Be Free AkihikoxMisaki (Actualizado 05/01/2012)

En la locura y el amor todo se vale..

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  1. JimeHyuuga37
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    Be Free
    El afamado escritor Usami Akihiko de 27 años de edad se encontraba manejando su lujoso auto deportivo por las afueras de la cuidad.
    El día estaba lluvioso pero no era una tormenta solo una lluvia un poco fuerte, nada fuera de lo común, solamente estaba relampagueando bastante.
    El nombrado novelista manejaba por nada en especial, solo quería despejar su mente y alejarse de la rutina diaria en aquel singular día lluvioso.
    Ya llevaba varios kilómetros manejando, ya casi no había casas solo había una pequeña escuela pública y un par de abarrotes* y cerca de allí también se encontraba un hospital psiquiátrico, cosa que poco le importaba el guapo hombre de cabellera plateada. Ya que vio que había manejado demasiado (ya que se le estaba acabando la gasolina) decidió regresar de una buena vez por todas.
    La lluvia se izo más fuerte aun, ahora si parecía ser una tormenta ya que se empezaba a hacer imposible la tarea de ver hacia donde iba.
    El pacifico viaje que empezó se había echado a perder por la estúpida lluvia que a cada minuto se hacía más fuerte y la visibilidad disminuía.
    Iba muy concentrado en el camino, obviamente para no salirse de él en alguna curva.
    De pronto alguien se atravesó corriendo la calle, alcanzo a frenar a tiempo antes de atropellarlo, solo lo empujo un poco pero no tanto como para hacerle daño. Se bajo del automóvil y se dio cuenta que era un joven de al parecer 14 o 15 años, estaba sentado en el piso observando las luces del auto con los ojos muy abiertos al igual que su boca, al parecer se asusto bastante.
    El oji-violeta lo tomo del brazo y lo subió al auto para que no se mojara más. Ya ambos arriba del vehículo que tenía mejor iluminación por dentro y más claridad el mayor pudo observar que el joven tenía el cabello castaño y unos hermosos ojos verdes, pero estaba totalmente empapado además que traía puesta una bata blanca un poco más arriba de las rodillas.
    -¿Te encuentras bien?- pregunto por fin después de admirar la belleza del muchacho unos segundos.
    -S-sí, creo que si- dijo temblando.
    -No deberías estar corriendo por la calle y peor aun con esta tormenta- le regaño.
    Pero justo después de decir eso un fuerte trueno sonó afuera lo que izo que el castaño se alterara y cerrara fuertemente los ojos mientras se tapaba los oídos y empezaba a temblar.
    -Oye… ¿estás bien?-
    -P-perdón- muy despacio separo sus manos de sus oídos y abría los ojos los cuales tenían pequeñas lágrimas.
    -¿Porqué te disculpas?-
    -Por causarle molestias- se talla los ojos ya que empezaron a salir lágrimas de ellos.
    -Está bien no te preocupes ¿cuál es tu nombre?-
    -Misaki Takahashi-respondió más tranquilo pero los ojos aun con lágrimas
    -¿Quieres que te lleve a tu casa? ¿Dónde vives?- Al oír esto el menor se estremeció.
    -No tengo casa- menciono con la cabeza gacha.
    -¿No tienes?- pregunto intrigado, el menor negó con la cabeza.
    -¿entonces de dónde vienes?- la abeja de la curiosidad acababa de picar al mayor haciendo que su veneno se esparciera por su cuerpo.
    -Escapé-
    -¿De dónde?
    -No quiero volver-
    -¿Volver a donde?-
    -…- el auto se quedo en silencio, al parecer el chico de verdad no quería regresar de donde venia, pero la curiosidad estaba presente en el cuerpo del mayor. Se quedo observándolo bien un momento y después cayó en cuenta.
    -Vienes del hospital ¿cierto?- el menor asintió.
    -¿Por qué escapaste? ¿Te trataban mal?- el menor negó con la cabeza
    -¿entonces...?-
    -No estoy loco-
    -¿Qué?-
    -Escape porque no estoy loco- dijo volteándolo a ver con sus grandes ojos llenos de lágrimas.
    Sin duda, ver aquella mirada verdosa llena de lágrimas de ese muchachito que tanto le intrigaba hizo estragos en el corazón del frio novelista. Así que se le acercó y lo abrazó recargando todo su cuerpo en su fuerte pecho.
    Misaki correspondió el abrazo aferrándose a la camisa de aquel amable hombre de cabellos plateados y empezó a sollozar un poco más fuerte.
    -“No estoy loco” ¿a qué se referirá con eso? ¿Escapó de un hospital? Entonces… ¿Escapó del hospital psiquiátrico? Si eso debe ser, ese hospital está cerca de aquí pero ¿Porqué escapó? ¿Por qué no quiere volver?-pensaba el mayor mientras lo abrazaba más –No sé porque pero quiero ayudarlo. Y lo haré-
    Después de unos minutos de aquel cálido contacto el pequeño se separo del abrazo que le proporcionaba el otro hombre.
    -N-no me ah dicho su nombre-
    -Usami Akihiko-
    -Muchas gracias… Usami-san- sonrió mirando para abajo. Aquella linda eh inocente sonrisa izo que el corazón de Akihiko se acelerara pero ¿Cómo podía ponerse así por un chiquillo que acababa de conocer?
    -¿Yo puedo llamarte por tu nombre?-
    -S-si, supongo que no hay problema-en las mejillas de aquel pálido chico apareció un lindo sonrojo y su corazón empezó a latir fuertemente.
    -Cálmate Misaki ¿Qué te pasa? ¿Por qué te pones así? E-el es hombre y… tu también-pensó el oji-verde.
    -Bien Misaki ¿Te parece si vamos a mi departamento?- dijo con una gran sonrisa en su rostro mientras empezaba a avanzar el auto.
    -S-sí m-me parece bien-
    El automóvil estuvo varios minutos en silencio hasta que el mayor lo rompió.
    -Misaki ¿Me dirías que edad tienes?-
    -17-
    -¿Eh? Si te vez más chico- dijo con algo de gracia.
    -E-eso dicen- se sonrojó –Y ¿Usted qué edad tiene?-
    -27-
    -Ah- De nuevo se quedaron en silencio.
    -¿Será buena idea preguntarle porque escapo?- se cuestionaba en su mente el novelista mientras veía de reojo aquel chico que tanto le intrigaba. El chico era bastante delgado y se veía débil, su piel era bastante pálida y en su mirada se veía soledad. –Debo estar loco, acabo de enamorarme de un niño 10 años menor que yo y que además no sé nada de él-
    -Escapaste del hospital psiquiátrico Kenji ¿Verdad?-
    -Ah…- el castaño abrió grandes los ojos y empezó a temblar mientras veía atentamente al peli-plata.
    -Tranquilo, si no quieres no te llevare allí de nuevo- Misaki empezó a interrogarse si debía contestarle o no ¡Pero era más que obvio que escapó de allí! Si traía la bata de un hospital además que ¿de qué otro hospital se trataría? Si se encontraban cerca de allí cuando casi lo atropella.
    -Si- contestó bajito.
    -Me podrías decir ¿por qué escapaste?-
    -N-no creo que le interese eso, no e-es n-nada en especial- su mirada se convirtió en una de melancolía total al recordar todo lo que tuvo que pasar –Pero no estoy loco-
    El resto del camino transcurrió en silencio hasta que llegaron al departamento del mayor. Misaki se quedo maravillado ante tan grande que era el lugar
    -Usami-san ¿vive solo aquí?- inocentemente pregunto mientras lo veía.
    -Sí, vivo yo solo-
    -¿No se siente solo en una casa tan grande?-
    -La verdad es que a veces si pero estoy acostumbrado a la soledad- contesto como si nada.
    -Yo también- dijo tristemente mientras miraba para abajo. Al notar esto el peli-plata le ofreció té al oji-verde que lo aceptó con gusto.
    Se sentaron en la sala el mayor enfrente del chico para poder estar cerca de él.
    -Y bien Misaki ¿A dónde planeabas ir al escaparte del hospital?- aun tenia curiosidad, quería saber todo acerca de ese joven que acababa de robarle el corazón.
    -No lo sé pero solo quería salir de allí-
    -¿No tienes familia?-
    -está mi hermano pero él fue el que me interno en el hospital-
    -¿y tus padres?-
    -murieron en un accidente hace… ¿9 años?- empezó a sacar cuentas con los dedos de sus manos –si 9 años-
    -Perdón no debí preguntar eso-
    -Está bien fue hace mucho, así que no importa-
    -¿Entonces no tienes donde quedarte?- intentó reanudar la conversación
    -emm... no, supongo que buscare algún callejón donde quedarme- dio un sorbo a su té.
    -¿te quieres quedar aquí?-
    -¿eh?- levanto la cara.
    -Mi casa es grande y hay una habitación junto a la mía donde puedes quedarte-
    -No, no podría hacer eso-
    -No te preocupes quédate aquí un tiempo y después veremos qué hacer con tu situación ¿de acuerdo?
    -Pero yo…-
    -No aceptaré un no como respuesta- le interrumpió.
    -¿seguro que está bien?-
    -Por supuesto, así ya no nos sentiremos tan solos ¿no crees?- termino con una gran sonrisa que causo un sonrojo del más chico.
    -E-está bien, supongo que solo un par de días-
    Después de acabar su té Akihiko llevo a Misaki al cuarto donde le correspondía quedarse para que pudiera descansar del día tan agotador que de seguro debió haber tenido.
    Capitulo 2 ¿Seguro no estás loco?
    Ya acababa de amanecer en Japón, la tormenta que anoche azotaba ya se había calmado, ahora solo estaba nublado y bastante fresco.
    8:30 de la mañana, ya era la hora de levantarse del escritor así que, como era su costumbre, se levanto y se fue a bañar –Seguro Misaki sigue dormido-pensó.
    Se termino de bañar y bajo a la sala donde pudo notar como el pequeño castaño estaba sentado en uno de los sillones mientras se mordía las uñas.
    -Misaki- le llamó.
    -¿Hum? Buenos días Usami-san- le contestó con una sonrisa angelical en su hermosa carita.
    -Buenos días- le devolvió la sonrisa – ¿Te acabas de levantar?-
    -Nop, me levante a las… 4:32 de la mañana- se puso a balancear sus piernitas, ya que no alcanzaban el suelo por unos milímetros.
    -¿¡Las 4:30 de la mañana!?- se sobresaltó
    -No, No- movió su dedo índice en señal de negación mientras seguía moviendo felizmente sus piernitas –Me levante a las 4:32 de la mañana- Hizo énfasis en la hora. A Lo que Akihiko solo levanto una ceja.
    -Y… ¿Por qué te levantaste a esa hora?-
    -Porque no tenía sueño- contestó juguetonamente.
    -Entonces: ¿te levantaste en la madrugada porque no tenías sueño y te viniste a sentar a aquí hasta que se dieran las 9:00?-Sin duda sonaba más que ridículo.
    -No son las 9:00 son las 8:57- inocentemente contestó.
    -Ok- se llevo dos dedos a la parte de arriba de la nariz, apretándose un poco como tratando de asimilar la información – ¿Te levantaste a las 4:32 de la mañana por qué no tenías sueño, te viniste a sentar aquí hasta que se dieran las 8:57 de la mañana?-
    -Sip- respondió dando un brinquito para levantarse.
    -¿Estuviste allí sentado todo el tiempo?-
    -No, primero estaba sentado en aquella silla- apunta hasta una silla de la cocina –Pero a las 2:11 se me hizo incomoda y me vine a sentar aquí- se volvió a morder la uña del pulgar.
    Esa respuesta desconcertó al peli-plateado Es muy ilógico que un niño de 17 años se haya levantado a las 4:32 solo porque no tenía sueño ¿Quién no tiene sueño a esa hora?
    -Misaki es un niño muy curioso, eso hace que se vea tan lindo sin duda, pero más que curioso es extraño… ¡Un momento! ¡Su mirada!- volteo a ver directo a sus grandes ojos verdes que lo miraban atentó –Su mirada… es diferente, ayer mostraba soledad y tristeza y ahora demuestra alegría…-
    El sonido del estomago del menor interrumpió sus pensamientos
    -¿Tienes hambre?- dijo con gracia, Misaki solo asintió un poco avergonzado.
    -Ordenare el desayuno ¿te parece?-
    -Está bien-
    Akihiko tomó el teléfono y llamo a un restaurante para que les trajeran de desayunar, sin duda el muchacho debía de tener hambre ya que se levanto a las 4:32 de la mañana y quien sabe que les daban de comer en el hospital ya que el chico es muy flaco.
    Después de un rato la comida llego.
    Se sentaron en la mesa, uno en frente del otro pero ahora el castaño estaba sumamente tímido, tenía la cara ligeramente ruborizada y miraba para abajo.
    Empezaron a comer, el oji-verde en pequeñas porciones, esa actitud divertía al escritor en cierta forma pero que al mismo tiempo le intrigaba, ya tenía ciertas sospechas acerca del comportamiento del muchachito.
    -Oye Misaki ¿Ya me podrías decir porqué estabas en el hospital?- dio un sorbo de su bebida.
    -No estoy loco- dijo bajito.
    -Eso no fue lo que te pregunté, quiero ayudarte y…-
    -¡NO ESTOY LOCO!- grito fuertemente mientras se ponía de pie azotando con sus manos la mesa fuertemente y en sus ojos había lágrimas. -¡NO ESTOY LOCO! TODOS DICEN QUE LO ESTOY ¡PERO NO ES CIERTO NO TENGO NADA!- empezó a llorar más fuerte mientras que con sus manitas se cubría la cara y se dejaba caer en la silla.
    -Misaki cálmate- El oji-violeta se levanto de su silla para acercarse a la del menor eh intentar consolarlo, pero cuando lo quiso tocar…
    -¡NO! ¡NO ME TOQUE! ME LLEVARÁ CON NII-CHAN, O PEOR OTRAVEZ AL HOSPITAL- volvió a gritas mientras se levantaba y se iba corriendo a encerrarse a la primera habitación que vio, el baño.
    -¡Misaki! ¡Habré!- tocaba fuertemente desde afuera el novelista. Ese comportamiento era demasiado extraño, aunque el chico dijera que no estaba loco era mentira ¡Si que estaba loco! Esos cambios repentinos de humor solo podrían significar una cosa…
    -Perdone Usami-san- salió del baño el castaño con la cabeza abajo y jugando con sus dedos, como si fuera otra persona ¿En serio ese era el mismo niño que estaba gritando? –No quería causarle problemas, pero no estoy loco-
    Akihiko sintió una gran ternura verlo así, tan vulnerable, además que se veía sumamente seductor con esa corta bata blanca.
    -No te preocupes- lo abrazo –Yo te protegeré- esto ultimo izo que el corazón de Misaki se acelerara fuertemente.
    -U-Usami-san, no tiene que ser tan amable conmigo-dijo con una vocecita muy dulce.
    El mayor solo rio un poco y lo siguió abrazando. El castaño no correspondió el contactó más por confusión que otra cosa.
    -Usami-san, tengo sueño… ¿Puedo dormir?-
    -Por supuesto- Al parecer el joven si estaba cansado ya que después de que el escritor le dio la afirmativa el chico se recargo en su pecho y se quedó dormido.
    Akihiko con gran delicadeza lo tomó de la cintura y lo cargó a uno de los sillones para que pudiera reposar.
    -Estoy seguro, Misaki es bipolar. Está haciendo frío mejor le consigo otra ropa…-
    El novelista primero fue a su habitación para traerle una sabana al menor y taparlo para que no tuviera frio, acto seguido comenzó a marcar un número conocido.
    -¿Usami-sensei? ¡¿Ya tiene listo el manuscrito?!- se emociono su editora.
    -No Aikawa, solo llamaba para pedirte un favor-
    -¿Favor?- pregunto desconcertada ya que aquel hombre jamás le había pedido algo igual.
    -Consígueme unos cambios de ropa para un joven de… 14 años-calculo el escritor.
    -¿Eh? ¿Para qué sensei?-
    -Porque lo necesito- contestó molesto.
    -Está bien, está bien ¿Qué talla?-
    -No lo sé el chico es bastante bajito y muy delgado-
    -Ok sensei, ya veré qué le llevo- dijo resignada.
    -Gracias Aikawa- después de decir esto cuelga su celular.
    Para matar un poco el tiempo decidió encender la televisión un rato.
    Empezó a cambiar los canales y le dejo en un las noticias de la mañana.
    Cuando acabaron de pronosticar el clima, el cual sería nublado con probabilidades de precipitación por la tarde, cambió a una noticia sobre el hospital Kenji.
    -Se ah reportado la desaparición de un paciente en el hospital psiquiátrico Kenji. UUN joven de 17 años llamado Takahashi Misaki, cabello castaño y grandes ojos verdes. El muchacho escapó ayer por la noche mientras se hacía el cambio de turno. Aquí tenemos al doctor general del hospital junto al hermano mayor del paciente-
    Después aparecieron dos hombres uno mucho más alto que el otro, cabello rubio y ojos azules y el otro más bajo cabellera azulada y ojos café claro los cuales estaban enmarcados por unos lentes.
    -Soy el Doctor Kenji Takahara, encargado del caso del joven Takahashi-dijo con gran seriedad –El joven presenta un caso severo de Bipolaridad, el afirma día y noche que no está loco pero sus cambios de ánimo son muy exagerados y cambia repentinamente - Después el micrófono paso al de lentes.
    -¡Por favor! Si alguien ve a Misaki tráigalo aquí ¡él es mi única familia! Y yo solo quiero lo mejor para él. Solo que no lo entiende-
    -Lo que caracteriza la bipolaridad del joven es que puede estar normal un tiempo pero cuando ocurre algún acontecimiento la emoción que siente en ese momento es muy fuerte si es algo triste por más simple que sea para él sería como un gran golpe. Su caso es bastante particular por ese problema- El peli-plateado se quedo sin habla ¡sus sospechas eran correctas! Misaki si es bipolar y por favor como no darse cuenta si primero estaba deprimido, después muy feliz, luego tímido, pasó a enojado y luego finalmente arrepentido ¡Y todo en menos de un día!
    Lo volteo a ver, se veía hermoso mientras dormía tan lindo, eh inocente parecía un angelito y en eso recordó “No estoy loco” “no quiero volver a ese lugar” “dicen que estoy loco pero no tengo nada” esto puso a pensar al escritor –Ser bipolar no es necesariamente estar loco ¿o sí? Que yo sepa no, pero… Misaki cuando dice que no está loco lo dice muy deprimido (o enojado) ahora ya sé porque estaba en el hospital pero ¿Por qué escapo? ¿Lo trataban mal? Pero… tiene un hermano que al parecer si se preocupa mucho por su bienestar-
    -¡Sensei! Aquí traigo lo que me encargo- entró en la habitación una mujer pelirroja y ojos grises.
    Esto saco de sus pensamientos al escritor y se levanto de su lugar para ir donde su editora.
    -¿Hum? ¿Quién es ese niño?- pregunto mientras apuntaba al joven que plácidamente dormía en el sillón.
    -Es una larga historia- contesto cansadamente el oji-violeta.
    -Bueno aún es temprano- el mayor suspiro, tomo asiento junto con su editora y le comenzó a relatar todo lo que había pasado en la casa en las últimas horas.
    Cuando termino su relato la mujer se quedo muy impresionada ¡¿Todas esas cosas habían pasado en tan pocas horas?! ¡Increíble!.
    -Sensei tiene que llevarlo al hospital lo están buscando- comento la editora preocupada.
    -El no quiere volver-
    -Obvio que no quiere volver ¿Quién quiere estar en un manicomio? –
    -Si Misaki no quiere ir no lo obligare, lo amo y no dejare que se lo lleven de mi lado- sentencio muy decidido.
    -Kyaaw sensei ¡qué lindo!-se emociono la pelirroja al escuchar al peli-plateado lo enamorado que estaba del muchachito.
    El ruido que hacia la editora despertó al castaño
    -¿Usami-san?- se incorporo mientras se tallaba el ojo derecho con su muñeca
    -¡Ah! qué bueno que despiertas- sonrió –Ten un poco de ropa, cámbiate te dará frio si te quedas con esa bata.
    Misaki aun adormilado se incorporo mejor para llevar a cabo las indicaciones del oji-violeta pero después de extender su campo de visión, su vista se topo con la editora.
    -Usami-san ¿Quién es ella?-pregunto poniéndose de pie.
    -Ella es Aikawa mi…-
    -Su pareja- le interrumpió cortante el oji-verde.
    -¿Eh?- Dijeron al unisonó.
    -Los dejare solos, no quiero interrumpir nada-acto seguido se dio la vuelta y subió corriendo las escaleras para esconderse en la habitación en la que había dormido la noche anterior.
    -¿Pero que le pasó? ¿Usted no dijo que el chico era muy dulce sensei?-
    Akihiko sonrió–Estaba celoso-
    -¿Cómo la sabe?-
    -Cada emoción por más pequeña que sea él la toma muy a pecho-
    -Ya veo por qué esta tan feliz, pero será mejor que arregle ese problema lo antes posible-
    -Si lo sé, iré a hablar con él- se levanta.
    -De acuerdo entonces yo me voy, suerte sensei- se despidieron y la pelirroja salió del lugar y el novelista fue directo al cuarto de su querido niño.

    Edited by JimeHyuuga37 - 6/1/2012, 05:46
     
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  2. Ritzuka Kamijo Phantomhive
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    jime-chan no es justo *aciendo puchero*
    no sa vale dejarlo asi
    yo quiero contii siii
     
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  3. 9Dokuro-Chan8
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    Wow! Y yo que pensaba que rea Bipolar O-O! Jeje, pero bueno, está bien interesante, ne? No te demores mucho con la conty, onegai~!

    Yane! (^o^)/
     
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  4. Usagi_Gumi_Loveless
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    ME ENCANTA >w< !!! debes ponerle la continuación >3<
    No me logro imaginar que cosas aria un Misaki Bipolar............ O_O
    Bueno espero que no te tardes ^_^U
    Bye~~


    Edited by Usagi_Gumi_Loveless - 22/9/2011, 15:18
     
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  5. JimeHyuuga37
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    Jime quiere agradecer a tod@s por sus comentarios, aqui la continuacion:
    Una cosita: !ASI NO SON LOS HOSPITALE PSIQUIATRICOS! es todo parte de la retorcida imaginacion de Jime e-e


    Capitulo 3: La verdad…
    -Misaki… ábreme por favor- pronuncio sonriente afuera de la puerta.
    Se quedo esperando algunos minutos que le respondiera, pero parecía que nunca contestaría así que giró un poco la perilla notando al instante como la puerta estaba cerrada.
    -Misaki, ábreme ahora mismo por favor, quiero hablar contigo- Aun no había respuesta.
    -Vamos, no tienes que estar celoso de Aikawa, ella solo es mi editora porque yo soy escritor-
    -Y-yo no estoy celoso- contestó nerviosamente atrás de la puerta con la cara ruborizada.
    -Entonces déjame pasar, quiero hablar contigo-
    -Mejor valla a hablar con esa mujer- El mayor no pudo evitar sonreír por la contestación del pequeño, realmente estaba celoso lo cual le causaba mucha gracia y a la vez demasiada alegría.
    -Yo no quiero estar con ella quiero estar contigo, por favor ya ábreme-
    Muy despacio el menor quito el seguro de la puerta y de igual manera procedió a abrir la puerta mostrándolo cabizbajo y un poco sonrojado.
    -Ven vamos a hablar a la sala ¿te parece?- El menor asintió levemente y siguió al mayor escaleras abajo guardando la distancia.
    Ya que llegaron abajo el peli-plata le ofreció a Misaki ropa para cambiarse la cual acepto, entro al baño a cambiarse y en unos minutos ya estaba de regreso con unos pantalones de mezclilla y una sudadera blanca.
    Tomo asiento en frente del escritor pero ahora el joven se veía diferente estaba muy tranquilo, sin ninguna emoción que sobresaltase.
    -Misaki, te quiero ayudar pero no podré hacerlo si no respondes mis preguntas ¿podrías hacerlo?-empezó la conversación el mayor esperando con todo su ser que el pequeño accediera a contestar.
    -Supongo que está bien, puede preguntar lo que usted desea, Usami-san- Respondió mientras se acomodaba mejor en el sillón ya que algo le decía que iba a ser una plática un poco larga.
    -Antes que nada quiero que me tutees me siento viejo si me hablas de usted- El castaño se extraño un poco ante aquella petición pero la aceptó asintiendo con la cabeza para indicarle al novelista que podía continuar.
    -¿Por qué escapaste del hospital?- lanzó de inmediato el oji-violeta.
    -Por qué no estoy loco- La respuesta de siempre pero esta vez lo dijo como si estuviera respondiendo alguna pregunta obvia a un maestro en la escuela.
    -Misaki, eres bipolar- le dijo esperando con todo su ser que el pequeño no se alterara.
    -Eso ya lo sé- Esto desconcertó al mayor, no esperaba esa respuesta.
    -Entonces…- No entendía nada.
    -Ser bipolar no significa exactamente estar loco, sé que soy un poco exagerado pero no es algo que yo controlo- se izo el sabelotodo el joven de ojos esmeralda.
    -Está bien, no estás loco pero ¿qué te hacían en el hospital para que escaparas?-
    El chico lanza un suspiro para proceder a hablar –pero se lo tendré que contar todo desde el principio-
    El mayor asintió dándole a entender que podía continuar.
    -Yo debo tomar un medicamento especial para controlar mi bipolaridad, al inicio tomaba las pastillas y vivía con mi hermano pero había veces que olvidaba tomarme el medicamento y todo era muy complicado, me internaron hace dos años por que ataque a uno de mis compañeros de clase, como ya había pasado varias veces que no me tomaba el medicamento y hacia cosas “extrañas” la directora aconsejo a mi hermano que me internara en el hospital psiquiátrico y estoy allí desde entonces- izo una pausa para tomar aire.
    -¿Qué clase de cosas?
    -Me ponía a llorar, gritaba, golpeaba gente…
    -Ok ya entendí, puedes continuar-
    -Bueno…Las cosas en el hospital eran muy diferentes…
    ~Flash Back~
    -¿Es necesario estar aquí?- pregunto el de ojos esmeraldas viendo fijamente a su hermano mayor.
    -Es por tu seguridad Misaki- le contesto el peli-azul.
    -Acompáñame por favor- pidió amable una enfermera al joven muchacho de 15 años.
    Recorrieron un pasillo y llegaron a un consultorio, le pidieron que se sentara y este accedió.
    Espero unos minutos y entro un doctor.
    -Buenos días Misaki soy el doctor Kenji- se presento un hombre muy alto de rubia cabellera.
    -Son tardes, son las 12:04 P.M significa que ya es de tarde- corrigió inocentemente.
    -Tienes razón fue mi error, buenas tardes Misaki.
    -Buenas tardes- contesto secamente, no quería estar en ese lugar ya que según tenía entendido ese lugar es para locos.
    -¿Sabes que te trae por aquí?- pregunto el doctor.
    -Nop- soltó haciéndose el tonto.
    -Bueno aquí te haré unas pequeñas pruebas para ver si te quedaras aquí o no.
    -No me quiero quedar aquí, aquí hay gente loca y no estoy loco- se molesto el muchacho.
    -¿Por qué dices que no estás loco?
    -Em.., yo no escucho voces en mi cabeza.
    -Eso es esquizofrenia es una enfermedad mental diferente a la que tú tienes.
    -¿Y yo que tengo?- intento jugar el menor.
    -Por lo que me han dicho es bipolaridad.
    -¿Cómo sabe? ¿Me ah estado observando?- se molesto más, de verdad no quería estar allí.
    -Claro que no, mira dejemos las preguntas de lado y comencemos las pruebas ¿Bien?- el chico no contestó al instante, solo se limito a asentir y hacer las supuestas pruebas de aquel doctorcito demente.
    Primero contesto algunas preguntas de un cuestionario que le dio el doctor las cuales eran preguntas de si, no y a veces. Tales como:
    ¿Te enojas muy seguido? ¿Lloras seguido? ¿Eres feliz?
    Y en las respuestas predominaba el sí.
    Después vino la típica prueba de las manchas en donde salió bastante bien (Según él)
    Luego vino el tiempo en el que armaba un rompecabezas pequeño, el cual no entendía para que sirviera la prueba pero aun así la izo.
    Pasó hora y media y por fin tenía los resultados.
    -Bien Misaki, mira al parecer necesitaras quedarte aquí debido a tu caso.
    -¡¿Pero por qué!?- se exaltó el castaño.
    -En el transcurso de 90 minutos estuviste molesto, triste, desesperado y feliz; son demasiados cambios de personalidad en poco tiempo.
    -Pero yo no me quiero quedar aquí ¡No es justo!- pequeñas lagrimas se formaron en los orbes esmeralda del muchacho.
    -Tranquilízate, este lugar será seguro para ti.
    -¡No quiero seguridad! ¡Solo me quiero ir con Nii-chan!- las lagrimas empezaron a descender por sus mejillas llegando hasta el suelo.
    -Tu hermano te puede venir a visitar cuantas veces quiera pero tú no podrás salir de aquí pequeño.
    -¡IDIOTA! No me diga pequeño ¡Odio eso! ¡Lo odio a usted! Yo me largo de aquí- Se dio media vuelta con dirección a la puerta la cual abrió rápidamente para salir corriendo por el pasillo para ser seguido por el doctor.
    El castaño corrió por el pasillo por el que había llegado para llegar a la sala de espera donde su hermano leía una revista.
    -¿Misaki? ¡¿Qué te pasa!?- se altero el mayor al ver a su hermano agitado y llorando.
    -Nada, solo vámonos de aquí- el menor tomo de la muñeca al peli-azul para dirigirse a la salida pero en eso apareció el doctor con dos enfermeros..
    -¡Allí esta!- apuntó el oji-azul al castaño y en un abrir y cerrar de ojos ya lo tenían sujetado por la espalda.
    -¡Suéltenme! ¡Nii-chan!- empezó a llorar y gritar, incluso patalear para librarse de sus captores.
    -Traigan un calmante- ordeno el doctor.
    -¿Qué pasa doctor?- pregunto asustado Takahiro.
    -El joven deberá quedarse aquí pero veo que no lo tomo bien.
    -No le hagas caso ¡Vámonos a casa!-
    El enfermero era fuerte y lo tenía bien sujeto pero con una mordida en el brazo logro que lo soltara cayendo al suelo y arrastrarse a los pies de su hermano.
    -Por favor- le miso con sus ojos acuosos –Me portare bien ¡En serio! Me tomare la medicina pero por favor.
    El mismo enfermero y otro más lo sujetaron justo al tiempo que llegaba una enfermera con una jeringa.
    -¡Suéltenme!- volvió a gritar en cuanto lo acostaron en el suelo para que pudieran inyectarle el calmante.
    Después de que aparecieron otras tres enfermeras pudieron dejarlo dormido.
    El doctor fue por una silla de ruedas para que se llevaran a Misaki a su nueva habitación, y colocarle la pulsera color naranja que debía portar* además de cambiar su ropa por la del hospital.
    -¿En serio debe quedarse?- pregunto tristemente Takahiro.
    -Me temo que sí, es por su bien- contesto el doctor.
    -Está bien- dio una última mirada a su hermano que yacía dormido tranquilamente en la silla de ruedas y se lo llevaran.
    *-*Meses después*-*
    El pequeño castaño estaba sentado en la esquina de su blanca celda, odiaba ese color que le quemaba los ojos ¿Por qué demonios su habitación no podía tener algo de color? Sea cual fuese la razón la odiaría justo como esa habitación acolchonada, después de varios meses viviendo allí se preguntaba si todas las habitaciones eran así o era la un caso especial.
    Se abrió la puerta dejando ver a una enfermera de cabello corto negro y ojos cafés y en su etiqueta de identificación decía “Jade” como de unos 24 años, ligeramente más alta que el oji-verde.
    -¿Cómo estas Misaki-kun?- interrogo amable como siempre con ambas manos tras su espalda.
    -Las cosas podrían estar mejor- respondió melancólicamente mientras dibujaba en una hoja una ventana, llevaba 4 meses sin poder ver otra cosa más que las blancas paredes del hospital, no tenía permitido ir al patio.
    Lo único que le entretenía era que le daban varias hojas de papel donde podía dibujar, sus dibujos no eran muy profesionales, de hecho se podías considerar feos pero para él eran una obra de arte. Todos los pájaros enjaulados que dibujaba, candados** y ventanas cerradas con distintos paisajes y personas.

    -Mira lo que te conseguí- paso su mano derecha para adelante mostrando cinta adhesiva haciendo que el menor cambiara su cara de melancolía en una de felicidad.-Ahora podrás colgar tus dibujos en la pared- le entrego la cinta.
    Muchas gracias- la abrazó –En serio gracias- De verdad estaba feliz, su “ceda” ya no sería tan aburrida ahora que podía colgar sus “Obras” en la pared acolchonada.
    Pasaron un largo rato colgando las docenas de dibujos del pequeño llenando casi toda una pared.
    -Es hora de que tomes tu medicina- comentó la muchacha.
    -No quiero- izo un puchero.
    -Es necesario para que no pase nada.
    Misaki suspiro no le gustaba tomar esas malditas píldoras azules, cuando vivía con su hermano solo tomaba dos ahora tomaba tres y estaba casi seguro que eran las mismas. Estaba empezando a sospechar que le daban medicamento de más a todos los pacientes para que no dieran problemas dejándolos, en cierto modo drogados.
    *-*1 Año después*-*
    -¿Cuándo podré volver contigo?- pregunto a su hermano en el patio del hospital.
    El patio no era muy grande pero al menos había aire fresco aunque estaba rejado completamente. Solo podían salir cuando tomaban la medicina para asegurarse de que estén débiles para no escapar.
    Misaki ya se había tomado el medicamento y estaba sentado en la silla de ruedas, bastante pálido y más delgado.
    -Pronto- la respuesta de siempre, Takahiro iba a visitarlo cada mes y siempre le preguntaba lo miso y la respuesta no variaba.
    -La hora de visitas se acabo- escucharon pronunciar a Jade detrás de ellos.
    Se despidieron y el castaño fue llevado a su habitación que ya no era tan blanca, ahora había dos paredes y media llenas de las 4 que había.
    Lo acostaron en la pequeña cama individual pero no durmió, solo se quedo admirando sus dibujos, en los meses que había pasado se notaba la mejora en cada uno de ellos, tenían más detalle y ya no eran feos, en realidad algunos eran bastante hermosos pero un tanto deprimentes.
    Se levanto como pudo de la cama y levanto su obra más reciente: Un hermoso dibujo de una golondrina con el ala derecha vendada viendo como las demás volaban hacia el horizonte. Todavía no estaba terminado pero aun así era muy bello.
    Tomo el lápiz, se acostó en el piso y empezó a detallarlo, dando trazos por aquí y por allá, difuminando unas zonas para crear efectos y sombras.
    Al terminarlo se quedo dormido, ya le había pasado en repetidas ocasiones el dormir en el suelo justo al terminar el dibujo, siempre que le pasaba soñaba que viajaba, volaba pero siempre terminaba regresado a esa pequeña habitación ya sea en el sueño o por que despertó.
    Esta vez el sueño era un tanto diferente:
    El era la golondrina que había estado dibujando pero su ala estaba bien, podía volar y así lo izo. Levanto vuelo el paisaje era hermoso: unas enormes colinas se asomaban y el cielo estaba despejado había árboles por doquier y también se sentía tan pacifico volando con otras aves hasta que de pronto se escucho un disparo.
    Bajo un poco para ver de dónde provenía, entonces lo vio. Era el doctor Kenji con una escopeta apuntando directamente hacía él.
    Misaki intentó darse la vuelta para escapar pero fue muy tarde, el doctor le había disparado dañándole precisamente el ala derecha evitándole el poder volar.
    El oji-azul lo levanto y lo encerró en una caja, Misaki levanto la vista para observar como las demás aves lo dejaban abandonado volando lejos de ese lugar.
    Se despertó estaba en su habitación, en parte sentía alivio de que todo había sido un sueño pero por otro lado ansiaba despertar en su casa junto a su hermano.
    Siempre lo mismo, falsas esperanzas que se formaban en su mente que al final terminaban siendo nada más que eso: esperanzas que jamás llegarían.
    De algo estaba seguro: Debía salir de allí a cualquier costo.
    *-*
    Era el día de la verdad, Estaba preparado sabía que a las 8:00 P.M sería el cambio de turno y el pasillo hacía el patio estaba despejado por 5 minutos, la única oportunidad para escapar.
    La hora de tomarse la medicina estaba cerca, ya lo tenía todo planeado, había estado 1 año esperando el omento perfecto y era ese, ya tenía un método para dejar de tomar ese medicamento, habeses funcionaba, habeses no pero todo era cuestión de rapidez, precisión y obviamente ser un buen actor, el último aspecto le preocupaba, nunca había sido bueno mintiendo pero había estado practicando por mucho tiempo como actuar igual que todos sus compañeros al momento de estar drogado como lo llamaba él.
    -Hola Misaki-kun- saludo Jade como siempre trayendo sus píldoras.
    -¡Hola!- contestó felizmente para ponerse de pie y mostrarle su más reciente dibujo, las cuatro paredes ya estaban llenas pero eso no hacía que dejara de dibujar.
    -O muy lindo ¿Y donde lo colgaremos?- Misaki tomo el vasito con las píldoras para metérselas a la boca, no sin antes decir:
    -¿Me ayudas a ver dónde?
    La peli-negra se volteo a ver la pared izquierda al ver que el castaño se metió las partillas a la boca.
    En un rápido se saco las pastillas y las arrojó bajo la cama.
    -¿Qué tal aquí?- opino la enfermera al ver un pequeño espacio.
    -Me parece perfecto- sonrió.
    El resto del día se dedico a actuar como los demás, un tanto ido pero consciente de su alrededor hasta que lo dejaron en su cuarto a la hora indicada.
    8:00 P.M la hora de la verdad, era momento de entrar en acción.
    Al percatarse de la hora en el reloj de la habitación. Misaki saco una de sus hojas de papel y la doblo estratégicamente para pasarla por entre la puerta y la pared haciendo que se abriera la puerta.
    Salió con cuidado, debía ser cauteloso, un movimiento en falso y terminaría de nuevo en su cuarto sin oportunidad de escapar de nuevo.
    Se apresuró para llegar al pasillo que daba la salida al patio encontrándolo vacío como había predicho. Rápidamente fue a la puerta de salida y al igual que con su puerta la forzó para abrirla.
    Llovía estrepitosamente afuera, perfecto, así no lo verían, las condiciones estaban a su favor todo salía de acuerdo al plan.
    Se acerco a la reja y empezó a treparla para salir por fin hasta que escuchó:
    -¡La puerta del patio está abierta!-
    Misaki se apresuró a terminar de subir la cerca y brincar al otro lado para empezar a correr como alma que lleva el diablo.
    Corrió y corrió varias cuadras, estaba asustado, demasiado pero no debía detenerse por nada del mundo, hacía tanto tiempo que no corría, hacía tanto tiempo que no se sentía así.
    Por estar perdido en sus pensamientos no se fijo que al cruzar la calle cierto automóvil deportivo rojo casi lo atropella.
    ~Fin del flash back~
    El escritor estaba boquiabierto ¿Tanto había tenido que pasar? Algo era definitivo lo cuidaría sin importar que, se quedaría con él.
    Al pequeño estaba triste, haber recordado todo eso le hacía sentir mal, esos tristes recuerdos le oprimían el corazón. Al notar esto, Akihiko se levanto de su lugar para sentarse a un lado del castaño y abrazarlo.
    -No te preocupes, ahora yo te cuidare sin importar que.
    El menor correspondió al abrazo, se sentía seguro entre los brazos de ese sujeto.
    El oji-violeta tomo el mentón del muchacho para verlo directo a los ojos, este se sonrojo un poco por la acción y después aun más al sentir los labios del otro sobre los suyos.
    La sorpresa, la confusión, la felicidad, la vergüenza, la tranquilidad, el amor y cientos de sentimientos se mezclaron al momento de unir sus labios.
    En cambio el mayor estaba fascinado por el sabor de los labios del castaño, eran tan suaves de verdad ansiaba poder besarlo, de verdad estaba seguro de que lo amaba, no lo conocía del todo, de hecho casi nada pero sin embargo ese pequeño de 17 años le había robado el corazón en menos de 1 día.
    Se separaron sin en verdad querer hacerlo, el oji-verde con la cara roja hasta las orejas, de verdad nunca se había sentido tan avergonzado pero al mismo tiempo se sentía feliz.
    -Te amo- escucho decir.
    Sus labios se movieron pero no articularon palabra alguna, lo único que pudo hacer era abrazarlo, no estaba seguro si lo amaba pero junto a él se sentía seguro y también sentía una calidez extraordinaria a su lado, nada comparado con la soledad que se apoderaba de su corazón en el hospital, en serio quería estar al lado de ese hombre.
    *-* 3 días después *-*
    Levaban poco tiempo juntos pero se sentían bien el uno con el otro, el menor cocinaba de una manera deliciosa, bastante increíble para un niño loco.

    Se habían encariñado muy rápido el uno con el otro en especial el mayor con Misaki que le parecía adorable, había cambiado tantas veces de actitud que perdió la cuenta y también noto ciertos patrones.
    Por ejemplo: cuando estaba feliz se ponía a brincar de un lado a otro, a correr y habeses hasta a limpiar, el punto es que tomaba una actitud bastante interactiva y también se mordía las uñas constantemente.
    Cuando estaba triste lloraba sin parar habeses e enojaba bastante pero siempre lograba calmarlo con un beso o diciéndole que lo ama.
    Y también estaba ese pequeño detalle de decir las horas exactas lo cual le causaba mucha gracia al mayor.
    Sus celos eran increíbles, tanto del escritor como del castaño.
    Pero sin importar que se sintieran extremadamente bien el uno con el otro, la soledad que atormentaba al oji-verde había desaparecido y la tranquilidad reinaba su pequeño y frágil corazón.
    -Misaki- le llamó -¿Te parece si vamos al centro comercial?
    -¡Claro!- Exclamo, moría por salir, no era que no le gustaba estar en ese lugar pero de verdad deseaba salir, llevaba dos años sin visitar un centro comercial y el hacerlo con Akihiko lo hacía más que especial.
    -Pero… ¿Y si me reconocen?- pregunto inocente, el también se había enterado de que lo buscaban pero no quería regresar, un pensamiento egoísta lo sabia pero... quería estar con Akihiko.
    -Si usas gorra y te quedas junto a mi no pasara nada- ante tal opción el menor fue en busca de una gorra y a cambiarse de ropa para poder irse de allí con su novio
    -Ya estoy listo Usagi-san- menciono mientras bajaba las escaleras con una camisa verde y pantalón de mezclilla obscura junto con la gorra negra para irse de allí.
    -¿Usagi-san?- pregunto extrañado ante la forma tan rara en la que lo llamó.
    -Sip, Usagi-san ya que te llamas Usami Akihiko, combine tu nombre (Usami Akihiko: Usahi = Usagi) ¿Te gusta? Como dijiste que te sentías viejo si te hablaba de tu ¿Está bien si te digo así?
    -Por supuesto, llámame como quieras- sonrió amplia y sinceramente al chico.
    Llegaron al centro comercial y el chico estaba maravillado, entraron a varias tiendas comprándoles ropa al menor ya que según Usagi el debía tener más ropa y que no se preocupara por el precio el pagaría todo.
    Después de recorrer un rato el lugar se sentaron a descansar.
    -¿Quieres algo de beber?- cuestiono al oji-verde.
    -Si, por favor.
    -Ok, quédate aquí no tardo- el novelista se levanto con dirección a una máquina de refrescos que había visto cerca.
    Misaki tenía calor y estaba sudando un poco, se quito la gorra un momento para que su cabeza respirara, necesitaba aire, no estaba acostumbrado a traer esa cosa en la cabeza.
    -¡Misaki!- escucho una voz demasiado familiar detrás de él.
    No quería voltear, no quería que sus sospechas fueran ciertas y esa persona fuera…
    -Al fin te encuentro- unos brazos lo voltearon y atraparon recargándolo en el pecho de una mujer de 26 años de edad.
    -J..jade-san- no podía creerlo ¡¿Porqué cuando las cosas iban tan bien tenía que aparecer ella!? No era que le desagradara de hecho ella era muy buena amiga de él pero de seguro lo llevaría al hospital.
    -¿Dónde estabas? ¿Te pasó algo? ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? ¿De dónde sacaste esa ropa? ¡Estábamos preocupados!- lo abrazo más fuerte.
    -P..por favor déjeme ir Jade-san- suplico tratando de apartarse.
    -¡Estás loco!- no dejaré que te escapes de nuevo, esta vez te cuidare mejor te lo prometo, ahora vamos tu hermano esta hecho un mar de nervios- lo tomo de la muñeca para llevárselo de allí pero al parecer había olvidado que cuando se asusta, se entristece, se estresa o cualquier cosa empieza a llorar y patalear haciendo imposible la tarea de tranquilizarlo.
    -¡Déjeme! ¡No me quiero ir! ¡Por favor!- lloriqueaba y chillaba una y otra vez.
    El escritor regreso con una lata de refresco y se encontró con esa mujer tratando de llevarse a SU Misaki.
    -¿Qué cree que hace?- exclamo molesto acercándose a Jade.
    -Me llevo a este niño al hospital de nuevo, soy enfermera de allí y es necesario que lo lleve- se defendió.
    Akihiko estaba sin habla ¡Se llevarían a su niño de su lado! No podía permitirlo pero ¿Que podía decir?
    -El no quiere ir.
    -Obviamente no quiere ir ¡¿Por qué cree que escapo!? El muchacho no está bien de la cabeza, estará seguro allá- tenía un buen punto y nada que decir a su favor, solo podía ver como su adoración lloraba y suplicaba que lo dejara.
    -Pero…- no tenía nada que decir.
    -¡Jade-san! Se escucho otra voz.-
    -¡Takahiro-san! Ayúdeme por favor- pidió al hombre de lentes mientras trataba de sujetar al castaño.
    El peli-azul al ver a su hermanito se le llenaron los ojos de lágrimas y corrió a abrazarlo.
    -¡Misaki! ¡No sabes que tan preocupado me tenias!- exclamo al tener a su hermano retorciéndose en sus brazos.
    -Nii-chan suéltame por favor, no quiero ir al hospital.
    Al ver como su pequeño familiar no dejaba de retorcerse en sus brazos no tuvo opción más que tocar “Ese punto” aunque se había prometido no volver a hacerlo.
    Acerco su boca al odio del oji-verde para susurrarle unas palabras que hicieron que se dejara de mover, y solo volteara para abajo con los ojos llenos de lagrimas.
    -Si no quieres selo… regresa al hospital- Menciono Takahiro.
    Volteando para abajo fue llevado de la mano por Jade y Takahiro alejándose ante un atónito novelista de ojos amatistas.
    ____

    ¿Y? ¿Que les parecio? jimee spera que les haya gustado :D

    el asterisco:
    *Candado: Jime se acordo de Plock, un saludo amiga! ;D

    bueno es todo y recuerden: los comentarios/reviews animas a Jime a seguir escribiendo así que si les gusto (o no) no duden en comentarlo! bye :D
     
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  6. Usagi_Gumi_Loveless
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    NOO SE LLEBEN AL POBRE DE MISAKI!!!! TT.TT
    Que le dijo Takahiro a Misaki? T_T Tienes que ponerle la conty, esta muy interesante >3<
    Bueno, Bye~~
     
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  7. JimeHyuuga37
        +1   -1
     
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    Jime se tardo una enternidad en encontrar su fin |:
    Estaba hasta la página 6 xDDDD!
    Bueno eso pasa cuando uno nos e aparece por el foro...
    bueno aqui la conty :D



    Capitulo 4: Plan.
    Las frías paredes de ese reducido espacio acolchonado destrozaban el joven corazón del castaño.
    Tanía una nueva celda la cual era vigilada con cámaras de seguridad las cuales fueron instaladas para prevenir otro escape de otro paciente de aquel establecimiento.
    El muchacho de ojos esmeraldas de nuevo estaba en aquel horrible lugar donde todas sus esperanzas morían.
    Ya con sus medicamentos haciendo efecto en su cuerpo estaba tranquilo en la silla de ruedas a un lado de su hermano en el patio del hospital.
    El menor volteo para arriba observando el sol en medio del cielo en todo su esplendor, no había ni una sola nube que lo bloqueara. El cielo estaba despejado un día tranquilo y feliz para cualquier persona, cualquier persona que no estuviera en su lugar.
    Los rayos invisibles de aquel poderoso astro no lograban calentar la pálida piel del muchacho con mirada triste y pensamientos nublados.
    Todo lo que quería era no estar allí ¿Era mucho pedir?
    Las pálidas paredes de ese lugar daban frio tan solo de verlas dando escalofríos a cualquiera. Los pacientes pasando por el pasillo acompañados de algún enfermero parecían almas condenadas a la soledad.
    La mejor compañía que uno tenía en ese deprimente lugar era únicamente las 4 paredes de la acolchonada habitación de cada quien.
    -Se que no te gusta estar aquí- comenzó el hombre de anteojos –Pero escapar así fue muy peligroso ¿Y si te hubiera pasado algo? Eres mi única familia no quiero perderte y tu estarás ahora seguro, te prometo visitarte más seguido pero por favor no intentes escapar de nuevo – acaricio con cariño la mano de su hermanito. –Me tenías demasiado preocupado.
    El chico no le contesto, únicamente siguió observando el cielo viendo pasar aves las cuales les tenía una envidia increíble.
    No quería estar allí, quería estar con Usagi-san solo con el se sentía tranquilo, solo con el sintió lo que era le verdadera felicidad lo que no había sentido 2 largos años de su vida, solo a él lo amaba.
    -Misaki- le llamo su hermano pero no volteo a verlo, no quería verlo, no a ese sujeto que le había arrebatado su libertad, su felicidad, su Usagi-san.
    -¿Me estas escuchando?- le insistió.
    Sin recibir respuesta alguna de su pequeño y loco familiar le tomo la cara para verlo a los ojos.
    Al ver las pupilas color oliva de su hermanito con esa mirada de soledad le rompía el corazón al mayor.
    -Tú sabes que te quiero mucho, pero en este lugar estarás más seguro eso ya me lo aseguraron además yo solo quiero lo mejor para ti- le beso la frente pero el menor solo recargo la cabeza en la silla y desvió la mirada.
    Las palabras de su hermano a él le sonaron como: “te tienes que quedar aquí porque eres una molestia” el hecho de saber que era “una molestia” le dolía, lo lastimaba de una manera muy profunda, siempre trataba de no estorbar y de hacer felices a los demás a costa de su propia felicidad, trataba de no herir a los demás mientras se protegía a si mismo algo que sin saberlo lo lastimaba más.
    Suspiró, miro a su hermano y trato de formar una sonrisa pero sin lograrlo. Lo más que pudo fue una pequeña mueca que solo hicieron sentir peor a Takahiro.
    El mayor le acaricio el cabello y comenzó a empujar la silla.
    -Ya es hora de que regreses a la habitación, ya debo irme.
    -No… no quiero- dijo muy débilmente volteando a ver suplicante al mayor.
    Sabía que era egoísta eso de su parte pero de verdad no quería entrar a ese recinto que le drenaba el alma.
    El peli-azul suspiro, le rompía el corazón ver a su pequeño familiar de esa forma, le daban ganas de sacarlo de allí pero tenía miedo de no poder cuidarlo bien, que por su culpa su hermanito salga lastimado.
    Por eso lo tenía allí por su propia seguridad ¿Por qué Misaki no lo entendía? Solo quería lo mejor para él, que estuviera seguro de todo el mundo, que nadie pudiera herirlo con nada y el no se sintiera culpable de nada.
    Tal vez demasiado sobreprotector pero desde la muerte de sus padres la situación de su hermanito había empeorado y no quería que regresara a esa gran depresión de 9 años atrás donde estaba cerca del suicidio pero gracias a dios pudieron resolverlo.
    El menor se culpaba de todo lo malo que pasaba a su alrededor y por eso estaba allí, para que aprendiera que nada de lo que pasaba tenía que ver con él.
    -Creo que puedo estar un poco más aquí contigo- le dijo para animarlo, solo quería verlo feliz ¿Era mucho pedir? ¿Ver la sonrisa de su hermanito de 17 era mucho pedir?
    El castaño se tranquilizo un poco y continúo observando el cielo despejado de aquel día tan soleado.
    ***
    El novelista de plateados cabellos se dejo caer con pesadez en el sillón.
    No había podido dormir en toda la noche por pensar en el joven que le había robado el corazón en menos de 3 días. Extrañaba esa bella sonrisa en el rostro del chico, tan linda y sincera mucho más hermosa que la de un ángel.
    Extrañar a alguien no le sentaba nada bien, no había podido dormir ni querido comer en casi un día entero.
    Sentía un enorme vacío tanto en aquel enorme departamento como en el mismo, nunca le había gustado la soledad y solo con ese muchacho había podido sentirse en verdad feliz.
    Se acostó en el sofá, le dolía la cabeza por la falta de alimento y sueño pero no podía sacarse de la cabeza aquella escena del centro comercial donde se llevaban a Misaki y el sin poder hacer nada.
    Suspiro por treintava vez en el día, no le gustaba ese sentimiento antes no le importaba estar solo pero desde que apareció ese pequeño era todo muy diferente.
    Tenía que encontrar la forma de tener a ese niño de nuevo con él pero no se le ocurría otra forma de sacarlo que no fuera ilegalmente.
    Prendió la televisión para distraerse un poco, estaba tan cansado tanto física como mentalmente así que haría que ese artefacto cuadrado le absorbiera el cerebro un rato.
    Como apenas eran las nueve de la mañana aun estaban las noticias locales dando reportajes de cosas que no le importaban. Hasta que después de quince minutos cambio su aire desinteresado a uno de concentración total al dar cierta noticia de cierto muchacho demente.
    En la televisión aparecía la mujer del noticiero y aun lado la foto de su pequeño.
    -Se nos informa que el joven Misaki Takahashi fue por fin encontrado. El joven se había escapado del hospital psiquiátrico Kenji.
    Veía con atención la foto del pequeño restándole importancia a lo que decía la locutora.
    Takahashi, el apellido le sonaba de otro lugar pero no recordaba donde, además de cuando vio al hermano de Misaki también le pareció conocida la cara pero tapoco recordaba de donde. Tal vez luego lo recordaría eso no era su prioridad por el momento.
    La noticia de su pequeño duro muy poco y después continuaron con cortes comerciales en la televisión.
    Tenía ganas de ver al menor, se estaba volviendo loco si no sabía de él hasta que una idea se le asomo a la cabeza: ir a visitarlo.
    ¡Claro! La respuesta era tan obvia y estaba enfrente de él todo el tiempo, ¡ir a visitarlo! ¿Cómo no se le había ocurrido?
    Rápidamente tomo el control de la televisión y la apagó para salir disparado del departamento rumbo al hospital.
    No tardo demasiado en llegar, tenía la costumbre de manejar rápido pero ahora fue demasiado. Tuvo suerte de que ninguna patrulla lo parara por exceso de velocidad por que no iba a tolerar ningún retraso.
    Entro a la recepción donde estaba una mujer joven de estructura ancha y cabello rubio cenizo que muy amablemente lo atendió.
    -¿Le pudo ayudar en algo?- pregunto con amable sonrisa quedándose embobada por lo guapo que era el novelista.
    -Vengo a visitar a alguien- contesto serio al darse cuenta de la reacción que había causado en aquella mujer.
    -¿Es algún familiar?
    -No, es más bien… un amigo.
    -Lo lamento mucho pero el hospital solo permite la entrada a familiares- se disculpo aun sin alejar la mirada del hombre que tenía frente a ella.
    Esto molesto bastante al mayor pero conservo la calma, lograría entrar a ver a su pequeño por las buenas o por las malas.
    Recordó como la joven se le quedaba viendo maravillada así que se le vino una idea.
    Puso una sonrisa sensual y se recargo en la barra para observar directamente los ojos cafés de la recepcionista.
    -Por favor, es una persona muy importante para mí y le prometí que lo visitaría, no quiero romper mi promesa…- le tomo la mano y la observo con ojos suplicantes.
    -¡E-está bien!- respondió alterada y sonrojada -¿A qui-quién viene a visitar?
    Alegre por su victoria se enderezo y aun con su sonrisa contestó
    -A Misaki Takahashi.
    -Lo lamento pero en este momento otra persona está con él ¿Puede esperar un momento?
    -Supongo que sí, muchas gracias- le dedico una mirada de agradecimiento y se sentó en las sillas que habían allí.
    No le agradaba tener que esperar pero lo haría por Misaki, después de todo esperaba que no se tardara demasiado.
    **
    -Ahora si ya debo irme- dijo besando la frente de su pequeño hermano y empezar a arrastrar la silla de ruedas rumbo a su cuarto.
    -¿Ya se va Takahiro-san?- pregunto Jade acercándose a los hermanos.
    -Sí, se me hace tarde. Me gustaría quedarme más tiempo pero lamentablemente no puedo.
    Caminaron hasta la habitación del castaño para dejarlo allí.
    -En un momento vendré contigo Misaki-kun- sonrió la peli-negra para después acompañar al peli-azul a la salida.
    Caminaron por los largos pasillos hasta llegar a la recepción se despidieron y el oji-azul se fue.
    -¡AH! Jade-san puedes acompañar a este hombre a la habitación 609 por favor- pidió amable la recepcionista.
    -¿El cuarto de Misaki-kun?- dudo un momento.
    -Así es- se levanto el alvino.
    -El solo tiene a su hermano como su familia y las reglas del hospital dicen que solo familiares- el escritor le lanzo una mirada asesina que la peli-negra correspondió de igual manera.
    -Por favor Jade-san lleva a este joven a la habitación de su amigo, estoy segura que espera verlo- intervino la recepcionista al ver como se mataban con la mirada.
    -Tú conoces las reglas Mei-san.
    -Sí pero…
    -Mire- interrumpió el novelista –el espera por verme si va y le pregunta si conoce a Usami Akihiko le aseguro que contestara que sí.
    -De acuerdo acompáñeme- se dio la vuelta y empezó a caminar.
    Pero solamente porque sentía que había visto a ese hombre en algún otro lado y quería recordar.
    Pasaron por los largos pasillos grises notando a los pacientes que se encontraban fuera de sus habitaciones acompañados de algún enfermero, todos tenían esa expresión triste, la misma con la que había conocido a Misaki. Esa mirada vacía y sin vida.
    Llegaron a la recamara después de un rato de caminar por el lugar.
    -¿Le importaría dejarnos solos?- dijo serio antes de entrar al notar como la chica no pretendía irse de allí.
    -No lo dejaré solo sabiendo que podría hacerle algo malo a él.
    -¿Qué clase de persona cree que soy?- dijo indignado.
    -Una de poca confianza- le miro fijamente, abrió la puerta de mala gana.
    El mayor resoplo y entro en la habitación y para alivio suyo la enfermera se quedaba en su lugar.
    Paseo su mirada rápidamente por la habitación hasta topar con su objetivo, el menor estaba acostado en la cama volteando a la pared por lo que no se había dado cuenta de su presencia aun.
    Se acerco a él y le acaricio amorosamente el cabello.
    -Misaki- le llamo suavemente provocando un sobresalto en el castaño.
    Se volteo con ayuda del mayor sin poder creerlo. Se observaron a los ojos un momento el chico creía que estaba delirando pero al percibir su característico aroma de perfume mezclado con tabaco supo que en realidad era él.
    Quedaron de frente y el oji esmeralda se lanzo a los brazos de Akihiko con sus ojitos llenos de lágrimas de felicidad.
    -Usagi-san- sollozo en los brazos del novelista temiendo que en cualquier momento despertara de un sueño.
    -Tranquilo, aquí estoy contigo-le acaricio el cabello con cariño lo separo un poco y le beso la mejilla para después volver a su posición original.
    Jade miraba impactada tal escena, le causaba demasiada ternura ver a su pequeño amigo en esa posición, llorando tímidamente en los brazos de ese desconocido hombre.
    La duda azotaba su ser ya que parecían buenos amigos entonces… ¿Porqué no lo había visitado antes?
    Parecían tenerse mucho cariño debido al modo en que se dejaba ser abrazado y mimado, apenas y dejaba que su hermano le diera un beso en la frente y lo abrazara superficialmente pero en cambio con esta persona se acurrucaba en sus brazos.
    Se fijó bien en el albino, de verdad se le parecía demasiado conocido pero no lograba recordar de donde.
    Examino las paredes de su memoria tratando de rescatar el recuerdo de aquel hombre. De pronto lo recordó.
    -¡Usted es el del centro comercial!- exclamo fuertemente apuntando acusadoramente a Usami.
    -¿Y qué hay con eso?- cuestiono sin romper la posición en la que se encontraba.
    El chico estaba hecho bolita en los brazos del oji-violeta, ya había dejado de sollozar pero las lágrimas aun estaban presentes en sus ojos verdes.
    -¿Qué relación tiene con el muchacho?- pregunto mientras se acercaba.
    -Es mi novio- dijo con seguridad, al castaño le dio un escalofrió pero no dijo nada, se sentía feliz por esa afirmación.
    Mientras que la enfermera se quedó helada ¡¿Había escuchado bien!? ¡¿Había dicho novio!? ¿Desde cuándo Misaki era gay? No era que le molestara pero aun así la noticia le parecía impactante. Además ¿Desde cuándo eran pareja?
    -¿Eh?- alcanzo a articular ya que no sabía por qué pregunta comenzar.
    -S..si Jade-san U…usagi-s..san y yo somos novi..Novios- dijo hecho un mar de nervios mientras que el oji-violeta sonreía al sentir sus sentimientos ser correspondidos.
    Ya antes había tenido un amor no correspondido, era cuando estaba en ultimo de preparatoria un simpático joven de cabello azul y ojos cafés… empezó a recordar poco a poco, trataba de reconocer su nombre pero su mente se nublaba.
    De un momento a otro todo se volvió muy claro al recordar el nombre y la cara del muchacho… Takahiro Takahashi. ¡¿Era posible que fueran parientes!? Su compañero de preparatoria del cual estuvo enamorado y desapareció de repente al momento de entrar a la universidad ¿En serio era el hermano de Misaki? Recordando la escena del centro comercial noto que si eran iguales, lo más probable es que si era.
    -¿Usagi-san?- llamo el menor al notar como su amante se perdía en sus pensamientos.
    -¿Eh? ¿Pasa algo Misaki?
    -No… - dijo tímido acurrucándose en los brazos de su protector, cerrando sus ojos al escuchar los latidos de su corazón.
    Al fijarse bien en el chico notó como si se veía débil y hablaba arrastrando la lengua. Supuso que era efecto del medicamento que les daban de más.
    -¿De..Desde cuando son novios?- logro articular por fin.
    Ahora si no estaba seguro si responderle o no. Quería mentirle peor resultaría muy sospechoso que en todo el tiempo que ah estado en el hospital jamás lo fue a visitar.
    Tomo una bocanada de aire y dio la respuesta –Hace 4 días.
    La enfermera se quedó en shock, ¡Si habían pasado 5 días desde que se había escapado! Entonces…
    -¿Desde cuándo se conocen?
    -De hace 5 días- respondió sin voltear a verla.
    De nuevo se quedó impactada -¿Se volvieron pareja con tan solo 1 día de conocerse?
    -Fue amor a primera vista, no se puede explicar- contesto como si fuera lo más natural del mundo.
    -Jade-san…- hablo el castaño –No le digas a nii-chan- le preocupaba que su hermano no aceptara su relación y no le permitiera volver a ver a Akihiko, la única persona que lo hacía feliz.
    -Ok… Pero el debe saberlo ¿No lo crees? ¿Qué pasará si alguna vez se llegan a encontrar?
    El chico no contestó al instante, solo se quedó analizando la pregunta, pero se sentía ilógico y cansado, el medicamento era muy fuerte y no le permitía pensar.
    -No me importa que pase, siempre estaré al lado de Misaki.
    La enfermera sonrió al escuchar esas palabras, se notaba el amor en el aire junto a ellos, se notaba que el alvino lo amaba y Misaki se veía feliz, de un modo que jamás había visto.
    Mientras que el oji-verde solo estaba pensando en que hacer, ¿Debería decirle a su hermano de su nueva relación? Le aterraba la idea de que la desaprobara y no pueda volver a verlo jamás.
    -¿Cuándo viene tu hermano?- quiso saber el novelista. Una idea bastante descabellada le había llegado al cerebro.
    -Viene cada mes pero ahora vendrá cada semana- respondió Jade.
    -Es mejor decirle de lo nuestro ¿no crees? Tal vez podamos convencerlo de sacarte de sacarte de aquí y vengas a vivir conmigo.
    Ambos menores se sorprendieron ¿Convencer a su hermano para sacarlo de allí? Era una idea bastante increíble y sería difícil convencerlo. Además de que no sabían si Takahiro tenía la mente lo suficientemente abierta como para aceptar una relación así.
    -¿Crees que sea buena idea?- pregunto el castaño.
    -Por supuesto, si así puedes estar a mi lado no me importa nada.
    Siguieron hablando de cómo iban a decirle a Takahiro de lo suyo de la forma más tranquila posible y esperando que no se altere y acepte su relación.
    El mayor de verdad quería estar junto a su Misaki y no importaba que, siempre a su lado.
    Amaba a ese niño, le pareció realmente increíble lo rápido que se había enamorado. Por más que trataba de pensar en una posible razón de ese amor que había crecido en él no podía. Era un sentimiento tan bello que lo llenaba por dentro. Tener a la persona amada y que esta te corresponda era un sentimiento indescriptible.
    Mientras pasaban el tiempo platicando no perdía la oportunidad de besarle la frente, y las mejillas. No le besaba la boca ya que tenían publico que casi se le caía la baba al verlos juntos.
    Misaki con su ternura y timidez era el Uke perfecto mientras que Akihiko siendo protector y cariñoso complementaba perfectamente como Seme.
    Usami en un momento dado no aguanto la tentación y le beso los labios dejando al castaño más sonrojado de lo que estaba.
    -¡Kyaa!- exclamo Jade haciendo que se separaran –Jejejeje perdón pero se ven muy lindos- se disculpo apenada.
    -Debería presentarle a Aikawa, de seguro se llevarían muy bien- dijo con gracia hacia Misaki.
    Siguieron hablando por unas cuantas horas más hasta que se acabo la hora de visitas.
    -Te prometo que vendré mañana- le dijo dulcemente mientras le daba un ligero beso en los labios.
    Lo acostó en la cama para que descansara ya que se le notaba cansado, le beso de nuevo y se despidió con una sonrisa.
    -Me alegro haber visto a Misaki-kun feliz - Menciono Jade mientras caminaban
    -Me imagino, este lugar desprende tristeza de las paredes. Incluso se puede respirar la soledad- bromeo un poco.
    -Aunque lo diga jugando es la verdad, estas personas no les gusta estar aquí es como una cárcel de cierto modo, trabajo aquí para hacer sentir mejor a los pacientes. Misaki-kun se gano un lugar en mi corazón lo quiero como un hermano menor le tengo mucho cariño y me entristecía verlo así.
    -Yo me encargare de que no se vuelva a sentir solo jamás- se apresuro a decir.
    -Eso espero Usami-san- respondió con una sonrisa.
    Se despidieron y cada quien se fue por su lado. Akihiko iba muy feliz, había podido ver a su niño, abrazarlo y besarlo aun teniendo a un pequeño “estorbo” pero peor es nada.
    Había podido estar con su dulce niño y mañana de nuevo lo estaría.




    Y eso fue todo hasta ahora, a este fic le restan uno o dos capitulos por lo que está en su recta final.
    un saludo y gracias por leer y comentar nwn
     
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  8. misakii
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    OwO esta bien bueno el capi!!!

    no puedo esperar mas
    para que subas el siguiente

    wiiii quiero conty
     
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  9. Javi-Onodera
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    KYYYAAA :=DFSDFSD: :=DFSDFSD: No quise leer este fic la primera vez que lo vi porque no tenía conti hace como 2 meses XDD pero ahora que le veo conti me puse a leerlo Y ME EN-CAN-TA :=DANCING: No me puedo esperar a la siguiente contiii (~°-°)~
     
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  10.     +1   -1
     
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    me gustó mucho asi que por favor la conti pronto^^

    Adyuu
     
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  11. Usagi_Gumi_Loveless
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    Por fin te dedicaste a poner conty *---* Wiiiii nwn/° espero que no te tardes tanto como la última vez ^^UUU
    bueno, Sayo~~ (~°-°)~
     
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  12. lauriSekaiinlovE
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    Kyaaaa!!! Muy lindo!!!! :=DFSDFSD:
    Porfa conti conti conti conti

    conti conti conti.......... :=DANCING:
     
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  13.     +1   -1
     
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    contiiiiiiiiiiiiiii, ES MUY HERMOSO
     
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