Me atrapaste Draco/Harry +17

FINALIZADO

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  1. 290589-kaname
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    Autor: 290589-kaname.
    Me atrapaste

    Capitulo 1
    Sus ojos



    Harry comenzó a correr como loco cuando se dio cuenta que llegaría tarde a clase de pociones. Para su mala suerte su dos inseparables amigos se habían adelantado, llevándose accidentalmente su tarea.
    Cuando doblo la esquina de uno de los pasillos se topo de frente con su peor enemigo Draco Malfoy.
    - Fíjate por donde caminas. - le grito el ojiverde a pesar que se detuvieron los dos a tiempo para no chocar.
    Draco lo miro por un instante, parecía nervioso y se notaba a leguas que quería decirle algo pero se contuvo.
    - ¡La clase ya comenzó! No pienso esperar todo el día que el señor Potter se le antoje venir a tomar clases.- la vos de profesor Snape hizo que ambos dieran un brinco del susto.
    La clase se desarrollo un tanto aburrida. Nada fuera de lo normal. El profesor vigilaba a Harry esperando el mínimo error -como siempre- Hermi estaba a punto de concluir su trabajo y Ron se encontraba totalmente perdido por los ingredientes, incluso uno de sus frijoles saltarines se le habían escapado y él ni siquiera lo había notado.
    Harry dirigió su mirada al rubio que estaba a unos metros de él ¿Que había pasado para que Draco no se le hubiese enfrentado? ¿Se sentirá mal? No, no - ¿ahora resulta que se preocupaba por él?- Nuevamente su mente se concentro el la poción y dejo de lado a Malfoy.
    Cuando termino la clase, tanto los leones como las serpientes se amontonaron en la puerta de la mazmorra y comenzaron a empujarse. Harry como buen revoltoso empujo a su amigo Ron contra Nevill y los otros -solo para ayudarlos a que se dieran prisa-.
    Un fuerte golpe hiso que Harry casi se callera de dolor. Al voltear, vio el rostro libido de Malfoy que lo miraba con ¿Arrepentimiento?
    - Lo siento Potter. - la disculpa de Malfoy hiso que Harry abriese los ojos como platos. ¿Malfoy, disculpándose?
    Cuando Draco noto la cara de asombro del ojiverde lo único que pudo hacer fue salir de la mazmorra sin importarle siquiera que sus amigos lo estaban esperando.
    - ¿Dime que lo que escuche fue producto del frijol saltarín que me trague? -Pregunto Ron.
    -Si fue así creo que yo también me trague uno. - los ojos del muchacho siguieron la trayectoria de los pasos por donde Draco caminaba.
    Al terminar el día, Harry se acostó en su cama y se dispuso a dormir. No sin antes ver unos ojos color tormenta que desaparecieron cuando al fin el sueño lo inundo.
    Cuando por fin llego el fin de semana Harry hiso planes para poder estar a solas –sin las miradas de extrema vigilancia de Ron- con su novia Ginny, ya que su mejor amigo y Hermione iban a ir de compras a Hosmade.
    Al llegar a los primeros arboles del bosque prohibido, Harry –con anticipación- había preparado un lecho de hierba para que ambos estuviesen cómodos a lo cual Ginny demostró su agradecimiento con un besito cariñoso.
    Momentos como ese hacían que la existencia de Harry fuese más llevadera. En ese momento no importaba Voltdemort, ni el echo de que en cualquier momento este vinera por el. No importaba los mortifagos y absurdas profecías. Solo importaba el, Ginny y el día de hoy.
    - ¿En que piensas? –pregunto la muchacha al ver como su novio se perdía en sus propios pensamientos.
    - En ti, en mí y en el hecho de que por fin estamos solos. – Harry no pudo reprimir una risita seductora.
    Ginny alzo una ceja a la sugerencia implícita que conllevaba las palabras “por fin solos”. Sin pensarlo dos veces la muchacha se abalanzo a su novio plantándole un apasionado beso que Harry correspondió con el mismo pudor. Las manos de ojiverde comenzaron a recorrer la espalda de su novia ansiando un contacto mas intimo. La pelirroja desabrocho los primeros botones de la comisa de su novio y comenzó a dar pequeños besos en su cuello que provocaron un escalofrió en la piel del muchacho.
    Peligrosamente las manos de su novia bajaron asta sus pantalones y quisieron abrir su cremallera pero el ruido de unas ramas hiso que ambos se quedaran petrificados.
    Harry diviso entre los arboles una cabellera rubia y unos ojos que le miraban con consternación.
    - Rayos. – maldijo el ojiverde y se aparto de su novia. -¿No tienes una cosa mejor que hacer que espiar a las personas, Malfoy?
    - La verdad, no. –Draco le lanzo una mirada que Harry no supo interpretar.
    - ¿Dime qué quieres de una vez? – Harry comenzaba a desesperarse.
    - Yo… -balbuceo. –nada, no es nada. – el rubio termino por caminar en dirección hacia el castillo, dejando a un ojiverde en la intriga total.
    Cuando Harry volvió a acostarse en el lecho con su novia, se dio cuenta que ya se le habían quitado las ganas. Por alguna razón, el hecho de que Malfoy lo hubiese sorprendido con las manos en la masa causaba un cierto de incomodidad que no lograba sacar de su mente.
    Pero eso sí, algo turbio estaba planeando y el iba a descubrirlo.
    En la noche del lunes Harry tomo su capa de invisibilidad y el mapa del merodeador, busco a Malfoy ya que le tocaba guardia en los pasillos.
    Se encontraba en el séptimo piso con Blaise Zabini.
    Salió sin que nadie lo notase de la torre de Gryffindor y se introdujo por los oscuros túneles.
    Al llegar al séptimo piso escucho voces. –eran Malfoy y Zabini –
    - ¿Ya le dijiste? –Pregunto Zabini.
    - No, intente decírselo pero no pude. Cada vez que lo veo me quedo petrificado y no me salen las palabras.
    - Draco, si no se lo dices quedaras siempre con la duda de saber qué habría pasado.
    - Lo sé, es solo que… ¿Y si me rechaza?
    - Se mas optimista ¿Quieres? Además ¿Quién podría rechazar a un Malfoy?
    - ¿Recuerdas que ya lo hiso una vez? –La voz de Draco parecía triste.
    - Bueno si, pero era un mocoso que no sabía nada de la vida, y sus antejos estaban empañados.
    Ambos jóvenes comenzaron a reírse. Harry nunca imagino que escucharía una risa pura y sin malicia de los labios de Malfoy. La cuestión era ¿Estaban hablando de el? Y si era así ¿Qué le querría decir? ¿Por qué estaría asustado de que lo rechazase? De que lo rechazase… “No, no, no pienses tonterías Harry” – se decía el muchacho. ¿Malfoy no se le declararía, verdad?
    Otra interrogante llego a su cabeza ¿Malfoy era gay?
    Cuando regreso al fin a su torre se recostó en su cama con el mayor cuidado posible para que sus compañeros de cuarto no se despertaran.
    Se tapo la cara con las cobijas y reviso con su mente la conversación que habían tenido Malfoy y Zabini. ¿Realmente podría ser qué...?
    El cansancio llego como una ola que lo arrasaba todo. Las preguntas dejaron su mente, las posibles respuestas desaparecieron en la oscuridad remplazándolas por unos ojos color plata que lo incitaron a descansar en los brazos de Morfeo.


    Capitulo 2
    Sus sentimientos



    Harry no podía sacar de su mente las palabras de Malfoy y el posible hecho que se le quería declarar.
    Cuando le conto a sus amigos todo lo sucedido la noche anterior le sorprendió que Hermione estuviese tan tranquila y con una enorme sonrisa en los labios.
    - Ya me suponía algo así. –dijo.
    - ¿A qué te refieres? – el ojiverde estaba confuso con sus palabras, se sintió como si solo las mujeres entendieran sobre esos temas.
    - Mira, -continuo la castaña- ¿acaso no lo has notado? Ya no pelea contigo, se disculpo enfrente de todos cuando por accidente te pego, - esta bien, solo lo escuchamos nosotros- y lo mejor de todo. –Hermione puso una cara picarona y hasta parecía que los ojitos le brillaban. – Cada ves que se acerca a ti, se pone totalmente tímido y sus ojos están pendientes a todos tus movimientos.
    - Yo aun no lo puedo creer. – dijo Ron mientras se recargaba en uno de los sillones de la sala común. – si realmente Malfoy en gay, ¿No creen que ya lo hubiesen cachado con algún muchachón?
    - Ron, algunas personas saben ser discretas. –le recordó la castaña con una cara de pocos amigos.
    “Auch” –pensaba Harry, ese era un golpe bajo por parte de su amiga, pero tenia que reconocer que las sesiones de besos públicos de Ron con su novia Lavender ya lo estaban fastidiando.
    - Pero Hermione, -continuo Harry- ¿Estas completamente segura de que Malfoy en…? Tú sabes, que es…
    - Homosexual Harry, Homosexual. ¿Cuál es el problema con esa palabra? –la muchacha se había sobresaltado tanto que los alumnos de primero a su alrededor se habían quedado callados. – Con respecto a Malfoy no lo se. Cabe en la posibilidad de que pudiste malinterpretar las cosas.
    - ¡Claro que no! –Se sobresalto el muchacho. –tal cual lo escuche se los dije.
    Cuando por fin llegaron al gran comedor, en lo primero que Harry se fijo fue en Malfoy.
    El rubio comía su cereal mientras que charlaba con sus compañeros de siempre; Zabini, Goyle, Crabbe y Parkinson. Cuando este descubrió la mirada analizadora de Harry le sonrió con una mueca picarona haciendo que el Gryffindor se ruborizase.
    “Demonios” –pensó. Si realmente sus sospechas eran ciertas, ¿Qué pasaría cuando Malfoy le declarara sus sentimientos? ¿Cómo debería actuar? ¿Qué le contestaría?
    Tenia en claro que lo rechazaría, -el no era gay- pero de tan solo pensar en quedarse solo con el, a merced de aquella situación, lo ponía en pánico total.
    - ¿Harry? – La vos de su amiga lo saco de sus pensamientos. –se va a desgastar si lo sigues viendo de esa forma.
    “Demonios” –pensó nuevamente. En todo ese rato no le había quitado la vista de encima.
    Draco, por su parte parecía divertido ante el comentario. Puso una cara de satisfacción que hiso congelar la sangre de sus compañeros.
    Mientras trascurrían los días, el Gryffindor comenzó a fijarse mas en las acciones del rubio; su forma de caminar, el modo en como su cabello, como la seda, ondeaba con el viento, el como sus ojos se posaban en el cuando este creía que Harry no lo notaba.
    Nervioso, Harry se descubrió admirando su cuerpo. Queriendo saber como seria tocar su piel tersa y marmolea, que se sentiría acariciar esa cabellera que parresia tan suave y delicada.
    ¿Qué le estaba pasando? ¿Acaso Malfoy no era su peor enemigo? ¿Que había pasado con ese odio acumulado por todos esos años?
    La extraña obsesión que Harry desarrollo por Draco provoco constantes peleas con su novia Ginny. Al grado de que casi no se hablaban, ya no había salidas solitarias con ella y mucho menos besos ni carisias.
    Sus notas en pociones bajaron debido a que como esa clase la compartían con los Slyterin, Harry se la pasaba viendo al rubio expectante a cada acción, a cada mirada o frase que le pudiese dedicar a el.
    El tiempo trascurría sin ninguna novedad – solo algunas noches Harry se reunía con Dumbledore para hablar sobre Voldemort y su próximo futuro.-
    Una de esas noches cuando Harry ya se iba a su cuarto en la torre, se topo de frente con la última persona con la que quería encontrarse.
    - Malfoy… -Harry se petrifico.
    - Potter… ¿No deberías ya estar en tu cama? –El rubio ni siquiera lo miro a la cara.
    - A eso iba yo…he…buenas noches. – se despidió y comenzó a caminar por el pasillo con su corazón a 100%.
    - ¡Espera Potter! – Malfoy lo detuvo tomándolo del brazo.
    Ante tal contacto Harry se puso colorado.
    “No, esto no puede estar pasándome, ¿Por qué a mi?” – pensaba el ojiverde sin siquiera atreverse a soltarse de Draco.
    - ¿Puedo hablar contigo? –continuo el ojiplata.
    - He…si, claro. –tartamudeo el muchacho.
    El Slyterin lo condujo hacia una sala que Harry conocía a la perfección. –La sala de los Menesteres –
    Cuando entraron se sorprendió al ver que el lugar parecía un enorme almacén.
    - Harry yo… -comenzó dubitativo el muchacho. – hay algo que te he querido decirte desde hace unas semanas pero no me he atrevido. Perdona si en algún momento te incomode, es solo que estas cosas no se me dan tan fisilmente…
    El ojiverde pensó que en cualquier momento se desmayaría. ¿Qué seria lo peor que Malfoy le pudiese hacer si lo rechazaba?
    ¡Ho, no!, estaban solos, en el séptimo piso y en un lugar donde no tan fisilmente podrían entrar.
    - Antes de que me rechaces, escúchame por favor. Esto podría beneficiarnos a ambos y además si tu no quieres yo jamás le diría a alguien. – Malfoy comenzaba a ponerse colorado.
    - Malfoy yo… yo no le hago a eso. Además estoy con alguien y…
    - ¿Ya te has hecho tutor de alguien? –La vos del rubio sonó muy sorprendida.
    - ¿Qué?
    - La verdad no creo que seas tan malo dando clases de defensa contra las artes oscuras. Se muy bien que el año pasado diste clases y tus alumnos decían maravillas de ti. Yo… bueno tu sabes no soy tan malo en esa materia pero quisiera hacer un expetopatronus y tu eres el mejor que conozco que puede realizar ese hechizo.
    Harry se había quedado como piedra. Sus ojos de repente se perdieren en la nada.
    - ¿Potter, estas bien? – Draco se preocupo ante el semblante pálido del muchacho.
    - ¿Clases? –Harry aun no podía salir de su estupor.
    - Si, y mira he notado que estas muy mal en pociones. ¿Qué te parecería si yo te ayudo en esa materia?
    - He…si claro, claro.
    - Genial, como muestra de mi agradecimiento he encontrado algo para ti.
    Harry recibió en sus manos un pequeño cofre de madera pero no lo abrió. Solo le dio las gracias y se fue.
    Antes de llegar a la sala común de su casa, el muchacho se detuvo en uno de los pasillos y se recargo en el muro agradeciendo lo frio del contacto.
    Por un momento miro el cofre que el rubio le había dado pero la verdad no tenia ganas de abrirlo. Una risa histérica salió de su boca provocando espasmos de dolor por todo su cuerpo. ¿Cómo había sido tan estúpido? Tal y como lo había dicho Hermione; lo había interpretado mal. Todo ese tiempo pensando en que Draco le confesaría sus sentimientos y lo único que realmente quería eran unas estúpidas clases.
    Se llevo las manos al rostro y descubrió con asombro que sus ojos no paraban de derramar lágrimas. Vestigios inequívocos de que se había ilusionado con aquella declaración y escuchar la verdad lo afecto de una manera que no comprendía.
    Su risa poco a poco se fue trasformando en sollozos de tristeza.


    Capitulo 3
    Mis sentimientos



    Aquel día en particular no quería levantarse de su cama.
    Razón: Primera clase- pociones.
    Implicación: ver a Malfoy.
    No estaba seguro de que podría verlo a la cara. No después de lo que había pasado. –Aunque Malfoy ni se viera por informado.-
    Los ojos de Harry estaban hinchados de tanto haber llorado y su cuerpo adolorido por intentar que ninguno de sus compañeros de cuarto se diese cuenta que estaba en aquellas condiciones.
    Sin mucho ánimo se levanto y salió a bañarse. Cuando regreso a su cama se dio cuenta que Ron seguía en el quinto sueño.
    - ¡Ron! Levántate ya. –grito Harry.
    - 5 minutos mas mami…
    El ojiverde se resigno y salió del cuarto – esta vez, su amigo sufriría un escarmiento.-
    Se paro justo enfrente de la puerta al gran comedor. Tenía miedo. Aunque no quisiera reconocerlo tenia pavor de ver a Malfoy y descubrir que realmente tenia un sentimiento hacia el.
    ¿Ahora quien era el gay? – se pregunto arrancando una sonrisa de sus labios.
    Antes de que pudiese dar un paso, unas manos lo apresaron y lo llevaron a un pasillo solitario. Cuando trato de defenderse vio con horror que su captor era ni más ni menos que Draco Malfoy.
    - Potter, necesitamos arreglar nuestra primera reunión. –Al parecer el rubio parecía emocionado, no obstante se fijaba a ratitos de que nadie los viera.
    Harry no podía hablar, el cuerpo del Slyterin estaba tan próximo a el que incluso sentía su respiración en el rostro.
    Involuntariamente su cuerpo tembló, tener tan cerca a aquel muchacho sin duda le provocaba sensaciones que nunca pensó que experimentaría; Pasión, Deseo y…amor.
    Si, no lo podía negar mas, “Harry Potter estaba enamorado de un hombre” pero esto era algo mas, algo que el mismo no se podía explicar. Solamente Malfoy le provocaba esos sentimientos, ningún otro hombre –aunque lo viese desnudo y se le ofreciera en bandeja de plata – podría inspirarle excitación. Solamente el, y nada mas que el.
    - Cuando quieras –El ojiverde le demostró toda su disposición.
    - Hoy a las 10 de la noche, en la sala de los menesteres.
    - Ok.
    Las 9:00 pm, las 9:30 pm…
    Harry caminaba como desesperado en la sala común de su casa. El muchacho era un manojo de nervios y sus amigos no sabían la causa ya que el ojiverde no les había querido decir nada todavía.
    Miro de nuevo el reloj, si no se daba prisa llegaría tarde.
    En la puerta de la sala multiuso su alumno ya lo esperaba.
    - ¿Listo? –Pregunto Harry.
    - Listo y dispuesto.
    Ambos jóvenes se adentraron en la cámara. Esta era casi como la sala de duelos del año pasado con la excepción de la comodidad de unos sillones amplios donde podían recostarse y hacer…”Alto, alto no pienses necedades” –se decía el Gryffindor.
    - Comencemos…
    Malfoy era impresionante, aprendía como si fuese una esponja. Ponía atención a cada palabra que el moreno le decía, copiaba sus movimientos idílicamente. Jamás había visto algo igual, incluso podría verlo así toda la noche.
    - ¿Cansado Potter?
    - Quisieras, solo estoy viendo tus avances. –decía Harry cada vez que Malfoy lo sorprendía admirándolo. -¿Por qué me pediste que sea tu maestro? Pensé que me odiabas.
    - ¿Odiarte? No, claro que no. Tal vez al principio estaba resentido por tu rechazo. No todos los días se rechaza a un Malfoy. Después, creo que fue costumbre. Además solo tú podrías ser un oponente digno. ¿Tú me odias?
    “¿Odiarlo? Jamás. Puede que en un principio, pero solo porque humillaba a sus amigos. “
    - No, creo que no te odio. –a Draco se le ilumino el rostro.
    En menos de dos horas el rubio realizo un expectopatronus impresionante, aunque no de cuerpo distinguible. –la meta impuesta-
    - Creo que ya ha llegado la hora de irnos a dormir. – el ojiverde comenzaba a resentir las noches de insomnio y angustia que Malfoy le había provocado.
    - Ya es muy tarde, si nos descubren será nuestro fin… ¿qué te parece si pasamos la noche aquí?
    “La noche, aquí…solos…los dos” ¿Acaso Malfoy no se daba cuenta que lo estaba provocando?
    - No creo que sea una buena idea Malfoy.
    - Ho, vamos Harry…
    “Por Merlín, lo había llamado Harry” tenía que salir de ese lugar, de lo contrario quien sabe si podría controlarse.
    - Yo… no puedo. Lo siento.
    El Gryffindor salió disparado hacia el corredor, unos segundos más y posiblemente lo hubiese…”Pero que pervertido soy”
    Cuando entro el la sala común de la torre, su amiga Hermione ya lo estaba esperando.
    - ¿En donde rayos estabas? –la muchacha se puso histérica.
    - Yo…esta bien, estaba con Malfoy. – le soltó el moreno.
    - ¡¿Qué?!
    - No, no es lo que te imaginas. Yo estaba equivocado, malinterprete todo… ¿Entiendes? El solo quería unas tontas clases.
    - Ho, Harry ¿Y como te sientes?
    - Pues aliviado, supongo –mintió. – con eso queda claro que Draco no era gay. –el nudo en su garganta delato su mentira.
    - Harry, no te guardes esto. Se perfectamente que sientes algo por el.
    - Claro que no, ¿De donde sacaste eso?
    - Amigo, te conozco más de lo que imaginas. ¿Crees que no me doy cuenta como lo miras? Esa mirada nunca la habías tenido, ni siquiera con Ginny.
    Otra vez el muchacho se sintió como si solo las mujeres entendieran sobre esos temas.
    - ¿Qué vas a ser con Ginny?
    - No lo se Hermione, no lo se.
    El Gryffindor se acostó en su cama, los ronquidos de Ron hicieron que de alguna manera se sintiera mejor, ya que: pasara lo que pasara, sus amigos siempre estarían con el.
    Dejo sus lentes en el buro y se dio cuenta del cofre. No lo había abierto, se le había olvidado por completo.
    Decidido lo tomo en sus manos y lo abrió. Sus ojos no dieron crédito a lo que vieron.
    “Una fotografía de sus padres, con Remus y Sirius en su ultimo año en Hogwarts”
    ¿Pero como había conseguido eso?
    Una enorme sonrisa se poso en sus labios. Malfoy era increíble…
    Como explicar lo que en ese momento sentía; un extraño calor en su pecho combinada con descargas de electricidad, mariposas en el estomago y latidos fuertes en su corazón.
    Al recostarse en su cama para poder dormir, esta vez no solo vio los ojos color tormenta si no también una seductora sonrisa.
    - Mí querido Dragón… aunque tú no me ames yo siempre estaré contigo, siempre.



    Capitulo 4
    La verdad



    Los rayos matutinos de la mañana despertaron a un ojiverde con ánimos renovados.
    Hoy se levantaría temprano he iría a agradecerle el regalo a Malfoy.
    Se baño, cepillo los dientes y se arreglo el cabello lo mejor que pudo.


    Draco se levanto cansado, la noche anterior no había dormido bien. Esos entrenamientos lo estaban matando. Nunca pensó que llevarle el paso al niño que vivió seria tan difícil.
    Cuando estuvo listo salió de las mazmorras para ir al gran comedor, en su paso, se encontró a su mejor amigo Zabini.
    - Draco… -saludo. – ¿Cómo te fue anoche?
    - Bien, supongo.
    - Pobre Potter, cundo se de cuenta de tus intensiones.
    El rubio hiso una mueca sarcástica, en las últimas semanas se había ideado de un plan sin igual. Un plan que acabaría por destruir a Potter definitivamente y de paso haría que no se metiese en los planes que el Lord oscuro le había encomendado.
    Potter era un estúpido soñador. Aun recordaba la cara que puso cuando le dijo sobre las clases, ese momento era irremplazable.
    Unas miradas picaronas, unas palabras dichas en el momento indicado cuando el ojiverde pensaba que los estaba espiando sin darse cuenta que todo ya había sido planeado, habían bastado para ilusionarlo.
    - Ya casi lo tengo en mis manos, no tardara en arrastrarse por mí.
    - Tal vez caiga más rápido si le das un besito.
    - Puaj, que asco. No besaría a Potter ni aunque me pagaran con todo el oro del mundo.
    - ¿Estas seguro que podrás continuar con esto sin ningún contacto físico?
    - Créeme, soy todo un especialista.
    Justo en la esquina de uno de los pasillos Harry escuchaba con atención cada palabra.


    Draco llego al gran comedor con sus habituales ínfulas de superioridad. La mayoría de los estudiantes ya estaban desayunando, entre ellos la sangre sucia y la comadreja pero sin señales del moreno.
    “Que extraño” –pensó, Potter nunca se separaba de esos dos.

    En el transcurso del día el ojiverde no apareció en ninguna de las clases de la mañana, tan poco en la hora de la comida y cuando comenzó a anochecer nadie sabia de el.
    Los estudiantes de Gryffindor estaban muy preocupados, ¿y si lo capturo Voldemort? –se preguntaba Hermione. – no, se mas positiva. ¡Malfoy! Tal vez el sabia algo.
    La castaña junto con Ron, se dieron la tarea de buscar al rubio. “si tan solo tuvieran el mapa del merodeador” pero Harry se lo había llevado. No quería ser encontrado.
    Encontraron a Malfoy en uno de los pasillos del cuarto piso.
    - Malfoy… -no sabía como empezar la castaña.
    - ¿Qué quieres? –la mirada del ojiplata era odio total.
    - ¿Dónde esta Harry?
    - Y yo que se, no soy su niñera.
    - Es que en la mañana me dijo que iba a ir a buscarte pero nunca regreso.
    - Yo no se nada así que déjame en paz.

    Draco se fue echando chispas, esto si que era extraño, el maldito Potter incluso había faltado a su cita.
    Dudaba mucho que lo hubiesen capturado, el castillo estaba perfectamente bien protegido y el aun no reparaba “eso” así que era imposible.
    ¿Dónde podría estar ese tonto?
    Como una revelación le llego la idea.
    Salió del castillo con la precaución de no ser visto y se dirigió hacia el bosque prohibido. Recordaba que cerca de ahí se encontraba un pequeño lago donde a veces Potter iba a pensar. Y no se había equivocado, el maldito estaba recostado sobre la yerba, dormido.
    Sacudió su cuerpo y puso su mejor sonrisa.
    -¿Harry? –lo llamo pero no obtuvo contestación. -¿Harry? Despierta, todo el castillo esta patas para riba por tu culpa. ¿Harry?
    El moreno esta frio como un tempano de hielo, sus ropas estaban mojadas y tenia rasguños en sus manos y en sus piernas.
    Draco estaba en una encrucijada, si lo dejaba en ese lugar probablemente moriría. –y así por fin se desasiera de el-
    Se dio la vuelta decidido a dejarlo atrás, pero el murmullo de su nombre en la boca de aquel muchacho lo detuvo.
    A pesar de todo y en sus condiciones, el le llamaba. Era extraño pero comenzó a sentir lastima por el.
    Estaba decidido, lo llevaría a la enfermería. Más eso no significaba que sus planes cambiarían ni mucho menos que no haría sufrir a su peor enemigo.
    Recogió ágilmente el cuerpo de Harry entre sus brazos. El muchacho era tan liviano y tan frágil. No lo había notado antes pero Potter tenía un rostro impresionantemente aniñado, como un ángel. Su piel semi tostada parecía terciopelo, sus cabellos azabaches eran como seda entre sus dedos y las largas pestañas negras que adornaban sus ojos parecían… “Por Slyterin, ¿En que rayos estaba pensando?”
    Mientras el rubio caminaba y contemplaba el bello rostro de su peor enemigo no se dio cuenta que se aproximaba peligrosamente a un pequeño barranco. Su pie resbalo por la húmeda tierra y se precipito en el fondo de aquella grieta, con Harry en sus brazos.
    Las gotas de agua caían sobre su pálida piel causando que el rubio abriera los ojos.
    Cuando trato de levantarse del suelo noto que todo su cuerpo le dolía.
    Intento ver en donde se encontraba pero al parecer la noche ya estaba bien entrada.
    ¡Potter! Recordó.
    Se levanto del suelo sin importarle el dolor de su cuerpo, para buscar al causante de esta desgracia.
    El moreno estaba a unos metros de el, totalmente inconsciente.
    Por un momento quiso golpearlo, destrozarlo ahí mismo, utilizar el crusiatos para mancillarlo pero no encontró su varita. Con la caída se le había perdido.
    Odiaba cuando el moreno quería acaparar toda la atención.
    Jalo con sus manos el cabello del muchacho, obligándolo a alzar el rostro.
    Totalmente inconsciente, se encontraba el ser que mas odiaba en todo el mundo.
    La razón.
    El ojiverde le provocaba un extraño sentimiento que trastornaba todo su mundo, un sentimiento que se ocultaba bajo una neblina y no lo dejaba ver, por lo cual aquel chico lo frustraba al grado de querer verlo humillado, destrozado y totalmente perdido. Para que al final solo sintiera por el asco, desprecio total.
    El aliento cálido del moreno le inundo el rostro. Se detuvo en su intento de azótale el rostro en el fango.
    El ojiverde abrió los ojos lentamente, haciendo que Malfoy se paralizara.
    - ¿Harry? –lo llamo tratando de recobrar la compostura.
    Harry se aparto del agarre del rubio pero como se encontraba débil apenas si pudo levantarse.
    - ¿Dónde estamos?- la voz gélida del moreno sobresalto a Malfoy.
    - En un barranco. Trate de llevarte al castillo pero resbale y perdí mi varita. ¿Por qué rayos estabas aquí? Todo el castillo te está buscando como locos.
    - Me quede dormido. –mintió, no quería que Malfoy se diera cuenta de lo deprimido que se puso al escuchar la verdad. Para no perder más tiempo, Harry saco su varita y convoco la de Malfoy. Cuando se la arrojo, el rubio con un ágil movimiento la atrapo en el aire.
    “Esto es extraño” –pensó Draco. La mirada de Potter era diferente. Más fría y más calculadora. Algo pasaba.
    - ¿Te encuentras bien? –Draco se acerco para tocarlo pero Harry lo rechazo bruscamente. - ¿Qué pasa?
    - No me vuelvas a tocar Malfoy…
    - Pensé que ya habíamos superado esto, ¿Acaso no somos amigos?
    - ¿Amigos? Como se puede ser amigo de una persona que odias.
    Las palabras de Harry le taladraron el corazón. Sintió un extraño dolor en su pecho, las piernas le fallaban y sus ojos comenzaban a escocer. ¿Por qué? Era en lo único que pensaba, ¿acaso no Harry estaba enamorado de el?
    Harry hiso el hechizo levitatorio y salió del barranco. Draco lo imito y fue tras el por una explicación. Trato de tomarle del brazo para que lo encarara pero Harry le dio un fuerte empujón.
    - ¡Te dije que no me volvieras a tocar! ¿Acaso no dijiste que te provocaba asco?
    Draco se quedo en shock, “el lo sabía”.



    Capitulo 5
    Provocación



    Los días pasaron y ni Draco ni Harry se miraban, es más, se ignoraban completamente, lo cual le resultaba muy difícil al moreno. ¿Cómo se podía amar tanto a una persona y a la vez odiarla de esa manera?
    Draco lo había destrozado, humillado y hasta burlado de él, ante sus amigos. Pero aun así, sus sentimientos no podían cambiar tan fisilmente aunque lo intentara.
    ¡Maldito Malfoy!
    Draco ya estaba llegando al límite. No soportaba que Harry lo ignorara. El quería que una vez cumplido su plan, cada vez que el moreno lo mirara se derrumbara, pero no, ese maldito se mantenía en pie.
    Tenía que hacer algo. Después de todo, el amor no puede acabarse de la noche a la mañana.

    Mientras Harry caminaba por los pasillos, pensativo y por un momento aliviado de que en ningún momento del día se había topado con Draco se dio cuenta de algo: Ya no había soñado con él.
    ¿Acaso, su absurda obsesión estaba por terminar? ¿Realmente aquel extraño sentimiento que tenia por Draco disminuía cada día que pasaba sin su contacto, sin su mirada, sin sus palabras?
    Cuando doblo la esquina de unos pasillos se quedo paralizado; en una de las esquinas se encontraba Draco Malfoy y Parkinson enredados en una candente posición y besándose apasionadamente.
    El corazón de Harry a pesar de todos los parches que le había puesto se volvió a romper. Y lo peor de todo era que tenía que pasar por ese pasillo para llegar a su sala común.
    Armándose de valor, Harry casi paso corriendo sin ni siquiera mirarlos.
    Draco por su parte le lanzo una sonrisa burlona, proclamándose así el vencedor. –esa era la mirada que quería ver-
    Harry llego directo a su cama y se tapo la cara con la almohada. Afortunadamente esta reprimió un poco los sollozos que se escapaban de su boca.
    ¿Cómo alguien podría destrozarle así el corazón? ¿Y aun así quererlo amar con los pedacitos que le quedaban?
    Pero esta vez no se iba a dejar, si Draco quería una guerra, pues entonces la tendría.

    El día siguiente era sábado, lo cual Harry agradeció a todos los magos y dioses de no tener que ver de nuevo la sonrisita victoriosa en el rostro del rubio.
    Abrió un paquete que había encargado unas semanas antes; ropa nueva. Que consistía en una camisa en una camisa negra y unos jean azul fuerte. No era su estilo usar camisas pero por alguna razón le había llamado la atención.
    Se vistió rápidamente pues ya lo estaban esperando en los jardines del colegio. Hoy sería el día que se sincerara completamente con Ginny. La verdad no quería lastimarla en lo absoluto, después de todo ella era la hermana de Ron y la mejor novia que había conocido, -bueno la única.- pensó con gracia.
    Por las prisas no alcanzo a abrocharse en su totalidad la camisa pero no le importo, su cabello apenas si le había dado una pasada por lo cual caía alborotado sobre su frente.
    Al pasar por los pasillos se dio cuenta que casi todos los alumnos se le quedaban viendo. ¿Acaso tenia monos en la cara?
    Algunas de las observadoras le lanzaron saludos, incluso besos.
    “Que extraño” –pensó.
    Cuando por fin llego a los jardines noto que Ginny lo miraba con los ojos muy abiertos.
    -¿pasa algo?- pregunto un tanto molesto.
    - Harry te ves… increíble.
    - ¿A qué te refieres?
    - Mírate, te ves tan… sexy.
    - Ginny yo…
    - Sí, sí, ya lo sé Harry. Me di cuenta desde hace ya semanas y quiero decirte que lo entiendo. Los sentimientos no se pueden forzar y se refugian en personas que no lo merecen. Harry… yo siempre estaré aquí, como tu amiga claro – dijo ante la mirada de preocupación del ojiverde.

    Todo había salido perfectamente, lo que más le preocupaba a Harry era perder la amistad de la pelirroja y por consiguiente la de Ron.
    No había duda de que la chica era fantástica y él un zopenco por dejarla ir, pero en esos momentos se sentía tan confuso y tan deprimido que no era justo que siguiera de esa manera con la pelirroja. Tal vez algún día, cuando haya olvidado al rubio, quizás…
    No muy lejos de Harry se encontraba Draco con su amigo Zabini.
    Rayos, se me arruino el día.- pensó Harry. – o tal vez…
    Al moreno se le había ocurrido una idea fantástica.
    Comprobó cómo estaba vestido, se acomodo un poco la camisa y los pantalones para con paso garbo acercarse a aquellos dos.
    Sus pasos captaron la atención de aquellas serpientes. Draco miro al moreno con sumo asombro. Harry se veía tan arrebatador que incluso su amigo Zabini se había quedado con los ojos cuadrados.
    ¿Pero que importaba el aspecto que tuviese? Si cuando se miraran a los ojos Harry se derrumbaría nuevamente.
    Cuando por fin Harry llego a ellos, Draco espero su mirada pero se quedo perplejo ante lo que el león le hiso. No solo lo había ignorando olímpicamente si no que también se atrevió a mirar a su amigo y lanzarle una mirada picarona.
    Draco volteo para ver a su amigo. Zabini estaba colorado y aun seguía con la mirada a aquel moreno que caminaba tan magistralmente que casi se le caía la baba.
    El ojiplata se puso rojo de la ira ¿Cómo se atrevía?
    Con total descaro se había atrevido a coquetear con otro hombre que no fuera él.
    El era suyo, solamente suyo.
    La serpiente se separo de su amigo y fue en pos de aquel León ladino.
    Le iba a demostrar que hiciese lo que hiciese, jamás, nuca, permitiría que lo olvidase.
    El siempre seria quien acaparara su corazón.



    Ha pero que cosas de andar volviedo a subir los fic. Ya me habia acostumbrado a una paguina
    y ahora muaa. Pero seguire publicando mis fic hasta que los termine
    :=fgdfgd: :=fgdfgd:

    Capitulo 6
    Amor u odio



    Harry no podía creer lo que acababa de hacer. Le había costado un esfuerzo titánico no mirar al rubio y más aun haberle coqueteado a otro hombre, -Puesto que solo le interesaba uno de ese género.
    El moreno se dirigió a su cuarto en la torre de los Gryffindors. Quería cambiarse la ropa.
    "Después de todo, no le gustaba llamar la atención."
    Pero antes de llegar a una esquina, la mano de Malfoy lo atrapo con fuerza y lo estrello contra la pared.
    -¿Qué demonios crees que Haces? -Draco lo acorralo. Puso cada brazo en ambos lados del cuerpo de Harry y su rodilla entre las piernas.
    El contacto de Draco lo hizo estremecer. Por ese instante de tiempo Harry quiso olvidar todo, quiso no haber escuchado las palabras que Draco le dijo a Zabini y perdonarle todo sin importarle las consecuencias.
    -Suéltame.- Le dijo Harry sin ganas, recapacitando a sus pensamientos.
    -¿Que pretendes Potter? Tú eres mío. Solo mío.
    Harry se quedo petrificado, ¿Acaso Malfoy no había dicho que le daba asco? ¿Por qué ahora le decía que era suyo?
    Esta vez el moreno fue el que comenzó a enfurecerse, ¿Cómo se atrevía a hacerle esto?
    Harry lo agarro por la camisa y lo aventó.
    -¿Que quieres? ¿Acaso no me has hecho suficiente ya?
    -No, no es suficiente.- soltó enfurecido el rubio.
    -¿Qué rayos quieres de mi? Ya obtuviste lo que querías. Ya hiciste que me enamorara de ti, ya te burlaste y humillaste. Déjame ya...
    Los ojos de Harry comenzaron a escocer, no quería llorar, no por él y no ahora.
    Draco miro al moreno con atención. Ese era el rostro que quería ver.
    Después de todo, el tenia la culpa.
    Harry tenía que sentir lo que el sintió cuando se conocieron y él lo desprecio. Tenía que sentir cada insulto y cada mirada de odio que Harry le había dado durante los últimos seis años.
    Draco aun podía recordar la primera vez que lo vio en el callejón Diagon.
    Cuando sus miradas se cruzaron, ambos se habían sonreído y con ello una promesa silenciosa se forjo. -O al menos eso pensaba Draco.-
    Pero cuando llegaron a la escuela Harry lo cambio por Weasley.
    Le había dolido y mucho.
    Puede ser que se había comportado mal con el pelirrojo y por Merlín que trato de compensarlo pero lo único que recibió de Potter fueron insultos y humillaciones.
    Con el paso de los años Draco ya no sabía si lo que sentía por el ojiverde era amor u odio. Todo era tan confuso que a veces creía que no saldría de esa densa niebla que eran sus sentimientos.
    Todo comenzó a ponerse peor cuando descubrió que Harry siempre estaba atento a lo que el hiciera o dijera. Por fin tenía la atención de su moreno, pero se sentía frustrado al descubrirse incapaz de saber lo que sentía.
    Por ello, había ideado un plan en el que Harry sufriera del mismo modo que el había sufrido y así no fuera el único que pasaría por esa tormenta de sentimientos.
    Aunque de tan solo pensar que Harry lo odiara, sentía un nudo en el estomago. -no, no podría soportarlo - No ahora que había conseguido que lo amara.

    Harry, al ver que Draco no reaccionaba decidió marcharse. Su corazón no soportaría otra mirada de odio de quien amaba.
    -¿Dejarte? -Continuo Draco. -¿Dejarte ahora que por fin me miras? ¿Dejarte después de todo lo que me has hecho sentir? Eres un maldito, y un débil. Aun no has sentido la desesperación que yo siento desde hace 6 años, aun no te devuelvo el odio que solo tú me dedicaste. Todavía no has sufrido todo lo que yo sufrí por ti...

    Harry no sabía que decir, ¿Acaso Draco lo había amado desde hace ya tiempo?
    ¿Pero cómo? ¿Cuándo?
    El moreno trato de analizar cada momento desde la primera vez que lo vio.
    Una mirada, una sonrisa y una promesa.
    Después solo insultos y desprecio por parte de él.
    ¡Maldición! - Se reprocho Harry, ¿Como no se dio cuenta?
    ¿Y qué fue lo que hizo Harry durante todo este tiempo?
    "Despreciarlo hasta el grado de convertir el amor que alguna vez sintió el rubio por él en odio."
    ¿Y por qué?
    Vergüenza.
    Si, lo reconocía. Cuando tenía 11 años y se dio cuenta que le gustaba un niño le dio vergüenza. A él le habían enseñado desde muy chico que las relaciones amorosas entre hombres eran malas.
    -idea original de tía petunia-
    Y cuando conoció a Draco se dio a la tarea de erradicar ese sentimiento, incluso ahora casi lo había olvidado.
    El rompió la promesa.
    Con el paso del tiempo se dio cuenta que en el mundo de los magos las relaciones entre hombres eran algo natural y bien visto.
    Pero ya era tarde.
    -Draco yo...
    -¿Qué? ¿Ya recuerdas todo?
    -Draco, lo siento, yo en esa época no estaba preparado, yo no sabia...
    -¿Lo sientes? ¿No estabas preparado?
    Malfoy estaba ni que lo calentaba el sol -en esos momentos se preguntaba el cómo se había fijado en el-
    El rubio sacudió su cabeza frustrado y se dio cuenta que lo mejor era irse, de lo contrario cometería un asesinato.



    Capitulo 7
    Un nuevo comienzo



    Habían pasado aproximadamente un día entero desde que Harry no veía a Draco. Se sentía apenado, y frustrado por lo que había hecho, pero también sabía que las cosas del pasado no se pueden cambiar y que solo existe el presente. Así que tenía que tomar una decisión.
    Después de haberles contado todo a sus amigos, Harry les pidió un consejo.
    -Harry, - comenzó Hermione. - eras un niño y además eras inexperto, se me hace demasiado que Draco se lo tome de esa manera.
    -Claro que no Hermione. -Interrumpió Ron, -en cosas del amor no se juega, además, aunque Harry no estaba acostumbrado a ese tipo de relaciones, Draco si y era obvio que le doliera mucho.
    -Ha, si tu muy experto.
    -No, no lo soy, pero conozco mejor que ustedes las reglas de este mundo. Lo único que te puedo decir, amigo, es que lo conquistes nuevamente.
    -¿Qué?- Harry apenas si salió del shock. Esto era casi imposible, ¿Ron, animándolo? –No, no puedo. –comenzó Harry. -Sé que cometí errores en el pasado. Pero les consta que esta vez quise hacer las cosas bien y mira lo que pasa: Draco siente asco de mí. No sé si pueda soportar una más de esas miradas de odio.
    -Pero tú lo quieres Harry –dijo Hermione.
    -Sí, pero creo que ya tuve suficiente. Aunque yo quisiese reconquístalo él jamás olvidara. Bien claro me dijo que me haría pagar por todo lo que le cause.
    - Harry…
    -Ya he dicho.
    Con esto último Harry decidió salir a tomar aire fresco. De repente no soportaba el ambiente pesado del castillo y la charada de sus amigos.
    El sabía que ellos tenían razón en todo; desde la parte de “con el amor no se juega” hasta la parte de reconquistarlo.
    Pero ¿Qué opción tenia?
    Si le seguía insistiendo a Draco sobre el asunto, el tendría las armas para seguir destrozándolo. Cachito por cachito. Pero si lo dejaba pasar lo mas seguro es que lo perdería para siempre.
    Harry miro por la ventana de uno de los pasillos, casi estaba sobre los jardines y el viento helado lo reconforto. Por un instante su cuerpo se lleno de paz, esas eran las pequeñas cosas que mas disfrutaba.
    Una extraña figura capto su atención cerca del lago, no podía verlo bien pero sabia con certeza de que se trataba de un chico.
    Curioso, camino hacia esa dirección. Tenia que darse prisa ya que el crepúsculo se aproximaba.
    Camino sigiloso por el rellano de arboles que esta mas próximo al lago. No había nadie en ninguna dirección así que se le hiso mas fácil rezagarse entre las sombras de los arboles.
    Lo que vio le dejo sin aliento. Era Draco.
    Pero este Draco era totalmente diferente. Su expresión era más suave y más delicada. Sus ojos estaban bañados de lágrimas cristalinas que cubrían sus suaves mejillas.
    Draco volteo la cabeza y Harry temió que lo descubriera, pero afortunadamente no lo hiso. Entonces realizo lo impensable: se empezó a quitar la ropa. ¿Acaso planeaba darse un chapuzón en la turbia agua del lago?
    Harry miro con asombro y el aliento se le quedó atrapado en la garganta. Nunca en su vida había visto un hombre más hermoso.
    Nunca.
    Draco se descubrió el torso, dejando al descubierto su magnifica figura. ¡Que piel! ¡Que abdomen! ¡Que músculos!
    Quien se iba a imaginar que bajo ese uniforme de serpiente tendría un cuerpo tan suculento.
    Harry cerró sus ojos mientras saboreaba el ritmo melódico de la canción que Draco empezó a tararear. Éste llegó profundamente dentro de él, haciendo que su cuerpo entero ardiese por Draco. Él estaba inflamado por la necesidad y el deseo. Inflamado por el impulso salvaje de tomar lo que quería, y al diablo con las consecuencias.
    Pero una vez mas las palabras de Draco le llegaron a su mente como un rayo:
    “Puaj, que asco. No besaría a Potter ni aunque me pagaran con todo el oro del mundo. “
    Harry intento concentrarse, pero Draco no se lo estaba poniendo fácil, esta vez se estaba quitando los pantalones. Su corazón comenzó a latirle tan fuerte que creyó que en cualquier momento Draco voltearía.
    Las luces de la tarde comenzaron a desvanecerse, dando entrada a las suaves sombras que las nubes proyectaron.
    Draco miro hacia la dirección donde estaba el castillo, preguntándose que estaría haciendo Harry. Su Harry.
    Era extraño, una vez que se hubo desahogado con Harry, sintió un gran alivio. Era como si su corazón se hubiese quitado un gran peso de en sima. Y ahora, analizando sus sentimientos, se dio cuenta de algo sin precedentes; su alma ya estaba en paz, al igual que su corazón.
    -Harry… -susurro su nombre. –Ya puedo olvidarte, ya puedo. Adiós amor mío.
    Draco se quito la ropa y se dispuso nadar en el lago, su lugar favorito. Pero unos finos ruidos, casi inaudibles hicieron que se diera la vuelta justo antes de quitarse los pantalones.
    Escondido, entre los arboles, lo observaba Harry Potter.
    Al principio se lleno de vergüenza, el calor de la situación le llego hasta la cabeza y una leve excitación al ser observado lo asalto. Pero después la furia y la ira nublaron su mente. Todo lo que había sentido hace algunos días volvió y la sed de venganza lo apremio a que concluyera su plan.


    Capitulo 8
    Amor en las nubes



    Con sumo descaro, Draco se quito los pantalones sensualmente y una satisfacción lo asalto al escuchar los jadeos de su espía.
    ¿Qué era lo que tenía Harry que podía odiarlo de esa manera y a la vez amarlo? ¿Por qué cada vez que lo miraba se llenaba de un odio irracional y absurdo?
    Pero a pesar de ese odio, su cuerpo le exigía su compañía, su amor, su cuerpo.
    ¿Cuántas noches no había soñado con que Harry lo tomara y lo hiciese suyo?
    Pero aunque sus sueños pudiesen hacerse realidad en estos momentos, Draco no podía quitarse de la mente todos los años en los Harry lo desprecio y humillo.

    Harry no pudo mas que morderse la mano para no salir de su escondite y tomarlo, para al fin saciar su sed de el.
    Ahora Draco estaba totalmente desnudo y ¡Que cuerpo! En cualquier momento a Harry le daría un ataque cardiaco.
    No, ya no podía más. Harry salió de su escondite y se dirigió al causante de su felicidad y de su sufrimiento.

    Draco entro en la fría agua del lago, ¡Ah! Que placer. Siempre le había encantado sentir el agua sobre su cuerpo. Una extraña sensación que hacia que cada terminal nerviosa de el se despertara.
    El rubio se sobresalto al sentir la caricia de una mano sobre su espalda. Al voltearse, se dio cuenta de que Harry tenia el rostro lleno de deseo y hambre de el.
    Lleno de esa rabia irracional, Draco intento separarse de el pero Harry era mas fuerte y lo sujeto de la cintura para atraerlo hacia su cuerpo.
    -¡Suéltame! -grito el rubio, pero Harry lo sometió al darle un beso salvaje y apasionado. Ese beso hiso que Draco se olvidara de todo y se dejo llevar por el amor.
    El moreno era totalmente irresistible y Draco quería saborear su sabor tan fieramente que no estaba seguro de por qué aun no la había probado. Necesitaba saborearlo. Sentirlo. Draco lo miró mientras Harry estudiaba sus labios. Había tanto fuego en su mirada como para prender fuego a un glaciar. Apenas si lo había tocado y podía jurar que podía sentirlo rodeándolo con calor y necesidad.
    El aire alrededor de Draco parecía sexualmente cargado. Prácticamente siseaba de erotismo y deseo. Nunca había sentido algo así en su vida.
    Harry exudaba una atracción sexual inhumana. Atraía a Draco de una manera que nunca había sentido por otro hombre. Los ojos de Harry se entrecerraron, bajó la cabeza y tomó posesión nuevamente de los labios del rubio con un beso magistral que hizo que su cabeza literalmente le diera vueltas. Su cuerpo se derritió.
    Draco gimió ante el sabor de sus labios contra los de el mientras, su lengua se hundía apasionadamente en su boca. Harry lo saco de la fría agua del lago entre sus fuertes brazos y lo recostó sobre el pasto mientras deslizaba sus manos sobre su espalda, acariciando la pálida piel.
    El perfume crudo, viril de Harry lo invadió mientras sentía su cuerpo sobre el suyo. Su potencia masculina era más fuerte de lo que Draco podía soportar.
    El moreno sintió como la parte mas intima de Draco se endurecía por las caricias, pero Harry aún estaba vestido y se odio por su estupidez. Con la impaciencia de un niño, el moreno se quito la camisa y los pantalones y vio con regocijo como Draco ahogaba una exclamación de excitación.
    Esto es un sueño –pensó Harry, si un sueño. Así que antes de que este sueño acabara, tenía la intención de reclamar a Draco una y otra vez hasta que ambos suplicaran por misericordia.
    Draco gimió mientras Harry rompía otro beso y seguía con sus labios y su lengua desde el camino de su garganta hasta su pecho. Draco sentía su dura erección y suave escroto contra su muslo, ardiente e íntimo, y lo hizo temblar.
    Harry deslizo sus manos sobre el pecho desnudo del rubio mientras envolvía su lengua alrededor de un pezón endurecido, chupando y pellizcando delicadamente.
    Draco acunó la cabeza de Harry en sus manos y lo observó mientras gemía con dicha. Harry lo miraba como si su cuerpo fuera ambrosia para él. Se tomó tiempo para saborearlo. Cada centímetro de su piel fue lamido y tentado. Saboreado y saciado. Era como si no pudiera obtener lo suficiente de el.
    A ningún hombre Draco le había permitido hacerle esto y ahora estaba aterrorizado de lo que vendría. Si bien sabía lo que era el sexo, pero la sensación de este era ajena a el. Y aunque sus sentimientos seguían encontrados, quería una noche con Harry.
    ¿Era una noche demasiado pedir?
    Y aún mientras pensaba eso, se preguntaba si una noche con él sería suficiente.
    La cabeza de Harry se sumergió en una dulce esencia y sintió a Draco en sus brazos. Gruñó mientras lamía y mordía cada centímetro de carne deliciosa y escuchaba sus murmullos de placer. Draco era el sustento que necesitaba para vivir.
    Tenía que tener más de Draco.
    El ojiplata gritó mientras Harry separaba sus muslos y lo tomaba en su boca.
    El rubio no podía hablar o respirar mientras el placer supremo atormentaba todo su cuerpo. Cada lamida, cada tierna chupada, enviaba una oleada de agudo éxtasis a través de el.
    Tal cosa era inimaginable para Draco.
    Debería estar avergonzado de lo que estaban haciendo. Pero no lo estaba. De hecho, quería más de esto. Más de él.
    Su corazón latía a gran velocidad, bajó la mirada para verlo allí entre sus muslos. Harry mantenía los ojos cerrados y su cara mostraba que él obtenía tanto placer en saborearlo como el en ser saboreado. Abrió más las piernas, otorgándole más acceso mientras enterraba la mano en su pelo sedoso. Harry se rió misteriosamente contra el, enviando otro estremecimiento de placer a través de Draco.
    El rubio gimió profundamente en su garganta.
    Harry deslizó sus dedos dentro de la entrada de su amante, rodeando el lugar donde el palpitaba con dolorosa necesidad.
    Se tomó su tiempo con Draco, y en todo momento su cuerpo ardió con pequeños temblores de placer.
    ¿Quién hubiera pensado que alguien podía sentirse así?
    El éxtasis aumentaba y aumentaba hasta que Draco no lo pudo aguantar más. El nombre de Harry se derramó de los labios del rubio mientras se corría por primera vez.
    Todavía Harry no se aplacaba. Sólo gruñía ante el sonido de su placer y continuó atormentándolo hasta que le rogó que se detuviera.
    —Por Favor, Harry. Por favor ten piedad de mí.
    El moreno se hizo para atrás para mirarlo. Sus ojos abrasaron los de el en tanto elevaba una esquina de su boca. — ¿Piedad, mi Dragón? Apenas he comenzado.
    Reptó sobre su cuerpo como una bestia gigante y feroz, lamiendo y mordiendo en su camino mientras su cuerpo se sonrojaba con el del rubio. Se echó para atrás ligeramente a fin de poder mirar a su Dragón mientras le separaba más las piernas. Esto era lo que él quería. A Draco, salvaje y mojado debajo de él. Quería verle la cara mientras lo penetraba. Quería ver si se lamentaba en permitirle hacer eso.
    Preparándose para lo peor, sostuvo su mirada y se deslizó profundamente en el calor aterciopelado de su cuerpo.
    Su cabeza se tambaleó ante el placer que le produjo. Por el placer de Draco.
    El rubio siseó, arqueando la espalda mientras se agarraba firmemente a sus hombros.
    Pero no había desprecio, ni arrepentimiento.
    Sus ojos estaban encendidos con pasión y con otras emociones tiernas que aún no podía comenzar a comprender.
    Sonrió a pesar de sí mismo, deleitándose en el milagro de que Draco lo aceptara.
    El rubio no podía respirar mientras lo sentía duro y palpitante dentro de el. Había tratado de imaginar como sería tener a un hombre en su interior incontables veces, pero nada lo había preparado para esta realidad. Para la sensación de la dureza de Harry.
    Lo cabalgó despacio y suavemente como si quisiera que este momento durara, como si estar dentro de Draco fuese suficiente para él. El rubio envolvió sus piernas alrededor de sus caderas y levantó la mirada para contemplarlo mientras él bajaba la suya hacia el.
    Era tan increíble, sentirlo dentro y encima de el. Adoraba el placer de su peso. La expresión de su cara al mirarlo.
    Draco se estiró y tomó las mejillas de Harry entre sus manos mientras lo penetraba dura y profundamente, una y otra vez. Oh, sentirlo a él allí. Él estaba tan profundo en su interior que casi podía jurar sentir la cabeza de su pene frotando el interior de su ombligo.
    Harry cerró sus ojos mientras saboreaba sentirlo debajo de él mientras sus manos tocaban su cara.
    Draco estaba tocando partes de Harry que pensó que se estaban extinguiendo. Su corazón. Su alma. Lo llevó a alturas inimaginables. Aquí en sus brazos, por primera vez, sintió paz.
    Harry empezó a embestirlo más energéticamente, con más furia y más pasión. Draco ya estaba por terminar, jamás pensó que esto seria de esta manera. Una sensación terriblemente placentera, un éxtasis que hiso que gritara. Su moreno dio unas envestidas más y también se vino.
    Ambos estaban exhaustos pero muy felices al culminar el acto más representativo del amor.
    El ojiverde estaba en las nubes, su Draco lo había perdonado al fin y le había entregado su cuerpo para sellar su compromiso.








    Capitulo 9
    Rompiendo un corazón




    Draco prácticamente corrió por los corredores del castillo en dirección a la sala común de Slytherin, diciéndose una y otra vez que lo que había hecho fue una completa estupidez.
    ¿En que estaba pensando cuando se acostó con Harry?
    En cuanto hubo recobrado su sensatez en el lago, miro con horror lo que había echo. Se había dejado llevar por la pasión sin medir en las consecuencias dejándose enamorar nuevamente por alguien que en el pasado le causo mucho daño.
    “Tranquilo Draco, tranquilo… ya veras como, pero te tienes que arrancar a Harry del corazón.”
    En cuanto llego a su cuarto en las mazmorras, se dio cuenta de que le esperaba una carta.
    La abrió rápidamente y se encontró que era del señor Burke, el dueño de Borgin y Burkes, la tienda de magia oscura en el callejón Knockturn. Esta decía que todo estaba ya preparado. Por fin había llegado la hora de culminar con el plan. El cual había consistido en alejar a Potter de la sala multiuso, donde estaba reparando un armario que conectaba con la tienda de magia negra.
    Cuando este estuviese arreglado, seria el día que introduciría a los mortifagos al colegio y mataría al director.
    Esa era su misión y por nada del mundo lo dejaría, ni siquiera por Harry.
    ¿Por qué se había complicado así la vida? ¿No tenia ya suficiente con todo lo que sufrió desde que había conocido a Harry?
    Ahora jamás podría olvidar sus carisias, sus besos, su cuerpo.
    “Maldito Harry Potter, te odio, te odio tanto… como te amo.”

    Colin Creevey llego corriendo con una nota del director Dumbledore para Harry. Este la desenvolvió rápidamente y comprobó con una alegría que no le cabía en el pecho que por fin el director lo llevaría a recuperar una de los Horrocruxes.
    Se preparo con todo lo indispensable y salió corriendo hacia el despacho del director.
    Horas más tarde, Harry apareció en Hogsmeade con el director Dumbledore en brazos. Este se había tomado una pócima en la caverna hechizada por Voldemort donde había escondió el terrible tesoro y ahora el director estaba muriendo.
    - ¡Profesor! Aguante. –grito el muchacho desesperado.
    En ese instante Harry oyó pasos precipitados y el corazón le dio un vuelco: alguien los había visto y acudía en su ayuda. Era la señora Rosmerta, que corría hacia ellos por la oscura calle luciendo sus elegantes zapatillas de tacón y una bata adornada con dragones bordados.
    - ¡Los he visto aparecer cuando corría las cortinas de mi dormitorio! Madre mía, no sabia que… pero ¿que le pasa a Albus?
    - Esta herido –explico Harry-. Señora Rosmerta ¿Puede acogerlo en las tres escobas mientras consigo ayuda?
    - ¡No puedes ir solo! ¿No te das cuenta? ¿no has visto…?
    - Si me ayuda a levantarlo –dijo Harry sin prestar atención -, creo que podemos llevarlo hasta allí…
    - ¿Qué ha pasado? –pregunto Dumbledore -. ¿Qué ocurre, Rosmerta?
    - La marca tenebrosa Albus…
    Y la bruja señalo al cielo en dirección al colegio.
    El terror inundo a Harry al escuchar esas palabras. Se dio la vuelta y miro.
    En efecto, suspendida sobre el colegio, estaba el cráneo verde con la serpiente saliendo de su boca. La marca que dejaba un mortifago cuando mataba…
    - ¿Cuánto tiempo lleva ahí? –pregunto el anciano profesor.
    - No lo se, supongo que unos minutos. No esta ahí cuando saque al gato.
    - Hemos de volver enseguida al colegio. –dijo Domuldore tomando las riendas de la situación pese a que aun seguía muy frágil. –Rosmerta, necesitamos un medio de trasporte, escobas…
    - Tengo unas, ¿quieres que vaya a buscarlas?
    - No, que las traiga Harry…
    El muchacho levanto la varita de inmediato.
    -¡Accio escobas de Rosmerta!
    Un segundo más tarde las escobas ya volaban en su dirección y tanto Harry como el profesor se prepararon.
    - Rosmerta, envía un mensaje al ministerio –pidió el profesor. –Es posible que los estudiantes aún no se hayan dado cuenta. Harry ponte la capa invisible.
    El muchacho la saco de su bolsillo y se la puso en sima.
    Cuando llegaron a la torre de astronomía Harry parecía que ya no pensaba coherentemente, Ron, Hemione, Draco…
    - Ve a despertar a Severus, Harry
    - Pero…
    - Juraste obedecerme, Harry. ¡Márchate!
    Justo en ese momento uno pasos se escucharon en las escaleras. Y el director le hiso señas para que se apartara.
    La puerta se abrió de par en par y una voz muy conocida grito:
    - ¡Expelliarmus!
    Harry quedo inmóvil, con el cuerpo rígido, y cayo hacia atrás contra el murete almenado de la torre, donde permaneció apoyado como una estatua.
    - Draco, buenas noches –digo el director.
    - ¿ahí alguien mas aquí? –pregunto el muchacho al ver otra escoba sobre el piso.
    - Es lo mismo que te iba a preguntar a ti, ¿estas solo?
    - No, hoy hay mortifagos en el castillo. Pero yo me he adelantado para terminar con mi tarea.
    Harry estaba totalmente petrificado ¿Qué estaba sucediendo aquí? ¿Por qué su Draco estaba asiendo esto? Trato de moverse para hacer algo, detener esta atrocidad, pero no podía, el poder del director lo tenía totalmente estático.
    - Tú no eres un asesino Draco.
    - ¿Usted como lo sabe?
    En eso se escucharon pasos detrás de él y otros mortifagos entraron a la escena.
    Lo siguiente paso demasiado rápido, Severus estaba en la entrada y el había pronunciado el hechizo asesino. Sintió como lo agarraban del brazo y lo jalaba hacia el interior del castillo.

    Harry miro con horror, como el cuerpo del director caía en precipitado por la torre. “No, esto no puede ser, esto no puede estar pasando”.
    Sintió como el hechizo que tenia prisionero su cuerpo se desasía y sin pensarlo dos veces corrió hasta la almena de la torre. Miro hacia el fondo, donde yacía el cuerpo muerto del director.
    “No, no y no…”
    Harry no podía creer que Severus le hubiese echo esto Dumbledore. Después de cómo lo defendió de todos. Tenía que pagar y la muerte sería el mejor castigo.
    Y Draco…
    Ese rubio le debía una explicación, ¿Acaso realmente estaba dispuesto a convertirse en un asesino?
    Harry se dio la vuelta para enfrentar a los asesinos del director pero estos ya partían en retirada y Draco iba con ellos. Se quito la capa de invisibilidad y saco su varita.
    Corrió por las escaleras, hacia el centro del castillo donde se precipitaba una lucha encarnizada entre los alumnos del colegio y profesores contra los mortifagos que se habían introducido en el castillo.
    Al llegar a los jardines, pudo distinguir entre la oscuridad la capa oscura del profesor de pociones y el cabello platinado de Draco.
    El muchacho trato de lanzarle un hechizo para que soltara a Draco pero Severus fue más rápido y lo esquivo.
    - Sectu… -trato Harry de lanzarle nuevamente el hechizo.
    - No pensé que usted manejara las artes oscuras Potter.
    - Suelte a Draco –le ordeno el moreno.
    - Oh Potter, no me diga que viene a rescatar a la damisela en peligro.
    Harry vio los ojos de su amado Draco y vio con extrañeza que aquellos ojos grises estaban como muertos, ninguna expresión en ellos.
    - Lo felicito señor Malfoy –empezó Severus –su plan funciono mejor de lo que hubiese creído, aunque no me imagino el asco que de seguro sintió cuando se acostó con este.
    Harry abrió los ojos como platos ¿Plan, a que se refería con eso? Busco la mirada de Draco, pero este solo reflejaba indiferencia.
    - Draco ¿de qué habla?
    - Muy sencillo Potter –contesto Severus – todo este tiempo la única razón por la que Draco estuvo con usted fue porque necesitaba mantenerlo alejado de la sala de los menesteres para que no sospechara nada. ¿Acaso realmente creyó que Draco lo amaba? –una sonrisa desdeñosa se asomo por el rostro desencajado del mortifago.
    - ¡No, eso no es verdad! Draco me ama yo se que él me ama.
    - ¿Amarte? –esta vez hablo Draco - ¿Acaso no te quedo claro la primera vez que me escuchaste con Zabini? Lo único que tú me provocas es asco y solo eso.
    Harry sintió como si muchos cuchillos se clavaran en su corazón y en todo su cuerpo. El sentimiento que empezaba a emerger de él le comenzó a hacer daño incluso físicamente. ¿Por qué? Se preguntaba una y otra vez.
    - La verdad es que no puedo creer que te hayas creído todo –continuo el rubio – pensé que a la primera me descubrirías, cundo te pedí “clases”. Tú y tus absurdos sentimientos de amor, no te imaginas cuanto me divertí contigo.
    El moreno cayó al piso, con los ojos bañados de lágrimas. Sintió como su corazón era arrancado de su pecho sin anestesia y como la fría realidad azotaba el oscuro vacio que una vez fue corazón.
    - Vamos Draco –apremio Severus. El muchacho obedeció no sin antes mirar una vez más a Harry.
    - Hasta nunca…


    Edited by berecol - 20/4/2012, 17:59
     
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    Capitulo 10
    Recuerdos y agonía



    Severus apareció en la mansión Malfoy justo la habitación de su ahijado. Unos segundos después, Draco se materializo.
    - Vamos –apremio el profesor –debemos darle la noticia a nuestro señor oscuro.
    El Mortifago comenzó a caminar, pero se dio cuanta de que Draco no lo seguía. Al voltease, vio con horror como el rubio había caído en shock.
    Draco se sujetaba el rostro con ambas manos y se dejo caer al piso inundado en la agonía.
    Severus lo tomo en entre sus brazos y trato de consolarlo.
    - Escúchame –demando el profesor –lo que hiciste fue lo mejor que pudiste haber hecho por el.
    - Lo se…pero jamás va a perdonarme, jamás…
    Las lágrimas de Draco conmovieron en lo más hondo de su corazón a Severus.
    - ¡Escucha Dragón! Te prometo, no, te juro que cuando esto termine todo se va a arreglar, todo. Potter se dará cuenta por que lo hiciste y estarán juntos nuevamente.
    El rubio no lo creía, Harry jamás lo perdonaría. Lo mas seguro era que en estos momentos el maldijese su nombre.


    Harry aun seguía tirado sobre la yerba del jardín del colegio, observando como la cabaña de Hagrid se incendiaba. Escucho pasos y era levemente consiente de que alguien lo sujetaba y lo llevaba a la enfermería.
    - Creo que esta en shock –dijo la profesora McGonagall.
    - Harry, Harry ¿te encuentras bien? –pregunto Ron.
    El moreno trato de responder pero de su boca no salía palabra alguna. Era como si al irse Draco con el se hubiese llevado su razón.
    - Creo que necesita descansar –dijo entonces Hermione, y Harry se lo agradeció internamente. Si, quería estar solo, solo con su corazón, solo con sus recuerdos y dejar que la desesperación lo inundase. Por que a lo mejor así, ya no abría un mañana para el, solo la muerte…

    ---------------------------------------------------------------------------------------------

    Severus y Draco se presentaron ante el señor oscuro y le trasmitieron cada detalle de lo que había ocurrido en el castillo y como había muerto Dumbledore.
    Voldemort estaba que no cabía en su felicidad, incluso omitió el hecho de que Severus hubiese matado al profesor en lugar de Draco. No sin antes advertirle que de ahora en adelante si no cumplía con sus misiones esta vez estaría en grandes problemas.
    A la mañana siguiente no se hiso esperar la noticia del fallecido profesor de Hogwarts. El profeta lo tenía en los titulares y describía el ataque.
    En las siguientes semanas Draco no hiso mas que recluirse en su cuarto. No quería ver a su madre y ni a su padre. No era por que no los quisiera, era solo que cada vez que miraba a su familia se acordaba de lo que había hecho por ellos y como los antepuso al amor que sentía por Harry. No se arrepentía claro, por que jamás hubiese podido con la culpa si algo les ocurría a sus padres, al contrario de Harry que a pesar de lo que le hiso, el aun seguía con vida y a salvo.
    La puerta sonó y un elfo domestico entro con una nota en sus manos.
    Draco la desenvolvió rápidamente; era de su padrino.
    Este decía que tenia que estar presente en la próxima reunión con Voldemort, era urgente.

    El estudio en la mansión de los Malfoy, estaba repleta de gente silenciosa sentada a lo largo de una mesa ornamentada. El mobiliario usual de la estancia había sido retirado bruscamente hacia las paredes. La iluminación provenía de un rugiente fuego bajo una hermosa chimenea. Snape y Yaxley se demoraron en el umbral.
    Con un gesto de la mano Voldemort los hiso entrar y los acomodo en sus sitios correspondientes.
    Snape hecho un vistazo al asiento donde se sentaba Draco y le hiso un gesto con la cabeza.
    Voldemort miro con ansia al profesor de pociones y con una vos fría y carente de emoción dijo:
    - ¿Y?
    - Mi señor, la orden del fénix tiene la intensión de trasladar a Harry Potter el próximo sábado, al anochecer.
    - Sábado…al anochecer – repitió Voldemort. Sus ojos se posaron en los negros de Snape con tanta intensidad que algunos de los observadores apartaron la mirada. Snape sin embargo devolvió la mirada tranquilamente a los ojos de Voldemort, este poco a poco curvo sus labios en una sonrisa.
    - Bien,…muy bien. Y la fuente proviene de…
    - …de la fuente que hemos discutido.- dijo Snape.
    Justo después de eso Draco dejo de prestar atención a lo que decían los mortifagos. El sabía que su padrino no mentía, no claro que no ya que su fuente era…
    El muchacho volvió a la realidad cuando Voldemort anuncio con una vos confiada:
    - Me ocupare del chico en persona. Se han cometido demasiados errores en lo que corresponde a Harry Potter. Algunos de ellos han sido míos. Que Potter viva se debe más a mis errores que a sus triunfos. Pero ahora soy mas listo, por eso necesitare una varita antes de ir a matar a Potter. –Voldemort miro por toda la sala.- ¿Algún voluntario? Déjenme ver…Lucius, tu varita.
    Draco vio con horror como su padre se humillaba ante el lord oscuro y le entregaba su varita. Algún día, se decía Draco, algún día tendría la fuerza de salvar a su familia de esa bestia.

    Snape entro en el cuarto de su joven ahijado y vio como este le miraba con reproche.
    - ¿Cómo pudiste hacerlo dicho?
    - Era necesario Draco, no podemos arriesgarnos a que nos descubran.
    - ¿Y si lo captura?
    - Ya me ocupe de que eso jamás ocurra, además yo estaré ahí y no permitiré que nada le pase.
    - Promételo.
    - Lo prometo.

    El sábado en la noche llego demasiado rápido para Draco. Los mortifagos habían partido horas antes y lo mas seguro era que en cualquier momento todo comenzara.
    - Harry, no mueras.
    Horas después, Snape apareció en el umbral de la puerta.
    - ¿Qué paso? –lo interrogo el rubio con los nervios a flor de piel.
    - Sigue vivo. Pero…no puedo decir lo mismo de Moody.
    Snape le conto toda la historia con lujo de detalles a Draco, el como habían aparecido los siete Potters y como todos habían escapado. El alivio se reflejo en el rostro de Draco.
    - Gracias padrino.
    ----------------------------------------------------------------------------------------------
    El tiempo pasó incluso aunque pareciese imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj le doliera como el latido de sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo trascurría de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasaba. Incluso para Harry.
    El muchacho soltó el diario el profeta, lo había leído quien sabe cuantas veces desde que salió cuando murió Dumbledore.
    Ahora se encontraba oculto en su casa, en el 12 de Grimmauld Place junto con sus dos amigos: Ron y Hermione.
    Después de su huida en la boda del hermano de Ron, los amigos habían decidido ocultarse en la casa que una vez fue de su padrino Sirius.
    En su estancia ahí, habían descubierto quien era R.A.B y Kreacher le conto la historia sobre su amo y como había robado el guardapelo.
    Ahora solo estaban esperando a que el elfo dementico regresara con el ladrón de Mundungus.
    - ¡Ya! –grito enfurecida Hermione. –esto no puede seguir así Harry, mírate, casi no comes, no duermes. Si sigues así morirás. No le des a Draco la satisfacción de verte derrumbado…
    ¡Ho, No!, Hermione había pronunciado la palabra prohibida. Desde que Harry había descubierto la verdad sobre Draco, este no soportaba que alguien pronunciase su nombre. Harry se ponía prácticamente histérico si alguien se lo recordaba, y lo peor era que se recluía en su cuarto y no salía en todo el día.
    - ¡Te dije que no pronunciaras su nombre! –grito Harry.
    - Pero mírate, pareces un infeli, Harry no puedes seguir así.
    - Déjame en paz…
    Con esto último el moreno subió a la habitación que en un tiempo anterior había pertenecido a su padrino.
    “¿Qué, acaso su amiga no entendía como se sentía? Draco lo había usado y engañado tan vilmente que había dejado el corazón de Harry tan destruido que él sabia que jamás lo volvería a armar. Acaso era tan difícil que no se lo recordaran. El solo escuchar su nombre le provocaba un vacio que dolía mas que un crusiato.”
    Se echo sobre la cama he intento cubrir con la almudada su cruel agonía.
    - Draco… ¿Por qué? –se pregunto mientras poco a poco se quedaba dormido.
    Una extraña bruma en espiral empezó a rodear a Harry, y lo próximo que supo fue que estaba en una cama desconocida.
    Harry hizo una mueca ante su tamaño –era una cama normal, por lo que tenía que doblar sus piernas para que los pies no le colgaran del borde.
    Frunciendo el ceño, miró alrededor de la oscura habitación. Las paredes blancas estaban desnudas y cubiertas con dibujos artísticos. Algo hacía que tuviera una cierta cualidad institucional.
    En ese momento se dio cuenta de que no estaba solo en la cama.
    Alguien estaba recostado junto a él.
    Harry estudió al hombre que vestía un pijama de franela azul que ocultaba su cuerpo mientras él estaba de espaldas a Harry. Inclinándose hacia el, vio un cabello rubio—platinado.


    Capitulo 11
    Sueño de amor



    Harry sonrió en el momento en que reconoció a Draco recostado sobre la cama. Le agradaba este sueño…
    Pero no tanto como le gustaba la expresión de su rostro sereno.
    Con su cuerpo despertando instantáneamente, rodó sobre Draco y comenzó a desabotonarle el pijama.

    Los ojos de Draco pestañearon abriéndose, al sentir unas manos fuertes y calientes desabotonando su camisa de franela. Aturdido, miró fijamente al chico por el que lloraba todas las noches.
    Sus ojos verdes estaban hambrientos de deseo mientras lo observaba.
    —Harry –susurró, con la cabeza confusa por sus sueños.
    Él sonrió y pareció deleitado por sus palabras.
    — ¿Me amas?
    —Si Harry, siempre te he amado y siempre lo hare.
    La sonrisa de Harry se ensanchó ferozmente mientras apartaba su camisa y pasaba las manos por la piel desnuda de Draco. Este gimió ante la calidez de la palma sobre su carne. Contra su voluntad, una puñalada de deseo lo atravesó mientras su pecho hormigueaba ante su toque abrasador. Los callos de sus ásperos dedos raspaban suave y ligeramente sus pezones inflamados de Draco. Hizo que su estómago se contrajera aún más. Hizo que vibrara mientras su miembro endurecía, logrando que deseara aún más tomar toda su fuerza dentro de su cuerpo.
    Draco se percató de que Harry estaba en su cama, completamente desnudo. Bueno, quizás no completamente. Tenía sus antejos redondos que siempre lo habían caracterizado.
    Las luces bajas acariciaban cada contorno de su magnífico cuerpo. Sus hombros eran amplios y musculosos, su pecho era una perfecta escultura de proporciones masculinas.
    Y su trasero…
    ¡Era legendario!
    Era exactamente igual que como lo recordaba cuando lo hicieron por primera vez junto al lago.
    Su pecho y piernas estaban levemente cubiertos por un vello oscuro. Su mentón fuerte y con apenas un poco de barba pedía a gritos que lo lamiera por completo, hasta echarle la cabeza atrás y continuar con su exquisito cuello.
    Era precioso. De un modo que hacía agua la boca.
    —¿Qué estás haciendo? –le preguntó Draco mientras él trazaba círculos alrededor de sus pechos con su lengua caliente.
    —Te estoy haciendo el amor.
    Draco siseó con placer y expectativa.
    Gentilmente, Harry lo masajeó, frotando su palma callosa contra el tirante pezón hasta que estuvo tan tenso que Draco quería rogarle que lo besara. Rogarle que lo chupara.
    —Tan suave –susurró Harry contra sus labios antes de reclamarlos.
    Draco suspiró. Su cuerpo ardía con una sorprendente intensidad mientras paseaba sus manos por los hombros anchos y desnudos de Harry. Esta era la segunda ves que sentía algo como eso, la ultimas vez fue igual, con el, pero en el lago y con una maraña en su mente que no lo había dejado sentir en pleno el amor de Harry. Y esta ves quería sentir todo de él.
    Con el cuerpo derretido, Draco no podía hacer más que mirar cómo Harry lo observaba.
    Él era increíblemente apuesto. Masculino en un modo salvaje que hacía que el hombre en el rechinara con una necesidad primaria.
    Draco tembló otra vez mientras él le daba una larga y deliciosa lamida al costado inferior de su pecho.
    Harry era un hombre que sabía bien cómo complacer a cualquiera. Y, mejor aún, no parecía apurado por terminar, sino que se tomaba su tiempo con el.
    Si le quedaba alguna duda, ¡eso solo le probaba que estaba soñando!
    Por que solo en un sueño Harry le volvería a hacer el amor.
    Harry pasó su lengua sobre la suave piel y se deleitó con los murmullos de placer de Draco mientras saboreaba su carne dulce—salada. Adoraba la sensación cálida y sedante y el aroma de Draco.
    Era delicioso.
    Harry no había tenido un sueño así jamás. Era tan real, pero él sabía que no lo era, ya que Draco jamás lo había amado. Draco ahora era sólo un producto de su hambrienta imaginación.
    —Dime que me amas Draco, dime que todo lo que dijiste aquella noche fue una mentira, dime… -pidió Harry con desesperación.
    —Te amo Harry, y todo lo que hice fue para protegerte a ti y a mi familia.
    Harry sintió que las palabras retumbaban bajo sus labios mientras besaba la columna de su garganta. Draco tembló en respuesta a la lengua que acariciaba su piel.
    Y a Harry le encantó. Le encantaban los sonidos que Draco hacía mientras le devolvía las caricias. El rubio pasó sus manos calientes y ávidas por la espalda desnuda y detuvo su mano derecha sobre la marca de su brazo derecho. La marca que le hiso colagusano para que el lord oscuro regresara.
    Harry ya no podía soportar la barrera de franela. Quería ver más de Draco.
    —Deberían quemar esta cosa.
    El Slyterin frunció el ceño.
    — ¿Por qué?
    —Porque me aparta de ti.
    Con un tirón, le quitó el pantalón y en su totalidad la camisa.
    Los ojos de Draco se ensancharon por un instante, luego se oscurecieron con su propia pasión.
    —Ahora está mejor –susurró Harry, deleitándose con la imagen de sus tensos pezones, su estrecha cintura, y lo mejor de todo, su miembro excitado pidiendo a gritos ser atendido. Pasó su mano suavemente entre su pecho, hacia abajo por el estómago y alrededor de la cadera.
    Draco se estiró y pasó su mano por la gloriosa piel del pecho de Harry, deleitándose con el terreno rocoso de sus músculos. Él se sentía tan maravillosamente. Su cuerpo se ondulaba con cada movimiento que hacía.
    El devastador poder de Harry era innegable, y aún así, en su cama era tan gentil como un león domado. No podía creer la ternura que había en su toque caliente y experto.
    Con ese pensamiento en mente, Draco buscó entre sus cuerpos y tomó el rígido pene de Harry en la palma.
    Él gruñó muy grave, luego lo besó inconscientemente.
    Como un depredador elegante y musculoso, se movió hacia su boca, quemándolo con sus besos.
    —Sí – jadeó, mientras el rubio lo enfundaba con sus manos. Con la respiración enfurecida, lo observó con un hambre tan cruda que lo hizo temblar de anticipación—. Tócame, Draco –susurró, cubriendo su mano con la de él.
    Draco observó que Harry cerraba los ojos y le mostraba cómo acariciarlo. El rubio se mordió los labios al sentirlo entre sus manos. Era un hombre enorme. Enorme, y grueso, y poderoso.
    Con la mandíbula de acero, abrió los ojos y lo chamuscó con una caliente mirada. Draco supo que había terminado el momento de jugar.
    Como un depredador liberado, Harry lo hizo rodar sobre su espalda y le separó los muslos con las rodillas. Descendió su cuerpo largo y esbelto sobre el y, lo devoró. El rubio reprimió un gemido al sentir como su moreno lo tamba en la boca y con cada lamida y succión lo llevaba a la gloria.
    Draco jadeó mientras las manos y los labios de Harry buscaban cada centímetro de su cuerpo con una furiosa intensidad. Y cuando enterró un dedo en su entrada, Draco tembló entero. Sus largos dedos lo acariciaban e indagaban profundamente dentro suyo, provocándolo hasta dejarlo débil.
    —Estás tan dilatado –gruñó en su oído mientras se apartaba de el. Draco tembló cuando él le abrió aún más las piernas—. Mírame –le ordenó—. Quiero observar tu placer cuando te tome.
    Draco miró hacia arriba.
    En el momento en que sus miradas se encontraron, él se enterró profundamente dentro del Slytherin.
    Draco gimió con placer. Él estaba tan duro y grueso, y se sentía maravilloso mientras embestía contra sus caderas.
    Harry se apartó para poder observar su rostro mientras se tomaba su tiempo haciéndole el amor y saboreando la sensación de su cuerpo cálido y mojado debajo de el. Se mordió los labios cuando Draco le pasó las manos por la columna, y luego arañó su espalda con las uñas.
    Él gruñó en respuesta, deseando su desenfreno.
    Su pasión.
    Draco colocó sus manos en la espalda baja de Harry, urgiéndolo a ir más rápido. Él le hizo el favor más que gustosamente. Draco elevó mas las caderas y Harry rió.
    Si el rubio quería tomar el control, él desde luego que estaba de ánimos para permitírselo. Rodando, lo colocó sobre él sin abandonar su cuerpo.
    Draco jadeó mientras lo miraba.
    —Cabálgame —susurró Harry.
    Con los ojos oscuros e indomados, Draco se inclinó hacia adelante, mientras se deslizaba hacia abajo por su longitud hasta que estuvo apenas enfundado por su cuerpo, entonces se echó hacia atrás, empujándolo totalmente dentro de el.
    Harry se sacudió ante el poder y acunó los pezones de su amante y los apretó suavemente mientras Draco tomaba el control del placer de ambos.
    El ojiplata no podía creer el modo en que lo sentía debajo de él. Parecía como si hacía mucho tiempo que habían hecho el amor.
    Harry acunó su rostro y lo observó experimentar las alturas del placer. Entonces rodó con el, y tomó el control. Embistió profundamente dentro de el mientras su cuerpo se convulsionaba alrededor de Harry. El jadeo de Draco acentuó sus movimientos de un modo que parecía que el estaba cantando.
    Harry rió.
    Hasta que sintió que su propio cuerpo explotaba.
    Draco envolvió su cuerpo entero alrededor de él al sentir su liberación y Harry colapsó encima de el.
    Su peso se sentía tan bien ahí. Tan maravilloso.
    Pero Harry aun no terminaba ya que Draco aun necesitaba atención en su parte mas intima. Harry volvió a descender sobre la marmolea piel de su amor y deslizo su lengua por toda la longitud del pene de Draco. Después lo tomo en su boca como si fuese ambrosia. Asta que Draco no pudo más y se vino en la boca del moreno.
    —Eso fue increíble –dijo Harry, levantando la cabeza para sonreírle mientras continuaban íntimamente unidos—. Gracias.
    Draco le devolvió la sonrisa.
    Justo cuando se estiraba para ahuecar su rostro, escuchó que la alarma de su reloj mágico sonaba.
    Draco despertó bruscamente.
    Su corazón aún latía violentamente cuando se estiró para apagar el reloj. Y fue sólo entonces que se dio cuenta de que su pijama yacía en el suelo hecho un estrujado montón…
    Harry despertó sobresaltado. Con el corazón latiendo violentamente, observó su reloj. Eran apenas pasadas las seis y por la actividad que había escaleras abajo podía decir que era la mañana.
    Frunciendo el ceño, miró alrededor en la oscuridad. No había nada inusual.
    Pero el sueño…
    Había parecido tan increíblemente real.


    Capitulo 12
    En la mira




    Cuando Harry se levanto de la cama vio con extrañeza que estaba completamente desnudo.
    ¿Cómo era posible?
    Entonces recordó el sueño. Un sueño increíblemente hermoso, uno en el que Draco lo amaba y justificaba el haberle roto el corazón. Si, definitivamente estaba soñando.
    Sintió como el espacio que una vez fue corazón, una ventisca con agua helada lo cubría todo. Tomo el almohadón de la cabecera de su cama y con el reprimió los sollozos que salían desde su garganta.


    Draco miro el arrugado bulto que ahora era su pijama.
    A su pesar sonrió para si mismo. Esta soñando con Harry. ¡Maldito reloj despertador!
    El rubio se preparo para el desayuno, para su mala fortuna hoy tenia que cenar forzosamente con su familia y con el lord oscuro.
    En el momento en que Draco salía de su habitación, un inusualmente alegre padrino lo saludo.
    - Buenos días Dragón, ¿Dormiste bien? –pregunto Severus con una enorme sonrisa en el rostro.
    Draco no hiso más que ponerse todo colorado de tan solo recordar su increíble sueño.

    Los días pasaron, como pasaron las lágrimas y los lamentos, como pasaban los planes de señor oscuro y como fracasaban en atrapar a Harry Potter.
    De cierta forma Draco se sentía feliz por ello. Harry si que se las estaba arreglando para escabullirse.
    Lo mas gracioso que ocurrió fue cuando al lord se le ocurrió poner guardias en la casa que antiguamente había pertenecido a Sirius Black, para capturar a Harry en cuanto se dispusiera a regresar a Hogwarts. Era más que obvio que Harry no regresaría.
    No regresaría…
    Con esto último, Draco sintió como si su corazón se estrujara ¿Acaso volvería a ver a su amado moreno alguna vez?

    En cuanto el rubio llego a la estación para tomar el expreso de Hogwarts, sintió las miradas penetrantes de todas las casas, menos claro, la de las serpientes. Que lo recibieron con afectuosas sonrisas y unos cuantos con admiración.
    Se sentía horrible; todos sabían lo que había hecho. ¿Cómo pueden vanagloriar semejante acto?
    Aun así, Draco no se arrepentía de nada. Lo que hiso, lo hiso por amor; amor a su familia y amor por Harry.

    Las clases comenzaron. De nuevo volvía a la rutina del estudiante y ahora que Grenger no estaba, Draco era el mejor en clase. Pero eso a el no le importaba, pues se las pasaba horas en soledad pensando en Harry, en sus ojos, en su cabello, en su piel y en sus tiernas carisias que aún lo envolvían.
    Con el paso de los días, las insinuaciones de los leones eran mas que evidentes, pero Draco tenia que comportarse frio y distante si no quería ser descubierto. Mas ahora, cuando tenia mortifagos como maestros.
    Pero un día no pudo más. Su padrino le había comunicado que pronunciar el nombre de Voldemort se había convertido en un tabú y cualquiera que lo pronunciara seria fácil de capturar.
    Y Harry tenía siempre la maldita manía de pronunciar su nombre.
    Así que cuando la clase de transformaciones termino, Draco decidió quedarse para hablar con la profesora MacGonagall.
    - Profesora –la llamo un tanto cohibido.
    - Dígame señor Malfoy –le contesto con la voz más fría que nunca le había conocido.
    - Necesito hablar con usted.
    - ¿No puede arreglarlo con el director? –esto ultimo lo dijo con mucho desdén.
    - No, esto no puedo hablarlo con el…-lo mas seguro era que en cuanto se enterara su padrino de lo que iba a hacer lo mataría.
    - Es sobre Harry… -continuo el rubio.
    La profesora abrió como platos los ojos y por un momento se horrorizo al pensar que posiblemente lo hubiesen capturado y que Draco se viniera a burlar.
    Al ver la mirada que la profesora le daba se apresuro a tranquilizarla.
    - No, no, a Harry no lo han capturado.
    - ¿Entonces que es lo que desea decirme?
    MacGonagall se sentía cada vez más extraña con la conversación.
    Draco trago saliva y lo soltó todo. Desde el plan que le habían encomendado con la amenaza de que si no lo cumplía sus padres morirían, hasta la relación que tubo con Harry y la mentira que tubo que decirle para que no lo buscara y pusiera en peligro su vida. Claro, omitiendo a su padrino en todo momento.
    La profesora escuchaba atenta la explicación del rubio y al final, con cara de tristeza lo sostuvo en sus brazos mientras Draco lloraba de la angustia de no saber nada de Harry.
    - Lo siento tanto Draco…pero, nosotros tampoco sabemos nada de Potter. De lo único que nos hemos enterado es que esta en una misión que Dumbledore le encargo.
    Draco ya sabía eso. Su padrino le había informado todo sobre los Horroxuxes.
    - ¿Severus sabe algo de lo que me acabas de decir? Me refiero a tu relación con Potter.
    - No. –Mintió Draco.
    - Señor Malfoy, tiene que mantenerse alejado de Snape. El es experto en oclumansia y si lo descubre…
    - No, no, no puedo hacer eso. Si me alejo sospecharan. No quiero arriesgarme.
    - Tienes razón.
    Cuando Draco termino de desahogarse, salió del aula un tanto ausente. No se dio cuanta cuando alguien lo agarraba por detrás y le tapaba la boca. Después, la oscuridad lo embargo todo.



    Capitulo 13
    El ejercito de Dumbledore




    Draco despertó recostado en un mullido sillón de piel. No sabia donde se encontraba y que era lo que le había pasado hasta que sintió como una varita se enterraba en su cuello.
    - Malfoy, -lo llamo una voz conocida. –por fin despiertas.
    - Longbottom…
    El rubio ya se imaginaba que algo así pasaría. Los Gryffindors no se iban a quedar con los brazos cruzados ahora que toda había cambiado en la escuela. Pero sobre todo, y lo mas seguro, era que querían venganza después de lo que paso con Harry.
    - ¿Sabes que es esto? –pregunto Neville y señalo un objeto que traía en la mano. Un par de orejas con una unión en común.
    - No…
    En ese instante por una puerta entraron Ginny y Luna.
    - ¡Ha! Por fin despertó –señalo Luna.
    - ¿Qué es lo que quieren? –pregunto Draco, que ya estaba al borde de la angustia.
    - Draco…-comenzó Ginny – lo se todo.
    El rubio abrió los ojos como platos ¿A que se refería con que lo sabía todo?
    La pelirroja tomo las orejas extensibles y se las señalo.
    - No es un invento tan tonto de mis hermanos después de todo. –después de un momento de duda continuo –escuche todo lo que le dijiste a la profesora, lo siento, pero estaba preocupada.
    Draco no contesto.
    Si alguien se enteraba de lo que le había dicho a la profesora de trasformaciones estaría firmando su sentencia de muerte.
    - No te preocupes –anuncio Luna –no diremos tu secreto a nadie. Pero a cambio queremos algo.
    “Genial” pensó Draco. Como si no tuviera suficiente con que lo descubrieran.
    - Queremos que te unas al ejército de Dumbledore. –le dijo Neville.
    - ¿Qué? –Draco no salía del asombro.
    - Si, un aliado como tu nos seria de gran utilidad en esta oposición.
    - No, no puedo. Si me llegan a descubrir, estoy muerto.
    - No te preocupes –dijo Luna –nadie lo sabría, solo nosotros. Draco, te necesitamos. Ahí algo que tenemos que hacer.
    El rubio los miro con determinación. ¿Por qué no? El, como muchos magos deseaban que toda esa pesadilla con Voldemort terminara de una vez, y si el podía aportar aunque sea un granito de arena, pues así lo haría.


    Ya habían pasado algunos días desde que Draco se convirtiera en un nuevo miembro del ejército de Dumbledore. El rubio se jugaba el pellejo prácticamente todas las noches para que el pequeño grupo se reuniera y discutieran un plan que ya habían estado discutiendo desde hace días.
    Plan: Recuperación de la espada Gryffindor.
    Según Ginny, la espada le pertenecía a Harry. La cual se la había dejado Dumbledore en su testamento.
    Draco no estaba muy seguro al principio, pero se dio cuenta de que la espada le seria de gran utilidad a su amor para destruir los Horroxuses.
    Mientras repasaban una vez mas el plan, Luna entro corriendo en la sala de reuniones con un ejemplar del Quisquilloso en sus manos.
    - ¡Miren! –los llamo emocionada y extendió el panfleto sobre el piso.
    La portada del diario traía una fotografía del ministerio y en letras grandes decía el titular:
    INTRUSOS EN EL MINISTERIO, FUGA DE HECHICEROS DE HIJOS MUGGLES
    - ¿Qué es esto? –pregunto Draco.
    - Me lo acaba de enviar mi padre, dice que el profeta jamás anunciaría semejante revuelo pero el alcanzo a tomas declaraciones de algunos trabajadores del ministerio, y le contaron que magos disfrazados con pasión multijugos entraron y liberaron a los hechiceros de hijos muggles. Al enterarme pensé que quizá esos magos pudieron haber sido Harry y los chicos.
    - Eso seria increíble –sentencio Neville.
    La noticia hiso que a Draco le diera un vuelco al corazón, a Harry no lo habían capturado, aún…
    El rubio se apresuro a llegar a su cuarto en las mazmorras, después de una larga discusión sobre el plan de recuperación de la espada. Se sentó en el borde de su cama y saco un pequeño cofre, en donde tenia cartas, cartas que le escribía a Harry cada semana. Cartas que sabia perfectamente que jamás le enviaría pero las escribía para desaojarse de su sufrimiento.
    Saco papel, tinta y comenzó a escribir una carta mas;
    Como empezar esta carta..?
    Si aun siento el calor de tus labios en mi boca...
    Me invade la nostalgia al recordar todos los momentos que vivimos...
    Un frió escalofrió me recorre el cuerpo invocando a la maldita tristeza...
    en la que estoy sumergido...
    Quisiera que fuera un sueño...
    pero mi rostro demacrado en el espejo me recuerda que no es así...
    Que tú no estás...
    Que te has ido.
    Cierro los ojos y te veo inmaculado...
    lleno de alegría...
    de energía...
    de vida...
    Esa vida que me hace falta para seguir en pie...
    Pero te has marchado...
    Mi mente lo ha aceptado...
    Pero dime vida...!
    Como le hago entender a este tonto corazón...
    que ya no estás...
    Que reclama a gritos sordos tu ausencia...
    Y me acosa por tu partida...
    Ya no se ni que día es...
    He perdido la noción del tiempo...
    Todos los días los miro grises...
    Tengo miedo...
    Me siento solo...
    Muy solo...
    Te necesito a mi lado...
    el manto de tus abrazos...
    la calidez de tus palabras cuando decías...
    "Te Amo..."
    Pero tu ya no estas aquí...
    Te has marchado...
    Y me he quedado...
    Solo y recordando...
    Lo mucho que te he amado.



    Capitulo 14
    Nos volvemos a ver



    Un extraño zumbido hiso que Draco despertara de su último escaso sueño. Los días anteriores habían sido toda una tortura. Su plan de rescatar la espada de Gryffindor para dársela a Harry se convirtió en un fracaso. Los habían descubierto y castigado. El se salvo de puro milagro, pero Severus si que se había enterado de que el ahora pertenecía al ejercito de Dumbledore.
    Tomo el galeón que Neville le había dado y descubrió el mensaje oculto.
    “Harry esta en Hogwarts, la rebelión comienza.”
    Draco sintió un estremecimiento en el corazón, ¡Harry, su Harry estaba aquí! ¿Pero como? ¿Por qué?
    La respuesta se le vino a la mente como un haz de luz. El Horrocxus.
    Si el moreno estaba aquí lo mas seguro era por que el Hogwarts se encontraba el objeto maldito.
    Salió de la cama como rayo y se vistió, pero antes de salir del cuarto sintió como el brazo donde estaba la marca tenebrosa le ardía. Prueba innegable de que el lord oscuro se acercaba.



    Harry entro a la sala de los menesteres. Estaba seguro de que la diadema estaba ahí, lo recordaba perfectamente.
    Hermione, Ron y el, se distribuyeron por el cuarto tratando de encontrar la diadema.
    Cuando Harry le encontró y estuvo apunto de tomarla entre sus manos, la voz de Goyle lo dejo paralizado.
    - Quieto ahí Potter. –dijo, con una seguridad y autoridad como nunca lo había escuchado.
    El moreno se volteo a verlo, decidido a enfrentarlo. Casi se cae del shock al descubrir que Draco estaba con el.
    - Imagínate Draco, como me recompensara el señor oscuro cuando le entregue el cadáver de Potter.
    - ¡No! El lo quiere vivo, y así se lo llevaremos. –contesto Draco con parsimonia.
    Harry sintió como el lugar donde hace mucho tiempo había un corazón, se cuarteaba. El estaba aquí para llevarlo ante Voldemort sin importarle nada.
    - Yo no recibo ordenes de ti –el hombretón empujo a Draco y disparo el hechizo contra Harry.
    Los otros hechizos no se hicieron esperar y de otra esquina salió el otro mastodonte amigo de Draco.
    Goyle hizo un hechizo donde un abrazador fuego invadió la sala de los menesteres. Mientras las llamas comenzaban a acorralarlos, Harry busco la diadema y al fin la tomo. El problema era ahora el como salir de aquel lugar.
    Ron ataco con hechizos a los mortifagos que asediaban a Harry, mientras que Hermione tomaba unas escobas y se las arrojaba a sus amigos.
    - ¡Vamos Harry! –apremio Ron.
    Harry comenzó a volar entre las llamas, tratando de esquivarlas para salir.

    Draco se vio rodeado por el encantamiento que su amigo había lanzado. Una y otra vez lanzo el hechizo de aguamanti para apagar el fuego pero nada funciono. El humo comenzaba a serrarle los pulmones y sintió que en cualquier momento se desmayaría. Pero una mano lo atrajo por el dorso y lo subió en una escoba mágica. Al levantar la vista, se encontró con los ojos verdes de Harry. El lo miraba tan fríamente que pensó que su corazón se partiría.
    Un instante después, todos se encontraban fuera de aquella sala y Harry veía como la diadema encantada se convertía en polvo y desaparecía.
    - ¡Vamos Harry! Tenemos que darnos prisa. –dijo Hermione.
    El muchacho volteo por última vez a Draco. Estaba impresionado de él mismo. Cuando estaban a punto de morir en la sala, por un momento realmente pensó en dejarlo ahi.
    - Harry, no vale la pena. –Hermione lo tomo del brazo.
    - Tienes razón, nunca valió la pena.
    Con esto último, Harry se fue corriendo por el pasillo con sus amigos. Dejando a un rubio al borde de la tristeza.

    “Vamos Draco, resiste, esto aun no termina. Si empezaste con esto, ahora lo terminas. Esto es por Harry y por tus padres, no lo eches a perder. ” –peso.

    La batalla en el castillo contra Voldemort causo serias pérdidas de ambos bandos. Mucha gente querida murió protegiendo a los seres que amaba o sufriendo de heridas que harían que ese día se recordara por siempre.
    La voz del señor oscuro resonó por todo Hogwarts al dar un ultimátum para que entregaran a Potter a el.
    - Tienes una hora Harry –decía – si no te entregas en una hora todos morirán.
    Draco se quedo congelado, Voldemort sabia donde atacar. Harry jamás permitiría que mas personas murieran por el. “Tonto Harry”.
    - ¡Ha!, Aquí estas pequeño traidor – la voz de Amycus Carrow saco a Draco de sus pensamientos. – ¿Acaso crees que nunca me di cuenta de lo que estabas haciendo?
    - No se de lo que hablas –el rubio no tenia tiempo para esto, tenia que encontrar a Harry antes de que hiciera una tontería de héroe.
    - Se perfectamente que estuviste ayudando a los de la orden del fénix. Pero no hice nada por que quería tenerte justamente así, a solas, para encargarme yo mismo de ti. –el hombre le apunto con la varita -¡Crusio!
    - ¡Cave inimicum! – se defendió Draco. – ¡Eveste statum!
    Draco trato de salir corriendo del pasillo pero Amycus le lanzo un hechizo que le pego de lleno en el pecho. El muchacho grito del dolor, sintió como si algo le quemara en el pecho.
    La estancia dio una fuerte sacudida y unas piedras cayeron en medio del pasillo entre Draco y Amycus.
    - ¡No te vas a librar de mi tan fisilmente Draco, te voy a encontrar!
    Las palabras del mortifago dejaron de escucharse mientras Draco se alejaba. El dolor en su pecho comenzó a hacerse cada vez más fuete hasta que no pudo más y callo inconsciente al suelo.
    Para cuando el ojigris despertó, un silencio sepulcral invadía toda la escuela. Se paro como pudo del lugar donde se había desmayado y corrió hacia el gran comedor, necesitaba saber que estaba pasando.
    Llego justo cuando lord Voldemort y Harry lanzaban un potente hechizo. Una conexión momentánea se formo entre las varitas para después dar de lleno en el pecho de Voldemort. ¿Seria posible? ¿Realmente Voldemort estaba muerto?
    El cuerpo del lord callo al piso. Por un momento todo quedo en silencio, después comenzaron los fritos de euforia, la alegría inundo el lugar.
    Draco entonces vio a sus padres, ¡Estaban vivos! Después de todo su sacrificio no había sido en vano. Corrió hacia ellos y los abrazo fuertemente.
    - ¿Dónde esta mi padrino? –pregunto, ahora que todo había acabado el seria libre de ser el odiado espía.
    - Lo siento Draco, -le dijo Lucius –el, murió.
    El muchacho sintió como el mundo se le venia abajo. Sintió un lacerante dolor en el pecho causando que se tambaleara. Aunque sus padres trataron de consolarlo, Draco se alejo de su alcance y salió corriendo.

    Harry estaba demasiado cansado, sus piernas apenas si podían sostenerlo y los saludos y ovaciones seguía y seguían. Al fin todo había acabado, por fin era libre del asedio de Voldemort, por fin…
    O tal vez no…
    El oji verde vio como Draco se acercaba a sus padres pero después salía corriendo del lugar. Harry pudo escaparse del gentío y le dio alcance al rubio.
    - ¡Ha no! –le grito –esta vez no huiras cobarde.
    - ¡Harry!
    El moreno lo tomo por el cuello y lo azoto en una pared.
    - ¡Quiero que tu y tu maldita familia se vallan ahora mismo y que nuca, óyeme bien, nuca se vuelvan a cruzar en mi camino. Por que te juro Draco Malfoy que la próxima vez que te vuelva a ver te mato yo mismo!
    - ¡Harry! –grito de repente detrás de ellos Ginny –suéltalo, no sabes el…
    - ¡No! –grito Harry – nunca debí haberte cambiado por esta basura.
    Draco apretó los puños tratando de contener las lágrimas. Las palabras de Harry lo estaban destrozando por completo.
    - No Harry, tu no entiendes el te …
    - ¡Weasley! –esta vez dijo Draco.
    La pelirroja se quedo callada, hace apenas uno días les había echo prometer a Luna, Neville y a ella que si algo salía mal, ellos jamás le dirían a Harry la verdad. Draco no quería que su Harry sufriera si algo malo le pasaba a el. El rubio le dedico una tenue sonrisa, el hechizo que le lanzo Amycus si que le había echo daño. Draco no sabía cuanto mas su corazón duraría.
    - Vete Draco, vete antes de que me arrepienta y te mate ahora mismo.
    Harry soltó a Draco y se fue corriendo del lugar. No quería pensar, no quería recordar. Tenia que sacarse a Draco del corazón pasara lo que pasara.
    Entro al despacho del Dumbledore y fue recibido por calurosos aplausos provenientes de los cuadros de los antiguos directores. Pero a Harry el único que le importaba era el de Dumbledore.
    - Harry, estoy tan orgulloso de ti, y es por eso que tengo un regalo para ti. –dijo y señalo un estante con unas botellitas con recuerdos. –Severus y yo concordamos que estos recuerdos no deberías verlos hasta que Voldemort estuviese muerto. Temimos que cometieras una locura y cambiaras tus prioridades.
    Harry tomo las botellitas que el profesor le mostraba, pero no las abrió. Estaba demasiado cansado. Mañana seria otro día…



    Capitulo 15
    Volviendo en los recuerdos



    Harry despertó muy temprano el siguiente día de la batalla en el castillo. Se había quedado dormido en el despacho de Dumbledore.
    - Buenos días Harry –saludo el retrato del director.
    - Buenos días…
    - Harry –el director lo miro de una forma mas seria. –será mejor que veas esos recuerdos antes de que sea demasiado tarde.
    El muchacho no comprendía nada, ¿Que más tenia que ver, si ya Voldemort estaba muerto?
    Con un poco de fastidio no demostrado, Harry tomo la botellita y la vacio en el pensadero sumergiéndose en los recuerdos.

    “Severus caminaba por los pasillos de Hogwarts, cuando se topo de lleno con un chico rubio muy alterado.
    - Draco que…
    - ¿Dónde esta Harry? –pregunto con lagrimas en los ojos.
    - ¿Qué tienes que ver tú con Potter?
    - No es de tu incumbencia –Draco trato de irse del agarre de su padrino.
    - Draco… ¿Por qué? –Entonces lo vio, al entrar en los recuerdos de su ahijado, vio los besos, las caricias y las palabras de amor. -¿Pero en que rayos estabas pensando? ¿No entiendes que estás poniendo la operación en peligro?
    - ¡No me importa! No quiero hacerlo, yo estoy enamorado de Harry.
    Severus tomo a Draco del cuello de la camisa.
    - No digas tonterías, ¿Qué no entiendes que están en juego la vida de tus padres he incluso de ese Potter?
    Draco empezó a comportase mas dócilmente.
    - Pero es que…
    - Nada, si realmente quieres a Potter tendrás que comportarte a la altura. Sigue con el plan y si es necesario miente. ¿Acaso quieres que Potter nos siga y que lo capture el Lord?
    - No… -las lagrimas de Draco no dejaban de salir de sus ojos.”

    Harry salió de los recuerdos de Severus con un nudo en la garganta. Draco le había mentido para protegerlo y solo por eso. Incluso había dicho que le amaba. Un extraño calor emano de su pecho y sintió como su corazón volvía a reconstruirse, pedacito por pedacito.
    Pero entonces recordó lo que horas antes le había dicho a su rubio.
    “Ho que estúpido soy”
    Salió corriendo del despacho del director para correr directo al gran comedor, donde estaban todos los heridos de la pelea.
    En una esquina se encontraba Ginny.
    - ¡Ginny! ¿Dónde esta Draco? –pregunto impaciente.
    - Ya se fue –le soltó con fastidio - ¿Qué no era eso lo que querías?
    - Lo se pero es que hubo un mal entendido…
    - Ya lo creo que si. Tu no sabes por lo que ha pasado el pobre tratando de protegerte y tu bienes aquí y lo maltratas a pesar de su condición…
    - ¿Condición? –Harry ahora si que se estaba preocupando.
    - ¡Ginny!
    La vos de Neville resonó por toda la estancia.
    - No, Neville, ya estoy harta de esta injusticia…
    - ¡Ginny! ¿De que condición hablas?
    La cara de la pelirroja parecía triste.
    - Draco nos hiso prometer que no te diríamos nada si algo le pasaba. El no quería que tu sufrieras por su muerte si…
    - ¿Muerte? –Harry dejo de escuchar y su corazón se paro por unos segundos. Sin pensarlo más tiempo tomo su capa invisible y se desapareció de Hogwarts.


    Draco se recostó sobre su cama, el pecho le dolía horrores y le costaba respirar. ¿Cuánto tiempo duraría después de esto?
    No importaba, la misión había sido concluida con éxito y Harry vivía.
    Harry…tan solo recordarlo hacia que se estremeciera. Se feliz Harry…
    - Ha no Draco Malfoy –se escucho la voz mas inesperada del mundo. –No podrás desacerté de mi tan fisilmente.
    Draco abrió los ojos ilusionado y si, Harry estaba ahí, con el.
    - Harry, ¿Cómo?
    - No importa, -el moreno se acerco hasta la cama de su rubio y le planto un beso que desafiaba las leyes del mundo de los besos –tu me atrapaste y ahora me quedo contigo.
    - Harry yo te amo. –Draco por fin pudo sacar las palabras que tanto había ansiado.
    - Y yo a ti y te promete que de hoy en adelante yo cuidare de tu corazón.




    EPILOGO



    Harry se vio en el espejo, si, estaba aceptable o al menos eso creía.
    - Harry, apúrate, vas a llegar tarde. –dijo Ginny desde el otro lado de la puerta.
    - Ya, ya voy.
    El moreno salió del cuarto y siguió a la pelirroja hasta el jardín, donde los preparativos de la fiesta estaban a pedir de boca.
    - Harry, tu párate aquí –lo posiciono la chica.
    Sin querer, el moreno perdió la noción del tiempo y miro embelesado las estrellas que adornaban el cielo.
    La marcha nupcial sonó en ese momento sacándolo de su ensoñación.
    Del otro lado del jardín de los Weasley, Draco apareció con su pulcro traje blanco. ¡Pero que aparición! Su rubio estaba hermoso.
    El ojigris camino hasta el, al ritmo de la marcha nupcial. Si, este era el día esperado, el día que por fin Draco y el se uniría en matrimonio.
    Cuando su amado llego hasta el altar, Harry vio que parecía muy nervioso, demasiado.
    - Harry, -comenzó - ¿Alguna vez te dije que mi familia tenia la capacidad de tener hijos?
    El moreno se puso pálido.
    - No, ¿por que?
    - Es que creo que vamos a tener un Harry Junior…


    FIN



    Edited by berecol - 20/4/2012, 18:00
     
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  3. OnigiriAsahinaSan
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    YEEES!!! me encantooo!!!!

    amo tu forma de narrar Kaname san!!!

    Pofis sigue publicando ne??

    Sugooooeee!!! >w<

    Mis besos y abrazos!!
     
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  4. Loky-Kun
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    Orgasmic! sólo eso puedo decir, tu forma de narrar los hecho me ha dejado sin palabras, muy bien redactado el lemmon... Gracias por re-subirlo :D; me ha gustado muchisimo.
     
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  5. yuuki21
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    Q lindo me gusto muxo
    Porfa sigue dubiendo fanfic
    El lemmon estuvo buenisimo :D
     
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  6. LuZFanFics
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    genial!!!!!!! me encanto!!!!

    "es que creo que vamos a tener un Harry Junior..."

    me encanto!!!
     
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  7. 290589-kaname
        +1   -1
     
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    Muchas gracias a todos los que le dedicaron tiempo a este fic, fue mi primero y lo quiero mucho, muchas gracias
     
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  8. Hachiko_ari
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    Me encanto, me encanto, me encanto.......estuvo genial huvo momentos en los que dije "Maldito Draco como te atreves a hacerle eso a mi pobre morenito" y en otros "Harry hijo de...... eres un imbecil¡¡¡¡¡¡ te odio te odio¡¡¡¡¡" y al final "Como los amo :=RINRUM: :=DFSDFSD: " fue muy gracioso en mi casa me veían con cara de "estas loca, ya decídete" hasta llore cuando termine pero me quede totalmente satisfecha gracias por este hermoso fic.
     
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  9. Narcisa Black
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    Estuvo hermoso!!!!! Aunke uviera sido bonito si le alargabas y ponias el embarazo jiji xD pro stubo ermoso,,, llore y me rei, :P
    bye
     
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  10.     +1   -1
     
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    I'd tried so fucking hard.

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    nyaaaaaa increible me gusto mucho tu fic
    si lo pudieses cotinuar seria icreible
     
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  11. 290589-kaname
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    MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, CUIDENCE MUCHO Y FELICES FIESTAS
     
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10 replies since 2/8/2011, 01:45   4342 views
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