A(R)MOUR (Traducción del fanfic de Sinnatious)

A Hiroki le siguen rompiendo el corazón, una vez, otra vez y otra vez, como un tonto que no sabe hasta donde detenerse.

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    Me ha gustado el capítulo.
    Nooo pobre Hiroki otra vez va a sufrir, maldito Shinobu, espero que Miyagi no sea tan bastardo y lo haga sufrir.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Hola, hola!!! De nuevo con el siguiente capitulo!!! Este mes ha sido muy tedioso para la labor literaria de escribir/traducir, no ha sido un buen momento… Sin embargo aquí estoy!! Y en este capitulo, Shinobu sigue de intenso, y terco, esta haciendole pasar malos momentos a Hiroki y a Miyagi… Al mayor lo vemos convencido de que nada puede pasar entre ellos… ¿Sera como en el canon? ¿No se rendirá ante la determinación de este terrorista??... Veremos como Hiroki lidia con este nuevo problema:


    Capítulo 7





    “¡My sweet honey!” Miyagi irrumpió en la oficina con la fuerza alegre de un amanecer violento. “Ahhh, por fin terminó. Café, café…” Se apresuró a la máquina, tarareando para sí mismo mientras se servía una taza. “¿Tienes que quedarte hoy? Pensé que podríamos salir. Hay un nuevo lugar que abrió ceca de casa. Bueno, en realidad no tenemos mucha opción porque se me olvidó completamente ir al supermercado y se nos acabó la comida, aunque supongo que si en verdad quieres podemos ir de compras ahora y cocinar algo…”

    Hiroki permaneció silencioso en su mesa. Miyagi hizo una pausa – normalmente para ese entonces su colega habría al menos respondido de alguna forma, así fuera para decirle que hiciera silencio.

    “¿Pasa algo?” le preguntó, halándose la corbata para aflojarla. Los hombros del profesor asociado se veían más rígidos que el concreto, y esa familiar expresión de aburrida neutralidad, ligeramente apretada con el ceño fruncido, eran evidentes en su rostro como unas cortinas negras. Él no lo había visto de nuevo en las recientes semanas, y su abrupto retorno le preocupaba.

    “No, nada,” Hiroki dijo. “La cena suena bien.”

    Lo cual era un síntoma tan preocupante como podría ser. Un Hiroki pasivo era un Hiroki distraído. Considerando que Miyagi se ufanaba de sí mismo como la distracción principal en la oficina, para él apenas retener la atención de su colega era alarmante.

    Él le dio una palmada en la espalda. “Anímate. Te sentirás mejor cuando tengas comida al frente.” Miyagi hizo una nota mental de ordenar algo de sake con su comida. No lograría mucho si lo acosaba por respuestas en ese momento, pero Hiroki era un ebrio hablador.

    Excepto que cuando el finalmente había arrastrado a Hiroki de la oficina al restaurante – uno de esos lugares pan-Europeos, con quince diferentes tipos de pasta y panes – su mirada permanecía retraída, y la conversación extrañamente distante. El picoteo su comida, y termino no gustándole el vino así que solo bebió una sola copa con toda la comida. Y luego, después de que retornaran a casa, el rechazo cada toque de Miyagi de una forma tan callada que Miyagi no se sintió como para presionar el asunto.

    Miyagi se enorgullecía en saber leer a su colega y descubrir que era lo que le molestaba. Pinchaba un poco, probaba otro poco, actuaba como si los asuntos serios no fueran un gran problema y los pequeños problemas fueran un gran problema, y normalmente podría sacarlo de su caparazón. Tuvo mucha practica con su profesora después de todo, aunque él no tenía ni la experiencia de vida ni la de manejo de personas entonces.

    Aun así, se acostaron uno al lado del otro en la cama por horas esa noche, ninguno de ellos pudiendo dormir. Miyagi dejo el tema, pero – algunas veces el humor de Hiroki era como el clima, y los resultados de un mal día podía afectarlos rápidamente. Para todo este drama, él era un tipo maduro, y era capaz de solucionar la mayoría de las cosas en poco tiempo.

    Además, el tenía sus propias razones para permanecer despierto. Shinobu todavía lo acosaba casi a diario, y el rápidamente se estaba aproximando al final de su paciencia. El mocoso era lo suficientemente agradable, pero se volvía agotador, estar constantemente derribando las esperanzas de alguien cuando este persiste en no captar la indirecta… ¡Incluso hablándolo de forma directa no ayudaba! Ese tipo de comportamiento le podría ayudar a obtener una orden de restricción cuando sea adulto.

    Esperaba que el chico se diera por vencido y volviera a Australia pronto, y él podría volver su atención de vuelta a Hiroki.



    …………………….



    Excepto que el mal humor de Hiroki no se aliviano – si algo, se había vuelto más introvertido. Miyagi no se preocupó mucho por eso aun, porque había ese fuego intenso en los ojos de su colega-ahora pareja, ese tipo de destello que aparecía cuando él está lidiando con un estudiante particularmente revoltoso.

    Mientras tanto…

    Miyagi suspiro, y pesco las llaves de su oficina. “¿Qué quieres?”

    “Te hice el almuerzo.” Shinobu le ofreció la caja bento con ambas manos, como si estuviera ofreciendo unas barras de oro en vez de solo comida.

    Miyagi no hizo ningún movimiento para tomarlo. “Yo no te pedí que hicieras eso.”

    “¿Ya comiste?”

    No lo había hecho, y había estado planeando en ir a la cafetería. Pero antes de que el pudiera salir con alguna excusa, su estómago gruño.

    “Tienes hambre. Tómalo.” Shinobu insistió, presionando el bento frente a él.

    El chico era persistente, le tenía que reconocer. Era demasiado obvio que tenía motivos ocultos, pero evitándolo solo parecía hacerlo más obstinado.

    Con un sufrido suspiro, Miyagi acepto el bento con una mano y abrió la oficina con la otra. Shinobu lo siguió adentro, luego sentado en el borde del sofá y mirándolo con ojos oscuros como los de un halcón mientras el quitaba la tapa.

    Este… no se veía para nada apetitoso.

    Tentativamente, el probo un bocado del curry, y palideció. El sabor era… raro. Como si hubiese sido preparado de forma equivocada, o diluido. Considerando lo pastoso que estaba, probablemente fue lo que pudo haber pasado.

    Su expresión lo delato, mientras Shinobu abruptamente se levantó y busco el bento. “Perdón. No es muy bueno. Lo haré mejor,” le dijo.

    Tan molesto como el mocoso era, Miyagi no era desalmado. El obviamente puso mucho esfuerzo en él, e incluso si la intención no fuera apreciada, solo tirarlo era un desperdicio.

    “No te preocupes. Se puede comer,” le dijo. “Lo comeré. Solo no te hagas ideas.” El tomo otro bocado, mastico, y tragó. Él había experimentado algunos desastres culinarios en sus días de soltero – Esto no era peor que aquellas cosas que había hecho entonces.

    Pero el inmediatamente se arrepintió, cuando vio el brillo en los ojos del chico.

    El comió tan rápido como pudo tolerarlo, lavando el sabor liberalmente con café.

    “Estaba pensando,” Shinobu dijo seriamente, “Que tal vez deberíamos pasar más tiempo juntos.”

    Miyagi suspiro. Él sabía que esto iba a suceder en el mismo momento en que el muchacho apareció en a su oficina con un bento casero en la mano – pero era mejor que ellos tuvieran esa conversación en la privacidad de su oficina que haberlo convertido en una pelea a gritos en el pasillo. “Ya te he dado mi respuesta. No va a cambiar, no importa cuantas veces lo pidas.”

    “Eso es porque no hemos tenido la oportunidad para conocernos apropiadamente,” Shinobu argumento. “Si solo me dieras la oportunidad, cambiarias de idea.”

    “Ya estoy en una relación,” Miyagi le señalo por la que será la milésima vez.

    “Esa es solo tu excusa.”

    Se había salvado de contestar gracias a una puerta abriéndose, y su propia pequeña nube de tormenta personal entro de repente. “¡Hiroki!” El dejo de lado el nombre cariñoso con Shinobu presente. Ese gato proverbial pudo bien haber salido del saco, pero el mantendría una negación plausible mientras podría.

    “Profesor,” le respondió, y luego frunció el ceño hacia Shinobu, quien a su vez se veía como si estuviera tratando de convertir sus ojos en láseres mortales. “¿Estoy interrumpiendo algo?”

    “No,” Miyagi se adelantó, incluso mientras Shinobu abría su boca para responder. Le devolvió la caja bento a él. “Gracias. Ahora tengo que volver a trabajar. ¿Y no tienes clases?”

    Aun con una mirada amenazadora hacia Hiroki, Shinobu acepto la caja de vuelta. “¿Al menos lo pensaras?” le pregunto.

    “Seguro,” Miyagi accedió, solo para sacarlo de la oficina. Una promesa vacía – él lo pensaría y aun sacar la misma conclusión, que era lo mismo que no pensar en eso para nada.

    Dándole a ambos una mirada suspicaz, el chico salió de la oficina. Tan pronto como la puerta se cerró detrás de él Miyagi se desplomo en su asiento. “Necesito un cigarrillo.” El rebuscándose por el paquete dentro de su bolsillo resulto estar vacío.

    Hiroki volteo los ojos, abrió un gabinete en la mesa al lado de él y le lanzo un paquete nuevo. “¡Ah, mi querido! ¡Tú eres todo lo que un hombre pudiera soñar!”

    “Eres un adicto,” Hiroki le señalo monótonamente, luego se dirigió a su propio escritorio. “¿De qué se trató eso? ¿Ahora es comer los almuerzos de una esposa amorosa?”

    “Oh.” Miyagi hizo una mueca, y se rio incómodamente. “¿Sabes de esas cosas, huh?”

    “Hn.” Hiroki no se oía muy impresionado.

    “Sabes que no estoy interesado, ¿Cierto?” Con Hiroki, no estaba de más aclarar el ambiente tanto como sea posible. Los malos entendidos con el podrían estar muy arraigados y complicarse rápidamente. Miyagi tenía la sospecha de que eso podría ser la fuente de su persistente animo actual.

    Hiroki frunció el ceño. “Claro que no. El mocoso tiene la mitad de tu edad.”

    Miyagi asintió, aliviado. Claro. Él no era un asalta cunas. Nadie cuerdo lo podría considerar.

    En lo que a él le concernía, ese era el fin del asunto.

    Shinobu, por supuesto, resulto ser más obstinado de lo que él había anticipado.



    ……………………..



    Hiroki fulminaba con su mirada al suelo.

    Miyagi se froto la nuca tímidamente. “En verdad lo siento. El decano…” Se encogió de hombros. “Ya sabes como es. Trate de evitarlo, pero…”

    “¿Ese… mocoso… se va a quedar aquí?”

    Él era una amenaza. Desde que ese delincuente apareció afuera de su oficina, él supo que traería problemas. Toda una vida de experiencia había adiestrado sus sentidos para este tipo de cosas.

    “¡Por dos semanas, eso es todo!”

    Hiroki suspiro, atravesó el vestíbulo. Abrió de un tirón el closet de linos, pesco su morral de viajes, y lo arrastro hacia la lavandería.

    “Hey, ¿Qué estás haciendo?”

    Hiroki se lo quedo mirando. El profesor tenía una lista de problemas de personalidad bien documentados, pero era la primera vez que cuestionaba su falta de cerebro. “Me voy de vuelta a mi apartamento, obviamente.”

    Miyagi tomo su brazo. “No seas así. El solo se va a quedar aquí. Él puede dormir en el sofá.” El vagamente le señalo al ladrillo en forma de L naranja que ocupaba la mitad de su sala. No era particularmente cómodo sentarse en él, mucho menos dormir en él. La compra de un matrimonio sin amor si es que llegaba a ver uno.

    Hiroki frunció el ceño y se soltó. “No me siento con muchas ganas de quedarme aquí viendo como un niño enfermo de amor se te adhiere como una lapa.”

    Inesperadamente, eso le hizo ganarse una amplia sonrisa. “Awww, ¡my sweet honey! ¿Estas celoso?”

    “¿Celoso? ¿¡De un mocoso adolescente?!” se enfadó.

    Tal vez celoso no era la palabra correcta. Tal vez estaba asustado. Él había empezado a sentirse cómodo, empezaba a sentirse como el otra vez, cuando el drama llego a invadir una vez más. El ya no estaba seriamente preocupado por las amenazas del mocoso – él se sentía seguro de que podría derrumbar el blufeo del chico –pero todo ese asunto le dejaba intranquilo.

    Miyagi se acercó y le golpeo con su dedo en la frente. Parpadeando el retrocedió.

    “Esas arrugas en el entrecejo,” le advirtió con una torcida sonrisa. “No quiero que arruines esa linda cara antes de que llegues a los treinta.”

    Hiroki solo frunció su ceño aún más.

    “Mira, ya he dado a conocer mi posición claramente a él. Si quedarse con nosotros por dos semanas es lo que necesita para aclarar su mente, al menos habremos terminado con ese asunto.”

    “Es molesto,” el murmuró, y sintió que la palabra no era lo suficientemente fuerte.

    “Lo se. Yo también estoy irritado. Pero estoy seguro que solo esta confundido.” Miyagi extendió las palmas de sus manos a modo defensivo. “Es solo un niño. Es obstinado, el alardea, pero está fuera de su liga. Cuando vea que yo no voy a cambiar de opinión, volverá corriendo a Australia, y todo se solucionara por sí solo.”

    Hiroki no estaba tan seguro.

    Después de todo hace siete años, el recordaba a otro persistente adolescente que no tomaba un no como respuesta.






    ¿Sera una buena idea??? Sera que Miyagi esta ablandándose con Shinobu, lo vemos muy seguro… Pero Hiroki ya sabe que pasa en estas instancias ¿Se repetirá de nuevo la historia??? Un Shinobu aparcado en la sala de un hombre mucho mayor que el que esta en una relación con su colega profesor… No lo se.. ¿Qué piensan ustedes? ¿Confian en Miyagi o Hiroki debe hacerle caso a su instinto??
    Para no perder la costumbre agradezco a Anne onodera takano por su comentario (Vamos a ver... ¿Que pasara ahora que vemos a un muy seguro Miyagi??? ¿Habra sido una pesima idea??? Lo veremos!!). Gracias a cualquier lector fantasma que se tropiece con esta historia, espero que estén disfrutando cada capitulo.
    Como siempre gracias por sus lecturas, en espera de que se animen a comentar en los próximos capítulos. Nos leemos en el siguiente!!! <3
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Espero que Miyagi siga así de seguro y diciéndole no a Shinobu, Hiroki no puede sufrir otra vez.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    espero que miyagi siga con esa idea y no lastima a hiroki
     
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    Hola a todos!! Si esta vez me demore… Digamos que problemas surgidos y posibilidades de cambio en mi situación actual han detonado en que tuviera que posponer la publicación del siguiente capitulo. Espero les guste el episodio y nos leemos en las notas finales:


    Capítulo 8




    La noche inaugural con Shinobu en el apartamento se fue dedicado principalmente a un concurso de miradas intensas extremadamente tenso.

    “Así que, Hiroki, ¿Cómo estuvo tu día?” Miyagi trato de camelar una respuesta de su pareja, esforzándose en mantener la sonrisa bajo esa atmosfera opresiva.

    “Tu estuviste ahí, ya sabes cómo estuvo,” Hiroki murmuró, pero su mirada no se desvió del chico sentado frente a él en la mesa de la cocina. Shinobu, a su vez frunció el ceño al profesor asociado con todo su ser.

    Ellos retornaron a ese hirviente silencio. El chico había hecho su movida, irrumpiendo de esa forma. Hiroki no quería estar lidiando con esto, pero ya que tenía que hacerlo, no había manera de que se echara para atrás.

    ¿El niño quería jugar rudo? Había entrado en el fortín de Hiroki.

    “Ah, ¿Ya terminaste? Venga, lavare los platos.” Miyagi comenzó a recoger los platos de todos.

    Shinobu fue rápido en levantarse de su asiento. “¡Yo lo hare!” Le envió una mirada desafiante al que le cruzaba en la mesa.

    Hiroki solo se burló para sí mismo. Si el mocoso pensaba que iba a disputar con él las tareas domésticas para ganarse el afecto de Miyagi, el terminaría dolorosamente decepcionado. El niño probablemente se enamoró de la psicología inversa todo este tiempo.

    “Ah, en ese caso… Creo que iré a tomar una ducha,” Miyagi dijo. Le envió una mirada inquisitiva a su pareja, pero Hiroki no se movió de su silla. Con un encogimiento de hombros, el escapo de la cocineta y se dirigió al baño.

    Al minuto que Miyagi estuvo fuera del alcance auditivo, Shinobu finalmente habló.

    “Aun estas con él.”

    Hiroki se cruzó de brazos. “Así parece ¿Cierto?”

    “Supongo que no te importa tu carrera entonces. Lo hare. No creas que no lo haré.”

    “Estúpido mocoso.” La sonrisa de Hiroki que era como la de un tiburón, afilada y con todos los dientes. Él ahora estaba preparado para esto, no ser tomado por sorpresa como la última vez. “Tú sabes que, si quieres arrastrarme, te arrastro conmigo.”

    El niño se mofó. “Que podrías hacer?”

    “Míralo así: Bien. Logras que me despidan. Pero si haces eso, Me asegurare que absolutamente nunca obtengas lo que quieres.”

    El mocoso se quedó quieto. “… ¿Y cómo podrías hacer eso?” El aún no se oía convencido, aunque una nota de cautela se filtró a su voz.

    Chico estúpido. “Estas detrás de Miyagi, ¿Cierto? Todo lo que tengo que hacer es decirle al Decano todo al respecto.” Hiroki se inclinó, entrecerrando los ojos. Shinobu se mantuvo firme, pero se acomodaba incómodamente de un pie al otro. “¿Piensas que papito querido vería esa relación de una forma más amable que una ficticia conmigo? Ya es controversial que es con otro hombre – ningún padre quiere ver a su hijo salir con alguien el doble de su edad.”

    “Él no puede detenerlo,” Shinobu le respondió furiosamente.

    “¿En serio?” Hiroki bufo. “Incluso si fueras mayor de edad, el aún es tu padre. La forma como lo veo, él puede devolverte a Australia si así él lo quiere. Y no solo eso. Puede hacerle la vida difícil a Miyagi también. Seguro así lo vas a atraer.”

    Miyagi ya tenía antigüedad, así que no podía ser despedido tan fácilmente – A diferencia de Hiroki – pero estaba contando con que el chico no supiera eso.

    Tenía que darle al mocoso crédito – No se acobardaba fácil. El entrecerró sus ojos y respondió, “¿Y porque debería mi padre creer todo lo que digas, especialmente después de que yo hablé con él? Solo se verá como que estas tratando de sacar excusas. Y yo podría obtener una orden de alejamiento.”

    Hiroki iba a responderle mordazmente, cuando una tercera voz se entrometió en la conversación. “¡¿Qué rayos es esto?!”

    Shinobu se congeló. Miyagi parado, enmarcado en la puerta cerca de las luces de la cocina, viéndose de la forma más fría y furiosa que Hiroki le haya presenciado.

    “¿Q-Que? ¿No ibas a tomar una ducha?” el chico tartamudeo.

    “Volví para recoger algo, pero ese no es el punto. ¿Sonó eso como pensé que eso sonó?”

    “…C-cuanto escuchaste?” Shinobu pregunto. Se había puesto pálido.

    “Lo suficiente.” El miro a Hiroki. “Hiroki, ¿Esto es cierto? ¿Te ha estado amenazando?”

    Hiroki desvió la mirada y murmuro, “Lo tengo bajo control.”

    La expresión de Miyagi solo se volvió más oscura. Agarro a Shinobu por la muñeca y tiro de el para ponerlo de pie. “Vienes conmigo. Tenemos que hablar.”


    ………………………..


    Miyagi arrastro a Shinobu a su habitación. Era el último lugar en la que él quería tener esa conversación, pero estaban lo más lejos de la cocina y la más privada.

    “¡Suéltame! ¡Duele!” Se quejó Shinobu, tirando de su muñeca.

    Miyagi no respondió, solo medio arrastro, medio lanzo al chico en la oscura habitación. Él ni siquiera se molestó en encender la luz – Se filtraba la suficiente desde del marco de la puerta. “Esto tiene que parar.”

    “No tienes que ser tan rudo.” Shinobu frunció el ceño masajeándose la muñeca. Miyagi se sintió mal solo por ese instante – estaba muy molesto como para sentir lastima por el chico.

    “¿Qué es lo que tengo que hacer contigo? Te he hablado lo más claro posible. Te he dicho vez tras vez que tienes que rendirte. ¿Por qué no lo captas y nos dejas en paz?”

    “¡Por qué no me vas a tomar en serio!” el chico estallo. “¡Te digo que estoy enamorado de ti y solo me tratas como a un niño!”

    "Eres solo un niño,” Miyagi gruño. “Solo un mocoso inmaduro pensaría que está bien amenazar el trabajo y la reputación de alguien solo para obtener lo que quiere."

    El chico desvió la mirada, pero esa obstinación afincada en su barbilla aún estaba ahí. ¿Por qué siempre terminaba con problemas como esos? “Escucha. Eso no es solo para salirte con la tuya. Es quitarle la comida de la boca de alguien más, el techo sobre su cabeza y sus sueños lejos de su futuro. Si tu tuvieras una carrera por tu cuenta entenderías lo inmaduro y egoísta que es hacer eso.” Dejo salir con un pesado suspiro. “Por suerte, cometiste el error de darle a Hiroki tiempo para pensar sobre eso. Él no es tan fácilmente manipulable ¿Sabes?”

    “Hiroki esto, Hiroki lo otro,” Shinobu respondió molesto. “¡Estoy harto! ¡Pon tu atención en mí!”

    “¡Mocoso!” Miyagi le fulmino. “¡Estoy en una relación con el! ¿Eres estúpido o no puedes entenderlo?”

    “¡Estoy enamorado de ti! ¿¡Porque no lo entiendes?!” Shinobu le replico.

    Con eso fue. El chico nunca lo iba a entender.

    “Está bien. ¿Quieres que te tome en serio? Lo hare.” Agarro a Shinobu de los hombros y lo empujo encima de la cama. Los ojos del muchacho se abrieron con sorpresa mientras rebotaba sobre el colchón.

    “¡Que esta-”

    “Esto es lo que quieres ¿No?” le dijo enfadado, empujando su pierna entre sus rodillas, y forzadamente reclamando su boca en un beso violento.

    Shinobu se congeló bajo el, su boca inerte y su cuerpo rígido. Miyagi no se detuvo, Eso si – presionando su mano bajo la camisa de él, manoseando su pecho, los dedos bruscos, firmes e inflexibles, deslizándose hacia abajo para tirar de sus pantalones.

    El rompió con el beso y empezó a desabrochar la hebilla del cinturón. Shinobu solo se lo quedo mirando, con los ojos amplios y sus labios húmedos de saliva. “¿Cuál es el problema? Esto es lo que hacen los hombres. No puedes hablar tan libremente sobre el amor si estas tan asustado de esto.” Él se inclinó y le capturo la boca en otro profundo beso, y presiono sus ingles juntas. Shinobu salto como una cuerda punteada.

    No había nada suave, ni romántico, ni amable o gentil sobre esto. Era rudo, implacable, un contacto demandante – el nivel de intimidad indiferente e impersonal de una aventura de una noche o de un novio posesivo tratando de reivindicar su posición.

    Cuando el sintió que había dejado las cosas claras, Miyagi finalmente se retiró, dándole al chico espacio suficiente para escapar. Eso sería suficiente para darle un buen susto, para impactarle algo de sentido al mocoso. Ahora Shinobu podría llamarlo por muchos desagradables nombres, golpearlo tal vez, y finalmente salir de una buena vez de su vida. Esta era la forma más fácil.

    Entonces Miyagi lo miro – lo miro de verdad – al adolescente que tenía sujetado sobre su cama.

    Mierda. El chico en verdad iba en serio. Él estaba aterrado – el temblaba – pero aun pretendía seguir adelante con eso. Incluso con el lustre de lágrimas en sus ojos, él estaba tratando de llegar a Miyagi, tratando de convencerlo, a pesar de que era completamente obvio que estaba asustado y no tenía idea de lo que estaba haciendo.

    Su alma abandono el cuerpo. ¿Era el chico virgen?

    “Lárgate,” Miyagi dijo abruptamente, cansado de todo eso. “No quiero volver a verte.”

    “P-pero… Digo, Yo puedo…” el fanfarroneo.

    “¡Piérdete!” Miyagi le ladro.

    Intimidado, Shinobu salió en desbandada de la cama y se apresuró a salir de la habitación.


    ……………………..


    Había funcionado. Shinobu había vuelto a la casa de su padre esa noche y dejo de molestarlo. Miyagi no tenía idea de que le habría dicho a su padre, pero el Decano fue a su oficina después y pidió disculpas por las molestias.

    “Deberías haberme contado que estaba haciendo el en primer lugar,” Miyagi le dijo a Hiroki más tarde.

    El profesor asociado solo encorvo sus hombros y respondió, “No soy tan patético como para necesitar que me rescates de cualquier bobada.”

    Su orgullo aun encendido, obviamente. Miyagi podía lidiar con eso. Hiroki lo superaría pronto, y todo volvería a la rutina confortable a la que habían llegado antes. En la cual él podía entrar en su cocina a primera hora de la mañana y encontrarse con el pecho desnudo de Hiroki, y quedarse despierto hasta tarde hablando sobre literatura seguido generalmente de sexo extremadamente satisfactorio.

    Excepto que, por alguna razón, no funciono así. Ahora, cuando iba a la cafetería recordaba el terrible bento casero de Shinobu. Entrando en la cocina le recordaba esa incomoda noche con ese invitado. Besar a Hiroki hacia que su mente proyectara unas manos temblorosas y unos ojos gris oscuro llorosos. No tener esa cabeza con cabello color arena apareciéndose múltiples veces al día de forma inesperada se sentía extraño.

    Se sentía… solitario.

    Fue ahí cuando Miyagi se dio cuenta exactamente de lo que estaba pasando.

    Esto estaba mal.

    Esto estaba muy, muy mal.

    Miyagi no se había enlistado para nada de esto.

    Sus entrañas se revolvieron. Sus cigarrillos se volvieron insípidos.

    El tenía que romper con Hiroki. Ahora. El no debió haber comenzado nada con él en primer lugar.

    “En verdad no es justo,” murmuro, apagando la colilla en el cenicero. El humo lamiendo sus nudillos, delgados y pálidos trazos rizándose en el aire.

    Su colega no merecía esto. Pero el ya tenía un matrimonio fracasado. Miyagi sabia al final del precio que venía al intentar mantener una relación mientras albergaba sentimientos por alguien más.




    Bueno… El momento que temiamos esta llegando… La verdad me molesta… ¿Un hombre ya mayor como Miyagi tenia que empezar problemas porque no sabe tomar buenas decisiones??? Y de paso sabia que Hiroki no estaba en una buena situación, que habia pasado por un mal rompimiento… ¿Por qué tenia que arrastrarlo hacia algo que a la larga el no se iba a comprometer? Digamos que si logro que Hiroki saliera del agujero en que lo metio Nowaki…. Pero… Al menos hubiera sido consciente de que no tenían nada para empezar una relación… Incluso creo que Hiroki lo sabe en el fondo… No están enamorados uno del otro… Y meterse de forma romántica/sexual con compañeros/subalternos/jefes de trabajo no es una buena idea… De alguna forma siento que Miyagi si se llego a preocupar por Hiroki, pero esa preocupación se le fue de las manos… Y la soledad que el tenia tambien entro en juego… En fin era la receta para un desastre….
    Pobre Hiroki… ¿Por qué no lo deja en paz los infortunios? Pero algo sabemos… El no es de hacerse la victima, pero ¿Su orgullo le ayudara esta vez?? Veremos en el siguiente capitulo.
    Gracias a Anne Onodera Takano por tu comentario (Ya vemos que Miyagi como que no ha sabido manejar bien la situacion y ahora tiene que romper con Hiroki... Me enfada tan viejo y en esas? En fin) y Alicia Gonzalez (Gracias por tu comentario, ya sabemos para donde va eso ¿Cierto?) Y gracias a aquellos que leen esta historia, espero sigan leyendome en el siguiente capitulo. Nos leemos!!.
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Maldito Miyagi por no tomar bien sus decisiones y precipitarse hará sufrir a Hiroki sabiendo lo que ha sufrido.
    Esperaré con ansias la conti.
    Espero que tus problemas se hayan solucionado y los posibles cambios en tu actual situación sean a mejor y te vaya muy bien.
     
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    Ok volvi!! De nuevo con un nuevo episodio de esta triste historia… Parece que el destino quiere seguir poniendo a prueba a nuestro sufrido protagonista… ¿Qué creen que pasara? Miyagi parece que habia tomado una pésima decisión… ¿Quieren saber? Adelante!



    Capítulo 9




    Miyagi se inclinó profundamente. “Lo siento.”

    Hiroki no sabía qué hacer. No podía comprender del todo lo que estaba escuchando. “¡Yo pensé que se había devuelto a Australia!”

    “…Yo lo detuve en el aeropuerto.”

    Un enredijo de emociones lo atravesaron, y Hiroki no sabía cuál elegir. ¿Enojo? Pero a diferencia de Nowaki, Miyagi no había hecho algo malo aún – había sido completamente honesto y directo en el momento en que sus sentimientos cambiaron. ¿Incrédulo, a lo repentino que las cosas habían cambiado? ¿Traicionado? ¿Usado?

    “Tiene la mitad de tu edad,” Hiroki repitió aturdido.

    Miyagi se contrajo. “Lo siento,” se disculpó otra vez, pero no intento justificarlo.

    No debería haberle impactado tan profundamente. En verdad, el debió haber visto esto venir – tal vez no específicamente con el mocoso, pero el tenía sus reservas sobre todo este asunto para empezar, ¿Cierto? Él había estado seguro que no iba a durar, no con un hombre que tenía reticencia en admitir que era bisexual y que no había pasado siquiera un año con un matrimonio fracasado.

    Y, aun así, Miyagi había desgastado sus protestas con su jovialidad persistente, su respeto por el orgullo consumido de Hiroki, y la interminable lista de comodidades, tanto físicas como mentales, que el proveía.

    Su vista se puso borrosa, pero rápidamente parpadeo para aclararlo.

    Maldita sea. Se había encariñado.

    ¿Qué podía hacer? Él no era de los que le ruega a alguien para que se quede con él.

    "Ya veo. Iré por mis cosas," dijo monótonamente, y se apuró antes de que pudiera perder la compostura.

    "Hiroki-" Miyagi le siguió.

    "Olvídalo," le interrumpió. “No hay nada más que decir.” El encontró su talego en el closet y empezó a lanzar su ropa dentro de él. Él se abrió paso al baño donde agarro su cepillo de dientes y artículos de aseo. Luego los libros que había estado leyendo que reposaban en la mesa de noche, y el cargador de su teléfono.

    “Nunca fue mi intención de que todo se tornara de esta forma,” Miyagi dijo, aun siguiendo de cerca de forma incomoda a sus pasos.

    Hiroki no respondió.

    “¿No te vas a enojar? ¿Lanzarme algo? Me lo merezco, lo sabes. No es sano solo internalizar todo. Esto es mi culpa.”

    Hiroki se colgó el talego sobre su hombro. "Si hay algo que haya olvidado, solo llévalo a la oficina."

    "Hiroki," Miyagi intento de nuevo. "Si hay algo que pueda hacer..."

    Su compostura se quebró. "¿No has hecho suficiente?" le dijo entre dientes.

    Miyagi reculó.

    Hiroki se dirigió hacia el recibidor, y dejo caer las llaves de apartamento en la mesa. “Termine. Te vere en el trabajo.”

    “Hirok-”

    “Es Kamijou,” le corrigió fríamente, se puso los zapatos, y cerró la puerta principal detrás de él.

    Camino las primeras dos calles, antes de que desanimadamente parara un taxi – no le importaba que tan costoso era, él no estaba para dar una larga caminata de vuelta a su apartamento a esa hora de la noche, y había forma que el soportara la idea de tomar el tren en ese momento.

    Se quedo mirando taciturno la ventana ante el transitorio escenario, ignorando los iniciales intentos del conductor para hacer conversación, de vez en cuando parpadeando las lágrimas antes de que pudieran caer.

    No fue nada especial. Este tipo de situaciones suceden cada día. Algo que le ha pasado dos veces en un espacio de tiempo de meses... bueno, eso lo hace un tonto, ¿cierto? El seguía colándose por idiotas que perseguían a chicos más jóvenes a la primera oportunidad.

    Llego a su apartamento de nuevo. El edificio permanecía medio oscuro, solo algunas luces se asomaban debajo de las rendijas de las puertas y a través de las cortinas. Hiroki le dio algo de dinero al conductor, agarro su talego del asiento trasero, y a pisotones subió las escaleras hasta su piso.

    El apartamento estaba frio y oscuro y con olor a humedad – el solo se había detenido en ocasiones para revisar el correo o recoger algo que necesitara. No se molestó en encender la luz, solo dejo caer su bolso en el pasillo y se hundió en el suelo, su espalda contra una pila de libros.

    De nuevo aquí. De vuelta en ese lugar, rodeado de recuerdos de Nowaki.

    Su risa salió ahogada. El mocoso logro lo que él quiso al final. Él ni siquiera necesito destruir su carrera para hacerlo.

    Lo que sea. Ya no le importaba.

    Se termino para Hiroki. Estaba cansado de ser el segundo mejor para todo el mundo, de ser dejado de lado y ser olvidado en el momento en que alguien más llegaba.


    ………………………


    La mañana del lunes lo encontró trabajando temprano – no tenía interés de permanecer en su apartamento más tiempo del necesario, y no era que el pudiera dormir mucho en las noches de cualquier forma. La idea de tomar el desayuno le daba nauseas, así que mordisqueaba una barra de granola mientras acechaba los pasillos desiertos de la Universidad. Podría perfectamente estar hecha de aserrín por lo que probo.

    El usó el tiempo para organizar los planes de sus clases del día y termino de hacer algunas calificaciones. Ya que la clase no empezaba sino hasta más tarde, el continuo con la investigación para la próxima entrega de informes.

    Miyagi entro a la oficina veinte minutos tarde, sus pasos vacilantes y con ojeras tan profundas que rivalizaban a los de su colega. Se quedo en el marco de la puerta por un largo momento, solo mirando, antes de finalmente aventurarse a lo incierto, “Buenos días.”

    “Buenos días,” Hiroki replico neutralmente. “Llegas tarde. Tienes clase en diez minutos.”

    “Cierto.” Miyagi vio inusualmente nervioso, apurándose a llegar a su escritorio y buscar sus notas y poner una taza en la cafetera y estar muy cerca de derramarla. “Lo siento. Ahaha, ya sabes cómo es esto, lunes por la mañana…”

    Hiroki no comento nada – solo volvió a su trabajo.

    “Oye, Hiro-Kamijou,” Miyagi se corrigió, “Sobre todo lo que paso…”

    “No hay nada que discutir, Profesor,” Hiroki le cortó en el mismo tono de voz neutral. “Lo que haga con su vida personal ya no es mi problema. En lo que a mi concierne, nunca sucedió.”

    Miyagi bajo su mirada al suelo. “Tu armadura se volvió más fuerte.” Se rio, amargamente. “¿Yo hice eso?”

    Hiroki no le respondió.


    ………………


    Miyagi no lo volvió a traer a colación después de eso, pero parecía aliviado cuando Hiroki no hizo ninguna mención sobre su relación con Shinobu al decano, incluso si ellos lo merecieran. Al menos el Profesor ya no lo saludaba con abrazos y propuestas ostentosas.

    La atmosfera permanecía tensa en la oficina, pero no le molestaba. Cuando estaba ocupado trabajando, él podía bloquear todo, y pretender que nada había pasado y nada había cambiado.

    De esta forma, ese horrible lunes había terminado, y un igualmente terrible martes le siguió, y la vida avanza lentamente. Hiroki considero brevemente que sería mejor si intentaba cambiar de trabajo. Con una transferencia voluntaria, el rango de Profesor Asociado en Mitsuhashi podría obtenerle en el departamento de Literature de una docena de Universidades. Él tendría que volver a ganarse su permanencia otra vez, pero ¿Él quería quedarse en Mitsuhashi a largo plazo de esta forma?

    Pero eso no importaba. Tal vez Miyagi se sentía mal, pero a Hiroki no le podía importar menos como se sintiera. Ya tenía a su mocoso. Él podía lidiar con eso.

    Por supuesto, había muchas formas de tentativas de irrumpir en esa frágil paz. Akihiko deambulando por allí en sus usuales intentos de evitar a su editora. Sus estudiantes rebeldes como de costumbre. Su madre haciendo su llamada quincenal e inquiriéndole con sus típicas preguntas intrusivas en el peor momento posible.

    Y por supuesto, el mocoso que lo causo todo.

    “¡Ah, Kamijou!” Miyagi exclamo con sorpresa cuando el entro en la oficina. “No pensé que- um, esto no es lo que-”

    Era exactamente lo que parecía ser. Shinobu estaba sentado en el regazo de Miyagi – compartiendo un bento, aparentemente. El adolescente veía a Hiroki con sus parpados entrecerrados, con ojos satisfechos, y que más que nada le dijo que su posición no era ningún accidente.

    “Solo volví a recoger mis notas,” Hiroki dijo suavemente. “No se preocupen, no me voy a demorar.”

    El mocoso había venido a reafirmar su apropiación ¿Cierto? Como si no lo hubiera hecho completamente ya. ¿Qué más pensaba el pequeño terrorista que podía quitarle?

    El silenciosamente recogió sus notas, y los paso de largo a ambos sin darles una segunda mirada.

    "Kamijou-"

    "Disculpen. Tengo una clase que dar," le replico fríamente, y cerró la puerta detrás de él.

    No debió haber dolido. Sin embargo, Hiroki no sintió nada.


    ………………………



    La oficina estuvo dolorosamente silenciosa bajo el suave click de la puerta al cerrar.

    No podría haber sido más ruidosa si Kamijou la hubiera azotado.

    Shinobu se la quedo viendo, con una extraña mezcla de insatisfacción y perplejidad escrita en sus facciones. “Eso fue…”

    Miyagi no quería ni decirlo – no quería sobrecargar su frágil experimental relación con el peso de la recriminación, pero tenía que decirse. Él no podía ignorar completamente la diferencia de sus edades, y eso significaba que tenía cierta responsabilidad en la maduración de Shinobu.

    “Eso es el precio de esto.” El empujo al chico de su regazo para sentarlo al lado de él en el sofá de la oficina. “¿Ya ves ahora? Él no es un algún malvado tengu* que se desvanece solo porque te saliste con la tuya. Nuestras elecciones pueden herir a las personas también.”

    Shinobu frunció su ceño y volvió a su bento sin comentar nada. Sin embargo, se veía preocupado.

    Al menos eso significaba que Miyagi no estaría solo cargando su culpa. Se sentía verdaderamente horrible, viendo a su colega cerrarse completamente del mundo a su alrededor, verlo a él convertirse en un autómata solo moviéndose. El aún le lanzaba cosas a los estudiantes que no ponían atención, reprendía a idiotas, y hablaba apasionadamente sobre literatura… pero había allí un vacío en el ahora… un agotamiento que se veía muy arraigada, el tipo de cansancio que Miyagi normalmente veía en personas tres veces mayor a su edad.

    Lo desgarro, Miyagi había perdido su derecho a intervenir. Lo único que podía hacer era ver a su colega encerrarse en sí mismo, y esperar que alguien más pueda sacarlo de eso antes de que se hundiera demasiado.

    ¿Quién? él no sabía lamentablemente. Kamijou no era exactamente del tipo social. Él se llevaba con el resto de la facultad lo suficiente, pero durante su corto tiempo viviendo juntos el único contacto con el exterior que el recibió había sido una sola llamada de su madre. La única otra persona que parecía contar como un amigo era ese tipo que vino para pedir prestados libros y pasar el tiempo ocasionalmente en su oficina. ¿Cuál era su nombre? ¿Usami? Ellos habían sido presentados una vez, pero lo mucho que Miyagi tuvo que ver con el desde entonces ha sido un ocasional ofrecimiento de un cigarrillo.

    Aun así… A pesar de todas sus quejas, Kamijou le dejaba holgazanear en la oficina. Era inusual de su quisquilloso colega.

    Sus ojos se abrillantaron mientras consideraba eso.

    Tal vez había algo más que él aun podía hacer.







    Tengu: Criatura perteneciente al folclore japones, que es como una deidad asociada con los yokai (O criaturas sobrenaturales) y que son entre espíritus malvados a deidades protectoras. Se les reconoce por su muy alargada nariz… La autora decidio asociar a Hiroki con un tengu y no con un demonio… Aunque este por su ambigüedad, podría asociarse con esos.

    Bueno ¿Qué les parecio este capitulo? ¿Acaso sintieron como el corazón de Hiroki se volvía a romper… Es decir no como cuando se rompió por Nowaki, pero… Y me sigo preguntando… ¿Por qué carajos Miyagi tenia que cagarla asi?... Sobre la ultima parte creo que es solo un intento por alivianar su propia culpa, algo que cada vez que lo ve le hace sentir muy mal… Igual siento que Shinobu, por todo lo que hizo solo recibió una palmadita en las nalgas y ya… Igual yo apoyaría a Hiroki por que se buscara otro trabajo lejos de gente que es tan estúpida que hasta le hacen daño involuntariamente, pero el tiene sus razones (derivadas del orgullo) y la verdad yo hasta iría de chismoso con el decano y aguarles la fiesta, pero ese seria yo…. Veamos a ver como resultaría en ese experimento de traer a nuestro conejo favorito a esta trama…. ¿Sera una buena idea?? No se, igual siento que Usagi-san siempre ha sido del tipo egoista, y antes solo velaba por Misaki y por el… No se hasta que punto ha sido un amigo fiel de Hiroki, mas allá de que ha sido conveniente para el para alejarse de su editora… En fin veamos como se desarrolla esta historia.

    Como siempre quiero agradecer a Alicia gonzalez y a Anne onodera takano (Si, y salio con esto!! Uiiiigh que rabia y ese par todo campante... Bueno Menos mal Miyagi si se siente mal, pero me parece que la va a sacar barata... Esperemos a ver que pasa en el siguiente capitulo) por acompañarme en el ultimo capitulo… Seguro este episodio les hizo rebotar la bilis, pero bueno, Hiroki es muy fuerte… Me preocupa que llegue a perderse por tanto infortunio junto! Tambien gracias a quienes leen esta historia, ya nos acercamos a la parte final… No se lo pierdan!!!! Nos leemos en la próxima!! <3
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Pobre Hiroki todos les hacen daño.
    Espero que no se encierre en sí mismo.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Hola a todos!! De nuevo tarde pero aun de vuelta!!, por lo menos tengo el compromiso de terminar esta historia!!! En este episodio hay un giro… Uno que cuando lo lei no espere que sucediera… ¿Sera bueno para nuestro martir Hiroki? ¿Por fin le sucederá algo bueno a nuestro sufrido protagonista?... Vamos a averiguarlo!!... Nos vemos en las notas finales:





    Capítulo 10




    “No olviden traer sus trabajos tienen hasta el final de la semana, no habrá prorrogas a menos que sea por hospitalización, ¿Entendido?” Hiroki rugió. El cuerpo colectivo de estudiantes asintió frenéticamente, luego él les hizo señas con la mano, irritado, mientras ellos se iban. Ellos se apresuraron a irse, un río humano desgarbado y descoordinado que no veía la hora de abandonar la aterradora montaña del auditorio.

    Hiroki fue a sentarse en su escritorio, organizando lentamente sus notas mientras las rezagadas salían. Un dolor de cabeza había estado formándose detrás de sus ojos, y el aire condicionado había estado fallando todo el día, dejando el auditorio caliente y mal ventilado después de cada clase.

    Fue de vuelta a la oficina, ignorando a los estudiantes que arrastraban sus pies del otro lado del pasillo cuando lo veían venir. Él se detuvo en el Puerta por un momento, preguntándose si el mocoso estaba allí con el Profesor de nuevo, antes de sacudir su cabeza. ¿Qué importaba si ellos están ahí? No le podía importar menos.

    Cuando entro, sin embargo, en cambio se encontró a un autor que se le hacía familiar holgazanear en el sofá. Algo un poco más bienvenido, aunque Hiroki no se sentía con muchas ganas de entretener a alguien en el momento. “Bakahiko, ¿Que estas haciendo aquí otra vez?”

    Su viejo amigo le saludo con la mano, ni siquiera levanto su mirada del libro que había robado de los estantes. “¿No puedo ponerme al día con mis amigos sin tener una segunda intención?”

    “Entonces estas evitando a tu editora,” Hiroki refunfuño, dejando de lado sus notas en el escritorio y sacando los trabajos del día anterior. El bien podría terminar de calificar todo si el autor estaba determinado a perder el tiempo.

    "En realidad, Takahiro está de vuelta en la ciudad," él le dijo, hojeando casualmente la siguiente página de su libro.

    El nombre ya no le enviaba esa punzada de resentimiento a su corazón como solía hacerlo – o si lo hizo, se perdió en medio del dolor entumecido que llevaba a todos lados ahora. Se dio cuenta tardíamente que había pasado mucho tiempo desde que él hubiese escuchado a Akihiko hablar sobre su amor no correspondido. Tampoco sus novelas BL de pacotilla no habían mostrado su nombre por un tiempo. ¿El matrimonio por fin le había forzado a que el siguiera adelante? ¿Cuándo fue la última vez que-?

    "Acaso no se había mudado a Osaka-" Calculó en retrospectiva. "-Hace solo 6 meses atrás? Apenas hace que un viaje de vuelta valga la pena"

    Akihiko se encogió de hombros. "El solo viene de visita. Quiere pasar más tiempo con su hermano."

    “¿Entonces porque estás aquí?” Hiroki resoplo.

    La expresión de su viejo amigo se volvió oscura y amarga. "Él no estaba particularmente complacido conmigo."

    "¿Por qué no?" Su mirada se desvió hacia el trabajo del siguiente alumno. Otro mocoso de primer año llenando su horario con créditos - Hiroki estaba tentado hacerle reprobar solo por principios.

    "Porque su precioso hermanito se había marchado para irse a vivir con un extraño novio nuevo que nunca había conocido antes, y que yo no hice nada para detenerlo."

    "Hnnn, ¿Eso pasó?" Hiroki murmuro distraído. El no sabía mucho sobre el chico, mas allá del hecho de que Akihiko se había encargado de su tutoría en algún momento de los últimos dos años. Él había recurrido a desconectarse de la mayoría de las cosas que se refirieran a Takahiro como acto de autopreservación en algún momento de su segundo año de Universidad. "¿Porque no lo hiciste?"

    "Creí que de todas las personas tu entenderías lo incomodo que sería vivir con tu expareja cuando estos estén saliendo con otro tipo."

    Hiroki se atoró.

    “¿Tu…?” Las preciosas palabras que había guardado celosamente lo habían abandonado completamente. “¿Tu… estabas saliendo con el hermanito menor de Takahiro?”

    “Obviamente, ya no,” Akihiko dijo sin emoción.

    Esta revelación de que por los últimos dos años su amigo de la infancia en realidad había seguido adelante le impactó como un golpe físico. “¿No pensabas contármelo?” fue la única respuesta que pudo articular.

    Akihiko se encogió de hombros. “Nunca preguntaste.”

    ¡Por supuesto que él no lo pregunto! Él había tenido años de discursos sobre las muchas virtudes sobre Takahiro que le habían impuesto sin preguntar – ¿Cuándo las reglas habían cambiado de repente?

    “Además,” Akihiko añadió, “Tu parecías estar pasando por tus propios problemas en ese momento.”

    …Cierto. Eso debió ser cuando Nowaki había desaparecido a América por un año sin mucho más que una llamada por teléfono. En retrospectiva, Hiroki había sido una pobre compañía, muy enfocado en su propia miseria e incertidumbre como para ponerle atención a las divagaciones de sofá de su viejo amigo.

    Aun así… ¿Este era el misterioso compañero de piso? Akihiko lo menciono ocasionalmente, y solo ahora Hiroki estaba notando la cuidadosa omisión de su nombre, pero normalmente los comentarios eran sobre estúpidas discusiones o cual nuevo manjar mundano había cocinado para la cena la noche anterior. Hiroki había estado contento por eso, que su amigo había encontrado alguien con quien vivir y que pudiera tolerar, pero ese fue el hermanito de Takahiro…

    Hiroki frunció su ceño, apurándose para encontrar un terreno más firme. “No me sorprende que hayas estado deprimido. Yo pensé que había sido un poco melodramático ponerte así solo porque tu compañero de piso se había mudado.”

    “Hnnn.” Akihiko le dio Vuelta a la página de su libro. “¿He estado deprimido?”

    “El cómo puedes escribir tan elocuentemente sobre la angustia del mal de amores mientras eres completamente incapaz de procesar el tuyo propio será la tesis de grado culminante de algún estudiante algún día.” Resoplando, el empezó a clasificar sus calificaciones en su escritorio, más que nada para darle a sus manos algo que hacer así se quedaría ahí parado como un pasmado bufón.

    “Tal vez tengas razón,” Akihiko musitó. “¿Que debo hacer entonces?”

    “Idiota. Te daría un consejo y tu terminaras ignorándola, como siempre.” Sin embargo, no había verdadera acidez detrás de sus palabras. Akihiko era Akihiko, el siembre había sido así tanto como Hiroki podía recordar.

    “Yo siempre escucho tus consejos.” La protesta era tan jocosa que sonó sarcástica.

    “Idiota,” Hiroki le repitió. “Ya no hay nada que hacer de cualquier forma. Solo tendrás que superarlo.”

    Esas eran las palabras que se repetía a si mismo sin cesar desde la última quincena. Algunas veces el incluso creía que eran verdad.

    “¿Superarlo, cierto?” Akihiko musitó, desviando su mirada del libro para observar el techo. “Tal vez yo necesito un compañero de piso.”

    “Tal vez,” Hiroki concordó, distraído con uno de los trabajos que parecía que podría tener de hecho algunas ideas interesantes en él. Lo arrastro al fondo de la pila, para dejarlo de ultimas.

    “¿Tu vives solo, cierto?”

    Los dedos de Hiroki se crisparon, y su clasificación perdió su ritmo. “…Por el momento, sí.” ¿Tenia que traerlo a colación?

    “Deberías mudarte entonces.”

    “Hm,” Hiroki murmuro. Luego, “Espera, ¿Qué?”


    ………………..


    "¡Ya tengo un apartamento!"

    Akihiko no le puso el mínimo de atención a sus protestas, dándole órdenes a los hombres de la mudanza con descuidada autoridad. "Hay más espacio aquí. Ya he mudado tu librería." El agito su mano vagamente hacia una de las paredes lejanas, ahora cubiertas de libros desde el suelo hasta el techo.

    Hiroki no tenía idea que esto había pasado. No habían pasado dos días después de este pronunciamiento, que Akihiko había aparecido en su puerta con una compañía de mudanzas detrás de él, y antes de que Hiroki pudiera dejar de balbucear el tiempo suficiente para armar un convincente argumento, todo su apartamento había sido eficientemente vaciado y transferido al pent-house del autor.

    “¡Ese no es el punto! ¡No me voy a mudar contigo!”

    Akihiko mostro un gesto dolido. “¿Tan horrible amigo soy?”

    “No me hagas ese teatro,” Hiroki le gruño. Esa expresión alicaída pudo funcionar hace ocho años atrás cuando estaba cocinándose lentamente en las profundidades de su afecto no correspondido, pero él había conocido a Akihiko desde que eran niños. Él no podía caer por ese tipo de manipulación emocional tan descarada. “No voy a caer en eso. De cualquier forma, seriamos terribles compañeros de piso. ¿No has escuchado que vivir con amigos los convierte en enemigos?”

    “Dudo que pase, pero no tienes en donde quedarte. Solo hasta cuando volvamos a ponernos de pie, ¿Hmm?”

    “Yo ya estaba en pie, muchas gracias,” Hiroki le replico molesto, pasando un ojo crítico a los estantes buscando algún título perdido o dañado. Los hombres de mudanza habían sido asombrosamente cuidadosos y eficientes – Akihiko botaba su dinero como si fuera confeti, después de todo, el solo contrataba lo mejor – Pero sus libros eran su posesión más valiosa.

    “Tu necesitabas salir de ese lugar.”

    “Yo pensé que todo esto era más sobre tu necesidad de encontrar un compañero de piso,” Hiroki le desafió. “Una del cual nunca accedí a participar, ¡Por cierto!”

    “Tu jefe me dijo que estaba preocupado por ti,” Akihiko le comentó, ignorando sus protestas somo si no fueran más molestas que una mosca. “Yo concuerdo con él. Se cómo eres. Tu solo te quedarías ahí y te deprimirías a ti mismo en vez de encontrar un nuevo apartamento.”

    Miyagi. Debería haber sabido que el Profesor había tenido que ver con esto. Aun entrometiéndose, aun si no tuviera derecho…

    Los hombros de Hiroki se desplomaron. Como sea. Él estaba harto.

    Él estaba cansado.

    “Bien,” el murmuró. “Supongo que no importa si es por un par de semanas.”

    Akihiko en cierta forma tenía razón. Quedarse en ese apartamento… no era bueno para él. Demasiados recuerdos. Y ya no necesitaba ese espacio tampoco. El bien podría usar esa oportunidad para terminar el contrato de arriendo e irse a otro lado.

    Se giró sobre sus talones. El necesitaba espacio. Silencio. “Estaré en la habitación de huéspedes”

    Él no se percató de la mirada pensativa de Akihiko siguiéndolo.


    …………………


    A pesar de las reservas iniciales, convertirse en el compañero temporal de piso de Akihiko no era completamente intolerable. Su viejo amigo vivía en un lujoso pent-house, y todas las cosas de Hiroki estaban allí, así que no era como si le faltara comodidad hogareña. Y el autor de hecho generalmente se ocupaba de sus propios asuntos, dándole el tiempo y espacio para buscar un nuevo lugar en paz.

    Por los primeros cinco días, al menos.

    Abruptamente y sin ninguna advertencia, la puerta de su habitación se abrió de golpe y Akihiko entro rápidamente como si fuera el dueño del lugar, aunque técnicamente lo era, pero Hiroki aun así le gritó, “¿¡No pudiste tocar antes?!”

    “Vamos a salir.”

    “¿Disculpa? Yo no voy a ningún lado,” Hiroki replico de mala manera. “Déjame por fuera de tus planes.”

    “Lástima que no tengas nada que decir al respecto.” Akihiko lo engancho del brazo y lo arrastro hasta ponerlo de pie. “Has estado aquí dentro abatido por demasiado tiempo, y estoy harto de la comida a domicilio.”

    Estaban a mitad de las escaleras antes de que Hiroki lograra encontrar su equilibrio y liberar su brazo de un jalón, lo cual casi hizo que se cayera por las escaleras si no fuera porque Akihiko lo había sostenido. “¡Bien! Ya vámonos,” le dijo entre dientes. “Pero no a algún lugar de etiqueta. No puedo costear tu paladar de cinco estrellas.”

    “Yo pagaré.”

    “No lo harás. No necesito tu caridad. Yo tengo un trabajo. Ya es malo viviendo aquí sin pagar renta.”

    Akihiko se encogió de hombros. “Bien, Podemos ir ese bar que te gusta. La comida allí es decente.” Se puso los zapatos en la puerta, y le alcanzo a Hiroki su chaqueta.

    El la tomo con un mohín. Salir a tomar era casi la última cosa que quería hacer, pero el autor tenía razón. Y ya había pasado mucho tiempo desde que alguno de los dos hubiese salido a cenar o a beber – Nunca había sido frecuente, no después de que Hiroki empezara a salir con Nowaki, pero había sido un mal amigo con Akihiko en general últimamente, y si era honesto, lo era aún más como invitado, atrincherado así en su habitación. Y él estaba harto de la comida para llevar.

    “Vamos a tomar el tren,” le dijo. “La última vez que fuimos allí te pusiste tan ebrio que tuve que arrebatarte las malditas llaves de la mano antes de que te mataras.”

    Akihiko lanzo las llaves del auto en el sofá. “¿Feliz?”

    “No te hagas el listo” Hiroki se quejó. “Vámonos.”


    ……………….



    No era si en verdad no tuviera la intención de embriagarse, aunque en alguna parte distante, nublada de su cerebro sospechaba que había sido parte del plan de Akihiko desde el principio. El alcohol nunca fue su método de enfrentamiento de elección, pero una vez que empezaba…

    Sus mejillas se sentían cálidas contra el punzante aire acondicionado de la cabina del tren. “Creo que he bebido demasiado.”

    “Hnnnn,” fue toda la respuesta que dio Akihiko.

    “Gracias a Dios no tengo que trabajar mañana,” gruño, inclinando su cabeza para mirar de nuevo hacia la ventana. El vidrio se sentía placenteramente fría contra su sien, y las luces afuera pasaban en un atractivo manchón. Algunas partes clínicas de él ya estaban temiendo a la resaca, pero el resto estaban, pero el resto estaba demasiado sosegado por el placentero y relajante zumbido de cinco o seis cervezas artesanales de más. “No todos nosotros podemos organizar nuestro propio horario, sabes.”

    Akihiko no comento al respecto tampoco. “Esta es nuestra parada.”

    Las luces se ralentizaron, el tren se detuvo, y luego él fue arrastrado hasta ponerse de pie. Hiroki se tropezó contra su amigo mientras el mundo gentilmente se balanceaba en torno a él. Akihiko solo lanzo un brazo alrededor de sus hombros, sólido y cálido a su costado mientras se tambaleaban a través de la multitud de personas que empezaba a dispersarse saliendo de la estación de tren.

    “Si este es el comienzo de mi trayectoria al alcoholismo, te hago responsable.”

    “No podrías volverte un alcohólico. Tu gusto en cerveza es muy costoso.”

    “Mira quien habla.” Se tropezó brevemente por una grieta en el pavimento, pero Akihiko lo sostuvo con facilidad. “Además, se supone que hagas eso cuando te abandonan, ¿Cierto? Se supone que te emborraches con amigos.”

    “Deberías encontrar a alguien,” Akihiko le dijo, la única señal de su propio estado de embriagamiento estaba en el ligero ronroneo de su voz y la rica nota de alcohol que se notaba de su aliento. Era algo molesto, él siempre había aguantado mejor el licor, aunque no cabía duda de que al menos él mismo estaba borracho. “Eso es mejor que embriagarse. Ve, ten sexo de una noche.”

    Shinoda era parte de esa historia que Hiroki no quería revisitar, ni siquiera con la placida distancia proveída por el alcohol que difuminaba la memoria. “¿Para qué me arrepienta de eso también? De ninguna manera. Termine con eso… Con todo eso,” terminó sin convicción. “Aprendí mi lección.”

    “Te estas poniendo sentimental.” Incluso embriagado, Akihiko soltaba palabras elegantes como para convidar. Eso era lo glorioso de convivir alrededor de genios literarios. Miyagi era igual.

    Pensar en el Profesor debería haber enviado una ola de enfado a través de él, pero Hiroki se sintió solo entumecido ante el recuerdo. Se alejo bamboleándose ligeramente. “Puedo caminar por mí mismo.”

    “Llamas a eso caminar,” Akihiko se rio. Definitivamente estaba ebrio. Akihiko nunca ríe. El apenas ha sonreído en su vida. “Como sea, ya llegamos.”

    Somnoliento, Hiroki se quedó viendo al enorme bloque de apartamentos. Huh. Pensó que la caminata desde la estación tomaba más tiempo. Su percepción del tiempo claramente estaba arruinada. Pero su amigo ya estaba adentrándose y llamando al ascensor, dejándolo luchar por alcanzarlo.

    Una vez adentro, se incline en la esquina y cerró los ojos mientras sentía el vacío cuando ascendía. “Urgh. Estoy muy viejo para esto. Voy a tener la peor de las resacas mañana.”

    “En verdad estas viejo. Solías soportar el doble de eso sin pestañear.”

    “Bakahiko,” Hiroki se deslizo mientras el elevador llego al pent-house.

    “Tch, que amargado. Necesitas acostarte con alguien.”

    “Sigues diciendo eso. Pues no voy a coger con algún extraño solo por un rollo de una noche. ¿Qué se supone que deba hacer? ¿Contratar a un escort? No gracias.” Hiroki se quitó los zapatos y estaba encogiendo sus hombros para quitarse la chaqueta.

    Unos pesados brazos lo envolvieron desde atrás, y un aliento caliente le acaricio la oreja, que llevaba el empalagoso recuerdo de las bebidas de esa noche. “Yo me ofrezco.”

    Hiroki se quedó quieto.

    Cuando finalmente encontró su voz, salió rasposa como una lija. “…No bromees con eso.”

    “No estoy bromeando.” Unos dedos fríos se deslizaron sobre su cuello, enredándose en su cabello. “Lo hiciste antes una vez por mí. Puedo devolverte el favor.”

    Había sido un contrato implícito entre ellos nunca en la vida volver hablar de esa noche. Había tomado meses recuperar su amistad. “Te arrepentiste.”

    “Las cosas han cambiado desde entonces,” Akihiko murmuro, y ahora unos labios estaban contra su garganta, no del todo besando, pero podía sentir como pronunciaba cada palabra. “Ninguno de los dos está esperando a alguien en esta ocasión. Solo necesitamos superar esto.”

    Era una estúpida idea. Absolutamente la peor. Incluso a través de la bruma del alcohol, una parte de él reconocía eso. Que esto no era por distracción o por confort. Que esto debía ser por castigo.

    Excepto esos fríos dedos contra sus demasiado calientes mejillas se sentían bien, y sin tener la intención, se vio a si mismo presionarse contra la firmeza de Akihiko con su espalda, y darse la vuelta para ver a esos tan familiares ojos de ese color casi-lavanda.

    Lo más astuto, lo más sano que habría sido seria liberarse, ir a su habitación, y cerrar la puerta hasta que ambos estuvieran sobrios.

    Hiroki no tenía un gran registro de tomar ese tipo de decisiones.

    “Lo estás pensando demasiado, viejo,” Akihiko murmuró. “No es gran cosa. Hemos hecho esto antes. Solo pretende que soy alguien más.”

    Hiroki desvió su rostro. “Eres un hombre cruel.”

    Pero cuando Akihiko entrelazo sus dedos juntos y lo guio hacia su habitación, él le siguió silenciosamente.

    Esta vez, no había ninguna venda, no eran unos adolescentes inexpertos que no sabían muy bien que tenían que hacer con sus manos. “Has perdido peso,” Akihiko comento, sus manos apoyándose en los huesos que sobresalían de las caderas de Hiroki. “Puedo ver tus costillas.”

    “Y tú has ganado peso, ya cállate,” Hiroki murmuro, agarrando su camisa y lanzándola sin cuidado a un lado. Ya había pasado siete años, después de todo – claro que habían cambiado.

    Akihiko solo soltó una risa, y después era como si los últimos siete años nunca hubiesen pasado – todo manos frías, respiraciones suaves, y pieles húmedas de sudor mientras ellos caían en la cama. Las sábanas se apiñaban y torcían debajo de sus desnudos hombros mientras Akihiko movía sus labios en su pecho, dedos siguiendo un delicado patrón sobre su estómago.

    Había pasado demasiado tiempo para ambos obviamente – en lo que no se sentía el tiempo para nada, ellos estaban listos, la prisa de la ardiente excitación atravesándolos. Hiroki apretó sus ojos, su cuerpo se estremeció cuando Akihiko se deslizo adentro. Sus dedos se enroscaron, enredándose en las sábanas, todo pensamiento coherente se perdió en las olas de placer. Esas extrañamente familiares manos aferrándose a su cintura, vagando hasta tomar tiernamente su rostro. Manos demasiado frías para la memoria.

    “-aki… Nowaki…”

    No fue nada más que un susurro sin aliento, pero Hiroki se congelo apenas la palabra abandono sus labios. Sus ojos se abrieron de golpe y atraparon, por solo un instante, una sombra pasando sobre el rostro de su amigo.

    Se había ido en un parpadeo, y alguna parte del centro de su lógica que apenas funcionaba se preguntó si había sido un efecto óptico por la falta de luz. Luego Akihiko se estaba moviendo de nuevo, más rápido en esta ocasión, y Hiroki lanzo su cabeza hacia atrás, su espalda arqueándose.

    Akihiko se inclina acercando sus pechos hasta que estuvieran alineados, un soplo de aliento calentando su oído. “Haré que te olvides de él.”

    Hiroki no tenía el aliento para responder. El solo cerro sus ojos, y dejo que sus pensamientos divagaran en un olvido sin sentido.







    No tengo idea como la historia tomo este giro… Es como una forma extraña de la vida de compensar a Hiroki?? O en realidad solo lo prepara para algo mas… Nunca en mil años Hiroki pensó que esta fantasia juvenil, ese amor no correspondido volvería a su vida y de esta forma… Pero no estoy segura, Akihiko solo ha sido expresivo con Misaki, es casi imposible saber si no esta usando a Hiroki como un escape a su libido… Aunque… Bueno solo digo que senti un fresquito cuando Hiroki le devolvió el hecho de llamar a otra persona mientras están teniendo sexo y que Akihiko sintiera lo que Hiroki sintió cuando paso en el pasado… Y no se, pero no le gusto… ¿Si fue solo impresión de Hiroki?? Aun asi Akihiko no se detuvo… ¿Significa que al fin Akihiko puede ver a Hiroki mas allá de solo un viejo amigo? ¿Se sentira atraído por el?... Fue como algo que el escritor estuvo planeando… ¿Pero con que intención?... Son muchas inquietudes y la verdad si esto lleva a mas dolor, Hiroki debería mas bien irse lejos de tanta gente que le hace daño (voluntaria o involuntariamente) esperemos a ver que pasara con nuestro protagonista, que a pesar de todo por lo menos encontró una forma para liberarse aunque sea sexualmente (No se si nuestro conejo será tan fogoso como cuando estaba con Misaki) pero creo que Hiroki no se quejara en ese aspecto 😉
    Ahora para la acostumbrada sección de agradecimientos debo hacerlo para anne onodera takano. Me alegra que sigas esta historia y sufras con nuestro protagonista la historia tiene su recompensa. Y gracias a todos los lectores de esta historia y espero poder conocerlos por escrito en el futuro. Gracias!
     
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    Me ha gustado el capítulo.
    Espero que Akihiko no le haga sufrir, Hiroki ya ha sufrido mucho se merece ya tranquilidad y paz y amor.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Excelente capitulo,solo espero que no haga sufrir a hiroki
     
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    ¡¡Hola de nuevo!! Perdón por la tardanza de meses. Hubo muchos cambios de planes, incluyendo el tener que iniciar un entrenamiento que me acaparaba tiempo en la semana, aparte de manejar un negocio y aparte cumplir con otras responsabilidades. Aparte (otro aparte) un mes de viaje que me atraso bastante en la entrega de este capítulo. Sin embargo, estoy feliz de por fin publicarlo y dejarlo para entretenimiento de las seguidoras de esta historia y estos personajes. Como anticipo, solo puedo decir que el rumbo de las cosas va de forma muy extraña, y sobre todo inesperadas… Una fantasía de vieja data se le cumplió a Hiroki y el no sabe como reaccionar a eso… No cuando ha vivido más cosas (y sufrido mucho más) siento que el pobre se va a volver loco con tantas cosas que le están pasando. Espero disfruten de este capítulo:


    Capítulo 11





    Tan pronto como Hiroki abrió los ojos la siguiente mañana con un pulsante dolor de cabeza y una boca que le sabia a espuma de relleno de sofá, él supo que había sido un error.

    Le había tomado un largo tiempo, unido a la obstinación de Nowaki, para que finalmente Hiroki pudiera dejar sus sentimientos unilaterales por Akihiko a un lado. Para superarlo y seguir adelante con alguien que algún día podría en verdad importarle algo sus sentimientos. Para alcanzar al punto donde el podía ver a su amigo y pensar en el cómo nada más que un amigo, donde el pudiera leer sus novelas sin entretenerse con desesperanzadas fantasías o ser constantemente recordado sobre su incomoda historia juntos.

    Y en un momento de embriagada debilidad, él había deshecho siete años de progreso.

    Reviso el reloj alarma con ojos nublosos. No era particularmente tarde aun, pero lo suficientemente tarde para volver a dormirse otra vez.

    Akihiko había colgado su brazo sobre su costado en algún momento. Hiroki logro deslizarse por debajo de este, cuando el brazo de repente se apretó alrededor de sus costillas, atrayéndolo de nuevo contra él. “Unnnnhhhh.”

    Maldición, él había olvidado que tan acaparador era Akihiko en las mañanas. “Déjame ir tu gran idiota, necesito ir al baño.”

    Akihiko solo le acaricio la nuca con su nariz. Hiroki se puso rígido, luego se apartó a la fuerza, cayendo torpemente fuera de la cama en una maraña de sábanas.

    Akihiko finalmente abrió sus ojos una brizna. “¿Hn? ¿Qué estás haciendo?” Su voz se arrastraba con confusión.

    “Al baño. Vuelve a dormir,” Hiroki le gruñó.

    “¿…Hiroki?”

    Cerró la puerta de la habitación de golpe detrás de él.

    Su respiración no se tranquilizaba. A tientas busco los grifos, abriendo la llave del agua fría al máximo. Se salpico la cara somo si con el choque de temperatura pudiera ahuyentar ese persistente sueño – pesadilla – y reestablecer la realidad una vez más.

    No lo hizo. Él estaba ahí parado frente al lavamanos del baño, mirándose al Espejo mientras el agua goteaba de su cabello.

    Siete años, y el recuerdo aun quemaba como aceite caliente. Él lo había enterrado, reemplazado manos heladas por unas cálidas, pero las cicatrices nunca habían sanado del todo. Y ahora había abierto las heridas de nuevo y les había frotado sal, además.

    La peor parte era que, él no sabía cuál par de manos le atormentaba más.


    ……………….


    Para cuando Akihiko finalmente se había desprendido de la cama, Hiroki había batallado para recuperar lo suficiente de su compostura para empezar a hacer el desayuno.

    El autor se desplomo en su silla, su rostro contraído en un sombrío gesto. Hiroki se dejó una taza de café frente a él, seguido por un plato.

    Como estaba, Akihiko ya iba cerca de la mitad de su taza antes de que su mirada de aclarara lo suficiente para registrar apropiadamente la comida que se presentaba ante él. “¿Tostada?”

    “Tengo resaca, no estoy con ganas de sea comer o hacer algo más elaborado que esto,” Hiroki le replico. “Si quieres algo más sofisticado, hazlo tú mismo.”

    Akihiko se quedó mirando la tostada, y siendo viejos amigos o no, Hiroki no pudo interpretar esa expresión facial. ¿Decepción? ¿Sorpresa? ¿O solo era su acostumbrada mirada mortal matutina?

    Sin embargo, al final, el la levanto y empezó a comerla sin ninguna queja. Hiroki se ocupó a si mismo con la limpieza. Normalmente no se hubiera molestado, pero… “Tu cocina esta asquerosa. ¿Cuándo fue la última vez que limpiaste este lugar?”

    “Hmmm… ¿Hace tres meses?”

    “Tre-” Hiroki se cortó a sí mismo. Él no podría estar sorprendido, en verdad. “Idiota. ¿Porque no has contratado a una ama de llaves?”

    La luz en los ojos de Akihiko esta vez era inequívocamente testaruda. “Eso no es ordinario.”

    “¿Aun sigues con esa idea de vivir el estilo de vida de un plebeyo?” El ojeo la esponja que tenía en su mano con disgusto. Su cabeza le dolía demasiado para lidiar con eso. “Tu vives de tu propio dinero, ¿No es eso suficiente?”

    El silencio taciturno le respondía que no lo era. Hiroki solo puso los ojos en blanco y lleno el lavaplatos con agua jabonosa. Ninguno de esos platos se podría limpiar sin estar en remojo completo. Su estómago se sacudió al ver el estado de algunos de ellos en el fondo. Pensándolo bien, tal vez debería dejar eso hasta que su resaca hubiese pasado un poco.

    “Hiroki, ¿Como te volviste bueno para esas cosas? Tu familia tiene dinero también.”

    Hiroki le dio un palmazo en la parte de atrás de la cabeza cuando pasaba junto a él hacia la caneca de la basura. “Ni siquiera estamos al mismo nivel, idiota. Pasaste tiempo allá lo suficiente como darte cuenta de eso.” Él no era como si fuera un amo de casa, no de la forma como Nowaki había sido – el inesperado pensamiento aun le hizo comprimir su pecho – pero no era como si fuera ingeniería aeroespacial.

    “Supongo.” Akihiko le dio un sorbo a su café, su rostro pensativo. “¿Que vas a hacer hoy? ¿Necesitas ir a la Universidad? Te puedo llevar.”

    “Es mi día libre. Necesito salir a buscar un nuevo apartamento.” Incluso si lo último que quería hacer en ese momento era salir. Empezó a rebuscar en las alacenas. “¿No tienes tabletas para el dolor de cabeza?”

    “En la alacena encima del lavaplatos,” Akihiko respondió. “Deberías quedarte. Extraño tener un compañero de piso.”

    “No voy a ser tu mucama particular.” Incluso si el autor necesitara desesperadamente una.

    “Tal vez contrate a alguien,” Akihiko medito. “Ya que esta también es mi oficina. Las oficinas también contratan servicios de limpieza.”

    “Lo que sea que te parezca,” él le gruño.

    Esto estaba bien. Esto era lo normal. Si Hiroki pudiera solo aferrarse a este chachareo familiar, el estaría bien.

    Por supuesto, Akihiko no le dejaría salirse con la suya.

    “Anoche. Dijiste que era un hombre cruel.”

    Hiroki se congelo. Varios segundos después demasiado tarde para ser natural, el logro tartamudear, “¿Q-que estas trayendo a colación tan de repente? Yo estaba ebrio. No puedes ir por ahí citando lo que yo haya dicho cuando estoy embriagado, tú lo sabes.”

    “Eres más sincero cuando estás ebrio. ¿Qué fue lo que te pareció cruel?”

    “Nada. Ni siquiera se de lo que estás hablando.”

    Akihiko Descanso su mentón sobre la palma de su mano. “Lo disfrutaste, ¿Cierto?”

    Su rostro comenzó a arder. “¡I-idiota! No digas cosas raras.”

    “¿Te ayudo?” Cuando Hiroki no respondió, atragantándose con sus palabras, Akihiko continuo, “No tenía expectativas, pero me ayudo. Tenías razón, es más fácil pensar con claridad cuando no estas sexualmente frustrado.” Le dio otro sorbo a su café. “Solo espero que fuera igual para ti.”

    Esto era una trampa de la autoría del propio Hiroki. Hace siete años, ese había en buena parte el discurso que había usado para convencer a Akihiko en permitirse esa engañosa fantasía de juego de roles. Y para admitir la verdad ahora, para confesar lo mal que eso lo había dejado, tendría que revelar esos años de afecto no correspondido. “…Si,” le mintió.

    “Deberíamos hacerlo de nuevo.”

    Hiroki balbuceo y se dio vuelta. “¿Que?! ¡No! ¡Eso fue cosa de una sola ocasión!”

    “¿Por qué tiene que ser así?” Akihiko pregunto.

    “¿Que paso con el verdadero romántico que no podía dormir con alguien a menos que esta persona le importara?” Hiroki le desafió.

    “Tú me importas,” fue la plana respuesta de Akihiko. “Y las cosas cambian, Hiroki. Tú lo sabes.” Él se levantó, camino hacia él, Hiroki retrocediendo hasta que el dio con el borde de la encimera. “Me sorprende que te alteres por eso.”

    “¡N-No lo estoy! Solo es… inesperado.”

    Hiroki nunca había sido idealista sobre las relaciones. Aunque el a duras penas era despreocupado con el sexo, él nunca había considerado el verdadero amor o algún compromiso como prerrequisito para algún encuentro. Él había tomado malas decisiones cuando se sentía solo, o cuando estaba excitado, o cuando estaba ebrio, pero en la fría y sobria luz del día, yacían acostones desacertados con Shinoda y Haruhiko que fueron interrumpidos tan rápido como había sido posible.

    Pero ya había puesto el precedente, ¿Cierto? De que él estaba bien con el sexo casual. Y cuando Akihiko le pregunto si le había ayudado, él había dicho sí.

    “Somos amigos,” Hiroki se estreso, un poco desesperadamente.

    “Amigos con beneficios,” Akihiko le murmuro, y lo envolvió con sus brazos. Hiroki apenas pudo contener el estremecimiento.

    Él estaba acorralado. Su cerebro había estado paralizado – las palabras no salían de su boca. Pero una parte de él registro que Akihiko era todo lo que le quedaba ahora. Todas las otras puertas se habían cerrado frente a el – y Hiroki se inmolaría a si mismo antes de cerrar esta última.

    “…Yo supongo que está bien, entonces,” le murmuro. “sí También te está ayudando.”

    Era solo sexo, se dijo a sí mismo, y no se creía una sola palabra.


    ……………….


    Miyagi envolvió sus manos alrededor de su tercera taza de café de la mañana, su boca se estiro en un silencioso bostezo. Ese condenado Shinobu… él no tenía idea que el niño funcionaba durmiendo tan poco. Probablemente tomaba una siesta en la tarde cuando el aún estaba trabajando.

    La puerta se abrió, dejando entrar una familiar nube tormentosa. “Buenos días Hiro-Kamijou~” Miyagi se corrigió a mitad del canturreo. El alegre saludo le sabia incomodo en su lengua, pero ya que su subordinado parecía estar determinado a retroceder el reloj, el solo podía actuar su parte. Con el tiempo lo que ahora es incómodo se volverá natural de nuevo.

    Kamijou ojeó la habitación sentenciosamente. “¿No está el mocoso hoy?”

    “Esta en el colegio.”

    El cómo respondió al levantar la ceja era más elocuente que un ensayo de mil palabras. Miyagi encogió sus hombros se enfocó dramáticamente en su café. “Si debes saber, estamos manteniendo las cosas platónicamente por ahora.” El chico podría tener una edad legal, pero era apenas eso. El aún tenía escrúpulos.

    “¿Sentarse en el regazo es lo que ahora los niños de colegio le llaman a tener algo platónico?”

    Miyagi deposito su café en la mesa. “¿Lo vamos a hacer ahora? ¿Finalmente lo vamos a tratar?” Él había esperado a que pasara lo inevitable, pero la armadura de Kamijou se había mantenido firme, y la amabilidad profesional fue estrictamente impuesta. Esta había sido la primera vez en semanas que la conversación se había aventurado tan cerca del esperado ataque.

    “Parece estar inusualmente ansioso por una pelea, Profesor,” Kamijou le respondió apaciblemente. “Solo estaba haciendo conversación.” Se sentó en su escritorio, sacando a la vista trabajos pendientes.

    “Supongo que ser pasivo-agresivo es mejor de que has estado haciendo antes,” el meditó. “Aunque honestamente esperaba que tu gritaras y me lanzaras cosas.”

    “Ha visto muchas telenovelas. Pero si le hace sentir mejor, yo podría ir de chismoso con el Decano.”

    Miyagi le agito las manos rindiéndose. “¡No! ¡Así está bien! Ahahaha…”

    Kamijou continuo diligenciando el formato, el sonido del bolígrafo contra el papel llenando los espacios vacíos entre las palabras. “En ese caso, podrías intentar ser más discreto si quieres mantener las cosas de bajo perfil.”

    El no pudo evitar encogerse ante eso. “Cierto, cierto. Yo, ah, lo tendré en cuenta. Gracias por no decir nada al respecto.” Había sido una gran preocupación. Él era de planta, el Decano no podía despedirlo, pero fácilmente podía llevarse a Shinobu lejos y hacerles la vida difícil a ambos. Un ex un poco más vengativo podía causar muchos problemas ahí con muy poco esfuerzo.

    “Ya no me concierne.” El tono de Kamijou era tan plano que podía presionar hojas secas. “Aunque a cambio, apreciaría si pudiera evitar involucrarse en mi vida en el futuro, Profesor.”

    Así que de eso se trataba. “Todo lo que hice fue mencionar que la situación había sido algo difícil para ti últimamente, ¡Te lo juro!” Aunque el hecho de que había sido traído a colación al menos significaba que sus instintos habían sido acertados y el amigo Kamijou había actuado. “¿Por qué de todas formas me están culpando de eso?”

    Como respuesta, Kamijou le deslizo sobre la mesa el formato que estaba completando. Miyagi la reviso y levanto una ceja. “¿Cambio de dirección de contacto?”

    Kamijou se enfocó de nuevo en su escritorio, reuniendo los materiales para sus clases del día. “Es solo temporalmente. Yo espero encontrar un nuevo lugar donde vivir, pero está tomando más tiempo del planeado.”

    “Aun así es mejor, ¿Cierto? Saliste de ese viejo lugar.” Ya no más ese apartamento oscuro lleno de espacios. “Para que son los amigos, apareciendo en los momentos difíciles.”

    “Ya he tenido mi cuota de personas ‘apareciendo’ en mis asuntos.”

    La amargura en su tono hizo que Miyagi pausara. Era mejor que la fría neutralidad de antes, pero no menos inquietante. Revisando a su compañero de trabajo con más detenimiento… El no parecía que hubiera mejorado mucho. El evidente manchón de maquillaje que permanecía bajo sus ojos, y el encorvamiento de sus hombros se veía casi turbador.

    “¿Sucedió algo?”

    “No pasa nada.” Una mentira, tan obvia como se veía.

    “Kamijou…”

    Su colega simplemente tomo las carpetas bajo el brazo. “Disculpe, Profesor, tengo clase.”




    Bueno… No se las cosas están muy raras, el pobre Hiroki no sabe bien cómo afrontar esta nueva situación, y me da tristeza que se aferre y se conforme como “amigo con beneficios” con tal de no perder al único que le queda a su lado, sabiendo que tomando esas decisiones lo harán sufrir en el futuro… Y si yo aun no confío en que Usagi-san lo haga sin segundas intenciones o sin cierto egoísmo… Pobre Hiroki la autora sí que se la ha dedicado a martirizarlo ¿No? Esperemos a ver que le sucederá en el futuro. Y de Miyagi sigo pensando que la saco demasiado barata, y no se merece el golpe en la muñeca por aprovecharse de la soledad de una persona con depresión para vaya a saber que intentaba lograr… Ah y hacer grooming con un menor… Que no se nos olvide, aunque ese niño se entregue a sí mismo en bandeja de plata… Tal vez por lo problemática que es la relación con los lectores actuales que esta historia no se ha actualizado en muchos años por Nakamura excepto por una pequeña aparición en algún Mix, es una lástima tener esta premisa para los seguidores de la pareja terrorista.

    Bueno y sigo con la acostumbrada sección de agradecimientos: Gracias a Anne onodera takano y alicia gonzalez, ambas preocupadas por el pobre Hiroki... y bueno nada mas que decir que yo todavia no confio en Akihiko, pareciera que esta haciendo esto de tener a Hiroki al lado solo como paño de lagrimas mientras esta pasando la tusa del abandono de Misaki (Y Hiroki tampoco es que haya olvidado a Nowaki y aparte doblemente cachon con las indiscreciones de Miyagi =_= ) solo espero que por fin encuentre al menos su equilibrio. Tambien agradezco a los lectores fantasma que difrutan de esta historia espero leerlos en algun futuro.
     
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    Sueño con un final feliz para un Amor verdadero
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    Recordaba haber leído esta historia, pero no recordaba habértelo comentado, mira que para entonces era solo un capítulo. Y sí, recordé muy bien que leí eso en el manga, pero lo que sí fue para mí un cañonazo es saber que en el historial de acostones de Hiroki estaba el hermano de Akihiko, o sea, el hermano mayor, el señor ¡Usami Haruhiko! Morí con eso ¡Necesito ver eso! ¡¡¡Ahhhhhhhh!!!

    Mi primera impresión después de la ruptura fue que, creo que es obvio, no sé si para los demás, que Nowaki no está precisamente enamorado de Misaki. Eso es lo que yo llegué a entender, lo que siente por él es más que nada empatía, lo que le jugó muy en contra, por supuesto, la empatía te puede más. Y le podía haber pasado también a Hiroki y ya que él aún está enamorado de Nowaki, a mí me parece que es probable que vuelvan a estar juntos ¿eh? No veo ese final tan descabellado. Pero si no pasa, pido disculpas a los que seguramente tomaron esto muy a mal. Aman a Hiroki, no quieren que vuelva con el que piensan que es un bastardo.

    Oigan, vamos a tratar de ver esto de forma realista, no empezar a culpar a todo El Mundo porque veo que lo están haciendo. Primero Nowaki, ok, fue fea la infidelidad, eso no me lo creí mucho porque él no me parece ese tipo de persona, creo que, si se enamorara de alguien más, primero terminaría su relación con Hiroki antes de empezar una nueva. Luego están culpando a Miyagi, quien tenía la mejor intención del mundo. Ok, se rayó con el tema sexual, pero aun así, él realmente no tenía la intención de lastimar a su colega y estaba fungiendo un buen papel, hay que reconocer que fue bastante valeroso para terminar y no retener a Hiroki en una relación que no tenía ningún futuro. Eso a la larga Hiroki se lo va a agradecer creo yo. Y SHINOBU, eso no se los recrimino, yo también me puse muy mal con ese tema, se rayó, bueno, es un chiquillo, es un mocoso, vamos a poner eso.

    Y ahora sí me está molestando Akihiko, la verdad que sí. Pero lo que yo más me imaginé es que va a ver un escenario en el que probablemente vuelva Nowaki. Y para entonces, Akihiko estará tal vez un poco más interesado románticamente en su amigo, y tal vez sea Nowaki quien le termine revelando ese amor no correspondido que le tuvo tanto tiempo Hiroki a él y haga que Usami se sienta culpable a tal punto que se dé cuenta que no quiere perder a Hiroki. Y luego estén los dos batallando en alcanzarlo primero, creo yo. Sería muy interesante, ya me imaginé el escenario.

    No me insulten, por favor. Quiero ver ¿quiero leer a nuestro protagonista, seguir sufriendo? Por supuesto que no. Pero tomemos en cuenta que él tampoco toma las mejores decisiones. No sé si le hace caso a sus impulsos, si es verídico, que tiene sentimientos aún albergados por Akihiko y le está doliendo un poco esta nueva situación que está viviendo, pero si los tiene, a lo mejor hay esperanza para ellos. Pero si al final sus sentimientos por Nowaki, aún están latentes y son más fuertes, a lo mejor también hay esperanza de que pueda haber, no una reconciliación, sino una nueva oportunidad. La vida da muchos giros ¿no? Y finalmente, nuestra vida tampoco es perfecta. Y yo no sé de qué voy a ser capaz cuando esté enamorada, la verdad. ¿Voto por el amor propio antes que humillarte por una persona que no lo vale? Sí. Pero también sé y apoyo firmemente que la vida no tiene sentido sin amor, y a pesar de las muchas penas y pesares que puedas enfrentar, creo que al final siempre valdrá la pena. Entendí esto con Black Lotus, léanlo, es tremenda, la novela escrita.

    XIVA sensei, realmente le agradezco mucho su trabajo, cómo nos trajo la traduc de tremenda obra, yo ni ahí me hubiese hundido en un fanfic en otro idioma, aunque sí lo hice recientemente con manhuas jajaja, pero las empecé en español, solo no me aguanté ir por el desenlace.


    PD: No me condenen ni me crean masoquista por lo de Black Lotus, no es que los idealice o quiera tener ese tipo de historia, no, por favor, Dios me libre de algo así. Pero realmente siento que vale la pena leerlo todo, hay cosas feas pero también el suficiente escarmiento ajajajajajajaja *inserten risa malévola aquí* Y si aún existe el sentimiento, porque no es lo mismo odiar que olvidar, pongámosle que aún hay esperanza, siempre y cuando él te demuestre cuánto es capaz de hacer para redimirse y demostrarte su amor.
     
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    Si me preocupa hiroki
     
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