Schaumichan.com (MA (18+) ItaSasu, OroSasu...

AU, Drama, Lemon, Shota, Violacion, Tortura psicologica, Tragedia, TsunaSasu(no explicito)

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  1. Gerdhr
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    Hola! Este fan fic tambien esta siendo subido en otro lado por mi :D! pero pues quiero ver mas criticas ya que siento que le falta algo que no se que es... por lo que siempre es bueno recibir otras opiniones ^^. El fan fic tiene tortura psicologica, no apta para personas sensibles. Tendrá incesto, lemon, tragedia, Sado,(ojo, el emisor se excita al causar dolor, al receptor no se excita al recibirlo) no se si incluir gore... ya que eso quizá ensucie mi fan fic :D.
    OoOoOoOoOoOo OoOoOoOoOoOo OoOoOoOoOoOo significa cambio de escena :D, ^^











    — Será un placer estar a su servicio Lord Orochimaru –hizo una reverencia un joven de largos cabellos negros.


    — Gracias a usted joven Uchiha…

    — ¿Solamente alemán?

    — Por ahora creo que bastará –contestó con una sonrisa dibujada en su rostro –a pesar de que mi hijo es muy brillante creo que le costará aprender más idiomas…. Después de todo solo tiene doce años. –Hablaba en tono neutral –debo de recordarle que ante todo tiene que haber discreción y de esta manera sus servicios serán recompensados.

    — ¿Cuándo puedo iniciar las clases?

    — Hoy mismo… mientras más pronto domine el idioma será mucho mejor.

    Así cerraron el trato. Orochimaru había recurrido a Itachi Uchiha, un joven de pasado desconocido que solamente dedicaba a hacer su trabajo, en sus ojos no había nunca un atisbo de sentimiento o expresiones que demostraran algún cambio de humor. Con sus 23 años recién cumplidos era todo un prodigio, dominaba a la perfección trece lenguas y trabajan en la Universidad de Cambridge.

    Itachi Uchiha era en sí, una persona carente de sentimiento, la cual seducía a las personas para satisfacer sus necesidades físicas. Por lo general organizaba todo, su trabajo, su ropa, sus encuentros pasionales, era un hombre bastante rutinario. Se dedicaba de lleno al trabajo y a veces degustaba de pintar al aire libre. La mayoría de sus pinturas eran de paisajes helados, después de todo, una pintura es un poema sin letras y en él decía todo lo que su corazón callaba. Era una persona algo solitaria, le gustaba la tranquilidad aunque también le gustaba salir a uno que otro club nocturno. Se consideraba a sí mismo como alguien seductor, sensual, atractivo e inteligente. No era arrogancia, era simplemente honestidad.

    — Entonces le espero en mi casa a las seis de la tarde. Creo que con hora y media diaria bastara.

    — ¿Cuánto tiempo tomara el curso?

    — Todo depende de su hijo, puede durar un año o seis meses.-contestó con sequedad.

    El joven salió de la lujosa oficina. Era la primera vez que algún cliente visitaría su morada. El jamás tenía una relación alumno-profesor. El se basaba en el sistema cliente-prestador. Asi se había movido durante los últimos años y así seguiría.

    Se subió en una motocicleta, una lobo harley con un motor V8 . A pesar de ser ruidosas odiaba los carros, lo hacían sentir enclaustrado y durante algún tiempo había presentado principios de claustrofobia. Hacía apenas seis meses le habían diagnosticado una malformación en el corazón con probabilidades nulas de curarse. A pesar de eso su médico le había recomendado una segunda opinión pero él la había rechazado. ¿Para qué recibir la misma mala noticia dos veces?

    Su vida sería corta aunque durante ese tiempo había vivido muchísimo más que cualquier otro individuo.

    El regreso a su casa fue igual que siempre. Hace tiempo, recién le habían dado la noticia había pensado en suicidarse. Había tomado una Magnum .357. Pero antes de apretar el gatillo pensó que antes debía llamar a la policía para informar de su muerte. Debía dejar la puerta principal abierta para que entraran inmediatamente. Esto evitaría que encontraran sus cuerpos en descomposición ya pasado algún tiempo. Aunque respecto a la sangre… no había nada que pudiese evitar.

    Pensaba en los ajustes antes de muerte, pagar algunas facturas extraviadas, apagar el sistema de calefacción, cerrar el garaje… sacar la basura. En efecto, Itachi tenía más miedo del desorden que tendría después de su muerte que su propio suicido. Pero después decidió conservar su vida y morir lentamente, viéndose caer poco a poco… algo masoquista pero sinceramente no le importaba.

    Estacionó su motocicleta frente a un edificio y subió a su departamento. Eran varios pesos y su departamento estaba ubicado frente al parque central en Nueva York, la mejor zona. Actualmente tenía suficiente dinero como dejar de trabajar el resto de su vida. Fue recibido por el portero y subió hasta su departamento, el pent-house.

    Esperó unas horas mientras pintaba hasta que llamaron a la habitación. Estiró el brazo y cogió el teléfono.

    — Señor Uchiha –se escucho a través de la línea –viene a visitarle Lord Orochimaru ¿le indico su departamento?

    — Si

    Itachi se dirigió hasta la puerta con algo desganado. –pasaron unos minutos y abrió la puerta. Ahí estaba Lord Orochimaru con su melena suelta y a su lado estaba su hijo. Sasuke Sannin.

    El muchacho tenía once años, casi doce, los cumpliría el próximo mes, era de complexión delgada, tez pálida, una estatura promedio, adecuada para un niño de su edad. Estaba vestido con una camisa blanca larga, abotonada hasta el cuello, un pantalón de mezclilla azul marino y unos mocasines cafés. Sus ojos negros cual carbón quedaron fijos en su nuevo profesor.

    — Quedamos en que serían dos horas. ¿no es así?

    — ¿Se quedará?

    — No puedo, tengo otras cosas que hacer. No tan importantes como mi hijo claro esta pero vendré por el más tarde. –se volteó hacia Sasuke y cuando su maestro se distrajo susurró unas cuantas cosas que hicieron estremecer al joven. –adiós hijo mío.

    Una vez que despidió al adulto dirigió su vista hacia el menor.

    — Acompáñame. –indicó. El chico le siguió hasta una habitación iluminada, poseía un balcón con vista al parque central. –toma asiento. –le señaló una silla.

    — ¿Sabes algo acerca del alemán? ¿Pronunciación? ¿Origen?

    El menor vaciló, tenía unos cuantos conocimientos pero no creía que eso realmente fuera a servir por lo que negó.

    — Bien, lo que hoy aprenderemos será muy básico, será el saludo, la despedida, y veremos un poco de vocabulario. El hola en alemán se dice hallo. Enfatizando la última sílaba. Alemania es un país muy rico en cuanto a su vocabulario se refiere. Generalmente tienen un nombre para cada cosa y/o situación y no generalizan mucho como lo hacemos aquí. Es algo complejo pero creo que te adaptarás.

    La clase continuó por una hora aproximadamente.

    Hi.- asintió el menor anotando cada detalle. No se perdía nada de lo que su maestro le decía. Transcurrieron las dos horas de una manera rápida. Esta vez quien subió al departamento fue uno de los sirvientes de Orochimaru. Un joven de cabello gris recogido en una coleta caída. Era un poco moreno, de un color apiñonado y sus ojos se escondían tras unas enormes gafas. Itachi no se molestó en preguntarle su nombre y simplemente entregó al chico.

    Itachi despidió al muchacho y en el momento en el que se cerró la puerta recibió una llamada. Pesadamente busco en sus bolsillos y sacó su celular.

    — Diga

    — ¡Itachi! ¿Eres tú?

    — Si

    — Qué alegría. –exclamó con sentimiento. -¿Cómo has estado?

    — Económicamente hablando; bien

    — ¿Y sentimental?

    — Igual que siempre.

    — Ya veo. –un suspiro de desilusión fue emitido.

    — ¿Qué quieres?

    — Verás, tenemos un problema con cierto rapto.

    — ¿Cuál es el problema? Creí que ya habían dado con los sospechosos.

    — ¿Podemos hablar de esto en persona? El teléfono no es adecuado para platicar acerca de este tema. Te veré mañana en El faro a las once de la mañana.

    Itachi colgó sin despedirse. se baño y se fue a la cama, había sido un día bastante cansado.

    OoOoOoOoOoOo OoOoOoOoOoOo OoOoOoOoOoOo



    — ¿Qué opina de su nuevo maestro? –pregunto el sirviente a su hijo

    — ¿Importa lo que yo crea? – contestó secamente. Este estaba recargado en el asiento mientras miraba a través de la ventana.

    — Sabe que siempre importara Sasuke –contestó con una sonrisa.

    El muchacho resopló y siguió mirando por la ventana.

    — ¿Hasta cuándo podré comer?

    — Comerás mañana temprano. –avisó su padre. –y te aviso que es mejor que vayas mejorando esa actitud de “soy mejor que tu” ¿o quieres que le diga a Lord Orochimaru acerca de tu comportamiento inapropiado.- el menor quiso hablar pero mejor se ahorro sus palabras. Realmente no le era permitido opinar nada más afuera del “estudio”.

    Bajó del auto con pesadez, en el momento en el que pisara esa casa comenzaría su purgatorio.

    En cuanto toco el piso se quedo quietó y esperó a que le vendaran los ojos para que después le cargaran por un buen tramo hasta llegar a lo que creía era el sótano. Una vez ahí dentro de le ponía una venda que cubría los ojos, esta era blanca; de esa forma prevalecía la inocencia del muchacho, se le despojaba de su ropa y se le dejaba en interiores, o por lo menos eso parecía ser aquella prenda. Más tarde se le llevó a una habitación y se le depositó sobre una cama. El colchón estaba cubierto por una finísima sábana blanca, la cual no era para hacerla mas cómoda. Si no para que esta cubriese cualquier detalle que pudiese mostrar le colchón. En el cuello traía una especie de collar con picos; un collar para perros era lo que estaba atado a su cuello y este estaba sujeto con una cadena a la pared. Trató de ya no moverse más y respirar “calmadamente” y esperar, no tenía ni idea de lo que pudiese pasar después.

    Después de todo, en eso consistía el éxito de la página Schaumichan.com1

    — ¡Ya va a empezar! –anunció un hombre.

    Su televisión estaba conectada a una computadora, de esa forma podían aprecia mucho mejor la imágenes. La pantalla de cubrió de un azul oscuro y después apareció el nombre de la serie. “Chidori”

    La imagen cambió y mostró una habitación gris, cubierta de maleza y plantas, con algunos que otros sonidos de animales característicos de la selva. Era como si hubiese traído un pedazo del Amazonas y lo hubiesen metido en ese pequeño cuarto. Sobre este había un niño atado, en ropa interior y con una venda que cubría sus ojos. Este tenía las manos esposadas y atadas con argollas en la pared justo detrás de la cabeza. Cualquiera pensaría que estaba dormido o drogado pero su respiración agitada hacia ver justo lo contrario.

    — Si que te gusta esa serie. –comentó su esposa. Esta traía unos vasos con agua y estaba vestida de manera muy provocativa. Tan solo traía un beby doll de finos encajes que ocultaba un pequeña parte de su cuerpo.-ahora casi no me prestas atención –fingió un puchero.

    — Pero si tú me sugeriste esta página. –contraatacó con una sonrisa retorcida.

    — Lo sé. –contestó con una sonrisa retorcida –Te dije que era magnifica. Nunca sabemos que es lo que pasará después, siempre cambian de escenario.

    — Si, y eso de alguna forma es excitante.

    — Te excita ver un montón de tierra y pasto. –movió la cabeza en dirección a la pantalla.

    — No sea tonta, me excita verle encerrado, asustado, aunque casi nunca lo demuestre. –Comentó mientras empezaba a sentir una ligera molestia en la entrepierna.-al principio pensé que era un actor pero creo que a nadie le gustaría trabajar de esa manera. Por lo menos no en esas condiciones ni con ese trato.

    — ¿Crees que realmente tenga quince años?

    — No lo creo, estoy seguro de que es mucho menor. –afirmó. –pero me encanta como “Chidori” cada día nos sorprende más y más…

    Schaumichan.com era un sitio “familiar”. Este era visto tanto por hombre como por mujeres, de todas las edades, algunos eran universitarios y otros eran padres de familia. Un político y cualquier otro tipo de persona que tuviese una tarjeta de crédito podía entrar y disfrutar de la serie.

    Podía comprar minutos, horas, días y semanas. Y también había una sección que decía ACCESO TOTAL. La serie tenía apenas seis meses, aunque en un mercado como este ya era demasiado tiempo y aun así la audiencia era extraordinaria. Este se había creado con sistema de acceso con identificación por medio de contraseñas ciegas con doble seguridad seguidas por una secuencia de búsqueda en Europa Oriental y China. Este sitio había sobrevivido ya a varios intrusiones, si bien es cierto, era un sitio que se dedicaba a la pornografía infantil, hasta ahora solo habían tenido un solo muchacho y eso no representaba un gran peligro, incluso sus shows eran admirables y se había ganado “respeto” dentro de la Internet.

    La diseñadora del sitio no se consideraba a sí misma una delincuente, ni si quiera sentía que vendiese pornografía, si no, erotismo. Su compañero lo consideraba un empresario que brindaba un servicio especial de enorme interés en las mentes más oscuras del mundo.

    Orochimaru dejo de mirar los monitores y se enfocó en los mensajes y sugerencias de sus clientes.

    Había de todo. Desde los más obvios que decían ¡Penétrenlo! ¡Penétrenlo! Hasta los que querían ver cada movimiento, querían apreciar cada respiración. Querían una entrevista con Chidori, querían verle hacer más cosas… desde verle comer, reír hasta verle sufrir por las más oscuras parafilias.

    Es cierto, “Chidori” era su hijo, pero esto no le importaba en lo más mínimo, a él solo le importaba crecer. Odiaba ser un artista anónimo, quería que todo el mundo supiese el esfuerzo que llevaba estar al pendiente día y noche del chico. Que nadie supiese que era lo que realmente sucedía en sus vidas, que nadie supiese el abuso al que era sometido el menor. Claro, algunos solo eran pervertidos que buscaban satisfacer sus más bajos instintos con una imagen. Y que mas daba, el estaba ahí para darles todo lo querían.

    Todo lo que le decían a Sasuke era en idiomas diferentes, a veces le hablaban en ingles, otras en español y últimamente habían recurrido al alemán. De ahí sus clases particulares.

    Orochimaru tenía cierta fascinación con Itachi Uchiha, se podría decirle que era devoto de este. Admiraba su actitud, su frialdad, su inteligencia. Si por el fuera Itachi sería la estrella de su show. A pesar de se una gran mente Orochimaru tenía un pequeño defecto y Sasuke se daba cuenta de ello. El hecho de que siempre le compararan con el le hacía sentir un desprecio incontrolable hacia el Uchiha.

    La mayoría de las veces que realizaban actos carnales Orochimaru su limitaba a ver que todo estuviese en orden mientras que sus sirvientes se encargaban de realizar el trabajo. Era sorprendente como Sasuke le tenía cierto miedo y cierto respeto a su padre, violador o amo. Sea cual fuese su titulo él le pertenecía y haría con él lo que sea para satisfacer a sus clientes.






    Dejen reviews y que dios los bendiga, y si no dejan pues que les de SIDA XD
    hice un verso sin esfuerzo :P

    Edited by Gerdhr - 11/9/2011, 19:20
     
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  2. Kira Kuran
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    >.< a mi me gusto ... O.o Sasuke hijo de Orochimaru ... No que Itachi no se muera T.T

    Para cuando la continuacion
     
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  3. claudylu
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    Me gusto.Espero continuacion
     
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  4. Gerdhr
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    Itachi estaba delante del farmacéutico que metía varios frascos dentro de la bolsa.

    Buscó la billetera y le entrego una tarjeta de crédito mientras observaba como varios cientos de dólares eran cargados a su cuenta. Una idea le vino a la cabeza no las pagues, de todos modos te vas a morir y no tienes a nadie cerca. Será muy divertido que pierdan el tiempo buscando a alguien para cobrarle o te puedes morir cuando venga acobratre. Si... muerete en frente ellos...


    OoOoOoOo




    Orochimaru estaba pegado al monitor, veía atentamente cada movimiento del muchacho.

    — ¿Qué tal va Chidori? –preguntó una mujer. Orochimaru volteó hacia atrás y vio a su amiga, su confidente y su concubina. Tsunade Senju.

    Tsunade Senju era una mujer de negocios, con gustos extravagantes. Ella tenía gustos mas allá de lo común, fantasías que cualquier otra persona pensaría que eran dignas de un psicópata. Tenía gustos por los estimulantes y tenía una enorme afinación por la heroína, casi al punto de la adicción; Orochimaru era reservado, en su juventud era un estudiante brillante, con un futuro prometedor, ambos venían de orígenes humildes, con profesiones prometedoras e indirectamente desarrollaban sus profesiones.

    — Bastante bien. –volteó a la pantalla.

    — Creo que será hora que le haga una visita. Tiene tiempo sin saber de mí.

    Tsunade se desvistió y se dejo únicamente en ropa interior. Se ajusto una pasamontañas sobre su cara, el preferido de los terroristas. Sobre el resto de su cuerpo se puso un traje protector blanco con relleno de esponja hecho de plástico haciendo que rechinara en cada paso. El traje ocultaba su figura, nadie sabría si era gorda o flaca, vieja o joven. A pesar de ser bastante incomodo le excitaba.

    Se puso unos guantes de carnaza y vaqueta, usados generalmente en el área mecánica debido a su utilidad.

    — ¿Qué tienes planeado para hoy?

    Su compañera escondió una sonrisa retorcida y le enseño una serpiente que sostenía entre sus manos con mucho cuidado.

    — ¿Una Krait? –hizo una seña con cabeza; la serpiente era negra azulada con una cabeza estrecha y unas pequeñas bandas de color blanco. Medía unos ochenta centímetros de largo. Esto puede ser muy peligroso. –señaló su compañero.

    — Ni tanto. Las serpientes no atacan a menos que las provoquemos, tu lo sabes mejor que nadie. –Orochimaru hizo una seña de indiferencia.

    — Cuídala, es de mis favoritas.

    — Lo haré. Además esto es lo que hace más interesante la serie ¿no lo crees? –Respondió la mujer con un brillo especial en sus ojos.-lo genial de esta serie es que nunca saben cuándo terminará. No saben si morirá, o no.

    — Pero si están seguros de que perderá la virginidad. –ella esbozo una sonrisa burlona detrás de la máscara.

    — ¿Cómo puede perder algo que no tiene?

    — No seas cabrona Tsunade. –refutó. –yo jamás lo he penetrado. He hecho alguna que otra parafilia, y sexo oral pero nunca se la he metido.

    — Mis respetos –hizo una reverencia –entonces. ¿Ya tienes pensado como quitársela? Podrías hacer un clásico, una violación y luego un asesinato brutal, los cánones de las snuff. –Sugirió– a muchos les agradaría

    — Puede… pero creo que se merece otra cosa. Algo que impacte más. Ha superado nuestras expectativas.

    — Entonces piénsalo, pero no te tomes tantos meses. –aconsejó antes de cerrar la puerta –por muy bueno que sea tarde o temprano terminará aburriendo.


    OoOoOoOo




    Caminaba a través de una vereda semi-vacía y entró a un lujoso restaurante, las mesas estaba hechas de fina caoba y las sillas de hierro forjado, mezclando lo rustico con lo moderno. Uno de los meseros le atendió y le indico que pasara. Ahí le esperaba un hombre mayor. De complexión delgada, relativamente joven. Oscilaba alrededor de cuarenta años. Su cabello era abundante, de un negro opaco; algunas canas se asomaban por este, estaba despeinado. Su mandíbula era cuadrada, bastante marcada, poseía dos ojos negros que se escondían tras dos enormes ojeras.

    — Me alegra que vinieras. –hizo un ademán y tomo asiento.

    — ¿Qué sucede?

    — Hace un año desapareció una muchacha. Su nombre es Hinata. –sorbio su café. –tenía problemas en casa por lo que ya antes había intentado escapar. 16 años, de cabello negro, ojos grises, estatura promedio, tez blanca, muy atractiva.

    — ¿Qué más me puedes decir de ella?

    — No poseía una buena relación con su padre. –suspiró. –el problema es que creemos que su ultimo escape no resultó como ella planeaba por lo que tenemos la seguridad de que fue raptada.

    — ¿Qué quieres que haga?. –Izuna se echó el cabello hacia atrás.

    — No tenemos idea de dónde encontrarla. Ya pasaron seis meses, no han pedido rescate, no han encontrado ningún cuerpo. No hay nada.

    — ¿Relaciones que tenga sus familiares?

    — Su hermano es psicólogo. –comentó. – y atiende de todo. algunos psicópatas, depravados, adolecentes frustrados y demás.

    — ¿Donde vive?

    — Es de un vecindario cerca de aquí, a unas dos horas.

    Izuna esbozó una sonrisa.

    — ¿Eso es un acepto? –itachi encongio los hombros. –otra cosa, comúnmente estas cosas están ligadas con trata de blancas y narcotráfico. –su voz era completamente fría. -¿Sabes que si sigues con esto puede que mueras?

    — Moriré en unos años más, tal vez meses, no tengo nada que perder.

    — Soy tu familia Itachi, y no me gustaría perderte a ti también.

    — Tarde o temprano todos moriremos Izuna. –su tío hizo un mohín con ese comentario. A decir verdad él era bastante alegre y le desagradaba que los demás fueran tan pesimistas y estaba consciente que el hecho de estar solo no ayudaba mucho. Itachi era importante para muchos… pero a él nadie le importaba, por lo menos no lo suficiente para desear seguir viviendo.

    — Por cierto Itachi.- Izuna busco en uno de sus bolsillos y se la entregó a Itachi. –esto era de tu madre. –el aludido tomo la llave entre sus dedos. – por el tiempo que la trate, estoy seguro que le daría gusto que tuvieses una relación. Se que tuviste una infancia y adolescencia muy dura pero creo que te haría bien abrirte más. Tienes mucha gente alrededor tuyo que realmente te aprecia.

    — Te llamaré si averiguo algo. –no dijo nada respecto a la llave. Solo salió por la puerta dejando a su tío en aquel restaurante

    Rebuscó en sus bolsillos y sacó su teléfono, marcó unos números y el este comenzó a llamr.

    — ¿Diga?

    — Hola Kisame

    — Hola Itachi –su ex compañero sonaba alegre. -¡Qué gusto que hables! ¿Cómo has estado?

    — Bien –respondió secamente. –oye, necesito que me proporciones el numero de Nagato, o el de Konan.

    — Si, te lo mando por mensaje. ¿Sucede algo malo?

    — Iré el fin de semana

    — Perfecto! Organizaré una salida con los muchachos

    — Kisame…

    — Vamos Itachi, hace años que no nos vemos, desde que fuimos compañeros no he vuelto a saber nada de ti. Por favor –rogó su compañero. –será algo pequeño ¿Si?

    — Supongo que está bien. –respondió de mala gana


    OoOoOoOo




    Tsunade cerró la puerta detrás de si y se detuvo, podía sentir la excitación correr por sus venas

    — Hola Chidori. –el chico no contestó. -¿no le enseñaron que es de mala educación no responder cuando se le saluda?

    — Hola. –masculló

    — Conteste bien Chidori. – si había algo que le irritaba a Tsunade era que Sasuke se mostraba como un hueso duro de roer, les costaba mucho trabajo intimidarle. La mujer se ubico a al pie de la cama. Ocultaba su propia excitación, no destaco ninguna sola palabra. Su voz era completamente fría

    — Bien, no se mueva, no grite ni se resista. Recuerde prestar atención a lo que le diga y no saldrá lastimado. Si quiere salir vivo de esto hará exactamente lo que le diga en todo momento, sin importar lo que se le pida que haga o lo que usted pueda sentir por hacerlo. –el menor se estremeció. Sabía exactamente de quien era esa voz, y que tan experta era proferir amenazas asi como era en cumplirlas.

    — Digamos Chidori. ¿Hay algo a lo que usted le tenga miedo?

    — A las serpientes. –contestó el joven.

    — ¿Por qué?

    — Por cuando era niño una serpiente me mordió y fue muy doloroso.

    Tsunade se acercó lentamente al pie de la cama y deposito suavemente la serpiente en la orilla. Fue guiándola lentamente a través de la cama para llegar al cuerpo de joven.

    Sentirá algo frío, no se mueva. –lentamente Sasuke sintió como algo frío se abría paso a través de sus piernas, no puedo evitar un leven estremeciendo. Tsunade estaba excitada, no podía negar que el hecho de ver a la serpiente moviéndose y recorriendo ese cálido cuerpo le era fascinante.

    — ¿Qué es eso?

    — Una pequeña amiga, a la que por cierto, le agradas bastante.

    — Quítela.

    — ¿Por qué?

    — Las odio –contestó sintiendo como acariciaba suavemente su cuerpo aquel animal. –quítela

    — No es un argumento válido Chidori.

    — No me gustan –subió su tono de voz.

    — ¿Qué es lo que no le gusta?

    — Son frías, muerden. ¿Qué mas quiere?

    — Sí, pero esta es inofensiva. –se acercó lentamente. –ahora escuche bien, usted va abrir bien la boca y voy a introducir una pequeña rata por lo que le recomiendo que la abra grande.

    Sasuke asintió lentamente y abrió su boca lentamente. La mujer le paso una esponja por su boca y dientes haciendo que Sasuke la cerrara inmediatamente. Sentía como un frío quemaba su boca. La mujer esperó lentamente y volvió a esperar a que el niño abriera la boca. Pasó el trapo por sus dientes, lengua y toda su cavidad bucal haciendo que los labios del chico se pusiesen azules en el proceso. Su lengua estaba entumida al igual que toda su boca. Después sintió como algo peludo se adentraba dentro del el, sintió un asco incontenible y estuvo a punto de vomitar, y lo hubiese hecho y trajera algo en el estomago.

    Ella pasó el trapo por el resto sus mejillas, aunque esta vez mas rápidamente y esperó pacientemente a que esta oliese la rata.

    — Provecho.-sonrió al ver como la serpiente se erguía para atacar al animal que reposaba en pequeña boca del niño.


    OoOoOoOo




    Itachi estaba sentado en su sillón revisando el caso. A buena hora se le había ocurrido dar clases y tener que investigar acerca de un secuestro. Desgraciadamente los casos no era como en la televisión, en los que atrapaban en días a los asesinos. No podía tardar años porque había un reloj de vida, mientras más tardara menos probabilidades había de encontrarla con vida.

    Sin embargo no le gustaba faltar a sus compromisos por lo que no iba a dejar a su nuevo alumno botado.

    Cuando escuchó el timbre se levanto pesadamente. Abrió la puerta y dejó pasar al niño.

    — guten Tag (buenas tardes)

    — guten Tag -respondió su sensei.

    Paso de largo hasta la habitación donde tomaba sus lecciones. Itachi vio al muchacho de reojo y le llamó la atención lo irritado que estaba su boca y sus labios, algo agrietados.

    — Stimmt etwas nicht? (¿sucede algo?)

    — ist nicht (no es nada)

    No es que no creyese lo que el niño le decía, pero podía ser cualquier cosa. Un golpe por haber estado jugando, haber comido algo demasiado caliente, alguna alergia. Pasaron a hacer un repaso de lo que había visto el día anterior.¿Cuál era su nombre?¿Edad? ¿De dónde era? Su numero telefónico, su dirección y algunas estrategias de conversación.

    Todo ese repaso le traía dolores de cabeza, por una parte quería irse ya pero sabía que eso significaba volver a esa habitación en la que no había tenido experiencias muy gratas. Pero realmente sui maestro era diferente a cualquier persona que hubiese conocido antes, le intimidaba de alguna manera y a pesar de conocerlo le tenía un respeto enorme. Al principio le aborrecía al escuchar como su padre le alababa trodo el tiempo, pero ahora, era completamente diferente. Pero jamás lo admitiría.

    — etto… ¿Cuántos idiomas habla? –la curiosidad le mataba.

    El mayor movió la cabeza de un lado a otro y se masajeó el cuello.-no muchos… ruso, alemán, mandarín, español, inglés, japonés, italiano, portugués, francés, polaco, tailandés, tahitiano y noruego.

    — ¿Bromea? -Sasuke abrió sus ojos impresionado.- son bastantes…

    — ¿Y tú?

    — Inglés, español y a penas un poco de alemán.

    — Está bien, por algo se empieza

    — ¿Qué edad tiene?

    — Veintitrés años. –respondió a la vez que se levantaba. –iré por lago de tomar ¿gustas algo? –el niño negó con la cabeza, no debía de tomar nada, por lo menos no a esta hora.

    — ¿Dónde estudias?

    — En casa.

    — ¿Nunca has ido a la escuela?

    — Jamás. –respondió dirigiendo su vista hacia una de las pinturas. -¿Un cuervo?

    — Son animales muy inteligentes, es el retrato de uno que a veces viene a mi balcón. ¿Te agradan?

    Sasuke hizo un mohín.

    — No tengo buenas experiencias con ellos.

    — Son completamente inofensivos y son animales muy leales. –el menor le vio con incredulidad. –es normal que la gente los juzgue. Su aspecto no es muy grato para muchos.

    — No es que sean feos, es solo que, no son muy amistosos.-su maestro encogió los hombros.

    — Será mejor que continuemos con la clase. –su alumno asintió volviendo la vista a los notas que descansaban sobre sus piernas.

    En ese momento unas sirenas comenzaron a sonar. Los bomberos estaban ahí. Sasuke dirigió la vista hacia el balcón, por otra parte Itachi se limitó a pararse y cerrar las ventanas reduciendo en ruido en su mayoría pero aun asi el ruido de las sirenas resonaba por toda la habitación.

    — Parece que algo se empeña en que no siga con tus clases. -Itachi se dejo caer sobre el sillón y echo la cabeza hacia atrás. Odiaba el ruido, sobre todo las sirenas de policía. Sasuke hecho una ojeada a la habitación y una especie de “mesa” llamó su atención

    — ¿Qué es eso?

    — Un piano

    — Para qué sirve

    — Es un instrumento musical.

    — ¿Cómo la guitarra?

    — No, los sonidos son diferentes.

    Las clases no podían seguir como si nada ya que el ruido de las sirenas desconcentraba por lo que le indico al menor que le acompañase.

    — Siéntate aquí. –Sasuke se sentó enfrente del piano y a su lado se sentó su maestro. Itachi destapo el teclado y puso sus manos sobre las teclas. Suspiro y cerró sus ojos a la par que comenzaba a tocar. Esa era la primera vez Sasuke escuchaba el piano, los sonidos eran realmente relajantes. Notaba como su maestro no necesitaba ver las teclas para seguir tocando y simplemente se dejaba llevar por la música. Llevo una de sus manos hacia el teclado y presiono una tecla que desarmonizo completamente el sonido.

    — Lo siento. –se apresuró a hablar cuando sus maestro abrió los ojos. –no quería.

    — No hay problema. –contestó. –pon tus manos sobre el teclado. –el menor lentamente subió sus manos. –presiona la teclas. –el menor asintió y lentamente comenzó al tocar las teclas una por una. El sonido de unas era más grave y mientras que el de otra era mucho más aguda.

    Después se paró lentamente y puso atrás del menor. Lo rodeo con sus brazos y poso sus manos sobre las del más chico.

    — Aprieta estas teclas suavemente. –Sasuke iba presionando las teclas que su maestro le iba señalando y poco a poco iban formando una hermosa melodía, aunque claro, en algunas se perdía y presionaba un poco más fuerte. –Itachi se separo lentamente del menor y este dejó de tocar.

    — Esta melodía se titula Für Elise

    — ¿Por qué ese nombre?

    — ¿Sabes quién es Beethoven?

    — No

    — Ludwig van Beethoven fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán. –Volvió a tomar asiento al lado de Sasuke y comenzó nuevamente a tocar el piano mientras seguía con su relato.-cierto día, fue invitado a una cena donde había varios niños de diferentes edades. Una niña le reconoció, la pequeña le dijo que ella también era artista y que tocaba el piano. Antes de irse le pidió a Elisa, así se llamaba la pequeña, que le tocara una melodía. La niña asintió gustosa y toco varias sonatas. Cuando Beethoven le pidió que tocara una de sus composiciones la pequeña comentó que no tocaba ninguna canción de él, pesé a que fueran sus favoritas eran muy difíciles.

    Este le prometió que le haría una melodía mas sencilla, para que la tocase con el piano y así fue que nació Para Elisa.

    — ¿Es la que estas tocando ahora? –Itachi asintió con la cabeza.

    Sin darse cuenta el tiempo había pasado volando por lo que en ese instante escucharon el timbre.

    — Sensei. –Sasuke no era de los que pidieran favores, ni siquiera le hablaba a los demás. A decir era bastante huraño pero la música definitivamente era algo que le había llamado la atención de sobremanera. -¿podría enseñarme a tocar el piano otro día?

    — ¿Por qué no le pides a tu padre que te meta a clases?

    — Es que…. A él no le agradan.

    Una mentira identifico inmediatamente. Antes ni siquiera sabía que era ese instrumento por lo que no era posible que no le gustase. Sin embargo se quedó callado y asintió.

    — Será la próxima vez Sasuke. -susurró sin darse cuenta que una sonrisa se había formado en su rostro. La primera desde hacia ya mucho tiempo







    y que tal? lo sigo o ahi le dejo :D
     
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  5. Kira Kuran
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    No ahora me lo sigues eso no se puede quedar asà yo quiero que esos dos degenerados paguen lo que le hacen a Sasuke ... Que bella melodia Para Elisa ... Y los cuervos a mi en lo personal si me gustan ese color de sus plumas me gusta mucho ... Quiero la continuacion ... No te rindas tan rapido Itachi disfruta tu vida T.T y ... Cuando saldra el proximo episodio?
     
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  6. pachi_uchiha
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    >W< lo subiste aqui me gusta mucho este fics

    CONTIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
     
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  7. claudylu
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    Maldito orochimaru siempre molestando a sasuke pero igual estuvo bueno el capitulo.Espero que lo continues.
     
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  8. Gerdhr
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    Ok... aqui esta el capi tres :D













    Las clases ahora se dividían en dos partes, una hora de alemán y una hora de piano. Aunque la verdad es que Sasuke no le gustaba tocarlo, le encantaba escuchar las piezas de arte cada vez que su maestro la tocaba. Y también le encantaba escuchar la historia que había tras cada melodía.

    Ya habían pasado dos semanas desde que habían iniciado las clases y ahora Sasuke se esforzaba mucho más en el idioma, en vez de estar en el cuarto pensando en el momento que acabaría su tormento practicaba internamente el alemán. Ese si es un chico aplicado. De esta forma podría dedicar más tiempo de la clase a tocar el piano y menos al idioma.

    Pero ahora se sentía cansado ya que pasaba el mayor tiempo repasando mentalmente repitiendo las clases y encima le sumaba que la música era muy relajante poco a poco iba cerrando sus ojos. Itachi dejó de tocar en cuanto sintió un peso extra en uno de sus hombros. Volteó a ver y el pequeño se había quedado dormido recargado en su hombro.

    Este le miro incrédulo… realmente le molestaba que lo tiraran de a loco, y más cuando enseñaba por lo que hizo un ligero movimiento y el niño se despertó sobresaltado. Volteó a ver y estaba su maestro que le miraba fijamente, cosa que le hizo querer morir de la vergüenza.

    — Si te aburre no tenemos porque continuar con estas lecciones.

    — No es eso. –se apresuró responder agachando la cabeza, sin poder mirarle a los ojos. –solo fue que… esa melodía fue diferente y me relajo mucho. Eso es todo.

    — Era mi canción de cuna. –comentó el mayor.

    — Entonces no fue mi culpa quedarme dormido. –bromeó, pero Itachi no hizo ningún gesto, a decir verdad el nunca bromeaba. Antes esto la sonrisa de Sasuke desapareció y bajó la cabeza. –lo siento, no volverá a pasar.

    Itachi ladeó la cabeza y comenzó a tocar de nuevo, el menor escuchaba atentamente la melodía…. ¡Pero era demasiado relajante! No pudo evitar cabecear y volverse a quedar dormido transcurridos unos minutos. Su maestro volvió a sentir el peso extra y volteó a ver al azabache. Aunque esta vez se le quedo contemplando. Una mano se deslizo por la mejilla del azabache y se detuvo en una especie cicatriz que tenía en la cara. ¿una caída? Podría ser, cualquier niño era travieso, incluso los hijos de los millonarios pero Sasuke se veía bastante tranquilo por lo que no pudo haber sido eso.

    Suspiró de manera resignada y acomodó a joven para que su cabeza terminara descansando sobre sus piernas, sirviendo de almohada. Todavía quedaban cuarenta minutos por lo que este siguió tocando.

    — Quizá sí soy el responsable que te quedaras dormido. –murmuró para sí.





    Sasuke abrió los ojos y casi se calcina al ver como estaba, o más bien donde estaba. En las piernas de su maestro.

    — Perdón. –dijo apresuradamente. –y-yo, disculpe, no era mi intención.

    — No hay problema. –cerró el teclado –pero deberías cuidarte más. ¿Duermes bien?

    — Si. –asintió, no era mentira. A decir verdad el menor dormía más de los necesario pero el hecho de estar muchas veces en ayunas no ayudaba mucho. Este se talló los ojos aun bastante sonrojado por ese hecho. Itachi salió y regresó con una bandeja que colocó sobre el piano, esta traía dos tazas con un líquido humeante y un envase con azúcar.

    — Es chocolate. –Sasuke le miró. –aquí azúcar si quieres

    — Sasuke tomo una de las tazas pero no le puso azúcar. Odiaba lo dulce. Pero en contraste su maestro le ponía varias cucharadas…

    — Etto… ¿tanta azúcar no es mala para usted? –inquirió el menor.

    — Solo es un poco…-Sasuke enarcó una ceja. El mayor le miró y optó regreso la próxima cucharada al terrón. –ya va… no me gustan las cosas amargas. –lo que dijo lo hizo a modo de puchero de tal manera que Sasuke soltó una risilla. Dio un sorbo a aquel líquido caliente. No sabía que era realmente pero estaba exquisito, tal vez el hecho de que no probase nada sí en mucho tiempo, ese sabor amargo y cremoso era espectacular.

    Por su parte su maestro le miró discretamente, era el primer niño que conocía que no le gustaba lo dulce. El los amaba y de hecho sentía que le faltaba un poco más de azúcar a ese chocolate… aunque a decir verdad así podía disfrutar más el sabor de este y menos el de la azúcar. Sucedía lo mismo con las personas, si hay demasiada azúcar no puedes degustar la esencia de esta, por lo que debido al carácter del menor podía apreciarle. Sasuke era igual que el chocolate… si le agregabas azúcar para endulzarle el carácter ya no sería el mismo.

    Lástima que los bueno momentos no duren por siempre… en ese instante tuvieron que tocar el timbre y Sasuke dejó la tasa sobre la mesa, resignado, ya era hora de partir.



    ****



    — Estos son los papeles del caso. –Izuna le entregó un folder a Itachi. Esta vez había una tercera persona en el restaurante. Sus grandes ojos negros se clavan sobre el más joven. Ya pasaba de los cuarenta años aunque aun asi se veía bastante fornido.

    — Izuna –pronuncio el mayor de los tres de muy mala gana. –no creo que sea un caso en el que requieras prestarle toda la atención de la policía.

    — Ya te lo dije Madara.-respondió el otro. –tu todavía estas buscando ver qué delito se cometió para poder clasificarlo y poder seguir un procedimiento establecido. Pero yo sé con lo que estoy tratando y creo que Itachi también piensa lo mismo que yo.

    — Anteriormente ya publicamos su fotografía en todos los medios y nadie la ha visto. –respondió Madara. –por lo que lo seguramente está muerta.

    — Entonces a usted no le interesa resolver este caso. –plantó sus ojos sobre los de Madara. –usted solo quiere encontrar un cuerpo, le da igual si lo hace con vida o no.

    — Chico listo. –elogió dejando ver una sonrisa retorcida en su rostro. –pero si me disculpan, hay otros casos a los que realmente necesito prestarles atención.

    — Es bastante escéptico. –bufó Izuna cruzándose de brazos a lo que Itachi no mostró ningún gesto. -¿Tu qué opinas Itachi?

    — En ese momento Itachi un celular sonó, Itachi rebuscó en sus bolsillos sacando el celular y leyendo el texto. Era de Pein y eran una serie de números.

    — Quiero ir a ver al hermano de Hinata. ¿Dónde esta su consultorio?

    — A unas cuantas calles de aquí. –contestó el otro. Itachi se levanto e Izuna le siguió dejando dinero sobre la mesa a pesar de desconocer el consumo. Salieron del restaurante y caminaron varias cuadras atravesando la muchedumbre hasta llegar a un edificio. Ahí tomaron el ascensor que los llevó hasta el consultorio de Neji Hyuuga. Izuna pasó con la secretaria la cual preguntó si tenía cita a lo que este se limitó a mostrar la placa.

    — ¿Tiene noticias acerca de mi hermana? –interrogó en cuanto reconoció al mayor.

    — Hablemos en privado. –el joven asintió metiéndose en su oficina seguido del par de jóvenes. –señor Hyuuga. –ambos tomaron asiento e Itachi se quedó de pie. –los secuestros son delitos complicados, comúnmente se realizan para pedir un rescate o a veces los llevan a cabo algunas parejas como venganza.

    — Mi hermana no tenía novio, era demasiado tímida.

    — Existe un tercer tipo de secuestro. –Neji alzó la vista para ver directamente al hombre que estaba de pie. –cacería sexual.

    — Es muy poco frecuente. –contrarrestó el Hyuuga, se negaba a creer que su pequeña hermana hubiese sido utilizada para eso. –las probabilidades de que suceda algo como eso son las misma de que caiga un rayo.

    — Nos enfocaremos en este secuestro –Neji cerró los ojos. –lo que nos interesa saber es si tal vez tuvo un paciente descontento, enfadado, o tal vez inestable.

    — Eso es poco probable, conozco a todos mis pacientes y no son capaces de hacer ese tipo de cosas… -Izuna le miró incrédulo. –o podría decir que ninguno tendría las habilidades para hacerla desparecer sin dejar rastro.

    — ¿Ha tenido fracasos? –el terapeuta asintió suavemente.

    — Si, como doctor se que no siempre hay cura para todos los males por lo que siempre hay fracasos pero si ese fuese el caso yo sería capaz de sentir tanto resentimiento.

    — De todos modos. ¿Podría darnos una lista con los nombres de sus pacientes? –Neji se paró y busco en unos de los estante una carpeta la cual le entregó al policía sin vacilaciones.

    — Por favor sea sincero. –Izuna se puso de pie y se puso enfrente del terapeuta. –cuales son las posibilidades de que ella regrese. –el oficial no contestó por lo que Neji simplemente bajo la cabeza. –Solo espero que no haya sufrido.- comentó con amargura viendo hacia la ventana. Algo dentro del le decía que había perdido a su pequeña hermana para siempre.



    ****



    — ¿Qué tal tu día?

    — Nada nuevo .-mintió el menor, sin embargo desvió la mirada. Error, cuando una persona desvía la mirada significa que esta recordando o que está mintiendo y Orochimaru conocía a la perfección cada uno de los gestos de su hijo. Sin embargo, esto le pareció aun más divertido. ¿qué era lo que ocultaba? Si le preguntaba probablemente el juego perdería el chiste, aunque probablemente aquello podría contribuir en gran parte con el guion de su obra.

    — ¿Y qué te parece tu profesor?

    — Igual que cualquiera

    — ¿En serio? –Orochimaru fingió sorpresa. –al ser Itachi Uchiha tu maestro pensé que las cosas serían diferentes. –se llevó un dedo a los labios y cambio su tono de voz a uno más suave. –entonces no tiene sentido que sigas asistiendo a clases con maestro común y corriente. –la reacción de Sasuke fue apenas perceptible, aunque para alguien como Orochimaru fue demasiado obvia. –supongo que iremos con Kakashi-kun. He oído que el también es un muy buen maestro. –el menor apretó los dientes lo dientes, no debía apresurarse a contestar.

    — Haz lo que creas conveniente –respondió con voz suave. –después de todo es tu decisión. –le dirigió una mirada de enfado, Orochimaru no sabía el por qué ¿Se debía a que le odiaba? ¿para intimidarle?, podría ser ambas o tal vez por ninguna de las dos. Sea lo que fuera le encantaba esa mirada…. Era realmente excitante. No pudo evitar relamerse los labios y acercarse al chico que en ningún momento se hizo hacia atrás. Al contrario, le miraba fijamente. Los deseos de Orochimaru crecieron y sentía como un bulto se asomaba sobre sus pantalones… de no haber sido porque en ese momento sonó el intercomunicador que le sacó del trance lo hubiese poseído en ese momento.

    — Señor, hemos llegado –se escuchó en el intercomunicador. El magnate se alejó del joven y esperó a que le abrieran la puerta. Sasuke se quedo quieto como de costumbre y pasaron por el procedimiento habitual.

    Aunque una vez dentro de la habitación se sintió extrañado al únicamente sentir el cuello. Esta vez no había ataduras ni demás cosas. Por lo que únicamente se sentó sin hacer nada más.

    Afuera de la habitación Tsunade y su pareja revisaban sus movimientos.

    — Me desespera que se quede sentado sin hacer nada. –bufó este a lo que su compañera simplemente encogió los hombros. Tsunade consideraba a sus miles de clientes como bastardos sin vida propia que pagarían lo que fuera por engancharse a su obra mientras que a Orochimaru lo único que le importaba eran los dólares que se depositaban a sus diversas cuentas bancarias. Rara vez pensaba como era la persona que veía a través de la pantalla y lo único que pensaba era en procesar cifras y hacer cálculos para ver cómo debían escribir su siguiente guión haciendo que la serie tuviese su propio dramatismo.

    Ella se encargaba de la historia y Orochimaru de los negocios, ambos eran piezas fundamentales para el éxito y en eso se definía el verdadero amor, o eso era lo que creían.

    En su tiempo libre ella acostumbraba a leer, sobre todo pornografía y manuales de tortura psicológica mientras que Orochimaru parecía estar al pendiente de todas las noticias. Cuanto había bajado el dólar, cuanto subía, cuáles eran las nuevas tendencias, y, de cierta manera le entristecía que fueran artista anónimos. Ellos vendían realidad, no solo fantasías limitadas a un “corten” merecían más que dinero. Eran estrellas, aunque el mundo nunca lo sabría.

    — Creo que ya pasó mucho tiempo en ayunas. –mencionó Orochimaru.

    — ¿Le darás de comer tu o yo?

    Hazlo tú. –orochimaru se puso las manos atrás del cuello, entrelazó los dedos y se estiró, como cualquiera oficinista después de una ardua labor. –de camino aquí tuve un pequeño percance por lo que no creo que sería conveniente que yo entrara. –Tsunade le dirigió una sonrisa cómplice.

    — Me encargaré de ese problema en unos momentos, amor.

    Por su parte Tsunade era una persona de carácter colérico, pero a su vez podía fingir mejor que cualquier espía sus estados de ánimo, y al momento de escribir los guiones se explanaba, les mostraba algo real, algo único, algo dramático e imprevisible que pocas veces habían visto en su vida… pero ella tenía un enorme defecto…las apuestas. Estar en esa pagina era un forma de poder mantener su vicio ya que casi siempre perdía.

    — Sí señor. –le sonrió a su compañera de manera obediente.



    Tsunade abrió lentamente la puerta y se dirigió a la cocina. Amia abrió la alacena y sacó un poco de avena, preparándola con estilo mexicano. Después tomo una botella de agua y le quito la etiqueta, sirvió la avena en un tazón, puso también una naranja y lo puso todo en una charola, como en las que se usan en las cafeterías y justo cuando iba a tomar unos cubiertos desechables una idea le cruzo por la mente…

    Cuando Sasuke escuchó la puerta abrirse volteó.

    — stehen bleiben* –ordenó la mujer en alemán. Sasuke reaccionó ante la orden y acoto lo que mujer decía.

    — ¿Tiene apetito?

    — Si.

    — ¿Qué tipo de comida es la qué más le gusta? –Sasuke bufó, le irritaba que viniera la mujer. ¡no la soportaba!

    — ¿Desde cuándo se preocupan por eso? –la mujer se irritó, le cabreaba la actitud y es por eso que a veces le golpeaba. Aunque nunca lo hacía en la cara si en el resto del cuerpo. ¿Hasta cuando el mocoso entendería su papel en esa situación?

    Tendría que darle un escarmiento más tarde. Pero ahora no quería matarle de hambre, debía suministrar las golpizas de forma adecuada y tambien debía fijarse en qué puntos golpear. La victima anterior a Chidori les había enseñado bastante pero jamás se cedió. No esperaba menos de Chidori.

    — Si sigue con ese plan tendremos que poner su castigo a votación. –sentenció esta. -Schauen sie voraus und legen sie Ihre nände auf ihre seiten*. –Sasuke miro hacie enfrente y puso las manos a los lados. - stellte ein tablett auf dem schoß. wenn man sie in der lage sein zu essen. –sasuke asintió aunque le costaba trabajo adapatarse a esa lengua.

    Tsunade se acercó al lado del muchacho y bajo la bandeja dejándola sobre las piernas del muchacho.

    — Right. –indicó moviéndose para que de esa forma no obstruyera las cámaras, sus clientes no podían perderse escenas como esa. Cambiaba constantemente el idioma, sabía que probablemente algún policía pudiera vigilarle por lo que cosas como se aseguraba de no dar solamente pistas falsas del lugar donde se encontraban.

    Sasuke llevo sus manos a la charola y tanteó la naranja, el agua y el tazón. Rápidamente tomó la botella y bebió sin freno, hasta casi acabarse el litro y medio. Pero recordó que debía dejar un poco para después de la comida. Luego tomo el tazón y busco algún cubierto, trato de abrir la boca para reclamar pero mejor se quedó callado niño listo, ya estas aprendiendo. Levanto y empezó a tragar, bocado a bocado, al principio vacilo un poco pero estaba tan hambriento que devoro todo hasta casi atragantarse, lamiendo el tazón hasta dejarlo limpio

    Un toque agradable. Pensó Tsunade, a los espectadores les encantará.

    Justo cuando Sasuke comenzaba a pelar la naranja Tsunade saco lentamente una magnum 357 y sincronizo los movimientos al mismo tiempo que este se llevaba la naranja a la boca. Sasuke se tensó y trago duro, se quedo quieto mientras el jugo escurría por su barbilla. La mujer cargo el arma y por un momento Sasuke sintió como el aire le faltaba, un gemido se ahogo en su pecho, lo suficientemente audible como para que el equipo de sonido pudiese captarlo. La mujer sonrio y volvió a guardar el arma.

    — La comida ha terminado.

    Sasuke relajo sus músculos, se habían anudado todos debido a la tensión del momento, eso había sido realmente horrible. Había podido reconocer el olor del aceite y del cañón del arma, y también sabía que pasaba cuando cargaban las armas. Su padre había matado a su madre hace ya seis años y recordaba a la perfección todos los detalles. Tsunade salió dejando a Sasuke solo en la cama.

    En la sala de control Orochimaru reía mientras veía todos los comentarios y sugerencias en el panel de la página. Lástima que nunca sabrán que tan talentoso eres Sasuke.

    Sasuke se abrazó y susurró para si mismo, ni Orochimaru ni Tsunade se dieron cuenta.

    Tengo que decirle a alguien antes de que las cosas se pongan peor…



    ****



    El fin de semana fue bastante rápido para Itachi, el sábado por la mañana se había dedicado a analizar el caso de Hinata Hyuuga y más tarde había tomado un avión a los Angeles para encontrarse con sus viejos compañeros. Ellos hicieron una fiesta aunque Itachi se limito a platicar con Nagato.

    — Y bien ¿A qué se debe tu visita?

    — Quiero pedirte ayuda, quiero ver si podría recurrir a tu experiencia…

    — Pero por supuesto. ¿Qué necesitas?

    — Quiero saber acerca de psicología anormal.

    — Ya veo…. Konan sabe mucho de eso. –informó, a lo que le pidieron a la mujer que se sentase con ellos mientras los otros seguían en la fiesta.

    — ¿Qué sucede?

    — Quiero saber acerca de piscología anormal. –excusó.

    — Acerca de qué específicamente. –Itachi ladeó un poco la cabeza. –parejas criminales, hombres y mujeres, hombre con hombre, mujer con mujer.

    — Interesante… hay varios perfiles. ¿De que delito estamos hablando?

    — Un secuestro al azar. –Nagato curvó sus cejas hacia arriba.

    — Muy inusual... ¿el propósito del secuestro?

    — ¿Dinero? ¿Sexo? ¿Perversión?

    — No han pedido rescate. –respondió.

    — Pueden ser los tres y más –se explayó. –eso no es nada bueno. Esto lo hace muy difícil, comúnmente investigamos a los criminales una vez que han sido capturados e investigamos acerca de su pasado, entonces todo tiene sentido… pero si lo vemos de esta forma…

    — ¿Se trata de alguien a quien conoces?

    — No, solo estoy ayudando a alguien.

    — ¿La secuestrada?

    — Joven. Adolescente. Con muchos problemas. Muy inteligente. Muy atractiva.

    — Entonces… podemos deducir que las personas que le secuestraron no le conocían, solo sabía todo acerca de ella pero jamás habían interactuado. Eso es mucho más eficaz cuando realizas este tipo de cacerías. Obvio tiene que ver con sexo, probablemente la pareja se excite teniendo una o un esclavo sexual, el hecho de someter a alguien hace crecer el deseo. Necesitare más información para poder darte un perfil más preciso.

    — Eso es todo lo que tengo

    — ¿Y la policía?

    — Ellos me han pedido ayuda… todavía siguen sin poder clasificar el secuestro. –Nagato volvió a asentir.

    — Ah ya…los hechos podrían resolver un crimen…. Pero si no hay cuerpo no hay por donde comenzar. Esa es la mentalidad de la policía por desgracia.

    — En efecto.

    — ¿Cuánto tiempo tiene? –preguntó la mujer.

    — Hace poco menos de un año.

    — Entonces lo más seguro es que ya este muerta. –Nagato entrelazó los dedos y lanzo un suspiro –Mientras la víctima esté proporcionando emoción, excitación, pasión, lo que sea, es excepcionalmente valiosa para la pareja. Pero en cuanto eso cesa, o se cansan de ella, o bien agotan el fondo de estímulo que ella trae, entonces ya no vale nada. Y es… descartada.

    — Pero tiene mucho que ver el carácter de la víctima. –contraatacó Konan.

    — ¿A qué te refieres? –preguntó Itachi.

    — Digamos que es como un reto personal. Cuando tú no puedes obtener algo luchas hasta alcanzarlo…

    — Pero una vez que lo tienes te aburres. –contrarrestó Nagato.

    — En efecto. –asintió Konan. –pero… ¿qué sucede si es testaruda? La gente normal se desespera y abandona las cosas cuando no puede tenerlas y los asesinos incluso les matan. Pero este tipo de personas son inteligentes por lo que esto será todo un reto. Trataran de ir quebrando lentamente el alma de la víctima. Claro que dependiendo del carácter del secuestrado, esto puede llevar semanas e incluso hasta meses.

    — Y una vez que lo quiebren… se desharán de él y buscaran a alguien más

    — Pero cada vez será más fuerte el deseo. Buscaran a alguien que supere las expectativas de la persona anterior… incluso podrían hacerlo con su propia familia si esto satisface su deseo sexual. Existen muchos trastornos que explican todas estas conductas, la mayoría no son muy gratas –volteó a ver a Itachi –pero creo que ahorita deberías enfocarte en ayudar a la victima que actualmente tienen bajo su poder porque seguramente la victima que están investigando ya es abono.





    ****



    Sasuke sentía la terrible opresión en su estomago. No sabía cuánto tiempo llevaba aguantando. Realmente era bochornoso ir al baño en ese lugar, y más si sabía que le observaban. En ese lugar no había ni una sola pizca de privacidad, todos sus movimientos estaban seguidos por una cámara. Sin embargo llego el momento en el que no aguanto más y se paró de la cama, tanteó un poco buscando el inodoro portátil que la mayoría las veces cambiaba de posición, eso hacía más interesante el show.

    El público amaba ver explorar a Chidori la pequeña habitación.

    Cuando Sasuke encontró el baño tanteo el retrete y se bajo la ropa interior sentándose sobre el escusado. Odio cada segundo se satisfacción al evacuar su interior…. No era la primera vez, pero no por eso era menos humillante, y menos si sabía que había gente que observaba. ¡Muéranse! –gritó en su interior, insultando a todos aquellos que disfrutaban verle. ¡Váyanse al diablo!

    En cuanto terminó su labor se subió la ropa interior y se dirigió a la cama nuevamente abrazó sus piernas comenzando a tararear queriendo que de esa forma el tiempo pasaría más rápido, lástima que las cosas no eran así.

    De pronto escuchó el llanto de un bebé. Volteó a los lados bastante asombrado por lo que había odio. ¿Dónde estaba?

    Hasta donde recordaba le habían llevado a aquella casa en las afueras de la ciudad y su padre no tenía ningún bebe. Volvió a escuchar el agudo llanto del niño y se estremeció. Se puso de pie y comenzó a tantear lo que había en la habitación. Pegó su oreja a la pared para tratar de saber de dónde venía aquel ruido.

    Después escuchó otro… unas sirenas ¡Unas sirenas de policía!

    Edited by Gerdhr - 10/9/2011, 13:57
     
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  9. Kira Kuran
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    Yo tambien me quisiera dormir en las piernas de Itachi >///< pobre Sasuke cuanto mas sufrira el pobre T.T ... Todos son tan inteligentes ... Pasenmen un poquito de memoria yo la necesito mas que ustedes XD ... Bebe... sirena ... No sera un truco de esos ¥§£%# ... $€$& mira que hacerle ese tipo de cosas a Sasuke T.T la tortura psicologica es la peor ... Y para cuando la continuacion XD
     
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  10. Gerdhr
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    Antes que nada debería de haber dos canciones pero el maldito formato no me deja poner los links... y eso que ya le puse donde dice url ¬¬, WTF?!, no se porque por lo que la cancion que tocará itachi será "primavera de ludovico einaudi" y la cancion que tocará sasuke.
    Antes que nada gracias por leer este pequeño trabajito que pienso llevar a doujinshi ^^.... como le haré? soy muy buena dibujando XP, aunque ahora estoy ocupada con la escuela y el trabajo y eso no está pro hump... así que no me verán tan seguido por aquí.... tal vez subire la conti cada semana....




    Sasuke pegó su oreja a la pared. Tal vez de esa forma podía calcular la distancia de la que se encontraban esos policías. El volumen de las sirenas aumentó de manera aterradora. Casi como si estuvieran a un lado de la pequeña habitación. Se alejo y se sentó en la cama, pudo escuchar los ruidos de las puertas y los pasos de los policías así como el ruido de las armas.

    — ¡Policía! ¡Abran! -Permaneció inmóvil, helado ante aquella sorpresa, se sintió sobrecogido por sus pensamientos y la palabra rescate, se adhirió a su corazón.

    Esperanza, alivio, posibilidad, todo cruzó su corazón en ese momento.

    Alguien podría sacarle de ahí, alguien aparte de su padre, el sirviente y la mujer. Alguien le sacaría de ese infierno. Sasuke se inclinó hacia la puerta, la sonrisa cada vez se hacía más grande. Trató de escuchar voces, pero sólo había silencio. Se dijo a sí mismo que esto era bueno.

    Saldré de aquí, al fin sabrán lo que el hace. Ya no habrá más secretos, ya no más jugarretas. Los policías le sacaran la verdad. Ellos negaran todo pero no servirá de nada. Ellos se mostraran recios a que les cuente la verdad. Les preguntaran donde estoy y ellos dudaran. Después me quitaran la cadena y me cubrirán, me preguntaran ¿qué te han hecho? Y le diré todo, todo para que nunca salgan de la cárcel, todo para que nunca me vuelvan a lastimar.

    Me sentare en una patrulla y dirán,” es un chico con suerte”. Menos mal que llegamos a tiempo.

    Después, tal vez vendrá un periodista para que les cuente la historia, pero no lo haré. Después me llevaran con otra familia. Alguien que realmente me quiera. Estaré en otra ciudad, en otro lugar, podría irme a España o Alemania gracias a lo que Itachi-sensei me enseñó… tal vez después lo vuelva a ver. Me gustaría realmente hacerlo, es la única persona que seguramente no me vería con lastima. Tal vez podría platicar con el un poco más y también me gustaría que me siguiese enseñando a tocar el piano. Es un poco caro pero tal vez si le pido a quienes se hagan cargo de mi accedan. Lo más seguro es que les paguen por tener al hijo de Orochimaru Sannin…

    Escucho atentamente, esperando algo más, trataba de escuchar un ruido más… pero nada ocurrió.

    Lo único que se escuchaba era su respiración áspera. Ningún ruido más. ¿Y si tal vez no encontraban la habitación?

    Había muchas posibilidades, podía gritar su nombre para que le encontrasen… ¡si lo haces te mataran!... no puede hacerlo, eres su hijo… n…o, eres Chidori, es por eso que has durado tanto. ¡es tu oportunidad! Pero si gritaba y los policías no le esuchaban. Y si después le hacían pagar. No te harán pagar, te sacarán de aquí. Trataba de tranquilizarse pero no podía.

    Su mundo estaba repleto de posibilidades. Estaba frustrado, esto tardaba demasiado, ¿los rescates no podían tardar tanto o sí? ¿Y si pateaba el inodoro? El ruido seguramente los atraería. Debía evitar que se fueran a toda costa.

    Estuvo a punto de gritar pero es ese momento la voz no le salió.

    Su respiración se volvió agitada y comenzó a sentir como le faltaba el aire. Se abrazo a si mismo frustrado esperando a que entraran por aquella puerta. Fueron segundos, minutos ¿Horas? No sabía, pero en ese momento sintió un enorme hueco y se dio cuenta de lo que realmente sucedía.



    — Pon otra vez las pisadas. –dijo Orochimaru. Este estaba ajustando los ángulos de la cámara desde otra computadora.

    Tsunade presionó unas cuantas teclas. Y las pisadas se volvieron a escuchar haciendo que Sasuke girara en dirección a la puerta.

    — ¿Qué crees que pase por su cabeza en este momento? –Orochimaru encogió los hombros con simpleza –Se va a enojar contigo después de esto, aunque después de todo… ¿a quién no le agradan las bromas? –eso era para ellos, una simple broma.

    — tal vez se quiebre. Ya me estoy estresando que aun siga en pie. ¿Nos has visto las entrevistas? Todavía sigue con su tono desafiante. – pero a pesar de todo Orochimaru hablaba con tranquilidad. – en el momento en el que acepte su destino, en ese momento su vida se tranquilizará.

    Tsunade asintió, desde que hacían esto su vida sexual había mejorado considerablemente, y le entristecía saber que pronto la serie llegaría a su fin. Por eso odiaba las fiestas, no es que no le gustasen, pero todos los buenos momentos tenían que culminar, navidad, año nuevo, san Valentín. Ya después de un rato de estar jugando con el sonido volviendo loco a aquel chiquillo rompió el silencio.

    — ¿Hasta cuando piensas seguir con las clases?

    — No lo sé, una semana más cuando mucho.

    — ¿No crees que corramos demasiados riesgos con ese maestro?

    — No, Itachi Uchiha es una persona muy fría, sus amistades no son más que viejos camaradas, simples compañeros de trabajo, por lo que a alguien como él, no creo que se interese en alguien como Sasuke.

    — ¿Y si Sasuke le dice algo?

    — ¿Por qué crees que lo haría?

    — Simplemente estoy considerando todas las posibilidades. Recuerda que una vez ya habló.

    — En efecto, y sabes por qué sé que no lo volverá a hacer. –Tsunade le miró con curiosidad. –porque ya nos traicionó una vez, y por eso mismo sabe lo que pasará si lo vuelve a hacer.

    — Eres un cabron. –le recriminó su compañera. Orochimaru sonrió y abrazó por la espalda a su compañera.

    — Si, pero soy TU cabron.





    Itachi se encontraba revisando varios perfiles en su computadora. Ahora estaba investigando acerca de los asesinos de Moors. Era una pareja común y corriente. No habían sufrido en la infancia sin embargo estos encontraban el componente sexual que les hacía falta en la perversión y el asesinato. Habían asesinado a una niña de diez años, dos jóvenes de doce, otro de dieciséis y otra de 17.

    Cerró su lap top y pasó sus dedos por su larga cabellera. Debía despuntarla ya, no recordaba la última vez que se había preocupado por hacerse un corte de cabello. Así como también tenía que afeitarse la barba de tres días que tenía. Fue al baño y se lavó la cara, se observó fijamente el espejo. Cada vez se notaban más las ojeras, definitivamente tener una malformación en el corazón no era nada agradable. Tosió sangre.

    Lo que le faltaba. Ahora tenía que limpiar su baño. ¿Por qué no podía ser una enfermedad limpia? Como un tumor o dejarlo poco a poco en la demencia. A fuerzas tenía que ensuciar su ropa.



    — ¿Te sucede algo Sasuke? .-el niño le miró con odio, pero aun más que odio, con resignación. Lo había destrozado ese fin de semana. Le había llenado de esperanzas y después las había roto. El niño no contestó, seguía con la mirada gacha. –lo siento Sasuke pero tú te lo has ganado. Lo único que hice fue recordarte tu posición. –Sasuke seguía sin poder verlo a los ojos. –te he dicho muchas veces que debes obedecer todo lo que te diga… -se detuvo un momento. -¿estás escuchándome?

    — Hai. –susurró suavemente.

    Orochimaru sonrió. Te falta poco mi pequeño, te falta muy poco.



    — Gracias maestro, los avances de Sasuke han sido realmente sorprendentes.

    — Solo hago mi trabajo. Ahora si me permite, puede retirarse.

    — Claro.

    Itachi cerró la puerta del departamento y Sasuke suspiro. Su mentor se acercó a el y miro su rostro. Una mano se acerco lentamente a su rostro y Sasuke le miró con extrañeza, sobre todo cuando Itachi le puso una mano en la mejilla y le toco el labio con el pulgar.

    — ¿Cómo te hiciste eso?

    Sasuke se sorprendió. Era verdad, el golpe que le había dado aun se notaba. ¿Debía decir la verdad? si lo hacía cabía la posibilidad de que Itachi fuese sobornado igual que su maestro de ingles… no, no correría ese riesgo.

    — Me caí –mintió.

    — Últimamente te caes mucho. ¿No eres muy torpe?

    — Eso no le interesa –bufó el menor. Itachi lo había dicho a modo de broma, pero el tono en el que contestó el menor le hizo borrar la pequeña sonrisa que había en su rostro.

    — Entonces comencemos. –Había cosas que este no entendía, como la doble personalidad, el hecho de que a veces se mostrara interesado, otras simplemente se quedase callado. Era obvio que le gustaba aprender pero no le gustaba hacer notar que no sabía nada. Sabía llevar a cabo una plática para sacar la mayor información sin necesidad de preguntar tanto. Realmente fascinante.

    Eso era Sasuke para Itachi, una fascinación.

    — ¿Practicaste lo que te enseñé la clase pasada? –preguntó.

    El muchacho asintió y comenzó a entablar una pequeña conversación con su mentor. La conversación era fluida, aunque a pesar de todo el menor tenía unos cuantos problemas con la con la pronunciación. Aun así Itachi complementaba agregando unas cuantas cosas a Sasuke, cosas de la vida cotidiana, y Sasuke ya era capaz de relatar lo que había hecho durante el día.

    Pasó la hora muy rápidamente, dejaron ese tema por la paz y después pasaron al piano.

    — Quiero proponerte algo. –habló el Uchiha antes de comenzar a tocar.

    El niño le miró con duda.

    — Primero a ti, y dependiendo de eso le plantearé la situación a tu padre. A pesar de ser tan solo un niño has avanzado lo de un mes por semana. Generalmente cuando mis alumnos llegan a cierto avance los llevo a entablar conversaciones con otras personas. Para que puedan desenvolverse con mucha facilidad. Esta es una ciudad muy basta por lo que creo que sería interesante ir a algún área en específico para que puedas entablar una conversación.

    — ¿De verdad? –preguntó Sasuke asombrado y a la vez emocionado.

    — Si, es lo normal. Aunque si quieres podemos seguir con lo normal.

    Sasuke se quedo pensativo y después esbozo una sonrisa.

    — Lo único malo es que no tocaré el piano ese día.

    — Entonces se lo plantearé a tu padre. –posó su manos sobre el teclado y comenzó a tocar. Sasuke le seguía el ritmo y ahora se desenvolvía con mayor facilidad.

    — ¿Está de quién es?

    — Es de Paul de Senneville, a pesar de que la toca comúnmente Richard Claiderman esta obra no le pertenece, se titula balada para Adelina. –su alumno seguía sus movimientos con mucho cuidado de no equivocarse. –no te tenses. No seas perfeccionista. –sugirió.

    — ¿Por qué para Adelina?

    — Es un gesto de amor de padre a hija. Paul le compuso esta canción a su hija recién nacida.

    — ¿Y qué es lo que inspira para componer una canción?

    — Los sentimientos que tengas en ese momento. Digamos que la música es una manera de plasmarlo.

    — ¿Y existe algún momento específico?

    — No, eso solo se da cuando empiezas a tocar…

    — ¿Usted ha compuesto alguna canción?

    — No, aun no. –le sonrió.

    — ¿Podría componer alguna en este momento?

    — No lo sé… a decir verdad jamás lo he intentado.

    — Realmente me gustaría escucharle. –Itachi hizo un mohín, sin embargo aceptó.

    Comenzó a tocar suavemente todas las teclas que había y ya después comenzó a tocar algunas teclas, algo suave al inicio, y también algo dudoso pero poco a poco fue descubriendo su ritmo. A decir verdad esa melodía era mucho más hermosa que cualquiera otra que hubiese interpretado su maestro. Era extraño pero esa melodía le relajaba y s u vez le aceleraba el corazón. Era la primera vez sentía eso en el pecho, que era esa sensación tan extraña. Era como si el aire la faltara pero a su vez le llenara.

    (primavera de ludovico)

    Al terminar aquella melodía separó sus manos del teclado. Todavía no sabía que era lo que le había llevado a tocar esa melodía.

    — Fue… asombrosa.

    — Gracias.

    — ¿Cómo piensa nombrarla? –Sasuke le miraba con curiosidad. Para empezar la había tocado por la emoción del momento, ni siquiera estaba seguro de poder volverla a tocar nuevamente.

    — No lo sé… ¿Inspiración?

    — ¡Qué original! –se burló el menor. Esperaba que su maestro fuese más creativo.

    — ¡Oye! –reclamó con falsa indignación. –es mi primera pieza. ¿Se te ocurre otro nombre?

    — Sasuke se llevó un dedo a los labios. Trató de buscar un nombre pero nada se le ocurría.

    — ¿Itachi’s theme?

    — Lo bueno es que yo soy al que le falta creatividad. –le contestó a lo que Sasuke solo le sacó la lengua de manera infantil. Itachi soltó una risilla y reprimió para no reírse a carcajada.. -¿Qué te parece balada para Sasuke? Después de todo tu me la pediste –le propuso con cierta picardía en la voz.

    — Deberías ser más original, ya hay muchos “balada para fulanita”

    — Pero no hay ningún Sasuke.

    — No me agrada. – se cruzó de brazos. Aunque, a decir verdad, al muchacho le emocionaba que tal vez esa melodía pudo haber sido dedicada para el, pero eso le abochornaba, pero no era tan insoportable como las cosas por las que le hacían pasar en aquel cuarto. Eso era un bochorno… ¿agradable?

    — Bueno, entonces luego pensaremos un nombre. Ahora te toca a ti componer una cancion. –le codeó.

    — ¡¿Qué?! –respondió sorprendido el menor.

    — Oye, ya me hiciste expresarme a mi, ahora te toca a ti.

    — ¿Expresarse? La mente de Sasuke viajó por unos breves momentos, ¿qué era lo que esa canción expresaba…?

    — Pero yo… no es justo yo, apenas estoy empezando a tocar el piano. Además llevo dos semanas con estas lecciones...

    — Yo jamás tome lecciones. –informó su maestro.

    — ¿Y cómo aprendió a tocar? –preguntó Sasuke. y es que esa melodía le había parecido tan especial….

    — Este piano era de mi padre, a el le encantaba la música. Cuando ellos murieron quise saber por qué era que le llamaba tanto la atención entonces me lo traje y fue que empecé a tocar.

    — Fascinante. –cada vez le asombraba más. ¿es que había una cosa que su sensei no pudiese hacer?. ¿Realmente era tan hábil?

    — Te toca a ti. Así que ahora te toca ti componer una pieza.

    Al inicio Sasuke le miró con duda, pero el no se quedaría atrás. En ese mismo instante crearía una melodía tan fascinante como su maestro. En un inicio vio demasiadas teclas pero después solo cerró sus ojos y comenzó a tocar. En cada sonido, en cada tecla que el presionaba liberaba un sentimiento. Esos doce años que llevaba encerrado en ese lugar, cada día que vivía lo plasmaba en las teclas. Y de cierta forma sintió como toda las frustración, la ansiedad, la desesperación disminuía. Sus manos se movían de una manera diferente.

    (from dark to light de Matthias Kistl)

    Itachi estaba sorprendido, Sasuke no era bueno imitando, era pésimo. Pero tenía su propio estilo, y hasta ahora que lo estaba escuchando tocar lo descubría. Ese niño era todo un prodigio.

    Sonreía y observaba con gran entusiasmo como el chico se desenvolvía, cuando este terminó la melodía se enorgulleció de si mismo, había una melodía casi tan perfecta como su maestro. Respiró hondamente ya que había contenido la respiración en algunos tramos.

    — Si que eres impresionante Sasuke.-elogió su maestro. Sasuke alzó levemente la barbilla. Que alguien del nivel de Itachi le elogiara significaba que eran muy bueno y no pudo evitar subir su ego hasta las nubes

    — ¿No quieres algo de tomar? –ofreció su maestro. El chico miró primero el reloj, ya casi era la hora de su salida y si comía algo y se daban cuenta… simplemente negó. Aunque esta acción no pasó desapercibida por su mentor.

    Minutos más tarde Orochimaru estaba en la puerta.

    — Buenas tardes. ¿Listo para irnos? –pregunto esbozando una sonrisa pero su hijo le miró con desprecio.

    — Sí, hay algo de lo que me gustaría platicar con usted

    Otra persona se hubiese tensado, pero Orochimaru era alguien bastante inteligente como para saber cómo reaccionar ante cada situación.

    — Por supuesto.

    — Es respecto al progreso de Sasuke. Este niño ha avanzado mucho más de lo que otros avanzarían en su tiempo por lo que creo que sería conveniente llevarle a practicar su idioma.

    — ¿Llevarle hasta Alemania?

    — No, claro que no. me refiero a llevarle a un centro que hay por aquí, como usted sabe así como hay un barrio Chino también hay un barrio Alemán y creo que sería conveniente, de esta manera Sasuke hablaría con más fluidez.

    Orochimaru se sorprendió, no había contemplado eso.

    — Como usted crea necesario profesor. –Itachi asintió.

    — Me parece bien, supongo que será pasado mañana. -Sasuke sintió una enorme felicidad.

    — ¿Por qué no mañana mismo?

    — Lo siento, pero tengo una junta en la Universidad, y no creo que este mañana en la ciudad.

    — Entonces mañana no hay clases. –en ese momento su alumno sintió un enorme vacío. Sería como el fin de semana… no quería quedar loco antes de tiempo. -¿Cuánto tiempo será eso?

    — No lo sé. Lo conveniente sería todo el día. Aunque claro, es usted quien tiene la última palabra.

    — Creo que… si. –y en ese momento una idea surgió. Las dudas desaparecieron. -¿A qué hora le traigo?

    — A las diez de la mañana

    — ¿Y a qué hora vengo a recogerle?

    — A partir de las ocho de la noche.

    — Entonces… hasta el miércoles. –padre e hijo salieron del cuarto, sin decir una última palabra. ¿Por qué la mirada del chico cambiaba tanto cuando aparecía Orochimaru? O tal vez se lo imaginaba. No importaba, tarde o temprano lo averiguaría.





    — ¿Qué tal te fue?

    — ¿Por qué haces esto, cuál es tu maldito afán?

    — ¿Me estas levantando la voz?

    — Ya has ganado lo suficiente, por qué no terminas esa serie de una vez –retó su hijo.

    El mayor le miró de manera desaprobatoria. Estaba seguro que hace dos horas Sasuke tenía la mirada vacía. ¿por qué había recobrado la vitalidad?

    — Porque tú aun no la quieres terminar. –Sasuke se sorprendió.

    — Tú eres el único que puede terminarla y hasta que no decidas terminarla jamás terminará. –el niño le miró incrédulo. ¿Cómo que te terminaría cuando el quisiera?

    — ¿Hicieron lo mismo con Byakuugan?

    — Ella terminó la serie por su cuenta. –dijo Orochimaru.

    — ¿Cómo lo hizo?

    — Tu tienes que descubrirlo.

    — Aun no entiendo… ¿Por qué las clases?

    Su padre le sonrió.

    — Es mi deber como padre inculcarte la cultura. Además sabes que hay eventos en los que me acompañas y tampoco quiero que quedes como un ignorante. Debes de conocer ampliamente los temas de los cuales se te preguntan. Todo es parte de este rompecabezas. Nada sucede si antes no ha sido escrito. Puede que la gente crea que todo es espontaneo pero nosotros siempre debemos saber hacia dónde nos dirigimos.

    Aun asi el menor no lo entendía. Pero de todos modos él nunca había visto lo que era una relación padre e hijo. No tenía amistades, no tenía familia, no tenía nada. De lo único que se informaba era de historia y geografía física, era lo único de lo que podía aprender. Después de todos cuando hacen preguntas para tratar de humillar a alguien siempre eran acerca de eso. jamás acerca de biología, sociología o alguna otra cosa.

    — Aunque por cierto… ya pensaste que quieres de cumpleaños.

    — Tú sabes que es lo que quiero.

    — No, eso es lo que anhelas, no lo que quieres. –le respondió con una sonrisa. ¡Como amaba confundir al azabache!









    — Tsunade. –le llegó con una sonrisa en el rostro.

    — ¿Qué sucede Orochimaru?

    — Ya tengo el guión listo. –se abanicó con los papeles.

    — ¿De qué hablas?

    — Todo esto será perfecto. Todo coincidirá… no tengo palabras para describirlo. –le mostró los papeles a la mujer. Al inicio los vio con extrañeza pero se iba relamiendo los labios conforme iba avanzando la lectura.

    — ¿Quién diría que esto realmente nos serviría?

    — Y también tengo planeado el final… todo será perfecto. Con esto se quebrará, esto te lo tengo bien asegurado.

    — ¿Y qué hay de Sasuke?

    — Sigue leyendo. –le sonrió. Tsunade esbozó una sonrisa, una sonrisa llena de éxtasis y fascinación.

    — A los clientes les encantará.





    Madara esperaba debajo de un árbol esperando a que pasase la lluvia. Realmente le había dejado en shock lo que el jefe de policía le había dicho.

    — ¿Y bien? –preguntó Itachi.

    — Hoy haremos algo diferente… recurriremos a la ayuda de un ex convicto.

    — Crees que el puede tener algo que ver con Hyuuga.

    — Con Sasuke. ¿De quién estás hablando?

    — Jiraiya, hace muchos años fue acusado de retener a una muchacha en contra de su voluntad por lo que al ser paciente Neji Hyuuga podría haber tenido contacto en algún momento con la muchacha. Pero antes debes prometerme que no dirás nada, solo te limitaras a observar ¿de acuerdo?

    — Supongo que tiene mucho sentido. –respondió Itachi, no era una afirmación, lo único que hizo fue dar una respuesta satisfactoria.

    — Aquí yo hago las preguntas, el me contestará con verdades y mentiras dependiendo de lo que le convenga. ¿Está bien?

    — Supongo. –encogió los hombros en señal de indiferencia. Madara y el se acercaron a la puerta.

    — ¿Vamos a llamar a la entrada así como así?

    — Si, tiene libertad condicional por lo que no puede hacer nada sin meterse en problemas. Simplemente tocó la puerta y se escuchó a alguien que se acercaba con pesadez.

    — ¿Qué rayos sucede? – un hombre bario la puerta. Con cabello largo, grueso y blanco. -¿A qué vienen? –preguntó sin esperar respuesta. -¿Qué no ven que trato de ver la televisión?

    La casa tenía un olor rancio, era un lugar sumamente desordenado en el que rara vez abrían las ventanas. Un lugar bastante rustico, con muebles de segunda mano y una mesa en la que había un montón de latas de cerveza. Aunque en medio de la sala había un enorme televisor que contrastaba con todo el decorado de la casa. Un sillón reclinable justo en frente de este era lo que se podría apreciar a simple vista.

    — vaya, eres tú. –se fijó en Madara. –¿ahora qué quieres? Yo no he hecho nada…nada malo –agregó.

    Jiraya, exhibicionista, delincuente sexual condenado a tres años de prisión debía tener alrededor de cincuenta años.

    — ¿Y tú quien eres?

    — El es el doctor Itachi Uchiha.

    — ¿Doctor? ¡Ja! Y donde esta tu estetoscopio o esa porquería que se cuelgan en el cuello.

    Itachi le respondió con calma.

    — Tengo un doctorado, no soy médico. –el hombre les miro con desprecio.

    — ¿y qué quieren?

    — ¿No nos vas a invitar a pasar? –Jiraya hizo una mueca y arremedó el tono en el que Madara le había cuestionado. Una vez adentro tomaron asiento entre el montón de porquería que había en los sillones.

    — Bien. –Itachi examino al delincuente que tenía enfrente, buscaba cualquier señal de nerviosismo o duda. Tics, sudor en la frente, observaba atentamente su respiración, su postura y los movimientos de su cabeza. Cualquier muestra que indicara que tan sincero estaba siendo.-usted sabe que debe tener un trabajo fijo…

    — Y lo tengo, trabajo en una editorial, me encargo de la revisión de los libros antes de que salgan a la venta.

    — Y también sabe que no puede ir ni a escuelas ni a parques…

    — ¿Me ha visto violar alguna de esas reglas? –Itachi le miro fascinado, no lo había negado, solo pregunto que sí le habían visto.

    — Y también debe ir con su oficial a cargo una vez al mes

    — Siempre hago eso. –contestó hastiado.

    — Claro que lo haces, sabes que eso es la clave de tu libertad pensó Itachi.

    — Y también debe ir a una terapia…

    — Si, ya lo sé.

    — ¿Y qué tal le va?

    — Eso no le incumbe

    — Debe de responder a todas mis preguntas. De otra manera estaría violando los términos bajo los cuales está en libertad condicional. ¿O tal vez quiere que lo lleve detenido en este momento? De todos modos no soy un policía, si no que estuve en la marina y por lo tanto

    — Va bien. Pero el doctorcito dice que esto es entre él y yo.

    — Si, así es, siempre y cuando no se este bajo libertad condicional. –le recordó.

    — El doctor dice que estoy mejorando

    — Explíquese

    — Mejorar es estar mejor. –respondió.

    — Va a tener que ser mas preciso Jiraya. –ordenó. Lo llama por su nombre, de esa manera lo apacigua –pensó Itachi.

    — Me ayuda a controlar mis deseos.-contestó, aunque la palabra deseo no hacía más que sustituir la palabra ganas.

    — ¿Cómo ha dicho que se llama su doctor?

    — No lo he dicho pero si quiere le doy su teléfono y su dirección.

    — No es necesario, ya los tengo.

    El joven los veía con asombro, sabía a la perfección que tipo de terapia debía llevar alguien como el, aunque casi nunca tenían éxito en este tipo de personas.

    — ¿Cómo conoció al doctor Hyuuga?

    — Por mi policía, el me recomendó con el y así fue como llegue a su consultorio.

    — ¿se han visto en otro lugar aparte de este?

    El delincuente vaciló.

    — No

    — Le preguntaré de nuevo…

    — Si, a veces paseamos a carro.

    — Interesante. ¿Y por donde le lleva?

    — Pasamos por un colegio…

    — ¿El colegio Konoha? ¿o el colegio Arena?

    — No, no pasamos por esos. Fue por la Ola

    — Pero sabe los nombres y seguro que también las direcciones.

    Itachi le miro con recelo, seguramente también le podía decir cuántos alumnos eran, a qué hora salían, cuándo era su receso, quiénes se quedaban hasta tarde…

    — De acuerdo… ¿alguna vez se detuvieron?

    — No.

    Itachi identificó luego su mentira. Era fascinante como mezclaba la realidad con la falsedad.

    — Usted fue acusado de raptar a una niña…

    — Solo la rapté, jamás la toqué.

    — Pero estaba con ella, en un auto en la noche y con la cremallera abierta. –Jiraya frunció el ceño y no respondió.

    — ¿Alguna vez ha ido a casa de su médico?

    — ¡No! –espetó.

    — ¿Sabe donde vive?

    — No

    — ¿Alguna vez ha visto a su familia?

    — Eso no tiene nada que ver con mi terapia.

    — Dígame de que hablan.

    — Me pregunta qué es lo que pienso y lo que siento cuando veo... —Se detuvo en ese punto para respirar hondo—. Quiere que hable de todo lo que se me cruza por la cabeza. Le digo la verdad. Es difícil, pero estoy aprendiendo a controlarme a mí mismo. No necesito... —Otra vez se detuvo. –detective, estoy mucho mejor. El doctor Hyuuga me ha ayudado realmente. Usted tal vez no lo crea, pero es verdad. Pregúntele a él.

    Madara asintió.

    — Lo haré. ¿Sabe usted que si le miente a un oficial puede ir directamente a la cárcel?

    — Si, si lo sé. Ahora déjeme que le diga algo, pasamos por esas escuelas peor jamás nos detuvimos.

    — ¿Quién es Hinata Hyuuga? –preguntó abruptamente. -¿Dónde está?

    — No lo sé, jamás había oído ese nombre antes.

    — Si miente irá a la cárcel.

    — Escuche, no sé de quién me habla. Es verdad.

    — Me parece bien… eso es todo por hoy. ¿tiene computadora?

    — Si

    — Me lo llevare

    — ¡¿Qué?!

    — No se preocupe, se lo devolveré mañana.

    A regañadientes Jiraya le entregó el ordenador. Madara no le preguntó la clave, no hacía falta. Pero fue algo que a Itachi le llamó mucho la atención. Lo entregó con demasiada facilidad… ¿Qué era lo que ese delincuente ocultaba?
     
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  11. claudylu
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    Si yo tambien me pregunto eso.Espero que lo continues
     
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  12. Kira Kuran
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    Si muy interesante al principio ya me estaba imaginando Que era mentira ... Esos dos pelinegros son unos amores X3 yo los quiero para mi XD ... Espero que Sasuke no acabe la serie matandose ... Jiraya de delincuente sexual nunca me hubiera imaginado (notese el sarcasmo) ... Tendre que esperar hasta que puedas poner la continuacion T.T nos vemos!!!
     
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  13. pachi_uchiha
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    AHHHHHHHHHHHHHH!!!!

    estas igual con amor yaoi

    CONTIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!
     
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  14.     +1   -1
     
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    EL GUERRERO DE LA NOCHE ETERNA
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    No muy lejos de Aqui, ni nuy cerca de alla e.e

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    contyy contyy , pobre Sasu... Ojala Itachi se lo secuestre un ratito xD
    porque tanto problema con tsunade?? En realidad sabes aleman??
    Que significa lo que le dijo tsunade a Sasu??
    Kyaa muchas preguntas, ni una respuesta U.U contyyyy :)
     
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  15. Gerdhr
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    Hi
    Aquí con la continuación
    Ya tenía tiempo sin actualizar je, pero este capi espero les sea de su agrado ^^

    Gracias a las personas que dejaron su comentario. Respecto a las preguntas de XxSasukexX
    Tsunade es una persona diferente con preferencias diferentes, no es mala, solo le gusta sentir adrenalina.
    Si se alemán, Tsunade le dijo que pusiera sus brazos a lado de su cuerpo para que ella pudiera depositar la charola. Mezclan los lenguajes para que que si alguien les observa no se den cuenta de donde están. Es la importancia de mezclar idiomas


















    — Tengo una idea. –mencionó su compañera mientras miraba la pantalla. –es para hacer más divertida la página.

    — ¿Qué clase de idea? –cuestionó el hombre.

    — Ya tenemos el guion pero…-le sonrió con picardía. -¿Qué te parece una apuesta?

    — ¿Sobre qué? Ya tenemos el guion… –la mujer le sonrió.

    — Lo sé. Sin embargo creo que un reloj de virginidad le dará cierto agrado a nuestro público. Habrá un cronometro, quien se acerque a la hora en la que nuestro pequeño perderá la virginidad. –anuncio, ese juego macabro era sin duda algo realmente sorpresivo.

    — ¿Y bien?

    — Creo que será muy bueno. –anunció. Y en ese momento Orochimaru se puso a hacerle ajustes a la página. Ahora en la página de inicio había un cronometro y nueva parte en donde los clientes apostaban cantidades muy exorbitantes.



    — ¡Fuera de la cama!

    Fue lo primero que escuchó en cuanto se abrió la puerta. Inmediatamente se puso de pie con tanta rapidez que sintió un leve mareo. La cadena hizo ruido y la mujer le ordenó en ese momento dar cincuenta saltos.

    — ¡Y uno, y dos, y tres! ¡Vamos Chidori! ¡Más rápido! –le indicó la mujer. Sasuke daba los saltos de la misma manera que lo hacía un soldado en el ejercito. Esto realmente había sido diferente a todas las parafilias que antes había experimentado. Después de eso le ordenó flexionar las piernas y hacer unas cuantas abdominales, después le ordenó trotar, le ordenó hacer lagartijas, aunque el chico no pudo hacer más que dos. Los brazos no le daban para más y al finalizar le ordenó estirarse.

    Sasuke estaba tocando la punta de sus pies, eso realmente era des estresante.

    — Es suficiente Chidori. –dijo la mujer con voz seco. Hizo una pausa esperando que Sasuke se irguiera nuevamente. -¿No me escuchó acaso Chidori? Dije que ya era suficiente. ¿O me está retando?

    Al niño se le heló la sangre y se irguió rápidamente, haciendo sonar la cadena que había en torno a su cuello.

    — Regrese a la cama.

    El muchacho volvió se sentó sobre la cama. Después la mujer le dejo sobre su regazo una bandeja de comida, unas sardinas recién des enlatadas y una botella de agua. El chico devoró todo y lamio el plato, realmente tenía demasiada hambre. Después le quitaron la bandeja y escuchó algo parecido a un chacoteo.

    — Bien, es hora de higienizarse. A medio metro de la cama hay un balde de agua, un jabon y una esponja,

    Sasuke asintió y tanteó, tocó el agua, estaba tibia. Se quedo quieto unos momentos.

    — Puede quitarse la máscara. –Tsunade había hecho ese pequeño lujo de la página. Si es que la pagina estaba siendo vista por alguien que no debía, el hecho de poder verle la cara al joven era un lujo que muy pocos podían tener, eran cantidades muy obscenas qué pensarían mucho para aprobar. No dé en balde ella trabajaba en la policía y sabia todo el papeleo que debían hacer.

    Sasuke se quito la máscara lentamente pero no abrió los ojos, no debía. Después se bajó lentamente la ropa interior Tomo la bandeja y se hecho una pequeña cantidad de agua sobre el cabello que le hizo titiritar. Una vez que su cabello estaba un poco humedecido se pasó el jabón aroma a miel sobre el cabello, y comenzó a tallar haciendo una pequeña cantidad de espuma.



    — por dios.

    Dos jóvenes estaban en una habitación completamente a oscuras. Ya en otras ocasiones habían visto a alguien bañarse, habían bañado a sus hermanos y cuidado niños, pero jamás lo habían visto de manera tan erótica.

    — Estoy mojada. –comentó una. No podía dejar de ver como el agua escurría por la aquella piel. Extendió su brazo hacia la pantalla de la computadora, tratando de tocar al niño a través de la pantalla.

    — Dios mío.-le apretó la mano a su compañera cuando el chico se llevo su mano a su entrepierna. ¿Qué dirían sus padres si las descubriesen tocándose mientras veían a un niño bañarse?

    Definitivamente no podían entender que era lo que les excitaba. Simplemente era una fascinación, una fascinación macabra.



    En el auto Sasuke estaba algo nervioso, ese día pasaría todo el día con su maestro. Si se prestaba la oportunidad podría intentar escapar, aunque las probabilidades de hacer posible eso eran nulas. Seguramente Orochimaru pondría de cabeza la tierra pero de que le encontraba le encontraba.

    — Bien Sasuke, aprende mucho. –Interrumpió sus pensamientos –recuerda no perderte. –susurró en su oído. El niño se tensó. ¿Es que podía leer su mente?

    Orochimaru jamás le había subido el tono de voz a Sasuke, y eso era lo que más le asustaba. Hicieron ajuste de hora y quedaron en que pasaría por el a las ocho de la noche. Se ofreció a llevarles pero Itachi negó, antes había algunos ajustes que debía hacer.

    Orochimaru salió, debía atender una conferencia de prensa por lo que partió de inmediato.

    Itachi revisó sus libros de cuentas, siempre disponía de la tarjeta de débito pero un poco de efectivo no le haría mal.

    — Bien Sasuke, iremos a este punto de la ciudad. –señaló en el mapa. El chico miró el mapa de reojo, a pesar de saber bien a qué se refería la simbología del lugar, no sabía nada de la ciudad, solamente recorría la ciudad en limosina y la mayor parte de lo que conocía se debía a fotos. -¿tomaste algo antes de venir? –preguntó Itachi sin dejar de ver el mapa. Sasuke vaciló un momento, ¿Qué debía responder? Nadie le había informado como debía actuar ese día. Su maestro notó este detalle. –supongo que pasaremos a alguna cafetería.

    El niño encogió los brazos con señal de indiferencia, si bien era cierto se moría de hambre no iba a reconocerlo ante nadie.

    Itachi le miró con curiosidad, Orochimaru no era el padre sobreprotector que decía ser. Si bien es cierto, el muchacho siempre iba impecable, un padre sobreprotector no olvidaría darle a su hijo un abrigo y un paraguas en pleno verano. Itachi se ahorró estos comentarios, no le gustaba hacer notar sus observaciones.

    Tomó un paraguas y le hizo una señal a Sasuke para que le siguiera. Irían caminando y después se regresarían en taxi si se hacia tarde.

    Caminaron un buen tramo atravesando el parque. el niño realmente estaba maravillado, lo había visto desde el balcón de Itachi y en un libro de fotografías pero jamás lo había visto tan de cerca. Los trovadores, la música del parque, era un poco ruidoso pero aun así no era como le prestara mucha importancia.

    — Creo que deberíamos apre….-itachi se volteó hacia el chico que veía maravillado todo el alrededor. –supongo que podríamos detenernos un rato.

    — ¿De qué habla?

    — ¿Alguna vez has escuchado a un trovador? ¿O quizá has visto una obra?

    — No me gustan. –se cruzó de brazos el chico. Itachi le miró con incredulidad, seguramente ni siquiera sabía que era un trovador.

    — A su maestro se le vino una idea a la cabeza, no era del todo correcta pero lo importante era que el chico practicase su alemán.

    — Oh. Hay un parque cerca de aquí… a veces ofrecen funciones increíbles y… hay un festival de cine alemán cerca. ¿Qué te parece si vamos?

    — Como quieras. –contestó tratando de disimular su entusiasmo pero no lográndolo del todo. Itachi sonrió y recorriendo lentamente aquel parque.





    — Joder Orochimaru, más te vale que valga la pena. –la mujer estaba en la computadora haciendo cutcopy, con los videos de los días anteriores, pero simplemente poniendo cosas comunes, como cuando el menor dormía o cuando usaba el inodoro. La había hecho para que no siempre fuese lo mismo, y agregar un poco de tensión al esto no estaba mal. Era la primera vez que “engañaba a sus clientes” no le gustaba eso. Puesto que ante todo la “honestidad” era la clave del éxito de la pagina. –mira que usar a tu hijo –una sonrisa retorcida se dibujó con esa idea. –no, mira que usar a ese chiquillo… realmente tenías todo planeado ¿no? Lo educaste especialmente para esto….-cabeceó un poco y se sobó la sien. –supongo que haber comprado a ese crío fue a mejor inversión que pudiste haber hecho.









    — Esto es…

    — Un parque de diversiones. En esta época del año hay un festival de cine alemán. –a Sasuke le importaban un comino sus clases, jamás había visto esos enormes artefactos tan de cerca. En un descuido Itachi perdió de vista al muchacho.- oye, ¡Sasuke!

    Se le había perdido un chico en un segundo, de acuerdo, esto jamás le había pasado. Siempre era cuidadoso o siempre los tenía a la vista. Dio varios empujones entre la gente, buscando al chico.

    La sensación de vacío era enorme, y no era que le angustiara lo que Orochimaru le dijese. Era que se angustiaba por Sasuke, no sabía por qué, ya después se detendría a pensar en eso. Buscó entre la multitud y no lograba ver nada. Después alcanzó ver una figura cerca del muelle

    Este estaba estático contemplando la bahía. ¿Lo traía a un parque de diversiones y se quedaba observando el mar?

    — Dios mío Sasuke, no me vuelvas a dar esos sustos. -el niño le miro con incredulidad. No es como que alguien se preocupara cuando se perdía, más bien se molestaban. Aunque no le prestó importancia a ese pequeño detalle.-compré los boletos para la siguiente función.

    — ¿De qué será?

    — Muchos lo conocen como cine de arte, digamos que es un cine más culto que el cine comercial.

    — ¿Cine comercial?

    — Si, ya sabes, Harry Potter, Crepúsculo, Karate Kid, Las películas de Disney.

    — Jamás había escuchado hablar de ellas. ¿Algun ejemplo de cine de arte?

    — Amelie, Requiem for a dream, Laurimar dulce. Muchas veces el cine de arte no tiene finales felices, es por eso que la gente prefiere el cine comercial. Le encantan los finales donde la pareja termina feliz.

    — ¿Y eso sucede en la vida real?

    — A veces

    — Entonces, para que la gente se entretiene viendo películas tontas?

    — Es porque no siempre sucede eso y muchas veces es una manera de huir de la realidad, o tal vez deseamos una vida diferente. Varía dependiendo la persona.

    — ¿Podríamos ver una?

    — Si claro, a eso venimos pero ahora tendremos que esperar hasta las siguientes funciones. Se han agotado los boletos así que haremos tiempo. ¿Qué te parece si comemos algo?

    — ¿De lo que venden aquí?.... no se ve muy… -buscó una palabra. –apetitoso.

    — No todo es dulce. –le sonrió. –vamos, le caerá bien a tu estómago.

    Pasaron por varios puestos, Itachi compró algunas fritangas y varios caramelos pero Sasuke le hizo un mohín a todo aquello. Al final terminaron deteniéndose en una pequeña cafetería.

    — Pide algo.

    — No sé que pedir.

    — ¿Algo que te guste?

    — Los tomates… -Itachi enarcó una ceja. Niño raro.

    — ¿Tiene algo que tenga….tomate?

    — Tenemos spaguetti a la bolognesa o tomates rellenos.

    — Deme un poco de los dos.

    — ¿Y para usted?

    — Para mí… supongo que lo mismo. –le dijo a la mesera. La mujer se sonrojo. Es muy guapo, pensó a la par que le sonreía a Itachi pero Sasuke simplemente le lanzó una mirada asesina, muy curioso que un niño de apenas doce años intimidara de esa manera a una mujer de veinte.

    — ¿Te cayó mal?

    — No me agradó. –contestó desviando la vista al menú. ¿Cómo podía describir eso? Le enojaba que alguien más hablara con Itachi, ¿Por qué ese sentimiento de posesión? -¿A ti si? –preguntó sin verle a los ojos.

    — No la he tratado, no sé cómo podría ser…. Se ve linda. –comentó encogiendo los hombros.

    Sasuke se quedó callado, la comida era deliciosa, pero clava con fuerza el tenedor en la albóndiga, pensado que esa era la mesera.

    De pronto se le vino a la mente la idea de los juegos mecánicos. Había visto que la gente que se subía bajaba en pésimo estado.

    — ¿Podemos subir a un juego?

    — Supongo que sí. –le respondió. -¿A cuál te quieres subir?

    — A ese. –señaló con simpleza la montaña rusa. Itachi tragó duro, no le agradaba para nada la idea de subir a esa cosa.

    — No sé si sea buena idea… a decir verdad jamás he subido a algo así.

    — Entonces ería nuestra primera vez. –le sonrió con malicia clavando con fuerza el tenedor en la albóndiga.

    Después de la comida hicieron fila. En lo que sucedía eso ya se les habia bajado la comida. Hasta que llegaron a los carriles.

    — Vamos jóvenes. –les invitó. Se subieron lso dos juntos y tomaron todas las medidas de seguridad. Poco a poco comenzaron a subir y cada segundo Itachi sentía su estomago encogerse más.

    — Si no te gustan las alturas… ¿Para qué vives en el ultimo piso? –preguntó Sasuke con incredulidad viendo divertido como Itachi apretaba los ojos.

    — Una cosa es vivir arriba y otra subirme para bajarme a una ve. –no pudo terminar la frase cuando sintió un bajón enorme.

    Itachi se quedó pegado al asiento y cerró sus ojos con fuerza. Sasuke e divertía de lindo, y no por el juego, si no por ver a su maestro en ese estado de pánico. Esa maldita máquina infernal era la muerte, mientras que Sasuke sentía la adrenalina correr por sus venas en cada curva. En cada giro que daba la montaña. Al bajar Itachi corrió rápidamente hacia los basureros y vomito todo lo que había consumido. ¡Maldito Sasuke! Se había desquitado y ni siquiera sabía el por qué estaba tan enojado. El niño también se bajó, pero a diferencia de Itachi el se bajó con una sonrisa en el rostro.

    — Creo que…-volvió a vomitar. Sasuke no pudo evitar soltar una carcajada. –eso fue muy cruel…

    — Lo siento, no lo pude resistir. –Itachi sonrió, pero todavía no recuperaba el color. –déjeme voy por una botella de agua.

    — Si no es mucha molestia.

    Itachi todavía estaba tambaleándose pero Sasuke se veían bastante relajado. Era increíble como en ese pequeño momento se habían acercado tanto.

    — La función empieza en cinco minutos. Será mejor que entremos. Le dijo a su alumno aun sosteniéndose de sus rodillas. Se incorporó unos segundos después y fueron a ese lugar. No estaba en condiciones de comprar golosinas por lo que entraron sin más.

    Su alumno se asombró, todo era oscuro y no podía ver hacia donde iba. Casi se tropieza y cae de no ser porque Itachi le sostuvo con fuerza.

    — Ten cuidado. –le susurró en su oído.

    El muchacho asintió, no sin antes sentir un pequeño escalofrío, esa iba a ser su primera vez en una sala de cine. La función fue grandiosa, Sasuke jamás había visto tanta nitidez. Tantos sentimientos en una obra. Eso sin duda era bellísimo, incluso la comedia que había le asombró. La música de fondo iba de acuerdo a cada escena y eso hacia que se emocionara aun más. Examinó también a los demás espectadores, todos veían con asombro aquellas imágenes.

    Pero también hubo escenas en las que sintió su corazón encogerse. ¿Cómo podía sentir compasión por un personaje ficticio?

    Salieron del cine, Sasuke aun asimilando todo lo que acaba de ver. Y con muchas dudas respecto a muchas escenas.

    — Disculpe maestro, ¿que fue cuando unieron sus bocas? He visto que muchas personas lo hacen.

    — Ahh, eso se llama beso.

    — ¿Y cuando se tocaron, se desnudaron y luego durmieron los dos juntos?

    — Bueno, este… digamos. –Itachi se asombró, no es como que eso fuera una novedad pero era algo bochornoso responder ese tipo de preguntas a Sasuke -se llama “hacer el amor” –si cualquier niño le hubiese preguntado hubiese simplemente hubiese respondido que sostenían relaciones sexuales. Eso hubiese sido todo.

    — ¿Entonces ellos dos se amaban?

    — Pues sí…

    — Entonces, eso es a lo que llaman la primera vez.

    — No exactamente… se llama así a la primera vez que se entregan el uno al otro.

    — ¿Se entregan? –curveó las cejas. -¿Cómo es eso?

    — En sí es un acto de pasión, en el cual una persona se entrega física y espiritualmente a otra. –respondió. De cierta forma el sexo consistía en eso, aunque la gente actualmente no hiciera más que explotar de manera morbosa dichos aforismos. Durante las relaciones, dependiendo de la posición, podías conseguir un equilibrio en los chakras por lo que esa información era correcta.

    — ¿Es una unión?

    — Si

    — ¿Y a qué edad sucede eso?

    — Eso debe suceder cuando estas consciente de lo que quieres.

    — ¿Puede ser con quien sea?

    — Pues sí, de preferencia debes ser correspondido.

    — ¿Cómo sabes si esa persona te corresponde?

    — Solo lo sabes.

    El chico paró en seco.

    — Quiero una respuesta concreta. – exigió. Itachi se detuvo y volteó a ver al muchacho.

    — ¿Es que acaso no sabes definir lo que sientes por alguien? –Sasuke abrió la boca, pero las palabras no le salieron. -¿Ese es el caso? –se quedó un minuto mirándole a los ojos. Sasuke sintió algo extraño, esa sensación de nuevo. Esa maldita sensación de debilidad.

    — No. –se apresuró a responder.

    — Entonces no tienes por qué preocuparte. –le dio un toque en la frente.

    — No es justo, nunca me da respuestas concretas. –chistó. Pero entonces cambió la estrategia. -¿Usted ya se ha entregado a alguien?

    — No. todavía no me he entregado a nadie. –Itachi no mentía, había tenido amantes casuales. Pero jamás se había entregado a nadie.

    Sasuke soltó un suspiro de alivio. No sabía porque, pero eso le hacían sentirse muy satisfecho.

    — Caminaron de regreso por el parque y alcanzaron a ver un gatito

    — Hola jóvenes, ¿No quieren comprar un gato? –Itachi se detuvo ante el señor y miró a los felinos. Odiaba a los gatos.

    Antes de negar observó como Sasuke se acercaba a los pequeños mininos.

    — Parece que le agradas a este. –vio al gato blanco y lo cargó, este comenzó a ronronear y lamio la cara del niño. La lengua era rasposa pero su piel era muy suave. -¿No quiere llevar uno joven? Seguro que a su hermano le gustará. –sonrió el hombre. Itachi no le negó la información a aquel hombre.

    Itachi hizo un mohín, realmente les aborrecía.

    — ¿Te gusta? –le preguntó al chico, este le miró curiosidad.

    — Algo, pero será mejor que nos vayamos antes de que se haga más tarde. –dijo el chico, aun sin bajar el gato.

    — Si lo quieres… puede ser tuyo. Tómalo como un regalo de cumpleaños. –ese pequeño minino había producido una sonrisa en Sasuke, y no una sonrisa de prepotencia o altanera, una sonrisa diferente. Eso le gustaba a Itachi. Y si ese gato era la clave, lo compraría.

    — Aunque a mí me agrada no creo que sea el caso de mi padre.

    — Si quieres, puedo cuidarlo yo, y lo verás cada vez que vengas a clases.

    — ¿De verdad? –un brilló cruzo por sus ojos, como quien tiene un juguete nuevo.

    — Si, por favor deme al gato… y un poco de comida.

    — El anciano sonrió y le dio una bolsa a Itachi, el minino se acomodó sobre los brazos del muchacho.

    — Serás mi amigo. –le sonrió al gato.

    Su maestro esbozó una ligera sonrisa.

    — Mejor consíguete un amigo de verdad. –Sasuke miró de reojo a Itachi y le sacó la lengua haciendo soltar una carcajada a su maestro. El otro se sorprendió, jamás le había escuchado reírse de esa manera y por ende también rió. –imagínate, tu mejor amigo, casi hermano es una gato.

    — Nunca he tenido amigos, menos hermanos. –comentó con indiferencia. Al jampas haberlos tenido, no sentía el menor atisbo de sentimiento hacia ellos.

    — Estoy dispuesto a apoyarte como uno.

    — ¿Cómo un hermano? –Itachi se sorprendió, el se refería a un amigo, pero le pareció tierno ese pequeño gesto del otro.

    — Mientras no digas que esa bola de pelos que tienes es familiar mío no tendré ningún problema.

    — Oye! ¡No insultes a Sakura!

    — ¿A qué se debe ese nombre?

    — Había un árbol muy hermoso que vi en un libro. Me gustaría verlo alguna vez, su flor se llamaba Sakura.

    — Interesante.

    Después caminaron en silencio hasta llegaron al departamento. El niño cayó en el asiento, se sentía completamente agotado. Jamás había tenido un día tan agotador. Sus ojos le pedían a gritos cerrarse.

    — Puedes tomar una siesta, todavía falta para que llegue tu padre. Me llamó diciendo que había trafico en el eje 8 por lo que si calculo bien llegará en dos horas.

    El chico asintió y se desplomó sobre el sofá, con el gato aun sobre sus brazos. Itachi se ahorró un comentario acerca del pelo de aquel minino, aunque odiara a esa “cosa” de ahora en adelante tendría que soportarlo.

    El simplemente se dirigió al piano y comenzó a tocarlo, de manera lenta y suave.

    Sasuke sintió una enorme calidez, tanta euforia que incluso quería gritar. Pero no entendía el por qué, eso le frustraba. Le frustraba no describir lo que sentía, le frustraba sentir cosas nuevas. No podía describir eso, poco a poco la imagen de su maestro iba desapareciendo conforme el sueño le ganaba. Estiró la mano, tratando de alcanzarle, tratando de tocarle. Su maestro, al ver aquel gesto se paró y se alejó de él. el trató de gritar pero las palabras se atorando en su boca. No podía emitir ni un solo ruido. Vio a Itachi recibir una fajo de billetes y sonreírle, pudo sentir el cálido aliento de alguien en su nuca.

    — Todo por resistirte Sasuke… todo por no querer parecer débil, sin darte cuenta que es lo que has mostrado todo este tiempo.

    — ¡NO!

    Itachi dejó de tocar el piano, el muchacho estaba hiperventilando y hasta había hecho que el gato saliera huyendo de su amo

    — Sasuke. ¿Qué te pasó? –preguntó tocando la sudorosa frente del niño.

    Trató de normalizarse, cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir. Todo había sido un sueño, no se había dado cuenta en qué momento se había quedado dormido.

    — ¿Puedo confiar en usted? –preguntó en seco. Itachi se sentó al lado del muchacho. Le miró con extrañeza.

    — Claro que si Sasuke –respondió pasados unos segundos.

    — ¿Cómo sabré que no me traicionarás?

    — Sasuke. Si no me dices que es lo que sucede no puedo ayudarte. Y realmente quiero hacerlo

    — Yo –tomó una fuerte bocanada de aire. –no quiero ir a casa

    — ¿Por qué?

    — No quiero

    — Dime que es lo que sucede.

    — No quiero volver a casa, no sé ni siquiera como se llama lo que hacen ahí. No se, solo me observan y no me gusta. Daría lo que fuera por ya no tener que regresar –se escuchó el timbre, aun asi Itachi no fue a abrir, le gustaría que el niño fuese más concreto. Esperó a que el niño siguiera. –todos los días es lo mismo. -Recargo su cabeza sobre el hombro de su maestro, este pasó una mano por detrás y le atrajo con más fuerza, dejándolo sobre su pecho.

    — Él fue quien te dejo la marca del golpe. –afirmó refiriéndose a su padre.

    — No lo sé. –suspiró pesadamente.

    — ¿Dónde sucede eso?

    — No lo sé.

    — ¿Desde cuándo sucede esto?

    — No lo sé.

    — ¿Qué te han obligado a hacer?

    — A bañarme, a comer cosas desagradables, -Itachi se quería pegar un tiro. ¿Eso que podría tener de malo? Pero una parte de él sabía que si tenía algo de malo, y mucho. De no ser por la actitud del chico cualquier otro juraría que estaba mintiendo para llamar atención. No sabía nada acerca de lo que le hacían, o más bien sonaba demasiado tonto, entonces no había crimen, no había delito, sin embargo si había un delito. Si lo llevaba a un hospital no habría restos de una violación… ¿o tal vez si? No, Sasuke era demasiado inocente en ese aspecto, pero si era vulnerable al maltrato psicológico.

    Se atrevió a preguntarle algo más.

    — Sasuke… alguna vez ellos, ¿te han hecho…? –vaciló buscando las palabra apropiadas. – ¿has tenido tu primera vez con ellos? –Sasuke negó con la cabeza para luego mirar con duda a su maestro.

    — ¿no dijo que eso solo sería con una persona especial?

    — Bueno… sí, pero a veces las cosas no son como queremos

    — Dígamelo a mí. –comentó con amargura.

    — Sasuke, quiero ayudarte pero no puedo hacer nada si no me dices algo más concreto.

    — Ya lo estoy haciendo. Miran todo lo que hago, todo el tiempo… ¿Qué más necesita que le diga?

    — ¿Cómo es esa habitación?

    — No lo sé. –Itachi se estaba exasperando. ¿Cómo iba a ayudar a alguien que ni siquiera sabía que era lo que le sucedía o donde se hallaba?

    — ¿Alguna vez le has dicho esto a alguien más?

    — Solo a mi maestro pasado, pero…. no me creyó. –sonrió con tristeza. –según el solo era alguien que necesitaba atención.

    — ¿Qué le dijiste?

    — Lo mismo que a usted. -suspiró con pesadez. –pero el le dijo y… -un recuerdo cruzo su cabeza y le hizo dar un ligero escalofrío. –se molestó.

    El timbre se volvió a escuchar. Esta vez esta aun más irritante, ese sonido que tiene la cualidad siempre interrumpir en tu vida era realmente molesto.

    — Creo que será mejor que me vaya. –Comentó –no quiero que se enojen.

    Itachi asintió, cruzó la sala y abrió la puerta, mostrando nuevamente su rostro lleno de indiferencia para evitar cualquier cosa que pudiese perjudicar al chico.

    — Buenas noches Lord Orochimaru.

    — Buenas noches Itachi. ¿Qué tal les fue?

    — Fue bastante recreativo y útil En otra oportunidad me gustaría volver a repetirlo.

    — Será toda una dicha –comentó con una sonrisa en el rostro. -¿Nos vamos Sasuke?

    El muchacho pasó de largo y ni siquiera se despidió. Itachi captó el mensaje, no quería que su padre despertara sospechas. Si supiesen que todo esto ya estaba escrito.





    Itachi comenzó a buscar en la web, comenzó con preguntas como ¿Dónde puedo ver pornografía infantil? Buscaba preguntas así y llegaba a sitios donde había mujeres maquilladas de manera infantil. Chicas que recién acababan de cumplir los 18 años, nada que estuviera involucrado abiertamente con la pornografía infantil. Pensó que tal vez esos sitios no existían, que no podías encontrarlos en la web y qué solo se podían encontrar en áreas marginadas.

    No sabía cómo buscar, era como estar perdido en medio de la selva. Y para poder salir de ahí necesitaba un guía…. Sabía a la perfección quien sería un excelente guía.







    Itachi hizo un gesto y miró el arma. Tenía el cargador completo, el dedo en el gatillo, el proyectil en su sitio…. Pero. ¿Estaba listo para disparar? Fuera como fuera no había marcha a atrás. Relájate Itachi, no quieres matarle. Necesitas su ayuda.

    Se adentró en la casa. Debía tener cuidado, generalmente las personas piensan en las consecuencias que traerán sus deseos extremos. Pero los delincuentes sexuales no, por el contrario, exploran hasta los más profundo con tal de satisfacerse a si mismos.

    — Buenas tardes Señor Jiraya, le estaba esperando. –Itachi estaba detrás del el, apuntado directo a su cien.

    — Esto sí es una novedad. –hablo el delincuente. -¿Se puede saber a qué viene? ¿Le envió Madara quizá?

    — No, no se angustie. –habló con voz pausada. –vine aquí por cuenta propia.

    — Está bien muchacho. –le sonrió de manera retorcida. De una manera que tal vez, solo el podría descifrar.- dime que es lo que quieres saber…. Pero antes que nada devuélveme mi computadora.

    — Es importante, muy importante ¿No es así?

    — Un poco, ahí tengo mi mas grandes posesiones personales.

    — Entonces el que le entregó al detective era una farsa… ¿No es ilegal engañar a un policía?

    Jiraya ni siquiera se inmutó.

    — Chico, no estarías con un arma aquí si fue lo contrario… y bien, dime lo que quieres saber. –Itachi le miró con recelo. –tú sabes ¿No es así? Las personas como yo no somos peligrosas, solamente somos curiosas. –pero Itachi mantuvo un inexpresivo rostro aséptico. –pero sabes que es aun más curioso… que ustedes vienen aquí a aprender de de mi. Solo que Madara no siempre necesita apuntarme para sacar lo que quiere de mí.

    Itachi bajó el arma peor no alejó el dedo del gatillo

    — Es muy divertido, la gente cree que acosándome. Preguntándome, cuestionando todos mis actos va a sacar lo que soy. Pero no tiene ni una posibilidad. –se echó a reír.

    Itachi seguía ahí, firme.

    — Pero lo que usted quiere profesor. Es dar un paseo por mi vida ¿No es así?

    El delincuente se paseaba con la habitación y veía a Itachi de manera divertida.

    — Todos los días me levanto, me baño, desayuno cereal entro en el conflicto existencial de si debo servir primero el cereal o primero la leche. Después voy a mi trabajo y vuelvo a comer. Más tarde veo la televisión, los fines de semana voy al súper mercado, saco la basura los martes... Es muy aburrida mi vida ¿No cree?

    — Usted no va a dispararme. Usted necesita mi ayuda. –le sonrió de manera burlona y agresiva.

    — Esto realmente era una novedad para Itachi. No se había asustado en lo absoluto con el arma. Una muerte segura y dolorosa, algo atemorizante… ¿Por qué no reaccionaba de la forma que él esperaba?

    — Creo que tendremos que negociar.

    — ¿Qué le hace pensar que quiero negociar?

    — En el momento en que llamó a mi puerta, usted estaba vendiendo algo. O tal vez usted quería comprar algo. Sólo tenemos que acordar los términos del intercambio antes de pasar a la mejor parte. Quiero que me devuelva mi computadora por razones obvias. Ahora bien, dígame qué quiere usted, y podremos acordar el precio.

    — Tengo que encontrar a alguien

    — Contrate a un detective

    — Yo soy ese detective.

    — Maestro, doctor, detective… todo en uno. Usted está bien equipado. Aunque no tiene pinta de detective. Ahora. Cuando llegues con un criminal no es muy correcto apuntar con un arma, el criminal puede voltearse en tu contra y esa arma… no es muy buena, yo usaría un magnum o quizá una AK-47, son realmente efectivas e intimidan más. –le sonrió. –es un lindo conejo y ni siquiera le voy a cobrar por ello.

    Itachi le habló con voz calmada.

    — Yo estoy enfermo, muy enfermo y a lo mucho viviré unos meses más. No tengo nadie que se preocupe por mí. –Jiraya le miró con curiosidad.- al contrario de usted… tiene mucho camino por delante. ¿Qué son 50 años? Puede que quizá deje necesitarlo y le dispare, puede que únicamente considere que es un morboso parásito que no sirve para nada… soy algo inestable. –el otro pareció haber retrocedido ligeramente. Muy bien, has dado en el blanco.

    — Muy bien ¿que es lo que quieres muchacho?

    — Quiero ver su mundo

    — Es un mundo enorme. –Itachi llevó su mano hacia el arma. –está bien, hagámoslo a tu manera.

    — Itachi se acercó y le entrego el portátil

    — Muéstreme

    — ¿Qué quiere que le muestre?

    — Todo

    Jiraya encogió los hombros y le señaló que se sentara en un sillón, justo en frente del televisor. Después conecto unos cuantos cables y todo se proyecto en la pantalla LCD de 48 pulgadas que había frente a ellos.

    — Internet es pornografía. Creo que usted ya lo sabe. –Itachi le miró con recelo, empezaron por una página sencilla como lo fue redtube. De ahí iban accediendo de links en link y de esa forma Itachi se iba abriendo en el mundo de las para filias. Se sentía a la deriva, había lidiado con gentes que venían de la guerra, pero jamás imagino un mundo tan oscuro. Para filias que desconocía que existiesen. –ahora, dígame que es lo que quiere que busque. –el delincuente sonrió, el se divertía viendo aquello. Pasaba de ancianos a niños, de estos a gordos y luego a tortura.

    — Dígame qué tipo de sitios son los que a usted le gustan.

    — Mis deseos son muy diferentes a los suyos, ¿se atrevería a llevar tan lejos?

    — Abra uno de esos archivos que esconde del detective Uchiha. –le indicó de manera firme.

    Jiraya minimizó el navegador con enojo y abrió unas fotografías, apareció la imagen de una niña, de doce años aproximadamente. Esta posaba como toda una actriz porno. Y sonreía de la misma manera.

    — Así que usted tiene que mirar fotografías. Es lo único que le queda disponible, ¿no es así? Las fotografías no son precisamente como la realidad..., pero por el momento son un sustituto aceptable, ¿no? Y luego usted deja volar su imaginación. Eso le ayuda a controlar las cosas, Porque usted tiene que ganar tiempo. Usted no puede ir a la cárcel otra vez, no ahora, Pero el gran deseo todavía está ahí, ¿no? No puede esconderlo. Así que usted tiene que hacer algo porque esas necesidades simplemente no desaparecen, ¿verdad? Y eso es lo que le proporciona el ordenador. Una oportunidad de fantasear y especular, como para equilibrar un poco las cosas, hasta que algo en su vida cambie y usted pueda volver a hacer lo que quiere hacer. Además, usted no se siente tan mal por esto, porque usted va a su trabajo, ve a su terapeuta y cree que lo tiene completamente convencido, ¿no? Porque ha llegado a la conclusión de que él es muy curioso respecto de todo este sexo oscuro, y usted puede convencerlo de cualquier cosa. Se trata de poder controlar, En este momento, usted tiene todas estas cosas en su vida bajo control y está esperando el momento adecuado para poder volver a hacer lo que más le gusta por encima de cualquier otra cosa.

    — ¿Crees que me conoces? –inquirió sin verle a los ojos.

    — Se lo suficiente.

    Hizo una pausa.

    — Hay lugares —explicó lentamente— que satisfacen intereses poco usuales. Lugares muy recónditos. Usted no va a querer explorar esas zonas.

    — Pues sí quiero —aseguró

    — Si esa persona que busca ha sido secuestrada…. Esta muerta, o lo estará muy pronto eso téngalo por seguro.

    — Todos moriremos tarde o temprano. –anunció –pero este no es el momento de Sasuke.

    — Bien, que quiere que haga.

    — Es un niño, cumple doce pasado mañana. Muy orgulloso, de un carácter bastante difícil y no le gusta mostrar miedo –rebuscó en uno de sus bolsillos, traía una foto de Sasuke y él que se habían tomado en el parque de diversiones. –Quiero que me diga que haría con el si lo tuviese en sus manos. Quiero que imagine de qué forma podría hacer dinero con ál.

    — Usted quiere que yo…

    — Quiero que sea lo que es.

    — ¿Qué gano a cambio?

    — Que no le diga al detective todo lo que oculta en su computadora, que no le diga a nadie sobre eso y que una vez que encuentre al muchacho desaparezca de su vida para siempre. Que usted crea que ha conseguido engañar a todo el mundo acerca de que ha superado su deseo.

    Jiraya sonrió.

    — Creo que hemos llegado a un precio justo. –sonrió. –ahora, lo más probable que es que este chico haya sido…

    — Violado y asesinado. –comentó, tratando ir asimilando lo que podría haber sucedido con el muchacho en ese momento.

    — Las películas snuff ehh, no son más que mentiras, viles farsas el problema es tratar de determinar lo que es real y lo que no lo es. Ese es el problema con Internet. Es un espacio donde la mentira, la fantasía y toda clase de cosas engañosas simplemente existen junto a información real, sólida. Es difícil separarlas. Hasta en el mundo del sexo. ¿Qué es lo real? ¿Qué no lo es?

    — ¿Cómo afecta la búsqueda?

    — Verá… las películas snuff…

    — No existen, ya lo sé.

    — Así es, en el mundo de lo razonable esto no existe… pero… ¿Qué hay del mundo de lo no razonable?

    — Como ya he dicho, una gran mentira. Pero... todos esos mitos dan pie a una verdad

    — No entiendo…

    — En cuanto el FBI o Interpol dice: «Las películas snuff son una leyenda urbana...» en lugar de hacer que eso sea la última palabra, sólo sirve para alentar a la gente para que intente hacerlas, profesor. Éste es el asunto respecto a Internet. Existe para hacer algo a partir de algo distinto. Uno dice que algo es falso, y otra persona, tal vez en el otro extremo del mundo, de inmediato está tratando de demostrar lo contrario.

    Por ejemplo, el homicidio pornográfico de verdad no existe, pero... Uno abre el diario por la mañana y ¿qué lee? Algunos muchachos tal vez en Europa oriental se filmaron a sí mismos mientras mataban a golpes a alguien. Por diversión. O tal vez algunos tipos en California se filmaron cuando mataban a una muchacha que viajaba a dedo después de obligarla a hacer toda clase de cosas. O..., bueno, usted sabe lo que quiero decir. Un terrorista toma a un rehén y le corta la cabeza mientras lo filman. Y aparece en Internet. Bueno, la CÍA y los militares están atentos a eso. Pero ¿quién más? Está allí para que lo vea cualquiera.

    — ¿Qué es lo que usted me está diciendo?

    — Estoy diciendo que si el pequeño Sasuke. –se relamió los labios recordando la descripción dada por Itachi anteriormente. –podría estar aquí o… quizá en China.

    — ¿Cómo le encontraras?

    — Solo tengo que navegar un poco… pero, necesito dinero maestro. No es algo barato. –Itachi hizo un mohín y le entregó tres tarjetas de crédito. Nunca las había usado, jamás se veía en la necesidad.

    — ¿Y mi alter ego?

    — Mangekyou. –contestó el otro. Por una parte gastaría suficiente pero de todos modos se moriría antes, el seguro se encargaría de vender su departamento y su vieja casa para pagar todas sus deudas.

    — Si es el juguete de alguien…

    — Son más de dos personas.

    — ¿Acaso conoce a sus captores?

    — No –respondió irritado. Si los conociese no andaría recurriendo a la ayuda de un depravado. Pero el otro hombre simplemente sonrió.

    — Claro que sí. Eso es lo que el mundo es ahora. Nada ocurre realmente en secreto. Todos quieren mostrarse. ¿Cómo era aquello de que todos somos famosos durante quince minutos? Pues bien, ¡es verdad!

    — Esa vez exclamó lleno de entusiasmo.

    — Pero aquí hay un pequeño problema. Si alguien se empeña en encontrarlo se convertirá en mercancía peligrosa… y la mercancía peligrosa…. No se usted pero cuando algo se echa a perder en mi refrigerador, simplemente lo tiro.
     
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