Aquellos días en los que te conocí (UsagixMisaki)

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  1. Jess-chan
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    Yaoizando al mundo

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    Bueno mis queridos lectores, aquí les traigo el segundo capitulo lamento el retraso :D Muchas gracias por sus comentarios, me sentí muy feliz ^////^ al leerlos

    espero que... !Disfruten el capitulo!







    Capítulo 2
    ¿Amigos?





    Me sentía realmente enfadado, y se preguntaran: ¿Por qué? ¡Ha! La razón se remonta a unas horas atrás…

    “-¿Así que has venido a llevarte mi alma?-preguntó al momento que posaba su grande y cálida mano en mi rostro, sin poder evitarlo una corriente eléctrica recorro mi cuerpo-Shinigami-concluyó en un suave susurró.

    ¿Shinigami? Como osaba este patético humano a compararme con un ser de clase tan baja… ¡Esperen! ¿Porque me llamaba Shinigami? ¿Acaso este estúpido ser podía…? jajá eso era imposible, no había conocido a ningún ser en la faz de la tierra capaz de ver mi alas negras.

    -Que dices, ¿Por qué debería llevarme tu alma?-pregunte, aquel hombre me miro confundido para luego titubear un poco, hasta que su mirada se fijó atrás de mi.

    -Entonces, ¿Eres un demonio?-indago con curiosidad, su mano se extendió como si me fuera a abrazar pero para mi sorpresa pude sentir su calidez al momento que toco mis alas. ”

    ¿Cómo había sido capaz de tocarme? Me sentía muy molesto, mis alas no eran algo que un humano debería tocar con tanta simpleza.
    De repente mis explosivos pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido repentino del agua, si como lo sospechan… aún sigue aquí.
    _

    Hoy había pedido el día libre, necesitaba descansar, a pesar de que no soy humano mi cuerpo es como el de uno, así que no se puede hacer nada al respecto, antes mi cuerpo podía aguantar el frió, no sufría de hambre y tampoco de cansancio, pero, todo cambio cuando fui condenado a este lugar.

    Ya casi había olvidado el hecho de que otra persona aparte de mí se encontraba en este apartamento, pero mi hermosa ilusión fue destruida trágicamente con su presencia.

    -¿Cuándo piensas marcharte?-pregunte molesto.

    Aquel hombre sonrió mientras desordenaba mis cabellos, como si yo fuera un mocoso de cinco años.

    -Disculpa que me aproveche de tu hospitalidad, Misaki-respondió con una sonrisa gentil, Tsk no me toques tan fácilmente ¡Tonto!, resentido aparte su mano bruscamente.

    -No te dirijas a mi tan familiarmente… ¡Lo detesto!-exclamé, el pelinegro puso una expresión pensativa pero como supuse desde el principio solo sonrió, ¡Ha! como si sonreír lo resolviera todo, aunque sonriera, no cambiaba el hecho de que moriría pronto.

    Pero algo en mi pecho parecía doler cuando la idea atravesaba mi mente… A pesar de que esta persona era consciente de que moriría en un par de días, podía seguir sonriendo tan gentilmente, podía seguir siendo tan amable, era algo admirable aunque odiara admitirlo.

    -Misaki, se mi amigo-susurró al momento que se sentaba con pesadez sobre el sillón, su expresión hace unos segundos tan normal se había tornado triste-la verdad es que nadie sabe que tengo esta enfermedad-explico, su voz se quebró y sus lágrimas fluyeron con ferocidad.

    -Y ¿Porque no se los dices?-pregunte, sentándome a su lado, la verdad es que no era muy bueno en esto, no me gustaba hablar con la gente, así que no poseía el tacto para tocar estos asuntos.

    -Tengo a una persona muy querida para mí, es la razón por la que aún sigo con vida, siendo sincero no me importa lo que pase conmigo pero, cuando pienso en lo triste que estará y en lo solo que se sentirá, todo mi auto control se esfuma-susurró, desviando la mirada, alce mi mano para darle unas suaves palmaditas en la espalda, los sollozos pararon abruptamente y curioso observe como aquel humano me miraba, regalándome una hermosa sonrisa.

    -Gracias… Misaki-comentó.

    -No es que te esté consolando ni nada parecido, estúpido humano-dije apartando mi mano y levantándome de un brinco, con un solo objetivo en mente, huir… ¡Algo andaba mal en mí! ¿Por qué tenía que verme envuelto en esto? ¡Mi cuerpo estaba raro! Podía sentir mis mejillas arder, una reacción que nunca antes había asaltado mi cuerpo.

    -No me digas humano, llámame Takahiro-dijo limpiándose sus húmedas mejillas, mi corazón dio un vuelco al ver aquella expresión tan pura y frágil.

    Suspire.

    Si tan solo, esta persona pudiera vivir un poco más, si pudiera sonreír así por un tiempo más, debía amar mucho a esa persona… en estos momentos su cuerpo debe estar a punto de colapsar, pero aun así él se mantiene en pie.
    _

    Han pasado dos días desde que me encontré con aquel humano llamado Takahiro, a pesar de que no nos hemos visto desde entonces, me llama todas las noches para preguntarme como estuvo mi día y para contarme alguna novedad absurda.

    Hoy había ido a recoger un formulario con los requisitos que tengo que tener para entrar a la universidad, además hoy el lugar donde trabajo estaba siendo arreglado por un problema en las tuberías así que tenía todo el día libre, el día estaba algo caluroso así que decidí comprar un helado camino a casa.

    Alce la vista al inmenso cielo, estaba completamente despejado, tan hermoso y puro como la sonrisa de Takahiro, ¿Eh? ¿Qué es lo que acababa de pensar? Definitivamente me debía estar volviendo loco, ¿Por qué de la nada había comparado el hermoso cielo con la sonrisa de un simple humano?

    Estaba tan sumergido en mis pensamientos que me asombre al ver que ya estaba frente a mi apartamento. Unasensación desagradable recorrió mi espalda, Tsk no otra vez… pensé que ese tipo había decidido regresar a las profundidades del inframundo, molesto abrí la puerta de un tirón encontrándome con aquel hombre, que estaba sentado en mi sofá como si de su casa se tratase, ¡Ese sinvergüenza!

    -¿Qué haces aquí?-pregunte enfadado, aquel demonio se relamió los labios con sadismo, al momento que daba unas palmadas en sus piernas, como si esperara que con ese vulgar gesto me sentaría ahí.

    -Mi-sa-ki-dijo burlescamente al momento que aparecía detrás de mí y me abrazo- Tsumetai ne* , hace tanto que no nos vemos y me recibes tan cruelmente-susurró en mi oído con una voz profunda y llena de excitación.

    -Aléjate, eres una molestia- exclame apartándolo de un empujón, ¿Por qué este hermoso día se había arruinado tan de repente?-No se suponía que habías regresado al inframundo para no volver-dije molesto mientras aquel demonio de cabellos castaños opacos, ojos cafés y de estatura considerable sonreía con burla, lo había conocido unos siglos atrás, recuerdo claramente que fue en una noche de luna llena, lo vi devorando el alma de un humano, y desde esa fatídica noche lo he tenido rondando siempre cerca de mí, ¡Tan molesto!

    Alejándome de él, me deshice de mi chaqueta para tirarla en el sofá, les presentare a este molesto personaje, él es: Keiichi Sumi, un demonio de rango alto, su sola presencia demoniaca hace estremecer la tierra, pero después de que me ha perseguido con tanto interés me termine aburriendo de él.

    -¡Misaki no me ignores!-refunfuño molesto, arrastrándome a sus piernas, ¡Como lo odiaba! Siempre trataba de poseer este cuerpo, aunque era bastante inútil, un deseo tan carnal, un deseo que no me causaba ni el más mínimo interés.

    Antes de que pudiera empezar hacer alguna cosa a este cuerpo, mi celular sonó, deshaciendo de su agarre con facilidad le mire con indiferencia para dirigirme hacia mi chaqueta, chasque la lengua al ver el nombre en la pantalla luminosa.

    Colgando la llamada cerré el celular, con fuerza, pero este enseguida volvió a sonar, dando un respingo suspire con cansancio, para luego rendirme.

    Conteste.

    -¿Misaki? Hablas con Takahiro, ¿Estas ocupado?-preguntó el molesto humano al otro lado del teléfono, no me interesaba ir a ningún lugar, pero en esta situación preferiría irme a cualquier parte con él, que pasar otro segundo con este insoportable demonio.

    -No, dime donde quieres que nos reunamos-pregunte con urgencia, Takahiro pareció sorprenderse por mi respuesta, pero me dio los detalles de nuestro lugar de encuentro, mientras hablaba podía sentir la ardiente mirada clavada en mi cuello, de seguro que ese estúpido demonio se había enfadado.

    ¡Como si me importara!
    _

    Las personas entraban y salían del establecimiento, unas acompañadas, otras solas, y mientras tanto yo observaba, los diferentes rostros de los humanos ahí, esperando a Takahiro que llevaba diez minutos de retraso.

    Sumi había echado humo por las orejas cuando le había dicho que tenía un asunto de gran importancia que atender, pero prefería mil veces escuchar las tonterías de un humano que las perversiones de un demonio.

    Con aburrimiento, observe por la ventana, a lo lejos pude ver a Takahiro, su apariencia no lucía nada bien, bajo sus inocentes ojos de color grisáceo oscuro, habían rastros de cansancio, su tez estaba mas pálida y su aura, era muy tenue, apenas visible.

    Definitivamente, su enfermedad parecía haber empeorado, pero extrañamente, a pesar de lucir tan débil, en sus labios había dibujada una cálida y embriagadora sonrisa.

    Por un instante nuestras miradas se cruzaron y la sonrisa de Takahiro se intensifico, una extraña opresión se apodero de mi pecho ¿Qué era? ¿Angustia? ¿Dolor? Era un repentino dolor que se intensificaba con cada paso que daba el de cabellos negros hacia mí.

    -¡Misaki!- exclamó con un hermoso brillo de alegría en sus ojos, por un instante, pude observar el fuerte color oscuro de la muerte sobre él, no pude evitar morder con fuerza mi labio inferior.

    Muchos pensamientos surgieron repentinamente, cada uno de ellos más caótico que el anterior, ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué tenía que ser tan diferente a los demás? Odiaba sentirme indeciso, inseguro. ¡Odiaba haberlo conocido! La razón era muy simple, desde nuestro furtivo encuentro, mis pensamientos no paraban de girar en torno a él.

    -Misaki, hoy el médico me dijo que probablemente solo viviría unas semanas más-susurró, desviando la mirada de mí, poda distinguir el tono tan amargo y lastimero, en su voz.

    Su confesión había sido tan repentina que no sabía que decir.

    -¿Ya se lo dijiste?-pregunte, Takahiro abrió sus ojos con sorpresa, para luego negar con una expresión de tristeza.

    -Si se lo dijera, él definitivamente, trataría de seguirme-comentó, sus ojos se llenaron de desesperación, el realmente debía amar a esa persona, tanto pero tanto que no quería verlo sufrir… pero la realidad es que ese era un simple deseo egoísta, no prepararlo para su muerte inminente, era algo mucho más cruel.

    ¿Cómo sería esa persona? De repente la curiosidad me invadió, pero no estaría bien preguntar ¿Por qué hacia tanto por él? No era muy fácil aferrarse a la vida, lo sabía por experiencia, he presenciado muchas muertes, aunque cada persona tenía una razón para permanecer en este mundo, al final solo conseguían lastimarse a sí mismos forzándose a mantenerse en pie.

    -Entonces, seguirás ocultándolo-afirme con cierta frialdad, Takahiro frunció el ceño molesto, para luego suspirar con cansancio, en una afirmación muda.

    Antes de que él pudiera decir una palabra más nuestra conversación fue interrumpida por el tono de su celular, buscándolo entre sus ropas, saco el pequeño objeto para ver el numero en la pantalla, una sonrisa se extendió por sus labios y sus ojos brillaron tan intensamente.

    -Discúlpame por un momento Misaki-dijo con una sonrisa.

    Contesto.

    -Akihiko-exclamó feliz. No podía escuchar lo que hablaban pero, de seguro que debía estar hablando con esa persona, sus expresiones se tornaban más alegres y tiernas.

    Debía amarlo tanto, pero sus vidas serian abruptamente separadas, por alguna extraña razón quise ayudarlo, pero no había nada que pudiera hacer. No podía curarlo, ni ofrecerle este inútil cuerpo como vasija, pero aun a pesar de eso, algo nuevo había surgido en mí.

    Podía sentir esa leve molestia creciendo más y más, ¿Acaso Dios lo había hecho a propósito? ¿Era un encuentro predestinado? ¿Habría algo que yo pudiera hacer para ayudarlo?

    Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no me di cuenta de que Takahiro me miraba con preocupación, me disculpe algo avergonzado, y como siempre el me correspondió con una sonrisa.

    Hablamos de cosas triviales, de cómo era su trabajo, de lo mucho que disfrutaba pasear. El cielo se fue tornando lentamente más oscuro y la hora de separarnos llego. Tal vez solo por hoy admitiría que no había sido tan malo estar con él.

    La única cosa que podía hacer por Takahiro era escucharlo.

    _

    No tenia deseos de regresar a mi apartamento así que me dirigí sin un rumbo fijo hasta algún lugar tranquilo, la gente pasaba a mi lado, unas discutiendo sobre asuntos triviales, otras sonriendo, todas sumergidas en sus propios mundos… si tan solo pudiera tomar a alguno de ellos e intercambiar su rebosante salud con la de Takahiro.

    Pero eso no era posible.

    Cuando alce mi vista me di cuenta que me encontraba en un solitario parque, que era iluminado por la pálida y grácil luz de luna, caminando hasta una de las bancas me senté.

    Chasque la lengua con molestia, pude sentir la presencia de Sumi atrás de mí, me enfadaba, no importaba cuanto huyera, él llegaría en un parpadeo… ¿Ahora que querría?

    -¿Qué quieres?-pregunte fuerte y claro sin necesidad de dirigir mi mirada hacia ese estúpido e inservible demonio. Pasando un brazo por mis hombros se sentó junto a mí con una sonrisa, seductora, según él.

    -Que frió-comentó roncamente en mi oído, apartando su brazo de forma brusca le mire con indiferencia, el de ojos color café sonrió con diversión-Misaki, no esperaba que estuvieras en contacto con un humano-dijo, pude distinguir su tono burlesco, apreté mis puños, listo para golpearlo, pero antes de que pudiera hacerlo, el ambiente se torno más serio, su expresión antes juguetona se torno inexpresiva.

    Le mire fijamente.

    -Misaki, hay alguien que quiere conocerte-dijo, extrañamente su tono reflejaba algo de incomodidad y un poco de preocupación.

    -¿A mí?-pregunte confundido, conocía a Sumi por mucho tiempo pero no teníamos conocidos en común, puesto que trataba de mantenerme alejado de cualquier cosa que tuviera que tratar sobre él.

    -Sí, la verdadera razón por la que regrese fue precisamente por esa… se podría decir que tiene cierto control sobre nosotros como si un contrato nos uniera así que tengo que obedecer-explicó con fastidio.

    Una ráfaga de viento, inundo el parque, el frio golpeo mi cara con intensidad. Un mal presentimiento recorrió mi cuerpo.

    -Tsk parece que ya está aquí-mascullo con enfado el de cabellos castaños.

    Lentamente ladee el rostro para poder observar una silueta parada en medio del parque, no podía distinguir su rostro por las opacas luces pero aun así pude distinguir una leve sonrisa de satisfacción.

    Algo no andaba bien.



    Continuara…



    Notas: Tsumetai ne: Que frió eres(usado para definir personalidad)

    !Espero que este capitulo haya sido de su agrado que tengan un feliz día!

    Att:


    Jess-chan :=NEKKIN:
























     
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