Demonio de la noche - (SasuNaru) - AU/Songfic/Original/Romance/Misterio - (+16)

Lemon, Lenguaje Vulgar (Leve), Tortura (muy leve y nada HardCore o por el estilo).

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  1. ~Sapphy~
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    Aclaraciones previas.

    Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto y yo solo los tomo prestados para intentar entretener :)
    Songfic - One Shot/Two Shot

    Puede que en algún momento las personalidades no sean las propias de los personajes, pero he tratado en todo momento de que coincidan, aunque debo decir que es bastante dificil. Espero haberlo logrado :)

    Narración cursiva: Escritura de Naruto

    Narración normal: Lo vivido por Naruto (como si fuese un flash back)

    Este fanfic está basado en dos canciones, aunque estas no están en sincronía exactamente con el fic. Naruto las nombrará cuando suenen y por si alguien tiene interés en escucharlas aquí dejo los link :)
    (The great pandemonium-Kamelot)
    (Jessica Kill-Sum41)
    [Estoy teniendo problemas con los URL y los he quitado para poder publicarlo, si alguien quiere puede buscarlos. La traducción no es problema porque he traducido las frases y estrofas de la canción que aparecen en el fan fic]

    Y sin más, espero que quien lea este songfic lo disfrute tanto como yo escribiéndolo.




    Demonio de la noche.

    Querido diario:
    Maldita sea… ni siquiera sé por qué escribo esto. Hace años que dejé de hacerlo… pero… necesito contar esto… o si no, creo que me volveré loco.
    Todo pasó hace un par de semanas. Sí, me lo he estado guardando todo este tiempo y nadie lo sabe, así que tú vas a ser el único testigo de esta confesión.
    No es una historia triste, aunque tampoco es que sea la más alegre de las que te he contado durante estos seis años que te he escrito, pero si es la más fascinante que voy a escribir. Creo que después de esto es improbable… no, imposible, que me pase algo mejor.

    Ocurrió el vigésimo tercer día del mes de julio. Neji y los chicos tenían ganas de salir a tomar unas copas y no querían que me quedara solo. Por lo general, a mí no me agradan los sitios que ellos frecuentan, pero aquella noche… aquella noche mi vida dio un giro de 180 grados. El motivo… mi demonio.




    — ¡Naruto! – exclamó Neji para hacerse oír por encima de la música.
    — ¡¿Qué pasa?! – exclamó también.
    — ¡¿Estás seguro que no te molesta que vengamos aquí?! ¡Sé que no te gustan los pubs de este estilo!




    Y ciertamente Neji tenía razón. Odiaba los pubs en los que la música era tan ruidosa. Los estilos punk, heavy, metal y goth no eran mi fuerte, acaban levantándome dolor de cabeza.




    — ¡Está bien Neji, no hay problema! ¡Divertíos! ¡Casi siempre hacemos lo que me gusta a mí! – gritaba el oji-azul para hacerse escuchar por encima de aquella infernal canción que comenzaba.




    Me parecía egoísta que siempre hiciésemos lo que a mí me gustaba, por eso, por aquella noche, decidí que lo dejaría pasar. Me buscaría una copa no muy cargada, un rincón apartado donde la música no me reventase los tímpanos y me limitaría a observar el curioso comportamiento del ser humano bajo los efectos del alcohol.
    Las chicas bailaban entre ellas, algunas lo hacían con otros chicos, varias parejas se encaminaban a la zona de los baños, (me pregunto para qué…) y había algunas parejas homosexuales, de ambos sexos, besándose y restregándose.
    Me enrojecí y desvié un poco la mirada… y al hacerlo… encontré a mi perdición.
    Ahí estaba él, sobre la plataforma derecha, bailando sensualmente sin camiseta, con unos ceñidos pantalones negros con detalles rojos, cadenas por todas partes, pulseras de cuero, pulseras de pinchos y un colgante con una cruz invertida. Su cabello azulado brillaba con las luces del lugar, y sus ojos… no alcanzaba a distinguirlos, pero juraría que eran los ojos de un demonio… mi demonio.

    Me aproximé a él poco a poco, hasta qué… una mano se posó en mi hombro y me volví a ver quién era.




    — No deberías involucrarte con él. – Comentaba Neji, que se había fijado todo el tiempo en los movimientos de Naruto.
    — ¿Por qué? – atinó a preguntar el oji-azul que se perdía cada vez más en las caderas de aquel muchacho que se movía de esa forma tan excitante.
    — No juega limpio, Naruto. – dijo simplemente Neji.
    Observó la mirada de su amigo, perdida sin duda en la piel paliducha de aquel chico que seguía bailando, ahora con dos hermosas chicas a su lado.
    — Neji…- susurró el oji azul. — No puedo… tengo… tengo que saber quién es.




    Y sin más, deje a mi amigo en aquella zona y me aventuré, copa en mano, a averiguar tanto como pudiese de aquel demonio.
    ¿Qué por qué le llamo demonio? Simple… una persona como él, tan lujuriosa, tan fogosa, tan morbosa, tan… En definitiva, alguien como él no puede ser un ángel, y mucho menos un humano.
    Así que me fui aproximando hasta la plataforma donde se encontraba. Había un guarda de seguridad y supuse que no me dejarían subir, pero no perdía nada por intentarlo. Necesitaba hablar con él, estar cerca de él a cualquier precio.




    — Si no tienes pase VIP no puedes pasar. – Dijo cual grabadora el segurata.
    — Solo quiero bailar un poco, no voy a hacer ningún mal a nadie. – Gritó Naruto para hacerse escuchar.




    Mi intención era clara, que el chico me escuchase.
    Y lo logré.




    — Lo siento chico, las órdenes son las órdenes, y ahora vete a otra parte si no quieres acabar fuera del local.
    — Uno que quiere ayudar a animar el cotarro y así lo tratan… pufff… - bufaba Naruto llevándose las manos a la nuca.
    — Déjale subir, a ver cómo va a “animar” el cotarro. – Pronunció una voz fría, oscura y un tanto burlona.




    Sí, así como lo lees. Él mismo le pidió al tipo de la puerta que me dejase subir a la plataforma con él. En ese momento solo podía sonreír de manera triunfal.
    Subí a la plataforma… y ahí empezó mi castigo. Ya entenderás por qué lo llamo castigo.



    — Oye rubito, aquí hay unas normas. – comentó durante la tregua que dio el chico que controlaba la música. — Primero quítate la camiseta, aquí se sube a calentar el ambiente, no a aburrir al personal, y segundo; espero que sepas bailar y seguirme el ritmo. No me gustaría que me involucrasen con perdedores. – Sonrió de medio lado, haciendo altanería de su ego.



    Si hay algo que odie es que me provoquen, y ese tipo lo hizo. Así que sin más me despojé de mi camiseta, aflojé un poco mi cinturón para que mis pantalones cayesen un poco y dejé que se viese parte de mi bóxer naranja. Básicamente, me fijé en cómo iba aquel chico y le imité. Cuando me dio la espalda, se confirmó mi sospecha de que era un demonio. Poseía tatuadas unas hermosas alas negras que llegaban hasta su baja espalda, casi perdiéndose en sus nalgas.
    Y ahí me dio un vuelco al corazón. Me quedé completamente bloqueado, hasta que me sacó de mis pensamientos cuando me cogió de la mano…




    — ¡Te quedas atrás, dobe!
    — ¡No me llames dobe, teme!
    El peli-azul sonreía de medio lado socarronamente mientras empezaba a sonar una nueva canción.




    The Great Pandemonium.
    Era como una maldita danza con la que él los dejaba a todos hipnotizados. Se movía sensual y provocador, incitaba a hacer cosas impuras y prohibidas… ¡oh, dios! Sí que lo hacía. Y finalmente le surtió efecto conmigo.
    Posó sus manos en mis caderas y las movió sensualmente al ritmo que movía las suyas. Se relamía los labios, ponía caras indecentes y sexys… Maldita sea… me estaba volviendo loco. Y más aún cuando baje mi vista un poco y observé… Sí, ya puedes imaginar que miré; su paquete.
    El condenado lo tenía muy bien marcado con ese ajustado pantalón negro, que pude detallar mejor al tenerlo más cerca; era de cuero.
    Y seguro no imaginas lo que pasó después… Me pilló… mirándoselo.



    El peli azul se aproximó al rubio pegando sus cuerpos con sensuales movimientos.
    — ¿Se te perdió algo ahí abajo? – susurró burlón.
    Al separarse pudo observar el rubor en las mejillas del oji-azul.
    — Si quieres te puedo ayudar a buscarlo.
    — No se me perdió nada, simplemente me distraje. – Respondió Naruto tratando de sonar convincente.
    El peli azul sonrió de medio lado y se colocó tras él. Le agarró el rostro con gentileza con una mano mientras con la otra recorría su pecho y su bajo vientre. Su lengua comenzó a recorrer el cuello y a dejar leves mordidas que se fueron intensificando.


    ¿Qué si traté de resistirme? Por supuesto que lo hice, pero… por ello digo que es el mismísimo demonio. Sus toques son delicados, pero magnéticos; Su piel, suave, pero hechizante; Su lengua… uff… siento calor solo de recordarlo. Su saliva, tibia, me hacía olvidar que había cientos de personas observándonos. Su lengua y su saliva eran un veneno arrasador que hacía olvidar a cualquiera quién era, dónde estaba, y qué estaba haciendo allí.
    Y, de repente… sentí su miembro, duro, completamente pegado a mi trasero.




    Naruto miró algo sorprendido al muchacho que acariciaba su piel y lamía su cuello.
    Este se inclinó un poco hacia su oído y lamió el lóbulo.
    La cara de Naruto se contrajo en una dulce mueca, sexy, que hizo sonreír de manera triunfal al que la provocaba.
    — Te ves realmente violable… - susurró. — Y además, parece que has conseguido animar el cotarro como te habías propuesto.



    Y llevaba razón. Con lo segundo, no con lo primero. Con lo primero… simplemente no quise escucharlo o comentar algo… es más… al principio pensé que había escuchado mal o algo.
    Pero que había conseguido animar el cotarro… eso sin duda. Era como si a nadie le importase si les miraban o no, o si simplemente aquello iba a ser un simple beso sin compromiso, pero todos se tocaban y besaban de la misma manera que mi demonio y yo lo hacíamos.
    Supongo que está demás decir que estaba completamente empalmado. Y para mi desgracia… la canción estaba terminándose.




    El peli-azul sujetaba la cabeza del rubio con ambas manos, revolviendo su cabellera y fijando su mirada en aquellos hermosos ojos azules que le miraban aún desconcertados.
    — Al parecer no eres ningún perdedor, pero no me llegas ni a la suela de los zapatos. – sonrió de medio lado, provocando al rubio.
    — ¿Quién te crees que eres para hablarme así? – preguntó Naruto realmente enojado.
    — Alguien que te ha puesto cachondo con un simple baile… o, - aproximó sus labios a su oído. — ¿debería decir que te has puesto cachondo solo con mirarme la poya? – susurró.
    Nuevamente el peli azul reía victorioso mientras el oji-azul estaba completamente ruborizado.



    Me quedé sin palabras. Era obvio que por mucho que dijese que no, mentía. Así que sin más me callé y me di media vuelta buscando mi camiseta. Había sido divertido sin duda, pero no iba a dejar que ese tipo me humillase más delante de tanta gente. Por eso él es un demonio, un demonio que no tiene compasión ninguna y solo busca el placer de disfrutar viendo sufrir a las personas… o eso pensé al principio.



    — ¡Oye, dobe!
    — Te he dicho que no me digas dobe, ¡teme! Me llamo Naruto. – dijo el oji-azul mirando de reojo al muchacho.
    — Está bien, Naruto, dobe. Aún tienes que bailar una vez más conmigo. – comentó el peli-azul con su sonrisa socarrona, en un intento por volver a picar a Naruto una vez más.
    —Teme… - susurró Naruto, aproximándose a la plataforma nuevamente mientras se quitaba la camiseta.




    Ya sé lo que me vas a decir, que soy un estúpido por dejarme llevar por sus palabras… pero… simplemente me he vuelto un orgulloso y no soy de los que dejan un trabajo a medias. Así que volví a la plataforma y me quedé fijo mirándole. Sus ojos… antes me habían hechizado cuando terminábamos aquella danza pecaminosa, y ahora que los veía detenidamente… se confirmaban mis sospechas… Sus ojos son como una pupila completa, negros azabache, como una mirada vacía de sentimientos, como la misma noche sin luna, su mirada es la del mismísimo lucifer.



    Al llegar a la altura del oji-negro, este, sonrió y se dio la vuelta lentamente. Hizo una especie de seña hacia la zona de la barra. El chico que controlaba la música captó la señal y una canción comenzó a sonar inundando toda la estancia y haciendo que la gente comenzara a moverse de manera alocada.

    Naruto simplemente observó al oji-negro agarrarle nuevamente la mano y aproximarlo a él, comenzando de nuevo un baile sensual, provocativo y, más rápido y enérgico que el anterior.



    Recuerdo bien esa canción. Jessica Kill.
    La intro de la guitarra me hizo vibrar, y al entrar la batería comenzaron los movimientos provocativos… y después…




    El oji-negro se posicionó tras el rubio acariciando sus hombros y su piel mientras dejaba sus caderas moverse. Y cuando la letra estaba por comenzar aproximó sus labios al oído del rubio. Con una cara totalmente sexy iluminada tenuemente por las luces rojizas que parpadeaban al son de la música el oji-negro comenzó a cantar.
    — Oh my love how do I explain (Oh, mi amor, ¿Cómo lo explico?)
    How I've come to feel this way (Como he llegado a sentirme de esta manera)
    I'm addicted to the pain (soy adicto al dolor)
    Even more than words can say (Incluso más de lo que las palabras pueden decir)
    Every hit hurts like your kiss (Cada golpe duele como tus besos)
    Like a needle to a vein (Como una aguja en una vena)
    My last words of this begin: (Mis últimas palabras comienzan)
    I want you... (Te deseo)



    Cuando escuché aquello, pensé que estaba jugando conmigo, que solo era una simple actuación que hacía con cualquiera con el que, o la que, bailase esa canción. Después descubriría algo… algo difícil de comprender para mí, pero que no impidió que surgiese lo que iba a pasar.



    — He (*) said, you don't even know (Él dijo: Ni siquiera sabes)
    How just so much (cuanto)
    I need it, how far will you go (lo necesito, hasta donde estás dispuesto a llegar)
    I just wanna feel you cum (solo quiero sentirte corriéndote)
    You make me, so crazy, but I'm okay (Me vuelves tan loco, pero estoy bien)
    Just pain me, take it very slow, (Solo hiéreme, tómame muy lentamente)
    Cause I'm in love tonight (porque estoy enamorado esta noche).



    Esas últimas frases me las creí. Aunque me preguntaba… ¿Realmente es él el que está enamorado esta noche, o soy yo? ¿Cómo puedo enamorarme de un chico del que apenas sé algo? Acaso… ¿él escogió esta canción adrede para manipularme?
    Aún no he conseguido responderme estás preguntas. Ojalá me pudieses ayudar a encontrar las respuestas.
    Aun así, después de escuchar todas esas frases de sus labios, con aquel tono tenue y excitante, su aliento tibio, como la saliva que iba recorriendo de vez en cuando mi lóbulo, sus movimientos tan provocativos y aquellas manos posesivas que no dejaban de acariciar mi piel, me entregué.
    Como lo lees, me entregué a su danza y a su veneno que manipulaba cada fibra de mi ser, y seguí moviéndome de la forma más provocativa que sabía. Adelante, atrás, a un lado, al otro, al centro… mis manos arañando su espalda, mi lengua recorriendo su pecho, mis dedos enredándose en su cabello… Era como una muñeca entre sus brazos, y sus palabras eran la cuerda que necesitaba para moverme.




    El oji-negro disfrutaba de la visión que le daban sus ojos. Aquel rubio se estaba entregando a su juego y se movía restregando fuertemente su entrepierna contra la suya. Sabía que lo tenía comiendo de la palma de su mano y que era cuestión de tiempo que pudiese hacer con él lo que quisiese.
    El rubio lamía su mentón, su cuello, agitaba su cabellera, sonreía, disfrutaba, se dejaba llevar al mismo infierno de las manos del demonio tan condenadamente sexy que alguna vez quiso parir alguna mujer.
    Y los movimientos se fueron repitiendo, uno a uno, lentamente, o eso parecía. En aquél momento ambos muchachos eran el centro de atención, pero para ellos no existía nada más que la música y sus cuerpos sudorosos moviéndose al mismo compás.
    Los aspersores se dispararon, o más bien alguien los disparó, haciendo que la gente comenzara a soltarse aún más y que aquella sala se convirtiese en una especie de macro orgía donde todos daban y recibían por igual.
    Y a nadie le importaba lo que hacían unos u otros. Iban a aquel sitio a bailar, a gozar y a sentirse libres de ataduras e imposiciones sociales, morales y familiares.
    Naruto los observó y sintió hervir su sangre.



    Aquello era realmente… indescriptible. Pero, por alguna razón, yo anhelaba algo así. Un pedacito de esa libertad que todos tenían, una excusa para romper las normas y ser un adolescente, aunque mis veinte años indicasen que ya empezaba a ser más bien adulto. Me había pasado toda mi vida esforzándome por ser alguien en el mundo, por unos estudios que todavía tendría que terminar y serían los que en un futuro me darían de comer. Me privé a mí mismo de esa serie de cosas por un sueño, por no querer defraudar a los demás. Era el momento de divertirme y yo lo sabía, y al parecer, quién hubiese mandado a mi demonio, también lo sabía.



    — ¡Naruto! – exclamó el oji-negro cuando la música cesó.
    El rubio se limitó a mirarle con sus hermosos orbes azules.
    El peli-azul le hizo un gesto con la mano indicándole que le siguiese.
    Este obedeció y caminó tras el peli-azul por una zona hasta ahora desconocida para él.




    Es obvió ¿no? Me llevó a la zona VIP de la sala. Había un pasillo enorme alumbrado con unos fluorescentes de color rojo y anaranjado. Los ojos de mi demonio brillaban misteriosamente con aquellas luces, y yo no era capaz de articular palabra.




    El oji-negro se detuvo al llegar a una puerta de color negro y sacó una llave de uno de los bolsillos de su pantalón. Abrió y accedió, le hizo un gesto a Naruto para que entrase, y, cuando este se halló dentro, cerró.



    Era una habitación de tamaño mediano, decorada en tonos negros y azules, como los ojos y el pelo de mi demonio. Parecía que estaba perfectamente echa por él y para él. Había una cama, de tamaño algo mediano también, con unas sábanas negras y una colcha azul marino con un símbolo extraño. Las paredes estaban llenas de espejos y, en una de ellas, había una especie de mueble. Había un par de lamparitas de esas de lava, que se supone que son relajantes, de color rojo.
    Después de haber visto todo eso debí de haber salido corriendo. Claramente ese tipo quería tener sexo conmigo. Yo siempre me he considerado la persona más heterosexual del mundo, y sin embargo…



    — So, now that it has come to this (Así que ahora que has llegado a esto)
    I'll be your dirty little thrill (seré tu pequeña y sucia emoción)
    For the world I wouldn't miss (No me lo perdería por nada del mundo)
    Cause I just wanna feel you kill (porque solo quiero sentirte matando)
    Self-inflicted masochist (masoquista autoinfligido)
    How could anyone resist? (¿Cómo podría alguien resistirse?)
    My last words of this begin: (Mis últimas palabras comienzan)
    I want you... (Te deseo) – cantó el oji-negro una vez más.

    Naruto abrió los ojos con sorpresa. ¿Qué quería decir con todas esas palabras? ¿Qué quería decir toda esa canción?
    El oji-negro le agarró con decisión por los brazos y lo tumbó sobre la cama.
    Fue mordiendo cada lugar en el que sus labios se posaban.
    Naruto gemía, gemía de placer, gemía de miedo, gemía de ignorancia, gemía de deseo.

    I want you… (Te deseo) – Pronunció una vez más el oji-negro.

    Esa fue la gota que colmó el vaso. Naruto se entregó a sus besos, se entregó a sus caricias y se entregó a esa saliva envenenada que insistía en recorrer su cuerpo.
    Pero todo esto era completamente diferente a cuando estaban bailando. Cuando bailaban el oji-negro se limitaba a torturarlo solo psíquicamente, pues las caricias, los roces y las lamidas no eran ni parecidos a las que ahora empleaba.



    Tortura psíquica durante el baile, tortura física durante… bueno, no era más que precalentamiento en esos momentos, pero fue… dios, fue realmente impresionante… y más lo fue cuando descubrí su pequeño secreto…



    Naruto dejó escapar un gemido sensual cuando el oji-negro le arrancó de un tirón el pantalón. Estaba con las muñecas apresadas y la experta lengua del demonio recorría su pecho, de un pezón a otro, sin darle si quiera un pequeño respiro. El piercing en la lengua del peli-azul provocaba algún que otro espasmo en el cuerpo del rubio.
    Entonces, este recordó el estribillo de la canción y comenzó a balbucear entre gemidos.
    — He (*) said, you don't even know (Él dijo: Ni siquiera sabes)
    How just so much (cuanto)
    I need it, how far will you go (lo necesito, hasta donde estás dispuesto a llegar)
    I just wanna feel you cum (solo quiero sentirte corriéndote)
    You make me, so crazy, but I'm okay (Me vuelves tan loco, pero estoy bien)
    Just pain me, take it very slow, (Solo hiéreme, tómame muy lentamente)
    Cause I'm in love tonight (porque estoy enamorado esta noche).




    No sé en qué maldito momento se me vino la dichosa canción a la mente. Pero la reacción que tuvo en él… esa sí que la recuerdo bien.



    Al oír aquello, el oji-negro soltó a su pequeña presa y comenzó a descender, lamiendo todo a su paso. Se centró un rato en el ombligo y el bajo vientre. A Naruto solo le quedaba el bóxer puesto, mientras que el oji-negro mantenía aún sus pantalones.
    Bajó un poco hacia el bóxer del rubio y, sin retirarlo, comenzó a lamer el palpitante miembro que se hacía notar.
    — Ahh! – Gemía el rubio.
    El oji-negro seguía su tortuosa tarea, con el objetivo de que el rubio le rogara para que quitase la prenda que le privaba del verdadero placer.
    — Oh! Dios! – Imploró Naruto al sentir como los dedos del oji-negro pellizcaban y retorcían suave, pero intensamente, cada uno de sus pezones.
    — Pídemelo. – susurró sensualmente el demonio a su ángel.
    — ¿Qué? Oh! – respondía este entre gemidos.
    — Pídeme que acabe con tu tortura. – susurró nuevamente.




    Lo comprendí a la primera. Sabía que yo estaba ansioso porque quitase de una puta vez mi bóxer, pero él se hacía de rogar. En el fondo, estaba divirtiéndose haciéndome sufrir un poco.



    — Quí… Quítamelos… - susurró de manera inaudible.
    — ¿Cómo dijiste? – jugó el peli-azul.
    — ¡Joder! – gimió el rubio. — Quítame el puto bóxer, ¡ya!
    — A mí nadie me da órdenes. – comentó burlón el peli-azul mientras hacía el amago de besarle.
    Aproximaba su cuerpo y rozaba ambos miembros haciendo que el rubio agarrase las sábanas con desesperación.
    — Dios… por favor… quítamelos… - susurraba Naruto muerto de vergüenza.
    — ¿Qué te quite qué? – preguntaba el oji-negro divirtiéndose de ver al rubio en aquella situación.
    — Mi bóxer… quítalo, por favor.
    — Veo que vas aprendiendo. Bien… te daré un premio.



    Por primera vez en lo que iba de noche me besó, y ese beso fue tan intenso y tan desesperado, que sentí que me estaba robando el aire. Era un constante pulso por ver quién tomaba el control, pero su ávida y experimentada lengua siempre ganaba a la mía, torpe y algo ignorante. El piercing… era un poco incómodo para besarle, pero después descubrí lo excitante que puede llegar a ser si se sabe usar bien.



    Naruto se revolvía un poco buscando el aire que le faltaban a sus pulmones y que su cuerpo le pedía casi a gritos. El oji-negro lo notó y le liberó del beso. Se le quedó mirando un momento. El rubio estaba rojo de la vergüenza y tomaba grandes bocanadas de aire. En esto el peli-azul aprovechó para quitar el dichoso bóxer y comenzar a lamer el miembro despierto que se hallaba oculto.
    Naruto casi no tuvo tiempo de reaccionar y comenzó a gemir sin control.


    En ese momento me daba mucha vergüenza de mí mismo. Pero… en serio, solo quien ha probado una mamada con alguien con piercing puede decir hasta qué punto es placentera.
    Y encima… el condenado… dios, lo hacía tan bien




    El oji-negro tomaba el miembro con una mano mientras con la otra acariciaba sutilmente los testículos. Su lengua se paseaba por la considerable longitud del miembro del rubio, y este se estremecía indicando con ello que se correría de un momento a otro.
    — ¡Ah! ¡Ah! ¡Joder! Teme… ¡¡Ah!! Me… me voy a… ¡Dios! – Naruto lanzaba incoherencias a diestra y siniestra.
    En ese momento el oji-negro dejó su tortura y su pulgar en el glande del palpitante miembro de Naruto.
    — ¿Ah? ¿Teme, qué haces?- preguntó un tanto desconcertado. — Dé… jame… necesito… necesito correrme, no aguanto. – Susurró Naruto apretando con fuerza los ojos.
    Ambos estaban perlados de sudor, pero más el rubio de lo que lo estaba el peli-azul.
    — Lo harás… pero después de “consolarme” un poco a mí. – susurró burlón.
    Se colocó a horcajadas sobre el muchacho, posicionando su pelvis a la altura de la cabeza del oji-azul.
    — Supongo que ya sabes lo que tienes que hacer, ¿no, dobe? – rió burlón.



    Eso, fue realmente embarazoso… Tuve que quitarle el pantalón de cuero tan ajustado y me costó un poco, pero poder tocar su piel… Su piel tan blanca… parecía porcelana y un mal toque la quebraría para siempre. Así que ahí estaba yo, con su entrepierna prácticamente sobre mi cara, deshaciéndome de aquel incómodo pantalón de cuero y del bóxer negro que asomaba, para sacar a relucir su perfecta y palpitante hombría.



    — ¡Oh! Teme… la tienes… - tragó Naruto sin poder seguir articulando palabra.
    El peli-azul acarició tortuosamente los testículos del rubio.
    — ¡Ah, joder! – exclamó.
    — Empieza a chupármela o te quedarás con las ganas de correrte. – susurró algo amenazante.
    Naruto volvió a tragar y empezó a respirar entrecortadamente.



    Era la primera vez que lo hacía… así que ya te puedes imaginar cómo estaba. Era un flan, temblando de pies a cabeza. No sabía cómo iba a meterme ese pedazo de carne dentro de la boca… Solo de imaginarlo me ahogaba. Pero creo que al final… jijijiji, se me dio bien.



    Naruto engullía lentamente el pene del oji-negro, tratando de imitar todo lo que este había hecho con él anteriormente.
    El oji-negro por su parte procuraba mantener sus labios sellados evitando que cualquier sonido saliese de ellos. Apretaba las sábanas a su lado mientras volvía a lamer lentamente el miembro del rubio.
    Así comenzó un baile de lamidas, gemidos, apretones y temblores que precedían a la que sería la mejor noche de pasión que vivirían los dos.

    — Dobe, acelera. – evitaba gemir el oji-negro.
    Naruto obedeció sin más.
    Cuando el peli-azul estuvo por correrse retiró el pulgar, que aún se encontraba sobre el glande del miembro del rubio, y comenzó nuevamente a chuparlo, dejando que al fin el rubio pudiese eyacular.
    — Joder… Ah!- gimió Naruto arqueando la espalda desesperado.
    El oji-negro por su parte solo cerró los ojos con fuerza y empujó por última vez su pelvis contra la cara del rubio, que recibió toda la esencia del otro directa a su boca.
    De la misma manera él recibió la esencia del rubio en la suya.
    Acto seguido solo se escuchaban gemidos y respiraciones agitadas por toda la habitación.

    Naruto se llevó una mano a la frente retirando los cabellos que se habían adherido por el sudor. El oji-negro sin embargo se puso de pie mostrando su hombría aún erecta y con ganas de seguir.

    — ¿Cómo puedes seguir así después de haberte corrido ahora mismo? – preguntó un Naruto un tanto asustado.
    — Control mental y físico, dobe.
    — Te dije que no me llames dobe, ¡teme!
    — Como quieras, Naruto-dobe.
    — Maldito…

    El oji-negro se acercó a él, seductor, posicionándose entre sus piernas y mostrándole tres dedos.

    — ¿Qué? – preguntó Naruto mirándolo con indiferencia.
    — Me he cansado de tanta palabrería. Lámelos. – ordenó.

    Ahí me asusté un poco. Se puso más serio de lo que ya estaba antes. Mientras estábamos con el sesenta y nueve no era capaz de ver su rostro, y no sabía hasta qué punto lo estaba disfrutando. Cuando se puso así de serio… me di cuenta de que no estaba jugando… quería… llegar hasta el final, y yo…



    Naruto miraba los tres dedos, entre asustado y pensativo. No sabía lo que significaba aquello, y tampoco sabía si quería averiguarlo, pero tenía que actuar ya.
    El oji-negro se dio cuenta de su actitud y sin retirar la mano susurró:

    How far will you go? (¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?)



    Ya sabía lo que significaba esa pregunta… y solo había una respuesta posible.



    I just wanna feel you cum. (Solo quiero sentirte corriéndote).

    Y tras esa respuesta introdujo los tres dedos en su cavidad bucal y los lamió uno a uno con empeño, con sensualidad y sin apartar la mirada de los oscuros ojos del demonio.

    El oji-negro sonrió triunfal. Había conseguido su cometido y esa noche acabaría por tirarse a la hermosura de rubio que tenía en ese momento bajo su cuerpo.
    Cuando consideró que los tres dedos estaban lo suficientemente lubricados, los retiró de la boca del menor y agarró un almohadón para ponerlo bajo las caderas del rubio.

    — Levanta el culo, dobe. – Ordenó el peli-azul con un tono un poco más amable.
    El rubio accedió.
    Cuando sus cuerpos se rozaron el oji-negro notó que el rubio temblaba, pero sin importarle demasiado decidió seguir adelante.
    — Abre bien las piernas.
    — ¿Así? – preguntaba Naruto procurando apartar la mirada de los oscuros ojos que observaban y grababan cada detalle de su tostada piel en su cerebro.
    — Un poco más.
    Naruto abrió un poco más las piernas y las colocó a ambos lados de la cadera del peli-azul.
    Este comenzó a introducir lentamente un dedo en su aún virgen entrada.



    Al principio fue incómodo, realmente incómodo. Con el segundo… fue doloroso, y con el tercero… creí que moriría.



    — ¡Teme! ¡Me haces daño! – exclamó el rubio al sentir la invasión del segundo dedo.
    — Todavía te queda otro dedo para medio poder soportar mi poya dentro de ti y ¿ya te estás quejando? – rió burlón.
    A Naruto se le escapó una lágrima al sentir el tercer dedo.
    El demonio movía sus dedos dentro del ano del rubio tratando de ensancharlo y prepararlo un poco para lo que seguiría.
    — Sube tus piernas a mis hombros. – ordenó el oji-negro tras sacar los dedos y colocar en su lugar la punta de su miembro.
    Naruto tembló al sentirlo.



    En ese momento me planteé echarme atrás. Decirle que lo sentía pero que no podía. Pero, observé sus ojos y me perdí en la profundidad de ellos. Eran… eran hermosos. Él entero era hermoso. ¿Realmente el demonio puede ser así? Quiero decir, ¿cómo alguien tan perfecto, tan lindo y tan sexy puede ser tan malvado?

    Bueno… ahora mejor… no te rías de mí… Hice un espectáculo… algo bochornoso.



    El oji-negro agarró las caderas del rubio con una mano mientras con la otra iba introduciendo lentamente su miembro.
    La expresión de Naruto sin duda, era un poema. Una mezcla entre el dolor, la excitación y la sensación de no saber que narices pasaba.
    — Colabora un poco, o al final te acabará doliendo, dobe. – pronunció el oji-negro con un tono algo más grave.
    Naruto empujó un poco sus caderas y trató de abrirse tanto como pudo.
    Cuando entró hasta la mitad, agarró las caderas del rubio con ambas manos y empujó con toda la fuerza que pudo.
    — Ah! Joder! – exclamó Naruto, mordiéndose los labios para no gritar.
    Le daba pequeños puñetazos a las manos del peli-azul y buscaba la forma de quitárselo de encima.
    — Duele, maldita sea… Eres un mentiroso… ¡duele! – exclamó dejando escapar unas cuantas lágrimas más.
    El oji-negro aguardaba a que el rubio se acostumbrase.
    — Si no te hubieses puesto así mientras te dilataba no te dolería, idiota. – replicó.
    Estuvieron un rato más insultándose mutuamente hasta que el oji-negro, algo enfadado, comenzó a embestirlo sin compasión.
    — ¡Ah! ¡Oh! ¡Dios! ¡Para! – exclamó Naruto, algo dolorido.
    — Ya te he… dicho que nadie… me da… órdenes. – replicó una vez más, de manera entrecortada. — Además… yo diría… que no quieres… que pare. – susurró.



    Vale. Soy un idiota por haberle dicho que parase. Pero realmente me dolía. Embestía sin compasión. Confieso que no me pude sentar sin que me doliese hasta dos días después.



    — Dios… Naruto, eres… realmente… estrecho… ghm! – gimió por primera vez en la noche el oji-negro.
    — Ah! Y tú… eres… ah! un bruto! – Exclamó.
    El oji-negro le sentó sobre sus piernas y comenzó a besar su cuello, a la vez que le masturbaba y embestía con la misma potencia, ahora profundizando aún más.
    Naruto no paraba de gemir. El doble placer que estaba sintiendo era demasiado grande para ser cierto.
    Cerró los ojos y se dejó llevar. Sus gemidos se hicieron algo más seguidos y agudos, y un calor inundó todo su cuerpo.
    El oji-negro lo notó. Sabía que estaba dándole a Naruto en el punto perfecto y no dudo ni un segundo en continuar.
    — Ah!... temeeee! Si sigues así… yo… ah! me… me… me correré! – susurraba Naruto entre gemidos, sin pudor alguno ya.
    Este lo sabía, pero quería alargarlo, al menos, hasta que él estuviese listo también.
    — Tendrás que aguantar un poco más. – susurró el oji-negro en su oído, dejando a su lengua entretenida con el lóbulo del rubio.
    Naruto hundía la cabeza en el cuello del peli-azul. Mordía su clavícula y dejaba escapar su aliento contra aquella pálida piel. Atacó su cuello con desesperación. El calor estaba aumentando y sentía que iba a desfallecer si el ojinegro continuaba así.
    — Naruto. – susurró el oji-negro y comenzó a succionar la tostada piel del cuello del rubio.
    — Ah!! Oh… maldita sea… me voy… ah!
    Naruto eyaculó en la mano del oji-negro sin poder controlarse.
    — Dobe… No aguan…tas. – susurró nuevamente.
    Agarró con más fuerza las caderas del rubio y empezó a profundizar aún más sus embestidas, lenta y tortuosamente.
    Naruto se aferró fuertemente a la espalda del oji-negro y arañó la blanca piel con desesperación.
    — Por favor… no aguanto… más! Ghm…!
    — Vamos… no seas… nenaza... Ah! – gimió el peli-azul.



    Me hirvió la sangre cuando me dijo nenaza… Todo el rato había sido… impresionante. En la habitación solo se escuchaban nuestros gemidos y respiraciones acompasadas, al unísono.
    Y él… le sentía, palpitando dentro de mí… estaba realmente excitado. Su cuerpo también estaba muy caliente y, su aliento, chocaba contra mi piel consiguiendo erizar mi vello.
    No voy a negar que estuviera disfrutando demasiado de aquello, pero ya había comprendido que era solo sexo, sexo sin compromiso. ¿Qué más se le podría pedir al demonio?
    Solo me quedaba una cosa por pedirle en aquellos momentos… I just wanna fell you cum.





    — Na…ruto… - susurró el oji-negro revolviendo sensualmente la cabellera rubia.
    Ambos se miraron un instante y comenzaron a besarse con desesperación. El rubio luchaba por el control del beso, mientras que el peli-azul mordía los carnosos labios con fuerza.
    — Auch! – exclamó Naruto.
    Un fino hilo de sangre comenzó a emanar de su labio, sangre que el oji-negro lamió con deseo y de forma provocativa.

    Las embestidas no cesaban, de hecho, habían vuelto a hacerse más profundas e intensas. Un coro de gemidos dulces y agudos acompañaba a otro de gemidos graves y rudos. El peli-azul miraba a los ojos al oji-azul que tomaba grandes bocanadas de aire.
    — Ya… casi... Solo… un poco… más. – susurró el oji-negro.
    Y así fue. Un par de brutales embestidas más y su esencia se desparramó por el interior del rubio. Este dejó escapar un dulce gemido de sus labios y cayó como peso muerto sobre la cama.
    El oji-negro cayó sobre él, acarició su cabellera y mordió su clavícula.
    — Oye… teme… esto… fue… - comenzó Naruto.
    El peli-azul se incorporó un poco sobre él y puso un dedo sobre sus labios.
    — Cállate… Lo hablaremos… después… - dijo mirándole con sus profundos ojos negros.
    Volvió a recostarse sobre el rubio, ambos desnudos, dejando que sus pieles aún se acariciasen. Naruto suspiró varias veces hasta caer profundamente dormido bajo aquel amplio pecho que subía y bajaba tranquilamente. Estaba abrazado al peli-azul y en su rostro se apreciaba una sencilla sonrisa de conformidad.
    El peli-azul sin embargo mantenía su cabeza oculta entre el cuello del rubio y la almohada. Parecía estar despierto; mejor dicho, lo estaba. Una escurridiza lágrima osó escaparse de sus preciosos orbes negros. Se deshizo rápido de ella, con rabia, y ocultó por completo su rostro con sus cabellos.



    Nos dormimos. Dormir al lado de aquel chico fue realmente placentero. Su respiración era calmada y tranquila, su suave piel hacía las veces de sábana, y ambos nos dábamos calor mutuamente, más del que ya teníamos.
    Puedo decir que fue la noche más perfecta de toda mi vida. Sin embargo… aún no sabía su nombre.
    Estúpido de mí, lo sé. Pero déjame que te siga contando.
    Cuando me levanté… me llevé una grata sorpresa.



    Naruto se desperezaba en la cómoda cama. Unos tenues rayos de sol se colaban entre las vaporosas telas negras y rojas que hacían las veces de cortina. Recordó entonces donde estaba al observar su reflejo en el espejo que cubría la pared que tenía enfrente. Con una sonrisa divertida se giró a observar a su acompañante, pero cuál fue su sorpresa… Ahí, no había nadie.
    — ¿Se ha ido… sin decirme nada? O… ¿acaso todo esto ha sido un sueño? – se preguntó en voz alta.
    Miró a todos lados de la habitación buscando el mínimo indicio de que no había sido un sueño, tal como le decía su corazón.
    Sus ojos se centraron en un trozo de papel que se situaba sobre la cómoda.
    Se acercó y lo tomó entre sus manos. Había unas palabras escritas y las leyó.

    Gracias por hacerme sentir esta noche que estoy vivo.
    Sasuke.



    Naruto se llevó el pedazo de papel al pecho.
    — Sasuke… así que ese es el nombre de mi demonio. – susurró.



    Sí, se tomó la molestia de dejarme una nota no solo con su nombre, por detrás de esta estaba su número de teléfono.
    Después de esa noche, volvimos a quedar unas cuantas más. No pienses mal… Esas veces no nos acostamos… De hecho… se podría decir que somos amigos… o amigos con derecho a roce.
    El caso es que, Sasuke, me da la libertad que necesito, y yo soy la prueba de su existencia, la prueba de que puede amar, sentir y ser algo más cálido de lo que suele serlo.
    La historia de Sasuke es un poco difícil… aunque hasta ahora, no ha querido entrar en detalles conmigo. Pero espero que poco a poco lo haga…
    Y… ¿Quién sabe? Quizás acabemos siendo amantes…




    6/08/11



    Aclaraciones Finales
    (*) en realidad en la canción dice She, pero yo lo he adaptado para que concuerde un poco con nuestra pareja ;)

    La verdadera canción que inspira este songfic es Jessica Kill, canción que me hacía imaginar en varias ocasiones a Naruto y Sasuke en situaciones como las que he plasmado en este fic :)

    The great pandemonium vino a mi mente cuando buscaba una canción para que Sasuke y Naruto bailasen, y la verdad es que esta quedó muy bien ^^



    Si alguien ha llegado hasta aquí, muchísimas gracias por dedicarle un poquito de su tiempo a mi historia =D

    Críticas constructivas, recomendaciones y consejos serán bien recibidos mediante respuestas :)
    Siempre es bueno conocer la opinión de los demás para mejorar :D

    Saludos!! ^-^


    P.D.: Inicialmente el Fic era un ONE SHOT pero ya tengo una continuación en mente que cerrará y dejará la historia lo más clara posible, y espero poder publicarla tan pronto como mi módulo me lo permita.
     
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  2. kykyo-chan
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    are como si no lo ubiera leido antes
    KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ME ENCANTO EL FIN Y LA CANCION QUE GENIAL MUY BUENA PERO COMO ME DIJISTE QUE ABRIA CONTY LA ESPERARE SAYOOOO
     
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  3. ~Sapphy~
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    Gracias guapísima :) en cuanto tenga la conti te avisaré ^^
     
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  4. elisa johana martinez
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    Estubo genial me muero por saber que mas pasara con esos
    dos esta super grandioso espero sigas asi cuidate y espero conty
    bueno si decides subirla gracias onegai
     
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    esta super geniaaaaaaaaal me encanto espero y subas la conti escribes genial
     
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  6. ~Sapphy~
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    *-* Graciaaas! Me hacéis muy feliz con vuestros coment *-* La conti está apunto de salir del horno xPP le quedarán unos cuantos folios con los detalles de la historia de Sasuke, una situación que define muy bien como van a quedar definitivamente los dos y un par de canciones para seguir la línea de songfic ^^
    será más largo que este aunque no creo que me exceda tampoco mucho más de los 15 o 16 folios ^-^
    Espero tenerla para la semana que viene, que he tenido la suerte de que estos días del módulo son de relax XP
    Gracias de nuevo por vuestros comentarios.
    Nos leemos!! ^^
     
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  7. ~Sapphy~
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    Aclaraciones Previas:

    Hola!!! :D he aquí la segunda parte y la que cierra el fic :) Al principio pensé que sería bueno dejar que Sasuke escribiese en el diario, pero entonces me dí cuenta de que no quedaba nada bien, no era capaz de imaginarme a Sasuke escribiendo en un diario. Así que nuevamente será Naruto quien nos cuente la historia ^^

    Este capítulo se centra un poco en aclarar la relación de ambos y en el pasado de Sasuke.

    Bueno, para seguir la línea, este capitulo también se basa en dos canciones.
    La primera de las canciones es Night of Your life de David Guetta y Jennifer Hudson
    Esta está sincronizada con el capi (o lo mejor que la he podido sincronizar xD) cuando leáis "Play" le dáis al play ;) si queréis escucharla con el capi claro ^^ También está la traducción (no sincronizada claro xP)
    La segunda es Wonderwall (Oasis Cover by Alex Goot)
    Esta aparece en el capi un trocito muy pequeño y es que en esos momentos me pilló escuchándola. Es una canción realmente bonita ^.^

    Y seguimos con el mismo modelo de escritura.

    Cursivas: Escritura de Naruto en el diario.
    Narración Normal: lo vivido por Naruto.

    Y sin más... Dentro Capi ^^

    P.D.: puede que los personajes no sean totalmente fieles a sus personalidades, aunque juro y perjuro que he intentado que sean lo más parecidos, en lo que a personalidad se refiere. Si no es así, lo siento pero de verdad que es muy dificil para mí tratar de mantener sus personalidades ToT
    Ahora sí, dentro capi! :)



    Olvida el pasado, vive el presente.



    Querido diario:



    Quién me iba a decir que finalmente Sasuke y yo acabaríamos juntos.

    Auch! Sasuke acaba de darme un capón. No le gusta que escriba sobre nosotros en el diario. No sé por qué no le gusta.

    Aun así lo pienso seguir haciendo.

    Además de que ahora estamos juntos, Sasuke se atrevió a contarme todo acerca de él. Era lo lógico a fin de cuentas. Yo siempre he sido muy abierto con él y le he contado todo acerca de mí, pero mi demonio es demasiado cerrado.

    Estoy corriendo demasiado ¿verdad? ¿Quieres que te cuente la historia desde el principio?

    Bien...



    Todo comenzó el día de año nuevo. Sasuke estaba decidido a que lo celebrásemos juntos. Cabe decir que desde que nos conocimos hemos mantenido una especie de relación, aunque más bien se podría definir como "amigos con derecho a roce".

    Nos lo pasábamos bien, nos apoyábamos el uno al otro, nos escuchábamos y aconsejábamos en caso de ser necesario, aunque yo no soy precisamente un buen consejero. Sasuke sin embargo se las da de bueno en todo... y sí, es bastante bueno.

    Sin embargo... aquel día... Se puede decir que las cosas no salieron exactamente como yo esperaba.








    - Dobe, llegas tarde. -Decía un azabache trajeado completamente de Negro, de Christian Dior, con una corbata rojo intenso. Se apoyaba en el capó de su Aston Martin DBS Negro.







    Sin duda le daba un toque de siniestralidad, pero Sasuke estaba realmente impresionante vestido así. Lo que me pareció curioso fue que trajese su coche. Íbamos a un cotillón* en el que miles de personas van a beber, beber, beber y más beber, hasta que el cuerpo aguantase, y si a la mañana siguiente no se acuerdan de nada, tampoco les importa demasiado.

    Así que ahí estaba yo, frente al ser al que más amaba con mi traje gris oscuro, camisa blanca y una corbata del mismo gris del traje, dispuesto a que esa noche Sasuke y yo nos divirtiésemos como nunca.








    - Teme, ¿no deberías haber dejado el coche en casa? -preguntó el rubio.

    - No voy a beber tanto como para no poder conducir. -respondió sin más el azabache.



    Naruto se encogió de hombros, aunque sin duda le preocupaba el hecho de que Sasuke bebiese de más y cogiese el coche.

    Sin más, se montaron en el flamante vehículo, se pusieron los cinturones de seguridad y se dispusieron a ir a la fiesta que habían montado en el pub.







    Si, si, justamente en el mismo pub en el que nos conocimos. Casualidad, ¿no?









    Sasuke se concentraba en las oscuras calles alumbradas por las luces navideñas y las farolas. El intenso frío hacía acto de presencia en sus temperaturas más bajas a esas horas de la noche.



    - Sasuke -susurró Naruto. - Tengo frío. -agregó sin más.



    Sasuke alargó su mano hasta el climatizador y lo reguló para que el aire fuese algo más cálido. A continuación, puso un poco de música para ir entrando en ambiente fiestero.



    - ¿Sasuke? -preguntó Naruto un poco asombrado.



    Sin embargo Sasuke ni se inmutaba.







    Bueno... el teme, cuando conduce, es un témpano de hielo. No habla, ni gesticula, ni si quiera pestañea. Eso me gusta. En el fondo sabe que cuando conduce tiene que tener todos sus sentidos en la carretera. Aunque bueno... con el coche que tiene más le vale. No es precisamente uno de estos coches que no pasan de 220 o 240 kilómetros. El Aston Martin puede ponerse a la friolera de 300Km/h. Al principio me daba algo de respeto el coche y Sasuke, para arreglarlo, le pisaba a fondo. Al final uno se acostumbra a todo... y más, por la persona a la que ama.

    Volviendo a nuestro viaje... se puede decir que llegamos rápido.







    Sasuke estacionó el coche en el aparcamiento del pub. En la puerta ya había ambiente de gente para pasar y los seguratas no daban abasto para pedir entradas y carnets de Identidad.

    Pero Sasuke y Naruto no pasarían por eso.







    Esa era la suerte, o la desventaja, de que Sasuke fuera tan conocido. Pero esto os lo contaré después.









    - Vamos dobe. Tengo ganas de beberme algo cargado. -masculló Sasuke mientras tiraba del rubio directo a la puerta trasera del pub.

    - Sasuke, dijiste que no beberías demasiado. -le regañó el rubio.

    - Dije. -hizo un gesto de comillas con los dedos. - Pasado. Ahora tengo ganas de beber y pasármelo bien.



    Naruto suspiró apesadumbrado.







    La verdad es que desde que había empezado la Navidad, Sasuke se había vuelto más frío y más desagradable que de costumbre. Sasuke odiaba la navidad por culpa de algo que ocurrió hacía unos años, algo relacionado con su pasado. Así que, en Navidad, se dedicaba a salir solo los días necesarios, para beber y olvidarse del mundo.

    Y, como sabrás, yo no soy de beber, y mucho menos me gusta que la gente se emborrache y luego puedan ocurrir accidentes. Pero a Sasuke no le puedes prohibir nada.








    Entraron y nada más hacerlo una peli-rosa se abalanzó sobre Sasuke.



    - ¡Has venido! -Exclamó.

    - Si, Sakura, he venido. -afirmó. - Y acompañado. -agregó colocando a Naruto a su lado.



    A la peli-rosa se la comían los demonios, pero aun así, no cambió su sonrisa por nada del mundo.



    - ¿Tomamos algo? -preguntó sensualmente Sasuke a su ángel rubio.



    Naruto asintió sin más y siguió a Sasuke hacia la barra. Al momento tenían cada uno un vaso de tubo con 4 hielos y, una extraña mezcla, de alcohol y Coca-Cola, que recorría y quemaba lentamente sus gaznates.

    El oji-azul hizo una mueca. No solía beber cosas tan fuertes.







    Después de beberme una de esas, deseé no haberlo probado. No estaba nada malo, aunque era fuerte, muy fuerte. A mi estómago llegaron dos o tres más de esos. Lo peor fue que le perdí el rastro a Sasuke. Sí, tal como lo lees. La gente empezó a acercarse a él, a saludarle, a pedirle que bailase y no sé qué más; para cuando quise darme cuenta llevábamos más de hora y media sin cruzarnos en aquél enorme pub.







    De repente las luces se apagaron y una música que Naruto conocía muy bien comenzó a sonar. Las luces rojas y naranjas alumbraron a la plataforma que el oji-azul tenía justo frente a él, dejando ver la silueta de cierto moreno, ahora sin la chaqueta del traje, la corbata desabrochada y parte de la camisa abierta, bailando con una pelirroja con un mini vestido negro ajustado.







    Imagínate la situación. Había ido allí por él, y me lo encontraba bailando con una tía...

    Vale, nosotros no éramos más que amigos con derecho a roce y punto, pero él me atraía como algo más que eso. No podía montarle una escena de celos porque no tenía derecho a hacerlo, así que, incómodo, salí de aquel lugar. Estaba lo suficientemente cuerdo como para irme a mi casa andando, a pesar de lo lejos que estaba y del intenso frío. Sin embargo, acabé dejándome caer sobre el capó del coche de Sasuke, con la vana esperanza de que se hubiese dado cuenta de mi falta entre aquella marabunta de gente, y saliese.

    Y así fue. Al rato, Sasuke salía con una copa en la mano, y la chaqueta, en la otra, sobre el hombro.






    - ¿Qué te pasa, Naruto? -preguntó el azabache acercándose al rubio, caminando sensualmente con sus característicos aires de grandeza.

    - Me ha llamado Naruto. -pensó el oji-azul. - Nada, necesitaba tomar aire. -Mintió.

    Sasuke sonrió de medio lado. Levantó, por el mentón, la cabeza gacha del rubio y le obligó a mirarle a los ojos.

    - Mientes fatal, dobe. -susurró en sus labios, y depositó un suave beso sobre ellos.

    - Estás borracho. -pronunció el rubio sin más.

    - Lo suficiente para notar que estás celoso.







    ¡Bingo! No hay quien engañe al demonio ¿no? Pues yo no soy menos. Sasuke lo sabía desde el principio, y cuando dijo aquello me quedé sin palabras. Ya no supe que decir, ni que hacer, hasta que él dio el paso necesario y reaccioné.







    Sasuke arrojó el vaso de tubo tras haberse bebido el contenido y abrió el coche.



    - Sube. -ordenó el moreno con un curioso gesto en su rostro.



    Naruto le miró asombrado.







    Eran las tres y media de la madrugada y Sasuke no acostumbra a irse de la discoteca antes de las cinco y media o seis. Me extrañaba sin duda, pero... No quería desaprovechar esa oportunidad. No sabía que tramaba, pero quería fiarme de él.







    Naruto accedió al coche. Hacía frío, pero parecía que ninguno de los dos lo notase. En esos momentos el silencio era interrumpido por el barullo de gente que se agolpaba en la puerta del pub y el ruido de la música que Sasuke puso a un alto volumen.







    No me importó. Sé que a Sasuke le gusta la música y sé que ama conducir con música. Me he acostumbrado a muchas cosas por él, aunque él solo se ha acostumbrado a una cosa por mí; al ramen.








    - I don't believe that anybody feels the way I do, about you know. -cantaba Sasuke.



    Naruto escuchaba atentamente aquella canción. Tenía demasiadas cosas a las que atender.







    Se titulaba Wonderwall, y, con el tiempo, la fui entendiendo un poco más. Esa canción venía perfecta para el momento que estábamos pasando.

    Poco a poco Sasuke se iba abriendo a mí y yo no me daba cuenta.




    Fuimos a su casa. Había estado allí algunas veces. Sasuke vivía en un amplio ático que tenía un salón bastante grande, aunque no solía tener visitas. También había dos baños, uno de ellos con un jacuzzi que alguna vez usamos, o más bien me obligo a "hacerlo" allí.

    Lo que más me gustaba era su habitación. Tenía la habitación en tonos negros y rojos. La pared del fondo, donde se situaba la cama, estaba pintada de rojo y de ella colgaba un enorme tapete negro con una frase escrita en japonés: "Lucha hasta el final". Era otra de las tantas cosas que no entendía pero que luego averigüé.

    En la pared de enfrente, pintada del mismo color, se encontraba situado el enorme armario de madera en color negro.

    Las paredes contiguas a estas estaban pintadas de negro con algunos espejos desde lo alto del techo hasta el suelo, en una, y, en la otra, la puerta de la terraza, donde había colgadas unas cortinas muy finas en tonos rojizos.

    Sin duda la habitación de Sasuke era, y es, extraña y misteriosa.



    Aquella noche hubo algo que me encantó al entrar a su habitación. Había puesto un quemador con esencias de canela y unas velas aromáticas, de canela también, que alumbraban la habitación. Hizo con ellas una especie de pasillo hacia la cama.

    Era algo muy curioso. Sasuke no es una persona detallista, aunque cuida mucho los detalles de todo lo que hace, y no suele hacer cosas para los demás, más bien para sí mismo. Pero aquella noche... había algo raro en todo lo que pasaba.








    - Sasuke... ¿Qué es todo esto? -preguntó Naruto sorprendido.

    - Sabía que te pondrías celoso, de hecho, tenía todo planeado. Ya llevaba varios días notándote raro cuando íbamos al pub y se me acercaba alguien. No tenía que confirmarlo, porque me lo decían tus ojos. Dobe, eres un libro abierto para cualquiera que te conozca un poco. -comentó Sasuke observando a su rubio amigo en mitad del pasillo que formaban las velas.



    Naruto agachó la cabeza. Se sentía un poco dolido, pero no podía negar lo evidente. Quiso darse la vuelta por un momento, salir al baño y encerrarse, solo, unos instantes, para pensar. Pero, como siempre, Sasuke se adelantó a sus movimientos.

    El moreno se acercó a él y le obligó tiernamente a que le mirase a los ojos.



    - Dobe... -susurró Sasuke acercando sus bocas.



    El beso fue tierno, lento, agradable...







    No era el típico beso que Sasuke me daba cuando quería tener sexo. Sasuke, normalmente, besa posesivamente, casi te obliga a hacer lo que él quiere, pero de forma que tú accedas sin darte cuenta. Aquél beso era como el típico beso que da un novio protector, cuidadoso, cariñoso... Me preguntaba por qué ahora era diferente. Sasuke no había tenido nunca una relación con nadie. ¿Por qué iba a querer una conmigo? Ya lo averiguarás, no te desesperes.







    Sasuke fue llevando lentamente a Naruto a la cama. Lo dejó caer con suavidad y se acercó a la mesita de noche roja que se situaba al lado de la cama. Agarró el mando a distancia y pulsó el play.

    Entonces una canción comenzó a sonar y el rubio se levantó.



    Una canción de estilo "beat", que Naruto no recordaba haber escuchado nunca, inundó la habitación. Sasuke despojaba a Naruto de la chaqueta y la camisa, e incitaba al rubio a que hiciese lo mismo con sus prendas.



    La tenue luz de las velas iluminaban las dos siluetas semidesnudas que se situaban delante de la cama. El rubio estaba delante del moreno, que agarraba las bien formadas caderas con deseo. La música sonaba, y ellos simplemente disfrutaban.

    Y como aquella primera vez, el moreno cantaba con su sensual y peculiar voz grave.



    - Boy I see ya, looking at me

    I feel your eyes on me, like you gotta have me

    Watching every move, like it's for you

    You can't help it; you're attracted like a magnet

    My love ain't easy

    You gon' have to put in some work

    You can't buy me a drink, thinking I'mma fall for your flirt

    You gotta make it right

    If you wanna go spend some time

    You gotta raise the bar tonight.



    (Chico te veo, mirándome

    Siento tus ojos sobre mí, cómo si necesitaras tenerme

    Viendo cada vez más, cómo si todo esto fuera tuyo

    No puedes evitarlo, estás atraído cómo un imán

    Mi amor no será así de fácil

    Tienes que ponerte a trabajar

    No puedes comprarme un trago y pensar que voy a caer a tus brazos

    Tienes que hacerlo bien

    Si quieres pasar más tiempo conmigo

    Tienes que poner el bar a bailar)




    Naruto se movía con frenesí, restregando su trasero contra el pantalón de Sasuke, que ocultaba una peculiar erección. El moreno agitaba su cabellera y movía sus caderas al ritmo de la música.

    Desde que habían entrado en el piso apenas si habían tenido el mínimo contacto, pero ahora, ambos, necesitaban tocarse, rozarse, palparse. Se habían vuelto adictos el uno al otro desde aquel veintitrés de julio que se conocieron, aunque el sexo no había sido demasiado importante. Después de aquel día de innumerables visitas y bailes juntos en el pub, después de esos casi 6 meses que llevaban conociéndose, finalmente la cosa se encauzaba y parecía que todo iba a ser como debía.

    Naruto sonreía abiertamente... la canción que cantaba Sasuke, definía a la perfección el día que se conocieron.



    - I could have you, if I wanted to

    Down in one knee, and following me where the bells ringing

    I could claim you, be your savior

    Wrap your heart inside of these songs and you'll never leave



    I could have you hindsight, round my body all up on me

    Boy you'll be stuck to me, if I wanted with no release

    I'll have you begging, wishing now I give you a piece

    Baby you'll never be the same.



    (Podría tenerte, si así lo quisiera

    De rodillas y siguiéndome a donde las campanas suenan

    Podría reivindicarte, ser tu salvador

    Apresar tu corazón dentro de éstas canciones y nunca dejarte ir



    Podría tenerte en retrospectiva, rodeando mi cuerpo, todo depende de mí

    Estarás pegado a mí, si lo quisiera, sin libertad

    Te tendré mendigando, rogando por un pedazo

    Baby, nunca volverás a ser el mismo)




    Naruto se excitaba aún más cada vez que Sasuke susurraba una frase de aquella obscena canción que bailaban.

    Sasuke lo notaba, y ya comenzaba a retirar el molesto pantalón del cuerpo del rubio, procurando seguir el excitante ritmo de la música.



    - So now love me, baby treat me right

    And we'll be riding it from morning till midnight

    If you love me till the end of time

    Then I will promise you the night of your life

    Night of your life, life, life, life

    Night of your life, life, life, life.



    (Así que ámame, baby, trátame bien

    Y estaremos manejando de mañana a medianoche

    Si me amas hasta el fin de los tiempos

    Entonces, te prometeré la noche de tu vida

    Noche de tu vida-da-da

    Noche de tu vida-da-da)




    - Taller than the mountains, deeper than the sea

    You're boiling hot for me, babe, one hundred degrees

    I want you to love me like you're afraid to dream

    Let's make tonight a reality...



    (Más alto que las montañas, más profundo que el mar

    Estás echando humo por mí, cielo, cien grados centígrados

    Quiero que me ames cómo si tuvieras miedo de dormir

    Hagámoslo realidad ésta noche...)




    Naruto acabó tumbado boca arriba mientras Sasuke se subía dulcemente sobre él como un gatito. El rubio comenzó a desabrocharle los pantalones y a quitarlos con desesperación, ropa interior incluida.

    No había tiempo que perder, quería sentir a Sasuke dentro, quería sentir lo mismo que las otras veces, quería sentir que el demonio le arrastraba a aquel dulce infierno donde las llamas no podían quemar más de lo que quemaba su cuerpo.



    - Sasuke. - susurró Naruto en su oído.

    - Dobe. - correspondió Sasuke.



    Los besos agitados comenzaron, las respiraciones entre cortadas les precedieron, para acto seguido aparecer los gemidos.

    Sasuke se colocó entre las piernas del rubio que tenía marcado el rubor en sus mejillas. No era la primera vez ni sería la última que lo harían, o eso esperaban los dos, pero Naruto siempre se ruborizaba ante aquella mirada oscura, lasciva y penetrante.



    - Voy a darte la noche de tu vida. -afirmó Sasuke introduciendo lentamente su pene en el ano del rubio.

    - Ah! Sasuke, date prisa. - exclamó el oji-azul.



    El moreno sonrió de medio lado y embistió con fuerza, introduciendo más de la mitad de su considerable miembro de golpe.

    Al rubio se le escapó una lagrima y un gemido que solo excitó aún más a Sasuke.

    No esperó ni a que el rubio se acostumbrase a su presencia. Comenzó con las estocadas lentas y profundas, que alternaba con otras más rápidas pero menos certeras.

    Naruto se movía al compás que imponía el moreno y arqueaba la espalda, tratando de que Sasuke llegase a su próstata, aquel punto que le volvía loco de la excitación.



    - Dobe, ¿tan desesperado estás? - preguntó divertido el moreno.

    Dejó escapar un gemido ronco de su boca y miró curioso el rostro del menor.

    El oji-negro sonrió. Había hecho una pregunta estúpida cuando la respuesta estaba tan clara. No necesitaba palabras; no eran necesarias. Una imagen valía más.

    El rubio estaba completamente rojo, con algunos mechones de su cabellera pegados a la frente por el sudor, sus ojos brillaban con la lujuria plasmada en ellos y de sus labios escapaban los gemidos más obscenos que un ángel podría articular.



    - Sasuke... no aguanto más... necesito... ah!



    El rubio no pudo seguir hablando. Sasuke había apresado con su mano derecha el miembro erecto de Naruto y lo masturbó lenta y tortuosamente, mientras hacía que sus embestidas fueran directas a la próstata.

    Naruto solo podía arquear la espalda para facilitar el acceso del considerable pene del moreno, que palpitaba en su interior.



    - Naruto... sigues tan... estrecho como... el primer día. - comentó el oji-negro mientras repasaba el cuello del rubio con su lengua.

    - Ah!... mmm... AHHH! - gemía intensamente el rubio.

    - Eres tan escandaloso. Si supieses como me pone no te contendrías tanto. - susurró el oji-negro en el oído del oji-azul.



    Naruto enrojeció aún más y dejó escapar otro fuerte gemido cuando Sasuke mordió el lóbulo de su oreja.



    - Sa... su... ke!! - exclamó Naruto cuando un espasmo recorrió su cuerpo y toda su semilla se esparció por la mano del moreno y sus respectivos vientres.

    El ano del rubio se contrajo aprisionando el pene del oji-negro y este no pudo aguantar más. Esparció toda su semilla dentro de la cavidad del rubio y cayó sobre el cuerpo de este completamente extasiado.



    - Naruto... - susurró cuando su respiración se normalizó.



    Había sido el orgasmo más intenso que habían tenido ambos. Habían pasado un par de meses sin tener sexo y aquella noche Sasuke estaba más lascivo que de costumbre. No solo era la forma de penetrarle, la forma de masturbarle, la forma de decirle cosas "bonitas" al oído, la forma de cantarle, la forma de besarle y hacerle chupetones por el cuerpo, la forma de morderle... No, aquella noche lo que marcaba la diferencia era que no era solo sexo sin compromiso...



    Aquella noche estaban haciendo el amor por primera vez desde que se habían conocido.



    Aquella noche el frío corazón de Sasuke, el demonio que odiaba la navidad, se había olvidado su frialdad por unos momentos para abrir su corazón a aquel ángel de cabellos rubios y ojos que se confundían con el cielo.



    - Naruto. -Susurró Sasuke.

    - ¿Qué ocurre? -preguntó Naruto recuperando el aliento.

    - Quiero que seas mío-pronunció sin más el Uchiha.



    Naruto abrió los ojos como platos y parpadeó, sorprendido.







    Ya puedes imaginar cómo me sentía. Estaba henchido de felicidad. Ser suyo, solamente suyo, ser su novio, amante, como lo quieras llamar, lo que más quería en el mundo estaba a punto de pasar.

    ¡Claro que le dije que sí! ¿Por quién me tomas? No estoy tan loco como para dejar pasar la oportunidad que tanto deseaba. Y después de decirle que sí... Nos dormimos, o lo intentamos... Ya me entiendes, no hace falta que detalle jijijiji.









    - Dobe. -susurró tenuemente Sasuke.



    Naruto se giró al sentir la luz incidir sobre su rostro.



    - Dobe, despierta. Es casi medio día. -volvió a susurrar Sasuke.



    Naruto parpadeó y abrió lentamente los ojos.



    - ¿Medio día? -bostezó el rubio.

    - Sí, marmota, medio día. ¿Cómo puedes dormir tanto? -preguntó Sasuke recargándose contra la pared.

    - ¿Cómo no quieres que duerma tanto después de la nochecita que pasamos? -susurró Naruto con una sonrisa pícara en sus labios.

    - ¿Quieres que sigamos? -preguntó el moreno con una media sonrisa lasciva.

    - No entiendo cómo puedes seguir con ganas de hacerlo. -masculló el oji-azul.

    - Es normal teniendo a alguien tan provocativo como tú. -susurró el oji-negro mientras se acercaba lentamente, como un león que acecha a su presa.

    - Sa... Sasu... ke... -tartamudeó el rubio.



    El moreno le atrapó contra el colchón y atacó sin piedad su cuello dejando una notoria marca que no se iría seguramente en unas semanas.



    - ¡Teme! -exclamó Naruto ofendido.

    - Ahora eres mío. ¿Sabes lo que eso significa? -preguntó Sasuke serio.

    - Que nadie más que tú me tocará. ¿Acaso crees que soy tonto? -rió burlón Naruto.

    - Dobe, ser mío implica mucho más que eso. -sonrió el oji-negro. - Implica que tendrás que hacer todo lo que a mí me apetezca. -susurró en su oído.

    - ¿Desde cuándo esa es una norma de pareja?

    - Desde que aceptaste ser solo mío, dobe.



    Sasuke le besó con ansia y deseo, metió la lengua hasta donde Naruto le permitía, y enfadado, quiso llegar más allá.

    El rubio trató de defenderse de la profunda intromisión de la lengua del moreno, pero no podía hacer nada. Sasuke enredaba, lamía, jugaba y exploraba la cavidad bucal del rubio sin dejar rastro alguno sin conocer.



    - No podrás esconderme nada de ti, ni de tu cuerpo, porque siempre lo conoceré todo. Cada detalle, cada minúsculo detalle de ti, de tu cuerpo, quedará grabado en mi retina.

    - Así, si se me ocurre engañarte, tú lo sabrás. -completó Naruto.

    - Aprendes rápido, dobe. -le elogió.

    - Sasuke. -dudó.



    El moreno alzó un poco la cabeza para mirar el rostro de su ángel.



    - Yo, no te voy a engañar nunca, porque... -dudó de nuevo.



    Sasuke fijó más la vista en el rubor que aparecía en las mejillas del rubio.



    - Te amo. Te he amado desde que te conocí aquella noche. -confesó por fin.



    Sasuke esbozó una media sonrisa.



    - Pero -añadió el rubio. - me gustaría saber de ti, tanto como tú sabes de mí.









    Y ahí creo que cometí un pequeño error. El rostro de Sasuke se puso muy serio de repente y realmente me llegué a asustar.



    Bueno... la verdad es que el pasado de Sasuke hasta cierto punto, asusta.

    No me explico como las personas pueden hacerse tanto daño por un poco de poder.








    - Dobe -dudó el moreno. - mi pasado... no es agradable. -susurró, sin más, Sasuke.

    - Me da igual cuan malo sea, eso no va a cambiar lo que siento por ti. -argumentó Naruto.



    Sasuke apartó la vista. Un cúmulo de mentiras pasaron por su cabeza para salir de aquel incómodo silencio en el que se hallaban. Pero era Naruto, el mismo que acababa de confesarle que le amaba.

    ¿Se lo iba a creer? Después de tanto como había vivido, ¿iba a creerse sus palabras? No... Naruto no era como todos esos interesados que había conocido. Naruto, era especial.



    - Dame tiempo, dobe. Prometo explicártelo, y un Uchiha no rompe una promesa. -dijo clavando la mirada en el cielo azul que se exponía a través de las cortinas.



    Lo tenía claro. Naruto no le estaba exigiendo que se lo contase, le estaba pidiendo un mínimo de confianza.









    Después de aquello, Sasuke y yo empezamos a salir más como pareja. Se volvió muy posesivo conmigo, aunque no me voy a quejar, porque me gustaba.

    Me presentó a varios de sus amigos, me enseñó la empresa familiar y, me tomó tantas noches como quiso, incluso algunas veces en contra de mi voluntad. Pero era Sasuke, no era fácil resistirse a él, es más... algunas veces me resistía solo porque me ponía la forma en la que me obligaba a hacerlo todo.

    Sí, soy un poco masoquista, pero toda mi vida lo he sido. Sufrí, solo, la muerte de mis padres, después afronté la de mis abuelos, y salí adelante solo. Tenía amigos, claro que sí, pero ellos no tenían que soportar ese dolor que era ajeno a ellos.



    Cuando Sasuke me contó su pasado... vi que nos parecíamos mucho. Lo suyo fue más difícil.




    Ocurrió al año de conocernos. Para celebrar su cumpleaños, Sasuke decidió hacer un viaje a Italia, donde se encontraba la que era su antigua casa. Me llevó con él, y yo me preguntaba por qué. Allí empezaba su historia, en una casa tan hermosa como terrorífica.



    El secreto mejor guardado de Sasuke, al fin me sería revelado.










    - ¡Menuda casa, teme! -exclamó Naruto asombrado. Le faltaban ojos para poder ver la majestuosidad de aquella casa.

    - Mi padre no escatimaba en gastos. A mí me parece demasiado llamativa.

    - Habló el señor al que no le gusta destacar. -picó Naruto.

    - Hmp. -masculló Sasuke.







    La casa tenía un enorme jardín, donde, seguramente, Sasuke pasó tiempo durante su infancia jugando.







    - ¿Por qué dejaste de vivir aquí? -preguntó un curioso Naruto.

    - No me trae gratos recuerdos.



    Sasuke clavó la vista en la nada. Dejó a su mente divagar por aquellos días en los que volvía del colegio y, su madre, le recibía en la puerta con los brazos abiertos y una hermosa sonrisa.



    - ¡TEME! -exclamó Naruto casi en un grito.



    Sasuke regresó al mundo real. Había pasado mucho tiempo, pero había cosas que no eran fáciles de olvidar.



    - ¿Estás bien, Sasuke? -Preguntó Naruto, preocupado.

    - Sígueme. -respondió sin más Sasuke.



    Ambos entraron en aquella enorme casa. Recorrieron el recibidor donde dejaron las cosas.

    Posteriormente se adentraron en el salón y Sasuke explotó. Agarró a Naruto por la muñeca con una mano y con la otra despejó la mesa de todo lo que le estorbaba. Le tumbó encima y le besó con ansia, sin dejarle hablar o protestar.

    Le arrancó casi la ropa, e hizo lo mismo con la suya. La rabia lo carcomía y no era capaz de darse cuenta de lo que hacía.

    Naruto no podía hablar. Le faltaba el aire y trataba de quitarse a Sasuke de encima, pero, el otro, era más fuerte que él y apenas podía.



    - ¡Sasuke! -casi gritó en un momento que el oji-negro se separó de él.



    Pero daba igual. Sasuke no reaccionaba ante nada. Solo se limitó a colocar a Naruto para penetrarlo con fuerza y sin compasión, desgarrando un poco al menor por la rudeza con la que lo hizo.



    - ¡Joder! ¡Sasuke para! ¡Me estás haciendo daño! -gritó Naruto entre gimoteos lastimeros.



    Y aun así, Sasuke no reaccionaba.

    Sus ojos brillaban, rojos, de ira, su gesto no era amoroso, sus manos quemaban y arañaban la piel que tenían bajo estas.

    Por un momento Naruto sintió que moriría del dolor. La sangre empezaba a fluir desde su desgarrada entrada y Sasuke seguía sumido en aquel extraño trance.

    El rubio agarraba la mesa tratando de clavar sus uñas para contrarrestar el dolor que sentía. Pero no servía. El dolor no desaparecía, si no que se incrementaba, y aún más lo hizo cuando el moreno esparció su semilla en su interior.







    Ardía, escocía, molestaba, era insoportable. Sasuke... era la primera vez que reaccionaba así, y me asusté. Tenía los ojos completamente bañados en lágrimas y no podía moverme, y lo peor es que Sasuke seguía con ese mismo gesto de ausencia, como si su verdadero ser se hubiese esfumado en un instante.

    Cuando conseguí verle... no vi a mi amado Sasuke... vi al mismísimo demonio.








    - Na... ruto... -susurró el moreno.



    Se miró las manos y se sintió extraño. Miró a Naruto y lo que vio le dejó impactado. Él acababa de hacerle eso a su dobe. En el fondo, sí que era un demonio, aunque hacía tiempo que no reaccionaba de aquella manera. Había conseguido calmar sus impulsos asesinos, pero no esperaba que el volver a su antigua casa le afectara tanto.

    Se sintió despreciable y sucio. La venganza le había convertido en otra persona, una persona que quería enterrar y olvidar para siempre, porque al final solo acababa lastimando a los demás, y, por una vez en su vida, eso no era lo que quería.



    Se acercó a Naruto y lo tomó en sus brazos con delicadeza. El rubio temblaba, lo que le hacía sentir aún peor. Subió a las habitaciones, que aún se mantenían como la última vez, y le recostó en la que había sido su cama hasta hacía unos años.



    - Dobe -dudó si debía seguir hablando o no.



    Arropó al rubio y depositó un suave beso sobre su frente. Después salió de la habitación sin más. Si seguía cerca de Naruto con lo nervioso que se encontraba en aquellos momentos solo lograría hacerle más daño.







    Fue una noche realmente mala. Me costó conciliar el sueño y no paraba de hacerme millones de preguntas acerca de la conducta de Sasuke. Solo podía esperar que al día siguiente todo volviese a la normalidad. De hecho, al principio, quise pensar que todo había sido una pesadilla, un mal sueño, pero, para mi desgracia, había ocurrido.







    - Buenos días, Naruto. -susurró Sasuke dejándose caer sobre la cómoda de la habitación.

    - Buenos días, Sasuke. -respondió el rubio, aún en la cama.



    Se produjo un silencio incómodo, hasta que Sasuke no pudo aguantar más. Tragándose su orgullo Uchiha y con el rubor marcado en sus mejillas susurró:



    - Lo siento, dobe.



    Fue un susurro apenas audible, pero suficiente para que el gesto de Naruto cambiase y se tornase tan alegre como solía ser.



    - Está bien Sasuke, sé que tú no eres así. Algo te hizo reaccionar como lo hiciste. -comentó.

    - Esta casa... La odio. -dijo el oji-negro.

    - Entonces... ¿Por qué estamos aquí? -preguntó confuso Naruto.

    - Me pediste que te hablase de mi pasado, por eso estamos aquí.







    Pensé que había olvidado su promesa, pero no era así. Al principio no supe si estar contento, triste, mostrarme curioso o indiferente. Sasuke iba a hablarme de él y yo no sabía qué hacer o decir. Así que simplemente me limité a escuchar, como tantas otras veces había hecho.





    - Todo empezó hace casi ocho años. Mi hermano Itachi se iba de casa a estudiar al extranjero. Mis padres estaban tan contentos como siempre, y yo solo quería imitar al "Uchiha predilecto", como le llamaba toda la familia.

    Lo que no sabíamos era que estábamos al borde de la tragedia.

    Itachi murió al año siguiente por causas desconocidas. Mis padres estaban destrozados y yo no sabía que sentía realmente. Fue al tiempo cuando empecé a entender que me sentía triste. Odiaba y admiraba a mi hermano; era mi ejemplo, mi modelo a seguir.

    Como consecuencia de su muerte mi madre cayó en una depresión que la llevo a drogarse, de tantas medicinas como tomaba, y murió también al poco tiempo.

    Tenía recién cumplidos los diecisiete cuando mi padre tuvo un accidente automovilístico en el que su cuerpo quedó calcinado y no supieron determinar las causas del accidente. -Sasuke hizo una pausa y observó el semblante pálido de Naruto.







    Estaba en Shock. No me esperaba esa clase de historia, aunque lo que vendría después... parecía ser peor.







    - Heredé la empresa de la familia, con la que posteriormente compré parte del pub Hebi, y algunas empresas con las que podría crear un gran monopolio del comercio de nuestra ciudad. Al principio la conservé y saqué adelante con la ayuda de mi tío Madara que, curiosamente, apareció en el momento adecuado. Eso me hizo sospechar. Sabía por mi familia que mi tío era una persona codiciosa, pero siempre había fracasado en todos sus proyectos.

    Le seguí de cerca, le investigué y le vigilé día y noche, hasta que descubrí su tapadera.

    Él había organizado el asesinato de mi hermano con ayuda de su amigo Orochimaru, y también había manipulado el coche de mi padre antes de su muerte. Curiosamente lo de mi madre, lo daba por hecho que ocurriría "fortuitamente". El muy hijo de puta quería robarnos la empresa, pero nunca contó con que yo acabaría descubriéndolo todo. -se mordió el labio, tratando de contener su ira y apretó con fuerza los puños. - Cuando supe todo, ideé un plan. Me vengaría de él por habernos arruinado las Navidades y la vida, y todo por un poco de poder.

    Madara era un perdedor nato, y esta no iba a ser la excepción.

    Aquella noche, la de año nuevo, que nadie debería haber estado en la empresa, salvo los vigilantes, mi tío había planeado arrebatarme lo único que me quedaba como recuerdo de mi familia: la empresa.

    Cuando le pillé en el despacho de mi padre, la ira se apoderó de mí, me abalancé contra él y comencé a golpearle sin compasión. Me deformé los nudillos de las manos y no me importó. No me importaría ver una imperfección en mi cuerpo, solo quería desfigurarle el rostro, reventarle la boca y molerle a palos el cuerpo; hacerlo sufrir hasta su último aliento.

    No conté con que los seguratas de la planta oirían el escándalo y llamarían a la policía.

    Pasé la noche en prisión, y unos cuantos meses, hasta que pude demostrar en cierto modo todos los crímenes de Madara. Agradecí que mi padre y mi hermano me enseñaran lo que sabía de leyes hasta entonces, me sirvió para putear definitivamente a Madara y que se pudriese durante el resto de su vida en el calabozo.

    En cuanto a mí, me quitaron los cargos, y finalmente, previo pago de fianza, salí de la cárcel.

    El odio hacia Madara y su codicia no desaparece por mucho que lo trato de olvidar. -finalizó Sasuke de contar su historia.



    Naruto le observaba con lágrimas reprimidas en los ojos.

    Sasuke suspiró. Llevaba guardándose eso durante muchos años, y soltarlo tan de golpe, le había quitado cierto peso de encima.



    - La frase del tapete de mi habitación, la que tanto te gusta, es el único recuerdo bueno que me queda de esta historia. Luché hasta el final, y se hizo justicia. Pero -dudó. - si esa noche no me hubiesen parado, hoy sería un asesino y estaría en la cárcel.

    Naruto no pudo contener las lágrimas.







    Si hubiese sido yo el que estuviese en esa situación, no habría podido tener la frialdad que Sasuke tuvo. Defendió con orgullo su honor y el de su familia. Pocos pueden decir eso. Este mundo está corrupto. Todos quieren poseer más de lo que pueden abarcar, y cuando lo consigues, te arriesgas a caerte a un pozo tan profundo y oscuro, que puedes tener la certeza de que no saldrás en años. Eso es lo que me enseñó la historia de Sasuke.

    Pero la cosa no termina ahí.








    Sasuke se aproximó a la cama, se sentó cerca de Naruto y le obligó a mirarle a los ojos. Le secó las lágrimas cuidadosamente y le revolvió el cabello.



    - La historia trascendió rápido a la prensa. -continuó Sasuke. - Primero decían que yo había perdido la cabeza a raíz de los trágicos sucesos que acontecieron en mi familia y había arremetido contra mi tío en un acto de locura.

    Después que estaba borracho y la había pagado con él por puro placer.

    Me apodaron "el demonio Uchiha" y, cuando se hizo justicia, ninguna televisión pudo volver a hablar nada malo sobre mi familia o sobre mí mismo.

    Pero las cosas ya no volverían a ser igual.

    Como recuerdo de mi estancia en la cárcel y de las mentiras que los medios de comunicación inventan para ganar un poco de audiencia, me hice el tatuaje de las alas de demonio.

    Si la gente ya me temía, con ello solo conseguí que me temiesen un poco más. Pero mi nombre estaba limpio, y yo también, así que no me importó y seguí con mi vida. Fue entonces cuando pude dedicarle algo de atención a la empresa y compré Hebi, y ahí era donde iba a desahogarme y a ser el adolescente que me habían impedido ser durante mucho tiempo.

    Pero Hebi no me ayudó tanto como esperaba. Me sentía muerto, nada me satisfacía; ni la música, ni las chicas, ni el sexo, ni el alcohol... Todo lo que hacía, me hacía sentir más muerto de lo que ya me sentía, pero no dejaba de hacerlo por ello.

    Y, entonces, apareciste tú. Con esa sonrisa imborrable de tu rostro, esa alegría, esa ingenuidad y carácter aniñado que me sacaba de quicio. Pero cuando te acercaste y subiste a bailar, me di cuenta de que eras una droga a la que me iba a volver adicto.



    Sasuke clavó sus orbes negros en los azules de su rubio.



    - No llores Naruto. No me gusta que la gente se compadezca de mí. -susurró acariciando su rostro.

    - Lo que te hicieron... fue horrible. -gimoteó el rubio.

    - Pero ya pasó. El habértelo contado me está ayudando, cosa que no creía que pasaría nunca. Nunca pensé que alguien llegara a enamorarse de mí.

    - Sasuke... -susurró Naruto sorprendido.

    - Normalmente se me acercaban personas contratadas por la prensa para sacarme trapos sucios. -suspiró. - Al final, te vuelves desconfiado.



    Naruto se abalanzó, abrazando a Sasuke, en un desesperado beso.







    No quería oír más. Ya había oído todo lo que necesitaba y era más que suficiente. En ese momento solo quería que Sasuke supiese que estaba con él, que le apoyaba, que yo no sería ninguna de esas personas que se querían aprovechar de él. Le amaba y quería pasar toda mi vida con él, siempre que él quisiera.

    Sasuke lo entendió y no volvió a tocar el tema.





    Pasamos unos días en Italia y todo fue como la seda. Sasuke no volvió a tener una crisis y disfrutamos de una hermosa semana de vacaciones. Hicimos el amor como nunca antes lo habíamos hecho, aunque, el teme, siguió siendo la persona fría y calculadora que es. Pero le amo así, con defectos y virtudes. ¿No es acaso esa la manera en la que se aman las personas?



    Hoy por hoy, ya llevamos un año y medio juntos, y lo que aún nos quede.



    Y como sé que lo leerás...

    Te Amo Sasuke.






    6/08/2013













    Querido Diario:



    O, ¿debería decir mejor "Querido Dobe"?



    Yo también te amo.








    7/08/2013







    Notas finales del capítulo:

    * Los cotillones son unas fiestas para jóvenes que se suelen celebrar la madrugada de noche vieja (31/12) a Año nuevo (1/1) al menos así se llaman en españa :P no sé si en algún sitio se llamaran de otra manera ^^

    Y con esto se cierran todas las incógnitas posibles, y creo que en este capi no me he dejado ninguna xD

    Cuando empecé a escribir el capi hace unos días hubo un momento en que me quedé completamente en blanco, y anoche de un "flash" se escribió todo solito en mi cabeza *-*

    Nuevamente, si alguien ha llegado hasta aquí, muchísimas gracias, espero no haberos defraudado con este capi y que os guste tanto como a mí escribirlo.

    Críticas, recomendaciones, todo mediante comentarios que responderé con gusto.

    Saldudos!! :)
     
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  8. kykyo-chan
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    "con defectos y virtudes. ¿No es acaso esa la manera en la que se aman las personas?" ohhhhhhhhhhhhh por diossssssss estubo tan genial y esa frace me encanto me recordo a mi maestro de psicologia con esta frace que te dejo "yo soy yo, tu eres tu, yo no estoy en este mundo para cumplir tus espectativas, tu no estas en este mundo para cmplir las mias, tu eres tu, yo soy yo, si en algun punto no s encontramos sera maravilloso, si no no puede remediarse, tu eres tu yo soy yo....." continua pero ya me dio flojera jajaja quedo muy bueno encerio que valio la pena la espera y no me arreppiento el aberte pedido que lo pusieras en este foro como ves hay gente a la cal le encanto como ami asi me me marcho paro espero que escribas mas por que escribes tan genialoso sayoooooooooo
     
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  9. ~Sapphy~
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    Muchas gracias guapísima!! :D pues sí, esa frase me gusta y creo que así es como tiene que respetarse y quererse la gente. Nadie puede cambiar al otro porque le estarías condicionando y ya no sería esa persona :)
    Me alegra de verdad que te guste el fic ^^ es el primero que termino y la verdad me siento muy orgullosa, y más sabiendo que ha merecido la pena el esfuerzo porque le ha gustado a la gente ^^

    Yo también espero volver a escribir algo aunque por ahora, tendré que esperar a que una idea cruce mi cabeza ^^ Espero volver con algún fic pronto, eso será un buen síntoma de que sigo inspirada :D

    Gracias por seguirlo y por comentarlo ^^ y gracias por recomendarme la pagina ^^
    Me gustó mucho la frase que pusiste, y sí esa es una realidad :)

    Nos leemos guapa!! besos!! cuídate!! ^^
     
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  10. Maria SasuNaru
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    Realmente es uno de los mejores fics que he leido, muchas felicitaciones por este gran trabajo es uno de los pocos de los fics que me ha llegado al corazon nos vemos sayonara :3
     
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  11. Amai No Yahashi
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    dios! Que trajedia, ni yo hubiese tolerado eso...
    MUY BUENO TU FIC :3 FELICIDADES
     
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  12. 691396
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    Me has dejado sin palabras, joder, ha sido hermoso, la forma como relatas la historia, como plasmas el carácter y los sentimientos de los personajes te hace sentirlo, fue un deleite leer este fic, gracias por escribirlo y publicarlo.
    Espero leer mas de ti.
     
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  13. totoro-mov
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    :=NEWWWA:
    Me encanto de una noche d3 sexo a conocerse mas
    que sasuke le dijiera la verdad de su pasado y naruto lo aceptara :=fgdfgd:

    Saludos te mando muchos besitos bye :=deeaaah:
     
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12 replies since 27/9/2011, 22:58   1644 views
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