Fresas con chocolate para Cupido [Akihiko X Misaki]. FINAL + EXTRA - 30/04/14

Dos habitantes de la Tierra han sido elegidos: uno, para remplazar al mismísimo Cupido o Eros; el otro, para asesinarle, pero ¿y si terminan enamorados el uno del otro? Especial de San Valentín.

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  1. »Hitch 74 no Danna«
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    Hola de nuevo. He aquí les traigo la continuación de este nuevo proyecto. Gracias, Kajika-sama por tu review. Me has dado una idea para el resumen.


    Notas preliminares: Va a estar un poco más fantasioso y extenso, además que continúa en los días anteriores al 14 de febrero.

    Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica son creación de Shungiku Nakamura.



    III.- Un gran trabajo para un pequeño corazón puro.

    Revisaba en su Tablet una base de datos con la información sobre la situación sentimental de todos y cada uno de los habitantes de la Tierra. Con base a los criterios que se le enseñaron durante su entrenamiento, debía decidir si intervenir o no; de ser la primera opción, ejecutaba otro programa que parecía ser un catálogo con variedad de ítems, todos ellos útiles para cumplir su misión: hacer a los humanos enamorarse.


    –Eros-sama dice que incluso los triángulos amorosos tienen su razón de ser… –se decía, al tiempo que observaba en su base de datos el nombre de una adolescente con una viñeta en forma de triángulo, que efectivamente representaba a aquellas personas que estuvieran involucradas en un triángulo amoroso– Bueno, si Eros-sama lo dice, debo creerle… él es realmente muy sabio…


    Posterior a esa reflexión, fue al catálogo y luego de aplicar varios criterios de búsqueda, encontró útil una ballesta negra con flechas de cristal rosado, la cual apareció mágicamente. La tomó y luego de acostarse en posición de pecho bajo tierra en la nube sobre la que estaba sentado, apuntó y disparó. De tan rápido que iba aquel disparo, sus ojos humanos ciertamente no podían observar la flecha, pero gracias a su entrenamiento en el uso de armas, tenía la certeza de que llegaría a su destino… o en este caso, destinos, ya que en cierto punto aquella se dividía en dos, cada una tomando dirección en pos de un chico distinto. En cuanto ambas flechas llegaron justo al corazón, estas se transformaron en semillas, y los nombres de los involucrados desaparecieron de la lista, indicando así que ya estaba hecho.


    –Bien, tres menos –suspiró, y luego agregó, con aura deprimente: –Siete mil doscientos doce millones más (1).


    Y así iba, sobrevolando los cielos con su Tablet en mano. Había ocasiones en que no era necesario intervenir directamente en el corazón, como fue el primer caso, sino simplemente darles a los humanos un empujoncito.


    –Bueno, según Eros-sama, algunos humanos ya han recibido la flecha desde hace tiempo, sólo es cuestión de activarla o reactivarla, según sea el caso.


    Dicho esto buscó en el catálogo hasta que encontró adecuada una regadera de jardinero. Más tarde fue al dormitorio de un muchacho que, según los registros en su Tablet, llevaba tiempo sin decidirse si aceptar los sentimientos de su mejor amigo, el cual se le había declarado ya hace varios meses. Echó un poco de aquellas aguas mágicas sobre la región del corazón, y luego que estas penetraran, pudo apreciar –gracias a una aplicación que le permitía usar su Tablet como un visor de rayos X– que una pequeña planta se transformaba en una bonita rosa roja.


    "Según Violeta-sama" pensó, refiriéndose a su sensei de cabello morado "el amor a veces es como una flor…"


    En cuanto aquel ente se fue de la residencia, aquel joven despertó repentinamente y sintió unas enormes ganas de escribir. Se levantó de su cama y buscó una hoja de papel y un lápiz.


    –El viernes en el baile, le diré a William que también lo amo –suspiró.


    –Sabía que no me había equivocado con él… –decía alguien, recostado en una camilla frente a una súper-computadora, conectado a varias máquinas, observando todo aquello– su corazón y su alma son tan puros… –después de eso tuvo que tomar una gran inhalación, pues le costaba trabajo hablar– Teresa…

    –Ordene usted, Eros-sama –respondió su fiel secretaria y ahora también enfermera, inclinándose un poco de tal manera que su rizada cabellera rubio cenizo caía grácilmente sobre sus facciones delicadas.

    –¿Ya te he dicho lo hermosa que eres? –el pelinegro de los ojos azules le sonreía cálidamente a la mujer, que se sonrojó con esas palabras– Te amo tanto…


    En efecto, la salud de Eros había empeorado desde hace algunas semanas, tanto así que tuvo que ser hospitalizado, pero él no había querido quedarse tanto tiempo ahí, por lo que fue trasladado al centro de operaciones, desde donde observaba a su subordinado.



    IV.- Doble vida

    Akihiko Usami miraba con expresión vacía el panorama que ofrecía la ventana del pent-house donde vivía. Todavía faltaban algunos días para el Día de San Valentín, pero la espera por que pasara pronto esa fecha se le hacía tan eterna. Aunque todavía tenía sus dudas respecto a ese ente llamado Anteros, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por tal de que Takahiro correspondiera sus sentimientos… incluso si debía ayudarle a matar a un niño, un niño muy travieso que se divertía manipulando los sentimientos de los humanos, entre esos los suyos.


    –Muy bien, Akihiko-kun –le decía Anteros, quien leía una de las novelas del escritor– Aunque no haya sido meramente tu intención, tu odio a mi hermano ha quedado bastante bien plasmado en estas páginas… esto servirá.


    Colocó los libros en medio de lo que parecía ser una estrella rodeada de símbolos extraños, y luego puso las manos sobre ellos. Las levantaba lentamente al tiempo que se movían de arriba hacia abajo, extrayendo de ellos una especie de energía negativa color negra. Más tarde la moldeó entre sus manos hasta que fue transformado en una bonita caja de fresas con chocolate.


    –¿Y ahora qué?

    –Ve con Takahiro-kun y asegúrate de que su hermanito se encuentre ahí.

    –¿Misaki? –Anteros asintió– ¿Qué tiene que ver él en esto?

    –Tengo entendido que mi hermanito reclutó a alguien para hacer su trabajo, alguien joven, lindo y además noble… de ser él, tendrás que engatusarlo y dárselas –le entregó la caja de fresas– Hecho esto yo me encargaré del resto.

    –¿Por qué yo?

    –Si resulta ser el remplazo de Eros, es probable que se le haya hablado sobre mí… por eso no puedo encontrarme personalmente con él… en cambio alguien cercano a él o a Takahiro podría dárselas sin ningún problema.

    –Entiendo.

    –Otra cosa…

    –¿Qué?

    –De no ser él… no se te ocurra dárselas a nadie más, mucho menos a Manami –el escritor le miraba, intrigado– Morirá inmediatamente y Takahiro-kun no dudará en culparte. Si eso pasa, ahí sí ya no podré hacer nada por ayudarte.

    –Entiendo.


    Unas horas más tarde, y como si el destino lo hubiera querido, Takahiro lo llamaba para invitarlo a su casa a comer. El motivo de aquello era simple: Takahashi Misaki, quien estudió fuera del país una temporada, volvería a casa.


    "… ¿Qué es exactamente esto?" pensaba de camino a la casa de Takahiro, refiriéndose a las fresas "Dijo que si se las daba a alguien que no fuera el remplazo de Eros, moriría… pero… si realmente tiene esa capacidad, y Misaki resulta ser ese remplazo ¿también morirá?"


    Por un momento se sintió horrorizado por la idea, pues él sería el asesino de la persona por la que Takahiro lo daba todo.


    "…pero, ahora que lo pienso bien, Anteros nunca mencionó que Misaki moriría. Solo dijo que moriría quien no fuera el remplazo de Eros… lo que significaría que…"


    Antes de poder formular otra idea, ya se encontraba frente a la puerta de la casa Takahashi, y para colmo Takahiro ya le había abierto la puerta. Como fiel enamorado, se sentía feliz por poder estar al lado del peliazul aunque fuera solo un amigo, sin embargo esa felicidad se desvaneció en cuanto divisó a la segunda culpable de su desdicha, sirviendo ya la comida: Kajiwara Manami. Un rato de conversación después, se escuchó el toque de la puerta y luego de unos breves momentos, entraba la razón por la que aceptó ir a la casa Takahashi: un jovencito de unos 17 años, cabello castaño un poco desordenado, tez inmaculada y un poco acanelada, grandes y bonitos ojos esmeralda, expresión alegre y complexión pequeña, entraba con maletas en mano.


    –Manami, Usagi… quiero presentarles a mi hermanito, Takahashi Misaki.

    –Un placer.

    –Mucho gusto.


    La tarde había pasado entre pláticas y otras cosas: resultó que Misaki había salido del país dos años como estudiante de intercambio en Londres. El chico platicaba de todo lo que hizo en ese tiempo, pero el escritor notó algo en la narración: el castaño sólo hablaba de lo que hacía de lunes a viernes, nunca los sábados y domingos. Por otra parte, se preguntaba qué tanto hacía en esa Tablet que no soltó para nada en el transcurso de la comida, y por qué la escondía de la vista de todos.


    –Perdón, debo contestar –espetó el ojiesmeralda en cuanto sonó su móvil, quien se levantó de la mesa y fue al baño. Usami tuvo que esperar un buen rato para disimular, y luego de un rato también fue al baño con una excusa– Violeta-sama… –oyó al muchacho tras la puerta– ¿Qué pasa?... ¿tiene que ser ahora? Acabo de llegar a casa de nii-san… ¿estás en el techo?... enseguida voy…


    Entró al baño fingiendo que no sabía que el castaño estaba ahí, pero lo que vio al hacerlo le heló la sangre: primero el joven abría la ventana y subía hasta ella, y cuando pensó que el muchacho debía haber enloquecido como para pretender lanzarse desde ahí, vio que este nunca cayó, sino que de su espalda salían un par de alas blancas y se elevaba por los cielos.


    CONTINUARÁ…





    Notas de la autora:

    1.- Se supone que es la población mundial actual, así que ya se imaginarán al pobre Misaki viajando en todo el mundo, XD.


    Espero que haya sido de su agrado el cap. El próximo ya lo andaré subiendo el viernes, y si no, pues en este fin de semana. Chaito.
     
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39 replies since 7/2/2014, 19:29   2447 views
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