BAJAS PASIONES Harry/Draco +17

¿El amor pude nacer apartir del deseo? FINALIZADO

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  1. 290589-kaname
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    Capitulo 6
    Sin reacción



    Harry

    Cuando me desperté en la mañana, note increíblemente que Ron ya estaba levantado. Se estaba peinando y su mirada parecía perdida.
    Mi mejor amigo estaba triste, lo sabía. Pero no me contaba nada. Se me hacia extraño que nos ocultáramos cosas, pero tampoco era que le fuera a contar sobre mi descarriada vida ¿Verdad?
    Tome mi toalla y fui a la ducha. El agua tibia me callo como un reconfortante consuelo. Las lagrimas de la noche desaparecieron de mi rostro y un el calor del vapor y el agua despabilaron mi mente.
    Otro día mas…
    Era extraño, a pesar de saber que el tiempo continuaba horriblemente en el exterior, y en mí se había paralizado desde aquella espantosa noche, hoy algo era diferente. Mi reloj interno se movía, como diciéndome…avanza.
    Salí de la ducha con un ánimo, como hacia mucho, no tenia. Me vestí rápidamente y Ron y yo nos dispusimos a salir para desayunar. Unos fuertes golpes en la ventana nos detuvieron.
    Ron se lanzo como de rayo para recibir a una extraña ave negra. Le saco la carta que traía en la pata y la analizo.
    Al principio puso una cara muy extraña, y después una de ¿Decepción?
    - Toma, -dijo al fin –es para ti.
    - ¿Para mí? –me extrañe.
    Abrí la carta y en serio que me sorprendí:
    “Harry, he recibido tu carta. Estoy preocupado, no debería dolerte la cicatriz y ese sueño que tuviste me pone inquieto. Debemos hablar.
    Nos vemos en la caverna que esta cerca de la casa de los gritos. Hoy en la noche.”
    Att: Sirius Black
    Que bien, -pensé –algo bueno por fin estaba pasando.
    - ¡Ron, es Sirius! Quedamos de vernos hoy en la noche. Hay que decirle a Hermione para organizarnos.
    - No lo se Harry, la carta era para ti.
    - Vamos Ron, todo lo que me pudiera decir Sirius ustedes también pueden escucharlo.
    - Supongo…Harry, ¿Cuándo le enviaste la carta?
    - Hace como dos días ¿Por qué?
    - No por nada en especial.
    Salimos de la torre y nos dirigimos al gran comedor. Hermione ya nos estaba esperando con el desayuno puesto.
    Después de explicarle a mi amiga sobre la carta de Sirius y ponernos de acuerdo para escabullirnos en la noche, nos dirigimos a la case de pociones. Mi propio infierno personal.
    Para el colmo cuando llegamos las serpientes ya estaban ahí.
    Que fastidio, la verdad no tenia nada de ganas de aguantar a Malfoy y sus estupideces.
    Entonces me prepare para su “calurosa bienvenida”.
    Espere…
    ¿Qué rayos pasaba aquí? Malfoy no me esta insultando. ¿No se habría dado cuenta de mi presencia?
    Mire a su dirección y note que me miraba pero… ¿Estaba rojo? Esto comenzaba a estar fuera de mi entendimiento.
    ¿Qué extraño acontecimiento le habría ocurrido para que actuara de esa forma?
    - … ¡El beso! –solté sin pensar.
    - ¿El beso? –pregunto Ron.
    - Nada, nada es que me acorde de algo.
    Fije mis ojos nuevamente en aquel rubio. El evitaba mirarme.
    Por favor, ¿Acaso esto me estaba pasando realmente a mi? ¿Cómo era posible que un simple beso pudiera cambiar a Malfoy de esa manera? Un odio tan grande como el de él y el mío no puede terminar solo por un estúpido beso. Si fuera tan fácil arreglar así las cosas tal vez habría aplicado esta técnica con Voldemort…bueno tal vez no.
    Esto realmente me puso de mal humor. Nunca pensé que se lo tomaría tan apecho. Ya ni yo, y eso que fue mi primer beso.
    Su comportamiento de repente me recordó a mí en el curso pasado, cuando Oliver me estaba conquistando. Se me revolvió el estomago de tan solo recordar.
    Pero esto era distinto, Malfoy no se podría enamorar de mi ¿Verdad? Eso era absurdo.
    Un beso no pude cambiar el mundo así de fácil.


    Katty Bell

    Las primeras horas de clase había terminado y Fred, George, Lee y yo fuimos a la biblioteca a terminar una redacción de trasformaciones.
    Al entrar, nos encontramos con el guapísimo de Cedric. Como me gustaba ese hombre. Pero al parecer alguien ya le había robado el corazón, porque últimamente rechazaba todas las invitaciones de las chicas. ¿Quién seria la afortunada, o afortunado?
    Note entonces que el ambiente se ponía tenso. Mire a George con extrañeza, ya que el parecía realmente enfadado. Pero no pude preguntarle nada por que enseguida se fue a platicar con un chico de otro curso.
    - ¿Qué rayos le pasa a tu hermano? –le pregunto Lee a Fred.
    - No lo se, -respondió Fred - últimamente anda así todo el tiempo y mas cuando Cedric esta cerca. Creo que le cae mal.
    - Fred, no te lo tomes a mas pero tu hermano parece como si estuviese celoso. –dijo Lee.
    - ¿Celoso? Por favor, ¿De que? –Fred parecía confundido.
    - Mira, tal vez sean alucinaciones mías pero cada vez que Cedric se te acerca tu hermano se pone a si. A veces siento que el cariño de tu hermano es muy posesivo. Como si no te quisiera compartir.
    Mire a Lee con el seño fruncido, sus palabras estaba siendo demasiado atrevidas. Sentí como si le estuviera insinuando algo. Pero lo hacia de tal forma que parecía que soltara veneno por la boca.
    - Claro que no –dijo Fred –Cada quien tiene su vida Lee, además no siempre vamos a estar pegados.
    - No lo se, pero a veces siento que George no te mira exactamente como un hermano.
    - ¡Lee! –no pude aguantarme.
    - ¿Qué? Es la verdad, George parece como si estuviera enamorado de ti. ¿Te imaginas? Eso seria repulsivo.
    - Si…tienes razón, eso seria repulsivo. –la mirada de Fred cambio drásticamente.
    Esto si que me esta haciendo enfadar, la manera en como se lo dijo Lee había sido horrible. Era cierto que George parecía como una novia celosa he incluso yo había notado la manera en como miraba a Fred pero eso no quería decir la gran cosa.
    En todo el resto de la elaboración del trabajo Fred a penas si le hablo a su hermano. Pobre George, se veía muy triste y confundido.

    Draco

    ¡Maldito Potter! ¿Acaso no tenia otra cosa mejor que hacer que mirarme?
    Cada momento en la case de pociones sentí su mirada pegada en mi espalda. Y para el colmo de todo no me sentía capas de devolverle la mira, esta demasiado nervioso.
    ¿Por qué rayos tenias que haberme besado? ¿Y por que ese beso había hecho que cambiara tanto dentro de mí?
    Cuando la clase por fin termino, yo tome mis cosas y trate de salir como pude del salón de clases, pero en mi arrebato apresurado tropecé con Potter y ambos nos fuimos al suelo.
    Escuche silencio…ya sabia lo que todos estarían pensando. Que en cualquier momento Potter y yo no lanzaríamos en una lucha acalorada, como antes.
    Trate de levantarme; yo había quedado enzima de el.
    Mis ojos se conectaron con los suyos. Me sentí atrapado por ellos, como una fuerza magnética que me impulsaba a estar mas cerca. Vi sus labios entre abiertos, pidiéndome que exigiera el beso que me robo.
    El acerco su rostro poco a poco al mío y yo sentí como mi puso se aceleraba.
    - Que Draco, -dijo muy tenuemente, un susurro que yo solo escuchaba –no me digas que quieres otro beso. Sabes, yo realmente creí que tus besos eran inolvidables, pero la verdad es que eres tan insignificante, que tu beso no significo nada para mí. Eres patético…
    Sentí como mi pecho se oprimía. Me había quedado congelado. Tanto que mis amigos fueron los que me ayudaron a levantarme. ¿Qué era este extraño sentimiento? Era como si un dementor estuviese en la habitación. Frio, sentía frio…
    - Para la próxima vez –sentencio Potter –fíjate donde caminas, por que si te llegases a caer en un hoyo dudo mucho que alguien se acuerde de ti para notar que faltas.
    “Insignificante, Insignificante, Insignificante. Draco, eres una vergüenza para esta familia. Eres muy insignificante.”
    Las palabras de Potter hicieron que recordar algo que pensé que había enterrando en mi corazón.

    Harry

    Al terminar de decir aquella frase, note como Draco se tensaba. Por un momento pensé que con eso seria suficiente para que todo volviera a la normalidad. Que Draco volvería a gritarme, hechizarme, que se yo.
    Pero su rostro se había convertido en una mascara de dolor; dolor puro he hiriente que se alojaba en el corazón para estrangularlo.
    Por primera vez esto me hiso sentirme mal. Lo había herido. De alguna manera mis palabras se habían colado en su mente para hacer estragos.
    ¿Esto era acaso lo que siembre había querido ocultar con su actitud altanera y prepotente?
    - Draco, ¿Se encuentra bien? –el Profesor Snape llego en un santiamén al ver al rubio en una especie de Shock. -¡Que rayos le hiso! –me grito.
    - El no le ha hecho nada –dijo Ron en mi defensa.
    - A usted nadie le pregunto, veinte puntos menos. Ahora lárguense.
    En el resto de la mañana me quede pensando en lo ocurrido. Nunca pensé que Malfoy tuviera esa sensibilidad ante el rechazo.
    Pero acaso no era mejor así. ¿Qué pasaría si la historia se repitiera?
    Si Draco se enamorara de mi, seria como si otra vez un Harry ingenuo se enamorara de el desgraciado de Wood, con la diferencia de que ahora el desgraciado seria yo. ¿Y yo seria capas de no tentarme el corazón para lastimarlo?

    Ron

    La noche había caído como una trampa mortal. Llego más aprisa de lo que espera.
    Sentía los nervios a flor de piel. Tenía miedo. Miedo de ver a Sirius a los ojos y comprobar que yo jamás signifique nada para el. Nada.
    Harry, Hermione y yo nos escabullimos de la escuela con la capa invisible. Cuando llegamos al sauce boxeador, Hermione hiso levitar una varita para tocar el nudo que paralizaba el árbol.
    Nos introducimos en el estrecho pasillo hasta llegar a la casa de los gritos.
    Mis pies parecían cada vez mas pesados. Plomo, eso era. Había plomo en mis pies que me evitaban seguir caminando.
    Cuando llegamos a la cueva, me rezague un poco. Tenia tantas ganas de verlo, y a la vez tanto miedo y furia.
    - ¡Harry! –escuche su voz. Mi corazón se puso como loco, pero poco me duro el gusto cuando el me vi.
    - Chicos, -nos saludo a Hermione y a mi, aunque fue a mi amiga a la única vio. –Harry, platícame exactamente lo que ha pasado.
    Después de eso mi mente se desconecto.
    Que ingenuo había sido al pensar que Sirius sentía algo por mí. Y que estúpido por haberme comportado como una niñita enamorada.
    Apreté mis puños tratando de contener las lágrimas. Hice un esfuerzo titánico para permanecer en esa cueva, junto al ser que mas amaba y odiaba en este momento. Pasaron horas y horas de interminable agonía. Y cuando pensé que ya no podía mas, Harry se despidió de su padrino.
    Hermione fue la primera en salir de la cueva, seguida de Harry. Yo, por más idiota, como me había rezagado de la entrada, tuve que caminar más.
    Justo iba saliendo, Sirius me tomo por el brazo.
    -Te espero en dos horas en la caza de los gritos.












     
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