se acercó a su oreja para susurrarle.- No he dejado de pensar en ello y ya no soy capaz de aguantar más.

    - ¿A qué te refieres?- Shinobu le miró temeroso a la vez que excitado.

    - Te deseo y me muero de ganas de acostarme contigo.- El menor no tuvo mucho tiempo para sorprenderse, pues el profesor comenzó a devorarle la boca mientras le metía mano por debajo del pantalón. Shinobu no sabía muy bien qué hacer con sus manos, no tenía claro dónde se suponía que debía colocarlas. Sentía que su corazón latía con fuerza, no podía creer que fuera a perder la virginidad.

    No supo cómo pero Miyagi había conseguido desnudarle por completo. Eso iba en serio, lo iban a hacer y Shinobu estaba comenzando a asustarse. Él deseaba hacerlo pero tenía dudas, ¿y si le dolía mucho? ¿Y si a Miyagi no le gustaba y le dejaba?

    Miyagi también se encontraba desnudo, aunque Shinobu no se dio cuenta de cuando comenzó a quitarse la ropa. El profesor le colocó suavemente sobre su escritorio y comenzó a lamer su cuello y pecho. Se encontraba jugando con sus pezones a la vez que lo masturbaba cuando la puerta del despacho se abrió. Ambos se quedaron de piedra al ver en la puerta al director del internado y padre de Shinobu, quien les miraba con perplejidad.



    Hacía tiempo que no pisaba el internado pero se había decidido a hacer aquello. Hiroki llamó a la casita en la que solía vivir Nowaki y, poco tiempo después, le abrió Tadao.

    - ¡Qué alegría!- Sonrió el conserje abrazándole.

    - Quería ver cómo estabas.- Dijo Hiroki correspondiendo el abrazo. Tadao se separó y le invitó a entrar.

    - Estoy bien. Me siento un poco solo pero hablo todas las semanas con Nowaki.- Comentó el conserje.- ¿Té?

    - Sí, por favor.- El hombre comenzó a preparar la infusión y Hiroki se sentó en la mesa de la cocina.

    - ¿Qué tal tu nuevo trabajo?

    - Genial, me gusta mucho.- Dijo el profesor.

    - ¿Y el apartamento?

    - Bien. Me preocupaba que fuera demasiado grande para mí pero la verdad es que tengo una especie de compañero de piso.

    - ¿De verdad?- Preguntó Tadao sorprendido mientras le servía el té.

    - Bueno, es más bien un okupa. Se trata de Kane, choca bastante con sus padres y está casi siempre en mi piso.- Explicó Hiroki haciendo sonreír al mayor.- Le he tenido que arreglar una habitación para que duerma ahí y no en el sofá.

    - Ese Kane es un caso.- Comentó Tadao sin borrar la sonrisa.- Me alegra saber que tienes a alguien que te hace compañía.

    - Sí, me distrae pero…

    - Pero no es Nowaki.- Hiroki asintió con una sonrisa amarga.- Por suerte el dolor no dura para siempre.

    - ¿Seguro? Este parece que no vaya a irse nunca.- Comentó Hiroki.

    - Antes de que se marchara también hablé con él acerca del dolor.- Tadao esperó a que el profesor dijera algo pero al ver que estaba mirando aquel té sin decir nada, continuó hablando.- Dijo algo como que él apreciaba todo lo que viniera de ti, incluso el dolor. Mi hijo te ama.- Hiroki sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.- Pero por desgracia no todo es blanco o negro y, a veces, creemos que estamos haciendo lo correcto y nos equivocamos. No digo que sea un error que Nowaki se haya marchado, pero sí que creo que no hizo bien al irse de aquella manera.

    - Yo...- Comenzó a decir Hiroki con un nudo en la garganta.- Yo estoy empezando a asumir que ya no estamos juntos. Hay días en que pienso que lo llevo bien, que ya lo estoy superando, pero siempre llega el momento en que me derrumbo y pienso…que no voy a volver a estar con Nowaki, ni a tocarle, ni a besarle…- Una lágrima se le escapó y el profesor la limpió rápidamente.- Ese tipo de pensamientos son los que me están matando.

    - No te imaginas lo triste que me pone saber que los dos estáis llorando por el mismo motivo a tantos kilómetros de distancia.- Tadao le cogió la mano acariciándola suavemente con el pulgar.- Hiroki, para mí eres como un hijo y es por eso que me pone muy triste verte así. Siento mucho que ambos estéis sufriendo de esta manera y sólo espero que al final todo se solucione. Creo que nada me haría más feliz que volver a veros juntos.

    - Dudo mucho que eso vaya a suceder.- Murmuró Hiroki.- Ya viste lo que pasó en el aeropuerto, no quiso ni mirarme…

    - Sí que te miró, pero tú ya no le estabas mirando.- Dijo el conserje con voz suave.- Te vio llorar abrazado a mí.

    - Pensará que soy patético.- Comentó el profesor intentando no dejarse llevar por las emociones.

    - ¿Por qué iba a pensar tal cosa? ¿Tienes idea la de veces que me ha llamado llorando por ti?- Hiroki negó mientras se levantaba.

    - Muchas gracias por el té, pero se hace tarde y será mejor que me vaya.

    - Hiroki, me alegra que hayas venido.- Sonrió el hombre.- Espero que vuelvas a visitarme pronto.

    - No te preocupes, lo haré.- Le dijo Hiroki y ambos se abrazaron. Tadao le acompañó hasta la puerta.

    - Nowaki se pondrá muy contento cuando le diga que has venido.- Comentó el conserje. Hiroki quiso decirle que no se lo contara pero en el fondo le gustaba la idea de que Nowaki supiera de él, no quería que le olvidara tan pronto. El profesor se despidió y puso rumbo a su casa.



    Shinobu no podía creerse lo que le estaba ocurriendo. Se encontraba en el despacho de su padre junto a Miyagi y el director no paraba de mirarle con cara de pocos amigos. Les había pillado en el peor momento posible. Miyagi tampoco decía nada, estaba de pie junto a él mirando a un punto fijo.

    - Shinobu.- Habló por fin su padre.- ¿Qué pretendes? ¿Es por Risako?

    - ¿Eh? No yo...- Comenzó a decir el rubio nervioso pero fue interrumpido.

    - ¡Debería darte vergüenza!- Exclamó el hombre poniéndose rojo a causa del enfado.- ¡Seducir al pobre Miyagi!

    - No, papá, nosotros…

    - ¡Esta vez te has pasado de la raya! ¡Me has decepcionado!- Gritó el director.

    - Papá, yo…

    - ¡ERES UNA DESHONRA PARA LA FAMILIA! ¡MIYAGI DEBERÍA DENUNCIARTE POR ACOSO!

    - ¡Pero si Miyagi…

    - Miyagi.- Se dirigió a él el director.- Lamento mucho el deplorable comportamiento de mi hijo. Estoy seguro de que es el culpable de toda esta situación, es un niño caprichoso y haría cualquier cosa con tal de fastidiar a su hermana. No sé qué habrá hecho para conseguir arrastrarte hasta… bueno, ya sabes, pero te aseguro que no volverá a ocurrir.- Shinobu se giró a mirar a Miyagi esperando que desmintiera todo lo dicho por su padre. El profesor le miró apenado y finalmente habló.

    - Yo lamento haberme dejado llevar, Shinobu puede llegar a ser muy persuasivo.- El rubio miró a Miyagi sorprendido y se echó a llorar muy dolido por aquello.- Pero creo que lo mejor sería restarle importancia al asunto, Shinobu se siente muy avergonzado y estoy seguro que eso es suficiente castigo.

    - No.- Negó el director.- Ha ido demasiado lejos. Este internado está hermanado con uno en Sídney y estoy seguro de que tendrán algún hueco para Shinobu.

    - ¿Qué?- Murmuró el estudiante sin parar de llorar.

    - Señor, no creo que sea necesario…

    - Miyagi, sé que tienes buena intención pero no necesito tu opinión en cuanto a la educación de mi hijo.- El profesor se calló y agachó la cabeza.

    - Papá, por favor…

    - Recoge tus cosas. Mañana te irás a Australia.

    - Señor, ¿no cree que es muy lejos? Seguro que hay algún sitio más cerca para…

    - ¿Y a ti que más te da?- Le preguntó Shinobu intentando controlar su llanto. Miyagi tuvo el impulso de abrazarle pero se contuvo ante la presencia de su ex-suegro.- Para ti mejor, ¿no? Dudo mucho que pueda seducirte desde tan lejos.

    - Shinobu-chin...- Murmuró Miyagi y los ojos se le humedecieron.

    - ¿Puedo ir a despedirme de mis amigos? Te prometo que esta noche estaré de vuelta.

    - Haz lo que quieras, pero te quiero listo mañana por la mañana.- Le dijo su padre. Shinobu salió rápidamente de allí siendo seguido por Miyagi.

    - Shinobu, por favor.- El rubio paró en seco.

    - No me esperaba esto de ti.- Le dijo claramente dolido.

    - Lo siento, pero podría ir a la cárcel. Tenía que mentir, ¿lo entiendes?

    - Entiendo que no eres el tipo de persona que creía que eras.- Dijo Shinobu.- No me mereces.

    - Shinobu-chin, yo te amo.

    - ¡Pues entra y dile eso a mi padre!- Miyagi desvió la mirada mientras las lágrimas se le escapaban.- Eres un puto cobarde.

    - No quiero que te vayas así…

    - Lamento el día en que me enamoré de ti.

    - No lo dices en serio.- Murmuró el profesor.

    - Has sido el peor error de mi vida.

    - Pues tú has sido lo mejor que me ha pasado.

    - Nadie lo diría.- Shinobu se limpió las lágrimas con la manga de su camisa y le miró seriamente.- Espero no volver a verte jamás.

    Shinobu se marchó sin decir nada más, sintiéndose la persona más miserable del mundo. Justo cuando creía que Miyagi y él lo iban a hacer… Le parecía increíble lo mucho que cambiaban las cosas de un momento a otro.



    Aquel día era su aniversario, ya había pasado un año desde el primer beso que se dieron. Misaki estaba muy ilusionado con aquella velada ya que Akihiko le había dicho que él se encargaría de todo. Se encontraba mirando su armario pensando qué ponerse cuando le vibró el móvil. Se trataba del grupo que tenía con sus amigos. Shinobu les había enviado un mensaje diciendo que había pasado algo terrible y que se verían en una hora en el apartamento del escritor.

    Misaki se asustó al leer aquello y fue al despacho de Akihiko para contarle que sus amigos llegarían en cualquier momento. El escritor no puso buena cara, le preocupaba que eso afectara a su cena de aniversario pero se calmó cuando Misaki le aseguró que eso no iba a ocurrir.

    Había pasado algo más de media hora cuando Kane llegó junto con Kamijou, quien se veía algo decaído.

    - Buenas tardes, sensei.- Sonrió Misaki mientras los dos invitados se acomodaban en el sofá.

    - Lamento venir sin avisar pero Kane no me ha dado opción.

    - Ha ido a visitar a Tadao y ahora está más deprimido.- Susurró Kane.- Me preocupa que tenga tendencias suicidas.

    - ¿Por qué susurras si te puedo oír?- Le dijo Hiroki.- Además, no estoy deprimido ni odio mi vida, simplemente quiero estar solo.

    - Pues la llevas clara.- Le dijo Kane.

    - Voy a decirle a Usagi-san que está usted aquí.

    - No, Takahashi, no le molestes si está trabajando.- Dijo el profesor.

    - Supongo que Satoru no tardará mucho en venir.-Comentó Misaki sentándose también en el sofá.

    - ¿Quién? - Preguntó Kane.

    - Satoru.

    - No me suena.- Dijo Kane negando con la cabeza.- ¿Es un nuevo amigo tuyo?

    - Pero qué dices.- Le dijo Misaki extrañado.

    - Está enfadado con Fujimoto porque no ha querido quedar con él en todo el verano.- Explicó Hiroki.- ¿Por qué demonios estoy al corriente de los dramas de unos críos?

    - Porque te han dejado.

    - ¡Kane!- Exclamó Misaki. En aquel momento salió Akihiko de su despacho.

    - Hiroki.- Dijo el escritor sorprendido.- No sabía que tú también ibas a venir.

    - Yo tampoco lo sabía.- Dijo Hiroki.

    - ¿Cómo estás? - Le preguntó Akihiko.

    - Estoy bien.

    - Sí, bien jodido.

    - ¡Kane!- Volvió a decir Misaki y llamaron a la puerta.- Debe de ser Satoru.

    - Misa-chan, no abras a desconocidos.- Misaki ignoró a su amigo y fue a abrir. Abrazó a Satoru, a quien no veía desde hacía meses.

    - Kane, ¿no piensas saludarme?- Le preguntó Satoru al ver que su amigo no hacía movimiento. El nombrado le miró de arriba a bajo y negó con la cabeza.

    - No he visto a esta persona en mi vida.- Dijo Kane cruzándose de brazos.

    - ¿Pero eres tonto o qué?- Le preguntó Satoru frunciendo el ceño.

    - No, espera, me empieza a sonar.- Murmuró Kane.- ¡Es Judas!

    - ¿Todavía sigues con eso?- Resopló Satoru.- Ya me disculpé.

    - ¿Pero qué os pasa?- Quiso saber Misaki, quien ignoraba que sus amigos se habían peleado, o al menos uno de ellos.

    - Este traidor se ha echado una novia imaginaria para no tener que verme en todo el verano.- Dijo Kane señalando al otro con el dedo.

    - No es imaginaria.- Dijo Satoru.

    - Sí, claro, como que me voy a tragar que estás saliendo con una modelo internacional.- Le dijo Kane.- Eso no se sostiene.

    - ¿Tan increíble es que una modelo se fije en mí?

    - Pues sí, es de ciencia ficción.- Asintió Kane.

    - No es por malmeter pero a mí también me cuesta creerlo.- Comentó Akihiko.

    - Sí, tú no estás a la altura de una modelo.- Dijo Kane mirándole de arriba a bajo.

    - ¡Pues es real y estamos muy enamorados!

    - No me lo creo, seguro que sigues siendo virgen.

    - Kane, te aseguro que mantengo relaciones con mi novia.

    - Claro, seguro que a tu novia la supermodelo le encanta follar con un niñato sin experiencia.

    - ¡Tú calla que sólo lo has hecho una vez!- Exclamó Satoru harto.- ¡Te gano en número de veces!

    - ¡Pues que no se te suba a la cabeza que aquí el que más ha follado es Misaki!

    - Doy fe.- Asintió Akihiko.

    - ¡Ya basta!- Exclamó Misaki.- A Shinobu le debe de haber pasado algo muy gordo y lo último que necesita ahora es llegar y encontrar a sus amigos discutiendo.

    - Misaki tiene razón.- Asintió Satoru.

    - Shinobu es como yo, nos va el drama.- Comentó Kane.- Seguro que no es para tanto.

    - No sé, me preocupa que le haya pasado algo.- Murmuró Misaki.

    - Habrá suspendido algún examen.- Dijo Hiroki con desinterés y en ese momento volvieron a llamar al timbre. Misaki corrió hacia la puerta y cuando abrió se le abalanzó Shinobu llorando.

    - Shinobu, tranquilo, respira.- Le dijo Misaki abrazándole.

    - Sí, seguro que estás haciendo un drama por nada.- Dijo Kane, quien se había acercado a ellos y había comenzado a acariciar la espalda del más joven. Shinobu negó con la cabeza sin parar de llorar.

    - Venga, vamos al sofá.- Entre Misaki y Kane le llevaron al sofá. Se quedó unos minutos sentado y llorando mientras los demás le observaban sin atreverse a decir nada.

    - Ha sido horrible.- Murmuró Shinobu.

    - ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no estás en el internado?- Preguntó Misaki con voz suave.

    - Hay algo que no os he dicho.- Dijo Shinobu sacando un pañuelo y secándose las lágrimas.- Desde hace casi un año, Miyagi y yo...- En ese momento le falló la voz y tardó un momento en serenarse.- Miyagi y yo estamos juntos...lo estábamos.- Sin poder evitarlo volvió a llorar de nuevo.

    - ¿Eh?- Murmuró Kane mientras los demás miraban a Shinobu con sorpresa.- Pero...¿eh? ¿Miyagi?

    - Sí, Miyagi.- Asintió el rubio.

    - ¿En plan pareja?- Preguntó Kane.

    - Sí.

    - Entonces aquella vez que le besaste en mi presencia, ¿era un beso de verdad?

    - ¡Que sí, Kane, que eramos novios!- Exclamó Shinobu.

    - Pensé que era un beso en plan familia, como los mafiosos.- Murmuró Kane.

    - De verdad, que cortito eres.- Le dijo Satoru.

    - Tú a callar.- Chistó Kane.

    - ¿Y qué ha pasado? ¿Por qué habéis roto?- Preguntó Misaki interrumpiendo el comienzo de una pelea entre sus dos amigos.

    - Él no quería hacer nada conmigo hasta que yo cumpliera los 18.

    - Vaya putada.- Comentó Kane.- Con lo que mola el sexo.

    - Pero si sólo lo has hecho una vez. Igual hasta lo hiciste mal.- Le pinchó Satoru.

    - ¿Quieres que llamemos a Valentino y se lo preguntas?

    - Kane, no creo que sea el momento.- Le dijo Hiroki tajante y se dirigió a Shinobu.- No quería acostarse contigo, ¿y qué más?

    - El otro día en la boda de mi hermana se emborrachó y...

    - ¿Y?- Dijeron todos a la vez.

    - Se la chupé.- Murmuró Shinobu y Kane hizo el amago de aplaudir pero la siguiente frase le hizo parar en seco.- Y me comparó con mi hermana.

    - No puede ser.- Dijo Misaki espantado.

    - Yo se la cortaba.- Dijeron Kane y Hiroki al unísono. Kane miró al profesor y le guiñó un ojo.

    - Normal que hayáis roto.- Comentó Akihiko.

    - No hemos roto por eso.- Dijo Shinobu sorprendiendo a todos.- Estuve unos días sin hablarle y hoy...hoy íbamos a hacerlo por fin pero...mi padre nos ha pillado.

    - Ese hombre debe de estar flipando con la cantidad de profesores que se lían con alumnos.- Comentó Kane

    - No, si a Miyagi no le ha dicho nada.- Las lágrimas volvieron a escapar de los ojos del menor.- Dice que yo le he seducido, que soy el culpable y que Miyagi es la víctima. Y pensé... pensé que Miyagi me defendería pero no lo ha hecho.- El llanto se intensificó dificultándole el hablar.- Le...le..le ha dado la razón.

    - Qué cabrón.

    - Kane...- Dijo Misaki.

    - Tiene razón.- Asintió Shinobu.- No se le hace eso a la persona que quieres.

    - Lo siento mucho, Shinobu.- Le dijo Misaki.- Pero sinceramente creo que estás mejor sin él, por mucho que te duela ahora.

    - Sí, no te merece si ha hecho algo así.- Le dijo Akihiko dándole una palmadita en la espalda.

    - Te mereces a alguien mejor.- Le dijo Satoru.

    - Sí, búscate a alguien que te desvirgue y que le den a Miyagi.- Dijo Kane y todos miraron a Hiroki, quien era el único que no le había dicho nada para animarle.

    - El amor es una mierda.- Dijo el profesor.- Tienes suerte de haberte dado cuenta a los dieciséis y no a los veintiocho como yo.

    - Joder, vaya ánimos...- Murmuró Akihiko mirando de reojo a su amigo.

    - En verdad he venido a despedirme. Mi padre me va a enviar mañana a Australia.

    - ¿Qué? ¿Por qué tan lejos?- Preguntó Misaki con el ceño fruncido y Shinobu se encogió de hombros.

    - No estés triste.- Le dijo Kane.- Debes enfocar la situación desde otra perspectiva. Ahora mismo crees que has perdido pero en verdad has ganado.

    - Espera que Kane acabará escribiendo un libro de autoayuda.- Rió Satoru.

    - Pues como sea como los poemas...- Comentó Hiroki.

    - Crees que has perdido un novio pero en verdad has ganado la libertad para follarte a algún surfero australiano.- Dijo Kane y Akihiko asintió.

    Estuvieron un rato consolando a Shinobu hasta que finalmente se marchó, ya que tenía mucho que preparar para irse a Australia. Cuando el rubio se fue, Akihiko se puso en pie y dio dos palmadas.

    - Venga, todo el mundo fuera de aquí.

    - ¡Usagi-san!

    - Oye, Akihiko, esas no son formas.- Le dijo Hiroki.

    - Sí, más respeto.- Dijo Kane.

    - Hoy Misaki y yo vamos a celebrar nuestro aniversario.- Dijo Akihiko.- Y tenemos mesa reservada para dentro de una hora.

    - Aún no sé qué ponerme.- Comentó Misaki.

    - ¿Quieres que te ayude?- Preguntó Kane.

    - Ni hablar, no hay tiempo para eso.- Negó el escritor.- Por favor, cerrad al salir.

    - Serás borde...- Murmuró Hiroki.

    - Venga, dejemos a los tortolitos solos.- Dijo Satoru poniéndose en pie.

    - Nowaki y yo también hubiéramos hecho un año juntos…

    - ¡Mirad lo que habéis hecho!- Exclamó Kane con el ceño fruncido.- ¡Me lo habéis deprimido más!

    - Pero si no hemos dicho nada...- Dijo Misaki.

    - ¡Le habéis restregado vuestro amor! ¿No sabéis que no hay que comer delante del hambriento?

    - Kane, estoy bien.- Dijo Hiroki.- Tan bien que me voy a mi casa.

    - Hiroki, hablamos mañana, ¿vale?- Le dijo el escritor mirándole con preocupación. El profesor asintió y se marchó sin decir nada más.

    - Tú y yo tenemos que hablar de lo mal amigo que eres.- Le dijo Kane a Satoru.

    - Ni de coña, me voy con mi novia.

    - Lo más parecido que tienes a una novia es tu mano derecha.

    Ambos amigos abandonaron el apartamento mientras seguían discutiendo. Akihiko suspiró aliviado al ver que ya se habían marchado todos y tanto él como Misaki fueron a arreglarse para la cita.

    Akihiko había reservado mesa en uno de los mejores hoteles de la ciudad. Era bastante formal y como sabía que ese tipo de cosas incomodaban a Misaki, decidió pedir mesa en un reservado donde nadie les podía ver.

    Pasaron la cena entre caricias y sonrisas, cada día que pasaba sentían que se enamoraban más. Misaki jamás había sido tan feliz como lo era con el escritor, cada vez tenía más claro que quería pasar el resto de su vida con él.

    Acabaron de cenar y salieron del comedor cogidos de la mano. Misaki pensaba que ya se marchaban a casa pero el escritor le dirigió hacia el ascensor del hotel. Cuando se cerraron las puertas del ascensor, Akihiko le sorprendió con un beso que se fue haciendo poco a poco más pasional.

    - Tenemos la suite para nosotros.- Le susurró el escritor para volver a besarle. El sonido de un timbre les indicó que habían llegado a su planta, aunque eso no hizo que se separaran, más bien al contrario. Akihiko se arrimó más a él y le aupó por el trasero, haciendo que el menor enrollara sus piernas en su cintura. Sin romper aquel beso, Akihiko le llevó hasta la habitación.

    - Parece cara.- Murmuró Misaki entre besos.

    - Calla y disfruta.- Akihiko no le soltó hasta llegar a la terraza de la suite, donde había un jacuzzi con vistas a otros rascacielos de la ciudad. El escritor bajó a su novio y comenzó a desnudarle.

    - Usagi-san, aquí no.

    - Nadie nos verá.- Le aseguró el mayor mientras le quitaba la última prenda que le quedaba. Misaki no quiso quedarse atrás y le quitó la camisa al mayor, para después desabrocharle sus pantalones. Cuando ambos estuvieron desnudos se metieron en el jacuzzi sin dejar de besarse y de acariciar el cuerpo del otro. Misaki se colocó encima del mayor, rozando con su trasero la erección de Akihiko.

    - Te amo.- Dijo el escritor agarrando su hombría y comenzando a masturbarle.

    - Yo también te amo.- Susurró Misaki en sus labios y le volvió a besar. Sus jadeos se amortiguaron en la boca del escritor, quien no paraba de masturbarle mientras con su otra mano buscaba la entrada del menor. Le introdujo un dedo que entró muy fácilmente y se atrevió a meterle otros dos. Iba haciendo círculos con sus dedos mientras Misaki acariciaba su espalda y movía las caderas en busca de sentir más aquellos dedos.

    - No me creo que seas tan precioso.- Le dijo Akihiko haciéndole sonreír. Sacó sus dedos y le penetró poco a poco, haciendo que el menor se impacientara. Misaki se movió queriendo sentir aquel miembro más adentro.- Me encanta cuando estás ansioso.- Acabó de meter su pene entero y al segundo Misaki comenzó a mover sus caderas. El agua se movía con fuerza, salpicándolos en el pecho y la cara.

    - ¡Usagi-san, más fuerte!- Gimió Misaki para luego morder el hombro de su novio. El calor comenzó a hacerse insoportable pero no les importó, el estudiante continuó cabalgando a Akihiko quien era incapaz de dejar de mirar las expresiones de placer de su novio.

    Lo hicieron una vez más en el jacuzzi y otra en el suelo de la terraza, aunque aquella última fue bastante rápida, y fueron al dormitorio a servirse dos copas de champán mientras se tumbaban abrazados en la cama.

    - Eres lo mejor que me ha pasado.- Dijo Akihiko acariciándole suavemente la mejilla.- Mi razón de ser.

    - Y tú a mí me has cambiado la vida.- Misaki dio un trago a su copa y la dejó sobre la mesita de noche para acurrucarse en el pecho del mayor.- Por favor, no me dejes nunca.

    - Jamás haría tal cosa.- El escritor le rodeó con su brazo.- Te amo.

    - Y yo a ti.- Misaki le dio un suave beso en los labios.- Feliz aniversario, Usagi-san.

    - Feliz aniversario, mi amor. El primero de muchos.



    Hiroki sentía envidia, él también quería tener una relación como la de su amigo. ¿Por qué no podía estar con Nowaki? ¿Por qué tenía que haberse marchado? ¿Por qué no le había dejado ir con él? Hiroki sentía que Nowaki le había condenado a esa vida, una vida en la que jamás conseguiría ser feliz. Hiroki odiaba sentirse así, le encantaría poder olvidarse de Nowaki, pasar página y tal vez conocer a alguien. Pero las cosas no eran tan fáciles, Hiroki era incapaz de sacarse de la cabeza a Nowaki. Le amaba y eso era algo que no se podía cambiar de la noche a la mañana.

    Llegó a su casa y, sin querer ni poder evitarlo, se echó a llorar a moco tendido. Estuvo un rato llorando en el sofá hasta que decidió darse una ducha para despejarse, no sabía si Kane iba a ir esa noche pero prefería no arriesgarse a que le encontrara en ese estado.

    Salió de la ducha algo más relajado pero sintiéndose igual de miserable. Miró la hora, ya era algo tarde y si el estudiante todavía no había llegado significaba que no iba a ir, seguro que se quedaría en casa de Satoru. Decidió coger una botella de ron, un poco de alcohol le sentaría bien. No supo cuanto tiempo estuvo bebiendo pero cuando la puerta de su apartamento se abrió, la botella ya estaba vacía.

    - Siento llegar tarde. Estaba acosando a Satoru.- Kane entró en el salón y se sorprendió al ver a su profesor algo borracho.- Hiroki, ¿estás bien?

    - Claro.- Respondió sin mirarle. Kane se sentó junto a él en el sofá.

    - ¿Quieres hablar?

    - Aún soy joven.- Dijo Hiroki arrastrando las palabras.- Y soy atractivo.

    - Sí, estás muy bueno.- Asintió Kane riendo por la actitud del mayor.

    - Puedo tener a cualquier hombre que yo quiera. Ese...mocoso no sabe lo que ha hecho... ¡Soy libre!

    - Ya veo.

    - Seguro que él se está follando a algún americano.- Murmuró Hiroki.

    - No creas.- Dijo Kane y el profesor se le quedó mirando fijamente.

    - Eres guapo.

    - Lo sé, nací con suerte.- Dijo Kane encogiéndose de hombros. Los ojos de Hiroki viajaron a la entrepierna de su alumno.

    - ¿La tienes grande?- Preguntó Hiroki seriamente y Kane soltó una carcajada.

    - Joder, sí que has bebido.- Rió Kane pero paró cuando Hiroki le besó de forma desesperada. El menor se quedó muy sorprendido pero correspondió el beso, abriendo su boca para dejar que Hiroki metiera su lengua. El beso se hizo más intenso y Hiroki se colocó a horcajadas sobre Kane, obligándole a tumbarse un poco en el sofá. El estudiante no perdió el tiempo y comenzó a manosear el culo de Hiroki sin romper aquel beso. Las manos del profesor se colaron dentro del pantalón y la ropa interior de Kane, agarrando su pene y comenzando a masturbarlo.

    Hiroki le comenzó a lamer y morder la oreja mientras Kane gemía suavemente.

    - Fóllame.- Le susurró Hiroki. Kane dudó durante un segundo. Era un hecho que Kamijou le ponía mucho pero también era cierto que apreciaba su vida y si Nowaki se enteraba de aquello le mataría de manera lenta y dolorosa. Sus dudas se despejaron cuando Hiroki rozó su erección con la suya.

    Sin pensárselo dos veces, Kane alzó al mayor por el culo, quien enredó sus piernas en la cintura de su alumno, y lo llevó hacia el dormitorio del profesor. Le tumbó sobre la cama y le quitó la ropa rápidamente, dejando al mayor completamente desnudo. Se detuvo un momento a contemplar el cuerpo de Hiroki y después se desnudó de forma ansiosa y comenzó a lamer y besar el cuerpo del mayor, quien no apartaba las manos del suyo.

    - Me gusta ser quien recibe, pero contigo haré una excepción.- Le dijo Kane sonriendo de lado mientras llevaba dos dedos a la boca del profesor, quien los lamió sin dudarlo.- Joder, cómo me pones.

    - Déjate de dedos y méteme la polla.- Dijo Hiroki después de apartar la boca de aquellos dedos. Kane sonrió al ver lo ansioso que estaba su profesor. No le hizo caso e introdujo un dedo en su entrada, al ver que entraba fácilmente metió un segundo dedo.- Métela ya.- Aquella vez sí que obedeció y le penetró de una sola estocada, quedando su pene completamente dentro.

    - Joder, Hiroki...- Murmuró Kane y comenzó con las embestidas. El profesor rodeó con sus piernas la cadera del menor, con la intención de hacer las penetraciones más profundas. Hiroki gemía y se agarraba a la espalda del estudiante clavándole las uñas, mientras que Kane atacaba el cuello del mayor dejándole marcas.

    - ¡Ahí, ahí!- Gimió Hiroki sin pudor alguno.- ¡Dios, Nowaki!

    - Con lo estrecho que estás me puedes llamar como tú quieras.- Le susurró Kane sin detener las embestidas.

    Notó como la entrada de Hiroki se contraía indicando que el fin ya estaba cerca, Kane agarró el miembro del mayor y comenzó a masturbarlo hasta que se corrió en su mano y pecho. Kane terminó dentro de él y se inclinó un poco para besarle.

    - ¿Echamos otro?- Preguntó Kane sonriendo. Hiroki no respondió.- ¿Quieres ser tú quien la meta ahora?- El profesor negó con la cabeza.- ¿Te la vuelvo a meter?- Hiroki asintió haciendo sonreír a Kane, quien le volvió a besar.- Esto es un puto sueño hecho realidad.

    - Nowaki, solía chupármela.- Comentó Hiroki con los ojos entrecerrados.

    - Tus deseos son órdenes.- Kane se colocó frente a la hombría del mayor, que volvía a estar erecta.- Hiroki, te voy a hacer una mamada con mucho amor.

    - Nowaki lo hacía con mucho amor.- Hiroki hizo el amago de echarse a llorar pero paró y comenzó a gemir moviendo las caderas cuando el otro se metió en la boca su pene. Hiroki embistió la boca de su alumno repetidas veces hasta que éste se apartó. Kane no quería que eso acabara ahí, no quería que Hiroki se volviera a correr tan pronto.

    El estudiante le dio la vuelta suavemente, dejándole boca abajo, y con cuidado posó las manos en sus caderas para alzarle el trasero. Kane le volvió a penetrar arrancándole un gemido ronco.

    - ¡Nowaki!- Kane le mordió y besó el cuello y la espalda sin parar de embestirle. El estudiante esperaba que Hiroki no hiciera mucho revuelo al día siguiente al ver las marcas que le había dejado. Poco tiempo después Kane se corrió seguido por Hiroki.- Dios, Nowaki, te amo.

    Kane salió del mayor y se colocó a un lado de la cama, atrayéndole hacia él. Hiroki se durmió sobre el pecho de Kane, quien decidió disfrutar al máximo de aquella noche, pues lo más seguro era que al día siguiente fuera hombre muerto.

    Hola ^^
    ¿Qué tal? ¿Qué os ha parecido? El capítulo es un poquito largo pero espero que os haya gustado.
    No sé si os esperabais o no lo de Kane y Hiroki... ellos os aseguro que no se lo esperaban jajajaja
    Intentaré no tardar mucho en subir el siguiente.
    Muchas gracias por leer :)

    ¡Un abrazo!
     
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    Me ha gustado el capítulo, y no se me ha hecho para nada largo.
    Pobre Shinobu, que maldito Miyagi es verdad que le causaría muchos problemas y hasta ir a la cárcel, pero podría haber hecho algo para defender a Shinobu y apoyarlo, es como dice Shinobu no lo merece, espero que si tanto lo ama como dice vaya hablar con su padre y le cuente la verdad e impida que se marche.
    Misaki y Akihiko son todo amor.
    No me esperaba esto de Hiroki y Kane, pero entre el alcohol, la desesperación, la tristeza que tiene Hiroki era normal y Kane supo aprovechar la situación, de seguro Hiroki a la mañana siguiente se arrepentirá solo espero que su relación de amistad no se vea afectada.
    Muy buen lemon.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Capítulo 20

    Despertó en su cama pero unos brazos le rodeaban, frunció el ceño y levantó la vista para encontrarse con el rostro de Kane, quien dormía con la boca abierta. Hiroki recordó perfectamente todo lo ocurrido la noche anterior, lo miserable que se había sentido y como había buscado matar sus penas con su estudiante. Se reprochó mentalmente su actitud, que no consideraba propia de un hombre de su edad, y se levantó y vistió sin apenas hacer ruido, todavía no se sentía preparado para enfrentarse a Kane.

    Salió a la cocina y, totalmente decidido, cogió todas las botellas de alcohol que tenía en casa y comenzó a vaciarlas por la pila. Estaba observando atentamente como aquel líquido desaparecía cuando sintió que unas manos se posaban en su cintura para ir lentamente hacia su culo, dándole un fuerte apretón en las nalgas. Frunció el ceño sabiendo perfectamente que se trataba de Kane.

    - Buenos días, amor mío.- Le susurró el estudiante al oído.- ¿Qué tal has dormido?

    - Este está siendo el peor día de mi vida.- Dijo Hiroki apartándole las manos de un manotazo.

    - Pero si son las siete y diez de la mañana.- El estudiante miró curioso lo que estaba haciendo el mayor.- ¿Ha llegado la ley seca?

    - Se acabó el alcohol en esta casa. No vuelvo a beber en mi vida.- Hiroki se giró a mirarle y frunció el ceño al ver que estaba completamente desnudo.- ¿PERO QUÉ DEMONIOS TE PASA? ¡VÍSTETE INMEDIATAMENTE, SO CERDO!

    - ¿Por qué? Después de lo de anoche no vas a ver nada nuevo.

    - ¡Que te vistas!- Le gritó el profesor y Kane resopló pero obedeció. Pocos minutos después volvió a la cocina donde se encontraba Hiroki preparando el desayuno.- Tenemos que hablar muy seriamente.

    - Sé lo que me vas a decir y la respuesta es sí.- Dijo Kane sonriendo.- Me encantaría ser tu novio.

    - Eres idiota.

    - Oye, no seas tan cruel. Gracias a ti he conseguido olvidar a Valentino.- Kane le cogió la mano y el profesor le miró con cara de pocos amigos.- Me he enamorado de ti, Hiroki.

    - ¿Ya has acabado de decir gilipolleces?

    - No.- Negó el estudiante sin borrar su sonrisa.- Lo de anoche fue mágico, has sido el mejor amante que he tenido y…

    - Me alegra saber que soy mejor que Fabrizio.

    - ...y siento que esto ha marcado un antes y un después en mi vida.

    - En la mía ya te digo que sí.- Dijo el profesor.- Porque después de esto ya no puedo caer más bajo.

    - No me ofendo porque sé que estás confundido, todavía tienes sentimientos hacia Nowaki pero sé que juntos podemos superar eso.

    - A ver, voy a ser lo más claro posible.- Dijo Hiroki soltando su mano.- Lo de anoche fue un error. Me acosté contigo porque fuiste quien tenía a mano pero con lo mal que me sentía conmigo mismo, me hubiera acostado con cualquiera.

    - Eso sí que me ha ofendido un poquito.

    - Yo amo a Nowaki por mucho que me pese y no puedo empezar una relación con alguien, mucho menos si ese alguien es un estudiante y ya si ese estudiante eres tú… Es que es imposible.- Dijo Hiroki.- Lo mejor será que hagamos como que esto no ha pasado.

    - Jamás voy a poder olvidar que se la he metido al gran Hiroki Kamijou. Tus gemidos y tu cara cuando...

    - ¡Pues no lo olvides pero cállate!- Exclamó Hiroki harto.- Nadie se puede enterar de esto, ¿lo entiendes? Ni tus amigos ni nadie.

    - No me puedes pedir eso, Hiroki.

    - ¡Ya lo creo que sí!

    - No, follarte es el mayor logro que voy a conseguir jamás.

    - ¡Ni se te ocurra contarlo!

    - Además, Nowaki y yo somos mejores amigos y…

    - No lo sois.

    - Yo me siento mal porque él confía en mí. Te guste o no debo contárselo.- Dijo Kane seriamente. Hiroki le miró con enfado y cogió un cuchillo y se lo puso cerca de la garganta.

    - ¡NOWAKI ES LA ÚLTIMA PERSONA QUE SE DEBE ENTERAR!- Gritó el profesor y Kane le miró asustado. Apartó el cuchillo y lo tiró encima de la encimera.- Nowaki me dejó, ya no estamos juntos por lo que no tiene sentido que lo sepa, no es como si le hubiera engañado. Cuando digo que no lo puede saber nadie es que no lo puede saber absolutamente nadie, ¿entendido? Sólo lo sabremos tú y yo.

    - Está bien, tendrás mi silencio a cambio de una mamada.- Asintió Kane y Hiroki volvió a coger el cuchillo.- ¡Era broma! ¡No diré nada!

    - Muy bien.- Dijo el profesor dejando el cuchillo.

    - Una pregunta.

    - ¿Qué?

    - ¿Qué nota me pondrías, sensei?

    - Creo que lo mejor será que te vayas de mi casa.

    - ¡No!- Negó Kane.- No volveré a mencionar la mejor noche de mi vida, te lo prometo.

    - Está bien.- Suspiró Hiroki.- Puedes quedarte.

    - Eso sí, me mataré a pajas pensando en ti.- Dijo Kane sonriendo y el mayor decidió ignorarle.- Aunque ya lo hacía de antes.

    - Estás salido.

    - ¿Con Nowaki también eras tan guarro en la cama como lo fuiste conmigo?

    - Kane, acabas de decir que no mencionarías más ese error.- Le dijo Hiroki mirándole mal.

    - ¿Y él cómo es en la cama? ¿Te dice guarradas? Bueno, decía.

    - Te estás pasando.- Le dijo el profesor tajante.- Anda, ayúdame a preparar el desayuno o llegaremos tarde a clase.

    - Lo que daría porque Nowaki me empotrara...- Murmuró Kane y Hiroki le tiró el trapo de cocina a la cara.

    - ¡A Nowaki ni te acerques!

    - Madre mía, te vendría bien aprender a controlar los celos.

    - No te imaginas el asco que te estoy cogiendo.

    - Pues ayer bien que te hice gemir.

    - Vete de mi casa.- Le dijo Hiroki seriamente.

    - No, por favor, que mis padres me odian.



    Sentía una gran presión en el pecho pero no pensaba echarse para atrás. Había decidido hacerlo aquel día, ya no era un crío y debía ser valiente. Misaki cogió el teléfono con decisión y marcó el número de su hermano, con la esperanza de que no respondiera.

    - ¡Misaki!- Exclamó Takahiro con alegría.- No esperaba hablar contigo hasta dentro de unos días.

    - Hola, nii-chan.- Saludó Misaki intentando que no le temblara la voz.- ¿Qué tal todo? ¿Manami y Mahiro están bien?

    - Sí, todo bien por aquí. ¿Tú que tal? ¿Las clases bien?

    - Muy bien, ya me estoy adaptando a la vida universitaria.

    - Me alegra oír eso. ¿Necesitas dinero?

    - No, nii-chan, no te preocupes. Ya sabes que yo a penas gasto.- Respondió Misaki.- Te he llamado porque...porque quiero contarte algo.

    - ¿Ha ocurrido algo?- Preguntó su hermano con preocupación.

    - No, simplemente quería decirte que...

    - Misaki, te noto intranquilo.

    - Sí, es que no es fácil de decir.- Dijo el estudiante con una risa nerviosa.

    - Ya sabes que puedes contarme cualquier cosa, al fin y al cabo soy tu hermano mayor.

    - Lo sé, pero...

    - ¿Pero?

    - Tu opinión me importa mucho y lo último que quiero es decepcionarte.- Misaki habló con un hilo de voz, avergonzado por el hecho de tener aquella conversación.

    - Jamás me decepcionarías.- Le dijo Takahiro con voz calmada.- Así que respira y dime lo que quieres decirme.

    - Nii-chan, soy gay.- Misaki habló con voz temblorosa y hubo un pequeño silencio tras pronunciar aquellas palabras. El castaño sentía que en cualquier momento se iba a echar a llorar. Finalmente se oyó un suspiro desde el otro lado de la línea.

    - En verdad me habías preocupado.- Murmuró Takahiro.

    - Lo siento, nii-chan.- Dijo el estudiante y sintió como una lágrima resbalaba por su mejilla.

    - No lo sientas. Estoy un poco sorprendido, eso es todo.- Dijo Takahiro y rió suavemente.- Por un momento he pensado que habías embarazado a una chica.

    - ¡Nii-chan!

    - ¿Qué? No es ninguna locura, con lo bonito que es mi hermanito seguro que todas las chicas van detrás.- Takahiro calló un breve segundo y continuó hablando.- Bueno, y los chicos también.

    - Nii-chan, me estás avergonzando.- Le dijo Misaki sonrojado pero ya más tranquilo. No tenía ni idea de cómo se lo iba a tomar su hermano, pero se alegraba de que la reacción hubiera sido buena.

    - Misaki, sólo quiero que seas feliz y que encuentres a una buena persona que te quiera, el género me da igual.

    - Gracias, nii-chan, no te imaginas lo mucho que significa para mí oírte decir eso.- Dijo Misaki y comenzó a llorar de la emoción.

    - No llores, por favor.- Le dijo Takahiro quien también se había echado a llorar.- Que si tú lloras yo lloro.

    - Eres el mejor hermano del mundo.

    - No, tú eres el mejor hermano del mundo.- Dijo Takahiro.- Te quiero mucho, Misaki.

    - Y yo a ti, nii-chan.

    - Misaki.- Dijo una voz femenina. Su cuñada le debía de haber quitado el teléfono a Takahiro.

    - Nee-chan.

    - ¿Tú también estás llorando?- Preguntó Manami suspirando.- Sois tal para cual.

    - Le he dicho que soy gay.- Le informó Misaki.

    - Muy bien, has dado un gran paso.- Le dijo la mujer.- Estoy muy orgullosa de ti.

    - Como sigamos así no voy a poder parar de llorar.

    - ¿Le has dicho ya lo otro?

    - ¿Lo de Usagi-san?

    - Sí.

    - No, he pensado que es mejor decírselo poco a poco.

    - Lo que tú consideres.- Dijo Manami.- Por cierto, ¿qué tal la convivencia?

    - Genial. Aunque Usagi-san es un poco caótico, me siento muy feliz de poder vivir con él.- Admitió Misaki limpiándose las lágrimas.- Nee-chan, siento que quiero estar a su lado para siempre.

    - Eres muy dulce, Misaki.- Dijo su cuñada riendo suavemente.- Tiene mucha suerte de haberte encontrado.

    - No, yo soy el afortunado.- Escuchó la puerta de la entrada abrirse y supo que el escritor ya había llegado.- Nee-chan, te dejo que acaba de volver Usagi-san.

    - De acuerdo, yo iré a ver si Takahiro ya se ha serenado. Adiós, Misaki.

    - Hasta pronto, nee-chan.- Misaki colgó el teléfono y bajó rápidamente a recibir a su novio.

    Akihiko sonrió al ver que la persona que más amaba corría directo hacia él. Extendió los brazos y Misaki se abalanzó sobre él, acabando en brazos del escritor.

    - ¡Se lo he dicho!- Exclamó Misaki feliz.- ¡Le he dicho que soy gay!

    - Eres muy valiente.- Dijo Akihiko y le dio un tierno beso en la boca.

    Misaki se sentía muy contento de haber sido capaz de dar aquel paso, aunque no se le quitaba de la cabeza que todavía tenía que contarle a su hermano que tenía novio y que le sacaba diez años. Le preocupaba la reacción de Takahiro. Su hermano siempre había sido muy sobreprotector con él y era probable que no le gustara que su hermano pequeño estuviera viviendo con un hombre tan mayor.

    Misaki decidió disfrutar de aquella pequeña victoria, ya se preocuparía de lo otro más adelante.



    Un coche fue a recogerle al aeropuerto y le llevó directo a su nuevo hogar. Aquel internado era distinto al que dirigía su padre, era más grande ya que se trataba de uno mixto. El director le recibió en la entrada y le enseñó todas las instalaciones. Le estuvo explicando el funcionamiento del internado pero Shinobu no le escuchaba, no paraba de pensar en cierto profesor que le había roto el corazón. Se sentía engañado, jamás hubiera pensado que Miyagi sería capaz de hacerle algo así. Creía que el profesor le quería, estaba convencido de que así era hasta lo ocurrido hacía poco más de un día. Había vivido en una mentira, su relación había sido una auténtica farsa y sentía que jamás podría recuperar la confianza que el profesor le había hecho perder.

    Llegó a su nuevo dormitorio, que también iba a ser compartido y nada más entrar le saludó un rubio de casi dos metros, quien debía ser su compañero de habitación. Shinobu forzó una sonrisa, sabía que allí iba a sentirse muy solo y no podía permitirse caerle mal a nadie.

    - Hola, soy Oliver.- Sonrió aquel chico tendiéndole la mano.

    - Shinobu. Encantado.- Dijo estrechándole la mano.

    - Bienvenido. ¿Es tu primera vez?

    - ¿Disculpa?

    - Que si es tu primera vez en Australia.

    - Sí.- Asintió Shinobu.- A mis padres no les gusta mucho viajar. Lo más lejos que he estado de Japón fue de pequeño, mi hermana me llevó con ella de viaje a China.

    - ¿Y te gustó?

    - No recuerdo mucho, yo era muy pequeño.

    - Si no es indiscreción, ¿por qué has decidido venir a estudiar aquí?

    - Es una larga historia pero necesitaba alejarme de Tokio.- Se limitó a responder Shinobu.

    - Estoy seguro de que te va a encantar esto. Todo el mundo es muy simpático, las chicas son muy guapas...

    - Soy gay.- Dijo y Oliver rió sorprendido.

    - Bueno, pues ya somos dos.- Comentó el australiano sin borrar la sonrisa.- Los sábados tenemos todo el día libre y solemos ir al centro o, si hace buen tiempo, a la playa.

    - No me digas que eres un surfista...- Dijo Shinobu riendo al recordar las palabras de Kane.

    - Sí, me encanta el surf.- Asintió su nuevo compañero.- ¿A ti te gusta?

    - Nunca lo he probado.

    - Yo te enseñaré.- Le dijo Oliver dándole un suave golpe en el brazo.

    - Bueno, voy a deshacer mi maleta.

    - ¿Necesitas ayuda?

    - No, gracias.- Respondió Shinobu y comenzó a organizar sus cosas bajo la atenta mirada del otro.

    - ¿Cuántos años tienes?

    - Dieciséis.

    - ¿Estás en tu penúltimo curso?

    - Sí.

    - Yo estoy en el último, aunque aún no tengo muy claro qué es lo que quiero estudiar.- Dijo Oliver con una sonrisa.- Por suerte aún me quedan unos meses para pensarlo.

    - Yo tampoco sé qué es lo que quiero hacer.

    - Es que somos demasiado jóvenes para una decisión tan importante.- Comentó Oliver y estuvieron un rato en silencio.- ¿Y tienes novio?

    - Haces muchas preguntas.

    - Lo siento, no quería incomodarte.- Le sonrió el alto.- Pero supongo que sí que lo tienes, alguien tan mono como tú debe de tener pareja.

    - Pues te equivocas.

    - Vaya. Bueno, no te costará nada echarte novio.- Le dijo Oliver y le guiñó un ojo.

    - No tengo tampoco mucho interés en tener novio.

    - Espero que eso cambie pronto.- El australiano se dirigió hacia la puerta.- Te dejo instalarte tranquilo. Si luego te apetece te puedo presentar a mis amigos.

    - Estoy bastante cansado así que...

    - Pues entonces mañana. ¡Hasta luego!- Sonrió antes salir.

    Shinobu se quedó mirando por donde se había ido su compañero y resopló. No era tonto, aquel chico le había tirado los tejos descaradamente. Seguro que hacía eso con todo el mundo pero él no era cualquiera y no pensaba caer en ese tipo de juegos. Oliver la llevaba clara si creía que iba a pasar algo entre ellos. Que siguiera soñando porque Shinobu no estaba dispuesto a que le volvieran a romper el corazón.



    Había pasado un mes desde aquella fatídica noche en que Hiroki se acostó con Kane. El profesor evitaba hablar del tema lo máximo posible y el estudiante parecía haber superado ya aquel enamoramiento del que hablaba. Prácticamente vivían juntos y Hiroki ya se había acostumbrado a su presencia tanto en casa como en clase.

    Aquel sábado Hiroki había estado haciendo una limpieza general de la casa, por lo que no había visto a Kane en todo el día. Siempre que el estudiante escuchaba la palabra "limpieza" desaparecía. Hiroki veía injusto que tuviera que ser él quien siempre limpiara cuando claramente estaban viviendo los dos en aquel piso, pero tenía un plan. Hiroki iba a bajarle dos puntos la nota final como castigo por no limpiar.

    Se encontraba pensando en lo caradura que era Kane cuando llamaron al timbre. Suposo que sería Akihiko, ya que de vez en cuando se acercaba a hacerle alguna visita. Sonrió al ver que se trataba de Tadao, el padre de Nowaki. Invitó al hombre a pasar y ambos se sentaron en el sofá mientras tomaban café.

    - Te me has adelantado. Pensaba ir a verte esta semana.

    - La verdad es que he venido porque ha pasado algo.- Dijo Tadao con semblante serio y Hiroki le miró muy preocupado.

    - ¿Nowaki está bien?

    - Sí, sí.- Asintió.- No es de Nowaki.

    - ¿Entonces?

    - Hiroki, me han despedido.- Respondió sorprendiendo al profesor.

    - ¿Qué? ¿Por qué? Llevas más de veinte años trabajando en el internado...

    - El director dice que van escasos de fondos y que les sale más rentable contratar a una empresa para que haga mi trabajo.- Dijo Tadao suspirando.- Me he quedado sin trabajo y sin casa.

    - No me puedo creer que te hayan echado.- Murmuró Hiroki.

    - Pues sí, lo han hecho.

    - Tadao, si necesitas cualquier cosa...

    - Me sabe fatal pedirte esto, Hiroki, pero ya sabes que no tengo familia y el internado lo era todo para mí.

    - Pídeme lo que sea.

    - No quiero preocupar a Nowaki pero sin trabajo y teniendo que buscarme mi propia casa, no voy a poder pagar su piso en Nueva York.- Dijo el hombre desviando la mirada.- La beca solamente cubre la parte de los estudios, por lo que el alojamiento corría a nuestro cargo. Él insistió en buscarse el piso más barato pero me negué, era diminuto y estaba en un barrio conflictivo.

    - Hiciste bien.

    - Y ahora no puedo pagarlo. No puedo pedirle que se mude a otro más barato, me preguntaría y tendría que decirle que me han echado.- Dijo Tadao y se le humedecieron los ojos.- Nowaki se está esforzando mucho, se ha propuesto hacer los dos cursos en solo un año y se pasa el día en clases o estudiando, no tiene tiempo para buscarse un trabajo.

    - No, no le digas nada.- Le dijo Hiroki.- Ya debe de tener muchas cosas en la cabeza.

    - Eso es lo último que quiero, ya lo está pasando bastante mal...

    - Ni te preocupes por Nowaki, yo le pagaré el alquiler.- Dijo Hiroki decidido y Tadao le abrazó.

    - Jamás podré agradecértelo.

    - Haría cualquier cosa por Nowaki.

    - ¿Después de todo?

    - Tadao, no consigo olvidarle.- Le aseguró Hiroki.

    - Aún así eres demasiado generoso.

    - No lo soy.- Negó Hiroki.- En verdad lo hago por mí, no quiero que Nowaki sufra.

    - Muchas gracias, de verdad.

    - ¿Necesitas quedarte aquí?

    - Ya estoy en un estudio.

    - ¿Un estudio?- Dijo Hiroki sorprendido.- Nowaki y tú no cabéis en un estudio...

    - No me puedo permitir nada mejor, al menos hasta que encuentre trabajo.- Explicó Tadao.- Además, Nowaki no vendrá por Navidad.

    - ¿No vendrá?

    - No, dice que está muy liado. Siento mucho no poder verle pero en verdad ahora mismo tampoco podría pagarle un billete.

    - Se lo hubiera pagado yo.

    - No, Hiroki, eso ya sería demasiado. Siento que estoy abusando de tu confianza.- Dijo el hombre y el profesor negó.

    - Para nada, me tienes para lo que necesites.

    - ¡Vilma, ya estoy en casa!- Se escuchó la voz de Kane, quien acababa de llegar.

    - Qué idiota es...- Murmuró Hiroki haciendo reír al mayor.

    - ¡Tadao! - Exclamó el estudiante cuando vio al ex-conserje.- ¿Has venido a verme?

    - A ti no quiere verte nadie.

    - Tadao, mira como me trata.- Dijo Kane señalando al profesor.- Me desprecia cuando lo único que hago es darle amor y compañía.

    - Si quisiera amor y compañía adoptaría un perro.

    - Sois como un matrimonio rancio.- Dijo Tadao riendo.

    - Tendremos que ir a terapia de parejas.

    - Sí, claro.- Resopló Hiroki.

    - Bueno, yo me marcho ya.- Dijo el hombre poniéndose en pie.- Hiroki, te prometo que te lo devolveré.

    - Ni hablar.- Negó el profesor con una sonrisa.- Ya sabes que para mí eres como un padre.

    - Entonces Nowaki sería tu hermano.- Le dijo Kane.- Incesto.

    - ¡No digas idioteces!

    - Te lo agradezco mucho, Hiroki.- Dijo Tadao y le dio un beso en la frente.

    - No hay nada que agradecer.- Dijo el profesor y acompañó al otro hasta la puerta. Volvió a la sala y se encontró a Kane, quien le miraba con una sonrisa.

    - ¿Qué? ¿Ganándote al suegro?

    - Calla.

    - ¿Quieres que te presente a mis padres?- Preguntó Kane sorprendiendo al mayor.- Lo digo porque como hemos follado...

    - ¡QUE NO SAQUES EL TEMA!

    - Hiroki, eres muy sensible.



    Miyagi llevaba semanas sin dormir bien, concretamente desde que Shinobu se marchó. Echaba muchísimo de menos a ese chico y se sentía culpable por lo ocurrido, pero en el fondo esperaba que Shinobu pudiera entenderle y perdonarle. Quizá el joven necesitaba tiempo para asimilar lo ocurrido pero Miyagi no pensaba rendirse y por eso llamaba al rubio todos los días, aunque Shinobu no le había cogido el teléfono en ninguna ocasión. Miyagi era optimista, sabía que el enfado de Shinobu se esfumaría con el tiempo y todo volvería a ser como antes. Al fin y al cabo fue Shinobu quien insistió en aquella relación, fue él quien dijo que estaba locamente enamorado del mayor, eso tenía que significar algo.

    Miyagi se cruzó por el pasillo con el director y le sonrió forzadamente. Siempre le había caído bien ese hombre, pero desde que alejó a Shinobu de él no conseguía verle con buenos ojos.

    - Miyagi, ¿qué tal todo?

    - Bien, voy ahora al despacho a seguir corrigiendo.- Respondió. Miyagi iba a continuar con su camino pero no pudo evitar hacer la pregunta.- ¿Cómo está Shinobu? ¿Se ha adaptado bien?

    - Su madre dice que sí, que ya ha hecho amigos y todo.- Dijo el director suspirando.- Pero yo no he hablado con él, no me dirige la palabra.

    - A mí tampoco...

    - Es mejor así, no quiero que siga molestándote.- Dijo tajante.- Ha abusado de ti y de tu confianza.

    - Eso no es cierto.- Negó Miyagi cabizbajo pero el otro le ignoró.

    - Nos vemos, tengo ahora una reunión.

    Miyagi se quedó en aquel pasillo pensando en su pobre Shinobu-chin, seguro que se sentía muy solo y triste. Era un muchacho muy sensible y estaba convencido de que Shinobu debía pasarse las noches llorando por él, tal y como Miyagi hacía por Shinobu.



    Aquel sábado fueron a la playa. Desde el primer momento se había hecho muy amigo de Oliver y pasaban prácticamente todo el tiempo juntos, lo que le ayudaba a no pensar en quien consideraba que era el mayor traidor de la historia de la humanidad; Miyagi.

    Oliver, tres chicos más del internado y él, fueron por la mañana a surfear. Su compañero de dormitorio había intentado enseñarle pero Shinobu sabía reconocer cuando era un negado para algo y estaba claro que no había nacido para el surf. Shinobu decidió no volver a intentarlo nunca más, pero aun así seguía yendo con aquellos chicos a la playa. Le gustaba verles surfear y, cuando ya estaban cansados, solían ir a comer a algún sitio. Shinobu se lo pasaba muy bien con aquellos chicos aunque de vez en cuando no podía evitar echar de menos a sus amigos de Japón.

    - Jack dice que vendrá su hermana, a mí no me importa pero Will se estaba quejando porque dice que es muy pesada.- Dijo Oliver. Los dos iban caminando de vuelta al internado mientras que los otros dos habían decidido ir a hacer algunas compras.- Pero es normal, es decir, la chiquilla tiene diez años, ¿no crees?

    - Supongo que sí.- Asintió Shinobu.

    - Tú vendrás, ¿no?

    - No, pasaré las navidades en Tokio.

    - Creía que no querías ir.

    - Ya, pero mi madre se ha puesto muy pesada.- Suspiró el menor.- Y la verdad es que me apetece ver a mis amigos.

    - No será lo mismo sin ti.- Le dijo Oliver sonriendo de lado.

    - No exageres.- Dijo Shinobu algo sonrojado.

    - Te echaremos de menos, sobre todo yo.- Le dijo el alto sabiendo que aquello avergonzaba a su amigo.

    - ¡No mientas!- Exclamó Shinobu sin conseguir parar aquel sonrojo.- Además, solo serán dos semanas.

    - Demasiado tiempo sin ti.- Continuó molestándole el australiano.

    - Cállate.- Dijo haciendo reír al otro.

    - Eres adorable.

    - Y tú un idiota.



    Octubre ya estaba llegando a su fin y Misaki no quería dejar pasar más tiempo, necesitaba contarle a su hermano que tenía pareja y que era muy feliz con él. Decidió que lo mejor sería hacerlo a través de una videollamada. Había quedado aquel día con su hermano, así que se encerró en su habitación para tener más intimidad. Akihiko le había insistido en participar en aquella videollamada pero Misaki consideraba que era mejor hacer la presentación formal en persona. De momento aquel día le diría que tenía novio y, si no se ponía en plan protector, le daría más detalles.

    Nada más encender el ordenador, ya tenía varias llamadas de su hermano, quien era un impaciente. Sin esperar ni un minuto más, llamó a Takahiro. Aceptó la llamada de inmediato y un muy sonriente Takahiro apareció en la pantalla.

    - ¡Misaki!

    - Nii-chan, me alegro de verte.- Dijo el estudiante devolviendo la sonrisa.

    - Estoy contando los días para verte.- Le dijo su hermano.

    - Yo también tengo muchas ganas, nii-chan. ¿Cómo está mi sobrino?

    - Cada vez habla más.- Respondió Takahiro riendo.- Me recuerda tanto a ti cuando eras pequeño, es tan bonito...

    - Nii-chan, hay algo que quiero decirte.- Misaki decidió ir al grano antes de que su hermano comenzara a divagar. Estaba nervioso pero no tanto como la otra vez, se sentía más seguro tras ver que a su hermano no le importaba su orientación sexual.

    - ¿Es bueno o malo?

    - Yo creo que es bueno.- Respondió Misaki algo sonrojado.- Muy bueno.

    - ¿Tienes novio?- Preguntó el mayor sorprendiendo a su hermano pequeño. Misaki se sonrojó todavía más haciendo reír a Takahiro.

    - ¿Cómo lo has sabido, nii-chan?

    - Porque tienes la cara roja.

    - No te burles...

    - No me burlo.- Negó Takahiro.- Bueno, cuéntame. ¿Cómo es él? ¿Dónde os conocisteis? ¿Desde cuándo estáis juntos?¿Qué estudia? ¿Tiene...

    - ¡Nii-chan, calma!

    - Lo siento, Misaki, es que necesito saberlo todo.

    - Bueno, pues se llama Akihiko pero yo le llamo Usagi-san.- Comenzó a decir Misaki con cierta vergüenza mientras que su hermano le escuchaba atentamente.- Es muy inteligente, divertido, cariñoso, sensible...

    - Suena como el chico perfecto.- Bromeó Takahiro y Misaki negó con la cabeza.

    - De perfecto nada, tiene muchos defectos pero no me importan, yo le quiero igual.

    - ¡Mi hermanito se ha enamorado!

    - ¡Nii-chan, no digas cosas vergonzosas!

    - Eres tú quien está diciendo cosas vergonzosas.- Rió Takahiro.- Venga, cuéntame más cosas de él.

    - Llevamos un año juntos.

    - ¿QUÉ?- Exclamó su hermano sorprendido.- ¿Y me lo dices ahora?

    - Bueno, es que...

    - Misaki, necesito saber ese tipo de cosas.- Le dijo Takahiro seriamente.- No me gusta que me ocultes cosas de tu vida. Eres mi hermanito y quiero saberlo todo acerca de ti.

    - Lo sé, nii-chan, pero no ha sido fácil. De haber sido una chica...

    - Ya te dije que a mí eso me da igual.- Suspiró Takahiro.- Bueno, pues si lleváis juntos tanto tiempo me lo tendrás que presentar, ¿no crees?

    - Sí, aunque viviendo tan lejos...

    - Que venga a pasar las navidades con nosotros.

    - No creo que sea posible, tiene mucho trabajo.

    - ¿Trabaja?

    - Sí, es escritor.

    - Qué chico tan impresionante.- Comentó Takahiro.

    - Por cierto, es mi compañero de piso.- Takahiro le miró con el ceño fruncido.

    - ¿Vives con tu novio?

    - Sí...

    - Pero no dormís juntos, ¿verdad?

    - Claro que no, nii-chan.- Mintió Misaki riendo con nerviosismo. Cualquier otra persona no le hubiera creído pero se trataba de Takahiro.

    - Entonces no hay problema.- Dijo su hermano volviendo a sonreír.

    - Me tengo que ir ya. ¡Nos vemos!- Misaki colgó y apagó el ordenador lo más rápido que le fue posible. No quería que su hermano continuara haciéndole preguntas sobre Akihiko.

    Bajó a la sala donde se encontraba el escritor viendo la tele. Akihiko le indicó que se sentara a su lado y el estudiante se dejó caer en el sofá suspirando.

    - ¿Ha ido bien?

    - Sí, aunque no le ha hecho mucha gracia que vivamos juntos. Le he dicho que dormimos separados.- El escritor rió al escuchar aquello.

    - Qué tontería, como si pudiera resistirme a tus encantos.- Dijo el mayor acariciándole una pierna.

    - No le he dicho tu edad ni que eras mi profesor.- Le dijo Misaki. Akihiko fue a decirle algo pero calló al ver algo en la tele que le llamó la atención.

    - Misaki, ¿qué demonios hace Satoru en la tele?

    - ¿Qué?- Misaki miró la tele muy sorprendido. Su amigo salía cogido de la mano de una chica, quien llevaba gafas de sol e intentaba no hacer contacto visual con los reporteros. Misaki se quedó embobado mirando a Satoru salir en un programa del corazón.



    Hiroki llegó a su piso y se encontró con Kane tumbado en el suelo mirando al techo fijamente.

    - ¿Qué haces?

    - Me siento mal conmigo mismo.

    - Vale.- Dijo Hiroki y se dirigió a su habitación con la intención de leer un rato. No había ni cogido el libro cuando Kane abrió la puerta.

    - Mi existencia me pesa.

    - Pues muy bien. Cierra al salir.

    - Hiroki, estoy sufriendo.- El profesor suspiró cansado.

    - A ver, ¿qué te pasa ahora?

    - En verdad es culpa tuya.- Le dijo Kane haciendo que Hiroki le mirara con enfado.- Fuiste tú quien me sedujo

    - ¿Disculpa?

    - Por tu culpa he traicionado la confianza de Nowaki, no sé ni cómo soy capaz de hablar con él a diario.- Dijo Kane.- Soy un monstruo.

    - No digas idioteces. Yo no te obligué a hacer nada.

    - Hiroki, espero que puedas perdonarme pero se lo voy a contar a Nowaki.- Kane dio media vuelta y se fue. Hiroki tardó un segundo en ir detrás de él corriendo. Se alarmó al ver que Kane tenía su móvil pegado a la oreja.

    - ¡Ni se te ocurra!- Le gritó Hiroki. Kane se puso a correr en círculos alrededor del sofá mientras era perseguido por su profesor.

    - ¡Nowaki! Necesito contarte algo.

    - Kane, ¿qué ocurre? Te noto alterado.- Dijo Nowaki al otro lado de la línea.

    - Como se lo cuentes...

    - Es sobre Hiroki.- Kane hablaba sin parar de correr mientras el mayor intentaba atraparlo.

    - ¿Le ha ocurrido algo?- Preguntó Nowaki con tono preocupado.

    - La verdad es que sí.

    - ¿El qué?

    - Si se lo dices te juro que te echo de casa.- Le amenazó Hiroki y Kane puso cara de susto.

    - ¡Tiene diarrea! Una muy fuerte, es horrible, es como una manguera de bomberos.- Dijo Kane rápidamente y Hiroki paró en seco. El mayor quiso que la tierra se abriera y se lo tragara, ¿por qué el anormal de Kane tenía que haber dicho algo tan vergonzoso?

    - Pobre Hiro-san, ¿ha ido al médico?- Quiso saber Nowaki.

    - Sí y creo que ya está mucho mejor. Bueno, ya hablamos.- Kane colgó rápidamente y se giró a mirar a su profesor.- Hiroki, ¿te encuentras bien? Estás pálido.

    - Eres, sin lugar a duda, lo peor que me ha pasado en la vida.

    - Pero si al final no se lo he dicho.

    - ¡Pero has dicho eso tan vergonzoso!- Le gritó Hiroki con la cara completamente roja, tanto por la vergüenza como por el cabreo.

    - ¿Por qué te molesta tanto? Es Nowaki.

    - ¡Por eso mismo!

    - No te entiendo.- Suspiró Kane.- ¿No tienes confianza con Nowaki?

    - ¡No sobre esas cosas!

    - Normal que hayáis roto.- Hiroki le miró furioso pero no le dio tiempo a decir nada, pues el móvil de Kane comenzó a vibrar.

    - ¡Misa-chan!- Exclamó Kane sonriendo.- ¿La tele? ¿Para qué?- El estudiante cogió el mando de la tele y la encendió para poner el canal que le había dicho su amigo.- ¡Coño, Saturo en prime time!

    - Yo ya lo he visto todo en esta vida.- Murmuró Hiroki sin apartar la vista de la tele.

    - ¡Pero es imposible!¡Sigo sin creerme que Satoru esté con una modelo!

    - Igual tiene algún problema la chica.- Comentó el profesor y en aquel momento fue su móvil el que empezó a sonar. Sintió como el corazón le latía con fuerza cuando vio el nombre de Nowaki en la pantalla.- ¡Es Nowaki!

    - Se habrá equivocado.- Murmuró Kane. Hiroki le ignoró y se fue rápidamente a su dormitorio.- ¡Pero no te encierres que quiero enterarme!

    - ¿Hola?

    - Hiro-san, me alegra oír tu voz.- Oyó que decía el futuro médico con voz amable.

    - Nowaki, qué sorpresa. ¿Qué tal todo?

    - Bien. Me ha dicho Kane que estás un poco indispuesto.- Hiroki cerró los ojos controlando las ganas de matar a su estudiante.

    - No le hagas caso, es un exagerado.

    - ¿De verdad?

    - Sí, simplemente me dolía un poco la tripa y ya está.

    - Menos mal, estaba preocupado.- Rió suavemente Nowaki y el profesor se sentó en su cama.- ¿Y qué tal tu nuevo trabajo?

    - Muy exigente pero la verdad es que me encanta.- Respondió Hiroki.- La única pega es que Kane es mi alumno.

    - Sí, me lo dijo cuando se matriculó. También me ha dicho que estáis viviendo juntos.

    - Bueno, no sabría definirlo. En verdad me lo crucé un día en el super este verano y desde entonces no he podido quitármelo de encima.- Dijo Hiroki.

    - ¿Y qué tal es la convivencia?

    - Tiene sus momentos, a veces le estrangularía pero no me quejo, en verdad si no fuera por él me sentiría muy solo.

    - Me ha dicho mi padre que os veis con frecuencia.

    - Sí, quedamos de vez en cuando.

    - Te lo agradezco mucho, él también se siente solo.

    - No tienes que agradecerme nada, ya sabes lo mucho que aprecio a mi padre.- Dijo Hiroki.- Bueno, cuéntame, ¿cómo es la vida neoyorkina?

    - No creas que tengo mucha vida.- Respondió riendo suavemente. Hiroki deseó que ese momento no acabara nunca, habían pasado meses desde la última vez que habló con él y le había echado mucho de menos.- Lo único que hago es estudiar.

    - Tu padre me ha dicho que quieres hacer el curso en tan solo un año. ¿Por qué, Nowaki?

    - Porque me muero de ganas de volver a Japón.

    - ¿No estás a gusto allá?

    - No es eso, Hiro-san.

    - ¿Entonces?

    - Tengo a lo que más quiero en Japón.- Respondió Nowaki y Hiroki no supo muy bien cómo interpretarlo, pero decidió no insistir más en el tema. Estuvieron hablando casi una hora hasta que finalmente Nowaki se tuvo que marchar.

    - Me alegra haber hablado contigo.- Le confesó Hiroki haciendo sonreír al menor.

    - Yo también, Hiro-san.

    - Echaba de menos…

    - ¿El qué, Hiro-san?

    - Que me llamaras Hiro-san. Eres el único que me llama así.

    - Pues te volveré a llamar pronto y diré tu nombre hasta gastarlo.- Hiroki no supo muy bien por qué pero se sonrojó al escuchar aquello.

    - Hasta pronto, Nowaki.

    - Adiós, Hiro-san.- Ambos colgaron quedándose con las ganas de decirle al otro lo mucho que lo quería pero sentían que aquel día habían dado un gran paso.

    Hola ^^
    ¿Qué tal? Espero que os haya gustado. Es posible que tarde un poco en subir el siguiente capítulo porque ando un poco liada pero intentaré que no sea mucho tiempo.
    Muchas gracias por leer.

    ¡Un abrazo!
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Que bien que Takahiro se haya tomado bien que Misaki sea gay y tenga novio, esperemos que reaccione así de bien cuando se entere que es mayor por diez años y fue su maestro.
    Idiota Miyagi Shinobu debería llevar a Oliver para Navidad así se espabila y reacciona y le cuenta todo al padre de Shinobu y hace todo lo posible porque Shinobu lo perdone y sean pareja.
    Que bien que Hiroki y Nowaki han podido hablar tranquilamente, espero que pronto puedan arreglarse y volver a ser pareja.
    Tranquila actualiza cuando puedas y tengas tiempo, aquí estaré esperando para leerte.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Capítulo 21

    Diciembre llegó más rápido de lo esperado y cada vez estaban más cerca las vacaciones de navidad. Hiroki no tenía nada especial planeado para esas fechas, iría a casa de sus padres como hacía todos los años y adelantaría algo de trabajo.

    Hiroki ya no se encontraba tan deprimido, pero tampoco se podía decir que fuera feliz. Desde aquella vez hablaba un par de veces por semana con Nowaki, pero las cosas seguían igual. No eran pareja, ni siquiera habían hablado de lo ocurrido, era un tema que ninguno de los dos se atrevía a sacar por miedo a enfadar al otro. Se podría decir que simplemente eran amigos y, aunque eso alegraba mucho al profesor, no le parecía suficiente.

    - Está todo muy bonito. Prácticamente todas las calles tienen adornos de navidad, al menos las más transitadas.- Le dijo Nowaki con una sonrisa. Normalmente hablaban por teléfono pero de vez en cuando hacían videollamadas como era el caso de aquel día.- ¿Por ahí también han puesto adornos?

    - Sí, lo mismo de todos los años.- Asintió Hiroki.- Aquí nunca cambian.

    - Es una lástima que no pueda ir…

    - La verdad es que sí, tengo muchas ganas de verte… Es decir, todos tenemos ganas de verte.- Dijo Hiroki poniéndose nervioso.- Sobre todo tu padre.

    - Me ha dicho que le has conseguido un trabajo nuevo.

    - Sí, empezará en enero. Será el nuevo bedel de la universidad.

    - La verdad es que me sorprendió, sé lo mucho que le gustaba el internado.- Comentó Nowaki.- Jamás pensé que lo dejaría.

    - En el internado tenía que trabajar mucho y ahora será mucho menos trabajo por un sueldo muy similar.- Dijo el profesor.- Yo creo que estará mejor.

    - Supongo que sí.- Suspiró el menor.- ¿Y cuáles son tus planes para estas navidades?

    - Akihiko y yo iremos a casa de mis padres.

    - ¿Y Misaki?

    - Pasará las navidades en Nueva York.

    - Es cierto, su hermano vive aquí.- Dijo Nowaki.- Le hablaré para que nos veamos algún día.

    - Claro, seguro que se pone muy contento.- Sonrió Hiroki sin poder evitar sentir cierta envidia de Misaki, él también quería ver a Nowaki. En aquel momento escuchó la puerta de la entrada abrirse.- Creo que acaba de llegar Kane.

    - ¡Hiroki!

    - Efectivamente, ha llegado.- Suspiró el profesor haciendo reír a Nowaki.

    - Tengo una cosita para ti...- Dijo Kane asomándose a la habitación del mayor.

    - Vete, estoy liado.

    - Venga, que quiero darte mi regalo de navidad.- Kane le ignoró y entró en el dormitorio. Se situó enfrente del profesor, quien estaba sentado en la cama y con el portátil apoyado en las piernas, y le tendió un paquete.- Me lo vas a agradecer porque es algo que te hace mucha pero que mucha falta.

    - ¿Que me hace falta? Pero si tengo de todo.- Murmuró Hiroki comenzando a desenvolver el regalo.

    - Me he tomado la libertad de ponerle nombre.- Sonrió el estudiante.- Se llama Nowaki.

    - Anda, como yo.- Dijo el nombrado.

    - ¡Pero si es Nowaki!- Exclamó Kane asomándose para ver la pantalla.- Puede que esto sea un poco vergonzoso…

    - ¿Por qué?

    - ¡Yo a ti te mato!- Gritó Hiroki cuando vio qué era el regalo.

    - ¡No te enfades que te hace falta!- Dijo Kane poniendo cierta distancia entre el profesor y él.

    - ¡VETE DE MI CASA!

    - Hiro-san, calma.- Le dijo el futuro médico con voz suave. Hiroki recordó que Nowaki lo estaba viendo y escuchando todo y sintió que toda la sangre le subía a la cara.- ¿Qué te ha regalado?

    - Nada...- Murmuró Hiroki intentando tranquilizarse.

    - ¿Entonces por qué te enfadas?

    - Le he regalado un vibrador.- Dijo Kane levantando el brazo del profesor que sujetaba el dicho objeto para que Nowaki lo pudiera ver.- Es que no te imaginas lo amargado que está desde que no folla.

    - ¡Cállate!- Le gritó Hiroki muerto de la vergüenza.

    - ¿Lo ves? Necesita desahogarse.

    - ¡Largo de aquí, so vicioso!- El profesor le lanzó el vibrador y Kane lo esquivó de milagro.- ¡FUERA!- El estudiante salió corriendo de allí temiendo que le volviera a lanzar algo. Se hizo un momento de silencio en el que Hiroki no se atrevía a mirar a Nowaki.

    - Al menos es original.- Comentó riendo suavemente.

    - Le voy a echar de casa.- Dijo Hiroki todavía rojo.

    - No lo hagas, tiene buena intención.- Dijo Nowaki y volvió a haber otro silencio. El estudiante pareció pensar algo y finalmente habló.- Hiro-san.

    - ¿Qué?

    - ¿Lo vas a usar?

    - ¡Claro que no!

    - No pasa nada por…

    - ¡Que no lo voy a usar!

    - Está bien.- Murmuró Nowaki. El más joven quiso decirle que le encantaría ver como lo usa, pero no lo hizo pues tenía miedo de espantarle.

    Hiroki pensó que el menor iba a hacerle alguna proposición indecente y se sintió decepcionado cuando ésta no llegó, no se había dado cuenta pero necesitaba hacer cochinadas con Nowaki, aunque fuera a través de una pantalla, pero lo cierto era que la relación que mantenían ya no era de ese tipo.- Me hace gracia que le haya puesto mi nombre a un vibrador.

    - Es que es tonto, el chico no da para más.

    - No seas tan cruel con él, es buena gente.

    - Ojalá se eche novio pronto, a ver si así pasa más tiempo fuera de casa.- Comentó Hiroki dejando el vibrador a un lado de la cama.

    - ¿Por qué no le ayudas a encontrar novio?- Propuso Nowaki.

    - ¿CÓMO ME VA A CONSEGUIR NOVIO SI NO ES CAPAZ DE ENCONTRAR UNO PARA ÉL?- Gritó Kane desde la sala.

    - Este chaval es una auténtica tortura.- Murmuró Hiroki.- Voy a ver si lo convenzo para que se vaya a estudiar fuera. Algún sitio de Sudamérica estaría bien.

    - ¿Eso no es demasiado lejos, Hiro-san?

    - Ningún punto del planeta es demasiado lejos.



    Faltaban sólo dos días para irse a EEUU a pasar las navidades y Misaki había decidido salir a cenar con sus amigos para despedirse, ya que no se verían hasta enero. Fueron a un restaurante italiano que se encontraba por el centro.

    - Era cuestión de tiempo que te dejara.- Comentó Kane una vez les trajeron la comida.

    - ¡No me ha dejado ella!

    - Venga, Sato-chan, esa chica te venía muy grande.

    - Chicos, haya paz.- Dijo Misaki pero ambos le ignoraron.

    - A ver, Sato-chan, que no te avergüence que te haya dejado, de hecho deberías sentirte orgulloso de haber conseguido salir con una modelo.- Dijo Kane.

    - Que sepas que fue ella quien insistió en salir conmigo.- Le dijo Satoru haciendo que su amigo soltara una carcajada y que Misaki se mordiera el labio para no reírse.- ¿Tan increíble te parece?

    - Pues sí.- Asintió Kane.- Ella es una chica de diez y tú...tú eres un chico del montón. No eres feo, no estás mal, pero tampoco destacas.

    - Algún día te pegaré.

    - Fíjate en Misaki.- Continuó hablando Kane.

    - Por favor, a mí no me metáis en vuestras cosas.- Pidió el nombrado.

    - Misaki a simple vista también parece del montón pero no lo es, su dulzura y sus ojazos le hacen destacar.

    - ¿Gracias?- Murmuró Misaki.

    - Otro ejemplo es Hiroki.

    - Por favor, cállate ya.- Le dijo Satoru.

    - Hiroki es un hombre que te lo cruzas por la calle y piensas "este tío es atractivo pero sin pasarse" y luego te giras a mirarle el culo y te das cuenta que ese no es un culo del montón, es un señor culazo.

    - ¿Y tienes ganas de ver a tu hermano, Misaki?

    - Sato-chan, no intentes cambiar de tema.- Le dijo Kane.- Y luego está Nowaki. Nowaki está muy lejos de ser del montón, con solo verle sabes que es un dios. Pero tú, Sato-chan, eres del montón montón.

    - ¿De verdad? Pues tú serás alto y atractivo pero con tu personalidad de mierda espantas a la gente y estoy seguro de que hasta que no madures, ningún hombre será capaz de aguantarte.

    - Satoru...- Dijo Misaki sorprendido.

    - Si querías ofenderme no lo has conseguido porque sé que hablas desde el rencor.

    - Eres un caso.- Suspiró Satoru.

    - Chicos, estaremos dos semanas sin vernos, ¿podemos no pelearnos?- Pidió Misaki y ambos asintieron.

    - Falta Shinobu…

    - Un minuto de silencio por Shinobu.- Dijo Kane.

    - No está muerto.- Le dijo Satoru riendo.

    - Pero está en el paraíso.- Comentó Kane.- Qué envidia me da, yo también quiero follarme a surferos.

    - Dudo mucho que haya perdido la virginidad.- Dijo Satoru.

    - Eso nunca se sabe.

    - Misa-chan tiene razón, tampoco nos esperábamos que estuviera liado con Miyagi.

    - Eso sí que fue una gran sorpresa.- Asintió Satoru.

    - Y se portó fatal con Shinobu. Jamás me hubiera esperado eso de Miyagi, parecía tan buena persona…- Misaki frunció el ceño. Todavía le enfadaba recordar lo que le ocurrió a su amigo.

    - Supongo que le entró el pánico cuando el director les descubrió.

    - No es excusa, Satoru.- Dijo Misaki.- Entiendo que en ese momento se quedara bloqueado, pero han pasado meses y no ha hecho nada. Si de verdad le quería, debería haber hablado con el director y no dejar que el pobre Shinobu siga cargando con toda la culpa. Ha sido un egoísta y Shinobu está mucho mejor sin él. Espero de verdad que se tire a un australiano.

    - ¡Ese es mi Misa-chan!- Exclamó Kane riendo.

    - Yo es que le veo tan pequeño…

    - Sato-chan, ¿por qué no desvirgas tú a Shinobu?

    - ¡No digas idioteces!- Le gritó Satoru a Kane.

    - No haríais buena pareja.- Negó Misaki.

    - ¿Quién dice que acaben juntos? Sería hacerle un favor a un amigo.- Dijo Kane.

    - ¿Y por qué no se lo haces tú?- Le dijo Satoru.

    - Porque no quiero follarme a todos los hombres que me rodean, con Hiroki ya he tenido suficiente.

    - ¡Fantasma!

    - No te lo crees ni tú.- Le dijo Misaki negando con la cabeza y riendo.

    - Exacto, Kamijou no te tocaría ni con un palo.

    - Me habéis pillado.- Dijo Kane suspirando.- Hiroki y yo no hemos follado.

    - Estaba claro.- Asintió Satoru.

    - Hemos hecho el amor.

    - En tus sueños.- Le dijo Misaki.

    - Y no veas como gime.- Comentó Kane.- Y me clavaba las uñas. Es un fiera.

    - Aunque des detalles no te vamos a creer.- Le dijo Satoru.



    Akihiko y Hiroki paseaban por una calle bastante transitada, volvían de tomar algo y ya se había hecho bastante tarde. El profesor había bebido más de lo que había previsto pero aun así consideraba que estaba perfectamente lúcido.

    - Sólo me llamas cuando Misaki pasa de ti.- Le dijo Hiroki.- ¿Creías que no lo sabía? Te recuerdo que Kane vive conmigo y, por ende, me cuenta toda su vida.

    - Salir con sus amigos no es pasar de mí.

    - Pero no niegas que sólo me llamas cuando Misaki te deja solo… Mal amigo.

    - Pues no seré tan mal amigo cuando te voy a regalar un viaje.- Le dijo Akihiko sorprendiendo al castaño.

    - ¿Estás borracho?

    - Tienes un billete a tu nombre para pasado mañana.

    - Por favor, dime que a las Bahamas...- Rió Hiroki sin creerle.

    - No, es a Nueva York.- El profesor paró en seco y le miró con el ceño fruncido.

    - No tiene gracia.

    - No es ninguna broma.- Le aseguró el escritor.

    - ¿Por qué, Akihiko?

    - Porque estoy harto de verte como un alma en pena. Irás a Nueva York, hablarás con Nowaki y arreglaréis las cosas.

    - ¿Se lo has dicho?- Quiso saber Hiroki.

    - ¿A Nowaki? Claro que no, eso jodería el factor sorpresa.

    - No sé, Akihiko.- Negó Hiroki nervioso, no estaba preparado para volver a encontrarse con Nowaki tan pronto. Tenía ganas de verle pero necesitaba planificarse, saber qué iba a hacer y decir. Dos días no eran suficientes.- ¿Y si no le hace gracia?

    - Pero si no paráis de hablar y…

    - Somos amigos, eso es todo.

    - Qué mentira.- Suspiró Akihiko.- Nowaki sigue enamorado de ti, así que déjate de chorradas y prepara la maleta.

    - Es muy arriesgado.

    - Me da igual, el billete ya está comprado.- Le dijo el escritor.- Tienes el asiento de al lado del de Misaki, no me gusta que viaje solo.

    - Vamos, que me regalas el viaje para que vigile a tu novio.

    - No es vigilar, es asegurarte de que no le pasa nada malo.

    - Qué cara tienes.

    - Además, una cosa no quita la otra. Tú te aseguras de que llegue sano y salvo y, de paso, arreglas las cosas con Nowaki.- Dijo Akihiko.- Dos pájaros de un tiro.

    - ¿Y si se ha echado novio?

    - Deja de decir tonterías. Nowaki está loco por ti.

    - Como esto salga mal tú serás el único culpable, Akihiko.- Le dijo Hiroki con gesto serio.

    - De acuerdo.



    Shinobu no se sentía ilusionado por aquellas navidades. No podía evitar pensar en las anteriores, las que pasó con Miyagi, y eso le entristecía. Deseaba no sentir nada por aquel hombre pero le resultaba imposible, Shinobu seguía enamorado de él.

    Se encontraba haciendo la maleta cuando Oliver entró en el dormitorio, volvía de correr como hacía todas las mañanas.

    - ¿Ya lo tienes todo listo?- Preguntó el australiano con una sonrisa.

    - Sí. No tiene sentido que me lleve mucha ropa porque ya tengo en casa.- Comentó Shinobu cerrando la maleta. Oliver se puso justo detrás de él y colocó una mano en la cintura del menor, haciendo que diera un pequeño salto ante el contacto.

    - Te voy a echar de menos.

    - Deja de exagerar, dos semanas no son nada.- Shinobu dio media vuelta quedando de cara al alto y le apartó suavemente la mano.- Debería irme ya, el taxi no tardará en llegar.

    - Claro.- Asintió Oliver y se apartó un poco para dejarle paso. Shinobu cogió la maleta y se dirigió hacia la puerta.- Espera, te olvidas algo.

    - ¿El qué?- Le preguntó Shinobu extrañado. El mayor no respondió, caminó hacia él decidido y le besó suavemente en los labios. Shinobu quedó paralizado por la sorpresa y no fue capaz de corresponder aquel beso. Oliver se separó y le dedicó una sonrisa.

    - Feliz navidad, Shinobu.- El menor asintió y salió de la habitación. Se quedó parado un momento pensando en lo que acababa de ocurrir. Oliver le había besado, eso significaba que su compañero no bromeaba cuando le decía que le gustaba pero, ¿a él le gustaba Oliver? Debía admitir que el chico era muy atractivo. Shinobu no estaba seguro de qué hacer pero deseaba con todas sus fuerzas olvidar a Miyagi y, tal vez, podía llegar a enamorarse de Oliver.

    Volvió a entrar a la habitación y se encontró con que su amigo seguía en el mismo sitio. Shinobu le sonrió de lado y se acercó hacia él, poniéndose de puntillas para poder rodear el cuello de Oliver con sus brazos.

    - El taxista puede esperar.- Dijo Shinobu y le besó decidido. Oliver pasó su mano por la cintura del menor, inclinándose levemente con la intención de profundizar aquel beso.

    Estuvieron un rato besándose, haciendo breves pausas en las que se limitaban a mirarse sonriendo. Shinobu se sintió feliz al comprobar que le gustaba besar a su compañero de habitación y maldijo el tener que volver a Japón justo en ese momento.

    Oliver acompañó a Shinobu hasta el taxi y ahí volvieron a besarse a modo de despedida, diciéndose las ganas que tenían de volver a verse de nuevo.



    Misaki y Hiroki aterrizaron en Nueva York por la noche. Takahiro fue a recogerles y, después de saludar muy efusivamente a su hermano pequeño, les llevó hasta su casa. Hiroki tenía planeado pasar una noche ahí y ya al día siguiente, a una hora más decente, iría a ver a Nowaki, pero sentía que no podía estar en la misma ciudad que su amado y no estar con él.

    Hiroki decidió ir a ver a Nowaki en ese mismo instante y no le importó que fuera de madrugada. Misaki le dio la dirección y él se subió a un taxi con los nervios a flor de piel. No sabía qué iba a decirle a Nowaki pero ya improvisaría, lo importante era que el menor no le rechazara.

    Parecía el sonido del timbre pero dio media vuelta e intentó volverse a dormir. El timbre volvió a sonar y Nowaki levantó la cabeza confundido, eran casi las dos de la mañana, ¿quién podría hacerle una visita a esas horas? Suspiró y se levantó lentamente mientras el timbre no dejaba de sonar, cada vez con más insistencia. Fue hacia la puerta con paso lento y, cuando finalmente abrió, pensó que debía de estar soñando.

    O estaba soñando o la vista le estaba jugando una mala pasada. Hiroki se encontraba en el rellano sonriéndole de forma nerviosa. Nowaki no sabía ni qué hacer ni qué decir, le daba miedo moverse por si el profesor desaparecía. Aquello debía de ser una ilusión.

    - Hola, Nowaki. Pasaba por aquí y he...- Hiroki no llegó a acabar la frase pues Nowaki, al escucharle hablar, se abalanzó para darle un fuerte abrazo. Inspiró el aroma de Hiroki, a quien había echado mucho de menos durante esos más de cuatro meses.

    - No me lo creo...- Murmuró Nowaki.- ¿Eres real?

    - Claro.- Rió Hiroki y le acarició una mejilla suavemente.- Me moría por verte.

    - Hiro-san...- Murmuró Nowaki y, sin darle muchas vueltas, le agarró del cuello para atraerlo hacia él y besarle. Fue un beso suave que se fue haciendo cada vez más desesperado. Nowaki caminó hacia atrás sin dejar de besarle, guiándole hacia el interior de su casa.

    Se sentaron en el sofá y continuaron con los besos hasta que Hiroki rompió a llorar.

    - Hiro-san…

    - No puedo seguir con esto, Nowaki.- Murmuró mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

    - Sé que lo hice todo mal y que lo único que conseguí fue herirnos a los dos…

    - No, Nowaki, no es eso.- Negó el profesor.

    - ¿Entonces?

    - Me he acostado con otro.- Le dijo y lloró de forma más sonora. Nowaki le miró sorprendido y se pasó una mano por la cara. El menor estuvo unos segundos quieto, asimilando aquella información y finalmente abrazó a Hiroki, atrayéndole hacia su pecho.

    - Hiro-san, tranquilo, no estábamos juntos.- Le dijo Nowaki haciendo que el profesor se calmara un poco.- ¿Tú me quieres?

    - Te amo.- Le dijo Hiroki seguro.- Eres la persona a la que más quiero en el mundo.

    - Entonces olvidemos que eso ha pasado. No significó nada, ¿verdad?

    - Absolutamente nada, fue un gran error.

    - ¿Y con quién fue?- Preguntó Nowaki y negó rápidamente.- ¿Sabes qué? Eso es lo de menos. Lo importante es que te tengo aquí y que no pienso dejar que te toque otro nunca más, Hiro-san. Quiero que estemos juntos para siempre.

    - Yo también.- Asintió Hiroki limpiándose las lágrimas y Nowaki le dio un pequeño beso.

    - Entonces, ¿te casarías conmigo, Hiro-san?

    Hola ^^
    Espero que os haya gustado. Ando liada así que puede que tarde en actualizar.
    Muchas gracias por leer.

    ¡Un abrazo!
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Jajajaja al pobre Kane nadie le cree que ha hecho seco con Hiroki.
    Siiii que emoción Nowaki le ha pedido matrimonio a Hiroki.
    Si Miyagi no quiere perder para siempre a Shinobu cuando esté llegue a Japón debería decir toda la verdad y arrastrarse para que Shinobu vuelva con él y más ahora que le ha gustado besarse con Oliver.
    Esperaré con ansias la conti.
    Tranquila actualiza cuando puedas y tengas tiempo aquí estaré para leerte.
     
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    Hola ^^
    ¿Qué tal? Os aviso de que esté capítulo me ha quedado bastante largo, así que aconsejo leerlo con paciencia.


    Capítulo 22

    Hiroki se quedó mirando a Nowaki sin decir nada, tratando de descifrar si aquello era alguna clase de broma, pero no pudo encontrar ningún atisbo de duda en los ojos de su amado. Aquello iba en serio.

    - Sí.- Asintió Hiroki haciendo sonreír a Nowaki.- Sí, me casaré contigo.

    - ¡Hiro-san!- Nowaki le abrazó y le besó, sintiéndose el hombre más feliz del mundo. Se iba a casar con su Hiro-san.


    Cuando se enteró de aquello, Akihiko no tuvo que pensárselo demasiado y, unas cuantas horas después, ya se encontraba en Las Vegas para presenciar la boda de su mejor amigo. Misaki y él serían los testigos. En verdad Hiroki no le había pedido que fuera, simplemente le había dicho que se iban a casar en Las Vegas y que Misaki les acompañaría para hacer de testigo. Mientras le decía aquello, el escritor ya estaba comprando el billete de avión y reservando uno de los mejores hoteles de la ciudad. A parte de que jamás se perdería la boda de Hiroki, aquella era una excusa perfecta para no estar lejos de Misaki.
    El escritor llegó al hotel y se encontró con su pareja y el futuro matrimonio sentados en uno de los sofás del hall. Misaki al verle corrió a abrazarle con una sonrisa mientras que Akihiko extendía los brazos para recibirle. Se besaron como si hubieran estado meses sin verse, cuando en realidad solamente habían pasado tres días.

    - Akihiko, llevamos dos horas esperándote aquí sentados.- Le dijo Hiroki.- Suelta al chiquillo y ve a por las llaves de la habitación, que como están a tu nombre no nos las han querido dar.

    - No seas ansias.- Le dijo el escritor cuando rompió aquel beso, aunque no se separó de Misaki.

    - Me caso en unas horas.

    - ¡Este es el mejor día de mi vida!- Exclamó Nowaki eufórico. Llevaba todo el día emocionado, seguía sin creerse que aquella noche se casaría con la persona a la que más amaba en el mundo.

    Akihiko les había reservado la suite nupcial y Misaki y él tenían otra suite también en la misma planta.
    Hiroki y Akihiko fueron a la habitación en la que el futuro matrimonio pasaría su noche de bodas para que el novio pudiera prepararse, mientras que Nowaki fue con Misaki a la habitación que éste último compartía con el escritor.
    Akihiko sacó de su maleta dos trajes, uno para él y otro para su mejor amigo, y los dejó sobre la cama de matrimonio mientras que Hiroki contemplaba aquella habitación.

    - Nowaki se va a quedar de piedra cuando la vea.- Sonrió Hiroki.

    - Dudo mucho que se fije, estará más pendiente de ti. Bueno, cuéntame.

    - ¿El qué?

    - ¿Cómo fue el reencuentro?

    - Pues…- Dijo Hiroki y suspiró sentándose en la cama.- Todavía no me lo creo, Akihiko. Me parece todo un sueño. Yo…yo pensé que me iba a rechazar.- Los ojos del profesor comenzaron a humedecerse, sorprendiendo a su amigo.- Hice algo muy estúpido y creía que se enfadaría, que me diría de todo y no fue así.

    - ¿Qué hiciste, Hiroki?

    - Me acosté con otro.- Respondió desviando la mirada. Akihiko le miró con los ojos como platos.

    - ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con quién?

    - En septiembre. Yo estaba muy mal y muy borracho...simplemente no lo pensé.- Dijo Hiroki y se limpió rápidamente una lágrima que resbaló por su mejilla.- Pero lo importante es que Nowaki, pese a todo, quiere estar conmigo. Me quiere.

    - Claro que sí.- Dijo Akihiko abrazándole.- Te ama y tú le amas a él. No te imaginas lo feliz que me hace que os vayáis a casar hoy.

    - Me alegro de que hayas venido.- Le dijo Hiroki apoyando su cabeza en el hombro del escritor.- Desde pequeñito te he imaginado el día de mi boda a mi lado.

    - Jamás me hubiera perdido tu boda, Hiroki.

    - Ya sé que nunca te lo digo pero sabes que te quiero aunque a veces seas un imbécil, ¿verdad?- Le preguntó el profesor apartándose un poco para mirarle a los ojos. Akihiko sonrió de lado y asintió.

    - Claro, al igual que yo te quiero aunque siempre tengas muy mala leche.

    - Te debo tanto…

    - No digas tonterías, Hiroki.

    - No, es cierto. Fue gracias a ti que Nowaki y yo comenzamos a salir…

    - Simplemente le invité a tomar algo con nosotros.- Le interrumpió el escritor negando con la cabeza.

    -…y gracias a ti hoy estoy aquí, a punto de casarme con el hombre de mi vida, en vez de seguir en mi casa llorando por él.- Los ojos del profesor volvieron a humedecerse.- Lo siento, hoy estoy muy sensible.

    - Son muchas emociones en muy poco tiempo.- Le dijo Akihiko volviendo a abrazarle. Hiroki respiró hondo y se tranquilizó.

    - ¿Y tú cómo vas con el chiquillo?- Le preguntó el profesor rompiendo aquel abrazo y a Akihiko se le dibujó inmediatamente una sonrisa en la cara.

    - Es lo mejor que me ha pasado jamás.

    - No te creí del todo cuando me dijiste que estabas enamorado de él, pero veo que pasan los meses y sigues igual.- Sonrió el castaño.- Va a ser verdad que lo tuyo es amor.

    - Por supuesto que lo es.- Dijo el escritor.- Jamás pensé que diría esto de nadie pero me encanta vivir con él.

    - Entonces, ¿piensas casarte con él?- Quiso saber Hiroki intuyendo la respuesta.

    - Cuando se gradúe se lo pediré.- Asintió Akihiko.- Ya lo tengo todo pensado. Me lo llevaré de viaje un par de meses para recorrer el mundo y cuando lleguemos a París, me arrodillaré y le preguntaré si quiere casarse conmigo.

    - Dios mío, Akihiko.- Su amigó le miró sorprendido.- Ver para creer.

    - Jamás pensaste que querría casarme, ¿verdad?

    - Exactamente.- Asintió Hiroki.- Pero me alegro mucho de que hayas encontrado a Takahashi y que los dos seáis felices. Ambos os lo merecéis.

    - Gracias, Hiroki, significa mucho viniendo de ti.- Le sonrió el escritor.- Entonces, ¿no me guardas rencor por haberme enamorado de un alumno?

    - Me has regalado un viaje, ya está todo olvidado.- Bromeó Hiroki haciendo sonreír todavía más a su amigo.- Me preocupaba que fuera un capricho tuyo pero ya veo que no lo es, así que rencor ninguno.

    - Bueno, ¿y qué tal el reencuentro?

    - Ya me has preguntado eso, idiota.- Le dijo Hiroki.

    - Me refiero al importante.- Dijo el escritor pero su amigo no entendió a que se refería.- ¿Follasteis mucho?

    - Imbécil…

    - ¿Eso es un sí?

    - La verdad es que no.- Respondió Hiroki.

    - No te creo. Habéis estado meses sin veros.

    - Me pidió matrimonio, ¿sabes? Y como no tenemos muchos días, había que organizarlo todo con muy poco tiempo. Tuvimos que comprar los
    billetes de avión, reservar la capilla, avisarte a ti, a Misaki y a Tadao.

    - ¿Y a tus padres?- Le preguntó Akihiko y Hiroki negó.- Tendrás que decirles…

    - Lo sé. En agosto Nowaki acaba el curso y volverá a Japón.

    - ¿Le vas a presentar a tus padres?

    - Qué remedio, es mi marido…

    - Todavía no, falta hora y media.- Dijo el escritor mirando su reloj de pulsera. Hiroki abrió los ojos como platos.

    - ¡Tengo que ducharme!- Exclamó el profesor metiéndose en el baño.- ¡Pedazo de bañera!

    - Es para que folléis ahí.- Le dijo Akihiko sonriendo.- Tiene chorritos.



    Nowaki y Misaki ya se encontraban en la capilla junto a un hombre disfrazado de Elvis que iba a oficiar la ceremonia. El futuro médico estaba realmente nervioso y le incomodaba llevar traje ya que no estaba acostumbrado. Nowaki miró la hora, faltaban dos minutos para que la ceremonia empezara y Hiroki todavía no había llegado. Una serie de pensamientos comenzaron a invadir su mente. Tal vez Hiroki no lo tenía claro y había decidido no presentarse o tal vez nunca había tenido intención de casarse con él y simplemente era una venganza por la ruptura.
    Nowaki se reprochó el pensar todas aquellas cosas. Hiroki era la persona más buena que conocía y jamás haría algo así como dejarle plantado en el altar.
    Miró a Misaki y éste le dedicó una sonrisa que buscaba transmitirle calma. Nowaki le devolvió el gesto, aunque supuso que más que una sonrisa había sido una mueca. Quiso decirle a Misaki lo nervioso que se encontraba pero entonces se escuchó la marcha nupcial y se giró para ver a su Hiro-san caminar hacia el altar agarrado del brazo de Akihiko. De repente todos sus nervios se esfumaron y comenzó a sonreír como un bobo mientras contemplaba al profesor, quien se había sonrojado al ver la forma en que su pareja le miraba.
    Nowaki se fijó en el traje de su novio, era exactamente igual al que él llevaba pero en color crema, mientras que el suyo era azul.
    Cuando llegaron hasta el altar, Hiroki se soltó del brazo de Akihiko y se acercó a Nowaki para entrelazar sus dedos con los del otro mientras se miraban a los ojos sin parar de sonreír.

    - Vamos conjuntados.- Le susurró Nowaki.

    - Este Akihiko...

    - Aunque a ti te queda mucho mejor.- Hiroki se sonrojó todavía más.

    La ceremonia duró menos de quince minutos, incluyendo el discurso que se empeñó en dar Akihiko. El Elvis hablaba de forma rápida ya que tenía más bodas después y de vez en cuando hacía un movimiento de cadera algo extraño.

    - Yo os declaro marido y marido. Podéis besaros.- Dijo aquel hombre extendiendo los brazos. Nowaki y Hiroki se besaron de forma tierna mientras los testigos y el Elvis aplaudían. Cuando se separaron, Nowaki llevó la mano de Hiroki hasta su boca para besar el anillo.

    - Te amo, Hiro-san.

    - Y yo a ti.- Volvieron a besarse pero esta vez de forma más fogosa hasta que una voz les interrumpió.

    - Chicos, habrá que ir a celebrarlo, ¿no?- Akihiko les miraba con una sonrisa mientras rodeaba con su brazo la cintura de Misaki. Los recién casados asintieron y los cuatro se dirigieron a una pequeña sala del hotel que tenían reservada para ellos. Cenaron tranquilamente mientras charlaban de todo un poco. El escritor no paraba de pedir botellas de champán que acababa bebiéndose prácticamente él, ya que ni Misaki ni Nowaki eran mucho de beber y que Hiroki no quería emborracharse en su boda, quería poder recordarlo todo perfectamente.

    - Quiero decir unas palabras.- Anunció el escritor poniéndose en pie y tambaleándose un poco a causa de los efectos del alcohol.- Conocí a Hiroki cuando teníamos diez años y ya entonces tenía la mala leche de un octogenario.- El nombrado resopló y los otros dos rieron suavemente.- Ninguno de los dos éramos niños sociables y no teníamos amigos, por lo que nos hicimos muy cercanos rápidamente. Desde entonces hemos sido inseparables, más que amigos somos hermanos.- Dijo Akihiko e hizo una pausa dramática.- Recuerdo una anécdota de cuando teníamos trece años.

    - Anécdotas no, por favor.- Le dijo Hiroki pero su amigo le ignoró.

    - Era el cumpleaños del padre de Hiroki y dieron una fiesta en el jardín de su casa aprovechando que cae en verano. Todos los socios de Kamijou-san acudieron al evento, todos incluido cierto hombre que siempre que tenía ocasión iba a molestar a Hiroki. Debo decir que el hombre se creía gracioso pero no lo era, más bien al contrario.- Akihiko cogió su copa y dio un trago.- Hiroki estaba harto de aquel hombre y decidió subirse al tejado con una pistola de agua que contenía otro tipo de líquido con la intención de mojarle la cara desde allá arriba. Vale, el líquido era pis tanto de Hiroki como mío porque necesitábamos mucha munición. Sí. Yo también me subí al tejado.- Volvió a beber.- Nada más darle a ese tipo en la cara, se dio cuenta de qué era y comenzó a correr como un loco. Acertar se volvió más complicado y acabamos mojando a un buen grupo de invitados a la fiesta.

    - ¿De verdad hiciste eso, Hiro-san?- Le preguntó Nowaki sorprendido.

    - Tenía trece años...- Murmuró Hiroki en un intento de justificarse.

    - Si he elegido esta vivencia de entre todas las que tengo con Hiroki, que no son pocas, es porque ese día me di cuenta de lo mucho que le quería.- Dijo Akihiko.- Realmente pensé que sus padres le iban a matar y tuve mucho miedo de no volver a ver a mi mejor amigo. De hecho, estuve casi un mes sin verle porque no le dejaban salir de su casa y a mí no me permitían entrar. Fue horrible.

    - Gracias, Akihiko, muy conmovedor…

    - Todavía no he acabado, Hiroki. A Nowaki le conocí hace poco más de un año y fue todo un flechazo pero no un flechazo como el que tuve con Misaki, no, fue un flechazo de quiero que este hombre se líe con mi amigo y acerté completamente. Nowaki es la mejor pareja que ha podido encontrar Hiroki y no os imagináis lo feliz que me siento de...- Akihiko se llevo una mano a los ojos emocionado.

    - Usagi-san…

    - Tranquilo, Misaki, se pone así cuando se pasa con el alcohol.

    - Os deseo lo mejor en la vida.- Dijo Akihiko ya recompuesto y levantó su copa.- Por Nowaki y Hiroki.- Todos chocaron sus copas y se disponían a beber cuando el escritor volvió a hablar.- Por la vida tan maravillosa que van a compartir.- Volvieron a chocar sus copas y Akihiko habló de nuevo.- Por esta amistad tan bonita que ha surgido entre nosotros cuatro.- Esta vez no brindaron, esperaron a ver si el escritor tenía algo más que decir.- Por más momentos como este.

    - Espero que ese sea el final del brindis.- Murmuró Hiroki.

    - Por las dos semanas que vamos a pasar en Las Maldivas.- Akihiko bebió de un trago su copa mientras los otros tres le miraban sin entender a qué se refería.

    - Usagi-san, ¿qué es eso de Las Maldivas?

    - Lo de la luna de miel.- Le respondió el escritor como si fuera lo más obvio. Se volvió a tambalear a causa del alcohol, por lo que decidió sentarse.

    - ¿Qué luna de miel?- Quiso saber Hiroki.

    - La que os hemos regalado Misaki y yo.

    - ¿Qué?- Preguntó el nombrado sorprendido.- Pero si yo no sabía nada…

    - Pero todo lo mío es tuyo.- Le dijo Akihiko intentando darle un golpecito en la nariz con su índice pero le resultó imposible acertar, por lo que acabó tocando la mejilla de Misaki.

    - ¿Nos has regalado una luna de miel en las maldivas?- Preguntó Nowaki sin poder creerlo.

    - Seeeeh…

    - Akihiko, no podemos aceptarlo.- Le dijo Hiroki.

    - ¿Por qué? Nos lo pasaremos muy bien.- Comentó Akihiko dando un hipido largo al finalizar la frase.

    - ¿Nos?- Arqueó una ceja el profesor.

    - Claro, Misaki y yo también vamos.

    - Eso sí que no lo podemos aceptar.- Murmuró Hiroki.

    - Usagi-san, no creo que sea buena idea…

    - Sí que lo será. Iremos dos semanas a final de agosto.

    - ¡Muchísimas gracias, Akihiko!- Le dijo Nowaki ilusionado por la idea. Hiroki le agradecía el detalle a su amigo pero hubiera preferido que Akihiko no estuviera en su luna de miel.



    Hiroki rió suavemente al ver como su marido abría la boca sorprendido mientras contemplaba la suite nupcial, al profesor le encantaba esa expresión tan infantil. Hiroki rodeó con sus brazos la cintura del mayor y apoyó su cabeza en su ancha espalda, respirando su aroma. Nowaki dejó de mirar aquella habitación y dio media vuelta sobre sí mismo para quedar de cara al mayor. Ambos se miraron a los ojos con amor y poco a poco fueron juntando sus rostros en un beso suave y tierno.

    - ¿Echamos un vistazo a la terraza?- Propuso Hiroki sonriendo de lado. El futuro médico asintió y ambos salieron cogidos de la mano. Se sorprendieron al ver una piscina en aquella terraza, desde la que tendrían vistas a los rascacielos de la ciudad.- Una lástima que no haga tiempo de nadar…

    - Creo que es de agua caliente, Hiro-san, mira el vapor.- El mayor se descalzó rápidamente soltando la mano de Nowaki y se acercó al borde de la piscina para meter el pie.

    - Sí, está calentita.- Comentó Hiroki y se quitó la chaqueta del traje, tirándola a un lado.

    - Te quedan muy bien esos pantalones, Hiro-san.

    - A ti también.- Sonrió el profesor.- Akihiko ha sabido elegir.

    - Hiro-san…- El nombrado le miró esperando que dijera algo y Nowaki se sonrojó levemente, sorprendiendo al otro.- Yo...- Hiroki no apartaba la mirada de él mientras metía y sacaba el pie del agua.- Me da un poco de vergüenza.

    - ¿El qué? Soy tu marido, que no te dé vergüenza nada.- Dijo Hiroki y volvió a meter el pie en el agua, esta vez para salpicar a Nowaki, quien rió divertido por la actitud del mayor.

    - Escribí unos votos.- Dijo finalmente, haciendo que el castaño le mirara todavía más sorprendido.

    - Me gustaría escucharlos.- Le dijo el profesor acercándose a él. El sonrojo de Nowaki se intensificó un poco y le agarró suavemente la mano a su pareja.

    - Cuando mi madre nos abandonó me juré a mí mismo que jamás me enamoraría, pues si ni siquiera el amor de una madre había durado, ¿por qué iba a hacerlo otro tipo de amor?- Hiroki jamás se había atrevido a preguntarle por su madre, ya que nunca le había hablado de ella y suponía que el recuerdo debía de ser doloroso, por lo que se sorprendió cuando el menor la mencionó.- Crecí con esa idea en la cabeza hasta que un buen día, con casi dieciocho años, llegó el profesor sustituto de literatura y me enamoré de él al instante. Kamijou-sensei se acababa de graduar y todo en él era impresionante.- Hiroki sonrió al escuchar la forma en que le solía llamar Nowaki cuando se conocieron.- Los días en que me preparó para acceder a la universidad fueron los mejores de mi vida. No me importaba lo estricto que era a la hora de dar clase, ni todas las horas que pasaba estudiando, lo único que me importaba era poder estar cerca de él y tener una excusa para verle casi todos los días.- El menor le miró a los ojos algo emocionado.- He pasado casi siete años de mi vida amándote, deseando estar contigo para siempre y, después de todo lo que hemos pasado, me siento la persona más afortunada del mundo porque has querido casarte conmigo. Hiro-san, me hiciste volver a creer en el amor y te juro que te cuidaré, protegeré y amaré por siempre, porque eres la persona a la que más amo en el mundo.

    - Nowaki...- Hiroki le abrazó con fuerza, enterrando su nariz en el cuello del más alto.- Yo también te amo más que a nada, eres el amor de mi vida.- Nowaki le miró fijamente y le dio un beso tierno mientras sus manos acariciaban la espalda del profesor, quien tenía las suyas posadas en el pecho del menor. Un pequeño gemido escapó de los labios de Hiroki cuando sintió que su trasero era agarrado y amasado por esas manos que tanto había echado de menos. El mayor dejó la boca del otro para bajar por su cuello, parándose a dejar una marca.

    - ¿Vamos a la cama?- Preguntó Nowaki. Hiroki asintió y su marido le agarró del culo para alzarle. El profesor soltó una pequeña risa, encantado con las caricias que le estaba dando Nowaki y que tanto había extrañado. Hiroki rodeó con sus piernas la cintura del menor y posó las manos en su cuello, inclinándose un poco hacia adelante para besarle.
    Sin dejar de besarse, Nowaki le llevó hasta el dormitorio, donde le dejó delicadamente en la cama y, sin perder tiempo, comenzó a desvestirle lentamente. El mayor le imitó y se puso a quitarle también la ropa a Nowaki. Al principio los movimientos eran lentos pero poco a poco se les fue acabando la paciencia y acabaron desnudándose con rapidez.

    - Echaba de menor el verte así.- Le susurró Nowaki al oído cuando ya estuvieron completamente desnudos.- Echaba de menos hacerte el amor.

    - Nuestra primera vez siendo un matrimonio.- Dijo Hiroki con cierto sonrojo pero sin poder ocultar su felicidad. El menor correspondió aquella sonrisa y comenzó a acariciar el cuerpo del otro. Besó y lamió cada parte de él, sintiendo que cualquier contacto no iba a ser suficiente, quería más, quería estar dentro de su Hiro-san.
    Pasó su lengua por el ombligo de Hiroki, haciendo que éste se estremeciera al sentir aquella humedad. Las manos del profesor recorrían la espalda de su marido hasta llegar a sus glúteos, acariciándolos suavemente.
    Nowaki se incorporó un poco y besó nuevamente los labios de Hiroki, mientras agarraba la hombría ya erecta del mayor y comenzaba a masturbarle, arrancándole algún que otro pequeño gemido.

    - Nowaki, te necesito tanto...- Murmuró Hiroki cegado por el placer que la mano del menor le daba. El futuro médico apartó suavemente una pierna de su pareja, quien captó la indirecta y se abrió de piernas sin dudarlo. Sin dejar de masturbarle, llevó tres dedos de su mano libre a la boca de Hiroki, quien los lamió de forma lenta y sin romper contacto visual con su amado, quien le rozaba la cara interior del muslo con su pene erecto.

    - Siento que no vaya a haber preliminares, Hiro-san, pero no puedo esperar.- Le dijo Nowaki mientras sacaba los dedos de la boca del mayor y comenzaba a acariciar su entrada con ellos. Hiroki se estremeció al sentir que su marido metía un dedo dentro de él y, que al poco tiempo, metía un segundo. Movía los dedos, los abría y cerraba cual tijeras con la intención de ensanchar aquella cavidad y que cupiera su miembro sin problemas.

    - Mételo ya.- Le pidió Hiroki con voz ronca a causa del placer. Nowaki sacó los dedos de su interior y le dio un suave beso en los labios.

    - Te amo, Hiro-san.

    - Y yo a ti.- Dijo el mayor y Nowaki le introdujo el pene lentamente. Hiroki soltó un leve gemido cuando sintió el miembro de su pareja en su interior. Entre besos y caricias comenzaron las embestidas, primero de forma suave pero lentamente se fueron haciendo más intensas y bruscas. Hiroki gemía sin pudor alguno, agarrándose a la espalda de Nowaki, quien no paraba de susurrarle lo mucho que le amaba.
    El mayor fue el primero en correrse, seguido muy de cerca por Nowaki. El menor se quedó un momento dentro de él, intentando recobrar el aliento. Salió lentamente y se tumbó a su lado, rodeándolo con un brazo y atrayéndole hacia él.

    - ¿Se ha quedado satisfecho mi marido?- Preguntó Nowaki con una sonrisa. Hiroki le miró también sonriendo.

    - Sí, pero no me negaría a otra ronda.- Respondió el profesor acariciando suavemente el vientre de Nowaki y bajando su mano poco a poco hacia su entrepierna, que ya volvía a estar erecta.



    Shinobu llegó a aquel bar poco antes de la hora acordada. Satoru ya se encontraba en la barra hablando con la camarera quien le sonreía con entusiasmo. No se sorprendió al no ver a Kane todavía, pues todos sabían que la puntualidad no era lo suyo. Se acercó a su amigo, quien al verle amplió su sonrisa y le dio un abrazo.

    - Tenía muchas ganas de verte.

    - Y yo a ti.- Dijo Shinobu.- ¿Cómo han ido las cosas por aquí?

    - Igual que siempre. Kane sigue cual parásito en casa de Kamijou y Misaki vive en una especie de burbuja rosa con su querido escritor. Vamos, tal y como lo dejaste.

    - ¿Y tú que tal? ¿Sigues con la modelo?

    - Rompí con ella. Esa relación no me aportaba nada, era solo sexo.- Le explicó Satoru.- No me malinterpretes, ella era muy agradable y simpática pero no estábamos en el mismo punto de la relación, yo quería hacerlo formal y ella..

    - Y ella se avergonzaba de ti.- Dijo una voz a su espalda. Kane acababa de llegar, esta vez puntual.- No puedes culparla.

    - No se avergonzaba de mí.

    - Claro que lo hacía.

    - Kane, ni siquiera la conoces.- Le dijo Satoru con el ceño fruncido.- No tienes ni idea de...

    - No necesito conocerla para saberlo.

    - ¿Y tú qué? ¿Qué tal los australianos?- Le preguntó Satoru solamente para cambiar de tema.

    - Muy bien, he hecho amigos muy fácilmente.- Respondió Shinobu y, al recordar el beso que le había dado días antes su amigo, se sonrojó haciendo que los otros dos se miraran entre sí.

    - ¿Solo has hecho amigos?

    - Tú has ligado.- Sonrió Kane.

    - Bueno, hay un chico...

    - ¿Cómo se llama?

    - ¿Cómo la tiene?

    - Se llama Oliver y es mi compañero de habitación.

    - Vamos, que te lo follas todas las noches.

    - Kane, déjale hablar.

    - Sólo somos amigos, bueno, ahora no sé muy bien qué somos porque el otro día, justo antes de coger el avión, me besó y yo le besé.

    - Entonces no habéis hecho nada aún...- Murmuró Kane.

    - No.

    - ¿Y a qué esperas?

    - Pues a estar en el mismo continente que él.- Respondió Shinobu.

    - No le hagas caso a Kane y no tengas prisa, surgirá cuando tenga que surgir.

    - Hablas como mi abuela.- Le dijo Kane a Satoru.

    - Algún día dejaré de ser tu amigo y vendrás llorando a pedirme perdón.

    - Pero no te enfades, te picas por nada.

    - Chicos, ¿queréis ver una foto de Oliver?- Dijo Shinobu y los dos asintieron.

    - ¡Joder, cómo está!- Exclamó Kane observando la foto.- ¡Parece un Hemsworth!

    - Sí, es muy guapo.- Sonrió Shinobu orgulloso.

    - Y alto por lo que se ve.- Comentó Satoru.

    - ¿Es ese su Instagram?- Preguntó Kane y Shinobu asintió.- Voy a seguirle.
    - ¡Ni se te ocurra!

    - ¿Qué problema hay? Solo quiero alegrarme la vista, por eso no sigo a Sato-chan.

    - Tú y yo algún día acabaremos dándonos hostias.

    - El problema es que verá que me sigues y sabrá que te he hablado de él.- Explicó Shinobu.

    - Le encantará que me hayas hablado de él.- Dijo Kane.- Es más, voy a enviarle un mensaje.

    - ¡Kane, te mataré con mis propias manos!

    - Deja al muchacho.- Le dijo Satoru apiadándose de su amigo.

    - Hi, hot guy. I'm Shinobu's best friend and he wants to have sex with you.

    - ¡KANE!

    - Que es broma, no soy tan mala gente.- Le dijo su amigo.- Eso sí, le voy a seguir.

    - Está bien, pero no interactúes con él.

    - Tú lo que querías era que Shinobu te diera permiso para seguir a su novio buenorro.- Murmuró Satoru.

    - Chicos, tiene nombre.- Dijo Shinobu.- Dejad de tratarle como un objeto. Además, no es mi novio.

    - Satoru, ya te vale. Es una persona con sentimientos, no un cacho de carne.

    - Pero si tú siempre eres el primero en hacer ese tipo de comentarios.

    - Jamás se me ocurriría hablar de esa forma de la pareja de un amigo.

    - No es mi pareja.- Dijo el rubio.

    - ¿Y qué hay de Nowaki? Siempre dices lo bueno que está en presencia de Kamijou.- Le dijo Satoru cruzándose de brazos.

    - Por cierto, se han casado.- Comentó Kane sonriendo.- Nowaki ya está oficialmente fuera del mercado. Aunque no os voy a mentir, el rollo hombre casado me pone.

    - Si te acercas a Nowaki serás hombre muerto.- Le dijo Shinobu.

    - Sí, con el carácter que tiene Kamijou...

    - Hiroki me adora.- Dijo Kane.- Pero lo cierto es que tenemos que trabajar más la confianza en nuestra relación. Me ha dolido que no me dejara quedarme en su apartamento durante su ausencia.

    - Normal, yo tampoco te dejaría solo en mi casa.

    - Sato-chan, eres muy cruel conmigo.

    - ¿Yo? Tendrás valor...

    - ¿Y cuándo vuelve?- Quiso saber Shinobu.

    - La semana que viene, justo antes de comenzar las clases.

    - Me da mucha pena no poder ver a Misaki.- Comentó Shinobu.- Y ya hasta verano no creo que vuelva.

    - ¿Ni en primavera?- Preguntó Satoru.

    - Es que no quiero ver a mi padre, prefiero quedarme en Australia.

    - Si yo compartiera habitación con ese dios tampoco querría volver.- Aseguró Kane y en ese momento apareció la camarera.

    - Satoru, ¿sabéis que queréis tomar?

    - Yo una cerveza.- Le sonrió Satoru.

    - Yo otra y para el niño un zumo, que es menor.- Dijo Kane haciendo que Shinobu le mirara mal.

    - Una coca cola, por favor.

    - ¿De qué la conoces?- Quiso saber Kane cuando la muchacha se alejó un poco para poner las bebidas.

    - Estudia conmigo.

    - ¿Te la has follado?

    - ¡No! Solamente es una amiga.

    - Kane, sólo piensas en eso.- Le dijo Shinobu riendo.

    - Creo que le gustas, aunque no entiendo muy bien por qué.

    - No seas así, Satoru es un chico muy interesante y un buen partido.

    - Sí, está forrado.- Asintió Kane.

    - Creo que Shinobu no se refería al dinero.

    Estuvieron hasta pasada la medianoche en aquel bar charlando de cualquier cosa. Shinobu dijo que debía ir a casa pronto, pues su padre le tenía vigilado. Salieron del local y una corriente de aire frío les azotó la piel.

    - Mierda, el abrigo.- Dijo Satoru y se volvió a meter en el bar para recuperar su prenda.

    - Joder.- Exclamó Kane mirando a un punto fijo que estaba a espaldas de Shinobu.- No te gires pero Miyagi está allí apoyado en una farola.

    - Ese hombre me acosa.- Resopló Shinobu fastidiado.- No para de llamarme al móvil, de enviarme mensajes y ha venido todos los días a mi casa para verme pero nunca le he recibido. ¿Es que no se da cuenta de que no quiero nada con él? Sólo quiero olvidarle...

    - ¿Quieres solucionar esto de una vez?- Preguntó Kane decidido y el menor asintió.- Te voy a comer la boca, así que actúa con normalidad.

    - ¿Qué?- Shinobu no obtuvo respuesta. Kane le atrajo hacia él de forma brusca y comenzó a besarle pasionalmente. El menor se quedó un momento bloqueado pero poco tiempo después rodeó el cuello del más altos con sus manos. Al minuto se separaron y Kane sonrió.

    - Ya se ha ido, solucionado.

    - ¿Pero qué demonios os pasa en la cabeza?- Preguntó Satoru, quien al salir del bar había presenciado parte de aquel beso.- ¿Qué coño ha sido eso?

    - Ha sido el beso más incómodo de mi vida.- Comentó Shinobu y Kane asintió riendo.

    - Sí, ha sido como besar a mi abuela.

    - No volváis a hacer algo tan desagradable en mi presencia, soy de trauma fácil.

    - Sato-chan, tú presencia sí que es desagradable y nos traumatiza a todos.

    - ¡Se acabó! ¡No te soporto más!- Gritó Satoru dando media vuelta y alejándose de ellos.

    - Sato-chan, era broma.- Le dijo Kane alcanzándole y dándole un abrazo por la espalda.- ¿Me perdonas?

    - No.- Dijo Satoru deshaciéndose de aquel contacto.

    - Venga, que es Navidad.

    - Por mi como si es semana santa.

    - Eres peor que el Grinch.


    Akihiko se encontraba nervioso, iba a conocer a su cuñado y sabía que aquel encuentro era importante para Misaki. Manami les sonrió al abrirles la puerta y les hizo pasar.

    - ¿Qué tal la boda de vuestro amigo?

    - Muy bien.- Sonrió Misaki.- Fue muy bonito, ¿verdad, Usagi-san?

    - Sí, fue precioso.- Asintió Akihiko sin poder ocultar sus nervios. Se escuchó una voz masculina desde el salón y el escritor supuso que sería el hermano de Misaki.

    - Me encantan las bodas.- Comentó Manami y bajó la voz.- A ver cuando os animáis vosotros.

    - ¡Nee-chan!- Exclamó Misaki sonrojado.

    - Era broma.- Rió la mujer.- Anda, pasad al salón.

    Takahiro se encontraba viendo la tele con su hijo en brazos. Al verlos se puso de pie y se acercó a Misaki para darle un abrazo.

    - Nii-chan…

    - Te he echado de menos.- Le dijo para luego darle un beso en la cabeza. Akihiko sabía que era estúpido sentir celos del hermano de Misaki pero no soportaba ver como otros tocaban a su novio y daba igual si esa persona era su hermano mayor o su abuela.

    - Solo han sido unos días...- Murmuró Misaki algo avergonzado por aquellas muestras de afecto en público.- Nii-chan, te presento a Akihiko, un buen amigo.

    - Es un placer.- Dijo el escritor y Takahiro le sonrió.

    - Cuando Misaki me dijo que iba a venir un amigo suyo a pasar unos días me imaginaba a alguien de su edad.- Comentó su hermano.- Pero me alegra que Misaki tenga a un adulto responsable cerca de él. Muchas gracias por cuidar de mi hermanito.

    - No tienes que agradecer nada, para mí es un placer.- Dijo Akihiko y le guiñó un ojo a su novio.- Misaki es una persona muy importante en mi vida.

    - ¡Qué feliz estoy de que tengas tan buenos amigos, Misaki!- Exclamó Takahiro sonriendo.- Se nota que eres muy querido.

    - Akihiko, ¿quieres dejar tus cosas en el dormitorio?- Le preguntó Manami con una sonrisa.

    - Lamento que tengas que compartir habitación con Misaki.- Le dijo Takahiro.- Pero no tenemos más dormitorios.

    - No te preocupes, no supone ningún problema.- Sonrió Akihiko acariciándole disimuladamente el culo a su novio, quien se tensó al notar aquel contacto.

    - Bueno, le acompañaré a que se instale.- Dijo Misaki con ganas de salir de allí cuanto antes. Cuando estuvieron solos en el dormitorio, el menor le dio un golpe en el hombro.- Idiota, ¿qué ha sido eso?

    - No lo sé.- Respondió Akihiko encogiéndose de hombros.- Supongo que me da morbo que tu hermano no se pueda enterar.

    - Pues a mí me pone nervioso, así que tonterías las justas.- Le dijo Misaki tajante. Akihiko se acercó hacia él con una sonrisa pícara y posó sus manos en la cintura del más joven.

    - ¿Y si echamos uno rapidito?

    - No digas idioteces.- Misaki le apartó las manos y se alejó de él, pero el escritor volvió a acortar la distancia.

    - ¿No te pone hacerlo en casa de tu hermano?- Le susurró a la oreja mientras le acariciaba suavemente la barbilla y el cuello.- ¿No te da morbo el peligro?

    - Usagi-san, no es sensato...- Le dijo Misaki. Akihiko atacó el cuello del menor con su boca, sabía que aquello siempre le volvía loco y que dejaría de poner pegas.- Usagi-san, no…

    - Será rápido y no tenemos ni que desnudarnos.- Misaki asintió suavemente y Akihiko sonrió por haberse salido con la suya. Akihiko empujó a Misaki haciendo que éste cayera sobre la cama y, de manera algo brusca, le dio la vuelta para que quedara bocabajo.- Si soy demasiado bestia…

    - Está bien, Usagi-san.- Dijo Misaki poniendo un poco el culo en pompa para bajarse los pantalones y la ropa interior. Akihiko le ayudó y cuando vio el trasero de su novio al aire, se agachó para lamer su entrada. Misaki agarraba las sábanas y se mordía el labio con fuerza, intentando no dejar escapar los gemidos, cosa que le estaba resultando muy difícil. Akihiko continuó devorándole y, sin previo aviso, le dio una palmada en la nalga que resonó por todo el dormitorio.- Shhh...- Le chistó Misaki y, al dejar de morderse el labio, se le escapó un gemido que fue bastante audible.
    El escritor se incorporó y se desabrochó los pantalones, dejando libre su erección. Se colocó justo encima de Misaki e introdujo su pene en él de una sola estocada. De no haberle tapado la boca con una mano, su hermano y su cuñada hubieran escuchado aquel gemido. Comenzó a embestirlo de manera brusca pero intentando que sonaran lo menos posible los muelles del colchón. Akihiko le elevó las caderas del menor con un brazo mientras su otra mano no dejaba la boca de Misaki, haciendo que sus gemidos apenas se escucharan.

    - Me encantas.- Le dijo al oído sin dejar de embestirle. Sus respiraciones se volvían cada vez más agitadas y sentían que estaban bastante cerca del final, pero el escritor no quería que aquello acabara por lo que salió de Misaki, quien se giró a mirarle extrañado.- Suplícame.

    - Usagi-san, nii-chan nos llamará en nada para cenar.- Le dijo Misaki con el ceño fruncido.

    - Hasta que no me pidas que te folle…

    - Fóllame, Usagi-san.- Le susurró Misaki sonrojado. Akihiko le besó mientras le volvía a penetrar, pero esta vez de forma lenta. Le embistió de nuevo repartiendo besos por su espalda y su nuca. Estaban a nada de correrse cuando alguien llamó a la puerta. Misaki se tensó pero Akihiko continuó con el vaivén de caderas. Al no volver a escuchar nada, siguió con las embestidas de forma brusca. La entrada de Misaki se contrajo y pocos segundos después se corrieron, justo en el mismo momento en que la puerta se abrió.
    Manami les miró con la boca abierta mientras ambos se recuperaban de aquel orgasmo. Misaki fue consciente de lo ocurrido y no se atrevió a girarse a mirar a su cuñada.

    - L-lo lamento.- Tartamudeó la mujer y salió cerrando la puerta.

    - Esto es culpa tuya.- Le dijo Misaki cabreado. Akihiko salió de él y se comenzó a colocar la ropa.- Mierda, he manchado las sábanas.

    - No te preocupes, era tu cuñada, no tu hermano.

    - ¡Me da igual, es muy vergonzoso!- Le gritó Misaki.

    - Shh, te van a oír.

    - Primero nos pilla Kamijou y ahora Manami.- Murmuró el estudiante.- No aprendemos…

    - No es para tanto.

    - No voy a poder mirarle a la cara…

    - No exageres.- Le dijo Akihiko mientras Misaki se limpiaba un poco con un pañuelo.- Al menos nos lo hemos pasado bien.

    - Bueno…

    - ¿Qué? ¿Alguna queja, Misaki?- Le preguntó el escritor.

    - No, nada.

    - ¿Nada?- Akihiko le volvió a tumbar sobre la cama cuando el muchacho iba a subirse los pantalones y se colocó encima de él.- No quiero que estés insatisfecho.

    - No lo estoy.- Dijo Misaki intentando apartarle.

    - ¿Entonces te ha gustado?

    - Que sí, pesado. Deja que me vista.

    - ¿Lo has gozado?

    - Usagi-san…

    - ¡Chicos, a cenar!- Les llamó su hermano desde el salón y Misaki suspiró aliviado. Akihiko se apartó de él y le ayudó a levantarse. Cuando estuvieron listos y decentes, se dispusieron a salir del dormitorio para disfrutar de la que sería una de las cenas más incómodas de la vida de Misaki. Se sentía incapaz de mirar a su cuñada.



    Enero estaba llegando a su fin y Hiroki sentía que necesitaba ver a Nowaki, aunque sabía que hasta agosto no le vería, lo cual le parecía una auténtica tortura. Al menos habían arreglado las cosas y se habían casado. Ya hacía un mes de su boda y a Hiroki le seguía pareciendo un sueño.
    Hiroki se movió algo incómodo en la cama, últimamente no se encontraba bien. Sentía cierto dolor en el pecho que sólo se le iba cuando se masajeaba suavemente. Se sentía un poco tonto al tener que sobarse de aquella manera el pecho, pero aquello era lo único que le aliviaba.
    Se levantó y se dirigió a la cocina algo mareado. Kane se encontraba haciendo el desayuno mientras cantaba una horrible canción cuya letra sólo hablaba de sexo.

    - ¡Buenos días!- Exclamó el estudiante sonriendo.- Me he desvelado así que estoy preparando el que va a ser el mejor desayuno de tu vida.

    - Estoy desganado.- Se limitó a decir el mayor.

    - Seguro que si hueles esto se te abre el apetito.- Le dijo Kane acercándole a la cara una sartén con huevos.

    - Que no, que no me apete...- Hiroki no pudo terminar la frase pues aquel olor le hizo salir corriendo hacia el baño para vomitar.

    - ¿Tan mal cocino?- Murmuró Kane dejando la sartén y saliendo detrás de su profesor.- ¿Te encuentras bien?

    - ¿Tú que crees?- Le preguntó Hiroki cerrando la tapa y sentándose sobre ella.- Estoy hecho mierda.

    - ¿Qué te pasa?

    - Creo que estoy enfermo.

    - ¿Vamos al médico?

    - No, seguro que se me pasa.- Negó el mayor.

    - Si me dices los síntomas lo puedo buscar en internet.- Le dijo Kane. Hiroki suspiró.

    - Estoy mareado, tengo náuseas y me duele el pecho.

    - ¿El pecho?- Dijo Kane extrañado.- A ver.

    - No.

    - Venga.- Le insistió el estudiante y Hiroki, cansado, se levantó la camiseta.- Joder, tienes los pezones raros.

    - No digas idioteces, están como siempre.- Le dijo el profesor con el ceño fruncido.- Debe de ser algún tipo de dolor muscular.

    - Lo dudo, antes no tenían ese color.

    - No me asustes.

    - Oye, Hiroki.- Kane le miró pensativo, haciendo que el profesor se tensara.- ¿Tú puedes quedarte embarazado?

    - ¿Qué? ¿A qué viene eso?

    - No me mires así, tampoco es tan raro.- Le dijo el estudiante.- Yo puedo.

    - ¿De verdad?

    - Sí.- Asintió el estudiante.- Me lo dijeron mis padres hará un par de años. ¿A ti los tuyos te han dicho algo?

    - No.- Negó Hiroki.

    - Tienes síntomas de preñado.- Comentó Kane.- Nowaki te ha debido de hacer un bombo.

    - No digas idioteces…

    - Tengo un test de embarazo en mi habitación.- Le dijo el estudiante sorprendiéndole.- ¿Quieres salir de dudas?

    - ¿Por qué tienes un test de embarazo?

    - Por si acaso. Ya te he dicho que yo sí que puedo quedarme embarazado.- Dijo Kane encogiéndose de hombros.

    - Aunque puedas sigue siendo raro que tengas uno por si acaso.

    - ¿Lo quieres sí o no?- Hiroki se quedó pensativo un momento. Sus padres nunca le habían comentado nada pero era cierto que ellos no tenían ni idea de su orientación sexual. Tal vez simplemente se habían ahorrado una charla incómoda creyendo que él jamás estaría con un hombre. No, eso era absurdo. Si pudiera quedarse embarazado lo sabría.- ¿Hiroki? ¿Sí o no?

    - Sí.- Asintió el profesor. Kane salió del baño y volvió poco tiempo después con la prueba.- Oye, ¿te importaría salir?

    - Vaya, creía que iba a ser un momento íntimo entre nosotros.- Comentó Kane saliendo.
    Hiroki se hizo la prueba y Kane se metió de nuevo en el baño. Poco tiempo después aparecieron dos rayas.

    - ¿Dos rayitas qué significa?- Preguntó Hiroki nervioso.

    - Pues que vienen gemelos.

    - No digas idioteces.- Dijo el profesor cogiendo la caja.- Una rayita negativo, dos rayitas positivo. Joder…

    - Enhorabuena, Hiroki.

    - Dios, estoy embarazado.

    - Sí.- Asintió Kane.- Y yo que pensaba que íbamos a caer en la rutina, menos mal que te has quedado preñado, la cosa vuelve a estar interesante.

    - ¿Qué es mi vida para ti? ¿Un culebrón?

    - Pues como Nowaki tenga algún gemelo malvado desde luego que sí.

    - ¡Nowaki!- Exclamó Hiroki.- No puede saberlo.

    - ¿ES DE OTRO?- Gritó Kane con los ojos como platos.

    - ¡No, imbécil!


    - ¿Entonces?

    - Si se entera querrá estar conmigo, no quiero que deje el curso a medias con lo mucho que se ha esforzado.- Le dijo Hiroki.

    - Pero se acabará enterando.

    - Ya lo sé.- Suspiró el profesor.- A ver, debo de estar de un mes, así que el niño nacerá justo cuando él acabe sus estudios. Es perfecto porque
    estará aquí en el parto.

    - Bueno, a una mala yo puedo sustituirle.- Se ofreció Kane.

    - Ni de coña, en el parto estará Nowaki, tú no pintas nada.

    - Hombre, gracias.

    - Me voy a contárselo a Akihiko.


    Nowaki llegó a su casa bien entrada la noche, había sido un día agotador y se sentía frustrado porque prácticamente no había hablado con su marido. Se dejó caer en el sofá y sacó su móvil. Se sorprendió al ver varias llamadas perdidas de Kane y le devolvió la llamada temiendo que algo malo hubiera ocurrido.

    - Hey, papi.- Dijo Kane y soltó una risita. Nowaki le ignoró pues seguía preocupado.

    - ¿Qué pasa? ¿Ha ocurrido algo?

    - Sí, es sobre Hiroki…

    - ¿Qué le ha pasado?- Le interrumpió Nowaki con el corazón a mil.

    - Tranquilo, no es malo.- Le dijo el estudiante haciendo que se relajara un poco.- A ver, esto tiene que quedar entre tú y yo porque sino Hiroki me mata, ¿entendido?

    - De acuerdo.

    - Has preñado a Hiroki.

    - ¿Qué?- Murmuró Nowaki pensando que le había escuchado mal.

    - Que vas a ser padre.

    - Pero…no me había dicho que él…

    - No lo sabía.- Dijo Kane.- Se ha enterado hoy.

    - Qué fuerte.- Dijo Nowaki.- ¿Cómo está?

    - Bien, no se lo ha tomado muy mal. Se ha sorprendido pero lo lleva bien.- Le informó el menor.- Pero no quiere decírtelo.

    - ¿Por qué? Me encantan los niños y yo siempre he querido ser padre.- Nowaki no entendía muy bien porqué Hiroki quería ocultárselo.

    - Dice que si te enteras no querrás acabar tus estudios y que volverás.

    - Por supuesto, mañana mismo…

    - No, Nowaki.- Le dijo Kane.- No puedes volver. Hiroki no dará a luz hasta septiembre, cuando eso pase tú ya estarás aquí.

    - Pero no puedo dejarle solo.

    - No está solo. Akihiko y yo le ayudaremos en todo, te lo prometo.- Kane le habló con un tono serio que jamás le había escuchado.- Acaba tus estudios y conviértete en médico, haz que Hiroki se sienta orgulloso de ti.

    - Pero…

    - No hay peros.- Dijo Kane.- Te lo he contado porque tenías que saberlo, no para que vengas.

    - Me estás pidiendo demasiado.

    - Te prometo que te mantendré informado acerca de todo. El viernes irá a una revisión y nada más salir te llamaré, ¿de acuerdo?

    - Hiro-san me necesita…

    - Hiroki quiere que acabes de estudiar y se enfadará mucho si no lo haces.

    - Está bien.- Suspiró Nowaki con cierta tristeza.

    - Y no le puedes decir que lo sabes, ¿vale? No quiero que me mate.

    - De acuerdo, puede que así sea más fácil para los dos.- Dijo Nowaki.- Me encantaría estar con él…

    - No te preocupes, que te informaré de todo.

    - ¿Pero se encuentra bien?

    - Tiene nauseas por las mañanas y le duelen los pechos.- Dijo Kane.- No he querido decirle nada para no acomplejarle pero se le han hinchado un poquito, son mini tetillas.

    - Me encantaría verlas.- Murmuró el mayor.

    - Dudo mucho que me deje hacerle foto.

    - Por favor, cuida de él.- Le pidió Nowaki.- Y si pasa cualquier cosa, no importa si parece tonta, llámame. O si tienes alguna pregunta…

    - Nowaki, tranquilo, todo va a ir bien y cuando vuelvas Hiroki estará tan enorme que parecerá que va a explotar.- Dijo haciendo que Nowaki sonriera ante esa imagen. Tenía muchas ganas de verle embarazado, aunque por lo visto no iba a poder disfrutar de aquel embarazo.

    - Tendrás que llevarle a clases de preparación del parto.

    - ¿También? Joder, tendrás que hacerme una lista con todo.

    - Kane.

    - ¿Qué?

    - Te hago responsable.- Le dijo Nowaki con voz firme.- Si algo le pasa a Hiroki o a mi hijo, tú serás el principal responsable.

    - Pero…

    - Más te vale cuidarlos.- Sin decir nada más, Nowaki colgó sintiendo una sensación agridulce. Se sentía feliz porque iba a ser padre pero al mismo tiempo estaba triste por no poder estar con su Hiro-san en esos momentos. Decidió que se esforzaría lo máximo posible para acabar lo antes posible aquel curso y volver con su marido y su futuro hijo.


    Hola ^^
    Espero que os haya gustado. Me ha costado muchísimo escribirlo pero me alegro de por fin haberlo acabado.

    Muchas gracias por leer :)

    ¡Un abrazo!
     
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758 replies since 12/3/2019, 17:31   17647 views
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