The Scientist

Por qué una oportunidad de trabajo puede cambiar técnicamente toda tu vida y lo que ha sido arrebatada de ello.

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  1. Souseiseki y Suiseiseki
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    Capítulo 1






    Vengo a reunirme contigo,
    A decirte que lo siento,
    Tú no sabes lo encantadora que eres.






    Era una tarde cálida en Hokkaido, viviendo en pleno invierno un muchachillo caminaba medio dormido por los pasillos de su hogar.
    —Buenos días padre… —saludo con pereza un chico de ojos negros y cabello plata, peinado a modo semejante a un cangrejo.
    —Buenos días Reiichi-kun —dijo el peli plata con una sonrisa. Preparando el almuerzo, no sabía que hoy sería un día que cambiaría para siempre su hasta ahora tranquila vida.
    Luego del desayuno Shirou subió al auto seguido por su hijo para dirigirse a la Secundaria Hakuren, donde Shirou impartía clases de Educación Física. Un peli azul de ojos también azules, con piel tan nívea como la del mismísimo Shirou, los esperaba en la entrada. Apenas el auto estuvo frente a la puerta de la escuela el pequeño Reiichi salió del auto y le salto encima al peli azul.
    — ¡Hyouga! —grito emocionado el chico tras casi asfixiar a su novio, -sí, su novio- aquellos dos llevaban más de 2 años saliendo, eran inseparables, he incluso Fubuki se estaba haciendo a la idea de que Yukimura le robaría a su pequeño retoño.
    —Buenos días mi Reiichi, buenos días Fubuki-senpai. —saludo amablemente el peli azul, disponiendo de una reverencia ante el mayor.
    —Yukimura-kun
    Saludo el albino con aquella sonrisa que le caracterizaba, te dejaba hipnotizado después de esa fina mueca en su cara. Si, ese era Yukimura Hyouga uno de los más preciados alumnos de Shirou, además del novio del pequeño Reiichi. Luego de aquella escena ya típica, de todas y cada una de las mañanas, Fubuki fue a estacionar su auto mientras que Reiichi era escoltado por Yukimura a su clase.
    Las clases para el pequeño Reiichi pasaron normales y felices como siempre, después de ellas fue a patinar un rato con su koibito.
    —Oye Reiichi, ¿Fubuki-senpai nunca de a dicho el nombre de tu padre…?
    Al pequeño Yukimura siempre le había carcomido la duda, así que cuando estaban solos intentaba preguntárselo pero Reiichi siempre conseguía escapar, no lo hacía por no querer contestar, simplemente amaba que Yukimura lo correteara.
    —No, nunca me ha dicho nada… Pero está bien así, tengo a Papá, tío Atsuya, tío Afuro y por supuesto a ti… —parpadeó un par de veces contando con sus dedos al nombrar a cada persona, Yukimura solo abrazo al pequeño por lo anterior mente dicho—. Sigamos caminando.
    Sin saber que mientras paseaba tomado de la mano de su koi, su padre recibía una oferta de trabajo en Tokio.
    —Me está proponiendo ir a Tokio —repetía incrédulo el peliplata.
    —Si Fubuki, el colegio al que lo quiero enviar no solo tiene un gran nivel educativo, sino que también es muy prestigioso y elegante, además la paga será mejor… —explico el director al confundido ojigris que tenía en frete. A Shirou no le importaba el dinero, le importaba lo que implicaba ir a Tokio, mas especifico a la secundaria Raimon, donde se supone había una bacante. Temía encontrarse al fantasma del pasado, comunicó que lo pensaría o meditaría con la almohada.
    Luego de terminar con la ronda laborar, Shirou y su hijo junto con Yukimura irían a cenar con los Terumi ya que el mayor de los Fubuki quería hablar con su hermano sobre aquella propuesta, ya que la opinión de su hermano era de suma importancia.
    *.*.*.*.*.*.*.*
    La cena fue tranquila esperando que los chicos fueran a jugar con el hijo de la pareja anfitriona, Atsuya espero que el rubio cabello de su hijo se perdiera en el pasillo para poder hablar con Shirou.
    — ¿De que querías hablar Shirou? —Atsuya directo al grano como siempre, Shirou la miro dudoso, se debatía entre decirlo o salir corriendo y cuando estuviera sano y salvo llamaría a Afuro para que le llevara a los niños.
    —Me ofrecieron un trabajo…
    — ¡Qué bien!– se animó el pelirrosa, dándole una ligera palmadita en el hombro.
    —En otra ciudad… en Tokio para ser precisos… —murmuro cerrando los ojos, no quería ver la cara de enojo que -aunque no la estuviera viendo- Atsuya tenía plantada en la cara, un silencio incomodo se formó en el comedor, Afuro que se había mantenido callado hasta el momento interrumpió.
    —Iré a ver a los chicos… — “Cobarde”, pensó Fubuki al ver la retirada del esposo de su hermano, Atsuya también pensó lo mismo.
    —Sabes lo que significa, ¿verdad?
    —Lo sé perfectamente, es una oportunidad…. Atsuya yo… —Atsuya solo atino a abrazar a su hermano y decir en su oído—. “En cualquier decisión que tomes, yo te apoyo”—. Shirou sonrió, devolvió el abrazo y dijo:
    —Gracias…
    Desde el fondo del pasillo totalmente ajeno, Terumi observaba la escena de los gemelos… con una ligera sonrisa en sus rosados labios. Solo faltaba Reiichi.
    *.*.*.*.*.*.*.*
    Las maletas estaban hechas, los boletos de avión comprados, solo faltaba que Reiichi se despidiera de su koi.
    —En cuanto menos lo esperes, los alcanzaremos en Tokio… —le dijo Atsuya muy animado a su hermano mayor, -aunque fuera por segundos-.
    —Los estaremos esperando… —respondió Shirou antes de dejar su equipaje.
    Yukimura y Reiichi no se querían separar, para ambos era un gran sacrificio alejarse del opuesto.
    El avión despego bajo la atenta mirada de Afuro, Atsuya, Hinano -hijo de los anteriormente nombrados- y Yukimura quien mantenía la mirada llorosa.
    —Afuro, compra los boletos para el siguiente viaje… —ordeno el menor de los Fubuki en cuanto el avión salió de su vista, Terumi abrió la boca para rechistar pero Atsuya se adelantó. —Cómpralos ya… —Afuro obedeció y se llevó a Hinano con él.
    *.*.*.*.*.*
    Se establecieron en un vecindario muy lindo en cuanto a vecinos, y por su puesto al inmobiliario, era perfecto, todo el fin de semana lo pasaron haciendo ajustes en su nuevo hogar sin nombrar que Reiichi hizo algunos amigos con los vecinos, por otro lado Fubuki arreglo tramites de su plaza como maestro.
    Y ahí estaba, Reiichi en su primer día, con el uniforme correspondiente al colegio, se veía adorable llevando el conjunto negro. El salón estaba tranquilo hasta que una pregunta dirigida al aire saco todo de balance.
    ¿Quién es el mejor jugador del mundo?
    —Que pregunta, obviamente Shuuya Gouenji— contesto el chico de cabello bicolor, muy seguro de su respuesta
    — ¡ja! Shuuya Gouenji que trillado. El mejor futbolista es Shirou Fubuki… —se burló Reiichi, sin voltear a ver a Hakuryuu, que frunció el ceño, alguien lo contra dijo y si algo molestaba al gran Hakuryuu Gouenji era eso, que le llevarán la contraria.
    — ¿Acaso dijiste algo? — pregunto notoriamente molesto Hakuryuu
    —De hecho lo dije —siseo Reiichi. El peliblanco miro molesto al recién llegado, se notaba que era nuevo o de otro modo no lo habría retado.
    —Y crees que el tal Shirou Fubuki es mejor… —dijo entre dientes Hakuryuu. Tomando al pequeño Reiichi del cuello del saco y levantándolo levemente del piso, el menor mantenía una mueca serena lejos del nerviosismo o la preocupación.
    —En efecto, lo es y por si no sabes, fue Shirou Fubuki quien tomo el lugar de Gouenji durante un tiempo —dijo serenamente el peliplata, sin apartar la mirada del más alto.
    —Para TU información al tal Fubuki lo suspendieron de la FFI por lesiones —contradijo de nuevo el más alto sonriendo socarrón, esperando que el pequeño se cabreara.
    —Si, al menos por lesiones, no sin motivo aparente como al presumido de Gouenji… —saco su lengua y en un gesto burlón hacia Hakuryuu, el cual se molestó de sobre manera, era conocido por su carácter explosivo.
    — ¡Mira cabeza de cangrejo con mi padre no te metas! —grito molesto.
    —Pues tú con el mío menos —le siguió Reiichi, esperando que las cosas no llegaran a más o algún profesor tuviese que intervenir.
    —Hakuryuu —trato de intervenir un peli azul de ojos ámbar—. No te conviene pelear, de nuevo… —esto exalto al ojicafe. Hakuryuu lo encaro y le grito:
    —Tsurugi cierra el pico, no voy a permitir que este idiota hable mal de mi padre… —señalo al peliplata que aún era sujeto por su mano. Reiichi seguía manteniendo una mueca serena, como si no supiera que estaba a punto de sufrir una golpiza.
    — ¿Por qué no se tranquilizan todos? Sabemos que los mejores son Haruya Nagumo y Suzuno Fusuuke… —un chico peli naranja con ojos azules y piel nívea salió de entre los chicos que se acumularon frente al pleito. Se desato tal discusión acerca de los mejores jugadores de la FFI, otros fingían demencia hacia el tema, no quería meter sus humanidades en problemas. De un momento a otro la mayoría se callaron al notar que el profesor se aproximaba de al salón, salvo por un grupo de cinco chicos que seguían con la discusión.
    —Tsurugi Kyousuke, Nagumo Taiyou, Fudou Takuto, Gouenji Hakuryuu y Fubuki Reiichi. —llamo el profesor para obtener la atención de los chicos que hasta ese momento seguían absortos en su pequeña riña.
    Los chicos volvieron la vista hacia el profesor y tragaron saliva al pensar en lo que vendría, que no podía ser nada bueno y no se equivocaban en realidad.
    —Ahora ustedes cinco a la oficina del director —sentencio el profesor. Ante la protesta de los cinco chicos a quienes no les quedo más que obedecer la orden.
    Los cinco se dirigieron a la oficina del director, Hakuryuu y Reiichi sin dejar de intercambiar miradas retadoras entre sí. Al llegar a la oficina del director, acompañados por su profesor, quien se dirigió a llamar a sus respectivos tutores, ellos solo se sentaron en silencio a esperar.
    Pasados alrededor de treinta minutos, los tutores de todos excepto Hakuryuu aparecieron, Por lo que, los chicos se dirigieron a recibir sus respectivos regaños.
    Un joven de tez pálida, ojos castaños y cabellos azules entro en la sala viendo directamente al joven Kyosuke. En ese justo memento el joven peli naranja quedo cautivado por aquellos ojos que ni siquiera lo miraban. Un par de segundos después dos personas entraron a la sala buscando con la mirada al joven que tiraba baba por el chico de ojos amables.
    —Hey Taiyou —hablo el pelirrojo chasqueando los dedos enfrente de la cara del pequeño, ahora, enamorado, el peli-plateado de tez acanelada solo miraba a su primogénito con ligero eje de molestia.
    Haciendo una ruidosa entrada apareció el gran Fudou Akio. Takuto al ver entrar a su padre solo decidió esconder su rostro entre sus manos.
    — ¡Por fin!, ¡dios gracias!, un poco de problemas —el castaño ojí-verde sonreía ampliamente—. ¿Y dime de que debo sentirme orgulloso?
    Takuto al no saber muy bien de que hablaba de su padre se incorporó y trato de explicar—: Papá esto es un mal entendido solamente, me enredaron en una pelea de niños.
    El resto de jóvenes que estaba en la habitación lo miraron con cara de “idiota maduro”.
    La puerta se abrió dejando ver al joven Shirou con una sonrisita nerviosa visualizando a su pequeño retoño. Tomo asiento junto a él y pretendió no sentirse nervioso por ver algunos de sus conocidos en esa misma sala dirigiéndole una mirada interrogativa.
    Hakuryuu contaba borreguitos esperando la llegada de su padre, sabía de antemano que podría contar todas las estúpidas granjas del mundo y su “papi” nunca haría acto de presencia.
    —Muy bien, estamos aquí reunidos por que… —el profesor paro en seco y vio como Fudou lo miraba con cara de pocos amigos.
    — ¿Por qué? —preguntaron todos los adultos en coro.
    El profesor aun intimidado decidió dejar salir el problema explicando algunos de los principales puntos sobre el castigo que llevarían a cabo cada uno de ellos en equipo.
    —Por qué uno Reiichi es nuevo y nos es correcto que empiece con problemas, dos de Takuto tal cosa no es normal, tres no es la primera vez que Hakuryuu Y Kyousuke causan problemas, y cuatro Taiyou también estuvo en la riña. —explico el profesor enumerando cada uno de los puntos.
    —Bien, ¿y cuál será el castigo? —pregunto Shirou bastante apenado.
    —Los cinco se quedaran hoy y toda la semana después de clases a limpiar los laboratorios. — sentencio el profesor, ante la protesta masiva por parte de los chicos, las cuales se acallaron ante la mirada acusatoria de cada uno de los tutores.
    Sin embargo de cualquier modo se verían obligados a cumplir con su castigo, que les parecía más bien una sentencia de servicio comunitario.




    Tenía que encontrarte,
    Decirte que te necesito,
    Decirte que me separé de ti.
     
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  2. Araña13
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    Wow, está genial para ser tu primera historia y Bienvenida a MY!!! Me ha encantado la historia, y encima la mayoría son hijos de IE, yo quiero conty urgentemente y saber que pasará en el laboratorio, (habrá yaoi o harán explotado el laboratorio)

    Pues nada espero conty y espero llevarnos bien

    Sayooooooo :) ;) :D

    PD: yo querer conty
     
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  3. Natsu-chan 10/8
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    Me encanto tu fic esta bastante interesante, se nota que Fudo no es un padre normal uno normal no se pondría feliz de que su hijo se mete en problemas sin mas quiero CONTY CONTY esta interesante ya me dejaste con la duda
    Matta-Nee :=KITTIYN:
     
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  4. Souseiseki y Suiseiseki
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    Capitulo2:


    Tell me your secrets,
    And ask me your questions,
    Oh, let's go back to the start


    Pasadas las tres de la tarde los castigados se dirigieron con toda la pereza del mundo hacia los laboratorios, donde el profesor los esperaba para que cumplieran con lo que ellos consideraban su sentencia.
    —Gracias por el castigo, Reiichi y Hakuryuu.
    Dijo de manera ironica el menor de los Tsurugi, lanzandoles una mirada acusatoria a los mencionados.
    —Tú te quejas, ¡tienes idea de cómo afecta esto mi perfecto record escolar!, ¡jamás me habían castigado antes! —Dramatizo Takuto ante –según él- la desatinada queja del peli azul.
    —Ha Takuto, no seas tan dramático, solo es un castigo —reprendió Hakuryuu alzándose hombros un tanto fastidiado por la voz del castaño, puesto que esa era como la quinta vez que reclamaba lo mismo y sinceramente ya estaba cansado y hambriento.
    —¡Sí! Claro para todos ustedes es fácil decirlo… —Takuto se vio callado repentinamente por un beso de Kyousuke, quien ahora lo sostenía de la cintura para pegarlo más a su cuerpo y evitar que el castaño pudiese golpearlo, por su parte Takuto no hacía más que corresponder al beso de su novio, al verse imposibilitado para protestar.
    Ante aquella escena protagonizada por la única parejita del grupo, Taiyou y Hakuryuu solo torcieron los ojos al estar ya acostumbrados a eso, pero por otro lado Reiichi los miraba con un deje de añoranza en su mirada, pues al ver a Takuto y Kyousuke no pudo evitar extrañar a su amado Yukimura, así que emitió un pequeño suspiro, suspiro que llamo la atención de Taiyou. El peli naranja volvió la mirada hacia Reiichi con un deje de curiosidad en ella, sin embargo no hizo ningún comentario, al menos no en ese momento.
    —Bueno ya despéguense, ustedes dos —Gruño el peli largo mientras apuntaba y seguido del movimiento aplaudía sonoramente para llamar la atención de los tortolos—. Esto no es el festival del amor.
    —Pero que amargado eres Hakuryuu-kun —protestó Taiyou poniendo sus manos atrás de su nuca. Reiichi no pudo evitar soltar una pequeña risita por el comentario de peli naranja quien se encontraba a su lado limpiando una de las mesas del laboratorio.
    El pelilargo volvió su vista hacia Taiyou y solo bufo antes de dirigirse hacia los tubos de ensayo para acomodarlos sin emitir algún comentario.
    —Y dime Reiichi, ¿Por qué la cara de desánimo? —pregunto Taiyou poniendo sus manos en la cintura y acercando su cara un poco a la de Reiichi para verle mejor.
    —Err… por nada, solo que al ver a Takuto y Tsurugi no puedo evitar pensar en alguien —siseó el menor bajando la cabeza un poco acongojado. A pesar de las llamadas de larga distancia y mensajes de texto que se mandaba con el chico, no podía evitar extrañarlo.
    —Entonces tienes novio —dijo Taiyou resaltando lo obvio. Alzando las cejas gatunamente mientras se recostaba en sobre una mesa.
    —Sí, se llama Yukimura, era alumno de mi papá cuando vivíamos en Hokkaido, es… es… es… lo es todo —decía el ojinegro con la vista perdida en la nada, rememorando su última llamada por Skype con joven de ojos y cabellos azules.
    —¡Seguro! —Dijo alegremente—. Debe ser ciego —susurro Hakuryuu desde el otro lado del salón, con clara intención de no ser escuchado. Pero ese comentario saco a Reiichi de su pequeña fantasía y no pudo contener las ganas de contestarle al peliblanco, porque Reiichi tenía un oído que podía competir contra el de un gato ninja.
    —Los únicos ciegos son tú y tu estilista, porque mira cómo te dejo el cabello— contraataco Reiichi para luego mostrar su pequeña y rosada lengua de manera infantil.
    —Y me lo dice el hobbit cabeza de cangrejo, que salió de una cueva en Hokkaido —respondió molesto para luego lanzarle a Reiichi le franela que tenía en la mesa, sin embargo el peliplata se agacho ocasionando que el trapo impactara contra el lado izquierdo del paliducho rostro Tsurugi.
    El peli azul, quien se encontraba con su novio aparto la mirada del chico, para dirigirla a su amigo quien se reía mientras sostenía su inexistente barriga. Kyousuke fulmino con la mirada a Hakuryuu y tomo la franela, la sumergió en la cubeta con agua que Takuto había estado ocupando, remojo el trapo y así fue lanzado al de cabello bicolor, aterrizando justo en la cara y acallando su risa, ante la mirada de desconcierto de Taiyou y Takuto que no sabían a dónde meterse.
    —Si vas a lanzar cosas, —mostro sus blancos dientes— al menos afina tu puntería amigo mío —comento con altanería Tsurugi, sintiendo satisfecho de que su puntería fuera tan buena con los pies como con las manos.
    Pero tanto Taiyou como Takuto sabían que Hakuryuu no se quedaría tranquilo después de ser humillado por su amigo, solo que su desquite no sería contra su amigo, si no, con el pequeño individuo que comenzó la pelea de trapos empapados, ósea Reiichi, que observaba la escena de lo más divertido, a diferencia de Taiyou y Takuto que sabían que una tormenta se avecinaba a continuación. Decidieron que sería seguro retirarse del campo de batalla, pero ¡OH!, muy tarde.
    —No veo que es lo que te causa tanta gracia, hobbit —Hakuryuu volvió a lanzar el trapo que en esta ocasión si impacto contra Reiichi. El peli gris solo sentía el líquido filtrarse entre su uniforme, y no hay nada más desagradable que sentir la piel mojada contra la tela seca. El menor arrebató la franela de Taiyou y también la lanzo, dando inicio a una guerra entre los dos que, aunque en un inicio solo se lanzaban los trapos, terminaron en el centro del salón, mojándose también con las cubetas de agua.
    Aquello había dejado de ser una pelea para volverse un juego de amigos en que también Taiyou y Takuto se habían metido en algún momento. Taiyou al tratar de escapar de las franelas resbaló a causa del agua en el piso y Takuto al ser blanco fácil y ser excusa perfecta para causar la molestia del Tsurugi menor fue el más atacado.
    — ¡Genial! —Regaño de nuevo el castaño empapado—. ¡Más problemas! —Takuto contemplo el desastre de proporciones increíbles que habían ocasionado los cinco.
    —Obvio no —dijo Tsurugi tomándolo por la cintura para calmar un poco a su histérico novio—. El piso ya cuenta como lavado por la camisa de Taiyou.
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    Pasadas las 5 de la tarde los chicos ya podían relajarse, pues por fin habían terminado con el laboratorio que debían limpiar, ahora solo les quedaba sacarse la ropa mojada antes de llegar a casa, pero para eso Reiichi tenía una muy buena solución.

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Shirou se encontraba bastante más cómodo de lo que creía estando de vuelta en aquella ciudad que aunque le traía recuerdos dolorosos, debía admitir que la melancolía lo alcanzaba y no lo quería soltar, pero debía ser fuerte por su hijo y si mantenía la esperanza podría volver a ver a su chiquillo, solo eso quería verlo, aunque fuera una vez más, solo un minuto, solo un abrazo, solo eso. También le traía recuerdos muy gratos de todos sus amigos y de esa persona esa especial.
    De repente el sonido de la puerta de la sala de profesores abriéndose lo saco de sus pensamientos, y los pasos chirriantes del pequeño Reiichi, que venía entrando totalmente empapado.
    —Reiichi ¿Qué te ocurrió? —pregunto el mayor de los gemelos Fubuki claramente sorprendido del estado de su hijo, pues no era del todo claro y normal que el pequeño llegara en tales condiciones.
    —Hola papá —ahogo un sonidito estrangulado en la garganta—. Err… estábamos limpiando el laboratorio y… digamos que ocurrió un pequeño accidente —explicaba mientras se rascaba la nuca de manera nerviosa. El peliplata mayor miro con preocupación y abrió la boca para preguntar pero Reiichi al ver la cara de angustia de su padre dijo—: Todos estamos bien… no te preocupes —Haciendo señas exageradas con las manos. No pensaba decirle a su padre que de nuevo había comenzado una discusión y pelea con Hakuryuu.
    Fubuki no tuvo que escuchar más para levantarse del escritorio y tomar paso al laboratorio, seguido de las pisadas chirriantes de Reiichi a causa del agua. Al llegar se encontró con un laboratorio no perfectamente limpio, al menos lo que esperaba de 5 adolescentes, una que otra mancha minúscula por aquí y otra por allá. Los compañeros de Reiichi se encontraban parados cerca de la puerta con los uniformes escolares completamente empapados y un charquito en el centro de los pies de cada uno. Fubuki no pudo contener una sonrisa al ver a los chicos apenados.
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    *.*.*.*.*.*.*.*
    —Reiichi-kun —llamo el peliplata—. Llévalos a tu habitación para que puedan sacarse la ropa mojada —si algo tenia Shirou era ese instinto materno de cuidar a todos los amigos de su hijo como si fuesen propios.
    —Sí papá —el pequeño Reiichi asintió y se llevó a los chicos a su cuarto donde se desvistieron y quedaron solo en “bóxers”. Takuto tenía un ligero rubor en las mejillas el cual fue notado por Tsurugi, quien lo cubrió con su propio cuerpo ocasionando únicamente que el chico se ruborizara a un más al sentir la fría piel de su novio contra la suya. Taiyou caminaba como si de su propia casa se tratara investigando cada detalle de aquella hogareña casa. Al castaño y al peli naranja les presto algo de su ropa para que pudiesen cambiarse, mientras que a Tsurugi y a Hakuryuu tuvo que prestarles ropa de su padre al ser ellos notablemente más altos que los otros dos.
    Shirou ofreció una ligera merienda, algunos panquesitos con leche al gusto de cada uno.
    Pasaron lo que resto de la tarde charlando y bromeando en casa de Fubuki, y llegaron a una -forzada- tregua temporal entre Reiichi y Hakuryuu, con el fin de evitar más peleas como la que los había llevado a la situación actual, entre tanto y tanto, los chicos no notaron que ya había caído la noche por lo que tuvieron que llamar a sus respectivos padres y hermano en el caso de Tsurugi para que fuese a recogerlos. Y digamos que cierto oji azul no perdió el tiempo para ver al hermano mayor de uno de sus mejores amigos.
    Sin embargo pese a que sus amigos ya se habían retirado a sus respectivas casas, Hakuryuu seguía en casa de los Fubuki charlando con Shirou.
    —Dime Hakuryuu-kun, ¿tus padres no se preocuparan si llegas tan tarde a casa? —pregunto Fubuki con dulzura, sin imaginar la agonía que esa pregunta causaba en el peli largo. Por alguna razón el chico frente a él le causaba cierta inquietud como si algo lo llamara.
    —No, solo somos mi padre y yo. Bueno él suele llegar tarde del trabajo, eso cuando está en la ciudad, así que solo tengo que estar ahí antes que él y ya —contesto Hakuryuu con fingida sonrisa. No podía exponerse ante Reiichi que luchaba por mantenerse despierto. Sus ojos se sentían pesados y empezaba a cabecear.
    Por un momento El comedor se quedó en un silencio abrumador hasta que el sonido de una melodía de música electrónica lleno por completo la estancia. Hakuryuu se mostró apurado a incorporarse hasta llegar a su mochila y sacar el teléfono que no dejaba de sonar junto a la vibración.
    —Hola —respondió con voz fastidiada, totalmente diferente a la que alguna vez empleo con Shirou.
    Shirou se quedó estático por unos minutos, hasta que recordó que había dejado algo en el horno y mientras Hakuryuu parecía tener una pelea con la persona del otro lado de la línea, aprovecho el tiempo para preparar la mesa. Hakuryuu colgó el teléfono y apenado por que el adulto y su compañero presenciaran una de sus ya típicas discusiones con su progenitor.
    —Lo siento…, mi padre vendrá en un rato más —dijo en son de disculpa. Shirou solo sonrió.
    —Entonces, ¿te quedas a cenar…?
    Y Hakuryuu a pesar de su enojo, el cual parecía disolverse al ver los ojos frágiles y llenos de calor del peli plata mayor, simplemente asintió. Recibiendo como respuesta una hermosa sonrisa por parte del mayor de los Fubuki. No lo entendía realmente, pero el estar en compañía de Shirou le hacía sentir una extraña sensación de familiaridad y comodidad que no había sentido ni siquiera con su padre, al menos no en los últimos años, era casi como si le trajera algún recuerdo, pese a no conocer de antes al peliplata.
    Los dos adolescentes y el único adulto se sentaron a cenar de manera pacífica. Shirou charlando con el joven de cabello bicolor, mientras que el pequeño Reiichi solo hacia un esfuerzo por no tumbar su cara en su plato para dormir, ya que el sueño no lo dejaba ni poner atención a la charla de su padre y su compañero de clases.
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    La cena transcurrió sin ninguna novedad, una vez que terminaron de cenar Hakuryuu se ofreció a ayudar a Shirou a limpiar ya que el pequeño Reiichi había caído rendido en plena mesa, dando una apariencia de verdad muy tierna a los ojos de Hakuryuu, quien de inmediato dejo de pensar en eso cuando el timbre de la casa sonó, sacando a Hakuryuu de sus pensamientos, y despertando de repente al pequeño peliplata.
    —No se preocupen, yo atenderé — siseo el mayor de los Fubuki acariciando dulcemente la cabeza de ambos chicos, para luego dirigirse a la puerta. Pero al abrirla realmente deseo no haberlo hecho pues se quedó estático al ver de quien se trataba—. Shuuya…— resoplo débilmente y con la voz casi quebrándose.
    El aludido no estaba menos sorprendido que el peliplata, sus ojos abrieron como platos al tener de frente a su ex, parecía que el tiempo no había pasado por él, sus ojos grisáceos y su cabello pateado, esa piel de porcelana, todo en él era exactamente como lo recordaba. Seguía siendo hermoso, tan bello, tan inverosímil. Le costaba creer que el ahora hombre que se posaba frente a sus ojos era aquel joven que él mismo alejo. Que dejo ir hace ya bastante tiempo, aquel con el que compartía un hijo, compartía todo un pasado que se negaba a olvidar por razones que no entendía.
    —Shirou…

    Runnin' in circles,
    Comin’ up tails,
    Heads on the science apart.

    __--__--__--__--__--__--__--__--__--__--__--__--__--__

    pues... con esto finaliza el segundo capitulo y queremos darles las gracias aAraña13 y Natsu-chan 10/8 por ser nuestros dos primeros comentarios, de verdad que los agradecemos mucho :=KITTIYN:
    bueno las respuestas a esos dos comentarios son las siguientes:

    Araña13: gracias de verdad por la bienvenida y que bueno que te gustara el fic jeje, solo una pequeña aclaración somos dos chicas yo y mi linda hermana-novia. gracias y aquí la continuación

    Natsu-chan 10/8: jejeje pues gracias, se la verdad es que Fudou no es un padre o un esposo normal y creo que con este capitulo te dejaremos otras tantas dudas jejeje.

    en general a las dos gracias y al resto de los lectores también gracias n.n
     
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    Tengo muchas cosas en mis manos y no me da miedo usarlas
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    Fudou no es normal. Si a mi me pasara eso, no podría volver a entrar a MY por falta de cel, computador, televisión... No se pero Takuto no parece su hijo ¬¬.

    Y como te atreves a dejar así a mi shirou, en ese momento de tencion?????? ¿¿QUE LE HIZO GOENJI BAKA A MI SHIROU COMO PARA DEJARLO ASI???


    n n U. El caso es que me gusto y espero conty

    Matta ne

    PD: bienvenidas, ojala y nos llevemos bien.
     
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  6. Araña13
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    Uy! Interesante!!! Guerra en el laboratorio XD, pobre Reiichi, Hakuryuu se vengó, Tsurugi tendría que haberse estado quietecito donde estaba y Takuto y Taiyou, querían retirarse del campo de batalla pero fue muy tarde, ah! Como me he reído en esa parte XD y Shirou que maternal es!!! Creo que es uno de los más monos ukes de IE ^^ , que bueno, Reiichi sólo en bóxers y Tsurugi le protegió de los ojos de en este caso pervertido

    Me entusiasmo este cap!!! Espero contyyyy

    Sayooooooo :) ;) :D

    PD: si se puede saber que es eso de tu novia-hermana???
     
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    "Deseo escribir algo tan misterioso como un gato"
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    aww que hermoso,quien sera el chiquito que shirou quería verle una vez mas mm...-3-

    jajam e gusto mucho y el trama se ve fabuloso y tsurugi y takuto?? esa no la había escuchado

    en ningun lado XD pero bue,espero conti pronto onegai
     
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  8. #Rou-•
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    "¡Por fin!, ¡dios gracias!, un poco de problemas —el castaño ojí-verde sonreía ampliamente—. ¿Y dime de que debo sentirme orgulloso?" La vida de Takuto debe ser un suplicio al lado de un padre como Fudou. xD Te juro que nunca pensé en ver a Fudou como padre de Shindou, porque para mí lo normal siempre es ver "malo con malo", es decir: Fudou y Tsurugi... LOL. Pero muy bueno, muy bueno~

    Te voy a contar... ¡Amé el fic! Es que, me das en una sola historia a mis dos grandes OTP que se resumen en una fracción (?)... 10/9, es que, de rial o te pe. :=uuum: Juro que amo el GoenFubu y el KyoTaku. Lo amo... ;; ♥

    Permiso, momento fangirl: KUYSEFLIUSADÑOIJSERFO HAKURYUU, COSILLA MÁS RUDA. ♥ Últimamente ando muy emocionada con este chiquillo. Y ¡ay! me encanta cuando escriben que es hijo de Goenji y/o Fubuki. ;w;

    MMMMMMMMMMMe gusta tu narrativa, aunque tienes una que otra faltita de ortografía, ahora, lo que recuerdo es algo de un "a" que debía ser "ha", y creo que un "ha" que debía ser "ah". "Ha" es de haber, "a" es preposición y "ah" es exclamación, también, las tildes, faltan unas cuantas de esas niñas, de todas formas no complican la lectura, para nada, pero igual son detalles que se deben cuidar. :3

    EEEEEEEEso~ espero el próximo capítulo. ;w; ♥

     
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  9. Souseiseki y Suiseiseki
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    Capitulo 3:







    Nobody said it was easy
    It's such a shame for us to part
    Nobody said it was easy



    Los pasillos quedaron en un total silencio, la puerta principal rompió lo que hasta algunos momentos era una exhalación de pánico. Los chicos que aun sacaban libretas y libros escolares de las gavetas para el resto del periodo escolar, paralizados al punto de fundirse con el material metálico pulido; por nervios o incluso temor a ser golpeados. Los tres delanteros del equipo de lacrosse, imponiendo pánico y ansiedad.


    Hakuryuu; líder del trio (que incluso atemorizaba más que el equipo de futbol americano) escaneo la habitación. Sonrió, limpio el inexistente polvo de su chaqueta blanca y abrió el característico estuche blanco donde guardaba sus ‘sticks’ de tan rudo deporte. Casi todos los chicos del colegio ya han sido golpeados por tales bastones de aluminio. Dolía, y dolía mucho.


    A lo lejos del gran pasillo donde se encontraban los casilleros, un pequeño peliazul de piel bronceada y ojos negros, con el ceño fruncido, al punto de que sus cejas podían tocarse, metía y sacaba y volvía hacer el mismo movimiento cíclicamente con los objetos de su gaveta mientras murmuraba a regañadientes palabras inentendibles. Como resultado de su atrevimiento, -ignorar al peli morado-, terminó en el suelo, no sin antes impactar contra su gaveta abierta, algunos de sus libros cayeron sobre él, golpeando su cabeza ya afectada por el anterior golpe. Las lágrimas amenazaban con salir.


    Minamisawa caminaba hacia atrás con los ojos fijos en él, sonriendo, y sonriendo perversamente, el peliazul lleva años ignorándolo pero esto, hasta ahora, se había acabado, por que Minamisawa estaba decidido a hacerse notar, sea cual sea el método.


    Hakuryuu ríe y Tsurugi solo gira los ojos con eje de fastidio pues no sabe hasta cuándo los chicos dejaran de hacer tales barbaridades. Que coste él también disfrutaba en meses pasados.


    El moreno seguía en el piso, entonces, una mano bronceada y amable le ofreció ayuda. El moreno la acepta, se incorpora y levanta lo restante de sus libros con ayuda del recién llegado.


    —Gracias, Shuu.


    —No es nada, no te preocupes. ¿Quieres ir a la enfermería?


    El moreno niega con la cabeza sin emitir palabra o comentario al respecto. Limpia las gotas saladas que ruedan por sus sonrojadas mejillas.


    A unos metros de distancia Minamisawa comienza a caminar lentamente hacia Shuu, para hacer otro truco, sin embargo, es detenido por el aro plástico con redecilla del stick blanco de Hakuryuu. Pues, Hakuryuu nunca, bajo ninguna circunstancia, dejaría que alguien lastimara al moreno de mechas bicolor. El chico de pelo azabache y mechas gozaba aún más allá de la amistad de Hakuryuu. Gozaba de amor. Amor que el peliblanco no le dio a nadie más antes de conocer a Shuu.


    Los morenos caminaron lejos de los integrantes del equipo. Pero antes de desaparecer el chico de mechas bicolor retorno la mirada a Hakuryuu. Y le sonrió. Le sonrió por estar siempre ahí para él. El peliblanco no lo percibió pero el Tsurugi menor lo hizo. Lo sabía, Shuu también sentía algo por el peliblanco.


    —Solo quiero dejarte una cosa clara —Hakuryuu tomo al peli violeta de la sudadera e impacto su cuerpo contra los casilleros—. Shuu está prohibido —gruño en la cara del de ojos castaños y soltó con violencia.


    El stick de lacrosse blanco tomo su lugar en el estuche con el escudo de un dragón impecable con textura de bordado.


    —Vaya, al parecer el amor cambia a las personas —canturreo el peli morado fastidiado.


    Tsurugi rio. —Es mejor que cierres el pico, Minamisawa. O el mundo podría conocer tu secretito.


    —¿Me estas amenazando?


    Tsurugi niega con la cabeza. —No. Solo es una recomendación.


    -∞-


    Algunas horas después...


    —Hey Takuto , Kyosuke te est… —y no termina la frase, el peli café voltea con violencia tratando de ocultar algo muy evidente ante los ojos del dragón blanco—, ¿Qué te paso? —Vuelve a decir el chico de cabello blanco señalando el hombro del chico de cabellos castaños—. ¿Quién te golpeo? —pregunta en un gruñido, pues si Tsurugi se enterara alguien moriría en la escuela.


    —De que hablas… —dice Takuto intentando cubrir el moretón que sobresale de su ante brazo.


    —No seas estúpido. Ere moretón es gigante, se nota a kilómetros —declara Hakuryuu lejos de creer una palabra de lo que dice el novio de su mejor amigo—. No le diré a Kyosuke si es lo que quieres, sin embargo, quiero nombres.


    El ojirojo intenta escapar del interrogatorio, pero es atrapado en el camino. El cuerpo rígido de Hakuryuu y las gavetas del gimnasio lo aprisionan.


    —Vamos, Hukuryuu ¡no es nada…! —intenta escapar, Hakuryuu bloquea el paso situando sus brazos a los extremos de la cabeza del chico de baja estatura. Están muy cerca. Demasiado cerca y el ojirojo puede escuchar las respiraciones tranquilas de chico de cabellos castaños y por el contrario el otro trata de tranquilizar su palpitar.


    Shuu ha sido testigo de lo sucedido hasta el momento, pero no ha logrado escuchar ninguna palabra y es lo que hace su corazón romperse entre las dudas. Pues Shuu está enamorado y al parecer lo que creía reciproco solo es una ficción de su mente de adolescente ilusionado. Hace un movimiento y su maleta deportiva cae al suelo, como reacción los chicos se separan bruscamente. Takuto agradeciendo que sea Shuu quien los encuentra en esta situación tan embarazosa para él. Al dragón blanco parece no importarle.


    —Tenemos una plática pendiente —dice entre dientes y se va a cambiar. La práctica está por comenzar.


    Shuu sonríe a Takuto, es lo único que puede hacer. Takuto asiente y corre al otro lado. El pelinegro guarda su uniforme escolar y se va. Triste pero viendo al frente. Justo a tiempo para observar como Hakuryuu se saca la camisa del instituto. Puede admirar el pecho blanco y las oblicuas apenas marcadas que se asoman por los costados y se pierden en el cinturón del pantalón. Shuu, suspira y sacude la cabeza para despejar su mente. ‘estúpidas hormonas de adolescente’. Hakuryuu no es para él y con esa idea sale al campo donde encuentra a Taiyou junto con Sata, hablando de tarjetas de futbol.


    Shuu siente su cuerpo ser presa de los brazos fuertes de Hakuryuu, el pelinegro sabe que nadie más que el chico de cabellos bicolor se atrevería a hacer tal acción. Aun desilusionado, intenta actuar como siempre lo hace pero, en esta ocasión, escucha el sonido de la reparación del dragón blanco justo en su oreja y esto, particularmente, hace que sentir extraño. En demasía.


    Voltea su cuerpo y devuelve el abrazo. Todos los chicos del campo los miran con sonrisas en los rostros. Hakuryuu siente su cuerpo estremecer y aprieta más fuerte. No quiere que el momento acabe.


    —Tortolos es hora de practicar… el próximo partido es en dos semanas —El Tsurugi menor entra al campo con Takuto a su lado, tomados de las manos, Takuto ahora trae puesta la sudadera del peliazul. La práctica será corta, un pequeño partido de Box lacrosse.


    —Shuu, vamos —Hakuryuu ronronea y guía de la mano al ojinegro.





    -∞-





    El pequeño peliplata desde las gradas observa el campo, el césped esta finamente cortado y parece una alfombra verde. Se ve realmente hermoso. Aun se sigue sorprendiendo acerca del alcance económico de la escuela, tienen un campo bajo techo para cada deporte.


    Es cuando se sorprende de ver a Hakuryuu tan sobreprotector con el moreno. Reiichi no recordaba el nombre por el momento pero lo averiguaría para futuras burlas. El juego está por comenzar…


    —No sabía que te gustara el deporte de contacto —un escalofrió recorre su espalda al escuchar una voz susurrante en su espalda. Un gritito nada masculino abandono su cuerpo y la risa de Taiyou hace avergonzarse.


    —Me asustaste, cabeza de mandarina.


    Taiyou vuelve a reír por el apodo propinado por el chico cabeza de cangrejo. —¿Quieres entrar al equipo? —pregunta tomando asiento junto al peli planta.


    —No lo sé. Se ve arriesgado… —dice encogiéndose de hombros.


    —Es divertido. Mi padre dice que este deporte es uno de los mejores del mundo, al igual que el futbol, el ama venir a ver los partidos… a veces el llora de la emoción —Taiyou habla mientras entrelaza sus dedos en la nuca, usando sus manos como uno una especie de almohada y se recarga en el escalón de arriba. Reiichi sigue pensado. Vuelve la vista al campo, ve a Hakuryuu anotando con excesiva fuerza a la portería contraria derribando al portero. Hakuryuu corre de regreso a su posición como delantero y en el proceso choca las palmas con Tsurugi. Festejan una táctica que les ha costado bastante. Pero lo que sigue es lo que logra sorprender por completo al pequeño Fubuki. El dragón blanco en reacción eufórica carga a Shuu en una especie de abrazo, el chico de cabellos azabaches se aferra al chico pálido, pues sus pies han dejado de tocar el césped y de tanta energía sus cuerpos caen estrepitosamente al suelo. Hakuryuu con Shuu en su regazo. Ambos chicos aun ríen. Taiyou puede ver la reacción de las facciones de Reiichi. Respira profundo—. Eso pasa muy a menudo, no te sorprendas.


    —No sabía que Hakuryuu fuera tan… —trata de decir Reiichi pero no encuentra las palabras correctas, todo lo que intenta expresar muere en su garganta.


    —Cariñoso —agrega el pelinaranja, Reiichi asiente. Taiyou niega—. No, no lo es. Shuu es la única excepción. Ven, vamos a probarte.


    —Errr… gracias pero no gracias.


    —Oh. No seas tonto no va a pasarte nada, supongo —Taiyou intenta persuadir con un toque de duda al final de sus palabras. Toma la mano de Reiichi y corre arrastrando al joven asustado. Reiichi quiere resistirse sujetando cualquier cosa a su paso, sin éxito de lograrlo, y en cuestión de segundos está pisando la cancha.


    —Capitán —grita Taiyou agitando la mano en el aire, tanto como Hakuryuu y Tsurugi volean. Reiichi Traga saliva. ¿Cuál de los dos patearía su trasero en el campo? Honestamente, le daba miedo la idea de jugar con cualquiera del equipo, no es que fuera un chico cobarde, sin embargo ya le están doliendo los golpes inexistentes de los ‘sticks’ sobre su cuerpo—. Reiichi quiere unirse al equipo.


    —Yo nunca dije eso… —exclama el peliplata. Quiere salir corriendo y está a punto de hacerlo y algo lo para.


    —¡Ja!


    Ríe Hakuryuu. A Fubuki Reiichi le molesta algo. Ese algo es la risa de Hakuryuu y más si esa risa es hacia su persona. Jira sobre su talones y ve reír a su “némesis”, el sujeto lo mira y sonríe con sorna. Ahora Reiichi se pregunta si Hakuryuu puede ser de verdad la persona que cariñosa que hace cinco minutos observo o simplemente es un muy buen actorcillo. Recuerda fugazmente las palabras de Taiyou “No, no lo es. Shuu es la única excepción”- busca al moreno con los ojos, lo encuentra detrás del chico pálido sujetando el antebrazo del susodicho y la cuestión es: ¿Por qué?


    —Sí, sí quiero la oportunidad —Reiichi aprieta los labios y contiene la ira. No importa si saldrá lastimado por el stick o incluso los puños del chico pálido, lo único que quiere es demostrar que en el existe la voluntad.


    —Por favor. No durarías nada en el campo —Hakuryuu le da la espalda y recoge su stick blanco del suelo.


    —Que importa. ¡Quiero intentarlo! —grita y muerde su labio. Las posibilidades están en su contra. Él es pequeño, incluso no rebasa el hombro del dragón blanco pero quiere intentarlo.


    —No —dice en seco.


    —Haku… —atina a decir Shuu y Taiyou sonríe lánguidamente sabe que el pálido nunca le negara nada a Shuu. “El poder del amor”-piensa Taiyou —. Solo dale la oportunidad…


    Hakuryuu carraspea. —Está bien —Hakuryuu sonríe can maña—, Taiyou préstale tu casco y stick. Minamisawa jugará con él.


    Takuto que esta junto al chico pelimorado en la banca voltea a verlo con terror. Minamisawa es por lo general un bastardo sin corazón con los nuevos. Shuu niega con la cabeza, su intención no era esa, sabe que Minamisawa es demasiado rudo en la práctica y esta vez no sería diferente.


    Minamisawa se levanta con fastidio y pasa una mano por su cabello intentando ordenarlo. —Hakuryuu es demasiado —intenta replicar el de ojos azules (Taiyou) —, no es justo.


    Reiichi a estrado en pánico, a pesar del poco tiempo que lleva en la escuela ha escuchado rumores sobre el chico de cabellos castaños y siente el pánico subir por cada una de sus venas.


    —No te preocupes Taiyou, lo hare —no es momento para hacerse el valiente pero él debe demostrar algo.


    .


    .


    .


    —Estoy listo —grita el chico y el pelimorado solo exhala con fastidio.


    Sostiene la pelotita de goma en la red del stick y la lanza con la suficiente fuerza para hacer tambalear al chico de cabellos plateados. Reiichi comprende que solo es el inicio y comienza a correr zigzagueando por el campo, el parece que esta patinando. El casco le queda un poco grande, no logra enfocar la meta. Debe destacar que ama la sensación del viento, que se cuela por los orificios, golpear contra rostro con fuerza, no sabe cuándo el partido se pondrá rudo- y entonces el cuerpo de Minamisawa lo enviste con fuerza al costado izquierdo del cuerpo de Reiichi. Ahora Reiichi está en el suelo templando por adrenalina. No puede negar que se asustó y le ha fascinado el velocidad que puede alcanzar Minamisawa.


    Minamisawa roba la pelota sin mucho esfuerzo. Reiichi se incorpora, sacude su cuerpo intentando alejar el entumecimiento. Continúa jugando. Su padre está presente en su cabeza al igual que Yukimura.


    Las siguientes rondas son igual de brutales entre los chicos del campo. Reiichi puede notar la exaltación de todos los chicos del equipo. El de ojos castaños puede notar que Reiichi este cansado y posiblemente adolorido, aunque el dolor comenzara mañana cuando intente mover algún musculo. Entre caídas y unos cuantos golpes que son intencionados Reiichi sigue de pie. Hakuryuu ya ha visto suficiente y dice:


    —Minamisawa acaba con él —ordena el pálido.


    Minamisawa ha disfrutado el juego pero también está agotado y, por supuesto, harto de la resistencia del chico. Asiente hacia el capitán. La pelota está en el aire y ambos chicos se discuten por ella. Los dos saltan, Minamisawa ve su oportunidad toma el stick con una sola mano y su hombro esta en dirección al abdomen de Reiichi. El peliplata lo ha notado e intenta esquivar, lo logra. Minamisawa va directo al suelo y Reiichi cae de rodillas asiéndose daño en ellas. A pesar de todo. La pelota está en la redecilla de su stick.


    Taiyou junto a todo el equipo se acercan a felicitarlo y Reiichi sonríe. Todo se vuelve oscuro. Lo último que puede ver es a Hakuryuu de espaldas hablando con Tsurugi, Shuu está a su lado también. Hakuryuu Gouenji toma a Shuu de la mano y se van, dejando a todos atrás. Aun no puede creer que ha ganado la pelota.


    Cuando vuelve a despertar está en casa y la cena esta lista.



    No one ever said it would be this hard
    Oh take me back to the start







    Nota: Lamenamos la tardanza, sabemos que deberíamos haber subido esto hace meses pero teníamos bloqueo :=duouou: lo sentimos de verdad... amm gracias a l@s que comentaron y bien por cuestiones de tiempo :=tardesds: no responderé ahora dichos comentarios, pero aun asi muchas gracias.
    :=KITTIYN: :=KITTIYN: :=KITTIYN:
     
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    Tengo muchas cosas en mis manos y no me da miedo usarlas
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    Me encanto la conty. Admito que me demore también en comentar, lo siento por eso. Pero ahora que lo leí, les digo que me encanto.
    Esta hermosa. Reiichi me recuerda a Tenma en las pruebas del Raimon. Tan decidido y dedicado a ganar y demostrar quien es de verdad.
    Hakuryuu, como dijo Taiyou, solo es "lindo" con Shuu. Y pues, es verdad, las cosas del amor~. Me alegra que se hayan arreglado y estén juntos -de alguna manera-.
    Y como es que Shindou tenia un moretón y de un momento para otro estaba de la mano con Tsurugi como si nada?
    Bueno, el caso es que me encanto y espero la conty ^^.
    Matta ne
     
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9 replies since 11/12/2013, 04:16   383 views
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