Lying Game [KariyaXHikaru]

– ¿Hikaru…? ¿Qué haces aquí…? – preguntó un joven de pelo castaño, casi grisáceo parado en una plaza, en medio de una llovizna.

– Supongo que nada Shindou – accedió el menor, el llamado Hikaru, algo mojado.

– ¿Estás bien…? Te noto… decaído… – dijo tratando de protegerle con su paraguas, aunque de poco servía.

– Sí, no te preocupes… Y dime ¿Cómo se encuentra Kirino? – preguntó inmediatamente Hikaru.

– Bien, supongo, voy ahora mismo al hospital ¿Quieres venir? De paso, luego, te acompaño hasta tu casa. – ofreció Shindou con una gentil sonrisa.

– Emm… Sí, iré contigo, así charlamos un rato – sonrió el menor.

Ambos salieron con rumbo al hospital. Realmente a Hikaru no se le pasó por ningún momento el hecho de llegar a cruzarse con Masaki en el hospital.

Llegaron a dicha institución minutos antes de que se largara una gran tormenta por suerte. Pasaron por la recepción y luego a la habitación de Kirino.

Shindou golpeó la puerta e inmediatamente la abrió para poder visitar a su querido amigo.

– Hola Kariya… – sonrió el músico dejando unas flores que había traído en la mesa de luz del cuarto.

“¿Kariya?” pensó Hikaru aterrado. – Hola… – se atrevió a decir, no podía quedar simplemente congelado.

–Hola Shindou, hola Hikaru… Se durmió hace un rato – los saludó un chico de pelo verde y ojos ámbar señalando aun dormido joven de pelo rosa.

– Supongo entonces que vinimos en mal momento… – dijo Shindou algo recaído.

– Tal vez… aunque últimamente no deja de hablar de ti – dijo Kariya con una bonita sonrisa. – Hasta me dan celos – bufó con un falso enojo.

– No te preocupes, Kirino te ama de verdad… y mucho… – musitó Shindou con la mirada baja, parecían molestarle esas palabras.

– Tanto como yo a él… Lo sé… – dijo Kariya acariciándole el pelo a Kirino.

Hikaru apretó sus puños con rabia, ¿Masaki de verdad amaba a Kirino? No, nadie podía amar a una persona pero engañarla con otra, eso le dejaba bastante claro a Hikaru que Masaki no amaba a Kirino. No lo hacía, ni siquiera lo respetaba. Y cuanta rabia le daba eso.

– Eh… Shindou, yo me debo ir. Venía para charlar un rato con Kirino y no quiero molestar. Así que mejor me voy… – dijo Hikaru con una sonrisa fingida, que Kariya detectó al instante.

– Bueno, pero antes ven, quiero hablar de unas cosas contigo ¿Se puede? – Dijo Masaki con una sonrisa, tomando de la mano al menor para salir del cuarto – Shindou ¿No te quedarías cinco minutos con Ranmaru por favor…?

– Cla-claro… – llegó a decir Shindou extrañado por la reacción de aquellos dos.

Masaki se llevó a Hikaru a fuera de las instalaciones, al patio de la clínica. Estaba lloviendo fuertemente, pero a ninguno de los dos les importó.

– ¿Qué le ibas a decir a Ranmaru? – preguntó Masaki con seriedad.

– Nada importante Masaki, no te preocupes – dijo Hikaru cruzándose de brazos. – ¿Por qué dices que lo amas? ¿Cuál es la necesidad de mentir de tal forma?

– No lo sé, no me interesa… – musitó Kariya sintiendo la lluvia sobre su cara.

– Esa no es respuesta. – dijo Hikaru apaciblemente, sentándose en una de las bancas del patio.

– Lo sé perfectamente. – Susurró Masaki dándose la vuelta.

Hikaru suspiró. – Entonces… ¿Esto se termina aquí? – preguntó molesto, quería gritarle que era un verdadero imbécil… pero la lluvia se lleva muchas cosas, hasta el coraje de Hikaru.

– No se puede terminar algo que nunca se empezó Hikaru. – le respondió el mayor, volviéndolo a mirar a la cara.

– Nosotros sí empezamos algo. Que no haya sido algo bueno es cosa diferente… – se lamentó Hikaru mirando el cielo. – Te amo Masaki… es la verdad…

– Con esa simple frase no me retendrás… – se quejó el de ojos ámbar.

– No te quiero retener, te quiero demostrar que lo único que haces es lastimar a la gente que te quiere. – Hikaru tenía razón y Masaki se lamentaba de ello, aunque no lo demostrara.

– Tú nunca me podrás comprender Hikaru, es algo lamentable – le dijo Masaki tomándolo levemente del mentón – Realmente me hubiera encantado tener algo serio contigo.

– A mí también… pero tú solo tienes ojos para Ranmaru, o al menos eso es lo que finges – respondió el menor, alejando la mano de Masaki de él.

– Ni él es mi dueño. Creo no tener dueño.

– No tienes nada… Eso es lo verdaderamente lamentable. – Susurró Hikaru parándose – me pregunto si alguna vez has amado a alguien…

– Te sorprenderá, pero sí – admitió Kariya – Y tú sabes perfectamente quién es…

– Con esa simple frase no me dices nada… – repitió Hikaru. – Esto no tiene sentido, mejor me voy…

– Espera… – pidió Masaki tomándole la mano.

– No puedo, ya esperé más de un año Masaki, no puedo seguir esperándote. – Hikaru se soltó y comenzó a caminar en sentido contrario a Masaki.

Hikaru no estaba dispuesto a seguir con aquel tonto juego. ¿Una y otra vez con lo mismo? No, eso sí que no… él no iba a permitir que se siguiera riendo en su propia cara. Tal vez no se lo contaría a Kirino, claro estaba, pero tampoco seguiría con Masaki en esa “no relación”. ¿Qué no habían tenido relación alguna? Pues sí que la tenían, de algún modo u otro la habían tenido… y a Hikaru le había salido bastante cara esa relación. Ya no iba a esperar un segundo más…

– ¿De verdad nunca me amaste…? – se escuchó el hilito de Masaki, el cual sentía hacerse pequeño, nunca había sentido la real necesidad de preguntarle eso a Kageyama.

– Eso era mentira, lo dije de puro resentido… no te preocupes, sí pudiste jugar con alguien que te amaba. – masculló Hikaru molesto.

– Yo… – Masaki sentía, quería arreglar las cosas… ¿Arreglar las cosas? ¿Qué cosas? Masaki no entendía lo que le pasaba… No, definitivamente no tenía que explicar nada. Pero necesitaba hablar, necesitaba quedarse… ¿Con Hikaru? – yo… – y las palabras no salían de su boca. Kariya no era exactamente lo que se dice… un gran hablador. Apenas si recordaba cómo había logrado empezar a salir con Hikaru a escondidas… claro, ahí no habían hecho falta las palabras, luego de un beso y una noche de sexo ¿qué se puede esperar?

– Tú nada ¿Bien? Nada, yo ahora me iré y tú nunca más, óyeme, nunca más te atreverás a hacer lo que ya me hiciste ¿Bien? Porque te juro que no te lo permitiré – lo paró Hikaru poniéndole un dedo en el pecho acusadoramente – si aquí dentro no tienes un corazón, realmente no es problema mío. Ve ahí a dentro y finge sonrisas para el pobre Kirino ¿Sí? No deberíamos tener pena de él, pero lo único que lo hace feliz es tu juego de mentiras…

– No te permito que me hables así. – dijo Masaki levantando la voz.

– VETE AL DIABLO, KARIYA – dijo Hikaru recalcando cada letra, una por una para que se le grabaran al mayor en la cabeza. – Realmente me importa demasiado poco lo que hagas con tu vida… Tan solo procura no lastimar a Kirino, por favor…

– Haz lo que se te antoje… – bufó Masaki volviendo al interior del hospital.

Hikaru meneó la cabeza con molestia y decidió irse del hospital. No entendía como Masaki era tan malo con él, ¿qué ganaba con hacerle llorar una y otra vez? ¿Qué ganaba con burlarse de él una y otra vez? Nada, absolutamente nada… pero, y aún así, lo hacía. Hikaru no tenía manera de sacárselo de la cabeza… y cuanto dolor le causaba eso. Se golpeó la frente tratando de volver a la realidad, donde Masaki no era más alguien que lo lastimaba.

Masaki volvió a la habitación de Kirino, estaba algo confundido, no por las reacciones de Hikaru, sino por las propias. ¿Qué le ocurría? ¿Desde cuándo dudaba en hablar sin preámbulos como siempre? ¡Basta! ¡Ese no era Masaki!

La verdad era que Kariya si estuvo enamorado al principio de Kirino, pero con el tiempo perdió el interés y no supo como decirlo. Luego llegó lo de la enfermedad y ya no tuvo la valentía de decirle que terminaban. Y al tiempo… conoció a Hikaru en la universidad. Un buen chico a decir verdad, inocente y lindo. Kariya apenas lo vio, lo invitó a salir a algún lado… Terminaron en el departamento del mayor. Ya luego se hizo una mala costumbre que lastimaba al menor; pero Masaki no podía dejar aquella relación de mentiras, necesitaba del cuerpo del menor. No era amor, claro que no… pero Kariya tampoco era capaz de decir que era. ¿Atracción? ¿Necesidad? ¿Calentura? Pues Kariya no admitiría nada de eso, frente a sus amigos siempre sería “la diversión del día” y nada más… Aún si sentía algo por Hikaru… tan solo era diversión, o eso quería creer él.

– ¿Y Hikaru? – preguntó Shindou que estaba sentado al lado de la camilla de un Kirino ya despabilado.

– Se tuvo que ir rápido, pidió que lo disculpen… – dijo Masaki suspirando, ¿hasta en pequeñeces como esa tenía que mentir?

– Que extraño… – dijo Shindou.

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Ya era de noche, Hikaru estaba en su casa tratando de terminar una tesis para la facultad. Tratando, porque su mente no daba más que vueltas debido a la discusión de en la tarde. ¿Por qué Kariya se había tenido que comportar así? Por un momento, pareció que Kariya de verdad quería enmendar sus errores, pero Hikaru no quería creer en eso. Mejor despejarse un poco.

Escuchó como sonaba el timbre de su casa insistentemente…

– ¿Qué quieres? – fue lo único que llegó a susurrar…