MI BUEN AMIGO BAAL, MI BUEN AMO SATÁN (SXN)(IXN)(IXD)(R+18) Cap. XI Act. (19/02/17)

Que harías si te encuentras con un ser de otro mundo y ese ser te quiere a ti?... Esta historia contiene incesto, lemon fuerte y Shota suave... tal vez no sea apta para mayores de edad tampoco XD

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    Perdon por la tardanza aqui el cuarto cap

    Cap. IV




    El sol en el plano mortal aun no había aparecido y obviamente en el infierno tampoco, pero aun así, naruto despertó, pero de forma dificultosa, ya que tenia un terrible dolor de huesos incrementándose en su cráneo, aunque intento levantarse no pudo, todo daba vueltas, haciéndole caer de nuevo en la cama a la vez que despertaba a quien estaba a su lado.

    -mi Naru-chan, vuelve a dormir, descansa aun estas débil.

    Susurraba itachi con una tierna sonrisa mientras tomaba la mano de naruto.

    -mi… cabeza –susurraba el rubio sorprendiéndose mientras tocaba su garganta – ¡mi voz! ¡Es diferente!

    -lo hablaremos después, por ahora acuéstate antes de que te ataque, tu nueva voz me excita y ambos sabemos que no estas en condición.

    Al escuchar eso el rubio asintió, volviéndose a recostar al lado de su esposo acurrucándose.

    -que descases.

    Dijo el rubio aferrándose al calor de su esposo.

    -igualmente.

    Respondió este mientras le abrazaba y depositaba un beso en su cabeza.

    Dicho eso, las dos figuras se volvieron a dormir, estando ambos con sonrisas en sus rostros; lastimosamente, llego la mañana y itachi tenia cosas que atender, por lo cual no tenia mucho animo, ya que tenia que alejarse del calor que le brindaba su dulce reina, pero un así se fue dejando solo al rubio en la gigantesca alcoba, momentos después el rubio despertó al sentir el frio a su lado, dándose cuenta de que su señor no estaba, pero sintiéndose feliz al no estar mareado, aunque tenia un hambre descomunal e insoportable, no sabia si era su imaginación, pero en ese momento veía todo rojo; se levanto de la cama dándose cuenta al poner los pies en el piso de que seria difícil acostumbrarse a ese cuerpo, pero aun con el poco equilibrio que tenia y con sus pies descalzos salió de la habitación, necesitaba alimento.

    Naruto salió abriendo las descomunales puertas como si de viento se tratase y comenzar a caminar por los pasillos sintiendo como sus sentidos se agudizaban causándole una increíble jaqueca y haciéndole recostarse aun mas en las paredes las cuales hacían que ese lugar mas que parecer un infierno, pareciera un gigantesco castillo, todo estaba hecho de mármol de distintos colores, las paredes en este caso de mármol azul rey, los pisos de mármol negro y el techo… Bueno, no podría especificar, era como una especie de agujero negro del cual provenían las luces que iluminaban los pasillos, pero aunque eso fuera muy intrigante, el rubio no se entretuvo, el hambre era demasiada y el dolor en su cabeza, mas los sonidos que se agudizaban como unas uñas en un pizarrón y salían de todas partes mas los olores y por mas extraño que suene, uno de sus sentidos se agudizo mas que cualquier otro, su percepción era el que le hacia sentir infinidad de cosas haciéndole agobiarse y ahogarse, pero logro tranquilizarse volviendo a sus cabales, en ese aspecto, parecía un fenómeno, lograba adaptarse a todo con sorprendente rapidez, prueba de eso era que ya había aceptado a itachi, su nueva altura, incluso que estaba en el infierno y a sus nuevos sentidos; enderezándose y poniéndose en marcha, comenzó a escuchar sonidos provenientes de cada una de as puertas en los pasillos separadas las unas de las otras por una gran distancia, pero aun así siguió hasta quedar congelado con uno de los sonidos, eran gritos, además olía a sangre, sin poderlo resistir o mas bien con el hambre controlándolo entro a aquella habitación horrorizándose con la vista, la habitación que parecía mas una cueva con las paredes llenas de estacas de roca pintadas de sangre, y entre ellas infinidad de cuerpos desnudos en toda clase de artefactos y posiciones, habían hombres y mujeres y otros a los que no se les reconocía, en todo caso naruto podía ver las gotas microscópicas de sangre en el ambiente, de nuevo su vista se enrojecía su hambre estaba al limite, pero trato de conservar la cordura, intento salir de allí, pero la puerta había desaparecido.

    Cada vez se sentía mas y mas hambriento, estaba enloqueciendo, además de que no podía salir de allí y estaba nervioso, poniéndose aun mas inquieto al escuchar una voz tras de sí.

    -¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?

    Al escucharlo, naruto no soporto mas emboscando a quien sea que estaba tras suyo a una velocidad increíble mientras clavaba sus dientes en la primera parte de piel que vio, lamiendo la sangre que salía, pero solo alcanzo a probar un poco de lo mejor que ha probado en toda su vida para luego ser apartado e inmovilizado por el otro en contra del piso inundado de sangre.

    -solo buscaba la cocina.

    Dijo el rubio ya un poco calmado.

    -claro, y yo tengo cara de pescado para que me muerdas.

    Decía la voz algo enfadada.

    -no, es solo que tenia hambre, juro que no quise lastimarte, no me pude controlar tengo mucha hambre.

    -oh, si es así, entonces debes de ser un esclavo, je, supongo que tendré que castigarte –decía en forma burlona la voz mientras tomaba el rostro del rubio y lo acercaba a sí soltándolo de inmediato mientras se arrodillaba- discúlpeme madre, no era mi intención faltarle el respeto, le pido que me perdone.

    -¿madre?- se pregunto el rubio mientras se levantaba mirando el rostro de quien le hablaba- ¿de que habla Baal-san?, por favor levántese, además si alguien tiene que disculparse soy yo, le mordí, por favor déjeme tratar su herida.

    Suplico un poco el rubio viendo sangre en el hombro del peli azulado tratando de tocarlo.

    -madre, no me toque, no soy digno de siquiera una de sus miradas.

    -no sea tonto, eso no es verdad Baal-san, por favor levántese –le tomo de los hombros levantándolo a la vez que le veía la herida, para su
    sorpresa no haba ninguna, solo era sangre, pero eso lo preguntaría después –no tiene que ser tan formal.

    -pero madre…- miro a su alrededor viendo donde estaba- tiene que salir de aquí, esta no es una vista adecuada para usted.

    -no se preocupe, ya me acostumbre, aunque me diría ¿como salir de aquí? Por favor y ¿como llegar a la cocina?

    -nosotros no comemos comida mortal, así que no hay cocina para nosotros, a menos que sea un humano esclavo, si quiere puede ir a ese lugar –abriendo una puerta-siga por el camino negro directamente sin desviarse, llegara a una puerta plateada, entre allí.

    -muchas gracias Baal-san.

    Sonrió el rubio.

    -llámeme sasuke madre.

    -entonces muchas gracias sasuke-san

    Sonrió aun mas radiante el rubio mientras salía por la puerta, la cual se cerro de inmediato desapareciendo.

    Naruto comenzó a caminar, ignorando la sangre encima suyo, para el no existía, por lo menos por ahora se negaba a verla conscientemente, sabia que si lo hacia sus recuerdos despertarían, los recuerdo de ese día lleno de neblina en que itachi lo trajo a ese lugar, pero hubo algo que de nuevo lo hizo parar, un olor proveniente de otra puerta en un camino que se desviaba del negro, uno gris que daba a una posición incierta, pero aun así fue elegido por el rubio, el cual yendo a paso rápido abrió aquella puerta que despertaba todos sus sentidos y entrando, pasando lo mismo que antes, la puerta desapareció, pero el interior de esa habitación era muy distinta a la anterior, esta era hermosa, habían pequeñas formas de luz flotando en la habitación, todas de forma circular y de un color nunca antes visto que iluminaban pocos centímetros de donde pasaban, no hacían mucho por iluminar la perpetua oscuridad de ese lugar, aquella vista fascino a la reina por completo, y con la mente de un niño comenzó a jugar con ellas, aunque no veía mas allá de donde estas iluminaban estaba feliz, el dulce aroma que estas luces expedían lo hipnotizaron solo podía viajar con ellas, y por extraño que se oiga, quería comérselas, y eso es lo que iba a hacer, hasta que una voz lo detuvo.

    -madre, aunque disfruto mucho verle jugar con mi propiedad, no debe de comérsela.

    -eh-se sonroja-discúlpeme, es solo que este olor me atrajo, ¿Qué es esto? –Señalando las luces- huelen muy bien.

    -son almas, se están purificando y huelen bien, por que son tu alimento, yo soy quien purifica las almas de los que ya han cumplido sus penas para que sirvan de alimento a la reina y así puedan renacer en el plano humano.

    -¿reina?

    -¡oh! Ya veo, aun no se lo han dicho, usted es nuestra madre, la madre de todos los demonios, la reina del inframundo.

    -… ya veo, ¡así que estas son mi alimento! ¿Puedo comerme una?

    El rubio desvió el tema, ahora solo quería comer.

    -pero que chico mas extraño es usted madre, no se sorprendió por lo que dije; pero claro que puede, pero no ninguna de estas, tengo una especial para usted- juntando las manos y creando una especie de agujero negro en ellas a la vez que comenzaba a saca un cofre cubierto de cadenas- aquí hay un alma tan pura que tuve que hacer esto para que no subiera al cielo, ya que es solo para usted, por favor cierre los ojos y abra la boca, déjame el resto a mi.

    Naruto así lo hizo, sintiendo al poco tiempo como el cuerpo del otro se acercaba con algo tibio que comenzaba a meter en su boca, aquella alma tenia un sabor delicioso, tanto que el rubio tomo la mano del otro empujándola mas adentro y tragándola, sonriendo después de haberla sentido en su interior.

    -ya puede abrir los ojos.

    La reina obedeció, y al hacerlo sus ojos estaban carmesí tan intenso, tan hermoso que quien estaba a su frente quedo ensimismado con aquella mirada.

    -disculpe señor, me podría decir su nombre ¿por favor?

    -¡oh! Por un momento lo olvide, usted es mi madre, llámeme Sai.

    -es un gusto conocerle Sai-san –sonrió amablemente- espero verle mas seguido.

    -el -sonrió falsamente –el gusto es mio, mi querida madre –se arrodilla para besarle la mano.

    -no me llame madre Sai-san, dígame naruto, así me sentiré mejor.

    -no puedo hacer eso, ya que seria faltarle el respeto – se levanta- pero si no hay nadie cerca, puedo complacerle.

    -ya veo; – un suspiro escapo- bueno me alegraría que así fuera, me alegro mucho conocerlo –sonrió- y gracias por la comida, estaba deliciosa –se despidió el rubio caminando en la oscuridad para darse cuenta de que no tenia idea de a donde iba –eh- se volteo a ver a Sai- podría abrirme la puerta ¿por favor? –pregunto algo apenado-.

    -claro.

    Al decir eso, sai abrió una puerta al lado del rubio, de la cual escurría una sustancia negra viscosa y espesa, pero sin más que decir, el rubio hizo una reverencia y salió por ella, manchándose un poco con aquella sustancia, la cual al salir de ese cuarto se convirtió en sangre, esta vez el rubio había bajado la guardia quedando impresionado con aquella sustancia, su ropa, su piel, sus manos, todo estaba rojo, los temblores comenzaron pero no sin antes ver como la puerta se cerraba tras de si con la sonrisa de su demonio hijo, cuando la puerta al fin se cerro, naruto se descompuso cayó al suelo sosteniendo sus hombros, sus temblores se volvieron mas fuertes, el temor a la sangre se hacia presente, sus ojos comenzaron a cambiar de color de forma intermitente, eran azules, luego rojos sin ninguna secuencia, naruto sentía como si su cabeza fuera a estallar, se iba a volver loco, aquellos recuerdos estaban volviendo a su mente, aquellos que había querido olvidar con todas sus ansias, aquellos que siempre le perseguirían hasta el fin de sus días.

    Flash Back

    Un pequeño rubio de ocho años regresaba a casa de la escuela, no muy animado por dejar a su único amigo, pero sabia que no podía hacer nada, si llegaba tarde a casa su padre le golpearía de nuevo, así que corrió para llegar a tiempo, entrando y dirigiéndose a la cocina rápidamente encontrando a su padre con una sonrisa en el rostro mientras cocinaba.

    -¡oh! Naru-chan –sonrió- siéntate, te serviré la cena.

    Naruto asintió obedeciendo.

    -y, ¿Cómo te fue hoy?

    Pregunto quien cocinaba con voz animada.

    -muy bien, hoy me divertí micho.

    -¿en serio? Que bien –sirviendo cena-.

    -si, Kiba me ayudo mucho.

    Al escuchar un nombre desconocido para él, el hombre dejo de servir, apretando la cazuela.

    -ki…ba?

    -si –comenzando a comer- es mi nuevo amigo, nos divertimos mucho.

    -a si… -dejando la cazuela en el lavaplatos- me… alegro por ti amor.

    Trataba de sonar alegre mientras sus ojos mostraban ira extrema.

    -papá ¿Dónde esta mamá?

    -¡oh! Ella –sonrió amablemente –se fue de viaje, descubrió tus fotos y al parecer no le gustaron ¿Cómo puede tener tan mal gusto? Son fotos
    tuyas, nuestro pequeño hijo.

    -¿se fue? ¿Para donde?

    -a casa de tu abuela.

    -¿Cuándo volverá?

    -no sé.

    -la voy a extrañar.

    -no te preocupes amor –le da un pequeño beso en los labios –yo estoy aquí.

    -si.

    -ahora termina de cenar, nos vemos arriba.

    -si, papá.

    Unos momentos después, el rubio estaba lavando los platos, cuando escucho la voz de su madre dejando de lavar para dirigirse a donde provenía el sonido, era el segundo piso en donde los quejidos se oían con más fuerza, sin más el pequeño subió rápidamente abriendo inmediatamente la puerta de la habitación de sus padres encontrándose con una terrible escena, su madre estaba tirada en el piso amordazada y atada mientras su padre la golpeaba con un mazo, volviéndole añicos el rostro y los brazos mientras ella intentaba resistirse; la sangre salpicaba por todas partes, además de que su padre estaba con una sonrisa maniática y tan concentrado en ello que no se dio cuenta de su presencia, pudo haber escapado, pero no lo hizo, al contrarío, naruto se dirige hacia su padre tratando de quitarlo de su madre que ya había dejado de moverse y su cuerpo estaba irreconocible; el rubio seguía tratando de quitar a su padre que seguía golpeando aquel inerte cuerpo, recibiendo un golpe que le estrello contra la pared, pero no quedando inconsciente, en el momento del golpe el padre se dio cuenta de haber lastimado a su hijo lanzando inmediatamente el mazo y levantándose igual de rápido, para dirigirse a la posición del rubio mientras se arreglaba aquel largo y negro cabello que estaba cubierto de sangre al igual que su rostro, manos y ropa; naruto veía como su padre se le acercaba, su corazón comenzó a latir fuertemente y como por instinto miro para todos lados tratando de encontrar una forma de escapar, pero era tarde, su padre lo tomo de los hombros mientras esbozaba una sonrisa y lo miraba a los ojos.

    -mi pequeño, no tengas miedo, lo hice para protegerte, esa bruja quería separarte de mi, vio tu belleza en las fotos que te tomo y enloqueció, comenzó a decir que yo era un depravado y que te apartaría de mi lado, yo no podía permitir eso, simplemente no podía.

    -aléjate de mi –su rostro reflejaba terror sin fin-.

    -pero que dices mi pequeño –susurro con una sonrisa el pelinegro tratando de tocar el rostro del rubio con su mas ferviente amor, pero al ver el miedo en los ojos del otro, su rostro que reflejaba una sonrisa se volvió serio, mas de lo que debería-ya veo, esa bruja te contagio con su estupidez, pero no te preocupes, yo limpiare tu cuerpo –se comenzó a acercar para solo recibir el rechazo del rubio-.

    -¡no me toques!

    Grito el rubio más que asustado, enojando a su padre.

    -¡CALLATE! –grito mas que enojado golpeando al rubio en el rostro –harás lo que yo te diga que hagas, y te digo que ¡TE QUEDES QUIETO!
    Pero naruto no se iba a quedar quieto, trato de escapar.

    -¡AUXILIO!

    -¡CALLATE! –Volvió a gritar mientras le sostenía de la pierna y lo atraía hasta si- ¡serás mio!

    El pequeño estaba desesperado, miraba para todas partes, buscando algo para quitárselo de encima, viendo el mazo que estaba cerca del cadáver de su madre lastima lo lejano que se encontraba, su padre lo jalo de nuevo poniéndose sobre el, mientras le veía con la misma expresión con la que tomaba aquellas fotografías.

    -esta vez mi pequeño, no hay nada que me impida poseerte.

    -¡no suéltame! –lloraba desconsolado- por favor papá, soy tu hijo.

    -¡tu no eres mi hijo! –Respiro profundo aun estando encima de su hijo –tan solo te recogí junto con mi prima cuando te estabas congelando junto al cadáver de quien pienso era tu madre, tuvimos compasión y te recogimos, eras tan hermoso, ah, de tan solo recordarlo me excito, y mas cuando recuerdo tu crecimiento, te volvías cada vez mas y mas hermoso, te comencé a ver de otra manera, para mi tu no eras mi hijo, para mi tu eras la persona que iba ha convertirse en mi amante.

    -eso es mentira, tu eres mi papá, la mujer que esta allá en mi mamá, no seas mentiroso papi, no mientas.

    Las lágrimas resbalaban de los ojos del rubio, sus expresiones reflejaban profundo dolor.

    -ya te lo dije, yo no soy tu padre y el asqueroso cuerpo que esta allá, a la que mate era mi prima, ella no es tu madre, tu no eres un Hyuuga, solo eres un extraño al cual amo, al cual deseo y ¡AL CUAL VOY A TOMAR AHORA! –grito sosteniéndole los brazos a su hijo contra el suelo mientras comenzaba a besarle el cuello.

    -deja de mentir papá –lloraba el rubio desesperado- eres un mentiroso.

    -¡YA TE DIJE QUE NO SOY TU PADRE! –golpeo el pelinegro en el rostro a su hijo con mas fuerza que antes, para luego recuperarse –soy tu dueño, es así de simple, ahora se buen chico y déjame tener tu cuerpo, si lo haces prometo que todo volverá a la normalidad, solo que seremos tu y yo, enfrentando todo, todo será como antes, así que dime, ¿aceptas?

    -yo… -desvía la mirada- esta bien, hare lo que papá diga.

    -eso es –sonríe- buena decisión.

    Al haber terminado de hablar el mayor comenzó a besar aquel delicioso cuello pasando sus manos sin ningún descaro por todo el cuerpo de su hijo, comenzando a meterlas por debajo de la ropa, sintiendo como el cuerpo del pequeño temblaba; el mayor fue quitando la polera del menor que tenia los ojos fuertemente cerrados y solo se dejaba hacer; el pelinegro comenzó a besar el estomago y vientre de su hijo, subiendo y bajando marcándolo; mientras el rubio sentía cada toque, sentía como su padre comenzaba a quitar su camisa mientras marcaba su vientre con sus besos, pero de pronto ya no sintió nada, su padre paró, pero aun así no quería abrir los ojos hasta que escucho uno voz extra en la habitación y algo cálido cayendo en su rostro, además del cuerpo de su padre caerle con todo el peso encima, Naruto abrió los ojos, viendo una de las dos escenas que nunca se quitaría de la mente, la primera era la imagen de su madre siendo asesinada por su padre, y la segunda era la imagen del cuerpo de su padre sin cabeza llenándole de sangre, el rubio abrió los ojos aterrado mientras usaba todas sus fuerzas para quitar el cadáver de su padre de encima suyo; el pequeño se sentía mareado, estaba dirigiendo su mano a la cabeza cercenada de su padre, aunque fuera solo una vez mas quería tocarle, su pecho le dolía infiernos, estaba en shock.

    -papá, levántate, no seas perezoso –zarandeaba el rubio el cuerpo de su padre mientras trataba de unirle la cabeza –vamos, papá-su voz comenzaba a sonar vidriosa –por favor papá, levántate, por favor – decía con un hilo en la voz el rubio mientras se recostaba en el cuerpo de su padre y sus lagrimas comenzaban a salir aun mas fuerte, cuando sintió que alguien poso una mano en su hombro, haciéndolo mirar, viendo una silueta negra que poco a poco recuperaba la luz.

    -eso es lo que les pasa a quienes tocan lo que es mio –una sonrisa se vio –y tu eres mio –se acercó a el rubio que estaba atónito, todo lo que pasaba a su alrededor, la muerte de sus padres, la revelación de su origen y ahora la aparición de ese sujeto estaban poniendo a prueba su cordura, ya no soportaba mas eso, así que salió corriendo tan rápido como podía dejando todo atrás, saliendo de la casa aun cubierto de sangre y en calcetines, corrió todo lo que pudo del asesino de su padre, pero no pudo ir muy lejos, a solo algunos metros de su casa esa persona estaba esperándolo con una sonrisa, trato de ir por otro lado, pero era inútil parecía como si se tele-transportase, “¿Qué era él?” era lo que surcaba aquella rubia cabecita, pero por distraerse por un momento, ese sujeto se apodero de sus labios, Naruto lo alejo inmediatamente y se dio a la fuga de nuevo llegando a un puente el cual estaba cubierto de nieve, corrió como si no hubiera mañana, pero se resbaló raspándose brazos y rodillas, levantándose rápidamente sintiendo como sus heridas sanaban de igual manera, no paraba de correr solo se concentraba en ello, hasta que tropezó de nuevo, esta vez con alguien más cayendo al suelo.

    -¡Ah! Mi Naru-chan, debes tener mas cuidado.

    END FLASH BACK

    Después de esos recuerdos el rubio se levanto confundido y mareado, aunque hasta ahora se ha portado tan sumiso desde el principio, no podía negar el creciente odio que crecía en su interior hacia Itachi, pero la posición en la que se encontraba ahora… no, esta mejor decir que por ese sentimiento que comenzaba a nacer, no le era permitido por el mismo hacerle daño o al menos intentarlo a la persona que mas que odiar, comenzaba a amar.

    Edited by 691396 - 17/3/2013, 13:14
     
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