BAJAS PASIONES Harry/Draco +17

¿El amor pude nacer apartir del deseo? FINALIZADO

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  1. 290589-kaname
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    BAJAS PASIONES
    Autor: 280589-kaname

    Cuando una relación nace de la pasión y la lujuria… ¿seria capaz de nacer el amor?

    Capitulo 1
    No se involucra el corazón



    Charlie

    Con mochila en mano me aparecí justo en la entrada de la madriguera “mi casa”. Era temprano, así que pensé que todos estarían durmiendo, pero no era así.
    Mi madre ya estaba haciendo el desayuno y los gemelos no paraban de hacerle travesuras mientras ella les gritaba.
    En cuanto mama me vio en el jardín, dio un grito de alegría que juraría que se escucho por todo Londres.
    - ¡Charlie! –mama se apresuro a nuestro encuentro y yo la abrace eufórico. Hacia mucho tiempo que no veía a la familia.
    Desde que trabajaba en la crianza de dragones en Rumania, no había tenido mucho tiempo de visitar a la familia y mucho menos poner un pie en Londres. Pero justo hace unas semanas, el director del colegio de magia y hechicería, Dumbledore, me había mandado una carta de carácter urgente en donde me explicaba que dentro de algunas semanas un acontecimiento increíble se llevaría a cabo en Hogwarts. Por lo cual había venido a Londres.
    - Hijo, que gusto verte –mama me condujo dentro de la casa.
    Fred y George se me abalanzaron en un tórrido abrazo que me saco el aire.
    - ¡Que milagro! –dijo Fred.
    - Ya nos tenias abandonados –me acuso George.
    Les hice un gesto con la cara y les devolví el abrazo. En ese momento me di cuenta de que realmente los había extrañado y me moría de ansias por ver a mi padre y a mis otros hermanos.
    - ¿Dónde esta papa y los demás? –pregunte impaciente.
    - Ginny esta en su cuarto y Arthur y Ron fueron por Harry, pasara el resto de las vacaciones con nosotros. –informo mama.
    Hice un esfuerzo titánico para no descomponer mi rostro en una mueca.
    “Harry Potter”
    Ya estaba arto de ese nombre.
    Cuando la familia me escribía cartas, estas no paraban de hablar del famoso Harry Potter. No es que me callera mal, por que de echo ni siquiera le conocía. Por que desde que aquel niño entro al colegio, todo el mundo mágico hablaba de el, he incluso en cualquier conversación el nombre de Harry salía. ¿Acaso no podía vivir un día sin Harry Potter?
    - Mama, ¿Quién llego? –escuche la voz de mi pequeña hermana Ginny.
    En cuanto me vio, su cara se ilumino con una enorme sonrisa, que de igual manera, le devolví.
    - ¡Charlie! –me abrazo.
    - Hola pequeña.
    Después de los saludos y abrazos de la familia, mama me llevo hasta el cuarto, que algunos años antes perteneció a Bill y a mí.
    Cuando entre, una serie de recuerdos invadieron mi mente; el día en que entre a Hogwarts, los años que pase en esta habitación mientras me graduaba y los juegos que compartí con mis hermanos.
    Que recuerdos.
    Deposite mi mochila sobre una de las camas y bajamos para disfrutar del desayuno.
    Mientras le platicaba a mi familia parte de los motivos por los que había regresado a Londres, me di cuente de algo muy inusual. Una pequeña lechuza iba de aquí para allá, revoloteando por todo el jardín.
    - Es Pig –me informo Fred –Es un regalo que le hicieron a Ron después de que nuestra rata resultara ser un animago.
    - Bueno, -dije sin mucho ánimo –voy a mi cuarto, la verdad estoy muy cansado.
    - ¿No vas a esperar a que lleguen Ron, Harry y Papa? –me pregunto Ginny.
    - ¡Si!, Así podrás conocer al fin a Harry. Es un chico realmente encantador…
    - No lo dudo mama, -interrumpí –pero tenemos todo el tiempo del mundo.
    Me dirigí hasta mi cuarto, la verdad no estaba tan cansado, pero no quería que la familia empezara a atiborrarle sobre historias de “Harry Potter”.




    Harry

    Ron, su padre y yo, llegamos a “La madriguera” alrededor de las cinco de la tarde.
    La señora Weasley, como de costumbre, me saludo con un abrazo afectuoso. ¡Ha! Como quería a esa mujer. Era lo más cercano a una madre que había conocido.
    - ¡Harry! –me saludaron los gemelos.
    - Fred, George, Ginny –salude. Que feliz me sentía cuando estaba con ellos.
    - No sabes querida, -comenzó el señor Weasley – los muggles que cuidan a Harry son todo un caso.
    - Son horribles –sentencio Ron, y la verdad yo estaba de acuerdo.
    - ¡Ho, Arthur! A que no adivinas quien vino a visitarnos –dijo muy emocionada la madre de Ron.
    - ¿Quién? –se adelanto Ron.
    - ¡Charlie! –soltó Ginny.
    - ¿Charlie? ¿Y donde esta? –el señor Weasley no cavia de la emoción.
    Por lo que sabia, Charlie era el segundo hijo de la pareja. Ron ya me había platicado de su hermano pero jamás lo había visto, con excepción de una foto que su mejor amigo le había enseñado el año pasado, donde toda la familia había ido de vacaciones a Egipto.
    La verdad no le puse mucha atención. En esa época supuestamente un asesino me estaba persiguiendo y no tenía cabeza para nada.
    - Esta en su cuarto, llego muy cansado. –dijo Molly.
    La tarde paso como un rayo y el famoso hermano de Ron, jamás bajo en toda la tarde.
    Entre al cuarto de Ron, que desde hacia dos años prácticamente era “nuestra habitación”. Me lleve la sorpresa de que Ron tenía una carta entre sus manos y me la escondía en cuanto me vio. No le dije nada pero se me hiso muy sospechoso y mas por que el estaba muy nervioso.
    - ¿Hermione vendrá también? –le pregunte para zanjar el asunto.
    - He…si, viene mañana.
    No nos dijimos mucho esa noche, solo de cómo me la había pasado con mis odiosos tíos y demás. Hasta que el sueño nos venció.

    Charlie

    Baje a la cocina con un hambre atroz, quien me mandaba a no bajar a la cena la noche anterior ¿Quién era Harry Potter para privarme de las comidas?
    - Buenos días Charlie –me saludo Ginny.
    - Buenos días, ¿Ya despertaron todos? – Pregunte.
    - Papa se tuvo que ir a trabajar y mama esta en el jardín. Fred y George aun no bajan pero se que están despiertos, Percy no ha venido desde ayer y Ron y Harry creo que siguen dormidos.
    Al parecer Ron le estaba pegando -al niño que vivió- sus hábitos de flojoneria.
    En la escalera se escucharon pasos estrepitosos y pude distinguir la vos de mi hermano. Cerré mis ojos para calmar la expresión de mi cara al notar que el tal Harry venia con el.
    Di la vuelta, y de repente, quede hipnotizado por unos idílicos ojos color verde.



    Harry

    Cuando me desperté vi como Ron sostenía una carta, supuse que era la misma del día anterior pero la guardo nuevamente en cuanto me vio despierto.
    - Vamos Harry, mi hermano ya ha de haber despertado. –me apremio.
    Con mucho esfuerzo me levante de la cama y me vestí. Bajamos a la cocina y si, efectivamente, Charlie estaba ahí.
    Mis ojos se posaron en los azul profundo de Charlie. ¿Cómo describirlo? No estaba seguro, pero el era tan…guay y tan…sexy.
    Si, esa era la palabra, el era sexy, sexisimo.
    El hermano de Ron era un poco mas bajo que el señor Weasley, he iba vestido totalmente de cuero. Pantalones ajustados que delineaban su estupenda figura y una playera ceñida que no le hacia justicia a sus abdominales.
    Me di cuenta de que el también me miraba con ojo critico y eso me puso al limite.
    Tuve el impulso de acercarme a el y saludarlo con la mano.
    Su piel era suave y tersa, no pude soltarlo hasta después de medio minuto y aun así, le acaricie la palma, provocando un leve sonrojo en sus mejillas.
    “Charlie Weasley, eres mío”.


    Charlie

    Sus ojos eran algo fuera de este mundo, no conocía la verdadera belleza hasta que vi esos enormes ojos. ¿Ese era Harry? Por Dios, mi mente comenzó a llenarse de imágenes sugerentes en donde Harry y yo… ¿En que rayos estaba pensando?
    Harry me miraba al igual que yo, eso hiso que millones de mariposas flotaran en mi cuerpo. Sentí como si el suelo se despegara de mis pies y como mi yo interno le gritaba eufórico.
    “Ho Dios, estas como quieres.”


    Harry y Charlie se la pasaron mirándose en todo el desayuno, ansiosos por que llegara la noche y dieran rienda suelta a sus más bajas pasiones.


    Charlie

    Me acababa de dar un baño cuando entre a mi habitación, así que solo llevaba la toalla puesta alrededor de la cintura. El cuarto estaba un poco oscuro pero no le di importancia mientras me sacaba la toalla y comenzaba a secarme el cuerpo.
    Un movimiento inusual de las sombras hiso que parara y volteara a ver que era.
    Mis ojos casi se salen de sus cuencas al notar como me miraban unos intensos ojos verdes.
    - Harry… -apenas si pude pronunciar palabras.
    El muchachito me miro con un deseo que mi corazón estuvo a punto de estallar.
    Cuando él salió de las oscuridad por poco me da un colapso. Aquel descarado llevaba puesto solo un bóxer negro bien ajustado y una camisa azul totalmente abierta, dejando ver su pecho bien trabajado.
    - Estaba buscando a Ron y se me ocurrió que a lo mejor estaría aquí –dijo, con una voz sensual.
    - No, no esta aquí. –le dije como pude. Estaba tan nervioso que por un instante se me olvido que estaba totalmente desnudo ante el.
    Harry se acerco lentamente a mi, con movimientos tan provocadores que sentí como comenzaba a endurecerme.
    Su mano toco mi pecho desnudo y yo sentí como una oleada de calor inundaba todos mis sentidos y me asía perder el hilo de la realidad.
    Harry tomo mi mano y me condujo hasta la cama, en donde me recostó, y con un movimiento ágil separo mis piernas y se recostó sobre mi, restregando nuestros cuerpos.
    - Te deseo… -su angelical voz hiso que me perdiera por el.
    Comenzó a mover su cadera de tal forma que nuestros centros se acariciaban con más intensidad. No pude reprimir un gemido de satisfacción ante seméjate acto. El sonrió satisfecho y se termino de desvestir para mí.
    Acto seguido se abalanzo sobre mi cuello para torturarlo mientras que con su mano recorría mi cuerpo hasta lo mas profundo de mi ser.
    Yo ya no sabia si esto era un sueño o realmente estaba pasando. Por que después de todo, un jovencito de catorce años era quien me tomaba a mí y no al revés.
    Su boca acaricio y beso todo a su alcance hasta llegar a mis pezones que al instante se pusieron erguidos por la excitación. ¿Cómo era posible que alguien como el pudiese darme semejante placer?
    La lengua de Harry asía círculos sobre mi y yo solo me toma fuerte de sus lacios cabellos negros incitándolo para que me diera mas de el.
    Al parecer, Harry comprendió perfectamente bien que ya estaba desesperado y condujo una de sus manos hasta mi entrada en donde de una sola embestida me penetro con dos dedos.
    No pude seguir reprimiendo los gemidos de placer que se desbordaron por mi boca y mucho menos cuando Harry retiro su mano y con su sexo me empalo por completo.
    El era grande y duro, ¡Santo dios! El si que sabía complacer.
    Comenzó con envestidas suaves y calmadas esperando a que yo me relajara y acostumbrara a la intromisión, pero yo ya no quería seguir esperando y abrí mis piernas para que el tuviera un mejor acceso a mi. Ahora las embestidas eran cada vez más salvajes y firmes. No era suficiente, quería más.
    Harry se salió de mí y me dio la vuelta, quedando mi cara y pecho sobre el colchón. Separo un poco mis piernas, alzo mi cadera con sus manos y volvió a penetrarme duro y salvaje. Su movimiento de caderas era en extremo vigoroso y pude sentir como el orgasmo me inundaba, haciendo que me corriera.
    Pero el aún no estaba satisfecho. Se salió de mí sin premeditación, haciendo que un segundo orgasmo llegara. No pude ver lo que estaba planeando hasta que sentí una nueva embestida, pero ahora yo esta de lado y Harry tenia una de mis piernas sobre su hombro. El entraba y salía de mí, una y otra vez, una y otra vez. Por ultimo me puso de frente a el y tomo mis dos piernas y las coloco sobre sus hombros. Poco a poco se fue acercando a mí, flexionándome. Sentí como su miembro se abría paso entre mi cuerpo y volvía a enterrarse justo en el punto mas sensible de mi intimidad. Prácticamente grite del pacer y creí que caería en la inconsciencia en cualquier momento pero el no me dejo, pues comenzó a embestirme de una manera salvaje y desenfrenada hasta que el se corrió dentro de mi. ¿Cómo había aguantado tanto?
    Cansado, me soltó de las piernas y se recostó sobre mí. Ambos, nos sumergimos inmediatamente en un sueño.
    Cuando desperté, Harry ya no estaba en mi cama. Lo mas seguro era que se había ido del cuarto antes de que alguien se diera cuenta. Tome una toalla y me fui a bañar, ¡Por Merlín! Tenía todo el cuerpo adolorido por el exceso de ejercicio de la noche anterior. Llegando a la cocina, supe que algo no iba bien por que solo estaba mama y Percy.
    - ¿Dónde están los otros? –pregunte impaciente.
    - Ho querido, ¿No te lo habíamos dicho? Tu padre y los muchachos se fueron a los mundiales de Quidittch. –me informo mama.
    Puse los ojos como platos.
    - ¿También Harry?
    Ella asistió con la cabeza y salió al jardín para colgar la ropa.
    - Con que, conociste a Harry ¿Verdad? –pregunto Percy, y sentí como si el supiera sobre nuestro encuentro nocturno.
    - He, si, lo conocí…
    - Hermano, te voy a dar un consejo. No te enamores de Harry, podrás tenerlo en tu cama, pero jamás tendrás su corazón.

    Capitulo 2
    Piensa en mí



    Ron

    Antes de que fuéramos a recoger a mi amigo Harry, que pasaría el resto de las vacaciones con migo y mi familia, paso algo extremadamente extraño. Un enorme pájaro negro aterrizo sobre mi ventana y empezó a picotear como loco. Fastidiado, me acerque y le abrí. El animal traía una carta y levantaba su pata para que la recibiera. Me sorprendí al abrirla, era de Sirius.

    “Ron
    He de verte con urgencia, se trata de algo muy importante sobre Harry. Te espero en la caverna del otro lado de la colina, como a eso de las nueve de la noche mañana. No faltes.
    Sirius Black”


    Esto si que me dejo impactado, pensé en decírselo a Harry pero recapacite. Si Sirius hubiera querido ver a mi amigo entonces a el le hubiese mandado la carta.
    Tratando de quitarme esos pensamientos de la cabeza baje a la cocina para esperar a mi padre he ir a ese horrible lugar donde vivía mi amigo. Pobre Harry, esperaba que no le estuviera yendo tan mal.
    Cuando mi padre bajo, nos fuimos casi a las carreras por que la verdad es que ya estaba un poco desesperado de ver a Harry.
    Horas después, regresamos a la madriguera. Mi madre recibió a Harry con los brazos abiertos al igual que los gemelos y Ginny. Desafortunadamente Percy no estaba, ni siquiera había pasado la noche en la casa, lo que tenía un poco preocupados a mis padres.
    Mama nos sorprendió de repente con una increíble noticia, ¡Charlie estaba de visita!
    Quise ir a verlo pero mi madre dijo que estaba cansado y que luego bajaría a saludar a la demás familia.
    Bueno, -pensé- teníamos tiempo, aun faltaba dos días para que fuéramos a los mundiales de Quidittch.
    Subí al cuarto antes que mi amigo y me dedique a contemplar la carta que Sirius me había mandado, después de eso Harry entro y casi me cacha con la carta. Pero después de eso comenzamos a hablar de trivialidades sobre la escuela, su familia muggle y demás cosas.
    Al día siguiente me desperté primero que Harry. Me levante de la cama y vi el hermoso amanecer que adornaba mi ventana. No sabía por que pero aquel día, sabia que seria especial. Instintivamente saque la carta que Sirius me había enviado. Por alguna razón quería verlo con ansia, quería agradecerse el haberme regalado a Pig.
    Harry despertó y de nuevo casi me sorprende con la carta. “Por que será que siempre soy tan descuidado”
    Cuando bajamos a la cocina, Harry al fin pudo conocer a mi hermano Charlie. Yo le di un abrazo saca aire y el me lo aplico a mi. Ya me las pagaría.
    Mientras desayunábamos me di cuenta de algo totalmente extraño. Charlie no dejaba de ver a Harry y viceversa. Desde finales del curso pasado, Harry se comportaba de un modo diferente. El era mas sagas, pero mas frio al mimo tiempo. Hermione y yo tratamos de sonsacarle la verdad pero no más no se pudo. Esperaba que con el tiempo Harry aflojara la lengua.
    Las ocho de la noche sonó en el reloj, si quería llegar a tiempo a mi encuentro con Sirius mas me valía darse prisa.
    Entre a la caverna, estaba muy oscuro así que me pregunte si Sirius ya había llegado. Entonces, escuche detrás de mi unos pasos gatunos. No se por que, pero me asuste tanto que tropecé con unas piedras que estaban en el piso y caí.
    - Ron, -escuche una melodiosa voz que conocía bastante bien, -deberías tener mas cuidado al caminar.
    Mis ojos poco a poco se fueron acostumbrando a la oscuridad de la caverna. Lo que vi, me dejo shockeado.
    Sirius Black estaba justo delante de mi, vestido con un elegante traje negro que realzaba su belleza. Casi se me va el aliento y no pude responder al padrino de Harry.
    El me acerco la mano para que yo me levantara, pero en cuanto sentí su tacto, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo y de inmediato comencé a hiperventilar.
    - ¿Te encuentras bien? –me pregunto.
    - He…si… -apenas si le pude contestar. ¿Qué rayos me pasaba?
    - Quiero que me ayudes Ron.
    Por primera vez me atreví a subir el rostro para ver sus ojos. ¡Por dios, que ojos! Ese hombre estaba a punto de hacer que se parara mi corazón. Poco a poco fui perdiendo la fuerza de gravedad y sentí como me elevaba.
    Sirius se acerco a mí y me toco la frente.
    - ¡Por Merlín! Estas ardiendo.
    “Bueno, en algo si tenia razón. Estaba ardiendo, ardiendo por el”
    Al sentir su contacto ya no pude más y me desplome.
    No se cuanto tiempo paso, pero cuando me desperté estaba recargado en algo muy cómodo, en algo que olía muy bien, en algo que…
    Abrí mis ojos con miedo ¿Dónde estaba?
    Me quede petrificado al descubrir que estaba recargado sobre el pecho de Sirius. El hombre estaba dormido y su rostro reflejaba una paz que me llego al corazón.
    Instintivamente levante mi mano y acaricie su tersa mejilla, luego con mi dedo pulgar delinee sus labios.
    La mano de Sirius capturo la mía y la alejo con brusquedad. Yo me quede paralizado ¿En que rayos estaba pensando?

    Sirius

    Sentí una tierna caricia por mi rostro y luego como alguien delineaba mis labios. Por instinto retire la mano, por que no recordaba donde estaba. Al reaccionar, descubrí los ojos avergonzados de un muchachito pelirrojo. El era quien me había propiciado esas caricias que me estremecieron.
    No se por que fue; si por mi soledad, por la falta de intimidad con alguien por mucho tiempo o por la necesidad de ser amado, que hicieron que me lanzara a los labios del adolecente.
    ¡Por Dios! Sus labios sabían a gloria. Y me encanto sentir como Ron se estremecía ante el roce de mis manos. El jovencito quiso tener una mejor posición en el abrazo y se sentó a horcadas sobre mi cadera.
    El beso cada vez se hiso mas intenso, mas apasionado, mas salvaje. Pero yo quería mas, y al parecer el también. Ron comenzó a mover sus caderas rosando mi virilidad. Me impresiono la pasión con la que el pelirrojo se me lanzaba y abrazaba para que nos fundiéramos en uno.
    No quise esperar más y con un movimiento de varita saque la ropa de ambos, colocándola en el piso de tal manera que nos protegiera del suelo frio. Recosté a Ron sobre la ropa y me acomode entre sus muslos. Bese desenfrenadamente su cuello, su pecho y toda la carne a mi alcance. Llegue hasta sus pezones y los comencé a lamer y succionar con locura. De la boca del pelirrojo salieron los más hermosos gemidos que jamás había escuchado.
    Al bajar más hacia su centro, sentí su erección a todo su esplendor y mi virilidad comenzaba a dolerme por la falta de atención. Pero no me importo, quería primero satisfacer las ansias del pequeño pelirrojo para volver a escuchar sus deliciosos gemidos.
    De una sola vez lo tome en la boca, succionando, lamiendo y deleitándome de su sabor. Exquisito.
    Ron prácticamente grito al llegar al orgasmo y eso que ni siquiera comenzaba. Regrese de nuevo a sus labios y lo bese con pasión desenfrenada. El pelirrojo separo mas las piernas, pidiéndome que entrara en su ser. No pude resistirme. Lleve mi mano hasta su entrada y comencé a penetrarlo, primero con un dedo, después con dos y cuando creí que ya estaba lo suficientemente preparado lo envestí de una sola vez. Ron se aferro a mi espalda con una fuerza increíble, esperando a que pasara el dolor. Después, el mismo movió sus caderas, incitando a que yo me moviera.
    Mis envestidas fueron al principio lentas y gentiles pero Ron gritaba que lo hiciera más fuerte, más salvaje, y yo no me le resistí.
    Cuando me separe de el por un instante, Ron aprovecho para tumbarme en el suelo y sentarse a horcadas sobre mi cadera. Tomo mi hombría entre sus manos y el solo se envistió de una sola vez. ¡Dios, estaba en la gloria! Ron comenzó un juego de sube y baja, provocando que una corriente eléctrica recorriera todo mi ser. Impaciente, tome sus caderas entre mis manos y lo ayude a complacerme.
    Ron se salió de mí tan rápido que casi me corro, se volteo para darme la espalda y enterrarse nuevamente. Yo aproveche para abrazarlo por detrás y besar su espalda como un poseso. Casi al instante los dos llegamos al orgasmo.
    Su corazón latía con fuerza y no dejaba de pronunciar mi nombre con una sensualidad que me desquiciaba por completo. Al poco rato volví a sentirme duro y listo para el siguiente raund.
    Coloque al pelirrojo de lado y yo me posicione detrás de su espalda. Tome una de sus piernas y la levante para tener un mejor acceso a el. Casi con desesperación, lo empale. Una y otra y otra me conduje profundamente en el. Era tan estrecho que no era nada difícil convertirse en un adicto a el.
    Ron se salió de mí y se puso en cuatro, exponiéndome toda su hermosa retaguardia.
    - ¡Mételo ya! –me ordeno.
    Me acerque a el lentamente y coloque mi punta en su entrada. Ron no pudo esperar mas y se hiso para atrás con un rápido movimiento, empalándose el solo.
    Tome sus caderas en mis manos y moví las mías con desesperación, con urgencia, con ansia de el. A los pocos minutos los dos llegamos al clímax y nos abrazamos fuertemente el uno al otro.

    Ron

    Sentí como su corazón lantía desenfrenado al igual que el mío. ¡Por Merlín! Me había acostado con el padrino de mi mejor amigo, y no solo eso, si no que el había echo realidad cada fantasía que había tenido desde que comencé a interesarme en el sexo.
    Para finalizar con mi fantasía erótica, bese el pecho de aquel hombre que me volvía loco y baje hasta su virilidad para probarlo.
    Sirius arqueo su espalda y me sujeto de la cabeza, pidiéndome más. Deslice mi legua desde la base hasta la punta y luego lo metí en mi boca directamente.
    Ese instante lo goce como jamás había gozado nada en mi vida.
    Cuando por fin calmamos nuestras ansias, el me hablo sobre la sorpresa que quería darle a Harry para su cumpleaños. Yo le di mis mejores ideas y le dije todo lo que le gustaba a mi amigo.
    Posiblemente ya era de madrugada cuando nos despedimos pero antes de irme lo mire con ojos suplicantes, pidiendo con la mirada que me dijera algo, algo que comprobara que no había sido solo un acoston mas.
    - ¿pensaras en mí? Pregunte anhelante.
    - En los días, en las noches y hasta en mis sueños.


    Hola seguidores de este fic, les pido por favor pasiencia
    se que ya estabamos en el capi 30 y muchos
    pero no puedo subirla toda de un jalon. mil disculpas.



    Edited by 290589-kaname - 18/6/2012, 20:59
     
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