THE RULES OF LOVE [Original]

Kenji y Hikaru son los dos mayores empresarios de Japón y están casados, aunque no parece que se quieren...

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  1. SnowieWhite
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    HOLA A TODOS Y TODAS
    Esta historia narra la vida amorosa de dos empresarios casados por compromiso. Una historia de engaños, la competencia por el amor de Hikaru y que sólo podrá ser de una persona o de nadie... quién sabe.

    CAPÍTULO 1
    SPOILER (click to view)
    CAP 1: Saber lo que quieres es el principio de todo

    “Esto es ridículo” se repetía a sí mismo una y otra vez. Lo sabía, y desde hace tiempo. Bueno, mejor dicho… lo intuía. Pero no era nada raro ¿y qué si le había engañado? ¿Y qué si lo estaba haciendo ahora? No le importaba en absoluto…

    ¿Pero a quien trataba de engañar? Claro que le importaba, sino no hubiera salido de casa vestido así: pantalones vaqueros pitillo, las Vans negras, una camiseta apretada, de manga corta blanca (acentuando su delgadez) y una camisa a cuadros de tonos rojos encima de Avercrombie, misma marca de la cual era su cinturón negro. En vez del dueño de una empresa de restauración de obras de arte, parecía un niñato de instituto buscando guerra. Pero la ropa era lo de menos, por que si realmente no le afectara las infidelidades de su marido, no se hubiera ido a un barucho de mala muerte, perdido en uno de los barrios más sombríos de Tokio, donde se reunía “lo mejor de cada casa”, irónicamente, claro.

    Tres años habían pasado ya, tres años desde aquel momento que pareció alcanzar el cenit, la cima, el “orgasmo”, por así decirlo, de su vida. Kenji, así se llamaba el gran amor de su vida y aquel lluvioso día veintitrés de marzo de hace tres años, le pidió matrimonio. Ambos se conocían de antes y lógicamente Hikaru no se había podido resistir a su ancho y musculoso torso, sus fuertes brazos, su altura predominante, sus enigmáticos ojos de color castaño, sus cabellos morenos y suaves, y su elegancia al vestir. Sin embargo nada era lo que parecía, el matrimonio propuesto, no había sido fruto de un enamoramiento profundo por parte de Kenji sino, más bien una gran oportunidad para estrechar lazos entre compañías y recibir fuertes inyecciones de capital.

    Pero, ¿a quién le importaba? Por fin tenía de su lado a la persona que tanto había deseado.

    Ni un pelo, ni un pelo le tocó Kenji a Hikaru en sus tres años de casados, no hubo luna de miel, ni aniversarios, nada. Solo era un negocio. Al tiempo surgieron los rumores de sus infidelidades y, aquella misma mañana, antes de que su marido partiera hacia el aeropuerto para coger un avión, con destino a New York, Hikaru reunió el valor suficiente para preguntarlo. Y como única respuesta obtuvo una mueca de obviedad en el rostro de su esposo. “¿A qué viene esa pregunta? Claro que sí.” Esa había sido su respuesta.

    Y ahora se encontraba allí sentado, al final de la barra del barucho de mala muerte, cabizbajo, mirando hacia el fondo del vaso de whisky.



    ……………………………………………………………………………………………..



    Ryo se despidió de su nueva compañera de trabajo, Alana. Por fin tenía dos semanas de vacaciones, para descansar, ver la tele, hacer el vago… realmente… no tenía grandes planes para aquellas dos semanas, ¡Pero algo surgiría!

    Se sentía animado y feliz de haber vuelto a casa. Desdecía casi un año que no pisaba tierra nipona, su tierra natal. El estrés se respiraba en el aeropuerto, algo que no había echado de menos. Recordó el aeropuerto de Roma aquel día cuatro de agosto en el que se perdieron doce maletas de cinco vuelos distintos, la gente se volvió loca criticando a los servicios del aeropuerto. Durante un año había vivido en Pekín, Paris, Roma, Madrid, buenos Aires, Río de Janeiro, New York, Orlando y acababa de volver de Hong Kong.

    Estaba tan ilusionado por volver a su cutre apartamento en un barrio de mala fama de Tokio, que no se dio cuenta de que iba más de prisa. De pronto chocó con un señor, de su misma altura, algo más fuerte, ojos castaños y cabellos morenos, iba perfectamente vestido con un traje chaqueta hecho a medida que le quedaba como un guante.

    Al chocar, al caballero del traje echo a medida, de marca, seguramente… carísima, se le cayeron dos carpetas a rebosar de papeles. Afortunadamente no se abrió ninguna de las dos.

    -¡Perdón!- se disculpó Ryo e inmediatamente se agachó para recoger las carpetas.

    -No se preocupe.-Sonó la grave y seductora vos de aquel tipo, que también se agachó.

    Ryo con su avispada y agradable voz quiso quitarle algo de estrés el ambiente.

    -Vaya uno que vuelve y otro que se va- Dijo mientras ambos se incorporaban de nuevo.

    -Si-Contestó aquel señor siguiéndole la gracia.-Aunque creo que usted es el que más viaja de los dos.- dijo señalando al uniforme de piloto de Ryo.

    Ryo soltó una carcajada.

    -Bueno, siempre es buen momento para volver a casa, que le vaya bien en su viaje caballero.- Se despidió de aquel señor.

    -Que le vaya bien a usted también.- Se despidió el caballero.

    Ryo prosiguió su trayectoria hasta las puertas del aeropuerto, donde tenía planeado coger un taxi, ir a casa y descansar. Pero eso no fue posible, en cuestión de segundos una señora de aproximadamente cincuenta años, se le lanzó a sus brazos, envolviéndolo en un abrazo.

    -¿mamá?- Dedujo al ver a escasos metros a su padre. Que lucía más mayor, a pesar de tener la misma edad que su madre.- Os dije que iría mañana a veros.

    Su madre se separó un poco de él, con esa cara típica de las madres, cuando se preocupar por los hijos.

    -De eso nada, ya has estado bastante tiempo fuera de casa.-Le cogió de la mano.-Vamos a casa y te preparo rica comida casera japonesa.

    -¡Pero si son las nueve de la mañana!- rió Ryo.

    Avanzaron hasta su padre y lo abrazó con todo su cariño.

    -Hola papá.- Le dijo cariñosamente.

    -Dime hijo, ¿en cuantos sitios hasta estado?- dijo su padre echándole un vistazo a su hijo de arriba abajo.

    Ryo sonrió a su padre.
    -En muchos papá.

    La vuelta a casa era todo lo que podía desear, su madre no dejó que se quitara el uniforme de piloto, decía que estaba muy elegante con él, y como no sacó el tema de que ya no podía seguir viviendo en un barrio de mala muerte con la profesión que tenía. Insistió en que tenía que cambiar de piso, antes devolver a ir de viaje.

    La comida, era la mejor que había probado en cuarenta y ocho horas, que se había estado alimentando de comida preparada y chocolatinas para el viaje. Su padre escuchó, sin perder el hilo, todo su relato sobre como había sido su vida en aquel año. Se sentía en casa, se sentía bien. Llegaron las once de la noche y tras una suculenta cena, recibió una llamada de un antiguo amigo suyo que le invitaba a su nuevo bar, que había abierto cerca de su apartamento. Movido por la tentación de un par de cubatas gratis, fue imposible resistirse a ir. Como no, su madre insistió que fuera con el uniforme de piloto. Y por hacerle el favor y la ilusión a su madre, fue con el uniforme.

    Llegó al bar de su amigo donde se respiraba un ambiente despreocupado con música electro de fondo mucha gente joven bailando y bebiendo.

    -Vaya, vaya, señorito ¿usted por Tokio?- Le preguntó su amigo desde el otro lado de la barra.

    Ryo sonrió y estrechó la mano de su amigo.

    -¿Cómo te va Kuro?- dijo sonriente- Recuérdame algo, ¿decidiste abrir este antro para ganar dinero o para ligar?

    Kuro se rió.

    -Bueno, el dinero no me hace mal, pero… las vistas que tengo aquí cada noche, eso no se puede pagar con nada. –Ambos se rieron.

    Ryo se sentó en la barra, casi al final, al lago de un chico de cabellos morenos, de estatura mediana, muy delgado y vista fija al fondo del vaso de whisky. Él la miró y se quitó la gorra de piloto pasándose seguidamente la mano por sus cabellos castaños para alborotarlos un poco. Dejó la gorra a su lado, en la barra.

    -¡Eh Kuro, ponme uno de esos cubatas de los que me has prometido!

    -¡Oído cocina!- dijo Kuro y alargó la mano en busca de la botella de vodka.

    Entonces fue cuando Ryo se dio cuenta de la presencia de alguien a su lado.

    -¡Eh Kuro!- llamó la atención de su amigo cuando él ya iba hacia él a entregarle su bebida.- No sabía que pudieras venderle alcohol a menores.

    Hikaru levantó la vista del vaso de Whisky y se encontró con unos tentadores ojos grises, su primera reacción fue que aquel tipo sería extranjero, pero entonces vio en él los rasgos semiasiáticos.

    -Yo soy mayor de edad.- dijo sin apartar la mirada de los increíbles ojos de Ryo.

    Kuro miró fijamente al joven.

    -Me temo que te tengo que pedir el carné. Dijo extendiendo la mano.

    Hikaru respiró hondo y buscó en el bolsillo trasero de su pantalón, un movimiento que no pasó in advertido a ojos de Ryo. Sacó su carné y se lo entregó a Kuro. Este lo examinó de arriba a bajo.

    -Sukuya Hikaru- leyó el nombre.- Vaya, ¿Sukuya? ¿Cómo la compañía? –dijo devolviéndole el carné a Hikaru.

    -Si- respondió él recogiendo su identificación y volviéndosela a guardar en el bolsillo trasero.- Soy el dueño de dicha compañía.

    Kuro se le quedó mirando.

    -¿Enserio?
    Ryo se bebió medio cubata de un trago.
    -¿y qué?- preguntó dejando el vaso sobre la mesa.
    Su amigo, tras la barra le miró interrogante.
    -¿Cómo que “que”? pues que es la compañía más rica del país.
    -Te recuerdo que he estado todo un año fuera. –dijo mientras Hikaru se terminaba el vaso de whisky.
    Ryo miró a Hikaru, realmente era guapo, de constitución infantil, pero guapo.
    -¿y qué te trae por aquí? Señor ejecutivo millonario.-Dijo con cierto tono sarcástico.
    Hikaru se sintió algo incómodo al oír aquella frase, así que decidió contraatacar.
    -trillonario, sino te importa.
    Ryo sonrió y se terminó el cubata. Manteniendo la vista firme en los ojos castaños de Hikaru volvió a llamar a su amigo.
    -Kuro, olvídate del otro cubata, sácanos una botella de tequila y dos vasos de chupitos.
    Hikaru sostuvo la mirada a Ryo, él nunca se había emborrachado, y siempre le habían dicho que la primera borrachera era la peor, pero no se iba a rendir frente a ese tipo, tenía demasiada rabia contenida.
    Mientras Kuro iba a por la botella y los vasos, Ryo vio la oportunidad perfecta para conocer más a ese chico.
    -Dime ¿tienes acompañante?
    Hikaru se entristeció un poco.
    -En absoluto.
    Ryo pudo detectar la pesadez en su voz.
    -Vaya ¿te han dejado?- Hikaru le miró con los ojos muy abiertos.- ¿es eso?
    Él suspiró y entonces Kuro les dejó la botella y los vasos, y antes de irse miró fijamente a Ryo.
    -¿Por qué te ha mirado así?- le preguntó Hikaru una vez se fue.
    Ryo, sonrió.
    -Por que me habrá leído la mente.-dijo en un tono juguetón se seduciría a cualquiera.
    Hikaru no puedo resistirse.
    -¿en que piensas?- preguntó inocentemente.
    Ryo sonrió aún más, sacó dinero y pagó la botella, después la cogió con una mano y con la otra cogió la mano de Hikaru.
    -Ven y te lo enseño.
    Afortunadamente no todo el barrio eran bares y siniestras calles, había un discreto parque, entendiendo por parque un bosque, y por discreto abandonado.

    Al salir del local, Hikaru tenía miedo por lo que podía pasar, pero por otra parte tenía ganas de hacer alguna locura, aunque luego se arrepintiese. Mientras, su mano, cogida por la mano de aquel tipo vestido de piloto, sudaba por los nervios. Con la luz de la calle pudo ver mejor a aquel tipo, era bastante sexy y sinceramente, le ponía a cien ese uniforme.
    Llegaron al “discreto parque” y si previo aviso. Ryo puso Hikaru contra un árbol y lo besó apasionadamente. Él no supo que hacer, llevaba tres años suplicando un beso de Kenji, y una noche que se iba el solo por ahí ya tenía a un tío comiéndole la boca.

    El piloto se apartó un poco de él y le dio un trago a la botella de tequila, acto seguido se la ofreció a Hikaru, este cogió la botella y la miró fijamente sin saber muy bien lo que quería hacer.
    -¿Nunca te ha acostado con nadie borracho?- preguntó Ryo.
    Hikaru volvió a sentirse ofendido y le dio dos tragos a la botella, notó como el líquido entraba en su garganta. Ryo aprovecho la ocasión de seguir besándolo, a lo que Hikaru no opuso ninguna resistencia. Los besos de Ryo se desplazaron hasta su cuello retirándole la camisa a cuadros. Una de sus manos se dirigió a la entrepierna de Hikaru y comenzó a acariciarla por encima de la ropa. Él dejó escapar una exclamación y tampoco opuso resistencia cuando Ryo cogió su mano y le animo que hiciera lo mismo con su entrepierna. Ambos se excitaron mutuamente. Entonces Ryo le cogió del trasero a Hikaru apretando su entrepierna con la de él. Hikaru se agarró fuertemente a los hombros de Ryo, que lo llevaba a una mayor excitación.
    Una de las manos abandonó el trasero de Hikaru para coger la botella de tequila que sostenía Hikaru en una de sus manos. Fue entonces cuando derramó un poco en la entre pierna de Hikaru haciendo que este se sonrojara.
    -Me temo que esto lo debo limpiar.- dijo Agachándose y desabrochado el cinturón y los pantalones del joven ejecutivo.
    Una vez con su pene erecto, fuera de los pantalones, Ryo comenzó a lamerlo, con pequeños lengüetazos en la punta. Cada vez podía oír más altos los gemidos de Hikaru, que disfrutaba cada vez más, optó por meterse el miembro entero en la boca pero Hikaru se lo impidió.
    -¡No! Por favor no puedo más, lo quiero.
    Ryo entendió exactamente lo que Hikaru pretendía decirle, así que le dio la vuelta bajándole más los pantalones , se bajó los pantalones y comenzó a acariciar el ano de Hikaru que se veía increíblemente dilatado, Ryo supuso que sería la lujuria contenida, fuera quien fuere el novio de aquel chico lo mantenía a pan y agua . Por fin le penetró y Hikaru soltó un gemido de placer. Las paredes del recto de Hikaru se estrechaban alrededor del pene de Ryo provocando un placer extremo, Ryo comenzó a moverse de forma descontrolada, su nivel de excitación superaba cualquier terremoto en la escala Ritter. Hikaru no puso ninguna objeción y disfrutó del polvo bien merecido. Puede que a la mañana siguiente no lo recordase. Ryo fue cada vez más fuerte hasta el punto que Hikaru pensaba que lo iba a partir en dos, entonces ambos se corrieron juntos.



    Bueno, no fue un polvo romántico, ni por despecho, fue más bien un polvo con sabor a tequila, lo que ambos recordarían a la mañana siguiente.
     
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  2. SnowieWhite
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    Bueno aquí os dejo el segundo Capítulo

    SPOILER (click to view)
    CAP 2: Lo hecho, hecho está.

    Se sentía incómodo. Sin duda no estaba durmiendo en su enorme cama que se adaptaba a su musculatura y que aislaba el calor. No estaba durmiendo sobre algo, no tan cómodo, pero de algo servía. Intentó moverse y al hacerlo, sintió dolor en las caderas, como una dolorosa y punzante presión que apenas le dejaba moverse. Palpó con las manos el material sobre en que estaba tumbado, sin duda era un futon y un futon bastante viejo.
    Poco a poco fue abriendo los ojos dejando que la luz del día alumbrase sus pensamientos y recuerdos de la noche anterior. Pudo ver una habitación pequeña y cuadrada, con muchas cajas de cartón, libros, papeles… sin duda lo que no había ahí era algo de orden. De fundo podía oír una voz masculina, avispada y dulce.
    Miró hacia su derecha sin levantarse del futon, allí estaba un joven semiasiáticos, de cabellos castaños oscuros, tez algo morena, musculoso y con unos tentadores ojos grises. Hablaba por teléfono a la vez que cocinaba, era una bonita estampa familiar.
    Sin poder evitarlo sus labios dibujaron una sonrisa, una parte de él sabía que jamás vería esa misma situación en su casa con Kenji.
    Un momento, ahora que se paraba a pensar… ni siquiera sabía el nombre de aquel tipo.
    Entonces Ryo se giró sobre si mismo y miró a Hikaru, que había olvidado borrar la sonrisa de su rostro. Ryo también sonrió y se despidió de la persona con la que hablaba por teléfono.
    -Buenos días, he hecho algo de desayuno.- Habló Ryo y se giró hacia la sartén.- Espero que tengas hambre.
    Hikaru se incorporó a duras penas.
    -Si, gracias emm…-Hikaru iba a decir su nombre, pero no lo sabía.
    Ryo puso los platos del desayuno en una bandeja y con ella, se dirigió hacia el futon.
    -Ryo, me llamo Ryo.-dijo mientras dejaba la bandeja con dos platos repletos de bacon, huevos fritos y dos cafés.
    -Vaya.-se sorprendió Hikaru.
    Ryo hizo media sonrisa.
    -Perdona pero era lo que he podido comprar en el supermercado de abajo.
    Hikaru cogió la taza de café.
    -No importa, me gusta.-dijo, y dio un trago.
    Ryo miró a aquel chico que apenas conocía y sin embargo estaban desayunando juntos, tras haberse acostado la noche anterior.
    -Ayer llevabas uniforme.-Objetó Hikaru.
    Ryo respondió tras dar un trago a su café.
    -Soy, piloto y soltero ¿y tu?
    Hikaru cogió un trozo de Bacon.
    - Empresario y casado, pero como si no lo estuviera.- Ryo casi se atraganta al oírlo- Me pone los cuernos y no le importa decírmelo a la cara. Es un cabrón.
    -Lo es.- afirmó Ryo.
    Hikaru le miró sonriente y alzo la mano para acariciar la cara de Ryo.
    -No importa. Pero…- dijo mirando a ambos lados- ¿Qué hora es?
    El joven empresario dejó la taza vacía sobre la bandeja y se levantó dándose cuenta de que iba en camiseta y ropa interior. Se sonrojó al ver su atuendo y la sonrisa que se dibujaba en el rostro del piloto.
    -Tengo que irme a trabajar…-Dijo Hikaru enrojecido.
    -¡Vaya! Te llevo.- contestó el piloto levantándose cogiendo también la bandeja y dejándola en la pequeña y cutre cocina.
    -No, no hace falta, llamaré a alguien para que venga a recogerme.
    -¿pero que dices? – dijo Ryo acercándose a Hikaru y abrazándole por la espalda.-Déjame llevarte…-le susurró al oído. Hikaru se puso más nervioso.- Además el capullo de tu marido le da igual que sepan que te está poniendo los cuernos ¿no? Pues ahora te toca a ti.
    Las manos del piloto se deslizaron hacia la entrepierna del empresario.
    -¿Qué…qué haces?
    -¿no es obvio? – Dijo metiendo las manos por debajo de los calzoncillos de Hikaru.-Voy a darte todo lo que no te ha dado tu marido.
    Las manos de Ryo acariciaron el miembro de Hikaru, mientras este gemía y se agarraba a los fuertes brazos del piloto.
    -No es hora de hacer esto.
    Una de las manos del piloto ascendió hacia la barbilla de Hikaru y la alzó hacia los labios de Ryo. Mientras se besaban, Ryo tumbaba a Hikaru sobre el futon y le quitaba los calzoncillos. El joven empresario tiró de los pantalones de su amante dejándolo en ropa interior. La mano de Ryo frotaba fuertemente el miembro de Hikaru que endurecía por momentos. En cambio, Hikaru acariciaba el miembro de Ryo por encima de los calzoncillos.
    Por fin le quito la ropa interior y Ryo agarró fuertemente a Hikaru por las piernas alzándolas y rozando con la punta de su miembro el ano del joven empresario. Este respiraba ansioso de placer, poco a poco notó como su cuerpo era penetrado por el miembro de Ryo inundándolo de placer. Se agarró a su amante de los hombros y acompañó las sacudidas con pequeños gemidos que excitaban cada vez más a Ryo.
    Una sensación comenzó a invadirles, de un fuego interior que les obligaba a ir más y más rápido, sus cuerpos sudorosos llegaron al unísono al clímax
    ………………………………………………………………………………………….

    Dos horas después, Ryo dejaba en la puerta de su trabajo a Hikaru. Era un complejo de tres edificios de cuarenta plantas, encristalados de color azul oscuro.
    Ninguno de los dos se dio cuenta, pero en el último beso de despedida y algunas promesas de llamadas. Un paparazzi les tomó algunas fotos que más tarde serían publicadas en "Fame`s trash" la web de trapos sucios de famosos más famosa…prácticamente del mundo.
    Sin duda lo hecho, hecho está; ya no habría marcha atrás. Adiós a la tranquilidad.
     
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  3. SnowieWhite
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    ¡¡Hola!! bueno si alguien realmente me lee...
    Este es el tercer capítulo.

    SPOILER (click to view)
    CAP 3 : La tormenta comienza.

    Los días pasaban en la ajetreada ciudad de New York. Le parecía increíble, apenas habían pasado cuatro días y ya le parecía un mes entero. Sin duda no había sido su mejor viaje, Kenji nunca había deseado tanto volver a casa. En contadas ocasiones había retrasado su vuelo de vuelta para pasar unos días más con su amante, a espaldas de su esposo. Pero aquella vez fue diferente.
    Su amante, un estudiante de 2º año de “International Business”, e hijo de uno de los mayores socios de su empresa de sofisticados vinos, le había dejado por un estudiante de su mismo curso. Poniendo como pretexto la escasez de visitas de Kenji.
    Y, para colmo, había fallecido uno de sus posibles inversores, por lo que la empresa pasaba al mando del hijo del empresario fallecido, y este, no tenía muy claras las negociaciones.
    Claramente, quería volver a cas… ¿A casa? ¿Qué casa? ¿Con Hikaru? Nunca se había fijado en él como pareja, aunque sabía que él le amaba desde siempre. Le sorprendió mucho que la mañana del día en que se fue, le preguntase si le era infiel. Hikaru era como uno de esos niños tímidos, que no saben como expresar sus sentimientos. O eso creía él.
    ¿Y a qué venían ahora todas esas reflexiones? Sentado en su butaca de cuero negro, mirando a través de la pared encristalada de su glamoroso ático de la gran manzana. Vaso de coñac en mano y la mirada perdida entre las miles de luces de la ciudad.
    Obligó a centrar de nuevo sus pensamientos en su ex-amante. Pero cuanto más pensaba en ello, más rápido daba un rodeo a sus pensamientos y acababa de nuevo pensando en Hikaru.
    Se frotó los ojos con la mano que le quedaba libre y acto seguido se bebió de golpe el vaso de coñac. Sólo quería olvidar aquel viaje cuanto antes.
    ……………………………………………………………………………

    Hikaru se despertó al primer pitido de su alarma. Esos últimos días habían sido probablemente, los mejores de toda su vida. Por fin estaba con alguien a quien de verdad le importaba, alguien que sentía interés por él y que probablemente llegaría a amarle. Sin embargo… ¿estaba él dispuesto a volver a querer?
    Había estado aguardando todo su matrimonio a que Kenji le llegara a querer y nunca lo hizo.
    Tras desayunar, ducharse y vestirse, bajó a su garaje particular, se metió dentro de su jaguar e insertó la llave dejado sonar el rugir del motor. Adaptó su Black Berry al manos libres del coche y se dispuso a salir del garaje. Como todos los días a las siete de la mañana, las carreteras de Tokio se hallaban abarrotadas de coches.
    El edificio que correspondía a su empresa se hallaba al lado del museo de historia. Hikaru pudo ver como un camión se acercaba a la zona de carga y descarga. Una sonrisa se dibujó en sus labios, por fin habían llegado las nuevas reliquias.
    Aparcó su lujoso coche en su plaza privada de aparcamiento y entró en el edificio.
    Sin pararse a pensar, ni cuestionarse por qué todo el mundo le miraba y cuchicheaba sobre él, se dirigió directamente al ascensor y presionó el botón del último piso. Las puertas del ascensor se cerraron dando paso a una inquietante musiquita durante quince segundos, después la puerta se volvió a abrir dejado ver una sala con un escritorio tras el cual se encontraba su secretaria y mejor amiga Shela, una chica asiática, morena con el pelo largo, ojos grandes y sonrisa perfecta. Shela y Hikaru habían ido juntos al instituto y a la universidad, era amigos desde siempre.
    Al final de la sala se hallaba una puerta de roble, que daba a su despacho donde le aguardaban largas horas de trabajo.
    Entró con una sonrisa de oreja a oreja imaginando las reliquias que examinarían ese día. Pero entonces su miraba se encontró con la de Shela que no estaba tan contenta.
    -¿Pasa algo?- Le preguntó tan animado como siempre, Hikaru.
    -Bueno, es que no me lo esperaba de ti.-Dijo Shela, no enfadada, pero sí algo sorprendida
    Hikaru se acercó a su mesa, extrañado.
    -¿A qué te refieres?
    Entonces Shela giró la pantalla de su ordenador y Hikaru lo vio.
    ……………………………………………………………………………

    Kenji salió de su apartamento, obligándose a pensar solamente en el contrato que tenía que firmar. Aunque… aún era pronto. Paró en una cafetería y se pidió un café con leche y azúcar. Él solía tomar el café con sacarina, pero recordó que Hikaru siempre se ponía una cuchara bien cargada de azúcar, y le apeteció probar.
    Se acercó la taza a sus labios y dio un trago. Una mueca de asco se dibujó en su rostro, demasiado dulce para él. Dejó el café de nuevo en la mesa y solo entonces su mirada se desvió hacia una revista que alguien se había dejado sobre la mesa de al lado, en cuya portada se hallaban dos fotos: en una de ellas salía él de la mano con su ex –amante, muy acaramelados por la cale y en la otra se apreciaba a Hikaru besando apasionadamente a otro hombre. No podía ser, ¿Hikaru le estaba engañando? No era posible, Hikaru era suyo. El titular de la portaba decía : “doble y glamoroso engaño”
     
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  4. Ø»akihiko_usami_lover«Ø
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    genial!!!!!! :=yeahyie: no puedo esperar por favor!!!! conty!!!!!!!!!!!
     
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  5. SnowieWhite
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    ¡¡¡HOLA!!!
    Gracias akihiko, por comentar. Ya empezaba a pensar que este fic estaba muerto, bueno espero que leas este cap jajaja.
    Ya que eres el único lector...
    Bueno aquí te lo dejo:

    SPOILER (click to view)
    4. ¿Qué importan los demás?
    Hikaru se pegó tanto a la pantalla del ordenador de Shela que casi podía contar uno a uno, los píxel de la foto. No podía ser, ahora todo el mundo sabía la situación personal de su matrimonio. Bueno, siempre había habido rumores, fotos, paparazzi… pero nunca había llegado a eso.
    -Hikaru- Comenzó Shela levantándose de la silla.- soy tu mejor amiga, desde siempre. Y no es que le tenga mucho cariño a tu maridito pero…
    Hikaru miró a su mejor amiga, le preocupaba lo que ella pudiera pensar. Pero, para su sorpresa, su expresión cambió al instante, por una sonrisa picarona.
    -¿Cómo es que no me lo has contado?-Le preguntó en un tono divertido, mientras le cogía de las manos.- Cuéntamelo todo, quiero detalles… ¿Cuánto lleváis juntos? ¿Cómo le conociste? ¿Es bueno en la cama?
    -Shela, eres una cotilla.- Dijo Hikaru algo más relajado, dirigiendo su mirada hacia el suelo.
    Shela se acercó a él.
    -¿Algo va mal?
    Hikaru la volvió a mirar, casi no podía reprimir las lágrimas de sus ojos, no eran de felicidad. No, eran de frustración, no tenía ni idea de si lo suyo con Ryo funcionaría y no quería que se hiciera publico.
    -¡Hikaru! ¿Qué pasa?
    Hikaru se restregó los ojos.
    -Pues que no quería que esto se supiera ¿sabes? Llevo toda mi vida enamorado de Kenji, y aunque el no me hace ni puto caso yo siempre he ido detrás de él. – Shela cogió su caja de pañuelos y se la acercó a Hikaru, él cogió uno y se secó las lágrimas.- Ahora mismo, siento que estoy dando pasos de ciego, no se a donde voy, no se si tiene futuro y para colmo esos idiotas de “Fame’s trash” me están jodiendo la existencia.
    Shela supo, por la manera de hablar de su mejor amigo que no se encontraba nada bien. Hikaru no era un chico de palabras mal sonantes, es más intentaba evitarlas, pero no podía cuando se encontraba en un callejón sin salida, se sentía ahogado y parecía que decir esas palabras descargara los nervios. La verdad era que solo había visto a Hikaru así en contadas ocasiones, en la universidad cuando tenía una mala nota, en el trabajo cuando una restauración no iba bien; pero ni siquiera había dicho nada de su desastroso matrimonio. Y ahora solo faltaba que la revista y Web “fame’s trash”, la mayor revista de chismorreos y noticias sobre famosos, le hiciera eso.
    -¿cuándo vuelve Kenji?- preguntó Shela pensativa.
    Hikaru miró interrogante a su amiga.
    -viene Mañana ¿por qué?
    Shela respiró hondo.
    -A ver él te ha puesto los cuernos ¿no?- Hikaru asintió- ¿Y por que tu no? ¡Que más da! Quiero decir, si él no te quiere, tú no tienes por qué estar esperando ¿no te parece?
    -Visto así…-valoró Hikaru.
    -¡Venga, diviértete! Queda con tu chico esta tarde y pásalo bien.
    ……………………………………………………………………………

    Ryo salió de la ducha con la música del móvil incrustada en su pensamiento. Nada más entrar en la ducha había sonado una vez, pero convencido de que no volverían a llamar siguió con su agradable ducha. Pero no fue así, llamaron una y otra….y otra vez.
    Realmente estaba de mal humor y pensaba en cambiarse la sintonía del móvil, no podría aguantar esa canción una vez más sin gritar de rabia.
    Cogió el móvil e intentó tranquilizarse, ni siquiera se había molestado en mirar la pantalla, para ver con quien hablaba.
    -¿si?- dijo algo molesto.
    -¡Ryo, por fin lo coges! Te he llamado unas diez veces.-Sonó una voz conocida al otro lado del teléfono.
    -¡Ah! Hola Kuro, si ya me he dado cuenta de las llamaditas…
    -¿Estás enfadado?
    -No, no- respiró hondo Ryo- Dime, ¿qué pasa?
    -Mira tu correo ¡Ya!
    -Vale, vale.
    Ryo encendió su portátil y fue directamente a su correo electrónico. 45 mensajes sin leer, ponía en la bandeja de entrada, bueno… había estado algo ocupado y le vino a la mente el recuerdo de una de las veces que le había hecho el amor a Hikaru.
    Un mensaje de Kuro de asunto: Mira esto!!
    Que original, pensó su Ryo.
    En el mensaje había un enlace de una página Web, al hacer clic vio la portada de la “fame’s trash” solo había visto una vez esa revista, en el aeropuerto de Madrid, no sabía muy bien de lo que iba, pero el nombre lo decía todo y ahora que lo veía no se sentía muy afortunado.
    -Mierda- Fue lo único que dijo antes de colgar.
    ……………………………………………………………………………………………
    Hikaru examinó el mural de piedra de cinco metros de ancho por dos y medio de alto, de aproximadamente el año 28 A.c. Se trataba de la capa superficial de un mural de un mercado romano, perteneciente a la época de Alto Impero.
    Su rostro expresaba una mueca de enfado, y con razón.
    Shela entró en la sala iluminada, donde se encontraba su mejor amigo y el mural.
    -¿qué pasa? Me han dicho que querías verme.- dijo acercándose dejando una estela de ruido de sus tacones.
    Hikaru no desvió la mirada de mural y señaló una diminuta grieta de la que se desprendía una arenilla perteneciente al material del que estaba hecho el mural. Shela se acercó a la grieta.
    -Lo han hecho en el transporte ¿no?
    -Exacto.- Confirmó Hikaru que seguí enfadado.
    -Está bien. Mandaré una carta de reclamación. ¿Sólo era eso?
    El joven empresario respiró hondo y miró a su amiga.
    -Ryo me ha mandado un mensaje.- Le dijo.
    -¿y bien?
    -“Tenemos que hablar”- recitó al pie de la letra el mensaje.
    Shela sonrió a su mejor amigo.
    -Si te deja, es un imbécil y no te merece.
    …………………………………………………………………………………………
    Ryo comió con sus padres y dio gracias a que ellos tuvieran un nulo conocimiento sobre la informática y que no hubiera comprado, de momento, ninguna revista.
    Tras un par de horas muy familiares, se dirigió al bar de Kuro, donde, al final de la barra se encontraba un tipo con un traje chaqueta de gucci, aunque parecía más un adolescente que un adulto. Se acercó y se sentó a su lado.
    -¿Has esperado mucho?- Preguntó a Hikaru y acto seguido le dio un pico.
    -No mucho.- contestó él- ¿De que querías hablar?
    Ryo hizo una señal con la mano, que Kuro identificó a la primera.
    -He visto nuestra exclusiva.- dijo en un tono divertido, todo lo contrario a lo que se había pensado Hikaru.
    Kuro les sirvió dos cervezas.
    -Aquí tenéis chicos.-Dijo mientras las dejaba sobre la barra.- ¿Algo más?
    -No gracias.-Contestó Hikaru y Kuro les dejó para que hablaran.
    Ryo sonrió y dio un trago a su cerveza.
    -No se que te hace tanta gracia.-Dijo Hikaru mirándole a los ojos.
    Ryo levantó una ceja.
    -¿Estás enfadado?
    Hikaru respiró hondo.
    -He tenido un día malo.- dijo mirando a la cerveza.
    Entonces notó como el brazo de Ryo le rodeaba los hombros y le depositaba un beso en el pelo.
    -¡Qué más da!- sonrió- Digan lo que digan estamos bien así ¿no?
    Hikaru le miró y sonrió.
    -¿Cómo alguien como un piloto, que “supuestamente” tiene que ser responsable y serio, puede ser tan despreocupado?
    Ryo no esperó más y besó los suaves y dulces labios de Hikaru. Allí, en aquel momento, todo parecía perfecto. Nada podría estropearlo, nada.
    ………………………………………………………………………………………….
    Alana salió del aeropuerto de Milán y escribió tan rápido como pudo un mensaje:
    “Nos han adelantado los vuelos ¡Llámame!
    ¡ Me van a enviar la fechas a mí! “
    Destinatario: Ryo.
     
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  6. Ø»akihiko_usami_lover«Ø
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    O.o .... enserio creo que la espera...
    valió la pena...!!!!! :=yeahyie:
    ME ENCANTO!!!!!..... :=DFSDFSD:
    sensei porfavor....... :=uuum:
    siga... siga..... :=uuhuhuhus: :=uuhuhuhus:
    este fic es el mejor.....(claro sin dejar de lado
    sus otros fic.. :=KITTIYN: ...)
    espero que por ser solamente un lector... :=enfermo:
    no quiera dejar el fic :=SHOROO:
    otro vez ME ENCANTO!!!!!!... :=DFSDFSD:
    esperare la conty con ansias .... :=ewriting:
    mattane... \(·-·)/

     
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  7.     +1   -1
     
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    "Un mundo de colores. El mar refleja... el azul del cielo. El reflejo azul es el mar del cielo. Entre esas lágrimas azules el pajarito vuela..." BRS

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    :=NEWWWA: Ya no es solo uno ahora estoy yo, como nadie actualizaba pues me aburri y empese a leer los fics originales [cosa que casi no hago no me acostumbro a leer originales] y el suyo sensei me gusto mucho, todavia no lo termino pero queria comentar y eme aqui comentando [si sigo comentando te daras cuenta de que tengo problemas psicologicos, ok no :=¬¬: ] asi que espero la conty porque no me gustha esperar hasta la proxima Bye BYe :=DANCING: :=KITTIYN:

     
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  8. 0oRen0o.com
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    holaa bueno ahora somos tres xD
    me gusto mucho el fic, ademas de que publicas muy seguido y eso me gusta
    muy interesante buena la trama de verdad me gusto mucho...que malo es kenji, dejar a hikaru por lo menos tiene otro chico
    espero conty
    matta ne cuidate
     
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  9. miseki
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    Me lei los 4 capitulos segidos y la historia me atrapo por completo
    Voy a estar esperar con muchas ansias la conty
    Gracias por tu esfuerzo n.n
     
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  10. sej
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    Cntyy pliss
     
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9 replies since 27/8/2012, 18:14   297 views
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