ENTRE EL AMOR Y LOS HALAGOS (08/02/2014)

USAGI X MISAKI

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  1. btalkrajo
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    hola y muchas gracias por los comentarios y la espera, me tarde un poquitin en poner el primer cap, espero les guste.



    Entre el amor y los halagos

    Capitulo *1*

    Entre la multitud.


    Hacía frio en la ciudad, la neblina cubria casi todo el cielo y desde el onceavo piso solo se notaba débil la ciudad hacía abajo. La reunión se había programado para las ocho de la mañana y ya pronto serían las diez, agotado y con frío observaba como la deserción hablaba de las ventas que preveían para la secuela de su novela “La cueva del oso ha sido invadida”, a Usami Akihiko le agradaba la idea de seguir con esa obra, aunque lo atemorizaba no cubrir las expectativas como antes.

    A su lado derecho su editora le sujetaba la mano complacida con su propio trabajo, todos le sonreían, disfrutaba tanto de este ambiento donde sus amigos y colegas lo apoyaban a seguir adelante.

    - Entonces comenzaremos a trabajar con la secuela.

    - Espera Aikawa – dijo sonriente – aún tenemos un proyecto inconcluso… Isaka, la verdad es que no se si pueda cumplir con ambos si me los pones a terminar casi al mismo tiempo, esto requiere concentración.

    - Si pero dejaremos el otro de lado – atajo la pelirroja con una sonrisa – No tenías aún muchas ideas para este libro sensei ¿no deseas continuarlo?

    - Si pero… el otro aun esta inconcluso…

    - Sí, yo comprendo sensei que no te gusta dejar las cosas a medias, pero esto es por un bien mayor.

    - Está bien Aikawa, - sonrió – Isaka me pondré en marcha para tenerlo antes de fin de año

    - Pero vamos Aki-san, sonrió ameno el editor de Marukawa – Apenas es junio… ¿no podrias tenerlo antes?

    - ¿Antes?... pues tendré que concentrarme

    - Si hazlo… es por un bien mayor

    La sonrisa amigable del editor desapareció al salir de allí, y mientras era dirigido por su editora sintió esa irremediable soledad que sufría.

    Como un cordero que no tiene la libertad de andar libre en el campo, su imaginación estaba limitada a lo que la empresa necesitaba, seguía tras ella sin escuchar sus palabras porque no le interesaban, Akihiko sentía el peso del dolor de saber que aun a su lado, no le comprendía. Apoyado contra el espejo del ascensor se vio agotado, había dormido poco, principalmente por las pesadillas que lo atormentaban cada noche, le atemorizaba mucho sentir que esto sucedía de esta manera, escribía porque lo amaba… pero… y este pero era el causante de sus pesadillas… ¿puedes terminar odiando aquello que empezaste amando??, dejo huir un suspiro de sus labios secos.

    - Vamos sensei – la voz de la editora lo llamaba desde afuera mientras el, aun dentro sonreía tímido - ¿Dónde desea desayunar?

    - La verdad preferiría regresar a mi casa

    - Pero cómo dice eso, aún tenemos otra reunión con la gente de la revista Vanidades, ellos desean entrevistarse con usted, no queremos que hagan preguntas más allá de las meras necesarias, sonría sensei, es el precio de la fama…

    - Sigo sin entender que tengo que hacer yo posando y contestando para una revista de moda

    - Sensei – sonrió infantil – es usted uno de los solteros más cotizados de Japón, además de un reconocido novelista y un joven muy atractivo, es común que ellos quieran ponerlo en sus portadas

    - No soy soltero y lo sabes

    - Sin anillo no hay compromiso – rio contenta – por favor sensei colabore con migo, soy la que más trabaja por esto, debería tenerme algún tipo de consideración

    Ella sonrió mientras que el apenado miraba el suelo, sentía frustración de no poder mandar al diablo todo, huir de una sola vez, correr lo más lejos de allí y volver a escribir solo lo que quisiera, solo escribir historias como antes, poemas sin necesidad de “inspiración”, dejo de lado sus anhelos, como dejamos de lado cada sueño que parece pequeño y entro a la cafetería. Un coche negro freno ahí mismo.

    - Buenos días – con el cabello negro hasta los hombros y las gafas oscuras, pálido y delgado bajo sonriente adelantando el paso del novelista, Yuki, un cantante de pop de una boyband, un joven promesa y además, su amante, el amor de Akihiko que entro más animado a desayunar ya que Yuki había venido a verle – Anda Usagi-san vámonos a esa mesa

    - Si, a la que tú quieras

    - Pues quiero esa

    - Yuki ayúdame, sensei está mucho más sensible que otros días

    - Es normal Aikawa – dijo con un tono filoso, mirando sobre los hombros a la editora – casi nunca lo dejas descansar, dime… no tienes más autores con os que trabajar… ah!! Si… casi olvido que son mediocres, pero deberías pulirlos y no estar frecuentemente acosando a Usagi-san

    El escritor sonrió, coloco su mano sobre la cabeza del joven cantante y lo miro con ternura.

    - No te preocupes Yuki, yo estoy bien, además Aikawa solo cumple con su trabajo y con lo que debe hacer

    - Ya… pero ella debería comprender que si no descansas acabaras enfermo

    - Ella lo sabe, me cuida, acaso no vez que me trajo a desayunar

    - Si, a la misma cafetería de todos los días, creo que ya has comido todo el menú de este lugar

    - No es mi intención dañar a sensei – aclaro la pelirroja – de todos modos luego tenemos una reunión con la gente de Vanidades, hablare con un par de amigos.

    - Si sobre que – curioso Yuki sonrió

    - Sobre tu banda, creo que les iría bien en la portaba de una revista, porque su trabajo es fenomenal, veré cuanto puedo hacer por ustedes

    - Gracias Aikawa, eres muy amable

    La lluvia comenzó a caer menuda sobre la ciudad, el frio afuera calaba a las personas, pero dentro de la cafetería el aire acondicionado daba calor y relajaba a las personas que ahí estaban, Akihiko compartió su desayuno con Yuki mientras este le sonreía con ternura. Llevaban ya casi tres años saliendo, incluso el novelista había financiado los instrumentos de la banda y habían colaborado para contactarlos con la disquera de NG. De todo esto, Yuki había logrado conquistar el corazón del novelista, lo había enamorado y tenía sobre Akihiko un poder que nadie más tenía, tanto así que Aikawa nunca lo contradecía, sabía que de Yuki desearlo así, el escritor cambiaria de editora. El joven cantante tenía aquel peso único que da el amor sobre otro, y Usagi-san le amaba demasiado, creía cada cosa que decía y comprendía cada falta que este le tenía, satisfacía todos sus caprichos y mimaba todos sus berrinches.

    Y era este amor el que sostenía al novelista, el que le daba la energía para seguir, esas suaves manos alrededor de sus mejillas, esas tiernas miradas al comer y esos gritos cuando algo no salía bien, esa forma de estar juntos sin tener que asfixiarse uno al otro, esa forma de quererse sin tener que cumplir con la sociedad, sin cadenas que los aten más allá que los sentimientos y… el sentimiento de Akihiko era más real que la mesa donde colocaba la mesera las tazas de café.

    Su pelo castaño había sido mojado por la lluvia menuda y compraba un café de una vendedora ambulante, tenía que irse a la editorial para dejar los sobres que ayer por la tarde no había terminado de entregar, y mientras sonriente caminaba entre la multitud lo vio, solo verlo porque no era capaz de acercársele, Yuki, el cántate de aquella banda que tanto le gustaba, lo vio pasar acompañado de tres personas y solo una de estas le miro, tenía un traje gris y el cabello plateado, la bufanda negra y larga que lo abrigaba y no le sonrió. Avergonzado por haber sido descubierto Misaki apretó el paso hacía su trabajo.

    - Buenos días Misaki

    - Buenos días – saludaba a sus compañeros

    - Misaki has ido al banco hoy, sabes que paso con los sueldos

    - No, la verdad yo no lo llevo, lo hace Jimmy creo… sonrió y siguió con su labores.

    Entrego los sobres y camino hacía el despacho del jefe de recursos humanos, todo lo que tenía que hacer era entregar su horario de clases para el segundo semestre, esto ayudaría a acoplarlo a su horario de trabajo.

    Tenía que regresar a casa al final de la tarde, su hermano lo necesitaba, Atairo tenía una seria de eventos esta noche y Misaki se encargaría de terminar por el un informe que debía presentar. A veces era mucho trabajo pero Misaki no podía decir que no, al fin y al cabo Takahiro se había encargado de cuidarlo desde que sus padres murieran, ellos habían salido solos hacía adelante, desde luego Misaki era y sería incapaz de decirle que no a quien más lo había ayudado, quien dejando de lado todo había hecho de su hermanito pequeño el hombre que era ahora, Misaki no podía negarse a ayudarlo, ahora que su hermano pasaba por cosas difíciles.

    Al entrar a casa encontró a Takahiro arreglado para salir a la calle, algo sabía Misaki del compromiso de su hermano, no mucho desde luego pero sabía más de lo que otros sabrían, Takahiro no tenía más alternativa que salir con la gente de la oficina, pese a su trabajo, porque de no confraternizar con ellos podría ser despedido, porque Takahiro, por sacar adelante a Misaki había renunciado a sus sueños, había dado todo por su hermano.

    - Misaki, que alegría que estés aquí tan pronto

    - Si, nii-chan hoy tienes que ir verdad

    - Sí, me gustaría tanto poder ahorrármelo, es muy incómodo estar en medio de todos ellos sin poder invitar a unas copas yo, pero sabes que si gasto el dinero de mi trabajo no podríamos pagar el alquiler de la casa

    - Si, nii-chan sobre eso, mira pues

    - Dime Misaki

    - No creo que sea malo si gastas un poco, yo puedo cubrir el alquiler de este mes, no tienes por qué privarte, yo sé que tus compañeros ganan más que tú, pero ellos deben mantener a sus esposas e hijos, tu y yo somos solos, ayudare en todo, ya te lo he dicho

    - No Misaki, el mes pasado te quedaste sin dinero por ayudarme a cubrir las cuotas del coche, deberías disfrutar tú de ese dinero

    - No te preocupes, yo no tengo gastos, anda hermano usa tu dinero yo te ayudare
    Misaki, inocente y amable no había aun caído en cuenta que llevaba casi un año completo pagando el solo todos los gastos dela casa, era cierto que no tenían más gastos que ellos dos, pero Misaki no había logrado ahorrar casi nada desde que había comenzado a trabajar, y además aún se encargaba el solo de la casa y de las compras. Observo como su hermano amble terminaba de alistarse y dejaba al lado de la computadora los documentos para el informe, que, ahora Misaki debería encargarse de realizar por él, sintió un poco de tristeza al no poder hacer más por su hermano, sin comprender que ya hacía bastante.

    - Misaki hola, - dijo Lía entrando a su cocina – que dices de irnos a beber esta noche

    - Digo que no tengo dinero y que las chicas no deberían beber

    - Si, lo sé, que aburrido eres – observo lo que Misaki hacía - ¿Qué preparas?

    - Arroz con huevo

    Continuara…
     
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