Posts written by kureiji_kamo

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    Entro después de mucho y me llamó bastante la atención esta reunión. Bueno, inicié en este foro a los 13 años y pronto cumpliré 24 años. ¡WOW! He querido seguir publicando aquí porque me da mucha nostalgia, pero no he podido debido a algunos problemas al postear. Tal vez ahora sí pueda.
    Que bueno saber que varios usuarios regresaron por varias razones. <3
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    CITAZIONE (#ZaiJDLS @ 6/4/2017, 20:02) 
    SALUDOS!!!

    Disculpe la demora.... (sólo han sido dos días) xD

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    Le doy todos los aplausos y todas las felicitaciones que puedan existir en este mundo. Me ha dado una tremenda lección de vida respecto a la lectura, las historias y las parejas. He estado cometiendo el gravísimo error de enfocarme si la historia era SN o NS. Sin embargo, usted me ha hecho aprehender que no se trata, y la cito, de "quien vive arriba y quien vive abajo", jamás lo olvidaré. Admito que me he enfocado solamente en eso y gracias a eso que mencionó sentí la necesidad de apreciar mucho más su creación 9-Bi y otras tramas futuras. Muy agradecida, muchas gracias.

    Aunque, de por sí su historia ya me enamoró, así que looking foward to it. (:

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    Supongo que no tengo opción, intentaré AY. Sin embargo, me gustaría seguir comunicándome con usted y seguir dándole mi opinión en cada capítulo...., pero, ¿cómo le hago? xD :=nuse:

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    Le di "Me gusta" a su página. Me gustaron varios dibujos. Mi favorito era en la que Naruto tomaba una imagen mientras Sasuke dormía. La sonrisa de Naruto y Naruto como tal, le quedó brutal. Su sonrisa es hermosa, él es hermoso. ❤❤


    Nada, saludos, le leeré a través de AY. Cuídese mucho. :D (:

    No sabes la felicidad que me ha dado leerte. Aunque tal vez no sea gran cosa, me sentí muy orgullosa. Orgullosa de saber que poco a poco logro que el rol de la pareja deje de ser muy relevante en 9-Bi. Claro que no pienso obligar a los lectores a no pensar en eso o en lo otro, no he llegado a eso, pero estoy feliz de que hayan entendido mi intenciones (Obviamente me refiero a mi fic, pero si eso logra a que todos los fanfic no sean juzgados antes de ser leídos por ser de tal pareja, sería perfecto) Gracias a ti por tus palabras, por tus aplausos. Mi corazón quiere explotar de emoción cuando encuentro lectores como tú :')

    9-Bi tiene para rato y será un hermoso placer el que me leas. Te invito a leerme, te invito a esta historia y a las siguientes.

    En AY estoy también como Kureiji Kamo. Y si deseas dejarme tus opiniones ahí y no puedes, siempre puedes hacerlo aquí. Estaré al pendiente a MY para contestarte!

    Me alegro de que te haya gustado mis dibujos, esa que mencionas es una de mis favorita, precisamente por la sonrisa de nuestro Naruto ^^ <3

    Dentro de poquito actualizo en AY, por fin! Ya que estuve muy ocupada ^^

    Cuídate, te mando un gran abrazo (:
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    CITAZIONE (#ZaiJDLS @ 4/4/2017, 07:00) 
    Luego de 5 largos días leyendo esta fantástica historia, por fin puedo comentar.

    En primer lugar, quiero felicitarle por la increíble historia. Desde que leí en sus advertencias que su historia sería lenta, me lanzé de pecho a leer porque me encantan las historias lentas, es lo más cercano a la realidad.

    Le confieso que me sentí a lo largo de la historia, algo disgustada porque me he dado cuenta de que la historia es NaruSasu y no SasuNaru cómo dice el título "(SxN)". Honestamente no tengo problemas con el NaruSasu, simplemente leí con las expectativas de que sería SasuNaru, tras que es mi OTP favorito. Sin embargo, eso no le quita lo excepcional a la trama, así que tranquila. (:

    Acabo de leer su anunciado y bueno...qué lástima porque yo sólo le leo aquí. No utilizo WP ni AY. Nada, ya veré cómo le hago para saber de la historia.


    Ingresaré a su página de Facebook para ver sus dibujos que mucho me llaman la atención.

    Sin más preámbulos, saludos, felicidades por la fantástica trama y mucho éxito. (:

    Tuve un pequeño spam en fb y me pregunté si tenía un nuevo lector o lectora. Gracias a eso entré aquí y pude leer tu comentario muy pronto, ya que no suelo entrar a MY.

    Muchas gracias por tus palabras, decir que es una historia fantástica me da mucha alegría porque de verdad me he esforzado mucho en ella, en cada detalle (y nunca es suficiente)
    Me alegro que estes a gusto con el ritmo del fic, porque dije varias veces en otras páginas que 9-Bi será un long fic.

    Tuve muuuchos comentarios con respecto a la pareja, si era Narusasu o Sasunaru ¿La respuesta? No lo habrá hasta que llegue el momento, comprendo que cada uno tiene su pareja favorita y depende de eso para leer un fanfic, en este caso quise hacer una travesura o experimento(?) para hacer que se enamoren de la trama, y dejen a segundo plano de quien va arriba y quien abajo. Por suerte, ha tenido éxito, siguen leyéndome y estoy feliz de que tú - aun cuando pienses que es narusasu- estes interesadx en seguir 9-Bi. ¡Gracias! Por otro lado, puse SxN como para decir que trataba de Sasuke y Naruto, y no poner el rol de la pareja, pero parece que estuve equivocada. Ya lo corregí y lo borré para que no haya malos entendidos.

    Si algunos lectores leen esto y preguntan.
    ¿Es Narusasu o SasuNaru?

    Es 9-Bi(?)

    Me parece excelente que saquen sus conclusiones, pero que no sea lo importante, es lo único que pido. Porque... Ya saben, amor es amor, ésta es una histora de amor <3 (epa que cuando digo esto, no quiero decir que no habrá lemon, claro que lo habrá jajaja)

    Otro punto. De verdad lo siento por no seguir actualizando aquí, de verdad que ha sido muy difícil, espero que puedas leerme en wattpad o AY. Si realmente deseas seguir leyendo 9-bi, a mí me basta con que puedas leerme, no es necesario escribir algun comentario o crearte una cuenta <3

    Mis dibujos sooon taaan mediocres aún, pero voy mejorando poco a poco. Espero te gusten! Pronto subiré más

    Gracias por tus lindos deseos, y muchas más gracias por leerme!

    ¡Cuídate y un abrazo!
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    Faltaban solo tres capítulos para terminar de pasar el fic a este foro. No se porque no actualicé, muchas cosas pasaban por mi cabeza en ese tiempo, y ya que el fic fue terminado en el antiguo foro de MY no le di importancia acabarlo aquí. Hoy me tomé el tiempo y buscar de casualidad, me siento mal por los lectores que esperaban la actualización. Lo siento mucho.
    Ha pasado muchos años, y yo hace poco recuperé mis escritos de amor entre comidas (que obviamente necesitan ser editados) y ya son 8 años de amistad con yaa-chan con la cual aun sigo en contacto. Este fic significa mucho para ambas, es un hermoso recuerdo (':
    Quien esté interesado en el final, puede comentar ~ ya que no podrán encontrar el fic completo porque el antiguo foro fue bloqueado. Pues eso.
    Perdón.
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    Pase de casualidad, y bueno también me apena no seguir aquí. Si demoro en actualizar en wattpad o AY es porque muchas cosas han sucedido en mi país debido al feo clima, y he estado muy ocupada. Me disculpo por no actualizar pronto pero ya estoy editando la nueva escena.
    Me llevé con la sorpresa de que alguien comentaba un antiguo fic "Sed" que subí hace 4 años -estaba todavía en la escuela jaja- y que tuve que abandonar por los estudios T-T si la gente que seguía leyendo ve esto de verdad lo siento, de verdad me gustaba ese fic pero nunca llegué a la mitad (hasta ahora tengo toda la historia en mi cabeza) espero algun día continuarlo, aunque me gustaría hacerle varios cambios.
    Hummm solo quería decir esto, y no creo que a nadie le interese jaja pero quería dar señales de vida. Pronto cap y dibujos nuevos de 9-Bi!
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    CITAZIONE (Robin snc @ 7/3/2017, 21:36) 
    Meses despues regrese!
    En lo personal me encanta esta historia, todo se desenvuelve con lentitud pero sin ser tedioso, desarrollas las personalidades muy bien y logras el proposito de transmitir las emociones y sensaciones que experimentan los personajes. Entiendo que sea complicado para ti continuar en MY pero espero no lo dejes (de igual forma yo te buscaria hasta que termines el fic) Espero noticias sobre tu resolucion al problema o en todo caso la continuacion :)

    Hola! Que gusto leerte nuevamente. Gracias por tu lindo comentario, me alegra saber que logro transmitir lo que quería. Que bueno que no te incomode que la trama esté avanzando lentamente, no lo esperaba de esa manera pero creo que cada parte es necesaria.
    Te comento que no dejaré el fic, pero si dejaré de actualizar aqui. Por suerte Akira Misahi ya me lee en wattpad y soy feliz.Espero también que te animes a buscarme en una de las páginas que mencioné arriba y de paso disculparme por no seguir publicando aquí. Solo quiero asegurarles de que 9-Bi sigue adelante, no importa cuánto tiempo me tome. Muchas gracias por leerme!!
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    ESCENA 16








    La amable recepcionista le hizo entrar. Para sorpresa de Sasuke había otra sala de espera y otra gran puerta de madera maciza que interponía la entrada a la oficina de Madara, en su diseño la decoraban hermosos vidrios, eran también mateadas y tenían estampados creativos de flamas. Al lado un hombre estaba sentado detrás de un elegante mostrador, el distintivo en forma de insignia de su traje a la altura del corazón decía su nombre y el puesto de secretario general.







    —Tome asiento aquí, mi compañero le indicará cuando pueda entrar— la señorita hizo una reverencia y antes de retirarse le pidió sonrosada un apretón de manos. Sasuke sonrió y cumplió con el deseo. Fue muy atenta después de todo.







    Se sentó en los muebles de cuero negro y vio de reojo al secretario. Por alguna razón tenía cicatrices en todo el lado derecho de su rostro. No, no era solo en esa zona, las cicatrices iban más allá del cuello. Además de eso otra cosa le llamaba la atención.






    Era otro Uchiha.






    La puerta interior se abrió, de ella salió un hombre mayor con canas, su vista solo estaba en los archivos de sus manos mientras se dirigía directamente a la salida. Eso le decía que faltaba nada para poder ingresar. Revisó varias veces su camisa para asegurarse de que no estuviera arrugada y se mantuvo inexpresivo mientras esperaba. Las mejillas le dolían de tanto sonreír a los trabajadores, tenía que lidiar con eso por ser una figura pública. La peor parte en su opinión.







    Se preguntó qué esperaba Madara de la visita sorpresa. Ya tenía una idea de su apariencia porque al acabar de leer la autobiografía buscó las fotos del escritor. No lucía muy mayor y tenía el mismo cabello oscuro que caracterizaba al apellido Uchiha.







    Observó al secretario y le encontró también curioso hacia su persona, ambos desviaron sus miradas sutilmente pretendiendo que sólo fue una casualidad. Era igualmente adulto, posiblemente cerca de los cuarenta, y sus ojos penetrantes estaban atentos a cualquier movimiento. Sasuke no tenía idea si compartían sangre con él o con Madara.







    Le costaba creer donde estaba tan de repente. En realidad tuvo planeado visitar la agencia de publicidad lo más pronto posible, les daban pocos días libres y ya que la oportunidad se había presentado se animó a última hora dirigirse a ADPU. El trabajo de la compañía era muy reconocido a nivel nacional, le sorprendió saber que Uchiha Madara no era ni más ni menos que el CEO de la empresa. Un hombre digno de admirar.







    Necesitaba aprovechar esa media hora muy bien, escribió con tiempo de anticipación las dudas que tenía en su agenda, de esa manera esperaba no retrasarse.







    Un pitido suave salió finalmente del teléfono y el secretario contestó.







    —Sí, está aquí— le oyó decir mientras le miraba—. Muy bien.







    Colgó y se puso de pie. Sasuke enderezó la espalda.







    —Uchiha-san, Madara… El CEO Madara— se corrigió — le está esperando.







    Sasuke asintió y le siguió con pasos lentos pero seguros. El secretario abrió las puertas en par y se adelantó hasta el interior, se detuvo cerca a un escritorio de madera tallada con las más impresionantes vistas de Japón. No se sorprendería de que tal belleza haya costado millones de yenes.







    —Aquí está Uchiha Sasuke.





    —Gracias Obito— una gruesa y ronca voz contestó.







    Obito salió sin mirar atrás.







    Sasuke pudo ver al fin en persona al famoso empresario, publicista y escritor Madara Uchiha. Tenía una potente presencia, su vista estaba perdida en los documentos en su mesa. Su cabello era negro azulado e imaginó que le llegaba suelto hasta la cintura. Su traje decía por cada costura ser muy costoso y cada arruga en el moreno rostro contaba sus experiencias.







    El azabache no se movió hasta que Madara finalmente subió la mirada, cuando lo hizo todo el cuerpo de Sasuke tembló ante el misterioso hombre.







    —Uchiha ¿no?— preguntó el CEO, volviendo su atención a los papeles.





    —Sí, señor.







    Madara de nuevo lo miró.






    —Me dijeron que eres un famoso actor, pero no tenía idea de quién eras. No veo televisión— cerró el folder y apoyó los codos en el escritorio—. Si permití que subieras fue porque uno, compartimos el mismo apellido; y dos, deseas hacerme preguntas con respecto al trastorno que padezco.





    —Así es. Buscaba conocerlo solo por intereses privados.





    —¿Qué intereses son esos, Uchiha Sasuke?— preguntó luego de verlo de pies a cabeza—. Ven, siéntate.







    La manera en que dijo su nombre otra vez le dio escalofríos. Tomó asiento en la silla ofrecida, justo delante del CEO.







    Respiró profundamente.







    —Soy actor. Mi papel sufre de bipolaridad. Buscaba detalles importantes para hacer de mi actuación más realista— respondió con voz firme—. Un compañero me recomendó su libro, cuando lo acabé sentí que debía conocerlo.





    —Interesante. Uchiha Sasuke es muy serio en su trabajo.







    Sasuke asintió, no podía respirar a gusto con Madara observándole de cerca.







    —¿Y qué gano yo, Sasuke?







    Lo que faltaba. El CEO lo intimidaba como cualquier mayor en su familia, hasta la voz se parecía al de su padre. Los Uchihas por naturaleza eran calculadores con sus acciones, directos, manipuladores, y sobretodo hombres con ambición.







    Tragó saliva antes de contestar.







    —Nada—dijo sin rodeos—.Solo estoy interesado en cómo un hombre con un serio caso de bipolaridad desde niño pudo llegar a donde está ahora.





    —¿Acaso no está escrito?





    —Yo sentí que tenía mucho más que contar. Deseaba saber a detalle sobre su condición, en especial sobre las fases… si f-fuera posible— se mordió los labios cuando acabó. El tartamudeo admitía el nerviosismo que creyó, había controlado.







    Madara se levantó y rodeó el escritorio hasta llegar al lado izquierdo de Sasuke. Se sentó en la mesa mirándolo directamente.







    —¿Cómo se llama tu padre?— preguntó Madara. Se cruzó de brazos y elevó una comisura de sus labios para una sonrisa. Su edad se notó en ese gesto que provocó varias arrugas en la mejilla, después de todo el empresario tenía 47 largos años.





    —Fugaku. Fugaku Uchiha— contestó.




    —Creo que lo conozco. ¿Dónde trabaja?



    —UH Servicios.




    —Ah, sí— exclamó Madara—. Escuché de él de Uruchi. Uruchi es hermana de mi padre, Tajima.




    —Uruchi es mi tía, está casada con Uchiha Teyaki, hermano de mi padre.





    Madara soltó una carcajada—Pues esto marea un poco.





    —Si…





    —Entonces venimos siendo primos lejanos.




    —Creo que sí.





    Madara siguió riendo suavemente— Tu padre te tuvo muy mayor.







    Tenía razón, para ser primos, Madara le duplicaba la edad.







    —No sabía que tenía dos hijos, solo sabía de… Itachi ¿no?





    —Sí—afirmó Sasuke rápidamente—, Nii-san trabaja en una empresa de esta ciudad.





    Madara levantó ambas cejas,sorprendido—Pensé que trabajaba con tu padre, pero genial.







    Se quedaron en silencio unos segundos. Madara vio su reloj, un elegante Omega, suizo y pesado.







    —Ya que resultó que somos familia. Te diré todo lo que quieras saber.





    —¿De verdad?— el azabache no pudo evitar quedarse boca abierta.





    —Sí, dime tus preguntas.







    Sasuke exhaló el aire contenido en sus pulmones y abrió su agenda. Se sentía más relajado, aunque no debía bajar la guardia con el CEO solo porque compartían el mismo apellido. Venía por una intención profesional e informativa, y se aseguraría de no salir sin ella.







    *********





    —Madara, te están esperando.



    —Diles que llegaré en unos 10 minutos.



    —Pero Madara, es Hashirama.



    —Por eso mismo, hazle esperar.





    Colgó y volvió a dirigirse a Sasuke. Había prometido media hora pero la charla era amena si se trataba de sí mismo. No es que fuera egocéntrico, sólo estaba muy orgulloso de su vida y de las dificultades que superó. Era emocionante hablar de ello con alguien muy interesado.








    —¿De qué hablábamos? Cierto— volvió a apoyar su espalda baja en la mesa—. Ya conoces de que trata los episodios de manía y depresión. Fases maníacas no tengo hace dos años, pero sí de hipomanía, que son más leves, debido al estrés del trabajo. Mi última depresión… — se detuvo un momento para recordar— fue hace medio año. Los episodios mixtos me dan muy rara vez, he tenido mucho cuidado ya que esos son los que de verdad me aterran.







    Sasuke anotó velozmente asintiendo con la cabeza. El joven actor estaba muy atento a sus palabras, aquel personaje que interpretaba debía ser muy importante para él.







    —Lo que pensaba en mi etapa de niñez está escrito en el libro— continuó—, ya que padezco esto desde que tengo uso de razón pensé que era muy normal. Siempre recuerdo las pesadillas que tenía.





    —Tiene muy controlado su enfermedad siendo un caso problemático del Tipo I.





    —Así es, después de tantos años uno se acostumbra, pero cuando realmente algo te afecta… Es la verdadera pesadilla— musitó con una sonrisa triste—. Nunca debo confiarme.







    El actor siguió escribiendo.







    —La última, ya que tiene cosas que hacer.





    —Adelante, con calma. Y tutéame ya que somos primos.





    Sasuke frunció el ceño un momento y asintió—Actualmente, ¿a qué le temes?







    Se tomó un tiempo para pensarlo.





    Miedo.







    ¿Los tenía? ¿Por qué fue que se deprimió la última vez? Tanto como su vida privada y laboral estaban bien, o eso quería creer. Era soltero, su estrés disminuyó porque todo iba excelente en la agencia y siempre mantenía la calma ante sus clientes.







    Oh, ya recordó porque tuvo inconvenientes, todo se resumía en su enfermedad y del por qué las personas no se acercaban lo suficiente. Que pena, pensó que ya había superado esa soledad. A veces algunos se aprovechaban de ello.







    Suspiró.







    —Mis temores son como los de cualquier adulto, supongo. Palpitaba en mi cabeza el triple que a los demás, y la mayoría de las veces, incluso ahora, no puedo evitarlo. Si tuviera que decirte mi mayor miedo, sería a quedarme solo por mi trastorno— se detuvo un momento antes de continuar—. Creo que quizás… estoy viviendo ese miedo ahora.





    —…







    El Uchiha acabó de escribir y se puso de pie.







    —Tenía más preguntas pero el tiempo acabó. Has retrasado tus planes por mi culpa.





    —No hay problema. Si quieres saber más solo llama a la agencia y podemos quedar otro día—ofreció Madara muy sonriente.





    —Eso sería estupendo.








    Caminaron apresurados hasta la puerta. Madara debía bajar pronto al décimo piso, pues una importante reunión lo esperaba para presentar ideas de un comercial. Le gustaría no tener que ir y seguir hablando con su descubierto primo, pero un cliente muy popular aguardaba por su presencia.







    Su querido amigo Senju Hashirama no era tan paciente.







    Cuando giró la perilla para abrir la puerta, ésta fue empujada por alguien del otro lado. Se abrió completamente, con furia, como si se tratara de la entrada al inframundo. Ambos retrocedieron y Madara sonrió al ver el rostro de Hashirama contraída por el enojo.







    Era un moreno hombre de su misma edad de un metro ochenta y cinco de estatura y cabello largo mal recogido en un liga. Su amigo siempre fue descuidado con su aspecto y no era momento de seguir así, tendría una charla seria sobre eso. Por supuesto primero tenía que lograr salir vivo de la arrugada y amenazante mirada.







    Hashirama vio a Sasuke y luego a Madara. Al ver que había un tercero su expresión se suavizó y se acomodó el cuello de la camisa.







    Le escuchó aclararse la garganta— No sabía que tenías compañía.





    —También fue una sorpresa para mí — contestó y se dirigió a Sasuke—. Adelántate, te alcanzo en un minuto.





    —No te preocupes, conozco la salida.





    —No, espérame— insistió con una pequeña sonrisa.







    El actor asintió y se retiró. Vió a su secretario asomarse por la puerta con una expresión aburrida. Obito ya estaba acostumbrado que Hashirama interrumpiera de esa manera.







    —No sabía que un muchacho hablara contigo con tanta familiaridad— dijo Hashirama volteando unos segundos para ver al Uchiha alejándose.





    —¿Celoso?





    —Sí, claro— contestó entre bufidos— ¡¿Se puede saber por qué me haces esperar?!





    —Estaba por ir, no seas escandoloso— intentó tocar el mentón de su amigo pero éste se alejó con fastidio—. Además, no es cualquier muchacho, es mi primo. Iré a despedirme correctamente.





    —Lo que sea, ¡pero no te demores más!— le gritó cuando Madara ya estaba dirigiéndose al pasillo. Sonrió en el trayecto, Hashirama estaba realmente furioso y le encantaba verlo así.







    Encontró a su primo esperándolo cerca del elevador.







    —Te acompañaré hasta la salida.







    Sasuke asintió y sin reclamos caminó a su lado. Resultó ser un hombre interesante en menos de un hora y Madara estaba muy interesado en verlo una vez más. Cualquiera no le sorprendía. El actor demostró ser culto, maduro y sobretodo muy atractivo.







    Tal vez comience a ver un poco la televisión.






    *********








    Sasuke llegó a su departamento en un taxi, sentía que iba a colapsar en el ascensor por los eventos del día, sin embargo todo fue un éxito. Estaba emocionado como un niño con su nuevo juguete, arrastró los pies y se escabulló en sus sábanas.







    El CEO resultó ser una caja de conocimientos. Su agenda estaba llena de anécdotas que no había leído en alguna parte, la parte de los ataques eran los más interesantes. Madara trató de explicarlos lo mejor posible en el corto tiempo que compartieron, pues de las palabras de los médicos que había visitado fue un tema muy complejo. Apreciaba mucho ese detalle.







    Se sentía magnífico, no había esperado futuras reuniones con el escritor pero éste hasta se lo propuso primero, incluso antes de que se le ocurriera a él. Que además resultara ser un familiar también era impresionante. Iría con todo, necesitaba entender los episodios de depresión y armar uno adecuado para el momento de Dai. Con las ideas claras todo iría bien.







    ¿Qué era todo eso? Estaba muy feliz, no sonreía ni nada, pero sus piernas inquietas se sacudían como la cola de un perro. Bendita sea la hora que Naruto le dio el libro.







    Y hablando de él, olvidó completamente de llamarlo, tampoco había alguna suya así que le quedó encogerse de hombros por la indiferencia de ese hecho. Su atención estaba en otro lado y seguro que la del rubio también.







    Revisó otra vez su anotaciones mientras se mordía las yemas de sus dedos. Aunque estaba casi muerto mentalmente no quería apagarse. La presencia de Madara aún seguía siendo intimidante hasta en la seguridad de su cuarto, no podía confiarse. La curiosidad le picó al recordar aquel hombre que irrumpió en la oficina, el rostro se le hacía conocido pero no llegaba nadie a su mente, ni siquiera oyó algún nombre para guiarse.







    Resopló para olvidarse de esos detalles y siguió leyendo, cuando menos se dio cuenta estaba cabeceando, y aunque intentó mantener los ojos bien abiertos, cayó rápidamente en un sueño.







    *********








    Era medianoche cuando un mensaje a su celular despertó a Sasuke.







    <No pude llamar para saber como estás. Ya es tarde y preferí mejor mandarte un mensaje. Solo quería decir que espero que estés bien, te extrañamos mucho hoy. ¡Me sentí solo! (;ω;)
    No sabes cuanto necesite gritar con alguien por el final de tu drama, y aquí nadie me soporta. Espero que tu sí, si no es así, ¡debes decírmelo! ¿De acuerdo? Hablo en serio. Por otra parte, necesitamos ver juntos la repetición. Apenas y llegué ayer a verlo. Cuando salí del 9bus ya te habías ido… ¡eres malo!
    Nos vemos mañana, Sasuke. ¡Buenas noches! :D>







    Había estado todavía tan adormilado que luego de un minuto entendió que era Naruto. Sonrió cuando leyó otra vez el mensaje con más atención. ¡Por supuesto que el tampoco lo soportaba! Qué ganaba preguntando algo tan obvio. No recordaba cuándo fue la última vez que recibió un texto con tanta dedicación, y eso ahora le tenían mordiéndose los labios para contener una risita.







    Perfecto, Sasuke Uchiha sonriendo como bobo por un simple mensaje. Lo que faltaba.








    «Supongo que no tengo opción más que ver el capítulo contigo. Olvidé que lo pasaban hoy, ni siquiera encendí el televisor.
    Nos vemos mas tarde.»








    Mandó el mensaje y volvió a recostarse, esta vez boca arriba. Mientras bostezaba su celular nuevamente vibró.







    <¡Sasuke! Perdona si te desperté.
    Estás bien, ¿verdad?>





    «Sí, como nuevo»





    <entonces deberías venir a mi casa y hacerme dormir.>







    Claro, ¿por qué no? Tomaría un taxi justo ahora e iría a su encuentro para pasar la noche juntos.







    «No lo creo. Estas muy grande para eso.»





    < :’( >







    Sasuke sonrió abiertamente, parecían siglos que no enseñaba los dientes así. Se asustó cuando se dio cuenta. Se mordió otra vez los labios, mirando fijamente la pantalla del celular para pensar en su próxima respuesta.






    «Deberías ejercitarte cuando llegues, leí que es una buena opción para descansar sin problemas»







    <puede ser, mi gimnasio está algo abandonado desde que empezaron los rodajes. ¡Te haré caso ahora mismo! Te dejo descansar.>








    Bueno, si hasta tenía un gimnasio propio. Ya no le contestó y dejó el celular en la mesita de noche.







    Era tarde, ¿de verdad le haría caso? Imaginó el sudor de por medio, el verano en pleno apogeo, la ropa escasa y el pedazo caliente dentro de ellas. Que ganas enormes tenía de recurrir a cierta fotografía para consolarse.







    Oh demonios, no.







    Gimió de fastidio ya que todo esos pensamientos eran tan poco comunes en él. Debería poner un límite y olvidarse de la calentura que traía últimamente.







    Era lo mejor.







    El celular sonó, indicaba otro mensaje de Naruto.







    El suspiro que tanto quería contener salió fácilmente cuando vio la imagen en la pantalla. El rubio había mandado una foto de él frente a un gran espejo en una habitación lleno de máquinas de ejercicio. Llevaba una polera blanca sin mangas tan escotada como la otra vez, solo que ésta era muy holgada, incluso se le llegaba a ver una tetilla. También tenía puestos unos pequeños shorts de deporte. Sonreía y con la mano que no sujetaba el teléfono hacía el símbolo de amor y paz.







    Al pie de la foto solo decía: Viejo y sexy :$







    Y jodidamente caliente, agregaría Sasuke.







    Le respondió:







    «SObre todo viejo : ;)





    Se quedó haciendo zoom a toda la imágen, tratando de ver detalles. La tetilla era del mismo color que el torso bronceado, interesante.







    Se burló de lo ridículo que se escuchaba eso. Necesitaba sexo urgente. Pero dudaba tener en sus contactos a un rubio de ojos azules.







    *********



    BONUS









    Los días pasaron. El fin de semana llegó para el terror de Sasuke. Estaba camino a la casa de su infancia, que se encontraba cerca a la entrada de Kato a unos 25 minutos, para cenar con sus padres. La noche no era nada tranquila, era hora tope y temía hacerse tarde. Fugaku de seguro estaría preparando su sermón.







    El tráfico avanzaba poco a poco mientras dejaban tokyo. Wataru lo llevaba e intentaba distraerlo con la música de la radio. El chofer sabía de hecho la incomodidad que cargaba, pero de igual modo la música pop era algo estresante para él en ese momento.







    —¿Puedes poner otra estación? Por favor.







    Wataru jugó un momento con los botones, buscando una buena emisora.







    —Ahí, en las noticias.







    Eran dos personas charlando sobre la farándula, mencionaron la rivalidad entre las agencias de entretenimiento más grandes de Japón. Hablaban de quienes por el momento se peleaban en las ventas de música y la popularidad de los talentos que surgían, la mayoría de contratos firmados valían un dineral y estaban en boca de todos. Como era de esperar, L.E y H.E lideraban las listas.







    Miró por la ventana, la pista estaba ya libre y solo se veían campos de agricultura apenas iluminados por la noche. Se distrajo en su reflejo del vidrio, preocupado por ver de nuevo a su padre.







    Fugaku Uchiha, presidente de UH Servicios, ingeniero industrial como su hermano. Itachi tampoco soportó la presión así que llevaba su propia vida trabajando en un empresa de Tokio. Su madre, Mikoto, era arquitecta pero hace años que no ejercía su carrera y solo se dedicaba a ser ama de casa. Se preguntaba si tendría algún hobby ahora, recordó cuando estuvo encaprichada haciendo pastelitos y se la pasó horneando la noche de navidad de hace dos años. Al final Sasuke no probó ninguno porque se fue después de otra pelea con Fugaku.







    Esperaba que su padre estuviera cubriendo bien el espacio de sus dos hijos que ya no estaban en casa. Siempre fue un hombre ocupado, al menos debería hacerse cargo y amar más a su madre.







    Faltaban 10 minutos para llegar, todo volvía a iluminarse y algunas casas empezaban a verse.







    Estaba tan agotado. Había sido una semana repleto de grabaciones. Naruto parecía estar muy concentrado en su personaje ya que no tuvieron la oportunidad de hablar mucho, ni siquiera de ver la repetición del último episodio de Sickly love. Sasuke también no había intentado acercarse, las veces que inició la conversación fueron contadas. Podría llegar a la conclusión de que luego de tantas frustradas intenciones de alejarse estaban recién funcionando.







    La semana pasó desapercibida y a la vez diferente. Se regresaba pronto por temor a encontrarse con Orochimaru, el jueves fue la única vez que se apareció y no se acercó, a cambio su asquerosa mirada le siguió a todos lados mientras duraron los segmentos. Eso hizo que se cerrara hacia sus compañeros. Naruto también le vigilaba de lejos pero no se acercó a interrogarlo como en esa ocasión en los camerinos. Que vergonzoso había sido que lo viera así; sin embargo, el jueves fue diferente, Sasuke tuvo más control y Naruto no se preocupó más.







    Comprendía en gran parte, el actor estaba ocupado en su papel y quizás también con alguien más, pues apenas y se habían retado. Cuando Sasuke acababa de filmar se escabullía en su camarín a concentrarse para las siguientes tomas. Pensó que estaba bien el primer día, habían practicado brevemente en los sets sin necesidad de mencionar algo sobre Orochimaru, pero al llegar a su departamento esa noche le esperaba un mensaje. Naruto le daba ánimos, escribiendole que entendía que no quiera compartir sus problemas y que si no aguantaba mas siempre estaría ahí para ayudarle.







    Que tonto se sintió, Naruto estaba entendiendo cosas que no eran, o tal vez sí y Sasuke se estaba perdiendo en Dai para olvidar la asquerosa presencia de la serpiente, preocupando innecesariamente al actor.







    Naruto se merece un buen amigo, pero ¿él era capaz de llevar ese título?







    De esa manera sus pensamientos se hacían nudos todos los días. Quería esforzarse por ser un buen rival y actor, pero primero estaba su tranquilidad. Entendía que las cosas cambiaban rápidamente y no sabía si era por su bien.







    Apartó su cabeza de la puerta cuando vio la lujosa casa tradicional al final de la calle. La cuadra era tan tranquila como lo recordaba y la casa tan conservada como siempre la soñaba.







    —Gracias Wataru-san. Me llama en 1 hora, si no contesto es porque todo está marchando bien. Me espera otra hora, si no le vuelvo a contestar igualmente viene y toca el timbre.







    El chofer asintió, su rostro arrugado le enseñaba un cariño fraternal y la sonrisa bajo el canoso bigote le transmitió apoyo y comprensión.







    Antes de marcharse, Sasuke vio su propio reflejo en el elegante Berlina por última vez y le pidió silenciosamente que todo saliera bien.








    Ya estás acostumbrado a esto.








    Llegó a la entrada y un impresionante Audi r8 de color negro se estacionaba en la vereda. Reconoció al piloto pero sus ojos prefirieron admirar el audi por milésima vez.







    Estaba casi listo para comprarse un gran departamento, entonces tendría un maldito auto. Llevaba ahorrando hace años y trabajaba tanto como la vida se le permitía. Tenía hasta licencia de conducir, pero ahora solo le quedaba envidiar un poco la profesión de su hermano.







    Itachi salió, elegante, serio, tan alto como lo recordaba. Vestía como un hombre de negocios, adivinó que llegaba del trabajo porque hablaba por el celular y revisaba unos papeles. Luego de unos minutos finalmente colgó y tiró el grueso archivo dentro del auto. Ser gerente general no debía ser fácil.







    Cruzaron miradas por primera vez luego de semanas, sabían dónde estaban y el buen humor no estaba presente esa noche.







    —Las Ocho menos dos— dijo Itachi mirando su rolex de oro en su muñeca izquierda cuando se unió a él—. Ha pasado tiempo, Ototo.





    —Nii-san.







    Se quedaron viendo la puerta, desanimados.







    Sasuke se tomó su tiempo en hacer largas respiraciones. Al dar las 8 en punto Itachi tocó el timbre y lo volteó a ver.







    —Sabes que no debes hacerle caso.







    Sasuke asintió antes de sentir el familiar roce de labios en su frente. Itachi borró el lugar del beso con los dedos, y en el trayecto lo despeinó.







    En ese momento las grandes puertas de madera se abrieron al mismo tiempo, dejando ver al mayor de los Uchihas esperándolos.







    Fin de escena 16.

    CITAZIONE (Akira Misahi @ 30/1/2017, 20:25) 
    M a encantado, algo comico
    Espero actualización.

    Te agradezco por siempre leerme. Sin embargo tengo que comentarte algo.

    Al comienzo digo que 9-Bi está siendo publicado en tres páginas (AY y wattpad), además hay una página en fb (de nombre Kureiji Kamo) donde publico dibujos míos inspirados en mi fic.
    Quería saber si sólo lees en Mundo yaoi, ¿Por qué? Se está haciendo mas y más difícil para mí actualizar especialmente en esta página. Yo escribo y dibujo desde el celular y por lo tanto postear un contenido largo toma demasiado mi paciencia, incluso mi celular me da problemas. Por eso quiero saber si solo lees aquí, porque si de verdad deseas leerme me gustaría que busques 9-Bi en las otras dos páginas (mismo nombre y mismo nick) sería de verdad mucho mas fácil para mí. Pensé que podría ser capaz de estar en 3 páginas pero no, el celular se lentea y se vuelve loco cuando quiero editar aquí. a veces ni se puede corregir, escribir una palabra que no haya copiado es insoportable porque demora demasiado tipeandose. De verdad no deseaba llegar a esta solución, Mundo yaoi significa mucho para mi, aquí es donde comencé en la escritura.
    Si no puedes leer en otras páginas aun así, entonces yo continuaré actualizando aquí, pero de verdad me ayudaría muchísimo no hacerlo.

    Por favor dime que opinas (':
  8. .
    Gracias por leerme, me alegra saber que te está gustando como va la historia ^^



    ESCENA 15





    Al día siguiente Sasuke seguía temblando. Jamás pensó que Orochimaru tuviera la osadía de hablarle. Sus palabras fueron sin importancia pero encontró el odioso doble sentido en ellas. Cuando llegó anoche a su piso estaba tan enfermo que se quedó al lado del retrete por horas debido a los vómitos, avergonzado de muchas cosas que creyó estaban muy enterradas. Los recuerdos le atormentaron toda la madrugada junto a la impotencia de saber que hombres como el CEO de H.E eran dueños de famosas agencias.





    La idea de verlo pronto le aterraba, pero Tsunade pudo aliviarlo con la noticia de que Jiraiya aceptó, sólo por esa vez, un día de descanso. Felizmente se encontraba un poco mejor, las náuseas habían cesado cuando amaneció. Necesitaba distraerse para no pensar más en el responsable de su deshidratación. De ninguna manera podía permitir que esa serpiente lograra su objetivo, quería asustarlo y Sasuke no lo iba a poner tan sencillo. A partir de mañana se mostraría valiente y calmado cuando se lo cruzara.





    Recordó a Naruto e inevitablemente esbozó una sonrisa, resultaban ser los peores rivales de la historia, ¿Quién demonios llevaba una relación así con el enemigo? Nadie. Apreciaba su preocupación pero no se atrevía a contarle nada. Solamente lo hizo una vez en ese largo tiempo y fue a su mánager. Era mejor no tocar el tema, y si era posible deseaba nunca más pensar en ello.





    Suspiró.





    De verdad no sería nada bueno para su orgullo que Naruto lo supiera.





    Decidió descansar todo la mañana y luego ir a practicar unos movimientos de pelea ya que desde la semana pasada no iba a sus clases . Tal vez iría también por algo de boxeo, el deporte siempre era excelente para sacar frustraciones que últimamente estaban surgiendo.





    También tenía otro plan, uno especial.





    Se sentía un poco culpable por sus compañeros, sí, culpable. Eso era increíble, estaba sintiendo pena por personas con las que no tenían ningún fuerte vínculo, se rio de sí mismo cuando se dio cuenta, Itachi estaría con la boca abierta en ese momento. Por otro lado, era más la importancia de seguir filmando su serie favorita. La falta de un actor hacía que todo fuera improvisado y las molestias aumentaban para los demás. Pensaba disculparse formalmente luego, pero dudaba que tuviera el tiempo porque, con lo poco que conocía a Jiraiya, éste lo haría trabajar mucho el día de mañana.





    Después llamaría a Naruto. Que se haya ausentado podría aumentarle la inquietud, o eso quería pensar.




    *********





    —No puedo decirlo.



    —Sí puedes, Hinata.



    —No…



    Naruto sujetó los hombros de la actriz— Sí. Hay cosas peores.



    —pero…



    —Dilo.



    —Maldita…



    —Más fuerte, se supone que estas enojada.



    —¡Maldita mier…!



    —¡¡Maldita mierda asquerosa, te destrozaré!! Así, sin dudar.



    —¡Maldita…!—Hinata negó con la cabeza—. Jamás había insultado de esta manera.



    —A decir verdad, creo que no has insultado a nadie en tu vida.




    Hinata sonrió, pero aún se veía preocupada. Naruto le dio un firme abrazo para darle seguridad. La actriz había venido desesperada por su ayuda, era la primera vez que lo hacía y no la decepcionaría.





    Se encontraban en la parte trasera del set haciendo el todo el ruido que querían, todavía ningún rodaje empezaba y no se preocupaban por recibir alguna llamada de atención.





    Naruto se alejó y volvió a agarrar a Hinata de los hombros, quería otra vez atención así que atrapó su mirada para otro desafío.





    —Enójate.





    Hinata asintió, su frente se arrugó en una feroz mirada. Esa era la Kata que conocía.





    —Ahora vamos a gritar juntos. Yo iré primero y luego tú, tienes que igualarme.



    —Esta bien, Naruto-kun.




    Naruto inhaló aire por la boca.





    —¡Maldita…!



    —¡¡MALDITA MIERDA ASQUEROSA, TE DESTROZARÉ!!




    Tanto Hinata como Naruto saltaron del susto por la voz intrusa. Al voltear encontraron a Iruka a metros de distancia, furioso y con los puños cerrados con tal fuerza que se contraían a los costados de sus muslos.





    Naruto se recuperó al instante—¡Exacto!— exclamó con una sonrisa. Regaló un par de aplausos y seguidamente señaló al moreno—. De esa manera, Hinata.





    —¡Oh…!





    La actriz asintió, estaba apunto de gritar pero Iruka la interrumpió con una mano levantada para que se detuviera. El guionista se acercó a Naruto y le empujó un pedazo de papel en el pecho.





    —Confórmate con eso, estúpido zorro. ¡Jodete!





    Y salió dando tumbos con los pasos. Hinata estaba muy sorprendida, nunca antes lo vio tan enojado.





    —Solo bromea— le dijo el rubio con una risita fingida, tratando de tranquilizar el ambiente.




    Los nervios y ansias no se hicieron de esperar, imaginar lo que posiblemente el pedazo de papel tenía escrito hacían que sus piernas bailaran. Pero era algo muy raro si lo pensaba mejor, Iruka jamás iba en serio con todo lo que le decía, ¿de verdad era información sobre 9-Bi lo que tenía arrugado en su mano?





    —Practiquemos luego, Hinata, no falta nada para empezar con los segmentos.



    —Esta bien, Naruto-kun. ¡Gracias!— se acercó al actor y le dio un rápido beso en la mejilla antes de irse.





    La vio irse unos segundos y su atención fue al misterioso mensaje. Lo extendió y leyó rápidamente.






    Dai huye. Portador del silencio, de la maldad y venganza.”






    Estaba escrito a mano y los grandes temores de Naruto estaban ahí. Quien diría que apenas dos oraciones eran capaces de hacerle sentir como un balde de agua fría lleno de emociones. Era demasiado tarde para pensar que debió esperar como todos, con esa información ahora en mente conciliar el sueño iba a ser un verdadero calvario. La historia lo tenía envuelto y comprendía mejor por qué los fans eran tan escandalosos y 9-Bi era siempre nombrado en las redes sociales como en canales de televisión. Incluso en otros países la serie volvía a transmitirse mientras se esperaba una nueva temporada.





    Regresando su atención al papel, aun no asimilaba que Iruka haya tomado en serio sus palabras. Muy sospechoso. Quizás la información sea falsa, eso sería más creíble, pero lo escrito era más realista y malditamente buena para el éxito de 9-Bi.






    Se dirigió a los baños antes de que los rodajes empezaran, aprovecharía en llamar a Sasuke. La mañana había sido tan ajetreada que por fin podía ver el celular. Lo desbloqueó en el camino y buscó en la agenda el nombre de su amigo, caminaba distraídamente y no pudo notar que alguien lo seguía a paso lento. Cuando llegó a los sanitarios la persona detrás suyo lo empujó al interior.






    Guardó el celular y miró asustado a Kakashi, el actor no llevaba la máscara puesta así que podía ver su inescrutable expresión.





    —¿Sensei…?



    —Te lo diré sólo una vez— su voz era calmada y firme—. Vuelve sacar el tema de ayer y olvidaré que fuiste mi alumno.



    —…





    El profesor le fulminaba con la mirada mientras se cruzaba de brazos. Jamás lo había visto así. Y tanto como estaba sorprendido por eso, lo estaba más por la amenaza. Debió alterar mucho Iruka ayer y no fue esa su intención. ¿Oh si? Siempre bromeaba pero tal vez fue muy lejos en esa ocasión.






    —Kakashi-sensei, ustedes saben muy bien que no haría nada para perjudicarlos. Supongo que esta vez me pasé.



    —Supones bien.



    Naruto bajó la mirada, hace mucho no se sentía culpable. Debería madurar un poco y actuar como alguien de treinta y cinco años. Amaba enojar a Iruka, no le parecía justo, solo pensar no volver a fastidiarlo le daba ganas de hacer rabietas.





    —Me disculparé con él en cuanto lo vea.





    Kakashi asintió y relajó su postura— Hemos pasado por mucho juntos— dijo luego de un largo suspiro—. Ustedes son buenos amigos, muy extraños, pero su amistad es así. Y creo que Iruka te agradecería que no tocaras ese tema.





    Que excluido se sentía. Sabía que no era el mejor amigo del guionista pero vaya que la relación todavía le sorprendía.





    Asintió.






    —¿Hace cuánto tiempo que ustedes se ven… ya saben, de esa manera?



    El peligris elevó una comisura de sus labios—Creo que siempre, pero fue más evidente al poco tiempo que te fuiste.





    Eso venía siendo demasiado tiempo, más de una década. Quería preguntar muchas cosas, pero ya tendría el momento de hacerlo cuando todo se calmara. La situación parecía delicada, solo esperaba que su amigo solucionara pronto sus preocupaciones. Se sorprendió a sí mismo cuando pensó que Kakashi e Iruka hacían una linda pareja.






    Se despidieron. Naruto apagó el celular sin tener tiempo para llamar a Sasuke. Quizás más tarde pueda escabullirse para hacerlo.





    *********







    Había anochecido recién y Sasuke se encontraba en el Berlina frente a un edificio de 20 pisos. Venía del hospital, habló con algunos pacientes de diferentes enfermedades nerviosas y mentales. La mayoría de ese pequeño grupo no pudieron porque le reconocieron y fue imposible que articularan palabras de los nervios; otros por su condición era difícil, como los esquizofrénicos. Había tomado muchas notas, los doctores le hablaron de varios tipos de trastornos. Estaba impresionado con la variedad, aunque no era el tema por el que había ido, era muy interesante.






    Se despidió de Wataru y salió. Estaba nervioso cuando entró a la recepción del edificio, había una corta fila para consultar a las recepcionistas, tres de ellas estaban detrás de un enorme y hermoso mostrador de madera. Decidió formar la cola mientras revisaba su agenda.





    1.Enfermedades Mentales:



    -Trastornos de estado de ánimo (Bipolaridad, depresivos)


    -Trastornos de ansiedad (Pánico, obsesivo-compulsivo, fobias, estrés post-traumático)


    -Trastornos relacionado con sustancias (alcohólicos, drogadictos, etc)


    -Trastornos psicóticos (Esquizofrenia, etc)


    -Trastornos de personalidad (antisocial, límite de personalidad)


    -Otros trastornos (De sueño, sexuales, alimentarias, control de los impulsos, etc)







    Leyó las pequeñas notas que hizo cuando observaba a algunos enfermos y recordó la larga tarde que tuvo.





    Al entrar al hospital psiquiátrico su atención fue a las personas con esquizofrenia, vio a uno que se había aislado en una esquina, era un hombre mayor, jorobado y con ojeras marrones. Solo pudo observarlo desde otra habitación por una ventana grande. En otra habitación se encontró con drogadictos en rehabilitación quienes solo podían tartamudear mucho cuando querían hablar y otros por la vergüenza prefirieron mantenerse al margen.






    Gracias a la fama de Sasuke y con un carisma inexistente que logró sacar de algún lado, también consiguió el permiso para presenciar un almuerzo. Jamás había visto personas tan delgadas, se tentó por salir, pero la mayoría eran mujeres. Todas saltaron al verlo y se emocionaron tanto que no dieron reclamos al comer. Sin planearlo se sentó con ellas, al comienzo se incomodó al hacer preguntas, pero la enfermera a cargo le ayudó. La mayoría respondió y se abrieron emocionalmente al actor, contestaron sin vergüenza quienes sufrían de anorexia, bulimia y de ambos. La enfermera estaba feliz, cuando salió le dijo que llevaba semanas sin poder obtener respuestas tan sinceras. Sasuke estaba impresionado, y prometió visitarlas más a menudo si eso les ayudaba.





    Era tan nuevo ofrecer algo así sin buscar nada a cambio. Se sentía muy feliz por haber ido.





    Revisó otra vez su agenda.





    2. Enfermedades nerviosas:


    -Parkinson.

    -Epilepsia.

    -Hemorragia intracraneal.

    -Accidente cerebrovascular.

    -Trastornos de sueño.

    -Cefaleas.

    -Esclerosis múltiple.

    -Trastornos compulsivos.

    -Narcolepsia.

    -Ataxia.

    -Otros.






    A diferencia de las otras enfermedades, el hospital por el momento no tenía casos muy graves de esta categoría, la mayoría de los pacientes estaban medicados y controlados en sus propios hogares, solo pudo presenciar de lejos a alguien con esclerosis que estaba internada. Era una mujer alrededor de 60 años, su cuerpo estaba en una silla de ruedas, y la encontró mirando tristemente el exterior. El azabache no tuvo valor para acercarse, el doctor le comentó que desde hace poco usaba la silla para desplazarse, pues los músculos de sus piernas se habían contraído lo suficiente y no podían mantenerla en pie. Sus manos habían empezado a moverse lentamente y solo podía balbucear cuando quería hablar. Notó una libreta en el regazo de la mujer, le dijeron que era mejor que se comunicara escribiendo y por primera vez Sasuke tuvo ganas de llorar.






    Un guardia de seguridad le distrajo. El hombre fornido vestía un traje formal gris y bordado en la parte superior de ésta decía: ADPU





    —Disculpe, ¿puede bajar su capucha y quitarse el cubrebocas?





    Rayos, olvidó ese detalle.





    Miró alrededor e hizo caso. Cuando se vio expuesto, el guardia lo reconoció, abrió la boca para hablar pero Sasuke le rogó con la mirada que se mantuviera callado.





    —Hablaré con mi jefe, puede ponerse el cubrebocas— le murmuró y luego el hombre se alejó hablando por su intercomunicador.





    Sasuke suspiró, agradecido. Volvió a cubrir su rostro y fue el siguiente en la fila. Mostró nuevamente su rostro para poder consultar.





    —¡Oh! Usted es…



    —Sí, soy yo—le sonrió a la chica de cabello corto lo más amablemente posible— Me preguntaba si podía hablar con el CEO.



    —¿Tiene una cita?



    —Lo que pasa es que no quiero hablar de negocios— le murmuró, acercándose más para que las demás secretarias no lo vean—. Me gustaría charlar con el sobre…





    Gracias a Dios que estaba en Japón, el respeto y disciplina era esencial. Cualquier famoso podía interactuar sin miedo a salir lastimado. Por supuesto no era nada bueno confiarse, desde que el vigilante averiguó su identidad otros dos de sus compañeros se posicionaron alrededor para calmar cualquier alboroto.





    —Déjeme consultarle en privado, Uchiha-san. Creo que le va a interesar.





    La señorita dejó su puesto a otra compañera y se escabulló en los pasillos del edificio. Sasuke fue llamado al lado de un guardia y se sentó ahí durante unos 15 minutos hasta que la misma recepcionista que lo atendió se acercó directamente.





    —Uchiha-san. Nuestro CEO le va a recibir, sin embargo solo tiene media hora disponible, tiene una reunión importante después.



    —¿De verdad? Podría venir otro día.



    —El está interesado ahora, ya que usted es una celebridad.





    Sasuke asintió y siguió a la recepcionista hasta el décimo sexto piso. Cuando llegó a las puertas de la oficina se puso muy nervioso. Sus manos sudaban y todavía no estaba seguro si haber ido fue una inteligente idea; sin embargo, ya era demasiado tarde, al otro lado de la gran puerta corrediza de vidrio mateado se encontraba el fundador de la Agencia De Publicidad Uchiwa*.





    Uchiha Madara.







    Fin de escena 15.

    *Uchiwa: Abanico de papel*
  9. .
    Gracias por leerme <3 con respecto a la canción, yo me guíe de la versión de una cantante japonesa que adoro. Lo encuentras fácilmente en Youtube como :

    Aimer- Twinkle Twinkle Little Star.

    <3 ^^ espero te guste esta escena, es mas larga (al fin)



    ESCENA 14





    Eran las 8 de la mañana y alguien llamaba por celular a Sasuke. El azabache salió velozmente del baño luego de terminar su ducha y alcanzó el aparato.



    Hizo un mohín de fastidio cuando vio el nombre en la pantalla. Aunque se llevaba bien con su hermano, sabía que cada vez que llamaba era respecto a sus padres. Excepto el fin de semana que acababa de pasar porque llamó para saludarle por su aburrido cumpleaños.



    —¿Hermano?


    —Ototo*, ¿como has estado?— la voz de Itachi era tranquila y gruesa desde siempre.


    —Bien, creo. ¿Es nuestro padre de nuevo?— fue directo al grano ya que el tiempo y Jiraiya no esperaban a nadie.


    —Estoy bien, gracias por preguntar.



    Sasuke rodó los ojos—Lo siento, Itachi, estoy corto de tiempo. Tengo que rodar en dos horas.


    —Estás en un nuevo proyecto—no era una pregunta—. El último capítulo de tu Drama es hoy, ¿no?


    —Sí.


    Itachi suspiró.


    —Padre quiere que cenemos juntos como familia este sábado.


    —No puedo. Tengo muchas cosas que hacer. Además nuestro padre solo habla de lo mismo.


    —Lo sé, pero pensé que te gustaría ver a mamá. No te ve desde año nuevo, deja que te salude por tu cumpleaños.



    Sasuke cerró los ojos un breve momento.



    Claro que quería ver a su madre, pero tanto como la amaba también le tenía resentimiento. Eran muchos sentimientos encontrados hacia sus padres.



    Lo pensó un poco más. Había sobrevivido varias cenas, ¿por qué no una más?



    —De acuerdo, hermano— contestó—. Dile a nuestro padre que nos veremos el sábado.


    —A las 8pm en punto. Nos vemos, ototo.


    Colgó y meditó a fondo sobre los contras de la futura reunión familiar. Bueno, siempre eran momento malos y ya estaba tristemente acostumbrado. Además no podía salir tan desastroso ¿no? Quizás La cena era una excusa para celebrar el día en que llegó al mundo.



    Pensó en Naruto y envidió su foto familiar encima de la cómoda. Se preguntó si tendría una mala relación con sus padres. Seguramente que no. Naruto era resplandeciente y debía ser gracias a un gran apoyo fraternal.



    Quien sabe…



    Sacudió la cabeza y decidió no pensar más en ello. La semana recién empezaba y su trabajo se venía con fuerza.





    *Ototo: Hermano menor*



    *********





    Llegó a producciones Sanin sin contratiempos. Reconoció la cabeza rubia del Uzumaki y trotó hacia él. Era primera vez que le saludaba por iniciativa propia, pero Naruto estaba distraído observando en dirección a Sai.



    ¿A Sai?



    Maldita copia. Era siempre su primer pensamiento cuando observaba al pálido actor de sonrisa falsa. Trató de verlo disimuladamente, <i></pero no pudo cuando se dio cuenta de la compañía del actor, éste estaba acompañado por un hombre de aproximadamente metro ochenta, y fue el horrendo color de piel de éste que provocó que los vellos de sus brazos y de otros lugares se encresparan.




    Al parecer no era su día.




    —Ese hombre me da un mal presentimiento— murmuró Naruto.


    —Es el fundador de Hebi* Entertainment— le dijo Sasuke



    Orochimaru.



    —¿Ese…?



    El azabache no respondió y salió silenciosamente de la sala. Los actores empezaban a subir a los buses, esta vez volvían al set principal colocado en el pueblo y no había tiempo que perder. Sasuke fue uno de los primeros en entrar. Naruto le siguió para su mala suerte, no quería que lo viera verde del asco gracias al CEO de H.E.



    Se sentó en el fondo, al lado de la ventana y reclinó el asiento-cama. Se distrajo un momento mirando el exterior. Al sentir finalmente el bus moviéndose, su mirada viajó por encima de los asientos, con la pésima suerte de que sus ojos se cruzaran con los de Orochimaru. El hombre escogía un asiento filas más adelante, sus impactantes iris amarillos le hicieron transpirar en pocos segundos. Orochimaru solo dibujó una sonrisa de medio lado mientras se acomodaba al costado de Sai.



    Sasuke rompió el encuentro visual y se recostó, se dio cuenta entonces que Naruto lo acompañaba. El rubio borró la sonrisa que traía en un santiamén tan pronto notó la palidez en su rostro más de lo normal.



    —¿Estás bien?— preguntó, estaba serio y su mirada le estudiaba.


    —Si…


    Naruto levantó los labios en un mohín, y un movimiento de cejas le hizo entender que no le había creído. Sasuke decidió ignorarlo y vió otra vez por la ventana. La presencia del CEO en el bus tenía su bilis en la garganta y necesitaba distraerse o expulsaria su desayuno. Aquello sería la cereza del pastel para declarar inaugurada esa desagradable mañana .



    Sintió un peso en su hombro derecho, Naruto apoyaba su barbilla en ella, mirándolo inquisidoramente.



    Se sorprendió tanto por la cercanía que alejó su cabeza lo más que pudo.



    ¿No había alguien que sujete al Uzumaki?, seguía alborotando sus nervios. Peor en ese momento que quería golpear algo.



    —¿De verdad no vas a decirme?— murmuró.


    —...—estudió su situación unos momentos antes de contestar—. No es el lugar.



    Naruto mostró su labio inferior en un puchero— Está bien.



    Retiró su barbilla y miró al frente.



    Oh, estaría bien que se hubiera quedado allí pero ya había actuado muy malhumorado; además, la gente podía rumorear, él no llegaba a conocer bien con quién realmente trabajaba- excepto ahora Naruto- y uno nunca sabía de qué tipo de persona estaba rodeado.



    Un claro ejemplo era por supuesto: Orochimaru.



    Sintió nuevamente un peso en su hombro.



    —Auch, mi cuello— se quejó Naruto luego de intentar apoyar su cabeza en Sasuke.


    Luego de verlo meditar un poco, Naruto arrastró unos centímetros su cuerpo por el asiento hasta que su cabeza quedó a la altura del hombro de Sasuke.



    —¿Qué haces…?


    —Es que ambos somos altos y quiero recostarme...así —y su cabeza descansó de golpe en el azabache.



    Sasuke miró alrededor, nadie les ponía atención. Mejor era relajarse en el asiento y dejar que sus defensas contra autodenominados amigos se agrietara.



    —Aún tienes sueño.


    —En la madrugada Kurama me despertó porque quería hacer sus necesidades y no pude volver a dormir. Tengo que urgentemente poner rejas en mi jardín trasero, así sale por sí mismo—contó. Tenía los ojos cerrados y una expresión pacífica.



    Se preguntaba si Naruto era tan cariñoso con los demás como lo era con él. Nunca había conocido a alguien que fuera tan confiado con las personas que conocía poco. No estaba solo intentando fastidiar, y tampoco es que Sasuke se estuviera quejando en ese momento, solo necesitaba saber que no era especial porque podía malinterpretar muchas cosas.



    Tal vez le preguntaría después a Tsunade.



    Solo malditamente esperaba que no lo viera como el típico amiguito gay. El estereotipo que ponían algunas mujeres sobre amistades homosexuales le era insoportable.



    —Gracias por cantarme anoche, me encantó.



    La nuca del azabache volvió a erizarse.



    —Uh-hum— respondió.



    El resto del viaje dejó que Naruto descanse en su hombro. Juró que sintió algo húmedo ahí pero no le tomó mucha atención. Que bueno que no estaba usando una de sus camisas favoritas ese día.






    *Hebi: Serpiente
    *



    *********




    —¿Qué se siente no tener más las extensiones?



    —Masculinidad, supongo— respondió el actor.



    Naruto se carcajeó y apoyó sus codos en el espaldar de la silla donde se sentaba. La tenía al revés y miraba a Sasuke mientras una estilista trabajaba en su pelo.



    —Su cabello crece rápido, Naruto-san.


    —¿Ya? ¿Necesitas cortar?


    —Oh no, esta muy bien para el curso que lleva la serie.



    Asintió y siguió observando a Sasuke. Le gustó compartir con su amigo el gran camerino esa mañana. También envidió el vestuario que llevaba, siempre se veía cómodo, joven, y despreocupado. En cambio el personaje de Kyuu necesitaba llevar mayormente uniformes, tenían un diseño atractivo pero abrigaba mucho.



    Rogó silenciosamente que el verano pasara pronto.



    Volvió su atención al pálido actor y en su charla del día anterior. Realmente no le sorprendía que le dijera que era gay, tal vez porque tuvo una idea luego que protagonizara Sickly love- dio un largo suspiro al recordar a Shin-. A muchas personas se les quedaba la esencia de algunos personajes en los mismos actores, así que en Naruto no fue diferente. No se extrañaría si aquí a unos años siguiera siendo recordado como el zorro de nueve colas.



    Había cuestionado su manera de actuar toda madrugada. Odiaría tener que tomar distancia solo por el temor que el azabache desarrolle sentimientos por él. No era narcisista para que algo así impidiera su amistad. Sí, tenía un buen aspecto, se consideraba amable, algo carismático. Pero nada más. Estaba en un buen momento de su carrera y tan ocupado que ni siquiera tenía ganas de conseguir alguna amante.



    Bufó. Otra vez se iba por las ramas, sus pensamientos se estaban enredando tanto que iban a hacerle tropezar.



    Su mayor preocupación era que no quería que Sasuke pensara que se sintiera deseado solo por ser hombre, o que se alejara por esa razón. Por dios no, no dejaría que eso dañara la amistad que le costó armar en esas semanas. ¿Acaso estaba siendo muy empalagoso? Sasuke se veía incómodo en el bus y cuando llegó a la productora. No debía forzar la relación, pero deseaba que todo marchara bien. Esa amistad tan nueva era importante para el.



    ¿Cómo era posible si eran tan diferentes?



    Ni Naruto podía entenderlo.



    Tampoco es como si Sasuke se fijaría en él de manera sexual o romántica. Naruto tenía treinta y cinco años, el Uchiha podía tener a alguien mejor y de su edad en un santiamén.



    Arrugó la nariz.



    ¿En qué estaba empezando a pensar?



    Se sintió avergonzado. Sasuke era solo su amigo, nada más. Pero debía admitir que le daba mucha curiosidad saber de la vida desde una perspectiva homosexual. Nunca antes tuvo gente cercana con preferencias a su mismo género así que se sentía ignorante total.



    —Está listo.



    Naruto apenas oyó la débil voz femenina. Giró en la silla y finalmente se vio al espejo.


    —Viejo y sexy. Perfecto— caminó unos pasos hasta Sasuke y extendió los brazos— ¿Viejo y sexy?



    Sasuke respondió levantando un pulgar para aprobarlo.



    —¡Bien! Entonces me adelanto al set.



    Sasuke asintió y le dijo adiós con la mano. Estaba distraído en el maquillaje que le estaban aplicando, una gruesa línea de delineador negro bajo la línea de agua parecía asustarlo.



    Naruto salió y saludó efusivamente a todo el staff de 9-Bi. En un esquina de la casa vio a Iruka reunido con el jefe de cámaras y otros asistentes de dirección.



    Sin pensarlo una sonrisa maliciosa brotó de sus labios.


    —I-ru-ka-sen-seiiii— cantó, resaltando cada sílaba mientras se acercaba al numeroso grupo.



    —Me gusta la idea de Kurenai, jugar con los planos en esta parte— Iruka rayaba cuidadosamente unos papeles.



    —Lo pasaré a limpio inmediatamente— dijo Konohamaru. Cogió un montón de hojas antes de salir corriendo hacía las computadoras.



    —Si tengo otros cambios te aviso— dijo Kurenai. Ese día su tez blanca resplandecía junto a sus bellas facciones.



    —De acuerdo, Kurenai.



    El grupo se disolvió e Iruka miró con sorpresa a Naruto. Le dio un corto saludo y empezó a huir, fingiendo que estaba súper concentrado en los guiones de sus manos.



    El rubio lo acorraló—No huyas.



    Iruka cambió de dirección pero otra vez lo interceptó—No diré nada.



    —Sí, lo harás.


    —¿No tienes diálogos que repasar?


    —No.



    Iruka se detuvo abruptamente y lo enfrentó.



    —Naruto, 9-Bi no es un proyecto terminado. Aún no sabemos que se viene.


    —No soy tonto. Sé muy bien que siempre tienen avanzado una gran parte.



    Iruka perdió la paciencia. Su cara se arrugó por el enojo. Oh, sabía lo que se venía, tanto como eran amigos ya conocía la mayoría de sus facetas. Cuando el guionista se enfadaba era como su madre versión masculina.



    —Naruto Uzumaki, si sigues jodiendo mi cordura la pasarás mal.


    —Entonces adelántame unas cosas y te dejaré en paz.


    —¿Cuántos años tienes?


    —¿Qué tiene que ver mi edad?


    —No puedo creer que solo te lleve unos años y sigas tan cabeza dura.


    —Podré ser cabeza dura pero no tengo que escabullirme en las habitaciones de otros.



    La tez morena de Iruka inmediatamente perdió color, tanto que le causó gracia. Su boca estaba media abierta y sus ojos trataban de leer sus oscuras intenciones. Un brillo de reconocimiento surgió en ellos después de varios segundos.



    —¿Qué tratas de decirme…?— su voz era amenazadoramente baja. Se acercó a Naruto para que nadie más pudiera escucharlo.



    Empezaba a darle miedo ir más allá. ¿Realmente su amigo tenía algo con su antiguo profesor de actuación?



    —Estabas con Kakashi-sensei— susurró Naruto en respuesta—, en Tottori. Cuand…



    —¡¿CÓMO TE ATREVES?!



    Naruto casi cae de espaldas con el repentino grito. Los técnicos alrededor los vieron. Iruka había soltado sus papeles y su rostro ahora era totalmente rojo. No era para tanto ¿verdad?, pensaba el rubio. Pronto su amigo se dio cuenta de la escena que estaba montando y se apresuró a recoger su lío esparcido en el suelo de madera. Naruto se agachó para ayudarlo.



    —No lo puedo creer… le dije a Kakashi que era mala idea. Yo le dije— el moreno murmuraba para sí mismo.



    Naruto ya no estaba seguro de qué pensar, pero muy bien podía jugar un poco con esa información y finalmente sacar la verdad.



    Un rápido recuerdo de su madre pasó fugazmente por sus ojos, evitó dejar salir una sonrisa. Tal vez Kushina tenía razón todos esos años cuando le decía a su padre que a Naruto le faltaba los cuernos del ángel caído. La hermosa mujer estuvo pataleando y lloriqueando como una niña a su lado porque no podía controlar sus travesuras.



    —Me dijo que pensaba en ti todo el tiempo— le dijo a Iruka.



    El guionista se sonrojó mientras abrazaba los papeles contra su pecho. Miró nerviosamente por todo el set y se acercó.



    —No puedo creer que te lo haya dicho…



    ¡Ajá!



    No pudo contenerse y estalló en risas. Con seguridad iría directo al infierno, pero no se arrepentía. Amaba fastidiar a su amigo.



    Iruka no sabía como reaccionar, estaba más confundido que al comienzo. Entrecerró sus ojos por la sospecha. La mandíbula le temblaba por la tensión que le estaba provocando, y por último, su tez morena se tornó roja de la furia.



    Otra vez.



    —¡NARUTO!



    Naruto retrocedió para evitar un golpe, pero aún seguía riéndose cuando perdió el equilibrio y cayó de trasero.



    ¡Era cierto! Algo había entre esos dos y lo había descubierto fácilmente. Punto para él. La idea de ambos juntos ya no le impactaba mucho, pero sí tenía ganas de arrugar la nariz si los imaginaba desnudos.



    Se puso de pie velozmente cuando vio a Kakashi llegar hacia ellos, como si el actor supiera que está involucrado.



    —¿Qué es lo que pasa?— preguntó. Tenía la máscara de su personaje ya puesta y llevaba una cómoda camisa blanca de manga larga y pantalones jeans oscuros.



    Iruka se cruzó de brazos, negándose a ver al peliplata. Sabía que era demasiado tarde para borrar lo dicho, y todavía peor tratar de actuar indiferente a la situación.



    Los labios del rubio se estiraron en otra sonrisa que mostraron sus encías— No puedo creer que esten juntos— susurró.



    Su boca siguió haciendo gestos divertidos ante los ojos impactados de Kakashi y el nuevo rostro sonrosado de Iruka. Ambos se miraron unos segundos, y Naruto no supo descifrar esa comunicación.



    —El idiota me vio salir de tu cuarto ese día —le dijo Iruka a Kakashi tan bajo que casi no lo oyó. Leer los labios del moreno le ayudó a entender.



    Kakashi volteó a verlo un segundo y le dedicó una risa porque finalmente entendía el extraño encuentro en ese hotel. Naruto se burló ante ese pensamiento, era una pena que el actor tuviera cubierto el rostro. Era algo para recordar.



    Kakashi suspiró pesadamente. Con su cabeza cabizbaja buscaba dar pena, pero no, nada de pena. Ni una pizca de decepción en los ojos negros le haría arrepentirse. Estaba disfrutando mucho ese momento.



    —No tienen verguenza, mira que hacerlo en…



    Iruka lo interrumpió colocando una mano en los labios de Naruto con brusquedad, sus ojos asesinos le clavaban en cada punto doloroso.



    —Una palabra más y estás muerto, zorro.



    Naruto se liberó del agarre y soltó una carcajada.



    —Así quería verte. Ya sabes que hacer… Jejeje— imitó una risa malvada, sus manos se entrelazaban entre sí como una bruja de los viejos cuentos de hada.



    Los tres se callaron cuando una maquilladora llegó y le habló en el oído a Naruto.



    —Sucede algo con Sasuke-san.



    ¿Hum?



    Analizó seriamente la preocupación de la mujer. ¿Qué le pasó a Sasuke? Olvidó su malévolo plan y siguió a la chica de vuelta a su camerino. Se despidió de la descubierta pareja sin dar muchas vueltas.



    Iruka y Kakashi lo vieron alejarse. Tan confusos y curiosos como él lo estaba.



    *********







    Kakashi cerró la puerta de los baños de hombres y se giró a ver al guionista. Estaban solos y eso no ayudaba a que Iruka evitara su ataque de nervios, estaba en los lavatorios mojando una y otra vez su cara para refrescarla. Lo hacía tan bruscamente que Kakashi pensó que había enloquecido.



    —Iruka, basta, cálmate— le detuvo de su baño improvisado—. Naruto solo esta fastidiando, jamás haría algo así. Ya lo conoces.



    —¡Lo sé!— exclamó el moreno y se alejó del actor. Su respiración aun era agitada—. Estaba pensando en la posibilidad de que nuestra relación salga a la luz en un futuro. Y me asusté cuando lo imaginé.



    Kakashi lo alcanzó y rodeó el rostro de Iruka con sus manos.



    Se bajó la máscara con rapidez—Respira, respira… —le murmuró e hizo una demostración de cómo hacerlo, Iruka lo imitó torpemente.



    —Kakashi…


    —Así.



    Se tomaron un minuto completo para retomar una respiración tranquila.



    —¿Por qué debes alterarte tanto por eso? Te dije que no me importa si lo saben— le dijo Kakashi con un tono de voz suave.



    —¡A mi sí, Kakashi! A mi si…—volvió a zafarse del actor y se apoyó en la cerámica de los lavatorios.



    —Estamos en Japón— continuó, más calmado—, uno no sale a gritar a los cuatro vientos que es gay, aunque sea apoyado silenciosamente—añadió en voz baja—. Además, eso afectaría tu profesión como actor.



    —Te preocupas malditamente demasiado



    —¿Por qué no lo haría? Esta clase de pensamientos me hacen sentir tan cobarde con respecto a lo nuestro…



    —Para.



    Kakashi agarró otra vez el rostro de Iruka, obligándole a verle a los ojos. Las puntas de sus narices se rozaban y la frente de ambos chocaban.



    —No digas algo más. No permitiré que te vayas de mi lado, otra vez— le murmuró en los labios.



    Kakashi se veía muy peligroso. Por un momento Iruka recordó que fue lo que le atrajo del profesor. Cuando conoció a Kakashi era el docente más serio y misterioso, volvía loco a Iruka con su presencia. Jamás imaginó que años después finalmente estuvieran juntos. Y si no era completamente feliz, sabía que en gran parte era por su misma cobardía.



    —Lo siento, Kakashi. Por ser tan débil…



    Sus labios temblaron amenazando un llanto, pero Kakashi le dio un casto beso y luego lo abrazó. Se dijeron mucho con ese gesto, cosas que las palabras no podían explicar. El actor era el único que podía calmar rápidamente sus ataques. Fue gracias a él que cuando se conocieron no se sintió diferente al resto por primera vez.



    —No lo eres. Solo te preocupas por mí.


    —No es excusa…



    Se mantuvieron abrazados unos minutos más cuando alguien tocó la puerta del baño. Reconocieron la voz de Shino.



    —¿Cerrado? Que extraño.



    Escucharon los pasos del actor alejándose. Iruka limpió sus ojos para alejar las lágrimas y nuevamente se lavó el rostro. Por el espejo vio a Kakashi, estaba de espaldas. Era tan impresionante incluso así, no podía creer que tuviera tanta suerte.



    —Saldré primero, entonces— le dijo a Kakashi. Caminaron hasta la puerta.—Te amo.



    —Te amo también—contestó el peliplata y se acercó para otro beso. Esta vez se tomaron su tiempo para probar los labios del otro.



    Iruka rompió el contacto y salió sin ver atrás. Kakashi se apoyó en la pared un momento, su mirada perdida en la cerámica blanca que decoraba el cuarto. A veces se preguntaba qué tenía que hacer para que su relación con el guionista triunfe. Se había esforzado por mucho tiempo para que lo aceptara, no iba a dejar que todo acabe por un problema de la sociedad.



    Jamás.



    Se volvió a subir la suave tela de la máscara y dejó lentamente los sanitarios.




    *********





    Cuando Naruto se dirigía a los camerinos pensó en las palabras de la estilista.



    “Salía con Sasuke-san y un hombre extraño esperaba afuera. Un señor que se sentó al lado de Sai-kun en el bus. Cuando lo vió dijo que podía marcharme. Verlo a la defensiva me preocupó así que espié un poco, pero no pude escuchar nada de la conversación. Solo lo ví ponerse muy nervioso y de inmediato vine a buscarlo.”



    Agradeció a la linda muchacha y salió a buscar a su amigo. Le gustaba esa palabra, “amigo”, la usaría mucho. Si no mal recordaba cree que la chica hablaba del fundador de H.Entertainment, como le dijo Sasuke. Había notado la extraña actitud en el actor en cuanto lo vio y ahora sus cinco sentidos estaban en alerta.



    Cuando llegó no vio a nadie fuera, pero su camerino estaba cerrado. Se detuvo frente a la puerta, preocupado, preguntándose si Sasuke estaría dentro, si estaba solo o acompañado.



    Tocó firmemente dos veces.



    Nadie contestó.



    —¿Sasuke? ¿Estás dentro?



    Ninguna respuesta.



    Agarró la manija de la puerta y la giró. Estaba sin seguro.



    La abrió y justo al frente, sentado sobre la silla, estaba Sasuke. Su cabeza agachada, cabizbajo, con la mirada perdida en su regazo donde sus manos descansaban.



    Sin dudarlo Naruto entró, cerrando la puerta tras de sí y se arrodilló con cuidado frente al azabache para no asustarlo.



    —Sasuke… ¿estás bien?— le preguntó suavemente.



    Sasuke lo miró, finalmente notando a Naruto ahí. Parpadeó varias veces y enderezó la espalda como si una corriente eléctrica lo hubiera tocado.



    —¿Dijiste algo?


    —Si estabas bien...



    Sasuke frunció el ceño, recordando— Sí. Claro.



    —¿Seguro? Me dijeron que ese CEO vino a vert…



    —Estoy bien— le interrumpió.



    Sasuke se puso de pie. Se miró al espejo y acomodó su cabello. Naruto solo lo observó desde su lugar, fastidiado con el hecho de que el Uchiha no le dijera nada. Estaba convencido de que algo había pasado con el extraño hombre para ver a su amigo tan desorientado. Pero una vez más, no podía ayudar a alguien que no lo pedía.



    Al menos sólo por ahora.



    Se escuchó la voz de Kurenai por los gigantes parlantes llamando a los protagonistas. Era hora de actuar.



    Vio a Sasuke salir y le siguió en silencio.



    Estaba frustrado, quería protegerlo.



    ¿Por qué?



    Porque Uchiha Sasuke es su amigo.





    Fin de escena 14.
  10. .
    Gracias por comentar ** finalmente traigo conty, espero te guste~



    ESCENA 13





    Respiró hondo y analizó lo que acababa de decir. Era un tema muy íntimo, ¿por qué entonces tenía la intención de confiarle algo así a Naruto? ¿Por su sonrisa sincera?, ¿porque era una buena persona, humilde y servicial?



    Jamás en sus -recién cumplidos- 23 años le había confesado voluntariamente a alguien sobre su orientación sexual. Admitía que el peculiar compañerismo le tenía con la guardia baja. Naruto era bullicioso y no le daba esa tranquilidad a la que estaba acostumbrado, pero la relación de ambos crecía de manera particular y empezaba a quejarse un poco menos por eso. Al comienzo solo intentó devolver los favores y ahora sin imaginarlo estaba por segunda vez en la casa Uzumaki.



    Recordó a su familia.



    Al menos estaba a punto de decirle a Naruto que era gay para que no se sorprendiera cuando lo encontrara en situaciones comprometedoras, quien sabe, como sus padres lo hicieron. No deseaba que la confianza avance y que con el pasar del tiempo sea más difícil confesarlo.



    El rubio estaba tenso, sus ojos preocupados estaban fijos en las manos de Sasuke que jugueteaban entre sí.



    Esa mirada no era reconfortante, ¿acaso ya se lo imaginaba?



    Sasuke se mordió el labio inferior, más inseguro por la declaración.



    —Me matas con tanto misterio. Suéltalo, Sasuke— le animó Naruto con una expresión muy seria. Verlo así siempre le sorprendía.



    Rayos, tal vez no debía decir nada. Iban a trabajar mucho tiempo juntos, y muy aparte de que el trabajo sea profesional y sus actitudes también debían serlo, era mejor perder a un conocido ahora que después.



    Perder, esa palabra por primera vez le hacía temblar.



    Suspiró y lo miró fijamente.



    —Si te lo digo no es para que lo anuncies.



    —Haaaablaaaaa, ¡no soy un bocón!



    Sasuke cerró los ojos fuertemente un segundo antes de abrir la boca— Soygay— musitó velozmente y tosió.



    —¿Qué?


    —Quesoygay.


    —HABLA CLARO.


    —SOY GAY. G-A-Y. GAY.



    Vio como las fosas nasales del rubio se dilataron y sus ojos se abrieron de la sorpresa. Esa seriedad le envejeció muchos años . De repente, Naruto bufó todo el oxígeno que tenía acumulado en los pulmones y soltó una carcajada.



    —Por dios, Sasuke. Pensé que ibas a decirme que eras un extorsionador.



    Naruto se puso a reír con ganas, sus mejillas se tornaron de un bonito rosa con rapidez. Sasuke lo miraba sin entender en un primer momento, luego encarecidamente, la risa del rubio le contagió varios segundos.



    Naruto recuperó el aliento y le palmeó la espalda— Sasuke, seré viejo, pero esas cosas no me importan. Por si estabas preocupado por decírmelo.



    —Tampoco es que esperara tu aprobación— le contestó, ocultando su sorpresa. Había esperado que Naruto cuestionara sus preferencias pero esas preguntas incómodas no llegaron.



    —Tranquilo, tranquilo. Pensé que te incomodó lo que dije de Iruka— le confesó Naruto, aun riendo.



    —Para nada. Me da igual.



    —De todas maneras me siento halagado, Sasuke. Que me lo hayas dicho es porque significo algo para ti.



    —Te crees demasiado. No es algo que esconda, solo no lo digo a los 4 vientos.



    —Pero me lo dijiste.



    —Bueno, esquehassidounbuencompañero.



    —¡Eso sí lo entendí! Y es amigo, Sasuke, somos amigos— le revolvió los cabellos azabaches, dedicándole una mirada tierna y una sonrisa soñolienta—Gracias, tenía miedo de que solo yo sea el emocionado por tu amistad.



    Esperen otra vez, ¡el Uzumaki se estaba autodenominando amigo suyo!



    No pudo abrir la boca para oponerse ya que estaba a punto de sonrojarse, sentía la sangre acumulandose por su cuello por la inesperada respuesta. De alguna manera siempre decía las palabras adecuadas. Sus emociones se enredaban como nunca por alguien, y un peligroso deseo se formó de todo eso. Llegó con cautela, como si se negara ser descubierto, pero incluso así no pudo ser ignorado. Sentía muy bien esa pequeña y molesta presencia.



    Y aquello sí era para preocuparse.



    Su teléfono vibró, era un mensaje.




    <sasuke-san, ya estoy dejando a Tsunade-sama en su casa. En 20 minutos estoy llegando a la residencia Uzumaki.>



    «Está bien. Me llamas.»





    Escribió y mandó en respuesta.



    —Mi chofer. Llega en 20 minutos— le comunicó a Naruto.



    —En ese caso dejemos lo de Iruka para otro momento y…—Naruto agarró las manos de Sasuke entre las suyas.



    El azabache lo vio sorprendido, las manos de Naruto eran muy cálidas y los dedos le raspaban la piel. Imaginó que eran producto de las innumerables escenas de pelea. Naruto se acercó.



    Eso no era bueno para su control emocional.



    —Sasuke, antes de irte…—la mirada azulina revoloteaba por cada rincón de su cuerpo. Por un instante se sintió intimidado—, ¿podrías acostarte un rato conmigo?



    Le tomó unos segundos eternos entender. Estuvo a nada de atragantarse con su saliva por la sorpresa.



    —¿Qué…?



    ¿Acostarse juntos? ¿Un rato?



    —Sí, de alguna forma siempre me duermo al instante si estás a mi lado. Curioso, ¿no?



    Sasuke finalmente exhaló el aire en sus pulmones.



    El rubio ha de estar desesperado para que le pida algo así. ¿Tan grave era su insomnio? En ese instante observó a detalle las ojeras que traía, eran de un morado suave casi rosado que pasaban algo desapercibidas por su piel bronceada, juraría que podía ver claramente algunas delgadas venas azules en ellas.



    Naruto otra vez apretó sus manos, le rogaba con un puchero que aceptara. A veces pensaba que un adulto haciendo gestos así se veía ridículo, pero Naruto lucía bien. Todo lo inmaduro quedaba bien con el actor para ser sincero.



    —¿Crees que soy tu maldito niñero?— preguntó con calma a pesar de lo brusco que pudo oírse. Estaba cansado de exaltarse, y su cabeza ya le daba suficientes problemas desde hace semanas.



    —¡Por favor! Hazlo por tu amigo.


    —¡No eres mi amigo!



    No, la calma no era opción.



    —Bueno, entonces por tu rival. Vamos a mi cuarto— insistió Naruto y salió corriendo escaleras arriba.



    Se detuvo a mitad del camino—. No hay problema, ¿cierto?



    Entendió que se refería al tema recién hablado. Sasuke sintió la admiración que tenía enterrada por el rubio, ya que el hecho de haberle confesado que prefería a los hombres, no temía quedarse a solas con él en una habitación.



    Sonrió en respuesta.



    Acostarse sólo un rato ¿no? No era tarea difícil.



    —No pasa nada— y le siguió.


    *********




    Una vez arriba Sasuke admiró la iluminación y los grandes armarios del Uzumaki. Debía tener al menos una tienda de ropa si juntaban el contenido de cada cajón y los armarios repletos.



    —Te gusta mucho el naranja— le dijo a Naruto cuando recordó los detalles de la pintura por toda la casa.



    —Sí— contestó con una gran sonrisa. Tenía el torso desnudo para sorpresa de Sasuke —. Perdona, espera me cambio rápido.



    Lo que faltaba, Naruto mostrando sus formados abdominales. Los músculos en un cuerpo robusto eran espléndidos a comparación de la contextura delgada y pálida que mantenía él, aún más por su papel en 9-Bi donde le pidieron adelgazar. A pesar de la pérdida de algunos músculos no se quedaba para nada atrás. Solo esperaba que la exhibición gratuita no haya sido a propósito, pero sea lo que fuera, aprovechó esos segundos de gloria cuando Naruto le dio la espalda mientras buscaba algo en lo cajones. Sasuke estudió las formadas nalgas detrás del pantalón, casi con verguenza. Aquel era realmente uno de los mejores traseros de la farándula. Hasta un cosquilleo en la columna vertebral surgió gracias a una rápida visión de su miembro entre ellas. Pudo saborear la sensación e imaginar el contraste de colores junto a suspiros y gemidos provenientes de su compañero.



    Naruto se puso rápidamente una holgada polera blanca en cuanto la encontró, era tan delgada que parecía transparente y se veía lo suficientemente refrescante para el clima. Apenas la miró un poco cuando el rubio se bajó los pantalones.



    Eso fue suficiente para su control. Se volteó al instante.



    No había sido buena idea subir, no lo fue, se repetía varias veces.



    Mientras tenía otra crisis mental sus ojos cayeron hasta la mesita de noche. Recordó el día que despertó con él, entonces no pudo ver la fotografía que descansaba en ella. Levantó el cuadro de madera pintada de naranja y miró fijamente a la familia posando.



    Deben ser sus padres, pensó.



    Había un hombre atractivo,rubio y de ojos azules cargando a un Naruto de aproximadamente 8 años. Al costado había una bella mujer, su cabello era de un rojo intenso y era tan largo que llegaba hasta más allá de los muslos. Todos sonreían, al parecer, en un día de campo.



    Que linda foto, no tenía una como esa adornando en su departamento. Se preguntaba si todavía sus padres tendrían algunas guardadas.



    —Es mi foto preferida— dijo Naruto de repente a su lado.



    Le sorprendió verlo otra vez sin polera. Había reemplazado la prenda con una sin mangas y ésta era más escotada ya que estaba hecha para ejercitarse. Los bíceps bronceados sobresalían aun en descanso. No lo culpaba por amenazar su cordura, el calor se hacía más insoportable al pasar de los días.



    —Muy bonita foto— logró Sasuke decir.



    Bajó la vista y se dio cuenta que Naruto aun seguía en bóxers. Esta vez llevaba unos azules apretados, incluso aquello dormido era bonito de ver.



    Al parecer Naruto se dio cuenta de su evaluación porque mostró una sonrisa nerviosa y corrió a meterse en las sábanas.



    Sasuke, ¿dónde has dejado tu sutileza? Ah si, ¡en los señores pantalones!



    Ojalá no lo haya asustado.



    Aunque eso estaría bien. Incomodarlo como ese día en el ascensor cuando se conocieron.



    Pero no hoy, estaba sin ánimos.



    Inhaló lentamente e hizo su mejor esfuerzo para parecer casual y distraído. Se sentó en el lado opuesto de la cama, fingiendo estar interesado en el diseño de las sábanas que tenían figuras de espirales blancas en un fondo naranja.



    Naruto sacó un control pequeño de la otra mesa de noche y la señaló al aire acondicionado. La prendió y reguló lo suficiente.



    —¡Ya está!— presionó unos botones más y solo las bombillas amarillentas que rodeaban los filos del techo en todo el cuarto permanecieron prendidas.



    Palmeó el colchón, invitando al azabache para que se recostara a gusto.



    Sasuke suspiró bajo. Solo tenía que recostarse. De alguna manera ya no se sentía muy nervioso de estar a solas con Naruto, estaba convencido de que nada pasaría. Al actor le tenía completamente sin cuidado que sea gay, y que lo viera como solo un amigo tampoco iba a dolerle, no es como si estuviera enamorado; tampoco dejaría que cosas triviales le hostigaran esa noche, no cuando estaba en un cómoda cama, en un ambiente apacible y con una compañía inesperadamente agradable.



    Se quitó los zapatos y se recostó. Sus párpados empezaban a pesar y su cuerpo agradecía infinitamente por la fresca temperatura.



    —Sasuke, cántame.



    Volteó a ver el origen de esos murmullos, Naruto descansaba de cadera y tenía los ojos cerrados.



    —No lo creo— podía estar con sueño pero aun estaba en sus cinco sentidos.



    —Por favor— insistió Naruto, su rostro padecía.

    —No.

    —Te lo pido.

    —No.



    La voz de Naruto era cada vez más débil— Sé mi Dai esta noche— susurró, con un tono ronco.



    No era justo pedirlo así.



    Tal vez podía cantarle solo esa noche. Solo una vez.



    No le respondió, simplemente se recostó de costado también y admiró las rubias pestañas de su autodenominado amigo. Pensó que nunca conocería a otro rubio que quitara el aliento como este.



    Pensó en un momento con en qué canción interpretar. Una tierna escena de 9-Bi llegó a su cabeza.



    —Si le cuentas a alguien sobre esto, estás muerto.



    Naruto solo asintió repetidas veces. Sasuke hizo unas profundas respiraciones antes de comenzar.




    Twinkle, twinkle, little star..., how i wonder what you are. Twinkle, twinkle, little star,
    how i wonder what you are





    Su voz era suave, baja y perezosa, haciendo un perfecta imitación de un Dai pequeño haciendo dormir a Kyuu con la canción infantil.



    Naruto dibujó una sonrisa en respuesta, reconociendo la canción y el recuerdo.




    —Up above the world so high, like a diamond in the sky. Up above the world so high, like a diamond in the sky…




    Mientras seguía, la expresión de Naruto cambió a una de tranquilidad, y luego una suave respiración le comunicó que había quedado profundamente dormido.




    Twinkle, twinkle, little star, how i wonder what you are...




    Se detuvo. Sin darse cuenta y con paciencia, lo observó descansar por segunda vez.



    Sus ojos se estaban cerrando cuando sintió una fuerte vibración en sus pantalones.



    Su chofer había llegado.



    Cortó la llamada y cautelosamente salió de la cama. Con sus zapatos ya puestos se dirigió a apagar las luces, tenía miedo de presionar cualquier interruptor con miedo de despertar al durmiente. El mando a distancia que usó Naruto estaba tal vez hundido entre las almohadas. Era demasiado riesgoso acercarse así que presionó un interruptor al azar y de inmediato lo regresó cuando fue el equivocado.



    Tsk, esos eran demasiados juegos de luces inútiles para un dormitorio. Solo estaban para gastar luz y malgastar el dinero.



    Al tercer intento dio con las correctas y salió velozmente.





    Kurama le ladró un par de veces cuando llego a la sala. Una torpe caricia fue suficiente para silenciarlo, agarró su bolso, apagó las últimas luces y salió. Dejó solo un par de lámparas para iluminar el camino del bobtail.



    El aroma de los árboles le dieron la bienvenida cuando se dirigió al Berlina. Le esperaba un bonito delirio camino a casa.



    Fin de escena 13.
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    Gracias por tu comentario *0* trato de que todo sea fácil de entender y puedan leer sin detenerse ^^

    Hoy traigo una escena muy corta :c finalmente en la siguiente la historia toma fuerza~

    Gracias por leer <3



    *********



    ESCENA 12





    La criatura mostraba sus gigantescos colmillos. Su cuerpo rodeado de flamas azules amenazaban acabar con la vida de Ume. La pelirosa estaba inmovilizada de miedo y Kyuu estaba lejos para poder ayudarla.



    Todos luchaban en un campo abierto, enfrentando a un grupo llamado Akatsuki, donde hombres convictos de la ley en ambas sociedades lo conformaban, responsables de matar a varios Liberi por diversión. Eran muy peligrosos, los desafiaban por todos lados movidos por la sed de sangre. En esa ocasión trajeron con ellos al tigre con dos colas. Kyuu sabía que solo podían detenerlo si convocaba a Kurama, pero un asqueroso tipo de piel azul ridículamente grande le tenía gastando su energía. Sus jutsus no le afectaban, cada uno era consumido por una extraña arma que poseía el enemigo.



    Necesitaba buscar otra medida.



    Cerró los ojos unos breves segundos para llamar al cuarto deseo, pero no sucedió nada por falta de concentración, era una persona muy hiperactiva y no ayudaba que su mejor guerrera estuviera en peligro.



    Concentró energía en una mano, la disparó e hizo que interviniera el viento, su elemento principal. La corriente apuntó hasta las piernas del enemigo y las empujó con furia. El hombre cayó bruscamente de espalda, el suelo se quebró con su peso.



    Era el momento.



    “Brilla en mi alma atada sirviente al mundo. Envuelve esta energía acoplada con la naturaleza. Te invoco y te llamo por tu nombre: Ryû el Kasai eterno. ¡Entrégame tu deseo!”



    Una familiar chispa salió de las yemas de sus dedos. El quisquilleo aumentó y Kyuu no dudó en atacar al Akatsuki caído. Increíbles flamas de fuego en forma de un enorme dragón surgieron y lo consumieron en gritos despavoridos.



    Kyuu volvió a lanzar fuego y lo expandió con otra concentración de viento para no ponérsela nada fácil. No se quedó a ver, corrió hasta Ume, que agotada y arrastrando su cuerpo torpemente, apenas podía evitar las garras de la bestia.



    —¡Ume, agáchate!—le gritó. Ume hizo caso y la criatura lo volteó a ver.



    Usar el cuarto deseo sería inútil ante las flamas azules de la bestia, debía distraerlo de otra manera. Murmuró más palabras. Su energía atada a la tierra volvió a surgir, suprimiendo el aire en un sonido ensordecedor y agudo. Logró confundir un breve momento al tigre con la fuerte sensación y aprovechó para llamar a Kurama.



    “Necesito tu apoyo, Kurama”



    “Ju, será pan comido” le contestó el zorro en su subconsciente.




    Pero antes de que incluso el zorro tenga oportunidad de surgir, el tigre de dos colas logró levantar una gigante pata, sus garras gigantes iban directo a la espalda de Ume.



    Kyuu juró que su corazón se detuvo cuando vio todo en cámara lenta.



    A solo unos centímetros para que la criatura perfore a la guerrera, un espectro saltó encima del tigre, tan venenoso y veloz como un depredador.



    —¡UME!— el líder no se detuvo a entender lo que sucedía y agradeció la distracción. Corrió hasta la pelirosa y la llevó lejos del campo de visión de la bestia.



    “Todo parece estar en control” le dijo Kurama.


    “Sí”



    Corrió con la guerrera en sus brazos hacia los árboles. Los gritos desgarradores del tigre se escuchaban fuertemente hasta donde estaban. Los hombres de Akatsuki y sus centinelas se detuvieron a ver lo que pasaba. Quejidos asustados se escucharon al ver a la fuerte criatura muriendo y consumiéndose por unas horribles flamas negras. Era como un traje cubriendo y obviamente quemándolo.



    Akatsuki asimiló rápidamente que su mejor arma había caído, no perdieron tiempo y con un simple movimiento de manos desaparecieron. Los demás se acercaron con cuidado. Jadearon al darse cuenta que estaban presenciando la temida mirada negra y los centinelas corrieron hacia al causante de convocar el sexto deseo.



    Kyuu entendió cuando vio a Dai a metros de distancia de la bestia, su cabello enmarañado y sudado se pegaba a su frente y cuello, y sus ojos negros como la noche lloraban sangre.



    Dejó rápidamente a Ume y corrió hacia al grupo, sus guerreros estaban sujetando cada miembro del azabache como si fuera una plaga, ordenándole que parara.



    —¡Dai, detente ya, no puedes matar a Matatabi!



    Pero Dai no contestaba, su mirada era de odio puro mientras aumentaba las llamas en el tigre.



    —¡Kyuu, Dai no se detiene!— le gritó Ruri, asustada y cubierta de heridas.



    Kyuu estaba también confundido, todos estaban aterrados de acercarse más a Dai, ya que una simple mirada y estaban muertos. Con su habilidad trató de suprimir el aire y así lograr que las horrendas llamas se desvanezcan, pero no funcionó.



    Maldijo y miró a Dai. Estaba completamente fuera de sí, teniendo un ataque de euforia por su condición mental que nadie podía controlar. Entendía tanto odio hacia la bestia pero simplemente no era inteligente dejarla morir.



    Una sombra rodeó al azabache, su centinela Satoshi hacía lo posible para detenerlo. Los demás no se quedaron atrás.



    —¡Lo están enfureciendo!— gritó Kyuu.


    —¡Pero líder, el está…!



    Los gritos de Matatabi seguían, cada vez más débiles. Kyuu suspiró, sin opción.



    —Necesitamos dejarlo inconsciente.



    Todos se miraron, sin saber qué hacer. Algunos cubrían sus oídos por el llanto de la bestia.



    —Está en trance, creo que es la primera vez que usa el deseo y la mirada negra lo está dominando. Está concentrado en Matatabi— informó.



    Eita golpeó el brazo de Dai, pero no era lo suficiente. La mayoría no quería dañar al azabache, a pesar del mal carácter que este tenía actualmente con todos, no olvidaban al dulce niño.



    “Rayos”



    Pensó, y cuidando la línea de visión de Dai para no quemarse, no dudó y corrió a su dirección. Le estampó velozmente un golpe en todo el pómulo derecho. El puñetazo fue tan fuerte que los guerreros que sujetaban a Dai cayeron con él.



    Kyuu gimió mientras recuperaba el equilibrio y sacudía su mano, el dolor no era solo físico pero no pudo haberlo evitado. Llamaría furiosamente la atención a sus guardianes, pero después, ahora todos debían ser pacientes, el día estaba lejos de acabar



    Con Dai inconsciente las llamas negras terminaron por desaparecer. Matatabi se quedó gimiendo. Sus grandes patas temblaban completamente quemadas. El tigre de dos colas necesitaría mucho tiempo para recuperarse. Solo rezaba con que Dai no vuelva a intentar matarlo en venganza por asesinar a sus padres.





    *********






    El rubio abrió la puerta de su casa y entró apresurado.



    —Jódeme.


    —¿Qué...?



    Naruto notó a Sasuke a su lado, sorprendido. Le enseñó el celular— Hablo con Iruka.


    —Oh… (?)



    El rubio volvió a su llamada—Jódeme, jódeme, jódeme.



    “—¿Qué sucede, Naruto?
    ”—le habló el guionista.



    —¿Cómo que qué sucede?—preguntó, sacudiendo el nuevo guión del episodio 5-10 de 9-Bi recién llegado— ¿Qué planeas, Umino Iruka?



    Escuchó los quejidos de su amigo— Estoy descansando, zorro. Hablaremos de 9-Bi luego.



    —Recordaré esto— cortó la llamada y tiró el celular en el sofá. Volvió a abrir el libro para leer una vez más cada línea con velocidad.



    Kurama apareció y le saludó con ladridos. Acarició su cabeza para tranquilizarlo.



    —¿Qué piensas, Sasuke?



    El azabache lo miró, también estaba leyendo sus diálogos. Se encogió de hombros.



    —Pienso que me van a cazar— contestó.



    Esta vez el bobtail se acercó por primera vez al Uchiha para olisquear sus zapatos. Sasuke casi pierde el equilibrio.



    —Esto es demasiado. Necesito saber que pasará.



    No era para nada justo. Iruka estaba demasiado inspirado, haciendo a Dai cada vez más fuerte y peligroso. Jiraiya planeaba eso, pero era demasiado considerando el hecho de que si Dai dominaba más deseos tenía el presentimiento de que el Silencio haga su esperada aparición.



    ¿Será en Dai?



    —Solo quiero que los rodajes avancen más rápido para saber lo que viene.



    Suspiró. Estaba odiando mucho a Iruka.



    Ah, pero espera un momento. Su ojos se vislumbraron al recordar que tenía algo con que jugar de vuelta. Sonrió maliciosamente con el misterioso encuentro del guionista con Kakashi hace dos semanas. Tal vez si movía bien sus fichas podría lograr unos adelantos.



    Con una idea ya en mente se rio con sutileza.



    —¿Naruto?



    —Ah, Sasuke. Perdón— se acercó a su mascota y lo tranquilizó —. Kurama él es Sasuke, Sasuke el es Kurama.



    El perro volvió a ladrar.



    —Ya nos vimos antes— comentó Sasuke, acariciando el pelaje de Kurama con la vista.




    Ese día estuvo lleno de actividades. Grabaron todo el día, pero ahora estaba lejos de estar cansado cuando uno de los guionistas entregó los libros empaquetados al acabar los rodajes. Eran las 10 de la noche e invitó al Uchiha a su casa ya que su chofer demoraría en recogerlo y Sasuke se negaba que lo llevara a Shibuya. No quiso dejarlo solo en el canal así que luego de perseguirlo por cada salón, logró manejar el audi con su compañía.



    En el camino no resistieron y leyeron el guion. Naruto en el volante se arriesgó a leer también, tuvo que detenerse como tres veces por el impacto de la historia. Al parecer Dai invocaba el segundo deseo, logrando ser el primero en la serie en nombrar 5 de ellos. Lo primero que hizo al llegar a su casa fue lógicamente llamar a Iruka.



    Recordó su plan. Se acercó a Sasuke y ambos tomaron asiento en el sofá. Kurama los acompañó.



    —Sasuke, sé de una manera para que Iruka nos adelante algo de 9-Bi.



    —¿En serio?— el pelinegro le puso mucha atención.



    Naruto meditó unos segundos— ¿Tu crees que Iruka sea gay?



    —Iruka… ¿gay?


    —Verás…



    El rubio le contó a Sasuke todo lo que presenció en el hotel. Le dijo también que podía molestar al guionista para conseguir un pedazo de la trama. Cuando acabó el azabache se veía algo incómodo por el tema.



    ¿Le molestará la idea de extorsionar a Iruka? Claro que lo dijo en broma, o tal vez… ¿era Sasuke homofóbico? Lo dudaba, tal vez tenía algún trauma por su anterior papel. A veces un actor era opacado por el personaje, y en el peor de los casos, atrapado.




    —¿Te he incomodado?




    —Creo que hay algo que deberías saber de mí, Naruto.




    Fin de escena 12.
  12. .
    Gracias por tu comentario *00* me alegro que te esté gustando como va la historia :3 espero te guste esta escena~

    *********




    ESCENA 11



    Eran las 4 de la tarde cuando Jiraiya detuvo las filmaciones para que el elenco se alimentara. Todos estaban bañados de sudor gracias al fuerte sol y a las escenas de peleas. Repitieron muchas tomas y cada una fue agotadora,después de todo grabar en unas dunas no era nada fácil.


    Jiraiya se sentó con su equipo para revisar a detalle cada secuencia grabada. Los demás se separaron para aprovechar el corto tiempo libre.


    Habían armado enormes carpas para proteger muchos objetos del sol, hasta hicieron un gran comedor con mesas y sillas de plástico en el interior. En una de ellas se encontraba Sasuke sentado, apartado de los demás, comía lentamente sin disfrutarlo ya que su humor en ese momento no era el mejor.


    Estúpida copia. Sai había sido un dolor de cabeza en todo el día, no solo fuera de cámaras sino también dentro de ellas. Al director se le ocurrió enfrentar a ambos en la serie y era esa sonrisa falsa del actor que le sacaba de quicio cuando hablaba. Que difícil era trabajar así, intentaba mantener el profesionalismo pero cada vez se volvía difícil, no estaba acostumbrado a que alguien le cayera tan pésimo. Y cuando buscaban enojarlo, Uchiha Sasuke se enojaba de verdad.


    Naruto se sentó a su lado, abrió su bento* y empezó a comer velozmente.


    —Me moría de hambre — llegó a decir, aún tenía comida en la boca.


    Sasuke solo se encogió de hombros.


    —¿Estás bien?


    El azabache terminó de masticar y cubrió la comida, apenas había probado la mitad de ella pero ya no tenía ningún apetito.


    —Sí— contestó, mordiendo el interior de su mejilla.


    Naruto no dijo nada unos segundos mientras masticaba—Hoy has estado raro.


    —Estuve brillante— respondió Sasuke convencido.


    —No me refería a eso, has estado muy alejado, no sé, quizás es imaginación mía…


    —Es por ti y este calor. Me molestan ambos.


    Naruto sonrió—Bueno, entonces es eso. Estaba preocupándome.


    Debería entristecerse, no sonreír. Que rubio más extraño. Eso solo aumentaba su irritación, necesitaba gritarle a alguien pero no era inteligente desquitarse con Naruto, al menos no cuando muchos podían verlos.


    Buscó su celular pero recordó que estaba guardado en los camerinos móviles, éstos estaban adheridos a camiones; también había un bus de dos pisos diseñado especialmente para guardar vestimentas, maquillaje y además tenía un espacio de descanso. Se levantó y se dirigió a ellos, necesitaba estar a solas y por suerte tenía un camarín individual, pequeño pero muy privado. En el camino vio a Sai bajando del segundo piso del bus y saliendo a su dirección. El pálido actor le sonrió falsamente como siempre.


    —Sasuke-kun.


    —Sai.


    Sai se detuvo en la puerta del camerino de Sasuke, esperándolo.


    —Sasuke-kun, hace poco alguien me pidió que le mandara saludos.


    El azabache apretó la mandíbula. Ni siquiera se molestaría en preguntar o escuchar al supuesto mensajero enviado para atemorizarlo.


    Entró al camarín.


    —No me interesa— respondió, y le cerró la puerta en las narices.


    Maldita copia.


    Antes muerto que hacer caso al CEO de H.E.


    Se sentó a dormitar unos minutos cuando llegó una maquilladora para retocar algunas heridas en sus manos, cuello y un moretón en la comisura de los labios. También acomodó su cabello, estaba enredado por tanto movimiento en el rodaje.


    Lo único bueno del día es que sería la última vez con las fastidiosas extensiones, pues Dai sería sujetado de su largo cabello por- irónicamente- el personaje de Sai, y Dai para librarse cortaría su melena negra. Estaba ansioso para grabar esa parte y estamparle unas patadas, tristemente falsas, al enemigo.


    Fue bueno excluirse en su camarín, ahora estaba más relajado y haría un buen trabajo.






    *Bento: Es una ración de comida sencilla preparada para llevar, bastante común en la cocina japonesa. Suele contener arroz, pescado o carne y una guarnición o acompañamiento, por lo general a base de verdura.*


    *********





    Estaban ya a punto de regresar a Tokio, eran apenas las 9 de la noche y todo el mundo se quejaba por el agotador día. Sasuke estaba perfecto. Desquitado y aseado, tenía los auriculares puestos y escuchaba su música preferida. Por él los demás podían matarse entre ellos si querían, mientras no estropearan su tranquilidad.


    Fue uno de los primeros en subir al avión y buscar un asiento casi al fondo. Cuando llegó al instante cerró los ojos y se dejó llevar por la melodía.






    Cuando parpadeó vió a una sombra paseando por su lado. El avión estaba en silencio y había luces opacas alumbrando el angosto pasillo, aunque quiso no pudo ver bien a quién le pertenecía la misteriosa presencia que se perdió en los asientos. Revisó la hora, apenas y habían pasado 40 minutos volando. Seguía desconcertado porque se durmió sin darse cuenta, la lista de música que puso a reproducir había finalizado así que pudo confirmar su siesta. Esta vez puso el aleatorio y cerró los ojos.


    Luego de 15 minutos notó otra vez a alguien levantarse. De reojo vio a Naruto dirigiéndose a los sanitarios en la parte trasera del avión.


    La soledad lo envolvió de repente.


    Luego de dudarlo un poco, se levantó y lo siguió, estaba sediento y era una excusa para conseguir alguna bebida y también verlo.


    ¿Por qué no? Solo un poco.


    Encontró una botella con agua mineral y la abrió con calma. Luego de un minuto Naruto salió del baño con el rostro empapado de agua y vio la sorpresa en sus ojos cuando lo identificó.


    —Sasuke…


    —¿No puedes dormir?— le preguntó. Cerró la botella con paciencia, fingiendo que solo fue un encuentro casual.


    Naruto sonrió débilmente— ¿Se nota?


    Sasuke hizo una mueca, pensando en qué decir. Solo una cosa vino a su cabeza.


    —Puedes sentarte conmigo, nadie me acompaña.


    Naruto no respondió.


    ¿Qué rayos acababa de ofrecer? ¿Lo había invitado a sentarse juntos? Ni siquiera sabía exactamente porque vino a buscarlo cuando se la pasaba esquivandolo. La curiosidad era culpable.


    No debió abrir la boca.


    —Si eso te hace sentir mejor—añadió. Esperen, no, eso no era lo que quería decir—. Mejor olvídalo.


    Se dio media vuelta para regresar pero Naruto lo detuvo del brazo.


    —Me gustaría mucho — dijo y le dedicó una tierna sonrisa.


    Ahora era su turno de sorprenderse. Todo eso no estaba yendo a nada útil. Debería burlarse, o algo, pero los ojos cansados del Uzumaki reclamaban atención.


    Al final en un pestañeo ya estaban sentados, Naruto se recostó en el lado de la ventanilla y Sasuke en el asiento del pasillo. Volvió a ponerse los audífonos y dejó que la música, su gran consuelo, lo adormeciera poco a poco.


    Luego de cinco minutos sintió que daban vueltas en busca de una posición cómoda. Entreabrió los ojos cuando Naruto finalmente se había detenido de costado, su cuerpo mirando hacia Sasuke, con el ceño fruncido y ojos cerrados con fuerza. El azabache casi dormido, no pensó mucho. Se recostó también sobre su cadera enfrentando al actor, se quitó un auricular y se lo puso en el oído, Naruto se sorprendió al principio y luego de un guiño cómplice dejó que la música envolviera a ambos.


    De esa manera, cara a cara, y escuchando una canción lenta, se quedaron dormidos.



    *********





    Despertaron con un flash. Naruto maldijo el momento, estaba teniendo su mejor sueño y tenían que interrumpir.


    Se sentó y lo primero que vio fue a Kiba sonriendo entre los asientos de adelante.


    —Tuve que tomar una foto para el recuerdo. Se veían muy lindos.


    Escuchó algunas risas y murmullos de sus compañeros. Volteó a ver a Sasuke, también estaba despierto y su mirada era letal hacia Kiba.


    —No me miren así, estamos a punto de aterrizar. Iba al baño y me encontré con esta tierna escena— enseñó a ambos la pantalla de su celular, en ella mostraba a los dos actores unidos por unos auriculares y los rostros tan cerca que las puntas de sus narices rozaban. Eso no era todo, Naruto tenía la boca entreabierta, luciendo tan bobo para su edad.


    Hay cosas que nunca cambian.


    —Tsk—chasqueó la lengua el azabache.


    —Borra esa foto, Kiba— pidió con fastidio Naruto.


    —Ni en mil años.


    Y entre carcajadas el joven actor escapó hacia la parte trasera del avión, no sin antes devolver a Sasuke una sonrisa triunfante.


    —No te preocupes, le diré que no haga nada con la foto — le susurró a Sasuke, éste solo rodó los ojos.


    Se prepararon cuando el avión aterrizó, había demorado dos horas y media en llegar a Tokyo. Naruto no tenía ganas de desembarcar, esperó junto a Sasuke y fueron los últimos en levantarse.


    Hacía frío, era casi medianoche y tenía que pedir un taxi. Vió a Sasuke recoger su bolso y le siguió arrastrando sus cansados pies, estaba considerando usar otra vez los asientos de la sala de espera como su cama. Era raro conciliar el sueño en esos días y tan injusto que no pueda descansar cuando realmente quería.



    Sasuke hablaba con alguien por teléfono.


    —¿Tu chofer?— le preguntó.


    —Sí.


    Naruto suspiró— Yo debo llamar un taxi.


    Sacó su celular y desactivó el modo avión.


    —Puedo llevarte.


    —¿En serio?— eso sí era una sorpresa.


    El azabache asintió— Está esperándome. Vamos.


    Naruto le agradeció. Se despidieron del staff, y se dirigieron a una de las salidas del aeropuerto cubriendo sus rostros con lentes de sol y cubrebocas.


    Había pocas personas en el exterior. Un hombre bien vestido los esperaba junto a un lujoso berlina negro. Tenía el cabello canoso y bigote gris, y enseñaba una sonrisa que le inspiraba confianza. El chofer abrió la puerta del asiento trasero cuando llegaron.


    —Wataru-san, vayamos a dejar primero a Naruto por favor—le dijo Sasuke. Lo saludó con una palmada en el hombro y luego entró al berlina.


    Naruto saludó a Wataru cuando éste hizo una pequeña reverencia. Entró después de Sasuke.


    El auto empezó a moverse. Colocó su bolso bajo sus piernas y decidió descansar la vista unos minutos, pero la inquietud no lo dejó. El sueño se fue y solo sentía dolores en sus articulaciones. Se sintió 10 años más viejo mientras miraba las aún iluminadas calles de Tokio, y no supo porqué.




    Llegaron a la mansión Uzumaki pronto. Ni siquiera quería entrar, sabía que solo se la pasaría haciendo zapping en la televisión hasta que amaneciera.


    Abrió la puerta del elegante Berlina para salir.


    Estaba en la punta de la lengua pedirle a Sasuke que se quedara con él, pero con el chofer esperando, mejor optó por abortar su petición.


    —¿Pasa algo?— le preguntó Sasuke.


    Naruto se lamió el labio inferior— No. Hasta más tarde— sonrió y salió.


    En fin, como si el joven actor dijera: ¡Claro, Naruto! Seré tu osito de peluche. Y aceptara gustoso. Un hombre como Sasuke que estaba en toda su juventud debía tener una gran vida social, cosas que hacer y personas que ver. Naruto solo era... un compañero. No solía subestimarse y menos por su edad, símplemente era algo muy extraño porque jamás antes necesitó estar tan cerca de alguien.


    El Uchiha tenía algo. Había dejado de perseguirlo por fastidiar, ahora era necesidad.


    Entró a su casa, arrojó su bolso y zapatos en la entrada y llegó a la sala, el enorme sofá era cómodo para una noche en vela.


    Kurama corrió a saludarlo.


    —Muchacho, ¿me extrañaste?, ¿Kiko-san te alimentó bien?


    El perro ladró.


    —Yo creo que no— dijo cuando Kurama empezó a lamer su mano.


    Se rio y verificó que su mascota tenga comida y agua; luego regresó y se lanzó al sofá. Encendió el televisor.


    —Veamos que hay en los canales nacionales…


    Eran las 5 de la mañana cuando finalmente se rindió a los brazos de Morfeo, pero el descanso apenas duró un par horas antes de que sus actividades del día empezaran.




    Fin de escena 11.
  13. .
    Gracias como siempre por tu comentario <3 espero te guste esta escena **

    ESCENA 10




    Un nuevo día de filmación llegó. Sasuke estaba despierto desde muy temprano alistándose, iban a viajar 8 horas de camino, de la capital a unas tierras desiertas donde otro set importante aguardaba por ellos. Eran apenas 6 de la mañana y su chofer ya lo esperaba.


    Cerró el departamento con llave y se dirigió al ascensor con un gran bolso colgando de su hombro. Dijeron que iban a pasar la noche en un hotel cerca así que llevaba un par de mudas. Jiraiya quería aprovechar tanto como pueda las horas de la estadía, pues el calor se sentía más y más fuerte conforme pasaban los días.


    Tenía muchas expectativas en esa ocasión ya que algunos antagonistas de la serie harían aparición, estaba emocionado por quitarse las telarañas de su cuerpo debido a la falta de ejercicio en las semanas pasadas. Aunque todavía no se acercaban las peleas físicas de su personaje - Dai era de encuentros a distancia- había estado aprendiendo algunos movimientos cuando se acercara el momento. Justo el día de ayer, que fue uno libre de rodajes, se levantó temprano y llamó a Tsunade para que contacte a su profesor de lucha. Necesitaba perfeccionar sus conocimientos de combate, odiaría quedarse atrás en las prácticas. También visitó consultorios médicos y habló con algunos buscando información más detallada sobre la epilepsia y trastorno bipolar. La siguiente vez buscaría psicólogos y quizás información personal sobre el escritor del libro que llevaba su mismo apellido.



    El nombre también era interesante.



    Uchiha Madara.



    Aún no terminaba el libro porque tenía otras responsabilidades. Le había ayudado mucho para comprender a los que padecen de la enfermedad mental, pero nunca era suficiente. Sus dudas ahora eran a causa del hombre, no lo identificaba para nada y tampoco podía llamar a su padre para consultar.


    Definitivamente investigaría sobre el escritor.


    Esta vez se dirigían al aeropuerto, la producción contaba con un gran avión privado para llevarlos. Solo los actores estarían a bordo ya que el staff y los materiales habían sido trasladados en bus la noche anterior, posiblemente ya tendrían todo listo cuando llegaran.


    Gracias a la temprana hora llegaron sin tráfico, Sasuke se despidió y corrió al interior, empujado por el viento que atacaba en el terreno abierto. Cuando ingresó algunas personas pudieron reconocerlo por el cabello, miraban curiosos por si se animaba a bajar su cubre bocas negro y dejaba aclarar las dudas. Caminó velozmente hasta unos hombres fornidos que lo llevaron directamente a la sala de embarque privado del aeropuerto. Allí encontró a casi todos sus compañeros de trabajo, algunos de pie porque estaban por salir hacia el avión.


    De todos los presentes solo una cabeza rubia llamó su atención.


    El trabajado cuerpo de Naruto descansaba en dos asientos y cubría su rostro con una gorra de sol naranja. Se veía muy cómodo, seguramente estaba acostumbrado a dormir de esa manera. De pronto se sentó, alarmándolo. Los soñolientos ojos azules lo ubicaron, como si se hubiera dado cuenta que era observado y lo había descubierto, o simplemente había sido casualidad.


    —¡Sasuke!


    El rubio sonrió, siempre se veía tan feliz cuando lo veía. Bueno, tal vez se estaba dando por aludido mucho. Y además, ¿por qué seguía insistiendo en estar cerca cuando no estaban actuando? Simplemente extraño. No tenía cara de pocos amigos ¿verdad?



    La realidad de ese hecho era sorprendente.



    Era consciente de que solo quejas hacia el Uzumaki salían de su boca, pero sabía bien cómo se sentía por dentro. Su piel ardía por más atención.


    No estaría mal que por esa vez sea primero en dirigirse a Naruto, su compañero fue muy considerado en esos días. Mientras se acercaba no pudo evitar desviar la mirada, en el antro apenas y se habían dirigido la palabra, estaba muy avergonzado al recordar que se había tocado pensando en él.


    Todavía era difícil verlo sin que la peligrosa “Naruconda” lo atormentara.


    Se sentó cautelosamente a lado de Naruto sin dirigirle alguna palabra y observaron como los demás uno por uno abordaban el avión.


    —Sasuke, tengo una pregunta.

    —¿Cuál?

    —¿Cómo llegué a mi casa ese día? ¿Manejé ebrio?


    Se había preguntado lo mismo antes, pero el día en el antro se topó con Hatake Kakashi, creyó que le llamaría la atención otra vez pero solo le preguntó si no tenía resaca. Entonces hablaron y le contó que fue Sasuke quien desde el celular de Naruto lo llamó y, también ebrio por supuesto, le pidió que viniera por ellos. El azabache pudo apenas recordar que Naruto le dijo que llamara al famoso actor.


    En resumen fue Kakashi que llegó por ellos a las 4 de la madrugada y manejó el audi blanco a la moderna casa; llevó a cada uno a la misma habitación y los dejó a su suerte. Sasuke tuvo vagos recuerdos de él con Naruto en el asiento trasero del auto riendo, repartiendo abrazos, y especialmente de como el rubio en el camino estresó al peliplata.


    Se levantaron cuando Iruka entró a decir que ya abordaran. Estaban completos y no demoraban en despegar.


    En el trayecto Sasuke le dio un pequeño resumen a Naruto sobre la intervención de Kakashi. Estaba sorprendido cuando oyó lo muy mareado que terminó, y le dijo que estaba apenado por su actitud. Sasuke solo se encogió de hombros, ya que con cansancio y todo la pasó agradable, aunque no recordara casi nada.


    —De todas formas, Sasuke, no podrás deshacerte de mí.


    Oh, ya sabía que no iba a ser tan fácil.


    —¿Acaso tengo otra alternativa?


    Naruto dejó salir una risa malévola —No, ¡ninguna!


    El Uchiha se preguntaba si en el futuro sus pensamientos y acciones se pondrían de acuerdo, pero una cosa era cierta, el actor estaba amenazando la seriedad que le caracterizaba, y viviría aterrado con que algún día le contagiara tanta efusividad.


    En el aire solo tomaría dos horas llegar al destino esperado, iban a estar más ocupados que de costumbre por las largas secuencias que se llevarían a cabo en el pequeño desierto. Solo estar bajo el fuerte sol triplicaba el trabajo.


    Nuevamente se sentaron juntos en el avión, Naruto lo había seguido por todos los asientos hasta acorralarlo. Sasuke no puso mucha resistencia y a cascarrabias aceptó la compañía para evitar las miradas de sus compañeros. No volvería a darle confianza, se dijo, pero dudaba mucho que eso lo detuviera.


    El avión despegó sin retrasos.



    *********




    El día pasó lleno de actividades. Un nuevo antagonista debutó, el actor para sorpresa de todos se parecía mucho a Sasuke, Naruto le dijo que jamás pensó ver a alguien más pálido. Por supuesto ese comentario le enojó, detestaba que lo comparasen así que se alejó de él en todo el día y se la pasó gruñendo.


    El nuevo, de nombre Sai, venía de H. Entertaiment y eso le fastidiaba mucho a Sasuke, había algunos en el elenco que venían de esa agencia pero a Sai no lo conocía ni de lejos. Parecían tener la misma edad. El simple hecho de que se parezca a él le recordó horribles momentos con el fundador de H.E.


    Sai se percató del fastidio, lucía tranquilo pero soltaba comentarios arrogantes cada vez que tenía la oportunidad. ¿Cuál era el problema? No lo sabía, pero había aprendido a ignorar a personas así. Por esa otra razón el Uchiha se mantuvo distante mientras duró la grabación.


    Anocheció y finalmente regresaron al hotel que se encontraba a media hora del set. Se quitó la fastidiosas extensiones con ayuda de las estilistas. Aún no se acostumbraba a llevarlas, era estresante con ese calor, como si tuviera alguna prenda rodeando su cuello y un abrigo colgando de sus hombros, el punto bueno es que eran de clip y fáciles de sacar.


    A cada actor le tocó un dormitorio propio y para el staff eran compartidos. Jiraiya tenía una para sí solo.


    Sasuke estaba recostado boca abajo en la cama cuando tocaron la puerta de su habitación.


    —¿Quien es…? —apenas pudo preguntar, la almohada cubría su boca.


    Abrieron la puerta, recién se daba cuenta que no había puesto el seguro, estaba mas dormido que despierto. Del cansancio ni siquiera se molestó en levantarse, peor cuando se dio cuenta que era Naruto. No se sorprendió por la visita, tampoco tenía ganas de su acoso o de enojarse y mucho menos de reclamarle.


    El rubio cerró con llave y se arrojó a su lado.


    La cama rebotó.


    —Sasuke, practiquemos— Naruto le soltó el guion en la cabeza.


    Sasuke levantó el rostro y miro el gastado libro. En ese momento apenas lograba sostener su cerebro y el actor le pedía que tomara el guion. Odiaba decepcionar pero no era superman todos los días.


    —No— contestó y giró la cabeza.


    Naruto volvió a dejar caer el libro sobre su nuca. Sasuke se giró a verlo—. No tengo energías.


    —Vamos, aunque sea un vistazo.


    —Bueno, solo porque tampoco tengo ánimos que quejarme.


    Alcanzó perezosamente también su libro encima de la mesita de noche y se sentó en el cochon cruzando las piernas, Naruto se recostó de lado y leyó algunos diálogos.


    Sasuke no prestaba mucha atención, mientras hablaba bostezaba y a los pocos minutos ya había contagiando su sueño


    Naruto tiró el guion a un costado luego de bostezar— Resumen: Kyuu te odio, te odio Kyuu, Dai esto, Dai lo otro.


    Eso le causo gracia, olvidándose completamente de su enojo de la mañana. Siguieron leyendo a pesar de lo dramático que eran sus diálogos, puede que la escena de ambos siempre eran así pero fuera de ellas había acción y drama más importante en 9-Bi.


    Recostados ahora uno al lado de otro, Naruto actuaba solo para él. Aunque era Kyuu quien lo miraba con cariño, Sasuke se sintió especial en ese momento, pero como siempre no lo demostró. No pasó mucho cuando Naruto empezó a bromear y a sobreactuar mientras saltaba en la cama. ¿Y este famoso actor decía tener treinta y cinco años? Fue una divertida reunión, digna de ser recordaba maravillosamente a pesar de que Naruto era tan escandaloso y él tan callado, y supuestamente eran rivales.


    Por un momento pensó en pedir algunas cervezas para relajarse, pero su último pensamiento fue que no quería grabar resaqueado por la mañana.


    *********




    Abrió los ojos lentamente y se asustó cuando vio unos grandes zafiros azules observándole.


    —Me asustaste…


    Naruto enseñó sus dientes en una socarrona sonrisa.


    —Lo siento, me quedé dormido— respondió.

    —Ni siquiera me acuerdo.


    Sasuke otra vez descansó su cabeza en la almohada. Era la segunda vez que compartía una siesta al lado de Naruto. Observó el desordenado cabello rubio, delatando que había dormido bien, demasiado.


    —Ya amaneció —le comentó.

    —¿En serio?


    Sasuke buscó la ventana, en el exterior el cielo apenas se aclaraba. No fue un pequeño descanso como había pensado, sino que durmieron muchas horas uno al lado del otro.


    —Desperté hace poco, me dio pereza apagar las luces— dijo Naruto.


    El azabache se encogió de hombros y volvió a apoyar la cabeza en la almohada, su espalda mirando al techo en todo momento.


    —No dormía desde antes de ayer—volvió a hablar el rubio. Miraba fijamente a la puerta, muy pensativo. No era común verlo así.


    —¿No puedes dormir bien?


    —No, hace días que estoy con insomnio y creo que es por mi papel. De eso quería hablarte… ehh, anteayer.


    Sasuke pensó un momento, Naruto debía estar muy ansioso por todo, era común que no se descansara correctamente. Las preocupaciones por hacer bien su trabajo por fin le afectaban y Sasuke podía comprenderlo.


    —Debe ser por la aparición de Dai. Es una parte muy importante en 9-bi y tu personaje está en una montaña rusa de sentimientos, seguro que en unos días podrás descansar bien.


    —Debe ser eso.


    Naruto sonrió, esta vez la alegría llegó a reflejarse en sus ojos.


    —Necesitas una novia que te cante como lo hacía Dai para que quedes rendido al sueño y dejes de hostigarme— Bueno, no sabía porqué dijo eso pero dejó de preocuparse cuando el rubio rio.


    —No tengo tiempo para novias, pero tú sabes cantar— respondió y sin poder impedirlo el rostro de Sasuke se ruborizó.


    Reaccionó pronto y otra vez volteó su rostro al otro lado, trató de concentrarse en la ventana y el exterior ya iluminado con los rayos del sol— No te cantaré— susurró en la almohada.


    Unas carcajadas más por Naruto y se quedaron en silencio.


    —Faltan pocas horas para empezar con el rodaje. Mejor de una vez voy a ducharme— Naruto se levantó y apagó las luces completamente innecesarias en la habitación.


    Sasuke dio media vuelta cuando el calor en sus mejillas finalmente bajó.


    —Actúa bien hoy.


    Naruto asintió y salió.


    Mejor se alistaba el también, necesitaba más tiempo en el camerino que los demás y no podían retrasarse. Se levantó y caminó hacia el baño. Todavía pensaba en lo que dijo Naruto.


    ¿Habrá sido serio cuando le dijo que le cantara?


    Resopló, burlándose de sus dudas, a veces tenía mucha imaginación. Se desnudó y decidió relajarse una vez sintió el primer chorro de agua caliente en su piel. El tiempo de una ducha caliente era sagrada.



    *********




    En el trayecto a su habitación, Naruto se quitaba con paciencia las lagañas. Se sentía renovado a pesar de dormir pocas horas, tal vez si quería hacerlo a gusto debería decirle a Sasuke que lo acompañara. Sonrió al pensar en él, le gustaba la soledad y seriedad que lo caracterizaba, pero cuando pensaba que nadie lo veía Naruto se daba cuenta de los detalles que escondía.Situaciones que le hacía decir: Lindo; a un hombre. Y ya no se avergonzaba de pensar así. Las cosas estaban empezando ir bien entre los dos, la tensión se estaba desvaneciendo y solo quedaba que hiciera las paces con Kiba.


    Caminaba perezosamente, aburrido de ver cada pasillo igual al anterior. No recordaba qué camino tomar, por suerte la llave en su mano le decía que dormitorio era, pero el hotel no colaboraba lo suficiente con el laberinto. Estaba pasando por una puerta cuando ésta se abrió y salió un desaliñado Iruka.


    —Hola Iruka.


    El guionista que salía cautelosamente del cuarto brincó y lo miró aterrado.


    —¡Naruto…!— Iruka observó por todos lados, esperando temeroso por si alguien se asomaba de alguna habitación.


    —Madrugaste hoy, ¿A dónde vas?— preguntó Naruto para romper el silencio.


    Iruka se apoyó en un talón y luego en el otro, como un niño sin saber ocultar su travesura hecha.


    —Yo… Yo…, voy a la cafetería.


    Naruto asintió y vio a Iruka alejarse rápidamente.


    La cafetería, su trasero. Algo raro sucedía. ¿Qué escondía su moreno amigo? Observó la puerta de donde salió y, sin pensarlo mucho, tocó.


    Golpeó la madera suavemente para no sonar sospechoso. Estaba seguro de que la habitación no le pertenecía a Iruka. Sabe que no debía meterse, quizás el guionista había pasado la noche con una amante, pero todavía algo le ganaba la curiosidad sobre la situación. ¿Acaso sería alguna actriz? La habitación era independiente como la suya.


    Luego de tres toques a la puerta ésta se abrió en silencio. Se sorprendió de no ver a una compañera, si no a Kakashi vestido solamente con ropa interior, tenía el cabello gris revuelto y algunos mechones largos ocultaban un ojo.


    Eso no se lo esperaba.


    —Buenos días, Kakashi-sensei.


    —¿Naruto? —el soñoliento actor al reconocerlo cerró un poco la puerta para ocultar su desnudez—. ¿Qué sucede?


    —No… nada, creí que era el cuarto de Sakura.


    —Oh, no hagas travesuras a estas horas.


    Naruto sonrió — Claro, sensei, no se preocupe.


    Antes de ponerse nervioso se despidió y siguió su camino. No estaba seguro si lo que vio involucraba un encuentro de amantes, si fuera así jamás se lo hubiera imaginado.


    Espera, pero él también había pasado la noche con Sasuke, y solo eran amigos. Quizás Iruka fue por consejos a Kakashi, se llevaban bien, también se conocían muchos años y a veces le pedía opiniones sobre sus guiones. Debe ser eso. A Kakashi le conocía algunas amantes, al contrario de Iruka que era muy reservado, pero estaba seguro que había salido con mujeres. No había razón para decir que tenían algo más que una amistad.


    De todas maneras fastidiaría al guionista con todo eso. Su amigo se enojaba rápido y quien mas que Naruto para sacarle de sus casillas. Dejaría de ser Uzumaki si no lo hacía.


    Luego de un par de vueltas encontró al fin su habitación. Era hora de alistarse.




    Fin de escena 10.
  14. .
    Lamento tanto haberme demorado en actualizar. Ocurrió algo muy difícil para mí per ya estoy de vuelta! Gracias por leerme!!


    ESCENA 9




    Naruto corrió en el audi. Había dormido casi 12 horas y eso no era buena señal, ni siquiera había llenado su estómago con algún líquido. Cuando se levantó estaba oscureciendo asi que directamente fue a ducharse para no perder ningún minuto más. Mientras se detenía en un semáforo revisó su celular para saber si tenía alguna llamada perdida pero ésta estaba sin batería, ya podía adivinar la cantidad de mensajes aguardando por él y por su paradero.


    El hecho de resultar en su casa sin recordar nada todavía le tenía confundido. Dudaba de haber conducido tan ebrio. Aunque pensándolo mejor en realidad no lo hacía. Uno de sus defectos era que no importaba en que mal estado se encontrara, no dejaba sus autos en cualquier parte. Ya había recibido su lección por eso, pero seguía siendo un problema.


    ¿Y Sasuke? Estaban bebiendo juntos, ¿habrá sido él quien lo trajo de vuelta? Sabia que habia tomado mucho más, no era algo de lo que se sentía orgulloso, solo esperaba no haberlo incomodado.


    Tal vez un poco. Se lo merecía.


    Además encontró su audi fuera de la cochera. A pesar de ser una calle segura Naruto siempre guardaba sus autos, asi que esa era otra razón para creer que no manejó el audi. Pediría los detalles al Uchiha en cuanto lo viera para desaparecer sus dudas.


    Dejando las interrogantes ya de lado parecía que era su día. El cuerpo apenas le dolía, lo que sea que haya hecho la noche anterior no había sido muy enérgico, aquello sumado con su gran descanso de doce horas le dejaba físicamente excelente. Naruto sonrió cuando comparó algunas situaciones, pues con ciertos conocidos siempre terminaba con moretones salpicados por su cuerpo. Al parecer todo cambiaba si era otras compañías.


    Vio el antro a lo lejos. Los rodajes ya habían empezado hace horas pero su personaje no hacía su aparición hasta tarde, por eso tenía permiso de llegar al anochecer. Se preguntaba qué tipo de ambiente habrá esa noche, pues parte de una gran secuencia se necesitaba a muchas personas como extras. Jiraiya siempre citaba a algunos fans para ser parte de ella.


    Había enormes paredes triplay cubriendo el lugar, cualquiera pensaría que algo estaba en construcción sino fuera por las luces sicodélicas bailando dentro. Se estacionó en la parte trasera del lugar y llamó al jefe de vigilancia, de inmediato tres hombres llegaron por el. Había varias personas curiosas fuera del antro y el bullicio en el interior le decía que ya estaba casi todo listo para su escena. Los hombres exageradamente proporcionados le ayudaron a ingresar sin ser visto.


    Lo primero que vio al entrar fue la enorme cantidad de gente excitada y también nerviosa, Jiraiya estaba en el escenario y hablaba con Sasuke. Le indicaba que expresiones hacer al cantar. El azabache escuchaba con atención y respondía con algunas demostraciones; tenía otra vez las extensiones de cabello y más maquillaje que el día anterior, sólo en los ojos. Atrás habían músicos reales haciendo algunas prácticas con los instrumentos que tocarían en vivo, el staff se movía de esquina a esquina, y los asistentes de cámara y dirección en un lado del escenario repasaban los planos de las cámaras.


    Era un ambiente muy bueno.


    —Maldita sea, zorro.


    Alguien le sujetó por detrás de su camisa y lo llevó directo a los camerinos.


    —¡Ya llegó!

    —¡Neji! ¿por qué tanto apuro? ¿Llegué muy tarde?


    Cuatro chicas se acercaron con un vestuario y accesorios. Como ya era costumbre Naruto no discutió y empezó a desnudarse.


    —Faltabas solo tú– contó el Hyuga–. No podíamos comunicarnos contigo para que te apresuraras. Jiraiya cambió algunas escenas. Por suerte se distrajo fuera porque estaba insoportable.


    —Sí, pasó algo y mi teléfono murió— contestó. No era toda la verdad pero tenía que dar alguna excusa luego—. Oye Neji, pero hay mucha gente. El viejo contaba con que el evento no sea muy grande.


    —Ya les pidió colaboración, no esperábamos muchos extras. Improvisaremos otra entrada, Shikamaru está dirigiendo fuera y me pidió que me encargara de ti. Esperemos que salga bien. Creo que ya cubrieron el antro para no llamar demasiado la atención.


    Neji estaba mas serio que de costumbre, pero sus pies golpeando repetidamente el suelo delataban su emoción. El actor tenía su cabellera castaña suelta luego de tiempo, una equis verde marcaba su frente y había algunas pegatinas circulares muy pequeñas al lado de los ojos; estos eran necesarios para que en el sector audiovisual sean capaces de agregar un efecto del poder ocular que poseía Daichi.


    Se escuchó la voz de Jiraiya por los parlantes, daba algunas instrucciones al público y estos respondían enérgicamente.


    —Que bueno que su cabello siempre se ve de la misma forma, y solo necesita poco maquillaje— le comentó la estilista a Naruto mientras terminaba su trabajo con un poco de polvo traslúcido en su cutis—. Listo.


    —Gracias.


    Naruto corrió hasta las afueras del antro persiguiendo a Neji, su amigo le ponía al día sobre el cambio en el guión. Algunos técnicos iban con ellos, cargaban cables y las luces necesarias para el segmento. Afuera los fans educadamente pedían autógrafos a los actores que esperaban en sus sitios para grabar. Decomisaron un momento los celulares de cada joven para evitar las noticias en las redes, pues el estreno de la nueva temporada aún era un secreto.


    Los fans al ver a Naruto gritaron más, apoyando en grande su aparición. Olvidaron la famosa disciplina que caracterizaba a los japoneses e iban a lanzarse sobre él, pero Kakashi y Neji se pusieron delante suyo para protegerlo.
    Jiraiya interrumpió con su gran voz.


    —Calmense por favor. Empezaremos a rodar y necesitamos trabajo en equipo. Se que es difícil y emocionante pero necesitamos del apoyo de todos para esta toma. Ya saben que hacer, ¿no es así?


    Todos respondieron afirmativamente y de inmediato el silencio reinó. Naruto se relajó y con 3 actores más se dirigieron a media cuadra de distancia para empezar. Algunos compañeros se quedaron detrás de las cámaras para no estorbar y otros decidieron mejor esperar dentro.


    La voz de Jiraiya aun se escuchaba por un altavoz, ya listo para dar cuenta regresiva.


    Naruto hizo largas y tranquilas respiraciones, algo que solía hacer para concentrarse. Le sonrió al camarógrafo que lo apuntaba directamente, el hombre estaría persiguiendo sus pasos. Normalmente era otro señor quien lo hacía, pero ya era un poco mayor y no podría seguirle en la persecución, al menos no en esa secuencia.


    El inconfundible sonido del altavoz hizo eco dando las últimas órdenes.


    Pronto el auxiliar de cámara llegó corriendo con la claqueta eléctrica, siempre estaba lleno de energía dirigiéndose de un lado a otro con la pequeña pizarra.


    —Da lo mejor, nii-chan—le dijo.


    Naruto sonrió a su amigo. Se trataban de hermanos desde que el actor Sarutobi Asuma lo presentó como su sobrino hace tiempo, cuando de adolescente éste lo acompañaba a verlo en algunos rodajes. Ahora ya era un hombre y le tenía un profundo cariño.


    —Gracias, Konohamaru.


    Konohamaru se dirigió a la cámara que empezaría a rodar y enseñó la claqueta, en esta decía todos los detalles necesarios para que en la posproducción el audio con la imagen sincronizaran perfectamente.


    La voz del asistente de dirección, Shikamaru, se escuchó.


    —¡Sonido!
    —Sonido grabando— respondió el técnico.
    —¡Cámara!
    —cámara rodando— dijo el operador de cámaras.


    La música dentro del local empezó a escucharse, ante esta señal Shikamaru miró a Konohamaru y asintió.


    El muchacho inhaló profundamente—¡9-Bi! ¡Secuencia 1, Plano 3, toma 1!


    ¡Clack! Se escuchó de la claqueta cuando se cerró. El auxiliar de cámaras se retiró velozmente de la toma.


    —¡Acción!— bramó Jiraiya.


    *********




    Kyuu logró ver a los hombres del desierto, estos se mezclaron con la gran multitud que había en la entrada de un local. Miró a su maestro Takumi, que tenía puesto siempre un pañuelo cubriendo su boca y nariz, Takumi asintió y le susurró a Eita que lo siguiera. El par se escabulló por la entrada trasera del club. Kyuu hizo equipo con Daichi, el centinela tenía una mirada letal y el cabello largo ayudaba con su imagen feroz.


    Empujaron a las personas en un gran esfuerzo por llegar a la puerta, dentro se escuchaba música muy fuerte. Justo al lado de los vigilantes había un letrero en un parante, hablaba de una clase de tributo para ayuda social. Esperaba no tener que hacer un escándalo dentro.


    Aunque fue difícil, lograron ingresar haciéndose pasar por policías, no lo eran oficialmente pero no estaban lejos de serlo si no fuera porque eran Ligatuminos y protegían una sociedad diferente.


    Cuando entraron el lugar estaba estallando en aplausos dedicados a las personas en el escenario. Las luces eran opacas y las más brillantes se concentraban en la banda tocando. Kyuu no se distrajo y siguió buscando a sus objetivos, habían robado horas antes un pergamino importante que la mansión del primer ministro de Japón resguardaba, habían burlado al Guardián con un deseo sutil como el primero, hipnotizando al alma para que los dejaran entrar. Por supuesto cuando Kazuo se dio cuenta llamó a Kyuu al instante ya que es el líder de los Centinelas de Konoha. Kyuu estaba muy sorprendido porque jamás había escuchado al inteligente guerrero tan furioso y avergonzado.


    —¿Puedes identificarlos, Daichi?— gritó el rubio para que su compañero le entendiera. Daichi asintió y entonces desde ambas sienes y mejillas unas venas gruesas surgieron, éstas hicieron camino hasta sus ojos claros, casi transparentes.


    Daichi examinó a todas las personas sin importar lo muy lejos que se encontraran, su mirada era capaz de identificar a los ladrones mediante sus almas. Esa habilidad venía de la sangre de su familia, una muy prestigiosa. Ni siquiera era necesaria otra habilidad para efectuarlo. El Byakugan le hacía ver cosas que los demás no podían.


    Una niebla celeste, que caracterizaba solo a los ligatum, rodeaba a tres hombres delatandolos. Daichi descanso su vista y con la mano le dijo a Kyuu que lo siguiera. Se movieron salvajemente entre la multitud, parecían cada vez estar más cerca del objetivo. Tenían que ser cautelosos para no llamar la atención, sabían que los enemigos- que no estaban en sus cabales-, podían aprovechar y amenazar con hacer daño a los inocentes liberinos. Tenían que encargarse de ellos de la manera tradicional, nada de jutsus o deseos, solo combate cuerpo a cuerpo. Algo muy molesto.


    Los hombres del desierto se dieron cuenta de la persecución cuando vieron a Takumi y a Eita del otro lado, se dividieron y corrieron dos por un lado y el otro se perdió entre la gente.


    —Demonios. ¡Vamos por este!– ordenó Kyuu.


    El guerrero lo siguió y otra vez se metieron en la muchedumbre, Daichi le informó que el hombre estaba subiendo al segundo piso del club, la cantidad de gente arriba era muy poca, el piso era muy estrecho, de apenas metro y medio de ancho, a pesar de tener asientos estaba muy alto y lejano del escenario para disfrutarlo. Sin dudar se dirigieron a los cuartos secundarios del antro para encontrar las oscuras escaleras que los llevarían arriba.


    Kyuu perdió el aliento cuando llegó, los escalones habían sido muy grandes y después de horas corriendo estaba llegando a su límite. El ladrón del desierto no estaba lejos, empujaba a todos en el camino desesperado por huir por las escaleras del otro lado.


    —¡Hey, tú! ¡Detente!— gritó Kyuu en vano. Estaban tocando j-rock tan fuerte que no podía escuchar ni sus pensamientos.


    De pronto un casi transparente hilo detuvo al ladrón, rodeando e inmovilizandolo en el acto. El hombre perdió el equilibrio y cayó entre los muebles. Kyuu disminuyó su velocidad cuando una conocida saltó y llegó hasta al atrapado. La mujer tenía una sonrisa triunfante que siempre se veía bien con sus dos moños en la cabeza. Daichi observó los alrededores por si alguien había visto a la guerrera saltar del techo como si fuera lo más normal del mundo. No vio a nadie sorprendido, por suerte estaba todo oscuro en ese punto.


    —¿Ruri? Preguntaría que qué haces aquí pero… Gracias— Kyuu agradeció. Se acercó al ladrón y lo golpeó en el rostro—. Hoy me hiciste correr mucho, imbécil.


    Daichi regresó al instante a su lado con Ruri, tratando de cubrir la escena ante posibles testigos.


    Kyuu rebuscaba entre la ropa del hombre cuando su celular sonó. Era Takumi.


    —¡¿Takumi-sensei?!— contestó.

    —Zorro, Eita y yo detuvimos a los dos que escaparon. Me encuentro a tres cuadras y los tengo amarrados, llegó un “pequeño” apoyo.


    Kyuu miró a Ruri—. Si ya me di cuenta. ¿Encontraste algo?


    —Están limpios, ¿Detuviste al tuyo?

    —Algo así, espera— Kyuu dejo el celular en el suelo y siguió buscando en los bolsillos, encontrandole un pequeño bulto por la cadera.


    Bingo.


    —¡Aquí está, sensei!
    —No grites, te escucho perfectamente. Te esperamos en la van en una casa gris. Las mujeres pensaron en todo.
    —¿Mujeres?
    —Eita fue con…
    —¡Kata!— gritó el rubio cuando vio a su amante acercarse.
    —Si, ella, bueno te cuelgo. Uno está despertando. ¡Akira sostenlo…!


    El maestro colgó y Kyuu abrazo a la bella guerrera.


    —¡¿qué haces aquí?!— le reprendió.
    —¡Me preocupé, Kyuu! Tuve un presentimiento raro y sabes que cuando siento algo así no es por nada— la peli morado acabó de hablar y tosió, no solía hablar muy fuerte y menos estaba acostumbrada a los lugares ruidosos.


    Kyuu no tuvo de otra que relajarse y sonreír cuando vio a Eita llegar detrás de Kata.


    El soldado se encogió de hombros—Le dije que estarías bien.


    —Bebé, está todo bien– le dijo en el oído a Kata. Todavía la abrazaba–. ¡Recuperamos el pergamino…!


    Se escuchó otra maratón de aplausos, el gentío gritaba escandalosamente ante la presentación.


    Daichi amarraba bien al ladrón en su espalda para salir sin levantar muchas sospechas, mientras tanto Kyuu guardaba bien el antiguo escrito en el bolso de Kata, quien ya mas calmada miraba el escenario.


    —Uh, Kyuu.


    Eita miraba una gran gigantografía colgada en un extremo del local.


    —¿Qué sucede?
    —Le decias snowman de cariño a Dai, ¿verdad?


    El simple nombre del niño fue como una cuchillada en sus entrañas. Se tensó de la furia, todo el mundo sabía lo delicado que era esa tema para él, le molestaba que Eita no tenga delicadeza. Podría tener las mejores de las intenciones pero no podía hablar del pasado tan simplemente.


    —Sí— contestó. Era imposible disimular su irritada voz.

    —También había otro que le pusiste porque te miraba mucho.


    Maldita sea, su paciencia se acababa rápido con Eita.


    —¿Por qué demonios sacas esto ahora?


    Kata, Ruri cerca a ella y Daichi prestaban atención, preparados para evitar otra discusión, Eita tenía un tornillo fuera por querer provocar al rubio en ese lugar. Al parecer el centinela no se daba cuenta porque seguía tranquilo y concentrado.


    —No te enojes, jefe. No estaba seguro si le decías así o si era snowball* o Hawk*, no estuve mucho en casa cuando él vivía con nosotros— la nostalgia se oía en la voz del guerrero. Luego señaló hacia la pared donde colocaban en grande cada participante y orden del concierto—. Me pareció curioso que un tal Taka* vaya a cantar.





    *Snowball: Bola de nieve.
    *Hawk: Halcón en inglés.
    *Taka: Halcón en japonés.



    Los tres voltearon a ver la gigantografía. El último número de la actuación decía…


    —Por fin la parte que todos estaban esperando— dijo el presentador, era un hombre muy adulto en traje formal—. La mayoria aqui, si no me equivoco son mujeres, están apoyando a esta hermosa causa gracias a alguien muy talentoso. Estamos agradecidos.


    El público femenino se hizo notar con gritos. El anfitrión en el escenario rio, contagiándose por la casi tangible emoción del público.


    —Demos la correcta bienvenida a este invitado, esta persona decidió cantar esta noche solo para nosotros. Esta canción la conocemos muchos ya que el pasado invierno se escuchó por todos lados. ¡Pero hoy…! será interpretada por su verdadero autor— hizo una breve pausa para escandalizar más a la multitud, luego de largos segundos finalmente tuvo compasión—.¡Él es Taka! ¡Y cantará su éxito Snowman!




    Kyuu no podía respirar.



    Debía ser solo una coincidencia, tenía que serlo.


    Sus manos apretaron el barandal, su vista estaba clavada en el escenario. La gente aplaudía el ingreso de un hombre. Su cabello tan largo llamo su atención, eran años que no veía un color tan familiar. Simplemente recordarlo su garganta se hizo un enorme nudo, tanto que dolía.


    Sintió a Kata a su lado, todos miraban atentamente al azabache con la guitarra en su regazo. No dijo nada, solo el público gritó cuando la banda empezó a tocar.




    Tenía que ser una coincidencia.



    Seguía pensando, esforzándose por poder ver el rostro del cantante.


    Por un momento cerró los ojos, asustado, su cuerpo temblaba y Kata se aferró a su brazo. La hermosa guerrera tenía una expresión triste.


    —No creo que sea él…
    —Y-yo tampoco— agregó Eita.


    Daichi no dijo nada mientras cargaba al ladrón inconsciente en su espalda. Simplemente utilizó su Byakugan para analizar el escenario. Jadeó y sus compañeros voltearon a verlo.


    —¿Daichi? — Ruri se preocupo. Los ojos transparentes de su compañero seguían fijos y muy abiertos, como si hubiera hallado un muerto en su delante.


    Kyuu quiso burlarse por su pensamiento, era imposible ver muertos, ¿verdad? Dai lo estaba, él dejó de existir a los 10 años. Estuvo destrozado mucho tiempo por la pérdida asi que simplemente no podía imaginarlo. Quería reír, gritar, huir, pero su cuerpo se lo impedía.


    Finalmente cuando sintió que iba a explotar, el canto empezó, y Kyuu al instante se relajo.





    -El manto blanco cubría la ciudad.

    Dibujaba su sonrisa risueña,

    capaz de calentar al corazón más frío,

    al corazón más quebrado.






    Entonces Kyuu no tuvo dudas. Se deshizo de la mano de Kata que lo sujetaba fuertemente y se alejó con pasos lentos hacia las escaleras, su vista siempre fija al misterioso azabache.


    —¡¿Kyuu?!— Lo llamaba Kata, pero Kyuu sólo tenía oídos para el canto.





    -Mi querida, ¿me dejas ser esta noche tu hombre de nieve?

    Derrite este congelado corazón.

    Detén mis quejidos mudos.






    Sus ojos ardían, no sabía si todo eso era un sueño, solo no quería perderse ni un segundo, sus párpados se negaban a reaccionar.


    Le pareció oír su nombre a los lejos, pero ¿que podía hacer? Estaba hipnotizado, relajado y su mente era completamente un caos en ese momento.






    -Snowman, snowman.

    Dijo con esa dulce voz.

    Cariño,

    calienta mi alma,

    calienta este débil corazón.

    Por una caricia tuya yo me desvanezco.






    La multitud escuchaba con atención, la banda tocaba suavemente y la voz de Taka resaltaba con su guitarra. Tenía los ojos cerrados y sus labios cerca al micrófono interpretaban la canción con sentimiento. La rasposa y varonil voz hacía eco por todo el antro.




    -La nieve hoy es hermosa a tu lado...




    Eita veía como Daichi tenía problemas para hablar, luego de largos segundos el celador de cabellera larga hablo.


    —solo hay una alma atada, la corriente celeste que siempre veo está en el cantante—pauso, dudoso de seguir hablando. Eita lo volvió a sacudir.—, su alma está mezclada con unos destellos morados.


    Escucharon el sorprendido jadeo de Kata ante la declaración de Daichi.


    Eita miró una vez más al escenario mientras se acercaba al barandal— Solo conocemos a una persona cuya alma era de esos colores.


    El guerrero apenas acabó de hablar cuando Kyuu desvió su mirada del cantante y salió corriendo escaleras abajo.


    —¡Kyuu!


    Gritaron sus compañeros, Eita fue detrás del rubio.





    -Yo sin color y tu siempre ruborizada.

    Verte feliz y sentir tu calidez es suficiente,

    Así es,

    mi corazón se ha curado.






    Kyuu corría veloz con Eita pisándole los talones. Llegaron a la multitud y cruzaron furiosamente entre todos. Kyuu pensó que jamás en su vida había estado tan desesperado por ver a alguien.


    Eita intentaba detenerlo, el centinela le gritaba y sujetaba del hombro.


    —Maldita sea, déjame pensar en mi solo una maldita vez— le gritó Kyuu y se alejó. El local parecía crecer junto a sus ansias porque todavía estaba lejos de la banda.


    —¡Estaré observándote, zorro!— respondió Eita.


    Kyuu se encogió de hombros, podría estar fuera de sí pero nunca haría algo estúpido. Solo quería observar de cerca, ¿era tan difícil entender?





    --Mi querida, ¿me dejas ser mañana tu hombre de nieve?

    Tus manos tocaron las mías

    Que frías, dijiste.

    "Tu serás mi hombre de nieve por siempre"


    -Snowman, snowman

    Me llamaste ese día

    Cariño,

    no te vayas.

    Este triste muñeco llorará tu partida.







    Se detuvo a pocos metros, el azabache había abierto los ojos y hubo rasgos que a pesar de tantos años, Kyuu supo identificar.


    Gimoteo, su cuerpo extrañamente calmado por el canto y sus sentimientos tan al borde por una simple mirada.


    —Dai… —susurró, y sintió como sus ojos se humedecieron al instante.


    Había pasado mucho tiempo desde que había llorado. Las lágrimas se negaban a bañar su rostro. Con la vista nublada a causa de ellas, Kyuu recordó tantos meses de agonía; esos oscuros días que era más muerto que vivo a causa del aquel entonces niño, cuando se retorcía en su cama del dolor y cada rincón de la casa le recordaba a Dai, encerrándose por esa razón en su cuarto largos periodos sin ánimos de comer ni servir. Es imposible olvidar que cuando se enteró que la vida de su joven amigo terminó, Kyuu jamás pudo volver a dormir más por las noches.


    Tantos meses perdido, y tantos años para rehabilitarse; y sin embargo ahí estaba de nuevo, mirando a un Dai mayor, adulto, cantando con la misma dulzura que de pequeño le complacía hacer para él.


    Intentó acercarse más, pero se desanimó, ¿que pasaba si lo reconocía? ¿Querría ver su viejo culo llorando? Controló sus lágrimas y de donde estaba siguió admirando al cantante orgulloso, hermoso y talentoso como siempre lo había sido.


    Se quedó quieto y prestó atención a la letra cuando la banda hizo un cambio de melodía.




    -Estoy frío,

    Tengo miedo de tocarte.

    Tus mejillas ahora pálidas

    acompañaban un dulce último aliento

    y una sonrisa apagada.


    -Mi corazón se rompe

    Mis labios quedaron sellados

    ¿Me dejas ser tu hombre de nieve por siempre?






    Kyuu cerró los ojos, y un par de lágrimas finalmente se escaparon.





    -Snowman, snowman.

    Me decía,

    mis mejillas sin calor cobraban vida por su caricia.

    Tu recuerdo vivo

    abrazaba esta triste alma.



    -El manto blanco finalmente se derritió
    - coreó suavemente la multitud.






    Se preguntaba muchas cosas en ese momento, y era frustrante porque no tenía ninguna respuesta.



    Dai…


    Seguía susurrando mientras su mente volaba en sus interrogantes.


    ¿Habrá sufrido mucho?, ¿lo odiaba?, ¿lo extrañaba? ¿Estaría tan dañado como él lo estaba?, y si no era así, ¿cantaría otra vez para él?


    La banda se detuvo y la voz del azabache de nuevo era protagonista.





    -No importa que pase,

    o cuanto tiempo nos tome.

    Estaré esperando

    Por tus cálidas manos.






    Su corazón latía tan rápido con esa promesa. ¿Era acaso un mensaje para Kyuu?


    Su cabeza empezó a dolerle y la banda a su vez revivió. Fueron unos segundos de música antes que se detuviera por última vez, y luego solo los acordes de la guitarra de Dai acompañaban la canción.




    -Siempre tuyo,

    Por siempre amado.

    Por siempre…





    El azabache cerró los ojos y dejó de tocar la guitarra acústica; todos estaban tan sumergidos que no se escuchaba ninguna respiración.


    Taka abrió apenas los labios, listo para acabar la canción.





    -Siempre… tu Snowman.





    Y cuando abrió los ojos, la multitud finalmente suspiró y llenaron el antro con aplausos y gritos.


    ¡Que hermosa melodía! ¡Qué hermosa interpretación! ¡Y qué magnífico desenlace! El bullicio gritaban al unísono: ¡Taka!, ¡Taka, ¡Taka! Y Taka sonrió tiernamente al público antes de decir gracias.


    El presentador del evento entró a felicitarlo con un buen apretón de manos.


    —Una canción tan triste y tan hermosa— exclamó—. Siempre quise saber si es alguna experiencia de Taka-san.


    Taka hizo silencio unos breves momentos.


    —Tal vez.
    —Wooah, imagino que no quiere contarnos.


    Taka sonrió con los labios cerrados—Imagina usted bien.


    El público protestó en broma igual que el presentador. Muy en el fondo Kyuu también estaba decepcionado por la respuesta.


    —Aww, ¡eso me dice que esperaré más!— lamentó el anfitrión, con una expresión tan exagerada que hizo carcajear a todos —. Taka-san, gracias por acompañarnos esta noche.


    —Gracias a ustedes por invitarme.


    En ese momento Eita tocó el hombro de Kyuu, apenas y el rubio lo sintió.


    —Zorro, debemos irnos.
    —No puedo irme…

    —Kyuu— Eita lo llamó y esta vez sujeto entre ambas manos el rostro del líder para que lo viera fijamente—, escucha. No estás en condiciones para decirle algo.

    —El es…


    Eita observó unos segundos al azabache en el micrófono aun agradeciendo a todos.


    —Sí —afirmó—. Daichi lo confirmó, es un Ligatum relacionado al guardián del quinto deseo.


    —No puedo irme… —volvió a decir el rubio e intentó una vez más apartarse.


    Eita lo agarró firmemente de los hombros—Que no, no puedes. ¡Kata está asustada! Ve con ella, yo iré a investigar sobre ese tal Taka.


    Kyuu negaba con la cabeza, ahora que Dai no cantaba su cuerpo nuevamente temblaba.


    —¡Kyuu...!
    —Está bien—respondió—. Prometeme que traerás algo, soldado.
    —Te lo prometo, maldita sea. Ahora vete.


    Kyuu observó por última vez a su adorado azabache y se apresuró a encontrarse con sus amigos. Un Eita con temperamento se relajó y no apartó su vista del objetivo. Cuando Kyuu y compañía se retiraron sigilosamente, y el cantante desapareció dentro del antro entre eternos aplausos, el centinela no perdió tiempo y se dirigió a los oscuros camerinos. Aunque a veces era un dolor en el culo, nunca defraudaría a su líder.


    Suspiró ante el ridículo descubrimiento en el lugar menos esperado. Los deseos se estaban burlando de ellos o tal vez… ¿habían tenido compasión?


    ¿Qué sucederá ahora? Eita también estaba nervioso, y como no estarlo si el pequeño Dai estaba vivo y ya no era un niño débil.


    En fin, una promesa era un promesa.


    Era hora de buscar respuestas.

    *********




    Cuando Naruto llegó a su casa era ya medianoche, Kurama lo recibió con ladridos, quejándose de tener el estómago vacío. Naruto le dio de comer y se dirigió a su habitación, estaba tan cansado del día, y también muy confundido. Hace mucho que no había llorado seriamente, y menos por una actuación. Era un sentimiento raro, la escena salió tan bien que se sintió desnudo cuando el equipo de dirección revisó el material. No fue necesaria una segunda toma de su personaje llorando, pero aun así pensaba que pudo haberlo hecho mejor, o tal vez no, en ese momento sintió claramente la desesperación de Kyuu por llegar al escenario.


    Su celular sonó, demoró unos segundos para que la melodía lo sacara de sus pensamientos.


    Contestó de inmediato al ver el nombre en la pantalla.


    —¿Sasu...ke?
    —Quería decir que hoy tu actuación fue muy buena.
    —¿Qué? Gracias. N-no esperaba que llamaras.
    —Seré todo lo que piensas, pero admito que hoy lo hiciste muy bien.
    —Je. ¿Entonces gané yo?
    —No bajes la guardia ante el halcón.


    Naruto se carcajeo suavemente. Era cierto, Uchiha Sasuke ahora era parte de 9-Bi, bautizado oficialmente como Taka.


    —También estuviste impecable, esa canción lo fue todo.
    —G-gracias también, creo que lo hice bien.
    —Más que eso.


    Se quedaron unos segundos en silencio.


    —Graciasporellibro. Meestásirviendodemucho.
    —¿Qué? No te entendí.


    Mas silencio.


    —¿Sasuke?
    —Gracias por el libro.
    —No es nada, eres un digno rival. O tal vez aun no, je je.
    —Tsk. Era solo eso, adiós.
    —Hey, Sasuke.
    —¿Qué?— pregunto el azabache sin paciencia.
    —Hum, mañana te digo. ¡Buenas noches!
    —Tsk.



    Naruto colgó y se quedó viendo el techo del cuarto. Se preguntaba si Sasuke había sentido profundamente su personaje como él.


    Duh, seguro que no, debe ser porque lleva interpretando al famoso zorro mucho tiempo. El otro día, cuando debutó el Uchiha como Dai, fue una escena adelantada del capítulo. Kyuu supuestamente ya lo había visto un par de veces, pero esa noche fue diferente ya que el personaje estaba enloquecido porque vio a alguien que creía muerto.


    ¡Pero qué cosas!


    9-Bi siempre sorprendiendo.


    Mañana no había rodajes así que no puso ninguna alarma en el teléfono, quería dormir muchas horas, las necesitaba. Se cubrió con una fresca sábana e intentó dormir.


    Se despertó luego de unos minutos a causa de una parálisis de sueño. Se moría por cerrar los ojos pero al hacerlo de inmediato llegaban una parálisis tras otra, que agotador era tenerlas. Luego de perder la cuenta se asustó y prefirió navegar por internet para distraerse, tuvo que llegar el amanecer para que finalmente cerrara los ojos.


    Se durmió sin darse cuenta mientras algunas preguntas revoloteaban su cabeza.


    ¿Acaso el insomnio de Kyuu había roto barreras y ahora le estaba afectando?


    A veces ser actor daba miedo.




    Fin de escena 9.
  15. .
    Gracias por tu comentario! <3 hoy traigo un capítulo corto :c pero lo compensaré con el siguiente ya que será mas largooo~~~
    Gracias por leerme ^^


    ESCENA 8




    Cuando menos se dio cuenta tenía los ojos abiertos. Demoró un poco en reconocer que no estaba en su departamento. La habitación estaba apenas iluminada por el claro cielo, la mañana era opaca y la débil luz luchaba en colarse por los huecos que las cortinas no cubrían. Lo primero que vio fue una mesita de noche blanca, tenía encima una lámpara naranja, un cuadro con una fotografía que no podía ver y un celular que descansaba casi al borde. Pudo identificar que el teléfono era suyo. ¿Cómo llegó ahí? Mejor dicho, ¿qué hacía él en una cama ajena?


    Un extraño sentimiento surgió. Solo recordaba su sueño donde estuvo presente Naruto, ambos estaban en una colina en un lugar lejos de cualquier ciudad. Estaban sentados, no recuerda de qué hablaban pero se reían mucho. ¿Riendo? ¿Él? Entonces Naruto besó su frente y recuerda que le murmuró: Me estás matando.


    Tuvo otro sueño, uno muy fugaz, las cosas alrededor se movían mucho. Le pareció ver un zorro rojo, pero no uno con 9 colas, era uno normal. Corría veloz, y a veces se distorsionaba mostrando la figura de otro animales, todos relacionados a 9-Bi; desde un mapache, león, y hasta un pulpo.


    Muy extraño, pero dejaría el significado de todo eso para después porque un enorme cuerpo lo envolvió.


    Deeeee acuerdo, ¿qué estaba pasando?


    Giró un poco la cabeza y pudo reconocer los mechones rubios.



    Oh, oh…



    Dedujo que estaba en la cama de Naruto, con -obviamente- Naruto, y esas paredes con rincones naranjas le pertenecía. No sabía si era por sus nervios, o por el cuerpo caliente apoderándose de él, cierto o no se estaba muriendo de calor. Dejó salir lentamente un suspiro de alivio al saber que aun traía puesta su ropa, esa era por supuesto una alentadora señal, pues no necesitaba más conflictos mentales mientras averiguaba cómo librarse.


    Hizo un leve movimiento de brazos pero al instante Naruto lo apretó más, su mano izquierda descansaba en el abdomen de Sasuke y entonces algo duro le rozó la espalda baja cuando se movió.



    Oh-por-Dios.



    Se tensó otra vez. Debe ser su imaginación, si, eso. Volvió a moverse y Naruto nuevamente se presionó a él. Esta vez sintió la dura erección en su trasero amenazando con hacer un agujero en sus pantalones.


    Jadeó del susto. Esa era una buena embestida. Sintió la nariz de Naruto olisqueando su cabeza, como si quisiera adivinar el aroma de su shampoo. Nuevamente se movió más cerca, moliendo más fuerte la erección con sus cubiertas nalgas.


    Sasuke estaba confundido, asustado y excitado al mismo tiempo. Jamás le había pasado algo así, aunque eso no quería decir que no lo había aplicado a alguien. Reconocía esa sensación, y de solo saber la clase de hombre sexy que estaba detrás suyo hacía todo más intrigante.


    ¿Había pasado algo entre ambos?, ¿será que aun sean los efectos del alcohol? Ya había amanecido, pero aún era muy temprano.


    —¿N-naruto?— preguntó en voz muy baja.


    El nombrado respondió moviéndose de regreso, terminando boca arriba y con las piernas abiertas.


    El silencio del cuarto fue interrumpido por un suave ronquido.


    Maldito alcohol.



    ¡Estaba dormido! Y él por poco iba a romperse la cabeza por la situación.


    Luego de recuperarse del susto y decepción, se sentó y observó al Uzumaki, éste estaba solo vestido con boxers, uno holgado de rayas azules y blancas. Su cuerpo bronceado estaba bien ejercitado, le sorprendía como los pectorales se veían tan apetitosos después de tantos años. Vio con calma los vellos rubios formando un camino por el abdomen hasta perderse en la ropa interior. Era una bonita vista, no había cicatrices ni tatuajes, solo una piel aparentemente suave. El rostro era sereno, y por la boca entreabierta resollaba y a veces gemía fastidiado. De esa manera seguía pensando que Naruto era impresionante.


    —Ahora el que me matas eres tú— le susurró.


    No evitó las ganas y su mirada barrió con más detalle el regazo del rubio. Jadeó cuando vio la pequeña campaña dentro del boxer.


    Corrección. Eso no era nada pequeño.

    La erección mañanera le dejó sin aliento.



    Mordió su puño mientras estudiaba seriamente el miembro cubierto. ¿Será bronceado también? Casi saltó cuando Naruto se quejó y movió una mano dentro del bóxer para rascarse; soltó un largo gemido antes de sacar la mano y seguir soñando.


    Sasuke suspiró, solo llego a ver un poco de vello púbico, era tan rubio que no se notaba.


    Sacudió la cabeza para disipar sus deseos, se estaba emocionando mucho, se puso de pie y encontró sus zapatillas cerca, se los puso lentamente y en puntitas se dirigió a la salida. Retrocedió al recordar que no agarró su celular, luego de dudarlo unos segundos le quito la contraseña y capturó una foto de la gran erección.


    Al menos un pequeño recuerdo, pensó, y con cautela otra vez salió.




    Cuando bajaba las escaleras sintió el insoportable dolor arriba de sus sienes. Debió beber mucho para que le palpitara de esa manera. No frecuentaba tomar, y el sake por alguna razón le hacía olvidar lo que pasó. Aceptó tomarlo solo porque el rubio lo retó, y esperaba que fuera la única y última vez.


    Revisó lentamente por cada rincón del primer piso hasta que encontró su bolso. Estaba aliviado de encontrar también su billetera, chaqueta y llaves. Recorría el lujoso lugar buscando un baño debido a las náuseas, pero mientras se demorada en hallar uno su malestar se esfumó al admirar la arquitectura y colores de la casa, era increíble cada estructura. Una celebridad tenía que vivir como un rey y Naruto lo hacía bien. Las paredes estaban decoradas con fotos de Naruto, pero más eran las pinturas de animales mitológicos, otros eran originales y/o obsequios de fans, la mayoría inspirados en 9-Bi. Hasta había muñecos de acción y peluches decorando los muebles.


    También conoció a Kurama. El hermoso perro lo veía de lejos, recostado en la alfombra de la sala. Estaba tranquilo con su presencia, eso era bueno, no necesitaba ladridos a esa hora cuando tenía un dolor de cabeza.


    Luego de llamar un taxi, y preguntarle si sabía donde vivía el famoso actor. ¡Oh si, claro que si! Le contestaron; se puso presentable y esperó. Aún le esperaba un largo día, solo quería descansar un poco.


    Estaba mirando la foto bautizada como Naruconda, cuando el timbre de la casa sonó. Se cubrió bien el rostro con su inseparable cubre bocas antes de salir. Abandonó velozmente la casa Uzumaki cuando Kurama empezó a ladrar por el agudo sonido rebotando en cada pared de la residencia.


    Sintió que podría dormir una semana entera, tan pronto en cuando se deshaga de esa resaca.


    *********




    Fue una incómoda media hora de viaje. Subió a su añorado departamento y arrojó sus cosas en el camino. Tomó un par de aspirinas y fue a la cama solo con unos apretados boxer cubriendo su desnudez. Sus ojos se cerraban mientras activaba tristemente la alarma en su celular, debió dejar el aparato al lado de la almohada para descansar de una vez, pero sin pensarlo estaba nuevamente en la galería de fotos para admirar el paquete erecto más reciente.


    Se excitó de repente, nunca antes le había tomado una foto subida de tono a alguien, había tenido su justa cantidad de sexo desde temprana edad pero jamás alguien despertó ese morbo en él. Dudaba que Naruto sea gay, había sido vinculado con varias famosas cuyas noticias solo terminaron en simples rumores. Por su parte a Sasuke desde siempre le habían gustado los hombres, sentirse ahora un poquito atraído hacia un heterosexual le empezaba a aterrar.


    Míralo, es uno de los hombres más deseados de Asia, ¿por qué un hombre maduro como él se fijaría en ti? Y más importante, se suponía que iba a dejar de verle de esa manera.


    No era ciego.


    El rubio era caliente.


    Su cabeza empezaba a doler con más fuerza, debía darle horarios a sus preocupaciones para que no lo hostigaran.


    Observó de más cerca la fotografía y no pudo evitar recordar el corto asalto -inconsciente- en la cama de Naruto. Su pene se engrosó al instante. La foto nítida tampoco le ayudaba.


    Joder.


    Acarició su erección encima de la tela, primero suavemente y luego incrementó la fuerza. Dejó el celular y se deshizo de la única prenda que llevaba puesta; pronto su otra mano estaba asaltando una de sus tetillas.


    Que sentimiento inusual era ese. No todos los días uno se tocaba por un compañero, pero pensó que se avergonzaría mejor después.


    La mano que sujetaba su eje se movía libremente en toda la longitud, utilizó un poco del pre-semen que se escurría para humedecerlo.


    —Mierda...


    Aumentó la velocidad, apresaba su miembro firmemente. Los pellizcos a sus tetillas le daba más sensibilidad a su cuerpo, especialmente un familiar cosquilleo en la entrepierna.


    Se imaginaba el pene de Naruto con la cabeza roja y tan grueso como lo había notado con sus propios ojos. Deseaba que ese cuerpo maduro le estrujara posesivamente. Podía recordar la escena de temprano en la cama del rubio, solo que esta vez en su mente ambos estaban desnudos y masturbandose mutuamente. Juró sentir otra vez el miembro de Naruto empujando su espalda baja, y sus nalgas se apretaron al recordar la sensación.


    La cantidad de líquido transparente bañando su mano le indicaba el pronto climax.


    Su respiración rápida se convirtió en jadeos cuando sus testículos se tensaron. Se masturbaba furiosamente cuando finalmente disparó su semilla en todo el abdomen. La carga no parecía acabar, y sus gemidos aumentaban mientras los efectos del orgasmo seguían.


    Su respiración se calmó poco a poco. Había pasado tiempo desde que se había corrido tan fuerte con solo una masturbación. Estaba satisfecho ahora, y tan perezoso para asearse que solo cogió la ropa interior y se limpió con ella. Pocas cosas podían hacerle preocupar en ese íntimo momento que algo de prenda sucia.


    Que repentina tranquilidad, como si algunos problemas se hubieran ido junto a su esperma. Con los ojos húmedos por bostezar se acomodó de costado, apenas pudo cubrirse con la sábana cuando se quedó dormido.



    El dolor de cabeza había desaparecido.




    Soñó con un lindo zorro rojo, esta vez tenía 9 colas peludas, cuando Sasuke se acercó para acariciarle, el zorro se asustó y corrió lejos. El animal solo una vez volteó a mirarle, estaba temblando; su mirada confundida decía tener nueve deseos para ese mundo, pero aun así no detuvo su huida.



    Fin de escena 8.
308 replies since 27/7/2011
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