MI PASION TU CONDENA (MISAKI X USAGI) (Terminado 18/07/14)

Cuando todo es oscuridad, no sabes reconocer el bien del mal

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  1. btalkrajo
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    Y ahora intenta decir que me amas sin miedo a que parezca mentira otra vez ... https://web.facebook.com/Btalkrajo

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    Mi pasión tu condena



    Episodio *3*



    Lentamente




    Misaki escucho el sonido de las escaleras ¿Dónde estaba?, si no se equivoca siguen en la casa de Hokkaido, lo siente por la humedad aunque de eso no está seguro, la última vez hace un mes Usagi-san utilizo el cloroformo así que bien podría haberlo mudado fuera de esa ciudad, lo cambia con regularidad; Irónico que trasladando a Misaki de un lugar para otro nadie lo descubra.



    Misaki ya no lucha, no lo hará después de lo que paso la ultima vez, fue hace como un mes (el menor no tiene idea del tiempo real) cuando Misaki fue llevado de paseo…







    ***hace un mes***



    Mientras Misaki subía y bajaba haciendo la penetración del plateado mas agradable, mientras los ojos del plateado se entrecerraban de placer y Misaki gozaba también porque después de todo ahora hasta le gustaba, las manos del escritor subieron y presionaron suavemente la piel de Misaki, aaahhh!!! Aquel agradable gemido mientras continuaba con sus labor de complacer al mayor, entonces la voz de Usagi-san lo detuvo mientras el mayor se inclinaba terminando completamente dentro de él, sintió la presión del escritor y la frustración de no poder acabar.



    - Misaki dime una cosa – su susurrante voz estremeció al menor que aun estaba abrazado a Akihiko – quieres salir hoy conmigo – sus violetas ojos brillaron amables y Misaki vio una oportunidad



    - Salir – balbuceo ilusionado



    - Si, podríamos ir a la feria que te parece



    - Yo… - unas lagrimas cruzaron las mejillas de Misaki



    - Vamos, si, te haz portado muy bien este tiempo y creo que mereces salir, solo que debemos ser cautos ya sabes que no puedes hablar con nadie ¿Lo harás?



    Entre un gemido y un grito Misaki acepto, y fundió sus labios con los del plateado en un beso húmedo y cálido, correspondiendo así a los deseos de Usagi-san que mando al menor a bañarse mientras escogía la ropa que Misaki utilizaría, la ropa y la comida nunca faltaban al igual que las dos a tres horas que Misaki dedicaba a estudiar, había aprendido de maneras muy violentas a tocar el piano y ha hablar ingles, sabia de historia y su caligrafía era hermosa, eso decía Usagi-san pero Misaki le odiaba, tanto a mas de lo que el escritor imaginaba que le odiaba, Misaki pasaba noches enteras pensando en su pobre hermano y el dolor que este estaría sufriendo sin el, una de las mayores torturas – según Misaki lo veía – era mostrarle algún recorte de periódico donde Takahiro rogaba justicia y pedía que al menos le devolvieran el cadáver de su hermano, Misaki a veces no creí que se tratara de su hermano, no porque la persona de las paginas estaba tan delgada y se veía tan vieja que esto lo asustaba. Es la tristeza y la desesperación, respondía triunfante el escritor, ahora Misaki era bueno y obedecía todo lo que Usagi-san decía, porque no quería ver más de esas fotos.



    - Estas listo – Misaki lo miro y se acerco para que el novelista le arreglara el cabello, mientras en su pequeña cabeza planeaba huir de allí en cuanto tuviera la oportunidad



    - Debería llevar una chaqueta por si llueve



    - No te preocupes tengo un cambio de ropa en el coche - una sonrisa brillo mientras encendía el cigarrillo – solo por si decidimos dormir fuera



    - Esta bien



    Al llegar al parque de diversiones Misaki comenzó a medir sus pasos, tanto estudio y tanta maldad lo habían hecho astuto, corrí hacia los helado si desde allí llamo al mayor para que le comprara uno.



    - Por favor uno cansillo – pidió, amable el mayor accedió y lo compro, después otra vez a más distancia Misaki volvió a correr y desde allí llamo al escritor que ya avanzaba para sujetarlo – Mira Usagi-san, ¿eso es un elefante?



    - Si, lo es



    - Pero es de verdad, ¿Cómo lo trajeron? Whoo es muy enorme



    - Es muy grande Misaki, pronuncia bien



    - Si – mas tarde Misaki volvía a correr pero regreso de golpe al lado del escritor y sujeto su mano, esto llamo la atención del mayor y con sus ojos busco el motivo del retorno, mas allá un hombre muy mayor y obeso miraba a Misaki, el escritor sujeto por el hombro al menor y camino con el niño – Me sigue mirando – aviso Misaki



    - Tranquilo solo es un curioso



    - Me da miedo



    - No tienes nada que temer



    Había medido sus pasos y distancia, entonces se encontraron delante de una multitud y el oji verde se siente feliz de ser pequeño podrá correr por entre la gente y despistar al mayor, pero no lo hizo continuo su caminata mirando como embobado todo, en realidad Misaki buscaba formas de salir, hace un año pidió ayuda a un policía pero fue inútil el oficial recibió un soborno y devolvió a Misaki con Akihiko, ahora sabe que esta solo, la rueda de la fortuna es enorme o así le parece al menor que se detiene a mirarla, esta si le gusta su hermano lo llevo una vez.



    - ¿Quieres subir?



    - Si! – observa y la fila es muy larga



    - No te preocupes conseguiré que nos suban en la siguiente ronda



    - Hey Usagi, que son esas



    - Son frutillas bañadas en chocolate, son como las manzanas acarameladas



    - Ah… - los ojos de Misaki brillan, realmente quisiera probar una de esas



    - Te voy a comprar unas… - el escritor levanto la mano deteniendo a Misaki – Espérame…



    Correr, correr sin detenerse entre la gente y en zigzag, correr como nunca ha corrido y saltar, nada importa Misaki corría apurado tratando de salir de la feria hacia el rio el vio un puente si lo cruzara pediría ayuda, Misaki sigue corriendo, no puede mas y cae sin aliento al suelo, se esconde bajo una tarima respirando con dolor, ¿Cuánto tiempo es? El ultimo periódico decía que dos años, entonces son dos años de estar encerrado, jadea tragando la saliva que le quema la garganta y agotado y sudando corre mas, llega a la salida de la feria, y sale nadie se fija en el, fue justo ahí donde una mano lo cogió por la camisa y un golpe estrello contra su ojo, la sangre de su nariz le mancho toda la ropa.



    Nadie hace o dice nada.



    A nadie le importa lo que le pase.



    - Pensé que ya lo habías comprendido



    - Perdón… perdón… perdóname Usagi-san lo siento no sé que me paso Usagi-san Usagi-san



    Usagi-san, un jovencito de mas o menos la misma edad de Misaki volteo y observo, el cabello plateado y el rostro pálido ¡Usagi-san!



    Misaki miro al niño por un momento y observo sus ojos grises, pero no dijo nada, las miradas de ambos niños se cruzaron.



    Misaki fue dejado en un sótano aquella noche, padeció el frio como nunca lo había sentido y vomito dos veces en la noche a causa de él, lloro y suplico por dos días sin que nadie atendiera a su ruegos o a sus llamados cuando las gradas sonaron y retrocediendo se pego a la pared.



    - Mira Misaki – una sonrisa triste en el rostro del plateado - hay veces en las que uno debe castigar las malcriadezas de los niños



    Un hombre acompañaba al plateado y aunque se veía mayor que este, tampoco lo era mucho



    - Cuantos años tiene – pregunto el hombre, elegante con su cabellera negra



    - Esta pronto a los 15



    - Estas seguro Akihiko



    - Si



    El plateado salió de la habitación dejándolos solos, Misaki retrocedió pero no sirvió de nada, mientras mas retrocedía el otro mas se acercaba, al menos Akihiko lo besaba, al menos Akihiko lo dilataba, Al menos Akihiko no le había pegado jamás.



    Tirado en el suelo con los ojos abiertos y rojos por el llanto, mientras su boca continuaba con la camiseta que le impedía gritar, mientras sus brazos estaban amoratados y sus rodillas rasmilladas, Misaki realmente se lamento por haber tratado de huir, mientras el hombre se vestía Misaki lo miraba y lloraba, lloraba enojado de no haberlo conseguido, lloraba por el castigo, lloraba por todo y nada tenia sentido.



    Se quedo en el suelo hasta que Akihiko bajo y lo levanto para llevarlo a la tina que lo esperaba con burbujas y agua tibia, Misaki no dijo ni una sola palabra, una semana estuvo en cama después de lo que le había pasado, había un punto que se rompió después de muchas noches siendo amado y amante del plateado pero esto era… Asqueroso. Tan asqueroso era que Misaki dejo de hacer lo que el escritor decía, y eso que decía muy poco, come, bebe, ven, come, bebe, duérmete ya, cámbiate la ropa… una semana completa todo era inercia y el plateado una y otra vez repetía lo mismo, que estaba arrepentido pero que en aquel momento estaba furioso, que no lo haría nunca más, que no volvería a hacerle daño que lo amaba…



    - En qué piensas Misaki – la voz lo alejo de sus recuerdos



    - Ya no quiero estar aquí



    - Lo siento pero ahora no puedes subir, sabes lo que hiciste la última vez…



    - Moriré si sigo aquí – lloro – no quiero morir



    - Lo siento pero no, vamos Misaki debes darte un baño



    ***Hace un mes alguien más



    - Usagi-san



    Ese nombre sonó haciendo eco, claro que lo conocía mil veces había dado ese dato a la policía hace dos años ocho meses y ahora 23 días, cuando el empujo a Misaki y lo hizo resbalar, Misaki se corto con una botella y desde entonces nadie sabe de él, Shinobu lo vio, está seguro de haberlo visto, eran sus ojos verdes y sus cabellos castaños, y el hombre es el mismo, tiene que ser el mismo con el cabello plateado, pero Shinobu corrió con mala suerte esa tarde, había ido solo a la feria y ahí mismo entre la gente que estibaba su profesor estaba, Miyagi-sensei era sin duda la persona favorita de Shinobu, podría decirse que casi lo amaba, aunque Shinobu no decía nada, no decir nada era pare de sus silencio, desde hacia medio año que el rubio no hablaba con nadie, le avergonzaba saberse enamorado del profesor, le asustaba mencionarlo, pero en aquel momento el chico corrió.



    - Miyagi-sensei… sensei tiene que ayudarme



    - Shinobu!! – la sorpresa era evidente, los ojos de Miyagi buscaron pero Shinobu lo atajo jalándolo



    - Sensei ayúdeme raptaron a mi amigo



    - ¿Qué dices?



    - Si, sensei vi a Misaki ese hombre lo subió vamos debemos atraparlos



    - ¿Que hombre? ¿Quién es Misaki?



    - Ese hombre - Shinobu señalo al plateado que bajaba rumbo al parqueo sujetando el brazo del menor



    - Vamos – el rubio no observo la sonrisa en los labios de Miyagi cuando bajaron y subieron a su coche, las preguntas eran claras ¿con quien has venido? Vine solo ¿Quién sabe que viniste a la feria? Nadie, porque no había nadie en mi casa solo bien por una hora ¿le avisaste a algún policía de tu amigo? No tuve tiempo sensei aparece o debemos perderlo ¿Shinobu tienes tu celular? Si, tiene razón llamemos a la policía



    Inútil en cuanto el mayor sujeto el aparatito negro lo tiro por su ventana, solo por si alguien seguía ese rastro y siguió conduciendo mientras Shinobu temblaba.



    - ¿Qué haces aquí? – Shinobu temblaba tanto que no podía hablar mientras veía al plateado



    - Imbécil ¿Cómo se te ocurre llevar a la feria a ese chico? Shinobu te vio y los reconoció, tienes suerte de que me pidiera ayuda a mi



    - Maldición – protesto y Shinobu comenzó a llorar porque oía los gritos de Misaki, desde afuera no se escuchaban, pero ahí en la cocina sonaban claros. - ¿Qué vamos a hacer ahora?



    - Hay una cosa que quiero hablar contigo



    Y desde hace un mes Shinobu no ha vuelto a salir, tampoco ha vuelto a escuchar a Misaki, tres veces al día le dan alimento y por las noches Miyagi pasa a verlo, es mas o menos bueno, siempre trata de consolarlo, solo lo acaricia, Shinobu deja que lo haga aunque lo estremece la idea de que quiera algo mas.



    Un sonido contra la pared, Shinobu entonces golpea la pared, una respuesta inmediata, otro golpe y un susurro.



    - ¿Misaki eres tú?



    Los ojos del castaño se llenan de lágrimas, alguien al fin ha venido a salvarlo



    - Si soy yo… ¿Quién eres tú?



    - Soy Shinobu, tu amigo



    - Shinobu… te recuerdo te vi el otro día, viniste a ayudarme



    - Eso quería – Misaki sintió que un peso mayor asfixiaba su corazón cuando Shinobu comenzó a llorar y a preguntar cuando alguien vendría a salvarlo, ambos lloraron cada uno en su habitación



    Takahiro buscaba indicios de su hermano mientras un hombre de edad avanzada buscaba datos de su hijo, para ambos la respuesta era la misma, nadie tenía datos, nadie los había visto.


     
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