¿Perdedores? (TWO-SHOT)

parejas: Kaido x Momoshiro -- InuixKaido y MomoxEchizen

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    Buenas, aquí vengo yo con este fic de the prince of tennis, hace tiempo que me lo leí pero nunca hice un fic de ellos… así que ahora que empecé con el New prince of tennis me dieron ganas de escribirlo.
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    ¿Perdedores?



    En un autocar había unos cuantos chicos en plena adolescencia, estaban todos cabizbajos y lamentándose por sus partidos perdidos. Ellos no estaban acostumbrados a perder de esa manera y estaban muy molestos, entre otras cosas. Un peli-azul/negro estaba sentado pensando en sus muñecas, se había lesionado con los partidos y por eso había tenido que retirarse. A su lado un chico con un pañuelo en la cabeza y una mirada un poco fría miraba por la ventana, observando al oji-azul, sentado a su lado, a través del reflejo. No iba a demostrar que le preocupaba, o al menos no por el momento.
    Al final llegaron a un lugar donde bajaron del autocar allí se encontraron con Saito, creo que se llama, que llega con Echizen y Kintaro, los cuales habían perdido sus partidos. Este les dice que si no quieren quedar como unos perdedores que suban por un precipicio. A lo que todos aceptan y empiezan a subir. Pero mientras subían las manos del peli-azul empezaron a doler por la lesión. Lo que Oishi, como mama de Sengaku vio enseguida y se acercó a él.
    —Momo, con las muñecas así es imposible la subida.
    —Estoy bien no te preocupes.
    —Si lo que quieres es irte por esta basura de lesión, ve y arrepiéntete por ello —dijo de repente el del pañuelo en la cabeza.
    —Kaido, cállate. Puedo continuar.
    —Sube, haré el resto de camino por ti —fue toda la respuesta que le dio Kaido mientras se agachaba delante de él para poderlo subir— pero no te caigas de mi espalda debilucho.
    —¿Qué dices? —contestó medio enojado Momoshiro— Como si fuera a dejar que me llevaras. Antes me voy a casa.
    —No jodas. ¿No vas a escalar arriba? —dijo enojado mientras esperaba que este subiera— ¿después de llegar hasta aquí?
    Sin decir nada más al final el peli-azul subió a la espalda de Kaido, el cual lo subió un tramo.
    —¿Estabas durmiendo? —dijo en todo acusador el del pañuelo.
    —Lo siento, es que estaba muy relajado —respondió el otro.
    En poco más empezó a pasar sus límites, estaba cansado y sus manos le temblaban y empezaba a jadear, y eso lo notó Inui, el cual le avisó.
    —Estoy bien, Kaido, puedo seguir solo —pero el del pañuelo no iba a aceptar que estaba cansado e iba a continuar.
    Al final Momoshiro fue llevado, a la fuerza, por Kobaji, el cual lo quitó de sus brazos por órdenes de Niou, cosa que molesto al castaño. Pero no dijo nada. Una vez arriba encontraron a Mifune un entrenador ermitaño un poco raro. Después de hacerles hacer unos trabajos y competir contra los mayores eliminados les tocó dormir en una cueva. Kaido no estaba tranquilo en esa cueva por lo que salió de ella para irse hacia otro lugar, aunque no muy lejos. El peli-azul lo vio y le siguió era su oportunidad para poder hablar con él. Se sentó a su lado.
    —Kaido —le llamó— gracias por lo de antes.
    —No las des. Sería aburrido quedarme sin mi oponente al que derrotar.
    —¿Qué mierdas dices? ¿Cómo que al que derrotar? —respondió indignado— Tu no me ganas.
    —Claro que sí.
    —Demuéstralo en el campo —le gritó enfadado mientras le miraba mal.
    —Lo haré, en cuanto te recuperes de la lesión —respondió— No voy a jugar contra alguien debilitado.
    —No estoy debilitado.
    —Si lo estás. Tienes las muñecas mal aunque no lo demuestres.
    No respondió solo se giró viendo enojado el cielo. Estaba lleno de estrellas y aunque lo intentara no podía negar lo que había dicho el chico del pañuelo. Suspiró mientras seguía mirando el cielo. El otro chico lo observó un poco y de un jalón lo acercó a él, el otro se giró sorprendido y eso hizo que Kaido pudiera besarlo en los labios, mientras con su mano lo cogía por la nuca para evitar que se le escapara el chico.
    Momoshiro se sorprendió por ese acto pero no se quejó, ese contacto le estaba gustando más de lo que esperaba. Notó como el otro le lamió su labio por lo que suspiró, al hacerlo sintió como una lengua se metía en su boca para jugar con la suya. Al principio se sorprendió pero después empezó a batallar con el otro, no iba a dejarse ganar por ese chico. Al rato se quedaron sin aire por lo que tuvieron que separarse. El peli-azul vio al otro con una expresión que no se podía entender.
    —¿Por qué mierdas me besaste? ¿Quién te crees para hacer eso? —gritó de repente.
    —Kaoru Kaido, ¿algún problema con ello? —respondió con seguridad.
    —Claro que lo hay. ¿Por qué narices me has besado? —aun tenía un poco del sonrojo que le había quedado por el beso, lo que hizo sonreír al del pañuelo.
    —Porque quise —respondió aún con esa sonrisa.
    —No es un motivo.
    —Te veías demasiado lindo para no hacerlo —dijo haciendo sonrojar al pali-azul— aparte no vi que te disgustara —añadió con sorna.
    —¡Claro que me disgustó ¿qué te crees?! —gritó aun sonrojado pero con cara de enojo.
    —Por eso correspondiste —se burló el otro.
    —Cállate —gritó el otro mientras miraba en dirección opuesta.
    —Si gritas tanto despertaras al resto de equipo.
    —Es tu culpa.
    Kaido le abrazó por detrás aprovechando que este miraba en dirección contraria. Momo se sorprendió y se removió un poco pero al final acabó cediendo y se dejó abrazar, igual él lo deseaba. El del pañuelo empezó a besar el cuello del otro mientras lo tenía abrazado por lo que el peli-azul suspiró. Se sentía realmente bien. Sintió como el chico-serpiente empezaba a quitarle la camisa. Su mente le empezó a mandar alertas diciendo que se negara pero su cuerpo no estaba de acuerdo con las alarmas así que no las aceptó y simplemente se dejó desnudar.
    Kaido giró al chico para quedar de frente y poderlo besar de nuevo mientras sus manos se dirigían hacia el pantalón y entrepierna del otro, el cual ya estaba duro. Sonrió al notar eso. Y simplemente empezó a quitarlo junto con la ropa interior. Una vez hecho eso lo sentó en su regazo para que no tocara directamente con el suelo, y empezó a atacar el cuello y el pecho del peli-azul mientras este solo suspiraba inmóvil.
    —“¿Por qué Kaido me está tocando así? Se supone que es mi rival a batir, entonces ¿por qué? Y porque… ¿porqué se siente tan bien?” —se preguntaba el peli-azul sin entender el porqué se dejaba tocar y lo disfrutaba tanto— ah… Ka-Kaido… aaah —gimió notando como le besaba en el cuello.
    —¿Te gusta? —preguntó mien—tras sonreía y seguía besándolo.
    —No-no… te-te i-ilusi-o-ones —respondió entrecortadamente.
    El otro solo sonrió mientras su mano acariciaba su pecho, su abdomen y su cintura, donde se quedó un rato antes de seguir por la cadera y llegar al miembro del otro. Empezó a mover su mano lentamente mientras Momoshiro empezaba a suspirar por el placer. Estaba muy excitado lo que se podía ver en como se había puesto duro, y ahora que Kaido le tocaba allí no sabía cómo controlar sus gemidos. Lentamente esos suspiros pasaron a ser gemidos que alegraron los oídos del chico del pañuelo. Sonrió mientras seguía con su labor aumentando el ritmo de su mano. Los gemidos del peli-azul también iban creciendo
    —Ka-Kaido… ya… aaah… me… —sin acabar de decir la frase se corrió manchando la ropa del serpiente.
    El otro solo acercó la mano a su boca y se lamió los restos de semen que había quedado allí. Estaba amargo pero no malo. Después de eso besó al peli-azul. Al acabar el beso lo miró a la cara viendo ese sonrojo que había aparecido en él. Luego se fijó en que cierta parte del otro había despertado de nuevo. Por lo que después de lubricar sus dedos los acercó a su entrada.
    —¿Qué crees que haces? —preguntó alertado Momoshiro.
    —Prepararte para entrar.
    —¿Quién dijo que yo fuera a ser el uke? —exclamó gritando.
    —Tu comportamiento —respondió simplemente mientras metía un dedo dentro de él.
    —Para, Kaido. Yo no soy uke —dijo moviéndose levemente mientras aparecía un sonrojo.
    —Si tu lo dices —respondió mientras metía más su dedo dentro de él tocando un punto que le hacía enloquecer por el placer.
    —Ah… —gimió al notar cómo le tocaban ese punto.
    —No eras uke, ¿verdad? —dijo mientras empezaba a embestirlo con su dedo mientras ensanchaba su entrada.
    Kaido metió un segundo dedo al notar que ya estaba más dilatado y siguió con sus movimientos de mete-saca dándole en su punto el mayor número de veces posible. El peli-azul no podía parar de gemir y con la razón nublada por el placer empezó a mover sus caderas al ritmo de los dedos de Kaido. Este sonrió al notarlo y continuó con los movimientos. En un rato sacó los dedos de su interior y sacó su miembro de la ropa para meterlo dentro de ese interior. Suspiró al notar como la cavidad envolvía su miembro.
    El peli-azul empezó a moverse de arriba abajo por el miembro de su seme y este lo embistió a un ritmo rápido des del principio mientras acariciaba ese pecho desnudo que tenía delante de él. Era blanquecino y muy suave. Acercó su boca y empezó a lamerlo mientras el otro seguía moviéndose. Succionó un poco ese pecho y dio una pequeña mordida dejando una marca en él. El otro siguió gimiendo más aun al notar esa mordida, le excitaba mucho sentir como jugaba con su pecho.
    —Kaido… aaah… má-más… —gimió mientras se aferraba a la ropa del otro.
    —¿No era que no eras el uke? —preguntó con sorna mientras le embestía más fuerte y lamía su pezón.
    —N-no lo so-soy… aaaah….. so-solo… aah… se… ah… será hoy…. Aaaah —decía entre gemidos.
    Al encontrarse con el pezón nuevamente lo succionó un poco mientras con sus manos acariciaba su espalda. Esta se arqueo al notar esa succión y se separó un poco por ello. El chico serpiente solo sonrió ante ello y con una de sus manos empezó a masturbar de nuevo al peli-azul el cual gimió más fuerte. Cerró los ojos dejándose llevar el placer mientras Kaido lo aguantaba por la cintura atrayéndolo hacía él.
    Unos cuantos movimientos más si Momoshiro se corrió de nuevo en la mano de Kaido mientras que este se movió un poco más y se corrió dentro de él. El peli-azul apoyó su frente en el hombro de ese y en cuanto recuperó el aire se levantó del chico del pañuelo y se vistió. Estaba sonrojado y avergonzado por lo que había hecho con su “amigo”. No entendía como se había dejado llevar por él de esa manera, nunca había pensado en que eso pudiera pasar, el castaño si le gustaba un poco aunque nunca había pensado en eso. Pero la cuestión era que no le había disgustado y eso le tenía confundido.
    Miró una vez más al castaño y se sonrojó un poco antes de girarse dispuesto a volver a la cueva. ¿Cómo podía ser que solo tocándolo un poco con cuatro caricias hubiera conseguido que se dejara llevar de esa manera? ¿Y por qué motivo había hecho tal cosa? ¿Des de cuando su amigo tenía esas preferencias sexuales? ¿O era que estaba demasiado caliente y necesitaba hacerlo con alguien? Ese comentario le molestó. Si era eso podía haberlo hecho con cualquier otro. Sin decir nada se fue con sus pensamientos, de nuevo a su saco para quedarse dormido al poco.
    Un rato más tarde Kaido también se fue a su saco e igual que el peli-azul se durmió enseguida, había sido un día muy duro para todos. Pero enseguida fueron despertados para un entrenamiento nocturno por parte de Mifune. Todos maldijeron a ese hombre pero cumplieron ese mandato para poder volver a dormir.
    Al día siguiente hubo otro entrenamiento, tenían que evitar que los pájaros petaran sus globos. Sin saber cómo, el castaño y el peli-azul acabaron corriendo juntos. Bueno uno de ellos si sabía el porqué, ya que lo había hecho aposta. El castaño se había encargado de que el peli-azul corriera con él, lo que era un poco incomodo para este.
    —Lo hiciste expresamente —se quejó.
    —¿El qué? —preguntó con burla.
    —Que quedáramos solos —gritó enfadado por el tono.
    —¿Eso crees?
    —Claro, sino porque tendría que estar con una maldita serpiente.
    —No está tan mal, una maldita serpiente, perrito.
    —¿pe-perrito? —dijo confundido y enfadado.
    —Ayer aullabas mientras lo hacíamos, así que eres un perrito.
    —No aullaba. Y no me recuerdes eso. Solo fue un error que nunca más se repetirá —dijo mirando a otro lado.
    —Claro —respondió acercándose y tocándole el culo.
    El peli-azul dio un respingo al notar eso y se giró enfadado para encararlo. Su cara estaba roja por el enojo y por la vergüenza. ¿Por qué se tomaba tantas confianzas con él? ¿Quién se creía que era? No le gustaba eso pero no le disgustaba. Simplemente no sabía qué era lo que sentía. Pero no quería que jugara con él de esa manera.
    —Deja de tocarme imbécil, ¡No eres nadie para ello! —le gritó.
    —Puede que no sea nadie pero yo sé que te gusto.
    —No es cierto. ¿Cómo podría gustarme un idiota como tú? —dijo más sonrojado mientras volvía a correr.
    —Gustándote, eso es seguro. Tu cuerpo ayer lo dijo todo…
    —Deja ya ese tema —gritó interrumpiéndolo.
    —E igual que tú me gustas a mi —siguió gritándole enfadado por la interrupción.
    El peli-azul se paró en seco al escuchar eso, se giró y lo miró. El castaño tenía la cara seria como acostumbraba cuando no estaba enfadado. Lo miró mientras el otro tenía esa cara un poco indiferente. Su sonrojo había crecido un poco.
    —Je, eso sería más normal —dijo con aires de superioridad— soy el mejor.
    Kaido suspiró ante la salida del peli-azul pero ya lo esperaba, Momoshiro siempre había sido un chico con mucho ego, pero digamos que eso le gustaba en él. Aunque siempre pelearan por eso, le gustaba el carácter del chico, era divertido pelear con él.
    —Tsk —respondió mientras le miraba— ¿nada más que decir?
    —No, nada más.
    Dicho esto empezó a correr de nuevo intentando que esas cosas no petaran su globo. Kaido lo siguió y continuó esquivando esos pajarracos. Ese peli-azul parecía que no había entendido sus sentimientos o que simplemente estaba pasando de ello. Era un chico muy terco, así que tenía que tener paciencia, cosa que justamente no tenía mucho. Suspiró de nuevo mientras corría.
    —Debilucho ¿no vas a contestarme? —le preguntó inquisitoriamente.
    —No soy debilucho y no tengo nada que decirte.
    —Acabo de decirte que te quiero y tú te quedas tal cual. ¿No me vas a decir el sí?
    —Claro que no. ¿Qué te has pensado?
    —¿Qué me amas?
    —Pues te equivocas, imbécil.
    —Yo no me equivoco pero tú no lo quieres admitir.
    —¿Qué pesado? Déjame en paz con el tema —respondió— Yo no te quiero.
    —Porque tu lo digas…
    —Sí, por eso mismo, porque YO lo digo y YO soy el que no siente nada.
    —Tsk. Cabezota.
    —No soy cabezota, solo realista, cosa que tu no.
    —¿Entonces, porque ayer no me paraste? —gritó enojado— ¿Haces esto con todo el mundo? —le siguió gritando mientras le cogía por el brazo para que le mirara.
    —No lo hago con nadie pero igualmente no te quiero —respondió también gritando mientras se soltaba.
    —Momo —le llamó Kaido haciendo que el otro se girara.
    Rápidamente el castaño del pañuelo se acercó a la cara del peli-azul y le besó. Al principio el otro iba a separase pero una mano en la nuca se lo impidió así que no tuvo más remedio que corresponder al beso. Se sonrojó un poco mientras lo hacía y más cuando Kaido le pidió permiso para entrar. Dejándose llevar por el beso concedió el paso a esa lengua ya no tan extraña. Ese beso era embriagante, como los besos de la noche. No sabía porque pero mucho que quisiera evitarlo el castaño conseguía que se excitara con un simple beso. Al final se separaron por la falta de aire y el castaño lo miró.
    —¿Ahora correspondiste sin tener ganas? —preguntó con burla mientras el otro miraba hacia otro lado.
    —Puede que me gustes, pero no por eso tienes derecho a hacer estas cosas.
    —Pero si tú también lo deseas.
    —No es cierto, y yo no soy el uke, esta vez lo serás tú.
    —Tsk, no lo creo. Estás deseoso de tenerme dentro de ti.
    —En tus sueños, imbécil.
    Continuará...

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    Hasta aquí esta pareja, jeje, tengo más escenas para otros personajes de esta serie así que preparaos para un bombardeo de ellos jajajajaja al menos tengo para 3 parejas más, una que es como una segunda parte de este fic y dos parejas más que van por separado.

    ¿Quieren la otra parte?
    ¿Les gustó este fic?

    He intentado hacer sus caracteres lo mejor posible teniendo en cuenta su relación en el The prince of tennis i el inicio del New prince of tennis ya que de momento no me lo terminé.

    Espero sus reviews.
    Hasta pronto

    Edited by Tem-chan - 8/9/2023, 23:09
     
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  2. Anita-Neko†vampiro†*¬*^_^¬_¬
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    Holas Tem-onee-chan ejeje

    ¿Quieren la otra parte? Yo si la deseo y quiero leer!! me parecio muy graciosos y las personalidades me encantaron ejej todo fue divertido y bueno..que decir hiciste lemmon jeje >//w//<~
    ¿Les gustó este fic? See!! em encanto!! fue muy gracioso como lo dije antes y me divertio el comportamiento del uke tsundere es decir de momo ejej que según la serpiente es un cachorrito? jajjaja estuvo graciosa esa parte! y mas el final! eejje fue muy divertido no sere el uke pero si como el dijo te mueres por que este el dentro de ti ajjajaj ! ya ne onee-chan te quiero! ^x^~

     
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  3. Tamy~chin *---*
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    HERMOSOOOOOOOOOO~~ Que si me gusto? Lo adoree quiero segunda parte pero ya *----------------------* esta muy hermoso y divertido, esperare por leer tus proximos fics tambien ^^ Bueno Matta nee~~ *0*
     
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    Al final creo que dejaré este fic hasta aquí... con solo una parte, pero escribiré más de este manga, no sé cuando, pero al menos una de OishixEiji lo haré, amo a esta pareja, pero serán con otro títulos, no se asusten que igual lo escribiré en algún momento

    Perdon por dejarlo así de golpe jeje

    Hasta otra
     
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    Capítulo 2


    Habían pasado unos meses des del campamento, todos habían mejorado pero había dos que estaban más raros de lo normal. Se peleaban hasta más de lo normal. Habían llegado a un punto de no retorno en el que no podían ni verse. En cuanto se encontraban todo el mundo se iba de las pistas. Sabían lo peligrosos que eran cuando se encontraban y se peleaban entre ellos. Muchos sabían que esos dos eran rivales de toda la vida, pero nunca se habían llevado tan mal como en ese momento y los que los conocían no podían entender que era lo que les pasaba para estar peleándose de esa manera.
    ―Momo-sempai ―le preguntó Ryoma a su sempai― ¿Pasó algo?
    ―¿Algo? ¿Por? ―respondió malhumorado mientras se disponía a morder su hamburguesa.
    ―Te noto enojado.
    ―Eso no es cierto.
    ―Ah… ¿Tiene que ver con Kaido-sempai?
    ―¿Por qué nombras a esa Víbora? ―fue su respuesta mostrando aún más enfado que antes.
    ―Se os ve tensos.
    ―Hoy estás muy hablador, Ryoma ―le comentó Momoshiro en parte para despistar la conversación― ¿Estás preocupado por mí? ―le preguntó ahora burlón consiguiendo un pequeño sonrojo en el menor.
    ―No…
    ―No eres muy convincente, este no es diferente de los anteriores.
    ―¿Ha pasado algo con él?
    ―¿Sigues con el tema? Eres un mocoso persistente.
    ―Hmmm…
    La mirada de Ryoma decía que a pesar de su indiferencia tenía interés en lo que pasaba. Una parte de él estaba feliz por ello, des de un principio le había caído bien ese pequeñín, por eso ahora le hacía un poco de ilusión saber que lo consideraba lo suficientemente cercano para preocuparse por él. Solo lo había visto preocupado por Karupin, su gato, y por eso le emocionaba pensar que quizás también estaba preocupado por él.
    ―Estoy bien, no es nada, estoy feliz de que te preocupes por mí.
    ―No estoy preocupado ―fue la simple respuesta de Ryoma.
    ―Sí, claro, por eso me estás preguntando ―se burló un poco aunque luego sonrió― gracias.
    ―Hmmm…
    Últimamente el mayor estaba algo raro, realmente estaba pasando algo, pero este no soltaba prenda. Ryoma se sentía más preocupado de lo que esperaba por ese cambio en el mayor. No era el Momoshiro que él conocía, más bien parecía otro. No le gustaba eso. Tenía la impresión de que tenía que ver con Kaido, ya que se ponía de peor humor cuando lo veía, pero no podía entender el porqué. Y una parte de él se sentía algo celoso de toda la atención que Momoshiro le estaba dando a Kaido aunque solo fuese inconscientemente.

    ------------------------

    Kaido en esos momentos estaba en su rutina de entrenamiento, corriendo por la ciudad. Solía correr más de 50 Km al día, había ido aumentando su tiempo de carrera al día y también los quilómetros, ya que quería aumentar su resistencia y la velocidad. Para ello estaba siguiendo el plan de entrenamiento que Inui le había hecho y gradualmente iba aumentando el número de quilómetros que corría al día en el mismo tiempo que lo hacía antes. Al pasar junto a la hamburguesería donde estaban comiendo Momoshiro y Ryoma no pudo evitar verlos allí comiendo en tan buena sintonía y con esa sonrisa en su rostro. Se paró un momento para mirarlo antes de girar el rostro y seguir corriendo sin perder más tiempo pero con algo en su cabeza.
    ¿Qué había sido eso que había pasado esa noche? Habían pasado algunos meses, pero lo que había pasado había quedado grabado en sus mentes. Él y Momoshiro haciéndolo… Hasta se habían declarado o algo parecido. Era cierto que no habían quedado en ser pareja ni nada, pero la conversación llevaba a pensar en que podían repetir lo que había pasado esa vez. Ciertamente no entendía nada de lo que había pasado ese día. Algo le decía que se habían dejado llevar por el momento. El haber perdido, el ser rivales pero a la vez compañeros de equipo, el tener que ayudarse el uno al otro… Y finalmente el haberse quedado solo con Momoshiro herido de las manos y en cierto modo algo vulnerable.
    Pensándolo bien ahora veía claro que había sido un error el hacer eso, el dejarse llevar no había llevado a nada bueno, al contrario, en esos momentos se odiaban a muerte. Nunca habían sido propiamente amigos, pero eran rivales se conocían y a pesar de todo podían convivir si era preciso, en esos momentos eso era impensable. De solo pensar en todo eso se estaba poniendo de malhumor.
    En cuanto acabó ese campamento de tenis todo fue de mal en peor, y ahora eso seguía así, ninguno de los dos era capaz de saber si esto algún día podría cambiar pero el ambiente era tenso entre ellos y de solo pensar en todo lo que había pasado se ponían más tensos. Sólo que en estos momentos su tensión era por otro motivo, des de un callejón oscuro estaba sintiendo que alguien le observaba y se le acercaba. No tenía miedo, era el gran Kaoru Kaido pero de todos modos algo de precaución no estaría nada mal.
    ―Kaido ―escuchó una voz conocida proveniente de esa sombra y se relajó dejando de correr al instante― te he estado observando, te has peleado con Momoshiro, ¿verdad?
    ―No te importa ―fue su respuesta seca.
    ―Des de que le has visto has empeorado tu ritmo y se te ha puesto la cara llena de arrugas, das miedo.
    ―Cállate ―Kaido empezaba a enfadarse.
    ―¿Vas a gritarle a tu sempai? ―le preguntó Inui con una sonrisa sacando un vaso de bebida de saber dios donde― ¿Quieres probarlo?
    ―¿Uh? ―Kaido tragó saliva― lo siento, sempai.
    ―Bien, entonces, ¿Qué es lo que ha pasado?
    ―Nada…
    ―Kaoru Kaido, no puedes mentirme ―de nuevo el menor tragó saliva.
    Inui daba mucho miedo cuando se ponía así pero no quería que supiera lo que había pasado en ese campamento. Se negaba a que alguien lo supiera, aunque Inui podía ser muy persuasivo cuando usaba sus batidos extraños. Y en ese momento el mayor aún estaba con ese vaso en la mano. Así que no iba a negarse a cumplir con la petición del mayor e iba a… huir rápidamente en dirección contraria.
    ―No podrás huir ―le dijo Inui corriendo a su lado― yo también he entrenado.
    ―No me sigas.
    ―Entonces cuéntamelo todo.
    ―No pasó nada.
    ―Mentira.
    Ambos siguieron corriendo hasta que llegaron a un parque un buen rato más tarde. Ambos estaban un poco cansados por esa carrera pero seguían juntos de todos modos. Kaido no había podido deshacerse de su sempai y este seguía allí queriendo saber que había pasado. Tenía la libreta en una mano y el zumo en otro. Como el vaso estaba tapado no había caído el líquido. Cuando se pararon para descansar Inui siguió mirándolo esperando que este le dijera que era lo que había pasado. Kaido volvió a tragar saliva pero al parecer no le quedaba más opción.

    ---------------------

    Al día siguiente Inui los citó a los dos a la pista de tenis aunque sin decir que el otro también iría. Cuando llegaron se encontraron con el otro, con Inui y con… Ryoma, que había ido junto con Momoshiro. Este lo había invitado ya que iban a una cancha de tenis daba por hecho que era para jugar y había pensado en invitar al menor. Al verse el ambiente se puso tenso. Kaido y Momoshiro cruzaron una sola mirada y los recuerdos de ambos llegaron. Tensión. No se podía evitar. Inui lo observaba todo sabiendo más o menos lo que había pasado, se le veía muy tranquilo.
    ―Veo que ya nos hemos reunido todos aquí ―dijo mirándolos a los tres, sin apartar la mirada de Ryoma quien se la devolvió― Alguien de aquí no había sido invitado pero da igual.
    ―Lo siento Inui-sempai, lo invité yo.
    ―Bien ―fue toda su respuesta antes de sacar la libreta― entiendo que después de haber tenido una aventura entre vosotros ahora la cosa esté más tensa que antes, pero no por eso debéis perjudicar el equipo con vuestra pelea.
    ―¿Ah? ―preguntó Ryoma abriendo mucho los ojos al escuchar eso notando como en su interior algo se rompía.
    Y después de muchos años el peli-verde sintió que tenía ganas de llorar, ¿Qué significaba eso de que Momo se había liado con Kaido? ¿Cuándo había sido eso? Él siempre estaba con Momoshiro y nunca lo había visto tener ningún tipo de interés en Kaido, a no ser que fuese para pelearse. ¿Tan ciego había estado al no ver eso? Se decía que del amor al odio solo había un paso.
    ―Inui-sempai, ¿Cómo sabe eso? No me digas… Víbora, imbécil has sido tú quien se lo ha contado, ¿verdad?
    ―Cállate, yo no quería.
    ―¿No? Pero bien que lo hiciste, idiota.
    ―No me llames, idiota.
    Siguieron discutiendo ajenos a las lágrimas de Ryoma que resbalaban por sus mejillas sin ser él mismo consciente de lo que esas significaban. Su corazón roto. El chico que para él era más un amigo, como un hermano, resultaba que ni siquiera era eso. En esos momentos se había dado cuenta de que en realidad sentía algo más por él de lo que se esperaba. Y el escuchar que había tenido una aventura con Kaido le había ayudado a darse cuenta de sus sentimientos, a pesar de que él no se había dado cuenta de que esas lágrimas fluían de sus ojos, si notaba como su pecho estaba roto en varios pedazos.
    ―Echizen, ¿Estás bien? ―le preguntó Inui quien sí se había percatado de esas lágrimas.
    ―Sí.
    ―Ya veo.
    Inui al parecer lo había entendido todo, sabía lo que significaban esas lágrimas y entendía por qué fluían en ese momento. En parte por eso no había dicho que se fuese, sabía que era importante que Ryoma se enterara también. Tenía la idea de que esos dos sentían algo, por eso la revelación de que Momoshiro y Kaido se habían liado era tan extraña para él. No veía porque Momoshiro tendría que hacer algo así, siendo que él tenía la impresión de que sentía algo por el novato del equipo.
    ―A mí también me sorprendió, pero por el bien del equipo es mejor que lo resuelvan.
    ―¿Ry-Ryoma? ―preguntó Momoshiro quien al girarse para ver a Inui se dio cuenta de que el menor estaba llorando aún con sus ojos algo abiertos por esa revelación― ¿E-Estás bien?
    Pero Ryoma no respondió estaba tan metido en esos sentimientos que le abrumaban por dentro que no podía ni siquiera mediar palabra al respeto. Inui lo observaba todo desde un lado, sobre todo al chico del pañuelo que en esos momentos miraba hacia otro lado. Parecía molesto. Realmente él también lo estaba, tanto esfuerzo ayudándolo a mejorar y entrenando con él para que luego se fuese con otro. Era verdad que ayudándolo también conseguía datos para su libreta, pero eso no era todo, tenía otras intenciones que Kaido y saber que este se había tirado a los brazos de otro tampoco era de su agrado.
    ―Creo que Ryoma está conmocionado, deberíamos llevarlo a casa ―respondió Inui por el menor― Momo, llévalo tú.
    ―Sí, creo que será lo mejor.
    Momoshiro como pudo consiguió que un Ryoma lloroso empezara a andar, parando delante de un banco donde lo acabó sentando. No podrían llegar a casa del menor en esas condiciones. Lo dejó sentado en ese banco y fue a las máquinas expendedoras para sacar la bebida preferida de este y llevarle la lata. Quizás eso lo animara un poco. Realmente estaba asustado, era la primera vez que lo veía de ese modo. Ni siquiera cuando lo habían lesionado o cuando había estado perdiendo un partido se había visto tan perdido como en ese momento. Ryoma era fuerte y por lo general no solía desmoronarse ante nada, Momoshiro no podía entender porque en esos momentos el menor estaba llorando casi sin parpadear ni mostrar ninguna expresión.
    ―Esto… ―empezó a decir pero en cuanto Ryoma lo enfocó con su ojos las lágrimas aumentaron.
    ―¿Te gusta Kaido-sempai? ―fue lo que preguntó el peli-verde sin más dejando al otro con expresión de “¿de qué cojones hablas?”
    ―¿Cómo me va a gustar esa víbora?
    ―Pero lo hiciste con él…
    ―Solo dos veces.
    ―¿Dos?
    ―La primera fue por el momento y la segunda porque tenía que devolverle el favor.
    ―¿Le pagas favores con sexo?
    ―No, ¿De qué hablas?
    ―Es lo que has dicho…
    ―No… ―Momoshiro no sabía cómo explicarlo sin perder el orgullo pero viendo los ojos llorosos del menor no le quedaba de otra que hablar del tema, no entendía por qué pero sabía que debía― la primera vez yo tenía mal las muñecas y fue él quien dominó… entonces… en la segunda vez cambiamos para demostrarle que yo no soy pasivo, y que la primera vez fue solo por lo de la lesión.
    ―Entiendo…
    ―Menos mal ―el mayor suspiró de alivio.
    ―Me voy a casa.
    ―¿Ah? Espera que te acompaño.
    ―No es necesario, puedo ir solo.
    ―Pero… Ryoma…
    ―Adiós, sempai.
    El menor se giró y lo dejó allí mirando su espalda, que cada vez se alejaba más. Momoshiro sintió algo extraño en su interior. Esa extraña escena le había dado algo en lo que pensar y no lo entendía. Recordó varios momentos, sobre todo esa supuesta cita con Ann, la novia de Kamio, donde invitó a Ryoma para que fuese con él. La chica le caía bien y le parecía mona pero no quería quedar a solas con ella. Ryoma al principio no quería ir y le había hecho algunas preguntas que en el fondo le habían hecho algo feliz. Parecía que estaba interesado en ese tema, y solo con él pasaba eso. Pero ahora tenía la impresión de que había traicionado al menor y no entendía ni el cómo ni el porqué.

    ----------------------------

    Inui y Kaido seguían en el mismo sitio, el moreno observaba al castaño y este miraba hacia otro lado, sin saber muy bien que hacer. Era una situación muy incómoda y no recordaba haber vivido nada igual. Aunque en esos momentos por su mente pasaba ese momento en el que Inui le había llamado para una cita... Se había puesto muy nervioso y rojo al escuchar eso, al menos al principio ya que todo resultó ser un malentendido. Se sonrojó por el recuerdo. Esa vez no sabía que debía hacer si acudir o no, o que decirle al respeto. Quizás si hubiese sido verdad no habría cometido el error de liarse con su rival y perder esa relación que tenían por extraña que fuese.
    ―Kaido, equivocarse es de humanos, pero debes aprender a enmendar esos errores.
    ―¿Cómo?
    ―Encuentra el amor verdadero y verás que eso queda en el pasado.
    ―¿Amor? ―preguntó ahora sorprendido.
    ―Sí, puede que no tengas que buscar tanto para encontrarlo.
    ―No entiendo de qué me estás hablando, pero se hace tarde.
    ―Sólo piensa, y darás con la respuesta. Estaré esperando.
    Kaido lo miró sin entender nada, y menos esa última frase, ¿Qué tenía que esperar? Nunca había logrado entender a Inui pero no era necesario, él era él, simplemente. Su sempai y su “entrenador” particular, aunque no hubiesen quedado como tal, siempre le ayudaba con las rutinas o a perfeccionar alguna técnica que no le salía de principios, como el bumerang snake. Se fue de allí algo sonrojado al pensar en esos extraños entrenamientos que el mayor le había propuesto. Entrenar en un rio con agua para que la toalla quedara empapada y así poder perfeccionar la técnica. En esos momentos el mayor lo había visto sin camiseta y no le había importado, ahora quizás no sería lo mismo. Había descubierto que le gustaban los chicos y que el ser uke era bastante más placentero que el ser seme. Muchas cosas habían cambiado en su punto de vista y perspectiva.
    ―Creo que ya entiendo lo que quería decir Inui-sempai.
    Se sonrojó un poco más y empezó a correr para hacer parte de su rutina de ese día, la cual en esos momentos había quedado algo aparcada. Podía ser que el mayor le hubiese dicho que él era su amor verdadero, pero… si no era eso... Podría volver a equivocarse y cometer el mismo error dos veces iba en contra de los principios de un Kaido. Tendría que volver a hablar con Inui sobre el tema, pero eso sería más adelante. En esos momentos no se veía capaz de ello.
    ―Shhhhhhhu…

    --------------------------

    Al día siguiente en el entrenamiento todo estaba siendo muy raro, Tezuka lo observaba todo como siempre, y en un momento arrugó una ceja al ver lo que pasaba. Inui parecía el de siempre, pero le había parecido extraño que se hubiese olvidado de sus batidos especiales. De acuerdo que eso no era algo malo, al menos no habría bajas ese día, pero no era propio de Inui, siendo tan meticuloso como era que se hubiese olvidado algo, y no estaba del todo concentrado, solo miraba a Kaido de reojo.
    Kaido estaba nervioso, sus golpes no eran tan precisos como lo solían ser normalmente, la serpiente había ido fuera en varias ocasiones, y eso era raro en él, dejando de lado que cada vez que su mirada se cruzaba con Inui se sonrojaba. Algo le hacía pensar que había pasado algo entre ellos y también con Momoshiro, el cual ya no estaba peleando con Kaido. Realmente ninguno de los dos se había dirigido la palabra, y no se habían peleado en todo el día. En parte eso también era bueno, pero perder la rivalidad de ese modo y encima siendo que ambos habían empeorado desde entonces.
    Momoshiro estaba en la pista intentando aparentar que todo iba bien, pero sus smash no eran los de siempre, ni tampoco su juego lo era. Estaba muy desconcentrado por ser él, quien por lo normal solía estar muy concentrado en sus partidos. Y parecía que ni siquiera se molestaba por sus propios errores.
    Por último Ryoma estaba en otro mundo. Claramente no estaba ni jugando, con lo mucho que le gustaba el tenis y lo impaciente que se ponía cuando no jugaba y ese día no había tocado una pelota con su raqueta. Tenía la mirada perdida y no parecía que le importara nada más a su alrededor. Hasta su padre se había dado cuenta de que le pasaba algo a su hijo y que no tenía relación con el tenis en sí.
    ―Ryoma si no vas a jugar sal de la pista de tenis ―le dijo Tezuka con su voz seria.
    Ryoma sin decir nada salió de la pista, cosa que sorprendió a todos los que iban a replicar por las palabras del capitán. No era normal que Tezuka echara a alguien de la pista sin más. Era entendible ya que el menor no estaba haciendo nada más que ocupar sitio y ya, pero de todos modos sorprendían tantos sus palabras como al reacción de Ryoma. Definitivamente algo estaba pasando.
    ―Sea lo que sea que te pase déjalo fuera de la pista, durante un partido lo único importante es el tenis.
    Esas palabras del capitán hicieron que Ryoma abriera un poco los ojos y que se disculpara pero solo se sentó a los pies de uno de los árboles que había cerca de la pista para ver jugar a los demás. Sobre todo se concentró en Momoshiro y en Kaido, y las lágrimas tendían a querer salir de nuevo. Sólo que esta vez no iba a permitirlo. No iba a llorar de nuevo por Momoshiro, solo tenía que superarlo y volver a jugar al tenis que tanto le gustaba. Sí, definitivamente eso haría. Cogió su raqueta y una pelota y empezó a darse autopases contra una pared.
    ―Ryoma-kun ―escuchó que le hablaba la voz de una chica, Sakuno, para ser más exactos― ¿Estás bien?
    ―Sí.
    Sakuno ya no sabía que más decir, en verdad, aunque le gustaba mucho el chico no era capaz de entenderle o de saber qué era lo que tenía que decir cuando hablaba con este. Se cogió las manos, un poco nerviosa, mientras pensaba en las siguientes palabras que pronunciaría. Ryoma nunca se enfadaba, pero no quería molestarlo de todos modos.
    ―Esto… no pareces el de siempre… Ryoma-kun nunca deja de jugar al tenis…
    ―¿Y?
    ―Yo… estoy preocupada… ―confesó sonrojándose mirando hacia abajo.
    ―Estoy bien.
    ―Ryoma-kun…
    Toda esa escena fue vista por Momoshiro, quien al ver como la chica se acercaba a Ryoma y hablaba con él sintió algo que no había sentido antes, a pesar de que no era la primera vez que hablaban a solas. Hasta habían tenido alguna cita que otra la chica y Ryoma. Él los había seguido en una ocasión. No le había gustado mucho la escena pero era algo inevitable, y como sempai iba a velar por él. Lo que no esperaba era que en esos momentos sentiría eso en su pecho. Era extraño, pero tenía muchas ganas de ir allí y apartar a esa chica de Ryoma. Quería ser él quien ocupara el tiempo del menor.
    ―Momo-sempai, cuidado ―le gritó uno de los chicos de primero.
    Al estar distraído había olvidado el partido y acababa de recibir un saque directo en toda su cara, haciendo que quedara inconsciente durante unos minutos. El ruido que provenía de las pistas hizo que tanto Sakuno como Ryoma acabasen acercándose, para ver qué pasaba. El peli-verde se sorprendió al ver a su sempai en el suelo pero no se acercó, solo se fue sin más. Sabía que Momoshiro era suficientemente fuerte para que eso realmente no fuese nada grave.

    ------------------------

    Después del entrenamiento Kaido decidió quedarse para hablar con Inui pero no sabía por dónde empezar con la conversación. Aún no tenía claro ni siquiera que era lo que pasaba o si estaba en lo cierto. La frase de Inui dejaba entender algo pero si estaba equivocado sería una vergüenza. Por eso quería preguntar y hablar con el mayor. El chico de gafas lo estaba mirando fijamente a través de estas como analizando lo que podría pasar. Esta vez había dejado su libreta de datos de lado, era algo que no tenía nada que ver con los datos de tenis.
    ―Esto… sempai…
    ―Dime, Kaido.
    ―¿A qué te referías con eso de amor verdadero? ¿Y de que está cerca?
    ―Aún no lo has entendido, Kaido.
    ―Por eso te pregunto.
    ―Debes encontrar la respuesta por ti mismo.
    ―Cállate y respóndeme.
    Inui respondió con una risita por esa respuesta del menor, no se podía responder y callar a la vez. Se notaba que estaba nervioso por el tema. Bien era el momento de seguir con su plan. No tenía más remedio que avanzar si Kaido no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Sonrió y le miró de manera más seria.
    ―Tengamos una cita.
    ―¿U-una cita?
    ―Sí, así lo entenderás. Así que vamos.
    ―¿A-Ahora?
    ―Sí, nos cambiamos y nos vamos a una cita.
    ―Y-yo…
    ―Vamos.
    Inui se fue hacia el vestidor para cambiarse y Kaido lo siguió, según le había dicho el sempai tenían una cita. Estaba nervioso pero no tenía más remedio que ir, y así podía entender a lo que Inui-sempai se refería con sus palabras anteriores. No podía imaginárselo, realmente era algo muy extraño pero había estado tan metido en eso que no había podido concentrarse en el entrenamiento y eso no era bueno. Tenía que solucionar ese problema cuanto antes para poder jugar como siempre lo había hecho.
    ―¿Dónde vamos? ―le preguntó Kaido a su sempai siguiéndolo por las calles de la ciudad.
    ―A una cita ―respondió consiguiendo un sonrojo por parte del chico del pañuelo.
    No hablaron de nada más durante un largo rato, solo fueron a comer unas hamburguesas y dieron un paseo por la ciudad como si realmente fuese una cita normal. Algo que Kaido no esperaba pero que en cierto modo le resultó más cómodo de lo que pensaba. No se estaba tan mal con ese chico callado pero que a la vez gustaba de cotillear y molestar a los demás.
    ―Entonces, Kaido, ¿Has entendido algo?
    ―Yo… te gusto…
    ―Eso es cierto, pero no es solo eso.
    ―¿A qué te refieres?
    ―¿Quieres ser mi pareja?
    ―¿De dobles? ―preguntó algo dudoso.
    ―No, de vida.
    ―Pareja de novios… Pero somos hombres…
    ―Momoshiro también lo es.
    Con eso Kaido solo se puso de malhumor pero se quedó callado. No hacía falta que le recordaran esos momentos que había vivido con el moreno. Miró al otro chico sin saber muy bien qué hacer ante eso. Así que le había dicho lo de la cita para declararse. Él aún no tenía claro cuál era el sentimiento que tenía por el moreno, o si tenía algún sentimiento en realidad.
    ―Me niego.
    ―¿Te niegas?
    ―Sí.
    Inui se acercó a él y le besó sin más, después de esa respuesta no le quedaba más opción que avanzar un poco más rápido. Él era consciente de que Kaido aún no tenía claros sus sentimientos pero no iba a dejar que se escapara. Iba a ser suyo sí o sí. No iba a permitir que se fuese con otro, no tan fácilmente. Lucharía por ese chico, sabiendo que era gay no iba a contenerse. Kaido abrió los ojos por ese contacto de labios, pero se quedó como de piedra y no pudo separarse ni reaccionar al respeto. No se esperaba ese beso de repente.
    ―¿Q-que? ―dijo en cuanto logró separarse del beso.
    ―Un beso, una demostración de que te quiero.
    ―¿Ah?
    ―Te voy a dejar un tiempo para que puedas pensar en el tema, nos vemos.
    Después de ese beso Inui se fue como si no hubiese pasado nada, dejando a un Kaoru sonrojado, sin entender muy bien que debía de sentir. Él también se fue hacia su casa pensando en eso que había pasado. Era todo muy extraño. Después de explicarle que se había liado con Momoshiro, todo se había precipitado. Inui de repente estaba haciendo cosas que no entendía y entre ellas se le había declarado y besado. Era increíble. No lograba entender nada de nada. Pero ese beso tampoco se había sentido tan mal. Era diferente que con Momoshiro, quizás había confundido ese sentimiento de rivalidad con el amor. Y quizás esos sentimientos de admiración y respeto hacia su sempai eran algo más que eso. Al fin y al cabo solían pasar mucho tiempo por el tema de los entrenamientos y esas cosas.

    -----------------------

    Esa noche Momoshiro decidió ir a las canchas de tenis callejero para jugar un poco, necesitaba desahogarse y jugar un poco para ver si así podía conseguir recuperar su concentración. No podía seguir como hasta ahora, tan perdido en una pista de tenis. Allí encontró a Ann Tachibana quien acababa de llegar viendo que no había nadie en esos momentos. Al ver a Momoshiro sonrió y se acercó a él.
    ―Hola, Momo, ¿jugamos?
    ―Bien, me parece bien.
    ―No te contengas.
    Momoshiro le sonrió y sacó su raqueta para empezar a jugar pero su juego no era el de siempre y eso la chica lo notó en seguida. Ella conocía la manera de jugar de Momoshiro por los partidos que este había jugado contra su hermano y los chicos de su instituto. Pero ahora no jugaba de esa misma manera y se molestó. No tenía por qué subestimarla solo por ser una chica. Al fin y al cabo tenían la misma edad. Ambos estaban en segundo, pero él era hombre y ella mujer. Si no jugaba en igualdad era discriminación de sexo.
    ―Te estás conteniendo.
    ―No es cierto.
    ―Sí lo es, este no es el juego del Momoshiro de siempre.
    ―¿Ah? ― preguntó ahora algo confundido.
    ―Estás jugando diferente, desganado. ¿Es que no soy rival para ti?
    ―No es eso.
    ―¿Entonces?
    ―No lo sé ―dijo sonrojándose y dejando el juego de lado.
    ―¿Te sonrojaste? ¿Males de amor? ―le preguntó ahora dejando también el tenis de lado.
    ―¿Amor? ―en su cabeza solo vino el rostro del menor lleno de lágrimas que había visto el día anterior.
    ―Sí. Estás enamorado y por eso no puedes concentrarte en el partido.
    Momoshiro se quedó pensativo después de esas palabras por parte de la chica. Enamorado… él… no podía ser, él solo estaba por el tenis, aunque le gustaban las chicas bonitas. ¿Chicas? Bueno, en esos momentos lo único que tenía en la cabeza era a Ryoma. A Ryoma y sus lágrimas, las cuales le habían dolido más que las lesiones que a veces se sufrían al ser deportista. Era increíble lo mucho que le podía llegar a molestar ver a ese mocoso orgulloso llorar, y también verle tan desanimado que hasta había dejado de jugar al tenis. Y todo había pasado des de que Inui le había dicho que él y Kaido se habían enrollado. ¿Tendría algo que ver eso con la reacción del menor?
    ―Creo que tengo que hablar con una persona ―le dijo a la chica antes de ir a guardar las cosas― gracias y hasta otra.
    ―Suerte ―le respondió la castaña con una sonrisa antes de quedarse sola en la pista de tenis.
    Momoshiro se fue de allí en su bicicleta yendo directamente a casa de Ryoma sin saber muy bien por dónde empezar cuando le viera. Solo con la idea de que tenía que hablar con él y hacerle sentir mejor. Tenía la impresión de que esas lágrimas eran por él. No había hablado mucho con Kaido así que dudaba que pudiese ser por el víbora y no tenía nada que ver con Inui. Al menos quería pensar que eran por él, ya que gracias a Ann se acababa de dar cuenta de sus sentimientos por el menor. Le gustaba Ryoma, y eso era algo de lo que no se había percato aunque ahora le parecía bastante evidente. Se sentía un poco tonto por no haberse dado cuenta de ello y haber tenido sexo con Kaido al dejarse llevar por el momento.
    Al llegar a casa de Echizen llamó a la puerta y le abrió el mismo chico quien al verlo abrió un poco los ojos y cerró la puerta, en el mismo momento. No quería verlo, era evidente que lo estaba evitando des del día anterior, ¿Es que Momo no podía entender ese tipo de indirectas? Que poco le había gustado eso de que Momoshiro hubiese tenido una cita con la hermana pequeña de Tachibana, o que esta le pudiese llamar en cualquier momento. Estaba un poco molesto por esa amistad que mantenían, esa chica y Momoshiro, pero ¿para qué? Después resultaba que este prefería a los chicos y se iba a la cama con Kaido.
    ―Espera, Ryoma ―le llamó el chico desde fuera― lo siento.
    Ante esa disculpa Ryoma volvió a abrir la puerta, sólo un poco, pero lo suficiente para ver como el mayor se había inclinado al disculparse. Era una disculpa formal y parecía sentida. Tenía que admitir que era un poco desconcertante, no entendía por qué de repente el mayor se disculpaba pero iba a escuchar lo que este tuviese que decir.
    ―Lo siento, no quería hacerte llorar por culpa de mi ineptitud al darme cuenta de mis sentimientos ―siguió diciendo― pero hoy Ann me ha ayudado a darme cuenta de que me gustas. Yo te quiero Ryoma.
    ―No suena muy convincente después de haber dormido con Kaido-sempai dos veces.
    ―Lo sé, pero eso fue un error del momento. Prometo que no volverá a pasar.
    ―No es la mejor declaración que he recibido.
    ―Ryoma Echizen, yo te amo, ¿quisieras ser mi novio?
    ―Esto está algo mejor.
    ―¿Entonces?
    ―Está bien, pero ni se te ocurra volver a verte con Kaido-sempai.
    ―Gracias, Ryoma ―le dijo abrazando al menor quien se sonrojó un poco y cerró los ojos.
    ¿Qué más podría haber respondido? Llevaba tiempo observando a su sempai y se había dado cuenta de que sentía algo por él. Cierto que no había acabado de entenderlo hasta que se enteró de que había estado intimando con Kaido, pero eso le había dolido. Cuando Momoshiro había dejado el equipo después de perder su puesto de titular él lo había observado y se había preocupado. A los tres días había regresado, y con fuerzas renovadas, sabía que Momoshiro era fuerte, y a pesar de todo se había preocupado. Después se había molestado por su cita con Ann, y al saber lo de Kaido sus sentimientos habían despertado por completo. Y en esos momentos tenía a Momoshiro declarándose de una manera sincera. No tenía otra respuesta que un sí.

    ---------------------

    Al día siguiente Kaido no había podido ni podía dejar de pensar en las palabras del mayor. Realmente estaba muy sorprendido por esas palabras. Habían entrenado mucho juntos e Inui se había preocupado de seguir su entrenamiento para reajustarlo y evitar que se hiciera daño. Sabía que Inui se había preocupado mucho por él, y por eso le tenía tanto respeto y había aceptado jugar a dobles con él. Si era con Inui no le importaba jugar dobles en vez de individuales, aunque le gustaba más jugar solo. Quizás debería de tener en cuenta eso, su decisión de jugar dobles con Inui, tenía algún fundamento. Dejando de lado la confianza que se tenían, gracias a esos entrenamientos, se sentía cómodo con el mayor. Tenía la impresión de que ya tenía una respuesta pero ahora le daba vergüenza pensar en ella. Con un pequeño sonrojo se dirigió hacia su sempai. Ya había acabado el entrenamiento y ahora tocaba ir a casa o hacer el entrenamiento especial que Inui sempai le había propuesto.
    ―¿Qué pasa Kaido? ―le preguntó Inui cuando lo escuchó detrás de él.
    ―Vamos.
    ―Quieres ir a entrenar juntos, aún no me has dado tu respuesta.
    ―Sólo vamos ―respondió algo sonrojado.
    Inui sonrió por ello, realmente ya se esperaba la reacción del mayor, no solo lo había observado en la pista, también fuera. No por nada le gustaba el chico del pañuelo, después de tanto observarlo, ya fuese por los entrenamientos o porqué le parecía interesante había acabado por enamorarse de él. Le había hecho feliz que al final Kaido hubiese aceptado jugar a dobles con él. Se fueron de la pista para ir los dos a algún otro sitio. Ya se esperaba lo que pasaría, conocía demasiado bien al menor.
    ―¿Entonces has estado pensando en mis palabras y tienes una respuesta para mí?
    ―S-sí.
    ―Me gustaría escuchar lo que me tienes que decir.
    ―Seamos compañeros de vida.
    ―¿Lo dices porqué yo te gusto o porque te he dado pie a que lo hagas para olvidar a Momo?
    ―Por las dos cosas.
    ―Es decir que me quieres usar para olvidarlo.
    ―N-no. Me gustas.
    ―Quiero escucharlo correctamente.
    ―Yo… He entendido que si acepté jugar a dobles contigo es porque me gustas.
    ―¿Entonces lo de Momo?
    ―Fue solo un error que quiero olvidar.
    ―Yo te haré olvidar ese error, en tal caso ―fue la respuesta del moreno quien se acercó a él para besarlo como había hecho el día anterior.
    Kaido esta vez correspondió al beso que le daba el mayor. Al fin y al cabo acababa de aceptar tener una relación con él y estaba del todo seguro de sus palabras. Aún se le hacía algo incómodo porque no se esperaba ese desenlace pero le gustaba, era una experiencia extraña y muy diferente a como había sido con Momoshiro. Ahora todo quedaba en manos del tiempo quien dictaría si su decisión había sido la adecuada.

    --------------------------

    Habían pasado unos años, ya ninguno de ellos estaba en el Seigaku, todos se habían graduado y el único que seguía con el tenis profesional era Ryoma. El que menos quería ser profesional era el que había llegado más lejos. Fuese por unas cosas u otras los demás habían tenido que dejarlo. Hablando de él, tenía que viajar para las competiciones pero siempre que tenía unos días libres venía a visitar a Momoshiro, con quien aún mantenía su relación. En estos momentos justamente pasaba unos días en casa junto a su novio, con quien se había ido a vivir hacía tiempo. En realidad eso era relativo porque aunque vivían juntos él pasaba más tiempo fuera de casa por los torneos que en ella. Le verdad era que en esos momentos estaba pensando en retirarse del tenis profesional. Ya había conseguido su meta, había ganado a su padre, dejándolo con la boca abierta ya que no es lo esperaba. Y en esos momentos su principal preocupación era el embarazo que estaba teniendo por culpa de Momoshiro que no se había puesto el condón la última vez. A sus 18 años y ya estaba esperando hijos, a eso se le llamaba velocidad. Momo estaba en la universidad estudiando, no le gustaba mucho estudiar pero desde que sabía que Ryoma había quedado embarazado de él, se había puesto las pilas, tenían una familia por mantener.
    Por otro lado Kaido e Inui aún no vivían juntos pero si seguían como pareja. Habían pasado 5 años más o menos desde entonces y al parecer la cosa funcionaba mucho mejor de lo esperado. Inui estaba estudiando su carrera al igual que Kaido. Se veían a menudo y seguían entrenando para no perder su condición física. Ambos estaban en el club de tenis de la universidad e iban a los torneos que podían, siendo aún pareja de dobles, pero era diferente, ambos habían decidido cuál sería el camino que querían seguir y no era el tenis profesional. Ahora solo les quedaba avanzar por ese camino que habían empezado juntos.
    FIN

    ------------------------
    Ahora sí, el final de la historia, jeje, hace años escribí esta segunda parte y se quedó en mi pc, no me acordé de colgarla, xd
     
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4 replies since 9/10/2013, 15:30   500 views
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