[Long-Fic] Cuida tus plabras (Harry&Draco)

En proceso.

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  1. Kayazarami
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    Perdido en tus pensamientos

    —¡Draco Lucius Malfoy! —gritó una chica irritada—¡Es la quinta vez que trató de llamar tu atención hoy! ¿Me puedes decir que te tiene ensimismado?

    El rubio alzó las cejas, molesto. Pansy era implacable cuando quería averiguar algo. Suficientemente difícil había sido convencerla de que no había peleado con Potter dos días atrás, como para encima tenerla atosigándolo por que se pasaba las horas pensando justamente en él.

    Y eso nadie podía saberlo, ni siquiera ella, una de las pocas personas que nunca lo traicionarían. Si se lo decía y de alguna manera alguien más se enteraba, si se convertía en un rumor de esos que abundaban en Hogwarts sobre parejitas y quién quiere a quién, no estaría seguro. Ni ninguno de sus amigos.

    Por que el pequeño ejercito de fanáticos de la justicia probablemente sería capaz de cualquier cosa por evitar que su precioso héroe cayese en manos de un mortífago como él. Aunque estuvieran enamorados.

    ¿Por qué lo estaban, no? Él sabía muy bien lo que sentía, lo que llevaba sintiendo desde aquel maldito día en que por primera vez deseó con todas sus fuerzas que el moreno acabara con Voldemort y lo liberará de su sufrimiento. Tanto que lo había despreciado para acabar necesitándolo más que nadie.

    Y cuando él dio la vuelta en aquella sala envuelta en llamas solo para sacarlo de allí arriesgando su propia vida como el maldito héroe que tantas veces se había burlado que era, ya no pudo escapar. Sus ojos lo perseguían allá donde fuera y se prometió a si mismo dos cosas. La primera, que esos sentimientos quedarían por siempre dentro de él y nunca nadie lo sabría. La segunda, que si alguna vez ese chico peligraba, si alguien trataba de acabar con él, esta vez sería él quién lo protegería. A costa de lo que fuera.

    Todo para que el gryffindor viniera a arruinarlo confesando sus sentimientos. Bueno, confesándoselos a sus amigos lo suficientemente alto y claro como para que él lo escuchara. Y parecía que una vez enterado ya no tenía reparo en decirle palabra a palabra como se sentía respecto a él y lo mucho que odiaba amarlo.

    Draco hubiese dado lo que fuera por decirle la verdad, decirle que también lo amaba, retenerlo cuando negó lo que estaba pasando entre ellos y salió corriendo. Nunca lo haría, si embargo. Si algo estaba claro era que si se declaraba y comenzaban, ellos no estaban destinados a un final feliz.

    Y Harry Potter merecía un final feliz. Él se encargaría de que lo tuviera.

    —¡DRACO LUCIUS MALFOY!

    El grito lo sobresaltó y se dio cuenta de que había ignorado nuevamente a su amiga.

    —Diablos, Pansy, no me dejas ni pensar. ¿Qué demonios pasa?

    —Te estaba diciendo, querido, que ayer un grupo de alumnos de segundo curso estuvieron toda la tarde atados a los postes del campo de quidditch. Y mira por donde resulta que le tocaba a los Gryffindors entrenar ese día.

    —¿Están bien?

    —¿Estarías tú bien a doscientos metros sobre el suelo durante cinco horas en pleno invierno? Cuando los encontraron ya había oscurecido. Un par de ellos tienen las manos congeladas, otros el rostro, otros los pies. Todos están resfriados. Y si se hubieran quedado más tiempo probablemente habrían cogido una pulmonía.

    —¿Identificaron a los que los atacaron?

    —Weasley chica y un grupito más, pero no se lo dijeron a McGonagall.

    —¿Algún aclamado héroe del mundo mágico?

    —No. Si Potter estaba allí, se mantuvo bien escondido. Granger y Weasley estaban besuqueándose en el lago, como de costumbre. Tenemos que hacer algo, la noviecita de Potter se lo tiene muy creído.

    —¿Noviecita? ¿La Weasley?

    Pansy alzó una ceja con incredulidad.

    —Venga ya, Draco. Ellos estaban saliendo antes de la guerra, todo el colegio lo sabe.

    —Pero últimamente no han estado juntos, ¿no?

    —Bueno—la chica pareció pensárselo—La verdad es que últimamente no he oído nada sobre ellos.

    —Ni lo vas a oír—dijo Blaise Zabini, que acababa de entrar en la habitación—Potter y la pobretona terminaron al día siguiente de la Batalla Final. Yo estaba en el castillo y escuché el drama que montó la chica.

    —¿Y eso? —preguntó enseguida Parkinson, ávida de chismorreos.

    —No tengo la más remota idea—confesó—Solo sé que Potter le dijo que estaba enamorado de otra. O de otro, quizás. No especificó.

    —¿Otro? ¿Potter…gay? —Pansy miró a Draco acusadoramente.

    —Que sea gay no significa que tenga un maldito radar que me indique quién lo es y quién no, Pans—informó el rubio con algo de sorna.

    —Pero Draco, ¿no te das cuenta? Si Potter es gay tenemos la manera perfecta de devolverles el golpe a todos esos idiotas… ¿Quién podría resistirse a ti?

    —¿Qué? ¡No! ¡De ninguna manera tendré nada con el héroe del mundo mágico! ¡Olvídalo!

    —Coincido—dijo Blaise—Olvídalo, Pans. Eso solo le traería problemas a Draco. A todos, en realidad.

    El rubio no podía estar más de acuerdo. Aunque claro, no era solo cuestión de problemas. Él no quería herir al gryffindor. Al menos no más de lo que ya había hecho. Y tramar un plan de ese estilo al final seguramente solo iba a perjudicarle a él.

    —Bien, bien, no he dicho nada—la chica hizo un puchero que fue rápidamente sustituido por una sonrisa maliciosa—Y querido Draco; ¿cómo entonces vamos a devolverles la jugada a nuestros encantadores compañeros de colegio? Por que en la Sala Común todo el mundo está esperando que salgas de esta habitación en la que llevas dos días metido, perdido en tus pensamientos, y nos lideres una vez más.

    —Casi todo el mundo en realidad—apuntó Zabini—No me gusta nada la actitud de algunos de cuarto y quinto.

    —Déjalo, Blaise. El que no debe ser nombrado está muerto. Ya se les pasará la tontería—dijo Malfoy—Y ahora, vamos—les obsequió una sonrisa algo torcida—Creo que necesito pedir unas cuantas cosas vía lechuza.

    Continuará…
     
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27 replies since 22/8/2011, 02:57   1053 views
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