Posts written by TheZeroLover

  1. .
    —Quiero terminar.
    Mis movimientos se aquietaron. Mi corazón latió tan rápido y tan fuerte que mis oídos me alertaron del sonido que ocurría dentro de mi cuerpo. La sonrisa que estaba asentada en mi rostro, desapareció. Pensé, irónicamente, lo fácil que era enloquecer a mi cuerpo: dos palabras, y luego, caos en mi mente. El caos fue satírico ya que, la liviandad con la que habló, no dejó eco para una reacción desmesurada.
    —Ahora no es un buen momento —Apreté mis dedos sobre la palma de mi mano.
    Sabía que él me miraba por el rabillo del ojo, pero no me atreví a devolverle la mirada.
    —Siempre es un buen momento para decir lo que uno siente.
    De nuevo, liviandad y serenidad en su voz. La postura de su cuerpo era relajada, talvez demasiado. Parecía estar tan completamente seguro de lo que hacía. Repasé, con una velocidad envidiable, el poco tiempo compartido juntos y no pude encontrar error alguno.
    ¿En qué fallé?
    Preguntaba en vano, no pudiendo encontrar algún momento que respondiera: aquí fue.
    —Pero no lo es ahora, romperme el corazón frente a mi familia.
    Si bien me había pedido que escapáramos unos minutos al balcón, de igual manera mis lagrimas se estaban asomando, tan pronto sus palabras me apuñalaron, y no creía que mi rostro pudiera pasar desapercibido. Hablé en susurros, porque de atreverme a hablar más alto, mi voz, no hubiera resistido, se hubiera quebrado. Y la voz baja, además, lo obligaba a acercarse dándome el respiro de intimidad que necesitaba, cuando el parecía estar tan decidido a distanciarse, por razones que desconocía por completo.
    —Habría ocurrido igual, después de esta noche —Subió y bajó los hombros con un aire de desdén.
    Miró de reojo la punta de su zapatilla, en un gesto de leve aburrimiento, y guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón.
    —Hubiera preferido que fuera después.
    —No podía esperar —Retrucó con impaciencia. Levantó la mirada hacia mis ojos.
    Resoplé para liberar todo el aire que se había asentado en mis pulmones, cuando mi cuerpo se aquietó. Posé, sobre la frente mi mano helada, y sentí la piel ardiente de mi rostro. Miré al cielo, rogando que mis lágrimas cayeran por el interno acantilado de mis lagrimales, y así no pudieran deslizarse por mis mejillas. Respiré profundamente y hablé.
    —Si no podías esperar, tendrías que haber buscado una excusa para irnos juntos, hubiera sido suficiente —ahogué el llanto que amenazaba por salir—. No hacerlo de esta forma tan brusca.
    Mi corazón parecía desbocarse, desbordarse a través de las venas, sintiéndose incómodo e incapaz de calmarse. Por consecuencia, mi pecho dolía como un infierno. Las extremidades de mis manos cosquilleaban, querían alcanzar al muchacho frente a mí, pero sabía que eso ya no era posible.
    —Bueno, podemos hablar de esto una vez en el hotel.
    Asentí como pude y, con el dorso de mis manos, quité las lágrimas que, de igual manera, se asomaron por mis mejillas y luego aplaqué el calor de mi rostro con el frío de mis palmas. Respiré profundo como si eso pudiera alivianar la carga que comenzaba a crecer en mi cuerpo.
    Habíamos viajado juntos, a festejar el cumpleaños de mi madre —la casa de mi madre estaba lejos de la universidad y del departamento en que vivía—, por lo que tuvimos que quedarnos en una habitación que pagué comiendo solamente arroz, durante un mes, para poder invitarlo al cumpleaños de mi madre. Y ahora me sentía un estúpido por estar recibiendo esta confesión de un final, aparentemente definitivo.
    Abrí la puerta del balcón y avancé por el pasillo —que conectaba con la sala de reuniones—, hasta llegar a la habitación que poseía el bullicio característico de un alegre festejo: un grupo de personas dialogando y disfrutando la velada. Me posé sobre el umbral de la puerta.
    —Mamá, voy a retirarme, estoy cansado y mañana debemos volver temprano a la universidad.
    Mentira. Aun quedan un par de días de alojamiento y aun no estaba seguro de saber cómo enfrentar esta situación.
    Por la mirada de mi madre, supe que notó mi mentira, probablemente, por mis ojos enrojecidos y mi congestionada voz. Era difícil que pasaran desapercibidos y, aunque decidió callar, no perdió la cortesía.
    —Espero que no te hayas sentido incómodo y hayas disfrutado tu tiempo aquí. Tengan un buen viaje de regreso a casa —Sonrió con calidez—. Avísame cuando llegues y abrígate, hace frío allí afuera.
    En la casa abundaron los saludos de despedida entre John, mi familia y yo. Sonreí con gracia mientras hablaba con mis primos, tíos y hermanos, al menos, hasta que salimos por la puerta. La penumbra cayó sobre mi rostro y la sonrisa, que había estado presente en mí boca, se borró como si nunca hubiera existido.
    La avenida se encontraba a unas cuadras de distancia y había decidido tomar un taxi hasta el hotel. Mi campera no pudo avanzar sobre el hielo que se cristalizaba en el interior de mi pecho. Nuestras voces silenciadas se inmiscuían en mis pensamientos, generándome una sensación de incomodidad permanente. El sonido de nuestros pasos y del tráfico, que podía escucharse a lo lejos, irrumpían nuestro repentino voto de silencio.
    Un viento helado se levantó de no sé dónde y el característico aroma de la lluvia invadió mis sentidos. El cielo, ignorando las más remotas y majestuosas estrellas, coleccionó espesas y oscuras nubes.
    Al llegar a la avenida, frené un taxi, abrí la puerta e hice ademán para que John entrara primero.
    —Al hotel: La Primavera —Dije, una vez dentro, al terminar de cerrar la puerta.
    El taxista afirmó y, luego, continuamos con el voto de silencio. Crucé mis brazos y miré por la ventana, deseando que John acortara la distancia que dibujé entre nosotros, deseando que se retractara al verme alejándome de él, pero nada de eso pasó. Desde lejos, parecía estar viajando en completa soledad, como si yo no estuviera aquí.
    Él parecía estar en paz, y yo era un completo desastre.
    Como acordamos en casa de mi madre, solo una vez dentro del hotel, John, comenzó a hablar.
    —Quiero que…
    —Lo sé.
    Corté sus palabras porque, aunque las conocía, escucharlas de nuevo hubieran roto un poco más mi desgajado corazón.
    —Lo dijiste antes, no necesitas repetirlo, ya lo escuché.
    —Está bien.
    Las cortinas estaban cerradas. Abrí una de ellas, para que la luz de la ciudad, invadiera la penumbra de esta habitación y, con suerte, también conquistara la oscuridad de mi mente. John se sentó al borde de la cama —frente a la ventana—, dándome la espalda, que brillaba opaca por la poca luz de las sombrías nubes.
    —Eres como esta lluvia.
    Hablé con el objetivo de romper el hielo que crecía sobre nosotros. Mi corazón se estrujó por las palabras, pero le pedí que se esforzara un poco más, solo por esta vez, un poco más. Sentí el sonido de la cama cuando él se volteó a mirar por la ventana.
    —No está lloviendo —Respondió a secas.
    Miré la habitación que, a gatas, tenía una cama y un par de mesas de luz. Me planteé si la falla estaba en el pobre hotel que logré alquilar con mi esfuerzo, ¿debí haberme esforzado más?
    —Déjame explicarme —dije con nerviosismo—. Este clima no es, exactamente, de lluvia, es como si fuera la lluvia —miré a John—. Es igual a ti.
    El silencio nos acompañó momentáneamente. El hombre junto a mi tenía, en su semblante, un destello mortecino de soledad. De no haber sido por la luz que alumbraba su rostro, yo habría jurado que nadie más me acompañaba aquí, en esta noche, dentro de estas cuatro paredes. Pero, de igual manera, había alguien más en esta habitación de hotel, a final de cuentas, aun podía sentir la presencia de John. Asique continué mi idea.
    —Cuando vez estas nubes —relamí mis labios— estas nubes oscuras, incluso, espesas y sientes el característico aroma de la lluvia envolviendo la ciudad, todo en ti cambia de alguna manera —freno un segundo para reformular mis palabras—. Es decir, miras al horizonte, y este te convence de tomarte un café. Sabes que el café lleva un proceso más elaborado, porque no tienes las clásicas bolsitas de tela, pero, aun así, sientes que puedes y quieres prepararlo de todos modos —Volví la vista hacia la nocturna ciudad.
    A esta altura de la noche, mis emociones, fueron oprimidas por incomprensibles sensaciones, que parecían quedarse en blanco. El desgarrador y opresivo sentimiento de hace rato, parecía estar suspendido en el aire. Evitar el llanto era un poco más simple.
    —Para esa mañana lluviosa —crucé mis brazos—, además del café, el viento se asoma por la ventana que deliberadamente abriste, y el aroma a lluvia, durante el desayuno, invade la cocina. Recordás que tenés un paraguas, pero te es imposible saber dónde lo dejaste —resoplo con fuerza ante la idea y ladeo la cabeza suavemente—, ¿qué cabeza de enamorado olvida dónde tiene un objeto tan importante? Y, luego, te das cuenta que no está tan mal dejarse mojar por la lluvia. Calculás, como un adolescente engreído, que no vas a enfermarte y que, si llegara a ocurrir, no va a ser para tanto.
    Hago una pausa, no estoy seguro de si John me está escuchando o no, pero esto ya no se trata de él. Continúo:
    —Olvidas el paraguas, a propósito, y te adentrás a la implícita invitación de la tormenta.
    La verborragia de mis palabras no podía parar. Una hemorragia constante fluía de mi boca. En realidad, ya no me importa si John escucha o no, a esta altura solo quería terminar de contar mi idea y darle rienda suelta a lo que sea que John deseara hacer, después de esta noche.
    —Planes y planes comienzas a hilvanar con la llegada de la tan ansiada lluvia y luego descubres que, esas amenazantes y prometedoras nubes, se han disipado. Todo lo que pensaste, todo lo que ideaste y todo lo que cambiaste… Fue en vano —vuelvo a mirar a John—. Como esta tormenta que tengo frente a mí.
    Señalé hacia el cielo, entre las nubes, un hueco de oscuridad y algunos puntos de luz se abrían paso sobre la marea blancas. Eran las estrellas que, con su presencia, debilitaban la presencia de la lluvia. Cerré la cortina, un poco molestado y agobiado, para poder fundirme con la oscuridad, con la íntima y amiga oscuridad, con la seguridad de la oscuridad.
    —Como esta relación frente a mí, como tú, John. Tus nubes… se han disipado.


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    Tardé horrores en responder porque estuve rindiendo exámenes como loca y vengo diagramando este capítulo hace un montón. En realidad, es la parte 1, falta terminar ese tiempo. Este es un flashback de los inicios de esta relación para que uno pueda comprender qué es lo que lleva a que nuestro personaje decida separarse tan abruptamente de John.

    Estuve buscando imágenes para que reconociera la estéticas de los dos personajes, para poder tenerlos en mente, asique díganme... Desean que haga una descripción textual o les traiga una serie de imágenes para reconocerlos.
  2. .
    Luego de comenzar a escribir esta historia tuve que hundirme en mis cuadernos porque los exámenes de la facultad estaban a la vuelta de la esquina. Y si bien nunca pude dejar de pensar en los tópicos de la historia y cómo llegar a ellos... me vi en la disyuntiva de cambiar una y otra vez lo que continuaba después de este capítulo.

    Y es que en un momento logré darme cuenta que yo nunca había vivido ese tipo de rupturas tan desastrosas en las parejas (Ya que siempre fui de terminar las cosas sin vuelta atrás) y que lo único que podía llevarme a entender el intrincado concepto de una ruptura era, nada más y nada menos, que las historias de mis allegados y sus propias desastrosas rupturas. El segundo problema era que, al desconocer todo este tumultoso proceso de separación, se me estaba haciendo difícil caracterizar a la otra parte de esta dispareja situación... Es decir ¿Cómo puedo generar esa dicotomía de un personaje hiriente y dañino que, a su vez, seduce al personaje para que decida quedarse a pesar de las heridas?

    Bueno... aquí vamos, espero poder lograrlo.

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    Aunque el frío enrojecía mis mejillas, mi cuerpo era acobijado por mis ropas y ahuyentaba cualquier helada persistente. Por eso dudé al considerar que el invierno haya generado el escalofrío que que me recorrió el cuerpo, profundo en el interior. Frené en seco al verlo llegar a la institución. Era verdad que nuestra relación se había desvanecido, a partir de un tosco mensaje de celular, consecuencia de una aguda discusión.

    -Para nosotros, lo mejor es terminar.

    -Entonces, nos vemos pronto.


    El mensaje siguió intacto, no tuvo respuesta de mi parte. Recordé las veces que observé el teléfono esperando un aletargado mensaje suyo, habiendo encontrado, cada vez, el vacío de su ausencia. Tenía la sensación de haberme quedado atrapado en el tiempo. Evité el encuentro y calculé las consecuencias de no participar en la clase de hoy.
    Una lágrima rebelde se paseó por mi mejilla y la sequé con la fuerza de la furia que fluía dentro mío. El enojo propio de verme herido al finalizar una relación llena de heridas, socavaba los pilares más profundos de mis convicciones. Sabía racionalmente que haber tomado el impulso de terminar con él, había sido la mejor de las decisiones, pero aún dolía en seco y aun deseaba ser abrazado por él, ser consolado por él.
    Respiré profundo, calmando la vorágine de mis pensamientos, la opción de no acudir a las clases estaba denegada. Debía asistir a como de lugar. Entero o a pedazos.
    Cuando abrí la puerta del salón, había llegado lo suficientemente tarde para encontrarme en plena presentación de otro grupo, maldije el tiempo que estuve curando mis heridas en las afueras del edificio. La puerta daba lugar al fondo del aula, contrario a la pizarra. La mayoría de los asientos disponibles eran los más cercanos al frente del salón, pero hubiera sido terrible que apuntara a esos asientos, ya que incomodaría a toda la clase.
    El miedo se relamió un segundo sobre mi sombra cuando conecté con su mirada. John estaba cercano a la puerta y reservaba un asiento para mi, sus ojos me comunicaban cuan urgente era que fuera a su lado. La ensordecedora sensación de congoja se acopló al silencio que reinó en el aula, los ojos de los estudiantes se voltearon a verme cuando el profesor alzó la voz.

    -Martínez, tome asiento, hay alumnos queriendo dar un examen.

    La súbita sensación vergonzosa otorgada por el profesor nubló todas mis enterezas. Acepté el asiento que John había reservado para mi. Y evité el saludo cordial de la palma de su mano agitándose, o de la sonrisa que asumían sus labios ¿Cómo demonios podía blandir esa asquerosa y brillante sonrisa mientras apenas lograba, yo, ser un manojo de llantos intermitentes? Mis ojos aun se retorcían por el llanto nocturno y mi cabeza explotaba de dolor, pero ahí se encontraba él, seguro de su sonrisa. Acarició mi antebrazo apoyado sobre la mesa, lo alejé con la rapidez y la velocidad de un reflejo. Fingí sumo interés en el tema de la presentación pero fue en vano. El latido de mi propio corazón, acelerado por la cercanía de John, evitaba que pudiera prestar atención a algo más que no fuera a la persona que se encontraba a mi lado.
    Apoyé, sobre la mesa, el cuaderno y la cartuchera que llevaba en mi mochila. Tomé una lapicera y anoté lo que se encontraba en el pizarrón.

    -Te extrañé. -Su voz sonó suave, sabía a edulcorante, un poco irreal.

    -Nos vimos ayer por la mañana. -Continué mi labor, fingiendo desdén e interés.

    Tuve que cortar en seco las emociones dulces, no podría resistirme si dejaba que me encontrara a corazón abierto. Pero aun así temblaban mis manos y escribir se volvió una tarea de alta dificultad.

    -Sabés que es diferente.

    Resoplé con fuerza y dejé la lapicera sobre la hoja. Su insistencia me molestaba, si hubiera extrañado, debería de haber enviado algún mensaje, no esperar a que nos encontráramos por obligaciones y aprovechar esa situación. Por suerte, pude encontrar una salvaguarda en el enojo, que crecía devorando el espacio que había ocupado la tristeza.

    -Bueno, era momento de que sintieras algo... ¿No?

    Cerré el diálogo dándole la espalda al sentarme de forma incorrecta en el banco. Escuché un suspiro en mi retaguardia y, luego, sus labios besándome la nuca. La sorpresa se amotinó en mis reacciones y, al escapar de su rose, terminé a la vista de todos, parado frente a mi asiento, en el medio del pasillo. El profesor calló a los estudiantes y miró en mi dirección, curioso en saber qué ocurría sobre mi persona, al haber hecho semejante escena. Posó sus manos en la cintura, en la clásica forma de jarro. Tomé compostura y actué seguridad, aun asustado por la sorpresa.

    -Lo que ocurres es que... Verá... Yo no puedo escuchar bien, asique pensé en acercarme.

    Aunque el titubeo reinó en lo poco que dije, no di tiempo al profesor a negar mi elección y tomé las pocas cosas que había sobre la mesa y, junto a mi mochila, avancé sobre el pasillo para llegar hasta los asientos del frente que se hallaban vacíos. La clase continuó luego de un mediano silencio y luego concluyó sin mayores preámbulos.
    Stoltzing, el profesor, miró su reloj y dio inicio al receso. John se acercó a mi asiento.

    -Olvidaste esto en la mesa.

    Sonrió con extraña cortesía y depositó la lapicera sobre mi cuaderno cerrado. Dio media vuelta y se alejó por el pasillo para tomar sus cosas e irse.
    La lapicera tenía una superficie, sutilmente pegajosa, que se adhirió a mi dedo pulgar cuando la tomé para guardarla. Observé curioso y encontré corrector líquido. Sobre la improvisada superficie blanca, que contrastaba con el azul de la lapicera, había una pequeña leyenda:

    "Recuerda que Te Amo."

    Finalmente guardé la lapicera, desechando, pero no del todo, la confesión miserable que John me había otorgado. Su cobardía era exasperante.
    Estaba cansado por la lucha emocional constante del día y deseaba el cobijo de mi hogar y la calidez de mi cama. Esta vez no podía, ni quería pensar en otra cosa, que descansar luego de un largo y agotador día.
  3. .
    Desperté por la estridente alarma. Mi cuerpo dolía como si hubiera participado de una maratón el día anterior. Con suma torpeza tomé el celular e, intentando abrir los ojos para enfocar, logré apagarla. Mi cabeza dolía como un infierno y mis ojos se encontraban hinchados por el desgarrador llanto que me había acompañado hasta quedar dormido. Repetí 3 o 4 veces que no debía ceder ante el sueño y me senté al costado de la cama. Oculte el rostro entre mis manos y luego restregué mis ojos. Tenía varias lagañas. Avancé por la habitación hasta llegar al baño para lavar mi rostro. Observarme frente al espejo dejó claro que me encontraba en el peor de mis estados, estado que empeoró cuando descubrí el cepillo de dientes que reposaba en una esquina, le pertenecía a él.
    Una punzada agitó mi corazón.

    -Lo extraño -Dije en voz alta y mis lágrimas volvieron a encaminarse por los surcos invisibles de mi rostro.

    De todas formas, me pareció estúpido extrañarlo cuando lo había visto ayer y me había prometido que sería la última vez... Por eso su recuerdo dolía tanto. Tomé el cepillo de dientes y lo tiré a la basura, decidido a olvidar y desterrar su existencia. Eliminé las lágrimas de mis mejillas con el dorso de mi mano, abrí el agua de la bañera y dejé que la calidez del agua aliviara mis más profundas heridas.
    Después de una ducha rápida busqué ropa en mi armario y observé de reojo mi teléfono. No emitía esa luz que anuncia que hay notificaciones, pero la ansiedad me invitó a abrirlo de todas formas para confirmar la inexistencia de los mensajes, de sus mensajes. Ese chat aún conservaba el último mensaje que me envió: "Entonces, nos vemos pronto." Las gotas de mi cabello cayeron sobre el celular y lo tiré sobre la cama. Comencé a cambiarme y mordí mis labios para evitar el llanto.
    Avanzada la mañana, terminé mi desayuno, y vestí la campera abrigada para enfrentar las inclemencias del invierno. Cerré la puerta detrás de mí y bajé las escaleras hasta llegar la puerta de entrada. Al abrirla, mi aliento se volvió visible y los pómulos de mi rostro se enfriaron abruptamente. Viajé de pié en el transporte, como de costumbre, y bajé antes de que pudiera haber disfrutado un asiento. Oculté mis manos en los bolsillos y llegué hasta la cafetería donde trabajo.

    -Llegas... casi tarde. -Anunció el gerente cuando me vio pasar por la puerta, y con una mueca inexpresiva, me marcó que debía apurarme a vestirme para empezar a atender la clientela

    A estas horas de la mañana, el gentío solía acumularse, y los pedidos tardar un poco más de lo debido. Si bien los errores no estaban permitidos, tuve algunos tropiezos, que dejaron como resultado una desagradable propina. Si bien no tuve tiempo para pensar en las heridas de mi corazón, no tuve espacio en mi cabeza para concentrarme en el trabajo. Y luego de una leve reprimenda, huí al haberse terminado mi turno.
    Por inercia miré mi celular, buscando un mensaje de él... que esperaba y no esperaba que estuviera en mi bandeja de entrada. Solía comunicarse conmigo a la salida del trabajo para que almorzáramos juntos. Pero hoy no es ese día. Las lagrimas asomaron mis lagrimales y odié toda la tristeza que se condensaba en mi cuerpo, lo suficiente para que mi postura se acercara un poco más al suelo y mi semblante emanara esa sensación de gravísima pérdida.
    El teléfono vibró en mi mano y me apresuré a mirarlo. Pero no se trataba de él y maldije dos veces. Una porque sus mensajes no llegaban y, también, porque era terrible que estuviera esperando esos mensajes. De todas formas, se trataba de un viejo amigo con quien había perdido contacto.

    -Hey, ¿Estás bien? los rumores corren rápido, asique... ¿Es verdad que terminaste con John?

    Fui sorprendido por el mensaje de Nicholas, ya que habíamos perdido contacto por... John. Él no veía nuestra amistad como algo positivo para mi y para nuestra pareja. Por lo que decidió arbitrariamente que debía cortar diálogo con él. Luego de uno de sus monólogos de amor y sacrificio había logrado que yo cediera y tomara la decisión de apartarlo. En realidad, había logrado apartarme de todos.

    -Si necesitas un espacio para estar a salvo, sabes donde vivo.

    Abracé el celular frente a mí, agradeciendo al cielo la llegada de Nicholas. La soledad estaba alimentando mis heridas y perpetuándolas en el cuerpo. Pero no pude responder, la vergüenza de haber herido y dañado a mi amigo por los caprichos de John, dejaron un eco en mis decisiones. No podía guarecerme en sus amables brazos cuando lo había traicionado. Guardé el celular y avancé por las callejuelas de la ciudad apestadas a invierno. La intimidad de los transeúntes me revolvía las emociones, aún pretendía buscarlo entre la multitud, con el desagrado de que, muchos que allí caminaban, tenían alguna semejanza con él.
    Compré unos dulces en algún negocio, pensando en sobrellevar el almuerzo con esas golosinas, y avancé hacia el campus. Mi facultad se hallaba cerca del trabajo, por lo que podía caminar para llegar hasta ella.
    Y aun no sabía, en mi ingenuidad, lo que me esperaría al llegar hasta el auditorio.

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    Espero que les haya gustado el comienzo de este relato que estaba asomándose en mi mente desde hace unos días. Aquí se despide, Zero!

    Edited by TheZeroLover - 20/8/2020, 17:48
  4. .
    Hola a todos! Dios me salve María... ¿Puede una institución escolar Abducirte? ¡CORRECTO! Puede pasar y me está sucediendo. No dejo de pensar que todo esto tiene que cambiar tarde o temprano pero, POR DIOS, estoy tomando tiempo de donde no tengo porque no quiero hacer ciertas cosas. Tengo que terminar unos 4 trabajos (2 a base de puntos, sí, minúsculos puntillos), retocar un cuadro y prepararme para las materias curriculares. En fin, mucho sudor, sangre y saliva... Lo suficiente como para que sea una irresponsable y comente "Game Of Love", el cual, sinceramente no se como seguirlo. Asique a medida que avance escribiendo veré qué es lo que sale.

    Gracias por soportarme y acordarse de mi volviendo a leerme. Estoy sumamente feliz por el acompañamiento que ustedes me brindan. Porque todo esto, sin ustedes, no podría ser... en NINGÚN momento.

    SPOILER (click to view)
    QUOTE
    Ojalá que Misaki le rompa el alma a ese Maldito Usagi! JUM No se lo merece para nada, sólo le ha causado daño, MUCHO DAÑO al pobre de Misaki.

    Espero la COnti :3

    Agradezcanle a ella, porque todos los días al verme pasar en la escuela me insistía en que continuara. Que sea una completa irresponsable con la institución y lo completara.

    QUOTE
    ¡¡¡¡KYAAAAAAAA ZERO-SAN!!!!!!!!



    SUMIMASE POR PERDERME TANTO!!! :=SHOROO: :=SHOROO:


    (Hago una reverencia)

    Dios me dejó shockeada la revelación de Aikawa pero por otra parte me impresion´que misaki accediera, pero es lo mejor ya que con un USAMi es dificil no perder, pero espero que logré enamorar a ese SALVAJE y deje de ser tan malo y desalmado con los demás y que Misaki le enseñe que no se encesita de ser una persona "como el" para ser feliz.


    Muero por ver que hará Misaki y como se tomará Akihiko las cosas hahora que vea como actua el oji-verde.

    Ame el capo esperaré ansiosa la conty cuidese besos y abrazos!!!! :=amors:

    Quien tendría que pedir disculpas ahora soy YO. He tardado un par de meses bastante largos para una continuación Lo que pasa es que encontré mi cuaderno de escritos hace unos días al ordenar mi pieza y me obligué súbitamente a terminarlo. El "Actual" Ojiverde... Ya lo verán en tiempo y forma.

    QUOTE
    :=NEWWWA: :=NEWWWA:
    me encanta, ahora Misaki avanzara hacia el corazon de Usagi :=uuum:
    ya quiero saber como resulta eso
    estare esperando la conty :=BIENODOE:

    Yo creo que, Misaki, lo último que hará es avanzar sobre el corazón de Akihiko. Puede que lo haga, pero no de la forma en la que todos esperan.

    QUOTE
    wow como decirlo?..... ME ENCANTO ESTE CAPITULO :=LALALAL: :=LALALAL: Ya quiero ver que hara misaki

    Wow, me alegro de que te halla gustado! Ahora creo que verás un poco de él.

    QUOTE
    Y yo aún sin comentar u.u

    Pero que mala gente soy :I

    Vamos al ajo!!! Conty estupendisima, como siempre. Me encanta el giro de los acontecimientos, a ver si conseguimos que nuestro amado Akihiko abra los ojos con Misaki. A ver si es verdad que le quiere (porfa sí XD)

    Me encanta que Aikawa sea tan sincera. QUIERO AMOR.
    En cuanto al tema personal, sigo insistiendo en que presentes tu borrador a más editoriales. J.K.Rowling fue rechazada por 13 editoriales cuando presentó Harry Potter. Quién sabe, puede que seas una Rowling en potencia y el mundo no lo sabe XD

    Como sea, a mi me encanta tu estilo de escritura :3

    Conty pronto, que estoy sufriendo a ver si Usagi se humaniza o algo D:

    Bye-nee!!

    Creo que nunca uno espera que "Eri Aikawa" sea el que haga tropezar a nuestro personaje principal. Ella desempañará el mejor papel de todos en todas mis historias en la que ella aparezca... Yo, simplemente, no puedo hacerla la mala de la película y luego sentirme bien de lo que escribí. Seguiré insistiendo, EN CUANTO TENGA TIEMPO, acabo de inscribirme a un coro y comenzaré clases de Guitarra al no poder encontrar clases para mi ya archivado violín. Algún día lo conseguiré, se los aseguro, por completo.


    _____________________________

    Se trataba de intentar derribar al otro, era eso mismo. La supervivencia del más hábil e inteligente, la supervivencia del adelantado. Misaki jamás había caminado esos predios tan desconocidos y, de escuchar a personas que conocían el fango de aquel basto territorio, le ayudaron para rechazarlo. Existían muchas formas de amor retorcido y ese, particularmente, ese tipo de amor manipulado jamás le había hecho mucho ruido como para prestarle atención. Hasta que se lo habían propuesto como forma de salvación de su propio pellejo. Sobrevivir de Usagi no era huir y esconderse entre las paredes para que ni él Nadie más pudiera tocarle... Aunque perecería en el intento porque, quien no podría tocarlo de alma, lo tocaría de cuerpo... Hallarían la forma de llegar hasta él y herirlo. Misaki conocía ese tipo de finales y las masas de gente que los tipos como Usagi llevaban detrás. Te destruían de alguna forma, sólo debía de enfrentarlos y transformarse en el favorito del rey.

    Aun así, ¿Quién podría aceptar un hábito tal como la Manipulación? Y no estamos hablando de mostrar bonitos ojitos a alguien y sonreírle porque cree que está bien hacerlo, ya que esta atraído. Se trataba de fingir todo un mundo de sentimientos y sensaciones extras que estén de acuerdo a los complejos gustos de una persona, a los complejos gustos de Usagi. También tendría la carga de ese mundo aparte en sus hombros y tendría que tenerlo en cuenta ¡Eso Era! Manipular era convertirse en un maldito mentiroso que sólo dañará si se descubre lo que está planeando. Si Misaki consiguiera llegar al corazón de Usagi y enamorarlo ¿Qué quedaría para después? ¡Felicidades! Habría conseguido lo que quería y salvar su propio pellejo pero: ¿A causa de qué?, ¿Se ha vuelto completamente libre por hacerlo?, ¿O tendría que contarte que, dificilmente, no queda nadie en medio a partir de un proceso de Manipulación?

    Nadie, en su sano juicio, debería de estar de acuerdo con ello. Es simplemente cruel y destructivo. Puede llegar a consumir a la misma persona que lo Emite, es un arma de doble filo que, en un caso de confusión de tus objetivo, te sentenciará entre la espada y la pared.

    ¿Entrarías en el Juego? A partir de reglas que no serán claras y concisas, Tú, el mismo lector de estas palabras, estás invitado a descubrir el presente de Misaki.

    Bienvenido sea, póngase cómodo.




    Corría el Reloj de Inglaterra, el campanaso ahuyentaba palomas que habían osado apoyar su cuerpo allí y sus alas flotaban en violentos aleteos de huida. En el contemporáneo Londres corría un joven morocho de ojos verdes, desesperado por llegar a sus próximas clases universitarias. A lo lejos él podía observar la entrada hacia los metros subterráneos e intentaba disminuir la distancia, aproximarse a su interior y lograr tomar el próximo tren que arribaría al Andén. Su aliento dibujaba tribales que luego se desvanecerían, dejando lugar a la nada. El frío hería un poco su nariz, marcando su paso inmutable una vez hubo bajado las escaleras y entrado de improvisto al Tren antes de que se retirara.

    Suspiro aliviado luego de estar dentro y acomodarse en el vagón. Estaba llegando SUMAMENTE tarde y podía sentir la culpa recorrerle la espina dorsal mientras observaba el interior completamente vacío. El pecho no dejaba de moverse enloquecido por la falta ocasional de aire, adherido a la falta de deporte que él mismo tenía. Se repetía una y otra vez que no debía volver a llegar tarde mientras rehuía la agitación interna de su cuerpo. Intentó calmarse cuando, posteriormente, las puertas se abrirían y correría hacia la superficie para encontrarse con la impecable Hamburgo. Gritó a sus adentros que aun y corriendo llegaría tarde pero, el uso de razón no esperaba atacar aquellos impulsos estúpidos de no hacerle caso.

    Una vez dentro, hurgando en el edificio para encontrar su aula, escuchó el potente timbrar para que todos tomaran un descanso. Por un momento se sintió inútil al esforzarse y no podes lograr nada. Se dejó reposar unos segundos en la pared antes de poder divisar a Keiichi salir del aula, quien llevaba ese cansancio mañanero que tanto lo caracterizada, acomodado en las lágrimas de sus ojos luego de bostezar.

    -Llegas tarde. -Justo como si una daga de ironía atravesara a Misaki, logró reírse.

    -Créeme que lo habría notado. -Respiró posando su mano en su pecho frío, parecía realmente cansado de haber corrido tanto.- De no ser porque alguien decidiera ¡Cambiarme el Horario de mi Reloj Despertador!

    Keiichi Ahogó una risa que dificilmente podría ser tachado como ello. Había intentado no sonar demasiado burlón de lo que él mismo había hecho. Por lo menos hasta que cediera a ello e inundara el pasillo con una risa impecable y contagiosa. Acarició las lágrimas que le pasaran con su dedo índice mientras enrojecía su rostro de tanta carcajada junta.

    -En serio, esto es demasiado. Debería dejar de ser tan malvado. - Intentó ocultar su enloquecida sonrisa en un rostro serio, como para no recibir una mirada tosca de Misaki, pero perdió contra ella nuevamente y tuvo que luchar contra el enojo pasajero de su amigo.

    La cafetería no estaba en completo silencio, pero se podía oler ese aura Zombie que recorría al personal estudiantil. El aroma a café inundó el sentir de Misaki, quien buscó una mesa libre para dejar sus cosas y comprar lo que tomaría de desayuno. Ya que no había podido en casa por razones obvias. Y Keiichi haría lo mismo, pero sólo porque siempre lo acompañaba a desayunar. Eran amigos hacia ya bastante tiempo y solían compartir todas sus noches en velas y las bromas en sentido común. Aportaban ideas que nunca servirían e intentaban sobrevivir a Hamburgo, universidad altamente calificada como confinamiento, según ellos.

    Habían terminado los finales y volví a ser una institución de estudio nuevamente. Alguien hubo de faltar a ese final y el otro hubo de desaprobarlo. Parecían no poder separarse jamás, y eso siempre les había sonreído en el más bello de las historias de amigos inseparables.

    -Por lo menos es Lunes, Lunes de café preparado y no reciclado. - Una sonrisa de satisfacción se transfirió en Misaki al sentarse con su bandeja en la mesa.

    -Hablas por ti mismo, Niño rata. Yo tuve que sufrir al viejo Galath con toda su basura sobre la filosofía antigua. En serio, Misaki, esto no es para mi.- Enmudeció al comer un muffin de chocolate que había comprado.

    "El Viejo Galath" era la momia caminando de la escuela. Fácilmente tenía la suficiente edad como para haber conocido a Napoleon Bonaparte, y aun seguía caminando. Además de su pésimo sentido del humor y sus chistes de viejo verde referido a las alumnas. Keiichi soñaba con poder llevar pollera así aprobaba la desdichada materia y no seguir sufriendo una y otra vez el sueño acumulado gracias a ese vejestorio.

    -"Habla por ti mismo, habla por ti mismo".- La burla decoró los labios de Misaki, quien parecía intentar molestar a su amigo.- ¿Quién faltó a las clases de Galath, el mismísimo Hitler, por tu culpa? Yo, porque YO, soy el desdichado de ser tu amigo.- murmuro palabras de insultos enojados con Keiichi mientras observaba a los alrededores.

    Ensimismado en sus pensamientos, tomó en cuenta sus alrededores y buscó personas en la cafetería. Tampoco es que iba a encontrar algo, si no sabés lo que buscas, tampoco encontrarás algo en particular.

    Asomándose por la entrada vio a Eri deslizarse por los pisos marmolados. Llevaba una coleta que tomaba todo su pelo y lo envolvía en un elástico detrás de ella. Su cabello largo y lacio, por lo menos, llegaba hasta la mitad de la espalda. Esbozaba una sonrisa chistosa mientras entonaba palabras a su amigo, Akihiko Usagi. Quien podía sonreír mientras buscaba con completa libertad lugar donde sentarse, podía ser mucho más lindo que ayer y no haber cambiado en lo mínimo. Sus manos se encontraban ocultas en los bolsillos de su pantalón negro de vestir. Una camisa y un suéter le eran suficiente para soportar los comienzos del frío invernal y eran suficientes para hacerlo ver sutil y hermoso.

    Eri sonrió al sostenerle el hombro y observó donde Misaki estaba. Señaló una mesa detrás de ellos que se encontraba libre y pasearon por la cafetería para llegar hasta allí. Sólo cuando ella hubo de ignorarlo recordó algo importante. Algo tan importante como para impulsarlo a lo alto y caer al enredarse entre piernas y patas con la silla. Misaki sintió un escándalo recorrer su cabeza y despertó sus más ingenuos sentidos, todo lo que había hablado desapareció cuando él quiso llegar temprano a la Universidad. Todo el acuerdo que tuvo con Eri lo asustó, le erizó la piel y hasta lo obligó a caer al suelo antes de que se diera cuenta. Era lo más patético que había ocurrido hacía bastante tiempo. Un silencio de película había abonado el ambiente, el sonido alarmante del banco caído junto con una persona condujo a una risa rápido y, ¿por qué no decirlo?, grotesca.

    Esperó buscar alguna salvación cuando se vio hundido en los brazos fuertes y contenedores de Usagi. Lo habían levantado del suelo, como si se tratara de la cosa más asquerosa que pudiera tocar, en este caso: el cuerpo de Misaki. El desagrado se dibujo entre sus cejas y sus labios, quienes intimidaron por completo al ya tímido Misaki. Se sentía una mosca muerta, tan pequeño y tan desagradable que sólo cubrió sus ojos. Esperaba ser salvado por Keiichi, quien sólo podía mirar sin poder moverse, quería ser salvado de las risas y carcajadas. Por lo menos hoy, no podía salvarse él mismo.

    -No hace falta hacer tanto teatro.- Un brazo se contuvo de tocar a Usagi, Misaki sintió lo angelical de la voz de Eri correrle por la dignidad y levantarlo. Tocó piso firme y se enderezó.- Deberías dejar de ser tan grosero, no ayudes a alguien si sólo vas a reírte.

    Los ojos azules de Eri parecieron compadecerse de su amigo en secreto. La coleta se movió al acercarse y saludarlo con una sonrisa cordial. Pero sólo volvió a retirarse ignorándolo, como si el acto de buena fe del día era lo único que quisiera.

    Ambos, Usagi y Eri, se sentaron en la otra mesa a esperar decidir qué es lo que iban a buscar.

    Misaki estaba mudo de lo que había sucedido y sólo pudo acomodar la silla y sentarse, con ese miedo latente de volver a caerse. Dudó... No uno ni dos, tres o más veces si él había hablado con Eri. Recorrió la voz, con el sonido que había entumecido sus orejas y pidió no haberse inventado una historia terrorífica.
  5. .
    Suena a Que Misaki Dejó a Usagi porque él sólo era un Romance de Verano :D Me gusta Tachi-Sama, continúalo.
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    Todo lo que puedo decir es: KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA gfuidfhduighnfdkugfndkafvdnkfyubsfhkdaybgdhjfbsd (Se ahoga con su grito) Es la primera vez que me comentan tantas personas y con cosas tan bonitas, me siento tan halagada, tan feliz, tan jodidamente, podría romper una pared en este momento de la felicidad que tengo gfnsduifhjsdildfunglfidghuildfsghidfulsgiulfdsgildfhlgs

    Este capítulo lo he pensado durante mucho tiempo, más o menos desde el principio del primer capítulo. Creo que va a ser uno de los más importante porque aquí es cuando comienza REALMENTE el juego. Nuestro juego de Amor. Aquí es donde quería llegar desde donde comencé y presentar bien a mi personaje Favorito: Eri Aikawa. Ella es la que "Manejará" todo, de alguna forma. La que impulsará la historia,la que siempre ha impulsado la historia.

    SPOILER (click to view)
    QUOTE
    hola n.n
    me he leido tu fic desde el inicio, hasta ahorita me atrevi a comentar (perdon por la demora u.u)
    bueno, te felicito, te quedo muy bien estare esperando la conty :=BIENODOE:

    ¿Atreverse a Comentar? Ay, niña, deberías de saber que no voy a matar a nadie porque me comenten, la verdad es que la felicidad de un escritor son los comentario, esos comentarios que simplemente dicen "Me gusto, quiero la continuación" Esa simple frase te hace feliz porque hace que el escritor sienta que están esperando lo que quieren. Te agradezco mucho por comentar.
    QUOTE
    Realmente esperaba este capitulo, le quedo exelente :=yeahyie: :=yeahyie: esperare la conty



    conty :=duouou:

    Yumi-Chan! :D agradezco mucho que me acompañes en todo este trayecto que es mi Fic y que siempre estés para comentar, realmente te agradezco mucho.
    QUOTE
    No te tardes con la actualización, esta muy bueno una fanfic con estilo erótico cosa que no se lee muy seguido me encanto :=DFSDFSD: :=yeahyie:

    Bienvenida! Perdona por tardarme con la actu, realmente estuve pensando mucho y haciendo muchos "Bocetos" de este capítulo. ¿Estilo erótico? Oh Carajo! jamás lo vi de esa forma, jamás. Pero, si tú lo vez de esa forma lo apreciaré e intentaré que siga de la misma forma.

    QUOTE
    ¡¡¡Jajahajahahajjajaja!!!!

    No se si te gusten los malvados sin corazon pero a si parece Akihiko en estos momentos.

    Lamento no comentar antes Zero-san, me lei los caps y me encantaron. De veras que Usagi es todo un tio "Cariñoso" mira que disfrutar el dolor ajeno, pues de veras que es una faseta nueva de ver para mi.

    Me gusta la trama engancha y la ortografia lo hace mejor!!! \o/

    Neeee esperare la contyyy ansiosa, quiero ver como reaccionara Usami por la intervencion de Keiichi, me alegra que le ayude!!! ^^

    Pero sera para bien o para mal? ( -////- )
    E alli el dilema, en fin felicidades por este cap y una buena historia.


    Cuidate besos y abrazos nos estamos leyendo!!! (^.^)/

    Uno de mis ex-novios que tuve era muy malvado, me enamoré de él por ello. No esperaba que se volviera más tierno que un osito de felpa, demasiado cariñoso y empalagoso para la Agria TheZero. Lo terminé desechando.
    A ti también te agradezco por acompañarme siempre en mi fic, desde que esto comenzó. Muchísimas gracias.
    Nah, Keiichi va a ser un buen amigo, nada más. Lo quiero avisar porque... No piensen nada de ello, imposible.
    Realmente te extrañé cuando no comentaste, creí que no te había gustado y por eso no lo terminaste de leer y no tenías razón para comentar u.u Me asustaste niña!
    QUOTE
    e referías a mi, pero como has mencionado el gif voy a sentirme aludida

    En primer lugar decirte que la conty no me ha decepcionado para nada. Normalmente me gustan más las historias positivas e idealistas, tipo final feliz, pero cuando una historia se merece un reconocimiento tengo que decirlo. Este fic representa el claro ejemplo de ello. A pesar de ser tan "pesimista" en el sentido de que es muy trágico, es una historia muy interesante. A veces salir de la rutina es más que necesario, y tú lo has hecho y con creces.

    No se muy bien que historia presentaste a la editorial, pero como sea como esta yo no la hubiera rechazado. Creo que tienes un estilo un tanto particular, no todos los escritores tienen esta capacidad de expresarse, incluso hay veces que dices "¿Y este ha conseguido publicar?". Eres muy poética, de eso no cabe duda, pero no es para nada malo. Si para hacer un fic por mero entretenimiento eres tan meticulosa, no quiero imaginar una historia a la que pones toda tu alma. Yo te leería sin duda, me recuerdas un poco a Torcuarto Luca de Tena en "Los renglones torcidos de Dios", un libro magnifico donde la poesía está siempre presente.

    En resumen, no te rindas. Presenta tu manuscrito a más editoriales y sigue creando más historias. Quien sabe, puede que algún día se te presente la oportunidad, a muchos que hoy en día gozan de fama (como el KFC) fueron rechazados en su día.

    No te rindas, tienes mucho futuro en esto.

    Mucho animo

    Bye-nee!!

    Pd:

    A ti también te agradezco mucho :') Me salvaste de una depresión de escritor. La historia que presenté cuenta la felicidad vista desde otro ángulo (Cabe recalcar que la temática era la felicidad de una persona vista desde otro lado de una forma romántica) Unchico que estaba enamorado de una chica que siempre pasaba en frente de su casa. La sonrisa de la muchacha era muy linda, y esto llamó la atención del joven. Quien fue viendo cómo la sonrisa de la chica se fue desvaneciendo. El chico, no alegre de que esto sucediera, toma cartas en el asunto y comienza a saludarla, a hablar con ella. Y descubre que ella había tenido un pequeño desacuerdo con su madre y que no podía verla antes de solucionarlo. Asique ella le dice que tiene que trabajar y el chico la acompaña, en medio del trabajo la chica conoce aun chico y se enamora de él. Con el tiempo, y gracias a este nuevo muchacho, los problemas de la chica comienzan a solucionarse y florece la sonrisa tan bonita de ella. No obstante, nuestro protagonista comienza a faltar al trabajo, a desaparecer de la actual sonriente chica, y comienza a recibir llamadas de ella, mensajes, la preocupación de una amiga. Luego de una semana, aparece en su puerta el novio de la chica diciéndole que debería hablar con ella, que él era su preciado amigo que la había ayudado, que él estaba preocupado por ver a su pareja así. Nuestro protagonista descubre que, realmente, el novio actual de la muchacha que ella ama era una gran persona y decide mantener su amistad con ella. Para luego lentamente dejarse llevar a su propia felicidad, la sonrisa de su amiga.
    PD: Ese muñequito moviéndose, bailando, es una belleza e.e


    Sin más preámbulos, comenzaré de nuevo.

    _______________________

    Yo recuerdo que, cuando se era niño, los grandes problemas eran insignificantes y desaparecían poco tiempo después. Era sencillo, uno no le prestaba mucha atención. Se vivía sin preocuparse. Cuando crecer y maduran contigo los mencionado problemas, acostumbras a brindarle mayor atención, logrando que un pequeño inconveniente se transforme en una enorme montaña que opacará todas las posible soluciones rápidas y fáciles.

    Abrí el agua y mojé mi rostro. El baño parecía un chiste, el espejo reflejaba un humano desastroso. Apagué el agua y sequé mí rostro. Fui directo a la cocina mientras aún tenía la sensación de haber dormido una eternidad, no tenía resaca.

    Preparé un café mientras acariciaba mí sien. Noté que tenía hambre, mucho hambre. Asique miré a mí alrededor buscando pistas, o algún indicio de algo para comer, pero sólo encontré una notita pegada en mi refrigerador: "Dormiste todo el Sábado. MIERDA, es aburrido el fin de semana sin ti. Keiichi"

    Prendí el Televisor al sentarme a desayunar y, realmente, hoy es domingo. Mi cabeza era igual que un infierno debido a que había dormido mucho, asique apagué ese murmullo constante. En el silencio sólo podía escuchar las manecillas del reloj moverse y el sonido de mi cuerpo al tragar el café. Pensé en cambiarme y bañarme ya que llevaba conmigo el sudor del a cama y el agravante olor a alcohol y cigarrillo impregnado en mi pelo y cuerpo. No tardé mucho y, para cuando escuché el timbre del a puerta, ya estaba vestido.

    Pensé encontrarme con Keiichi o, en su peor motivo, a Usagi. Pero nada de eso sucedió, era la pelirroja de Eri Aikawa quien golpeaba la puerta. Llevaba un rostro sereno asique no dudé en abrir.

    -¡Misaki! -Sonrisa rápida- Tenemos que hablar.

    Muy casual, una buzo oscuro con un jeans y zapatillas. Por como la vi en Picasso parecía del tipo de chica que usaba esa ropa lujosa y siempre Cool y sensual. Pero se veía bastante común.

    -Eh.. No, no tenemos que hablar. -Me sorprendía que ella viniera, acaso iba a refregarme lo que dijo Usagi y hacer una escena de celos.

    -Sí, nosotros sí tenemos que. -Dicho esto pasó dentro de mi casa.

    Cerré levemente la puerta cuando ella entró y la guié a la cocina. Hice que se sentara.

    -¿Por qué tenemos que hablar tú y yo? -Me senté justo enfrente de ella. Eri habló mientras sonreía.

    -Quiero que Usagi Cambie y creo que eres perfecto para ello. -Noté que no usaba ningún honorario, debían de ser muy cercanos.

    -Y Yo creo que estás completamente Loca, No quiero tener nada que ver con ese tipo. Además, fácilmente podrías hacerlo tú misma. -Ella sonrió como si estuviera tratando con un tonto.

    -Me encantaría intentarlo, pero no puedo debido a que... Somos muy viejos amigos, nos conocemos demasiado para tan sólo intentarlo. Pero tú eres perfecto para lograr que Usagi Cambie. En serio eres Perfecto para esto. -Noté su Euforia al decirlo, estaba completamente asegurada de que quería lograrlo.

    -Podrás decirlo cuantas veces quieras, pero Yo NO lo haré. Búscate a Otro o, en su defecto, a Otra. -Levanté todas las cosas que utilicé para desayunar y las dejé en el lavado. Ella se quedó callada durante un tiempo y pensé que había ganado esta discusión.

    -¿En serio crees que tienes opción? La bestia sin Corazón llamada "Usagi Akihiko" es tan perseverante que no tendría ningún problema en seguir intentándolo y, cada vez, siendo mucho más cruel. Te retendría una y otra vez, haciendo lo que se le ocurra porque tiene ese pensamiento incrustado en su cabeza, ese del que cree que puede hacer lo que se le plazca sólo y porque gusta de ti. -Dejó un pequeño tiempo entre medio, seguro para que yo lo pensara- Pero, yo puedo ayudarte a que logres que él sea amable contigo.

    Un silencio paseó por entre nosotros y noté que ella era sincera, de hecho, desde que entró a esta habitación no dejó de decir la verdad. Si él realmente creía lo que decía Eri, podría llegar a conseguir muchas más cosas de las que esperaba, en especial su libertad.

    -De todas formas, No voy a hacerlo. No quiero meterme en estas cosas. -Vi de nuevo esa mirada que decía a gritos que yo era un tonto. Luego sonrió.

    -Si mal no conozco a Usagi, él debe de querer visitarte. Pero, si sigues mis consejos, todo será más llevadero, más fácil de mantenerse en pie. -Movió con disimulo sus labios.

    -No estoy seguro de que tus palabras son completamente reales. Además ni siquiera sé si... -Ella se levantó y me sorprendió.

    -Yo conozco a Usagi como la palma de mi mano. -Expandió su Palma y luego la cerró. Sonrió con tenacidad.- Usagi Confía en mí como su mano derecha, siempre he estado a su lado, sé cómo reacciona. Sé todo de él. Sé que le encanta ser cruel para poner a prueba a las personas que él cree que aprecia, sé que está haciendo lo mismo contigo. Pero, puedes lograr que él te aprecie realmente, que se enamore de ti. Una vez que lo logres, puedes hacer lo que quieras con él. -Hizo un movimiento extraño con las manos y luego me miró.

    -¿Y cómo podría simplemente lograrlo? -Sentí el tono de asco que tenía al decirlo- Y, supongamos ¿No?, supongamos que estoy de acuerdo en jugar con tu amigo ¿Cómo ayudarías tú?

    -Te lo he dicho desde que he llegado, lo conozco, sé qué es lo que hay que mover, tocar o decir para enamorarlo. Lo demás es cosa tuya. Se apoyó en la parte superior del respaldar de la silla mientras estaba de pie.

    -Y si tanto sabes de él, tanto que alardeas, tanto esto y tanto lo otro ¿Por qué no haces tú este trabajo tuyo? -Miré dudando de sus palabras.

    -Ambos sabemos, como ya te he dicho, que soy una vieja amiga de Usagi. -Movió sus manos para darme la respuesta.

    -Sí, lo sé. -Crucé mis brazos y ella rió levemente.

    -Debes de saber que nos conocemos más o menos desde que tenemos memoria o conciencia, como quieras decirlo.

    -Ajá, seguí. -Estoy algo molesto de esta mujer, creo que he tenido suficiente.

    -Entonces, si hemos pasado tanto tiempo juntos, tanto yo como él conoce nuestro verdadero ser. Si yo llegara a cambiar de personalidad para cortejarlo, él lo sabría en el momento. Por eso no puedo hacerlo. -Esta vez quien me reía era yo, esta mujer sufría el no poder estar con Usagi.

    -¿Y cómo estoy seguro si todo eso es verdad? ¿Cómo conoces la intimidad de Usagi si siempre te has mantenido como su amiga?

    -Veraz, durante todo este tiempo, sólo conseguí ser una amiga con derecho. Conozco su lado romántico debido a eso. -Veía la derrota en su rostro.

    -¿Y por qué no lo intentas? Hazle saber que lo quieres, después de todo, nunca tuvo algún problema en besarte. -Ella hizo un rostro extraño.

    -A decir verdad, La noche que todo eso sucedió, él no dudó en decirme que esto se terminaría cuando yo intente buscar algo serio. -Vi la tristeza en su rostro.

    -Si ese es el caso... -Eri me miró sonriente, yo no creo que deba meterme en esto, pero perdería más si no lo hiciera.- Está bien, estaré contigo.

    Ella me miró sorprendida, como si desde un principio esperaba que fuera un No y saltó con una sonrisa en su rostro mientras no dejaba de reírse. Ella estaba feliz.

    -Bueno, ya puedo sacarme este rostro lleno de seriedad. -Golpeó levemente su rostro.- No me gusta para nada. Como sea, -Tomó su bolso- Tengo que retirarme, nos veremos mañana en la Universidad. Buena suerte.

    Ella se fue tan fácil como entró en esta casa. Pero, aun así, sentí como si su llegada fresca y, algo solitaria, cambió muchas más cosas de lo que alguna vez creí.
  7. .
    Hola Muchachas! :') Veo que hay alguien nueva por aquí. Leí tu comentario un día que fue bastante trágico para mí y me hiciste reír mucho con la imagen que buscaste. Realmente pensé en el hecho de que cuando lo leías recordaste ese gif y lo buscaste y lo publicaste... Y me hizo muy feliz, me sentí muy agradecida tu comentario y se me cambió un poquito el día, por no decir que lo recordé siempre.

    En todo momento he pensado que la ortografía, en realidad, se nota cuando no está. Es que hay HORRORES DESCOMUNALES que no se pueden dejar pasar... Pero nunca nadie se había puesto tan atento a ello como para marcarlo. Me alegro que hayas comentado.

    Fui rechazada para una editorial hace poco, dijeron algo como "Realmente eres demasiada... Como decir, demasiada "Nostálgica" para escribir y tienes ese aire de implementar "Poesía" a algo que realmente no lo necesita"

    Y luego de eso hizo un gesto de rechazo en el que tuve que refugiarme en mis amadas lectoras que siempre levantan mi ánimo. Y justo me choqué contigo. Realmente te agradezco.

    Este capítulo estuve escribiéndolo hace ya varios días, tiene de mis más detalles. Suelo escribir un día en el que tengo inspiración y sale de momento… Por ejemplo: Esta historia ha pasado de Ciencia Absoluta de Ficción (Algo así como que hay un "Algo" que controla el mundo y han elegido a Usagi para que enamore a un conjunto de personas.. Para eso cuenta con el hecho de que en ese mundo todos lo amarán y nadie podrá soportar el placer de su toque o besos… Y después de que Akihiko elija a 2 personas que ama, ellos tienen que conseguir su amor y el que no lo consigue y pierde comienza el juego en otro mundo con las mismas reglas) Algo loco. También ha pasado por el lado de "Los días repetitivos pero solamente Misaki y Usagi se dan cuenta" (Pero lo sentí muy clásico asique simplemente lo eliminé) Ahora sólo quiero una relación al estilo "Sufrimiento" Quiero crear a mi Hombre Perfecto, y ese va a ser Usagi en todo el tramo de la historia. ¿Será que me gustan los malvados sin corazón?

    ____________________________

    La música no dejaba de golpearme, la superficie debajo de mi sucumbía y la gente empujaba mi cuerpo.

    Pude sentir que estaba encima de una cúspide y la montaña por debajo de ella comenzaba a derrumbarse. Aun así, no podía apartar la mirada, era más importante la presencia de él sosteniendo el frágil cuerpo de la muchacha, igual que aquella mano que acariciaba su cintura como si se tratase de una reina. La forma en la que ella lo abrazaba como si conociera su cuerpo, como si fuera natural jugar y sonreírle entre besos.

    Tuve ese sentimiento de envidia, si hubiese sido una mujer podría encarar la situación como si fuera lo más natural. Lo cierto es que yo era un hombre hecho y derecho, asique todas esas oportunidades se volvían cenizas. Al momento supe que fui un altanero al creer que desde el comienzo había sido mi propio juego, cuando simplemente estaban jugando conmigo. Keiichi se acercó a mí.

    -Misaki ¿Estás bien? –Tocó mi hombro y desperté de mis pensamientos

    Súbitamente aparté la mirada de ello, alejándome mientras huía entre la muchedumbre. Me sentía enojado, frustrado y molesto. Sentía esa rabia pretenciosa, pero más que nada sentía ese latente amargo sabor de haber creído ver las estrellas del universo y chocar contra el techo de un planetario. Fui engañado tontamente y me gustó tanto.

    Entre el gentío en el que me encontraba, tomé la primera chica que me pareció bonita y la invité a bailar. Ella accedió luego de hacerme un minucioso. Era una chica pretenciosa que usaba un vestido rojo encargado de remarcar sus curvas más pecadoras.

    -No es fácil encontrar a los de tu tipo.-Dijo con un tono algo lascivo mientras giraba con delicadeza sobre sí misma.

    -¿Los de mi tipo? –Anuncié con picardía mientras la acercaba a mi cuerpo y sostenía su cintura.

    -Sí, -Dijo a mi oído- Los que pueden enfrentar a una mujer.

    Por alguna razón sentí como si hubiera remarcado con un todo especial la palabra “Mujer”. Asique le sonreí y planeaba besarla cuando recordé la ferviente mirada posesiva de él mientras la besaba. Era una mirada desafiante, justo como si hubiera puesto a prueba mis emociones.

    -¿Pasa algo? –Acarició mi mejilla

    -¡Caíste! –Le hice cosquillas y entre risas logró acurrucarse en mi cuerpo y cerca de mis labios.

    Típico de una mujer que quiere ser besada.

    Cuando finalmente iba yo a besarla cerrando mis ojos y sin poder llegar a sus labios e intrigado, los abro. Pude verlo a él tapando los ojos de la dama y sosteniendo su cuerpo cerca. Allí estaba el motivo de mi furia.

    -¿Puedes mirarme romper tu corazón? –Su expresión era seria y tenía una chispa de malicia.

    Sin duda alguna, este será el acto más cruel que puede protagonizar una persona: demostrar de forma cruda cómo ama a otros mientras tú no puedes ser el único por sobre todas las cosas. Y duele, duele como si nada ni nadie pudiese calmarlo, duele como las llamas que no pueden ser consumidas, duele como el filo del silencio en momento críticos, duele como todo lo que imagines. Pero, al fin y al cabo, duele… Y mucho

    -Misaki, mírame. –Sostuvo el mentón de la chica e inclinó con un movimiento dulce su rostro.- Esto apenas comienza.

    Besó su cuello de forma lenta y detallada. La dama elevó un brazo para acariciar el cabello plateado del hombre a sus espaldas y él aprovechó para sostener su cintura y mordió sus labios. No dejó de mirarme ni un segundo, como si fuera a castigarme severamente si escapaba.

    Debo de admitir que dan ganas de patearlo, muy fuerte.

    Estoy completamente seguro que estoy obligándome a ver esto para terminar de detestarlo. Pero después de todo ¿Por qué lo detesto? Estoy odiando al hombre que hace unas horas tuvo sexo conmigo y ahora disfruta de mostrarme cómo yo No estoy en sus brazos y cómo Sí lo está la muñequita de vestido rojo.

    Creo que es suficiente humillación por una noche. Uno debe saber cuándo rendirse y en qué momento retirarse, y este era el momento. Pero su mirada posesiva me retenía. Estoy seguro que de un momento a otro va a dejarla y, con una mueca burlona, se acercará y hará lo que se le ocurra, porque en un par de días logró esclavizarme.

    Regreso a la realidad al percatarme que él está acercándose tal y cómo predije. Vanidosamente presté suma atención a sus pasos, su esbelta figura y su elegancia. Me estaba consumiendo.

    Esperar el veredicto final era eterno y los segundos al compás de los agitados latidos de mi corazón provocaban una ansiedad implacable.

    Tenía miedo.

    Él iba a destruirme.

    -¡Misaki! Finalmente logré encontrarte. –Fui jalado hacia un costado y perdí rastro de él mientras me hundía en la muchedumbre- ¿Tienes idea de lo que he tardado en encontrarte? –Sonrió con un toque de agradecimiento.

    Él ha desaparecido, no puedo verlo, lo he perdido de vista. Soy Libre.

    -Hey, Keiichi. –Estaba siendo llevado a rastras por mi amigo.

    -No tienes idea de lo que conseguí mientras te buscaba. –Sonrió de oreja a oreja mientras ladeaba la cabeza.

    -Seguro que en realidad tardaste en encontrarme porque te quedaste al pendiente de otra cosa. –Hice un rostro de molestia mientras lo empujaba en broma.

    -Volvió el Misaki que conozco. –Me abrazó con Fuerza.

    -¿Qué estás diciendo? Suéltame. –Forcejeé para que me dejara y luego continuamos el camino hacia el mini bar.

    -Hey, Misaki. –Lo mire- ¿Por qué tenías un rostro de pánico hace un momento? –Vi por el rabillo del ojo que el bar tender se acercaba.

    -Pásame algo fuerte para tomar. – Me observó un segundo y en silencio preparó algo en un vaso. –Verás, Keiichi, lo que pasó fue que…

    -¡Keiichi, te estaba Buscando! –No tuvo ningún problema en interrumpirme.

    Con lo poco que se podía ver, noté que era una chica linda con un vestido negro y cabello colorado. Pero algo resaltaba logrando que pensara que, de algún lado, la conocía.

    -Estamos a punto de comenzar, pensé que no te encontraría. –Keiichi sonreía como i hubiera ganado algo muy importante y al mirarme pareció darse cuenta de algo.

    -Me parecería genial participar. De todas formas, no los he presentado: Misaki, Ella es Eri. –Al verme, la muchacha sonrió

    -Mucho Gusto, Misaki.

    -El gusto es mío, Eri. –Sonreí yo también.

    Sin esperar por más presentaciones y sin mi previo consentimiento, caminaron hacia una dirección y yo seguía preguntándome quién era Eri y por qué se me hacía tan conocida.

    Estaba un poco más calmado después de haber tomado algo. La pequeña anestesia ya se había implantado sobre mis pensamientos. Cuando alfín llegamos a un conjunto de sillones negro que formaban un living donde “Él” estaba. Como si supiera que yo, tarde o temprano, llegaría hasta este lugar y me sentaría a jugar. Comprendí que no podía escapar. Ahí fue cuando caí en la cuenta de que esa “Libertad” que tuve por un tiempo era sólo un espejismo, porque aun siento su toque justo en las cadenas que han mantenido unido mí ya destruído corazón.

    -Aikawa. –Ella se dio media vuelta y me vio con una sonrisa- ¿Cómo se llama Él? –Miró en la dirección que yo señalé y vi el brillo de sus aretes. Eri era con quien vi a Usagi por primera vez cuando llegué a Picasso.

    -Él es Akihiko Usagi. –Dicho esto fue a sentarse.

    Yo recibí la botella y volví a girarla justo como la otra noche. Cuando esperábamos que la misma dejara de moverse, vi a Usagi cruzar las piernas y tomar de su vaso mientras me observaba, justo como si él fuera un rey esperando mi error y, de esa forma, aprovechar de mis equivocaciones como si fueran el plato más delicioso.

    La botella señaló a alguien: No era Usagi, No era Eri. Era simplemente alguien nuevo, que simplemente dio al Azar. Una chica de cabello oscuro que, al verse señalada por la botella, me observó, y sin antes de decir algo se acercó a mí.

    No era necesariamente “Bonita”, pero algo era algo. Y esta podía llegar a ser mi venganza, mírame como la persona a quien le “Destruíste” el corazón y aun así tiene el valor de desafiarte. Entonces la chica se acercó lo bastante a mí y un ruído sordo se escuchó.

    Fue el de un vaso que simplemente chocó contra la mesa, lo relevante era quién había hecho esa maniobra. No era otro más que quien había querido destruirme.

    -Mimi ¿En serio quieres tocar lo que me pertenece? –La chica lo miró asustada y volvió a sentarse a su lugar.

    -¿Y tú quién te crees que eres para decidir por sobre mí? –Toda la furia que había contenido dentro de mi estaba liberándose a pasos agigantados.

    -Tú me perteneces. –Dijo levantando un poco el rostro, junto con una mano que sostenía su rostro. Tan altanero.

    -¡Decide todo lo que quieras, Pero yo nunca te perteneceré! –Estaba molesto, este tipo era una bestia.

    -¿Desde cuándo te has vuelto tan rebelde? –Sostuvo mi barbilla aun manteniendo algo de distancia. –Que yo sepa, no eras así cuando disfrutabas que te cogiera.

    Las personas a nuestro alrededor se quedaron en silencio y en sus rostros pude ver la desaprobación, llenos de asco y con muchas críticas que no tenía por qué recibir. Pero esto era completamente asqueroso, esto era una pesadilla que no conmovería a nadie. Pero soportar sentirme manipulado por este tipo de persona atroz que disfruta con tu rostro más destructivo. Que consigue lo que desea a cambio del temor de los demás… No, no puedo quedarme en silencio, y tal vez el mismo silencio es que yo me mantenga alejado.

    -Pero qué mirada más linda. –Miró hacia los demás, el público de mi tragedia. –¿Acaso no hay rostro más bello que la desesperanza?

    La gente sonrió como si realmente amara esa parte de él. Pero yo lo repudiaba

    Me está encarcelando. No puedo responderle, no puedo… yo realmente perdí la libertad frente a él.

    -Creo que las cosas se te están yendo de las manos ¿No, Usagi? –La gente miró con agilidad de dónde provenía esa voz. Keiichi estaba enfrentándolo. –Tal vez él no pueda responderte, mientras tú te divierte cosechando su dolor y mostrándolo como un trágico cuadro de pintura. –Él se quedó en silencio y observó a mi amigo como si estuviera a punto de reírse. –Pero, al fin y al cabo, no está sólo.

    Se mantuvo el silencio de voces, pero la música consentía lo que ellos decían. Rápidamente tomó mi brazo y nos retiramos, para tomar un Taxi y volver a casa. Keiichi volvió a salvarme por segunda vez de Usagi Akihiko.


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    Espero les halla gustado.
  8. .
    Tenemos una nueva integrante :') Qué lindo que a alguien le atraiga este fic e.e Eres bienvenida al paraíso de le sensualidad..

    Bueno, no sé ¿Es sensual? Hay veces que lo leo y miro, error por acá por allá por acá por allá e.e Creo que es el eterno dilema de la escritora

    De todas formas :) No hay mejor medicina para un escritor que los comentarios, realmente aprecio que estén aquí para comentarme y darme alientos, se los agradezco mucho

    Pd: Usagi es tan jodidamente hermoso, sensual, sexy, con un sex appeal elevadísimo, lo violo, lo cojo, lo hago uke, de todo e.e

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    Luego de leer ese mensaje elevé mis pensamientos y observé la habitación... Los rastros de ropa, las huellas dentro de la casa.

    Mi almá calló de golpe a mí mismo y la alarma dentro de mi cabeza, esa alarma llamada "Cordura", explotó dentro de mi cabeza.

    Corrí hasta la cama e intenté desperté al ogro, luego sentí una punzada en donde ya sabrán, aullé un poco y él se despertó. Lento pero seguro, como si realmente no importara, vestía su ropa mientras la conseguía en el piso. Y sin decir nada se retiró. Quedé un poco atontado de la situación... ya que esa demostración y devoción hace un momento se desvaneció en este momento ante su rostro endurecido y sin piedad que sostenía esa efímera y profunda mirada.

    Cuando noté la hora envié otro mensaje a Keiichi "Acabo de despertarme, asique estoy bañándome, entra cuando llegues"

    Acomodé un poco los lugares que ocuparon la anterior situación para luego bañarme. Sin antes quedar aterrorizado por la persistencia de las marcas de obvios besos que recorrían desde mi cuello hasta mi pecho.

    Asique resongando entré a bañarme y comencé a divagar en el tema. Toma nota: 1º Las marcas están bien en lo alto de mi cuello, asique un cuello de camisa no lo taparía

    2º Son exageradamente Notables, no pasarían desapercibidos ni con maquillaje (Como si tuviera)

    3º Keiichi seguro se burlaría todo el día de esto.

    4º No podría difrutar de una buena noche ya que las mujeres no quieren a alguien marcado.

    MIERDA, MIERDA, MIERDA. Odio a ese tipo y a su sonrisa que dice: "Querido, he nacido para lograr que pierdas" ¿Quién se cree que es para hacer... LO QUE SEA QUE FUERA y luego retirarse como si hubiera pagado a una puta personal? ¿Quién se cree que es diciendo que le pertenezco? Y, mucho más importante ¿Quién se cree que es para dejarme marcas como si fuera su perrito?

    Entonces recordé uno de los tantos sabios consejo del perverso Traidor de Keiichi "Por si no lo sabías, una marca es una acumulación de sangre... Por lo tanto si lo peinas desaparecerá. Eso quiere decir que liberas la sangre y no queda marca"

    Haciendo lo que él dijo prontó me liberé de los que estaban justo en el cuello, cuando la puerta se abrió y supe que era Keiichi, corrí a mi habitación y la cerré.

    -Misaki, en 15 minutos pasa el transporte aquí. -Dijo gritando mientras escuchaba sus pasos entrar a la cocina.

    Me sentí un poco más relajado y comencé a vestirme. Lo básico: Un pantalón jeans oscuro, zapatillas que hacían juego con el pantalón y una camisa Blanca con líneas negras.

    Luego salí y vestí un abrigo de saco negro y nos adentramos en la Trafic para ir a Picasso.

    ¿Recuerdan lo que sucedió en mi sueño? Fue completamente tal cual, las bebidas, los momentos en los que se unieron para compartir la bebida, la chica que calló encima mío. Los hombres que vimos tirados en el frío cuando queríamos entrar al boliche y el mismo pensamiento de que eran estúpidos. La persona que cuidaba la entrada, era exactamente la misma e hizo lo mismo que la vez pasada.

    Estabamos en frente del Calor del Pleno Invierno. Una vez adentro, por alguna razón, intenté buscarlo. Porque tal vez en mis recuerdos lo confundí con él, y si lo había confundido y había tenido ese tipo de sexo con una persona completamente desconocida, entonces tenía mucho que reprocharle a mi moral.

    Asique empujé a las personas que querían distorcionar mi trazado camino en buscarlo. La multitud... Nunca la había sentido tan molesta. Keiichi me había seguido a través de la gente sosteniendo fuerte mi brazo para no perdernos y solía gritarme preguntándome a dónde íbamos. Pero fingía no escucharlo por el sonido de la música.

    Fue en un segundo en el que vi su cabello plateado acompañando la música, esa música romántica. En ese momento fue perfecto abrirme paso para ir a verlo, y tal vez hablarle... Contarle que siento un jodido dolor punzante justo donde él hizo lo que quizo, decirle que pude borrar sus marcas, gritarle que no le pertenezco. Pero por alguna razón sentía desesperación, una desesperación igual a ser rechazado.

    Y es que tal vez, el tampoco me pertenecía, en ninguno de los apasionantes recuerdos que tengo él me ha pertenecido. Mucho menos si lo hallaba danzando con esta música romántica, junto a una chica de cabello colorado... Mientras su cabeza estaba posada en la de la dama. Su mano acariciaba lentamente su cadera y él demostraba que esto le gustaba. Se veía un cariño diferente al que utilizaba conmigo y lo sentí algo desgarrador, me sentí usado y mis ojos sólo podían conservar el hecho de sentirme traicionado

    ¿Era esto lo que llamaban perder tu juguete en manos de otra? Porque no podía seguir mirando como él no se percataba de que yo lo estaba mirando, cómo el no podía sentir mi perfume, mi presencia. Pero aun así mantuve mis pies allí mientras cuestionaba todo lo que había sucedido, mientras había perdido mucho más que sólo un tiempo. Senti algo como un agudo ahogo de mi garganta y la respiración ardía. Es que él se veía tan jodidamente perfecto al lado del bello cuerpo de esa mujer.

    Fue cuando el fijó su mirada a mi y heló todo mi cuerpo. Sonrió mientras acomodaba a la chica, los mismos gestos como si fuera a besarla. Medí los pasos que él daba como si lo estuviera desafiando y el dió el paso besándola mientras me observaba. Sentí algo parecido al sabor de una traición y me alejé buscando la barra para pedir un trago.

    Me sentía débil, me sentía aterrado, la música resonaba en mi cuerpo y sentía que estaba a punto de debordar las lágrimas.
  9. .
    Ni que te gustara el Lemon Misaki :3 Desvergonzada! Me encanta como relatas, disfruté mucho el leerte :D Continúa dándonos regalos, muchos regalos :D
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    Hola a todos :') Después de tanto, tanto, TANTO tiempo... Voy a continuar este Lemon. La verdad es que me había gustado mucho, jamás había logrado plasmar tanto una situación sin estar usando el "Y pasó su mano por acá, la posición así, la cosa asá" Lo que yo quería es que, a través de pequeñas indicaciones, uno tuviera la imaginación de armar toda la situación amorosa. Y es que es así, lees el pensamiento de Misaki mientras vas dibujando las situaciones con el Salvaje de Usagi... Por DIOS es tan sensual.

    Sin más que decir... Continuemos...

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    Estando encima de él, con la puerta de la lujuria abriéndose para dejarme pasar. Difícilmente podrías resistirte, mucho menos si tu pareja es un maldito demonio besador, y un maldito demonio besador que Sabe besar cómo y dónde es debido. Me consume su calor atrapante, sus manos desgarrando el interior de mi piel, las caricias que deliberadamente libera sobre mi pecho, su respiración levemente arrastrada y sus ojos efímeros, tan efímeros como la lluvia de verano.

    Este hombre es una tormenta.

    Una tormenta en la que permito empaparme, empaparme de todo lo que respecta a esta persona. Justo en ese momento quitó su camisa y develó mi mayor estremecimiento, su cuerpo varonil, malvado y algo sensual. Ese detalle que creo que él sabría tener.

    - ¿Dónde está tu habitación? -Alzó mi cuerpo como si de una princesa se tratase.

    Tarde en responder, cualquier persona tardaría en responder. Ya que... podía escuchar sus latidos galopantes y sentir su respiración que ensanchaba su pecho.

    -Al final del pasillo.

    No tardó en llegar y recostó mi cuerpo sobre la cama que desordenada se encontraba. Fácilmente desabrochó el cinturón, sus manos no eran para nada torpes y el único nervioso aquí era yo. Bajó su pantalón de vestir oscuro y vi otro estilo de Boxers, no sabía de qué color eran ya que la oscuridad era un poco persistente en este lado de la casa. Pero luego de tirarlo se acercó a mí, acechando nuevamente.

    -Puedo escuchar tu respiración agitada. -Sonrió nuevamente de lado y a gatas llegó a mí.

    Lo sé, me estaba dejando llevar aunque la voz de la culpa se alarmara en mi cabeza. Entonces se metió en mi entrepierna y sobre la tela de mi ropa interior sentí el tacto de su verdadero ser. Estaba algo asustado, asique me aferré cerca de sus clavículas mientras la respiración desarreglada me permitía mantenerme despierto.

    -¿Cuánto tiempo esconderás tu rostro? ¿Cuánto tiempo tendrás miedo? -Acarició mi pecho y mordió mis pezones mientras ajustaba su cintura a la mía.

    Esa esencia por la que raramente te dejarías llevar, estaba ardiendo, y sentí como si una roca intentara provocarme de una manera algo sexual, y es que si esto no era sexual con un tono de sensualidad, nada podía llegar a serlo.

    Aferrarme a él era todo lo que valía la pena es este momento mientras él preparaba el banquete a su manera. Mis manos desgarraban su musculosa espalda que se erguía frente a mí, frente a mi desesperación de escapar. Yace mi alma muy lejos de mí y el cuerpo y el calor me han consumido, este hombre ha consumido por completo mi existencia.

    -¿Hasta cuándo seguirás con este juego? -Supongo que es momento de que juegue a mi verdadero yo, el oculto.- ¿Cuánto tiempo dejarás que queme? -Empujé a mi compañero hacia atrás y me senté en su regazo mientras meneaba levemente ese lugar.

    Noté una sorpresa seguida de una sonrisa cautivadora. Una sonrisa de un niño que obtuvo lo que quería y elevó levemente sus caderas, cautivando a alguien allí dentro de la tela.

    -Esta pasión lentamente consumiéndose va a ser nuestro pecado más grande.- Dije en un momento de arrebato cuando él quitó mi bóxer y los dos nos encontrábamos mostrándonos completamente

    -Mientras tanto arderemos como el fuego.-

    Saboreó mis labios con pasión, esa pasión incontenible, de un arrebato. Cuando el calor y la transpiración se juntan en el vaivén, sus brazos oprimen mi cuerpo y es acompañado por su lengua que juega hasta cansarse, pero no logra cansarse y sus manos bajan hacia esos muslos... Esos masajes que no te dejan en paz, en silencio y aúllas la pasión ahogada dentro de su boca, esa boca que devora tu voluntad inocente y la sintetizan en la perversión.

    -¿Cuánto tiempo dejarás que arda?

    Entre gemidos y el desdén de amarlo corporalmente, amarlo mientras mordisquea mi cuello y se libera hacia mi espalda, girándome en el transcurso, mientras halla esa parte más oscura dentro de mí y su lengua es el primer lubricante de la noche que asoma por ese lugar. No dejo de "Pensar" que todo esto está llegando a un éxtasis efímero.

    Su rostro se adentra y saborea mucho más de dónde buscaba, una entrada al placer más simple. Elevo mis caderas y recuesto mi cuerpo, como un gatito alzado que espera ser devorado, estoy esperando serlo.

    -Lo suficiente

    Luego entra siento que algo ha pasado dentro y no es necesariamente "Grande" asique de seguro es un dedo. Duele, pero no lo suficiente como para olvidarme que esto es el placer más grande de todos. En un meneo inconsciente, intenta traspasar otro y logra entrar con total éxito, mientras él jugaba a moverlos para darme a entender.

    Está llegando más profundo, y no necesariamente "Profundo" de Físico. Esto va mucho más allá de un simple rose de cuerpos. Tiene algo que me hace enloquecer. Perder los estribos como para dejar que esto esté pasando.

    Después de un leve corto de tiempo, su mano desapareció de allí y tuve una pequeña duda por lo que miré hacia él y vi que estaba pensando "Eso". Entrar de una manera más directa. Sostuvo mis caderas con sus dos manos y apuntó allí, se deslizó con precaución pero un salvajismo recorría sus movimientos, es especial en la forma en que sostenía mis caderas, como si él estuviera aguantando partirme en pedazos.

    Asique fue llegando, anunciándose con un dolor que esparcía placer e inhibía mi posibilidad de moverme. Grité levemente cuando el tapó mi boca, apoyando su pecho contra mi espalda mientras estaba dentro.

    -Misaki, me perteneces.- Un susurro candente que congeló todas mis neuronas

    Quise responderle, pero el comienzo de las estocadas no permitió que eso sucediera. Sentía como sus manos deliberadamente jugueteaban con mis tetillas mientras besaba mis hombros, recorría el camino de mi columna vertebral. Este salvajismo que se instaló en mi cabeza me deja mantenerme tranquilo pero absorto en sus movimientos.

    Fue cuando tiró su cuerpo hacia atrás y terminé sentado en su regazo mientras me abrazaba. Este movimiento continuaba en saltos y le dejaba camino libre al cuello. Con su mano que se encargó de dar un Tour de placer a mí mismo y la otra que profanaba mi boca y ahogaba mis gemidos ocultos dentro de mi orgullo. Y sus labios, esos labios pecaminosos que desbordaban todos mis sentidos a través de mi espada, sentí que esta vez había perdido la conciencia del placer que esto significaba.

    Y un tiempo después, dormimos en la misma habitación. Hasta que desperté alertado por el tono de mensaje en el celular:

    "Hey, Misaki, en media horas estoy allá y vamos a Picasso" -Obviamente era Keiichi y no podía dejar que me viera en esta situación.

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    Hasta acá llegamos ¿Qué tal, les gustó el Lemon?

    Lo continúo después...

    PD: Me gusta este Misaki Lascivo ¿Qué piensan ustedes?
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    Hola a todos! Disculpen la tardanza, la verdad es que no he tenido ni tiempo para sentarme a escribir, y realmente continuar desde la última parte es medio raro. No sé por qué, y tengo el dedo índice destruído con un tajo, Seré masoquista queriendo escribir aun estando así?

    No lo sé, pero duele :(

    _________________________

    Dicen que hay un destino que nos irá tachando lentamente, justo como el ojo de una mujer buscando a su amado entre tanta gente. Así es, el destino elegirá a quién desvanecer y a quién mantener vivo.

    Pero yo, yo no creo en el destino, asique me dio risa el hecho de sólo pensarlo. Supongo que tenía que pensar en algo antes de dejarme caer ante la bestia sedienta que tenía frente a mí. La cual carcomía mis labios, como si fuera un ácido que se apoderaba de mi conciencia, dividiendo dentro mi Cuerpo y Alma, luchando por saber quién podría llegar al pecaminoso hombre frente a mí y quién podría escapar.

    Y tal vez estaba enloqueciendo, forzado por el sueño que tuve de aquella noche, pero disfruté cada susurro y cada caricia que su cuerpo exponía ante mí.

    -Dime tu nombre -Su voz ronca y apasionada resonó en mi tímpano mientras él me sostenía debajo de él.

    El suelo se sentía mi única salvación a esta tortura pasional.

    -Mi-Misaki -Temblé ante el ardor de sus manos exponiéndose dentro de mi camisa.

    Sentí el sonido de una sonrisa por sobre mi oreja y temblé al esperar su siguiente paso. Lentamente cada botón fue desapareciendo de la agujeta, sus labios se apresuraron a pasearse por mi cuello, quemaba el calor de su cuerpo.

    Y era aquí cuando él me dividía, tajante y manipulante. Mi alma quería huir del presunto abuso que este hombre estaba haciendo pero, mi cuerpo no podía mover un sólo dedo que él no permitiera, no podía arriesgarse a perder semejante fuente de placer que entorpecía cada uno de mis movimientos.

    Fue cuando mi camisa desapareció por completo y me encontraba en desventaja de aquellos ojos que observaban lujuriosos, contemplando cada detalle como si fuera una preciosa pintura, sólo que esta podía ser devorada. Y pude notar como una esquina de sus labios se tensaba para formar una sonrisita de victoria. Entonces mi alma tomó el control y en un movimiento rápido quise intentar escaparme. Pero, supongo que todo intento de rebeldía, se volvía inútil ante él. Pues con mucha facilidad, estampó mi cuerpo contra el suelo y elevó mis brazos para sostenerlos por sobre mi cabeza.

    Muy bien Jugado, pervertido.

    Asique me encontraba en la única opción de dejarme llevar por mi cuerpo o pasar un mal momento, y en esta situación, ante sus labios presionando los míos y su lengua saboreando todo lo que encontrara por delante, no podía pensar para nada con claridad.

    Un leve gemido resonó cuando acarició mi espalda, justo en el momento en el que apretó mi piel para sostenerse y lamió mis tetillas para ahogar la temperatura que nos confundía. Comunicándose entre manos que iban dejando una leve melodía, una melodía tan incoherente que me haría perder la conciencia en el calor profundo de su aliento sobre mi cuerpo.

    Y una vez más volvió a reinar mi cuerpo y lo abracé para poder mordisquear esa tenue marca que vi en su cuello, una sombra. Escuché algo parecido a una risa y el envolvió sus brazos sobre mi cintura. Le fue fácil hacer que me siente en su regazo mientras, pude sentir que algo presionaba allí abajo y un pesado miedo recorrió todo mi cuerpo ¿Hasta dónde estaba llegando esto?

    Pero a él no pareció molestarle, porque en un movimiento rápido dejó una marca en la unión entre mi hombro y el cuello, luego mordió ese mismo lugar como si estuviera remarcando su posesión en mí. Mientras sus manos escalaban mi espalda dejando un cosquilleo incesante, yo no pude negar el hecho de aferrarme a su cuerpo como si fuera la escapatoria más aceptable.

    Noté que sus manos comenzaron a bajar y en un momento de frenesí mi pantalón calló al suelo, mientras se remarcaba la verdad de mi placer sobre el bóxer, supongo que él también lo disfrutaba. Porque no dudó en visitarlo con sus manos y jugar con él.

    Más gemidos en un holgado pasillo.

    Estando encima de él, anunciando mi placer en gritos ahogados de vergüenza, abrazándolo con una fuerza monstruosa y ocultando mi rostro sobre su hombro para que no mirara mi expresión, comprendí que no podía frenar el impulso de quererlo cerca de mí, devorando cada pequeña parte. Esto era un chiste de un aire amargo.


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    Si desean que continúe el Lemon Comenten ;) Los estaré esperando
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    Muchísimas gracias por avisarme Yuki :') Ya lo arreglé, disculpe las molestias ocasionadas.
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    Ah! Es la historia que me estuviste contando! No pensé que ibas a publicarla e.e
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    ¡Hola a todos, muchísimas gracias por comentar! ¡La verdad es que me ayudan mucho a querer seguir escribiendo! Se los agradezco :D

    Tengo un gatito chiquitito mirando lo que hago, es más tiernito :3 me encanta… Se llama "Mumu", está apoyado en mi brazo e.e Es una de las hijas de mi gata Maurice (Muris) Mumu quiere jugar con mis ojos, es tan tierna *-*
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    Dirán que es completamente tonto, o que tal vez no debería de haberlo hecho. Pero no iba a desperdiciar un sólo segundo la entrada que tenía en mis manos. Tal vez porque quería probar la validez de mi sueño o tal vez porque quería terminar el deseo latente de un festejo durante la noche. Muchas cosas podrían haber sido las que me condujeron a esta decisión pero, de algo estaba seguro, iba a romper cada fibra de mi sueño anterior.

    Cerca de las 11am Sumi estaba golpeando la puerta de mi casa. Apresuré el paso para abrirle y ver esa sonrisa de campeón por haber terminado de rendir la última evaluación. Asique tomó aire y comenzó una carcajada que duró hasta que nos dirigimos a una tienda más cercana. Pensé que estaría bien acompañarlo, algo diferente de lo que mi sueño había dicho. Asique fui con Keiichi a comprar las bebidas, él sólo reía.

    -Asique soñaste todo lo que vamos a hacer esta noche... -Sonreía mientras abría los frigoríficos de la tienda.- Y para agregarle algo de humor, creíste que hoy era sábado y no rendiste. -Tomó la botella de Ron y aunque no habíamos hablado de qué tomar, pensé que él la tomaría.

    Por si lo preguntas, es obvio que oculté que en mi sueño había sido besado por un hombre, en un simple juego y que había quedado en un estado de excitación. Sería igual que largarme a un precipicio sin siquiera un paracaídas. No todos los días le comentas a un compañero que tuviste un sueño "Homosexual" Tampoco podía tomarlo como un chiste y elevarlo a una Parodia, seguro se me habría escapado el hecho de haber visto como las luces jugaban con los tonos de su piel, como había sostenido mi cuerpo en el aire mientras me besaba, o como había profanado cada pequeña parte de mi boca... En fin, todo ese tipo de detalles que jamás le contaría, eran cosas que no debían simplemente ser dichas.

    Nos trasladamos por los pasillos y llegamos a la caja registradora, Keiichi pagó cada una de las bebidas que llevamos, como ya sabrán: Ron y una caja de Jugo Baggio ¿Su preferencia? Durazno. Lo siguiente era regresar cada uno por su cuenta y prepararse para salir para luego encontrarse directamente en el transporte. Estaba llegando a casa mientras memorizaba cada escena en mi sueño ¿Sabes? Aun siento el calor de la bebida ardiendo dentro de mí y me hace pensar, muchas veces, que no fue sólo un sueño.

    Justo en el mismo momento que ajustaba los últimos cerrojos para abrir mi puerta, otra rechinó en la sala. Y miré hacia un costado, girando mi cuello. Un escalofrío se rio de todo mi cuerpo y sentí que iba a perder algo más que el equilibrio. Saqué la llave del cerrojo y mantuve mi presión en el marco de la puerta.

    Era alto, su cabello plateado, sus movimientos algo refinados, su rostro mirando hacia lo alto y sus ojos filosos... Los noté ya que no estaba borracho y estaba lo bastante lúcido para admirarlo. Sus pasos eran elegantes y esbeltos, como si estuviera volando por los pasillos del departamento. Justo después de pestañear miró hacia mí y punzó cada una de las esquinas de mi cuerpo, justo como aquel beso que plantó sin previo permiso y que desnudó de mi mucho más de lo que esperaba.

    Le observé meditando sus próximos pasos. Como si algún tipo de soga transparente estuviera manteniendo todo su cuerpo en su lugar y no le permitiera caminar. Movió sus labios como si recitara algo muy rápido, debe ser ese tipo de "Ayuda-memoria" que solemos hacer cuando algo nos cuesta intentar. Dio media vuelta y caminó hacia la salida. No pude negar mirar su pronunciada espalda...

    Mientras disfrutaba de la delicia de su cuerpo, frenó drásticamente, como si hubiera sentido la picazón de mis ojos clavados detrás de él y volvió a girarse para mirarme. Lo sé, me estaba observando, y sus ojos estaban decididos. En ese momento dirigió sus pasos a mí y volví a sentir que era su presa y que el predador tenía hambre. Cerré mis ojos y esperé a que mi veredicto final llegara.

    A varios centímetros de mí se frenó y pensé que iba a hacer algo escalofriante, como tomarme en sus brazos y morder mis labios, desnudando su pasión para involucrase conmigo. Pero los segundos pasaron y nada había sucedido por lo que abrí mis ojos, levanté mi cabeza porque era alto y él me estaba mirando. Su propio pecho subía y bajaba tranquilamente por su respiración. Seguía vistiendo de traje y le sentaba tan bien. Apreté mi puño con fuerza, tenía miedo de recodar como él había aprovechado cada minuciosa reseña de mi cadera, o de mis labios.

    -¿Nos hemos visto antes? -Juro que esa pregunta hubiera sido una de las últimas que esperaría.

    -¿No? -Vamos ¿Qué podría haber dicho? no estaba del todo seguro de nada. Ah, y mis piernas temblaban.

    -¿No? -Llevó una mano a su barbilla mientras se posó de costado a la pared.- Tu rostro se me hace familiar...

    Añadió ese tono misterioso que utiliza alguien cuando intenta recordar y se me paseó por la cabeza que, el hombre que estaba enfrente mío, de quien desconozco el nombre, habría sufrido la misma noche que yo y soñó lo mismo. Entonces, ¿Él habría sentido todo mi cuerpo y por eso estaba buscando más? ¿Qué estaba pasando aquí?

    De un sonido brusco me arrancó de sus pensamientos, chasqueó sus dedos y sonrió justo como un niño... Me sentí algo tranquilo de alguna forma.

    -Tú sueles asistir a la Universidad Dorian. -Me señaló con uno de sus dedos. Y luego acarició levemente su cabeza ordenando sus cabellos plateados.

    -Sí, voy a ella. -Sonreí, él miró hacia su habitación. Luego hacia mi e hizo una mueca indivisible, no la entendí.

    Se retiró sin dar señal de responderme y pensé que era muy raro todo esto. Asique decidí dejar pasar todo lo que había pasado hace segundos y abrí la puerta de mi casa. Para cuando llegué a mi habitación miré el ticket que minuciosamente saqué de las manos de Keiichi y lo guardé en una caja de combinación dentro de mi ropero. Debía de ser un lugar seguro y tenía que tomar precauciones. Claro, todo aquello que tenga fecha y hora servía para situaciones imposibles como la mía: repetir un día. Aunque aún no lo creía, mejor prevenir que curar.

    No había necesidad de bañarme ya que lo hice horas antes, asique clasifiqué mi ropa y dejé que el tiempo pasara. Cuando resonó que alguien golpeaba mi puerta, dudé de quién podría ser, pero no tenía la más remota idea.

    Caminé desde mi habitación, por el pasillo para legar a la puerta principal y la abrí.

    La luz del atardecer se entremezcló en su piel y jugó con ella. Se mostró como aquel momento en que abrí mis ojos mientras nos besábamos. Supongo que tuve mucho miedo por lo que no dije nada durante mucho tiempo y reinó el silencio entre nosotros dos. Pero el dio un paso y tomó de mi cintura, plantando un beso de nuevo, de la misma forma y sin pedir permiso.

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    Muchísimas gracias por leerme :D Comenten qué les pareció ;)
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    Ajá! y ahora nos quedamos con la idea de que Misaki y Usagi se están separando monstruosamente? QUÉ CARAJO!
75 replies since 1/8/2011
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