Gryffindor y Slytherin: El origen

Han visto una version de la historia, pero ahora yo les mostrare otra ¿Quieres que te la muestre? (Reescrito)

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  1. mari-kun
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    Prologo




    En Londres en el año 1960 se desataba una tormenta, en el interior de un orfanato un niño de aproximadamente diez años veía las gotas cayendo en su ventana con indiferencia, sus orbes verdes se paseaban por las calles mojadas de Londres con aburrimiento hasta que algo llamo su atención. Una mujer cubierta por un abrigo gigantesco caminaba con dirección al orfanato, en sus brazos se hallaba un bulto que se removía constantemente y se veía que estaba inquieto, cuando la mujer alzo su mirada al niño se le corto la respiración, sus orbes azules miraban el orfanato con nostalgia y tristeza y entonces fue cuando lo supo, esa mujer era ni más ni menos que su madre, él nunca la conoció, nunca vio su rostro pero, algo dentro de él le decía que efectivamente aquella mujer era su madre.

    El niño se paró tan rápido como pudo y bajo corriendo las escaleras hasta llegar a la puerta principal, la cual abrió con mucha fuerza y rabia contenida solo para encontrarse con un pequeño bulto en la entrada de la edificación, la lluvia no paraba y el bulto se removía llorando, el de ojos verdes se acercó al bulto y lo cogió en brazos, quito con cuidado la manta que cubría el rostro del bulto y se encontró con una pequeña y preciosa niña, tenía los orbes azules y el pelo castaño oscuro, igual al de él, gimoteaba y lloraba, parecía tener menos de 4 meses y estaba muy desnutrida. El joven miro con rabia y tristeza a la niña mientras murmuraba una y otra vez "Lo hizo de nuevo", fue cuando algo llamo su atención, en el cuello de la niña había una cadenita de plata, era una llave con la forma de una orquídea, los costados estaban enrollados por una serpiente, abajo de esta había otra cadena pero esta era de un material más fino, era una placa de oro blanco que ponía un nombre, "Marilyn Princess Riddle".

    El de ojos verdes la acerco a su pecho mientras murmuraba pequeñas frases de cariño.

    — Hola pequeña, soy Thomas Riddle, pero dime Tom... Soy tu hermano mayor — el niño apretaba a la niña contra su pecho mientras sollozaba— te prometo que siempre te cuidare... — Después de eso, el niño partió en un llanto desgarrador —

    — 1 año después —

    Tom estaba sentado al lado de la ventana con su hermanita en brazos, quien dormitaba sin saber lo que ocurría en la habitación. Un hombre mayor miraba a Tom con sus ojos azules llenos de curiosidad.

    — Hola Thomas, soy Albus Dumbledore, es un gusto conocerte.

    — Si viene a intentar tacharme de loco, es mejor que se retire — la voz del niño salió fría y sin sentimiento.

    — Oh no, claro que no, yo no soy un psicólogo Tom, soy un profesor, pero no uno cualquiera, soy como tú — En ese instante el closet se prendió en llamas, el de orbes verdes examino eso con indiferencia — ¿No quieres revisar que hay adentro?

    El más joven se paró con la pequeña en brazos y se acercó al armario, con cuidado lo abrió y saco una caja de colores.

    — No es bueno robar Tom.

    — Ellos no lo querían, así que yo se los quite — el castaño se volteo y dejo la caja en el escritorio para luego proseguir a sentarse frente a la ventana otra vez, en ese instante los orbes azules de la niña se abrieron — Usted dice que es como yo, ¿o me equivoco? —El de cabellos blancos solo asintió — Puedo hablar con la serpientes, ellas me entienden y yo las entiendo, dígame ¿es eso normal? — El silencio del mayor solo confirmo sus temores.

    — ¿Quién es ella? — Albus miraba a la niña fijamente, sus ojos no mostraban más emoción que la curiosidad.

    Tom le miro receloso pero contesto — Ella es Marilyn... — apretó más a la niña contra si — Mi hermanita...

    Los ojos de Albus brillaron aún más en curiosidad — ¿Ella también puede hablar con las serpientes? — El más joven solo se encogió de hombros

    — No lo sé...

    Albus miro los ojos del niño, y entonces decidió comenzar a ejecutar la razón por la que había venido — Dime Tom, ¿Te gustaría venir conmigo a Hogwarts, la escuela de magia y hechicería? — Albus vio como el niño apretaba a la bebe y entonces añadió — Puedes traerla si lo deseas, allí le daremos el mejor de los cuidados — el castaño al oír esto se limitó a asentir —

    — ¿Qué es lo que tengo que hacer?

    — Empaca tus cosas y ve a la estación de King Cross el 11 de Septiembre al andén 9¾, toma el tren y así podrás llegar a Hogwarts — Solo cuando vio al niño asentir, dejo un boleto de trenes sobre la mesa y se retiró.

    Varios días después Tom caminaba a través de la estación de trenes, tenía sus cosas en el carrito y a Marilyn en brazos, llego a los andenes 9 y 10, al ver que eran los únicos se alejó un poco y luego empezó a correr, entonces vio como atravesaba la pared, al llegar al otro lado se dirigió directamente hacia el tren, fue al final y entro en el compartimiento cerrándolo para que no lo molestaran, miro a la más joven y sonrió con ternura para empezar a hacerle upas.

    Al pasar los minutos noto que iban llegando así que fue a cambiarse, al regresar se topó con un hombre mayor, era rubio platino y le miro con asco, el solo se limitó a seguir su camino, cuando llego al compartimiento alivio al ver a su hermanita sana y salva, la tomo en brazos y se dirigió hacia la salida, tomo un bote mientras los demás alumnos veían con curiosidad a la niña.

    Al llegar al castillo una tal profesora McGonagall los recibió con sus ya rutinarias palabras sobre las casas, al terminar volteo a verlo a él y se le acerco inmediatamente.

    — Señor Riddle, necesito que me dé a la niña — al ver que el niño guardaba silencio sin hacerle caso continuo — Solo será mientras se hace la ceremonia —El castaño, retinente, le dio en brazos a su hermanita, quien al sentir el cambio empezó a hacer pucheros. Tom intento tomarla en brazos de nuevo pero las puertas frente a él se abrieron y tuvo que empezar a caminar junto a los demás alumnos.

    — ¡Beatriz Gallegar! — Tom miro como una muchacha de cabellos castaños y ojos chocolates pasaba al frente con un caminar engreído y orgulloso, al sentarse en el taburete el sombrero no dudo ni un segundo en gritar.

    – ¡Slytherin!

    Los nombres seguían pasando y los niños seguían dirigiéndose a sus mesas con satisfacción, veía como cada mesa aplaudía, a veces más fuerte que otras, fue entonces cuando sucedió.

    – ¡Thomas Marvolo Riddle! – La sala volvió a quedarse en silencio mientras veían al niño pasar al taburete con indiferencia, la niña llamada Beatriz le veía con curiosidad.

    El sombrero se quedó en silencio por momentos, fue cuando Tom lo escucho.

    – Vaya, vaya, estabas destinado a hacer cosas horribles mi querido muchacho, tu mente fría y calculadora se llenaría de locura pero... Parece que eso ha cambiado, me pregunto cuál fue la causa, pero debes agradecer a lo que ha cambiado tu destino porque ahora estas destinado a la grandeza, y guiándome por eso, yo te coloco en ¡SLYTHERIN! – El grito fue ensordecedor, la casa nombrada empezó a aplaudir mientras el niño bajaba del asiento, antes de dirigirse a su mesa, fue a la mesa de profesores y le extendió los brazos a McGonagall, quien con retenencia le entrego a la bebe, las demás casas veían esto con curiosidad pues no era normal que un alumno tuviera a un bebe en el colegio, aun menos si dicho alumno era de primer año.

    La cena pasaba entre chismes y chismes, Beatriz veía a al de ojos verdes con insistencia hasta que por fin se atrevió a hablarle.

    – ¿Eres un mestizo? – El castaño la miro con indiferencia mientras pensaba en la falta de modales que tenía la joven, después de un rato asintió – Vaya, que lastima – Unos ojos verdes la fulminaron para luego ignorarla – ¿Y quién es la mocosa? ¿Es tu hermana?, seguro también es mestiza, no me sorprende que tu madre los haya abandonado por sentir vergüenza de ustedes – El asido de las palabras solo ayudo a que se desatara el caos, Marilyn, quien escuchaba todo esto con los ojos acuosos soltó un chillido que ensordeció a todo el comedor, los ojos de la niña ya no eran azules, si no que eran rojo sangre, y de la boquita se veían dos pequeños colmillos de los cuales goteaba un líquido morado. Albus al ver esto se paró inmediatamente con la sorpresa pintada en su rostro, con pasos rápidos se acercó y tomo a la niña en brazos quien enseguida intento morderlo, Tom la volvió a tomar en brazos para calmarla, el mayor con un gesto le indico que lo siquiera cosa que Tom obedeció sin chistar.

    En el despacho del Director Albus miraba a Tom con desconfianza desde la esquina de la habitación mientras McGonagall hablaba a gritos con el Director Armando Dippet, quien examinaba a la niña en brazos de Tom con recelo.

    –Me temo que esa niña no será normal mi querida McGonagall -el director se acercó a Tom y examino los ojos de la niña que en ese momento volvían a ser azules – Deberás ocultarla mi niño, el ministerio no permitirá que la conserves – El castaño al oír esto se alejó con la niña apretada en su pecho– Pero hay una solución Señor Riddle – El anciano Director se volteo para mirar a Albus quien lo miraba con curiosidad, los ojos de Albus brillaron en comprensión mientras asentía– A partir de hoy estas bajo la custodia de Albus Dumbledore, mi más fiel lacayo – se volvió hacia Tom– Debes ocultar tus dones y los de tu hermana pequeño Riddle, el ministerio es corrupto y te vera como amenaza sin parar a pensar, los dones de Salazar no deben ser expuestos aun – Ante lo último McGonagall miro al director horrorizada mientras Albus desviaba la mirada, Tom, quien no comprendía del todo, se limitó a retirarse.

    Al regresar e ir a su sala común con Mary en brazos no se hicieron las esperar las miradas curiosas, un prefecto se paró y se puso frente a los de primer año –Antes de nada debo preguntarles algunas cosas, cosas que todo Slytherin debe saber, alguien me puede decir ¿Qué es la corte de plata? – Solo se escuchó el silencio, el prefecto les miro decepcionado – La corte no es un juego, debo decirles que es un papel importante en esta casa pero no seré yo quien les diga la historia de tan importante corte, eso deberéis averiguarlo ustedes – El prefecto saco una caja de cristal algo larga y con forma rectangular, en los costados reposaban dos brazaletes que cuando te lo ponías, se extendía de la muñeca al codo, en el centro se hallaba un escudo con el símbolo de infinito – Los brazaletes pertenecen a los protegidos – El joven abrió la caja y saco uno, miro a los niños y lo extendió hacia ellos – Deben saber que cada una de estas prendas contienen la sangre de Salazar, y es la sangre de el quien elige a la corte –En sus manos el brazalete empezó a brillar, y el brazo de una de las niñas también lo hizo. El prefecto se acercó a ella y se arrodillo a su altura – ¿Cómo te llamas?
    La niña tenía unos ojos de un extraño color morado y su cabello era un rubio casi blanco – Elizabeth Chance – La voz de la joven salió en un susurro causando ternura en el prefecto.

    –Bien Elizabeth, dame tu mano –Al ver las dudas en los bellos orbes morados agrego rápidamente– No te hare daño –El prefecto agarro con suma delicadeza su brazo y le puso el brazalete, este se apegó a la piel de la niña y se deslizo como una serpiente desde la muñeca hasta el codo.

    El mayor sonrió y volvió a tomar la caja de cristal mientras sacaba el otro brazalete y se acercaba a otro niño, agarro el brazo que brillaba y dijo– La razón del brillo es porque la sangre de Salazar emite un llamado –Le puso el brazalete– y la sangre del miembro responde –Miro a los ojos del niño y se alejó dirigiéndose a la caja de cristal, pero esta vez tomo un cinturón de color plata, era fino y tenía la forma de una serpiente deslizándose, en uno de los costados había un lugar donde poner la varita – Este es para un guardián –Tom miro como el niño a su lado le empezaba a brillar el brazo. El prefecto se acercó al niño y le puso el cinturón, el cinturón se movió como una serpiente mientras se adhería el cuerpo del niño. El prefecto saco otro cinturón y lo dejo en el suelo, este se deslizo como una serpiente hacia una niña, subió por la pierna de esta y se engancho a su cintura.

    El prefecto se acercó por última vez a la caja y saco dos collares, el primero tenía la forma de una espada con una serpiente rodeándole y el segundo era una rosa con una serpiente deslizándose a su alrededor, el prefecto alzo el collar de la rosa y el cuello de una niña rubia empezó a emitir un brillo, el prefecto puso el collar en su cuello mientras la niña sonreía nerviosa. Por último, el prefecto alzo el collar de la espada, y para sorpresa de Tom, el cuello empezó a brillar con fuerza, el mayor se arrodillo frente a Tom y empezó a ponerle el collar – ¿Cuál es tu nombre? –Tom vio a los ojos del prefecto y susurro.

    –Mi nombre es Tom, Tom Riddle.

    Edited by Meilin-chan - 20/8/2014, 20:23
     
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