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Hace medio millón de años que no subo nada y me apetecía mandaros saludos desde la tierra de los fish and chips (+ algunas fotitos extra) SPOILER (click to view)
Vuestra tata favorita desde la residencia
Fui a bath poco antes de volver a España por navidad. No es la mejor foto que he hecho pero tá bonita igual
La catedral de bath por dentro perfectamente una de las más bonitas de Inglaterra
El viaje a st fagans (pueblo de Cardiff) el más bonito que he hecho hasta la fecha
ESTABA CON LOS DIENTES LARGOS DE VER ESTE CUADRO EN PINTEREST Y EN BLOGS AESTHETIC DE TUMBLR Y LO HE VISTO EN PERSONA EN EL MUSEO DE BRISTOL NO SABÉIS LA ILUSIÓN QUE ME HIZO
Un poco más de bristol
Fotequele de regalo, el piercing es falso pero tengo ganas de hacérmelo de verdad, otra vez (es una larga historia)
No sé hacer fotos aesthetic pero son fotos que hago con cariño no soy fotógrafa profesional (It ain't much but it's honest work) -
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A lo mejor un día pongo esto bonito y tal
pero hasta entonces hola buenas tardes : D
Pues eso que me ha dado por subir cosillas que diseño y tal. No llevo mucho tiempo (alrededor de 2 años, camino ya de los 3) editando y no me considero nada espectacular pero bueno aquí estamos. Iré subiendo poco a poco y no esperen algún tipo de orden cronológico ni nada porque lo tengo to desordenado (perdón por ser como soy).
Y, en fin, no tengo realmente mucho que decir este tipo de cosas pa introducir un tema siempre se me han dado mal. Así que... espero os guste.
Algunos avatares:SPOILER (click to view)
Y esta cosa que hice ayer:SPOILER (click to view)
Y pues eso es de momento. No es mucho pero es trabajo honrado (?).
Espero les haya gustado y nos vemos a la próxima. Mañana más, pero no mejor, porque es imposible -
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Hola holaa ~
Si por lo que sea has visto este mensaje antes de ser editado, no you didn't. El caso, al final me ha salido ponerle el texto (no es lo mejor que he hecho pero está decente) y me ha gustado mucho el tutorial ^^ Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo y mira, aquí estamos por fin.SPOILER (click to view)
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Hey, hey, hey. ¿A que no me esperabas por aquí?No tan pronto al menos
Pues nada que llevaba un tiempo así como bloqueada y digo mira paso mejor sigo un tutorial que me digan lo que tengo que hacer que no quiero pensar y me he topado con el tuyo y pues me ha venido de perlas para sacudirme un poco el bloqueo de encima. No he seguido los pasos al 100% porque algunas cosas no me pegaban con el diseño que estaba haciendo. Espero que no te importe :/
Pero bueno que aquí te lo dejo. Muchas gracias por el tutorial ♡SPOILER (click to view)
espero que en tu pantalla no se vea muy saturado porque me da mucho coraje
que de pantalla a pantalla cambien los colores y este en concreto se ve feo si
está hiper saturado >:/ -
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Vengo a dejar una foto y me desaparezco no sin antes comentaros que sois todos la belleza personificada ysi SPOILER (click to view) -
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Buenas. Uff cómo se nota que hace tiempo que no subo nada en general (y menos por aquí). Pero bueno aquí estoy de vuelta y me vengo a estrenar con un tutorial porque si hay algo que he hecho esta cuarentena ha sido editar de una vez por todas. Así que eso, de ahí sale esto que espero que les guste. Me voy a repetir hasta la saciedad pero si hay algo que no entendáis u os quede dudas (porque me explico fatal) hacédmelo saber que es difícil que mi primer tutorial me salga bien a la primera y quiero mejorar (que no se note que estoy nerviosa).
Bueno, dejo ya de hablar y os dejo con el tutorial para aprender a hacer esto:
SPOILER (click to view)
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Bc me enamoré de yeri en los teasers de psycho no hay más preguntas señoría -
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En fin a nadie le interesa pero como he vuelto después de un hiatus bastante largo así que voy a dejar mi careto porque quiero y puedo SPOILER (click to view)
me gustan los filtros de instagram kdcirles
no sé a qué venía la foto espejo pero weno ahí la dejo -
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¡Hey, hey, hey! Seguro no me esperabas por aquí (no tan pronto al menos) Pero aquí me tienes molestando.
Honestamente no lo habría hecho tan pronto de no haber sido por que me cancelaron las clases y porque no me puedo volver a dormir. Anyways, es un tutorial muy facilito de seguir, lo cual te agradezco infinitamente. Además se hace en un momento, lo único que me llevó más tiempo fue la font pero bueno, ya sabes que como soy una novata aún batallo mucho con eso. Pero bueno, no ha estado nada mal el resultado.
Te lo dejo por aquí:SPOILER (click to view)
Muchas gracias por hacerlo <3
¡Nos vemos! -
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Me he tardado demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que este tutorial me lo dedicaste tal cual (cosa que siempre agradeceré) Y por si fuera poco no voy a hacer un post muy extenso puesto que es tarde. En fin, me tomé el paso de no hacerlo todo al pie de la letra muy literal xD A ver, que de base se ve que tomé el tutorial como referencia pero le añadí algunas cositas extra porque sentía que le faltaba un toque (traducción, le agregué unos overlays a los cuadritos chicos). Y tal y como ha hecho Flam, no me atreví a ponerle texto por miedo a arruinar el edit es que todavía me hago lío y al final me cargo los resultados, y tenía miedo que, habiendo llegado hasta donde había llegado y estando satisfecha con el resultado, destrozara el edit con un texto chapucero. perdónenme
Dicho eso, dejo mi out (que, spoiler no tan spoiler, es mi nueva firma):SPOILER (click to view)
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U P D A T E
Pues hice algunos retoques en la firma. Básicamente le añadí un PSD (este) y me atreví a colocarle algo de texto y, milagrosamente, no la fregué. Edito el mensaje porque quiero que se vea también el anterior ya que igualmente estoy orgullosa de como me quedó (y pa que se vea el contraste)
Anyways, aquí el nuevo resultado:SPOILER (click to view)
Edited by Okami-san - 30/9/2019, 15:30 -
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No tengo mucho que decir. Ya sabes a lo que vengo y llevamos chillando practicamente toda la tarde de ello.
Batallé con él texto y siento que ahí me cargué el edit, pero vamos, que te lo puedo pasar sin texto y aquí no ha pasado nada.
Sin más dilación, mismo tutorial, distinto resultado -
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Guess who's back. Back again
Literal te lo he comentado hace un rato y, aunque ya hemos hablado de retomar nuestras viejas historias, debo dejar constancia de nuevo de ello por aquí porque es que Vinay me ha conquistado tanto que no puedo evitar lanzarme de cabeza a por él (también porque sería otra historia contigo, y eso siempre es maravilloso, vamos a decir las cosas como son)
So, básicamente eso akdkakfkad nada más que, como te dije en el MP, esperes por lo menos por mí unos días porque no será hasta mañana que tenga disponibilidad al 100% Y ya a partir de ahí ya armo a mi niño (que ya tengo ideas *wink wonk*)
Nada más pasaba para molestar y decir eso xD
Espero estés teniendo un bonito día ♥ ¡Nos vemos al rato! -
.In fact I shouldn't be doing this because I'm about to go to the movies and also I'm running low on battery but above all I am w e a k. So here we are
Después de batallar internamente conmigo misma he decidido que NECESITO (intentarlo al menos) una historia con Clancy/Hesper.
Te dejo este mensaje de a rápido para mostrar mi interés por el chiquillo y que esperes por mí al menos este fin de semana (sé que no reservas/apartas ficha, pero es que si no no me da tiempo)
Btw, la contraseña (porque soy buena y sí me leo las normas ;v)SPOILER (click to view)€t@nñ20m8s
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ya iba siendo hora de cumplir con mi deber (?)
Lo prometido es deuda. Y ya era hora de presentártelo de una vez por todas porque me llevó un tiempo preparar a mi nene y otro tanto (más del que me gustaría reconocer, a pesar de que he usado tus códigos :v) preparar la ficha y que quedara re bonita y presentable. Era necesario (me moría por que conocieras ya a Seith y me esmeré en hacerlo) Pero la vida se me puso en medio, la universidad empezó a crujirme viva y por si fuera poco se me vinieron ciertos asuntos familiares *le cries in andaluz* Pero bueno, no entremos ahí mucho en detalles, la cuestión es que al final no me morí y estoy de vuelta con mi niño.
Vas a ver que es más bien larga, sobre todo por la historia del pasado de mi niño (aunque no lo cuento todo) y, en condiciones normales no lo haría así, pero necesitaba poner más o menos en contexto para entender la actualidad en la que vive el muchacho y cómo llegó hasta donde está. De hecho, la he planteado como una historia.
También por explicar un poco la época, por la ficha de Hesper yo me he quedado con el rollo así steampunk y por tanto he situado más o menos mi ficha en los inicios de una época victoriana donde la revolución industrial está en pleno apogeo y tal y cual (por no hablar de quele he dado a mi nene cierto aire a Oliver Twist *guiño*) Debido a esto hay ciertos oficios más o menos "novedosos" que ya verás (y si no de todas formas me explicaré mejor en los detalles post-ficha, esto que estoy escribiendo aquí es na más pa crear expectación)
Sin mucho más que comentar de mi parte (salvo disculparme de nuevo por la tardanza) te dejo ya con mi muchacho:SPOILER (click to view)QUOTE
«R A G A I R E»
(n.) late-night rambler, strolling-night reveller
ⓘ Orphan
ⓘ Scorpio sun, Cancer Moon, Pisces Rising.
ⓘ A collected yet emotional mess
ⓘ Down to earth yet full of dreams
ⓘ Embodiment of nostalgia. He just
doesn't show it
❝Anyone can love because
That's as easy as putting
a penny in your pocket.
But to love despite?
To know the flaws
and love them too?
That is rare and
pure and perfect❞
Files
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The sound of his mind
Earth — Sleeping at last
— Mi niño, la luz de mis ojos, siento tener que abandonarte —la voz de su madre aún resuena en sus recuerdos. Puede sentir la dulce caricia que le dio, la calidez que se le iba del cuerpo. Recuerda la luz que entraba en la habitación y las motas de polvo que danzaban en esta. Puede recordarlo todo, pero no es capaz de ponerle rostro a su madre— Dame la mano, hijo mío, y prométeme que cuando me vaya de este mundo tú no te quedarás solo, que no me vas a echar en falta y que no vas a dejar que te usen como quieran.
A día de hoy Seith sólo ha roto una de esas tres promesas.
Para comprender a Seith debemos olvidar que hubo un tiempo en el que tuvo otro nombre. Una época en la que cada día despertaba en una cómoda cama, vestía ropa limpia y tenía comida caliente en la mesa. Es preciso prescindir de una figura materna que lo adoró y cuidó hasta el último suspiro. Porque él ya ha apartado aquellos recuerdos en el rincón más recóndito de su mente, esperando que el tiempo los haga desaparecer, y ha matado al niño que una vez fue en pro de la supervivencia.
Y nosotros hemos de hacer como él.
Sonará duro y triste teniendo en cuenta que aún tenía que contar con sus deditos los años que tenía cuando quedó huérfano. Pero yo no quiero endulzar la realidad, yo quiero contar las cosas tal y como fueron, o como él mismo me las contó, al menos. Tras conocer el hospicio* al que lo llevaron y lo acontecido entre sus muros de piedra, fue lo correcto —quizá no lo mejor, pero sí lo adecuado en su situación. Porque Seith llegó al hospicio con el libro de cuentos que su madre le leía antes de dormir —lo único que había rescatado antes de que un señor con cara de búho se lo llevara de la que hasta entonces fue su casa, y lo único que conservaría— y la vaga e infantil sensación de que en cualquier momento llegaría su madre a recogerlo de aquel triste sitio.
La realidad no tardó mucho en golpearlo.
No pasó ni un mes de su llegada al hospicio cuando ya había sido rentado como deshollinador. Fueron meses duros, al menos cuatro, quizá incluso medio año. Fueron meses asfixiantes llenos de polvo y carbón donde el pequeño resquicio del gris cielo londinense parecía de un blanco cegador desde la negrura de las chimeneas. Fueron unos interminables meses hasta que perdió la pierna. No recuerda el día concreto, pues cada día en aquella época era igual al anterior, sólo escucha gritos provenientes de lo más profundo del horno y de repente está atascado y un punzante dolor en su pierna derecha hace que todo a su alrededor deje de existir.
Para cuando despierta está de vuelta en el hospicio y le quema la garganta. Una enorme figura parada frente al camastro donde descansa apuntaba algo en un libreto. Cuando trató de moverse, notó lo aparatosa y sospechosamente pesada que se sentía la pierna que se le había quedado atorada. Para su horror, de pierna ya no hay nada, sólo una masa ennegrecida llena de vendajes y un complicado aparato de hierro.
— No te asustes, cuando te quite el resto de pieles muertas y te des un buen baño verás cómo no está tan feo como parece —dijo el hombre que lo "vigilaba" (porque no apartaba la vista del libreto en el que con tanto esmero escribía). Seith no se calmó en absoluto, pero no dijo nada.
Ese fue su primer encuentro con el "cirujano de hierro". Tras aquel incidente no volvió a su oficio de deshollinador, pues meter su aparatosa pierna protésica por las estrechas chimeneas sería demasiado complicado y acarrearía más problemas que beneficios, por lo que se quedó en el hospicio hasta que fuera alquilado para un nuevo trabajo de nuevo. En ese tiempo empezó entonces a cuidar a los más pequeños, niños de uno o dos años que o habían sido abandonados a los que su familia ya no podían mantener o de madres solteras de bien cuya reputación estaba en juego y no podían permitirse tener una bendición.
Le cogió especial cariño a un niñito de cabellos dorados y permanente sonrisa hasta el punto de considerarlo su hermano, aún tiene presente su nombre: Edric. Literalmente alimentó al chiquillo y juntaba su jergón a la cuna por las noches para cuidarlo cuando llorara, lo vio crecer y lo adoró de la forma más pura que un chiquillo en sus condiciones podía hacer.
A los demás les leía los mismos cuentos que su madre le contaba a él con tanta ternura, los alimentaba con paciencia —a menudo teniendo que sacrificar su propia comida porque otros niños, en vista de la dedicación que le ponía a su tarea, le robaban el cuenco de gachas— y, en ocasiones, era el mandado para traer al médico con toda la prisa de la que era capaz de llevar con su pierna.
Estuvo presente en al menos cuarenta y tres operaciones del cirujano de hierro en esos meses, observando en silencio y dando la mano a los niños llorosos para infundirles valor. Tendría unos ocho años. Al principio eran cuestiones simples, la mayoría consistían en reponer dedos a los niños que se los dejaban en las trampas para controlar la población de ratones en los dormitorios —las prótesis eran baratas y el procedimiento sencillo, el tratamiento contra la peste y la rabia no tanto. A veces eran intervenciones más delicadas y sanguinolentas, y ningún niño de su edad habría aguantado. Él no fue la excepción, a menudo se le saltaban las lágrimas —nunca hizo un escándalo, eso sí— y en más de una ocasión había tenido que salir a vomitar al ver a aquel hombre cortar miembros fracturados con la tranquilidad de quien descuartiza un pavo para Navidad.
Sin embargo, había algo en la forma en la que la mecánica y el cuerpo humano se fusionaban que hacía que la sangre y el olor a carne quemada valiera la pena. Por mucho que le revolviera el estómago.
El cirujano no era un hombre delicado precisamente; daba a beber licores fuertes a los niños para adormecerlos y poder obrar su labor —pequeños buches cuando eran cosas simples y botellas enteras para operaciones grandes—, soltaba maldiciones en voz alta cuando los niños lloraban demasiado y en voz baja cuando la operación se le complicaba. Su voz era increíblemente profunda, tanto que si alguien le hubiera dicho que era un ser venido de las profundidades de la tierra Seith lo habría creído a pies juntillas, y cuando te gritaba te hacía temblar entero a ti y al suelo bajo tus pies. Tenía pelo en todas partes menos en la cabeza, sus fornidos brazos podrían mandarte a la otra punta del mundo de un manotazo y sus manos eran enormes con dedos gruesos. Nada en él parecía estar hecho para la delicada tarea de ligar carne con metal, de trabajar con venas del tamaño de un cabello y mecanismos como botones y, contra todo pronóstico, lo hacía.
Alguna que otra vez le preguntó el porqué de su insistencia a acompañar a los otros niños, aún cuando era obvio que le daba pesadillas.
— Tú ya tienes lo tuyo —le espetó, refiriéndose a su latosa pierna— No entiendo por qué querrías ver cómo tus amigos pasan por lo mismo
— No son mis amigos —aquello era una verdad a medias, no es que no se preocupara por aquellos niños, pero eran su responsabilidad, no podía considerarlos amigos. Menos aún cuando eran más pequeños que él —únicamente Edric ocupaba un sitio en su corazón. En aquel sitio nadie era amigo de nadie, sólo conocidos que compartían la orfandad— Y me quedo porque tengo curiosidad
— Te gusta la mecánica medicinal, ¿eh?
A Seith le gustó cómo sonaba. Mecánica medicinal.
Una idea empezó a gestarse en su cabeza. Pero antes de que pudiera darle una forma concreta y sopesarla fue alquilado como aprendiz en una fábrica para mantener una serie de máquinas hiladoras.
Sin duda fue una época confusa. Algo que aunque quisiera no podría eliminar de su mente. Las jornadas eran igual de largas y el sueldo igual de miserable que cuando trabajaba de deshollinador. Encima, lo poco que ganaba iba para el hospicio —aunque él se las ingeniaba para quedarse siempre con al menos dos peniques de lo que cobraba.
Su trabajo no terminaba ahí. En el hospicio había tomado por costumbre a cuidar a los niños, a asearlos y a mantenerlos entretenidos, ganándose así el apodo de Nana —todo esto porque no quería que los supuestos cuidadores, encargados de velar por ellos, los desatendieran. Siempre que me contaba su estadía en el hospicio mencionaba a estos como meros pastores que nada más iban detrás de las ovejas y nada más cuidaban de que no se perdieran. Según él, mientras no se mataran entre ellos y no desaparecieran, dejaban que los niños hicieran lo que les viniese en gana. Por no hablar de que, aunque ya no tenía tanto tiempo, seguía intentando acompañar al cirujano de hierro en sus intervenciones —alguna que otra vez le recordaba algún paso rutinario en el proceso y, aunque el hombre le gruñía y lo espantaba con un ademán de la mano, parecía hacerle caso en lo que le decía.
— ¿Sabes leer, muchacho? —le preguntó un día de la nada mientras guardaba su instrumentario.
Él asintió. Iba a la escuela de la parroquia todos los domingos después de misa y, entre semana, cuando podía, se escabullía del hospicio a una escuela de trapo en una fábrica abandonada al final de la calle —las clases con su madre las tenía medio olvidadas, pero al menos fue ahí cuando aprendió a leer. El cirujano no dijo nada. Pasadas dos semanas, sin embargo, al volver de un turno en la fábrica había un libro envuelto en papel vegetal sobre su cama. "Simbiosis de la mecánica y la biología" rezaba el título grabado sobre una gastada portada de cuero negro.
Seith comenzó a leer todas las noches, incluso después del toque de queda, manteniendo una lámpara de aceite debajo de la cama.« Soy una mezcla de muchas cosas: Sueños de algodón. Maneras de seda. Voz de azúcar. Pero mi voluntad es de hierro y mi corazón del más noble acero. »┊ Love is dangerousHizo un año trabajando en la fábrica. Y luego dos. Y luego la conoció.
┊ for your tiny heart,
┊ even in your dreams,
┊ so please dream softly
Era la hija de la gerente de su sección —básicamente, una mujer que se dedicaba a meterles prisa a sus compañeros y a él y les recordaba que eran unos inútiles para motivarlos a trabajar. Realmente no trabajaba allí, se ocupaba de sus hermanos pequeños mientras sus dos padres trabajaban, pero igualmente pasaba por la fábrica para llevarle el almuerzo a su madre y a los niños y jóvenes que trabajaban en su sección. Le fue difícil acercarse a ella teniendo en cuenta lo esporádicas que eran sus apariciones, pero un día Seith la encontró llorando detrás de la fábrica tras una discusión con su madre y él no podía simplemente dejarla allí.
Se llamaba Melissa, y pronto se hicieron amigos. Y a veces Seith se escapaba para verla, aún cuando acababa de hacer un turno de doce horas y debía volver al hospicio.
Con el dinero ahorrado había comprado tinta y papel a un tipo de dudosa reputación en la esquina del East Side —aunque él no era nadie para delatarlo, menos si le dejaba ambas cosas tan baratas— y empezó a diseñar sus primeras obras para le medicina mecánica de lo aprendido en el libro que el cirujano le había regalado. Gracias a las piezas sueltas que sobraban en la fábrica, comenzó también a llevarlas a cabo. Empezó por lo que él conocía: prótesis de dedos, brazos y piernas.
Un día hasta pudo utilizarlas. Era temporada de apareamiento y las ratas salían hasta de debajo de las losas del aseo y un joven se había dejado el dedo.
— Mierda —musitó el cirujano tras rebuscar por un par de minutos en la caja donde llevaba los miembros postizos— No me quedan dedos de su talla.
Seith vio su oportunidad. Salió como un rayo a su habitación y en menos de cinco minutos estaba de vuelta con una de sus invenciones. El cirujano lo miró como si le hubiera salido un tercer ojo de repente mientras él contenía el aliento y extendía —con toda la seguridad que era capaz de aunar, que fue poca— la mano donde tenía la prótesis.
— ¿Lo has hecho tú? —la expresión de asombro era algo inusual en el cirujano, que tomó con cuidado el implante mientras lo examinaba. Seith únicamente atinó a asentir con la cabeza, la voz perdida en algún lugar de su garganta por culpa de la emoción— No está nada mal, un poco rudimentario, pero servirá. Buen trabajo, muchacho.
Un sentimiento de felicidad que no había experimentado en años lo arrasó de pies a cabeza.
— Señor, ¿puedo saber cómo se llama? —preguntó con timidez. El cirujano lo miró por encima de las gafas que usaba cuando operaba.
— Blevins, Kenneth Blevins. Pero puedes llamarme Ken.
Y dicho eso, volvió a lo suyo.
A partir de ese día la idea que tiempo atrás desdeñó al empezar a trabajar de nuevo volvió con más fuerza que nunca. A menudo fantaseaba con Edric, que en aquel entonces tenía ya unos seis años, sobre su futuro: Cuando dejase la fábrica le pediría a Ken estar bajo su tutela y con el tiempo, cuando hubiese reunido dinero, le pediría a Melissa —con la que se seguía viendo— que se casara con él.
— Y entonces, como ya seré un hombre hecho y derecho, Melissa y yo te sacaremos de aquí y vivirás con nosotros.
Edric ponía cara de asco como cualquier niño hacía ante la idea de amar, pero en el fondo Seith sabía que le entusiasmaba la idea de irse con su Nana —porque por lo visto Edric fue de los primeros niños en llamarlo así— fuera de aquel maldito lugar.
Pronto el tiempo le truncaría los planes.
Unos dos años después sus perspectivas de futuro parecían sólidas y Seith sentía que estaba a punto de alcanzarlas, que con estirar la mano las haría realidad. Seguía estancado en la fábrica, y de hecho se había metido en peleas contras los abusones mayores que encontraban divertido asustar y hacerles la vida imposible a los pequeños. Todo eso es cierto... Pero había hecho grandes progresos en medicina mecánica; en ocasiones Ken le daba medidas para que hiciera prótesis y hasta le pagaba unos cuantos peniques por ello, por lo que se podía permitir de cuando en cuando comprar materiales —con los que le había hecho unas gafas nuevas a Ken para las operaciones en agradecimiento. ¡Incluso había besado a Melissa!
La fortuna le sonreía. Pero, como la fortuna era caprichosa e iba de un extremo a otro a su antojo, rápidamente se puso en su contra.
Estaba a punto de cumplir los quince, y su relación con Melissa iba viento en popa. Pero él cometió errores, y ella tampoco quedó exenta de culpa. Su pecado fue quererla con la pasión de un adolescente. El de ella fue darle falsas esperanzas. Nunca me contó con exactitud lo ocurrido entre ambos, siempre dibujaba la situación con palabras vagas y dejando cosas en el aire, pero al parecer el futuro que él planteaba no convenció del todo a Melissa y su relación se agrió hasta que tuvieron que ponerle un punto y final.
Lo que fue de ella después de todo nunca lo supo. Y prefería no saberlo.
Poco menos de un año después de aquel duro revés a su corazón, su pequeño y adorado Edric, a punto de cumplir nueve y que había entrado con él a trabajar en la fábrica el año anterior, moría en un accidente al accionar una de las máquinas desde dentro.
Ni siquiera Ken fue capaz de salvarlo.
— Hay cosas a las que la medicina mecánica no ha llegado aún —le dijo— En verdad lo siento.
Hubo un momento de silencio hasta que Seith dijo:
— Acépteme como su aprendiz. Por favor.
Era lo único que todavía no se había hecho añicos frente a él: la posibilidad de ser cirujano mecánico como Ken. No podría volver a la fábrica después de aquello —y, de todas formas, no le quedaba mucho tiempo, pues necesitan niños pequeños para colarse en las máquinas y acceder a los lugares más recónditos y él había pegado el estirón.
Aunque hacía mucho tiempo que el niño que vivía con su madre en una modesta casita a orillas del Támesis no existía, aquel día por fin tomó el nombre por el que lo conocemos y renació como Seith. ¿Y por qué Seith? Fácil, era un 7 de febrero. Y él tenía ganas de tentar a la suerte, de ser irónico.
Kenneth lo aceptó como su pupilo. Había estado viendo durante años cómo aquel niño callado y curioso se mostraba genuinamente interesado en su oficio y, como nunca pudo tener hijos —ni pareja estable—, estaba conmovido de que Seith admirara su vocación y él misma admiraba la dedicación que el joven demostraba hacia la medicina mecánica, incluso cuando tenía conflictos con la sangre y las vísceras.
Seith aprendió a domar su estómago ante la visión del cuerpo humano por dentro gracias a trucos que el viejo Ken le daba. Estudió como un condenado los tomos que Kenneth tenía en su estudio en pleno centro de Londres.
Aprendió entonces que lo que le fascinaba sobre Kenneth de pequeño era pura fachada. Conforme fue ampliando su educación en la materia y mejorando su técnica en la creación de prótesis y otros artefactos, descubrió que Ken era un cirujano más bien chapucero y no sólo por el hecho de que usara alcohol como anestesia. Sus prótesis tenían un diseño exageradamente aparatoso y complicado y en muchos casos dificultaban más la vida del paciente que otra cosa —un buen ejemplo de ello era la propia pierna de Seith.
A pesar de esto, nunca se lo echó en cara. Kenneth era el único adulto tras la muerte de su madre que se había preocupado por él, a su tosca y particular manera. Le había dado más de lo que Seith podía haber pedido: el conocimiento. Y nunca, jamás, le pidió nada a cambio.
Además de que Kenneth tenía sus propios problemas también. Pese a ganar un sueldo decente, tenía varios vicios que usaba para escapar de un pasado que lo atormentaba. Por ello, lo consumían varias deudas.
— No seas como yo, muchacho —le recordaba con frecuencia— El alcohol y el juego no borran tus problemas, sólo te crean otros nuevos.
Seith tomó muy en cuenta aquellas palabras.
Al año y pico de trabajar con Kenneth, Seith asistió su primera operación por su cuenta. Un hombre de la alta sociedad había perdido un ojo en un duelo por una dama, y requería de uno nuevo. Aquello era sumamente complicado, pues implicaba conectar el finísimo —y probablemente dañado— nervio óptico a la nueva prótesis. Por no hablar de todos los mecanismos que requería la prótesis para simular los fotoreceptores.
Seith trabajó como un poseso. En las semanas previas a la operación iba constantemente a casa del cliente a tomar medidas, cuidar de que el hueco no se infectara y a trabajar en la prótesis.
Fue entonces cuando lo conocí. A pesar de que el negocio de mi familia trataba de no inmiscuirse con la alta sociedad —otra cosa distinta era que ellos mismos vinieran y nos dieran una identidad falsa para proteger su anonimato—, él llegó al local de mi padre, con unas ojeras que le ocupaban media cara, una sonrisa curiosamente deslumbrante y dijo:
— ¿Cuánto me pediríais por una bolsita de opio puro? —colocó una bolsita con brillantes monedas sobre la barra para acompañar su pregunta.
Mi padre no daba crédito a lo que oyó. Mi hermana rió por lo bajo y mi madre sencillamente salió de la habitación.
Nosotros nos dedicábamos a llevar un fumadero. No éramos contrabandistas, así que aquella propuesta era una gran ofensa para todos.
Menos para mí. Tras la sarta de maldiciones —tanto en inglés como en chino— que mi padre le dedicó a Seith mientras le daba empujones para echarlo de su local, yo me apresuré a buscarlo. Ya que mi padre no parecía tener interés en el muchacho, yo al menos quería saber si tenía alguna razón para tan descarada propuesta o si sencillamente estaba loco.
Me contó a lo que se dedicaba, para quién trabajaba y de donde venía. Y finalmente me informó sobre el uso de los opiaceos como analgésicos.
— Si eso es cierto —le dije, reticente, yo nunca había oído sobre ese uso para el opio. No quería que mi padre me pillara, pero estaba intrigado— Mañana a media noche, en este mismo callejón, te puedo dar unos granos de opio puro por cinco chelines.
Él se sonrió, me estrechó la mano y me dijo que nos veríamos al día siguiente.
Yo no tardé mucho en averiguar que lo que me dijo sobre el opio era cierto. Y al día siguiente él ya tenía su opio y yo mis cinco chelines.
— Oye, sé que esto te parecerá raro pero... —se rascó la nuca algo cohibido— ¿Te importaría pasarme más opio cuando lo necesite? Digamos que mi mentor no se inclina a su favor y se niega a conseguirlo y yo preferiría no incordiarlo. Ya ha hecho mucho por mí
— De acuerdo, pero mi familia no puede saber nada. No vengas al local a menos que quieras fumar opio y deja que yo concrete donde nos vemos. Ah, y que quede claro, no soy contrabandista —le advertí.
Él rió y nos dimos la mano.
— Ya que vamos a tratar a menudo, me gustaría saber cómo te llamas.
— Huang Renjun, ¿y tú?
— Seith. Pero puedes llamarme Nana.
La ironía de que nuestra amistad empezara porque yo le vendiera el opio de mi familia es algo que aun a día de hoy me hace gracia.
La operación por lo visto fue un éxito, lo cual era maravilloso, pues no sólo la reputación de Seith y su maestro estaba en juego, sino que había además una suma importante de dinero.
Pero el verdadero milagro fue lo que ocurrió después:
— Podría adoptarte, ¿sabes? —comentó Kenneth un día en el estudio.
A Seith se le cayeron todas las tuercas de la prótesis que estaba haciendo de la impresión.
— Quiero decir —carraspeó el viejo— desde que te conocí cuando eras un crío no has hecho sino probar tu interés por la medicina mecánica y ahora has demostrado tu valía. Has hecho un trabajo excelente, incluso mejor de lo que yo podría haber hecho.
Seith sentía que se podría ahogar en sus propias lágrimas.
— Sé que no lo pasaste bien en el hospicio. Ningún niño lo hace, en realidad. Pero también sé que tú sacrificaste tu propia infancia para que otros huérfanos lo tuvieran más fácil. Y que lo de ese niño realmente te dolió.
El estudio se quedó en silencio.
— Yo no tuve hijos... Y sé que tú estás más cerca de ser un hombre que un niño —Kenneth pensó bien lo que diría a continuación— Pero no me gustaría dejar este mundo sin alguien que continuara mi legado. Y pienso que ese alguien podrías ser tú.
Lo que ocurrió en los días siguientes, el papeleo que tuvieron que hacer en el hospicio y demás sólo lo saben Kenneth y Seith.
Pese a ser ahora legalmente Seith Blevins, su hijo, no hubo un cambio demasiado notorio en el trato que Ken le daba. Sí, elogiaba el pulcro trabajo de Seith, pero cuando se trataba de elogiar a Seith como persona, sencillamente no era capaz y se limitaba a darle una palmadita en el hombro.
Seith lo comprendía, y eso le bastaba.
Sin embargo y, de nuevo, la fortuna se cebó con mi pobre amigo. Kenneth, que ya llevaba tiempo con problemas de la vista, se quedó ciego y todos sus pacientes pasaron a ser parte de Seith.
Este se empeñó en arreglarle la vista. Ya lo había hecho una vez y estaba seguro de que podría hacerlo otra.
— No —dijo Kenneth rotundamente.
— ¿Por qué no?
— ¿Cómo es que yo puedo verlo estando ciego y tú no? He perdido la vista por causas naturales, no por un accidente. Mis nervios óptico están muertos. ¿Qué es lo que no entiendes de eso?
Aquello tenía sentido, pero a Seith le dolía y no aceptaba aquella realidad. Ya había perdido a demasiadas personas como para dejar a Ken en la oscuridad. A los pocos días, Seith llegó a una conclusión: Si los nervios naturales de Kenneth eran inservibles, tan sólo era cuestión de crear unos nuevos que conectar a unos nuevos ojos, ¿no? Si eran capaces de recrear partes externas del cuerpo también podrían hacer lo mismo con lo interno.
— Eso es una locura. Nadie ha llegado tan lejos en medicina mecánica —le objetó Ken.
— Entonces es cuestión de que yo sea el primero —repuso Seith.
A partir de ahí empezaron una serie de malas decisiones que los llevaron a la miseria. Seith empezó a gastar el dinero en piezas para experimentar con los nervios ópticos que tenía intención de crear. Pero cada proyecto era un fracaso y el siguiente requería de más materiales que había pasado por alto en el anterior modelo y así se iba encareciendo mientras sus ingresos menguaban.
El pago de las operaciones no era suficiente, pues todo se iba en su intento por devolverle la vista a Kenneth. Estaban al borde del embargo del inmueble del estudio, que era también donde vivían
— Seith... ¿Te acuerdas cuando te decía que no fueras como yo?
— Yo no bebo ni juego —respondió amargamente.
— Cierto, pero eso no significa que tengas otros vicios —Kenneth le puso la mano en el hombro para hablar— Hijo, tu vicio es querer tanto a los que te rodean que te desentiendes y te terminas dañando a ti mismo.
Seith me describió el dolor que sintió tras aquellas palabras como una aguja ardiente en el corazón.
— Será mejor que te marches
— ¿Y qué pasará contigo, Ken?
Él hizo un ademán con la mano, quitándole importancia.
— Yo ya soy viejo y he vivido más de lo que me merecía. Te adopté para dejar mi legado en tus manos, así que sal al mundo y crea una reputación para ti mismo.
Pero Seith se negaba a abandonar a lo más parecido a un padre que había tenido.
— Conozco un lugar al que podríais ir —le dije yo un día. Seith me miró con cara de pocos amigos.
— Si esto es otro de tus sarcasmos para reprocharme por mis malas decisiones puedes ahorrártelo
— Joder Seith, escúchame. Voy totalmente en serio. Existe una ciudad subterránea...
Él arqueó una ceja, escéptico.
— Claro, una ciudad subterránea porque mi maestro ahora es un topo
— ¡Que no es mentira! —le chillé, luego bajé la voz para añadir:— Lo llaman la Subrealidad. Es una serie de túneles y galerías antiguos que se descubrieron de nuevo a finales del siglo pasado y que ahora es a donde van a parar inmigrantes, familias al borde de la miseria que no quieren ir a las workhouses* y, en general, gente que no encaja en la sociedad. Pero te tienen que hacer una entrevista para determinar tu situación y ver qué puedes aportar a su comunidad.
Seith me miró con los ojos entrecerrados, como decidiendo si merecía la pena pegarme o no.
— Es bueno saber que puedo formar parte de un selecto grupo de miserables. Al menos así me consuela saber que no estoy tan solo y que tengo cierta exclusividad —comentó al final. Su tono era tan desdeñoso y sarcástico que tuve que ser yo el que le diera un buen zape en la nuca.
— Escúchame bien, pedazo de cabeza hueca, si confías en mí para lo del opio confías en mí para esto. No quiero que el mejor amigo que tengo desde que llegué a Inglaterra se quede en la puta calle como un mendigo. Así que si no quieres terminar de esa forma me harás caso.
Seith se sobaba la nuca, ceñudo, pero parecía que me estaba echando más caso. Suspiré.
— Puedo conseguirte un pase a la subrealidad con un chico canadiense que vive en ella. Se llama Mark y vive ahí con su padre y su hermano mayor. Él decidirá si tus dotes como cirujano mecánico son bienvenidas en la comunidad y si puedes ir con ellos.
Él asintió.
— Pero tengo que advertirte, ir a allí abajo significa una lucha constante por la supervivencia. Vas a tener que venir varias veces a la superficie para robar víveres y otros útiles necesarios para tu nueva vida. Así que si llegas a vivir a la Subrealidad, te arriesgas a convertirte en delincuente y a luchar constantemente por tu vida.
Él soltó una risa amarga.
— ¿Y cuándo he dejado yo de luchar por mi vida?
Veréis, a pesar de todos los golpes que le ha dado la vida y teniendo en cuenta su procedencia, uno creería que Seith no es más que un vulgar ladrón. Un niñato que no puede afrontar las consecuencias de sus actos. Pero no. Seith es una persona genuina que se ha ido enclaustrando en sí mismo con el tiempo. Pero él sigue teniendo esperanzas de un futuro mejor, sigue creyendo que algún día vivirá una vida feliz y traerá prosperidad a aquellos a los que ama. Porque Seith nunca ha dejado de amar. Lo puedo ver en la forma en la que le brillan los ojos al rememorar a Edric o a Melissa, en la forma en la que sonríe cuando me cuenta sobre la medicina mecánica y los proyectos que lleva a cabo y Kenneth, en la forma en la que me trata como su más querido amigo.
Es por ello que lo aprecio un montón. Y en serio deseo que obtenga lo que sueña. Lo merece.
Seith lleva viviendo en la subrealidad tres años con Kenneth aún a su lado. Aún viene a verme de vez en cuando.
ⓘ Hasta aquí lo que conocemos de la vida de Seith (lo que él ha permitido revelar, al menos). El resto está por escribirse aúnQUOTE(@tsubasa)
por el CSS pa decorar este desastre
Me VINE MUY ARRIBA CON ESTO. PERDÓN POR LO INSUFRIBLEMENTE LARGO QUE ME QUEDÓ.
Algunos datos post ficha. He tratado de ser lo más fiel posible a la época, manteniendo siempre esa vibra de steampunk y he hecho un MONTÓN de research:
— En primer lugar, en la época casi no habían orfanatos. Los hospicios eran lugares a los que iban los niños y, para mantenerse, los alquilaban a trabajos que necesitaran aprendices o familias que precisaban de sirvientes. Normalmente los niños empezaban a trabar a partir de los siete u ocho años. Las workhouses que menciono más adelante son básicamente lo mismo pero para toda la familia, lmao
— TE DIJE QUE ESTARÍAN EL RESTO DE SUEÑITOS. Y no pude evitar poner a Renjun como el mejor amigo de Seith que además nos narra su historia. Y hablando de él, quise hacer mención al candente tema de los fumaderos de opio de la época. Aunque esto se exageró en la literatura y realmente no había tantos como se cree, yo he querido hacerme de este dato para introducir a este adorable niño, es por ello por lo que Renjuan mantiene su nacionalidad china y su nombre. Y con Mark un poco más de lo mismo (aparte que veía innecesario cambiarle el nombre cuando el suyo ya es inglés :v) no lo menciono, pero el resto de sueñitos ya están en la subrealidad, todos por distintos motivos (menos Jeno, pero eso tú ya lo sabes) Y Nana enseguida le toma cariño a Jisung por razones más que obvias
— Hablando de la subrealidad, aunque este escenario me lo he sacado de la manga en realidad es una combinación de dos sitios subterráneos existentes en Londres: Las cuevas de Chislehurst y The London Silver Vaults
— Las escuelas de trapo que menciono eran muy comunes cuando la Reina Victoria ascendió al trono. Literalmente se usaba cualquier espacio privado donde se pudieran reunir varias personas (un piso, un almacén...) y personas de distintas profesiones daban las clases con lo que ellos sabían. Eran una especie de escuelas clandestinas para niños pobres pues la mayoría eran privadas y las públicas eran de la iglesia sólo los domingos tras la misa, así que eran un recurso de ir más a menudo a clase.
Ahora, sobre mi niño y el rol en sí:
— Seith literalmente significa "Siete" en gaélico. La madre de Seith era escocesa instalada en Londres, por eso Seith sabe algunas palabras. Y como es un número de la suerte, pienso que Seith quería reírse de su propia mala fortuna al rebautizarse así.
— Lo de que trabaja por las noches es relativo, pues en la subrealidad siempre está a oscuras (a ver, que tienen sus lámparas y demás pero sabes por dónde voy) Sin embargo él prefiere trabajar en sus inventos (aparte de cirujano mecánico realiza máquinas para facilitar la vida allí abajo) por la noche porque sabe que sólo así puede quedarse dormido sin ponerse a pensar en Melissa, Edric o la madre que ya está empezando a olvidar
— Esto es algo que no llego a mencionar en la ficha pero, tras su llegada a la Subrealidad Seith idea otra pierna protésica (la que muestro en la ficha) para poder moverse con más facilidad y sustituir el pesado cacharro que tenía antes que le hizo Kenneth
— Hablando de prótesis, a los niños se les cambian con el el tiempo por razones de crecimiento. No es plan de que un muchacho de 15 años tenga un brazo metálico de un crío de 6. Seith ha tenido tres prótesis sin contar con la que lleva ahora en la Subrealidad
— DETALLE JUGOSO. Seith descubrió que también le gustan los hombres porque... Bueno, digamos que tuvo un lío con Renjun 🌚🌚🌚🌚 Pero sin mayores sentimientos, sólo fue para aliviar estrés (y puede que porque le dieron un par de caladas a una pipa de opio pero shhh eso sólo lo saben ellos)
— Oh, Renjun no sabe con certeza la edad de Seith porque el mismo Seith no sabe cuándo es su cumple. Verás, en los hospicios se registra la fecha de entrada del niño, no su día de nacimiento. Muchos de esos niños ni siquiera saben el nombre de los meses, así que muchos no saben su fecha de cumpleaños y cuentan nada más con la fecha de ingreso al hospicio como única referencia a su edad. Seith solía recordarlo, pero con el tiempo su entrada al hospicio estaba tan difusa que no recuerda con claridad si tenía 6 o 7 años. Tampoco es que le dé mucha importancia. Sabe que es joven y eso le basta (Esto lo he hecho porque me dijiste que en una de las tramas, por la que yo me he decidido, querías que un muchacho más o menos de la edad de Hesper tuviera un encontronazo con él en el taller. Pero como no sé la edad de Hesper, pues tampoco sé la de Seith lol)
— Aún conserva el libro de cuentos de su madre. Que tiene a buen recaudo en su cueva en la Subrealidad.
— Hablando de cuentos, debido a que cuidaba a niños, cuando estos se cansaban de los cuentos del libro de su madre, Seith se tenía que inventar historias propias. Sin embargo, tras la muerte de Edric no ha vuelto a hacerlo. También es un buen dibujante porque dibujaba a los niños para mantenerlos entretenidos.
— Con respecto a Edric, no quise meterme mucho en detalles sobre cómo murió. Pero te lo digo porque tengo un headcanon con ello: Edric murió al soltarse una de las cuchillas en el interior de la maquina, la cual le cortó el cuello. El corte no fue excesivamente profundo y el médico de la empresa consiguió salvarlo, pero tuvo que perder las cuerdas vocales. Sin embargo esto no duró pues a los pocos días el pequeño moría de la infección. Digamos que cuando mi nene conozca al tuyo y vea que no puede hablar enseguida le recordará a Edric y quizá eso despierte fuertes sentimientos en él. Por no hablar de que proyecto a Seith ideando un montón de cachivaches para comunicarse con Hesper o hasta intentando crear cuerdas vocales así como trató de crear nervios ópticos.
— Como ves Seith tampoco es el ser más sociable del universo. Sus amigos los puedes contar con los dedos de ambas manos y a diez te aseguro que no llegan. Sin embargo, los ama con su alma. Como en ese aspecto es bastante parecido a Hesper, pienso que si se conocieran serían un par de bobos súper soft el uno por el otro y jurando que son mejores amigos hasta que se den cuenta de que están enamorados (o al menos hasta que Seith se de cuenta, y te digo ya que le va a costar porque desde Melissa que no ha sentido algo tan románticamente intenso por nadie) also, Seith estaría súper impresionado con la cantidad de renovaciones y prótesis que Hesper tiene en el cuerpo hasta el punto de que al principio sospecha que fuera un autómata.
— Al principio quise que Kenneth muriera de cirrosis poco después de quedarse ciego y de los intentos fallidos de mi nene de devolverle la visión. Sin embargo decidí que Seith ya había sufrido mucho perdiendo a las personas que quería. También quise que lo abandonara al irse a la subrealidad, pero de nuevo no me encajaba con su personaje. Kenneth era la única figura paterna que Seith había conocido jamás y sencillamente no me iba a permitir hacerlo.
— Finalmente, su proyecto secreto. En realidad son dos: uno lo medio puedes intuir y es que Seith sigue trabajando en nervios ópticos artificiales para un refunfuñón Kenneth (que aún no entiende cómo se dejó convencer por Seith para irse a la Subrealidad) El otro es algo que aún no desvela UwU
Y eso es todo lo que tengo que decir. Que es mucho. A pesar de que he quedado bastante contenta con el resultado y mi niño ahora llega la realidad y me tengo que morder las uñas hasta que des tu veredicto y saber si lo aceptas o no adlaldkald
Ahora sí que sí. Eso es todo por mi parte, espero que Seith te haya llamado lo suficiente la atención para que lo creas adecuado para Hesper.
Adiós 💖💝💗💕✨ -
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Pues me gustaría el 100% Sugar Baby por favor c:
Edited by Okami-san - 6/4/2018, 23:29 -
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¿Okami posteando una foto?
Vayan pidiendo un deseo (???)
Hace muchísimo que no posteaba nada en la sección de modelos. So, tocaba ya recordaros cómo de subnormal luce la persona detrás de la pantalla,
esta vez además con un añadido extra: Un piercing nuevoel problema es que los otros piercings que tengo son en las orejas y en las fotos con mi pelazo pantenne pos ni se ven xD Pero este lo van a detectar enseguida. Salta a la vista.
Aprovechen la ocasión porque en algún momento la quitaré para siempreo para reemplazarla por alguna mejor, quién sabeSPOILER (click to view)
Y eso es todo. Repito que si quieren deleitarse con esa foto (??????????????????) o sacarse los ojos con ella aprovechen porque lo más seguro es que esté por tiempo limitado. Bai <3
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