InGo: La fiesta [KirinoxShindou][S: IxA, FxK, HxM][Acabado]

Shindou necesita encontrar pareja para una fiesta de Navidad. Buena suerte, Shindou.

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  1. Starline
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    Aw muchas gracias a las tres por opinar :D

    Misha-chan: ah jaja bueno, me alegro de haber hecho un título interesante, no se me dan nada bien XD Todos queremos tener esos diarios y ver que secretos guarda en ellos. Jajaja no no XD Endou no, es cierto que sería el mejor, pero yo al menos no dejaría a mi hijo a su cargo XD

    Suzu-chii: gracias! Kirino se hace el inocente pero no lo es ¬w¬ Pero bueno, quién no quiere ir a París? XD Se darán besitos bajo la Torre Eiffel? jaja Quien sabe... Pobre Mido, no le hagas eso que ya traigo otro capi XD

    Sayuri-Rune: gracias >w< Bueno, Shindou solo iba a invitar a Akane porque Kirino se lo dijo XD Por sí solo no se le había ocurrido porque es así de encantador <3 Kirino no permitiría que una chica se acerque a Shindou, me lo imagino como un perro de estos pequeños que tienen muy mala leche y muerden a todo el que se acerca al dueño XD París... oh lalala, todos iremos con ellos a escondidas para espiarles jeje

    Dejo el tercer capítulo òwó Pobre Kirino, me gusta hacerlo sufrir jajaja


    Capítulo 03: ¡Necesito tu ayuda!

    SPOILER (click to view)
    Kirino se giraba en la cama sin poder conciliar el sueño, simplemente los días habían empezado a pasar desde que había aceptado ir a la fiesta con Shindou y cada vez se arrepentía más de haberlo hecho… Solo la idea de ir a París con Shindou le daba ánimos y coraje para no dejarle plantado… Al fin de cuentas París era la Ciudad de las luces, la moda y el amor…
    Sin embargo estaba muy nervioso, al día siguiente iba a comprar el vestido que llevaría, y Shindou no podía acompañarle… ¡Maldito Shindou! Tenía un concierto de piano… bueno, él también tenía cosas más interesantes que hacer como contemplar las paredes de su cuarto o tirarle piedras a las palomas que se posaban en su ventana y le dejaban todo lleno de desechos palomiles…
    Shindou le había dicho dónde ir a comprarse el vestido, que eran conocidos suyos y que lo había arreglado para que pudiera llevarse el que quisiera para que luego se lo abonaran a los Shindou, ya que el chico consideraba que lo menos que podía hacer era pagarle el vestido. Kirino mordió la almohada furioso… ¡él era la persona menos indicada para comprar vestidos! Por mucho que su apariencia fuera femenina no tenía ni idea de chicas y mucho menos de vestidos…
    Al día siguiente el muchacho de ojos celestes amaneció con grandes ojeras y aspecto de desesperación total… Tenía que pedir ayuda… Buscó el nombre de uno de sus amigos en la agenda del móvil y espero a que aceptara la llamada. Una voz suave sonó al otro lado de la línea.
    -¡Necesito tu ayuda! –exclamó Kirino con un tono tan suplicante que dejó a la otra persona preocupada y echa un lío cuando el muchacho continuó-. ¡Me tengo que comprar un vestido!
    La conversación no duró mucho, Kirino estaba decidido a tener su ayuda y quedaron para una hora después.

    El chico esperaba impaciente frente al Centro Comercial a cuya tienda tenían que ir, nunca había estado ahí antes y no creía volver… Se veía a gente de bien paseando pomposamente por el interior y mirando con desagrado a Kirino que se desvivía por pasar desapercibido, lo que le resultaba extremadamente difícil tal y como iba vestido y como se comportaba, todos sabían que era diferente… no era como ellos.
    No tardó mucho en aparecer el salvador de Kirino, pero para desgracia del pelirrosa no iba solo, aunque tampoco le importaba demasiado…
    Una señora que pasaba por ahí miró a los tres adolescentes con cara de perro al que no le dan de comer, y se giró toda ufana murmurando algo como “pobretones”.
    -Amigo, sí que necesitas ayuda –sonrió un chico de pelo corto de color gris amarillento peinado hacia un lado con unos mechones rojos que le caían sobre las orejas y que a Kirino siempre le había parecido las orejas de un perro, sus ojos azules estaban puestos en su amigo y lo miraban burlonamente.
    A su lado estaba un chico más bajo y tan delgado que parecía que si se le soplaba se rompería en pedazos, y sin embargo con una fuerza impresionante para su constitución. Tenía el pelo oscuro como el carbón, corto y pegado a la cabeza por arriba con un par de mechones que le salían disparados hacia los lados a la altura del cuello, un mechón de pelo intentaba ocultar su gran frente, sus ojos eran aún más oscuros y en ese momento miraban divertidos a Kirino.
    -¿¡Qué pasa!?, ¿tengo monos en la cara o qué? –protestó Kirino sintiendo las miradas burlonas de los dos amigos.
    -No creo que el problema esté en la cara –sonrió el moreno llevándose la mano al pecho.
    Kirino enrojeció completamente y contempló los dos pequeños bultos que se marcaban a través de una de sus camisetas menos varoniles…
    -¿Por qué no nos cuentas de qué va todo esto? –preguntó riendo el chico de ojos azules.
    -Le prometí a Shindou que lo acompañaría a una fiesta como chica… Tengo que comprar el vestido pero al parecer no se puede saber que soy un chico y Shindou pensó que con estos rellenos nadie sospecharía nada… Pero todo el mundo me mira y creo que saben la verdad y me da vergüenza y quiero morirme.
    -Bueno, si te mueres Shindou tendrá que buscarse otra pareja –comentó el otro chico-. Quien sabe igual entonces tiene que ser Hayami el que vaya de chica…
    -Yo creo que se lo pediría a Tenma –replicó el moreno-. Ya sabéis, haría cualquier cosa por el capitán… Además seguro que Tsurugi no se opondría a verlo con vestido.
    -¡Aoyama! ¡Ichino! Si realmente me vais a ayudar haced el favor de cerrar la boca.
    -Tranquilo, Kirino –dijo Ichino apoyando la mano en su hombro.
    -Mejor dicho, tranquila, Kirino –rio Aoyama dándole una palmada en la espalda-. Ahora tienes que ser una señorita para que nadie sospeche nada, ¿no?
    -Nosotros seremos tus guardaespaldas, encanto –sonrió Ichino recostándose en la pared y enseñando los dientes que brillaron con un blanco cegador, cual galán de las películas.
    -Nadie podrá tocarte un pelo sin nuestro consentimiento, pequeña –dijo Aoyama sensualmente apoyándose con una mano en la pared y mirando intensamente a Kirino que estaba empezando a perder la paciencia mientras Ichino se reía descaradamente.
    -¡Dejaros de broma! –gruñó Kirino-. Lo estoy pasando realmente mal.
    Kirino bajó la mirada con los ojos llorosos, las mejillas encendidas y el labio inferior temblándole ligeramente.
    -Pues si que parece una chica de verdad –dijeron a la vez Ichino y Aoyama logrando que Kirino les diera un golpe en la cabeza a cada uno.


    Edited by Starline - 7/9/2012, 10:55
     
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119 replies since 4/9/2012, 00:14   6859 views
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