Día 1: Abrazo


Otro día más en Teiko, y el equipo de basket estaba entrenando arduamente, bueno la mayoría. Akashi se encontraba llenando los papeles con el progreso de cada jugador titular o perteneciente al primer equipo, ese era en realidad el trabajo de Nijimura ya que siempre lo hacía, pero como nuevo capitán ese día era su deber. Él ya había terminado sus repeticiones del día, se sentó en una banca cercana a la cancha con una botella de agua en la mano y una toalla en el cuello, era un día bastante neutro, ni mucho frío ni mucho calor, pero cuando entrenas inevitablemente sudas mucho. Cuando iba a anotar el progreso de Murasakibara lo busco por la cancha pero sus ojos no lo ubicaron, supuso que estaba en el baño.

- Aka-chin, que es eso? - casi me agarra un infarto cuando la aburrida voz del titán sonó atrás suyo.

- Son los papeles con el progreso de cada jugador, Atsushi - le comentó al gran peli violeta- pero tendrías que estar en la cancha, no acá - no podía hacer la vista gorda con Atsushi, aunque quisiera.

- Nee, ya terminé mi entrenamiento y ya estiré Aka-chin.

- Tendrías que estar con el equipo de todos modos Atsushi, ahora tengo que llevar el informe al entrenador - se levantó dispuesto a irse para poder entregar su informe pero una mano bastante más grande que las propias se lo impidieron.

- Aka-chin, quédate un poco ¿si? Ahora te acompaño - atrajo el cuerpo más pequeño al de él y sentó a Seijurō sobre sus piernas, coloco sus manos al rededor de su cintura y apoyo su cabeza en el hombro contrario.
Como siempre le es imposible no quedarse cuando el gigante se lo pide, encerio lo está mimando mucho pero no lo puede evitar, no sabe que es exactamente lo que siente pero con Atsushi se siente feliz y quiere permanecer ahí para siempre, tan cálido y bueno.

- Esta bien Atsushi, pero solo un poco, tengo que llevar esto apenas lo termine.
Y como siempre hace lo que el titán le pide, el equipo los ve desde la cancha y no se sorprenden en lo más mínimo porque siempre es igual, estaban esperando a que se declararán pero eso es otro tema.

Día 2: Beso


Su chofer se había ocupado de dejarlo en la puerta de la casa de los Murasakibara. Al segundo timbre que hizo sonar el pelifresa, un chico de fácil un metro noventa le abrio la puerta.

- ¡ATSUSHIII, TU NOVIOO! - Grito Takumi mientras le dedicaba una sonrisa a un muy sonrojado Akashi.

Atsushi bajo las escaleras muy rápido, tanto así que casi se cae en el camino.
Al llegar vio a su hermano sonriendo con jugueteo y burla. El pelivioleta fruncio el ceño y le tiro una mirada llena de fastidio.

- No molestes a Aka-chin, Taku-chin - dijo el pelivioleta para luego abrazar a Akashi como saludo.

- Hola Aka-chin, vayamos al patio, compre dulces - dijo babiandose.

- Atsushi, h-hola... amm si, vayamos al patio - Akashi apenas salia de su vergüenza.

No era la primera vez que Takumi les decia ese tipo de cosas, pero que a el le gustara Murasakibara no ayudaba en absolutamente nada. Al llegar al patio comenzaron teniendo una conversación muy tranquila y divertida. Los minutos pasaban y ellos dos junto a los hermanos de Atsushi se divertian mucho, jugando, riendose de cualquier cosa, etc, etc.
- Kumi-chin, ayudame a preparar la merienda - dijo Megumi, la hermana mayor de Atsushi.

El pelivioleta menor fruncio el ceño y miro con desagrado a su hermana para luego bufar. - Es Taku-chin. No "Kumi-chin" -

Megumi miro ofendida a su hermano menor y negó aquello, defendiendo así su "postura". Una pequeña discusion comenzo, terminando cuando el segundo hermano mayor de Atsushi los freno y regaño.

- No puedo creer que aun discutan por estas estúpideces, ambos son grandes para esto. Pero, ¿En serio Megumi? Sos la mayor - dijo serio Ryu.

- ¡Pero Ryu-chin! - intentaron de refutar ambos, pero el mayor no se los permitio.

- Vamos, callense ya. Megumi y Takumi, vengan a ayudarme con la merienda.
Atsushi, en la noche hablo con vos - dijo Ryu y desaparecio con los dos nombrados. Atsushi bufó y rezongo. A Akashi se le escapo una risita que hizo que Atsushi se sintiera un tonto.

- ¿Que es lo gracioso, Aka-chin? - dijo Atsushi mostrando un poco su enojo.

Akashi se sonrojo y bajo la mirada.
- N-Nada Atsushi. Es solo que... - y fue interrumpido por el pelivioleta.

- Aka-chin esta raro. Creí que no dejaria que nadie le hable así - dijo el pelivioleta mientras se sentaba en el pasto y comenzaba a observar el hermoso jardín que su madre cuidaba con mucho esmero todos los días.

- ¿Así como? - cuestionó Akashi algo sorprendido de que Atsushi dijera algo así.

No recibio respuesta, se levanto de la silla y se sento atrás de Murasakibara. Y lo jalo para que la cabeza del pelivioleta quede apoyada en sus piernas. El pelivioleta no se quejo, era lo contrario a molestarle aquel acto por parte del pelifresa, le gustaba recibir la atención de Akashi y más si solo era para el.
La tarde estaba hermosa, la luz del sol era perfecta, no estaba para nada fuerte, pero tampoco estaba apagado el día. Un viento templado acariciaba los cabellos de ambos, haciendo que estos se movieran, sobre todo los largos mechones de Atsushi.

Akashi comenzo a acariciar y peinar el cabello violeta.
Sus ojos comenzaron a ver directamente los ojos violetas, ya no podía aguantar, necesitaba unir sus labios con los de Atsushi y así lo hizo.

El pelivioleta al principio se sorprendio, pero rápidamente correspondio aquel contacto. Ambos labios luchaban por tener el control, aunque aquella poscición no era la mejor para un besó.

Atsushi rápidamente se sento y unio nuevamente sus labios. El besó poco a poco se volvía más caliente, más fogozo, más necesitado, desesperado y apasionado.

Apenas paraban un segundo para tomar aire, ambos querían seguir, ambos estaban muy perdidos en su burbuja color rosa que desbordaba dulzura y amor. Ninguno se dio cuenta que estaban siendo observado por cuatro personas.

Que eran nada más ni nada menos que los hermanos de Atsushi. Takumi, Megumi, Ryu y Takeshi que recién había vuelto.

Takumi comenzo a silbar como si estuviera felicitando a un recibido de la universidad.
Megumi sonreía y comenzaba a sacar fotos.
Takeshi que a penas entendía la situación comenzo a aplaudir mientras sonreía y Ryu solo se dedico a negar derrotado como si pronto tuviera que tener una "charla con su hijo".
Ambos se sonrojaron a más no poder, pero les alegraba saber que en si, los hermanos de Atsushi no se opondrían.

Akashi sonrío algo timido, pensando que Atsushi tal vez le iba a decir que era una broma, pero el pelivioleta se acerco a su oreja y susurro que quería volver a besarlo. Algo que lo emocionó inmediatamente, se llevo todas sus dudas y miedos lejos.

Día 3 : Durmiendo


Cómo ya le era costumbre desde hace mucho tiempo, estaba llendo a la casa de la familia Murasakibara, aunque esta vez no iba para visitar, no sabía a qué otro lugar podría ir. Apenas pudo distinguir la casa de Atsushi bajo corriendo con su mochila llena al hombro. Tan rápido como pudo se seco las lágrimas y golpeo la puerta. Dio gracias a todo dios que existiera de que Atsushi fue el que abrió la puerta, no lo dudo y se abrazo a él y siguió llorando. No se sentía para nada bien al punto de huir de su casa en Kioto hasta Akita.

- Aka-chin, ¿Que pasa, tu papá te hizo algo? Puedo ir a aplastarlo si te hizo algo - acaricio la roja cabellera intentando calmarlo, no le gustaba ver a su Aka-chin así, se sentía triste al verlo llorar.

- Perdón Atsushi, se que tendría que haber avisado, pero no sabía a dónde ir y no podía ver a la cara a mí padre, ¿Me puedo quedar esta noche? - huir de casa nunca estuvo en sus planes, pero discutir con su padre tampoco lo estaba.

Atsushi lo dejo pasar, se dio cuenta de varias cosas. La primera, que los hermanos de Atsushi no estaban, o por lo menos no despiertos. La segunda, casa vez que entraba en esa casa la sentía más cálida y deseaba estar ahí para siempre; y la tercera, había unas fotos de el junto a las de los hermanos Murasakibara, después iba a preguntar.

- Siempre que quieras podes venir Aka-chin, todos te queremos acá.

Se sentó en el sofá mientras Atsushi le preparaba un chocolate caliente y unas galletitas, amaba comer las cosas que preparaba Atsushi, pero eso no lo iba a decir en voz alta.
El sonido de la puerta siendo abierta lo saco de sus pensamientos.

- ¡Atsushi! Llegué, ¿Tus hermanos siguen afuera? - la mamá de Atsushi había llegado, la vi entrar con muchas bolsas llenas de comestibles, eran una familia grande después de todo- oh, hola Akashi, ¿Cómo estás? No te esperábamos para este fin de semana, ¿Paso algo?.

Ahí fue cuando se desmoronó, no aguanto más y sus lágrimas cayeron como si no hubiese llorando en años. Atsushi al ver eso dejo lo que estaba haciendo y fue a abrazar a su Aka-chin.

- Discutí con mí padre, porque mañana es el aniversario del fallecimiento de mí madre, y me dijo que era como cualquier otro día que no íbamos a ir a verla ni a dejarle flores, me hizo enojar mucho, le dije que si así iba a ser que podría ir solo y me lo prohibió. Cuando lo me veía me fui de casa, no sabe que estoy acá - cuando terminó de hablar sintió que dos brazos las lo rodean, la señora Murasakibara era amor puro.

- Te podes quedar cuánto tiempo necesites, podes dormir en la habitación de Atsushi si querés, y mañana vamos al cementerio con vos.

Y así se hizo, paso la tarde y los hermanos de Atsushi llegaron, como siempre me dicen cuñado, creo que ya me acostumbré a eso y no es molesto la verdad. Y sin querer lleno la hora de dormir.

- Aka-chin, ¿Querés dormir en la cama conmigo? Es grande, entramos los dos.

Era como si un sueño se le volviera realidad, podría dormir con Atsushi, esperaba que fuera tan calentito como se veía.

- Está bien Atsushi.

Lentamente corrió las sábanas y las frazadas y se acostó, Atsushi lo abrazo y abrigo. Nunca pensó que iba a terminar así, listo para dormir con su amado titán.

- Dormí bien Sei, descansa - esas palabras y un beso en la nuca fue perfecto para hacelo dormir mejor que nunca.

- Buenas noches, Atsu.

Día 4 : Chupón


Estaba la tan famosa Kiseki no Sedai entrenando como cualquier día, Aomine y Kise jugaban un 1 vs 1, Midorima practicaba sus canastas de 3 puntos y Kuroko corria para mejorar su resistencia, mientras Momoi le tomaba el tiempo.

En aquella cancha faltaban cuatro personas.
Dos estaban conversando vaya a saber de qué y la otra persona estaba "bien" oculta espiando cada movimiento del pelifresa, la cuarta persona seguro solo estaba perdiendo el tiempo mientras esperaba a cierto pelinegro.

Akashi no tardo en percibir la mirada de Murasakibara, en serio que parecia un niño a veces, pero eso era algo que le gustaba bastante al pelifresa.

- Nijimura-san, sigamos luego con esta charla, alguien te espera - dijo Akashi, viendo como Shougo los miraba por la espalda del pelinegro.

- Lo mismo digo, Akashi - dijo sonriendo el pelinegro.
- Bien, adiós - dijo agitando su mano en modo de saludo, Akashi hizo una reverencia y volteo caminando hacia donde estaba Murasakibara.

El pelilila se exalto e intento buscar alguna excusa que dar.

- ¿Qué hacías? Atsushi - dijo Akashi mientras miraba a Atsushi con curiosidad.

- Moo~ Akachin me dejo solo - dijo el pelilila haciendo un puchero, Akashi sonrío y le hizo un gesto a Atsushi de que entraran al aula ya vacía.

Al entrar en el aula, Akashi le ordeno a Atsushi que se sentara, el titán no dudo en obedecer.

-¿Por qué nos espiabas?- dijo sonriendo con malisia. Sabia perfectamente que Atsushi estaba celoso, siempre que hacia esas cosas o decía cosas como "me dejaste solo." Era porque estaba celoso.
La expresión de aburrimiento y de niño se esfumo, dejando ver una de seriedad y enojo verdadero. Akashi sonrío satisfecho.

- No me gusta verte con otros y menos que seas cercano a otros, Akachin - la voz de Atsushi había sido grave y profunda, con un deje de "agresividad".
El pelifresa casi se derritio al oirlo, tal vez pareciera de enfermo, pero aquellas actitudes le encantaban en Atsushi.

- ¿Y si no quiero alejarme de Nijimura-san? - preguntó por puro capricho de ver al pelilila más enojado.

En tiempo record Atsushi lo hizo sentar en su regazo.
- No hagas que me enfade más, Akachin, o sino -

- ¿O sino qué, Atsushi? - dijo sonriendo picaro el pelifresa.

El pelilila no respondío, solo se acerco al cuello blanco de Akashi y comenzo a succionar con sus labios para lograr un chupón.
Lo que Akashi nunca espero fue que Atsushi enterrara sus dientes.

- ¡A-Atsushi! - casi grito Akashi, el sonrojo hizo acto de prescencia, también la mueca de dolor en su rostro y la sangre en su cuello.
- ¡D-Duele! - susurró, mientras clavaba sus uñas en los hombros ajenos y sus ojos se nublaban por las lágrimas.

Atsushi miro como Akashi tenía cerrado bien fuertes sus ojos, al sentir el sabor metalico de la sangre ajena, solto el cuello de Akashi y paso su lengua sacando todo rastro de sangre.
La zona estaba roja y pronto se pondría violeta, seguramente los cortes hechos por sus dientes tardarian más en irse, pero eso a el no le importaba, ya que lo que más quería era que esa marca nunca se desvaneciera.

- Así todos sabran que Akachin es mío, mi dulce hecho persona - dijo volvíendo a sus gestos de niño aburrido.

Akashi froto sus ojitos, desaciendose de las lágrimas que solto por el dolor que sintío al ser mordido.
Atsushi lo abrazo, pidio disculpas y dijo que no lo volveria hacer, siempre y cuando el no le diera motivos.
Akashi por su parte, comenzaria a tener más cuidado con poner celoso a Atsushi y menos sin razón.

Día 5 : Masturbación al Pasivo


Hoy las escuelas Rakuzan y Yosen tenían un entrenamiento especial en Akita, pero a los chicos de Kyoto les estaba costando un poco acostumbrarse al gran frío que hacía en esa ciudad; todos menos Akashi, el ya sabía que hacía mucho frío, siempre que visitaba a la familia Murasakibara tenía que llevar mucho abrigo y el aviso, pero nadie le hizo caso y ahí estaban esperando afuera de la cancha con frío.

Esperaba con todo su ser que Takeshi y Takumi no estuvieran cerca, siempre lo molestaban con Atsushi y encerio no quería que entraran corriendo diciendo, mejor dicho, gritando que era su "cuñado favorito".

Entraron y vieron a todo el equipo de titulares de Yosen listos para estirar, sería un buen entrenamiento, Rakuzan los imitó y fueron a cambiarse. Nadie se dio cuenta que el jugador más alto de todos ahí había seguido al otro equipo. Espero a que todos salieran y entro, sabía que Aka-chin lo iba a esperar adentro.

- Aka-chiiin, te extrañe mucho, ya te quería ver - entro y le plantó un beso en la boca, aprovechando que estaban solos.

- Yo también Atsushi, te extraño siempre - y se volvieron a besar, Atsushi lo tapaba con su gran cuerpo, si alguien entraba iban a pensar que estaban hablando, no besándose.

- Hace mucho frío hoy, necesito calentarme un poco - mientas decía eso levantaba la camiseta del 9 y lo volvía a besar, pero con más pasión.

- Siempre te puedo ayudar a calentarte Sei - no espero una orden o algún tipo de permiso y medio sus grandes manos en el pantalón del capitán de Rakuzan.

- Atsu-su, espe-espera ahhh - el pelivioleta había entre sus manos el miembro del más pequeño y había empezado un vaivén muy placentero, sentía como un fuego por todo su cuerpo, hasta las puntas de los dedos.

- Sei, que sucio, mirá si te escuchará tu equipo - y aumento la velocidad con una mano, mientras que con la otra lo tomaba de la espalda para que no cayera hacia atrás.

- At-atsu, me vengooo mmm - mordió uno de los pezones del más alto para evitar gemir muy fuerte mientras de venía en grandes cantidades sobre las manos del otro.

*Toc toc* Chicos salgan - la voz de Himuro se escuchó del otro lado de la puerta, había hecho una distracción justo como se lo pidió, era un gran amigo.

- Vamos Aka-chin ¿Podes? - lo ayudo a parase para poder salir.- Estoy bien Atsushi, vamos.

Ambos salieron de los vestuarios como si nada hubiese pasado, y eso pensaban los equipos.

Día 6 : Masturbación al activo



El pelivioleta no entendía porque su Aka-chin lo provocaba de tal manera, sabiendo que el poco se controlaba y era capaz de hacer un berrinche frente a todos por hacerlo excitar.

Si, Midorima le había ganado el baño, pero ni siquiera Kagami y Kuroko le ganarian la habitación.

Tomo a Akashi estilo princesa ignorando los berrinches de borracho del menor.

- ¿Como osas tratarme de esta manera tan grosera, Atsushi? - bueno, eso es lo que Akashi creyó que salió de su boca. Porque lo que en realidad salió fue algo como...

- ¡quefs te hip creeshss hip ques eship tas hacihipendo Asushissss! -

Atsushi cerro la puerta atrás de ellos y lanzo a Akashi a la cama. El pelirojo solto un quejido al ser arrojado en aquel colchón tan comodo, decir que le dieron ganas de fundirse entre las sabanas y quedarse por siempre durmiendo ahí era poco.

Empezo a dormitarse, pero el pelivioleta no permitiria aquello.
Akashi pego un saltito al sentir como su redondo trasero comenzo a ser masajeado muy obscenamente. Sus gemiditos y jadeos no se hicieron esperar. Abrio sus ojitos y vio directamente los violetas, que estaban oscurecidos por la lujuria y deseo. Akashi jadeo en sorpresa pero no dudo en abalanzarse a los labios del contrario, Atsushi tampoco se hizo esperar y correspondio en seguida.

- At-Atsushi... - gemia bajito el emperador.

El pelivioleta lo levanto y lo sento sobre su regazo, haciendo que su erección quedara entre las nalgas del pelirojo. Seijuro se estremecio al sentir tal cosa entre sus nalgas. Su sonrojo aumento notablemente, sus manos las llevo al pecho ajeno para apoyarse y comenzo a besar nuevamente al más alto, mientras comenzo a mover sus caderas para lograr crear fricción placentera para el miembro ajeno. Atsushi gruñio al sentir tal contacto y su miembro crecio considerablemente haciendo que el menor de un saltito de sorpresa sobre el.

- At-Atsushi... - jadeo con necesidad de más contacto.

- Tocalo - espetó el mayor preso de la excitación.

El pelirojo asintio, aquello lo excitaba como nada. Sin pensarlo llevo sus manos hacia atrás y tanteando logro bajar el cierre del pantalón del pelivioleta, luego con ayuda del mayor se descisieron de ambas prendas inferiores de Atsushi y en la misma pose Akashi comenzo a masturbar al mayor.

No dejaban de mirarse para no perder ninguna mueca de placer del contrario.
Atsushi volteo a Akashi dandole así mejor acceso a su enorme erección, Akashi miro con sorpresa aquel pedazo. Era enorme, más de lo que el imaginaba. Fue sacado de sus pensamientos al sentir como Atsushi se prendia a su cuello, dandole besos y mordidas.

Rápidamente sus manos volvieron a tocar el miembro ajeno y a deslizarse esquisitamente por el largo del miembro. Sus pequeños dedos se ocupaban de tocar los puntos que creía que le gustaban al pelivioleta y recibia una muy buena reacción del mayor.

- Aka-chin, eso se siente muy bien... - jadeo con una voz muy profunda Atsushi y volvío a hundir sus dientes en el cuello blanquecino.

- mmm - callo su gemido el pelirojo.

Los minutos pasaban, el pelivioleta comenzo a sentie el hormigueo en su vientre bajo, pronto se vendría.
No paso mucho tiempo cuando Atsushi clavo una vez más sus dientes en el hombro de Akashi y su escencia termino en las manos del menor.

- Atsushi... - susurro Akashi volteando a ver a su pareja.

- Eso estuvo bueno, Aka-chin - dijo el mayor regalandole una pequeña sonrisa.

El pelirojo se sonrojo un poco más y comenzo a besar a Atsushi con mucho amor. Su pelilila siempre sabia como hacerlo morir de ternura, amor, deseo, de todo.

Día 7 : Jugueteo con los dedos


Hacía tanto frío que a ninguno de los dos le daban ganas de salir de la cama, la madre de Atsushi les había avisado que la puerta estaba tapada en viene asíque eso también les sirvió de excusa para dormir hasta tarde y levantarse únicamente a comer algo calentito, y eso estaban por hacer.

- Atsu, mamá hizo café y un budín ¿Van a bajar? - esa fue la voz de Megumi desde el otro lado de la puerta, ella sabía que no tenía que entrar, las veces que entro vio más de lo que quiso.

Se miraron y el sonido de sus estómagos evito que lo preguntarán - Ahora bajamos Megu-chin - aunque no quisiera se levantó de la cama y se dio cuenta de que los dos estaban casi desnudos, el tenía un boxer de osito mal puesto y Aka-chin tenía una remera suya, que le quedaba enorme y lo hacía ver extremadamente sexy y tierno - decile que más tarde bajamos, que nos guarde un poco- dicho eso se levantó a ponerle seguro a la puerta. Akashi no entendía que estaba haciendo el pelivioleta, hasta que lo tomo por abajo de las axilas y lo acostó arriba suyo.

-¿Atsu?- no es que le sorprendiera que eso, el gigante siempre lo cargaba o lo levantaba, pues le era muy liviano al más alto, pero que pusiera el seguro si lo sorprendía un poco - Atsushi, tendríamos que bajar a comer algo y después subimos y hacemos lo que quieras, ¿Si?.

- No, estás muy sexy y me calentas asi, te ves todo chiquito con mí remera y me encanta - lo tomo de la nuca y le plantó un placentero beso y con su lengua recorrió toda la boca del pelifresa- vamos a jugar un poco, después bajamos.

Lo tomó de la cintura pequeña que tenía su Sei y se besaron como si se fuesen a separar por años, con mucha desesperación y pasión. Empezó a subir la remera y se dio cuenta que no tenía nada abajo de esta, y eso le encantaba.

- ¿Asíque sin nada abajo? Que pervertido Sei - se metió uno de los pezones del menor en su boca y los chupaba como si intentara sacar algo de ellos más lo único que sacó fueron gemidos del más pequeño.

- Ahhh Atsuu mmmm- mordió el cuello del 9 de Yosen, dejando una hermosa marca que se leía como *propiedad de Akashi Seijurō, no tocar salvo que sea Akashi Seijurō*.

Las manos de Atsushi bajaron hasta el redondo y bien formado trasero de Akashi y no dudo en amasar ambos cachetes como si fuesen como dos bollos de masa. Eran muy suaves y lentamente se acercó hasta el ano del más pequeño, y lo acaricio por fuera, pidiendo permiso para jugar ahí.

-¿Puedo entrar Sei? - mientras decía eso besaba el cuello de su Sei.

- Sabes que di Atsushi ahhh, vos siempre pode aaaaahh - no dejo que terminara de hablar y solamente entro, y se sentían tan bien esos dedos largos y finos, que lo hacían sentir en el cielo cada vez que entraban en el.

Sabiendo que tenía permiso con la mano que no estaba adentro abrió más los cachetes para poder entrar más fácil dentro de su amado.

- ¿Te gusta Sei? Decime que querés que haga- siempre hacia eso, quería que Sei disfrutará tanto como el, a veces eran un poco masoquistas pero hoy quería ser más delicado con su Sei.

- Siii ahhh, quiero que metas otro Atsu mmm por faaa- otra vez le dejo las palabras en la boca y medio otro dedo, mientras movía la otra mano hasta ambos miembros y los empezó a masturbar al mismo tiempo. Estaban muy metidos en besarse que ninguno de dio cuenta que de dos dedos pasaron a ser 4 y se estaban por venir los dos. Unos golpes en la puerta y esa sensación de fuego recorriendo sus cuerpos los trajeron a la realidad.

- Atsuu, mamá dijo que bajen a comer - la voz de Ryu se escuchó está vez- no quiero saber que cochinada están haciendo así que bajen! - cuando escucharon los pasos se dieron cuenta que estaban solos.

- Estuvo muy caliente Atsushi- lo tomo del rostro y le encajo un beso- te amo, ¿Bajamos?- rápido tomo un par de boxer que por el tamaño sabía que eran de él y un buzo de Atsushi, era suficiente para bajar, la familia Murasakibara ya lo había visto así antes.

- Bajemos Sei-chin- tomo un buzo y un pantalón de su ropero y tomo al pelifresa de la cintura para bajar. Sabían que los hermanos de Atsushi los iban a molestar con algo como siempre.

- ¿Habían mosquitos Atsushi? - una risa general de los 4 hermanos de Atsushi se escuchó.

- Cállate idiota cara de murciélago.

Día 8 : Felación.

El pelirojo había sido llevado un día más a la casa de su hermoso pelilila.
Era viernes, por lo que la mamá de Atsushi lo invito a que se quedara a pasar el fin de semana con ellos.

El pelirojo amaba pasarla en aquella casa junto a su novio y los familiares de este.

-ne, ne Aka-chin, ya dejemos de estudiar, es aburridooo~- dijo el pelilila arrastrando la ultima palabra con mucha pereza.

-Pero es importante que estudies, Atsushi.- reprocho el pelirojo. -Además no es tan dificil, mira es- las palabras de Akashi fueron cortadas cuando el gigante lo levanto y lo llevo directamente a su cuarto ignorando todo a su alrededor.

-Sei-chin controla tus gemidos.- dijo riendo Megumi, recibiendo una mirada muy severa por parte de Atsushi. Algo que solo la hizo reir más.

Akashi se tapaba el rostro sonrojado, Atsushi siempre era impulsivo y actuaba así, pero cuando estaban en la casa del pelilila todo era peor. Ya que poco y nada le importaba que lo vieran o escucharan lo que hacia con su novio pelirojo.

Al entrar al cuarto, Atsushi arrojo a la cama a su novio.
Akashi solto un quejido por el impacto contra aquel colchón ya muy bien conocido por su cuerpo.
Atsushi se acerco al rostro ajeno y exigió que el pelifresa le de acceso a su cavidad bucal, rápidamente metió su lengua y saboreo el dulce sabor a gomitas que tenía aun Akashi en su boca.
Continuo besándolo mientras se ocupaba de bajar el cierre del pantalón ajeno, hasta que las manos de Akashi presionando su pecho lo detuvieron.

-Puerta...- susurro Akashi con sus ojitos entrecerrados y jadeante.

-¿Mmh?- pregunto Atsushi besando el cuello del menor.

Akashi suspiro, soltando inaudibles gemidos. -La puerta... no la cerraste.- dijo Akashi conteniendo su voz.

Atsushi volteo y vio que la puerta estaba abierta y no solo eso, sino que Megumi estaba parada sacándole fotos.

-¡Megu-chin, fuera!- grito el pelivioleta cerrando la puerta de un portazo y luego poniéndole traba.

-Ay que sensibles.- dijo riendo y retirándose la mayor de todos los hermanos.

Atsushi bufó, pero a penas vio a su pelirojo todo jadeante y sonrojado en la cama, su enojo se esfumó y se abalanzó nuevamente al pelirojo.

-At-Atsushi...- susurro con un hilo de voz por el placer que le generaba aquella fricción de la enorme mano en su entre pierna.
De un momento a otro sus prendas inferiores fueron casi arrancadas haciéndolo estremecer.

Atsushi comenzó dejando besos por todo el rostro del pelifresa, fue bajando de a poco hasta llegar a los pezones del menor, ahí se detuvo a acariciarlos, besarlos, chuparlos, morderlos y pellizcarlos. Akashi gemía bajito al sentir como la lengua caliente de Atsushi le hacia presión en sus botones ya rojitos por toda la atención que estaban recibiendo.

Atsushi se separo del pezón derecho de Akashi, viendo como un hilo de su saliva lo unía aun con aquella sensible zona del pelirojo. Se relamio los labios al ver a su pequeño novio todo jadeante y excitado.

Comenzó a bajar por su pecho, besando pecho, costillas, abdomen, pelvis, etc hasta llegar a la hombría del pelirojo.
Akashi se sonrojo al dirigir su mirada a Atsushi y ver como este lo miraba intensamente. Sus miradas se encontraban unidas, Atsushi veía el deseo en aquella mirada y sonrío lascivo para acto seguido meterse a la boca el pequeño, rozado y bonito pene de su pelifresa. Akashi arqueo su espalda y llevo la cabeza hacia atrás al sentir aquella calidez. Se sentía increíble la boca de Atsushi, su lengua le recorría todo el largo de su miembro y luego acariciaba la punta de su pene haciéndolo temblar de placer.

-Ahhh mmm s-siii Atsushiii...- gemia el pelifresa.

Atsushi freno su labor y saco el miembro del menor de su boca recibiendo un sonido como queja por no seguir brindando aquel placer. Sonrío con malicia.

-¿Te gusta?- dijo con una voz muy profunda, haciendo que la piel de Akashi se ponga de gallina.

-Me...- susurro jadeante. -Me encanta, Atsushi.- dijo mirando a sh novio con deseo.
-También hacerlo.- dijo sonrojado.

Atsushi sonrío, se acostó en la cama boca arriba y acomodo a su pareja sobre el pero con la cabeza del pelifresa para el otro lado, formando así la famosa posición "el 69". Atsushi se metió nuevamente el miembro de su pareja a la boca y comenzó a embestir su cavidad con aquel trozo de carne.

Akashi por su parte, hizo lo mismo, metiendo lo más que podía aquella erección en su boquita. Se ahogaba más seguido que el más alto, pero no podía dejar de embestirse así mismo con el miembro del contrario.
Pasaron unos minutos hasta que ambos comenzaron a sentir la corriente eléctrica desde su vientre bajo y recorriendo toda su espalda.

Akashi se arqueo exageradamente al sentir como su semilla era vaciada en la boca del pelilila.
Atsushi sintió el mismo placer que el menor, su cadera se elevo por acto reflejo entrando un poco más profundo a la boca del menor y dejando toda su esencia en aquella cavidad, ambos tragaron el semen de su pareja relamiéndose las comisuras y limpiándose lo que no haya entrado a su boca.
Ambos al terminar, cayeron rendidos en la cama.

Cuando el pelifresa se calmo, bajo del cuerpo de su novio y se acostó a su lado siendo abrazado inmediatamente por el gigante.

-Eso fue increíble, Atsushi.- dijo Akashi acariciando la mejilla de su novio y dejando un beso en ella.

-Lo fue, Aka-chin.- dijo comenzando un beso apasionado con su novio.

Extra.

-¿Que estan hacien- fue interrumpida Megumi.

-Shhhh- callaron al unisono Takeshi y Takumi a su hermana mayor.

De la habitación del pelivioleta menor salían gemidos y "Atsushi" pronunciados por el pelifresa.
Los tres se sonrieron y siguieron escuchando atrás.

-¿Qué creen que estan haciendo? Idiotas.- dijo dándole un golpe a cada uno Ryu, el segundo mayor. -Takeshi y Takumi, a hacer la tarea. Megumi ve a hacer algo productivo.- regaño el pelivioleta.

-Moo~~- se quejaron los gemelos.

-¡Soy la mayor vos no me mandas!- comenzó gritando enojada Megumi, aunque la mirada de Ryu la hizo callar y correr lejos.
Cuando todos sus hermanos se retiraron miro para todos lados y pego el oído a la puerta de Atsushi.

-¿A que estarán jugando esta vez?- se pregunto así mismo Ryu.

Dia 9: Misionero

Ahí estaba, ardiendo en fiebre justo ese día. La familia de Atsushi había organizado una fiesta, sabía que eran una familia grande y les gustaba hacer fiestas para juntarse y lo habían invitado a una, iba a ser la primera vez que iría a una fiesta familiar de su novio y ahí estaba, con 39 de fiebre en la cama de su novio.

Atsushi se hizo la cabeza toda la semana con todas las cosas que podían salir mal en la fiesta, estaba feliz, porque sus tíos siempre lo molestaban porque nunca traía una novia o un novio y por fin iba a llevar a su amado Sei-chin.

-Sei, ¿Te preparo un té?.- estaban en su cama ahora, acostados y el le hacía mimos a su pequeño novio.

- Bueno Atsushi.- se sentía mejor que en la mañana cuando se encontraba en Kioto, había fingido estar bien durante todo el viaje para que no le hicieran quedarse. Apenas llego a Akita y entro a la casa de su novio corrió al baño y devolvió todo, su suegra y cuñada lo hicieron tomar pastillas para estar mejor.

Atsushi bajo hacía la cocina para preparar un té para su Sei y vio que su hermano Ryu estaba haciendo tarea de la universidad. Había agua caliente asíque ya podía subir para seguir cuidando a su novio.

- Atsushi, ¿Mamá te aviso? Pasaron la fiesta para mañana, así Akashi puede ir.

Atsushi casi suelta el té de la emoción, lo puso en un jarro térmico y subió a su habitación, con toda la felicidad del mundo. Amaba a sus tíos a veces, solo a veces.

- ¡Sei! Pasaron la fiesta a mañana, podes descansar y estar tranquilo~.- salto sobre su novio, el jarro quedó en el piso.

- Que buena noticia, ya me siento mejor igual, tus mimos y las pastillas mágicas de tu mamá me ayudan muchos.- beso a su novio, se preocupaba mucho por el, toda la familia se preocupaba por el, ya era parte de esa familia, y se sentía tan bien ahí, y mañana iba a conocer a la familia de su novio.

- Yo tengo otra manera de hacerte sentir mejor y que te olvides por un rato del dolor Sei-chin.- tomo la cara de su novio y le dio un beso que le quitó el aliento. Se sentó en la cama y se sacó la remera.- creo que sabes de qué hablo.

Akashi se rió por lo bajo, sabía los métodos de Atsushi para hacerlo sentir mejor y amaba esos métodos. Atsushi lo besaba por toda la cara y en el cuello le dejo muchas marcas, ojalá mañana las pueda esconder, si los tíos de Atsushi son como sus hermanos iba a ser el punto de las burlas.

Atsushi se puso sobre el más pequeño y le quiso sacar de un tirón la ropa interior, cuando estaban ahí solos Akashi dolía usar solamente una remera de Atsushi y su ropa interior y la que tenía hoy es muy sexy.

-¿Desde cuándo usas tangas de encaje?.- necesitaba sacarse la duda o se iba a venir antes de cogerlo como es debido.

-Salí con Reo y la vi y no pude evitar comprarla, sabía que te iba a gustar.- bendito sea Reo Mibuchi y su obsesión con salir a comprar después de los entrenamientos. Habían pasado por una tienda de lencería y esas tangas de encaje le robaron el corazón y no pudo irse sin ellas.

Atsushi no le saco esa hermosa tanga, de entretuvo bastante chupando los pezones de su novio, sabía que lo volvía loco eso.

-At-Atsushi.- tomo del pelo al gigante y empezó a besarlo. Estaba muy entretenido en una guerra de lenguas que se sorprendió mucho cuando su trasero tenía un intruso dentro, un intruso que le daba mucho placer.

Empezó a meter dedo tras dedo para preparar a su Sei, tomo las blancas piernas del pelifresa y las puso sobre sus hombros y perfiló su miembro pata entrar.

-Hoy hago yo las cosas Sei-chin- dejo otro chupón en el blanco cuello de su hermoso novio. Se acomodo y entro en el cálido interior del pelifresa. Se sentía tan caliente y cómodo ahí adentro, podría vivir así y no se quejaría.

-Ahhh Atsuu- se sentía tan lleno así, Atsushi sabía cómo cogerlo tan rico que lo dejaba gimiendo como loco. Estar debajo de Atsushi no le gustaba mucho, porque lo hacía sentir más pequeño de lo que era pero cuando Atsushi entraba dentro de el se olvidaba de todo.

Embestida tras embestida sentía que estaba más lleno y sentía cada vez más placer. Se estaba por venir y sabía que Atsushi también y sintió cuando el pelivioleta aumento el ritmo. Sin aviso ambos se corrieron, Atsushi dentro del manor y Seijurō sobre el vientre de ambos.

-Te amo tanto Sei~.- se acostó al lado de el y le daba besos atrás de la oreja.

-Yo también Atsu.

°Extra°

-¿Ya estamos todos? ¿Podemos salir? ¿No se olvidan nada, cargadores guardados?.- su suegra estaba en la entrada de la casa revisando que estuviera todo listo, conocía muy bien a sus hijos y la había visto guardar abrigos y cargadores e incluso unos dulces en su bolso.- siempre hacen lo mismo, tendríamos que haber salido hace media hora, al auto todos.

-¿Los mosquitos vienen con nosotros o que quedan?.- la sincronización de Takumi y Takeshi a veces lo asustaba, pero atino a subir el cuello de su suéter y salir rumbo al auto, ya lo empezaban a molestar.

-Callate idiota.- Atsushi golpeo a los gemelos y la mamá de ellos les pego a los tres con las risas de Megumi y Ryu de fondo, a ellos también los retaron.

-Acostumbrate, cada vez que salimos todos es así, nuestra familia es un lío a veces y vos ya sos familia, podes participar en este lío.- su suegro veía todo desde el auto mientras se reía de como todos sus hijos eran regañados por su esposa. Si, amaba a esa familia y amaba a su gigante.

Día 10 : En cuatro.


Ahí estaban ambos, generándose un placer indescriptible.
Sus penes se frotaban creando una sensación única.
Atsushi gruñía a cada segundo y cada vez que posaba su vista en su pequeño novio pelifresa veía que este lo miraba con sus ojos entrecerrados, llenos de placer y lujuria. Aquello solo hacia que el más alto quisiera poseerlo como fuese.

Murasakibara no aguanto más, saco a su pelifresa de su regazo y lo posicionó en la cama en cuatro. Akashi miro sorprendido y sonrojado a su novio, ¿En que estaba pensando al ponerlo en tal posición?.

Sintió como la lengua cálida de Atsushi se abría paso en su interior, quería desesperadamente que el mayor llegue más lejos, por lo que por acto reflejo llevo su cadera hacia atrás, buscando que la lengua de Atsushi se hundiera más en el.

-Mmmm Atsushi...- siseo excitado el pelifresa. -M-Más...- rogó volteando su cabeza para poder ver a su novio pelivioleta.

Atsushi perdió el poco control que le quedaba, su mente se nublo por el placer. Saco su lengua del menor recibiendo un quejido el cual el respondió con un gruñido. Parecían animales.

Mordió fuertemente la nalga del menor y sonrío al ver como se formaba una bonita marca. Ya feliz con su cometido de marcar a Akashi como suyo, ingreso en el interior de su pareja de una sola estocada.

-Ahhh- grito el pelifresa al sentir tal invasión en su interior, agradecía el que su cuerpo ya conociera a la perfección el miembro de Atsushi, porque sino aquella penetración lo habría partido a la mitad.

Las embestidas del mayor eran desenfrenadas, Akashi solo gemía cosas inentendibles y se aferraba a las sabanas con fuerza, Atsushi gruñía sin parar mientras mordía la piel de la espalda y cuello del menor, dejando así marcado su territorio.
Akashi se dio cuenta de que se estaba corriendo solo cuando sintió tod el placer e correr su espina dorsal, haciendo que se arqueara inmediatamente.

Su interior apretó el miembro de Atsushi deliciosamente, exigiéndole al mayor que dejara su semilla ahí dentro. Atsushi jadeo y se corrió fuertemente dentro del menor.
Cuando ambos estuvieron más calmados Atsushi salio del interior del menor. Con ambas manos abrió las nalgas de Akashi.

-¿Q-Qué estas haciendo, Atsushi?- interrogó sonrojado. Recibiendo solo un "shhh" de respuesta.

Atsushi al ver que su semilla comenzó a salir del interior de Akashi, la tomo con sus dedos y volvió a insertarlos en la entrada palpitante del pelifresa.

-Todo debe quedar adentro de Aka-chin.- dijo el pelivioleta haciendo que el menor se sonroje y por fin le gane a su pelo de lo rojo que estaba.

Día 11: Mientras lo Masturba

Atsushi estaba en la gran mansión Akashi, en Kioto. ¿Que hacía ahí? Su papi suegro lo había invitado para cenar y se podía quedar, casi se hacía en cima cuando lo vio, quizá el fuera mal algo pero la presencia de ese hombre era temible.

Ya habían sobrevivido a su primer cena con el Señor Aka-chin, Sei le dijo que por favor no le dijera así, pero se le escapó y lo hizo reír, bueno eso no se ve todos los días y estaba vivo y en la habitación de su rico novio.

- Pensé que iba a llamar a seguridad cuando le dijiste así.- Seijurō se tiró sobre su gran cama suspirando y soltando una pequeña risa, su padre era muy estricto pero ahora conocía a Atsushi y no le caía mal, gran paso.

- Yo también, ne~ne~ creo que alguien te llama Sei.- escucho como el teléfono del pelifresa sonaba.

- Es Mibuchi, no hagan ninguna idiotez mientras hablo con él.- sabía que a su novio le gustaba hacerle cosas cuando hablaba con Reo, y esperaba que por todo lo bueno del mundo hoy no lo hiciera.

Atsushi hizo oídos sordos a lo que le dijo el menor y se acercó a dónde estaba su novio sentado y se sentó atrás de el, con una pierna en cada lado.- Perdón Sei.- susurró lo más bajo que pudo y metió la mano en el pantalón de su novio y empezó un suave vaivén.

¿Lo iba a masturbar mientras hablaba por teléfono con Reo-chin? Sep. Le dio un beso en la nuca al capitán de Rakuzan y siguió masturbandolo con más energía mientras el otro intentaba sacar su mano de ahí y evitaba gemir, porque si lo hacía Reo se lo iba a recordar toda la vida.

Siguieron así hasta que colgó y pudo soltar un gemido mientras se venía en la mano de Atsushi.

- Sos un degenerado, te dije que no hicieras nada.- se tiró atrás y se apoyo sobre el pecho del pelivioleta.- igual estuvo genial, pero no hagas eso otra vez.

-Si Sei~.- le dio un beso sobre el pelo y se acostaron.

Día 12 : Contra la pared

Akashi iba de acá para allá, esa tarde tendrían un partido amistoso contra la preparatoria de su novio, Atsushi.

Al llegar el equipo contrario, Akashi fue a saludar a todos los integrantes, lamentaba que el saludo con su Atsushi tuviera que ser tan formal.
Ni hablar de las miradas pícaras y de complicidad que le tiraban Tatsuya y Liu.

-Aka-chin, hola.- dijo Murasakibara abrazando a Akashi.

El pelifresa se sobresalto y separo de su novio.

-Atsushi, no ahora. Ya sabes.- regaño algo sonrojado y separandose del mayor.

Atsushi solo hizo un puchero y rezongando como un niño volvió al lado de Tatsuya.
En todo el partido lo único que tenía en mente Atsushi era en matar a Kotaro, que andaba de muy arrastrado con su Aka-chin, o así lo veía el más alto.

Akashi conversaba tranquilamente con Kotaro, cuando una enorme mano lo tomó del brazo y se lo llevó hacia los vestuarios.
Todos los jóvenes se quedaron pasmados al ver tal acción del gigante, más ninguno le dió importancia ya que estaban en su descanso y esos dos habían sido compañeros en Teiko por lo que seguro así era su relación.

-¡Atsushi, soltame!- gritó Akashi molesto.

-Ni lo sueñes, Seijuro.- dijo el más alto con una voz seria que hizo espantar al más bajo.

Akashi no dijo más nada y se dejo llevar a los vestuarios sin oponer ni mínima resistencia.Después de todo sabía que Atsushi podía reaccionar así.
Al llegar Atsushi trabó la puerta del vestuario y miró a su novio ofendido.

-No me gusta que se te peguen tanto, me molesta.- soltó Atsushi. Akashi frunció el ceño, era injusto lo que decía Atsushi.

-¿Eh?- dijo el pelifresa ofendido.-Vos te la pasas con Tatsuya y no te digo nada.- reprochó.

-Es diferente.- dijo el mayor.

-¿Por qué es diferente? ¿Por qué sos vos?- reprocho.

Atsushi bufó molestó. Ninguno dijo más nada ni se movieron de su lugar, ambos estaban ofendidos por una estúpides. Akashi suspiró y comenzó a sacarse la remera para refrescarse un poco en ese momento Atsushi no se controlo más y se abalanzó sobre su novio.

-At-Atsushi...- jadeo al sentir como el mayor bajaba sus pantalones y comenzaba a masajear sus nalgas.
-Es-Estamos en mi instituto esto...- gimió -No esta bien.- susurrando terminó su frase.

Atsushi no le dio importancia y comenzó a dejar besos por todo el cuello y espalda del menor. Levantó a Akashi tomándolo por la cintura sin voltearlo e hizo que se apoye contra la pared.

-No pasa nada, Sei-chin.- dijo con una voz grave y seductora.

Akashi perdido por el placer abrió sus nalgas con sus manos para darle acceso fácil a su pareja. Atsushi inmediatamente entendió la invitación y la acepto gustoso.
Se metió hasta el fondo en su pelifresa y jadeo al sentir la estrechez de su novio.

Comenzó un vaivén de embestidas frenéticas, jadeaban, gemían y gruñian. Akashi soltó sus nalgas, con una de sus manos tapo su boca y con la otra se apoyo contra la fría pared del vestuario.

Luego de unos minutos Akashi sintió que sus piernas perdían fuerza, algo que Atsushi noto y al hacerlo, volteo a su novio y lo alzo. La espalda de Akashi se arqueo al sentir la fría pared y su rostro se encontró con el de Atsushi.

Comenzaron un tierno beso, un beso que los unía y pedía de mil formas un perdón por tal infantil discusión.

Atsushi sintió la presión en su vientre bajo y sin previo aviso se corrió dentro del menor, Akashi siguió a su novio luego de unas embestidas más.
Ambos se limpiaron y vistieron, saliendo del vestuario con una sonrisa radiante.

Extra.

Mientras la pareja principal hacia de las suyas, nunca notaron que en las duchas se encontraban otros dos haciendo también de las suyas.

-Mierda, casi nos descubren.- dijo suspirando Liu.

-No es para tanto. En la noche seguimos.- dijo Tatsuya guiñandole un ojo al contrario.

-Ni que tuvieras que decírmelo.- respondió Liu.

-Bien, ahora volvamos.- dijo el del lunar saliendo muy sonriente con su "amigo".

-La próxima vez buscá un lugar mejor.- regaño Reo dandole un golpe en la cabeza a Nebuya y saliendo ofendido de uno de los baños del vestuario.

-Yo solo quería un rapidín.- bufó como niño Nebuya.

Día 13: Con el pasivo encima


Estaba de vacaciones con la familia de su novio, lo habían invitado amablemente para que Atsushi fuera. Habían llegado esa mañana y ahora estaban acomodando sus cosas, Atsushi y el tenían una habitación para ellos solos, eran dos por habitación. ¿Lo iban a aprovechar? Obviamente.

Les avisaron que iban a comprar cosas para el almuerzo, que se quedaban solos. Apenas escucharon el auto arrancando el pelivioleta lo abrazo por la cintura y le dio un beso en el cachete.

-¿Qué tenés ganas de hacer Aka-chin?- iba a consentir a su pelifresa amado haciendo lo que el quisiera, después de todo, era absoluto.

-Mmmm, no sé.- bueno si sabía que quería, pero quería hacerse rogar.- solo bésame.

Y Atsushi se sentó en la cama y acerco al menor para besarse, Akashi parado llegaba a besar los labios del pelivioleta cuando se sentaba. Estuvieron poco tiempo besándose cuando la ropa empezó a sobrar y se fue.

Cuando ambos estuvieron desnudos Akashi susurró en el oído del más alto que quería montarlo y Atsushi puso su mejor sonrisa gatuna y se tiró en la cama, para que fuera más cómodo para su novio montarse en el.

El pelifresa subió muy lentamente sobre Atsushi mientras se lamía los dedos para prepararse, aunque su culo estuviera acostumbrado al miembro del mayor, quería caminar bien después de eso sin que Atsushi lo cargara.

- Apúrate.- Atsushi estaba nervioso, estaba tardando mucho y aunque sabía que sus hermanos iban a hacer un desastre yendo todos a comprar también sabía que su mamá iba a hacer todo lo más rápido posible, su papá solo se iba a reír de sus hermanos. Pero podían tardar mucho o muy poco, y no quería que vieran el hermoso cuerpo de su novio.

- No seas ansioso Atsu, ya voy.- nunca dejo de prepararse pero si paro para tomar el miembro del mayor y darle una buena lamida a lo largo del tronco y besar los testículos. Estuvo así un rato hasta meterlo casi todo dentro de su boca sacando varios gemidos y jadeos por parte de Atsushi. El mismo está impaciente, pero Megumi recién les iba a comprar un lubricante, no habían traído y no iban a ir ellos porque se habían quedado dormidos en el auto y nadie los despertó, asíque fueron los últimos en bajar y acomodar sus cosas.

Cuando sintió que su culo y el miembro de Atsushi estaban listos se posciosono sobre el miembro del pelivioleta y puso la punta en dentro de el y bajo con toda la fuerza que tenía en esos momentos, soltando un gemido que pondría colorado a cualquiera que se atreviera a escucharlo.

Sabiendo que por lo menos el no iba a aguantar mucho empezó a cabalgar a su alto novio, poniendo sus manos en el pecho de este para estar más cómodo y tener más fuerza.

No estuvieron mucho así porque Atsushi se vino dentro de el antes de que el se viniese asíque tomó a Atsushi de los hombros y aumento el ritmo viniendose sobre el vientre de Atsushi y cayendo sobre este.

Sus respiraciones estaban aceleradas y estaban tan distraídos en los ojos del otro que no notaron el sonido de la puerta abriéndose y empezaron a besarse otra vez.

-Chicos, les dejo es.- Megumi se cayó al ver cómo estaban su hermano y su cuñado y dejo el lubricante en el piso y de fue.

Ambos se quedaron ahí viendo la puerta hasta que Atsushi soltó una risa.

- A mí no me da risa que tu hermana nos vea así.- le daba mucha vergüenza cuando sus cuñados los veían así o los escuchaban o peor que los vieran sus suegros haciéndolo, eso era lo peor.

- A mí si jajaja.- Atsushi después de tantos años había perdido la vergüenza con Megumi, solo con ella.

Día 14 MuraAka: Cambio de papeles.

Era un día normal como cualquier otro, Akashi había invitado a Atsushi a merendar en su mansión en Kioto. El pelivioleta había aceptado sin pensarlo, su emoción le brotaba por sus poros. Ver a un chico tan alto e intimidante dando saltitos de felicidad por la calle no era muy normal.

Al llegar a la mansión toco el timbre y las mucamas lo hicieron pasar y lo guíaron a la habitación de Akashi.

-Atsushi, Hola.- dijo el pelifresa con una sonrísa coqueta y sensual.

Atsushi se sonrojo y al caminar tan rápido por los nervios se cayo frente al pelifresa. Sus ojos violetas se comenzaron a llenar de lágrimas, parecia un pequeño niño.
Seijuro se acerco hasta el y le tendió la mano como todo un caballero.

-Un príncipe...- susurro inconscientemente el pelilila.

El rostro de sorpresa de Akashi lo hizo caer en lo que había soltado sin querer. Su sonrojo competía contra el color del cabello de Akashi.
Murasakibara se sentía un tonto, pero aquellas inocentes acciones le encantaron a Akashi.

-Soy lo que quieras, Atsushi.- dijo sonriendo y acercándose sigilosamente como un león a su presa.-Pero entonces vos vas a ser mi princesa.- dijo tocando la punta de la nariz del menor con su dedo índice.

Atsushi se sonrojo, bajo su vista y dio un leve asentimiento. Akashi sonrío satisfecho.
Ayudo a Atsushi a pararse y lo guió a la cama donde le ordenó que se siente.
Luego se dirigió a la puerta y puso seguro en ella. Eran lo opuesto, Atsushi un angelito inocente y tierno. Akashi un demonio pervertido y lujurioso.

Atsushi no entendía que le generaban los besos de Akashi en su cuello, solo sabía que lo llevaban a otro mundo. Gimió al sentir la lengua del pelifresa en su pezón rosado. ¿Cuando se había sacado la remera y el pantalón? Ni lo sabía y poco le importaba en aquel momento.
Akashi era hábil, volvía un manojo de jadeos y gemidos a aquel enorme pero inocente chico de pelo violeta.

-A-Aka-chin...- dijo jadeando al sentir como su rota interior era removida.

-Seijuro.- dijo Akashi, mientras dejaba marcas por todo el cuello y torso del pelivioleta.

-Mmm Se-Sei-chin...- jadeo al sentir como Akashi estimulaba su pezón derecho con la boca, su miembro con la mano derecha y su entrada estaba recibiendo caricias por la mano izquierda de Seijuro.

Akashi miro a Atsushi, era tan lindo aquel ser que poseía. Chupo sus dedos y sin esperar mucho metió el primer dígito en el interior de Atsushi.

-S-Sei-chin- gimió asustado Atsushi.

Akashi comenzó a besar a Atsushi para así distraerlo del dolor.
Paso de tener un dedo de Akashi a tener cuatro dentro de su entrada "virgen". Le dolía un poco, pero ya comenzaba a agradarle aquella sensación de éxtasis.

Sin esperar más tiempo, Akashi se posicionó entre las piernas del más alto y comenzó a penetrarlo lentamente, prestando suma atención a las muecas del más alto.

Había aguantado lo más que pudo, sabía que esa tarde se gasto todo el autocontrol de su vida. Pero valía la pena, ya que Atsushi había sufrido lo justo y necesario.
Las embestidas subían de nivel a cada segundo, rápidamente se hicieron frenéticas, salvajes.

-Ahhh, S-SeiMMMM du-duele- gritaba Atsushi, con sus ojitos entrecerrados y nublados por las lágrimas acumuladas.

El vaivén los llevaba al cielo, a ambos. Atsushi sentía como "ese" lugar dentro de el era tocado a la perfección por el fibroso, venoso y grande pene de Akashi. Mientras que el pelifresa sentía como el interior de Atsushi le asfixiaba el pene deliciosamente.

Unas últimas tres embestidas y se corrieron a la vez. Akashi dentro de Atsushi y el pelivioleta en su pecho.
Akashi cayó arriba de Atsushi, comenzaron a respirar calmados para regularizar sus respiraciones.

Cuando se calmaron ambos, se miraron a los ojos, Atsushi se sonrojo demasiado mientras Akashi sonrío y dejo un beso en la mejilla del más alto mientras llevaba un mechón de cabello violeta hacia atrás de la oreja de Atsushi.

-Hagámoslo de nuevo, Atsushi.- dijo comenzando un beso sin esperar respuesta del menor.

Extra.

-Te lo dije, Rosa. Estos niños estan destinados.- dijo una mucama pelirroja.

-Tenías razón Mirtha, tenías razón.- dijo otra mucama pelinegra, mientras volvía a apoyar su oreja a la puerta de la habitación de Seijuro.

Día 15: Con ropa

Atsushi estaba en Kioto ese fin de semana, y se iba a quedar hasta el miércoles pues no tenía clases por las fuertes nevadas. Aprovechando que tenían tiempo para hacer cosas de pareja habían salido a pasear y habían terminado en un shopping.

Estar tomados de la mano mientras paseaban era hermoso, a veces solo tomaba la mano de Atsushi y caminaba por dónde el lo llevara, eso hacían en Akita cuando paseaban y el como no conocía el lugar de dejaba llevar.

Pero no se dio cuenta cuando Atsushi se dirigió a los baños del shopping, supuso que quería hacer sus necesidades, pues no. Cuando Atsushi lo empujó dentro del baño temió por su culito.

-¿Atsushi?.- miró a su novio buscando respuesta pero solo obtuvo un beso y unos brazos levantandolo del suelo. - alguien puede entrar.- tenía suficiente con que sus cuñados a veces los escucharán y un par de veces los hayan visto como para que alguien desconocido los viera o escuchara.

-Un rapidin y nos vamos, solo la puntita, por fis Aka-chin.- puso su mejor cara de nene bueno que come todos sus dulces para que su Aka-chin lo dejara.

-Bueno, pero rápido.- apenas terminó de decir eso Atsushi le estaba metiendo las manos en los pantalones dispuesto a prepararlo para entrar. Ambos sabían que no iba a ser la puntita pero ya estaban ahí.

Atsushi lo dio vuelta y lo apoyo contra la pared y bajo el cierre de sus pantalones para dejar al aire su miembro, bajo también un poco el pantalón del pelifresa para dejar su culo al aire.

Cuando los estaban listos Atsushi entro despacio dentro de su novio, evitando hacer mucho ruido, también le tapó la boca al más bajo. Como prometió metió solo la puntita, entraba y salía volviendo loco a su novio, pero no aguanto más y entro con todo en el cálido culo del menor.

A Akashi le salían lágrimas de placer, lo exitava hacerlo en el baño donde cualquier persona podía entrar.

Estuvieron así un rato, hasta que sintieron que de estaban por correr y el pelivioleta tomo el miembro de su pequeño novio para que se corriera al mismo tiempo que él. Unas estocadas más fueron suficientes para que ambos terminarán.

- Tráeme un poco de papel, así me limpio a mí y a la pared, tiene semen.- ahora estaba sentado en el inodoro esperando a que Atsushi le traiga las cosas, tenía que ser más fuerte y resistir cuando Atsushi le decía de hacer cosas así, pero no podía.
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Día 16 : Bajo el agua.


Se había encontrado con sus viejos amigos de la Kiseki y sus respectivas parejas.
Todos había organizado tener un viaje a un lago.

Akashi había conseguido una cabaña para todos los presentes y aparte lo mejor era que pasaría tiempo con su pelivioleta.

-Aka-chin...- dijo Atsushi con un brillito en los ojos.

-¿Qué sucede, Atsushi?- interrogó curioso el emperador.

-Vamos al agua, quiero ir con Aka-chin.- Dijo el más alto ilusionado.

Akashi asintió y fueron seguidos por Kagami, Kuroko, Aomine y Kise.
Takao y Midorima se "perdieron" al ir a buscar comida. Todos sabían que esos dos se fueron hacer de las suyas.

Murasakibara abrazó a Akashi desde atrás y muy suavemente comenzó a frotarse contra el más bajo.

-At-Atsushi, nos pueden ver los chicos...- susurro completamente rojo el emperador.

-Eso no pasara Aka-chin.- aseguro el más alto. -Mido-chin y Taka-chin no están, deben estar en el cuarto.- dijo Atsushi muy seguro de sus sospechas. -Kaga-chin y Kuro-chin están muy alejados y seguro que también están con sus cosas y Mine-chin acaba de arrastrar Kise-chin (o Se-chin, como quieras :v) fuera del agua para irse atrás de los arbustos. No lo notaran, Seijuro.- dijo el mayor, lo ultimó salió con una voz grave y sexy por sobre todo.

Las manos se colaron por la maya del pelifresa, buscaron el pene del más bajo y comenzaron a estimularlo deliciosamente.

El agua hacía que aquello fuera más placentero, sentía como acariciaba su miembro con delicadeza y las manos de Atsushi le daban aquel punto medio de caricias suaves con un toque de dolor placentero.

Murasakibara bajo a penas la maya del menor y la propia. Apoyo su erección entre las nalgas del pelifresa y comenzó a frotarse deliciosamente con aquel hermoso trasero que poseía su Sei-chin.

El tiempo pasaba, el vaivén de la mano de Atsushi no frenaba, solo se incrementaba. Lo mismo con el vaivén que llevaba Atsushi entre las nalgas del menor.

-¡At... ahh...sushi!- gimió fuerte el pelifresa al sentir el orgasmo, ¿Se había corrido? Pues suponía que si. Aunque el agua ya se habría llevado su escénica.
Atsushi siguió con su vaivén y luego de que su novio volteara su rostro para empezar un beso fracés, se corrió inevitablemente entre las nalgas del menor. Aunque toda evidencia fue limpiada por el agua.

-¡Chicos, hora de comer!- gritó Kazunari desde la orilla.

Ambos se levantaron sus mayas y comenzaron a nadar hacía la orilla, esperaban que sus compañeros no los hubieran visto o escuchado. Ya en la noche tendrían tiempo de seguir con su juego.

Día 17: En la ducha


Se había hecho costumbre que Rakuzan y Yosen tengan partidos de práctica, consideraban al otro como un fuerte oponente y un gran entrenamiento.

Habían acordado hacer un campamento en Akita ese fin de semana, por lo que algunos jugadores de Rakuzan ya estaban ahí con un día de anticipación, Akashi, Reo y Nebuya. Akashi iba a ir a la casa de los Murasakibara mientras que Reo y Nebuya iban a ir al departamento de Himuro, dónde seguro iba a estar Liu.

Se despidieron cerca de la casa de su novio, el seguía derecho y sus compañeros doblaban, no era una gran distancia la qué tenía que caminar solo.

Apenas llego tocó timbre y la puerta fue abierta por su suegra que se veía enojada pero al verlo le cambió la cara a una llena de felicidad.

-¡Sei! Que alegría que estés acá, pasa estamos en medio de una batalla.- apenas entró vio que su novio y los gemelos estaban peleando en la escalera.- están peleando por quién se baña ahora, Megumi se bañó recién y dejo poca agua caliente asíque están peleando por llegar primero.

Ya estaba acostumbrado a las peleas infantiles que tenían los hermanos Murasakibara, pero era gracioso ver a tres chicos de dos metros peleando por ir a ducharse.

-Yo voy ahora, llegó Aka-chin y seguro de quiere duchar para relajarse del viaje.- y ahora lo usaba de excusa para entrar el antes que sus hermanos. Siempre que llegaba de Kioto se duchaba, era como una costumbre ya.

Atsushi lo tomo de la cintura y pateó a uno de sus hermanos para correr escaleras arriba y encerrarce en el baño. Atsushi 1 gemelos 0.

-Hola Sei, ¿Cómo estuvo el viaje?- si, lo amaba. Todo infantil e idiota pero el amor era mutuo y siempre se lo hacía notar.

-Bien, pero ahora nos tendríamos que duchar, ya que ganaste el turno hay que aprovechar. - se empezó a desvestir y dejo la ropa sobre su bolso mientras veía que Atsushi hacía lo mismo, lo espero y ambos entraron a la ducha y abrieron el agua caliente.

Seijurō sabía cómo era tomar una ducha con su novio, no era la primera vez que se duchaba justos. Cuando sintió las manos jabonosas de Atsushi en sus pezones sabía cómo iba a terminar.

-Atsu, primero nos duchamos, después lo hacemos.- no perdía la fé de convencerlo para hacerlo después.

-Pero Sei-chin, lo quiero hacer en la ducha, por fis~.- cuando el pelifresa tomó sus manos para llevarlas a si trasero mientras se daba vuelta supo que tenía respuesta positiva y tenía permiso.

-Pero rápido, tus hermanos también tienen que ducharse después.- sintió como las manos del pelivioleta subían desde su cadera hasta su cintura, acariciando lentamente. Lo tomo de la cintura y lo levantó para apoyarlo contra la pared mientras lo volvía a dar vuelta.

La cara de Akashi tocaba los fríos azulejos de la pared mientras sentía como Atsushi entraba en el con fuerza, un gemido bastante algo salió de su boca pero por suerte alguien había puesto música y no los iban a escuchar.

El más alto empezó a dar embestidas erráticas y llenas de placer sacando gemidos agudos a su novio. Era tanto el placer que sentía en su pequeño cuerpo que sentía que se iba a caer por la velocidad y fuerza con la que era el embestido. Intentaba agarraste de algo pero la pared estaba empañada y los azulejos estaban resbalosos.

El pelivioleta salió de su interior y lo bajo para ponerlo en cuatro en el piso y volver a entrar con más fuerza que la vez anterior haciendo que el pelifresa se viniera y soltara un gemido que retumbó en el baño.

Atsushi siguió entrando y saliendo con fuerza del interior del menor hasta llenarlo completamente, soltando un gemido ronco y besando a su novio. Lo ayudo a levantarse del suelo y terminaron de bañarse, al final quedaba más agua caliente de la que pensaban.

Día 18 : Fuera de casa.


-¡Aka-chin, Hola!- gritó Atsushi corriendo hacia el pelifresa.

Hacía un tiempo que no se veían, el pelilila estaba tan emocionado por poder ver a su pequeño emperador que ni siquiera le importaba que todas las personas lo miraran raro.

-At-Atsushi... hola.- saludó algo sonrojado el más bajo.

Cumplían un año y dos meses de ser novios, aquello los tenía emocionado a ambos, todos sus aniversarios los emocionaban desde que vivían en ciudades diferentes.

Habían decidido juntarse en Tokio, ya que de pasada se juntarían con sus otros amigos. Atsushi había llegado con Tatsuya que quería visitar al tigre, luego de ver un rato a Taiga, Atsushi se despidió y se dirigió hasta su encuentro con Seijuro.

-Toma.- dijo el pelivioleta entregando una cajita. Akashi estaba seguro que aquello era algún postre o algo que su novio le preparó.

Al abrir la cajita se encontro con una bolsita con galletitas de limón, le habían gustado muchísimo y su novio se las había prometido, aunque lo que le sorprendió fue encontrarse con un juego de anillos abajo de aquella bolsita.

Automáticamente se sonrojo y extendió su regalo.
El sonrojo de Atsushi también hizo acto de presencia al ver que también era un juego de anillos. Ambos se sonrieron y decidieron utilizar ambos juegos.

Iban tomados de la mano, Akashi se sonrojaba al ver como los miraban, pero poco y nada le importaba al mayor. Ya había comido algo por lo que decidieron ir a un karaoke luego. Atsushi había decidido confiar en los consejos de Ryota, que decía que un karaoke era un buen lugar para pasar una bella cita.

Akashi estaba sentado cantando la canción que le había tocado, "Roar - Katy Perry." Cuando sintió como su novio lo levantaba y lo depositaba en su regazo.

-Así esta mejor.- dijo Atsushi sonriendo seductoramente, algo que no hacía muy seguido.

-Mm Atsushi...- suspiro al sentir la erección del mayor. ¿Como era posible que se pusiera duro en un karaoke? No lo sabía, pero aquello sería problemático para ambos sino hacía nada.

-Si hay cámaras, te matare Atsushi.- espetó el emperador mientras se bajo del regazo ajeno y se arrodillo frente a la erección del contrario.

Comenzó a acariciar sobre la ropa aquella enorme y encerrada erección. Paso su rostro frotandolo suavemente por sobre la tela. Atsushi gruñía y sostenía los cabellos del menor con un poco de brusquedad.

El pelivioleta metió la mano y saco su propio miembro, su mirada solo demandaba que el pelifresa le diese atención.
Akashi sonrío satisfecho, con sus dos manos comenzó a masturbarlo, su lengua recorría lentamente el glande del mayor deleitándose con las muecas que soltaba inconscientemente el pelivioleta, hundía en su cavidad bucal el enorme miembro de Atsushi, atragantandose y comenzando a excitarse por esa acción realizada.

Akashi comenzó un vaivén con su boca logrando estimular a Atsushi perfectamente. Una de sus manos viajo hasta los testículos del mayor y los apretó levemente, consiguiendo una nueva reacción de Atsushi. Así estuvieron unos minutos hasta que el mayor terminó en la garganta del menor.
Akashi tragó todo el semen de su novio y paso su lengua por sus comisuras asegurandose de que nada se desperdicie.

-Aka-chin, te amo...- dijo algo avergonzado el pelilila acomodandese su ropa. Akashi sonrío y se volvío a sentar en el regazo del mayor.

-También yo, Atsushi.- dijo volteando su rostro en busca de los labios del más alto. Comenzaron un lindo beso que fue interrumpido por la persona encargada de avisar que ya se había acabado el tiempo del Karaoke.