BAJAS PASIONES Harry/Draco +17

¿El amor pude nacer apartir del deseo? FINALIZADO

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. 290589-kaname
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Capitulo 14
    Tal como soy



    Harry

    Desperté muy temprano en la mañana. Tenía las sabanas sobre mi rostro cuando me di cuenta de que aquí algo andaba mal. No recordaba que mis sabanas olieran tan bien. Como a durazno, no estoy seguro.
    Me destape poco a poco y descubrí que no estaba en mi cuarto. ¡Era el cuarto de Draco! ¿Cómo había llegado a este lugar?
    Trate de hacer memoria, pero lo único que recuerdo era que estaba hablando con Lucius Malfoy y luego nada.
    ¿Abría sido él el que me trajo?
    Recorrí con la mirada la habitación. Se veía tan cálida y acogedora, nunca pensé que los colores de las serpientes y los leones encajaran tan bien.
    Salí de la enorme cama para irme a bañar. Hoy seria el día que al fin elegirían a los campeones para el torneo de los tres magos y no podía evitar estar emocionado.
    Como esperaba, ninguno de los tres forajidos de la noche había vuelto. Todo estaba pulcro, y sin usar.
    Justo cuando estaba saliendo del cuarto, Neville entro como alma que lleva al diablo.
    - ¡Harry! Que bueno que te encuentro.
    - ¿Qué pasa? –su rostro estaba alterado, y me hiso sentir un estremecimiento como si algo malo hubiese ocurrido.
    - Ron…
    - ¿Ron? ¿Qué pasa con Ron? –exigí.
    - Esta en la enfermería, el…
    No me detuve a escuchar lo demás, corrí con todas mis fuerzas hasta la enfermería. Abrí las puertas de par en par, lo que vi me dejo helado.
    Mi mejor amigo estaba tendido sobre la cama, pálido como una vela. Sus labios parecían amoratados y mortecinos mientras que sus ojos estaban apagados y sin brillo. Aunque claro que estaba sorprendido por la condición el la que se encontraba Ron, no se comparo en nada al ver como el mismísimo Draco Malfoy lo acompañaba, con el rostro preocupado y horrorizado.
    Camine con cautela, aun en estado de Shock. Cuando Draco se dio cuenta de mi presencia recompuso el semblante y se levanto de la silla donde estaba para arropar a Ron.
    - Los dejare solos – anuncio.
    El rubio salió de la enfermería con paso firme mientras yo lo seguía con la mirada.
    - Harry… - la vocecilla apagada de mi amigo me llamo.
    - Ron, ¿Pero que te paso? – me acerque asta el borde de la cama.
    - Me sorprendió la tormenta, eso es todo. Estaré bien en un par de horas. – Ron trato de levantarse pero yo lo evite. – Harry, los Katagaria se recuperan mucho mas rápido que los humanos, no hay nada de que preocuparse.
    - Ya… -le creía pero en esos momentos se veía tan frágil y delicado que no quise exponerlo. - ¿Qué hacia Draco aquí?
    - El…me rescato.
    - ¿Te rescato?
    - El fue quien me encontró, de no haber sido por el yo…
    - No hables, -lo pare al ver su expresión de dolor – ya entendí, las serpientes también tienen corazón.
    - No hables así Harry, independientemente de que estemos en diferentes casas, las personas siguen siendo personas, aunque claro, en nuestro caso, los animales son animales y como tal debemos ayudarnos.
    - Ron, nunca creí que precisamente tu dijeras todo eso.
    - Si verdad, tal vez eso no va con migo.
    ¿Qué era lo que estaba pasando? Ron se estaba comportando de una manera demasiado extraña. Su actitud solo demostraba que no quería ni debatir o esforzarse en algo, solo complacía. Su mirada perdida me hiso recordar repentinamente las películas de zombis que alguna ves vi.
    Los pasos apresurados de alguien hicieron que refrenara mis pensamientos. Fred acababa de llegar.
    Los deje solos. Esperaba que un momento más familiar lo animara.
    Camine sin mucho ánimo hacia el gran comedor, tenia que armar una historia convincente sobre la enfermedad de Ron por si Hermione me preguntaba. ¡Que difícil era mentirle a mi mejor amiga! Desde primero jamás le había ocultado algo y ahora me sentía culpable.
    Una esquina antes de dar con el gran comedor, me pare justo antes de toparme con Draco. Me escondí en la esquina. Por alguna razón tenia nervios de verlo. La expresión que hace un rato tenia me dejo desconcertado, el jamás se había dejado ver tan vulnerable y sobretodo en frente de Ron.
    Draco estaba recargado en la pared, con los ojos serrados y el mentón levantado. Su respiración parecía ser dificultosa y tenía los puños apretados, haciendo demasiado esfuerzo.
    Dio un resoplido, frustrado he impotente. Su puño pego en la pared haciéndose daño.
    ¿Por qué?
    ¿Que era lo que había pasado entre Ron y Draco para que actuaran de esa manera?
    Acaso…no, eso es imposible. A Draco no le puede gustar Ron ¿O si?
    Sentí un extraño malestar, algo en mi pecho que no me dejaba respirar.
    Mis conjeturas no podían ser ciertas, mas sin en cambio era la única explicación que tenia ante semejante comportamiento. Por un lado Ron defendiéndolo y por el otro Draco reconfortándolo y preocupándose por el al grado de estar así.
    ¡Estúpido Malfoy! ¿Si le gustaba Ron entonces por que me pidió salir con el?
    Camine con paso decidido hacia su dirección, estaba que me llevaba el carajo. Tenia ganas de estrangularlo o por lo menos darle un buen golpe. Y ni siquiera sabia el por que.
    En cuanto capto mi presencia su rostro volvió a convertirse en una mascara de hielo.
    - Malfoy… -mi voz me traiciono al llamarlo.
    - ¿Si?
    - Gracias por ayudar a Ron…yo.
    - No lo hice para que me dieras las gracias Potter, el único que tiene derecho a dármelas es Ron y él ya me las dio. Así que ahórrate tu faceta de buen amigo ¿Quieres?
    Se dio la vuelta para irse pero yo lo ataje con mi brazo.
    - ¿Qué quieres Potter?
    - ¿Te gusta Ron?- le pregunte sin rodeos, no me iba a quedar con la duda.
    Pude ver en su semblante la sorpresa, para después cambiar a desconcierto.
    - ¿Qué?
    - No me hagas repetirlo ¿Quieres?
    - Eres un idiota.
    - Y tú un hipócrita, primero me dices que salga contigo y después vas y te arrastras con mi mejor amigo.
    - Tú no entiendes nada.
    - Exacto, no entiendo nada. ¿Acaso eres uno de esos tipos que si no consigue algo de una persona simplemente lo busca en otra?
    - No me compares con Oliver, yo no soy como ese humano. Además, de que te quejas, a ti te encanta que solo te usen para un buen acoston…
    No pude mantener por más tiempo mi furia y le di un puñetazo en el rostro. El callo al piso con un sonoro estruendo.
    - ¡Eres un idiota! No tienes idea de cuanto te… odio. –la palabra me salió con cierta renuencia, no era lo que realmente quería decir pero estaba enojando, muy enojado. No soportaba la idea de que Draco fuera como Oliver.
    El rubio se levanto lentamente del suelo y me miro fríamente. Una mirada que me encogió el corazón.
    - Lo se…- se quito la sangre de la boca - por eso yo también te odio.
    Me paralice.
    Mi boca, mi cuerpo, y todo sentido de mi se petrifico. ¿Por qué sus palabras me afectaban?
    ¿Por qué tenia que sentir cosas por él? ¿Por qué?
    Antes el no me importaba en lo mas mínimo, ¿Cómo fue que en tampoco tiempo el se volvió tan importante para mi?
    - Si me gusta Ron o no, eso no es de tu incumbencia – termino diciendo antes de irse y dejar desconcertadamente mi alma.
    - Duele amar a alguien y no ser correspondido. Pero lo que es más doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes.
    Mis ojos parpadearon al escuchar las palabras de una persona detrás de mí. Me di la vuelta sorprendido que alguien hubiera visto semejante escena.
    - Cedric…
    - Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin cuando la conozcamos sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo...
    - Cedric yo no…
    - Harry, si sigues con esos temores terminaras perdiendo a tu persona indica.
    “Mi persona indicada” eso ya lo había escuchado antes. Sobretodo cuando magia Katagaria esta incluida.

    Fred

    Nunca había visto a mi pequeño hermano Ron así, el siempre había sido el mas duro de todos, el implacable he incluso el mas sobre protector. Verlo así hacia que se me removiera el corazón.
    - Ron ¿Qué paso? – le pregunte después de ver como Harry salía por la puerta de la enfermería.
    - Me quede dormido en la tormenta, estaré bien.
    - Remedo de mentiroso. ¿Pero no crees que será mejor que te trasformes en tu forma base? Debes de estar gastando demasiada energía estando de esa forma.
    Ron se removió un tanto nerviosos en la cama, esto no era típico de el.
    - Así estoy bien, además, puede entrar en cualquier momento alguien.- anuncio, envolviéndose por completo entre las sabanas.
    - No digas tonterías, sabes que cuando uno de nosotros esta en la enfermería nadie mas tiene permitido entrar.
    Me acerque un poco más a su cama para saber su temperatura.
    - Estaré bien. ¿Y George?
    Su pregunta me saco de balance. No había visto a George desde la noche pasada. Volver a pensar en el trajo los recuerdos de lo que estuve a punto de hacerle.
    - No…le se, cuando desperté él ya se había ido. –titubee.
    - Fred, ¿Se pelearon? ¿Acaso no aceptas a su novia?
    - Ron, no te preocupes por eso.
    - Hermano, creo que no todos los humanos son como ella…
    “Ella” la mujer por la cual mi familia fue perseguida hace muchos años y por ello tuvimos que refugiarnos en el mundo de los magos.
    - ¿Desde cuando eres tan complaciente con los humanos? Tu siempre habías sido el primero en decirnos que no confiáramos en ellos, ¿Por qué ahora los defiendes?
    - Creo que ahora comprendo más sus corazones…
    - ¡Tonterías! –quise tomar la mano de Ron pero el la alejo, mas bien la escondió.
    Me quede por un momento cavilando la situación. Esto no era normal, nada normal.
    De un tirón le arranque la sabana del cuerpo, esperando que mis sospechas no fueran ciertas.
    - Ron… -ahí estaba, la marca en su mano. Ron se había emparejado.
    - ¡No le digas a nuestros padres! – me suplico.
    - ¿Por qué? Estar emparejado no es precisamente una maldición Ronald además…
    Me paralice, ¿Cómo no lo había visto antes? En esta escuela no hay más Katagaria de león. Entonces Ron estaba emparejado con una humana.
    - ¡No! Ron, tu… ¿En que rayos estabas pensando cuando te metiste con una humana? ¿Por eso esa repentina defensa contra ellos? ¿Quién es ella? –le exigí enfurecido.
    Ron me miro con pánico en los ojos.
    - No hay ningún ella, sino un el… -me contesto.
    Sus palabras no las estaba digiriendo, mas bien, eran totalmente absurdas. Ron no podía emparejarse con un hombre, porque eso solo sucede con parejas que pueden procrear, amenos claro que Ron fuera un Arcadiano o Katagaria elemental. Pero Ron era un Katagaria, como todos en la familia, como mi padre. Y el no pertenecía a la rama de los elementales. Pero mi madre era Arcadiana y… en realidad no sabemos nada de su familia.
    Mire nuevamente a Ron, tan frágil en ese forma humana.
    Esa forma humana…
    - Ron, eres un Arcadiano… - la noticia me llego como un relámpago. Esto no era posible, además de mi madre jamás había podido soportar la idea de ver a un Arcadiano. Incluso una vez prometí que el día que me topara con alguno de ellos yo mismo desgarraría su cuerpo y me llevaría su cabeza como trofeo.
    - Si, lo descubrí cuando apareció la marca de emparejamiento. Y eso no es todo, esta mañana aparecieron ellas…
    ¿Ellas?
    Sentí como la magia de Ron fluía en el ambiente y vi con horror como en su cara aprecian los tatuajes tribales del clan de los lobos, unas marcas que solo los centinelas Arcadianos tenían.
    Entre estas dos ramas familiares, existían un grupo selecto de Arcadianos y Katagaria a los que se les llamaban centinelas. Ellos se convertían el los mas rápidos, los mas fuerte, he incluso tienen la capacidad de viajar en el tiempo.
    Los centinelas Arcadianos, son conocidos como los sanguinarios cazadores de Katagaria.
    No podía creer que Ron, mi pequeño hermano fuera uno de ellos. ¿Qué pasaría si mis padres se enteraran? ¿Qué pasaría si Bill se enteraba?
    Bill era también un centinela, pero el pertenecía a los Katagaria. El era de entre toda la familia el más resentido con los centinelas Arcadianos por el hecho de haber cazado a nuestra antigua manada. Además, el no toleraba en lo absoluto a los humanos. Su renuencia a estar con ellos hiso que incluso fuera más tolerable trabajar con los duendes en el banco mágico. Si el se enteraba de que Ron era un Arcadiano, ¿seria acaso capas de matarlo?
    - Se lo que estas pensando Fred, pero no te preocupes. Tal vez no este ya aquí cuando Bill se entere.
    - ¿A que te refieres Ron?
    - Mi pareja predestinada me rechazo.
    - ¿Qué?
    - Como un Arcadiano elemental, si en dos semanas no me acepta esa persona, entonces yo desapareceré. Fred, ¿recuerdas que cuando era pequeño, cuando yo estaba triste la lluvia tendía a caer? No entiendo como no me di cuenta antes de que soy un elemental del agua.
    Es cierto, cuando Ron era pequeño la lluvia caía cuando el lloraba.
    Si todo lo que mi hermano estaba diciendo era cierto entonces él ya no tenia tiempo. Los Katagaria y Arcadianos elementales eran muy diferentes a los demás. Ellos, cuando llegaban a la pubertad se les debe de conseguir lo antes posible a su compañero predestinado por que solamente el puede proveerle de la magia necesaria para seguir conservando su cuerpo solido, de lo contrario se volverán un elemento de la naturaleza y, o se unen a ella o mueren.
    Mi corazón se encogió ante tal verdad y no pude reprimir las lágrimas.
    - Entonces, ¿Me odias por ser un Arcadiano? – me pregunto con su vocecita horrorizada.
    - Tonto, yo jamás te odiaría, tú eres mi hermano. Pase lo que pase, y seas quien seas.
    Ron se aferro a mí y comenzó a llorar descontroladamente. Yo lo tome entre mi pecho para acunarlo y le acaricie con cariño su cabeza.
    - Gracias… gracias por aceptarme como soy. – apenas si alcanzo a susurrarme antes de quedar completamente dormido.
    Mientras recostaba a Ron en la cama, me di cuenta de algo. Era un idiota total. Las personas no son como uno quiere que sean, las personas son individuales y únicas a su manera. Por lo cual se deben aceptar tal y como son. Con sus defectos, con sus virtudes, he incluso con sus tontos enamoramientos.
    Si no era yo quien ayudaba a George en estos momentos, entonces ¿Quién lo haría?
    George siempre ha sido de entre todos mis hermanos el mas apreciado, por que él es pate de mi como yo de el. Si lo dejo solo ahora entonces podría ser demasiado tarde después. Yo se que juntos podemos con esta situación.
    Además, me acababa de dar cuenta de algo. No se si era bueno o malo pero lo único que sabia era que yo no podía vivir si George no estaba a mi lado.
    Esto fue de lo que me di cuenta la noche pasada cuando estuve a punto de besarlo. Si no me hubiese refrenado entonces no se que le hubiese echo.
    Cuando sentí su rostro tan cerca del mío yo sentí miedo. Miedo por que realmente quería estar con el y fundirme con su alma. Este nuevo sentimiento no era precisamente el que uno debe tener con su hermano. ¿Pero acaso no me había dado cuenta antes?
    Lo que pasaba era que de entre los dos, el siempre fue el que amaba mas. Tanto que ahora ya no lo podía ocultar. Y yo… yo siempre el mas cobarde, el mas indeciso y caprichoso que se dejaba envolver en las apariencias.
    ¿George, será demasiado tarde ahora? ¿Me dejaras estar una vez más a tu lado antes de entregarte a tu destino?
     
    Top
    .
71 replies since 4/8/2011, 01:44   8869 views
  Share  
.