Posts written by RavenYoru

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    Gracias por leer n_n
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    Eran cerca de las diez de la mañana cuando despertó. Después de un baño rápido, se vistió con las prendas que habían dejado encima de su cama: un pantalón, una camiseta y un par de zapatillas deportivas. Se acomodó el cabello frente al espejo, intentando controlar los mechones rebeldes que insistían en caer sobre su rostro. Una de las empleadas golpeó la puerta a las diez en punto de la mañana. Noah corrió a abrir, y la muchacha entró a la habitación con una bandeja de comida.

    —Buen día, jovencito —saludó, dejando la bandeja sobre la mesa de luz.

    —Buen día, gracias... —respondió tímido.

    La mujer asintió, retirándose minutos después.

    El chico desayunó, mirando el reloj de vez en vez. Todavía estaba sorprendido por el repentino cambio de actitud de Dante. Quizás lo había juzgado mal, quizás no todos tenían que ser tan malas personas. Quizás, por una vez en su vida, alguien sería bueno con él. Al terminar de comer, se cepilló los dientes y bajó las escaleras con la bandeja en la mano. Tropezó en los dos últimos escalones, haciendo volar el vaso vacío de jugo y los cubiertos. Algunas mucamas rieron por lo bajo mientras él juntaba el desastre, maldiciendo en voz baja. A las once menos cinco de la mañana, ya estaba listo, esperando en el recibidor con Dante le había indicado.
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    -Noah -contestó rápidamente, bajando lo pies-. Me llamo Noah. Estoy dispuesto a trabajar si eso compensa el dinero que gastaste en mí. Dime qué es lo que tengo que hacer y lo haré.

    Entrelazó los dedos con nerviosismo. De pronto la situación entre Dante y él había cambiado. Aquel hombre arrogante y altanero que se había presentado frente a él parecía haber desaparecido. Suspiró, sintiendo como el nudo en el pecho se iba aflojando de a poco. Por primera vez alguien encendía una chispa de esperanza en su corazón roto.
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    Bueno, comunícate conmigo por privado si quieres y yo me sumo a la petición. Realmente era fantástico, me da mucha nostalgia recordar los buenos momentos que pasé en el tag, y cuando Daphiel aparecía a regañarnos porque no se nos permitía rolear y a veces nos olvidábamos y lo hacíamos igual. Conozco un par de personas más que de seguro querrían unirse a la petición. Avísame a ver qué te dicen.
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    —¿Por qué me buscaste? —Estiró la mano, sosteniendo la manga de su camiseta—. ¿Por qué me compraste?, no lo entiendo... —lo soltó al ver la mirada de reproche que le dedicaba el rubio—. Yo no sé... no sé tratar con las personas, soy... tosco, agresivo. De esa forma me crié, aprendí a golpear antes de que me golpeen. No puedo evitarlo; ese es mi mecanismo de defensa, es la única forma de hacerme respetar. ¿Por qué un tipo como tú gastaría tanto dinero en comprarme? Ni siquiera sabes de dónde vengo, ni cómo me llamo. ¿Qué tengo que hacer aquí?

    Sabía que estaba hablando demasiado, pero tenía tantas cosas en la cabeza que necesitaba expresarlas o no podría dormir pensando en eso. Dante le llamaba poderosamente la atención. Su personalidad era extraña, diferente de todo lo que conoció alguna vez.
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    Estiró la mano, llevando la frazada hasta el cuello al sentir una brisa fresca acariciando su nuca. Entreabrió los ojos al recordar que había salido de la casa, y al notar que ahora se encontraba en la comodidad de una cama. Se sentó de golpe, frotándose los ojos. Notó la presencia de alguien sentado junto a él y se giró con brusquedad, encontrándose al hombre con el que había discutido.

    —¿Qué haces...? —Levantó la frazada con rapidez, asegurándose de tener la ropa puesta. Suspiró aliviado al encontrarse con todas las prendas en su lugar.
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    Noah bajó las escaleras a toda prisa, saliendo de la casa rumbo al jardín más grande. La rabia lo superaba y sabía que su carácter impulsivo haría que terminara agarrándose a golpes con aquel hombre. Estaba agotado, cansado del mundo que lo rodeaba, de la maldad de la gente. Se ocultó entre unos arbustos, abrazándose a sus rodillas. Permitió que las lágrimas salieran con total libertad ahora que nadie lo veía. Había optado por crear una máscara que lo hacía ver fuerte frente a los demás, una coraza que aquel hombre había logrado romper con una bofetada. Ocultó el rostro entre sus rodillas, llorando hasta quedarse dormido.
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    —¡Tú fuiste quién puso dinero sobre mí como si fuera un maldito mueble! —chilló, dejando escapar algunas lágrimas a causa de la rabia— ¡Y ahora crees que tienes derecho a golpearme como si fuera tu maldito sirviente!, ¡no quiero hablar contigo! quiero... quiero que dejen de verme como si no valiera nada.

    Se giró sobre sus talones, caminando hacia la puerta sin quitar la mano del rostro. Sentía un fuerte ardor en la mejilla, las lágrimas continuaban brotando sin control hasta perderse en su mentón.

    —Hasta ahora, a nadie le ha importado lo que yo tengo que decir. Lo que siento o lo que pienso. Ese no es tu maldito problema.
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    —Vete a la mierda —masculló, apretando los dientes—. Vete a la mierda...—repitió, pronunciando cada palabra con lentitud. Sus ojos grises se clavaron en los ambarinos del hombre. Sentía la rabia revolviendo su estómago, estaba harto de que lo trataran como si no valiera un centavo—. Maldito ricachón bastardo. Hubieras dejado que cualquiera me comprara, no me conoces, no te importo. No soy una maldita muñeca de goma, hijo de puta. No eres más que un arrogante que cree que se lleva el mundo por delante solo porque tiene un poco de dinero. Tú deberías respetarme.
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    Noah podría jurar que su mandíbula se había desencajado de su sitio. La muchacha le hizo mil y una señales que prefirió pasar por alto. Siguió la ancha espalda del hombre, aguantándose la zarta de groserías que tenía para decirle hasta que llegaron a la ostentosa oficina.

    —Así que eras tú —comenzó, cruzándose de brazos. Sentía las mejillas coloradas del enojo—. No solo me compraste, te olvidaste de mí, me trataste como un objeto y encima, te reíste de mí en mi cara haciéndote pasar por sirviente. —Se mordió el labio, alzando una ceja mientras mirada al hombre de arriba a abajo, notablemente fastidiado—. ¿Para qué me quieres?
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    —Aquel es uno de los jardines más grandes, hay unos rosales preciosos.

    Una de las chicas más jóvenes se había escapado de sus quehaceres para hacerle un recorrido por la casa. Le había enseñado las habitaciones, la enorme biblioteca, el salón donde Dante realizaba muchas fiestas y reuniones, y por último, los jardines.

    —Oye... ¿qué onda con el dueño? —volvió a preguntar Noah—. Nadie habla de él, no aparece por ningún lado. ¿Vive aquí o esto es solo una fachada?

    —Vive aquí, pero es un hombre muy reservado. No es un mal hombre, hay muy pocas cosas que no tolera, y entre ellas, las faltas de respeto y que seamos mal hablados. —Lo miró de reojo.

    —Me importa una mier... muy poco. Me compró como si fuera un objeto y ni siquiera tiene la decencia de presentarse como se debe. Desde que llegué a esta casa me han tratado como si fuera un mueble —chasqueó la lengua, molesto.

    —No creo que haya sido malo para ti que el señor Dante te comprara... Creo que si yo estuviera en tu lugar, hubiera preferido eso a que me comprara un gordo pervertido.

    —Hubiera preferido que me maten.

    La muchacha guardó silencio cuando las puertas se abrieron. Jaló al chico del brazo, colocándolo a su lado.

    —Guarda silencio, llegó.

    —¿Qué...?
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    Noah chasqueó la lengua, sentándose frente a él.

    —Tengo dieciocho años... —comenzó, desviando la mirada.

    No sabía cómo explicarle el por qué estaba en esa casa. Realmente ni él sabía bien qué demonios estaba haciendo ahí.

    —La verdad... no tengo idea. El dueño de la casa me... me compró en la subasta de anoche pero al parecer se olvidó de mí y uno de los empleados me trajo. Luego una de las mucamas me metió en un cuarto y ahí estuve hasta que me levanté. No como nada desde ayer al mediodía, me estoy muriendo de hambre. Oye, ¿por qué le tienen tanto miedo al tipo ese?
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    Noah había encontrado el baño después de dar vueltas durante más de media hora. La muchacha que lo había atendido le dejó algo de ropa para ponerse, ya no toleraba llevar esa ridícula túnica. Se dio una ducha rápida y se puso las prendas que le habían dado: una camiseta blanca, un pantalón y un par de zapatos negros. Salió del baño y recorrió la casa hasta toparse con la puerta de lo que´él supuso era la cocina. Todo lo sucedido la noche anterior no le había permitido seguir durmiendo. Apenas había podido dormir durante una hora. Entró, topándose con un hombre sentado sobre la enorme mesa al centro de la cocina.

    —Hola... —saludó tímidamente en voz baja—. Qué bueno que encontré algo de vida en esta casa, no sé dónde se metió todo el mundo. ¿Vives aquí?
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    Noah observaba la situación con la boca abierta. Dos mucamas se acercaron rápidamente, guiándolo escaleras arriba hacia una de las habitaciones. Cuando bajó a tierra nuevamente, se encontraba en una habitación pequeña, con una cama al centro y dos mesas de luz a los costados. Si bien la habitación no era muy espaciosa, se notaba el buen gusto a la hora de elegir los muebles.

    —Tienes toallas en el mueble. El baño del personal está junto a la cocina, bajo la escalera. —La joven se rascó la cabeza antes de proseguir—. En realidad no sé ni cuales serán tus tareas, el señor Dante no dijo absolutamente nada, solo que llegaría un paquete y que tendríamos que recibirlo y acomodarlo.

    —¿Un paquete? —gruñó el muchacho, descalzándose las sandalias de estilo romano que llevaba—. Y una mierda, ese hijo de puta no me...

    —¡Shhh! —la muchacha le cubrió la boca, empujándolo al centro del cuarto—. ¡No te refieras de esa manera al señor Dante! él detesta las faltas de respeto.

    Noah chasqueó la lengua, molesto.

    —Sí, lo que sea.
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    ¡Hola!

    soy usuario de este genial foro desde hace unos ocho años, quizás más. Antes solía haber un tagboard en el que podías chatear con otros miembros y conocer gente. De hecho, he hecho muchos amigos que hasta la fecha siguen en contacto conmigo a través de las redes sociales. Ahora que regresé, me doy cuenta de que el tagboard ya no está </3 por eso, me preguntaba si no existe algún chat o algo similar dentro del mismo foro, para poder charlar con otros usuarios. Y en caso de que no lo haya, quisiera saber si puedo dejar el link de uno (dentro de forumfree) para quienes quieran meterse.

    O como último recurso... Mr.Daphiel, ¡regrese el tag! ;_;

    Espero no morir ignorado </3
81 replies since 27/7/2011
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