9o reto literario "Halloween" "Marcado por el lobo." Digimon adventure.

ninezorro

Posted on 9/10/2011, 21:56

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Matt Ishida se apartó para evitar ser arrollado por un grupo de diversos monstruos, los cuales eran en realidad niños que iban disfrazados con motivo de la noche de Halloween y corrían como locos de puerta en puerta para conseguir golosinas. Riéndose al recordar que él solía hacer lo mismo cuando era más pequeño, Matt continuó su camino, pues había quedado con Sora en su casa. Sin embargo, un extraño movimiento en el tejado de una de las casas atrajo su atención, aunque no pudo ver nada raro y lo achacó a su imaginación.

Al llegar a la casa de Sora, se encontró la puerta ligeramente abierta. Tomándolo como una invitación a entrar, el joven pasó a la oscura recepción, donde se detuvo al sentir una pegajosa sustancia bajo sus pies. Aprovechando la luz de la luna que se colaba por el umbral de la puerta, pudo ver que se trataba de un espeso líquido escarlata, cuyo origen era el cuerpo sin vida de una mujer, a la que reconoció como la madre de Sora.
— ¡Sora! — gritó con horror mientras recorría la destrozada sala de estar y se dirigía a la habitación de su novia temiendo lo que podría encontrarse.

No tuvo que llegar a la habitación, pues encontró el cuerpo de Sora en el interior de la bañera, desbordada por su sangre, al pasar por delante del cuarto de baño. Aterrorizado, Matt trató de alcanzar el teléfono y de llamar a la policía, pero una gran sombra le apresó y le arrastró hasta la cama de Sora.
— ¡¿Qué eres tú?! — preguntó el chico al sentir las garras y los colmillos de la criatura deslizándose sobre su ropa.

La bestia mostró una brillante sonrisa de colmillos afilados y desgarró la camiseta de Matt para abrir leves cortes en su torso con las garras y probar su sangre.
— Deliciosa. — susurró mientras se lamía las garras.
— ¡¿Por qué les has hecho algo tan horrible?! — gritó el chico, que trataba de soportar el dolor y de liberarse de su captor.

Los ojos del monstruo relucieron con furor al tiempo que sus garras aprisionaban la entrepierna de Matt.
— ¡Porque tú eres mío y sólo mío! — rugió antes de clavar profundamente sus colmillos en la carne del muchacho.

Durante el tiempo en que los colmillos permanecieron clavados en su hombro y el tiempo que siguió a su separación, Matt se sintió morir. A través de las lágrimas que caían de sus ojos, reconoció la figura iluminada bajo la luz de la luna llena, que observaba su cuerpo con ojos llenos de lujuria. Con su forma de bestia bípeda, el chico reconoció a su compañero Weregarurumon.
— Tú siempre serás mío. — declaró el digimon. — Vendré a buscarte durante la próxima luna llena.

Y se marchó abandonando temporalmente al humano en su tormento tras haberlo marcado de por vida.