Destino encadenado (Akihiko x Misaki) +18 [Actualización 03/01/13 CAP 7 SUBIDO]

Adv: violación, lemon. Te hiere, te humilla, lo odias Tienes miedo, te alejas... pero el destino te lleva nuevamente a él. ¿Cómo puedes superar ese miedo? ¿Cómo puedes volver a entregarte a alguien?

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  1. hanabira
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    Licencia de Creative Commons
    Destino encadenado by Florencia Landriel is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.
    Creado a partir de la obra en http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=89078.
    Permissions beyond the scope of this license may be available at https://mundoyaoi.forumfree.it/?t=64017934.
    Esta historia es el remake de "atado a ti" una historia que tengo bajo el nombre de hana-hime en mundo yaoi (pero lvide la contraseña) y como hanahime en amor-yaoi. Les dejo el resumen antes de comenzar con la historia :D

    Te ha herido
    Te ha humillado
    Se ha convertido en la imagen de tus pesadillas,
    y sin embargo, por mucho que lo odias,
    el destino parece encaprichado.
    Deseas soltarte de sus garras, pero solo te entierras más en ellas...

    Una historia que comienza mal ¿puede tener un final feliz?
    Los errores no son tan simples de corregir.
    Las emociones humanas pueden cambiar fácilmente.

    Amar a quien se odia es posible,
    como así también odiar a quien se ama.



    Akihiko x Misaki
    Adv: OSC, violación, lemon, lenguaje inapropiado.


    (les dejo el resumen de "Atado a tí" también)

    Akihiko al conocer a Misaki comete uno de los errores más estúpidos que pudo haber hecho. Misaki esta dañado en todos los modos que puedan ser posibles, física y mentalmente, se siente solo y con ganas de morirse, pero conoce a alguien que en esos momentos lo salva de cometer alguna tontería...

    Usagi se siente culpable y desdichado... ahora ¿cómo haría para volver a ver a aquél chico a quien había hecho llorar? ¿Cómo lograr su perdón?

    ¿Cuántos secretos pueden guardar las sonrisas?
    ¿Puedes enamorarte de alguien que te ha hecho sufrir intensamente? Tal vez...

    Las confusiones, los enredos y los sentimientos encontrados se mezclan en una historia... ¿Existen los finales felices para quienes no conocen la felicidad?
    [/SPOILER]

    Lamentablemente el formato que tengo en el word se pierde al escribir aquí u.u
    Me disculpo si ven a Usagi como el malo D:
    Diganme si les gusta ok?



    Capítulo 1:



    El comienzo de la tragedia




    El sol brillaba esplendorosamente en el cielo despejado, anunciando el comienzo de un nuevo día. La mañana era fresca, y el sonido de los pájaros cantando, resonaban en un compás suave. Sin duda, para la mayoría a de los ciudadanos de la poblada Tokio, aquel sería un día hermoso. Tal vez para muchos lo fuera, pero Misaki Takahashi, probablemente aquel día tan brillante se convertiría en uno de los más oscuros de su vida…

    Misaki era un chico ordinario, simple, un adolescente de dieciocho primaveras que estaba terminando sus estudios en la preparatoria y tenía planeado estudiar en la universidad. Cabello de un castaño chocolatoso coronaba su cabeza, la piel era de un color crema, y la complexión, al igual que la mayoría de los japoneses, era pequeña y delgada. Sus ojos verdosos, extraños para su entorno, miraban al próspero futuro que le esperaba con ansias, y hasta entonces no había conocido barrera que lo detuviera.

    Había sufrido, sí, su niñez quizás no fuera perfecta, pero había sobrevivido, y con eso le bastaba. Siempre y cuando no recordara, todo estaría bien. No había razón para hacerlo… Hasta entonces no había tenido que hacerlo… Había hecho todo tan bien hasta entonces, pero ¿Por qué? La vida parecía querer solo ponerle más y más obstáculos que sortear, obligándolo a volver a aquellos viejos tiempos que lo habían marcado para siempre.

    Abrió los ojos, y la iluminación de la amplia habitación le era casi cegadora; tardó varios minutos en acostumbrarse. Su cuerpo se sentía horrible, asqueroso, repugnante. Los músculos estaban agarrotados y su cuerpo cansado… su mente rogaba por un descanso, pero no podía permitírselo en ese momento; no con el cuerpo desnudo de un criminal a su lado.

    Aún estaba confundido y no lograba razonar correctamente, pero su cuerpo instintivamente planeaba huir de aquella prisión lujosa y sin barrotes.

    Sintió la mano de Akihiko Usami -un figura pública renombrada, un escritor premiado y, ahora, su afamado torturador- presionarse sobre su cintura. El terror lo envolvió. “¿Me habré movido demasiado? Mierda. No… si… si lo despierto…” Sus labios comenzaron a temblar ante la sola perspectiva.

    Su cabeza le dolía, las imágenes fluían por su cerebro; cada recuerdo lo hería aún más, acribillando sus pensamientos.

    Quería llorar. Estaba a punto de hacerlo. Sentía las lagrimas acumularse en sus ojos. Recordaba todo. Cada maldito detalle lo perforaba. Cada caricia. Cada palabra. Cada suspiro. Todo.

    Veía borroso, aunque no le era claro si por las nauseas o por el llanto.

    Ese bastardo que estaba allí a su lado, lo había poseído, humillado y rebajado a una puta cualquiera; había luchado hasta el cansancio, había llorado y dejado su orgullo a un lado para suplicarle misericordia, y aún así su cuerpo había sido profanado. La vida era tan injusta.

    Esa noche no tendría que haber ido, no tendría que haber hablado con él, no tendría que si quiera haber averiguado que el mejor amigo de su hermano estaba enamorado de éste, y que el mismo no se daba cuenta. No tendría que haber interferido… no tendría que… haber sido tan débil.



    ****

    — Usted… usted está ¿enamorado de mi hermano?- Misaki acababa de llegar a la residencia Usami, acusando a Akihiko, un alto y apuesto hombre en sus veintiocho años, de cabello de color plata, de tener sentimientos por su preciado hermano mayor. Su mirada era desafiante a pesar de que su figura no llegaba ni a compararse con la de Akihiko, como la de un gatito que se cree tigre.

    —Sí— cogió un cigarrillo y lo encendió, exhalando el humo en el rostro del no tan pequeño Misaki, quien no sabía si estaba más descolocado por su respuesta o por su crudeza— ¿Tienes algún problema con eso, PEQUEÑO? — Remarcó— De todos modos, esto no tiene nada que ver contigo, ¿o me equivoco?

    —Aléjese de él. Maldita sea, ¡Usted es un hombre! ¡UN HOMBRE! ¿Cómo puede traicionar la confianza de mi hermano de éste modo tan repugnante? — se exaltó, sin perder coraje al responder —Sus sentimientos no serán correspondidos nunca, así que ni si quiera vale la pena seguir con un amor unilateral e imposible. ¡Búsquese a alguien más si lo que quiere es alguien con quien acostarse!

    Ese valor para vociferar ante aquel desconocido nacía meramente de su aprecio hacia Takahiro, su hermano. Sabía qué tan problemático sería para su hermano que éste hombre interfiriera, y prefería ayudarlo… a su ingenua e impropia manera, al menos.

    —Tú, maleducado, no eres absolutamente nadie para meterte en mi vida, ¿y aun así tienes el coraje de pedirme que olvide a la única persona que me importa en este puto mundo de mierda? —la sangre le hervía, y aquel escupitajo verbal lo había sacado de sus casillas. Bueno, no es como si precisamente el fuera catalogado como alguien paciente, ni nada— ¿Crees que algo así es tan simple como solo decirlo? No sabes nada. Aun eres un niño.

    —Puede que aún lo sea, pero mi hermano tiene novia. Es feliz así. Solo aléjese — “No lo dañe. No intente nada con él”—. Cualquier hombre ha de ser suficiente. Solo deje a mi hermano… el no es como usted.

    — ¡Ja! Que chiste— sus ojos estaban clavados en aquel idiota de metro sesenta y tantos — ¿Cualquiera? ¿Acaso te ofreces como su sustituto? — Examinó con detalle su cuerpo, y sin duda, era lindo… — Tsk, es una decepción que no te parezcas en nada a tu hermano; no eres ni la mitad de bueno que él, pero no hay remedio.

    Misaki sintió miedo de esos ojos lilas tan extraños, tan perturbadoramente duros y fríos. Tragó en seco.

    — ¿Qu…?- no podía pronunciar palabra alguna.

    —Eres tu quien me trata como basura, y sin embargo tu eres quien tiene una personalidad asquerosa— Sonrió amargamente, con crueldad— eres un intolerante… ¿Te desagrada…? ¿El saber que lo hago con hombres…? — sonrió ampliamente.

    — ¿Qué? No es eso. No sea estúpido… Usted no merece la pena, me interesa entre poco y nada lo que haga de su vida siempre que no involucre a nii-chan en esto. …— la mano de Akihiko se cerró sobre la suya con fuerza, presionando la carne de sus brazos, aplastando e hiriéndolo. En algún momento de la discusión, intimidado por la presencia de Akihiko, Misaki había retrocedido hasta dar con la pared. Akihiko estampó un golpe a la misma, justo al lado de su rostro, haciéndolo sobresaltarse. — Hnn, creo que hay cosas inevitables Las personas que nacen idiotas ya no tienen remedio— completó, aún a pesar de que llevaba las de perder. Su afilada lengua le superaba algunas veces.

    -Ah, con que ahora soy un idiota. En serio, ¿crees que por ser su hermano saldrás impune? — El miedo fue superado por la adrenalina, y la distancia se redujo a nada. Cerró los ojos y apretó los dientes, esperando que el siguiente golpe fuera a su rostro, pero éste no llegó.

    Misaki abrió lentamente los ojos, quería seguir contestándole, replicando, pero sus labios fueron furtivamente ocupados por los de Akihiko, con tanta violencia que sintió el sabor de su propia sangre. “¡Maldito hijo de puta, su…suélteme!” No entendía… estaban discutiendo, sí, pero ¿Cómo diablos había cambiado tan drásticamente a eso? Sus neuronas no hacían una.

    Se removía contra él, luchando. Agarró sus hombros e intentó empujarle, pero eso no hacía más que incrementar la presión del agarre de Akihiko. Eso no era un beso; no era dulce ni tierno, y ni hablar de agradable, no… deseaba que lo soltara.

    Luchaba. Luchaba y no era suficiente. ¡Diablos, ese beso era una maldita tortura!

    Misaki lo mordió tan fuerte como pudo, y Akihiko lo soltó, empujándolo tan fuerte que Misaki se golpeó la cabeza contra la pared.

    — ¡Bastardo! ¡Hijo de perra! ¡¿Qué carajo crees que haces?! ¡Vete a la mierda! ¡A la mierda! — Misaki se fregó la boca con la manga de su remera.

    —Que sucia boca. Para ser un niño, tienes el lenguaje de un camionero— se limpió la sangre cayendo del labio con el dedo, sintiendo su lengua arder por la mordida. Tenía ganas de golpearlo. De dominarlo. Doblegarlo, y hacerlo llorar… maldito idiota… no tenía derecho a despreciarlo.

    Takahiro, aquel hombre que tanto amaba, lo odiaría… no quería lastimarlo… pero, mierda, aquello lo sacaba de sus casillas ¡Tenía tantas ganas de romperle el cuello a ese niñato en ese instante!

    — ¡Me importa una mierda lo que usted crea! ¡Me voy! Olvide a mi hermano, que tan pronto sepa esto dudo que si quiera intente contactarlo otra vez. Cualquier hombre le bastará con lo pervertido que es. ¡No entiendo como mi hermano habla con alguien así!

    Misaki se giró sobre sus talones, reparando por lo que él creería sería la última vez en toda la extraña colección de juguetes y libros que adornaban la mansión instalada en el último piso de uno de los más costosos departamentos de Tokio.

    Nunca volvería… eso planeaba…

    Su salida era por demás dramática, pero para nada intimidante. Akihiko le había robado aquel coraje con el que se había revestido al llegar. No le quedaba nada, y huía.

    Akihiko formó una sonrisa en su rostro, pero se sintió inconforme con solo eso. Le molestaría, lo haría llorar y lo dejaría irse. No planeaba hacerle daño, aunque las cosas terminaron de un modo distinto al que había planeado.

    Cuando Misaki estaba por girar el picaporte y abandonar teatralmente el lugar, el brazo de Akihiko cerró la puerta y presionó su cuerpo contra la espalda de Misaki, quien encerrado entre la puerta y Akihiko, se veía pequeño, como un frágil muñeco. La sorpresa le hizo abrir los ojos, y el temor regresó.

    —Déjeme salir— intentó mantener la compostura, pero el silencio permanecía, sin que ninguno se moviera— ¡Déjeme salir, maldita sea! — vociferó nervioso, golpeando la puerta con el puño, sintiendo pánico. Su cuerpo estaba tan endemoniadamente cerca que podía sentir el calor emanando de su piel y su respiración chocando contra su cabeza.

    —No— cerró los ojos, aspirando el suave y gentil perfume que sus cabellos desprendían— no puedo dejar que solo te vayas. ¿Cómo es eso de que no veré más a Takahiro? ¿Crees que te creerá? Para él yo soy un amigo de la infancia, nuestra amistad es fuerte— susurró, apoyando la mano sobre la de Misaki, la cual presionaba el picaporte al punto de dejarle los nudillos blancos; dejando reposar su cabeza sobre la del pequeño muñeco de cabellos castaños.

    —Soy su hermano, ¡por supuesto que me creerá! — Misaki trató de golpearlo con el codo, pero sus movimientos rebotaban con suavidad, ya que la distancia era ínfima.

    Akihiko dudaba… Sentía asco de ese hermoso muñeco, pero aún así quería romperlo. Era tan frágil…

    No permitiría que aquel muñeco le separara de su preciada persona, eso jamás.

    — ¡¿Qué me hará?! Déjeme… Suélteme. No me toque— gritaba, pateando la puerta, con lágrimas comenzando a acumularse en sus ojos. Un escalofrío recorrió su espalda junto con un pensamiento, “¿Y si realmente lo hace?”— ¿P…por qué?- su voz comenzaba a temblar, conforme los labios de Akihiko comenzaban a humedecer su cuello, y una de sus manos a trazar caminos por su torso, introduciéndose bajo su remera— Es repulsivo. No. ¡No quiero!

    —Deja de lloriquear— susurraba, pacíficamente, como si no sintiera los codazos a su estómago, presionándose con más fuerza sobre su cuerpo, previniendo cualquier patada a la ingle, y sintiendo el roce de su hombría contra su pequeño cuerpo.

    Se sonrió a si mismo. Era un adolescente… uno muy atractivo, aunque no era su tipo.

    Misaki dejó la lucha sin sentido, conforme su dignidad se desvanecía. Sentir sus dedos recorriéndolo, su lengua apropiándose de sus labios era tortura pura y dura.

    Pero no podía dejárselo tan fácil, no. Nunca. Podía ser pequeño, podía ser un inútil en muchas cosas, pero no… el había soportado golpes antes, y la humillación… el recuerdo lo quemaba, pero su orgullo le impedía bajar los brazos. Ya no. No. No más. No más golpes… no más heridas…

    Tan pronto Akihiko se alejó, como para poder arrastrarlo a la habitación, Misaki giró, tomando el impulso para golpearlo, pero no logró nada. El golpe contra su rostro resonó, pero no había logrado moverlo ni meda pulgada de su posición. Su atacante era más alto que el, le superaba en edad, fuerza y tamaño… ¿por qué? Mierda…

    Tal como había predicho, fue llevado a una hermosa cama King size con cobertores en negro y blanco, moderno, e iluminado con dicroicas en tono ligero. La habitación era digna de una estrella, de un famoso. El decorado era simple y sobrio, encajaba con los gustos de Akihiko respecto a la arquitectura del lugar; pero los peluches y animales de felpa rebosando por todo el lugar y la poca iluminación a la que estaba regulada, tornaban el ambiente en un sombrío lugar lleno de ojos que le observaban.

    Aún no. Aún tenía fuerzas. Podía luchar…

    Akihiko estaba sobre él, quitándose la camisa, con facilidad, práctica y maestría. Cuando estaba a punto de soltarlo y dejarlo en paz, Misaki había logrado enfadarlo a nueva cuenta, golpeándole el rostro. Algo se había encendido, y viéndolo una vez más, tan frágil… le gustó.

    Si bien no era su tipo, si bien lo odiaba, Misaki lo excitaba. No era el amor platónico que sentía por Takahiro, tampoco ni la pasión consumada de amantes desconocidos; era una experiencia distinta y ardiente.

    Es deseo lo llevó a desear más. Se volvió codicioso. Ya lo tenía en la cama, ¿por qué no….? Esa peligrosa idea le hizo olvidar completamente el rechazo del chico por él.

    Akihiko intentó atarle las manos con la corbata a la cama, tras inmovilizarlo, pero ni aún atado lograba mantenerlo quieto.

    “¿Qué puedo hacer? Carajo, debo hacer algo. No puedo quedarme quieto mientras él me viola. No logro mover la pierna… quiero pegarle una patada en los huevos que nunca olvide” Misaki, removiéndose, poco podía hacer. Se sentía derrotado, y gruñidos ahogados por el esfuerzo salían de su garganta.

    Akihiko quitó el pantalón del pequeño con brusquedad, dejando a la vista su boxer y sus pálidas piernas. Bajó el mismo hasta las pantorrillas, y comenzó a recorrer sus muslos con sus dedos.

    El pantalón restringía sus patadas, pero, con una de ellas logró darle a los testículos tras muchos intentos.

    — ¡Hijo de tu puta madre, me rompiste los…! — su voz sonó estrangulada. Sus manos presionaban y trataban de detener el dolor. Sus ojos solo mostraban ira.

    La batalla era feroz, y eso había sido un grito de guerra.

    — Maldito niño, quédate quieto de una vez. Créeme que ésta me la pagarás— le dio un puñetazo al estómago, casi logrando que vomitara, y sonrió de placer al verlo. Quería morderlo, arañarlo, verlo gritar... mierda, eso lo calentaba tanto.

    La situación se le escapaba de las manos como arena. No iba a ser así. Ese no era el plan, pero ya no veía un punto de retorno. ¿Podría simplemente parar y decir “esto era solo una broma”?

    —No. No…— ya no sabía que gritar. Sabía que no le escucharía, que lo ignoraría y seguiría sin su consentimiento… solo que no podía dejarlo así. Lo superaba, pero el no era sumiso. Nunca lo sería. Prefería ser sodomizado y dominado antes que doblegarse ante él…

    Akihiko alzo sus piernas con los brazos y las ubicó sobre sus hombros. Nunca había hecho algo así, y la idea se veía tan tentadora; robarle a una doncella virgen la virginidad sonaba tan asquerosamente bien en ese momento, y Misaki, desnudo, sudando y removiéndose bajo él… era increíblemente sexi, en un modo que no entendía…

    Takahiro…

    ¿Qué le haría? ¿Qué le diría? ¿Lo mataría? Quizás.

    Su mente hesitaba entre lo correcto y lo incorrecto. Un lado de él quería soltar a Misaki y decirle que eso no era más que una mala broma, pero la otra purgaba por penetrar ese pequeño agujero suyo hasta que se volviera loco por lo apretujado que estaría. Rayos, lo imaginaba y enloquecía, casi lo podía sentir…

    — ¿Te desagrada tanto que un gay te esté dominando? ¿Qué un gay te vaya a quitar tu virginidad? — Pregunto con soberbia. Esa era la primera “conversación” que tenían desde hace un tiempo, si se le podía llamar así.

    — ¿Cómo…? — “¿Cómo lo sabe?”

    —Simple, eres un inútil— rió, lamiendo su muslo izquierdo desde el interior de la rodilla, hasta su glúteo; trazando un camino que era interrumpido por la ropa interior que había quitado a medias.

    — ¿Por qué me hace esto? ¿Qué le he hecho?-- suplicó, con lágrimas, reprimiendo gemidos de placer ante la humedad, pero su pene tembló, medio reaccionando. Su orgullo se desvaneció. Ya no tenía más fuerzas… ni físicamente ni mentalmente estaba “bien”. Sintió su pierna ser mordida y chupada. Sabía que tendría una marca cerca de la entrepierna. Sabía que era lo que le hacía… lo odiaba… y se odiaba aún mas porque a pesar de detestar su contacto, algo de todo aquello se sentía bien. ¿Por qué? ¿Por qué su cuerpo reaccionaba como si no entendiera que su mente no quería eso? ¿Qué rechazaba ese tacto…?

    Las lágrimas caían, y sus ojos estaban hinchados. Pronto las mismas cesarían por la ausencia de su conciencia, en un cuerpo vacío…

    Estaba tan impotente… tan… tan… tan suyo.

    Akihiko lo besó y se relamió los labios, observando cada detalle de su fisonomía. Su piel era cremosa, sus ojos verdes esmeralda, sus labios rosados, sus cabellos cobrizos, sus pezones eran rosa pastel, y su pene era pequeño, como todo en él; tenía sentido, ya que era delgado y bajo de estatura, pero poco importaba; él se encargaría de compensar eso.

    Su mente trabajaba de un modo tan raro. Lo veía suplicar, veía sus lágrimas caer, y la compasión no aparecía… solo una punzada de culpabilidad. Detenerse era imposible. Podía hacerlo, pero no quería ni pensaba dar marcha atrás en ese instante.

    No sabía como comenzar. Por primera vez se sintió perdido en el sexo. No sabía como comenzar, sin tratarlo como a un amante. Casi había olvidado que Misaki no quería hacerlo, como si fuera algo arbitrario… como si con sus caricias pudiera convencerlo de lo contrario, conquistarlo… sonaba interesante e irreal. Su deseo de verlo sufrir se desvanecía junto a su ira… pero él seguía allí, desnudo, y él tenía una erección que necesitaba ayuda urgente.

    Buscó un condón, y con rapidez lo ubicó sobre su prominente mimbro, temblando con la frialdad de su propia mano.

    Como costumbre, esparció lubricante sobre su falo, erguido con pedantería y prepotencia. Misaki lo observaba. Lo veía venir, y la cuenta regresiva se acortaba. No quería mirar, pero no podía solo ignorar lo que le hacía a su cuerpo. Se odiaba a si mismo. ¿Por qué no era capaz de auto defenderse por una vez? ¿Siempre necesitaría de alguien para protegerlo? Y esta vez nadie lo salvaría… Usagi-san, como le decían a Akihiko, no se apiadaría de él.

    Sintió un agudo dolor, y los resbalosos dedos abriendo su entrada. Tenía lubricante, algo era algo, pero aún así dolía como el infierno. Él, que creía que había llorado todas las lágrimas que tenía, volvió a llorar una vez más. Removía sus caderas, trataba de sacarlo de encima, que sus dedos salieran de allí, pero solo lograba aumentar el dolor.

    Akihiko lo habría hecho todo de una si no fuera porque tenía un agujero tan pequeño que estrangularía su pene con sus músculos rígidos. Recordaba tener juguetes escondidos por su armario… pero no tenía tiempo para eso, por mucho que lo deseara, ahora lo montaría hasta que sus testículos liberaran todo el semen acumulado.

    Misaki era completamente como un muñeco. Su placer, su opinión y su persona se habían vuelto un segundo plano.

    —Mierda que no hay espacio. Si no quieres que duela aún más, relájate— “Claro, como si eso fuera posible”, pensó Misaki. Pero lentamente sus músculos cedieron espacio, conforme las frías manos de Akihiko comenzaron a masturbar, no solo su interior, sino su abandonado pene. — Dices que te da asco, pero tu culo dice otra cosa. Parece que le gusta mucho que sea un hombre el que lo toque— dijo maliciosamente, escupiendo veneno con crueldad. Sus dedos masajeaban su interior, buscando algún punto interesante de su fisonomía. Era cálido, y ajustado. Su pene vibraba de imaginar estar allí. No podía ser tan jodidamente bueno, ¿o si? Lo averiguaría en carne propia.

    Akihiko se ubicó finalmente entre sus piernas y entró en el de una estocada, sin previo aviso, comprobando lo que imaginaba... era un horno allí dentro, pero en serio que se sentía genial. Esperó un par de segundos a que su sensible piel se acostumbrara al calor abrasador para aumentar la temperatura, moviendo sus caderas; saliendo hasta casi sacar su pene, e introducirse nuevamente con fuerza y velocidad.

    Misaki vió todo negro. El dolor fue tan grande que ni las lágrimas salieron. Misaki aguanto solo cuatro estocadas antes de desmayarse. Aun no estaba listo para recibir semejante miembro, y sin embargo, cruelmente, su culo era usado como una muñeca de amor, un mero juguete sexual.

    Akihiko parecía no haberse percatado, y seguía montándolo con fiereza. Iba y venía. Sus músculos lo apretaban, pero súbitamente se relajaron, siendo tan tórridos, acogedores, amoldándose a él… Cerraba los ojos con fuerza y el perfume de Misaki se asemejaba al de Takahiro… podía verlo… lo imaginaba…

    Imaginaba que aquel culo no era del castaño, sino de su hermano. Fantaseaba con que Takahiro le amaba, con que le pedía aquello, y le rogaba más; movía su cuerpo al ritmo que sus caderas le demandaban, le tocaba, se tocaba… diablos, era un pervertido. Le incitaba… jugaba con su cuerpo, y sabía como seducirlo…

    Sus dedos presionaban con fuerza los glúteos de Misaki, dejando marcas de sus dedos.

    —Takahiro… — suspiraba, entre jadeos roncos que el menor no lograba oír— Takahiro… te amo… Takahiro…

    Solía hacer eso cuando se acostaba con otros hombres, e inevitablemente acababa eyaculando grandes cantidades de semen. Muchos hombres se enfurecían, otros le ignoraban, sumidos en sus propias fantasías, pero no podía evitarlo, lo que sentía iba en serio.

    Se derrumbó sobre el cuerpo de Misaki, y salió de él, quitándose el preservativo y tirándolo a la basura.

    Lo miró otra vez.

    —Mierda… ¿Q…qué acabo de hacer? — se susurró a si mismo, viendo el cuerpo machacado el pequeño.

    Él aún estaba caliente, acababa de tener un orgasmo, pero no era suficiente. Tenía energías para dos rondas más, pero Misaki estaba desecho e inconciente… Mierda. Acababa de cometer un crimen y a pesar de verlo así, el remordimiento no llegaba…

    Sabía que a la mañana vendría, que lo hecho ya no tenía vuelta atrás, y que eso tal vez destruiría al chico… pero no podía ver más allá de la estupenda fantasía a la que había llegado con solo percibir el aroma de Misaki.

    Misaki…

    Se sentó sobre su cama, abrumado. El perfume que emanaba el pequeño lo inundaba, aún se regodeaba de la imagen mental de Takahiro. Diablos… quería más… eso no bastaba… necesitaba algo más fuerte…

    Sus dedos comenzaron a moverse sobre su pene. Tenía la suficiente moral como para no cabalgarse a un inconciente, a pesar de haber perdido el juicio y haberse dejado llevar a si mismo.

    La fantasía continuaba.

    Takahiro se acercaba y lo miraba tocarse. Se excitaba viéndolo tocarse y se tocaba a si mismo, regalándole una imagen impecable a Usagi… No resistía tal cosa. Se vino una vez solo con ello. Pero no era suficiente…Quería arañarlo, tocarlo y tenerlo entre sus brazos… y la fantasía se esfumó.

    Conforme sus dedos buscaron su contacto, aquella fantasía tan perfecta se fue, y solo pudo concentrarse en Misaki a su lado.

    Su mano tenía semen caliente cayendo…

    “Takahiro…”

    Estaba tan cansado. ¿Por qué seguía deseando más?

    No podía negar que estos últimos habían sido los mejores orgasmos en mucho tiempo.

    Se mordió el labio y al tocar el cuerpo de Misaki, el calor le invadió. Besó su cuerpo. Disfrutó como solo un amante puede de solo sentir su piel.

    La parte baja de Misaki comenzó a reaccionar con tanto mimo. Estaba, por primera vez en esa noche, teniendo cuidado de no hacerle más daño, aún sabiendo que el solo tocarlo le hería.

    Su poca moral se fue por el piso, conforme buscaba otro condón.

    Edited by hanabira - 3/1/2013, 00:50
     
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  2. Andry Takatsuki
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    Sin ofensa,Vete mucho a la mierda Akihiko,aparte de cabron y sádico violarás otra vez a Misaki,en serio ete mucho a la ******** hijo de ****,espero la continuación
     
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  3. hanabira
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    Sí, Usagi, ¡eres un bastardo! ¡Nadie te quiere! :=NOIP:
    OKay, es mi creación, así que me da tristeza que sea odiado u.u
    igualmente, muchas gracias por el comentario, Andry Takatsuki :=ahjahajhaja: :=uuhuhuhus: me hace felíz, me hace sentir incentivada el recibir comentarios :=yeahyie:
    Besos! :D
     
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  4. †~Yuukï Amï~†
        +1   -1
     
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    Sadomasoquista reportandose... -

    Okno xD

    Hola, Hanabira, eres nueva? (por que solo tienes dos mensajes, deduje eso, jejeje)

    Pues que puedo decir....
    AME ESTA HISTORIA!!!

    Kyyyaaaaa Usagi de violador pedofilo demente pervertido me encantooo!!!
    (Deberia ir a visitar a un psicologo...)
    Y mi pobrecito Misaki.... kyaaa me dan ganas de ir a abrazarlo, pobreee!
    (me imagino de que el hecho de que tu primera vez sea una violacion debe ser traumatizante... yo soy masoquista pero me suicidaria si me pasara eso *_____*)

    Me encanto tu historia!!
    (Usagi hijo de #%&@!!! ------> perdón mi lado bipolar necesitaba decir eso)

    Más te vale que la continues!!
    (Sino Usagi te empezara a parecer bonito en comparación mia.... muajajajja)

    Cuidate!!
    Saludos!
     
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  5. hana-hime
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    QUOTE (†~Yuukï Amï~† @ 23/11/2012, 16:07) 
    Sadomasoquista reportandose... -

    Okno xD

    Hola, Hanabira, eres nueva? (por que solo tienes dos mensajes, deduje eso, jejeje)

    Pues que puedo decir....
    AME ESTA HISTORIA!!!

    Kyyyaaaaa Usagi de violador pedofilo demente pervertido me encantooo!!!
    (Deberia ir a visitar a un psicologo...)
    Y mi pobrecito Misaki.... kyaaa me dan ganas de ir a abrazarlo, pobreee!
    (me imagino de que el hecho de que tu primera vez sea una violacion debe ser traumatizante... yo soy masoquista pero me suicidaria si me pasara eso *_____*)

    Me encanto tu historia!!
    (Usagi hijo de #%&@!!! ------> perdón mi lado bipolar necesitaba decir eso)

    Más te vale que la continues!!
    (Sino Usagi te empezara a parecer bonito en comparación mia.... muajajajja)

    Cuidate!!
    Saludos!

    Hola! no es que sea nueva precisamente, sino que esta es mi cuenta, pero perdi la contraseña y no tenía la compu en la que tenía guardada la contraseña a mano, por lo que me cree otra cuenta xDD soy un desastre!!
    pero sí, al menos esta historia sí pienso terminarla ya que la trama ya está hecha, olo que tengo que reeditar la historia :P
    Para que Misaki se de cuenta de las cosas aún falta, pero llegará :) no te impacientes >.< lo hago lo mejor que puedo!
    :=WORKIN:
    besos! y gracias por la inspiración! es una gran ayuda! :D :=BIENODOE:
     
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  6. tamiko-shaiya
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    sere de pocas palabras porq debo ir a dormir T-T......................... CONTY CONTY CONTYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY ^_^
     
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  7. †~Yuukï Amï~†
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    Lol! una vez me sucedió eso; acababa de hacerme mi primera cuenta en el foro (era en el foro viejo, en realidad, jeje), y justo se me averió el ordenador... y luego de una semana se me habia olvidado la contraseña (ni idea de ni con cuál letra empezaba...) Y luego me hice una cuenta en este foro en enero.... y no volvi a entrar hasta.... Este mes, creo?

    (Dios, que horrible soy xD)
    Y bueno, pero yo igual siempre leo fics :D
    Y dejame decirte que tu fic es super-bueno
    (Eres excelente narrando!)
    Y no lo digo por exaltarte o algo asi...

    Espero la conty pronto, en serio!!
    (O sino me meteré en tus sueños....uh-uh-uh-uuuuh....)

    Saludos!!
     
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  8. hana-hime
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    QUOTE (tamiko-shaiya @ 24/11/2012, 00:42) 
    sere de pocas palabras porq debo ir a dormir T-T......................... CONTY CONTY CONTYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY ^_^

    jajaja gracias! así sea un comentario corto, me anima leer que hay gente a la que le gusta mi historia!
    bye bye! seguiré editando! :=WIJIS: :=duouou: :=MIMIRS:


    QUOTE (†~Yuukï Amï~† @ 25/11/2012, 23:49) 
    Lol! una vez me sucedió eso; acababa de hacerme mi primera cuenta en el foro (era en el foro viejo, en realidad, jeje), y justo se me averió el ordenador... y luego de una semana se me habia olvidado la contraseña (ni idea de ni con cuál letra empezaba...) Y luego me hice una cuenta en este foro en enero.... y no volvi a entrar hasta.... Este mes, creo?

    (Dios, que horrible soy xD)
    Y bueno, pero yo igual siempre leo fics :D
    Y dejame decirte que tu fic es super-bueno
    (Eres excelente narrando!)
    Y no lo digo por exaltarte o algo asi...

    Espero la conty pronto, en serio!!
    (O sino me meteré en tus sueños....uh-uh-uh-uuuuh....)

    Saludos!!

    me alegra saber que no soy la única despistada xDD y muchas gracias por el cumplido! aún me falta mucho, pero seguiré dando mi mejor esfuerzo :=WIJIS: fight oh!
    bye bye!
     
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    Ok tengo poco tiempo, asi que lo dire asi de simple:



    CONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTY!!!!

    (Quiero ver a mi Misaki sufrir..... yay.....)
     
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  10. hanabira
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    He aquí la continuación! No me maten! Es necesario ser dramática, aunque creo que me pasé un poco... Espero que les guste! n.n Por favor comenten! Soy feliz cuando lo hacen!


    Paranoia

    *

    Luego de limpiar la entrada de Misaki, que tenía restos de lubricante y sangre, la realidad le alcanzó. Con la brumosa confusión que conlleva la excitación, desaparecida, notó que el olor del chico difería del de Takahiro. También descubrió que sus rasgos eran perfectos a su modo.
    Se veía demacrado, lastimado, como si su alma lo hubiera abandonado.
    Finalmente la culpa llegó, junto con una nueva ola de calor. Uno muy distinto. Éste era más desconocido que el anterior. No era porque Misaki tuviera algo que ver con Takahiro, no era porque fuera un muñeco que pudiera doblegar… Misaki por si mismo le parecía sexi.
    Un jodido mocoso odioso que lo prendía… genial
    El chico seguía inconsciente.
    Al recostarse a su lado el cabello de Misaki hizo cosquillas en su nariz. Una puntada de un dolor que no supo describir lo atravesó, en lo hondo del pecho.
    Y se llenó de la sensación de dormir junto al pequeño cuerpo. Inconscientemente su mano rodeó el cuerpo de Misaki, como un abrazo. Su cuerpo era calentito, al igual que el de un niño.
    Sintió calma, y su cuerpo se relajó.
    Se rindió. No podía seguir tratándolo cruelmente, aún después de lo que le había hecho; no cuando sus sentidos habían vuelto a él y la ira se había disipado. La presunta broma con la que había iniciado había llegado más lejos de lo que hubiera querido.
    ¿Cómo podría compensar sus errores?
    Akihiko sabía muy bien que si bien despertara, Misaki se habría ido. Sabía que era probable que buscara venganza. Pero, si cabía la diminuta posibilidad de que no desapareciera, ¿qué podía hacer para no ahuyentarlo?
    No quería retenerlo, pero egoístamente, buscaría algún modo de redención. “Takahiro, lo siento.”, no era lo suficientemente buena persona como para hacerlo por el bien exclusivo de Misaki. Akihiko estaba cómodo y cansado. No tardó en cerrar sus ojos y caer dormido.
    Dormía tranquilamente, aún luego de haber cometido aquel daño irreparable. Sin sueños. Sin molestias.

    ****

    La conciencia había llegado como un puñal en el pecho. Desearía incluso que hubiese sido lo segundo.
    Sentía el calor de la mano de Akihiko sobre él. ¿Cuándo lo había abrazado?
    Su cuerpo estaba sucio… contaminado… tan sucio.
    Las lágrimas caían.
    No tenía nada que hacer allí.
    Quería desaparecer…
    Mierda. Mierda. Mierda
    “Nii-san, ayúdame. Nii-san, ¿Cómo podrás verme ahora? ¿No te daré vergüenza? ¿No te asquearé?” Corrió con cuidado su mano, levantándose.
    El temor de despertar a ese hombre lo obligó a ralentizar su salida de aquella habitación. Sentía nauseas. El olor del tabaco, el sexo y el perfume de Akihiko se mezclaban en una vorágine aromática.
    Llevó su mano a la boca, dejando que las arcadas se fueran.
    Lo odiaba, pero no tenía el valor de hacer nada.
    La luz mortecina atravesaba la ventana, el día era tan perfecto, y eso solo lo hacía sentir más miserable consigo mismo; podría matarlo, vengarse. Estaba allí, yacía dormido pacíficamente como un niño luego de un ajetreado día… pero no podía juntar todas las fuerzas como para hacerlo.
    Lo odiaba tanto, tanto… tan intensamente que su mente se perdía por momentos. Pero, nuevamente, la cobardía le ganaba. Aún sabiéndolo dormido tenía un pavor oculto por ese hombre.
    Lo conocía, lo había visto en su casa, su hermano le tenía tanta confianza… ¿Cómo había podido hacerle eso sin que le pesara un gramo en la conciencia?
    Ese tipo estaba enfermo. Decía amar a su hermano, pero eso claramente no era amor. Herir a quien uno ama o a sus allegados no haría más que causar heridas irreparables en la relación, ¿cómo es que…? No tenía sentido.
    No había justificación, y la razón no podría ganarle a aquello. Por más palabras bonitas que lo adornaran, solo él sabía con certeza el temor, el recelo y el dolor.
    Nadie podría compensar aquella parte de él que se había perdido entre los gritos y las embestidas.

    Mierda, una jodida mierda.

    “Usagi-san, ¿Cómo pudo? Nii-san, no lo entiendo, nii-san… tu me dijiste que él era bueno. Dijiste que era lo más cercano a familia que habías conocido aparte de mí…”
    Misaki tanpronto cogió sus ropas y salió del cuarto, prestó atención cada sonido que lo alertara.
    El desorden le impedía correr, pero avanzaba.
    Había tantos juguetes que simulaban alguna tétrica habitación, tal como aquellas de películas, en la que el mayor miedo es causado por niños.
    Al pasar junto a la cocina, o aparentaba serlo, cogió un cuchillo carnicero. Su tamaño era importante. Podía ver su reflejo demacrado y los ojos que, intensamente, miraban con tentación aquella hoja.
    Aquel brillo en sus ojos, tan frío, tan calculador como pocas veces en su vida, lo asustó.

    “¡No! ¡No quiero ser un asesino otra vez!”

    El pavor de volver a ser el culpable de una muerte causo temblores a su cuerpo. Dejó el cuchillo de lado y salió de ese lugar antes de que la ira lo llevara a cometer un crimen aún peor que el que Akhiko había cometido.
    Maldijo a Akihiko nuevamente por tener un penthouse en un edificio tan jodidamente alto. ¿Cuántos pisos de mierda tenía ese lugar?
    Corrió escaleras abajo, sin deseos de esperar al ascensor. Escapar era su prioridad. Corría, con miedo a tropezar, sin frenar un instante.
    El aire le faltaba, pero no quería ni siquiera tener tiempo como para tragar ni saborear sus propios labios, que aún retenían el sabor de su saliva; que aún guardaban el néctar de sus besos.
    ¿Tenía que agradecer que al menos no hubiera acabado dentro de él? Si ya así era malo, no quería tener que soportar la incomodidad de algo viscoso, sucio y extraño en sus entrañas.
    A cada respiración, su garganta se contraía del dolor. Estaba inflamada y su voz, ronca. Recordaba sus gritos, ¿nadie los había oído?
    Seguía bajando… el maldito edificio era muy alto, pero si estaba quieto comenzaría a golpearse contra la pared solo para no pensar, por lo que continuaba.
    “Falta poco para llegar abajo. No quiero volver a casa. No puedo ver a nii-san ahora. No quiero que me vea así. No quiero que nadie lo haga…” Su debilidad, la sensación de no poder recuperar el control sobre si mismo era intolerable. Él ya no pertenecía a si mismo… ya no era él quien controlaba su cuerpo. Tenía un dueño que podía usarlo a su antojo… era un muñeco en un juego que desconocía.
    No sabía a ciencia cierta cuántas veces lo había utilizado luego de perder la conciencia a la primera vez. Había vuelto en sí unas cuantas veces, pero sus fuerzas eventualmente se desvanecían. Podría haber sido tanto una como tres, no podría decirlo, pero sus nalgas le dolían, sus caderas lloraban por el dolor. Su entrada le ardía y sus músculos no lograban recuperarse, pero debía correr lo más lejos que pudiera.
    “Finalmente… planta baja”
    El alivio lo abrazó. Solo rogaba que Akihiko no despertara nunca. Que muriera de un ataque al corazón. Él mismo no había podido matarlo, no porque no quisiera, pero porque era un maldito cobarde. Se lo repetía a sí mismo, entre el ajetreo de pensamientos.

    “¿Dónde estoy? No, eso no es lo que importa… ¿A dónde voy ahora? Estoy desnudo”.

    No sabía que hora era, pero parecía ser horario de trabajo, ya que en comparación con la tarde, la calle estaba medianamente desierta.
    Claro, alguna que otra mirada lo persiguió, con extrañes y escándalo, pero el avanzó sin volver la cabeza ni una vez. Llevó las ropas entre sus manos hasta lograr esconderse en un callejón apartado y oscuro, para finalmente vestirse.
    Su cuerpo estaba sudado, sus ropas olían a Akihiko, y sus caderas resentían la carrera, pidiéndole que ya no corriera… pero mientras más caminara, más lejos estaría de ese departamento.
    Vestido con las ropas del día anterior, su figura comenzó a deslizarse entre las calles de una de las mejores zonas de Tokio.
    Volver no era opción. Tener que revivir continuamente la historia por medio de palabras para poder llevarlo a juicio no valía la pena. El solo quería olvidar… deseaba que fuera a la cárcel, pero no podía decirle algo a su hermano. Nadie podía saberlo. NADIE.
    Prefería callar y no verlo nunca. Eso le bastaba.
    Y si por alguna casualidad un auto lo atropellaba, aún mejor. Pero él no manejaría ese auto… solo dependería del destino, de ese hijo de puta que lo traicionaba cada vez que necesitaba de él.
    “Un hombre no se habría dejado dominar por alguien así”
    Tan paranoico como estaba, había elegido calles particularmente difíciles de seguir por auto, hasta perderse entre la metrópolis de Tokio. Cuando supo que no había forma de ser seguido, comenzó a caminar con pesadez, lentamente, como si el hecho de mantenerse en pie le requiriera un esfuerzo infernal, como efectivamente era.
    Su mente y su cuerpo estaban desconectados el uno del otro… quería perderse. Desaparecer del mundo por un tiempo.

    No era justo. Nada justo.

    “Un hombre habría logrado evitar la situación. Habría golpeado al hijo de puta hasta dejarlo medio muerto”.
    Y tenía moretones, aunque su mayoría ocultos, que le harían recordarlo. Pero sus muñecas eran un caso perdido, no había otra que un par de muñequeras…
    “Un verdadero hombre no se traumaría por algo así. ¡Es solo sexo, joder! ¿Por qué no puedo solo verlo así?”
    Las calles eran un laberinto del que no sabía cómo salir. La ciudad le pareció inmensa de pronto, e igual de aterradora como un enorme monstruo de concreto.
    El cielo podría estar impoluto, las aceras podrían estar limpias, pero no había nada que hiciera a ese lugar ‘bello’.
    Se perdió, se hundió entre las personas, mezclándose entre la gente hasta no ser más que uno más en una masa uniforme.
    Caminó sin rumbo, solo caminó.

    *

    El sol estaba subiendo. ¿Cuánto había pasado desde la mañana? Ya era mediodía, se notaba. ¿Cuánto había estado vagando?
    No había a dónde ir, tampoco donde quedarse, mucho menos a donde volver, pero sus pies y sus caderas le pedían detenerse. Aún dudando, hizo caso a lo que su cuerpo necesitaba y buscó con la mirada algún lugar correcto.
    “Hm… Allí”, se dijo a si mismo, al ver una plaza. Se sentó, dejándose caer como una bolsa de carga. Aferró sus piernas y cerró los ojos, ignorando las ganas de sobarse el trasero y aliviar el dolor de solo estar sentado.
    “No quiero volver... No tengo a dónde ir”, suspiró. “Ah, solo quiero llorar…”

    La gente que pasaba lo miraba, y el se sentía incómodo, como si cada uno de ellos supieran que él estaba sucio, que había sido dominado, que no tenía valor alguno…
    Su cabeza lo alucinaba, por la paranoia, el cansancio y el estrés.
    “No… no me miren así. No soy sucio. No soy asqueroso. No… yo no soy así. No me vean. Nii-san, ¿por qué no me proteges? Dijiste que no me pasaría otra vez nada parecido, pero nuevamente mi alma, mi cuerpo y mi mente sufren… Ya no quiero que me vean… no soy defectuoso... Se que no soy perfecto, pero…”
    Suerte… Eso no existía… no para él; o al menos eso es lo que pensaba.

    *

    El pasto era cómodo, al menos eso debía reconocer.
    El cielo era azulado, y no había nubes que irrumpieran el majestuoso paisaje.
    Odiaba eso…
    ¿No había al menos una puta nube negra que ocultara la brillantez del sol? ¿No podía haber otra persona quejándose de su desdicha ese día aparte de él? ¿Por qué parecía ser el único miserable en ese lugar? Bien, una plaza tan vistosa no era el mejor lugar para andar huraño, lo admitía, pero no podía evitar sentirse tan jodido y furibundo… que todos estuvieran tan alegres solo le recordaba lo mal y patético que se sentía.
    “Debería ser arrestado y llevado a prisión donde de seguro los presos le harían probar de su propia medicina”. Deseaba alejarlo de su cabeza, pero las imágenes eran recurrentes, lo molestaban, lo obligaban a recordarlo. Se negó aquel deseo, eso implicaría confesar. Hacer pública su vergüenza.
    Aferraba sus piernas con fuerza, protegiéndose de un daño invisible. “Si ahora lloro será mi fin. Ya he perdido todo mi orgullo, ya he perdido mi virginidad… Al menos quiero mantenerme altivo ahora… no debo llorar. Debo ser fuerte… ¡Oh, dios! Sueno como una adolescente.”
    Resistir a fuerza de pulmón cada golpe de la vida se había vuelto en un trajín diario; mientras se mantuviera vivo todas sus heridas sanarían. Eso le daba fuerzas. Ese sufrimiento se iría eventualmente, lo sabía. Deseaba apurar aquello, que se fuera ya.
    Suspiró. Su aliento apestaba. Al menos percibir aquellos detalles cuado todo parecía incoloro le daba gracia.
    Sí, seguía vivo.
    Agarró sus cabellos y un repentino ataque de risa vino. Reía a carcajadas sonoras, girando alunas cabezas.

    Sí, aún vivía, aún respiraba… no había razón para estar triste.

    Mierda… No había razón, entonces, ¿Por qué su dignidad se iba con las lágrimas que había procurado no derramar?
    Cuando finalmente la risa se detuvo unas silenciosas lágrimas brotaron de sus ojos, aunque no hizo amago alguno de limpiarlas. La amargura lo consumía.
    Había resistido sin llorar, pero ya no podía más. Las emociones lo superaban.
    La gente seguía su camino, sin detenerse a mirarlo, sin preguntarse que le pasaba. La gente era cruel… la gente no se fijaba cuanto sufría. Ellos no entendían, ¿Cómo podrían?
    Su garganta dolía como si agujas lo pincharan al tragar a causa del llanto. Sentía pena de si mismo, y se sentía aún más patético por ello. No podía hablar, pero no hacía falta, ya que nadie lo escucharía; a nadie le interesaba. En ese instante más que nunca necesitaba apoyarse en alguien y desahogarse. “Nii-san…”. No, no se atrevía. No podía.
    Alguien… quien fuera…
    Necesitaba sentirse querido… contenido… consolado…
    Alguien… ¿Nadie?

    ****

    SPOILER (click to view)
    Como habrán visto, aquí se hace mención de unas palabras de Misaki que afectarán la historia: "No quiero ser un asesino otra vez". ¿A qué se refiere ésto? ¿Qué es lo que hizo Misaki?
    este capítulo fue necesario más que nada para remarcar cómo se siente Misaki respecto a la situación.
    El próximo capítulo se llamará : "El caballero de la armadura dorada".
    Creo que no había mencionado esto antes, pero habrá otro personaje, el caballero, que entrará en la trama amorosa de la historia. Espero que les agrade como sale ésto


    Dí todo mi esfuerzo en mejorar lo que tenía! :=RINRUM: Espero que les haya gustado y me dejen muuuchos comentarios (? :=duouou:
    Si? Porfas! Porfas! Porfas! :=EEEE:
    Por cierto, no es que odie a Misaki y lo quiera hacer sufrir proposito, ni que quiera hacer a Usagi un hijo de puta, pero la hitoria vino a mi mente de este modo, asi que espero no se enojen conmigo :=MAULS:
    Seguiré escribiendo :=WORKIN: y dando lo mejor de mí, así que denme sus ánimos! :=hurrahrr:
    Espero aprobar todo en el colegio, así tengo tiempo
    Ahora tengo sueñito, así que me voy a hacer nuniii, besos! :=MIMIRS:

    QUOTE (.:Koko Heart:. @ 29/11/2012, 03:40) 
    Ok tengo poco tiempo, asi que lo dire asi de simple:



    CONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTYCONTY!!!!

    (Quiero ver a mi Misaki sufrir..... yay.....)

    YA he subido la continuación! Espero que sea de tu agrado! :D Muchas gracias por dejar comentario, me alegra mi corazoncido te escritora :=DANCIND:
    Bye bye!
     
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  11. Andry Takatsuki
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    Es genial tu fic! Lo amo! Pero odiare al caballero,Misaki debe estar con Usagui-san aunque lo haya violado,terminara enamorándose de el como Tori y Chiaki :) espero la conti pronto!!!!!!
    Nos leemos \^^/
     
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  12. hanabira
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    QUOTE (Andry Takatsuki @ 29/11/2012, 06:43) 
    Es genial tu fic! Lo amo! Pero odiare al caballero,Misaki debe estar con Usagui-san aunque lo haya violado,terminara enamorándose de el como Tori y Chiaki :) espero la conti pronto!!!!!!
    Nos leemos \^^/

    Jajajaj te entiendo, te entiendo xD y yo también me niego a dejar Usagui de lado, pero habrá que hacerlo sufrir un poquito al menos antes :=MUAHAHA:

    Wiii! Te gusta mi fic! Banzaaaiiii! :=WIJIS:

    Espero poder avanzar rápido con la continuación! Ya me dirán ustedes si lo odian, aunque por ahora tengo que estudiar para mis exámenes! :=@.@: espero no morir antes de terminar con todo!
    Bye bye! Besos! Gracias por contribuir a la inspiración de esta mujer poco segura de si misma :3
     
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    Kya estuvo hermosa la contty!!!

    (Ok no exactamente hermosa en todo el sentido de la palabra.... sino que estuvo super emotiva y bien pensada :D)

    Eres una graaaaaan escritora!!
    (Te envidio, mala!! >.<)

    -----> escribiria más pero tengo que estudiar T-T solo me tomé el tiempo de pasar ppor aqui a leer

    QUIERO CONTY!!
    Bisses Bisses! <3
     
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  14. hana-hime
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    QUOTE (.:Koko Heart:. @ 29/11/2012, 18:33) 
    Kya estuvo hermosa la contty!!!

    (Ok no exactamente hermosa en todo el sentido de la palabra.... sino que estuvo super emotiva y bien pensada :D)

    Eres una graaaaaan escritora!!
    (Te envidio, mala!! >.<)

    -----> escribiria más pero tengo que estudiar T-T solo me tomé el tiempo de pasar ppor aqui a leer

    QUIERO CONTY!!
    Bisses Bisses! <3

    Muchas gracias! Me alegro que no les haya parecido mal hecha!
    No me envidies, no hay mucho que envidiar! Soy un desastre en muchas cosas, por eso me tardo en escribir xD
    Un beso y sigue con tus estudios! Gambate! :=wozardd:
    Yo recien llego a casa luego de haber estado despierta por más de 18 hs así que me voy a hacer nunito :3 :=MIMIRS: luego de comer xD
    Bye bye!
     
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  15. Ø»akihiko_usami_lover«Ø
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    conty!!!!!!!!!!!!!!!!
     
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