Demonio de la noche - (SasuNaru) - AU/Songfic/Original/Romance/Misterio - (+16)

Lemon, Lenguaje Vulgar (Leve), Tortura (muy leve y nada HardCore o por el estilo).

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  1. ~Sapphy~
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    Aclaraciones Previas:

    Hola!!! :D he aquí la segunda parte y la que cierra el fic :) Al principio pensé que sería bueno dejar que Sasuke escribiese en el diario, pero entonces me dí cuenta de que no quedaba nada bien, no era capaz de imaginarme a Sasuke escribiendo en un diario. Así que nuevamente será Naruto quien nos cuente la historia ^^

    Este capítulo se centra un poco en aclarar la relación de ambos y en el pasado de Sasuke.

    Bueno, para seguir la línea, este capitulo también se basa en dos canciones.
    La primera de las canciones es Night of Your life de David Guetta y Jennifer Hudson
    Esta está sincronizada con el capi (o lo mejor que la he podido sincronizar xD) cuando leáis "Play" le dáis al play ;) si queréis escucharla con el capi claro ^^ También está la traducción (no sincronizada claro xP)
    La segunda es Wonderwall (Oasis Cover by Alex Goot)
    Esta aparece en el capi un trocito muy pequeño y es que en esos momentos me pilló escuchándola. Es una canción realmente bonita ^.^

    Y seguimos con el mismo modelo de escritura.

    Cursivas: Escritura de Naruto en el diario.
    Narración Normal: lo vivido por Naruto.

    Y sin más... Dentro Capi ^^

    P.D.: puede que los personajes no sean totalmente fieles a sus personalidades, aunque juro y perjuro que he intentado que sean lo más parecidos, en lo que a personalidad se refiere. Si no es así, lo siento pero de verdad que es muy dificil para mí tratar de mantener sus personalidades ToT
    Ahora sí, dentro capi! :)



    Olvida el pasado, vive el presente.



    Querido diario:



    Quién me iba a decir que finalmente Sasuke y yo acabaríamos juntos.

    Auch! Sasuke acaba de darme un capón. No le gusta que escriba sobre nosotros en el diario. No sé por qué no le gusta.

    Aun así lo pienso seguir haciendo.

    Además de que ahora estamos juntos, Sasuke se atrevió a contarme todo acerca de él. Era lo lógico a fin de cuentas. Yo siempre he sido muy abierto con él y le he contado todo acerca de mí, pero mi demonio es demasiado cerrado.

    Estoy corriendo demasiado ¿verdad? ¿Quieres que te cuente la historia desde el principio?

    Bien...



    Todo comenzó el día de año nuevo. Sasuke estaba decidido a que lo celebrásemos juntos. Cabe decir que desde que nos conocimos hemos mantenido una especie de relación, aunque más bien se podría definir como "amigos con derecho a roce".

    Nos lo pasábamos bien, nos apoyábamos el uno al otro, nos escuchábamos y aconsejábamos en caso de ser necesario, aunque yo no soy precisamente un buen consejero. Sasuke sin embargo se las da de bueno en todo... y sí, es bastante bueno.

    Sin embargo... aquel día... Se puede decir que las cosas no salieron exactamente como yo esperaba.








    - Dobe, llegas tarde. -Decía un azabache trajeado completamente de Negro, de Christian Dior, con una corbata rojo intenso. Se apoyaba en el capó de su Aston Martin DBS Negro.







    Sin duda le daba un toque de siniestralidad, pero Sasuke estaba realmente impresionante vestido así. Lo que me pareció curioso fue que trajese su coche. Íbamos a un cotillón* en el que miles de personas van a beber, beber, beber y más beber, hasta que el cuerpo aguantase, y si a la mañana siguiente no se acuerdan de nada, tampoco les importa demasiado.

    Así que ahí estaba yo, frente al ser al que más amaba con mi traje gris oscuro, camisa blanca y una corbata del mismo gris del traje, dispuesto a que esa noche Sasuke y yo nos divirtiésemos como nunca.








    - Teme, ¿no deberías haber dejado el coche en casa? -preguntó el rubio.

    - No voy a beber tanto como para no poder conducir. -respondió sin más el azabache.



    Naruto se encogió de hombros, aunque sin duda le preocupaba el hecho de que Sasuke bebiese de más y cogiese el coche.

    Sin más, se montaron en el flamante vehículo, se pusieron los cinturones de seguridad y se dispusieron a ir a la fiesta que habían montado en el pub.







    Si, si, justamente en el mismo pub en el que nos conocimos. Casualidad, ¿no?









    Sasuke se concentraba en las oscuras calles alumbradas por las luces navideñas y las farolas. El intenso frío hacía acto de presencia en sus temperaturas más bajas a esas horas de la noche.



    - Sasuke -susurró Naruto. - Tengo frío. -agregó sin más.



    Sasuke alargó su mano hasta el climatizador y lo reguló para que el aire fuese algo más cálido. A continuación, puso un poco de música para ir entrando en ambiente fiestero.



    - ¿Sasuke? -preguntó Naruto un poco asombrado.



    Sin embargo Sasuke ni se inmutaba.







    Bueno... el teme, cuando conduce, es un témpano de hielo. No habla, ni gesticula, ni si quiera pestañea. Eso me gusta. En el fondo sabe que cuando conduce tiene que tener todos sus sentidos en la carretera. Aunque bueno... con el coche que tiene más le vale. No es precisamente uno de estos coches que no pasan de 220 o 240 kilómetros. El Aston Martin puede ponerse a la friolera de 300Km/h. Al principio me daba algo de respeto el coche y Sasuke, para arreglarlo, le pisaba a fondo. Al final uno se acostumbra a todo... y más, por la persona a la que ama.

    Volviendo a nuestro viaje... se puede decir que llegamos rápido.







    Sasuke estacionó el coche en el aparcamiento del pub. En la puerta ya había ambiente de gente para pasar y los seguratas no daban abasto para pedir entradas y carnets de Identidad.

    Pero Sasuke y Naruto no pasarían por eso.







    Esa era la suerte, o la desventaja, de que Sasuke fuera tan conocido. Pero esto os lo contaré después.









    - Vamos dobe. Tengo ganas de beberme algo cargado. -masculló Sasuke mientras tiraba del rubio directo a la puerta trasera del pub.

    - Sasuke, dijiste que no beberías demasiado. -le regañó el rubio.

    - Dije. -hizo un gesto de comillas con los dedos. - Pasado. Ahora tengo ganas de beber y pasármelo bien.



    Naruto suspiró apesadumbrado.







    La verdad es que desde que había empezado la Navidad, Sasuke se había vuelto más frío y más desagradable que de costumbre. Sasuke odiaba la navidad por culpa de algo que ocurrió hacía unos años, algo relacionado con su pasado. Así que, en Navidad, se dedicaba a salir solo los días necesarios, para beber y olvidarse del mundo.

    Y, como sabrás, yo no soy de beber, y mucho menos me gusta que la gente se emborrache y luego puedan ocurrir accidentes. Pero a Sasuke no le puedes prohibir nada.








    Entraron y nada más hacerlo una peli-rosa se abalanzó sobre Sasuke.



    - ¡Has venido! -Exclamó.

    - Si, Sakura, he venido. -afirmó. - Y acompañado. -agregó colocando a Naruto a su lado.



    A la peli-rosa se la comían los demonios, pero aun así, no cambió su sonrisa por nada del mundo.



    - ¿Tomamos algo? -preguntó sensualmente Sasuke a su ángel rubio.



    Naruto asintió sin más y siguió a Sasuke hacia la barra. Al momento tenían cada uno un vaso de tubo con 4 hielos y, una extraña mezcla, de alcohol y Coca-Cola, que recorría y quemaba lentamente sus gaznates.

    El oji-azul hizo una mueca. No solía beber cosas tan fuertes.







    Después de beberme una de esas, deseé no haberlo probado. No estaba nada malo, aunque era fuerte, muy fuerte. A mi estómago llegaron dos o tres más de esos. Lo peor fue que le perdí el rastro a Sasuke. Sí, tal como lo lees. La gente empezó a acercarse a él, a saludarle, a pedirle que bailase y no sé qué más; para cuando quise darme cuenta llevábamos más de hora y media sin cruzarnos en aquél enorme pub.







    De repente las luces se apagaron y una música que Naruto conocía muy bien comenzó a sonar. Las luces rojas y naranjas alumbraron a la plataforma que el oji-azul tenía justo frente a él, dejando ver la silueta de cierto moreno, ahora sin la chaqueta del traje, la corbata desabrochada y parte de la camisa abierta, bailando con una pelirroja con un mini vestido negro ajustado.







    Imagínate la situación. Había ido allí por él, y me lo encontraba bailando con una tía...

    Vale, nosotros no éramos más que amigos con derecho a roce y punto, pero él me atraía como algo más que eso. No podía montarle una escena de celos porque no tenía derecho a hacerlo, así que, incómodo, salí de aquel lugar. Estaba lo suficientemente cuerdo como para irme a mi casa andando, a pesar de lo lejos que estaba y del intenso frío. Sin embargo, acabé dejándome caer sobre el capó del coche de Sasuke, con la vana esperanza de que se hubiese dado cuenta de mi falta entre aquella marabunta de gente, y saliese.

    Y así fue. Al rato, Sasuke salía con una copa en la mano, y la chaqueta, en la otra, sobre el hombro.






    - ¿Qué te pasa, Naruto? -preguntó el azabache acercándose al rubio, caminando sensualmente con sus característicos aires de grandeza.

    - Me ha llamado Naruto. -pensó el oji-azul. - Nada, necesitaba tomar aire. -Mintió.

    Sasuke sonrió de medio lado. Levantó, por el mentón, la cabeza gacha del rubio y le obligó a mirarle a los ojos.

    - Mientes fatal, dobe. -susurró en sus labios, y depositó un suave beso sobre ellos.

    - Estás borracho. -pronunció el rubio sin más.

    - Lo suficiente para notar que estás celoso.







    ¡Bingo! No hay quien engañe al demonio ¿no? Pues yo no soy menos. Sasuke lo sabía desde el principio, y cuando dijo aquello me quedé sin palabras. Ya no supe que decir, ni que hacer, hasta que él dio el paso necesario y reaccioné.







    Sasuke arrojó el vaso de tubo tras haberse bebido el contenido y abrió el coche.



    - Sube. -ordenó el moreno con un curioso gesto en su rostro.



    Naruto le miró asombrado.







    Eran las tres y media de la madrugada y Sasuke no acostumbra a irse de la discoteca antes de las cinco y media o seis. Me extrañaba sin duda, pero... No quería desaprovechar esa oportunidad. No sabía que tramaba, pero quería fiarme de él.







    Naruto accedió al coche. Hacía frío, pero parecía que ninguno de los dos lo notase. En esos momentos el silencio era interrumpido por el barullo de gente que se agolpaba en la puerta del pub y el ruido de la música que Sasuke puso a un alto volumen.







    No me importó. Sé que a Sasuke le gusta la música y sé que ama conducir con música. Me he acostumbrado a muchas cosas por él, aunque él solo se ha acostumbrado a una cosa por mí; al ramen.








    - I don't believe that anybody feels the way I do, about you know. -cantaba Sasuke.



    Naruto escuchaba atentamente aquella canción. Tenía demasiadas cosas a las que atender.







    Se titulaba Wonderwall, y, con el tiempo, la fui entendiendo un poco más. Esa canción venía perfecta para el momento que estábamos pasando.

    Poco a poco Sasuke se iba abriendo a mí y yo no me daba cuenta.




    Fuimos a su casa. Había estado allí algunas veces. Sasuke vivía en un amplio ático que tenía un salón bastante grande, aunque no solía tener visitas. También había dos baños, uno de ellos con un jacuzzi que alguna vez usamos, o más bien me obligo a "hacerlo" allí.

    Lo que más me gustaba era su habitación. Tenía la habitación en tonos negros y rojos. La pared del fondo, donde se situaba la cama, estaba pintada de rojo y de ella colgaba un enorme tapete negro con una frase escrita en japonés: "Lucha hasta el final". Era otra de las tantas cosas que no entendía pero que luego averigüé.

    En la pared de enfrente, pintada del mismo color, se encontraba situado el enorme armario de madera en color negro.

    Las paredes contiguas a estas estaban pintadas de negro con algunos espejos desde lo alto del techo hasta el suelo, en una, y, en la otra, la puerta de la terraza, donde había colgadas unas cortinas muy finas en tonos rojizos.

    Sin duda la habitación de Sasuke era, y es, extraña y misteriosa.



    Aquella noche hubo algo que me encantó al entrar a su habitación. Había puesto un quemador con esencias de canela y unas velas aromáticas, de canela también, que alumbraban la habitación. Hizo con ellas una especie de pasillo hacia la cama.

    Era algo muy curioso. Sasuke no es una persona detallista, aunque cuida mucho los detalles de todo lo que hace, y no suele hacer cosas para los demás, más bien para sí mismo. Pero aquella noche... había algo raro en todo lo que pasaba.








    - Sasuke... ¿Qué es todo esto? -preguntó Naruto sorprendido.

    - Sabía que te pondrías celoso, de hecho, tenía todo planeado. Ya llevaba varios días notándote raro cuando íbamos al pub y se me acercaba alguien. No tenía que confirmarlo, porque me lo decían tus ojos. Dobe, eres un libro abierto para cualquiera que te conozca un poco. -comentó Sasuke observando a su rubio amigo en mitad del pasillo que formaban las velas.



    Naruto agachó la cabeza. Se sentía un poco dolido, pero no podía negar lo evidente. Quiso darse la vuelta por un momento, salir al baño y encerrarse, solo, unos instantes, para pensar. Pero, como siempre, Sasuke se adelantó a sus movimientos.

    El moreno se acercó a él y le obligó tiernamente a que le mirase a los ojos.



    - Dobe... -susurró Sasuke acercando sus bocas.



    El beso fue tierno, lento, agradable...







    No era el típico beso que Sasuke me daba cuando quería tener sexo. Sasuke, normalmente, besa posesivamente, casi te obliga a hacer lo que él quiere, pero de forma que tú accedas sin darte cuenta. Aquél beso era como el típico beso que da un novio protector, cuidadoso, cariñoso... Me preguntaba por qué ahora era diferente. Sasuke no había tenido nunca una relación con nadie. ¿Por qué iba a querer una conmigo? Ya lo averiguarás, no te desesperes.







    Sasuke fue llevando lentamente a Naruto a la cama. Lo dejó caer con suavidad y se acercó a la mesita de noche roja que se situaba al lado de la cama. Agarró el mando a distancia y pulsó el play.

    Entonces una canción comenzó a sonar y el rubio se levantó.



    Una canción de estilo "beat", que Naruto no recordaba haber escuchado nunca, inundó la habitación. Sasuke despojaba a Naruto de la chaqueta y la camisa, e incitaba al rubio a que hiciese lo mismo con sus prendas.



    La tenue luz de las velas iluminaban las dos siluetas semidesnudas que se situaban delante de la cama. El rubio estaba delante del moreno, que agarraba las bien formadas caderas con deseo. La música sonaba, y ellos simplemente disfrutaban.

    Y como aquella primera vez, el moreno cantaba con su sensual y peculiar voz grave.



    - Boy I see ya, looking at me

    I feel your eyes on me, like you gotta have me

    Watching every move, like it's for you

    You can't help it; you're attracted like a magnet

    My love ain't easy

    You gon' have to put in some work

    You can't buy me a drink, thinking I'mma fall for your flirt

    You gotta make it right

    If you wanna go spend some time

    You gotta raise the bar tonight.



    (Chico te veo, mirándome

    Siento tus ojos sobre mí, cómo si necesitaras tenerme

    Viendo cada vez más, cómo si todo esto fuera tuyo

    No puedes evitarlo, estás atraído cómo un imán

    Mi amor no será así de fácil

    Tienes que ponerte a trabajar

    No puedes comprarme un trago y pensar que voy a caer a tus brazos

    Tienes que hacerlo bien

    Si quieres pasar más tiempo conmigo

    Tienes que poner el bar a bailar)




    Naruto se movía con frenesí, restregando su trasero contra el pantalón de Sasuke, que ocultaba una peculiar erección. El moreno agitaba su cabellera y movía sus caderas al ritmo de la música.

    Desde que habían entrado en el piso apenas si habían tenido el mínimo contacto, pero ahora, ambos, necesitaban tocarse, rozarse, palparse. Se habían vuelto adictos el uno al otro desde aquel veintitrés de julio que se conocieron, aunque el sexo no había sido demasiado importante. Después de aquel día de innumerables visitas y bailes juntos en el pub, después de esos casi 6 meses que llevaban conociéndose, finalmente la cosa se encauzaba y parecía que todo iba a ser como debía.

    Naruto sonreía abiertamente... la canción que cantaba Sasuke, definía a la perfección el día que se conocieron.



    - I could have you, if I wanted to

    Down in one knee, and following me where the bells ringing

    I could claim you, be your savior

    Wrap your heart inside of these songs and you'll never leave



    I could have you hindsight, round my body all up on me

    Boy you'll be stuck to me, if I wanted with no release

    I'll have you begging, wishing now I give you a piece

    Baby you'll never be the same.



    (Podría tenerte, si así lo quisiera

    De rodillas y siguiéndome a donde las campanas suenan

    Podría reivindicarte, ser tu salvador

    Apresar tu corazón dentro de éstas canciones y nunca dejarte ir



    Podría tenerte en retrospectiva, rodeando mi cuerpo, todo depende de mí

    Estarás pegado a mí, si lo quisiera, sin libertad

    Te tendré mendigando, rogando por un pedazo

    Baby, nunca volverás a ser el mismo)




    Naruto se excitaba aún más cada vez que Sasuke susurraba una frase de aquella obscena canción que bailaban.

    Sasuke lo notaba, y ya comenzaba a retirar el molesto pantalón del cuerpo del rubio, procurando seguir el excitante ritmo de la música.



    - So now love me, baby treat me right

    And we'll be riding it from morning till midnight

    If you love me till the end of time

    Then I will promise you the night of your life

    Night of your life, life, life, life

    Night of your life, life, life, life.



    (Así que ámame, baby, trátame bien

    Y estaremos manejando de mañana a medianoche

    Si me amas hasta el fin de los tiempos

    Entonces, te prometeré la noche de tu vida

    Noche de tu vida-da-da

    Noche de tu vida-da-da)




    - Taller than the mountains, deeper than the sea

    You're boiling hot for me, babe, one hundred degrees

    I want you to love me like you're afraid to dream

    Let's make tonight a reality...



    (Más alto que las montañas, más profundo que el mar

    Estás echando humo por mí, cielo, cien grados centígrados

    Quiero que me ames cómo si tuvieras miedo de dormir

    Hagámoslo realidad ésta noche...)




    Naruto acabó tumbado boca arriba mientras Sasuke se subía dulcemente sobre él como un gatito. El rubio comenzó a desabrocharle los pantalones y a quitarlos con desesperación, ropa interior incluida.

    No había tiempo que perder, quería sentir a Sasuke dentro, quería sentir lo mismo que las otras veces, quería sentir que el demonio le arrastraba a aquel dulce infierno donde las llamas no podían quemar más de lo que quemaba su cuerpo.



    - Sasuke. - susurró Naruto en su oído.

    - Dobe. - correspondió Sasuke.



    Los besos agitados comenzaron, las respiraciones entre cortadas les precedieron, para acto seguido aparecer los gemidos.

    Sasuke se colocó entre las piernas del rubio que tenía marcado el rubor en sus mejillas. No era la primera vez ni sería la última que lo harían, o eso esperaban los dos, pero Naruto siempre se ruborizaba ante aquella mirada oscura, lasciva y penetrante.



    - Voy a darte la noche de tu vida. -afirmó Sasuke introduciendo lentamente su pene en el ano del rubio.

    - Ah! Sasuke, date prisa. - exclamó el oji-azul.



    El moreno sonrió de medio lado y embistió con fuerza, introduciendo más de la mitad de su considerable miembro de golpe.

    Al rubio se le escapó una lagrima y un gemido que solo excitó aún más a Sasuke.

    No esperó ni a que el rubio se acostumbrase a su presencia. Comenzó con las estocadas lentas y profundas, que alternaba con otras más rápidas pero menos certeras.

    Naruto se movía al compás que imponía el moreno y arqueaba la espalda, tratando de que Sasuke llegase a su próstata, aquel punto que le volvía loco de la excitación.



    - Dobe, ¿tan desesperado estás? - preguntó divertido el moreno.

    Dejó escapar un gemido ronco de su boca y miró curioso el rostro del menor.

    El oji-negro sonrió. Había hecho una pregunta estúpida cuando la respuesta estaba tan clara. No necesitaba palabras; no eran necesarias. Una imagen valía más.

    El rubio estaba completamente rojo, con algunos mechones de su cabellera pegados a la frente por el sudor, sus ojos brillaban con la lujuria plasmada en ellos y de sus labios escapaban los gemidos más obscenos que un ángel podría articular.



    - Sasuke... no aguanto más... necesito... ah!



    El rubio no pudo seguir hablando. Sasuke había apresado con su mano derecha el miembro erecto de Naruto y lo masturbó lenta y tortuosamente, mientras hacía que sus embestidas fueran directas a la próstata.

    Naruto solo podía arquear la espalda para facilitar el acceso del considerable pene del moreno, que palpitaba en su interior.



    - Naruto... sigues tan... estrecho como... el primer día. - comentó el oji-negro mientras repasaba el cuello del rubio con su lengua.

    - Ah!... mmm... AHHH! - gemía intensamente el rubio.

    - Eres tan escandaloso. Si supieses como me pone no te contendrías tanto. - susurró el oji-negro en el oído del oji-azul.



    Naruto enrojeció aún más y dejó escapar otro fuerte gemido cuando Sasuke mordió el lóbulo de su oreja.



    - Sa... su... ke!! - exclamó Naruto cuando un espasmo recorrió su cuerpo y toda su semilla se esparció por la mano del moreno y sus respectivos vientres.

    El ano del rubio se contrajo aprisionando el pene del oji-negro y este no pudo aguantar más. Esparció toda su semilla dentro de la cavidad del rubio y cayó sobre el cuerpo de este completamente extasiado.



    - Naruto... - susurró cuando su respiración se normalizó.



    Había sido el orgasmo más intenso que habían tenido ambos. Habían pasado un par de meses sin tener sexo y aquella noche Sasuke estaba más lascivo que de costumbre. No solo era la forma de penetrarle, la forma de masturbarle, la forma de decirle cosas "bonitas" al oído, la forma de cantarle, la forma de besarle y hacerle chupetones por el cuerpo, la forma de morderle... No, aquella noche lo que marcaba la diferencia era que no era solo sexo sin compromiso...



    Aquella noche estaban haciendo el amor por primera vez desde que se habían conocido.



    Aquella noche el frío corazón de Sasuke, el demonio que odiaba la navidad, se había olvidado su frialdad por unos momentos para abrir su corazón a aquel ángel de cabellos rubios y ojos que se confundían con el cielo.



    - Naruto. -Susurró Sasuke.

    - ¿Qué ocurre? -preguntó Naruto recuperando el aliento.

    - Quiero que seas mío-pronunció sin más el Uchiha.



    Naruto abrió los ojos como platos y parpadeó, sorprendido.







    Ya puedes imaginar cómo me sentía. Estaba henchido de felicidad. Ser suyo, solamente suyo, ser su novio, amante, como lo quieras llamar, lo que más quería en el mundo estaba a punto de pasar.

    ¡Claro que le dije que sí! ¿Por quién me tomas? No estoy tan loco como para dejar pasar la oportunidad que tanto deseaba. Y después de decirle que sí... Nos dormimos, o lo intentamos... Ya me entiendes, no hace falta que detalle jijijiji.









    - Dobe. -susurró tenuemente Sasuke.



    Naruto se giró al sentir la luz incidir sobre su rostro.



    - Dobe, despierta. Es casi medio día. -volvió a susurrar Sasuke.



    Naruto parpadeó y abrió lentamente los ojos.



    - ¿Medio día? -bostezó el rubio.

    - Sí, marmota, medio día. ¿Cómo puedes dormir tanto? -preguntó Sasuke recargándose contra la pared.

    - ¿Cómo no quieres que duerma tanto después de la nochecita que pasamos? -susurró Naruto con una sonrisa pícara en sus labios.

    - ¿Quieres que sigamos? -preguntó el moreno con una media sonrisa lasciva.

    - No entiendo cómo puedes seguir con ganas de hacerlo. -masculló el oji-azul.

    - Es normal teniendo a alguien tan provocativo como tú. -susurró el oji-negro mientras se acercaba lentamente, como un león que acecha a su presa.

    - Sa... Sasu... ke... -tartamudeó el rubio.



    El moreno le atrapó contra el colchón y atacó sin piedad su cuello dejando una notoria marca que no se iría seguramente en unas semanas.



    - ¡Teme! -exclamó Naruto ofendido.

    - Ahora eres mío. ¿Sabes lo que eso significa? -preguntó Sasuke serio.

    - Que nadie más que tú me tocará. ¿Acaso crees que soy tonto? -rió burlón Naruto.

    - Dobe, ser mío implica mucho más que eso. -sonrió el oji-negro. - Implica que tendrás que hacer todo lo que a mí me apetezca. -susurró en su oído.

    - ¿Desde cuándo esa es una norma de pareja?

    - Desde que aceptaste ser solo mío, dobe.



    Sasuke le besó con ansia y deseo, metió la lengua hasta donde Naruto le permitía, y enfadado, quiso llegar más allá.

    El rubio trató de defenderse de la profunda intromisión de la lengua del moreno, pero no podía hacer nada. Sasuke enredaba, lamía, jugaba y exploraba la cavidad bucal del rubio sin dejar rastro alguno sin conocer.



    - No podrás esconderme nada de ti, ni de tu cuerpo, porque siempre lo conoceré todo. Cada detalle, cada minúsculo detalle de ti, de tu cuerpo, quedará grabado en mi retina.

    - Así, si se me ocurre engañarte, tú lo sabrás. -completó Naruto.

    - Aprendes rápido, dobe. -le elogió.

    - Sasuke. -dudó.



    El moreno alzó un poco la cabeza para mirar el rostro de su ángel.



    - Yo, no te voy a engañar nunca, porque... -dudó de nuevo.



    Sasuke fijó más la vista en el rubor que aparecía en las mejillas del rubio.



    - Te amo. Te he amado desde que te conocí aquella noche. -confesó por fin.



    Sasuke esbozó una media sonrisa.



    - Pero -añadió el rubio. - me gustaría saber de ti, tanto como tú sabes de mí.









    Y ahí creo que cometí un pequeño error. El rostro de Sasuke se puso muy serio de repente y realmente me llegué a asustar.



    Bueno... la verdad es que el pasado de Sasuke hasta cierto punto, asusta.

    No me explico como las personas pueden hacerse tanto daño por un poco de poder.








    - Dobe -dudó el moreno. - mi pasado... no es agradable. -susurró, sin más, Sasuke.

    - Me da igual cuan malo sea, eso no va a cambiar lo que siento por ti. -argumentó Naruto.



    Sasuke apartó la vista. Un cúmulo de mentiras pasaron por su cabeza para salir de aquel incómodo silencio en el que se hallaban. Pero era Naruto, el mismo que acababa de confesarle que le amaba.

    ¿Se lo iba a creer? Después de tanto como había vivido, ¿iba a creerse sus palabras? No... Naruto no era como todos esos interesados que había conocido. Naruto, era especial.



    - Dame tiempo, dobe. Prometo explicártelo, y un Uchiha no rompe una promesa. -dijo clavando la mirada en el cielo azul que se exponía a través de las cortinas.



    Lo tenía claro. Naruto no le estaba exigiendo que se lo contase, le estaba pidiendo un mínimo de confianza.









    Después de aquello, Sasuke y yo empezamos a salir más como pareja. Se volvió muy posesivo conmigo, aunque no me voy a quejar, porque me gustaba.

    Me presentó a varios de sus amigos, me enseñó la empresa familiar y, me tomó tantas noches como quiso, incluso algunas veces en contra de mi voluntad. Pero era Sasuke, no era fácil resistirse a él, es más... algunas veces me resistía solo porque me ponía la forma en la que me obligaba a hacerlo todo.

    Sí, soy un poco masoquista, pero toda mi vida lo he sido. Sufrí, solo, la muerte de mis padres, después afronté la de mis abuelos, y salí adelante solo. Tenía amigos, claro que sí, pero ellos no tenían que soportar ese dolor que era ajeno a ellos.



    Cuando Sasuke me contó su pasado... vi que nos parecíamos mucho. Lo suyo fue más difícil.




    Ocurrió al año de conocernos. Para celebrar su cumpleaños, Sasuke decidió hacer un viaje a Italia, donde se encontraba la que era su antigua casa. Me llevó con él, y yo me preguntaba por qué. Allí empezaba su historia, en una casa tan hermosa como terrorífica.



    El secreto mejor guardado de Sasuke, al fin me sería revelado.










    - ¡Menuda casa, teme! -exclamó Naruto asombrado. Le faltaban ojos para poder ver la majestuosidad de aquella casa.

    - Mi padre no escatimaba en gastos. A mí me parece demasiado llamativa.

    - Habló el señor al que no le gusta destacar. -picó Naruto.

    - Hmp. -masculló Sasuke.







    La casa tenía un enorme jardín, donde, seguramente, Sasuke pasó tiempo durante su infancia jugando.







    - ¿Por qué dejaste de vivir aquí? -preguntó un curioso Naruto.

    - No me trae gratos recuerdos.



    Sasuke clavó la vista en la nada. Dejó a su mente divagar por aquellos días en los que volvía del colegio y, su madre, le recibía en la puerta con los brazos abiertos y una hermosa sonrisa.



    - ¡TEME! -exclamó Naruto casi en un grito.



    Sasuke regresó al mundo real. Había pasado mucho tiempo, pero había cosas que no eran fáciles de olvidar.



    - ¿Estás bien, Sasuke? -Preguntó Naruto, preocupado.

    - Sígueme. -respondió sin más Sasuke.



    Ambos entraron en aquella enorme casa. Recorrieron el recibidor donde dejaron las cosas.

    Posteriormente se adentraron en el salón y Sasuke explotó. Agarró a Naruto por la muñeca con una mano y con la otra despejó la mesa de todo lo que le estorbaba. Le tumbó encima y le besó con ansia, sin dejarle hablar o protestar.

    Le arrancó casi la ropa, e hizo lo mismo con la suya. La rabia lo carcomía y no era capaz de darse cuenta de lo que hacía.

    Naruto no podía hablar. Le faltaba el aire y trataba de quitarse a Sasuke de encima, pero, el otro, era más fuerte que él y apenas podía.



    - ¡Sasuke! -casi gritó en un momento que el oji-negro se separó de él.



    Pero daba igual. Sasuke no reaccionaba ante nada. Solo se limitó a colocar a Naruto para penetrarlo con fuerza y sin compasión, desgarrando un poco al menor por la rudeza con la que lo hizo.



    - ¡Joder! ¡Sasuke para! ¡Me estás haciendo daño! -gritó Naruto entre gimoteos lastimeros.



    Y aun así, Sasuke no reaccionaba.

    Sus ojos brillaban, rojos, de ira, su gesto no era amoroso, sus manos quemaban y arañaban la piel que tenían bajo estas.

    Por un momento Naruto sintió que moriría del dolor. La sangre empezaba a fluir desde su desgarrada entrada y Sasuke seguía sumido en aquel extraño trance.

    El rubio agarraba la mesa tratando de clavar sus uñas para contrarrestar el dolor que sentía. Pero no servía. El dolor no desaparecía, si no que se incrementaba, y aún más lo hizo cuando el moreno esparció su semilla en su interior.







    Ardía, escocía, molestaba, era insoportable. Sasuke... era la primera vez que reaccionaba así, y me asusté. Tenía los ojos completamente bañados en lágrimas y no podía moverme, y lo peor es que Sasuke seguía con ese mismo gesto de ausencia, como si su verdadero ser se hubiese esfumado en un instante.

    Cuando conseguí verle... no vi a mi amado Sasuke... vi al mismísimo demonio.








    - Na... ruto... -susurró el moreno.



    Se miró las manos y se sintió extraño. Miró a Naruto y lo que vio le dejó impactado. Él acababa de hacerle eso a su dobe. En el fondo, sí que era un demonio, aunque hacía tiempo que no reaccionaba de aquella manera. Había conseguido calmar sus impulsos asesinos, pero no esperaba que el volver a su antigua casa le afectara tanto.

    Se sintió despreciable y sucio. La venganza le había convertido en otra persona, una persona que quería enterrar y olvidar para siempre, porque al final solo acababa lastimando a los demás, y, por una vez en su vida, eso no era lo que quería.



    Se acercó a Naruto y lo tomó en sus brazos con delicadeza. El rubio temblaba, lo que le hacía sentir aún peor. Subió a las habitaciones, que aún se mantenían como la última vez, y le recostó en la que había sido su cama hasta hacía unos años.



    - Dobe -dudó si debía seguir hablando o no.



    Arropó al rubio y depositó un suave beso sobre su frente. Después salió de la habitación sin más. Si seguía cerca de Naruto con lo nervioso que se encontraba en aquellos momentos solo lograría hacerle más daño.







    Fue una noche realmente mala. Me costó conciliar el sueño y no paraba de hacerme millones de preguntas acerca de la conducta de Sasuke. Solo podía esperar que al día siguiente todo volviese a la normalidad. De hecho, al principio, quise pensar que todo había sido una pesadilla, un mal sueño, pero, para mi desgracia, había ocurrido.







    - Buenos días, Naruto. -susurró Sasuke dejándose caer sobre la cómoda de la habitación.

    - Buenos días, Sasuke. -respondió el rubio, aún en la cama.



    Se produjo un silencio incómodo, hasta que Sasuke no pudo aguantar más. Tragándose su orgullo Uchiha y con el rubor marcado en sus mejillas susurró:



    - Lo siento, dobe.



    Fue un susurro apenas audible, pero suficiente para que el gesto de Naruto cambiase y se tornase tan alegre como solía ser.



    - Está bien Sasuke, sé que tú no eres así. Algo te hizo reaccionar como lo hiciste. -comentó.

    - Esta casa... La odio. -dijo el oji-negro.

    - Entonces... ¿Por qué estamos aquí? -preguntó confuso Naruto.

    - Me pediste que te hablase de mi pasado, por eso estamos aquí.







    Pensé que había olvidado su promesa, pero no era así. Al principio no supe si estar contento, triste, mostrarme curioso o indiferente. Sasuke iba a hablarme de él y yo no sabía qué hacer o decir. Así que simplemente me limité a escuchar, como tantas otras veces había hecho.





    - Todo empezó hace casi ocho años. Mi hermano Itachi se iba de casa a estudiar al extranjero. Mis padres estaban tan contentos como siempre, y yo solo quería imitar al "Uchiha predilecto", como le llamaba toda la familia.

    Lo que no sabíamos era que estábamos al borde de la tragedia.

    Itachi murió al año siguiente por causas desconocidas. Mis padres estaban destrozados y yo no sabía que sentía realmente. Fue al tiempo cuando empecé a entender que me sentía triste. Odiaba y admiraba a mi hermano; era mi ejemplo, mi modelo a seguir.

    Como consecuencia de su muerte mi madre cayó en una depresión que la llevo a drogarse, de tantas medicinas como tomaba, y murió también al poco tiempo.

    Tenía recién cumplidos los diecisiete cuando mi padre tuvo un accidente automovilístico en el que su cuerpo quedó calcinado y no supieron determinar las causas del accidente. -Sasuke hizo una pausa y observó el semblante pálido de Naruto.







    Estaba en Shock. No me esperaba esa clase de historia, aunque lo que vendría después... parecía ser peor.







    - Heredé la empresa de la familia, con la que posteriormente compré parte del pub Hebi, y algunas empresas con las que podría crear un gran monopolio del comercio de nuestra ciudad. Al principio la conservé y saqué adelante con la ayuda de mi tío Madara que, curiosamente, apareció en el momento adecuado. Eso me hizo sospechar. Sabía por mi familia que mi tío era una persona codiciosa, pero siempre había fracasado en todos sus proyectos.

    Le seguí de cerca, le investigué y le vigilé día y noche, hasta que descubrí su tapadera.

    Él había organizado el asesinato de mi hermano con ayuda de su amigo Orochimaru, y también había manipulado el coche de mi padre antes de su muerte. Curiosamente lo de mi madre, lo daba por hecho que ocurriría "fortuitamente". El muy hijo de puta quería robarnos la empresa, pero nunca contó con que yo acabaría descubriéndolo todo. -se mordió el labio, tratando de contener su ira y apretó con fuerza los puños. - Cuando supe todo, ideé un plan. Me vengaría de él por habernos arruinado las Navidades y la vida, y todo por un poco de poder.

    Madara era un perdedor nato, y esta no iba a ser la excepción.

    Aquella noche, la de año nuevo, que nadie debería haber estado en la empresa, salvo los vigilantes, mi tío había planeado arrebatarme lo único que me quedaba como recuerdo de mi familia: la empresa.

    Cuando le pillé en el despacho de mi padre, la ira se apoderó de mí, me abalancé contra él y comencé a golpearle sin compasión. Me deformé los nudillos de las manos y no me importó. No me importaría ver una imperfección en mi cuerpo, solo quería desfigurarle el rostro, reventarle la boca y molerle a palos el cuerpo; hacerlo sufrir hasta su último aliento.

    No conté con que los seguratas de la planta oirían el escándalo y llamarían a la policía.

    Pasé la noche en prisión, y unos cuantos meses, hasta que pude demostrar en cierto modo todos los crímenes de Madara. Agradecí que mi padre y mi hermano me enseñaran lo que sabía de leyes hasta entonces, me sirvió para putear definitivamente a Madara y que se pudriese durante el resto de su vida en el calabozo.

    En cuanto a mí, me quitaron los cargos, y finalmente, previo pago de fianza, salí de la cárcel.

    El odio hacia Madara y su codicia no desaparece por mucho que lo trato de olvidar. -finalizó Sasuke de contar su historia.



    Naruto le observaba con lágrimas reprimidas en los ojos.

    Sasuke suspiró. Llevaba guardándose eso durante muchos años, y soltarlo tan de golpe, le había quitado cierto peso de encima.



    - La frase del tapete de mi habitación, la que tanto te gusta, es el único recuerdo bueno que me queda de esta historia. Luché hasta el final, y se hizo justicia. Pero -dudó. - si esa noche no me hubiesen parado, hoy sería un asesino y estaría en la cárcel.

    Naruto no pudo contener las lágrimas.







    Si hubiese sido yo el que estuviese en esa situación, no habría podido tener la frialdad que Sasuke tuvo. Defendió con orgullo su honor y el de su familia. Pocos pueden decir eso. Este mundo está corrupto. Todos quieren poseer más de lo que pueden abarcar, y cuando lo consigues, te arriesgas a caerte a un pozo tan profundo y oscuro, que puedes tener la certeza de que no saldrás en años. Eso es lo que me enseñó la historia de Sasuke.

    Pero la cosa no termina ahí.








    Sasuke se aproximó a la cama, se sentó cerca de Naruto y le obligó a mirarle a los ojos. Le secó las lágrimas cuidadosamente y le revolvió el cabello.



    - La historia trascendió rápido a la prensa. -continuó Sasuke. - Primero decían que yo había perdido la cabeza a raíz de los trágicos sucesos que acontecieron en mi familia y había arremetido contra mi tío en un acto de locura.

    Después que estaba borracho y la había pagado con él por puro placer.

    Me apodaron "el demonio Uchiha" y, cuando se hizo justicia, ninguna televisión pudo volver a hablar nada malo sobre mi familia o sobre mí mismo.

    Pero las cosas ya no volverían a ser igual.

    Como recuerdo de mi estancia en la cárcel y de las mentiras que los medios de comunicación inventan para ganar un poco de audiencia, me hice el tatuaje de las alas de demonio.

    Si la gente ya me temía, con ello solo conseguí que me temiesen un poco más. Pero mi nombre estaba limpio, y yo también, así que no me importó y seguí con mi vida. Fue entonces cuando pude dedicarle algo de atención a la empresa y compré Hebi, y ahí era donde iba a desahogarme y a ser el adolescente que me habían impedido ser durante mucho tiempo.

    Pero Hebi no me ayudó tanto como esperaba. Me sentía muerto, nada me satisfacía; ni la música, ni las chicas, ni el sexo, ni el alcohol... Todo lo que hacía, me hacía sentir más muerto de lo que ya me sentía, pero no dejaba de hacerlo por ello.

    Y, entonces, apareciste tú. Con esa sonrisa imborrable de tu rostro, esa alegría, esa ingenuidad y carácter aniñado que me sacaba de quicio. Pero cuando te acercaste y subiste a bailar, me di cuenta de que eras una droga a la que me iba a volver adicto.



    Sasuke clavó sus orbes negros en los azules de su rubio.



    - No llores Naruto. No me gusta que la gente se compadezca de mí. -susurró acariciando su rostro.

    - Lo que te hicieron... fue horrible. -gimoteó el rubio.

    - Pero ya pasó. El habértelo contado me está ayudando, cosa que no creía que pasaría nunca. Nunca pensé que alguien llegara a enamorarse de mí.

    - Sasuke... -susurró Naruto sorprendido.

    - Normalmente se me acercaban personas contratadas por la prensa para sacarme trapos sucios. -suspiró. - Al final, te vuelves desconfiado.



    Naruto se abalanzó, abrazando a Sasuke, en un desesperado beso.







    No quería oír más. Ya había oído todo lo que necesitaba y era más que suficiente. En ese momento solo quería que Sasuke supiese que estaba con él, que le apoyaba, que yo no sería ninguna de esas personas que se querían aprovechar de él. Le amaba y quería pasar toda mi vida con él, siempre que él quisiera.

    Sasuke lo entendió y no volvió a tocar el tema.





    Pasamos unos días en Italia y todo fue como la seda. Sasuke no volvió a tener una crisis y disfrutamos de una hermosa semana de vacaciones. Hicimos el amor como nunca antes lo habíamos hecho, aunque, el teme, siguió siendo la persona fría y calculadora que es. Pero le amo así, con defectos y virtudes. ¿No es acaso esa la manera en la que se aman las personas?



    Hoy por hoy, ya llevamos un año y medio juntos, y lo que aún nos quede.



    Y como sé que lo leerás...

    Te Amo Sasuke.






    6/08/2013













    Querido Diario:



    O, ¿debería decir mejor "Querido Dobe"?



    Yo también te amo.








    7/08/2013







    Notas finales del capítulo:

    * Los cotillones son unas fiestas para jóvenes que se suelen celebrar la madrugada de noche vieja (31/12) a Año nuevo (1/1) al menos así se llaman en españa :P no sé si en algún sitio se llamaran de otra manera ^^

    Y con esto se cierran todas las incógnitas posibles, y creo que en este capi no me he dejado ninguna xD

    Cuando empecé a escribir el capi hace unos días hubo un momento en que me quedé completamente en blanco, y anoche de un "flash" se escribió todo solito en mi cabeza *-*

    Nuevamente, si alguien ha llegado hasta aquí, muchísimas gracias, espero no haberos defraudado con este capi y que os guste tanto como a mí escribirlo.

    Críticas, recomendaciones, todo mediante comentarios que responderé con gusto.

    Saldudos!! :)
     
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12 replies since 27/9/2011, 22:58   1648 views
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