Mis terroristas

Fanfic de Junjou terrorist centrada en familias homosexuales.

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  1. Laury
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    Mis terroristas


    Miyagi You, es un adulto que disfruta de la vida pacífica y fuera de problemas. Tuvo ciertos sucesos en su pasado que lo han orillado a no interesarse demasiado en las personas ni enamorarse tan fácilmente, con el fin de no olvidar el primer amor, y la madre de su hija. Este ha encomendado a su hija a los abuelos de esta, dejándola vivir con ellos. Por ahora.
    Sin embargo, ¿Qué sucede cuando un “inocente terrorista” ataca su pacifica vida?
    Y además… Nanami Miyagi, hija legítima del grave Miyagi You… ¿Se convierte en otra?
    Una historia acerca de una nueva familia que se vuelve a formar, recuperando la felicidad que parecía perdida. Siendo atacado así, al corazón casi inalcanzable de Miyagi You… Por sus terroristas.
    Junjou Terrorist - Shinobu Takatsuki x Miyagi You.



    Este es mi primer fanfic Yaoi que publico, por favor, no sean crueles (?
    Emm... Está es una pequeña historia de familias homosexuales, teniendo de principal a la pareja Junjou terrorist (Shinobu Takatsuki x Miyagi You). Basada en la historia original y... con bastantes ajustes.
    El tema central son las familias homosexuales! <3
    Esto es debido a que me encantan las parejas de dos papis e.é
    Estarán todas las parejas de Junjou Romantica, y ya veré más adelante si agrego las de Sekaiichi Hatsukoi! ^^
    Espero les guste y lo disfruten! Sé que no hay muchos fans ni seguidores de está pareja, y por ello mismo quise hacer un fanfic de ellos... (Ya que son mi pareja favorita xD)
    Hablen con confianza, y si tienen sugerencias, diganme (? :3

    Aquí va el primer capítulo... O más bien... "Prologo" ^^
    -------------------------------

    “ Gracias por amarme. ”

    …Aquellas palabras, aquella frase… Sí, aquella frase…
    Tan simple, tan corta, quizá tan aparentemente insignificante...

    Esa frase... Eran dulces, si… dulces, dulces, dulces palabras...

    Sin importar lo que significase para cualquiera, aquella frase era el único y profundo eco que ahora y desde siempre se la vivía resonando en la subconsciente de Miyagi You.

    “Desde siempre”...A partir de aquel suceso.

    Ya había pasado tiempo, pero seguía presente.
    Miyagi You, un hombre que desde siempre había sido de actitud distante, solitaria y hasta cierto punto, madura… En algún momento durante su preparatoria, conoció a una mujer de encantadora personalidad, de la cual cayó grave y locamente enamorado.

    Sin embargo, quizá estaba mal.

    …O bien, al menos eso es lo que sentía.

    Todo comenzó cuando el aun era un joven de dieciocho años, a punto de entrar a la universidad… Se trataba de su hermosa y admirable “sensei”… La cual adoraba y quería, mucho, mucho, mucho… Tanto, que no pudo evitar enamorarse… Para después, amarla.
    …Pero, esto no acaba aquí, esto es solo el comienzo.
    A pesar de tener bastantes años de diferencia que los separaban, el no se rindió. A pesar de ser un simple mocoso, siempre se la pasó insistiendo acerca de su relación con su ‘sensei’. Cuando Miyagi se graduó, se le declaró a ella, tuvieron una feliz y larga relación y después de unos cuantos años, se casaron. Y de este lindo matrimonio, surgió una feliz familia…

    Y de esa feliz familia… Nació la pequeña “Nanami Miyagi”

    Hija legitima de Miyagi You y su adorada profesora. Está familia tuvo días felices, muy felices y llenos de armonía y calidez… Mientras esperaban mirar crecer a la pequeña Nanami.

    …Sin embargo…

    Alguien siempre se guardo algo, y se lo guardo muy bien.

    -“Gracias por amarme, Miyagi.”- Se acoplaba con las olas del mar, la voz de su adorada esposa. -“…Tu sabes muy bien que no me queda mucho tiempo aquí.”

    -“…..” – Se resignaba a responder, poniendo más presión en el agarre hacia el mango de aquella silla de ruedas, dejando volar su bufanda al son del aire. Sin dejar de escuchar el sonido de las olas del mar, con la cabeza cabizbaja.

    -“…Por favor, cuida muy bien de Nanami… Protégela, haz que sea feliz y sobretodo, nunca dejes que se quede sin sonreír… Aun después de que me vaya.”

    -“……” -

    -“Miyagi…”- Murmuró sensei, sin voltear a verlo. - “Cuando muera, olvídame, por favor.”

    -“… ¿Qué estás diciendo? ¿Cómo podría hacer algo así…?”- Habló por fin, Miyagi. Aunque con la voz quebrada.

    -“…Yo quiero que seas feliz, tu y Nanami. Quiero que… Siempre mires hacia adelante…”- Él no respondió. -“…Siento no haberte dicho nada… Que egoísta de mi parte… ¿No?” -La profesora soltó una triste risita. -“De verdad, muchas gracias...”

    BIIIIIIIIII-

    Y… A pesar de que ella sabía la tristeza que su familia sufriría muy pronto, ella nunca dejó de sonreír… Inclusive cuando el momento llegó.
    Los días de la familia Miyagi, ya no fueron los mismos… Ya no eran tres, ahora solo eran dos.
    Y, por supuesto… Miyagi You, tampoco fue el mismo. A pesar de haber hecho aquella “promesa” con su profesora, Miyagi no pudo cargar con el peso que le causaba aquella perdida… Ni pudo cuidar de Nanami, puesto que, mientras más tiempo pasaba con la pequeña, menos podía olvidar a su sensei. Nunca la dejo de querer, ni a ella ni a su hija.
    Pero no pudo soportarlo.
    Miyagi encomendó a su hija a los familiares de su esposa por varios años. Ya había pasado tiempo… “Sensei” murió cuando Nanami aun ni poseía uso de razón. Miyagi, se podría decir que ya lo había ‘superado’ aunque sea un poco… O al menos podía vivir una vida algo así como tranquila, pero estable. Se convirtió en profesor de literatura antigua en una universidad, la misma profesión de su esposa. Tenía la vida de cualquier adulto soltero.
    Unos cuantos años después, este se casó con la hija de su jefe. Risako Takatsuki, nunca tuvo idea de cómo atraer la atención de Miyagi, de verdad se enamoro. Sin embargo, Miyagi seguía con alguien más en su mente. Risako no pudo aguantar la indiferencia de Miyagi, por lo que acabo en un matrimonio fallido y se divorciaron al poco tiempo. Miyagi nunca se dio cuenta de las cosas que pasaban detrás de su campo de visión, y las personas a las que llamó su atención…
    Ni tampoco, de la persona que de él se enamoro.
    Miyagi, conforme pasaron los años, se volvió una persona aparentemente despreocupada, observadora y que odiaba los problemas. Tal como cualquier adulto. Abandonando así su carácter de joven. Ya no era para nada, el mismo. Quizá sensei ya no estaba con él, sin embargo…
    …Aun quedaba algo, por lo que valía la pena vivir. ¿O…quizá pronto, dos?

    - Me gustas.- Dijo con firmeza aquel chico que había mandado con insistencia muchos mensajes de texto para acordar una cita en aquel lugar días atrás. No parecía tener ni una pizca de broma en su hablar, y tampoco fue reconocido por Miyagi a la primera, lo cual lo dejo aun más confuso ante la repentina declaración.

    - ¿Hmn? ¿A-a que te refieres, pequeñín?...- Respondió haciendo una sonrisa fingida, que se retorcía tanto haciéndola parecer por completo una mueca.

    - Es el destino.- Afirmó el chico, ignorando la reacción del peli-negro. No cambiaba su expresión principal de una tanta indiferencia y seriedad con la mirada baja, pero decidida. El chico aparentaba aproximadamente unos 17 años, era de cabello castaño claro y de orbes grises.

    - …Ja…jaja…ja… ¡Estos chicos y sus bromas de hoy…!- Trató de disimular Miyagi sonriendo con una amplia y obvia falsedad, ganando solo con ello ser fulminado con la mirada por el otro chico.

    -No es ninguna broma, Miyagi You. Es el destino.- Reafirmo el chico.

    - E-espera… Tú, ¿Cómo es que sabes mi nombre?

    Y a partir de aquí, sólo puedo decir… Adiós, días pasivos.
    Ha llegado un terrorista.

    ---------------------------------------------
    ¡Espero les haya gustado! En verdad habia dudado si subirlo o no XD
    No olviden dejar sus coments si les gusto... O si no (? :c
    Espero no ser la unica que le guste el terrorist! XD
    Prometo hacer el próximo capitulo mejor... Muchas gracias! ^^

    Soy nuevecita aquí, siento si hice algo mal! ouoU
     
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    hola!!!
    primero...bienvenida al mundo de los escritores.
    segundo... coincido contigo; los terroristas son mis favoritos los adoro
    tercero... Me gusta :); la idea es muy interesante y original; es especial la parte de una hij... es algo nuevo

    tu ortografía es buena y el modo de redacción también; sigue así que el fic se ve prometedor.

    Espero conti y sigue adelante.

    ok

    bye;bye
     
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  3. Laury
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    ¡Muchisimas gracias! :'D Pensé que nadie vería este post! Aunque fue así LOL xD
    Me ha hecho muy feliz vuestro comentario :'DDDDDDD
    Ya tenía unos cuantos capitulos adelantados, pero por ahora solo subire uno :3
    Espero les guste~

    ------------------------------

    Episodio 1: ¿Una más?

    << “Me gustas…” “Quiero que te responsabilices.” “…Es el destino” >>

    Miyagi se la paso reflexionando desde entonces porque la repentina declaración. Por lo que recordó y supo, aquel chico se llamaba Takatsuki Shinobu. Recordaba haberlo visto la vez que Risako, su ex-esposa, le presento a su familia. Y también, en su boda con la misma.

    Pero, lo que más lo desconcertó era que… Él era el hermano menor de su ex esposa.
    Entonces, “¿cómo paso esto?” se cuestionaba a sí mismo el adulto.

    Ya han pasado un par de semanas desde la reunión entre el profesor y el terrorista. Según supo de su jefe, este chico había regresado de Australia por una “razón desconocida” por él.

    Era sábado, sus alumnos se encontraban felizmente descansando de la agotante universidad. Miyagi ya había terminado unos cuantos documentos que le encargaron, por lo que se encontraba libre el día de hoy. Además, pensó el ser bueno con sus alumnos y no aplicarles ninguna prueba está semana, así que no se molestaría en preparar algún examen.

    El profesor que por ahora no tenía ninguna razón existencia, se encontraba vagamente recostado en el sofá. Afortunadamente, para él, desde ese día el terrorista no se había vuelto a aparecer… Aparentemente. Así que estaba algo aliviado, por ahora no tenía de que preocuparse.

    Soltó un suspiro, estaba aburrido.

    Sin esperar algún milagro que venga volando, su móvil sonó, indicando que recibió una llamada con el monótono timbre de ti-ri-pi-ti-ri-pi. Que por un momento pareció ser la mismísima salvación del aburrimiento del profesor. Tomo su móvil y respondió… Aunque, era muy extraño… Ya que, nadie más que su compañero de oficina: El “Demonio Kamijou”, y su Jefe tenían su número telefónico… Además de…

    -“¿Miyagi-kun?”- Se oía del otro lado de la línea.

    …La madre de sensei.

    -¡Oh, Señora! No suelo recibir llamadas de su parte, ¿sucede algo?- Respondió Miyagi en un tono entre alegre y formal.

    -“Oigo que te encuentras bastante bien, muchacho. Eh… He llamado para preguntarte, ¿podríamos vernos en la estación del Este está tarde? Hay un asunto del que necesito que hablemos. Estaré llegando a Tokio en media hora.”-

    Miyagi se extraño un poco por la invitación, sin embargo, acepto. Poco después finalizó la llamada.

    Al ver de quien provenía la llamada, no pudo negarse. Rápidamente se puso ropa decente, tomo su saco y sus llaves, y salió para dirigirse a la estación Este.

    Durante todo el trayecto, se quedo pensativo tratando de averiguar qué era lo que la señora quería debatir con él. Por suerte, la estación no estaba muy lejos, y menos si iba en automóvil.

    Al llegar, la señora estaba esperando junto a una máquina expendedora. Era una mujer de aproximadamente 60 años, no parecía totalmente una anciana aun. Era de cabello cenizo con canas, se notaba que utilizaba tintes para colorarlo y tenía orbes marrones. Llevaba consigo un par de maletas y mochilas algo grandes.

    La mujer se acerco al profesor y le saludo con una reverencia.

    -Hace tiempo que no nos frecuentábamos, Miyagi-kun.- Sonrió levemente la mujer, hablando en un tono calmado y formal.

    -Muy cierto, señora.- Hizo una reverencia Miyagi, también.- Hm…Y, ¿A qué se debe su visita a Tokio?- Preguntó el profesor. La mujer soltó un suspirito.

    -Verás, de eso quería hablar… Mi visita se debe a que, pues… Como ves, yo ya estoy un poco vieja y… El abuelo está enfermando.

    -Oh, ya veo… Lo siento mucho, señora.

    -Pero, no vine para decirte esto… Si no que…- “Si eso no es lo que la señora vino a decir, eso significa que…” pensó Miyagi-...Ya no puedo cuidar de Nanami.

    ...Lo sabía.


    -Lo siento mucho, Miyagi-kun… Sé que por una razón me la encomendaste pero… No podemos cuidarla como se debe y se merece.-

    -Pero… E-entonces… ¿Qué puedo h-…?

    - ¡¡Oba-chan!! - El profesor se vio interrumpido por una vocecita que provenía de cerca.

    …No.

    -Oh, Nanami. ¿Compraste el jugo que querías?- A la señora se acerco una pequeña niña de aproximadamente cinco años de edad, era de cabello corto y marrón, de ojos negro azulado, su mirada era bastante peculiar, no era la típica inocente… Bueno, sí… Era inocente, pero tenía algo que no era fácil de describir en palabras. Llevaba un conjunto típico de una niña, con florecitas y con colores frutales. La niña asintió sonriendo a su abuela y seguidamente, al percatarse del profesor, lo examino de pies a cabeza. Le hizo una seña a su abuela para que ella pudiese susurrarle algo.

    -Oba-chan, ¿el es mi Papi Miyagi?- La señora soltó una leve risita y le asintió. La cara de la niña se iluminó y se quedo con una sonrisa. Dejando a Miyagi un poco confundido.

    -Miyagi-kun, ella es Nanami. Ha crecido bastante, ¿no crees?- Preguntó la abuela, sonriendo.

    -O-oh… Sí, bastante…- Miyagi se encontraba en algo así como un shock.

    -Supongo que ya entenderás a que vine.- Dijo la señora, para luego dirigirse a la niña.- Nanami-chan, como ya sabrás, el es Miyagi You-kun. Es tu papi. De ahora en adelante te quedarás a su cuidado, ya te había hablado de esto… Así que, no le causes problemas, ¿sí?- Le dijo en un tono amable a la pequeña.

    -¡Si, lo prometo!

    -Miyagi-kun, la dejo a tu cuidado. - Sonrió la señora mirando hacia el mencionado.

    -……… - El profesor estaba muy, pero MUY sorprendido. Ante esta repentina responsabilidad que la abuela le dejo, no sabía cómo reaccionar. Además, se encontraba un poco confuso. El, realmente hubiese creído que la reacción de la niña ante su “padre”, no sería buena… Ya que la dejo por mucho tiempo, es más… El pensaba que incluso lo odiaba.

    Debía de encargarse de la pequeña de ahora en adelante. Y no podía negarse, ya que, estaba un poco de acuerdo de lo que la abuela decía… Sin embargo, de alguna u otra manera se sentía… Con miedo.

    La abuela miró por un momento a Miyagi y le sonrió. – Por favor, cuídala mucho.
    Dejo las maletas juntas a su lado, se acerco la niña y le dijo un par de cosas, la abrazo y se despidió de ella. El profesor seguía helado. La abuela se acerco a este e hizo una reverencia, despidiéndose.

    - ¿C-como es que…? – Pronunció Miyagi, llamando la atención de la abuela. Está se acerco.

    -¿…Te conoce? Pues, ya te darás cuenta. Pero, ya sabes... – Se acerco a su oído – Nunca hay que hablar mal de los padres. - La abuela sonrió y se dio la vuelta, dispuesta a irse. -¡Cuídense mucho, por favor!

    -¡A-abuela! P-pero… -Se acerco el profesor a está y le murmuraba. - ¿No le preocupa que ella viva conmigo tan de repente? Como decirlo… No sé, soy un hombre mayor y ni siquiera se cuidar niños y… y, y, y… - Trataba de excusarse. La abuela rió.

    -Se que eres una buena persona, Miyagi-kun. – Le murmuró la abuela al profesor, y ahora sí dispuesta, se fue dirigiéndose al tren de regreso, despidiendo a Nanami con la mano.

    -¡Cuídate también, abuela! – Se despidió animadamente la pequeña con los brazos.

    -I-igualmente… - Decía algo traumatizado el profesor, la niña se quedó mirándolo y pregunto:

    -Nee, Papi… ¿Acaso no te llevas bien con mi abuela? - Puso una expresión algo inocente.

    -¿Heh? No, para nada… No es eso, solo que hace tiempo que no la veo y… Ha, ha ha… - Trataba de sonar natural riéndose un poco, estaba algo nervioso. No sabía nada de cuidar niños. Un poco después, recibió un mensaje de la señora, que decir unas “cuantas” cosas acerca de Nanami, y como cuidarla…

    “…Si necesitas mi ayuda en cuanto a cuidarla, puedes preguntarme. No te preocupes.”

    Ambos regresaron a casa, Nanami no paró de platicar con el profesor. Nanami Miyagi, sin duda era una niña muy alegre, y a pesar de su edad, podías tener una plática coherente con ella. Pero, eso no significaba que no fuese una niña inocente de mente limpia. Por lo que hablaba con ella, se dio cuenta que su abuela nunca le cerró los ojos a la situación… Ella sabía dónde estaba su madre, que sucedió y todo… Pero… Bien dijo la abuela, nunca contaron cosas malas acerca de él.

    -¡En verdad estoy feliz porque ahora estaré con Papá! – Dijo sonriendo Nanami, mientras entraban al apartamento con las maletas detrás suyo. El profesor le mostró la casa a la niña, y por ahora

    Miyagi estaba bastante sorprendido, pero seguía con miedo. Sin embargo, después de conocer a su hija… Por alguna razón, muy dentro de sí… Se sintió muy feliz, y también, aliviado.

    El ambiente estaba un poco tenso, Miyagi andaba muy pensativo.

    -¿Pasa algo, Papá? – Preguntó Nanami acercándose al profesor.

    -¿Eh? ¡No, no, no! Já, jajá… - Disimulo – ¡Solo estoy algo distraído, no te preocupes! – Dijo sonriendo. A lo que la niña respondió con una expresión no muy convencida.

    -Nee, papi… - Se dirigió la niña al mayor. – ¡No te debes de preocupar! Nanami es una niña muy bien portada y, además… ¡Nanami le prometió a la abuela que no te causaría problemas! Así que, no te preocupes por mi… ¿Si? – Trató de animar la niña a su padre, poniendo la mejor sonrisa que pudo. Miyagi se quedo mirándola por un momento, algo sorprendido.
    Sin duda, no hay nada como el consuelo de los niños… Gracias, Nanami. Pensó el profesor. Después de unos segundos reaccionó, le sonrió, y “activo” su modo alegre.

    -¡Bien, bien! Entonces… ¡Tenemos que empezar a poner las cosas en orden en este lugar! ¿No, Nanami? – Dijo como todo un niño.

    -¡Siiiiiiiii!

    Bien, vida pacífica. ¿Quién diría que todas estas cosas vendrían juntas?
    Creo que a partir de ahora, las cosas empezarán a cambiar.

    …Todo gracias a una nueva terrorista.


    -------------------------

    ¡Gracias por leer!
     
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    ahh (suspiro) que tierno capi; me encantó.hola!!!
    Es cierto que cuidar a una niña es dificil eh sido niñera y también tengo hermanos; es un gran trabajo pero vale la pena al ver esa sonrisa y que cuando te vean griten tu nombre contentos mientras corren a abrazarte.

    No te apures todo a su tiempo ya verás que pronto muchos leeran tu fic y yo te voy a ayudar; te recomendaré en mis fics :)

    y si ya tienes mas capis sube el que sigue no me dejes con la duda

    ok

    bye;bye
     
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  5. Sherry Yukina
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    Mucho gusto, a partir de ahora seré su nueva lectora!!

    Pinta muy interesante el fic ya que estamos hablando de una familia terrorista con todas las letras QUE EMOCIÓN!!

    Es increíble que se haya separado de su niña por tanto tiempo aunque seguramente pensó que estaría mejor con los abuelos, que se yo son decisiones que uno debe tomar supongo.

    Pero parece que es una monada la pequeña!!! Quiero saber que pasará cuando se encuentre con Shinobu!! Ya veo que se sacan chispas o bien puede que se hagan inseparables, cualquiera de las dos me encantaría :D

    No te desanimes y seguí escribiendo por favor que yo quiero saber como sigue si???

    Por cierto menuda publicista te has ganado con Angi-san, ella cumple con lo que promete y gracias al anuncio de ella llegué aquí. Muchas gracias a ambas por permitirme venir a leer este fic :)
     
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  6. Laury
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    ; O ; Oh, my darlings <3 Muchisimas gracias, me han hecho felices con sus comentarios! Q U Q
    No saben como me emocione cuando toque la computadora y las leí a ambas <3
    Siento la demora, pero aquí traigo el siguiente! :'D
    ¡Espero les guste!

    -----------------------------------------

    Episodio 2: ¿Papi…?

    - ¡Papi, papi! – Llamó la atención de los oídos de Miyagi en plena mañana, abrió los ojos con dificultad acostumbrándose gradualmente a la luz que entraba por la ventana.

    << “¿Eh? ¿No había cerrado las cortinas antes de ir a dormir?” >>

    -¡Paaaaaapiiiiiii~!

    << “Huh… ¿De quién será esa voz?” >>

    -¡PAPÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! – Masacró a sacudidas la niña a su padre, que estaba acostado en el sofá, puesto que allí durmió la noche anterior. Ella ya se empezaba a enfadar, el profesor ya cobrando conciencia… Miró a la niña con cara de asombro.

    << “¿Pero qué rayos? ¿Quién es está ni-…? …Oh, cierto… Ya tengo una hija.” >>

    El adulto con cara de cansancio, ya despierto por completo, recordó lo que sucedió el día de ayer. Suspiro y sonrió ampliamente para la niña.

    - ¡Ah, Lo siento! Buenos días, Nanami-chan. – Actuó natural - ¿No crees que… Es un poco temprano para que estés despierta? - Sonrió el adulto tratando de disimular su cansancio.

    - Pero, pero… Es que…Tengo hambre… - Hizo un pequeño puchero la niña.

    -¿Ehh? Pero si son las… - Miró al reloj en la pared, esperando demostrar que aun era temprano. -…Doce del día… Huh… Bien, bien… Buscaré si no hay algo por allí que comer.

    El profesor se puso de pie, dirigiéndose a la nevera. La examino muy bien, y la cerró poco después, rendido, al notar que estaba tan vacio como se podría estar encontrando el estomago de Nanami ahora. Busco unas cuantas monedas del pantalón y se las dio a la niña.

    - Hey, Nanami. En el fondo del pasillo de afuera, hay una máquina expendedora. Compra lo que gustes y me traes algo a mí, ¿vale? Ya iremos luego al supermercado.

    - ¡Ok! – Tomó las monedas la pequeña y salió corriendo hacia afuera, dejó la puerta abierta de lo rápido que fue. Miyagi se lanzó en el sofá, esperando a la niña. Abrió el periódico de ayer, el cual no leyó y se concentro en ello. Probablemente la pequeña se demoraría un poco, puesto que, los niños siempre son indecisos en lo que refiere a comida.

    Mientras tanto, un joven terrorista con complejo de stalker se encontraba muy cerca del departamento. Al pasar por allí, casualmente, se encontró con la sorpresa de que la puerta estaba abierta.

    ¿Y cómo no aprovechar?

    El terrorista se acerco y se introdujo en el departamento sigilosamente. Probablemente, luego de esto él se sentiría culpable por semejante allanamiento. Sin embargo, era una ocasión que le resultaba bastante tentadora para su ‘débil’ voluntad.

    Entró sin ninguna restricción.

    “Si que la seguridad de su casa es muy poca. Que descuidado.” Pensó el terrorista.

    Al llegar al vestíbulo principal, miró al profesor sentado en el sofá leyendo el periódico tranquilamente. Se quedo observándolo unos cuantos minutos. Poco después, se acerco a él. Sin embargo, el profesor se encontraba taaaaan concentrado en su periódico, que no escucho ni se dio cuenta de que el jovencito estaba presente.

    El terrorista se encontraba en frente suyo, se acercaba lentamente a él, tratando de acorralarlo. Ágilmente le desabrocho los primeros botones de la camisa de sorpresa. Ya cuando Miyagi se dio cuenta, el jovencito Shinobu ya estaba encima de él. Al profesor sorprendido, se le formó un aura morada a su alrededor. Se repetía a sí mismo “¡¿Qué rayos hace aquí?!” con cara de perturbado. Miyagi se asusto tanto que, tratando de retroceder, tiró el sofá hacia atrás… Provocando que el terrorista y el tuviesen un contacto más cercano. Esto enrojeció al jovencito, pero no borró su expresión seria y su ceño fruncido. No borró su determinación.

    - ¡S-S-Shinobu...! – Miró el profesor con perturbación al mencionado. - ¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!

    - Vine por mi respuesta… ¡No podrás huir, Miyagi! – Shinobu lo miró agudamente.

    - ¿Ehh? ¡Shinobu, no ahora! Además… ¡N-No puedes entrar a una casa ajena, así como así! – Se excusaba Miyagi, tratando de evadir el tema y hacer que Shinobu se fuese.

    - Sé que estuvo mal, pero… - El terrorista acerco al profesor a su rostro, tomándolo de su arrugada y deshecha corbata. Sin cambiar su expresión. - …No pude evitarlo… - Se acerco mortalmente, amenazando con besarlo.

    -¡¡PAPÁ, YA REGRESEEEeee-….!! – Grito para anunciar su llegada, sin embargo, frente a aquella escena, su grito fue disminuyendo gradualmente. La pequeña con varias cosas entre los brazos, miró asombrada la escena. Miró a su padre todo desarreglado siendo acorralado y atacado por un extraño, mientras este lo jalaba de la corbata amenazantemente. El ambiente se puso muy tenso por unos largos segundos.

    -…..-

    -…..-

    -…..-

    -…..-

    - ¡AHHHHH! ¡¡PAPÁ!! ¡¡U-U-U-UN LADRÓOOON!! ¡L-LA POLICIAAAAAAAAA! – Grito, y corrió la niña con pánico a buscar el teléfono. Dejando a un profesor y un terrorista algo asombrados y atónitos.

    - ¿T-Tienes… Una hija? – Murmuró con voz casi inaudible, mirando a la dirección donde antes estaba la niña. Miyagi, al reaccionar, aprovecho para huir de los brazos de Shinobu e ir buscar a su hija.

    - ¡Nanami, Nanami! ¡E-Es un malentendido! – Excusaba la situación a su hija, la cual tenía el teléfono entre sus manos, dispuesta a marcar a la policía.

    -¡P-Pero te estaba atacando…! – Decía la pequeña con los ojos llorosos del pánico.

    -Ha, ha, ha… Es un malentendido, no te preocupes… Ha, ha, ha…- Disimuló.

    << “No creo que sea ‘ese’ tipo de ‘atacar’ en el que piensas, Nanami.”>>

    -.-.-.-.-.-.-.-.-

    Después de la escenita recién sucedida, ya con las cosas un poco más calmadas (Y la puerta cerrada, no queremos más terroristas.) se sentaron en el vestíbulo a hablar y aclarar las cosas, para no formar malas impresiones en la pequeña. Ya con las presentaciones dichas, empezaron con el ‘interrogatorio’.

    -…Entonces… ¿Por qué te estabas peleando con mi papi? – Preguntó la pequeña al terrorista. Con una ingenuidad tan propia de un niño, que ignoraba la situación real.

    - ¿Peleándome con él? ¡Eso era…! – Dijo desconsideradamente el terrorista, dispuesto a decir la verdad. Mientras el profesor lo miraba amenazantemente.

    -¡UN SALUDO! Si, si… ¡Era un saludo! Así que no tienes por qué preocuparte, hahaha…- Inventó el profesor para robarle la palabra al terrorista.

    -¿Haa…? ¿Un saludo? ¿Y cómo así? – Preguntaba la niña, mientras mordía el pan recién comprado de la expendedora.

    -Hahaha… P-Pues… - Pensaba en excusas algo nervioso el profesor. Pero fue interrumpido por Shinobu.

    -¿Entonces… Eres la hija de Miyagi, no? – Preguntó con la cabeza baja.

    -¡Si, el es mi papi! – Respondió con entusiasmo y una amplia sonrisa-

    -Oh… Y-ya veo… - El terrorista se puso de pie y tomo la mochila que llevaba consigo. – Me voy.

    Nanami algo desconcertada, solo se quedo mirando cómo se iba. Miyagi algo aliviado, lo acompaño a la entrada.

    -Ah, Shinobu-chin. Nos vemos.

    -¿En verdad es tu hija? – Preguntó sin voltear.

    -…Hablemos en la puerta. – Salieron del departamento y cerraron la puerta, para evitar que la niña escuchase. – Si, es mi hija.

    -¿Y su madre?

    -…Está en un lugar mejor.

    -Ah… Ya veo... ¿Y, Siempre has estado viviendo con ella?

    -Hay cosas que no te incumben, mocoso. No tengo que contarte mi vida entera.

    -Cierto. – El chico se volteo sin ánimos, dispuesto a irse, pero se detuvo y sin voltear dijo:- Volveré por mi respuesta, que no se te olvide.

    El mayor se quedo en silencio, y así, Shinobu continuo con su partida. Ya cuando este estaba fuera de la vista, entro de nuevo al departamento, donde le aguardaba la lluvia de preguntas de Nanami.

    Era Domingo, por ahora se había librado del terrorista. En verdad que no se esperaba la inesperada “visita”. Por ahora, a lo que hoy se dedicaría sería preparar la casa estable para que Nanami pudiese vivir en ella. Ya mañana, lunes, se las arreglaría para ir al trabajo. Estaba aliviado por que el terrorista se había ido, sin embargo, se encontraba inquieto por parte, ya que no sabía en qué momento este podría aparecer. Por lo que la mayoría del día se la paso alerta de no dejar la puerta abierta.

    -¡Papi! ¿Por qué no has dejado de mirar la puerta cada dos segundos? –


    En verdad, Miyagi esperaba que Shinobu deje de acosarlo al saber que él tenía una hija. Pero, quien sabe… El terrorista era impredecible.

    Oh, vida pacífica.
    Se que ya te perdí pero, creo que tengo un pequeño complejo de contarte todo a ti.
    ¿Tú crees que el terrorista dejará de aparecer? Te seré sincero, yo no estoy seguro.

    ----------------------------------------------------------------------------------
    Disculpen si está cortito u v u
    ¡Gracias por leer, nos vemos pronto! <3
     
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    hola!!!
    jàjàj me alegra que te gustara tener una nueva lectora

    el capi te quedó genial; jajaja que inocente niña al pensar que atacaban a su papi; pobre Shinobu aún no le dan respuesta jeje ya quiero saber ques viene y Miyagi vamos si e encantan los terroristas
    Quiero conti y lo mas pronto posible :)

    por cierto solo te eh recomendado en uno de fics pero el sabado actualizo otro y también ahí te recomendaré :)

    ok

    bye;bye
     
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  8. Sherry Yukina
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    Segunda!! Me estoy tomando un descanso del estudio NO QUIERO MÁSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, Tontos informes para nada divertidos :=RINRUM:

    Pero por suerte ya tengo entretenimiento asegurado y me levantaste el ánimo :=NEKKIN:

    Este Miyagi, típico, se levanta a las 12 y la manda a que se compre algo para comer en la máquina expendedora, bueno al menos es mejor que el repollo que le espera :P

    Siempre lo dije y lo seguiré sosteniendo, Shinobu está re loquito :P Pero su locura acosadora me encanta, a la primera oportunidad ya se le tiró encima al desconcertado profesor y lo quería desnudar :D

    JAJAJA Tremenda escena presenció la niña, hasta pensó que era un ladrón que lo "atacaba", je ya veremos después quien ataca a quien XD

    Quiero saber que pasa con esa respuesta que no llega!! Soy ansiosa jeje Nos estamos leyendo :=amors:
     
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  9. Laury
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    ¡Buenas! Siento mucho la demora, pero aqui traigo otro capitulo x3
    Estaba ocupada con otras cosas, así que ya sabran xd
    gracias por leer a ambas, espero les guste <3

    -------------------------------------

    Episodio 3: ¡Encuentro terrorista!

    - Papáaaaaa… ¿Y para qué sirve esto? – Preguntó con curiosidad la pequeña, que tomaba entre sus manos el objeto que conocemos como cúter. Su padre la miró asustado y le quito prontamente el objeto de sus manitas, guardándolo en algún lugar fuera del alcance de la pequeña Srita. Curiosidad.

    -¡Nanami, ya te dije que no toques nada! ¡Te puedes lastimar! - Regañó el adulto.

    -Está bien~ Pero… ¡Nanami se aburre! - Hizo en respuesta un pequeño pucherito mientras desganada se acomodaba en el sofá cercano a la puerta de la oficina.

    Definitivamente, no fue la mejor elección traer a la niña consigo al trabajo, pero no tenía opción. De verdad que no tenía vecinos, parientes, o alguien confiable para encomendarla durante sus horas de trabajo. Miyagi ya había hablado al respecto con su jefe, el cual no se negó en momento alguno, le permitió tenerla en la oficina con la sola condición de que el mismo se tenía que hacer cargo de cuidarla en el tiempo que se quedase allí. Así la habían pasado un par de días. Nanami se sabía comportar… Al menos por un par de horas.
    Y como no podía faltar en el plato, el mismo jefe le dio noticias del ‘terrorista’.

    Cuando estaba en la charla con el jefe, al ser mencionado el susodicho, Miyagi no pudo evitar el escalofrío que recorrió su espalda completa. Esa no fue la razón por la que fue a hablar con su jefe, por lo que se sobresalto cuando lo mencionó. Sin duda, el jefe estaba algo extrañado de que su hijo regresase así nada más, sin explicación alguna. Le contó varias cosas, entre ellas el que por ahora, este estaba quedándose en su casa.

    Pero bien, la charla estuvo perfecta hasta ese punto.

    Sin embargo, una frase que quizá no quería escuchar pasó por sus oídos.

    -“Según veo sus intenciones… Parece que se quedará en Tokio, y se inscribirá en esta universidad. ¿Puedes creerlo? Siendo un muchacho tan listo… ¡Digo, no es que nuestra escuela sea mala! Pero… No tengo idea de por qué se uniría con nosotros… ¿Crees que tenga una razón en especial?”


    La verdad es que no estaba muy a gusto con la noticia, pero trataba de no distraerse por cosas como esas. Siguió con su trabajo como si nada. Sin embargo, aunque lo negase, no paraba de reflexionar y pensar respecto a ello. Siempre se preguntaba cosas como:

    “¿En serio estará enamorado, o será de esas bromas pesadas de hoy en día?” “¿Y si solo me está tomando el pelo?” “No, no… No creo que sea tan idiota como para regresar de Australia solo por una broma.” “… ¿Entonces, eso significaría que si?” “Rayos, ya parezco adolescente enamorada” “Jajá, por supuesto… Tiene que ser eso, una broma… Pues, ¿quién se enamora así como así de un viejo?” “Auch, eso fue una indirecta para mi antiguo yo…”

    Fuera de eso, las cosas iban por así decir… Bien.

    Nanami se llevaba con los compañeros de trabajo de Miyagi, no parecía serles una molestia. Con decirles que, inclusive se había ganado el cariño de “el demonio Kamijou”.
    Ya había pasado la hora del almuerzo y Miyagi se iba a intercambiar el turno con Hiroki, para que este pudiese calificar unos cuantos exámenes que les había puesto a otro grupo… Que por cierto, la gran mayoría reprobó. Por algo le llamaban como le llamaban, el demonio Kamijou… Y no solo era por su humor tan simpático.

    De repente, el susodicho entro a la oficina, siendo atacado apenas entrando por la pequeña Nanami. Estaba tan acostumbrado a este tipo de “asaltos” que venía preparado y no trajo papeles cargando.

    -En verdad, de tal palo tal astilla... – Dijo Kamijou soltando un suspiro, mientras le lanzaba una mirada al padre de la atacante.

    - ¡Buenos días, Kamijou-san! – Saludó alegremente la menor.

    -¡Oh~ Nanami-chan, me ganaste de nuevo! - Canturreó de manera infantil el profesor, empezando a activar su “infantil mode” para jugar con el castaño. Fue acercándose a su compañero, siendo esquivado por este al instante, sabiendo que se le iba a colgar.

    - ¡Kamijou-san me quiere más a mí que a ti, papi! – Celebró la niña, sacándole la lengua. El “demonio” solo se ruborizo un poquito, más no trato de apartar a la niña.

    - ¡Hooo~! Que cruel, nena… - Jugó de nuevo, luego miro a su compañero y sonrió. – Oh… ¡Parece que incluso el “demonio” tiene el corazón blandito! Lo sabía, lo sabía~
    Esto se gano el sonrojo del castaño, el cual frunció el ceño y siguió su camino al escritorio, dejando atrás a la niña que colgaba de sus piernas. – Miyagi-san, creo que debería ir al aula si no quiere que empiecen a escaparse del salón. De seguro están impacientes por verle. – Dijo para salir del tema.

    -Está bien, está bien~ Cuida de la niña, volveré luego. – Tomó sus cosas y se encaminó a la puerta. – Nos vemos luego, Nanami-chan. –Le sonrió.

    -Sí, sí… No te preocupes. – Contesto su compañero, empezando a prender el computador.

    -Ah, y… Kamijou-kun. – Dijo antes de salir, llamando su atención. – No te apenes porque lo niños te quieran o te empiecen a agradar, ya sabemos que es por aquel pediatra peli azul~
    Dijo Miyagi para fastidiarlo, y cerró la puerta rápidamente para esquivar el libro con el que obviamente seria contraatacado por parten del ahora muy, muy sonrojado Hiroki. Y así, dejo a solas a la pequeña y el demonio.

    -Hey, Nanami-chan. – Susurró para que se le acercase, esta entendió y obedeció.

    - ¿Si, Kamijou-san?

    - ¿Cómo has estado, nena? – Pregunto con una sonrisita, mirándola desde el escritorio, dejando por un segundo la enorme pila de papeles que le esperaba. Hiroki era muy agradable cuando se trataba de estar con niños, era muy blando en cuanto a ello. Probablemente porque ya estaba acostumbrado a tratarlos, ya que él tenía uno.

    -¡Bien, muy bien! – Respondió con una sonrisa la menor. Formuló una pregunta en su cabecita, insegura de si externarla o no.

    -Me alegro de ello, ¿te está yendo bien viviendo con tu papi?

    - ¡Sip! – Sonrió ampliamente. - Papi Miyagi es muy divertido y buena persona, ¡siempre hace lo que Nanami le pide~! – Dijo con un tonito malicioso, pero adorable.

    - Ah, qué alivio… ¡Porque el “Papi Miyagi” que yo conozco es bien idiota! – Dijo para sus adentros.
    Decidió externar su pregunta, la curiosidad de un niño no podía retenerse.-…Nee, Kamijou-san, ¿Quién es el ‘aquel pediatra peli azul’? – Preguntó fingiendo la voz de su padre al mencionar al joven aquel. Hiroki quedo de mil colores, lo menos que quería responder era eso… ¡Y menos a una pequeña como ella!

    -E-e-ehhmm… Hehehe… -Trató de pensar cómo salir del tema, con nerviosismo totalmente obvio.- ¡Hey, Nanami-chan… ¿Por qué no vas por un jugo?! Hoho, ¡Hace bastante calor ¿No crees?! - Sugirió con la cara de bochorno típica de sus momentos de nervios.

    - Hmnn…No sé porque siento que todos son amables en esta ciudad… ¡Siempre me invitan un jugo! - Pensó Nanami antes de asentir, para después salir disparada de la oficina. Hiroki aliviado, regresó a su trabajo tratando de concentrar su mente en ello.

    Sin duda, Nanami a veces preguntaba cosas que no debía.

    La pequeñita ya fuera de la oficina, saludo a un sinfín de profesores y alumnos en su camino a la expendedora. A pesar de ser una niña y ni siquiera llevar una semana en aquel plantel, ya conocía a mucha gente. En las horas que su papi daba clases, siempre salía a socializar… Sin duda, esta niña tenía un don con las personas, era muy encantadora. Todos ya la conocían como “la hija de Miyagi”.

    La máquina expendedora de ese piso estaba fuera de servicio, pero había otra en el 3er piso. Subió por el elevador, compró lo debido y se fue encaminando de regreso, caminando tranquilamente mientras bebía el jugo de uva recién comprado. Miraba el interior de los salones conforme pasaba por el pasillo, sin embargo, no reconocía ninguno. No había pasado antes por aquí. Sin embargo, no entro en pánico al instante.

    - Este lugar es enorme~ - Decía impresionada mirando a su alrededor, bebiendo en sorbos su jugo con total despreocupación. Así se la paso por un rato, cada vez más desconcertada.

    Pasó por un comedor, una sala, otra sala, un jardín, otra sala, subió escaleras y otra y otra y otra…

    ¿Dónde estoy?

    Eran la 1:30, era hora del almuerzo. Vio a todos salir de sus clases, los maestros desaparecer de su vista. Los pasillos quedaron vacios en cuestión de segundos. Lentamente, poco a poco… Empezó a desesperarse. Encontró de todo, pero no ubicaba nada cercano a la oficina de su papi ni nada familiar. No debió arriesgarse a cambiar de piso. Y para su mala suerte, como era la hora del almuerzo, los pasillos estaban desiertos y si iba al comedor, donde estaban todos, se perdería aun más con la multitud de gente.
    En medio de su propia desesperación, paso cerca de una oficina de puertas enormes que decía en ella “Dirección principal”. Cosa que, por supuesto no se percato, pues esta estaba perdida incluso dentro de sí misma.

    Sin embargo, un inoportuno joven que, por ahora, para su buena suerte estaba cerca… Salía al mismo tiempo de la oficina susodicha. Salió de allí con la misma expresión fastidiada de siempre, la cual se suavizo al percatarse de la niña que paso a su lado. No tardo en reconocerla, pues, en su primer encuentro se le grabo muy bien su presencia (Ya ven, aquel lindo encuentro que tuvieron).
    Al verla pasando algo desesperada, decidió seguirla.

    Si, efectivamente, el joven Shinobu Takatsuki tuvo la suerte de haberla encontrado. Este estaba saliendo de una charla con su padre acerca de su futuro, y blah blah blah… El no solía ir al comedor, ni tenía quien le esperase, así que no fue ningún inconveniente ir tras la niña… Al fin y al cabo, váyase donde váyase esa niña, tendría algo que ver con el profesor Miyagi en el que tanto estaba interesado.
    Fue siguiendo su paso por un buen rato, cosa que no fue cansada para el universitario, puesto que al parecer tenía especialidad en acosar gente.

    La niña se detuvo ya estando en el 6to piso del plantel. Shinobu estaba a una distancia considerable, pero sin perderla de vista. La pequeña por fin, cayó en desesperación al sentirse totalmente desorientada, se sentó en posición fetal en una parte del pasillo y empezó a sollozar. Sin duda, lloraba silenciosamente… Si no supieses su situación, incluso pensarías que está durmiendo. Al joven le pareció que ella de esas niñas que no les gustaba quebrarse.

    Por un momento paso por su mente el darse la vuelta y regresar por donde vino… Pero…

    - P-papá… - Dijo sollozando la niña.

    Realmente no era del todo lo suyo el pasársela ayudando personas, pero vamos… La niña estaba llorando de una manera muy conmovedora, demasiado como para dejarla allí a su suerte.

    -Oye, tú. ¿Estás perdida?

    …Y aunque sonase a milagro, si, Shinobu Takatsuki se acercó a ayudar a la niña.

    -¿…Huh? – Alzó su cabeza la pequeña, mirando al universitario que se estaba acercando. Este se puso de cuclillas para quedar a su altura.

    -¿Estas buscando a tu padre, no? – La menor asintió en silencio. El joven suspiro. – Creo saber dónde está su oficina. Vamos.

    El chico se puso de pie de nuevo y ayudo a la niña a pararse, está se secaba las lagrimas con brusquedad. Quizá le resultaba avergonzante llorar de esa manera frente a un ‘extraño’. Shinobu le tomo la mano para dirigirla y no se perdiese de nuevo, caminaron de regreso al piso de la oficina de Miyagi.

    Ya con el ambiente menos tenso, Nanami se quedo mirando a Shinobu, quien tenía una mirada seria y ceño fruncido.

    -Te arrugaras mucho si siempre tienes esa cara de amargura. – Comento en broma la menor, soltando una leve risita, llamando la atención del chico.

    -¿HUH? – Pronuncio de manera quejumbrosa. Con la cara de ‘mal humor’ más notable aun.

    -Nee, nee… ¿Tu eres el chico que estaba atacando a mi papi la otra vez, no? - Pregunto con curiosidad.

    -¿Atacando…? – Ah, ya veo. Eso es lo que piensa ella. Desvió la mirada. –Algo así…

    -Hmmph… ¿Siempre estás enojado? - Pregunto con las mejillas infladas.

    -No estoy enojado. – Dijo con fastidio, contradiciendo su respuesta.

    -¿Ves?, si lo estás…

    -Que no.

    -¡Que sí!

    -NO.

    -SÍ.

    -Ya te dije que no, niña.

    -¡Solo mirateee, respondes de mala gana~!

    -…. – Frunció el ceño. Ante un descuido por parte del chico, la niña tiró de su manga y lo puso a su altura. Toco con su dedo índice su ceño fruncido.

    - ¡Ya te dije que no pongas esa cara~! ¡Ni a Nanami ni a papi les gusta la gente amargada! – Dijo canturreando y sonriendo. Shinobu suavizo su expresión al escuchar eso, lo dejo un poco sorprendido. La niña soltó una risita. – ¡Mucho mejor!

    Por alguna razón, Shinobu no pudo enojarse ante tal acción. Esbozo una leve sonrisa, que trato de disimular, siguió su camino hacia la oficina. Nanami parecía que ni siquiera se había preocupado por perderse. Al parecer se recuperaba rápido, mantuvo su pinta de niña alegre y sonriente.

    Ambos se encontraron con un desesperado Prof. Miyagi, el cual se alegro al ver de nuevo a la niña. Se notaba que Miyagi poseía un instinto paternal que se había guardado desde siempre, pues estaba demasiado preocupado.

    -¡NANAMIIIIIIIIIIIIIIIIIIII~! - Grito con alivio el padre de la susodicha. – ¡Qué bueno que te encuentro, hija…! ¡Me habías asustado! ¿Qué hacías? ¿Dónde estabas?

    Comenzó con el interrogatorio. Le dio regaños a Nanami por ser tan descuidada. Sin embargo, antes le había reñido un montón a Kamijou también.
    Se concentro tanto en el alivio de que su hija apareciese, que cuando iba a agradecerle a la persona que la trajo, se percato de la no muy deseada presencia del su temido terrorista.

    -Espera, tu… ¡¿Shinobu?! - Miyagi tratando de ignorar el hecho de quien era, quiso agradecerle con normalidad. – N-no me esperaba verte aquí… Pero, gracias al cielo… Muchas gracias por traerla de vuelta. Esta chiquilla me empezaba a preocupar… De verdad te lo agradezco. –Sonrió.

    -N-no te preocupes… - respondió desviando la mirada ruborizado. Miyagi se acerco a él.

    -En serio, muchas gracias. – Tomo su mano con las suyas y le sonrió agradecido. Shinobu solo se sonrojo y asintió con una sonrisita.

    - ¡Takatsuki-san, su cara esta roja! – Dijo riendo la niña, a lo cual le respondieron con un sonrojo enorme por parte del susodicho.

    - ¡N-nanami-chan, no digas esas cosas! - Le regaño su padre.

    -¡Pero si tu también estás rojo, papi!

    - ¡NANAMI! – Regaño de nuevo.

    La niña se acercó al universitario y tiró de su camisa. Llamando su atención. Su padre se extrañó que Nanami hablase tan cómodamente con el terrorista, puesto que él era muy intratable y amargado… Y Nanami todo lo contrario. Le pasó un escalofrío al pensar que a ella le simpatizo el terrorista.

    -Nee, nee… ¿Entonces, si puedes sonreír cuando estas con mi papi? – Preguntó con inocencia.

    El chico desvió la mirada, y sonrió levemente. – Eso parece.

    - Oh… Entonces no estaría mal que se viesen más a menudo, ¿no? –Propuso sin mala intención, la niña no sabía lo que estaba diciendo y a quien. A su padre le salió un aura oscura al escuchar eso, mientras que el terrorista sonrió ampliamente.

    - Que buena idea, niña.

    ¡Nanami, hija ¿cómo pudisteeeeeeeee?!
     
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    hola!!!

    woow! tardaste un poco, pero bueno por algo será.

    jajaja que capi tan graciso mira que la peuqeña es toda una inocente.

    Pobre Miyagi ya le dieron su sentencia jajaja que divertido cap

    me gusto mucho y espero conti


    ok

    bye,bye
     
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  11. Sherry Yukina
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    No te preocupes por la tardanza, yo comprendo que a veces hay cosas que demandan más tiempo :)

    No sabes lo que me divertí con el cap :D

    Esa niña es toda gracia, amor y ternura :=NEKKIN: :=NEKKIN: :=NEKKIN:

    Encima que la ayuda se queja de su cara jajjaja No por nada es la hija de Miyagi, retando a los demás por fruncir el entrecejo :P

    Lo acaba de meter en un lío al padre que ni se entera!!

    Sube la conti en cuanto puedas!!!
     
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  12. onee-chan
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    Hola!!!! Jajaaja tu fic esta buenisimo es muy graciso en espicial la hija de miyagi jej
    espero q a tualices pronto
    bye bye :=deeaaah: :=deeaaah:
     
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  13. yue romantic
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    me gusto mucho tu fic esta muy bueno y divertido y espero k subas la conty kierosaber k va a pasar con esos dos terroristas
     
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12 replies since 26/11/2013, 02:06   645 views
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