InGo: Reunámanos bajo aquel árbol [FudouxKidou] -Cap2-

¡Ha pasado mucho tiempo! ¿Has estado bien?

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    Reunámonos bajo aquel árbol

    QUOTE
    Ha pasado mucho tiempo desde que Kidou se fue a estudiar a Europa. Una promesa en el tiempo y un árbol bajo el que volverse a ver. ¿Recordarán sus compañeros de equipo aquella fecha en la que acordaron reencontrarse al finalizar los estudios del muchacho?

    Parejas:
    Principal: FudouxKidou
    Otras: Ya se verá

    Género:
    Romance.
    Otros: humor y drama no mucho

    Advertencias:
    Shonen Ai
    Basada en esta canción, pero no será songfic porque lo intenté y no me salió Ano ki no shita ni atsumarou!

    Clasificación:
    Todos los públicos ¿?

    Capítulos
    Prólogo: 1º post, 1º pág.
    Capítulo 01: 3º post, 1º pág.


    SPOILER (click to view)
    Prólogo:
    El adolescente miró taciturno por la ventana de la Caravana Inazuma mientras se dirigían a un cerro a las afueras de Inazuma, un prado verde y tranquilo cargado de árboles que en las fechas de estío en las que se encontraban se encontraban salpicados de manchas de colores de las frutas que maduraban bajo su cuidado.
    Los últimos edificios pasaron ante su vista y dieron paso a un campestre paisaje más alegre y vacacional. Se giró un poco en su asiento y observó a su compañero que se encontraba recostado con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Suspiró pensando que estaba dormido, pero al notar su roja mirada en él, este abrió sus ojos turquesas oscuros y le dio una respuesta muda a la pregunta que afloraba en sus ojos.
    Él asintió y volvió a mirar por la ventana mientras que el otro muchacho lo contemplaba unos instantes con los labios tensos y de nuevo bajaba los párpados para seguir sumido en el interior de su turbulenta y triste mente.

    El vehículo paró y los muchachos gritaron felizmente bajando a tropel para salir al bochornoso exterior. Soplaba una brisa de aire que movías la verde hierba, alta y danzarina bajo su influjo. Algunos insectos saltaban entre ella y se oía a las cigarras escondidas que ponían la música a aquel lugar.
    Todos los chicos sonrieron, incluso aquellos que casi nunca lo hacían se permitieron dibujar en sus labios una mueca relajada.
    Él bajó lentamente del autocar tras su compañero que al llegar a tierra firme se paró a esperarlo, al pasar junto a él le dio un golpe en el brazo en señal de apoyo. Se miraron y luego bajaron la mirada.
    -Gracias, Fudou.
    Fudou se encogió de hombros como si no le diera mayor importancia y dirigió sus oscuros orbes hacia los ojos rojos de su compañero tapados en aquel momento por unas gafas de goma azul de aviador.
    -¡Fudou, Kidou! –un muchacho de piel oscura y pelo claro se acercó a ellos y se colocó entre ambos jalándoles del brazo para que se acercaran a los demás -¡No os quedéis ahí rezagados!
    Llegaron junto a todos los demás que estaban entorno a un chico de cabellos castaños cortos y una banda naranja rodeándole la cabeza.
    -¡Juguemos al fútbol!
    Como si aquellas palabras fueran un discurso emotivo y fantástico, todos como un solo hombre vitorearon a su capitán y respondieron al llamado alzando el puño al aire.

    Jugaron al deporte rey hasta bien pasada la hora de comer, cuando sus estómagos ya no aguantaban la espera y les exigieron algo con que entretenerse.
    Cuatro muchachas sacaron unas grandes cestas del interior del automóvil y entre todos extendieron unas mantas por la hierba sobre la que se tumbaron.
    Los dos chicos se sentaron juntos, con Sakuma y Genda que se había unido a la reunión por petición, y repetición, del chico de cabellos blancos. A su lado el resto del equipo engullía a velocidades alarmantes.
    -¿No tienes hambre, Kidou? –preguntó Sakuma preocupado al ver como su amigo apenas probaba bocado.
    -No mucha –respondió él mirando los oniguiris que todavía le quedaban en su plato y observando de reojo como Kabeyama posaba sus ojos en ellos.
    Fudou se recostó en la manta con la vista clavada en el cielo mientras unas tímidas nubes blanquecinas lo surcaban con una parsimonia contagiosa. Un árbol fuerte y frondoso les brindaba su sombra fresca como refugio.
    Le dio un último mordisco al melocotón que estaba comiendo y tiró no muy lejos de ellos el hueso.
    -¡Fudou! No tires los restos por ahí! –le reprendió Kidou al verlo.
    El apelado se encogió de hombros y enarcó una ceja.
    -Es biodegradable.
    Kidou fue a reprenderle de nuevo pero en vez de eso soltó una carcajada y se tiró en la hierba a su lado bostezando despreocupadamente. Como si fuera una señal, el resto de compañeros comenzaron a bostezar y tumbarse, cerrando los ojos sintiendo la cálida luz del sol acariciar sus pieles, algunas demasiado blancas para exponerse sin protección, como había sido el caso de Hiroto que se había embadurnado de crema para el sol antes de salir de la Caravana.
    Uno a uno fueron quedándose dormidos, algunos aprovechando aquel momento para rozar las manos de personas especiales para ellos.

    El primero en despertar fue Toramaru, que era el más lleno de energía, seguido de Kogure que comenzó a pasarse entre sus compañeros dibujándoles cosas con un rotulador en la cara hasta que Haruna se despertó y le echó la bronca.
    Cuando Kidou despertó Fudou ya tenía los ojos abiertos y lo miró con una media sonrisa de complicidad y media mueca de pesar. Él suspiró, tenía que decirles ya a sus compañeros…

    La tarde pasó rápidamente, Kidou tenía que actuar. Fudou se acercó a él y le agarró un momento de la mano, él se sorprendió y apartó la cara con el pulso acelerado, sabía que seguía siendo una muestra de apoyo y nada más, pero no podía evitar sentirse así respecto al segundo estratega del equipo. Él suspiró retirando la mano para que no notara que le había empezado a sudar, en su mente le daba una palmada en la espalda, no le tomaba de la mano. Un muchacho de pelo azul recogido en una coleta le cuchicheó algo en la oreja a otro de cabello verde peinado de la misma forma y ambos asintieron con cara de perversión.

    Kidou carraspeó para llamar la atención de los demás, pero apenas unos pocos lo escucharon así que Fudou se llevó dos dedos de cada mano a la boca y silbó con fuerza haciendo que su amigo de gafas de aviador se tuviera que apartar de un salto con las manos en los oídos. No obstante, fue efectivo y todos se giraron hacia ellos.
    -¿Qué ocurre, Fudou? –preguntó un muchacho de cabellos de color crema peinados hacia arriba evaluándolo con sus negros ojos.
    -El amigo Kidou tiene algo que deciros a todos –murmuró el frunciendo las cejas algo molesto por la forma de Gouenji de dirigirse a él.
    -¿Os vais a casar? ¡Mola la ola, tronco! ¡Pero igual es un poco pronto para que colguéis el bañador y os dejéis la tabla colgada!
    Todos rieron ante ese comentario excepto ellos dos que adquirieron un hermoso color bermellón.
    -¡Nada de eso, idiota! –gritó Fudou echando humo por la cabeza.
    Kidou carraspeó nuevamente, queriendo que se le tragara la tierra por estar ante la vista de tanta gente tras ese comentario.
    -No, no es eso –murmuró lúgubremente haciendo que Tachimukai sintiera ganas de darle un abrazo, él se sentía así muchas veces y la voz de Kidou le llegó al fondo. Sin embargo, la presencia del castaño de ojos turquesas le desalentó de probar tamaña acción.
    -¿Qué ocurre? –preguntó Endou acercándose sonriente a Kidou sin enterarse como de costumbre de lo que pasaba.
    Kidou tragó saliva y se apoyó en la mirada de Fudou para abrir la boca y escupir las palabras que le rondaban el corazón desde hacía unos meses.
    -Me marcho a Europa a estudiar el bachiller para entrar a una prestigiosa Universidad de Florencia.
    Aquellas palabras sentaron como un jarro de agua fría a sus compañeros, ninguno de ellos sabía nada al respecto, excepto Fudou y Haruna que bajó la mirada hacia sus zapatillas.
    Todos preguntaron mil cosas al mismo tiempo y formaron un jaleo en el que no pudo entender nada. Pero la decisión estaba tomada, los siguientes siete años estaría fuera de su país.

    Endou suspiró y puso la mano con la palma mirando hacia abajo.
    -Hagamos una promesa. Dentro de siete años, el mismo día de hoy, quedaremos a las 9 de la mañana aquí mismo para reunirnos de nuevo.
    Fudou fue el primero en colocar su mano sobre la del capitán, y acto seguido todos los demás del equipo hicieron los mismo llevando luego las manos al cielo



    Después de más de dos meses de desaparición vuelvo con este proyecto que iba a ser un one shot en realidad, continuaré el resto de mis fics y os pido perdón a mis lectoras por mi ausencia, realmente ha sido por motivos muy tontos, pero no consiguía escribir nada y eso me dejaba desmotivada y no me apetecía aparecerme. Lo siento... Espero que este fics os guste mucho porque lo he escrito con mucho amor <3

    Edited by Starline - 1/4/2013, 17:07
     
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10 replies since 5/3/2013, 22:57   309 views
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