~Solo una Esperanza~ MattXKen TaiXTk

Que pasaria si tu vida dependiera de la persona que alguna vez te odio lo suficiente para siquiera devolverte un saludo? si jamas perdieses la esperenza de volver a estar con el?

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. violetaotakugirl
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Prologo: Encuentros

    **

    La luz plateada de la luna se colaba por las cortinas transparentes de la habitación, Sus bocas se encontraban entrelazadas besándose, amándose, uniendo sus cuerpos…

    Se besaban con ímpetu, con ferocidad, con deseo… dispuestos a pasar uno noche deseada tanto por sus corazones y mentes…al fin todo sus deseos se materializaban, cada anhelo cada caricia, cada exquisito rose que sus cuerpos friccionaban y que habían soñado desde hace tiempo poco a poco iba tomando forma.

    Las manos del mayor se paseaban por todo el cuerpo de su cortejado desprendiéndolo de la ropa que ahora estaba estorbando, los gemidos no se hacían esperar…o más bien no podían contenerse, el rubio se inclino hacia el peliazul y le beso de nuevo en sus labios, abrazándolo de la cintura buscando que el contacto fuera más inminente, como respuesta el rubio obtuvo las piernas de ojimar aferrándose a su cintura…

    ––te amo…

    **

    Miraba la lluvia por su ventana, observando cómo las gotas empapaban el cristal, esa tarde trataba de escribir una canción, pero por más que quería simplemente no podía.

    ¿La razón? Un joven de cabello azul que rondaba en su cabeza desde hace ya vario tiempo, desde que lo había empezado a observar casi diariamente sentado en frente del parque que se encontraba cerca de su casa, ese chico que anteriormente había sido detestado y odiado por él, uno que había logrado tenerlo absorto de unas semanas para acá, sin entender razón y lógica su corazón y mente simplemente lo sentían… Ken Ichijouji había logrado llamar la atención de Yamato Ishida…

    Anteriormente sus pensamientos y canciones siempre estaban dirigidos hacia sora…Su Novia…pero eso con el pasar del tiempo Había cambiado, algo en su corazón le decía que aquella chica no era ya el latir de este, es más si quiera le hacía sentir la emoción que en un principio había sentido por ella. Consecuencia tal vez de confundir la amistad con el amor. Latiendo como nunca por una persona que estaba lejos de sus posibilidades.

    ¿Por qué? Simplemente no lo sabía…era algo verdaderamente inexplicable, remoto, como si cada partícula de su ser se sintiera contraída con solo la imagen de aquel joven, cada día al ver esa mirada ausente observando al vacio…el vacio que el mismo había presenciado innumerables veces…

    Tal vez por eso ahora el ojiazul menor ocupaba por completo su mente, desde su regreso al digimundo ni siquiera le había prestado atención, no lo veía más que como un simple niñito con delirios de grandeza, un cabeza hueca que puso en aprietos la digimundo… que había lastimado a su hermano y a sus más preciados compañeros es mas ni siquiera toleraba su presencia.

    Tal vez ahora lo veía reflejado en el…Recordándole a el mismo en su inicio de pubertad. Sonrió delicadamente con ironía ¿quien se iba imaginar que el de pelo azul se sentaría en aquella misma banca a la que el recurría cada vez que la soledad lo embriagaba? ¿Observando el cielo, la tierra, todo lo que el mundo y el destino le ponían enfrente, buscando algo que pudiera llenar su vacio de a mismo forma que él lo había hecho?...Tal Vez eso era…ken era igual a él en toda la extensión y cada letra de la palabra



    Pero ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles? No había podido acercarse tanto como él hubiese querido, sentía una gran zanja que dividía el contacto entre ellos dos. Ahora como nunca se arrepentía de Jamás haberle comprendido y acercarse a él. De un buscar su amistad…que ahora quería convertirse en algo más.



    “Los opuestos se atraen…entonces los iguales se repelen”



    ––Estúpida clase de física––bufo molesto mientras llevaba su mano a su cabello Rubio con frustración.

    Era algo realmente obvio si lo veías desde ese punto de vista…

    Dio un suspiro resignado dejando escapar en el todo el conjunto de emociones y pensamientos que habían pasado por su mente, para cuando se dio cuenta la noche ya había caído y el no había avanzado simplemente nada con la canción que debía escribir.

    Realmente todo eso lo estaba matando, el hecho de no poderle hablar, tocarlo, besarlo, sentirlo…todo todo conspiraba para torturarlo y volverlo lentamente loco. Ni siquiera en la preparatoria le había podido dirigir la palabra.

    Se sentía un patético chico de 18 años.

    Patético al sentirse tan interesado en uno de 15 como lo era ken Ichijouji.

    Y lo peor ni siquiera había tenido la valentía para hablarle.

    Volvió a echar un vistazo hacia fuera, para ver como el vidrio se empañaba mas lo más seguro a causa del frio y la lluvia que lo cubría, su mirada azulina pudo visualizar entre esa deformada imagen aquel que le robaba la inspiración para no poder componer ninguna canción y causante de todos sus desvaríos y delirios.

    ––ken…––susurro por debajo clavando su vista en la ventana. Llevo instintivamente su blanca mano sobre el vidrio, frotándola sobre él y poder observar claramente la imagen del de cabellos azules, Sus ojos no podían creer lo que miraba ¿Qué le pasaba a ese idiota?... ¡se estaba mojando debajo de la lluvia!…la fría y húmeda lluvia.

    Sin esperar si quiera a terminar de procesar todo aquello Tan rápido como sus pies se lo permitían corrió hacia su closet sacando una sombrilla azul rey, para dirigirse hacia afuera en busca del joven Ichijouji. No podía dejar que siguiera así...

    **

    Pasaba por varios charcos de agua, sin importarle siquiera que su pantalón de mezclilla que llevaba fuera salpicado, nada ni siquiera la fuerte lluvia y truenos le impedirían llegar a su destino. Respiraba agitadamente corriendo con muchos Tropiezos debido al ajetreo de la gente Al huir de la fuerte lluvia tratando de esquivarla con dificultad para no caer al suelo. Forzaba su vista para buscar entre las gotas de lluvia moviendo con desesperación sus azules pupilas en busca de su objetivo… hasta que por fin lo vio a lo lejos. Quedándose anonado sin una sola palabra que decir siquiera. Frente a él se encontraba el peliazul completamente empapado, su cabello se pegaba a su cabeza haciéndolo ver un poco más largo de lo que era debido al peso extra del agua… su hermosa piel blanca cubierta por esas cristalinas gotas que caían también sin tregua de su barbilla. Su ropa delineando su figura, su pequeña cintura y bien estructurado cuerpo…un balance simplemente perfecto, su cabeza se dirigía hacia el cielo… casi pareciendo una mítica plegaria que hasta el más grande filosofo estaría de acuerdo con eso. ¿Tal vez reprochaba?...su aura denotaba tristeza y lagrimas se confundían con la lluvia que caía.

    ––“¿Qué será?, ¿que tiene?...simplemente me duele verlo así”–– pensó llenando su mente de hipótesis, pero ninguna lo más seguro era la correcta. ¿Cómo acercarse a el? ¿Cómo hacer que se abriera?... ¿como averiguar lo que tenia?

    ––Ichijouji…––expresaron al fin sus finos labios hacia el joven que se encontraba frente a él. El Peliazul no dijo una sola palabra––Ichijouji–– volvió a repetir para hacerse escuchar, solo para lograr que el menor notara que él estaba ahí, a su lado, que no estaba solo. El menor no contesto, estaba ido, perdido mirando al cielo y el ruido de la lluvia no le ayudaba para nada ya que el estrepitoso ruido de las gotas que caían rebotando en el piso al parecer ensordecían al menor.

    Decidido se acerco a él, tocando sus hombros con cuidado, sintiendo como era capaz de erizar los poros de ken con tan solo el frio toque de sus manos. El Joven peliazul por instinto volteo su cabeza lentamente hacia abajo y después hacia la derecha, al sentir como una carga eléctrica le recorría por todo su cuerpo topándose con unos hermosos Zafiros que lo observaban comprensivo.



    Miradas bastaron…

    Cielo contra mar

    Celeste contra azul…



    Sus ojos se conectaron, se miraron…el silencio se hizo presente, un simple entendimiento de palabras, de añoranza, de sentimientos…

    …El llamado lenguaje del universo…



    “Porque el universo siempre conspiraba para lograr su propósito”

    No sabía porque lo hacía, no había una razón, aquel frente a él casi era un completo extraño, pero ahora se encontraba con él, en el improvisado abrazo que el rubio le había otorgado, sus manos se aferraban fuertemente a la tela de la playera del mayor, tratando de calmar todos los sollozos que su boca emitía tenuemente, los brazos de matt apresaban a su cuerpo al principio débilmente, cambiando de inmediato a un abrazo posesivo, asfixiante y que le robaría el aliento a cualquiera. El rubio se había convertido en el sostén que necesitaba ahora que estaba completamente solo.

    Ahí bajo la lluvia… Cada una de las lágrimas derramadas era una marcha atrás en el tiempo, eran cristalinas, puras y monótonas que escapaban de sus orbes azules marcando su piel.



    …El silencio que esconde el dolor…

    **

    Miraba con desesperación la tetera mientras esperaba que la tetera hirviera o mínimo calentara el agua, ya habían pasado 2 minutos y no había logrado que estuviera lo suficientemente caliente para preparar el té. Preocupado volvió a echar su cabeza y parte de su cuerpo hacia atrás, mirando y percatándose que el Ichijouji estuviera bien y no se hubiera movido de su lugar.

    Después de ese encuentro en el parque había decidido llevarlo a su casa, ya que con la fuerte lluvia que se desataba afuera lo más lógico y coherente era eso. Ambos habían caminado en silencio ni siquiera se habían dirigido una solo silaba en el transcurso de su encuentro y mucho menos en el camino donde ambos caminaban bajo la sombrilla del rubio. AL llegar a la casa lo primero que había hecho el guitarrista fue otorgarle una toalla para que se secara y evitara que se enfermara. Misma prenda que ahora la tenía en su cabeza y parte de su cuello y que mejor que prepara un té caliente… una excelente elección para poder calentar el frio cuerpo de ambos que estuvieron bajo la lluvia.

    El sonido de la tetera lo saco de sus cavilaciones marcando con un fuerte chirrido que el agua estaba en el punto de ebullición perfecto. Tomo ambas tazas de su alacena vertiendo el agua caliente con cuidado para con paso tenue y un poco rápido dirigirse a la sala donde a un se encontraba el ojiazul mirando fijamente un punto de la habitación en la que se encontraba.

    ––Sucede algo–– pregunto curioso poniéndose en frente del menor y extendiéndole la taza de té para que la tomase. EL menor no contesto siguiendo lo más seguro atrapado en sus pensamientos Realmente el Ichijouji era una persona un poco difícil de tratar o eso pensaba por jamás haber intentado acercarse a él.

    Con cautela el rubio compositor tomo asiento en el sofá cerca del peliazul observándolo, clavando sus ojos en el joven y como este sostenía en ambas manos la taza de té humeante que le había entregado. Pasando así más de una hora sin atreverse a hablar ninguno de los dos. No es que el rubio no lo desease…al contrario es el que más tenía interés de averiguar su estado, pero. Simplemente no encontraba las palabras correctas teniendo miedo de echar a perder todo.

    ––ishio…–– le llamo pero no pudo terminar si quiera la oración al ser interrumpido por la suave y cortante voz del peliazul.

    –– ¿Crees en dios?–– pregunto el menor con su mirada perdida. Tal vez sabia que esa pregunta era de lo más estúpida posible y sacada de la nada…pero de alguna manera necesitaba desahogarse.

    ––yo...–– EL rubio volvió a tratar de hablar más el de ojos azules lo volvió a interrumpir.

    ––yo no sé que hacer, no sé en que creer––Menciono ken. El vocalista se sorprendió un poco ¿Acaso al menos estaba por enterado que estaba acompañado? ¿Qué él estaba ahí con él? ¿O cual era su afán de preguntar si se contestaba solo…?

    De nuevo el silencio…

    ––A que te refieres por dios Ichijouji no te entiendo…

    ––Mi Padres murieron––Menciono dolido con el alma en un hilo. Yamato quedo en shock dejando caer la taza que sostenía en sus manos dando así el inicio de un sonido contundente de la cerámica rompiéndose en muchos pedazos que llego a los oídos de ambos.

    ––Lo siento fue mi culpa…––se disculpo el rubio––es que…de verdad me tomaste por sorpresa yo no sé que decirte… de verdad…lo siento–– le menciono. Realmente no sabía que decir o actuar tras aquella confesión jamás en la vida se imagino que aquello que lo atormentaba fuera tan grave…a tal grado de marcar una zanja profunda que cuando se caía en ella era muy difícil volver a salir. Se levanto de su lugar y con cautela empezó a recoger los vidrios que habían regados en el piso cuidando no cortarse las manos con el filo de estos. El joven peliazul como acto mecánico lo siguió ayudándolo a limpiar el desorden hecho en parte por su culpa y haber soltado esa verdad tan repentinamente que en serio necesitaba dejar libre.

    Sus manos se encontraron en un acto que ninguno de los dos calculo, sus nervios se tensaron, y sus ojos se volvieron a encontrar.

    ––Ichijouji…––susurro el mayor para acercarse al cuerpo del joven que se encontraba con él. Ken se tenso al sentir como Yamato se acercaba lentamente como si de un impulso se tratase se sintió atrapado en sus brazos por segunda vez en esa noche.

    Después de unos segundos el mayor se separo de su agarre, topando su frente con la del menor sintiendo su respiración chocar con la de el…

    Lentamente…cerca…cada vez más cerca hasta que unió sus labios en un casto rose.

    Ambos se encontraron por unos momentos, siendo un roce simple y estático propiciado más que nada por el mayor.

    ––No quiero que sientas lastima por mi––lo aparto al fin el Ichijouji parándose rápidamente. El rubio lo miro desconcertado ¿lastima? No sentía todo por el menos lastima…Sentía cariño, atracción, anhelo, curiosidad…todo menos eso…

    –– ¿A que te refieres?...––Le pregunto desconcertado Yamato al sentir el rechazo rápidamente del de cabello azul.

    ––¿Que parte de mi estás viendo realmente?–– le contra pregunto el peliazul––Ni siquiera me conoces, no me has tratado, siempre te alejaste de mí, me juzgaste…ahora tu forma de actuar solo me dice que sientes lastima por mi…una lástima que mal interpretas por que no sabes lo que siento––le dicto mientras terminaba de ponerse de pie sintiendo de pronto como su cabeza le daba vueltas descolocándolo del sitio notándose el eminente cansancio sobre él como resultado de no haberse cuidado bien en días desde la perdida de sus padres o simplemente el anuncio de que pronto se enfermaría, fue perdiendo el equilibrio poco a poco tambaleándose sintiendo que sus piernas le fallaban y su vista se Nublaba… como reflejo solo puedo cerrar los ojos para esperar el contacto de su cuerpo con el suelo. Pero este nunca ocurrió. Los brazos de matt lo habían sostenido antes de que cayera.

    ––¿Estas bien?––pregunto. El peliazul reacciono rápidamente empujándolo con un brazo bruscamente.

    ––Suéltame–– menciono ahora si cayendo al piso amortiguando un poco la caída con sus manos al lado de su cuerpo levantando la mitad del mismo, Yamato camino hacia el teniendo como resultado que el joven retrocediera por cada paso que él se acercaba

    ––No te me acerques, que te lo haya contado no significa que puedas acercarte a mi te lo dije no busco tu lastima, ni necesito tu compasión.

    ––No la tengo

    ––¡¡¡Mientes!!!

    ––En serio escúchame si no quieres que te calle de nuevo con un beso–– le sentencio Yamato. El peliazul Se mordió el labio inferior con frustración ¿Quién se creía el rubio para amenazarlo de esa manera? Con frustración decidió guardar silencio otorgando el silencio sin permitir que su boca pronunciara una sola silaba, clavando su azul mirada a un lado donde no le diese los ojos directamente a ese insolente rubio.

    ¿Pero realmente Yamato era el culpable? En primer lugar el lo siguió arbitrariamente, él le había contado lo de su madre, el se había dejado abrazar ¿debilidad? Tal vez… pero eso ya había pasado, aunque a un mentalmente se culpaba, porque la situación que vivía en ese instante el mismo la había propiciado.



    ––Escúchame…––le hablo con seriedad el rubio––Se que es difícil pero…incluso aunque lloremos, suframos, roguemos y pataleemos los muertos no van a regresar.

    ––Eso lo sé no es necesario que me lo recuerdes…es suficientemente doloroso para mi sin que lo menciones…–– dijo suavemente con ira, frustración y resignación en su voz sin voltear sus orbes azules ya que por más que lo negara Yamato tenía toda la razón. Tenía miedo. Miedo a que esos ojos azules le desnudaran el alma

    ––Entonces ¿por que esa negación? por Favor… Ichijouji no hay razón para sentirse así piensa que tus padres no desearían verte así, que en este momento están descansado felizmente, deseando que su hijo salga adelante.

    ––¿¿crees que es fácil afrontarlo…??––Bufo irónico–– Se me olvidaba que hablaba con el frio Yamato, tú no sabes lo que es perder a un ser querido, no tienes idea y nunca la tendrás. ––le menosprecio. El rubio lo vio serio tratando de comprender su estado sin intenciones de herirlo ya que bien sabía que todo lo que mencionaba ken era para impedir que se acercaran a él.

    –– sinceramente…primero tú eres menos expresivo y sensible que yo y ¿ahora resulta que los patos le tiran a las escopetas? En segunda tienes razón tal vez no sé lo que es ver morir a alguien pero si se lo que es perderlos y ver como tu familia se desborona poco a poco… ¿sabes? Así como tu yo siempre estaba sentado en esa banca, solo, buscando respuestas y pensando que dios me odiaba por haberme arrebatado a mí familia––sonrió tristemente recordando cada memoria pasada que a su mente llegaba, albergando un sinfín de sentimientos en su pecho, con una infinita tristeza. El sabía lo que era perder todo de un día para otro y jamás haberlo esperado o siquiera imaginártelo…eso te destrozaba, te quebraba y al menos trataba de entender sus sentimientos. Después de observarlo un poco mas Se acomodo en el piso en un lado de ken tomando con ambas manos su rostro mientras lo levantaba para que este escuchara sus palabras ––tal vez no sé lo que sientes pero…te comprendo o al menos eso intento Cuando mis padres se divorciaron y se llevaron a una de las personas más valiosas para mi, caí en una tremenda depresión, no quería comer ni salir, mi vida había perdió su rumbo.

    ––¿Takeru? ––pregunto atento a las palabras del rubio

    ––Así es me separaron de mi hermano desde pequeño y a mi madre la veo pocas veces, casi nulas y mi padre no se diga tengo suerte si lo veo una vez a la semana por su trabajo–– confeso separándose del menor y ver como este miraba hacia el frente con sus manos en sus rodillas dobladas poniendo su barbilla en ellas. Tratando de entender y comprender a Yamato ye encontrar el secreto de su fortaleza una que a él le hacía falta.

    ––Que tiene que ver eso conmigo––pregunto sin entender por que el rubio se abría con él o el motivo del porque no había salido ya de esa casa.

    ––Todo…–– resoplo débilmente–– yo me sentía solo, sin nadie que me comprendiera, quería morir… y simplemente no quiero que te pase lo mismo, lo puedo ver en tu mirada es igual que la mía, vacía sin rumbo que no tiene razones para seguir con luz.…por eso… ––le sonrió cálidamente mirándolo, explorando que es lo que sentía realmente ya que le era difícil siquiera mencionar ese tema con cualquiera inclusive con tai, su mejor amigo pero por alguna razón el hablarlo con el de cabellos índigos, lo hacía sentir feliz.

    ––¿Por eso?… ––soltó ken, invitándolo a que el rubio continuase la frase que había dejado inconclusa pensando en todas las cosas que Yamato le había dicho otorgándole la razón ya que en vedad no se equivocaba en esos días el hubiese deseado morir, porque su vida no tenía un fundamento para seguirla.



    ––por eso déjame ser tu sustento, el que te anime a vivir.––lo observo fijamente mirándolo con atención pasando su mano delicadamente por su rostro–– ken no sé cómo ni cuándo, no hay una explicación lógica si así lo quieres llamar, pero te quiero… quiero ayudarte, estar cerca de ti y eso es de lo único que puedes estar seguro…ser parte de tu familia.

    ––Yamato…––Resoplo cautivado

    ––Déjame ser tu fuerza–– le susurro acercándose. Ken se sorprendido

    ––Pero somos…–No pudo continuar el rubio se adelanto a hablar.

    –– ¿Importa eso?...cuando dos almas partidas a la mitad se unen ¿que importa lo demás? Solo se complementan, se unen y sus destinos se entrelazan para siempre.

    ––Yo no lo sé–– respondió el menor un poco perturbado ¿realmente podía acceder a esa proposición? ¿Se sentía con la capacidad de hacerlo?...no lo sabía, pero tampoco perdía nada con intentar.

    ––Entonces déjame ayudarte a despejar tus dudas… –– Menciono. El joven rubio tomo la iniciativa del momento acercándose el de cabellos azules tomando de nuevo con sus manos su rostro, tumbándolo con delicadeza en el piso y quedando encima de ken con ambos brazos a sus lados y una de sus piernas entre las del menor. Su cabello largo caía hacia los lados juguetonamente al igual que su fleco mientras que el del Ichijouji se esparcía en el suelo con los ojos clavados en los celestes de Yamato.

    Permanecieron así varios minutos mientras los puros ojos del rubio observaban cada facción delicada del rostro de ken; sus finos labios, sus hermosos ojos zafiros que harían perderse a cualquiera contrastando con su blanca y exquisita piel y el sonrojo que ahora se posaba en sus mejillas.

    Acerco su rostro lentamente como si tuviese todo el tiempo del mundo para hacerlo combinando así el aliento de ambos. Se escondió en su cuello llenado sus pulmones con el exquisito y embriagante olor del Ichijouji que lo estaban volviendo loco. Lentamente regreso su boca hacia la frente de ken retirando unos cuantos mechones rebeldes de ella mientras depositaba un dulce y cálido beso enseguida en su nariz y consecutivamente en su mejilla hasta llegar con suma lentitud hasta la boca del menor.

    ––Estas temblando––le susurro en el oído traviesamente. Ken se aferro a la playera del rubio temblando se sus manos Levemente mientras su boca trataba de replicar por la acción reciente del guitarrista pero Cuando este iba a lograrlo Yamato cerró su boca con un beso dando varias caricias a sus labios. Pequeños roces que los disfrutaba con anhelo y Ferocidad logrando lo que desde hace tiempo venia deseando. Siguió insistiendo en ese beso rozando la punta de su lengua en los labios de ken pidiendo acceso a su boca… invitándolo a que la abriera para profundizar el beso.

    El peliazul se estremeció al sentir la casi notoria intromisión de Yamato sobre sus labios para terminar cediendo a las exigencias del mayor empezando con curiosidad y lentitud ese tipo de contacto que era totalmente nuevo para él. Sentía como el mayor se paseaba con toda libertad dentro de su cavidad bucal deleitándose dentro de su boca, danzando con su lengua. El trataba de seguirle el paso sin lograrlo satisfactoriamente sientiendo como ese beso se estaba tornando ya más apasionado y durando varios minutos para obligar a ambos a separarse por falta del oxigeno en sus pulmones.

    El rubio Entrelazo una de sus manos con las de ken manteniendo su boca cerca del peli índigo tratando de acompasar su respiración. Si por él fuera terminaría hasta el final con el de cabellos azules mas eso no lo era posible sentía que seria como aprovecharse de él en un momento caótico en su vida… sin mencionar demasiado claro que no parecía listo para ese tipo de acercamientos. Pego su frente a la del menor notando como estaba más caliente de lo normal lo más seguro y por su mareo anterior es que se hubiera enfermado.

    ––Ken ¿te sientes bien?––pregunto preocupado posando una de sus manos en el estomago del joven y hacer enseguida lo mismo en su frente.––Estas ardiendo en calentura…deberías descansar; te llevare a la cama.

    ––Yamato…–– le llamo levemente el peliazul al sentir como el rubio lo cargaba en sus brazos y lo llevaba a su habitación.

    ––dime.

    ––Gracias…por todo––hablo bajamente siendo la última palabra que dirigiría al de ojos celestes antes de caer dormido en brazos de Morfeo.

    ––No hay de que…–– EL rubio sonrió con ternura dando paso a su habitación.

    **

    Caminaba bajo la lluvia sin importarle que su ropa se estuviese empapando ya que algo mas importante que ella se sentía destrozado, lastimado y solo…

    ––“Mi hermano y ken, no lo puedo creer”––Penso mientras el aire se llevaba sus rubios cabellos. Hace unos instantes había ido a buscar a su hermano mas que una visita familiar… en busca de consuelo como siempre se lo había dado desde pequeño cuando sus padres se divorciaron. Pero esta vez fue diferente llevándose un tremendo escalofrió y tristeza al entrar a su casa…sus ojos se habían encontrado directamente con una escena que no le hubiera gustado presenciar; a su hermano Matt besándose con el antiguo emperador de los digimon.

    Esa noche se había sentido decepcionado de dos maneras. ¿La primera?... Fácil… el amor más grande de su vida lo había dejado. Hikari Yagami lo había dejado por Daizuke y eso verdaderamente le era difícil de creer y no era para menos después de haber estado por más de 3 años de novios que lo dejara de un día para otro le había destrozado su corazón.

    ¿Y La segunda?... al ver a su hermano besando a ken en el cual no encontraba una sola lógica pero aun así se sentía del asco.

    Traicionado vilmente…por las dos personas que más quería.

    Se paró en seco debajo de un árbol que había en una banqueta de la ciudad, quebrándose en llanto ahí mismo. Ya no aguantaba… se sentía mal y simplemente no entendía por que la vida lo castigaba de esa manera si él nunca había causado un mal a nadie ni siquiera lo había deseado.

    ¿Entonces por que el destino se empeñaba en hacerlo desdichado? ¿Tanto debía en su anterior vida?... tal vez si y ahora Por eso lloraba, porque no lo soportaba, por que el dolor embriagaba su corazón…

    Y la pena su alma…

    ––Tk ¿Qué haces aquí?––preguntaron a su lado.

    ––Tai––suspiro el menor observando al moreno frente a el con una sombrilla en sus manos y unas bolsas de supermercado en la otra dirigiendo hacia el sin poder evitarlo sus orbes celestes llenos de lagrimas.

    Continuara……


     
    Top
    .
  2. Cygnus Harvey
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Genial,simplemente genial.
    Las parejas no me las habría esperado,y se me hacen un poco extrañas.Pero el fic compensa esa extrañez y le da un cierto sentido,haciendo que me guste aún con parejas que no me habría imaginado.
    Te felicito,y espero que puedes subir la continuación pronto ^^
     
    Top
    .
  3.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Javier Alejandro (Tetsu)
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    1,040
    Location
    Ciudad de Mexico, Puebla, Guerrero.

    Status
    Offline
    tu fic es muy bueno y me agrada que lo postees en mas lugera n__n buena ortografia y este es uno de los mejores fics de digimon continualo, quiero ver que pasa con takeru y taichi sobre todo con yamato y ken que hasta lo que lei hacen una bonita pareja.

    cuidate espero la actualizacion.
     
    Top
    .
  4. violetaotakugirl
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Capitulo uno: MIRADAS

    "Nuestros sueños se regeneran, y las virtudes emergen como un puro manantial fluido desde el alma, es aquí donde debemos dejar nuestra esencia, éste debe de ser nuestro lugar, el lugar donde nuestras almas estarán juntas... donde nos amaremos por siempre…"

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



    La mañana del lunes llego rápidamente anunciando el inicio de una nueva semana de clases, siendo testigo de estas el viento húmedo de julio y el ligero bochorno que se sentía en el ambiente ocasionado por la época de lluvia que empezaba en esos días, días en que la tempestad e inseguridad que había en algunos corazones había parado por un tiempo, donde algunos habían lograda sus metas, y otros empezaban a acariciar en carne propia la desdicha y enclaustramiento de miles de sentimientos que comenzaban a surgir sin tregua alguna, siendo imposible poder canalizarlos especialmente con recelo de sus vidas y temores que se encontraban dando vueltas en su cabeza y alma… especialmente para cierto moreno pelicafe de ojos avellanos que no podía racionalizar las palabras y acciones dichas la noche anterior.

    –"mi hermano esta con Ichijouji, yo vi cuando se besaron… que puedo hacer tai, por alguna razón me siento traicionado"

    Y no era para menos hace apenas pocas horas antes de que la mañana se anunciara con la salida del astro rey había tenido a Takeru llorando desconsoladamente entre sus brazos y el cómo pariente cercano de aquella que había causado gran parte de su desdicha—su propia hermana cabe destacar— no podía hacer menos para ayudarlo y expresarle que no estaba solo, ayudándolo y sobre todo escuchándolo.

    –por que no fuiste con Yamato—le había preguntado, el rubio dirigió su celeste mirada hacia tai sintiendo como sus ojos se humedecían de nuevo. —no lo malinterpretes no es que te reproche el que estés aquí conmigo, es solo que es raro…generalmente siempre recurres a tu hermano—le indico abrazándose mas al menor sintiendo su cuerpo vibrar debajo de él debido al dolor que experimentaba en esos momentos

    –no quiero hablar de eso tai…- le dijo escondiendo su rostro en la playera del moreno, tai lo miro con nostalgia y tristeza, algo debía haber pasado para que tk no acudiese con el rubio compositor.

    –está bien take no sufras por lo perdido—le susurro tenuemente mientras jugaba con sus rubios cabellos—mi hermana perdió la cabeza al dejar a alguien tan lindo y bueno como tu—trato de animarlo, el rubio menor por su parte soltó un sollozo a un mas fuerte dejándose llevar totalmente por el llanto. —recuerda que no estás solo tienes a sora a mimi a izzy a joe a yolei a cody a mi… y sobre todo tienes un excelente aunque estúpido—rio débilmente esbozando una sonrisa— un muy estúpido hermano que se preocupa y desvive por ti con el alma que jamás te dejara solo.

    – No Tai te equivocas—replico el menor—mi hermano ya tiene alguien más importante por quien preocuparse como para atender a un adolescente con penosos problemas amorosos—recordó acrecentando el llanto en sus orbes.

    – ¿A que te refieres?—pregunto, le era difícil el tan solo imaginarse a alguien más en el corazón de Yamato que no fuera su amado y pequeño hermano menor, al que siempre cuidaba y protegía, el menor se separo del acomodándose en un lado de la cama donde se encontraban sentados limpiando con su antebrazo las lagrimas que aun caían cuan rebeldes de sus ojos zafiros, para tranquilizarse y proseguir.

    – A que mi hermano esta con ken—le dijo al fin, no es como que se lo estuviese contando a un desconocido, era taichí el mejor amigo de su hermano no veía nada malo en contárselo tarde o temprano se enteraría y el necesitaba desahogarse.

    –Explícate—le menciono perspicaz no teniendo en claro lo que el menor le quería mencionar. —es que no entiendo bien lo que me tratas de decir ¿esta?...con Ichijouji "pero si matt lo detesta"… ¿te refieres que en este momento está en su casa?—pregunto, tk continuo con la cabeza gacha asintiendo levemente a las preguntas del mayor. —bueno no es nada de que preocuparse es solo una visita para mañana tendrás al señor prefecto para ti todo el día—le trato de animar.

    –No tai, no entiendes, mi hermano esta con Ichijouji, pero no de visita—hizo una pausa apretando sus puños -yo los…los vi esta noche cuando se besaron…y siéndote sincero no se que hacer…dime que puedo hacer tai, por alguna razón me siento traicionado—le menciono el menor con tono bajo y soñador como tratando alcanzar un sentimiento por demás distante.

    Esa noche se había dedicado a consolar por completo a Takeru, inclusive bajo su propio riesgo, sabiendo que su alma se adelantaba al hecho de lo que jamás en su ser quiso aceptar, el tiempo le había ganado y ahora se encontraría con la soledad y el desamor a un mas grande que aquel que lloraba bajo sus fuertes brazos. y ahora se encontraba ahí frente al espejo con esas grandes ojeras producto de haber descansado relativamente poco en la noche, por estar pensando estupideces y sin poder creer a un las palabras del rubio menor.

    Por la simple y sencilla monotonía que taichí Yagami estaba profundamente enamorado de su mejor amigo desde hace más de 4 años

    De el idiota, frio, arrogante Yamato Ishida…

    Se sentía perdido en sí, sin ninguna razón para pensar en la logística de todo lo que su mente estaba razonando y pensando. Tratando de encontrar algo, lo que fuese una pequeña esperanza de que todo lo que escucho fuera solo una jugarreta de que su amor no era en vano, que tarde o temprano todo el esfuerzo que había hecho daría fruto pero muchas veces el destino no piensa que esa sea lo mejor para la persona porque tal vez, solo tal vez vez el amor estaba más cerca de lo que el mismo pensaba, después de todo La vida corre sin revuelo sin esperanza sin fe aunque el ser humano dependa de esta para ver aunque sea un rayo de luz en su vida y seguir adelante, para buscar todo aquello, un solo, simple y diminutivo motivo por el cual seguir vivo en este mundo lleno de dolor y sufrimiento en algo por que seguir creyendo y testigo y actuado por la palabra era la representación que se encontraba en la cama de Yamato quien observaba con ahincó y con anhelo aquel que dormía debajo de las blancas y sedosas sabanas de su cama, veía su semblante pasivo y tranquilo la fiebre había bajado considerablemente ese día.

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



    Taichi observaba adormilado a través de la ventana del salón de clases vacío. Su insomnio lo había llevado a estar ahí una hora antes del comienzo de las clases. Insomnio del cual un rubio de ojos azules era el culpable. "Eres un estúpido, Yamato Ishida" pensó con rencor. ¿Tantos años siendo mejores amigos no habían servido de nada? Si, tal vez no mandaba señales muy claras respecto a sus sentimientos, pero era más que obvio que su comportamiento más natural era sólo con Yamato. ¿Es que acaso el rubio era demasiado imbécil como para notarlo?

    −Te odio−murmuró con los dientes apretados, conteniendo las lágrimas−Te odio con toda mi alma.

    Lo repetía tratando de convencerse, pues sabía que no importaba cuantos años pasaran, ni cuantos amantes pudiesen pasar por el corazón de Yamato, él lo amaría hasta el fin de los tiempos. ¿Qué tal si su relación con Ken era algo pasajero? Tal vez estaba experimentando. El hecho de que se besaran no era una prueba de que entre ellos había algo más que pudiese llamarse amor.

    Se puso de pie, decidido. Yamato no tardaría en llegar, pues comúnmente el rubio era el primero en estar en aquél salón, cuando aún nadie había llegado. ¡Vaya que había sido productivo llegar tan temprano por primera vez en su vida! Ese pensamiento cruzó la mente de Taichi tan repentinamente que se le antojó esperanzador.

    Sería cuestión de esperar unos minutos más. "Yamato, me gustas". No, demasiado simple. "Matt…te amo". No, tampoco. Podría asustarlo. Una y más ideas desfilaron por su revuelta mente, y no encontraba la manera adecuada de decírselo.

    − ¡Taichi! Que sorpresa, ¿te caíste de la cama? No veo otra razón por la cual pudieras levantarte tan temprano−bromeó Yamato entrando al salón, sonriente.

    Taichi no respondió, pues se había llevado un buen susto al escuchar la puerta deslizarse tan repentinamente. Se quedó ahí de pie, estático. Pálido.

    −Oye, ¿te sientes bien? –Yamato se acercó a él con un dejo de preocupación en su rostro.

    Taichi pudo notar las ojeras que surcaban los ojos del rubio, realzando más el azul intenso causante de sus delirios. ¿No habría dormido por estar con Ken? ¿Acaso ellas habrán...? Pero su mente se quedó en blanco, la cercanía de Yamato lo ponía nervioso. Y el hecho de que su mejor amigo trajera tan solo una ligera camisa abierta hasta casi hasta la mitad –hacía rabiar a los profesores por no llevar nunca el uniforme como se debía −, no ayudaba en nada.

    −Me estás asustando –dijo Yamato tocando el hombro de su compañero para hacerlo reaccionar.

    Y Taichi llegó a su límite. De un movimiento apartó la mano de Yamato, y acto seguido lo tomó por la cintura para atraparlo en un agresivo beso. Sintió sus labios chocar contra los del rubio. Y fue la gloria.

    Yamato no entendía absolutamente nada. Segundos atrás estaba preocupándose por su mejor amigo, y al instante siguiente éste lo tenía fuertemente abrazado y lo más extraño, ¡lo estaba besando! No lo pudo rechazar, pero tampoco respondía. ¿Qué estaba pasando? Sintió los imperiosos labios de Taichi reclamar una pronta respuesta. La lengua del castaño trataba de dar entrada a su boca. Y sin saber la razón, le cedió el paso.

    Calidez. Esa palabra resumía el beso de Taichi. Comenzó a seguir el juego, sin motivo alguno. ¿Era acaso miedo a herirlo? Era su mejor amigo después de todo. Y lo de Ichijouji era… ¡Ichijouji! Ese nombre lo hizo volver en sí. De esa manera pudo notar como las manos de Taichi habían comenzado a recorrer su abdomen por debajo de su camisa. No pudo reprimir un gemido, pero le tomó las manos con fuerza ordenándole que se detuviera.

    −No−fue lo único que pudo articular, mientras trataba de recuperar el aliento.

    −Pero creí que…−comenzó a decir Taichi, confundido. ¿Qué había hecho mal? Hasta podría haber asegurado que el rubio lo estaba disfrutando.

    −Perdóname Tai, yo…−interrumpió Yamato, no queriendo sonar muy agresivo. Se sentía culpable de no haber detenido aquél beso desde un inicio.

    Taichi entendió sin necesidad de más palabras. Sus ojos se tornaron en una expresión herida, furiosa. ¿Entonces por qué lo había aceptado? ¿Tan sólo era una forma cruel de burlarse de él? No, él no podía hacer eso. ¡Era su amigo! ¿Podría acaso ser tan desalmado?

    −Imbécil−murmuró con rabia contenida, la voz le temblaba, el orgullo herido carcomía cada rincón de su razón… Y el rechazo del joven al que amaba destruía lentamente su latente corazón.

    Yamato no respondió. Su carácter frío y rudo se había escondido en alguna parte de su ser, para dar paso a alguien mucho más sensato. Pero no parecía ser así para Taichi, el cual apretaba fuertemente sus puños mientras miraba al piso. El rubio quería decir algo, consolarlo, pedir perdón…Pero las palabras simplemente no salían de su boca.

    − ¡Eres un estúpido Yamato Ishida! –gritó Taichi mientras alzaba el puño derecho y asestaba un fuerte golpe en el rostro al rubio, el cual cayó al suelo de forma aparatosa.

    Taichi salió corriendo del salón, sin mirar atrás. No lloraría, nunca. Y mucho menos por aquél rubio cuyos ojos azules lo mantenían sin dormir. Su piel blanca, sus labios rosas y carnosos. Su lengua cálida y húmeda. Su sabor… Ese endemoniado sabor que permanecía aun en sus labios. Lo amaba con locura, y el dolor sentido por su rechazo era equivalente a todo el amor que sentía por Yamato.

    −Taichi−susurró Yamato, ya de pie. Lo vio salir por la puerta, y sabía que seguirlo no era una opción. Tenía que dejarlo pensar. Y él también lo necesitaba.

    ¿Qué había sido eso? ¿Una declaración de…curiosidad, deseo…amor? Tantos años juntos y nunca se había percatado de los sentimientos del moreno. Sí, sentía una atracción por él, pero sólo era algo superficial. Tal vez por eso había correspondido a ese beso. Pero le había salido caro el pequeño placer pasajero. Estaba seguro de que su mejor amigo lo odiaba en esos momentos. Y no podía culparlo.

    Lejos de ahí, una joven bajita y de cabello corto entraba tranquilamente a su salón, tomada de la mano de un joven un poco más alto que ella, y de cabello despeinado. Ambos sonreían de manera boba, mirándose mutuamente. Y al entrar, todas las miradas se posaron sobre ellos.

    Al parecer, ya todos habían notado el distanciamiento de Hikari y Takeru, pero de eso a verla tomada de la mano con Daisuke, era muy diferente. Así que esa era la razón de la ruptura de aquél noviazgo tan largo.

    Hikari bajó la mirada al notar tantos ojos sobre ella, pero Daisuke caminó orgulloso, pavoneándose cual pavorreal cuyo plumaje está en todo su esplendor. Ahora la chica más bonita de aquella escuela era su novia. Había ganado. Tantos años a la sombra de Takeru, y por fin el castaño tenía aquello que anhelaba. Tomó con más firmeza la mano de Hikari.

    Y de entre todos los ojos que los observaban, había unos que permanecían indiferentes, ensombrecidos por el dolor. Unos grandes ojos azules luchaban por no observar la escena que aquella pareja protagonizaba. El simple hecho de verles hacía que su corazón se estrujase de una manera tan dolorosa, que lo hacía sentir que moriría en cualquier momento.

    Nadie dijo nada, nadie cruzó palabra. Simplemente la pareja entró y ocupó sus respectivos lugares. Uno al lado del otro. El antiguo lugar de Hikari quedaba vacío, al lado del rubio que en esos momentos luchaba contra las lágrimas que se agolpaban en sus ojos, cuya luz antes intensa, ahora agonizaba por falta de amor.

    "Morir, dormir, no despertar más nunca, poder decir todo acabó; en un sueño sepultar para siempre los dolores del corazón, los mil y mil quebrantos que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara concluir así!" *

    Ese verso danzaba por su mente como un demonio diminuto que se burlaba de su suerte, sonriéndole con sus dientes afilados. Se infiltraba en cada uno de sus pensamientos, acechante, peligroso…letal.

    Aquella era la voz del odio. De la ira reprimida. Los recuerdos de su pasado amor comenzaban a pesar demasiado. Los besos de Hikari, las tardes en el parque cuando paseaban juntos y de la mano, las risas, sus citas en aquella pintoresca cafetería del centro… No podía soportarlo.

    Tomó un lápiz y comenzó a escribir frenéticamente, sin reparos. Sin tomar en cuenta que el profesor había entrado hacía ya minutos. No escuchaba absolutamente nada, la rabia no se lo permitía. Tenía que desahogarse, y sacar aquel demonio de su corazón y de su mente. Al demonio con ojos grandes y castaños, más oscuros que su cabello corto, sedoso, que tantas veces acarició.

    Tenía que sacarse a aquél demonio cuyos labios lo hacían enloquecer de pasión, las manos cuyas caricias lo llevaban hasta un punto en el que la dulzura, la lujuria y el amor se volvían un solo ente. Depuraría su mente y su corazón, ¡se desharía de su olor, de su voz, de todo! De Hikari Yagami.

    Las clases daban término en ese instante. La campana producía un sonido ciertamente nostálgico, evocando recuerdos. Evocando aquella época tranquila en la cual, todos ellos, los niños elegidos, eran tan sólo eso, niños. Sin problemas, sin rencores, sin dolor. Al menos eso pensaba Yolei Inoue, mientras tomaba su mochila y salía de prisa rumbo a su hogar.

    Últimamente todos estaban distanciados. De verse todos los días, pasaron a ser tan sólo unos extraños que se saludaban de vez en cuando. No es que ya no se quisieran, simplemente cada uno comenzaba a crecer y a buscar su propio camino. Pero eso no justificaba el dejar olvidada su amistad.

    Esto y más divagaba la chica sin fijarse en su camino. Por lo menos hasta que sintió chocar contra algo más alto que ella, y que la hizo terminar en el suelo.

    − ¡Superior Joe!

    FIN DEL CAPITULO UNO

    (Continuará…)
     
    Top
    .
  5. Cygnus Harvey
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    o.O
    Me has sorprendido...Un capítulo sublime.Sin palabras para describirlo.
    En algunas partes me has tocado la fibra sensible,en casi todo.
    Pero,al contrario de otros,no me dejas un mal sabor de boca.Al contrario,me encanta el fic.
    Te suplico que lo continues cuando puedas,me ha encantado.
     
    Top
    .
  6. violetaotakugirl
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Capitulo 3

    A veces la gente puede perder las ganas de sobrevivir, pero mientras tengan en su corazón algo en lo que creer, el valor nunca desaparecerá.

    "Hay muchas clases de sentimientos, pero es necesario convertirlos en palabras para que los entiendan."

    − ¡Superior Joe! –Exclamó alarmada y apenada. Más lo segundo que lo primero.

    − ¿Estás bien? Lo siento, no vi por donde caminaba – Se disculpó Joe con una sonrisa, mientras le tendía una mano para ayudarla a incorporarse.

    La pelivioleta sonrió tontamente, sin palabras. ¿Tanta inteligencia para llegar a este punto? Quedarse muda… Y eso era algo a lo que la señorita Inoue no estaba acostumbrada. Reaccionó y se puso de pie.

    − ¡Lo…Lo siento! Yo también iba distraída.

    − Bueno, estamos a mano. Ambos íbamos en nuestro mundo. ¿Qué te tenía tan pensativa? –preguntó Joe con curiosidad.

    ¿Cómo explicárselo? ¿Él también pensaría lo mismo que ella…? Al fin y al cabo, todos eran amigos en común.

    − Nada importante−. Respondió vagamente Yolei. Deseando que el chico de cabello azulado no quisiera indagar más.

    − ¿Nada importante? No, no eres el tipo de persona que pierde la noción de lo que la rodea por algo sin importancia. ¡Ya sé! Te invito a tomar una malteada en la cafetería que está a dos calles de aquí. Es deliciosa y podremos platicar un rato, hace ya mucho que no socializo−. Bromeó el peliazul.

    La chica no tuvo más opción que aceptar. Ambos se encaminaron a la cafetería mencionada, y al llegar ahí, tomaron la mesa más alejada del resto y ordenaron sus malteadas.

    −Y bien. ¿Qué te preocupa? – Preguntó Joe mientras sorbía un poco de su bebida, pero sin perder de vista a Yolei.

    Yolei tardó unos segundos en responder. ¿Qué le preocupaba? Muchas cosas. Demasiadas. Sus amigos.

    − ¿Lo has notado tú también…? –Preguntó Yolei al aire, casi segura de que el mayor le entendería.

    Joe sonrió y cerró sus ojos con tristeza. Sí, había notado el Caos. Un Caos en el que sus amigos quedaban poco a poco sumidos, atrapados. Pero nada podían hacer, más que permanecer como simples espectadores de una trágica comedia.

    − Sí, lo he notado−. Respondió finalmente−. Es como si la tristeza quisiera apoderarse de cada uno de nosotros. Se ensaña vilmente con quien se le antoja.

    En este punto Yolei sentía un nudo en la garganta, la nostalgia se agolpaba en su corazón en grandes cantidades. ¿Era mucho pedir que la vida fuese lo que era hace pocos años? Cuando todos eran niños… niños que sólo querían divertirse.

    El joven tomó la mano de Yolei, algo sonrojado debido a ese impulso que contradecía su natural timidez. Pero él también necesitaba sentir que no estaba solo en ese torbellino de emociones en el que sus amigos caían poco a poco.

    Todo iba a estar bien, sí… todo ¿Verdad?

    Caminaba por los pasillos de aquella gran institución. Su andar era despacio como si tuviera todo el tiempo de mundo para llegar a su destino. En su mirada de ojos celestes se podía observar con facilidad la irritación y preocupación del cual se encontraba preso, y es que desde el incidente de esa mañana no había tenido señales de Taichí y simplemente no se lo había podido sacar de su cabeza. A un no entendía cómo es que aquella situación había llegado hasta tal punto de que el castaño armara tremendo lio tan temprano cuando ni siquiera había acabado de despejarse y despabilarse de su falta de sueño de la noche anterior en la que había estado cuidando de ken y de la fiebre que este tenía.

    ¿Cómo es que todo su mundo había dado un giro de 360 grados en menos de 24 horas? No lo sabía, apenas hace poco Taichí era su mejor amigo, su confidente, una de sus personas más queridas y más cercanas. Una de las que más lo conocían. Ambos mantenían una amistad que con el paso de los años habían fortalecido de una manera extraordinaria a comparación de cuando eran apenas unos niños inmaduros que se odiaban mutuamente y eran enemigos auto-declarados pero jamás se imagino ni se preparo para la prácticamente declaración del pelicafe.

    Entro al salón de unos de los grados menores con ambas manos en los bolsillos de su pantalón. Su mirada azul buscaba casi con desesperación la mirada zafiro del Ichijouji que desde esa mañana no había podido encontrar. Era increíble que una de las personas que alguna vez desprecio inclusive al punto de voltearle la cara ahora fuera una de las más importantes en su vida, refirmando el giro en su vida que hace poco se había planteado.

    — ¿Donde está Ichijouji? – Pregunto observando como una chica de ese grado le señalaba con su dedo donde se encontraba el peliazul recostado en su pupitre ajeno a todo lo que sucediera a su alrededor. Se dirigió a paso veloz hacia el chico —Ken…—Susurro cerca del joven. El peliazul se sobresalto un poco por la cercanía y la nada esperada visita de Yamato levantando enseguida su mirada para encarar al rubio que lo observaba con una mirada un tanto feliz. — Es hora de almorzar ¿vienes?—Le pregunto. Ken asintió en silencio reacomodando su pupitre y sus cosas dentro de su bolso para salir fuera de ese lugar.

    — ¿A dónde vamos Yamato?—Le pregunto. El de ojos azules sonrió conmovido ocasionado que ken volteara su vista enseguida hacia el suelo y es que debía admitir que jamás en su vida escolar había salido fuera de su salón para tomar su almuerzo.

    —A un lugar muy peculiar que se llama cafetería—. Susurro llevando ambos brazos hacia su cabeza y sonreír—. Espero que te agrade el hecho de sentarse con el chico más popular de la escuela.

    —Arrogante—Susurro el de pelo azul esbozando una leve sonrisa en el acto y es que desde esa noche por primera vez en un tiempo no se sentía perdido ni atormentado. Sentía que al fin había alguien en quien podía confiar, con quien sonreír y con quien compartir pero más que nada que lo comprendía por sobre todo lo anterior mencionado.

    — ¿Te sientes mejor?—Pregunto mientras se detenía de pronto cerca de unas escalares y jalaba al menor de la muñeca—. ¿Ya no volvió la fiebre?

    —No… estoy bien—. Tartamudeo un poco susurrando al notar el arranque del rubio y como pegaba su frente a la de él.

    —Me alegro—. Le dijo mientras sus labios rozaban los del menor en un casto rose. Ken se tenso y cerro lo ojos en el acto al sentir como los finos labios de Yamato hacían ya por tercera vez contacto con los suyos robándole sutilmente el aliento en pequeños y confortantes caricias que simplemente hacían enloquecer a ambos.

    Las manos del rubio se situaron en la nuca del Ichijouji haciendo que el contacto fuera más fuerte entre sus labios presionándolos y disgustándolos como si fuese el mejor manjar que hubiera sobre la tierra o al menos lo era para el rubio que se encontraba encantado y totalmente extasiado con el peliazul… simplemente hipnotizado por su esencia y su dulce pero sombría fragancia.

    —Me vuelves loco…—Le susurro separando sus labios de los de Ken y llevarlos ahora cerca de su cuello resoplando levemente sobre este y llevar ahora sus manos a su cintura acercándolo más a su cuerpo.

    —Yamato… ¿y el almuerzo?—Pregunto ken un poco nervioso al escuchar un alto sonido de parte del estomago del rubio, y es que tenía casi un día completo de no haber comido nada y con la desvelada que había ocasionado a su rubio compañero solo había empeorado las cosas—. No quiero que enfermes tu también…

    —No me importaría enfermar si tu estas a mi lado y me cuidas—. Le dijo ocasionando que la sangre del peliazul se elevara a tal grado de teñir su cara antes blanca como la porcelana a rojo como un tomate maduro—. Así como yo estaré al tuyo cada vez que te sientas mal.

    —Gracias…—Simplemente le susurro. Tras el detalle el rubio sonrió y lo tomo de la mano para dirigirse a la cafetería del colegio.

    Se encontraba sentado en una de las tantas bancas que había en aquel lugar lleno de verde césped y flores por doquier. Debía admitir que era una de sus partes favoritas de esa escuela, y que decir que siempre iba allí para relajarse ò simplemente cuando deseaba no entrar a clases. Como ese día había pasado… y es que ¿Quién lo culparía? Era más que obvio que fue un estúpido insensato al actuar tan precipitadamente frente al rubio compositor esa mañana; y mas a un el hecho de no poder suprimir sus instintos bajo la presión en su cabeza de que tal vez ya había perdido a Yamato.

    Pero lo que más le dolió no fue su rechazo ni mucho menos…lo que le había afectado de sobremanera fue el hecho de que el de ojos azules le correspondió aquel profundo beso, que inclusive aseguraba lo había disfrutado de la misma o mejor manera que él, para después pasarlo a rechazar tan bruscamente con un simple y cortante "no". Quería pensar que era por el miedo, por la sorpresa, por la simple manera de actuar del que lo habían sorprendido imposibilitando actuar acorde pero bien sabia que todo se debía al Ichijouji…ese era el simple hecho y persona que lo separaba del rubio. El miedo lo carcomía a tal grado de caer en la locura, el amor que sentía por Yamato ya era demasiado grande como para poder retrocederlo, no sabía que hacer a quien recurrir y más por que ahora se había vuelto adicto a aquellos deliciosos labios y peculiar aliento. Yamato era su droga, su todo desde que se había dado cuenta de cuánto le importaba y le empezaron a atraer las personas.

    Tal vez antes tenía un freno al pensar en cómo el rubio lo aborrecería si se enterara de su atracción errónea porque ambos eran hombres, tal vez podía lidiar con la idea de que el compositor jamás seria suyo por que le atraían las mujeres…por que salía con Sora y ella era su mejor amiga, a cuanto féminas se trataba, y tenía que respetar aquel noviazgo observándolos desde lejos procurando su felicidad. Pero ahora todo era diferente porque había descubierto que Yamato salía con un hombre, con un igual a él. Ahora el sexo no era un impedimento para poder realizar su sueño de llegar al corazón de Matt y eso lo atormentaba a un mas, desbocando todos esos sentimientos reprimidos por más de 4 largos y tortuosos años.

    — "Sora"—Pensó. Era más que obvio que la pelinaranja a un no estaba al tanto de la situación, a un frente a todos ella era la novia oficial de Yamato Ishida. ¿Cómo se lo tomaría…? ¿Qué haría…? Eran varias de las preguntas que llegaban a su cabeza una a uno conspirando para atormentarlo mas ya que todo cabía y terminaba en un mismo punto…estaba preocupado por Matt no por Sora. Tras aquel pensamiento se paso la mano por su cara tratando de relajar sus facciones y dar rumbo incierto a la cafetería ya que realmente se moría de hambre. Se levanto con pesadez y grandes suspiros saliendo acompasados de sus labios y es que si por él fuera no se levantaría de ahí pero si un punto débil tenia Taichí era su estomago.

    — ¿Hermano…?—Le hablaron. El castaño volteo hacia un lado encontrándose con los ojos castaños de Hikari, su hermana menor, tomada de la mano con Davis—. ¿Qué haces aquí?—Pregunto un tanto preocupada de ver el semblante y las ojeras debajo de los ojos de su hermano.

    —Nada Kari…no te preocupes pero tenemos que hablar—. Le ordeno, y es que desde que se había enterado la noche pasado del noviazgo de Davis y la castaña por boca de Tk a un le era imposible creerlo ¿Qué se le había metido en la cabeza a su hermana para llegar a cambiar al rubio por el castaño? Pero ver esa escena frente con ambos tomados de las manos felices y sonriendo era algo digno de un óscar y es que en esos años podía jurar fácilmente que el noviazgo de Kari y Tk llegaría hasta el matrimonio—. Y tú también Davis—. Dijo. El castaño menor se tenso un poco ante la petición tan repentina del hermano mayor de su ahora novia, de la boca de aquel que había sido su ídolo desde siempre y que le hablara en es tono un tanto sobreprotector y autónomo le ponía los nervios de punta.

    —Claro, Tai—Hablo ahora con seguridad al sentir como kari apretaba su mano dándole la fuerza que necesitaba para enfrentarlo.

    —Vamos a la cafetería podemos hablar mejor y es que me muero de hambre.

    —Es que veras…—Dijo Davis con su característico humor ocasionando la risa de kari y una sonrisa de tai al parecer Davis nunca acabaría de madurar.

    — ¿Si Davis?—Cuestiono Taichí curveando una ceja en señal de cuestión y esperando una rápida respuesta del parte del menor.

    —No termine mi tarea y ya sabes tengo que hacerla—. Dijo un tanto avergonzado y es que si de la escuela se trataba el castaño no era el más brillante de todos.

    —Está bien, me adelanto—. Dijo dando paso rápidamente a caminar entre los pasillos tras la mirada atenta de su hermana y su novio.

    Entraba a la cafetería a todo prisa se le había hecho tarde y lo más seguro es que Yamato estuviera ahí esperándole. Su cabello naranja se mecía conforme avanzaba ya que por lo largo de este era más que imposible evitarlo. Llego rápidamente agitada a una mesa en la parte derecha de la cafetería donde siempre se sentaba el rubio desde que tenía memoria y habían empezado a salir juntos.

    —Lamento la demora…—Dijo. El rubio levanto la vista un tanto sorprendido al olvidar un grandísimo detalle, "idiota" pensó ya que eso era y se declaraba ahora mentalmente el mayor idiota del mundo. ¿Por qué? Simple…por haberse olvidado por completo de la pelinaranja al estar concentrado con el peliazul y monopolizar todo su tiempo en el, por haberse olvidado de su novia.

    Ahora la pelinaranja se acercaba hacia Yamato lentamente posando sus labios rosas sobre el rubio quien abrió los ojos desconcertado al encontrarse con la vista confundida de Ken, quien se levanto rápidamente del lugar para irse corriendo de ahí.

    — ¡Ken!—Dijo rápidamente, prácticamente arrojando a la de ojos mieles a un lado para salir corriendo detrás del chico peliazul para no perderlo de vista. La pelinaranja se quedo perpleja a los acontecimientos ocurridos y las miradas inquisidoras de todos aquellos sobre la cafetería.

    — ¿Sora estas bien?—Preguntaron a su espalda una voz preocupada y reconocida para ella.

    —Si, Izzy…solo que hay algo mal con Yamato y si no me equivoco el que salió corriendo era Ken ¿cierto?—Pregunto obteniendo la mirada del hacker sobre ella y asentirle casi inmediatamente.

    Caminaba con las manos en su bolsillo con un sinfín de pensamientos en su cabeza, entre ellos su hermana, Davis, Tk y, por sobre todo, Yamato. Iba distraído silbando y con hambre, todo marcaba un horrible panorama para ese día y los siguientes pero bien sabia que debía tranquilizarse de una u otra manera.

    Sintió toparse con un ligero cuerpo de repente esbozando una mueca de molestia debido al golpe sufrido. Sus ojos lograron abrirse para encontrarse con el cuerpo de la persona que menos quería ver… Ken Ichijouji, pero el destino parecía jugarle una broma y una muy pesada. Lo vio casi tropezar y caer para recuperar el equilibrio rápidamente y seguir corriendo sin dirección alguna dejando a atrás a Tai, quien no lograba comprender la actitud del peliazul al observar sus llorosos ojos o encontrar una respuesta lógica a toda esa situación, y tan pronto como si fuese cosa de burla, todo se aclaro al ver como Yamato corría detrás del ex emperador digimon pasando a su lado sin siquiera dirigirla una mirada siquiera. Pero de algo estaba seguro: de que al parecer sus sospechas eran ciertas y esa relación no duraría mucho y tal vez tendría el camino libe cuando menos lo esperaba.

    Como la curiosidad es un don del ser humano con el que se nace sin excepción alguna, Tai tomo paso ligero hacia la misma dirección que había tomado la pareja buscando respuestas al igual que una pelinaranja que paso con segundos de diferencia tras él para buscar lo mismo que Tai y encontrar una decepción que estaba destinada a sufrir.

    Pero más vale abrir los ojos a tiempo y no vivir engañada y lastimada por el resto de la vida.

    Los engaños duelen, duelen y lastiman de una manera tan cruel que ni el ser mas bueno del universo puede verse aislado de aquel pesar, un pesar que es más fuerte que cualquier veneno o arma que un ser humano puede usar en contra de otro bajo su voluntad. Porque el engaño hiere y quema por dentro la esperanza consumiendo todo sentimiento a su paso sin consideración alguna; tal como pasaba en el corazón del joven peliazul que se había sentido fatal, ni siquiera al cabo de 24 horas haberle abierto su corazón y confianza a alguien que necesito de un segundo para terminar con ella a un no comprendía nada ni asimilaba el hecho de que Yamato le hubiera hecho eso que quería ¿Venganza…? Tal vez era eso, después de todo nunca se llevaron bien y el rubio siempre lo acuso de la peor manera después de regresar del digimundo objetando que la maldad se llevaba en el alma y el cómo ex amo y emperador de los digimon no merecía el beneficio de la duda ¿Por qué sorprenderse entonces? Era más que obvio que todo era parte de su retorcida mente la cual solo buscaba una manera de hacerle ver que nadie jamás lo podrá comprender que detrás de dulces palabras solo hay mentiras solo eso y nada más. Era un iluso si llegaba a creer lo contrario.

    Llego agitado con una ligera capa de sudor cubriendo su cuerpo respirando agitadamente y con lágrimas buscando descender de sus azules ojos, su destino el lugar debajo de las escaleras donde minutos atrás él y Yamato se había besado ¿tonto? Tal vez lo era… porque a pesar de todo muy en el fondo de su corazón deseaba que todo fuese una mala jugada del destino como las que siempre había vivido. Su puño impacto de lleno con la pared inundado ahora de la pequeña rabia que recorría su cuerpo sin poder evitarlo, fue un reflejo que había surgido en el por sentirse impotente y esperanzado a la vez decepcionado y con ilusiones con muchos sentimientos contrariados que buscaba disipar.

    —Ken…—Susurraron entrecortadamente a su espalda mientras las manos del rubio se encontraban en sus rodillas agachado sutilmente tratando de acompasar su respiración. Nunca había sido bueno en deportes y definitivamente nunca lo seria bastaba ver el estado en que se encontraba en esa corta distancia que había corrido—. Déjame explicarte no es lo que piensas.

    — ¡¿Y que es lo que pienso? No tiene por que importarme, tu y yo no somos nada después de todo… —Dijo con voz levemente alterada, y es que efectivamente se habían besado y habían estado juntos toda la noche o más bien el rubio velando por su sueño, hasta inclusive esa mañana donde hubo más acercamiento de ambos pero jamás se habían establecido como pareja—. Sora es tu novia y lo comprendo.

    —Escúchame—Le pidió tomándolo de los hombros y haciendo que volteara su rostro a darle la cara y clavar su intensa mirada sobre la suya como la noche anterior donde se besaron por primera vez.

    —No quiero escucharte, Ishida Yamato.

    —Por favor…—Le rogo acercando ahora su rostro al menor quien se mantenía estático—. Quiero que entiendas que es un malentendido estaba dispuesto a terminar con mi relación con Sora.

    — ¿Por qué?—Susurro el menor. El rubio sonrió dulcemente pasando una de sus manos por la nuca del Ichijouji.

    —Porque te amo—. Le dijo despejando la frente del menor con una de sus manos para observarlo por unos segundos y robarle levemente el aliento con un pequeño beso que basto para reafirmar aquellas palabras en el corazón del Ichijouji.

    —Yamato—Le llamaron tras su espalda ocasionando que se separara rápidamente del menor para encontrarse con la cara desfigurada de angustia de Sora Takenouchi quien le observaba sorprendida en busca de una respuesta —. ¿Qué está pasando?

    —Si, Matt ¿Qué es lo que pasa? — Preguntaron a la espalda de Sora, encontrándose con Tai recargado en la pared con ambos brazos cruzados a la altura de su pecho quien lo miraba ansioso tal vez buscando las mismas respuestas de la pelinaranja. El de ojos azules se puso enfrente de la chica mientras con una de sus manos tomaba la del Ichijouji apretándola fuertemente en señal de confianza mientras Ken solo permanecía quieto y con la cara cabizbaja esperando de la misma manera encontrar el verdadero significado de las palabras del rubio compositor.

    —Yo…— Hablo un poco nervioso tratando de confrontar aquella difícil situación, difícil por el hecho de que tenía a su novia, a su mejor amigo que quería ser algo más que eso y a su enamorado en ese mismo lugar…tenia que tener cuidado de lo que diría y no cometer un error como los que se cometen generalmente en esa situación, buscando la manera de no herir a ninguno ya que todos y cada uno eran importantes para el de diferentes maneras —. Sora lamento que sea de esta manera tan sorpresiva pero…— Menciono dejando un tanto intrigada a la estudiante.

    —¿Pero…?—Le animo a continuar aun sabiendo a donde era que quería llegar. A sus ojos el noviazgo con aquel cantante había sido una de las mejores cosas que le había llegado a pasar pero al ver hace poco al rubio besarse con el peliazul ya no estaba tan segura de ello —. ¡Contesta Yamato! — Dijo casi con desesperación por el silencio que el de ojos azules había otorgado.

    —…Pero quiero que sepas que nunca fue mi intención lastimarte de ninguna manera que al contrario, te estimo y te quiero mucho…pero como una amiga perdóname si te hice perder el tiempo.

    — ¿Estas terminando conmigo…? — Pregunto la pelinaranja. El rubio asintió tenuemente ocasionado que los ojos de Sora se llenaran de lagrimas contenidas —. ¿Tan de repente…? — volvió insistir a un buscando que todo fuese una mal jugada de parte de Matt o un simple sueño del cual en cualquier momento despertaría.

    —Lo siento, Sora…— Volvió a recalcar observando como la joven se daba la vuelta llorando y salir de ese lugar.

    —Bien hecho Yamato—Le hablo Taichí. El rubio lo volteo a ver esperando la reacción que este tomaría ahora para con el—. Hiciste llorar a Sora…

    —¡No es tu asunto Yagami, no te metas!—Le contrarrestó el rubio al ver la sonrisa cínica que el castaño esboza bien parecía que se vengaba de el por lo ocurrido esa mañana.

    —En serio recalco lo de hoy… eres un idiota Ishida—. Le dijo con rabia clavando duramente sus ojos en el rubio que lo miraba de igual manera. Bien parecía que esa amistad había quedado en el olvido.

    —Repítelo—Le reto ocasionando que la rabia se apodera de él, sabía que el castaño era una persona obstinada que había actuado sin pensar en muchas ocasiones ,y que tal vez el tenia al culpa de lo que pasaba en ese momento, pero de ahí a que un idiota como él lo insultara era muy diferente.

    —Cretino, idiota— Le contesto cínicamente posando sus ojos en el agarre del rubio para con el peliazul sin poder evitar que los celos, la rabia e impotencia se desbordaran al cien —. Y tu ken…— se dirigió ahora al menor—. ¿Estás bien con esto? ¿Estas dispuesto a buscar tu felicidad a costa de otros? — Le cuestiono para después no darles siquiera oportunidad de contestar u objetar algo a ninguno de los dos dándoles la espalda para salir de ese lugar con sus dudas resueltas.

    "Porque la amistad termina cuando el amor surge"

    El día de clases había pasado sin más preámbulo con varios momentos incómodos en el salón perteneciente al joven Takeru, quien no podía reprimir de ninguna manera el odio en que se estaba convirtiendo su ex amor. Realmente no tenía idea de que hacer… se sentía perdido, como si de repente se hubiera topado en una ciudad completamente ajena a él sin entender su idioma o sus costumbres ¿Es a lo que se le llamaba desamor? Tal vez, y eso era lo más seguro pero jamás se imagino a la gran escala que lo experimentaría.

    — "te amo Takeru siempre estaremos juntos" —

    Si y valla que lo estaban en ese momento…especialmente la castaña quien reía como estúpida ante el idiota y su ex amigo del Digivice del valor—. "Sigo sin comprender que vio en el"—. Pensó un tanto asqueado recordando varias de las veces donde antes de empezar su relación con la menor de los Yagami, esta le había dicho que había rechazado a Davis varias veces a un no lograba comprender. ¿Qué rayos había hecho mal? ¿En que se había equivocado…? Tantas soluciones, hipótesis y dilemas y ninguno terminaban por convencerlo.

    A veces se afirma que la inocencia y dulzura y pureza se pierde con el paso de los años obteniendo solo el resentimiento y amargura en muchos aspectos de la vida, que antes se podrían ver con esperanza y felicidad cambiando desde lo más profundo del corazón hasta convertir a la persona en alguien irreconocible frente a los ojos de los que con anterioridad de cruzan en el camino de la persona. Tal vez solo sea ficción o un falso rumor, pero cuando un alma se corrompe por amor u odio por igual o equivalencia de emociones, se llega al extremo de la aberración y locura y ese vivo ejemplo de metamorfosis mencionada el joven Takeru Takaishi.

    Se encontraba sentada en el recibidor de su gran casa había llegado hace apenas unas horas y solo por un solo propósito: reencontrarse con sus amados compañeros que tenía demasiado tiempo sin ver, y vaya que los extrañaba ¡Y de qué manera! Que de tan solo poner un pie en ese país se había encargado de avisarle a todos y cada uno de su regreso y de que esa misma tarde haría una gran recepción donde todos estaban completamente invitados.

    Mimi Tachikawa era una de esas chicas siempre alegres y fiesteras, tal vez debido a su estadía en los Estados unidos pero a pesar de todo seguía siendo una chica un tanto boba y despistada donde los problemas no le pasaban siquiera cerca de su cabeza. Tal vez…solo tal vez de todos los chicos que habían emprendido ese viaje hace casi 10 años ella había sido la que menos había madurado. Pero eso era lo que menos le importaba en ese momento mientras esperaba ansiosa la llegada de cada uno de sus amigos y compañeros, presenciar el cambio que habían sufrido que tanto habían cambiado y madurado no solo de la apariencia externa si no principalmente de la interna, que novedades les traería y sobre todo sus nuevos embrollos amorosos que estaba segura habría después de todo eran adolescentes y ese tipo de problemas surgen sin premeditación alguna.

    —Señorita, sus amigos han llegado—. Le anuncio una de las sirvientas de la casa.

    —Hazlos pasar al patio y de igual manera a los que vayan llegando—. Le sonrió dando paso hacia el jardín de la casa donde esperaría a cada uno de sus preciosos amigos.

    —Has estado muy pensativo desde el mediodía Ken—. Pronunciaron a su lado. El de pelo azul volteo su vista y detuvo su paso debajo de un faro de luz que parpadeaba irregularmente—. ¿Estas bien? — Cuestiono ya que desde ese encuentro con Taichí y Sora esa mañana el Ichijouji se había mostrado más distante de lo normal.

    —Solo me preguntaba si está bien que vayamos con Mimi después de lo que sucedió esta mañana…—Resoplo el menor, esmerándose en la preocupación y las palabras de Taichí rodarle la cabeza como el subir y bajar de un yoyo que va y regresa continuamente. ¿Realmente valía tanto su felicidad como para causarle dolor a los demás…? Era una de sus constantes preguntas. ¿Qué derecho tenía el para hacerlo?...Pero tampoco es como que hubiera forzado a Yamato a estar junto a él, al contrario, el mismo se reusaba a aceptarlo en un principio. Suspiro como tratando de disipar todas esas interrogantes de su cabeza y pasar a sonreír levemente con melancolía en espera de la respuesta del ojiazul, si corría con suerte tal vez cambiaria de parecer y se ahorraría el bochorno e incomodidad de pasar esa noche cerca de sus compañeros.

    —Está bien, Ken…créeme—. Le hablo pasando su mano por los dedos de Ichijouji—Además, quiero darles una sorpresa a todos esta noche.

    — ¿A todos…? —Pregunto intrigado. El mayor sonrió asintiendo rápidamente.

    —Eso te incluye a ti, así que anda camina o ¿quieres que te cargue como la noche pasada? —Pregunto divertido al observar como el menor empezaba a caminar rápidamente con el rostro un tanto sonrojado. Era increíble el hecho que en tan poco tiempo haya caído tan enamorado por el joven genio que era su compañero. Pero como no hacerlo solo bastaba verlo y cautivarse mirarlo y asombrarse simplemente conocerlo para enamorarse todo en el era simplemente un balance perfecto que lo volvía loco.

    Caminaron despacio por las calles obteniendo varias miradas cautivadoras de varias chicas que pasaban a su lado. A la vista de muchos ellos dos eran el tipo ideal para cualquier chica: por un lado estaba Yamato, que por su simple apariencia estaba destinado a ser uno de los chicos populares de la escuela tomando puntos extras por su distante y arrollador y un tanto arrogante comportamiento que podía llegar a tener sin olvidar el hecho de que era el vocalista de la banda sensación del momento de la ciudad donde Vivian; por otro lado se encontraba el peliazul de una apariencia fina y encantadora como el siempre príncipe solitario que tanto amaban las mujeres, un joven prodigo a su escasa edad, bueno en deportes y sobresaliente en todo lo que se propusiera sin necesidad de un mínimo y esfuerzo. Distante, frio y poco hablador, encerrado en su burbuja que pocas personas podían penetrar. Así que era fácil imaginar que caminado junto eran un imán de propensos pretendientes que fácilmente les seguirían.

    Llegaron justo a donde la pelirosa los había citado, y como era de esperarse, era una gran casa abrumadora a la vista para cualquiera. El menor de ojos zafiros trago saliva, debía admitir que estaba nervioso, muy nervioso pero nadie lo culparía él no era para nada sociable hasta tal grado de ni siquiera celebrar sus cumpleaños e ignorar todas aquellas reuniones a los que sus amigos se tomaban la molestia de invitarlos. Por todo lo contrario, el rubio se encontraba a su parecer bastante feliz como si aquello que fuese a salir detrás de la puerta fuera la mejor sorpresa del universo o el paraíso.

    — ¿Listo? — Pregunto el rubio tomando la mano de Ken y entrar por aquella gran puerta.

    —Yamato…¿Y si mejor nos vamos a otro lado?—Pregunto atribuyendo a su última vía de escape.

    —Nada de eso señorito, usted y yo entramos pero ya—. Le sentencio al peliazul, este resoplo con resignación dejándose llevar por el mayor con el que entro al mismo paso que el compositor a ese gran patio.

    Continuara…
     
    Top
    .
  7. Ryo-Regulus
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    ya habia leido esta historia y siempre me ha gusrado mucho, no se que decir, deja a uno sin palabras con solo leer y las parejas muy originales, espero la continuacion, me gusta matt, es bastante valiente y se nota que ama a ken o al menos lo quiere mucho.

    ps: como siempre se acercan los problemas y los conclictos, pero de seguro me gustara jaja
     
    Top
    .
  8. Taichi
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    oye esta es una buena historia y dani tiene razon :D esta genialoza y me llego al corazon, de verdad que me dejastes sin palabras hipoteticamente, ademas tus capitulos estan bien organizados, casi sin errores ortografico y la redeccion es esplendida, espero que lo continues ehh, espero ver a tai pronto otra vez y ya con ken parece un chico lindo, espero que lo continues.
     
    Top
    .
  9. kudou-taiki
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    tu historia luce interesante, por el momento no tengo nada que decirte que ya no sepas, me gusta y me atrae el personaje de matt, bueno espero que la sigas
     
    Top
    .
  10.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Yaoizando
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    180

    Status
    Offline
    Salutaciones. Ahhh! no puedo creerlo. Me dejaste a expensas. Cuando vi el TaixTk casi me caigo de mi escritorio y de un momento a otro empecé a leerlo.
    Las parejas son muy bonitas, el trabajo es excelente, la trama muy buena pero lo que más me llamó la atención (TaixTk) simplemente me gusta esta pareja. Espero ver tu pronta continuación. Me despido y te deseo suerte!...
     
    Top
    .
  11.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Javier Alejandro (Tetsu)
    Image and video hosting by TinyPic

    Group
    Member
    Posts
    1,040
    Location
    Ciudad de Mexico, Puebla, Guerrero.

    Status
    Offline
    es verdad es una gran pareja yo aun espero que la sigas por fa me encantas como escribes tienes mucho talento y tu historia es muy especial desde mi punto de vista, la trama muy buena, las parejas lindas y las cosas que suceden muy impresionantes.

    estare esperando la continuacion.
     
    Top
    .
  12. Neka~
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    Una historia increíble con una pareja que no había imaginado. En este foro me quedé en el capítulo 3 (el último que has publicado aquí) y he de reconocer que me gustó tanto que indagué si habías hecho una continuación y así fue.

    No pido estoy muy seguido (ya que por ley tengo leer historias terminadas pero a veces hay excepciones) pero por favor, actualizalo! que es una historia bastante buena y bien narrada sobretodo ^^! felicitaciones, te está quedando genial.

    Por cierto, ya que no lo puse en el review del ff lo pongo acá: Podrías poner capítulos cortos pero mantenernos actualizados, esa es mi opinión ^^
     
    Top
    .
  13. aoi - aka
        +1   -1
     
    .

    User deleted


    no no no no no NO!
    simplemente no es posible esto,
    estoy que lloro encerio,
    primero me paso por aquí, me enredo en la historia y... PUM!
    me veo con la horripilante noticia de que no haz continuado en más de un año!!!
    no es por ser así pero PORFAVOR ACTUALIZA!!!
    me muero por tu historia de verdad!!
    te lo suplico, te lo ruego!!
    bueno espero que sigas mis suplicas y continues....
    asta luego!
     
    Top
    .
12 replies since 2/3/2012, 01:05   574 views
  Share  
.