LA CAIDA DEL ELEGIDO (DRACO x HARRY) +18 FINALIZADO

DRAMA,TORTURA,VIOLACION, MUERTE

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  1. SUKESEJME
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    (Bueno después del desalojo y la divertida de la mudanza, voy a tratar de subir la historia nuevamente hasta el capítulo que íbamos (CAP.17). Ya lo intente y de repente se me borró todo lo descargado, así que espero que me tengan paciencia). Saludos SEJMET





    CAPITULO I
    TORTURA




    Ron permanecía desnudo sobre aquella mesa de madera, sus manos se aferraban tan fuerte el borde que sus nudillos se habían puesto blancos. Sus gritos habían disminuido de volumen pero no cesado. Harry pensó que aquello era demasiado, cuanto más duraría?? era totalmente impotente para ayudar a su amigo, no podía hacer absolutamente nada y sentir esa impotencia era lo peor de todo.

    Los mortífagos se turnaban para tomar por la fuerza a Ron, una y otra vez esa larga procesión de rostros crueles que no daban ni un respiro a su pobre amigo. Y vaya que había materia para continuar por mucho tiempo o hasta que Ron aguantara. Estaban rodeados por un ciento de seres tenebrosos y Voldemort dirigía aquel macabro espectáculo como si se tratará de una orquesta.

    Todos los que les rodeaban, reían y aplaudían cada vez que Ron era penetrado con fuerza por alguno de ellos mientras el pelirrojo hacía muecas de dolor y las lágrimas rodaban por sus mejillas.

    Harry había sido obligado a observar aquello durante horas, detenido de pies y manos por cuerdas tan apretadas que le cortaban la circulación, lo que empezó como un hormigueo ahora se había convertido en un entumecimiento a tal grado de que parecía que sus extremidades habían dejado de existir. Le parecía que llevaban días en ese lugar, el tiempo había sido eterno, pero en realidad sólo habían sido un par de horas.

    El siguiente en la fila que esperaba para torturar a Ron, era Rufus Scrimgeour. Este se quitó el sombrero saludando al público como si se tratara de un desfile, todos le aplaudieron y lo animaron, gritando frases como;

    - Déjale marca que no olvide

    -Si toma al maldito

    Estaba claro que el ministro se quería lucir ante Voldemort, lo odió, no sólo por su falta de carácter sino por ese condenado servilismo que tachaba en una sumisión estúpida. Después de penetrar a Ron de forma salvaje, saco su varita y susurrando algunas palabras la punta se encendió al rojo vivo como si se tratara de un cautín. Paso aquella punta por la espalda del pelirrojo, de arriba abajo y a los lados, la piel blanca de Ron se quemaba al contacto, dejando un surco negro y sanguiñolento que formaban las palabras “perra”, mientras Ron pegaba alaridos de dolor. Harry nunca creyó que su amigo tuviera todavía fuerzas para gritar de aquella forma. La reacción del público no se hizo esperar, todos victorearon al maldito de Rufus, mientras Ron sin poderlo soportar más se desvaneció hacia a la inconciencia.

    Harry agradeció por aquello. Ron fue desamarrado de la mesa y dos hombres lo arrastraron por el suelo llevándoselo de ahí. Ahora era el turno de Harry y sabía lo que le esperaba, había una fila de ansiosos magos oscuros esperando por él. El primero en la fila era ese cosa mitad bestia de Fenrir Greyback.

    Voldemort, alzó los brazos para hacer silencio y con esa voz sedosa dijo- He guardado la cereza del pastel para el final. Todos saben los años que tuve que desaparecer por causa de este mocoso. Ohhh, como se ha alimentado su leyenda a expensas mías, pero el momento de demostrar que este chico no es nada, ha llegado. Ustedes podrán disfrutar de él esta noche comprobando que no hay nada mágico ni especial en su persona. Eh aquí al salvador del mundo mágico.

    Y Harry fue expuesto y desnudado frente a todos, mientras risas burlonas, insultos y mediciones lo rodeaban. Harry pasó siendo aventado de un lado a otro hasta llegar al centro del salón. Sus pies y manos fueron nuevamente amarrados, Fenrir se acercó y enterró sus garras en la piel de Harry haciendo marcas, con su lengua saboreo la sangre que corría por el pecho del chico, después aprisionando sus pezones los mordió hasta hacerlos sangrar.

    Los testigos habían enloquecido, gritaban y aullaban como si fueran una partida de salvajes. Harry aguantó aquello estoicamente, había decidido que no gritaría, se mordió las mejillas por dentro para no emitir ningún sonido. Voldermort que observaba se acercó nuevamente a Harry diciéndole– Esto es solo un ejemplo de lo vendrá. Pero como hoy me siento magnánimo, te voy a dar la oportunidad de que esto termine rápido para ti- después acercó su rostro al del chico y casi en un susurro continuó- Si te inclinas ante mí y reconoces que eres un simple bastardo, tu tortura será breve.

    Harry le dedicó una mirada de desprecio y coraje gritándole - Vete al diablo pedazo de lombriz superdesarrollada, puedes hacerme lo que quieras y aún así jamás hare lo que me pides.

    Molesto, el Sr. Tenebroso dirigiéndose a Greyback ordenó – Hazlo chillar.

    Pero pese al maltrato que infringía Fenrir, el chico de ojos esmeralda permaneció silencioso. Viendo que no reaccionaba Voldemort intervino preguntando con una expresión cargada de malicia – ¿Eres virgen Potter?

    Harry no contestó.

    El Sr. Oscuro continuó en tono burlón- Claro que eres virgen, has estado tan ocupado jugando al chico dorado que no ha quedado tiempo para nada más ¿verdad?- después en todo amenazador dijo- Quería ahorrarte la vergüenza, pero dado que eres un condenado terco, espero que disfrutes perder tu virginidad.

    El chico cerró los ojos, imaginaba que eso tarde o temprano pasaría, sobre todo después de observar cómo había sido torturado Ron, aun así tenía la esperanza de que todo terminara antes, su mala suerte no lo permitió.

    Greyback se fue introduciendo en él y Harry sintió un dolor tan punzante que por un momento no estuvo seguro de poder permanecer en silencio, era una batalla de voluntades y el chico era lo único que tenía. Así que rebelándose contra todo eso en un arranque de odio le grito - Eso es lo único que tienes pedazo de bestia pseudohumana.

    Algunos magos rieron y Fernir se puso furioso, evidentemente no era lo único que tenía, en ese momento a Harry lo invadió algo que fue indescriptible para el. No lo pudo soportar, un grito desgarrador atravesó la estancia. Todos quedaron por un momento callados por la sorpresa pero después explotaron en hurras para Greyback mientras Voldemort miraba con satisfacción a su seguidor.

    Entre los rostros que eran testigos de la caída del chico dorado, sólo uno permanecía serio sin participar de aquel frenesí, a través de la multitud los ojos grises de Draco miraban aquello con una expresión indescifrable…La noche era joven y ninguno de aquellos seres oscuros se fue de ahí sin participar en aquel suceso que ahora formaría parte de la historia. Querían regordearse con sus amigos presumiendo que ellos habían tomado al gran Harry Potter atestiguando que no era ningún elegido, ni nada por el estilo..

    Edited by SUKESEJME - 31/1/2012, 20:51
     
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  2. SUKESEJME
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    CAPITULO 2
    PRISIONEROS



    Ojalá hubiera muerto peleando con honor en el campo de batalla, al menos eso sería algo digno, pero el destino parecía determinado a jugar con él, en lugar de eso tuvo que soportar ser testigo de la caída de sus amigos y conocidos más allegados, uno a uno fueron desapareciendo bajo la maldad sin límites de Voldemort. Después tuvo que soportar numerosas torturas y vejaciones, hasta quedar como un saco de huesos y piel al que algún día se le había denominado Harry Potter, el salvador del mundo mágico. La muerte en ese momento sería una condenada bendición, pero no lo dejaron morir, los magimédicos, estaban presentes todos el tiempo para arreglarlo y ponerlo listo para el siguiente round.

    ¿Cómo demonios había llegado a eso? Deseo con todo el corazón que Dumbledore estuviera ahí para que le explicara con detalle de donde había sacado la idea que él sería la persona que acabaría con Voldemort. En su interior Harry siempre sospechó de esas predicciones, algo le decía que no todo encajaba en aquella fabula, ¿Qué acaso no se dieron cuenta que era la persona con menos talentos de todos los magos conocidos?, pero todo el mundo le decía que era el indicado y fue más fácil seguirles la corriente, hizo todo lo que le pidieron y más, se preparó como le dijeron pero al final no tuvo ninguna importancia, lo único que había logrado era propiciar el más trágico de los desenlaces.

    Tal vez debió decir algo, tenía que haber retado a Dumbledore a despertar de su ilusión, pero no lo hizo. Si tan sólo pudiera regresar el tiempo cambiaría todo, completamente todo. Ahora era inútil lamentarse.

    Lo único que lo mantenía firme en aquellos terribles días era Ron. No quería, ni podía defraudar a la última persona en la tierra que lo quería y confiaba en el pese a todo lo sucedido. Su pobre amigo estaba más maltrecho que nunca y no podía hacer nada para evitarlo, sólo podía estar ahí para brindarle su apoyo y consuelo.

    Mientras razonaba sobre todo eso, Harry miraba ausente la pared de piedra de la mazmorra, se había recostado en el duro suelo de piedra, prefería permanecer echado ahí como un ovillo sin moverse, eso en ocasiones le ayudaba a conciliar algo parecido al sueño. Un quejido a sus espaldas le sacó de sus cavilaciones, un minuto después la voz de Ron le llamaba.

    - Harry, he Harry, estas despierto?- dijo en un susurro Ron.

    Claro que estaba despierto pensó el chico, acaso alguien podría dormir en aquel horrible lugar.

    -Si Ron, ¿estás bien?, necesitas algo?

    -No, tan sólo quiero platicar un poco.

    Harry se incorporó trabajosamente, todo el cuerpo le dolía, había olvidado cómo era vivir sin dolor, pero al menos eso era algo que le indicaba dolorosamente que se encontraba vivo. Ron permanecía acostado de espaldas en el piso y no se movió, no tenía fuerzas para hacerlo, sólo giro la cabeza.

    - Qué crees que harán con nosotros? – preguntó

    Harry se quedó un momento callado ¿acaso importaba?, pero no dijo nada tan sólo levanto los hombros respondiendo – No lo se Ron, es difícil adivinarlo.

    - Tú crees…. que nos maten?

    Potter no quería expresar sus más profundos deseos, en realidad a estas alturas, lo que menos le importaba era eso, se sorprendió que Ron estuviera preocupado por morir, así que evadió la pregunta contestando;

    - No lo creo Ron, me parece que aún no han termina con nosotros.

    -¿Sabes? Eso es bueno, porque tenemos que darles tiempo.

    -¿De que hablas?

    -De los demás Harry, tú crees que te dejarían aquí, cuando se enteren que estas preso y que te torturan, no tardaran en agruparse y venir por nosotros, solo tenemos que darles tiempo, tenemos que resistir.


    Harry con una expresión atónita miró a Ron, fijo la vista en su rostro para tratar de distinguir en la penumbra si su amigo le estaba haciendo una broma pesada o de plano había perdido la razón. Pero no, después de comprobarlo se dio cuenta que lo decía muy enserio. Por un momento estuvo tentado a sacarlo de su error, a recordarle como habían sido las cosas. Acaso no habían sido testigos de la masacre. Todos los líderes fueron cayendo aplastados por un torrente de maldiciones y conjuros. Sin dirección, los combatientes se habían dispersado como fichas de dominó por el bosque tratando de escapar, los que no fueron capturados, huyeron pero no por mucho tiempo. Si algunos se salvaron estarían escondidos tratando de sobrevivir, en cualquier caso, dudaba mucho que alguien se acordara de él y si lo hacían sólo sería para maldecirlo por haber fallado cuando más se le necesitaba.

    Si, definitivamente le hubiera gustado recordarle a Ron todo eso, pero para que quitarle la esperanza, no lo hizo, así que con voz cansada tan sólo respondió.- Vamos Ron descansa un poco, no pienses en eso ahora, si se da, ya lo veremos.

    Ron frunció el ceño y Harry sabía que significaba eso, siempre ponía esa expresión cuando se preparaba a ser el más necio e intransigente de los seres vivientes, el chico le dio la espalda tratando de evadirlo pero el pelirrojo determinado a continuar con aquella cantaleta, le reto diciendo -Harry, mírame Tu sabes que no te dejaran morir aquí, verdad? Eres muy importante para todos, eres el único que puede enfren..

    Aquello fue la gota que derramó el vaso, Harry sintió como su interior se sublevaba ante aquella mentira que lo tenía harto y frustrado, así que sin quererlo interrumpió a Ron con una voz cargada de sarcasmo y dolor – Sí, ya se Ron, soy el condenado elegido que va a salvar al mundo y seguro que seré el próximo Mesías también.

    -Por qué lo dices de esa forma Harry, que diablos te pasa?

    Impaciente, el chico ya no se pudo contenerse más - Que no me viste? Acaso tienes amnesia? Enfrente a Voldemort y perdí, no pude vencerlo y todos fueron testigos ¡Crees que alguien en su sano juicio arriesgaría su vida para salvarme! ¿Para qué?

    -Pero no era el momento Harry… no se trata de una competencia y no hay un tiempo determinado para que le des su merecido a Voldemort … es de esas cosas que pasan cuando deben de pasar y no antes….Dumbledore dijo que…

    -Ya se lo que dijo Dumbledore… pero no por eso es verdad..

    - Dumbledore nunca se equivoca…

    -Claro….por supuesto.. pero ahora está muerto… acaso también se equivocó en ese pequeño detalle?..
    -Aun así todos los que te aman no dejarán que…

    -Quienes Ron? Tu mamá? Hermione? Los gemelos?

    Los ojos de Ron se llenaron de lágrimas, pero Harry continuó con su inexorable discurso, no podía parar, parecía que expresar toda aquella amargura contenida de forma tan cruel le proporcionaba algún tipo de consuelo….

    -No hay nadie, murieron. Nadie va a venir a rescatarnos NADIE, métetelo en esa cabeza pedazo de pelirrojo.

    - Pero tú eres..

    - Ya basta Ron, mírame y dime lo que vez, acaso vez al salvador del mundo frente a tus ojos, a un héroe, a un dios de los poderes mágicos… por todos los diablos DESPIERTA, vamos a morir aquí encerrados y lo único que quiero saber es cuando…

    Harry estaba agitado y tembloroso pero al mirar a su amigo se calló en seco y reprimió sus emociones, la mirada de reproche y decepción que le dedicó en ese momento Ron fue suficiente para eso. Ron con muchos esfuerzos se sentó y le tomó del cuello de la túnica deshilachada jalándolo hacia el mientras decía:

    -Tienes razón Harry, ahora lo veo claramente… no eres nada de eso, tan solo eres un maldito cobarde. Después le soltó y se dejó caer.

    Potter se sintió completamente avergonzado, no era justo que el actuara como un idiota con Ron. Así que en son de disculpa posó su mano en su cabeza acariciando lentamente sus cabellos.

    -Lo lamento- dijo- parece que no puedo pensar claramente en estos días.

    Ron le miró condescendientemente diciendo -Escúchame Harry, sé que te sientes culpable por todo lo sucedido, pero era algo inevitable, en todas las batallas hay muertes y no por eso significa que debemos dejar de pelearlas.. yo se que no crees que eres el elegido….pero tal vez para combatir a Voldemort se requiera de eso, confío en ti me oyes… aunque tú no tengas fe en ti…y nunca me ha importado lo que digan los demás, incluso Dumbledore…

    Harry se recostó junto Ron apoyando su frente en la suya, aquella confianza ciega le conmovía enormemente, pero lo mejor de todo era sentir el cariño sincero de su amigo, ambos permanecieron juntos tratando de mantener el calor como lo hacían muchas noches, nunca en la vida se había sentido tan unido a otro ser humano.

    En la noche enfebrecido Ron deliraba, llamando a su mamá. Harry sintió el cuerpo titiritando del pelirrojo y se despertó, inmediatamente colocó la cabeza de Ron sobre sus piernas y con su túnica deshilachada formó compresas para refrescar la frente y el cuerpo de Ron mientras este gemía ligeramente de dolor y se abrazaba a él.


    Harry acunó el cuerpo de su amigo hasta muy entrada la madrugada, después sus ojos azules le miraron reconociéndole.

    - Sabes?- le dijo- no es tan malo- un último suspiro escapó de sus labios y se quedó con la mirada fija en el techo. Harry abrazó muy fuerte a Ron llorando desconsoladamente y murmurándole al oído –No me dejes por favor… no me dejes. Permaneció de esa forma hasta que un incipiente rayo de luz penetró por la minúscula ventana que daba al exterior. Después depositó su cabeza delicadamente sobre su túnica y se retiró a la esquina de la celda abrazándose y meciéndose mientras entonaba una cancioncilla….







    Edited by SUKESEJME - 28/7/2011, 12:18
     
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  3. SUKESEJME
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    CAPITULO 3
    FUGA



    Los días pasaron y nada de aquello parecía mejorar, solo entendía el mundo por los esporádicos descansos que le permitían sus celadores. Fue visitado un millón de veces por toda clase de personajes y siempre era lo mismo. Hacían un mohín de asco y aversión y después se tomaban fotos junto a él, se había convertido en el prisionero más famoso, un mero artículo de moda para todos los mortífagos de alta sociedad ansiosos por lograr una buena posición y ganarse las preferencias del Sr. Oscuro.

    Claro, cuando era el gusto de Voldemort, nuevamente era torturado para su placer, poco a poco perdió la capacidad de sentir, el dolor se transformó en algo lejano. Para empeorar las cosas, ahora ni siquiera tenía la compañía de su inseparable amigo, trataba de no pensar mucho en él pero lo extrañaba increíblemente. Era la primera vez en su vida que se encontraba completamente sólo, reconocer eso era probablemente lo peor de todo.

    Su energía fue menguando y Harry intuyo que la vida se le estaba escapando. Todas las noches desnudo y herido se arrastraba hacía la única pequeña ventana que daba al exterior observando aquel pedazo de cielo, recibir aquella bocanada de aire nocturno le hacía sentirse ligeramente mejor. Se desvanecía entre las sombras de la noche y entonces su mente viajaba a través del firmamento y Harry se podía liberar de sus cadenas y salir volando por la ventana, ingrávido y maravillosamente libre, lejos muy lejos de ahí hasta que se cansaba y caía en la hierba fresca para quedarse dormido.

    Pero al día siguiente se despertaba para descubrir que los pesados grilletes que apresaban sus muñecas y tobillos permanecían firmes. En algún momento de todo eso dejó de comer, no es que hubiera decidido matarse de hambre, era simplemente que no tenía la fuerza suficiente para masticar, así que se contentaba con sorber algunos traguitos de agua.

    Y así al fin llegó el momento, Harry lo supo desde que sus ojos se abrieron esa mañana, fue casi como una revelación, estaba seguro que ese día moriría, era extraño pero se sentía extraordinariamente tranquilo como si algún tipo de velo protector le hubiera cobijado. Se acercó a la ventana, quería que lo último que vieran sus ojos fuera el cielo detrás de aquellos barrotes. Ese día nadie le molesto, no hubo golpes, ni gritos, ni burlas. Eso era bueno, debía ser una señal. El atardecer llegó rápidamente y después la noche, el aire tenía incluso un olor dulzón, le pareció percibir los primeros botones de la primavera abriéndose paso a través de la nieve que se derretía.

    Todo estaba tranquilo, ni siquiera los sonidos de la mazmorra perturbaban el silencio, tan solo a lo lejos como un murmullo, se escuchaba un insistente retumbar hueco que se fue elevando de volumen. Alguien se acercaba por el pasillo, había aprendido a captarlo. El pesado cerrojo de su celda rechinó en sus goznes, sonrío para sí mismo, no tenía ninguna relevancia, quién quiera que fuera había elegido el peor de los momentos. La puerta se abrió y una luz deslumbrante inundó la celda.

    Harry estaba preparado, permaneció inmóvil, esperaba los acostumbrados empujones y jalones que le llevarían fuera de la mazmorra, pero no pasó nada de eso, en su lugar algo muy suave rozó su cabeza, acariciándola, una voz increíblemente dulce susurró su nombre.

    -Harry, Harry, me escuchas?

    El chico fijo la mirada en aquel haz de luz que bajo su intensidad, tras ese esplendor pudo distinguir una figura, al inicio no la reconoció, pero después de un momento sus ojos no dieron crédito a lo que veían, era el rostro de Hermione que estaba frente a él.

    Una capa cálida cubrió sus hombros y los finos brazos de la chica lo rodearon en un abrazo protector y cariñoso. Harry correspondió aferrándose a Hermione casi con desesperación, se quedó ahí, no la querían soltar. Recordó algo vagamente lejano que lo confundió, pero lo desechó inmediatamente, lo cierto es que Hermione estaba junto a él y lo demás no tenía ninguna importancia. Hasta ese momento no se había dado cuenta que no estaban solos, al fondo de la celda se encontraba una figura enorme que permanecía inmóvil, pego un brinco de alarma pero la chica lo tranquilizó

    –Calma Harry, tranquilo, es Hagrid- le dijo

    El gran hombre se acercó y prácticamente levantó a Harry en peso. Seguro que se encontraba muy mal porque la expresión de dolor que pusieron sus amigos fue demasiado explicita. Hagrid lo abrazo delicadamente cargándolo, sosteniéndolo como un muñeco de trapo, no lo lastimó, solo lo acunó como si se tratara de un niño pequeño.

    -No te preocupes Harry, te sacaremos de aquí- decía Hagrid con sus ojos anegados en lágrimas - Nadie te hará daño, nadie, lo juró.

    Harry al fin se sentía a salvo, no importaba que estuvieran en el mismo centro de Azkaban rodeados por un millón de mortífagos.

    -Vamos, Hagrid- intervino Hermione- no debemos perder tiempo, salgamos de aquí.

    Las puertas de la mazmorra fueron abiertas por Hermione y todos atravesaron rápidamente el pasillo subiendo y bajando por innumerables corredores hacia la salida, en algunos momentos se agazapaban y en otros corrían lo más rápido posible, por supuesto Hermione iba adelante dirigiendo la operación mientras el era sostenido por su gran amigo. El corazón se les paralizaba cuando escuchaban que algún guardián pasaba cerca de ahí. La travesía le pareció increíblemente larga, solo Merlín sabía dónde diablos se encontraban.

    Hicieron todo lo posible para pasar desapercibidos, pero fue inevitable, el lugar estaba muy bien vigilado, en algún momento tropezaron con un grupo de guardianes y los hechizos volaron por el aire. El ruido atrajo a más, Hagrid, lo bajo para enfrentar al grupo de mortífagos que apareció por las escaleras, eran muchos, pero el gigante parecía no tener problema para controlarles de un golpe o con el simple impulso les sacaba de combate.

    -Corre Harry, vamos continúa adelante, corre más rápido- Le decía Hermione mientras que sus piernas se negaban a hacerle caso, cayó más de tres veces, pero la chica lo jalaba y casi a rastras lo levantaba, trastrabillando Harry trataba de seguir el paso. Al fin, llegaron a una esquina de la torre principal, un piso más abajo estaba una de las salidas hacia el jardín en donde se podrían desaparecer, dentro de la prisión no era posible hacerlo. Las maldiciones y hechizos les pasaban rosando mientras se agachaban y seguían corriendo. Se oían los alaridos de Hagrid, nunca había visto a su amigo de aquella forma, daba realmente miedo, repartía golpes a diestra y siniestra mientras que impedía con su gran cuerpo que las maldiciones los alcanzaran. Que combatiente tan fabuloso era, por supuesto Hermione no se quedaba atrás.

    Pero aquel jaleo iba en aumento y no tardarían en estar ahí miles de mortífagos y el propio Voldemort. Sentía como se acercaba de forma peligrosa gritando que los detuvieran, sabía perfectamente que si los alcanzaba no saldrían de ahí nunca.

    Casi en la puerta los acorralaron, pero Hagrid arremetió contra los mortífagos que estaban a sus espaldas, con todas sus fuerzas gritando como un demente, la mayoría salieron corriendo, nadie quería ser atropellado por una mole de una tonelada y los pocos que fueron demasiado lentos o estúpidos para no moverse de ahí, terminaron aplastados contra la entrada. Hermione sostuvo el combate del otro lado desplegando una burbuja protectora, Hagrid abrió la puerta y empujo a Harry hacia afuera para después jalar a Hermione y cerrar la puerta tras de sí sellándola.

    Se oían gritos por todos lados demasiado cerca y apenas tuvieron tiempo de tomarse de la mano para desaparecer, lo último que alcanzó a ver Harry fue el rostro descompuesto de Voldemort que abría mucho la boca para gritar algo. Una sensación de remolino y en un minuto el paisaje cambió completamente. Habían llegado a su destino, Harry sintió como sus piernas cedían bajo su peso, cayó sobre algo suave, la fresca hierba le hizo cosquillas en el rostro y antes de perder la conciencia le pareció distinguir varios rostros que le rodeaban.



    Que sensación tan agradable el contacto con el suave colchón, sabía que estaba recostado en una cama cubierto por frazadas calientes. No tenía ninguna urgencia por abrir los ojos, pero lo hizo, deseaba platicar con Hermione y Hagrid, saber cómo diablos habían escapado y cómo le encontraron, pero sobre todas las cosas deseaba estar junto a ellos. Descubrir que estaban vivos era algo increíble… aún se lo cuestionaba por momentos…estaba seguro que los había visto caer … pero bueno, siempre podía estar equivocado, no tenía caso seguir insistiendo en eso.

    Su sorpresa fue aún mayor cuando se dio cuenta quien velaba su sueño, a lado de la cama estaba sentado Dumbledore. Harry no pudo reprimirse, cuando le descubrió se incorporó y le echó los brazos alrededor del cuerpo. Albus lo sostuvo y su mirada dulce se empañó, con voz quebrada por la emoción le dijo –Lo lamento Harry, no sabes cómo lo lamento.

    El chico quería decirle todo lo que afligía su corazón, pero como siempre Dumbledore anticipándose a sus sentimientos le consoló con las palabras precisas, con su actitud protectora y paternal. Todo se resolvería, no había porque preocuparse, Albus se encontraba ahí… Ahora él tenía que recuperar sus fuerzas y sanar sus heridas y no debía pensar en nada- le dijo Dumbledore.

    Y cómo convocado por los mismos Dioses, en ese momento entró por la puerta una gran charola con toda clase de alimentos, tostadas con mantequilla, pudín de calabaza, salchichas asadas, panquecas con miel, cocoa caliente… pero aquello no fue todo, Harry se quedó boqueabierto cuando descubrió quien era el portador de esas delicias... la Señora Weasley apareció sonriéndole cariñosamente… por un momento una alarma se prendió en algún lugar de su mente, pero no le hizo caso, en su lugar se concentró en el dulce sabor de la miel en su boca.

    Se sentó a masticar a dos carrillos, mientras picaba aquí y allá probando de todo.

    - Despacio Harry – le dijo la Sra. Weasley- te aseguro que la comida no irá a ningún lado.

    Dumbledore sonrió mientras caminaba la puerta murmurando distraídamente – Si me disculpas Harry, tengo que avisar a los demás que has despertado, Sirius no me lo perdonaría, estaba ansioso por verte.

    Nuevamente una alarma se prendió en su mente y cuestionó casi automáticamente – Sirius?? Sirius está aquí??... pero Sirius está muerto….

    - Por todos los Santos Harry, que dices, estás confundido, Sirius está aquí y te quiere ver, así que voy a buscarlo- interrumpió Dumbledore mirando con extrañeza al chico, después sin esperar respuesta salió del cuarto.

    Algo andaba mal se dijo Harry, algo no encajaba con todo aquello, la punzada de alarma en su cabeza se hizo realmente insistente y los recuerdos empezaron a regresar como un torrente, la bandeja de comida se esfumó como si estuviera hecha de humo, la habitación también comenzó a parecer una mancha multicolor de sombras, por un momento volvió a encontrase en aquella húmeda mazmorra, rodeado de la oscuridad, el horror y el frío, pero Harry alejo eso de su mente y no lo permitió, se aferró a lo que para él era la única y verdadera realidad…había encontrado la forma de fugarse de aquel infierno y no pensaba volver…Molly, Dumbledore, Sirius y Hermione le sonreían desde el otro lado de la habitación y era todo lo que el necesitaba… Harry también les sonrió, después le dio otra buena mordida al panque que sostenía en su mano… era realmente delicioso…


    Edited by SUKESEJME - 28/7/2011, 12:19
     
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  4. SUKESEJME
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    CAPITULO 4
    El número 1500



    Últimamente se cuestionaba constantemente todo lo que estaba pasando ¡No tenía ni la menor idea que las cosas terminarían de esa forma! O más bien que empezarían, porque en realidad, aquello apenas era la punta del iceberg. Siempre creyó ciegamente en lo que le habían enseñado, en los valores que supuestamente debía defender y ahora todas esas creencias se estaban desmoronando frente a sus propios ojos. Era como despertar de una fantasía, nada era como le habían dicho que sería… nada había mejorado, por el contrario a su alrededor sólo alcanzaba a ver dolor, terror, desgracia, tristeza, crueldad … se tenía que ser muy insensible o de plano muy bruto para no notarlo. Desafortunadamente había muchos mortífagos que caían en estas dos últimas categorías.

    Cómo hijo de Lucius cargaba una gran responsabilidad sobre sus hombros, se esperaba mucho de él, más ahora que su padre había quedado en una posición comprometida, claro, sería justo decir que en esos días todos estaban en una posición comprometida. Nadie tenía seguro su futuro, no se trataba de pensar que si hacías bien esto o aquello o que si mantenías un bajo perfil estarías a salvo. No, definitivamente las cosas ya no funcionaban de esa forma. El Sr. Tenebroso era un dictador paranoico, obsesionado y temperamental y sus seguidores más allegados simplemente seguían el patrón trazado compitiendo por quedar bien.

    Un día antes fue testigo de cómo Crabbe había muerto de la peor forma, y tan sólo porque a juicio de Bellatrix el chico se tardaba demasiado en contestar. Lo había matado sin previo aviso y después, mientras su cuerpo desmembrado aún permanecía en el suelo, ella y Voldemort se habían sentado como si tal cosa a tomar el té.

    Pero que se le iba a hacer, así era la situación y nadie se atrevía ni siquiera a levantar la voz, pobre del que lo hiciera. Todo el mundo se andaba con mucho cuidado. Así que cuando a Draco le asignaron la deprimente tarea de checar diariamente a los prisioneros del ala Norte, no tuvo más remedio que acatar órdenes sin protestar. El no le encontraba sentido ¿Acaso creían que alguien podía escapar de ahí espontáneamente y sin magia? Azkaban era un fuerte impenetrable.

    Draco revisó con ojos cansados la lista, se encontraba frente a la celda del prisionero número 300, un tal Elphias Doge, todavía faltaban 2000 prisioneros más. El rubio suspiro, se asomó por la mirilla y comprobó que el prisionero 300 permaneciera en su celda. Estaba por continuar cuando la voz estúpida de Goyle sonó a sus espaldas diciendo:

    - Voy a entrar- y uniendo la palabra a la acción abrió la celda y entró acercándose al prisionero que permanecía en el suelo, jaló su cabello para ver su rostro, después dijo sonriendo –Este tipo tiene cara de alce, deberíamos ponerle Doge el alce.

    Draco exasperado respondió con fastidio–Vamos deja de hacer eso, sólo nos retrasas- Le chocaba la actitud de Goyle, era evidente que disfrutaba mucho de todo eso mientras que a él se le revolvía el estómago y le daban ganas de vomitar.

    Cuando llegaron al prisionero 1500, Draco se detuvo en seco delante de la pesada puerta dudando. Leyó la lista no una sino varias veces, no podía creer el nombre que estaba escrito, no quería asomarse por la mirilla y decidió que lo mejor sería pasar de largo, pero Goyle no lo dejó, simplemente cuestionó con su voz lenta como la melaza.

    -Que pasa?, sucede algo?

    -No, no pasa nada- respondió Draco titubeando un poco

    -Pero no lo has verificado.

    -Ya lo hice, sigamos adelante- protestó Draco con voz firme, no quería que el enorme chico advirtiera su conflicto.

    -No es cierto, vamos, muévete, voy a entrar.

    Draco tenía razón, hubiera sido mejor seguir de largo, la vista de aquello era demasiado perturbadora. Ahí estaba Potter o por lo menos lo quedaba de el, se le veía muy pequeño, casi insignificante, en su cuerpo pálido como la cera había toda clase de heridas sangrantes, moretones, llagas y quemaduras, se encontraba apretujado en el rincón de la mazmorra, sin moverse, su rostro permanecía oculto por un largo mechón de cabello. Malfoy se sintió sumamente incómodo, no pudo soportar esa imagen y desvió la mirada. Digo, no es que Potter fuera su gran amigo ni nada por el estilo, de hecho siempre lo había odiado, pero ahora no sentía ninguna satisfacción al verle de esa forma, no señor, de que servía hacer leña del árbol caído.

    Goyle por supuesto no opinaba igual, este atravesó la puerta emitiendo un silbido y con tono burlón empezó -Mira Malfoy, mira a quién tenemos aquí, pero si es el GRAN POTTER en persona – después volteando hacia el chico, le dijo despectivamente – Vamos pedazo de imbécil muévete, a ver ahora que tienes que decir, no se supone que eras muy bueno… ehhh??, vamos quiero ver el gran mago que eres – mientras con el pie le azuzaba, empujándolo.

    Harry permanecía inmóvil, tan sólo se había apretado más contra la pared abrazándose las piernas.

    Draco aún parado en la puerta, dejo que eso continuara hasta que el grado de incomodidad que sentía fue tal que tuvo que intervenir, con impaciencia le ordenó a Goyle – Basta, ya déjalo en paz.

    - Oh vamos, que no te quieres divertir un rato – rezongó Goyle pateando el costado de Harry.

    Malfoy puso cara de repulsión, cómo si acabara de probar algo de muy mal sabor, realmente odiaba la malicia del otro y sin pensarlo sacó su varita. Acto seguido el pesado cuerpo de Goyle atravesó volando por celda hasta que se estrelló contra la pared. Por supuesto, el chico, se incorporó furioso y protestando -Qué te pasa?, estás loco o qué?

    Draco ni siquiera se inmuto tan solo dijo con voz tranquila -No Goyle, no estoy loco, sólo sigo órdenes. No te han autorizado para que toques a nadie, sólo debes contar a los prisioneros. El Sr. Oscuro tiene otros planes para Potter y no creo que te agradezca que lo mates a golpes.

    Los dos se miraron, Goyle había adoptado una posición retadora pero Draco se adelantó y se plantó entre el chico y Harry, no estaba bromeando, sus ojos se encontraban encendidos en furia y tenía su varita fuertemente apretada en el puño.

    - En serio quieres continuar con esto porque no voy a discutirlo contigo, te di una orden- concluyó Draco en tono amenazador.

    Goyle sabía que no le convenía ponerse en contra de alguien como Malfoy, simplemente no estaba a su altura, así que se retiró a regañadientes –Solo me divertía un poco, no tienes porqué ponerte así.

    - Tu concepto de diversión es completamente infantil, mejor vete a hacer algo productivo, inspecciona las celdas del piso de abajo, no tiene caso que ambos vayamos juntos, es una pérdida de tiempo.

    -Cómo quieras – gruño de mala gana Goyle y salió de la mazmorra cerrando la puerta.

    Draco se quedó ahí parado indeciso y sin saber exactamente que hacer o decir. Miró nuevamente hacia donde se encontraba Harry y una profunda aprensión en el pecho le asaltó. Un cuenco con agua turbia se encontraba en el piso y junto a el un pan mohoso sin consumir.

    Tratando de parecer casual y quitarle importancia al asunto, dijo lo primero que se le ocurrió –Lo siento, ya sabes que tiene aserrín en el cerebro.

    Malfoy dio un paso para acercarse más y continuó hablando – No quiero decir que te lo dije, pero si te lo dije. Te dije que el regresaría y no habría nadie que pudiera detenerlo.

    Esperaba que Harry se parara furioso insultándole o mandándole al diablo cómo siempre hacía, o por lo menos que bufara para enfatizar que no se encontraba de acuerdo o que diera cualquier señal. Eso le habría tranquilizado. Pero nada de eso paso, no hubo ni el más mínimo murmullo o movimiento. La aprensión que sentía Draco se hizo todavía más grande. Nuevamente dio varios pasos hasta colocarse a un palmo de Harry. Sentía la imperiosa necesidad de estirar la mano y retirar el mechón de cabello que tapaba su rostro. Su mano tembló ligeramente y se detuvo a unos cuantos centímetros, no quería hacerlo pero era más fuerte el impulso que tenía. Sus dedos rozaron los cabellos del chico haciéndolos a un lado. Ahí estaban aquellos grandes ojos color esmeralda que tan bien recordaba, pero Draco lo advirtió inmediatamente, no eran los mismos, era como si les hubieran robado el espíritu, ahora parecían dos cuencos vacíos.

    Malfoy se retiró tan rápido que tropezó y cayó de espaldas en el piso, gateo hacía atrás alejándose de ahí sin quitarle la vista a aquellos ojos que le miraban sin verle. Estaba tan impresionado que salió disparado de la mazmorra jurándose a sí mismo que no volvería a entrar a ese lugar. Le encargaría a Goyle que hiciera la ronda de ese piso, no tenía ninguna necesidad de volver a ver aquello.




    Pero no fue tan sencillo como esperaba, trató de borrar de su mente aquel incidente, pero esos ojos sin vida le persiguieron en sus sueños y fuera de ellos, hiciera lo que hiciera, estuviera donde estuviera, no podía evitar terminar pensando en Potter pudriéndose en Azkaban.

    Durante varios días evadió el lugar hasta que no lo pudo soportarlo más, un sentimiento de intranquilidad se había apoderado de el atormentándole continuamente y sin proponérselo, al cuarto día después de lo sucedido se sorprendió nuevamente en el piso diez recorriendo los pasillos camino al prisionero número 1500.

    En esta ocasión cuando llegó se pasó más de 15 minutos dando vueltas afuera de la mazmorra, dudando en entrar, se dijo que era un tarado por comportarse de esa forma, nadie le iba a reclamar nada y menos Potter. Entonces, ¿porqué estaba tan nervioso?

    Haciendo acopio de valor finalmente lo hizo y al abrir la puerta se encontró al mismo Harry macilento recostado en una esquina con el mismo cuenco de agua y el pan ahora ennegrecido junto a el.

    El rubio se aproximó lentamente pero se detuvo a cierta distancia colocándose en cuclillas, el cuerpo de Harry sintió la proximidad y automáticamente se encogió haciéndose un ovillo, Draco dijo con voz tranquila -No te voy a hacer nada Potter.

    Después se quedó en silencio, escuchando los sonidos de Azkaban, mirando como escurría el agua por las paredes de piedra mohosas por la humedad, en verdad que era un lugar terrible, aquello podría llevar al límite a cualquiera.

    Al final su atención se centró nuevamente en Harry y cómo si su interlocutor pudiera responderle, Malfoy preguntó -Siempre me he preguntado porque lo hacías, porque luchabas en contra de todo aunque fuera una causa perdida. Porqué seguro lo sabías ¿verdad?, el es indestructible, no había forma de que ganaras esa batalla. Que fue lo que te impulso, orgullo, poder….era más sencillo que capitularas, pero no lo hiciste, ni siquiera al final cuando te apresaron y te torturaron, ni siquiera en ese momento. Ahora mírate, eres un desastre y todo para qué.

    La celda permanecía silenciosa, no hubo ninguna respuesta, pero tampoco la esperaba.

    Los ojos de Malfoy recorrieron el cuerpo semidesnudo de Harry y pensó que probablemente debía estar aterido de frío. Saco su varita y sin pensarlo dos veces hizo aparecer una frazada, después con mucho cuidado la acomodó sobre el frío cuerpo del chico.

    Arrepintiéndose inmediatamente de su acción, Draco frunció el ceño moviendo la cabeza en actitud desaprobatoria, ¿qué demonios estaba haciendo?….estuvo a punto de retirarla y salir corriendo de ahí, pero al escuchar la respiración suave de Harry dormido, Draco se detuvo, después se sentó en el piso sin hacer ningún ruido … le dejaría descansar solo unos minutos – se dijo- que daño podía hacer aquello..


    Edited by SUKESEJME - 28/7/2011, 12:20
     
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  5. SUKESEJME
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    CAPITULO 5
    ENEMIGO MIO



    Draco decidió que el no podía hacer absolutamente nada por ayudarlo, así que era mejor retirarse y dejar que todo continuara su curso, el destino de Potter estaba sellado. Se lo repitió una y mil veces y aun así, todos los días después de su condenada tarea regresaba sobre sus pasos hasta encontrarse frente a la celda del prisionero 1500. Continuamente se molestaba por eso y algunos días lograba reunir la voluntad suficiente para dar la media vuelta, pero con el tiempo esas ocasiones se hicieron menos frecuentes y terminó por dejar de autocensurarse, simplemente entraba a la mazmorra y ya.

    Al inicio se quedaba un par de minutos, pero sus visitas se hicieron cada vez más largas, los 15 minutos se convirtieron en media hora y la media hora en una hora hasta que optó por quedarse hasta el atardecer. Permanecía en silencio sentado en la semioscuridad imaginando como sería estar atrapado ahí para siempre, poco a poco fue entablando “conversaciones” contándole a su “oreja viviente” cualquier cosa que se le venía a la mente. Draco no entendía porque se empeñaba en ese absurdo, una planta le hubiera hecho más caso que Potter, pero no podía evitarlo. Cuando entraba en conflicto con sus creencias, se tranquilizaba repitiéndose que era un fiel servidor y que el mantener en buen estado al peor enemigo de Lord Voldemort cumplía con sus propósitos, por lo menos hasta que se decidiera que hacer con él.

    Un día, Draco había entrado como tromba en la celda de Harry, algo le estaba realmente molestando y necesitaba “contárselo” a alguien.

    -Mira Potter- le dijo- el asunto es que todavía no entiendo como fuiste tan ingenuo como para creerte el asunto del “elegido”. Te lo digo que no me cabe en la cabeza, no eres tonto, entonces cómo te tragaste ese cuento- el rubio hizo una pausa caminando agitado por la mazmorra, después continuó – Si, si ya se lo que me vas a decir, qué Dumbledore te encandiló, pero de todas formas, esa es la segunda cosa que no entiendo ¿Cómo a un genio como Dumbledore, se le paso un detalle tan grande como ese? ¿Acaso estaba senil o qué?

    Una nueva pausa y Draco se sentó junto a Harry, después casi en un murmullo susurró – La verdad es que no creo que Dumbledore estuviera senil, ni que tú seas tan idiota… pero entonces porqué estas aquí… qué salió mal? Sabes nada ha resultado como esperaba…nada

    Draco miró a su inmóvil interlocutor y por primera vez se dio cuenta que Harry debería estar famélico, le observó con detenimiento y le pareció casi un fantasma de tan transparente que estaba. Se dio un golpe con la palma de la mano en la frente, si que era imbécil, el ahí parloteando como demente mientras Potter seguramente estaba muriéndose de hambre y sed.

    Tomó el cuenco del piso y tiro el agua putrefacta que había en el.
    – No te culpo yo tampoco me tomaría ni me comería esta porquería- dijo, después llenándolo con agua fresca, rodeo el cuerpo de Harry y se acercó por un costado, muy lento poso el recipiente en sus labios humedeciéndolos, inmediatamente la boca de Harry se abrió sorbiendo con desesperación el agua y aunque la mayor parte termino en el piso, por lo menos alguna cumplió con su objetivo.

    Draco le miró impresionado diciendo –¡Tienes sed!

    Tal vez la mente de Potter había encontrado la manera de evadirse de todo aquello, pero su cuerpo que sentía y sufría no podía salir de ahí y definitivamente aquel cuerpo estaba luchando por vivir.

    Draco nuevamente se encontraba en un conflicto, aun así después de tan sólo una tarde de vacilación tomó una decisión, era probablemente una crueldad de su parte alargar el sufrimiento de Potter, pero por lo menos no moriría de hambre y sed. No se merecía ese tipo de muerte.

    Al otro día se presentó en la celda con una mochila llena de un sin número de cosas.

    Se tomó el asunto de alimentarlo con calma. Primero intentó con un panque, partió un pedacito muy pequeño y lo acercó a los labios de Harry, pero estos se tensaron negándose a abrirse y Draco no quiso usar la fuerza. Después escogió un poco de caldo, al igual que con el agua, Harry sorbió con avidez el líquido. El rubio se sintió parcialmente complacido, pero aquel cuerpo necesitaba desesperadamente algo de alimento sólido y no duraría mucho con líquidos.

    A la tarde siguiente trató de motivarlo con diversos olores, trajo frutillas, manzanas, mangos, peras e incluso un poco de jamón cocido, pero Harry permanecía con la boca cerrada y no hubo poder humano que le hiciera abrirla. Decepcionado terminó dándole agua y nuevamente caldo. Desafortunadamente los días subsecuentes no fueron más exitosos, Draco frustrado por sus inútiles intentos le grito en una ocasión desde la puerta cuando salía.

    -Bueno Potter por mi puedes morirte de hambre.

    Pero no importaba lo que dijera y lo estúpido que se sintiera después por haberse enojado con alguien que ni siquiera sabía que se encontraba ahí, siempre volvía. Quería creer que aquello ayudaba a Harry, aunque era evidente que su cuerpo no estaba mejorando, se daba perfecta cuenta que su salud estaba deteriorándose rápidamente.

    Una tarde Draco se llevó un susto enorme, pensó que estaba viendo el cadáver de Harry, sus ojos se encontraban cerrados y su respiración era tan débil que tuvo que aproximarse para comprobar que su corazón aún latía. Cuando puso la mano sobre su pecho para palparlo, sus ojos se abrieron y Draco los observo de cerca, ahí continuaba la misma mirada perdida, pero ahora una sombra la oscurecía. Aquel cuerpo no soportaría más tiempo.

    Caminó por la celda irritado, tenía que hacer algo, pero ¿qué? Desesperado corrió hacia la mochila y rebusco entre las viandas, se decidió por un pedazo de tocineta e hizo lo único que se le ocurrió, le dio un gran mordisco masticándolo, después posó sus labios sobre los de Harry y abriéndolos con su lengua paso el alimento triturado. Esperaba algún tipo de resistencia pero los suaves labios de Harry cedieron inmediatamente al contacto con los suyos y automáticamente su boca paladeó aquello tragándolo. Draco repitió la operación varias veces, pero no demasiadas, no fuera a empacharse después de un ayuno tan prolongado.

    Cuando terminó se quedó sentado en el piso de la celda con la cabeza oculta entre las manos, sus pensamientos eran un torbellino y tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Lo que acababa de hacer no tenía nada que ver con cumplir con su trabajo, pero ahora que lo pensaba bien, nunca se trató de eso, todo este tiempo se había estado engañando.

    Se preguntó ¿Porqué lo hacía? No pudo contestar.

    Ese día al salir, echó un último vistazo a la figura que permanecía en el piso y negó con la cabeza completamente confundido… ahí estaba su enemigo más odiado, al que más despreciaba… y sin embargo estaba seguro que le acababa de salvar la vida… Draco susurró - Hasta mañana, enemigo, enemigo mío.
     
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  6. SUKESEJME
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    CAPITULO 6
    CALLEJON SIN SALIDA




    Draco recorrió el amplio salón hasta donde se encontraba Voldemort, había sido llamado ante su presencia, eso por supuesto era una razón suficiente para preocupar a cualquiera, pero el chico sabía que tenía razones adicionales para preocuparse de forma especial. Se pasó toda la noche repasando mentalmente si en algún momento había sido descuidado. Todo el mundo estaba muy atento a lo que hacían los demás en esos días y de repente una ligera indiscreción podía llegar fácilmente a oídos de quien menos te esperabas y de un momento a otro estabas encarcelado o en el peor de lo casos eras ejecutado. Trató de aparentar la más profunda de las calmas aunque estuviera muy lejos de sentirla.

    El Sr. Oscuro permanecía sentado en medio del salón en un sillón de respaldo alto que le hacía parecer sumamente imponente. A su izquierda estaba su incondicional esclavo Fenrir y más al fondo la odiosa de Bellatrix. El chico hizo una ligera inclinación y Lord Voldemort le miró con esa expresión sicótica que le caracterizaba, después con voz sedosa y calculada se dirigió a el:

    -Me dicen que te encargas de revisar a los prisioneros del ala norte?

    Malfoy sintió un ligero malestar en el estómago pero su voz sonó de lo más normal -Si mi señor, así es -respondió

    - Entre ellos, se encuentra Potter, no?

    -Si señor- dijo nuevamente

    -Le has visto?

    Draco trago saliva sintiendo como la opresión se desplazaba de su estómago hasta la garganta, pero contestó sin vacilación – Si señor.

    -Qué opinas de su condición?

    Cuando Malfoy escucho esa pregunta una idea se le vino a la mente…no estaba tan seguro de poder lograr algo pero valía la pena intentarlo, así que dijo de forma despectiva - Es un despojo humano señor, no es nada.

    Voldemort le miró intensamente y el rubio no pudo evitar estremecerse –No muchacho, lo que quiero saber es si ese despojo humano ha reaccionado o dado alguna señal de estar aquí.

    -No me he acercado lo suficiente- comenzó a decir cautelosamente - pero siempre que reviso su celda se encuentra en la misma posición y tanto el agua como el alimento se quedan ahí hasta podrirse- Malfoy hizo una breve pausa y añadió como si se tratara de un hecho- no creo que responda nunca más, dudo que sienta algo aún y cuando se le torture.

    Voldemort, asintió con la cabeza mientras sus ojos continuaban fijos en el rostro del chico. Malfoy aprovechó esa vacilación, si había alguna oportunidad de lograr algo sería aquella, presionado un poco más y con un tono desprovisto de cualquier sentimiento sugirió - Lo mejor es dejarle encerrado hasta que se pudra y tirar la llave.

    El Sr. Oscuro seguía asintiendo con la cabeza como si estuviera evaluando esa posibilidad, Draco aguardó levemente esperanzado. Y porque no? Se dijo, que mejor venganza que dejar a su suerte a Potter muriéndose lentamente en agonía y desgracia, eso era cruel y seguro sería del gusto de Voldemort. Malfoy estaba casi seguro que le ordenarían vigilar que Harry permaneciera encerrado por el resto de sus días y entonces el podría… bueno no sabía realmente si podría hacer algo por el, pero por al menos dejarían de torturarle. Le pareció un minuto eterno, su frente estaba perlada de sudor, pero no quiso enjugársela, no debía dar ninguna señal de nerviosismo.

    Finalmente Voldemort habló -Tienes razón ya no sirve de nada- Draco suspiró levemente pero antes de que pudiera cantar victoria el Sr. Oscuro continuó diciendo– Sin embargo, es un hecho que Potter aún vive, no importa todo lo que se le ha hecho, el maldito Potter esta vivo, eso no me complace, quiero que desaparezca de una vez, quiero que agonice ante mis ojos, quiero verlo partir de este mundo y que su cuerpo se queme hasta que no quede nada. Dejarle morir encerrado no sería divertido una ejecución pública será lo más apropiado y por el estado en que se encuentra debe ser pronto….me parece que el próximo fin de semana estaría bien, dile a tu padre que venga a verme quiero que organice todos los detalles.

    Draco abrió mucho la boca, debía decir algo inteligente que hiciera cambiar de opinión a Voldemort o por lo menos protestar pero se obligó a no hacerlo, no serviría de nada, aunque no fuera su intensión en lugar de ayudar había acelerado el trágico destino de Potter.

    -Ahora retírate tengo cosas que hacer- concluyó Voldemort con un movimiento despectivo de la mano.

    El rubio caminó como si estuviera en un sueño, casi cuando estaba en la puerta Voldemort le llamó nuevamente enfatizando;

    -Malfoy, esto será un gran evento, así que tomaré como un agravió personal si algo le pasa a Potter en estos cuatro días. No me sirve de nada que muera en prisión sin que nadie le vea.

    El chico asintió reverentemente mientras que el alma se le iba al suelo, salió de ahí y atravesó todos los pasillos como un zombi, cuando estuvo lejos de cualquier mirada curiosa se quedó parado sintiéndose el ser más desgraciado del mundo.




    Draco le dio vueltas mil veces en su cabeza, devanándose el seso en encontrar una solución pero al final tuvo que reconocer que poco podía hacerse, sacarlo de ahí ni en sueños, no se trataba de llevárselo y ya, si Potter desaparecía misteriosamente bajo su cuidado todos los mortífagos existentes y seres oscuros del mundo mágico les perseguirían sin cuartel. Las posibilidades de huir con éxito eran nulas con alguien en tan malas condiciones como Harry. Además Voldemort se cobraría aquella afrenta y eso significaría condenar a sus padres a un destino peor que la muerte, el no podía permitir eso por más que deseara que el destino de Potter fuera diferente no estaba dispuesto a arriesgarse de esa forma. Se alarmó de tan sólo estar considerando esa posibilidad. Miró desanimado cómo el atardecer se colaba por la ventana, el cielo teñido de tonos rojizos se mezclaba con un color verde profundo, al verlo no pudo evitar pensar en Potter siendo quemado, no hacer nada, también le resultaba insoportable.

    Después de atormentarse hasta el cansancio, una idea fue tomando forma en su mente, incluso antes de que el se diera cuenta de forma consciente. Consideró y evaluó la situación sopesando las posibilidades, de repente se dio cuenta que la decisión estaba tomada y aunque se le hizo la alternativa más lógica dada las terribles circunstancias, era la más dura.

    Trató de consolarse repitiéndose que no tenía otra salida, aunque a momentos se cuestionaba sí en verdad era cierto o tan sólo se escudaba en lo más conveniente para acallar su conciencia, desechó este último pensamiento.

    No podía esperar más a Harry lo transportarían al día siguiente a la Mansión Malfoy donde se llevaría a cabo el macabro espectáculo. Se levantó de la cama de un salto dirigiéndose al estudio de su padre, esperaba encontrar todo lo que necesitaba, después de revolotear por casi una hora entre los libros y cajones, encontró lo que buscaba, ahí estaba el grueso libro de pastas gastadas color púrpura. Ese antiguo libro se lo regaló Severus mucho tiempo atrás. En esa ocasión le había dicho -Magia oscura para días oscuros, tal vez un día lo necesites. Bueno ese día había llegado, suerte que Lucius aún conservaba el gran maletín de sustancias e ingredientes que usaba en sus días de juventud.

    Se arremangó los puños de la camisa y se puso a trabajar ahí mismo sobre el gran escritorio de roble. Repitió más de diez veces la preparación, era importante que quedara perfecta, al final sus esfuerzos no fueron inútiles, a las 6 de la mañana sostenía en sus manos un pomito con un líquido de color rosa. Unas cuantas gotas en cualquier alimento o bebida y quién lo tomara se dormiría plácidamente para nunca más despertar. Se sumiría en un sueño sin pesadillas y sin dolor alguno pasaría a formar parte del mundo de los muertos.

    Potter no podía desaparecer de Azkaban pero si moría en su celda durante la noche, nadie podría acusarle de ser el responsable directo ni tampoco a su familia. Por supuesto Voldemort se pondría furioso, ya se lo había advertido, pero esperaba poder salir librado de alguna forma. El pertenecía a la elite Mágica, a una estirpe de magos puros, esperaba que eso tuviera peso a su favor. Tal vez lo torturaran o incluso lo cruciaran y lo mandaran a encerrar algún tiempo en Azkaban como ejemplo, pero no le matarían, o eso creía, en cualquier caso el afectado sería únicamente él y después de lo que estaba a punto de hacer realmente no le importaba mucho si le tiraban la maldición asesina.

    Draco sostuvo el frasquito frente a sus ojos y pensó que era lamentable no tener otra alternativa.

    Ese día en su ronda se tomó deliberadamente más tiempo, tratando de retrasar el momento, pero por más que lo deseara las horas transcurrieron implacables y sin pensarlo llegó la hora. Regresó lentamente a la celda del prisionero 1500 y se enfrentó a lo inevitable.

    Esa tarde alimentó en abundancia a Harry, escogiendo para la ocasión un manjar compuesto hasta con pavo relleno, porque no, era su última cena, la cena de los condenados. Potter comió todo lo que el rubio puso en su boca, sin inmutarse.

    Casi al final, Draco se quedó silencioso observando largo rato a Harry, alargó su mano y quitó el mechón de cabello que cubría su mejilla, sin pensarlo posó nuevamente su boca sobre la del moreno, no había ningún alimento que pasar pero sus labios se abrieron de la misma forma. Draco saboreó aquel beso robado cómo nunca lo había hecho, absorbiendo el aliento cálido de Harry y palpando su lengua que revoloteaba inconsciente. El rubio apretó sus labios más íntimamente hasta que no lo pudo soportar más, sus ojos se humedecieron sintiendo la amargura que explotaba en su pecho, se retiró tímidamente, la boca de Harry sabía a miel, aquel extraño contraste le hizo sonreír con tristeza.

    Las sombras del atardecer empezaban a hacerse cada vez más grandes y Malfoy se decidió finalmente a sacar el pomito. Agradeció que de alguna forma Potter no se diera cuenta de lo que pasaba a su alrededor, esperaba que eso le facilitara las cosas. Estaba seguro que si aquellos ojos le miraban reconociéndole no podría llevar a cabo su tarea. Aun así cuando empezó a acercar el cuenco de agua a sus labios, le pareció ver un brillo en su mirada, como si estos le reprocharan lo que estaba a punto de hacer. Por supuesto eran figuraciones suyas, su conciencia atormentándole.

    Se concentró en la boca de Harry evitando a toda costa su mirada. Cuando el cuenco estuvo a sólo un par de milímetros de su boca su mano tembló visiblemente, al grado de que tuvo que tomarla con la otra para no volcarlo. La boca del moreno sintió el borde del recipiente y se abrió instintivamente. Draco inclinó el recipiente pero antes de que el agua tocara los labios de Harry se escuchó una voz muy suave a sus espaldas cuestionado;

    -Qué haces?????

    Fue inevitable, pegó un brinco derramando el líquido parte en la túnica de Harry y parte en el piso, el cuenco rodó por el suelo dando vueltas hasta detenerse a los pies de aquella figura alargada tan bien conocida.

    Ahí plantado en la puerta estaba Voldemort, se encontraba estático mirándole intensamente con una expresión indescifrable en el rostro mientras su ceja izquierda se levantaba de forma alarmante…..el sol había desaparecido finalmente por el horizonte, una densa oscuridad inundó el interior de la mazmorra como si se tratara de un negro presagio...


    Edited by SUKESEJME - 28/7/2011, 13:24
     
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    CAPITULO 7
    EJECUCION



    El Sr. Tenebroso estaba complacido con su “iniciativa”, dijo que era un ejemplo a seguir para todos los mortífagos. Eso se necesitaba de la nueva generación de magos oscuros, gente inteligente con sentido común. Por supuesto, Draco aceptó aquellos cumplidos con una felicidad fingida que estaba muy lejos de sentir. Ante los ojos de Voldemort el se había comportado como un fiel seguidor haciendo lo necesario para cumplir con sus deseos manteniendo vivo a Potter para el espectáculo que estaba a punto de acontecer.

    La rueda del destino seguía girando y Malfoy era incapaz detenerla. Ahora el trágico fin de Harry era inevitable. Sería extremadamente raro que muriera en ese momento. Tal vez si hubiera dejado que Potter se debilitara su cuerpo sería menos consciente del dolor, incluso podría haber muerto antes, pero ahora estaba más fortalecido y alerta, sabía que sufriría. Sólo lo había preparado para una muerte cruel y dolorosa. Nuevamente sus acciones por mejor intencionadas que fueran derivaron en un desastre.

    Los días siguientes estuvieron plagados de un torbellino de acontecimientos. De un momento a otro Draco se había vuelto popular y el Sr. Tenebroso ordenó que ayudara a su padre en la organización del evento. Por supuesto el chico se avocó obedientemente a la tarea preparando todo con el mayor cuidado. El “espectáculo” estaría acompañado de un gran banquete y para la ocasión fueron elegidos un sin número de platillos y bebidas de la mejor calidad, todo tenía un toque de exquisita elegancia, tal como debía ser, en eso el gusto de Draco era impecable.

    En el patio se colocaron grandes carpas de gasa transparente que simulaban pantallas multicolores, un ciento de sillas doradas fueron alineadas alrededor de una plataforma de cuarzo que despedía brillos oro y plata. Por supuesto en la parte central de la plataforma sobresalía un gran obelisco cuya función era obvia. Todo era demasiado artístico para el fin al que se le tenía destinado, un contraste macabro que agrado a Lord Voldemort.

    Draco se encontraba extremadamente atareado entre la coordinación del evento y el cuidado de Potter, pero aun así se dio el tiempo necesario para organizar su propia partida. Sabía que no podía permanecer en aquel lugar después de ese día, pero su viaje no debía levantar ninguna suspicacia. Afortunadamente su padre también parecía ansioso porque se alejara de ese lugar. Últimamente Lucius tomaba grandes cantidades de alcohol Draco presentía que finalmente se estaba dando cuenta que todo aquello era un gran error y por supuesto ahogaba su desilusión en la bebida.

    Lucius apoyó la determinación de Draco de irse lejos a “conocer el mundo”. Cómo nunca lo hizo antes, su padre se movilizó para que su “viaje” no fuera visto como una deserción o como un insulto hacia el Sr. Oscuro. Lo bueno es que aún gozaba de cierto prestigio y presionó a varios antiguos colegas para que intercedieran a su favor, rápidamente se corrió la voz de que Draco había sido asignado a una misión especial y que desaparecería por un tiempo. Todo el mundo asumió que era algún tipo de recompensa por su reciente papel, por supuesto Voldemort estaba demasiado ocupado en otros asuntos para darle mayor importancia al asunto.

    El gran día del evento llegó y Draco se encontraba listo, sin embargo había sucumbido a la tentación de programar su viaje exactamente el mismo día en que Harry sería ejecutado. No es que le emocionara mucho ser testigo de semejante espectáculo ni tampoco se trataba de algún tipo de curiosidad malsana, simplemente era algo que tenía que hacer, tenía que asegurarse.

    Observó a través de la ventana como el patio de la Mansión se llenaba poco a poco de toda clase de magos y seres raros, sólo asistirían las familias más pudientes, sería un evento exclusivo. En un par de horas, para bien o para mal, todo habría terminado.

    En la habitación permanecían silenciosos tanto Lucius como Narcisa, los tres se miraban sin saber exactamente que decir, era un último brindis para despedirle. Narcisa le sonrió diciendo;

    -Ya has empacado todo lo que necesitas?, llevas suficientes calcetines limpios.

    Draco también sonrió, a quién diablos le interesaba en esos momentos si llevaba o no calcetines, pero madre al fin preocupándose siempre por su bienestar. El rubio respondió en tono afable, de verdad que extrañaría aquello;

    - Si, no te preocupes llevó todo lo necesario.

    Lucius estaba concentrado en el tragó que sostenía en la mano, era un momento cargado de tensión y afortunadamente un oportuno golpe en la puerta lo interrumpió. Al otro lado se escuchó una voz que decía:

    -Perdón Señor que los moleste pero me han avisado que está a punto de llegar Lord Voldemort, le necesitan.

    -Gracias Morton, iremos en un momento- contestó Malfoy padre

    Todos se levantaron al mismo tiempo y Lucius se adelantó para abrir la puerta del estudio, sin embargo antes de salir se detuvo volviéndose hacia Draco y de una forma totalmente sorpresiva su padre le echó los brazos al cuello mientras le susurraba al oído -No vuelvas nunca por aquí.

    Malfoy sintió un nudo en la garganta y con gran trabajo contestó –No lo haré, te lo prometo.



    -o-




    Fue brutal tal y cómo lo esperaba. Lo sacaron del sótano a empujones. La mirada de Potter tenía una expresión de terror salvaje y su cuerpo instintivamente se resistía a ser llevado, al final tuvieron que tomarle de ambos brazos y arrastrarle por el camino de piedra hasta la plataforma. Por supuesto los espectadores reían y se regocijaban con todo aquello.

    Cuando lo amarraron al gran obelisco sus ojos desorbitados miraron alternativamente de un lado a otro suplicantes. Su boca se abrió mucho emitiendo sonidos guturales, pero no pudo articular ninguna palabra descifrable. Nadie pareció notar nada fuera de lo común.

    Draco permaneció silencioso observando, su expresión seria no develaba ningún sentimiento, tan solo parecía una estatua de mármol exquisitamente tallada ahí plantada inmóvil y serena.

    Voldemort levantó los brazos para hacer silencio y después comenzó a dar un gran discurso que Malfoy realmente no escucho, el seguía atento a aquella figura que se encontraba parada en medio de la plataforma. Miraba con detenimiento su cara, casi hipnotizado. Se revolvió inquieto, le hubiera gustado que Voldemort se callara de una vez y terminara con todo eso. En un momento los sonidos guturales que hacía Harry se elevaron de nivel y Draco frunció el ceño en actitud preocupada. Bellatrix fastidiada por el molesto sonido le lanzó un hechizo haciéndolo callar. Draco seguía observando.

    Después de algunos minutos que se le hicieron interminables, Bellatrix, Voldemort y el Ministro rodearon a Harry con sus varitas dirigidas a la base del poste que ahora se encontraba atestado de leños.

    Los tres a la vez dijeron – incendio- y los aplausos y hurras explotaron por todos lados como si se tratara del año nuevo. La madera empezó a arder lentamente pero el fuego se expandió rápido lamiendo la orilla de la túnica deshilachada de Harry. El calor debería de ser en esos momentos insoportable y la expresión de dolor en el rostro de Potter lo corroboraba. Nunca había visto aquella cara contorsionarse de esa forma, las lágrimas corrieron por sus mejillas y la boca se abrió mucho tratando de gritar pero ningún sonido salió de sus labios. El fuego ya había alcanzado sus piernas y su cuerpo se prendió como si se tratara de una mecha, en un minuto el rostro blanco de bellas facciones desapareció detrás de las llamas que le abrazaban. Todo había terminado. No necesitaba quedarse más tiempo.

    En pocos minutos su cuerpo estaría hecho cenizas y estas se esparcirían por el viento llevándolas muy lejos de ahí.

    Draco echo un último vistazo al patio, todos reían y celebraban a lo grande. A lo lejos dos pares de ojos le dedicaban una última mirada triste, Narcisa y Lucius dirigían su atención al lado contrario de donde se encontraba el grotesco espectáculo. El rubio les hizo una ligera inclinación de cabeza y se marchó. Desanduvo el sendero de piedra camino a la Mansión, subió lentamente la escalera de caracol mientras continuaba escuchando la algarabía proveniente del patio.

    Al entrar, dispuesta sobre la cama de su habitación, había un sin número de cosas, desde el maletín de pociones hasta una pila de ropa que incluía los benditos calcetines. Por la ventana podía ser aún testigo del cuerpo carbonizado que seguía quemándose. Del armario tomó dos camisas sin saber aún cual llevar. Frente al espejo decidió que la azul resaltaba más el color de sus ojos. Dobló el resto de la ropa y estuvo listo.

    Nuevamente echó un vistazo al jardín y se sorprendió al aceptar que al ver aquel cuerpo calcinarse no sentía nada… debería estar escandalizado… pero no, no lo estaba, no tenía ningún sentimiento de vergüenza o arrepentimiento.. no lo sintió cuando hizo la pócima, tampoco cuando encandilo al imbécil de Goyle para que le acompañara al sótano prometiéndole diversión sin fin con Potter, ni mucho menos cuando Goyle había bebido la pócima multijugos transformándose en Harry Potter. El había sido el verdugo y su mano la ejecutora.

    Un simple conjuro amarra lenguas y los ojos desorbitados de Goyle-Potter le veían con pánico mientras se alejaba dejándole ahí encadenado para que lo asesinaran de la forma más dolorosa. Sabía que nadie le extrañaría, el único que podría notar su ausencia estaba muerto.

    Su atención se centró en la esquina de la habitación y entonces si le asaltó una punzada de angustia, el verdadero Harry permanecía apretujado en la esquina contra el tapiz como si aún estuviera en la mazmorra, sabía que si lo dejaba ahí, no se movería.

    Aquello estaba predestinado a suceder, no le cabía la menor duda. Después de la desesperación insoportable que le inundó, una calma inusual tomó su lugar, aquella que surge cuando te enfrentas a lo inevitable, fue cuando esa idea surgió en su mente. Resultaba irónico que fuera precisamente Voldemort quien cooperara para salvar la vida a Harry. Draco sonrió, si ese día no lo hubiera descubierto, Harry estaría muerto, si, definitivamente era el destino que seguía jugando con ellos, ¿Adónde más los llevaría?

    Hizo un encantamiento de extensión indetectable y todas las cosas que había en la cama entraron en la mochila.

    No volvería a aquel lugar y probablemente nunca más volvería a ver a sus padres, partiría sin un rumbo fijo y se llevaría consigo al enemigo número uno de Voldemort, al indeseable número uno del mundo mágico, lo que estaba a punto de hacer era la peor de las traiciones que se podían cometer… tan sólo pensar en eso debería ponerlo casi paranoico, pero no lo estaba. Se encontraba extraordinariamente tranquilo y consiente de lo que haría.

    Se acercó a Harry y este se apretujo más contra la pared, Draco acaricio su cabeza y dijo en un susurro -Shhhh, no te va a pasar nada- después lo agarró del brazo y ambos desaparecieron de la habitación…

    En el patio, Voldemort miraba con fascinación lo que asumía era el cuerpo de su peor enemigo calcinarse, nunca había sido tan condenadamente feliz….


     
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  9. SUKESEJME
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    Mi estimada Crisnatural,
    gracias por tu comen, favor re-lee la última parte del CAPITULO 6,
    porque al pegarla no se copio completo el CAPI y quedó cortado, ya corregí esto.
    Estoy tratando de subir los 17 capi, para dejarla en donde estaba anteriormente. Saludos SEJMET

     
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  10. SUKESEJME
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    CAPITULO 8
    DESEO




    Viajaron constantemente durante la primera semana cambiando prácticamente todos los días de sitio hasta que Draco estuvo convencido de que nadie les seguía. Necesitaban un lugar en el que pudieran permanecer algún tiempo, Harry debía tener la oportunidad de recuperarse.

    Después de pensarlo detenidamente recordó un lugar que adoraba en su niñez, era un sitio que ni siquiera sus padres conocían. En algún momento de su vida Draco había sido cuidado por una bruja mestiza cuya familia muggle vivía en Alemania. El abuelo de aquella mujer, un hombre amable de piel cetrina y ojos marrón, los acogía en una hermosa cabaña en las afueras de Norddelch cada vez que su nieta se aparecía para visitarlo con el entonces pequeño Draco. Hacía mucho tiempo que ambos habían muerto pero el chico pensó que sería el lugar idóneo para esconderse. Norddelch estaba ubicado en la costa del Mar del Norte en Alemania y era un pueblo pequeño muy pacifico rodeado sólo por la vegetación, la playa y el mar.

    Draco tenía la secreta esperanza de que en un ambiente agradable y soleado, se recuperaría no solo el cuerpo de Harry sino también su mente. Además había notado que el ojiverde se ponía muy nervioso con el ruido, con la agitación o con la gente a su alrededor, era conveniente un sitios que no le perturbara más de lo necesario.

    El chico hizo los arreglos y el mismo día que llegaron logró rentar la cabaña a una amable viejecita muggle, probablemente pariente lejana de su nana y del abuelo de esta. Fue una completa suerte que la casa estuviera desocupada y que además se encontrara aún amueblada. Draco explicó vagamente que era oceanógrafo y que estaba ahí para medir las corrientes del Norte, era importante ser convincente y mantener un bajo perfil. Por supuesto, nadie debía saber de la existencia de Harry, así que Malfoy lo mantuvo oculto hasta que tuvo las llaves de la cabaña en su mano.

    Le sorprendió encontrarse con prácticamente todas las cosas que tan bien recordaba, ahí estaba el gran armario con un ciento de libros antiguos, la sala de piel, las paredes blancas de acabado rústico, la chimenea de herrería antigua, los mil retratos familiares y por supuesto los grandes ventanales que tímidos se abrían ante la inmensidad del mar. La vista era simplemente maravillosa.

    El rubio realizó un recorrido minucioso aplicando encantamientos protectores de arriba a abajo y asegurándose de que no había nada amenazador, después se dejó caer en el amplio sillón completamente agotado tanto física como mentalmente. Por un momento cerró los ojos permitiendo que un sopor le invadiera, pero a los pocos minutos los abrió para encontrarse nuevamente con la figura que permanecía agazapada en un rincón, se sintió aprensivo y preocupado ¿Y ahora qué?- se preguntó.

    Sacudió la cabeza, en realidad no había planeado muy bien que haría después, ni como, un gran suspiro se escapó de sus labios. En fin, lo primero sería empezar por el principio y de ahí partir, pero ¿Y cuál era exactamente el principio? Tras pensarlo, Malfoy decidió que Harry necesitaba un buen baño, sus heridas estaban sanando pero requerían de una limpieza profunda. Durante su tiempo de viaje tan sólo había podido limpiar superficialmente su cuerpo.

    Se dirigió al baño y llenó con agua tibia una primorosa tina de forma de riñón con patas de bronce vaciando un líquido verde limón que asumió era algún tipo jabón. El olor dulzón y la espuma que se desprendió de aquel líquido al mezclarse con el agua le agrado, era cómo estar sobre nubes de melocotón.

    Después regresó y observó detenidamente a Harry. Sería una tarea complicada el meterle en la tina, tal vez podía hacer un conjuro para dormirle o petrificarle, pero no lo quería hacer. Harry tenía que experimentar los estímulos externos, tal vez eso le ayudara a salir de su estado catatónico.

    Se movió lentamente, en días anteriores descubrió que si se acercaba muy rápido o de forma atropellada, el cuerpo de Harry se tensaba a tal grado que era casi imposible moverle sin la ayuda de la magia. El moreno se encontraba como siempre en una esquina de la habitación, parecía que el tener aquellas paredes rodeándole de alguna forma le hacían sentir protegido, Draco esperaba que en un futuro eso no fuera necesario, realmente le daba pena verle así, como si se tratara de un pequeño aterrorizado e indefenso preso por voluntad propia.

    Claro, Draco comprobó a su pesar que Harry no era necesariamente pequeño, ni mucho menos ligero. Cuando le tomó por la cintura para levantarle, el cuerpo de casi 1:80 del muchacho de ojos esmeralda se puso duro y pesado. Era su técnica, nunca se debatía realmente pero empleaba algo parecido a la resistencia pasiva. Aun así Draco era más alto y fuerte y lo cargo prácticamente hasta el borde de la tina pero cuando lo empezó a introducir en el agua, Potter se movió en un acto reflejo defensivo pataleando y en un minuto tanto Draco como el ojiverde cayeron dentro de la bañera. El moreno se debatió un minuto tan sólo para sacar la cabeza del agua pero después se quedó tranquilamente sentado como si nada. Sorpresivamente, no se arrinconó ni se hizo un ovillo, parecía que la sensación del agua tibia le gustaba.

    Por supuesto Draco quedó hecho una sopa y mientras se incorporaba chorreando de agua le dijo a su silencioso interlocutor en son de reproche
    – Ahora si te gusta verdad, ojalá y te hubieras decidido antes, maldita sea.

    Malfoy ya se encontraba demasiado mojado para hacer otra cosa que no fuera darse un buen baño, de todas formas también lo necesitaba, así que mejor mataba dos pájaros de un tiro. Tras una breve duda sobre si aquello era apropiado o no, levantó los hombros en actitud resignada y comenzó a quitarse la ropa dando la espalda a Harry. Cuando llego a los boxers se detuvo un poco receloso, como si algo le impulsara se giró en redondo para quedar frente al moreno exhibiendo su cuerpo perfecto y su sexo que descansaba sobre un nido de vello dorado. Draco espero un momento ahí parado desnudo en medio del baño mientras aquellos ojos esmeralda le miraban sin verle. Después sonrió sintiéndose estúpido, ¿Acaso esperaba que exhibiéndose de aquella forma ante Harry este saliera de repente de su estupor exclamando IMPRESIONANTE? Sí que era un tonto egocéntrico, pero bueno nada se perdía con intentar, ¿o no?

    Con su varita desapareció las vestiduras que cubrían a Harry y el cuerpo blanco como la nieve del muchacho quedo comprometedoramente desnudo. Hasta ese momento el rubio pudo evaluar realmente con ojo clínico las heridas que tenía. Paseo su mirada de arriba a abajo observando los múltiples moretones que aparecían principalmente en su torso, en sus glúteos y en sus piernas, también tenía unas horribles quemaduras que atravesaban sus brazos y su espalda estaba llena de cortes sangrantes de todos tamaños. Los ojos de Draco se inundaron ligeramente de lágrimas y por primera vez se dio cuenta de lo que significaban, se sintió sublevado contra aquel trato cruel y odió profundamente el mundo del que provenía.

    Afortunadamente Harry parecía no sentir dolor, al contrario probablemente el agua mitigara el escozor de sus heridas.

    Malfoy se colocó en la parte posterior y con su mano mojó el largo cabello negro, Harry inclinó ligeramente la cabeza hacia atrás y el rubio sintiendo que no se resistía introdujo sus largos dedos en la abundante cabellera, masajeándola con movimientos circulares hasta que la espuma lo limpió completamente.

    Después, tomó una pequeña toalla y muy delicadamente empezó a frotar su piel. Los hombros amplios y fuertes de Harry se contrajeron ligeramente cuando Draco paso por ellos la toallita, su espalda musculosa bajaba suavemente rematando en la amplia curva de sus glúteos. Más al sur Draco deslizó la toalla por los muslos siguiendo el contorno natural de sus piernas hasta la pantorrilla. Esas si que eran unas fabulosas piernas, unas piernas atléticas de un gran jugador de Quidditch.

    Casi al final sus manos recorrieron su pecho bellamente esculpido rodeando sus tetillas sonrosadas y retomando la línea media de su torso en la que se apreciaba un vello incipiente que marcaba un camino hacía su vientre bajo, como si se tratara de una invitación. A Draco le hubiera gustado recorrerlo para adentrase en sus secretos, pero se obligó a apartar esos deseos de su mente, no era correcto que se aprovechara de Harry, sobre todo si este no podía corresponderle. Aun así no pudo dejar de notar que Potter tenía un cuerpo increíblemente varonil y hermoso, tal vez un poco huesudo por los ayunos repetidos, pero nada que no pudiera arreglarse. Reconocer aquello no era un crimen, sin embargo Draco se dio perfectamente cuenta que no se trataba sólo de eso… una leve descarga de calor comenzó a atormentar su entrepierna y aquello realmente le molestó.

    De un brinco salió de la tina intentando serenarse ¿Porqué el contacto con Potter le provocaba ese tipo de reacciones? No era un inexperto adolecente que se excitara con cualquier cosa, en realidad antes de que todo se fuera al caño disfruto de encuentros con un buen número de chicos pero nunca había deseado a alguien tanto como en ese momento deseaba a Potter. ¿Porqué?

    Se secó rápidamente y cuando termino de alistarse decidió usar su varita para mover a Harry, si trataba de sacarlo por mano propia seguro que ambos terminarían con las cabezas sembradas en el fondo de la bañera, además en ese instante prefería no tocarle.

    La toalla y las pijamas volaron de la maleta al cuarto de baño y al final Harry estuvo más que presentable y listo para dormir. Se le veía muy cansado y sus ojos se entrecerraron ligeramente. El rubio pasó sus brazos por detrás de su espalda y sus rodillas cargándolo para llevarlo a la habitación, el cuerpo del moreno se rindió dejándose conducir. Las colchas de algodón se abrieron para recibirlo y Draco le depositó en el lecho arropándole concienzudamente.

    Fue un alivio para Draco salir a la terraza y separarse por un momento de Harry, la noche era cálida y el mar se mecía apaciblemente, una brisa le refresco no sólo el cuerpo sino también la mente, aspiro el olor del agua salada sintiéndose mejor. Le parecía increíble que sólo una semana antes estuvieran en el centro del huracán y ahora se encontraran perdidos en la inmensidad de aquel lugar olvidado. Fácilmente podría olvidarse de todo lo sucedido sino fuera porque la presencia de Harry se lo recordaría continuamente…

    Estaba agotado y era momento de descansar pero antes de retirarse se dirigió nuevamente al cuarto de Harry para echar un último vistazo. Casi se cae de espaldas cuando descubrió que el bello durmiente no se encontraba en su cama. Entró atropelladamente buscando desesperadamente al chico y constató con terror que no se encontraba en la alcoba.

    Draco corrió como un demente por toda la casa, apretando fuertemente la varita en su mano y por su mente atravesaron un sin número de posibilidades ¿Y si alguien les había seguido? ¿y si de repente Harry había despertado de su estado catatónico? ¿Y si había caminado sonámbulo saliendo de la casa hacia el mar? El chico rodeó la cabaña, mirando en el pequeño patio de enfrente para después dirigirse a la playa, cuando las olas mojaron sus pies se quedó por un momento extático pensando aceleradamente pero el pánico le tenía el cerebro entumecido. No podía tratarse de nada de lo que había pensado, los encantamientos protectores no lo permitirían y Harry no era ningún Houdini, si había salido tendría que haber pasado por la terraza donde el se había encontrado.

    Regresó a la habitación y permaneció silencioso aguzando el oído, muy tenue casi como un susurro le pareció escuchar una respiración. Se agachó y buscó debajo de la cama, el sillón, atrás del ropero y del escritorio pero no encontró nada… estaba por volver a salir cuando en un pequeño hueco que se encontraba entre el buró y la pared vio un bulto apretujado. Draco movió las sillas y el pesado mueble abriéndose paso hacia el, ahí estaba Harry completamente dormido.

    El rubio casi se desmaya de la emoción – Por todos los santos-le dijo- casi me matas del susto. Cómo diablos te metiste aquí.

    Definitivamente no podía dormir en el suelo, así que de ser necesario le tendría que amarrar a la cama. Le regresó al lecho y se sentó a su lado para vigilarle. No habían transcurrido ni diez minutos cuando Harry se fue empujando hacia atrás como buscando algo, el rubio colocó una mano en su espalda y el chico se quedó quieto, por supuesto eso no solucionaba el problema porque el no podía quedarse toda la noche ahí inmóvil jugando a los engarrotados. Así que sin darle más vueltas al asunto Draco se recostó junto a Harry rodeándole con sus brazos para evitar que se escapara. El cuerpo del moreno se apretó fuertemente contra Malfoy, este se había convertido en las paredes que solían consolarlo.

    El rubio se sentía embriagado con el olor de Harry, tan dulce pero a la vez tan sensual. El calor palpitante de su cuerpo le embotó los sentidos y no pudo evitar hundir su nariz en su suave melena, nuevamente experimentó esa sensación que recorrió su cuerpo como si se tratara de una corriente eléctrica, pero esta vez el calor fue tan intenso que casi le fue imposible contenerse. Quería tocarlo, deslizar sus manos por su piel y permitir que sus dedos se escurrieran hurgando en su interior. Estuvo a punto de intentarlo, pero logró conservar la cabeza para no dejarse dominar por el deseo que le invadía. Tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos era una paradoja cruel que le inyectó un sentimiento de desesperación.

    Cuando escuchó la respiración acompasada de Harry profundamente dormido, se escurrió muy lentamente por el lado de la cama, después colocó unas almohadas en la espalda del chico y salió disparado al baño.

    Tal cual estaba se metió de lleno bajo la ducha fría sintiendo como esta le refrescaba. Draco se quedó ahí un largo rato y tuvo una imagen mental de el y Harry en un futuro lejano. Una sola duda le atormentó ¿Y si Harry nunca volvía en sí? Se imaginó por el resto de sus días dándose duchas de agua fría mientras un Harry catatónico permanecía en cama o escondiéndose por los rincones… esa imagen realmente le aterrorizó…

     
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    PORTOVIEJO

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    ahhhhhh po cierto no e comne el capitulo anterior,,,,y no megusto como trato harry a draco, ya se selo merece yaq no lo ayudo pero no podiaaaaaaaa...ahhhhh t juro q hasta llore

    y si m di cuenta deq quieres subir todos los capisss
    y te poyooooooo
     
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  12. SUKESEJME
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    CAPITULO 9
    ENTRE NOSOTROS




    Fue difícil, muy difícil. Draco tuvo que hacer acopio de toda la paciencia que tenía, aunque en ocasiones realmente la perdía. Continuamente se frustraba por la falta de avances, las mil ideas y esperanzas que tenía al principio se estaban desvaneciendo rápidamente y era justo decir que había llegado a un punto donde se encontraba más que perdido. En esos momentos de desesperanza, maldijo una y mil veces el día en que su camino se cruzó con el de Harry. Si hubiera hecho caso a sus instintos seguramente que en ese instante estaría tranquilo en la Mansión Malfoy disfrutando del buen asado de los elfos domésticos. Por supuesto sabía que esos pensamientos no eran del todo ciertos pero igual le consolaba un poco hacer el papel de víctima para variar.

    ¿Porque las cosas tenían que ser tan tremendamente lentas?, todo con Harry tenía que ser así y de no tener evidencia de su estado, juraría que el moreno lo hacía a propósito. En ocasiones avanzaban un paso para luego retroceder dos. Ciertos días Harry amanecía muy atento, con una mirada casi lucida, pero otros días simplemente permanecía en un estado de duermevela con la mirada tan perdida que el rubio tenía que levantarse a comprobar que en efecto seguía respirando.

    La soledad en ese lugar olvidado era avasallante y si a eso se le sumaba su aislamiento voluntario, la cosa se tornaba un poco más dramática. De vez en cuando Malfoy salía de la cabaña, caminaba hasta la orilla del mar y le gritaba a las olas que se callaran tan solo para comprobar que aún tenía voz y para desquitarse con algo.

    No es que todo fuera tan malo, paulatinamente y poco a poco con sus cuidados fue logrando alguna estabilidad en el comportamiento de Harry, por lo menos física.

    Por ejemplo, el asunto de la comida había mejorado excepcionalmente, ahora no era necesario que Draco funcionara como el masticador oficial de Harry. Este último se alimentaba de maravilla siempre y cuando alguien acercara algo comestible a su boca. El baño también resultó ser una agradable sorpresa, a Harry le gustaba demasiado y si Draco no le obligaba a salir el primero podía permanecer todo el día en la tina, hasta que se volvía pasita. Su posición también mejoro, el moreno ya no se quedaba encogido todo el tiempo cerca de un rincón o hecho un ovillo en el piso. Se dejaba dirigir dócilmente a cualquier lugar, se sentaba donde le colocaban y permanecía ahí, siempre que no hubiera sonidos fuertes o algo que le alterara.

    Pero fuera de lo anterior Draco descubrió con gran decepción que su estado mental no mejoraba. Sus ojos no develaban ningún señal de reconocimiento o de encontrarse más cerca de hacerlo.

    El rubio se obsesionó con la idea de encontrar el estímulo adecuado que milagrosamente lo sacaría de su mutismo y probó todo lo imaginable y también lo inimaginable, incluso recreo la imagen de sus mejores amigos, de Dumbledore, de Ron, de Hermione y de muchos otros. Pero por más que trató de provocarle con cosas agradables no obtuvo la más mínima respuesta.

    El tiempo se cobró la cuota con creces y fue transcurriendo inexorable, los días se hicieron semanas y las semanas meses. Desesperado, Draco pensó que si Harry no reaccionaba con cosas agradables tal vez lo haría con algo desagradable, principalmente si era algo que le hubiese impresionado mucho cuando estaba aquí, por ejemplo el día que le apresaron, el día que le violaron ….Dudo, pero se decidió, si eso le daba alguna posibilidad de regresar a Harry de donde estuviera, valía la pena intentarlo. Fue una serie de conjuros y hechizos muy complicados, pero se las ingenió de maravilla para que los sonidos fueran lo más cercanos a la realidad, se asombró de la cantidad de detalles que recordaba…. Para su mala suerte recordaba muy bien como habían sucedido las cosas.

    Harry permaneció sentado en medio de aquellas figuras transparentes que le amenazaban y el ruido ensordecedor de los gritos de los mortífagos insultándole. Una y otra vez apareció la imagen torturada del pelirrojo y la cara de extrañas facciones de Voldemort. Fenrir se acercó amenazadoramente a Harry, todo fue lo más real posible hasta que el propio Draco no lo soportó más y se detuvo. Nada paso, aparentemente Potter ni siquiera había parpadeado, era Draco quien estaba más que impresionado. Más tarde comprobaría que aquello si había tenido un efecto aunque no fuera el que esperaba. Harry retrocedió a los primeros días, dejó de comer, se arrinconó por las esquinas y permaneció casi inmóvil.

    Por supuesto se sintió muy mal, el no pretendía torturar al moreno de esa forma y se pasó acariciando su cabello y susurrándole en tono de disculpa- Lo siento, no más, prometo que no volverás a ver esto, ya todo paso. Le tomó casi un mes volver avanzar y juró que de ahí en adelante Harry solo tendría experiencias positivas. Había sido un estúpido al pensar que su cuerpo no percibía el entorno, ahora quedaba claro que no era así.

    Con el paso de los días, la tranquilidad de Potter fue afectando a Draco. La calma y pasividad de Harry influyó en el rubio y poco a poco fue sedándolo. En ese estado el chico fue más perceptivo a muchas cosas que hasta el momento le habían pasado desapercibidas.

    Por ejemplo, fue descubriendo pequeñas reacciones en los movimientos del moreno, le parecía adivinar lo que quería tan solo con mirar sus ojos esmeraldas. El rubio se preguntaba si realmente lo percibía o eran figuraciones suyas provocadas por los grandes deseos que tenía de que fuera así.

    También aprendió a detectar las sutilezas en el cambio de su expresión intuyendo las cosas que eran del agrado de Potter. Por ejemplo, con las donas de chocolate Harry comía ávidamente mientras que con el repollo y el brócoli se tardaba años en masticar. Una tarde de forma inesperada y sin previo aviso Harry había escupido un pedazo de brócoli y Draco le miro estupefacto. Lo intento varias veces, no es que hubiera decidido ponerse a torturar a Harry con el vegetal, simplemente se trataba de querer comprobar que en efecto el moreno tenía algún tipo de reacción hacia algo.

    Así que después de ver por lo menos diez veces como el brócoli salía volando hasta la mesa, Draco le dijo sonriente.

    -Eso está muy bien Harry, ya entendí, no más brócoli.

    Si Potter percibía los sabores sería bueno estimularle de esa forma. Así que no hubo un solo día en que Draco no intentara nuevas recetas y formas de cocinar los alimentos, por supuesto tuvo que aprender. Ese tipo de faenas nunca las había hecho, de eso se encargaban los elfos domésticos. El primer día que lo intentó estuvo a punto de chamuscar la cocina y al final logró obtener una cena a base de carne semicarbonizada y un dulce de calabaza demasiado duro y pastoso. Harry había escupido la carne semicarbonizada y también el dulce de calabaza. Draco terminó dándole un sándwich de mermelada no sin antes reclamarle algo ofendido -Deberías de cometértelo, sería lo educado.

    Tal vez fue en ese momento en que Malfoy comenzó a percibir todo de una forma diferente, en lugar de obsesionarse en forzar las cosas, se concentró en dejar que fluyeran y tomaran su propio cauce.

    Inició una hortaliza en el jardín lateral para diversificar sus actividades, claro usaba la magia todo el tiempo pero eso no le quitaba el mérito. Nunca había sembrado ni visto crecer nada en su vida, fue toda una sorpresa que de aquellas cositas tan chiquitas llamadas semillas saliera algo como un jitomate. Draco se dio cuenta que estaban rodeados de vida y retomó sus largas platicas con su silencioso oyente, con los cangrejos, con las gaviotas e incluso hasta con las plantas del jardín.

    También resultó que los libros le proporcionaron solaz manteniendo su mente alejada de sus constantes cavilaciones. Leyó vorazmente los grandes volúmenes de hojas exquisitamente empastadas, había de todos los temas, pero sus predilectos eran los dedicados a la poesía. Le parecía increíble que los muggles tuvieran ese tipo de expresión escrita. Las palabras fluían como la miel y expresaban de una forma precisa y bella sus propios sentimientos e incluso, le ayudaron a entender lo que anidaba en su corazón.

    Draco quería compartir todo lo hermoso de aquellas palabras con Harry, así que se sentaba y le leía en voz alta por horas, no sabía si el moreno escuchaba algo pero intuía que por lo menos no le desagradaba ya que permanecía atento con la cabeza ligeramente inclinada hacia donde el se encontraba.

    También daban largos paseos todos los días, caminaban casi hasta el embarcadero y de regreso, era importante que el cuerpo de Harry hiciera ejercicio. Le tomaba de la mano y el moreno le seguía sin resistirse. Harry entrecerraba los ojos sintiendo los últimos rayos del sol en el rostro mientras el atardecer llegaba a su fin. Había momentos en los que se detenía y miraba al horizonte largo rato, el rubio se mantenía a su lado también observando. Un día, un pelícano aterrizó y caminó hacia ellos balanceándose como una boya, a Draco le causó tanta risa la extraña ave que le tiró un pedazo de pan que traía en el saco. A partir de ese instante el ave les esperaba a la misma hora para acompañarlos en su caminata. El rubio pensaba que debían verse muy raros los dos tomados de la mano mientras un pelícano les seguía como si fuera un perrito faldero. Hasta en eso eran “diferentes”, acaso era mucho pedir una mascota “normal”.

    Y así fueron sucediendo las cosas, el día iniciaba y terminaba apaciblemente, en un paraíso perdido apartado de todos los horrores de la realidad. Draco tuvo que reconocer que después de odiarlo ahora disfrutaba cada minuto que pasaba con Harry en esa vida simple.

    Se bañaban, alimentaban, caminaban, leían y a veces hasta observaban el atardecer sentados en la arena dejando que polito (su pelícano mascota), brincoteara a su alrededor como celebrando la vida.

    Le gustaba el cabello de Harry revuelto por el aire y el cielo anaranjado y rosa del atardecer iluminando su cara. Los dos admiraban aquel espectáculo de colores y las olas juguetonas les traían conchas de mar y espuma blanca hasta la orilla. También adoraba los sutiles cambios de expresión del moreno, así como su cara cuando escuchaba las poesías que le leía, pero sobre todo Draco amaba sentir a Harry en sus brazos durante la noche. El rubio enterraba su nariz en el pelo de Harry, percibiendo ese olor que lo hacía desfallecer. Disfrutaba de ese momento intimo sintiendo como su cuerpo del moreno se apretaba muy fuerte a el.

    El otoño tocaba a su puerta y cuando el rubio revisó su diario se dio cuenta que había transcurrido casi un año desde su llegada a ese remoto lugar, Por todos los santos, pensó, tan rápido había pasado el tiempo?????, parecía que apenas ayer habían escapado de Voldemort.

    Tal vez al inicio aquello le hubiera afectado demasiado, pero ahora el paso del tiempo ya no significaba nada. Para bien o para mal ahí estaban y eso lo tenían que celebrar. Draco corrió a la cocina, era momento de preparar una cena especial. Al anochecer en una mesa elegantemente preparada a la luz de los candelabros, dos figuras permanecían silenciosas sentadas una frente a la otra mientras el fuego de la chimenea ardían perezosamente.

    A Draco le hubiera gustado que Harry dijera algo, que compartiera con el como un igual, pero sabía que eso no pasaría, existía la remota posibilidad de que Harry reaccionará algún día pero siendo realistas lo más probable es que jamás lo hiciera…No era el futuro que tenía soñado y nadie le culparía si desaparecía, pero el tiempo en que pudo haber escapado de todo aquello había pasado, y lo supo desde el día en que tomó la determinación de alimentarlo, ahora su necesidad de protegerle no lo dejaría huir de ahí… Pero para Draco ya no se trataba solo de eso, ya no se trataba de que Harry reaccionara o no…él le amaba, le costó mucho tiempo reconocer sus sentimientos, pero ahora lo sabía, le amaba y por tanto su destino estaba ligado para siempre al de Harry, aceptar eso era probablemente lo más trágico de todo…

    Draco levantó su copa y acercándose al moreno le dio un beso en la frente diciéndole - Feliz aniversario, amor¡¡¡¡¡

     
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  13. SUKESEJME
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    Oh, mil gracias CRISNATURAL, es bueno saber que hay amigos conocidos del viejo foro, entonces tu si llegaste a leer el capi 17, me alegra. Sip de verás que Harry fue muy cruel con el corazón de Draco, pero bueno el moreno también ha sufrido mucho, así que esta un poco despiadado, jejeje, también creo que se trata de un conflicto interno... ya sabes del dicho " del odio al amor hay paso".

    Un abrazo
    SEJMET

     
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    JAJAJAJAJ..PUES ESPERO Q ESE PASO SEA RAPIDO
     
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  15. ruby90zoe
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    No habia visto este fic en el servidor anterior, pero ahora me atrapaste de veras!

    Me muero por saber como sigue, pobre Harry paso por mucho, pero Draco tambien.... espero con ansias la continuacion!
     
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119 replies since 28/7/2011, 05:54   15979 views
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