~Solo una Esperanza~ MattXKen TaiXTk

Que pasaria si tu vida dependiera de la persona que alguna vez te odio lo suficiente para siquiera devolverte un saludo? si jamas perdieses la esperenza de volver a estar con el?

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  1. violetaotakugirl
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    Capitulo uno: MIRADAS

    "Nuestros sueños se regeneran, y las virtudes emergen como un puro manantial fluido desde el alma, es aquí donde debemos dejar nuestra esencia, éste debe de ser nuestro lugar, el lugar donde nuestras almas estarán juntas... donde nos amaremos por siempre…"

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



    La mañana del lunes llego rápidamente anunciando el inicio de una nueva semana de clases, siendo testigo de estas el viento húmedo de julio y el ligero bochorno que se sentía en el ambiente ocasionado por la época de lluvia que empezaba en esos días, días en que la tempestad e inseguridad que había en algunos corazones había parado por un tiempo, donde algunos habían lograda sus metas, y otros empezaban a acariciar en carne propia la desdicha y enclaustramiento de miles de sentimientos que comenzaban a surgir sin tregua alguna, siendo imposible poder canalizarlos especialmente con recelo de sus vidas y temores que se encontraban dando vueltas en su cabeza y alma… especialmente para cierto moreno pelicafe de ojos avellanos que no podía racionalizar las palabras y acciones dichas la noche anterior.

    –"mi hermano esta con Ichijouji, yo vi cuando se besaron… que puedo hacer tai, por alguna razón me siento traicionado"

    Y no era para menos hace apenas pocas horas antes de que la mañana se anunciara con la salida del astro rey había tenido a Takeru llorando desconsoladamente entre sus brazos y el cómo pariente cercano de aquella que había causado gran parte de su desdicha—su propia hermana cabe destacar— no podía hacer menos para ayudarlo y expresarle que no estaba solo, ayudándolo y sobre todo escuchándolo.

    –por que no fuiste con Yamato—le había preguntado, el rubio dirigió su celeste mirada hacia tai sintiendo como sus ojos se humedecían de nuevo. —no lo malinterpretes no es que te reproche el que estés aquí conmigo, es solo que es raro…generalmente siempre recurres a tu hermano—le indico abrazándose mas al menor sintiendo su cuerpo vibrar debajo de él debido al dolor que experimentaba en esos momentos

    –no quiero hablar de eso tai…- le dijo escondiendo su rostro en la playera del moreno, tai lo miro con nostalgia y tristeza, algo debía haber pasado para que tk no acudiese con el rubio compositor.

    –está bien take no sufras por lo perdido—le susurro tenuemente mientras jugaba con sus rubios cabellos—mi hermana perdió la cabeza al dejar a alguien tan lindo y bueno como tu—trato de animarlo, el rubio menor por su parte soltó un sollozo a un mas fuerte dejándose llevar totalmente por el llanto. —recuerda que no estás solo tienes a sora a mimi a izzy a joe a yolei a cody a mi… y sobre todo tienes un excelente aunque estúpido—rio débilmente esbozando una sonrisa— un muy estúpido hermano que se preocupa y desvive por ti con el alma que jamás te dejara solo.

    – No Tai te equivocas—replico el menor—mi hermano ya tiene alguien más importante por quien preocuparse como para atender a un adolescente con penosos problemas amorosos—recordó acrecentando el llanto en sus orbes.

    – ¿A que te refieres?—pregunto, le era difícil el tan solo imaginarse a alguien más en el corazón de Yamato que no fuera su amado y pequeño hermano menor, al que siempre cuidaba y protegía, el menor se separo del acomodándose en un lado de la cama donde se encontraban sentados limpiando con su antebrazo las lagrimas que aun caían cuan rebeldes de sus ojos zafiros, para tranquilizarse y proseguir.

    – A que mi hermano esta con ken—le dijo al fin, no es como que se lo estuviese contando a un desconocido, era taichí el mejor amigo de su hermano no veía nada malo en contárselo tarde o temprano se enteraría y el necesitaba desahogarse.

    –Explícate—le menciono perspicaz no teniendo en claro lo que el menor le quería mencionar. —es que no entiendo bien lo que me tratas de decir ¿esta?...con Ichijouji "pero si matt lo detesta"… ¿te refieres que en este momento está en su casa?—pregunto, tk continuo con la cabeza gacha asintiendo levemente a las preguntas del mayor. —bueno no es nada de que preocuparse es solo una visita para mañana tendrás al señor prefecto para ti todo el día—le trato de animar.

    –No tai, no entiendes, mi hermano esta con Ichijouji, pero no de visita—hizo una pausa apretando sus puños -yo los…los vi esta noche cuando se besaron…y siéndote sincero no se que hacer…dime que puedo hacer tai, por alguna razón me siento traicionado—le menciono el menor con tono bajo y soñador como tratando alcanzar un sentimiento por demás distante.

    Esa noche se había dedicado a consolar por completo a Takeru, inclusive bajo su propio riesgo, sabiendo que su alma se adelantaba al hecho de lo que jamás en su ser quiso aceptar, el tiempo le había ganado y ahora se encontraría con la soledad y el desamor a un mas grande que aquel que lloraba bajo sus fuertes brazos. y ahora se encontraba ahí frente al espejo con esas grandes ojeras producto de haber descansado relativamente poco en la noche, por estar pensando estupideces y sin poder creer a un las palabras del rubio menor.

    Por la simple y sencilla monotonía que taichí Yagami estaba profundamente enamorado de su mejor amigo desde hace más de 4 años

    De el idiota, frio, arrogante Yamato Ishida…

    Se sentía perdido en sí, sin ninguna razón para pensar en la logística de todo lo que su mente estaba razonando y pensando. Tratando de encontrar algo, lo que fuese una pequeña esperanza de que todo lo que escucho fuera solo una jugarreta de que su amor no era en vano, que tarde o temprano todo el esfuerzo que había hecho daría fruto pero muchas veces el destino no piensa que esa sea lo mejor para la persona porque tal vez, solo tal vez vez el amor estaba más cerca de lo que el mismo pensaba, después de todo La vida corre sin revuelo sin esperanza sin fe aunque el ser humano dependa de esta para ver aunque sea un rayo de luz en su vida y seguir adelante, para buscar todo aquello, un solo, simple y diminutivo motivo por el cual seguir vivo en este mundo lleno de dolor y sufrimiento en algo por que seguir creyendo y testigo y actuado por la palabra era la representación que se encontraba en la cama de Yamato quien observaba con ahincó y con anhelo aquel que dormía debajo de las blancas y sedosas sabanas de su cama, veía su semblante pasivo y tranquilo la fiebre había bajado considerablemente ese día.

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



    Taichi observaba adormilado a través de la ventana del salón de clases vacío. Su insomnio lo había llevado a estar ahí una hora antes del comienzo de las clases. Insomnio del cual un rubio de ojos azules era el culpable. "Eres un estúpido, Yamato Ishida" pensó con rencor. ¿Tantos años siendo mejores amigos no habían servido de nada? Si, tal vez no mandaba señales muy claras respecto a sus sentimientos, pero era más que obvio que su comportamiento más natural era sólo con Yamato. ¿Es que acaso el rubio era demasiado imbécil como para notarlo?

    −Te odio−murmuró con los dientes apretados, conteniendo las lágrimas−Te odio con toda mi alma.

    Lo repetía tratando de convencerse, pues sabía que no importaba cuantos años pasaran, ni cuantos amantes pudiesen pasar por el corazón de Yamato, él lo amaría hasta el fin de los tiempos. ¿Qué tal si su relación con Ken era algo pasajero? Tal vez estaba experimentando. El hecho de que se besaran no era una prueba de que entre ellos había algo más que pudiese llamarse amor.

    Se puso de pie, decidido. Yamato no tardaría en llegar, pues comúnmente el rubio era el primero en estar en aquél salón, cuando aún nadie había llegado. ¡Vaya que había sido productivo llegar tan temprano por primera vez en su vida! Ese pensamiento cruzó la mente de Taichi tan repentinamente que se le antojó esperanzador.

    Sería cuestión de esperar unos minutos más. "Yamato, me gustas". No, demasiado simple. "Matt…te amo". No, tampoco. Podría asustarlo. Una y más ideas desfilaron por su revuelta mente, y no encontraba la manera adecuada de decírselo.

    − ¡Taichi! Que sorpresa, ¿te caíste de la cama? No veo otra razón por la cual pudieras levantarte tan temprano−bromeó Yamato entrando al salón, sonriente.

    Taichi no respondió, pues se había llevado un buen susto al escuchar la puerta deslizarse tan repentinamente. Se quedó ahí de pie, estático. Pálido.

    −Oye, ¿te sientes bien? –Yamato se acercó a él con un dejo de preocupación en su rostro.

    Taichi pudo notar las ojeras que surcaban los ojos del rubio, realzando más el azul intenso causante de sus delirios. ¿No habría dormido por estar con Ken? ¿Acaso ellas habrán...? Pero su mente se quedó en blanco, la cercanía de Yamato lo ponía nervioso. Y el hecho de que su mejor amigo trajera tan solo una ligera camisa abierta hasta casi hasta la mitad –hacía rabiar a los profesores por no llevar nunca el uniforme como se debía −, no ayudaba en nada.

    −Me estás asustando –dijo Yamato tocando el hombro de su compañero para hacerlo reaccionar.

    Y Taichi llegó a su límite. De un movimiento apartó la mano de Yamato, y acto seguido lo tomó por la cintura para atraparlo en un agresivo beso. Sintió sus labios chocar contra los del rubio. Y fue la gloria.

    Yamato no entendía absolutamente nada. Segundos atrás estaba preocupándose por su mejor amigo, y al instante siguiente éste lo tenía fuertemente abrazado y lo más extraño, ¡lo estaba besando! No lo pudo rechazar, pero tampoco respondía. ¿Qué estaba pasando? Sintió los imperiosos labios de Taichi reclamar una pronta respuesta. La lengua del castaño trataba de dar entrada a su boca. Y sin saber la razón, le cedió el paso.

    Calidez. Esa palabra resumía el beso de Taichi. Comenzó a seguir el juego, sin motivo alguno. ¿Era acaso miedo a herirlo? Era su mejor amigo después de todo. Y lo de Ichijouji era… ¡Ichijouji! Ese nombre lo hizo volver en sí. De esa manera pudo notar como las manos de Taichi habían comenzado a recorrer su abdomen por debajo de su camisa. No pudo reprimir un gemido, pero le tomó las manos con fuerza ordenándole que se detuviera.

    −No−fue lo único que pudo articular, mientras trataba de recuperar el aliento.

    −Pero creí que…−comenzó a decir Taichi, confundido. ¿Qué había hecho mal? Hasta podría haber asegurado que el rubio lo estaba disfrutando.

    −Perdóname Tai, yo…−interrumpió Yamato, no queriendo sonar muy agresivo. Se sentía culpable de no haber detenido aquél beso desde un inicio.

    Taichi entendió sin necesidad de más palabras. Sus ojos se tornaron en una expresión herida, furiosa. ¿Entonces por qué lo había aceptado? ¿Tan sólo era una forma cruel de burlarse de él? No, él no podía hacer eso. ¡Era su amigo! ¿Podría acaso ser tan desalmado?

    −Imbécil−murmuró con rabia contenida, la voz le temblaba, el orgullo herido carcomía cada rincón de su razón… Y el rechazo del joven al que amaba destruía lentamente su latente corazón.

    Yamato no respondió. Su carácter frío y rudo se había escondido en alguna parte de su ser, para dar paso a alguien mucho más sensato. Pero no parecía ser así para Taichi, el cual apretaba fuertemente sus puños mientras miraba al piso. El rubio quería decir algo, consolarlo, pedir perdón…Pero las palabras simplemente no salían de su boca.

    − ¡Eres un estúpido Yamato Ishida! –gritó Taichi mientras alzaba el puño derecho y asestaba un fuerte golpe en el rostro al rubio, el cual cayó al suelo de forma aparatosa.

    Taichi salió corriendo del salón, sin mirar atrás. No lloraría, nunca. Y mucho menos por aquél rubio cuyos ojos azules lo mantenían sin dormir. Su piel blanca, sus labios rosas y carnosos. Su lengua cálida y húmeda. Su sabor… Ese endemoniado sabor que permanecía aun en sus labios. Lo amaba con locura, y el dolor sentido por su rechazo era equivalente a todo el amor que sentía por Yamato.

    −Taichi−susurró Yamato, ya de pie. Lo vio salir por la puerta, y sabía que seguirlo no era una opción. Tenía que dejarlo pensar. Y él también lo necesitaba.

    ¿Qué había sido eso? ¿Una declaración de…curiosidad, deseo…amor? Tantos años juntos y nunca se había percatado de los sentimientos del moreno. Sí, sentía una atracción por él, pero sólo era algo superficial. Tal vez por eso había correspondido a ese beso. Pero le había salido caro el pequeño placer pasajero. Estaba seguro de que su mejor amigo lo odiaba en esos momentos. Y no podía culparlo.

    Lejos de ahí, una joven bajita y de cabello corto entraba tranquilamente a su salón, tomada de la mano de un joven un poco más alto que ella, y de cabello despeinado. Ambos sonreían de manera boba, mirándose mutuamente. Y al entrar, todas las miradas se posaron sobre ellos.

    Al parecer, ya todos habían notado el distanciamiento de Hikari y Takeru, pero de eso a verla tomada de la mano con Daisuke, era muy diferente. Así que esa era la razón de la ruptura de aquél noviazgo tan largo.

    Hikari bajó la mirada al notar tantos ojos sobre ella, pero Daisuke caminó orgulloso, pavoneándose cual pavorreal cuyo plumaje está en todo su esplendor. Ahora la chica más bonita de aquella escuela era su novia. Había ganado. Tantos años a la sombra de Takeru, y por fin el castaño tenía aquello que anhelaba. Tomó con más firmeza la mano de Hikari.

    Y de entre todos los ojos que los observaban, había unos que permanecían indiferentes, ensombrecidos por el dolor. Unos grandes ojos azules luchaban por no observar la escena que aquella pareja protagonizaba. El simple hecho de verles hacía que su corazón se estrujase de una manera tan dolorosa, que lo hacía sentir que moriría en cualquier momento.

    Nadie dijo nada, nadie cruzó palabra. Simplemente la pareja entró y ocupó sus respectivos lugares. Uno al lado del otro. El antiguo lugar de Hikari quedaba vacío, al lado del rubio que en esos momentos luchaba contra las lágrimas que se agolpaban en sus ojos, cuya luz antes intensa, ahora agonizaba por falta de amor.

    "Morir, dormir, no despertar más nunca, poder decir todo acabó; en un sueño sepultar para siempre los dolores del corazón, los mil y mil quebrantos que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara concluir así!" *

    Ese verso danzaba por su mente como un demonio diminuto que se burlaba de su suerte, sonriéndole con sus dientes afilados. Se infiltraba en cada uno de sus pensamientos, acechante, peligroso…letal.

    Aquella era la voz del odio. De la ira reprimida. Los recuerdos de su pasado amor comenzaban a pesar demasiado. Los besos de Hikari, las tardes en el parque cuando paseaban juntos y de la mano, las risas, sus citas en aquella pintoresca cafetería del centro… No podía soportarlo.

    Tomó un lápiz y comenzó a escribir frenéticamente, sin reparos. Sin tomar en cuenta que el profesor había entrado hacía ya minutos. No escuchaba absolutamente nada, la rabia no se lo permitía. Tenía que desahogarse, y sacar aquel demonio de su corazón y de su mente. Al demonio con ojos grandes y castaños, más oscuros que su cabello corto, sedoso, que tantas veces acarició.

    Tenía que sacarse a aquél demonio cuyos labios lo hacían enloquecer de pasión, las manos cuyas caricias lo llevaban hasta un punto en el que la dulzura, la lujuria y el amor se volvían un solo ente. Depuraría su mente y su corazón, ¡se desharía de su olor, de su voz, de todo! De Hikari Yagami.

    Las clases daban término en ese instante. La campana producía un sonido ciertamente nostálgico, evocando recuerdos. Evocando aquella época tranquila en la cual, todos ellos, los niños elegidos, eran tan sólo eso, niños. Sin problemas, sin rencores, sin dolor. Al menos eso pensaba Yolei Inoue, mientras tomaba su mochila y salía de prisa rumbo a su hogar.

    Últimamente todos estaban distanciados. De verse todos los días, pasaron a ser tan sólo unos extraños que se saludaban de vez en cuando. No es que ya no se quisieran, simplemente cada uno comenzaba a crecer y a buscar su propio camino. Pero eso no justificaba el dejar olvidada su amistad.

    Esto y más divagaba la chica sin fijarse en su camino. Por lo menos hasta que sintió chocar contra algo más alto que ella, y que la hizo terminar en el suelo.

    − ¡Superior Joe!

    FIN DEL CAPITULO UNO

    (Continuará…)
     
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12 replies since 2/3/2012, 01:05   575 views
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