InGo: Reunámanos bajo aquel árbol [FudouxKidou] -Cap2-

¡Ha pasado mucho tiempo! ¿Has estado bien?

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  1. Starline
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    Suosainaki: sí jeje! Muchas ganas =) Pero es normal jeje Bueno, este fic va del reencuentro, no hace falta que en todos se acaben declarando siempre x,DDDDD Sí, es que el tiempo pasa muy rápido, cuando te das cuenta miras y dices, uf, hace un mes que no publico nuevo capítulo de este fic jajajaa XD bueno, son "cortos" porque iban a ser one-shots, pero para eso eran demasiado largos jajaja X,D

    nat: muchas gracias! en este van llegando el resto ya >w<

    Limon: ajaja muchas gracias =D me alegro de que te haya gustado x3

    bueno, capitulo 2


    SPOILER (click to view)
    Capítulo 02:

    Fudou se mordió los labios sin saber qué decir, pensaba que cuando viera a Kidou tendría tantas cosas que decirle… tantas cosas que contarle… tantas cosas para recuperar su ausencia… Y sin embargo, estaban los dos apoyados en el mismo árbol, hombro con hombro y respirando al mismo ritmo, casi en silencio, como si nunca se hubieran separado, como si el mismo día anterior hubieran estado picándose el uno al otro como siempre hacían.
    Kidou lo miró por el rabillo del ojo, sus ojos turquesas miraban brillantes el cielo, con un secreto escondidos en ellos y él sonrió encantado.
    -Echaba de menos Japón –suspiró el muchacho de traje doblando las rodillas.
    -No mientas, me echabas de menos a mí, si yo no hubiera estado aquí ni te hubieras acordado de Japón.
    Se miraron unos instantes algo cortados por la frase de Fudou, él la había dicho sin pensar y en cierto modo había dado en el clavo, pero enseguida rompieron a reír.
    -Que idiota eres, Fudou.
    -Un idiota con Matrícula de Honor en su carrera –sonrió Fudou a quién le gustaba restregarle sus méritos universitarios a todo el mundo.
    -Entonces eres un Idiota Honorífico –sonrío Kidou revolviéndole el pelo.
    Fudou se encogió de hombros y le dio un pequeño empujón como contestación.
    -¡Kidou! –gritó una voz que reconocieron de inmediato.
    Al levantar la vista vieron a un grupo de chicos que se acercaban a ellos, dos de ellos corriendo a toda velocidad y saltaron sobre Kidou para abrazarlo sin darle apenas tiempo a levantarse.
    -¡Genda! ¡Sakuma!
    Detrás de ellos se acercaron más tranquilamente otros cuatro muchachos que saludaron a Fudou con un apretón de manos.
    -Has llegado pronto, ¿eh? –rio uno de ellos de cabellos de color azul de punta guiñándole un ojo.
    -Si te descuidas igual ha pasado la noche aquí –dijo burlonamente otro con el pelo de color crema recogido en una coleta y con una chaqueta roja que resaltaba su piel morena.
    -He llegado hace poco –gruñó Fudou retándolos con la mirada.
    -¡Oye, oye! –exclamó de repente Hiroto que al fin se había acercado con Midorikawa sacando a Kidou de sus brazos -. Dejadnos un poco de Kidou a los demás también.
    El chico de las rastras sonrió a su amigo pelirrojo y se dieron la mano amistosamente. Midorikawa repitió el gesto y luego miró a sus amigos.
    -A la larga, el galgo a la liebre mata –sonrió el chico de cabellos verdes recogidos en un moño -. Teníamos ganas de que volvieras.
    Los demás asintieron tras mirar fugazmente a Fudou un segundo y sonreír pícaramente, haciendo que este frunciera las cejas y se ruborizara molesto.
    Poco a poco fueron llegando el resto de compañeros, todos ellos saludaban a Kidou enérgicamente y lo acorralaban a preguntas.
    Fudou se separó un poco resoplando y Sakuma y Genda se acercaron a él.
    -Oye, Fudou, no seas gruñón y comparte a Kidou como buena persona –le palmoteó el castaño.
    -Ya lo tendrás el resto de días para ti solito –rio Sakuma.
    -¿¡Qué decís!? –y giró la cabeza mirando un instante hacia el corro cuyo centro le devolvió una rápida mirada en la que se mezclaban muchas cosas.
    Los ojos rojos como la sangre de Kidou destellaban de emoción, felicidad y también le sonrieron con comprensión.
    Los labios de Fudou se curvaron hacia arriba ligeramente al mirarlo y cuando se volvió hacia los otros dos muchachos ellos tenían una expresión irónica en sus caras.
    -¿No sabes que decimos? No seas orgulloso hombre, no tiene nada de malo.
    -¡Yo no soy orgulloso! –gritó Fudou rojo como un tomate.
    Todos se giraron hacia él y comenzaron a reírse de la ocurrencia del muchacho, pues si casi todos ellos tenían bastante orgullo él era sin duda uno de los que más.
    Someoka se acercó a él y le dio una palmada en la espalda con una enorme sonrisa en el rostro.
    -¡Así se habla, Fudou!
    Y todos siguieron riendo, haciendo que él rechinara los dientes. Kidou se sentía enormemente feliz de poder estar allí con ellos, aunque aún faltaban unas personas por llegar.
    Tsunami y Tachimukai llegaron tarde, se habían perdido por el camino ya que ninguno de ellos era de allí, y el pelirrosa se había empeñado en seguir el camino que no era.
    -Pero todos los caminos llevan a la ola –aseguró abrazando a Kidou y levantándolo del suelo.
    -Es a Roma –murmuró Midorikawa haciendo que Toramaru y Kogure se miraran divertidos.
    Tachimaukai también abrazó a Kidou, y este lo miró de hito en hito, el pequeño Tachimukai había dado un estirón impresionante, ahora era de los más altos del grupo.
    Luego llegó Kabeyama, se le había pinchado la rueda de la moto a mitad del camino y había tenido que ir a repararla al taller más cercano. Se acercó a Kidou y lo apretó tan fuerte contra él que Kidou temió por su vida.
    -¡Cuánto me alegro de verte! –aseguró con lágrimas en los ojos, Kurimatsu se acercó a él y le dio un golpecito en el brazo para consolarle.
    -Faltan Kazemaru y el capitán –observó Tobitaka con las manos en los bolsillos tras contarle a Kidou sobre el restaurante de fideos que había heredado de Hibiki.
    -Bueno –rio Kidou -, por alguna razón no me extraña en absoluto.
    Los demás estuvieron de acuerdo.
    -Estarán muy entretenidos juntos –comentó Kogure encogiéndose de hombros y ganándose una mirada de odio de Natsumi.
    Kidou los miró sin entender y enseguida Fubuki le explicó que Natsumi le había pedido salir a Endou unos años antes y este le había rechazado gentilmente diciéndole que su corazón le pertenecía al fútbol… pero que en realidad estaba saliendo con Kazemaru. Cuando la joven se enteró se había enfadado mucho, pero a nadie parecía importarle demasiado. De hecho, no esperaban encontrársela aquel día ahí, seguramente solo iba en calidad de amiga de Haruna que no se separaba de su hermano.
    El rato pasaba y Endoy y Kazemaru no llegaban, ya llevaban ahí un par de horas y después del éxito inicial de Kidou el resto lo habían dejado un poco más libre, pudiéndose juntar de nuevo con Fudou que lo recibió pasándole el brazo por los hombros y pellizcándole la mejilla.
    -¿Crees que deberíamos llamar a Endou? –preguntó Kidou, era uno de sus mejores amigos y realmente esperaba verlo aquel día.
    -No, no hace falta.
    -¿Y si se ha olvidado?
    -No, míralo –rio Fudou señalando una figura que corría hacia ellos y se tiraba en un placaje contra Kidou gritando su nombre como un poseso, ambos cayeron a la hierba y mientras un chico de cabellos castaños de punta recogidos en una bandana naranja lo casi ahogaba, otro joven de pelo azul largo y el ojo izquierdo tapado por el flequillo andaba hacía el chico.
    -Sentimos el retraso, Kidou –sonrió Kazemaru tendiéndole la mano para ayudarle a levantarse.
    -¡Kidou, Kidou! ¡Juguemos al fútbol!
    -Claro, Endou.
    -¡Juguemos al fútbol todos juntos! –exclamó el capitán dando un salto y sacando una pelota de su bolsa, porque se podía haber olvidado de la hora, del día, del año, pero nunca del balón de fútbol.
     
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10 replies since 5/3/2013, 22:57   309 views
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