Junjou Egoist Fanfic "Siempre te amaré"

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  1. nadeshiko-chan
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    Junjou Egoist Fanfic "Siempre te amaré"

    Siempre te amaré

    Resumen: El amor de la pareja egoísta ha sobrevivido a todo, volviéndose más fuerte... ¿Qué pasará luego del accidente de Hiroki?

    Ahora, el obstáculo a sortear es el olvido pero… ¿el profesor olvidó realmente a Nowaki…?

    Mi primer fic de Junjou Romántica, sean tolerantes! XD



    Ubicación en el tiempo: Una semana después del traslado de Nowaki.



    Capítulo 1- La declaración de Nowaki

    Hiroki Kamijou tomó un paquete de hojas de té y luego de examinar cuidadosamente el precio se volvió para buscar el carrito de hacer las compras. Nowaki lo tenía con él, y lo había llenado hasta el tope de comida.

    Hiroki arrojó el paquete junto a los otros comestibles:

    _ Vaya… _dijo mirando los costosos alimentos. Un paquete de cerezas bañadas en chocolate llamó su atención_ No te privaste de nada, eh?

    _ Quería comer algo rico esta noche… _Nowaki sonrió dulcemente_ No te preocupes por eso… Yo cargaré con todas las bolsas, Hiro-san…

    _ Me preocupaba más por si tenías dinero para pagar todo lo que elegiste… _le aclaró el profesor.

    _ No te preocupes, Hiro-san… _Nowaki le repitió la frase y le regaló una sonrisa igual de radiante que la anterior_ Ayúdame a escoger una botella de vino o algo… Lo que tú quieras tomar…

    _ Una botella de vino… _murmuró el castaño dirigiendo su mirada a la góndola de vinos que tenía en frente.

    De modo que ésas eran las intenciones del más joven: Nowaki estaba planeando una cena romántica…

    Eligió una botella de vino rosado que no era demasiado costosa. Sí, casi podía imaginarlo; a la luz de las velas, Nowaki cocinando y más pesado que de costumbre, pegado a su espalda todo el tiempo.

    Se acercó la botella más al rostro para fingir que leía la etiqueta, aunque en realidad no entendía nada de vinos. Lo perturbaba un poco lo que estaba pensando, era algo muy tonto que un hombre de 28 años se pusiera tan ansioso ante la perspectiva de una noche romántica. Cómo si fuera la primera vez que Nowaki preparaba una comida...

    Aún tenía fresco el recuerdo de la última cena romántica: terminaron haciendo el amor sobre la mesa de la cocina…

    Repentinamente, Nowaki tomó al profesor por la cintura y lo acercó a su cuerpo para besarlo apasionadamente. Una mano enorme aferró la cintura estrecha y la otra presionó la cabeza del castaño mientras le separaba los labios con la lengua.

    Hiroki sintió que se estrujaba contra el más alto y que éste pasaba una pierna por entre las suyas;

    _ ¡Nowaki! _lo empujó y un rubor intenso tiñó su cara, delatando que en realidad no le había desagradado tanto el beso_ ¡Idiota! ¡Ya te he dicho que no hagas esas cosas!

    _ ¿Cómo no hacerlo? Bajaste la guardia… _Nowaki sonrió y tomó el carrito otra vez_ Y estabas todo sonrojado mirando la etiqueta de un vino. Me pregunto en qué habrás estado pensando Hiro-san…

    El castaño se sonrojó aún más y no lo golpeó porque aún tenía las manos aferrando la botella de vino;

    _ ¡Maldito mocoso! ¡Si nos ven…! _le entregó la botella de vino con un empujón.

    _ No hay nadie en éste pasillo… _repuso el más alto.

    _ Sí… _Hiroki empezó a caminar, refunfuñando_ Pero están las cámaras de seguridad…

    Nowaki sólo se limitó a sonreír y a seguir obedientemente a Hiroki hasta la caja de la tienda, para pagar los productos.

    No podía evitarlo, es que cuando su Hiro-san se sonrojaba era tan lindo…



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    Salieron de la tienda cargados con algunas bolsas. La idea original de Nowaki era cargarlas él sin ayuda, pero por orgullo Hiroki insistió en cargar la misma cantidad de bolsas que el más alto…

    De pronto sonó el celular de éste. Nowaki lo atendió y habló unas pocas palabras. Hiroki lo observó en silencio. Cuando colgó, el ojiazul tenía una obvia expresión de decepción que a Hiro-san le recordó a la vez que le dijo que por nada del mundo se metería a la tina con él…

    _ ¿Te llamaron del hospital? _preguntó.

    _ Sí… _suspiró el pelinegro_ Parece que debo ir a hacer guardia esta noche, es una emergencia… _suspiró de nuevo_ No es justo, era nuestro día libre…

    De modo que los planes de la cena romántica quedaban cancelados.

    _ Es tu trabajo y tu responsabilidad… _le dijo el mayor.

    _ Sí…

    _ Ve entonces…

    _ Pero yo quería…

    _ Dejaremos la cena para mañana… _lo tranquilizó el castaño.

    Nowaki sonrió, aún algo triste;

    _ ¿No estarás muy cansado cuando llegues de trabajar…? _preguntó.

    _ Qué tontería… _Hiroki levantó los hombros y el mentón, para dar más énfasis a sus palabras_ Soy el demonio Kamijou, puedo aguantar lo que me proponga…

    _ Gracias Hiro-san… Me haces muy feliz…

    Nowaki le sonrió con su dulce y radiante sonrisa y el profesor apartó la mirada para seguir caminando con su aire altanero.

    No podía permitir que Nowaki notase la sangre agolpada en su cara…

    Continuaron caminando en silencio unos minutos más. Era plena tarde y con el bello día que hacía los bares y cafés de la calle estaban trabajando muy bien, llenos de clientes.

    Hiroki observó a una pareja sentada en la vidriera de una cafetería y deseó tener más tiempo para pasar con Nowaki. Ojala tuvieran tiempo en ese mismo instante para sentarse a beber algo, pero con las bolsas del supermercado…

    _ Hiro-san… _lo llamó el más alto.

    _ Que…

    _ ¿Podemos parar un momento? _pidió el de ojos azules dejando las bolsas en el suelo.

    _ ¿Te cansaste ya, mocoso…? _se burló el demonio Kamijou, aunque el también deseaba hacer una pausa.

    Nowaki ignoró el comentario y señaló una fuente que estaba frente a ellos:

    _ Ése es un bonito lugar… Sentémonos un momento Hiro-san… _pidió.

    Cuando ambos jóvenes estuvieron sentados, Hiroki dejó las bolsas en el suelo y se pasó una mano por el cabello. Se percató de que el más joven lo observaba, sonriente;

    _ Qué estás mirando… _gruñó por lo bajo.

    Nowaki sonrió más ampliamente;

    _ Hiro-san… Sí que eres lindo… _le dijo.

    _ Deja de decirme esas cosas o te empujaré al agua… ¿Nowaki?

    Hiroki se interrumpió al ver al joven de ojos azules arrodillarse frente a él;

    _ ¿Qué haces…?

    _ Lo siento, Hiro-san…

    _ ¿Eh…?

    _ Lo siento… _repitió_ Quería hacer esto junto con una cena, y flores y música romántica; pero ya no puedo esperar más…

    Nowaki buscó en un bolsillo de su ropa y extrajo una pequeña cajita. El profesor de literatura observaba en silencio;

    _ Hiro-san, esto es para ti… _el ojiazul le ofreció el hermoso anillo de oro que había comprado para él_ Si aceptas… Si me aceptas… Para que estemos juntos, para siempre…

    _ Nowaki…

    El gran Kamijou Hiroki… se había quedado sin palabras…

    Nowaki tomó su mano y deslizó el anillo en el dedo correspondiente. El castaño sólo podía observar en silencio, transcurrieron unos segundos hasta que pudo decir algo;

    _ No puedo creer… _observó el anillo en su mano_ La ideas que tienes…

    _ ¿No es esto lo que sugerías la otra noche en el hospital…? _preguntó muy sonriente Nowaki.

    Hiroki se sonrojó y recordó brevemente la noche en que había golpeado a Tsumori con el bolso de viaje. Y también recordó sus propias palabras:

    “E-en otras palabras, intentas decir… ¿Quieres ser mi esposa? O algo así… jajaja… ¿…Esposa? ¿Pero por qué esposa…? jejejajaja”

    Observó el anillo de oro en su dedo. En la cajita quedaba otro exactamente igual que Nowaki no tardó en colocarse;

    _ Qué me dices Hiro-san… _tomó otra vez la mano del profesor y la besó_ ¿Aceptas? Dime que sí aceptas… Por favor…

    Hiroki sonrió, con una de sus raras y poco comunes sonrisas;

    _ Acepto… Sí, claro que acepto Nowaki…

    Nowaki se sintió la persona más feliz de la tierra. Después de todo no le había ido tan mal a pesar de que tuvo que posponer la cena para otra noche…

    Trató de darle un beso al profesor, pero éste lo apartó poniéndole una mano sobre la boca:

    _ Sabes bien lo que pienso sobre las demostraciones de cariño en público… _le dijo, borrando su sonrisa_ Y aún no te he perdonado por lo que hiciste en la tienda…

    _ Oh, está bien… ¿Ni siquiera uno chiquito…? _rogó_ Por favor, Hiro-san…

    Hiroki trató de desviar la mirada, pero terminó cediendo ante los ojitos azules y suplicantes de Nowaki;

    _ Eres un maldito mocoso manipulador de… Nnññnnn… _Nowaki lo acalló con un beso, y el profesor de literatura se encontró rodeándole el cuello con los brazos más pronto de lo que pensaba.

    _ Te quiero, Hiro-san… _susurró el de ojos azules contra la boca del profesor.

    El castaño le acarició una mejilla y dejó que se ubicara entre sus piernas para besarlo una vez más. Sin siquiera reparar en la gente que los miraba.



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    Cuando llegaron al departamento, Nowaki no esperó a que terminaran de guardar todas las cosas que habían traído.

    Estaba demasiado ansioso, no podía esperar. Tomó al profesor por la cintura y se lo llevó a la sala de estar a y pesar de sus protestas –que duraron solo algunos minutos hasta transformarse en gemidos- le hizo el amor sobre el sofá y los almohadones.

    Y durante un par de horas fueron tan felices como unos recién casados…

    Se amaron, se besaron, se exploraron mutuamente; hasta que cayeron exhaustos sobre el pobre sillón que bastante bien aguantó los embates del amor, que se prolongaron toda la tarde.

    Pronto cayó la noche. Nowaki dejó de acariciar y ensortijar con los dedos el cabello castaño de su amado para incorporarse silenciosamente. Observó su dulce rostro dormido y se inclinó para besarle la frente;

    _ Hiro-san, eres mi todo… _susurró, jugando a apartar los cabellos con la nariz_ Espero que estemos juntos para siempre…

    _ Para… siempre… _murmuró Hiroki en sueños.

    Nowaki se levantó y antes de vestirse buscó una sábana y cubrió al profesor con ella. Lo observó acurrucarse mientras se vestía. Lo amaba, de verdad que lo amaba…

    Abandonó el departamento en silencio y cerró la puerta tras él.



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    Capítulo 2- El accidente

    En la mañana…

    El demonio Kamijou entró en la universidad a paso rápido. Estaba llegando tarde otra vez, se había dormido y no tenía nada en el estómago aparte de una taza de café que tomó a las apuradas antes de salir.

    Sólo había caminado uno corto trecho cuando Takashi Misaki le salió al paso;

    _ Profesor Kamijou… _el joven alumno comenzó a caminar con él.

    _ ¿Qué desea…? _preguntó Hiroki fríamente.

    El jovencito pese a su apariencia de niño bueno; era una molestia constante para el profesor. Aunque se empeñaba –y esto Hiroki no lo negaba-, era terriblemente malo en literatura, casi disfrutaba decorando con enormes “D” en rojo las hojas de sus trabajos y ensayos.

    Pero lo que más molestaba al profesor era que su joven alumno siempre terminaba convenciéndolo de que volviera a leer sus trabajos, incluso conseguía segundas oportunidades. Algo difícil de lograr con el demonio Kamijou…

    _ Aquí está mi trabajo… _Misaki le entregó una enorme carpeta color verde_ Sé que lo estoy entregando con retraso pero le puse mucho empeño… creo que esta vez sí podré aprobar la…

    _ Sí, gracias… _Hiroki tomó el trabajo _ Lo veré en clases Takashi… _lo despidió.

    Dejó atrás al jovencito y siguió avanzando. Subió las escaleras en tiempo récord y llegó a la oficina jadeando.

    Abrió la puerta con energía:

    _ Buenos días… _dijo al entrar_ Lamento la tardanza…

    Hiroki se quedó mudo ante la imagen que tenía enfrente;

    _ Ejem… _carraspeó para que lo oyeran_ Profesor Miyagi…

    El susodicho dejó de besar al jovencito que tenía en brazos un momento y volvió la cabeza:

    _ K-kamijou…!!! _soltó a Shinobu y mientras lo empujaba para que saliera de la oficina hablaba atropelladamente_ ¿C-cuando llegaste eh…? Te retrasaste… _cerró la puerta_ Jejejejaja… Sé lo que piensas sobre lo que acabas de ver pero déjame decirte…

    _ Sé perfectamente lo que acabo de ver, profesor… _le cortó Hiroki cruzándose de brazos_ Y no me diga que “no han estado haciendo nada…”

    _ Sí… _Miyagi se pasó una mano por el cabello.

    Estaba avergonzado. Que pescaran a un hombre adulto con las manos en la masa dos veces seguidas… Y en su lugar de trabajo… ¿Cómo era posible…?

    “Sí, definitivamente el amor lo vuelve a uno más tonto y descuidado…” pensó.

    El castaño dejó sus cosas sobre la mesa y se dispuso a trabajar;

    _ Sé que no es asunto mío… _dijo mientras se sentaba_ Pero tenga más cuidado, es horario de clases…

    _ Sí, lo siento Kamijou… Tienes toda la razón, no quiero meternos en problemas… _lo abrazó por atrás_ ¡Siempre preocupándote por mí…! ¡Gracias por ser tan buen amigo, Kamijou…!!!

    _ Profesor!!! _Hiroki se lo quitó de encima de un empujón_ Es un inmaduro… _gruñó.

    El destello dorado en su mano lo distrajo un momento de la discusión. Volvió a mirar el anillo que Nowaki le había dado y recordó lo feliz que se sentía. Movió la mano. Le quedaba ligeramente flojo, tal vez debería mandarlo a una joyería para que lo encogieran un poco… Por nada del mundo quería perderlo accidentalmente.

    Se lo quitó un momento para observarlo a la luz; donde notó que tenía algo grabado del lado de adentro:

    “NowakixHiroki. Por siempre”



    Se concentró en no sonreír para no delatar que no estaba enojado con Miyagi, sino pensando en otra cosa y radiante de felicidad.

    Pero la vista de águila de Miyagi detectó el destello de felicidad en los ojos de su compañero y le divirtió profundamente;

    _ Vaya, vaya… ¿Pero qué tenemos aquí…? _se acercó a kamijou por detrás_ ¿Ese anillo es nuevo?

    Hiroki se sobresaltó y no reaccionó cuando el profesor lo tomó de la mano para observar mejor el anillo:

    _ Y no lo traías el otro día… ¿O sí…?

    _ Q-qué le importa… _Hiroki retiró la mano, sonrojándose.

    _ ¡Oh Kamijou ahora lo entiendo!!! ¡Yo sabía que te estaba yendo bien con él!!! ¡Se van a casar!! _lo abrazó riendo_ Y no ibas a decirme nada…eh? ¿Acaso no estaré invitado a tu boda?

    _ ¿Pero qué demonios…? De qué habla, no se haga ilusiones es algo simbólico no es que nos vayamos a casar realmente y… _trató de sacárselo de encima_ ¡¿Y por qué tengo que darle explicaciones a usted?! ¡Ya suélteme!!!

    Hiroki lo empujó y se encaminó hacia la puerta;

    _ ¿Adonde vas, Kamijou? _Miyagi no podía parar de reírse.

    _ A buscar más papel para la copiadora… _gruñó antes de salir.

    Cerró de un portazo.

    Al salir Kamijou se encontró a Shinobu dando vueltas por el lugar. No estaba literalmente detrás de la puerta, pero era obvio que se alejaba a paso rápido…

    “Nos ha estado escuchando…” pensó Hiroki y comenzó a seguirlo disimuladamente “Es obvio… Yo también me preocuparía por saber si hablan de mí, si me encontraran como yo los encontré hace un momento…”

    Pero Shinobu no tenía un solo pelo de tonto y no tardó en darse cuenta de que el demonio Kamijou lo seguía. Aterrado, aceleró el paso y Hiroki hizo lo mismo.

    No es que el profesor fuera a reprocharle algo por lo que había visto; sólo quería verlo de cerca y saber quién era ese estudiante. Lo dominaba la curiosidad aunque una vocecita interior le advertía que no era asunto suyo. Parecía joven, de primer año…

    Shinobu dobló en una escalera. Iba tan apurado que tropezó en el primer escalón y a punto estuvo de precipitarse escaleras abajo:

    _ ¡Cuidado! _exclamó Hiroki al ver que el jovencito iba a caerse irremediablemente.



    Todo ocurrió en cuestión de segundos…

    Hiroki abrazó a Shinobu y alcanzó a cubrirle la cabeza con las manos. Rodaron escaleras abajo ante la mirada atónita de los otros estudiantes.

    El profesor aterrizó a los pies de la escalera con un golpe atroz, lanzando lejos a Shinobu.

    Un grito de chica, estridente y aterrado, interrumpió el trabajo de Miyagi; que salió de su oficina y corrió por el pasillo.

    Los gritos de susto se multiplicaron:

    _ ¿Qué pasa…?

    _ ¿Quién ha gritado?

    _ ¿Se ha caído alguien?

    Miyagi llegó hasta la escalera y vio al grupo de chicos arracimados a los pies de ésta. Bajó a toda velocidad:

    _ ¿Qué pasó aquí…? _exigió al ver a los dos cuerpos extendidos_ ¡Shinobu!!! _gritó.

    _ Estoy bien… _aclaró éste incorporándose un poco. Estaba asustado, pero sano y salvo_ Es el profesor Kamijou… _gimió.

    Kamijou estaba boca arriba, con las piernas separadas y un pie todavía apoyado en un escalón. El profesor Miyagi lo tocó, pero Hiroki no se movía. Trató de incorporarlo un poco:

    _ Kamijou… Kamijou responde… _cuando colocó la mano en la parte de la nuca un líquido tibio y pegajoso le bañó los dedos. Sangre…

    Una gota de sudor frío le recorrió la espalda y se le cortó la respiración:

    _ ¡Llamen a emergencias! _gritó_ ¡Necesitamos una ambulancia! ¡Rápido!



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    Al otro día…



    Nowaki se hallaba sentado en el borde de la cama y sostenía una de las manos de Hiroki entre las suyas. La acarició dulcemente y la besó. Sin embargo, el profesor de literatura todavía no despertaba.

    “No trae su anillo…” observó algo extrañado. Pero en ese momento le preocupaban cosas más importantes.

    El ojiazul lo observó en silencio y le acarició el rostro lastimado con los nudillos. Tenía un corte cerca de los labios y una porción de piel magullada cerca de la sien.

    La cabeza del castaño estaba envuelta en vendas; los médicos habían tenido que darle unas puntadas para cerrar la herida. Su pobre Hiro-san había recibido todos los golpes…

    La madre de Hiroki le dio unas palmaditas en el hombro;

    _ Nowaki, ¿no quieres descansar un poco…? _propuso_ Yo vigilaré a Hiroki… Aprovecha y duerme un momento…

    _ Se lo agradezco, pero estoy bien… _Nowaki le dedicó una sonrisa cansada, luego miró al profesor_ Está tardando en despertar… _comentó.

    _ Pronto lo hará… _lo tranquilizó la mujer_ Los médicos dijeron que despertará solo de la anestesia…

    _ Lo sé… _suspiró el más alto.

    Ambos estaban cansados. Habían estado despiertos mucho tiempo;

    _ Pobre Nowaki… Has pasado un buen susto ¿no es así…? _comentó_ Se nota que quieres mucho a Hiroki…

    Nowaki se sonrojó pero sonrió. Le agradaba la mamá de Hiro-san, era una mujer muy buena…

    _ Iré por un café… _ella se levantó_ Te traeré uno a ti también… _anunció antes de salir de la habitación que les habían dado en el hospital.

    Nowaki siguió acariciando la mejilla del profesor. “Debo relajarme…” pensó “todo está bien, Hiro-san está fuera de peligro…”.



    En ese momento, los ojos de Hiroki temblaron y los abrió suavemente. La luz de la mañana que se filtraba por la ventana le molestó. Frunció el entrecejo.

    _ ¡Hiro-san! _exclamó Nowaki pero al instante recordó que debía hablar en voz baja_ Despertaste… Que bueno…

    _ ¿Hiro… San…? _Hiroki repitió lo que había escuchado, sin entender. Tenía una voz gruesa, que no conocía. Intentó incorporarse y sintió el dolor en los huesos y la cabeza_ ¿Qué…?

    _ No te muevas… Quédate recostado… _Nowaki acomodó su almohada_ Has tenido un accidente…

    Hiroki se quedó viendo a la persona que tenía en frente, perplejo. No entendía de lo que le hablaba, ni sabía quién era el chico. “Es apuesto…” pensó observando sus ojos azules.

    Nowaki parpadeó;

    _ ¿Ocurre algo…? _preguntó sonriente_ ¿Necesitas que te traiga alguna cosa? ¿Agua? ¿Otra almohada…?

    _ Agua… _pidió el castaño. Otra vez su voz era gruesa, extraña a sus oídos_ Agua… Tengo sed…

    _ Está bien… _Nowaki le besó la mano_ Volveré en un momento…

    El ojiazul salió del cuarto en busca de un vaso de agua.

    Cuando se quedó solo, Hiroki se incorporó. Se sentía pesado y lento, como drogado. Por fin logró sentarse en el borde de la cama y se mareó un poco, pero aún así logró incorporarse.

    Miró con ojos desesperados a su alrededor. Todo era borroso, revuelto… y en aquella habitación no había estado nunca en su vida.

    "Cómo llegué aquí..." pensó y se tocó la cabeza. Palpó las vendas; "un accidente... es verdad..."

    Se levantó con algo de esfuerzo y tambaleándose llegó hasta un pequeño baño que había en la habitación. Se apoyó en el lavabo y observó el reflejo. Seguía mareado y sólo distinguió una imagen borrosa.

    Arrugó la frente apretando los ojos y lo intentó otra vez. La imagen se volvió nítida poco a poco...

    La persona que le devolvía la mirada parecía tan asustada como él.

    La boca apretada. Los ojos muy abiertos. La cara despojada de color, excepto una fea mancha púrpura de piel magullada. Alzó la mano hasta la mejilla, la mano reflejada lo imitó con la misma exactitud. Se dio la vuelta para mirar a sus espaldas, no había nadie…

    Retrocedió, paralizado de miedo y chocó contra una pared.

    La persona reflejada en el espejo… ¿Era él?

    Si no reconocía su reflejo entonces…

    Trató de pensar, de recordar… Su nombre, su cara, su apariencia, algún rostro familiar que apareciera en su memoria. Nada. Absolutamente nada.

    Las piernas del joven cedieron. Lentamente fue resbalando, con la espalda contra la pared, con los ojos fijos en la nada. Las rodillas se le separaron cuando se sentó en el suelo. Respiró entrecortadamente y sollozó.

    Le pareció que se le paraba el corazón al darse cuenta de que no sabía nada. Desesperado, se envolvió con sus brazos y ocultando la cabeza entre las rodillas se echó a llorar desconsoladamente…



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